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Nombre: Matrícula:

Lic. Jorge Molina Arellano AC170004


Licenciatura: Nombre del asesor:
Derechos Humanos Dr. Fernando Arreola Merino
Proyecto: Ensayo
Módulo 1: Formación básica Proyecto Final
Nombre del curso: Caso Lydia Cacho y la
Problemas socioeconómicos, políticos y impunidad en México
culturales de México
Fecha: 3 de octubre de 2017

Título:
• El poder del Estado en contra de los derechos de acceso a la información
y a la libertad de expresión:
Introducción:
Desde sus inicios, finales del siglo XVIII y principios del XIX, la formación de una
sociedad como Estado se consolidó para “postular la necesidad de superar el
absolutismo monárquico mediante regímenes democráticos que, para proteger
la libertad de los hombres, supeditaran el ejercicio del poder político al orden
jurídico - principalmente Constituciones escritas-. El sustento de esta concepción
fue el respeto y protección en las monarquías constitucionales y en las repúblicas
democráticas” (Madrid Hurtado, 2004)

Los parámetros que forman dicho Estado se representan por una constitución;
la división de poderes y, entre muchos otros, el principio de legalidad.

Por una parte, la constitución “es un complejo normativo de naturaleza suprema


y fundamental. Es un conjunto de normas dispuestas sistemáticamente con el
propósito de organizar un estado, ellas regulan el uso del poder, garantizan el
respeto de las libertades y permiten el ejercicio de derechos; son de jerarquía
superior, permanentes, escritas, generales y reformables” (Arteaga Elisur, 2008)
La división de poderes, por otra parte, “fue expuesta de modo integral
originalmente por Montesquieu y supone la necesidad de que los depositarios de
las distintas funciones estatales se controlen unos a otros, con el fin de evitar la
nociva concentración del poder en una sola persona o grupo de personas”
(Andrade Eduardo, 3ra edición)

Por tanto, “al existir una soberanía radicada en el pueblo, el poder de este es
uno solo y lo que se busca es dividir su ejercicio, su funcionamiento; por eso se
trata de una división de funciones, propiamente dicha, más que de una división
de poderes” (Andrade Eduardo, 3ra edición).

La división de poderes “no supone que estos se encuentren divididos de manera


absoluta y tajante o ajenos entre sí, y mucho menos que necesariamente deban
estar enfrentados. La funcionalidad del gobierno constitucional requiere la
interacción e incluso la colaboración entre los órganos que ejercen cada poder”
(Andrade Eduardo, 3ra edición)

Entre todos los principios que existen para interpretar la constitución, se


encuentra el de principio de legalidad, el cual se entiende como el de “la
exigencia de supeditar el ejercicio del poder político a un marco legal que fijara
la estructura y las atribuciones de los órganos del Estado, los cuales sólo podrían
actuar con base en facultades expresamente conferidas por el orden legal, en
tanto que los particulares podían actuar en todo lo que no fuera prohibido por la
ley” (Madrid Hurtado, 2004)

En otras palabras, la legalidad constitución tiene su expresión en el hecho de


que, “a toda autoridad sólo le es permitido actuar en lo que tiene atribuido
expresa o implícitamente; por lo que concierne a los poderes y órganos federales
esto implica una doble limitante. La primera, el ámbito de los particulares, y la
otra, la órbita de competencia de los poderes de los estados” (Arteaga Elisur,
2008)
Por lo que respecta a los particulares, por su parte, “pueden actuar en todo lo
que no tienen prohibido; tratándose de derechos humanos sólo serán limitantes
válidas las que establezca la propia constitución; tratándose de otra clase de
derechos, serán las que determinan las leyes” (Arteaga Elisur, 2008)

Un aspecto interesante del principio de legalidad es el hecho de considerar que,


“una prohibición referida a una autoridad, en estricta técnica jurídica, no tiene
razón de ser; es suficiente que no se le otorgue la facultad o atribución para
actuar sobre determinada materia, para que se entienda que la tiene prohibida”
(Arteaga Elisur, 2008) Pese a esta lógica, las prohibiciones existentes en la
Constitución se explican “sólo en función de que pudiera tratarse de una acción
gravemente nociva, impolítica, o violatoria de un derecho individual o político a
favor de los ciudadanos” (Ateaga Elisur, 2008).

Si las facultades marcan el orden constitucional de competencia Estatal; los


valores determinan las pautas por las cuales este debe actuar. En efecto, a nivel
de valores, “el derecho es un código de ética social destacado y protegido por el
Estado” (Madrid Hurtado, 2004)

De los valores reconocidos por el marco constitucional mexicano se encuentran


los derechos humanos, entendidos como: “facultades y prerrogativas inherentes
a la persona humana, que le corresponden por su propia naturaleza,
indispensables para asegurar su pleno desarrollo dentro de una sociedad
organizada, mismos que deben ser reconocidos y respetados por el orden
público o autoridad, debiendo ser garantizados por el orden jurídico positivo”
(SCJN, 2017)

Sin embargo, y aún con todo un sistema garantista de derechos y facultativo en


obligaciones; el entorno actual del individuo en México se ha visto gravemente
afectado por un “ambiente bélico que ha predominado en los últimos años en
México, ha deteriorado la percepción que internacionalmente se tiene del país.
Las muertes a causa de la guerra oficial desatada en contra de los cárteles
mexicanos de la droga han sido más de 50, 000 y el número continúa
incrementándose diariamente. En especial, las mujeres periodistas y activistas
sociales se han visto afectadas por este agravado entorno social; dado que no
sólo enfrentan la enquistada violencia de género, sino también la generada tanto
por el Estado como por el crimen organizado” (Pérez Anzaldo, 2013)

Desarrollo:
La libertad de expresión consiste en “la posibilidad de dar a conocer nuestros
pensamientos por medio de la palabra escrita, o mediante señas, símbolos,
imágenes u obras de arte, sin que ninguna autoridad nos lo impida” (Andrade,
Tercera Edición).

Por otra parte, “el derecho a la información” (Andrade, Tercera edición) abarca:

a) El derecho social de recibir noticias y conocimientos plurales, es decir, que


reflejan distintos puntos de vista; y además que sean, veraces y oportunos por
parte de los que se dedican a difundirlos.

b) El derecho frente al Estado e incluso frente a entes de carácter privado que


reciban y ejerzan dinero público o actúen en ciertos casos como autoridades,
para que den a conocer la información de dispongan.

Por lo que respecta al derecho humano de la libertad de expresión; “las


principales fuentes textuales de protección de la libertad de expresión como
derecho fundamental o humano en México son los artículos 6 y 7 de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos (CPEUM), 19 y 20 del
Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Políticos (PIDCP) Y 13 Y 14 de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos (CADH)”

Por lo que respecta a la CPEUM el artículo sexto


Artículo 6.- La manifestación de las ideas no será objeto de ninguna inquisición
judicial o administrativa, sino en el caso de ataque a la moral, la vida privada o
los derechos de terceros, provoque algún delito, o perturbe el orden público, el
derecho…

El derecho a la información será garantizado por el Estado.

Toda persona tiene derecho al libre acceso a información plural y oportuna, así
como a buscar, recibir y difundir información e ideas de toda índole por cualquier
medio de expresión…

Por tanto, el artículo sexto constitucional reconoce “el derecho de buscar, recibir
y difundir ideas e informaciones de toda índole, así como también el de recibir y
conocer las informaciones e ideas difundidas por los demás. Tiene una
dimensión individual y una dimensión social, es decir, que nadie sea
arbitrariamente menoscabado o impedido de manifestar su propio pensamiento
y un derecho colectivo a recibir información y a conocer la expresión del
pensamiento ajeno”

Por su parte, el artículo 7º de la CPEUM determina:

Es inviolable la libertad de difundir opiniones, informaciones o ideas, a través de


cualquier medio….

El contexto jurídico aquí analizado sirve para entender el entorno global de los
derechos humanos que se desconocen o violentan ante la actual situación de
crisis de seguridad por la que se atraviesa en México actualmente y en particular,
la violencia hacia las periodistas que son víctimas del poder Estatal a causa del
ejercicio de su profesión.
En efecto, “indudablemente, las noticias que globalmente predominan sobre
México se enfocan en la guerra oficial desatada a partir de 2006 en contra del
narcotráfico, así como en su impacto sociopolítico, económico y cultural. Las
cifras de homicidios y desapariciones de personas se han disparado hasta
rebasar las 50, 000 víctimas y estas continúan acumulándose diariamente. En
este clima bélico, llama la atención la violencia dirigida hacia quienes ejercen la
labor periodística, la cual ha propiciado que, de un total de 179 posiciones, se
sitúe a México en la 149, de acuerdo con el último informe sobre la Clasificación
Mundial de la Libertad de Prensa de Reporters Without Borders” (Pérez Anzaldo,
G., 2013)

De tal reporte destacan en este 2017 como periodistas asesinados, los


siguientes: Javier Valdez Cárdenas (La Jornada, Río Doce, AFP), Maximino
Rodríguez Palacios (Colectivo Pericú, Es mi opinión), Miroslava Breach
Velducea (La Jornada, Norte de Juarez) y Cecilio Pineda Birto (La Voz de la
Tierra Caliente”.

De acuerdo con el reporte en comento, señala Pérez Anzaldo, 2013, “la


impunidad imperante, ha impedido revertir la cultura de la endémica violencia
que se encuentra tan arraigada en el país. En especial, a las mujeres periodistas
y activistas sociales se han visto afectadas por este agravado entorno social”.

Son tres las mujeres periodistas que actualmente se encuentran como víctimas
del acoso Estatal por su trabajo: Lydia Cacho, Carmen Aristegui y Anabel
Hernández. Ellas por medio de su trabajo, proponen una forma diferente de
informar y su trabajo dista mucho del “cerrado control estatal de los medios tanto
impresos como electrónicos que entorpece significativamente la libertad y flujo
de información que recibe la sociedad mexicana” (Pérez Anzaldo, 2013)

Lydia Cacho
Su trabajo se ha desarrollado, afirma Pérez Anzaldo, 2013, en la denuncia y
prevención de la violencia genérica. En sus inicios como reportera, ella misma
fue víctima de una golpiza y violación sexual por parte de un desconocido que
presumiblemente la atacó como un acto de silenciamiento. La experiencia
sufrida, le motivo para unirse y solidarizarse con otras víctimas que, como ella,
han sufrido acoso, maltrato físico y violación. Su libro; “Los demonios del Edén,
2005) propiciaron una serie de enfrentamientos a nivel privado y Estatal en
Puebla.

Carmen Aristegui
Pérez Anzaldo, 2013 reseña como Aristegui “ha logrado el reconocimiento
internacional a su labor periodística gracias a la seriedad y profesionalismo con
la que ha abordado temas tan varios como : la violación y muerte de la indígena
veracruzana Ernestina Ascensión Rosario a manos de varios miembros del
ejército mexicano, la encarcelación arbitraria y las vejaciones sufridas por la
periodista Lydia Cacho a manos de las autoridades poblanas, la pederastia de
Marcial Maciel encubierta por la Iglesia Católica y TV Azteca, así como la relación
del cuñado incómodo de Felipe Calderón con el grupo Prisa. Su capacidad para
analizar y exponer la corrupción empresarial, estatal y religiosa la ha llevado a
experimentar la violencia ejercida por las compañías afectadas y, la represión, el
silenciamiento y la censura.

Actualmente Carmen Aristegui es titular del espacio Aristegui Noticias, portal de


la Internet que sirve de medio alterno de información y que a su vez le sirve de
plataforma para denunciar casos como #GobiernoEspía y un seguimiento
oportuno junto con Anabel Hernández el caso de Ayotzinapa.

Anabel Hernández
En la reseña que se realiza sobre esta periodista en su libro “La Verdadera
Noche de Iguala” se lee que Hernández es una de las periodistas de
investigación más importantes en México. En 2002 ganó el Premio Nacional de
Periodismo por su investigación sobre el llamado toallagate. Fue seleccionada
dos veces como fellow de investigación del Investigative Reporting Program de
la Universidad de California en Berkeley para los periodos 2014-2015 y 2015-
2016. Ha colaborado con The Guardian, Le Monde, La República, La Strampa,
Reforma, Proceso, Univisión y Telemundo.

La periodista; en su libro “La Verdadera Noche de Iguala” comenta:

La historia que dio origen a este libro llegó a mí el lunes 29 de septiembre de


2014 mientras tomaba un café en la Universidad de California, en Berkeley;
acababa de llegar de la bahía de San Francisco, donde iniciaba una travesía
para encontrar la forma de regresar a México, donde están mi hogar y mi vida,
pero al mismo tiempo el lugar que me estaba matando poco a poco. Como ha
ocurrido con decenas de periodistas mexicanos, el gobierno federal me forzó a
marcharme tras permitir con negligencia que fueran en aumento las agresiones
contra mí, contra mi familia y contra mis fuentes de información. Tras cuatro años
de acoso, amenazas y atentados constantes, la noche del 21 de diciembre de
2013 se presentó la última llamada: 11 hombres armados, vestidos de civil y
perfectamente organizados como escuadrón, irrumpieron de manera violenta en
mi domicilio…

• Derecho a la libertad personal

Una de las características que engloban los casos aquí presentados, es la


participación del Estado ya sea en su acción u omisión hacia el derecho a la
libertad personal que, en opinión de Medina Quiroga, puede definirse como “el
derecho, constitucionalmente, consagrado, de disponer de disponer de la propia
persona y de determinar la propia voluntad y actuar de acuerdo con ella, sin que
nadie pueda impedirlo, siempre que no exista prohibición constitucionalmente
legítima” (SCJN, 2017)
Un concepto jurisprudencia sobre la libertad personal determina que esta es “la
capacidad de hacer y no hacer todo lo que está lícitamente permitido” (SCJN,
2017)

La Suprema
Artículo Corte de Justicia de la Nación comentaArtículo
16 Constitucional que el derecho a la libertad
17 Constitucional
personal al ser un derecho fundamental, en nuestro derecho interno el derecho
a la libertad personal se reconoce, aunque indirectamente, en el más alto nivel
Artículo 18a Constitucional
normativo, saber, en la CPEUM, específicamente enArtículo 19 Constitucional
los siguientes artículos:

Artículo 20 Constitucional

A nivel internacional, el derecho a la libertad personal se reconoce en los


artículos 1º, 3º, 9º, 11 de la Declaración Universal de Derechoso Humanos;
artículo I y XXV de la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del
Hombre; artículo 9º, y 11 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos;
artículo 5º, 7º de la Convención Americana sobre Derechos Humanos; artículo
37de la Convención sobre los Derechos del Niño; Artículo 4º de la Convención
Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la mujer,
artículo 14 de la Convención sobre los Derechos de las Personas con
Discapacidad; Artículo 10 del Convenio sobre Pueblos Indígenas y Tribales; y
por último; el Artículo 7 Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos
de los Pueblos Indígenas

Desde esta perspectiva; la libertad de expresión es entendida como “el derecho


de todo individuo de exteriorizar sus ideas por cualquier medio, no sólo verbal,
sino por todo aquel que la ciencia y la tecnología proporcionan, con la única
limitante de que quien emita su opinión no provoque situaciones antijurídicas
como el ataque a la moral, a los derechos de terceros, cometa un delito o
perturbe el orden público” (SCJN, 2013)

• Derecho a la integridad de las personas privadas de su libertad


El derecho a la integridad es establecido por la SCJN como “el derecho a la
integridad consistente en la protección de la persona, en su ámbito físico,
psicológico y moral. Este derecho encuentra justificación en el objeto de
protección: el ser humano; y, por ende , en su naturaleza específica y dignidad
inherente; así como que a través de él se salvaguarda un trato digno y decoroso
a las personas, respetuoso de su naturaleza, prohibiéndose cualquier atentado
a su integridad, principalmente, aquellos actos vejatorios, denigrantes, crueles e
inhumanos ocasionados por las autoridades con ánimo de intimidación, castigo,
investigación o cualquiera que sea el objeto que se pretenda” (SCJN, 2017)

Por tanto, el derecho a la integridad ha sido definido como el “derecho que toda
persona tienen a que se le asegure un trato acorde con su propia dignidad y a
que se salvaguarde su bienestar físico, psíquico y moral” (SCJN, 2017)

Lo sucedido recientemente en España en contra de los ciudadanos


independentistas catalanes da un ejemplo claro de la violación a este derecho
en comento:

Mauricio Castillo (@maucastilloa)

01/10/17 11:48
La situación en Cataluña, lejos de una solución. Algunos dicen que franco ha
vuelto. pic.twitter.com/Yy4xG5MstK

En México, los múltiples casos en contra de los periodistas dan fe de las


violaciones tanto al derecho a la libertad personal, como de la integridad de las
personas.

La pregunta por contestar después del análisis jurídico presentado es: ¿por qué
la teoría no se ajusta con la práctica? ¿por qué si existe un vasto y surtido marco
jurídico, los mexicanos no hemos alcanzado el goce y disfrute de derechos
humanos ya reconocidos a nivel interno como internacional.
Las respuestas a todas las preguntas anteriores pueden hallar respuesta al
entender que la corrupción surge “de la captura del Estado por parte de intereses
económicos rentistas, y de la estructura piramidal sobre la que funciona la
corrupción institucionalizada y a través de la cual los burócratas se ven forzados
a extorsionar a los ciudadanos ya sea por órdenes de sus superiores o por
inercias políticas y organizacionales. En otras palabras, los problemas más
acuciantes de la corrupción emergen no del Estado, sino de fuera de él. Y son
precisamente tales márgenes los que se han ampliado cada vez más como
resultado de las tendencias privatizadoras en el manejo de los asuntos
públicos”(Ballesteros, Eréndira, Ballesteros, & Eréndira, 2016)

Por tanto, los ciudadanos de hoy debemos enfocarnos a entender que no


tenemos un problema de Estado fallido, el problema real se encuentra en la
“corrupción estructural” que se define como “una forma específica de
denominación social sustentada en un diferencia de poder estructural en la que
predominan el abuso, la impunidad y la apropiación indebida de los recursos de
la ciudadanía” (Ballesteros, Eréndira, Ballesteros, & Eréndira, 2016)

Esta concepción toma mayor forma al comprender a la corrupción como “el


monopolio de la decisión pública, más discrecionalidad menos rendición de
cuentas” (Ballesteros et al., 2016) Por lo que, un entendimiento actual de la
corrupción parte “del enfoque de la corrupción estructural, y que en términos
completamente contrastantes señala que la corrupción puede ser
esquematizada como abuso de poder más impunidad menos participación
ciudadana” (Ballesteros et al., 2016)

Por estos datos, se puede concluir que “es precisamente esta corrupción
estructural de abuso de poder más impunidad menos participación ciudadana,
con su red de complicadas y colusiones, la que hoy desvirtúa integralmente a
Estado, mercado y sociedad” (Ballesteros et al., 2016)
El caso Lydia Cacho nos ofrece un ejemplo de una corrupción estructural pues
las violaciones a los derechos de la periodista iniciaron al ser ella la que explica
“la compleja red de pornografía infantil materializada en ramificaciones e
intersecciones a nivel mundial que tiene este redituable negocio. Como se
expone en los Demonios del Edén, en el caso de Jean Touma Hanna Succar
Kuri, por ejemplo, él se valía de la necesidad económica de las (os) niñas (os)
que conocía para iniciarlas (los) y prostituirlas (los) con clientes nacionales e
internacionales que recibían la propaganda tanto en las calles de Cancún como
a través de Internet” (Pérez Anzaldo, G.,2013)

Carmen Aristegui y Anabel Hernández son también un ejemplo de la corrupción


estructural, pues sus investigaciones y trabajas informativos o noticiosos como
lo expresaría la misma Aristegui fueron causa de todas las violaciones de las que
hasta ahora han sido víctimas. Pues son ellos, sus trabajos, los que motivan la
participación ciudadana en los asuntos que tanto funcionarios como empresarios
prefieren tener en la “discrecionalidad”; “elemento descriptivo de la opacidad y la
falta de probidad que caracterizan las negociaciones y los acuerdos corruptos.

De esta forma, “la discrecionalidad no sería una causa, sino un efecto de la


corrupción, que además sólo se hace presente una vez que el acto de la
corrupción se ha consumado” (Ballesteros, S., Eréndira, I., Ballesteros, S., &
Eréndira, I., 2016)

La solución para acabar con la corrupción estructural “exige mucho más que
sacar las “manzanas podridas” de la “canasta social”. Exige observar en su lugar
las estructuras, los tejidos y los incentivos intrínsecos a esta misma “canasta”
que permiten que la corrupción florezca dentro de ella” (Ballesteros, S., Eréndira,
I., Ballesteros, S., & Eréndira, I., 2016)

Conclusión:
En suma, se analizan los derechos humanos violados por el Estado, ya sea por
acción u omisión, en los casos Cacho, Aristegui y Hernández; el Estado al ser
omiso en garantizarlos, no sólo permite, con la impunidad, las violaciones a los
Derechos Humanos en teoría garantizados, coadyuba, con su omisión, a un
ataque frontal hacia la sociedad mexicana por permitir el silencio eterno de las
personas que, por ejercer su trabajo, han perdido la vida para que los mexicanos
tengamos, en verdad, el derecho a la información.

Bibliografía:
• Ballesteros, S., Eréndira, I., Ballesteros, S., & Eréndira, I. (2016). Enfoque de la
corrupción estructural: poder, impunidad y voz ciudadana. Revista mexicana de
sociología, 78(1), 119–152.Recuperado de:
http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0188-
25032016000100119
• Madrid Hurtado, M. de la. (2004, mayo 24). Constitución, Estado de derecho y
democracia [Libro]. Recuperado el 4 de octubre de 2017, a partir de
https://biblio.juridicas.unam.mx/bjv/id/1365
• Pérez Anzaldo, G. (2013). Los peligros de ser mujer, periodista y/o defensora de
los derechos humanos en el México globalizado actual. Revista de Filología y
Lingüística de la Universidad de Costa Rica Vol. 37 Núm. 2. Recuperado a partir
de http://repositorio.ucr.ac.cr/handle/10669/14579
• Arteaga Elisur, (2008). Derecho Constitucional Tercera Edición. Oxford
• Andrade, Eduardo (Tercera edición). Constitución política de lso Estados Undos
Mexicanos Comentada. Oxford
• Suprema Corte de Justicia de la Nación (2013). Derechos Humanos en la
Constitución: Comentarios de Jurisprudencia Constitucional e Interamericana I.
SCJN
• Suprema Corte de Justicia de la Nación (2017). Derecho a la libertad personal.
SCJN
• Hernández, Anabel (2016). La Verdadera Noche de Iguala. Grijalbo

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