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La cronología del período Clásico en la costa sur de Guatemala y el fechamiento


del estilo escultórico Cotzumalguapa

Article · January 2009

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3 authors, including:

Oswaldo Chinchilla
Yale University
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Cronología y periodización en Mesoamérica
y el norte de México

V Coloquio
Pedro Bosch Gimpera
Coloquio Pedro Bosch Gimpera (5 : 2001)
Cronología y periodización en Mesoamérica y el norte
de México : V Coloquio Pedro Bosch Gimpera / ed. Annick
Daneels. –- México : UNAM, Instituto de Investigaciones
Antropológicas, 2009.
484 p. : il. ; 28 cm.
Incluye bibliografías
ISBN 978-970-32-4806-3

1. México – Historia – Cronología – Congresos. 2.


México – Antigüedades – Congresos. 3. Arqueología –
México – Congresos. I. Daneels, Annick, ed. II. Universidad
Nacional Autónoma de México. Instituto de Investigaciones
Antropológicas. III. t.

972.01-scdd20 Biblioteca Nacional de México

Primera edición: 2009

© D.R. 2009, Universidad Nacional Autónoma de México


Instituto de Investigaciones Antropológicas
Ciudad Universitaria, 04510, México, D.F.

ISBN 978-970-32-4806-3

Ilustraciones de portada: Croquis de la estratigrafía de San Miguel Amantla (Azcapotzalco), toma-


do de Manuel Gamio en The Editorial Committee (ed.), International Congress of Americanists.
Proceedings of the xviii. Session, London, 1912, Part i, Kraus Reprint, Nendeln, Liechtenstein, 1968.
Chart 13 tomado de James A. Ford, A Comparison of Formative Cultures in the Americas.
Diffusion or the Psychic Unity of Man, Smithsonian Institution Press, Washington, D.C., 1969.
Diseño de portada: Miriam Juárez Rojas

Prohibida la reproducción total o parcial por cualquier medio sin la autorización escrita
del titular de los derechos patrimoniales

D.R. Derechos reservados conforme a la ley


Impreso y hecho en México
Printed in Mexico
Cronología y periodización en Mesoamérica
y el norte de México

V Coloquio
Pedro Bosch Gimpera

Annick Daneels
editora

Universidad Nacional Autónoma de México


Instituto de Investigaciones Antropológicas
Índice

presentación ..............................................................................11

nuevos datos sobre la cronologÍa de teotihuacan.


correlación de técnicas de fechamiento
Linda R. Manzanilla ......................................................................21

nuevos fechamientos por radiocarbono en teotihuacan


y sus correlaciones con otras regiones de mesoamérica

Evelyn C. Rattray ............................................................................53

reflexiones en torno al desarrollo cultural de la antigua


tollan, a la luz de nuevos fechamientos por c14
Blanca Paredes Gudiño ....................................................................79

cronologÍa y periodización en el centro-norte


de michoacán

Patricia Carot .................................................................................97

avances en la cronologÍa del noroeste de méxico


Fernando Berrojalbiz Cenigaonaindia ............................................129

el epiclásico en la región de tula: una evaluación


de la periodización de las ocupaciones coyotlatelco

Patricia Fournier, Juan Cervantes Rosado y M. James Blackman .......171


V COLOQUIO PEDRO BOSCH GIMPERA

Interpretación preliminar respecto a la temporalidad


de Toluquilla, Querétaro

Elizabeth Mejía Pérez Campos.........................................................209

Nuevos datos de tipología y periodización de la Sierra


Gorda de Querétaro, México
María Teresa Muñoz Espinosa.........................................................233

Algunos problemas en la cronología


del Golfo Veracruzano

Annick Daneels..............................................................................263

Propuesta de una secuencia cronológica para los sitios


de la cuenca del río Caxonos, Oaxaca

Edith Ortiz Díaz............................................................................293

Cronología y periodización en Guerrero


Rosa Ma. Reyna Robles...................................................................309

Milenios fragmentados. Cronología del sitio


arqueológico El Tigre, Campeche
Angélica Delgado Salgado...............................................................331

La esfera cerámica Canbalam


Socorro del Pilar Jiménez Álvarez....................................................365

Las fechas de radiocarbono del sitio Cimientos


de La Independencia, Chiapas
Carlos Álvarez Asomoza..................................................................389

8
ÍNDICE

Periodización y desarrollo cultural del área del río


La Venta, Chiapas
Davide Domenici y Thomas A. Lee Whiting......................................405

La cronología del periodo Clásico en la costa sur de


Guatemala y el fechamiento del estilo escultórico
de Cotzumalguapa
Oswaldo Chinchilla Mazariegos, Frederick J. Bove
y José Vicente Genovez . ...................................................................435

Las cronologías regionales y la calibración


de fechas de radiocarbono

Luz Lazos Ramírez.........................................................................473

9
V Coloquio
Pedro Bosch Gimpera
Cronología y periodización en
Mesoamérica y el norte de México

Editado por el Instituto de Investigaciones Antropológicas de


la unam, se terminó de producir en diciembre de 2009, en los
talleres de Solar Servicios Editoriales, S. A. de C. V., Calle 2
Nº 21, Col. San Pedro de los Pinos, México, D.F. Hicieron la
composición en el iia Hélida de Sales Jordi, Martha González
Serrano y Fernanda Torrijos en tipo Galliard 8/11, 11/13,
14/16 y 18/20 puntos; la corrección estuvo a cargo de Adria-
na Incháustegui y René Uribe Hernández. La edición consta
de 500 ejemplares en disco compacto y estuvo al cuidado de
Ada Ligia Torres.
LA CRONOLOGÍA DEL PERIODO CLÁSICO EN LA COSTA SUR DE GUATEMALA

La cronología del periodo Clásico


en la costa sur de Guatemala
y el fechamiento del estilo escultórico
de Cotzumalguapa

Oswaldo Chinchilla Mazariegos*1


Frederick J. Bove**2
José Vicente Genovez***

The sketchiness of our knowledge of the total cultural story of the


Guatemala coast region is only too apparent. Yet, geographically
this is obviously a key area, not just of the local archaeology but for
hemispheric problems relating to the diffusion and development
of man in the New World.
Shook 1965

Las investigaciones arqueológicas que se han llevado a cabo en las últimas


décadas han empezado a llenar algunas de las lagunas que Edwin Shook re­
saltó como conclusión en su valioso resumen de la arqueología de la costa sur
de Guatemala. Sin embargo, mucho del esfuerzo de los años recientes no ha
trascendido fuera de los investigadores directamente involucrados en el área.
Buena muestra es el Atlas del México Prehispánico publicado por la revista
Arqueología Mexicana (Solanes y Vela 2000).13En este valioso sumario, el
cronograma del periodo clásico en la costa sur muestra una larga línea conti­
nua entre los años 200 y 800 dC, rotulada «Santa Lucía Cotzumalhua­pa». La
parte final de esta línea, correspondiente al Clásico tardío, marca el desarrollo
de «escultura monumental».
* Museo Popol Vuh, Universidad Francisco Marroquín.
** Universidad Estatal de Arizona.
*** Universidad Nacional de El Salvador.
1
Este atlas es el primero que propone una distinción de la «costa sur» como una de las «regiones
culturales mesoamericanas», diferente del área maya. Esta división no es usual, pero nos parece oportuna y
digna de evaluación futura.

435
OSWALDO CHINCHILLA M., FREDERICK J. BOVE y JOSÉ VICENTE GENOVEZ

En efecto, el arte escultórico de Cotzumalguapa es uno de los elementos


culturales más prominentes de la región y su cronología ha suscitado contro­
versia a partir del descubrimiento de los primeros monumentos en el siglo xix.
Sabemos ahora que Cotzumalguapa fue la entidad política dominante en el sur
de Guatemala durante el Clásico tardío e inicios del Posclásico, pero a la vez,
fue solamente la culminación de una historia larga y compleja que involucró
el ascenso y decadencia de varios centros de poder a lo largo del periodo Clá­
sico. Esta historia está marcada por cambios profundos, cuya comprensión se
complica por la evidencia de movimientos poblacionales y transformaciones en
la composición etnolingüística de la región.
Este artículo resume la evidencia actualmente disponible sobre el fe­
chamiento del estilo escultórico Cotzumalguapa, que se sitúa dentro del con­
texto de un nuevo esquema cronológico para el periodo Clásico de Escuintla,
desarrollado por Frederick Bove y sus colaboradores (Bove et al. s.f.). Este
esquema se basa en el análisis cerámico de contextos controlados recuperados
en las excavaciones de los sitios de Balberta (Bove et al. 1993); Montana-Los
Chatos (Bove y Medrano 2003), Cotzumalguapa (Chinchilla 1996a y 1998)
y otros (figura 1). Se apoya parcialmente en una serie de fechas de radiocar­
bono y arqueomagnetismo que abarcan toda la extensión del periodo Clásico
(cuadro 1 y figura 2).

Palo Gordo
Guatemala
eja
Vi

Cotzumalguapa
re
ad
M

ón
ale

Monte Alto
nt
Pa

Los Cerritos Norte


El Bálsamo
Nahualate

Los Cerritos Sur


Achiguate
é
om
Ac

Balberta N
e
lat
yo
Co

Montana Los Chatos Giralda

Vista Hermosa Sitios arqueológicos


mencionados en
el texto
0 20 km Océano Pacífico

Figura 1. Mapa de localización de sitios.

436
LA CRONOLOGÍA DEL PERIODO CLÁSICO EN LA COSTA SUR DE GUATEMALA

Antecedentes históricos
Los primeros observadores colocan el arte de Cotzumalguapa en fecha muy
tardía. Observadores como Otto Stoll (1884) y Eduard Seler (1892) señalaron
paralelos entre las esculturas de Cotzumalguapa y los códices del centro de
México. Apoyándose en esta observación, asociaron el estilo con los pipiles,
pueblo de lengua nahua que habitaba la costa sur en el siglo xvi. El problema
radicaba entonces en fechar la migración pipil, un punto importante al que
retornaremos más adelante.
El consenso general a principios del siglo xx era que las esculturas data­ban de
los últimos siglos antes de la conquista española. Este consenso fue trastornado
con el hallazgo de la estela 1 de El Baúl, cuya serie inicial fue interpretada por
Walter Lehmann (1926 y 2000) como la fecha 7.19.7.8.12, que corresponde al
año 29 dC en la correlación de Goodman, Martínez y Thompson. Un testigo
presencial (Rodríguez Beteta 1929) relató la controversia que suscitó Walter
Lehmann al presentar esta lectura en el Congreso de Americanistas de 1928,
confrontando el rechazo de los principales epigrafistas de la época. Desde un
principio se observaron obvias diferencias estilísticas entre éste y los demás
monumentos de la zona, pero la controversia se mantuvo (Waterman 1929;
Stirling 1940; Thompson 1941; Morley 1937-38). Esta fue la razón que motivó a
J. Eric S. Thompson a excavar en el sitio El Baúl en 1942 (Thompson 1941-42).
Thompson dudaba de la lectura de Lehmann, y aun si ésta fuera correcta, no creía
que de­biera leerse a partir de la fecha base de la cuenta larga maya.
Con base en estas excavaciones en El Baúl, uno de los grandes conjuntos
de arquitectura monumental que conforman la antigua ciudad de Cotzumal­
guapa, Thompson fue el primero en intentar una secuencia de fases cerámicas,
que se circunscribió al periodo Clásico (Thompson 1948). La mejor definida
fue la fase San Juan, que ubicó entre los años 672 y 909 dC. Este fe­cha­miento
se basó en la correlación del material recuperado con la secuencia cerámica de
Kaminaljuyú y otros sitios del altiplano. Acertadamente, Thompson colocó en
la fase San Juan el principal desarrollo de la arqui­tec­tura y escultura de Cotzu­
malguapa. No encontró ninguna indicación de ocupación contemporánea con
la fecha propuesta por Lehmann para la estela 1, y dejó en duda la cuestión del
fechamiento de esta escultura.
Por la misma época, hallazgos casuales efectuados en el puerto de San
José y otras partes de la costa en los años cuarenta permitieron a Edwin Shook
extender la historia de las sociedades costeras por lo menos hasta el Preclásico
tardío (Shook 1949). A partir de 1958, los trabajos de Michael Coe en La
Victoria, cerca de la frontera con Chiapas, revelaron toda una secuencia de
ocupación que se remontaba hasta el Preclásico temprano (Coe 1961). A partir
de entonces, la principal atención en la arqueología de la costa se centró, con
buenas razones, en la época Preclásica. Diversos proyectos en Guatemala y
Chiapas han reconstruido el desarrollo de algunas de las primeras sociedades

437
Cuadro 1. Fechas de radiocarbono del periodo Clásico en Escuintla central.
Fecha Rango Rango
Muestra Edad C14 Sitio Contexto Referencias
calibrada* 1 sigma 2 sigma
Excavación 462501-05-06/07. Basurero
UCR1902 1800 ± 95 239 122-378 18-433 Giralda Bove 1993b
Formativo terminal-Clásico temprano
91 aC- 183 aC- Excavación residencial 602206-05-03,
Beta-25611 2030 ± 60 31, 18, 9 aC Balberta Bove 1993b
60 dC 116 dC entierro 21, Formativo terminal
Excavación 582001-07-13, basurero fase
UCR1903 1780 ± 80 249 140-382 75-428 Balberta Bove 1993b
Colojate, con mezcla de fase Guacalate
Excavación 582001-07-13, basurero fase
UCR1904 1650 ± 95 415 262-540 213-621 Balberta Bove 1993b
Colojate, con mezcla de fase Guacalate
Excavación 591901-15-06/10. Bajo piso,
Beta-25610 1620 ± 70 427 389-542 256-606 Balberta Bove 1993b
Formativo terminal.
BAL40, substr. 4, Estr. 10,
Beta-25612 1630 ± 80 423 346-541 243-612 Balberta Bove 1993b
Clásico temprano.
BAL40, substr. 5, Estr. 10,
Beta-25614 1700 ± 60 382 256-420 228-532 Balberta Bove 1993b
Clásico temprano.
Beta-25615 1620 ± 90 427 346-548 239-636 Balberta BAL51, Estr. 1, Clásico temprano. Bove 1993b

Beta-62517 1740 ± 60 264, 281, 329 239-398 139-428 Los Chatos 490701-17-08, Clásico temprano.

438
Beta-62518 1750 ± 60 260, 289, 324 234-390 134-424 Los Chatos 490701-17-09, Clásico temprano.

Beta-65711 1540 ± 70 544 431-611 396-655 Los Chatos 490701-18-08, basurero Clásico medio.

Beta-65712 1550 ± 120 541 405-641 244-686 Los Chatos 490701-18-11, entierro Clásico medio.

MAL08-05-09, bajo piso quemado,


Beta-62520 1570 ± 60 535 423-592 388-630 Manantial
Clásico medio.
Juego de pelota, MAL05-K10-10/11,
Beta-65713 1520 ± 80 553 438-635 396-666 Manantial
basurero bajo patio, Clásico medio.
Residencial, MAL17-05-09, basurero
Beta-65715 1450 ± 70 628 552-660 444-686 Manatial
Clásico medio.
Residencial, MAL17-05-10/11, basurero
Beta-65716 1420 ± 70 646 600-668 537-767 Manantial
Clásico medio.
Plaza, MAL09-05-06/09, basurero
Beta-65714 1400 ± 70 654 609-677 544-776 Manantial
Clásico medio.
MAL08-05-05/07, sobre piso quemado,
OSWALDO CHINCHILLA M., FREDERICK J. BOVE y JOSÉ VICENTE GENOVEZ

Beta-62519 1310 ± 60 685 662-779 639-881 Manantial


Clásico tardío (?).
Estructura C-2, trinchera 17, nivel 6. Parsons 1967: 40-47;
GX-127 1560 ± 120 538 397-635 239-681 Cotzumalguapa, plataforma C de Bilbao
Fases Laguneta e Ilusiones. Stuiver y Reimer 1993
Cuadro 1(continuación). Fechas de radiocarbono del periodo Clásico en Escuintla central.

Fecha Rango Rango


Muestra Edad C14 Sitio Contexto Referencias
calibrada* 1 sigma 2 sigma
Estructura D-1, trinchera 8, nivel 12. Parsons 1967: 40-47;
GX-124 1460 ± 120 619 456-672 381-790 Cotzumalguapa, plataforma D de Bilbao
Stuiver y Reimer 1993
Parsons 1967: 40-47;
TBN-315-1 1423 ± 136 645 538-759 385-891 Cotzumalguapa, plataforma B de Bilbao Estructura B-2.
Stuiver y Reimer 1993
Parsons 1967: 40-47;
GX-123 1350 ± 120 668 609-786 444-968 Cotzumalguapa, plataforma D de Bilbao Estructura D-1, trinchera 8, nivel 7.
Stuiver y Reimer 1993
Parsons 1967: 40-47;
SI-281 1110 ± 80 967 881-1014 727-1150 Cotzumalguapa, Plaza Monumental de Bilbao Plaza Monumental.
Stuiver y Reimer 1993
CM7-G50-05. Depósito sellado
Beta-109012 1540 ± 60 544 438-606 410-648 Cotzumalguapa, segundo recinto de El Baúl
con material de la fase San Jerónimo.
CM2-T3-10. Sellado bajo el primer piso
Beta-109011 1330 ± 60 676 656-772 625-862 Cotzumalguapa, gran recinto de El Baúl
de construcción de patio hundido.
EB4-05-03. Ofrenda sellada bajo pavimento
Beta-109013 1200 ± 70 872 727-956 670-998 Cotzumalguapa, área de El Baúl
de patio de conjunto habitacional.
VLII-06-06
Beta-65719 1390 ± 90 657 604-691 534-861 Cotzumalguapa, área de El Castillo Chinchilla 1996a
Depósitos fase Pantaleón.

439
VLII-06-07
Beta-65720 1290 ± 60 746 668-786 650-886 Cotzumalguapa, área de El Castillo Chinchilla 1996a
Depósitos fase Pantaleón.
VLII-05-06
Beta-65717 1210 ± 70 840 719-941 667-990 Cotzumalguapa, área de El Castillo Chinchilla 1996a
Basurero fase Pantaleón.
VLII-05-09/10
Beta-65718 1250 ± 70 779 680-883 656-968 Cotzumalguapa, área de El Castillo Chinchilla 1996a
Basurero fase Pantaleón.
VA11B-12-11.
Beta-83627 1240 ± 70 782 684-886 659-974 Cotzumalguapa, entre El Baúl y El Castillo Chinchilla 1996a
Nivel inferior de basurero.
VA11B-12-09. Basurero sellado bajo pisos
Beta-83626 1190 ± 70 881 775-962 675-1006 Cotzumalguapa, entre El Baúl y El Castillo Chinchilla 1996a
de estructuras habitacionales.
EC01-06-05. Asociado con ofrenda
Beta-83625 1200 ± 60 872 775-941 679-985 Cotzumalguapa, área de El Castillo Chinchilla 1996a
dedicatoria de construcción de calzada.
FSC01-09-19. Sitio Finca San Cristóbal,
Beta-83629 1250 ± 80 779 675-886 651-979 Finca San Cristóbal Chinchilla 1996a
base de la estructura 1.

* Todas las fechas están expresadas en años después de Cristo, con excepción de la fecha Beta-25611.
LA CRONOLOGÍA DEL PERIODO CLÁSICO EN LA COSTA SUR DE GUATEMALA
OSWALDO CHINCHILLA M., FREDERICK J. BOVE y JOSÉ VICENTE GENOVEZ

Muestra Procedencia

UCR-1902 462501-05-06/07 Giralda


BETA-25611 602206-05-03
UCR-1903 582001-07-13
UCR-1904 582001-07-13
BETA-25610 591901-15-06/10 Balberta
BETA-25612 BAL40, subestructura 4
BETA-25614 BAL40, subestructura 5

Fase Pantaleón
BETA-25615 BAL51, estructura 1
BETA-62517 490701-17-08
BETA-62518 490701-17-09
Los Chatos
BETA-65711 490701-18-08
BETA-65712 490701-18-11
BETA-62520 MAL08-05-09
Fase Guacalate

Fase Ixtacapa
BETA-65713 MAL05-K10-10/11
BETA-65715 MAL17-05-09
Manantial
BETA-65716 MAL17-05-10/11
BETA-65714 MAL09-05-06/09
BETA-62519 MAL08-05-05/07
GX-127 Estr. C-2, tr. 17, nivel 6
GX-124 Estr. D-1, tr. 8, nivel 12
TBN-315-1 Estr. B-2, tr. 12 Bilbao
GX-123 Estr. D-1, tr. 8, nivel 7
SI-281 Plaza Monumental
Fase Cojolote

BETA-109012 CM7-G50-05

Cotzumalguapa
BETA-109011 CM2-T3-10 El Baúl
BETA-109013 EB4-05-03
BETA-65719 VLII-06-06
BETA-65720 VLII-06-07
Fase San Jerónimo

BETA-65717 VLII-05-06
BETA-65718 VLII-05-09/10 El Castillo
BETA-83627 VA11B-12-11
BETA-83626 VA11B-12-09
BETA-83625 ECO1-06-04
BETA-83629 FSCO1-09-19 Finca San
Cristóbal

0 200 400 600 800 1000 1200 1400


dC
Fecha calibrada
1 sigma 2 sigma

Figura 2. Fechas de radiocarbono del periodo Clásico, Escuintla central.

440
LA CRONOLOGÍA DEL PERIODO CLÁSICO EN LA COSTA SUR DE GUATEMALA

sedentarias de Mesoamérica y el surgimiento de las sociedades complejas a lo


largo de la costa de Chiapas, Guatemala y El Salvador.
A principios de los años sesenta, Lee Parsons realizó excavaciones en Bilbao,
entonces considerado como sitio distinto de El Baúl, pero que actualmente se
reconoce como uno de los conjuntos de arquitectura monumental que forman
parte de la zona urbana de Cotzumalguapa, ligado con El Baúl, El Castillo y
otros sectores de la ciudad por medio de un sistema de calzadas. Parsons logró
detectar lo que Thompson no había encontrado en El Baúl: una ocupación de
los periodos Preclásico medio y tardío (Parsons 1967a). Esta ocupación estaba
representada exclusivamente por material depositado en rellenos arquitectónicos
de épocas posteriores. Todo parece indicar que Bilbao debió ser un sitio de
tamaño considerable en el Preclásico tardío, el cual fue entera­mente modifica­
do durante el periodo Clásico. Este material era contem­poráneo con la fecha
de cuenta larga de la estela 1 de El Baúl y Parsons tuvo la suerte de encontrar
otra escultura contemporánea, el monumento 42 de Bilbao (Parsons 1967b
y 1969).
Parsons también elaboró una nueva propuesta cronológica para el pe­riodo
Clásico, basada en el análisis cerámico y un conjunto de fechas de radiocarbo­
no. Paralelamente, propuso un nuevo fechamiento para el estilo escultórico,
que interpretó como derivado directamente del contacto con Teotihuacan. Él
fue uno de los primeros autores en postular la idea de un «horizonte Clásico
medio» a nivel mesoamericano, caracterizado por la expansión teotihuacana
por medio de contactos económicos y polí­ticos con regiones distantes (Par­
sons 1969). Asoció el estilo Cotzu­malguapa con este horizonte, y colocó gran
parte de las esculturas en la fase Laguneta del Clásico medio, que fechó entre
los años 400 y 700 dC. En la primera parte de esta fase habría una relación
directa con los teotihuacanos por medio de contactos comerciales y religiosos,
que dieron lugar al establecimiento de puertos mercantiles controlados por
Teotihuacan. Posteriormente, estos puertos adquirieron independencia, aunque
todavía mantuvieron lazos con la metrópoli. Después, en la fase Santa Lucía del
Clásico tardío (700-900 dC), los centros ya totalmente libres de la hegemonía
teotihuacana se desarrollaron plena­mente (Parsons 1969: 157-169).
A pesar de toda esta construcción, las excavaciones de Bilbao no revelaron
material que fuera diagnóstico de contacto teotihuacano, fuera de unos cuan­
tos fragmentos de cilindros trípodes. Parsons no encontró nada remotamente
comparable con los edificios con arquitectura de talud-tablero y las tumbas de
la fase Esperanza de Kaminaljuyú. Sin embargo, citó una serie de rasgos en la es­
cultura de Cotzumalguapa, que consideró diagnósticos de contacto directo con
Teotihuacan, pero que actualmente, con las ventajas de un mejor conocimiento
del arte teotihuacano, podemos descartar. Se trata de rasgos tan inespecíficos
como la presencia de esculturas con espiga horizontal, representaciones de
dioses tales como Tláloc, Xipe y Ehécatl (cuyas identificaciones son en muchos

441
OSWALDO CHINCHILLA M., FREDERICK J. BOVE y JOSÉ VICENTE GENOVEZ

casos cuestionables, tanto en Teotihuacan como en Cotzumalguapa), y algunos


motivos iconográficos específicos (Parsons 1969, tabla 5).
¿Cuáles fueron las razones que condujeron a Parsons a retrotraer en esta
forma el fechamiento del estilo escultórico Cotzumalguapa, que Thompson
había colocado plenamente en el Clásico tardío? Por una parte, es probable
que sus ideas preconcebidas sobre el horizonte Clásico medio le hayan llevado
a forzar el fechamiento del estilo escultórico. Por otra parte, varios autores han
señalado problemas en su tipología cerámica, que pudieron ocasionar confu­
siones (Hatch 1987, 1995; Medrano 1993a). Hay que mencionar, finalmente,
una serie de cuatro fechamientos por radiocarbono de Bilbao que dieron fechas
relativamente tempranas. Sin embargo, la cali­bra­ción de éstas arroja rangos de
distribución muy amplios, de modo que no pueden considerarse como indicacio­
nes claras de un fechamiento Clásico medio (cuadro 1 y figura 2). En varios casos,
Parsons apoyó sus argu­mentos en esculturas u otros objetos que no proceden
de Cotzumalguapa, sino de otras regiones de la costa sur y el altiplano.
En los años setenta, los hallazgos fortuitos y las excavaciones de saqueo
hicieron cada vez más evidente la importancia de la presencia teotihuacana en
la costa pacífica de Guatemala. Numerosos fragmentos de incensarios y otros
objetos de estilo teotihuacano empezaron a aflorar en colecciones privadas
(Hellmuth 1975 y 1978). Aunque la gran mayoría de este material carecía de
contexto arqueológico, todo indicaba que no procedía de la zona de Cotzu­
malguapa u otros lugares de la bocacosta, donde Parsons buscara con tanto
ahínco la presencia teotihuacana. Los hallazgos de Edwin Shook (1965) en los
sitios de Río Seco y Finca Tolimán, así como los reportes disponibles sobre las
fuentes del saqueo apuntaban más bien hacia la costa baja, en los alrededores de
Tiquisate y La Gomera. Sobre la base de comparaciones estilísticas con material
teotihuacano, Janet Berlo (1984: 121-122) fechó este material entre 375 y 450
dC. Más recien­temente, las investigaciones de Frederick Bove y Sonia Medrano
en los sitios Balberta y Montana han proporcionado nuevas bases para fechar la
presencia teotihuacana en la costa y explicar su naturaleza (vid. infra).
El esquema cronológico delineado por Bove y Medrano para los periodos
Clásico y Posclásico abarca las siguientes fases (figura 3):
Colojate (100/200-400 dC)
San Jerónimo (400-650/700 dC)
Pantaleón (650/700-1100/1150 dC)
Ixtacapa (1100/1150-1500 dC)

442
LA CRONOLOGÍA DEL PERIODO CLÁSICO EN LA COSTA SUR DE GUATEMALA

PROYECTO BILBAO EL BAÚL IZAPA KAMINALJUYÚ


PERIODO ESCUINTLA Parsons Thompson Lowe, Lee, Shook y
1967 1948 y Martinez
Hatch 1999
1982
1500
POSCLÁSICO Peor es Chinautla
TARDÍO Ixtacapa nada

Remanso Ayampuc
1000 TEMPRANO
Pantaleón Hiato (?)

Santa Peistal Pamplona


San Juan
TARDÍO Lucía
Metapa Amatle
CLÁSICO

San Laguneta Loros


500 MEDIO Jerónimo San
Francisco Kato Esperanza

Mejor es Jaritas Aurora


dD TEMPRANO Colojate
algo
Itstapa Santa Clara
0 Guacalate Hato
TARDÍO Arenal
Ilusiones
aC Guillén
Mascalate
Frontera Verbena
FORMATIVO

500 MEDIO Guatalón Algo es algo


Escalón Providencia

Sis Duende
Majadas
Jocotal
1000 Tecojate
TEMPRANO Cuadros Las Charcas
Coyolate II

Coyolate I Ocós Arévalo

1500 Madre Vieja

ARCAICO
1800

Figura 3. Cronología de Escuintla y regiones adyacentes.

La fase Colojate
La fase Colojate encuentra su mejor definición en el sitio Balberta, situado unos
30 km al sur de Cotzumalguapa, a 18 km del océano Pacífico. Este sitio experi­
mentó un rápido crecimiento que empezó en el periodo Formativo terminal, y
culminó hacia los años 200 a 250 dC, cuando el sitio se transformó en un gran
complejo arquitectónico (Medrano 1988, 1993b). Bove considera Balberta
como un centro regional fortificado que debió ejercer dominio político sobre
una región bastante amplia. La construcción del gran conjunto arquitectónico
de Balberta no tiene precedente en la región y marcó la transición hacia una
organización política a nivel de Estado. No se registró un crecimiento simi­
lar en otros sitios en la costa que fueron cabecera de cacicazgo en el periodo
Formativo tardío, tales como Vista Hermosa, El Bálsamo, Monte Alto y Los
Cerritos Norte (Bove 1981). Muchos de estos sitios tuvieron ocupación de

443
OSWALDO CHINCHILLA M., FREDERICK J. BOVE y JOSÉ VICENTE GENOVEZ

la fase Colojate, pero no se convirtieron en capitales regionales comparables


con Balberta.
La fase Colojate está representada en la zona de Cotzumalguapa, princi­
palmente por la cerámica doméstica recuperada en rellenos constructivos por
Parsons (1967a). Este material incluye los tipos Nahualate, Pilar, Colojate y
Achiguate (Medrano 1993a). Cabe señalar que la definición de esta fase se apar­
ta significativamente de la fase Mejor es Algo, propuesta por Parsons (1967a)
para el periodo entre 100 y 400 dC. Las excavaciones efectuadas en Balberta
per­­mi­ten establecer una definición mucho más clara del material cerámico per­
tinente a ese rango temporal.
A lo largo de la costa y el altiplano central, esta etapa marcó la desapa­
rición del estilo escultórico y el sistema de escritura del Preclásico tardío. El
monumento esculpido con la fecha de cuenta larga más tardía que se conoce
en la costa sur es la estela 5 de Tak'alik Ab'aj, con fechas de los años 103 y
126 dC. En la zona central de Escuintla no se conoce ningún monumento
fechado posterior a la estela 1 de El Baúl. Aunado a las transformaciones que
se registraron en los patrones de asentamiento y la organización jerárquica de los
sitios, este cambio denota una fuerte trans­formación en las tradiciones culturales
establecidas durante el Preclásico tardío.
¿Fueron estos cambios, y especialmente el gran desarrollo de Balberta, pro­
duc­to de factores locales o se relacionaron con fenómenos más amplios a nivel
mesoamericano? No es posible ofrecer una respuesta definitiva a esta pregunta,
pero las excavaciones de Bove han revelado que el sitio mantuvo relaciones
de intercambio con el centro de México. Estas relaciones se manifiestan espe­
cialmente en el hallazgo de una gran cantidad de obsidiana verde de Pachuca
depositada como ofrenda en asociación con un grupo de grandes urnas que
con­tenían efigies cerámicas de semillas de cacao (Bove 1993). También hay pe­
queñas cantidades de Anaranjado delgado y otros tipos de cerámica importados.
Por lo demás, el patrón arquitectónico, los entierros y otros rasgos culturales
en Balberta son estrictamente locales.

La fase San Jerónimo y la presencia teotihuacana


en Escuintla

Balberta fue abandonado abruptamente hacia el año 400 después de Cristo.


Bove relaciona directamente el colapso de Balberta con el crecimien­to del gran
centro regional de Montana, también situado en la costa baja, unos 15 km al
suroeste de Balberta y tan sólo a 10 km del litoral pacífico. La arquitectura
monumental en Montana alcanza proporcio­nes gigantescas. Los conjuntos
principales cubren más de 50 ha de terreno y están rodeados por cientos de
montículos y plataformas que se extienden varios kilómetros a la redonda. Éste

444
LA CRONOLOGÍA DEL PERIODO CLÁSICO EN LA COSTA SUR DE GUATEMALA

es sólo el centro de un sistema jerárquico que abarca numerosos sitios periféricos


(Bove y Medrano 2003).
El desarrollo de Montana se extiende a lo largo de las fases Colojate y San
Jerónimo, pero su principal auge corresponde a San Jerónimo (400-685 dC),
durante la cual la influencia teotihuacana alcanzó su máxima ex­presión en la
región costera (figura 4). En sus excavaciones, Bove y Medrano logra­ron re­
cuperar el único incensario de estilo teotihuacano plenamente docu­men­tado
en su contexto arqueológico en la costa sur. Otros materiales teotihuacanos
incluyeron candeleros recuperados en basureros domésticos y figurillas con efi­
gies de guerreros. Bove y otros investigadores han señalado la semejanza entre
varios tipos de cerámica de la fase San Jerónimo y materiales contemporáneos
de Teotihuacan; ésta no se limita a ejemplos aislados, sino que incluye todo un
conjunto de formas y acabados de superficie en vasijas de cerámica, así como
candeleros y figurillas retrato asociados con el ritual doméstico en Teo­ti­huacan
(Bove y Medrano 2003: 63-71). Bove sugiere que el crecimiento abrupto de
Montana como capital regional fue una consecuencia de sus nexos con Teoti­
huacan. La presencia de dichas piezas, así como el esfuerzo por replicar estilos
teotihuacanos de cerámica, sugiere que hubo en Montana un número apreciable
de colonos procedentes de la metrópoli del valle de México. Estos inmigrantes
vinieron a dominar el escenario político y económico de la región, y a juzgar
por la iconografía de los incensarios y figurillas, la presencia teotihuacana tuvo
un importante componente militarista.

Figura 4. Cilindro trípode moldeado con figuras de jaguares en estilo teotihuacano


en el cuerpo, y rostros de «Cara rizada» en los soportes. Colección del Museo
Nacional de Arqueología y Etnología. Fotografía de los autores.

445
OSWALDO CHINCHILLA M., FREDERICK J. BOVE y JOSÉ VICENTE GENOVEZ

Cualquiera que sea su naturaleza precisa es indudable que ocasionó cambios


profundos en la cultura de los pueblos de la costa sur. Sin embargo, los pueblos
costeros no dejaron de desarrollar elementos culturales estrictamente locales. Tal
es el caso del ser mítico que Nicholas Hellmuth (1975) apodó «Cara Rizada», que
aparece como un elemento iconográfico frecuente en la decoración de cilindros
trípodes y otras vasijas de cerámica, así como en figurillas y silbatos (figuras 4 y 5).
También es necesario enfatizar la circunscripción geográfica del área con
manifiesta influencia teotihuacana, la cual corresponde a la parte baja de la
pla­­­nicie costera de Escuintla. Las investigaciones futuras podrían modificar esta
ob­ser­vación, pero hasta ahora, las excavaciones efectuadas en sitios clásicos de
la bocacosta, tales como Cotzumalguapa y Palo Gordo, no han revelado nada
semejante. Se trata, pues, de un fenómeno geográficamente circunscrito, que no
se extendió hacia la bocacosta. Este factor reviste es­pecial interés cuando se
con­si­dera que la bocacosta es una región clave para el control de los pasos de
montaña hacia el altiplano y también ofrece mejores posi­bi­li­dades para vadear
los ríos torrenciales que descienden por los mismos pasos, facilitando de ese
modo la comunicación este-oeste. Estos factores deben tomarse en cuenta en
cualquier explicación de la presencia teotihuacana en la costa sur y la relación
entre los grupos teotihuacanos en la costa, Kaminaljuyú y el Petén.

Figura 5. Copón con engobe rojo y sonaja en la base. Representa el rostro de «Cara
Rizada». Colección particular, ciudad de Guatemala. Fotografía de los autores.

446
LA CRONOLOGÍA DEL PERIODO CLÁSICO EN LA COSTA SUR DE GUATEMALA

(?)
da
l za
l

Ca
ba

ris
C
o

Operación EB7
El Baúl
Operación EB4

Operación CM8
N

Operación VA11B Operación EC01

El Castillo

rete
go

ar
Gav
tia
an
dt

ada
oS
en
er

Calz
0 1 km daB
lza
Ca

bel
Operación VLII

Ha
Operación EZ5B

ada
La Gloria

Calz
Operación EZ5A

Finca San Cristóbal Golón


Bilbao yá
Pata
Río

Figura 6. Mapa de la zona nuclear de Cotzumalguapa y el sitio Finca San Cristóbal.

Cotzumalguapa (figura 6) tuvo una ocupación importante durante la fase


San Jerónimo, pero es difícil estimar su magnitud. Como se indicó arriba,
Parsons consideró que el auge del sitio de Bilbao (figura 7) ocurrió durante la
fase Laguneta, fechada entre 400 y 700 dC, y atribuyó a esta fase el primero de
los dos estadios de construcción que identificó a lo largo del sitio. Asimismo,
colocó en esta fase el gran desarrollo de la escultura monumental de estilo
Cot­zumalguapa. Estos fechamientos son cues­tio­nables debido a problemas en
la definición de sus complejos ce­rá­micos y a los rangos extremadamente am­
plios de sus fechas de radiocarbono calibradas (Chinchilla 1996a: 160-165),
pero aún así, la presencia de los tipos ce­rá­micos diagnósticos deja entrever que
Bilbao tiene un importante compo­nente de la fase San Jerónimo. Es posible
que esté en lo correcto al colocar en la fase Laguneta la mayor parte de la
construcción de la estructura C-2, cuyo relleno constructivo carecía de tiestos
diagnósticos de la subsecuente fase Santa Lucía (700-900 dC), excepto en los
niveles superiores. La fecha de radiocarbono GX-127 ofrece algún apoyo para
este fechamiento, pues su rango calibrado no se extiende más allá del año 681 dC
(cuadro 1 y figura 2).
La ocupación de Bilbao en la fase San Jerónimo solamente se podrá esclare­
cer por medio de nuevas excavaciones en el sitio. Sin embargo, las investigaciones

447
OSWALDO CHINCHILLA M., FREDERICK J. BOVE y JOSÉ VICENTE GENOVEZ

lla
ni
Ca
N

o

0 100 m

Estructura C-2

Monumento 21

Monumento 18

Plaza Monumental
Monumentos 1-8

Monumento 19

Figura 7. Plano de la acrópolis de Bilbao con localización de excavaciones.

de años recientes han confirmado la ocupación de la fase San Jerónimo en otros


sectores. La operación EZ5A, un pozo excavado 250 m al norte del conjunto
principal de Bilbao (figura 6), reveló un de­pósito sellado bajo un piso de barro
que contenía una mezcla de materiales de las fases Guacalate, Colojate y San
Jerónimo, pero exento de otros diagnósticos de la fase Pantaleón (Chinchilla
1996a: 349-354). En la estructura 2 del sitio periférico de Finca San Cristóbal,

448
LA CRONOLOGÍA DEL PERIODO CLÁSICO EN LA COSTA SUR DE GUATEMALA

situado 3 km al oeste de la acrópolis de Bilbao, también se encontraron depósitos


de la fase San Jerónimo, sin mezcla de materiales más recientes, parcialmente
sellados bajo pisos de barro (ibid.: 401-403).
En el área de El Baúl (figura 8) se fecha para esta fase un contexto sellado bajo
un piso de barro, documentado en el extremo sur del conjunto de arquitectura
monumental de El Baúl (figura 9). En este caso, se cuenta con el apoyo de una
fecha de radiocarbono (Beta 109012), cuyo rango calibrado es de 410[544]
648 dC. La ausencia de materiales diagnósticos de la fase Pantaleón, combinada
con esta fecha, apoya el fechamiento de este contexto para la fase San Jeróni­
mo. En este depósito se localizó un fragmento grande de un plato del grupo
Perdido, asociado con una gran cantidad de carbón. Posiblemente se trata de
desechos domésticos, producto de una ocupación incipiente en este sector,
que posteriormente, ya en la fase Pantaleón, fue incorporado como parte de
los conjuntos monumentales de El Baúl.

Operación EB7
Monumento 70
Estructura 6

Operación EB4

Operación CM2
Monumentos 46, 47,
61-63, 65, 66
0 100 m

Río Santiago

Operación CM7-G50

Operación CM8
Monumentos 54, 55 y 69

Figura 8. Plano de la acrópolis de El Baúl con localización de excavaciones.

449
OSWALDO CHINCHILLA M., FREDERICK J. BOVE y JOSÉ VICENTE GENOVEZ

0.0 — Datum

a o p
b
n
1.0 —
c

e d
f Fecha de radiocarbono
g
h Beta 109012
i 410[544]648 dC
2.0 — j
k
m
l

q
3.0 —
0 1m

Figura 9. El Baúl, perfil oeste de la operación CM7-G50. (a) Superficie;


(b) Humus; (c) Subsuelo café claro; (d) Alteración por raíces o animales;
(e) Piso 1, barro apisonado; (f) Relleno duro café amarillento; (g) Piso 2, barro
apisonado; (h) Relleno café amarillento oscuro; (i) Piso 3, barro apisonado;
(j) Fragmento grande de plato del tipo Perdido, con base anular; (k) Suelo café
oscuro suave; (l) Tierra mezclada con abundante carbón, posiblemente restos
de fogón; (m) Piedra; (n) Rampa empedrada; (o) Estructura con superficie de
piedrín; (p) Banqueta del lado norte de la estructura; (q) Plato de tipo Perdido,
con base anular (quebrada), engobe rojo y bandas blancas en el interior y exterior,
diámetro 22 cm. Asociado con la muestra de carbón Beta 109012.

Fuera de este contexto, no se ha detectado ocupación de la fase San Jerónimo


en el conjunto monumental de El Baúl y ninguna de las estructuras que se han
excavado hasta ahora pueden fecharse en esa fase o más temprano. Es posible
que las excavaciones de Thompson (1948), que penetraron pro­fundamente en
el relleno de la acrópolis, hayan revelado depósitos de esta época que correspon­
dería a su fase San Francisco. Esta posibilidad merece comprobarse por medio
de excavaciones futuras. Thompson no reportó material Preclásico, que solo ha
aparecido en cantidades mínimas en nuestras excavaciones del área de El Baúl.
La poca representación de material de las fases San Jerónimo, Colojate y Pre­
clásico en El Baúl contrasta con su presencia significativa en Bilbao. Todo parece
indicar que la actividad monumental en la zona de Cotzumalguapa se concentró
en Bilbao durante esta época y sólo en la fase Pantaleón se extendió hacia El Baúl
donde, hasta entonces, sólo se tienen indicios de ocupación incipiente, posible­
mente de naturaleza doméstica. Este problema adquiere mayor relevancia por la
presencia de la estela 1 de El Baúl, que se encontró originalmente asociada con
la estructura 21, en pleno centro del conjunto monumental del sitio. Si esta
reconstrucción es correcta y El Baúl no fue un centro de actividad monumental
sino hasta la fase Pantaleón, debe supo­nerse que la estela 1 fue llevada hasta

450
LA CRONOLOGÍA DEL PERIODO CLÁSICO EN LA COSTA SUR DE GUATEMALA

allí desde otro sitio, posiblemente Bilbao, donde las excavaciones de Parsons
documentaron una importante ocupación del Preclásico tardío.24

La fase Pantaleón y el desarrollo de Cotzumalguapa

Fue durante la subsiguiente fase Pantaleón (650-1100 dC) cuando Cotzumal­


guapa se expandió hasta convertirse en el principal centro de poder político e
innovación cultural en la costa pacífica. Durante este periodo, Cotzumalguapa
se convirtió en un extenso centro urbano, dominado por los sitios Bilbao, El
Baúl y El Castillo. Estos sitios deben entenderse como los principales conjuntos
de arquitectura y escultura monumental dentro de la «zona nuclear de Cot­
zumalguapa», un sistema de asentamientos que abarcó un área aproximada de
10 km2 (figura 6). Recientemente se ha demostrado la existencia de un amplio
sistema de calzadas que comunicaba entre sí los sitios principales y los asenta­
mientos que se extendían entre y alrededor de ellos.
En su análisis cerámico, Parsons concluyó que muchos de los tipos cerámi­
cos más abundantes de la fase Laguneta continúan presentes en la fase Santa
Lucía. Éstos incluyen los grupos Favorita, Firpo, Luciana, Recuerdo, Perdido
y Tiquisate (Parsons 1967a). Los trabajos efectuados recientemente en la
zona confirman su observación. Muchos contextos de la propia fase Pantaleón
contienen material de estos grupos, mezclado con otros que se con­sideran diag­
nósticos de la fase Pantaleón. Éstos incluyen San Juan plomizo, San Andrés,
Diamantes y Golón.
El fechamiento de la fase Pantaleón se basa en contextos controlados exca­
vados en varios sectores de la zona nuclear de Cotzumalguapa, especialmente
en el entorno de los sitios El Castillo y El Baúl. De particular importancia son
los siguientes:

1) Operación VLII-05 y 06: estos dos pozos se excavaron aproximada­


mente 500 m al sur del montículo El Castillo, en un sector habitacional
cercano a la calzada Berendt y posiblemente a la calzada Habel. En la
unidad VLII-05 se encontró un basurero muy rico, sellado bajo dos
pisos de barro. La cerámica recuperada en este basurero incluye una
proporción elevada de material diagnóstico de la fase Pantaleón, inclu­
yendo un 9.7% de tiestos San Juan Plomizo, en relación con la muestra
total de 639 tiestos clasificados. Dos fechas de radiocarbono calibradas
(Beta 65717 y 65718) confirman el fechamiento de este depósito entre
2
Un muestreo intensivo de la superficie en los alrededores de El Baúl ha revelado que los asentamien­
tos se empezaron a agrupar alrededor del área de la acrópolis desde la fase Colojate. La ocupación de esta
fase está representada por materiales muy escasos, pero aun así, el patrón de agrupación alrededor del lugar
donde posteriormente se levantó la acrópolis sugiere que ya en esa fase existía algún núcleo en ese sector
(Chinchilla et al. 2006).

451
OSWALDO CHINCHILLA M., FREDERICK J. BOVE y JOSÉ VICENTE GENOVEZ

los años 680 y 941 después de Cristo. El pozo VLII-06 produjo cinco
depósitos de tiestos grandes sellados bajo pisos de barro, que incluyen
diagnósticos de la fase Pantaleón, como San Juan Plomizo y Bulux, un
tipo importado del altiplano occidental (Ciudad Ruiz 1984; Chinchilla
et al. 2005). Dos fechas de radio­carbono asociadas con estos depósi­
tos abarcan el rango calibrado de 534 a 886 dC. Sin embargo, debe
mencionarse que estas dos fechas son incon­sistentes en relación con su
posición estratigráfica, pues la muestra Beta 65719 produjo una fecha
calibrada de 534[657]861 dC, mientras que la muestra Beta 65720,
que se encuentra en un nivel de excavación más profundo, produjo
una fecha calibrada de 650[746]886 dC. Esta última se consi­dera
más acertada en relación con el contenido cerámico de los depósitos
encontrados. Para una descripción más detallada de estas excavaciones
véase Chinchilla 1996a: 145-151.
2) Operación VA11B-12: este pozo se excavó en el interior de una estruc­
tura habitacional situada en un sector habitacional importante, entre
los sitios de El Castillo y El Baúl. Sellado bajo el piso y el relleno de
la vivienda se excavó un basurero que incluyó diagnósticos de la fase
Pantaleón, tales como San Andrés (14.32% de la muestra de 314 tiestos
identificados) y San Juan plomizo (2.55%), así como otros tipos que
abarcan las fases San Jerónimo y Pantaleón. Dos fechas de radiocarbono
(Beta 83626 y 83627) obtenidas en este depósito abarcan los rangos
calibrados de 659[782]974 y 675[881]1006 dC. Una descripción más
detallada se encuentra en Chinchilla (ibid.: 152-156).
3) Operación EC01-06-04: un vaso cilíndrico del tipo Reforma que se
considera diagnóstico de la fase Pantaleón se encontró depositado como
ofrenda en el extremo de una calzada en el sitio El Castillo (figura
10). La excavación ha sido descrita en dos publicaciones anteriores
(Chinchilla 1995 y Chinchilla 1996a: 224-235). Una semilla asociada
con esta ofrenda produjo la fecha de radiocarbono Beta 83625, con
un rango calibrado de 679[872]985 dC. Otra ofrenda asociada con una
construcción anterior en esta misma localidad consistía en un cántaro Dia­
mantes cubierto con un cuen­co con engobe negro. Esta ofrenda permite
establecer que la cons­trucción de esta calzada y el puente asociado con
ella se sitúan plenamente en la fase Pantaleón.
4) Operación CM2-T3-10: este pozo fue parte de una trinchera excavada
en el patio hundido que se encuentra en el Gran Recinto de El Baúl
(figuras 11 y 12). Se encuentra, por tanto, dentro de uno de los prin­
cipales conjuntos arquitectónicos del sitio. Una muestra de carbón que
se encontró sellada bajo el piso de barro que forma la superficie de este
patio hundido produjo una fecha calibrada de 625[676]862 dC (Beta
109011). Bajo el nivel de esta muestra solamente se encontró suelo estéril.
Por tanto, esta fecha proporciona un término inferior para la construcción

452
LA CRONOLOGÍA DEL PERIODO CLÁSICO EN LA COSTA SUR DE GUATEMALA

a b

Figura 10. El Castillo, ofrendas asociadas con la calzada y puente, Operación


EC01. (a) Vaso cilíndrico tipo Reforma, depositado como ofrenda en el extremo
de la calzada. Asociado con la fecha de radiocarbono Beta 83625; (b) Ofrenda
conformada por un cántaro tipo Diamantes, con un cuenco invertido como
tapadera. Asociado con una construcción anterior a la calzada.

de las estructuras monumentales en esta parte del sitio. En conjunto, la


excavación mostró que el patio hundido está delimitado por muros de
piedra, en los cuales se proyectaba una serie de esculturas con espiga
horizontal, que representan cabezas humanas con la boca abierta. Se
recuperaron siete cabezas de este tipo en la excavación (monumentos 46,
47, 61, 62, 65 y 66). Las excavaciones dirigidas por Sonia Medrano en
este mismo patio revelaron el monumento 63, una espectacular cabeza
humana con espiga horizontal, dotada con un tocado de tablero con
borla, el cual se asocia con figuras muy prominentes, probablemente de
dioses y reyes, en el arte de Cotzumalguapa. Aunque fueron extraídos
de su localización original sin una documentación detallada, se sabe que
los monumentos 1 de Panta­león y 12 de El Baúl también se encontraban
originalmente en este sector del sitio de El Baúl. En resumen, se trata
de un sector primordial de la arquitectura monumental de El Baúl que
ha revelado uno de los conjuntos escultóricos más importantes de la zona
nuclear de Cotzumalguapa. La fecha de radiocarbono bajo el piso del

453
OSWALDO CHINCHILLA M., FREDERICK J. BOVE y JOSÉ VICENTE GENOVEZ

Perfil figura 12
a b d
c
e
f
Monumentos 65 y 66

g
Perfil figura 12
Localización aproximada del monumento 46

Monumento 47

Monumento 62

0 5m

Localización aproximada del monumento 61

Monumento 63

Figura 11. El Baúl, planta de la Operación CM2, localizada en el Gran Recinto, con
indicación de la localización de las siete esculturas asociadas con los muros este y norte
del patio hundido. (a) Relleno de construcción; (b) Muro norte del patio hundido;
(c) Espiga de escultura quebrada; (d) Segmento de muro; (e) Banqueta en la base del
muro; (f) Segmento de muro este del patio hundido; (g) Tubería moderna colocada
en 1991, que cortó el muro este del patio hundido; (h) Muro este del patio hundido.

454
LA CRONOLOGÍA DEL PERIODO CLÁSICO EN LA COSTA SUR DE GUATEMALA

0 Datum
a

b c

m
c
l

2
d
d k
e

3 g Muestra de carbón
Beta 109011
625[676]862 dC
h
i

4
0 1m

Figura 12. El Baúl, corte del muro norte del patio hundido y perfil de la unidad T3,
operación CM2. (a) Superficie; (b) Tierra café suave; (c) Túneles de animales;
(d) Piedras; (e) Tierra compacta café claro; (f) Nivel del piso 1, muy fragmentario,
de barro apisonado; (g) Piso 2, barro apisonado muy compacto, con abundante
mezcla de carbón; (h) Suelo café claro compacto; (i) Suelo café amarillento suave;
(j) Suelo café amarillento con inclusiones de piedras pequeñas y fragmentos del
subsuelo de tephra; (k) Banqueta de piedras en la base del muro norte del patio
hundido; (l) Fragmento de muro de piedra; (m) Relleno de construcción no
excavado; (n) Fragmentos del muro norte del patio hundido.

patio permite fechar sin lugar a dudas este conjunto monumental y sus
esculturas en la fase Pantaleón.
5) Operación EB4-05-03: aproximadamente 300 m al oeste de la acrópolis
de El Baúl se excavó parte de un conjunto habitacional ela­bo­rado, el
cual se centraba alrededor de un patio empedrado de 10 metros de an­
cho, rodeado por estructuras de tamaño y calidad variable (figura 13).
Las excavaciones demostraron que este conjunto habitacional solamente
tuvo un estadio de construcción, que corresponde a la fase Pantaleón.
No se detectó ocupación más temprana, pero el material recuperado en

455
OSWALDO CHINCHILLA M., FREDERICK J. BOVE y JOSÉ VICENTE GENOVEZ

N
d
a

Estructura 1
Estructura 2
c

e
0 1m

Patio empedrado

Ofrenda depositada bajo el empedrado


Muestra de Radiocarbono Beta 109013
670[872]998 dC
g

f
Estructura 4b
Estructura 3 Estructura 4a

h
i

Figura 13. El Baúl, planta de la operación EB4. (a) Muro este de la estructura 1;
(b) Gradas de ingreso a la estructura 1; (c) Muro sur de la estructura 1;
(d) Escombros; (e) Piso de barro apisonado correspondiente a modificación de
la estructura 1; (f) Ofrenda depositada bajo el piso de la estructura 3; (g) Rasgo
consistente en una agrupación de piedras con forma oval, sobre el pavimento
empedrado; (h) Piso de barro apisonado de la estructura 4; (i) Fragmento de vasija
asociado con porciones de piso quemado.

456
LA CRONOLOGÍA DEL PERIODO CLÁSICO EN LA COSTA SUR DE GUATEMALA

los niveles más superficiales indica que el área también estuvo habitada
en la sub­se­cuente fase Ixtacapa. Una muestra de carbón asociada con
una ofrenda depositada bajo el empedrado del patio, en el lado sur del
mismo, produjo una fecha de radiocarbono calibrada de 670[872]998
dC (Beta 109013). Esta fecha contrastó fuertemente con uno de los
objetos depositados en esta ofrenda, un cuenco de base anular de
tipo Esmeralda flesh (figura 14). Es posible que se trate de un objeto
redepositado, que originalmente se encontrara en un contexto más
antiguo. Sin embargo, la fecha concuerda con el material recuperado
en toda la excavación, el cual corresponde a cerámica diagnóstica de la
fase Pantaleón, en conjunto con los tipos que permanecen a lo largo
de las fases San Jerónimo y Pantaleón.
6) Operación FSC01-09-19: esta operación se llevó a cabo en la estruc­tura
principal del sitio Finca San Cristóbal, un pequeño centro periférico

a b

c d

Figura 14. Objetos que conformaban la ofrenda recuperada en la operación EB4,


asociada con la fecha de radiocarbono Beta 109013. (a) Vaso de cerámica, grupo
Tiquisate; (b) Cuenco negro inciso, con figura de ave; (c) Cuenco de base anular
grupo Esmeralda; (d) Punta de proyectil de obsidiana.

457
OSWALDO CHINCHILLA M., FREDERICK J. BOVE y JOSÉ VICENTE GENOVEZ

situado tres km al oeste de la acrópolis de Bilbao. El sitio consiste en


una plaza cuadrangular de 25 x 25 m, circunscrita por una estructura
alargada en el lado este y una estructura piramidal de 3 m de altura en
el lado norte. Este arreglo es típico de los centros de rango terciario en
la jerarquía de sitios centrada alrededor de la zona nuclear de Cotzumal­
guapa. El monumento 1 de la Finca San Cristóbal, que originalmente
yacía a pocos metros de la pirámide principal, es un excelente ejemplo
del sistema de escritura de Cotzumalguapa. La excavación efectuada en la
cima de esta es­tructura atravesó todo el relleno de la misma y descendió
hasta niveles estériles, por debajo del nivel de la plaza principal del sitio.
Se comprobó que el edificio fue producto de un solo estadio de cons­
trucción. Por debajo del nivel de plaza se encontraron fragmentos de
pisos de barro que posiblemente corres­ponden a estructuras anteriores
a la construcción del edificio. Bajo el nivel de estos pisos se recuperó
una muestra de carbón Beta 83629, que produjo una fecha calibrada
de 651[779]979 dC. El material recuperado en el relleno de la estruc­
tura incluía diagnósticos de la fase Pantaleón en pequeñas can­tidades y
predominaban tipos compartidos entre las fases San Jerónimo y Panta­
león. Sin embargo, la presencia de estos materiales diagnósticos aunada
a la fecha de radiocarbono en la base del edificio permiten fecharlo para
la fase Pan­taleón. Otras excavaciones dejan claro que el sitio tuvo una
ocupación desde la fase San Jerónimo. Estas excavaciones se describen
con detalle en Chinchilla (1996a: 392-406).
Además de estos contextos, cuyo fechamiento se refuerza con las
mues­tras de radiocarbono, puede afirmarse que todos los contextos
excavados hasta ahora en la zona de El Castillo y El Baúl contienen
materiales diagnósticos de la fase Pantaleón. Ésta fue sin duda la etapa
de mayor expansión del sistema de asentamientos de la zona nuclear de
Cotzumal­guapa. Hasta donde se ha lo­gra­do investigar, la arquitectura
monumental del sitio El Baúl data de esta fase y también puede co­
locarse en ella la construcción del sistema de calzadas y puentes que
unía los sitios principales y los asentamientos de la zona como un todo
coherente.
Al observar los rangos calibrados de las fechas de radiocarbono ob­
tenidas en la zona, llama la atención su consistencia interna (figura 2).
Todas las fechas asociadas con contextos de la fase Pantaleón abarcan
un rango similar, que no se extiende más allá de los años 625 dC, como
término inferior, y 1006 dC, como término superior. La única excep­
ción es la fecha Beta 65719 que, como se mencionó, es inconsistente
dentro del propio contexto de la exca­­vación. Por tanto, consideramos
que este conjunto de fechas es un buen indicador del rango temporal que
corresponde al apogeo de Cotzumalguapa. Cabe señalar que estas
fechas también se aproximan al rango calibrado de la fecha SI-281,

458
LA CRONOLOGÍA DEL PERIODO CLÁSICO EN LA COSTA SUR DE GUATEMALA

obtenida por Parsons en el estadio constructivo superior de la plaza


monumental de Bilbao, aunque la desviación de esta muestra es mayor
que la reportada en las muestras procesadas más recientemente.
Una cuestión importante concierne al final de la fase Pantaleón.
Parsons (1967a, figura 15) situó el fin de su fase Santa Lucía en el año
900 dC, y sugirió un «hiato» de 100 o 200 años hasta el inicio de la fase
Peor es Nada hacia el año 1100 o 1200 dC. Un factor particularmente
revelador es la completa ausencia de vasijas con efigie Tohil plomizo en
Cotzumalguapa. La cerámica plomiza, importada desde los centros pro­

Vista frotal
de la gran roca

Perfiles de excavación que muestran


el pavimento de la calzada Habel

Cerco

Planta de la
Gran Roca

Parapeto oeste
de la calzada

Monumento 1 de La Gloria
(localización aproximada)
Pavimento empedrado
de la calzada Habel
N

Parapeto este
de la calzada

0 4m

Figura 15. Planta de la operación GA1, sector de La Gloria, zona nuclear


de Cotzumalguapa. Se indica la localización aproximada del monumento 1,
que formaba parte del pavimento de la calzada Habel, el cual fue removido
antes de la investigación.

459
OSWALDO CHINCHILLA M., FREDERICK J. BOVE y JOSÉ VICENTE GENOVEZ

ductores situados en la zona fronteriza entre Guatemala y Chiapas, está


presente en las excavaciones realizadas en Cotzumalguapa, y los vasos
cilíndricos de tipo San Juan plomizo fueron utilizados con frecuencia
como vasijas de ofrenda. Se ha argumentado en otro trabajo (Chinchilla
et al. 2005) que Cotzumalguapa debió conformar un mercado impor­
tante, que quizá estimuló la producción de cerámica plomiza como
material para exportación en la zona fronteriza. Sin embargo, es claro
que la ciudad debió colapsar antes de la fecha en que se empezaron a
producir las vasijas con efigie Tohil plomizo, que durante el Posclásico
temprano fueron exportadas a toda Mesoamérica. Por tanto, es proba­
ble que Parsons haya estado en lo correcto al situar hacia el año 900 dC
el colapso de Cotzumalguapa, entendido como el cese de la actividad
constructiva y escultórica de carácter monumental, acompañado por
una reducción drástica de la densidad de población.35
No puede afirmarse que Cotzumalguapa haya sido abandonada alguna
vez. La zona tuvo una ocupación leve, pero muy extendida durante el
Posclásico y se sabe que en el tiempo de la conquista española existían
en ella varias comunidades (Chinchilla 1998b; Johnston 2001).

El fechamiento del estilo escultórico Cotzumalguapa

El fechamiento arqueológico del estilo Cotzumalguapa se complica por el hecho


de que la mayoría de las esculturas se encontraron fuera de sus contextos origina­
les. El primero en documentar algunos monumentos en su con­tex­to arqueológico
fue Thompson (1948), específicamente un impor­tante conjunto de esculturas
asociado con la estructura 6 de El Baúl (monumentos 7, 15 y 21-23). Al ana­
lizar el inventario cerámico de la estructura, asoció estos monumentos con la
parte inicial de la fase San Juan (672-909 dC), caracterizada por la ausencia de
cerámica plomiza (Thompson 1948: 45). A la vez, dejó abierta la posibilidad
de que algunas esculturas fueran más tempranas. Su incertidumbre derivó de
una ofrenda asociada con el monumento 7 de El Baúl, la cual incluía una va­
sija con tapadera, decorada con efigies de monos, que le pareció reminiscente
del horizonte Tzakol-Esperanza. Hasta el presente, no es posible ofrecer un
fechamiento adecuado para esta vasija.
El fechamiento del estilo fue un objetivo primordial del trabajo de Parsons
en Bilbao, lo que le condujo a excavar extensamente alrededor de algunas de
las mayores esculturas del sitio, los monumentos 18, 19 y 21, así como en el
sector de la plaza monumental. Sin embargo, no encontró ofrendas directa­
mente asociadas con las esculturas. Su fechamiento se basó en asociaciones
estratigráficas, fechas de radiocarbono y observaciones estilísticas. Como se ha
35
Recientemente, Neff, Bove y Genovez (2006) han propuesto que un cambio climático severo pudo
haber ocasionado un despoblamiento de la costa sur durante el Posclásico temprano.

460
LA CRONOLOGÍA DEL PERIODO CLÁSICO EN LA COSTA SUR DE GUATEMALA

señalado arriba, todo su esquema cronológico presenta serios problemas, que


ya han sido señalados por varios autores (Hatch 1987, 1995; Medrano 1993a;
Chinchilla 1996a: 160-162). Sus obser­va­ciones estilísticas son problemáticas y
su asociación directa de muchos monumentos de Cotzumalguapa con el estilo
teotihuacano no es sostenible en la mayoría de los casos (Braun 1982; Chin­
chilla op. cit.: 168-179).
Cabe señalar varios problemas en sus asociaciones estratigráficas de monu­
mentos específicos, especialmente los que colocó en la fase Laguneta del Clásico
medio. Parsons retrotrajo el fechamiento de la estructura 6 de El Baúl a ésta,
pues consideró la «fase San Juan pre-plomizo» de Thompson como equivalente
a la parte tardía de su fase Laguneta (Parsons 1969: 139-140). Sobre esa base,
colocó los monumentos asociados con esa estructura en el Clásico medio. Es
difícil evaluar actualmente el fechamiento de Thompson para la estructura 6,
pero se ha señalado la poca presencia de contextos claros de la fase San Jeró­
nimo en la zona El Baúl, y las exca­vaciones descritas arriba en el Gran Recinto
de El Baúl (operación CM2) dan indicio de que por lo menos esta parte del
conjunto monumental fue construido en la fase Pantaleón. Claramente, se hace
necesario efectuar más investigaciones en la acrópolis de El Baúl, cuya historia
constructiva puede ser muy larga y compleja.
Otro conjunto que Parsons colocó en la fase Laguneta son los monumentos
1-8 de Bilbao. Este fechamiento es particularmente endeble, pues se basa en su
reconstrucción de la localización original de estas escul­turas. De acuerdo con ella,
los monumentos quedaban asociados con el primer estadio de construcción del
conjunto que fechó en la fase Laguneta. En otro trabajo (Chinchilla 1996b)
hemos criticado esta reconstrucción, demostrando, con base en documentos
del siglo xix, que la localización propuesta por Parsons para los monumentos
es errónea. Con esto, la base de su fechamiento para los monumentos se torna
insostenible.
Parsons también adujo evidencia estratigráfica para el fechamiento de dos
de las mayores esculturas del área: los monumentos 18 y 21 de Bilbao. Asoció
ambos con elementos constructivos que fechó en la fase Laguneta y, en el caso
del monumento 21, se apoyó en la muestra de radiocarbono TBN-315-1, cuya fecha
calibrada abarca el rango 385[645]891 dC. Este rango es mucho más amplio de
lo que Parsons suponía, y se extiende mucho más allá del límite superior de la
fase Laguneta, pero al igual que en otros casos la evaluación de los contextos
asociados con estas esculturas se complica debido a los problemas ya señalados
en su definición de los complejos cerámicos. No es posible descartar absoluta­
mente sus fecha­mientos de la fase Laguneta para estas esculturas.
En las excavaciones en la base del monumento 19, otro de los mayores en
Bilbao, Parsons observó la presencia de materiales de la fase Santa Lucía en todos los
niveles culturales, por lo que no dudó en colocarlo en esta fase (Parsons op. cit.:
64-65). También fechó en esta fase varias esculturas de la plaza monumental
(monumentos 16, 53, 54, 59, 60 y 62), por sus asocia­cio­nes estructurales.

461
OSWALDO CHINCHILLA M., FREDERICK J. BOVE y JOSÉ VICENTE GENOVEZ

Figura 16. Pavimento de la calzada Gavarrete y monumento 69 de El Baúl,


visto hacia el oeste (operación CM8).

Las excavaciones de años recientes han revelado otros monumentos en


asociación con contextos arquitectónicos o estratigráficos en el área de El Baúl
y en el sector de La Gloria, situado aproximadamente 1 km al sur de El Castillo.
Todos estos monumentos se asocian con estructuras de la fase Pantaleón, como
se describe a continuación:

1. Monumento 1 de La Gloria (figura 15): este gran relieve (véase Chin­


chilla 1999) formaba parte del pavimento de la calzada Habel. Exca­
vaciones efectuadas después de la remoción del monumento revelaron
un solo estadio de construcción de la calzada, que se asienta sobre el
subsuelo estéril. Los materiales asociados permiten fechar la calzada en
la fase Pantaleón.
2. Monumentos 54, 55 y 69 de El Baúl (figura 16) (véase Chinchilla 2006):
el monumento 69 se asocia con el primer estadio constructivo de la
calzada Gavarrete, muy cerca del lugar donde la calzada cruzaba el río
Santiago por medio de un puente. Eventualmente, esta gran escultura
quedó enterrada por el relleno de la segunda etapa constructiva de la
calzada, la cual contenía material diagnóstico de la fase Pantaleón. Los
monumentos 54 y 55 se colocaron sobre el nivel del monumento 69,
en asociación con el segundo estadio constructivo, y por tanto pueden
situarse en la fase Pantaleón. No se excavó el relleno del primer esta­

462
LA CRONOLOGÍA DEL PERIODO CLÁSICO EN LA COSTA SUR DE GUATEMALA

dio constructivo, por lo que la fecha del monumento 69 no se puede


establecer con plena certeza.
3. Monumentos 46, 47, 61-63, 65 y 66 de El Baúl (figura 11): todas
estas cabezas con espiga horizontal formaban parte del muro este del
patio hundido situado en el Gran Recinto de El Baúl. Como se discutió
arriba, la fecha de radiocarbono Beta 109011 indicó que el piso inferior
de este patio hundido no fue colocado antes de la fase Pantaleón.
4. Monumento 70 de El Baúl (figura 17): esta cabeza con espiga horizontal
formaba parte de un juego de pelota que se localiza aproximadamente
300 m al oeste de la acrópolis de El Baúl. El material recuperado en la
excavación de este conjunto permite fechar su construcción en la fase
Pantaleón (Chinchilla 2002).

En resumen, los datos arqueológicos de las excavaciones recientes tienden


a colocar el desarrollo del estilo Cotzumalguapa en la fase Pantaleón, lo que
es consistente con el fechamiento propuesto para el principal auge de la zona
nuclear. Varios de los puntos de apoyo que Parsons utilizó para elaborar su
cronología escultórica han sido refutados, incluyendo el fechamiento de los
monumentos 1-8 de Bilbao. Si embargo, no puede descartarse la posibilidad
de que algunos monumentos de este sitio sean más tempranos, especialmente
si consideramos que Bilbao tiene una historia ocupacional más larga que las
zonas El Baúl y El Castillo. La validez del fechamiento de Parsons para los mo­

Figura 17. Monumento 70 de El Baúl, in situ entre los escombros del muro este del
juego de pelota localizado 300 m al oeste de El Baúl (operación EB7).

463
OSWALDO CHINCHILLA M., FREDERICK J. BOVE y JOSÉ VICENTE GENOVEZ

numentos 18 y 21 de Bilbao permanece dudosa, pero sólo podrá evaluarse por


medio de mayores investigaciones en el sitio.
En términos estilísticos, hay buenas bases para rechazar la asociación di­
recta del estilo Cotzumalguapa con el arte de Teotihuacan (cf. Braun 1982).
La iconografía de Cotzumalguapa contiene elementos que se originaron en
Teotihuacan, como variantes de Tláloc, la «serpiente de guerra» (Taube 1992)
y otros. La analogía más impresionante se encuentra en el personaje que von
Winning llamó «Dios con Máscara», que aparece representado en varias escultu­
ras de Cot­zumalguapa (figura 18). Sin embargo, la presencia de tales ele­men­tos
puede entenderse como una rein­terpretación de motivos que habían estado
presentes en la ideología de los pueblos costeros durante siglos, pues sabemos
ahora que la iconografía teotihuacana se hizo presente en la costa pacífica desde
la fase San Jerónimo, y se ha señalado que Cotzumalguapa quedó fuera del
área de contacto intenso con Teotihuacan, que se circunscribe en la costa baja
de Escuintla. Más que el resultado de una relación directa con Teoti­huacan
u otras regiones de México, los aparentes elementos «mexicanos» en el estilo
Cotzumalguapa evidencian que la costa sur de Guatemala participó plenamen­
te en la rica esfera de interacción cultural que caracterizó al Epiclásico a nivel
mesoamericano.

Figura 18. Monumento 35 de El Baúl.

464
LA CRONOLOGÍA DEL PERIODO CLÁSICO EN LA COSTA SUR DE GUATEMALA

Observaciones finales
De la discusión anterior se desprende que la historia cultural de la costa pa­
cífica durante el periodo Clásico es mucho más compleja de lo que aparenta
la línea recta representada en el atlas de Solanes y Vela (2000). Lejos de ir en
detrimento de los autores de este atlas, esa línea refleja cuán poco de los re­
sultados de estudios recientes ha trascendido el ámbito de los investigadores
especializados en el área.
A pesar de constituir una región estrechamente relacionada, la costa de Es­
cuintla no fue absolutamente uniforme en términos culturales, por lo que no es
posible encajarla en su totalidad bajo rubros demasiado generali­zadores, tales
como «Cotzumalguapa». Debe observarse que el rango geográfico de distri­
bución del estilo escultórico Cotzumalguapa se circunscribió a la bocacosta, y
sólo se conocen ejemplos aislados en sitios de la costa baja. Montana y Cotzu­
malguapa se presentan como los dos picos más altos en la curva del desarrollo
sociopolítico en Escuintla, pero están separados geográfica y temporalmente.
La transición entre las fases San Jerónimo y Pantaleón representó una oscilación
geográfica del principal centro del poder político de la costa baja hacia la bo­
cacosta. El auge de Cotzumalguapa coincidió con la caída de Montana al final
de la fase San Jerónimo, y cabe preguntarse hasta qué punto estos dos procesos
estuvieron relacionados entre sí. ¿Fue la caída de Montana consecuencia del
colapso de Teotihuacan? ¿Emergió Cotzumalguapa para llenar el vacío de poder
consecuente con la caída de Montana? ¿Fue el crecimiento de Cotzumal­guapa
un factor que incidió directamente en el colapso de Montana?
Cotzumalguapa representa una clara innovación con respecto al patrón
cultural establecido en Montana. Aunque incluye elementos que tuvieron su
origen último en Teotihuacan, el estilo escultórico de Cotzumalguapa no repre­
senta una derivación directa del arte teotihuacano, sino un cambio fundamen­
tal. Basta mencionar el énfasis de la escultura de Cotzumalguapa en la figura
humana, representada en forma realista. Los cánones fundamen­tales del arte de
Cotzumalguapa se apartan radicalmente de las tradiciones artísticas del centro
de México (véase Braun 1982), y el sistema de escritura de Cotzumalguapa se
diferencia igualmente de lo que conocemos del sistema de escritura de Teo­
tihuacan, aunque comparte rasgos específicos con otros sistemas de escritura
clásicos y posclásicos de Mesoamérica.
Los problemas cronológicos de la región se relacionan directamente con
una de las cuestiones más intrigantes de la historia cultural del sur de Meso­
américa: el fechamiento de las migraciones pipiles. En años recientes, la inter­
pretación más aceptada sitúa la migración pipil en el Posclásico (Fowler 1989a,
1989b). Sin embargo, las investigaciones recientes en Montana requieren una
nueva revisión de este problema. Bove interpreta la presencia teotihuacana en
Montana como el resultado de la migración de un grupo sustancial de origen
teotihuacano hacia la costa sur, tomando en cuenta los hallazgos de material de

465
OSWALDO CHINCHILLA M., FREDERICK J. BOVE y JOSÉ VICENTE GENOVEZ

uso doméstico característico de Teotihuacan y la imitación de vajillas cerámicas


del centro de México y la costa del Golfo. ¿Se justifica entonces retornar a la
propuesta que esbozó originalmente Jiménez Moreno (1959), quien postuló
tres oleadas migratorias sucesivas, la primera de ellas en el Clásico temprano?
Esta pregunta se relaciona, desde luego, con el problema del idioma, o idio­
mas, de Teotihuacan. Sería aventurado ofrecer una respuesta en este punto,
pero no podemos descartar la idea de que la población nahua de la costa sur
de Guatemala haya tenido su origen desde el Clásico medio.46
La migración de inicios del Clásico medio parece ahora mejor funda­mentada
que la de los «pipiles tajinizados» que Jiménez Moreno colocó en el Clásico
tardío. Recientemente, Karen Dakin y Søren Wichman (2000) han re­to­mado
esta idea y proponen una fecha de 800 dC para la migración pipil a Centro­
américa, con el apoyo de sus estudios lingüísticos detallados sobre el origen
y difusión del término «cacao». Sin embargo, el registro arqueo­lógico de la
costa sur de Guatemala no ofrece apoyo para esta propuesta. En lo que atañe
a Cotzumalguapa, no hay razones de peso para interpretar el desarrollo del
estilo escultórico y el gran crecimiento de la zona nuclear en la fase Pantaleón
como el resultado directo de una oleada migratoria en el Clásico tardío. La
fase Pantaleón no presenta rupturas con respecto a las tradiciones cerámicas ya
establecidas en Montana y otros sitios durante la fase San Jerónimo, sino más
bien una continuidad esencial con algunos cambios notables.

Reconocimientos

Las investigaciones que han servido como base para este trabajo fueron finan­
ciadas por la National Geographic Society, la Fundación para el Avance de los
Estudios Mesoamericanos (famsi) y la National Science Foundation de los Esta­
dos Unidos. Se ha contado también con el apoyo del Museo Popol Vuh de la
Universidad Francisco Marroquín, y la Escuela de Historia de la Universidad
de San Carlos de Guatemala. Las ilustraciones fueron elaboradas con el auxilio del
programa Autodesk CAD Overlay, genero­sa­mente donado por AutoCAD Gua­
temala/Geométrica S. A. Las inves­tigaciones de campo y gabinete efectuadas
por Sonia Medrano han proveído una parte importante de los fundamentos para
este trabajo que, sin embargo, es responsabilidad de los autores.

46
Las recientes investigaciones de Frederick Bove, José Vicente Genovez y Sonia Medrano en los sitios
posclásicos tardíos de Escuintla han demostrado que éstos no tienen continuidad con los sitios clásicos, y
sugieren que fueron establecidos por inmigrantes recientes a la región. Esto refuerza la idea de que los pipiles
no arribaron a Escuintla sino hasta el periodo Posclásico. Aún así, es posible que otros grupos hablantes de
idiomas nahuas los hayan precedido en la región desde el Clásico medio.

466
LA CRONOLOGÍA DEL PERIODO CLÁSICO EN LA COSTA SUR DE GUATEMALA

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