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Planeando una clase de catequesis

Consiste en planear de manera particular un tema específico para una sesión de clase.

Debemos tomar en cuenta todos los aspectos que tienen que ver con ella para tener una mayor garantía de tener éxito en
nuestra sesión.

Estos aspectos se resuelven respondiendo las siguientes preguntas:

· ¿POR QUÉ se va a impartir esta clase?


· ¿QUIÉN es el que impartirá la clase?
· ¿A QUIÉN se le impartirá la clase?
· ¿CUÁNDO se va a impartir esta clase?
· ¿DÓNDE se va a impartir la clase?
· ¿QUÉ es lo que se va a enseñar?
· ¿PARA QUÉ se impartirá esta clase?
· ¿CUÁNTO se desea que asimilen los alumnos?
· ¿CÓMO se va a enseñar?
· ¿CON QUÉ recursos se va a dar la clase?

¿POR QUÉ se va a impartir esta clase?

Con esta pregunta recordaremos cuál es la misión que tenemos, la trascendencia de ésta y la responsabilidad que adquirimos al
asumirla.

Como maestros de la fe, somos instrumentos de Dios para que los alumnos conozcan a Jesucristo por medio del estudio de la fe,
que lo amen por medio de la reflexión y que este conocimiento y amor a Jesucristo los lleve a imitarlo y se conviertan en
verdaderos testigos de Cristo.

Nunca debemos dar una clase sin haber dedicado antes tiempo a la oración.

¿QUIÉN es el que impartirá la clase?

Con esta pregunta nos visualizaremos a nosotros mismos como maestros de la fe: nuestros conocimientos doctrinales y
pedagógicos, nuestro dominio de la materia, nuestra capacidad para controlar al grupo, nuestra voz, nuestras cualidades en el
campo de la oratoria, nuestra presencia física, nuestra forma de vestir, nuestro lenguaje y sobre todo, nuestra cercanía con
Dios, de modo que no descuidemos ningún elemento que pueda distorsionar la imagen que debe tener un verdadero
catequista: instrumento de Dios para la transmisión del tesoro de la fe católica.

¿A QUIÉN se le impartirá la clase?

Debemos recordar que estamos trabajando con el tesoro más preciado de Cristo, que son los niños y jóvenes.

Al contestarnos esta pregunta debemos analizar a quién vamos a enseñar y transmitir la fe para planear cada sesión de acuerdo
a cada grupo. No podemos tratar de la misma manera a los diferentes individuos, ni a los diferentes grupos, aunque la temática
sea la misma, ya que cada uno tendrá sus características especiales, y no todas las técnicas o estrategias para la enseñanza
funcionan para todos.

¿CUÁNDO se va a impartir esta clase?

Planear la sesión se clase buscando aprovechar al máximo el tiempo disponible, eligiendo los contenidos y actividades que nos
lleven de una manera más eficaz a lograr los objetivos.
¿DÓNDE se va a impartir la clase?

Este punto se refiere el lugar físico en donde impartiremos nuestra clase. Puede ser en el mismo salón de clase, aunque en
ocasiones conviene, de acuerdo a la sesión, darlo en otro lugar como la capilla del colegio, el salón de proyecciones
audiovisuales, el patio o jardín etc.

Es importante planearlo con anticipación para constatar la disponibilidad del lugar que pretendemos utilizar, evitando que se
empalme con actividades de otros grupos.

¿QUÉ es lo que se va a enseñar?

Esta pregunta se refiere a analizar el objeto de nuestra enseñanza: los contenidos y actitudes que vamos a transmitir.

Para ello se recomienda el estudio a fondo de los diferentes temas en el Nuevo Catecismo de la Iglesia Católica, aunque no se
vayan a exponer todos estos contenidos a los niños.

A los niños se les enseña la doctrina de acuerdo con el nivel adecuado a su edad, pero el maestro tiene la obligación de estudiar
a fondo cada tema que exponga, reflexionarlo y hacerlo propio, para acompañar su enseñanza con un auténtico conocimiento
del tema y convencimiento del mismo y para poder contestar las dudas o inquietudes que puedan surgir.

¿PARA QUÉ se impartirá esta clase?

Al contestar esta pregunta se deben revisar con detalle los objetivos que se pretenden lograr en esa sesión de clase, tanto en el
área doctrinal con los contenidos temáticos que deben aprender, como en el área moral con las actitudes de vida que se deben
lograr.

Tener claros los objetivos nos ayudará a ser más objetivos en la planeación de la sesión, y a elegir los recursos didácticos y
técnicas de enseñanza más apropiados para la consecución de estos objetivos.

¿CUÁNTO se desea que asimilen los alumnos?

Definir, desde el momento de la planeación de que manera se evaluará el cumplimiento de los objetivos. Este punto se
desarrolla ampliamente en la Guía de evaluación, del Tesoro de mi fe católica.

¿CÓMO se va a enseñar?

En este punto de la planeación vamos a definir detalladamente los pasos que se van a dar a lo largo del desarrollo de la sesión
de clase, buscando siempre los mejores recursos, técnicas y actividades para lograr los objetivos propuestos.

Mientras más detallado sea este punto de la planeación tendremos más seguridad en el éxito de la clase, ya que no dejaremos
ningún momento a la improvisación. Esto nos ayudará además a lograr una mejor disciplina dentro del salón de clase.

¿CON QUÉ recursos se va a dar la clase?

Definir los recursos necesarios para impartir la clase para solicitarlos o fabricarlos con el tiempo necesario. Es necesario ser
realista en la planeación de las clases tomando en cuenta cuáles son los recursos reales con los que podemos contar.
Cuando se requiera material de tipo audiovisual o técnico, debemos revisar que las instalaciones estén listas para usarse, ya que
una falla en este sentido puede alterar nuestra clase, provocar indisciplina y evitar que logremos nuestros objetivos. Es por ello
que conviene revisarlas con anticipación y conocer perfectamente su funcionamiento.

“La necesidad de una catequesis sistemática es una de las mayores necesidades de la Iglesia en este momento.”

Juan Pablo II

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