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Diversidad ideológica de los estados africanos

La unidad africana es una aspiración arraigada a los pueblos del continente, los nuevos estados buscan
hacer efectivo ese ideal, lo que implica la evolución política de las nuevas naciones independientes hacia el
supranacionalismo y contribuir con los estados aún dominados. Los planteamientos políticos de estos
estados deben analizarse en función de sus problemas específicos y su panafricanismo. En 1960 dos hechos
influyen en las relaciones internacionales Africanas:
-La crisis del Congo que agudizó los conflictos de la política poscolonial y exigió la búsqueda de soluciones.
-El acceso a la independencia de los territorios subsaharianos de habla francesa, lo cual introdujo nuevas
orientaciones en la perspectiva poscolonial.
Según su posición política después de la independencia, los estados suelen dividirse en “radicales”,
“moderados” y “conservadores”.
Los estados ´africanos se dividen en tres, según la posición política adoptada después de la independencia.
Los radicales, Ghana, Guinea y Malí, planteaban profundas transformaciones económicas y sociales
internas, un cambio de sistema respecto al heredado por el colonialismo, pretendían pasar del
colonialismo al neocolonialismo. Su política exterior se fundamentaba en el objetivo de llegar a la creación
de un estado único o con un número restringido de estados panafricanos. Sumado a la postura revisionista
de la realidad que tenían, ya que sus fronteras repetían las subdivisiones creadas en el periodo colonial,
con intereses ajenos al de los africanos. Se añade el revisionismo de Marruecos, que reivindica el dominio
sobre Mauritania y un sector del Sahara perteneciente a Argelia, aunque su gobierno estaba alineado a los
planteamientos políticos radicales, su gobernante estaba en oposición.
La Republica Árabe Unida (actual Republica Árabe de Egipto) también apoyo la política radical. La
asociación de todos estos estados se hizo oficial en 1961, en Casablanca (Marruecos), intentaban
consolidar su independencia, con la convicción de que únicamente un continente fuerte y unido podría
luchas contra la intención de los países occidentales de mantenerlos bajo su control, utilizando dirigentes
que estaban a su servicio (marionetas). Los dirigentes de los nuevos estados eran instrumentos del
colonialismo. Para las naciones africanas, las luchas en su propio país seguían siendo contra el
colonialismo. Pero las contradicciones entre los nuevos países eran muy fuertes, Marruecos, por ejemplo,
mantenía estructuras conservadoras. Esto hizo que los acuerdos de Casablanca no se llevaran a la práctica
y tuvieran que volver a ser discutidos en la conferencia del Cairo.
Los 12 estados independientes de Francia se asociaron en 1961 formando la Unión afromalgache (UAM),
luego se convirtió en la Organización africana y malgache para la cooperación económica (OAMCE), en
1965 en la Organización común africana y malgache (OCAM) y luego tranformarce en la Organización
común africana y malgache. En el marco político africano representaban al ala conservadora, con
tendencia a conservar un statu quo concretado en:
 no romper los lazos con la metrópoli.
 Continuar cooperando con Europa, sin dar prioridad de la construcción de un continente africano autónomo.
 legitimar el mapa político heredado de la época colonial.
 apoyar el ideal de la unidad africana pero oponiéndose a la idea de superestado panafricano.
En la crisis congoleña de 1960, ambos grupos, radicales y conservadores, criticaron la intervención de las
Naciones Unidas, pero con motivaciones diferentes. Los radicales denunciaron la actuación de los cascos
azules como un intento de hacer irreversible el golpe de estado que, al eliminar a Lumumba (primer
ministro del Congo), eliminaba toda posibilidad de independencia para el Congo. Muchos estados
conservadores manifestaron que temían que la intervención pudiera poner en tela de juicio un statu quo
que sin presiones externas, había desembocado en el triunfo del conservadurismo.
Por otro lado los radicales, teniendo en cuanta las experiencias del pasado, creían que para que el Congo
accediese a la independencia ere indispensable la ruptura total con Bélgica.
Los países conservadores, con estrechas relaciones con Paris, veían en la reanudación de los contactos del
Congo con Bruselas un beneficio para el país.
Entre radicales y conservadores, se hallaban los moderados, caracterizados como grupo no tanto por lo
que tienen en común sino a lo que se oponen, eran estados históricos como Etiopia y Liberia. Otros, como
Togo y Tunicia (antiguas colonias francesas) mostraban distanciamiento de los radicales por razones de
estrategia política, mostraban una solidaridad muy débil respecto a los estados africanos de habla francesa
de la UAM.
Historio, geografía y problemas políticos mantenían a Sudan, Somalia y Nigeria alejados de la política
panafricana. Libia, como Marruecos, tomó posiciones radicales en el campo diplomático y se mantuvo
conservadora en su política interna., al contrario de Marruecos, no se interesaba por la política
subsahariana. Muchos estados moderados tomaron la iniciativa de crear una organización basada en la
cooperación entre entidades soberanas. Asumían una política intermedia,entre radicales y conservadores,
respecto al Congo, para ellos la crisis era lamentable porque ponía en riesgo las instituciones y amenazaba
la ley y el orden.
Con los años, se produjo un acercamiento de posiciones, debido a la similitud entre los problemas
políticos, sociales y económicos que debían afrontar los países africanos tras la independencia y la
necesidad de superarlo, termino por crear una unificación de las políticas de los distintos países.
Irrumpe un nuevo tipo de estados; Guinea- Bissau, Cabo Verde, Angola y Mozambique, el hecho de haber
mantenido una guerra constante con los portuguese, han modelado una estructura estatal avanzada de
tipo socialistas, apoyan a los movimientos de liberación de Rhodesia, Republica Sudafricana y Namibia.
Todos los estados deben aun afrontar problemas políticos y económicos, la carencia de personal técnico y
administrativo capacitado. Otra herencia de occidente es: la noción de modernidad y el concepto de
nación-estado, que implica la idea de unidad nacional y de una administración eficiente, capaza de
responder a su pueblo.
La inestabilidad política interna se debe a una multitud de conflictos provocados por diversos factores,
por ejemplo, luchas por el poder entre la elite del poder y la que está excluida de él, enfrentamientos entre
los que ostentan el poder y sindicatos, asociaciones de jóvenes, los campesinos, la iglesia, los militares.
Conflictos étnicos y raciales. Estas tensiones se manifiestan en revueltas, conspiraciones, sublevaciones,
golpes de estado o asesinato de líderes. La sociedad africana está todavía en gestación, con inestabilidad
política y dependencia económica. Los graves problemas condicionan el desarrollo, interno e internacional,
se podría hablar de una política poscolonial.

Relaciones entre los nuevos estados


Luego de la conferencia de Bandung en 1955 y la de Belgrado en 1961 donde se reunieron los países
afroasiáticos y los no alineados, en muchas ciudades africanas se realizaron encuentros. En Addis-Abeba,
en 1963, se constituyó la Organización de unidad africana (OUA) con el objetivo de crear un sentimiento de
responsabilidad común por encima de las diferencias ideológicas y territoriales, sin embargo, no ha podido
resolver los conflictos que se desarrollaron en África desde 1963. La misión de la OUA es establecer
relaciones entre los nuevos países africanos y crear nuevas organizaciones e instituciones internacionales e
internacionales que sustituya a las coloniales.

Conferencia celebrada en Belgrado (Fed. Yugoslava) en 1961, y que reunió a representantes de 24 países de los llamados no alineados.
Conferencia de Bandung:Se celebró en 1955 en Bandung, Indonesia, con el objetivo de favorecer la cooperación económica y cultural
afroasiática, en oposición al colonialismo y el neocolonialismo de las antiguas metrópolis y los Estados Unidos.
La búsqueda de un nuevo esquema de relaciones interestatales fue distinta a la de otros continentes. En
Asia un largo periodo de dominio colonial, combinado con una civilización indígena llena de contenido
histórico de gran importancia en el pasado, dio a muchos estados porcoloniales el sentimiento de
nacionalidad. Por ello en Asia se habla de cooperación o solidaridad asiática. En esta zona de oriente
medio, persiste vive una unidad que fue rota por los gobiernos coloniales. Este sistema heredado es
opuesto a de su pasado, por lo cual para estos no tiene legitimidad. Por lo cual hace que se genere un
movimiento de unidad en ellos.
En el África subsahariana no existe recuerdo de unidad, ya que la vida política de entonces se hallaba
descentralizada y la era colonial fue breve. Por lo tanto, la legitimidad de las comunidades políticas
establecidas por las administraciones coloniales es dudosa. En el sur del Sahara el panafricanismo es muy
fuerte, y se diferencia del panarabismo, ya que no se fundamenta en una unidad histórica, sino en una
unidad generada por el color y por una reacción común ante el racismo. Pero también tienen en común el
replanteamiento en el sistema de estados heredados del colonialismo. Existen obstáculos a superar como
la fragilidad de los vínculos que unen a los nuevos estados, ya que durante la colonia los territorios Vivian
relativamente aislados, porque el sistema colonial era vertical entre la colonia y la metrópolis y no entre
colonias vecinas. Por la colonización de África occidental aparecieron un conglomerado de estados
distintos, sin embargo, sólo Gran Bretaña y Francia dominaban en esa época y crearon servicios e
instituciones comunes para el desarrollo de sus colonias, pero las colonias estaban desparramadas por la
costa e intercaladas, las de dominación británica con las dependientes de Francia, las tentativas
unificadoras no sirvieron. Los británicos también desarrollaron servicios comunes en África oriental y
central con un resultado más constructivo en cuanto a unificación ya que los territorios eran lindantes.
El vínculo más solido creado entre los nuevos estados es el anticolonialismo, definiendo la unidad de un
modo negativo, éste ha servido para reunirlos en conferencias internacionales, sin embargo es un débil
vínculo, no es suficiente para crear uno nuevo.
Existen otras dificultades, como las disputas territoriales que se generan en la arbitrariedad de las
fronteras de las colonias, fijadas por acuerdos de grandes potencias (entran las reivindicaciones
territoriales de Kenia y Etiopia por parte de Somalia), o la reactivación de objetivos precoloniales, como la
reivindicación marroquí sobre Mauritania y zonas de Argelia.
Los dirigentes africanos han aceptado para construir la unidad nacional las fronteras impuestas por el
colonialismo, situación ratificada por la OUA que proclama el respeto mutuo de todos los estados. La
mediación de la OUA pudo resolver algunos problemas fronterizos, pero estas tensiones son periódicas. La
más grave es la que enfrenta a Somalia con los estados limítrofes; Somalia reivindica el territorio de Djibuti
y a sí mismo extensos territorios- cuyos habitantes son somalíes que forman parte de Kenia y Etiopia.
Desembocó en 1977 en un conflicto militar en el cual Somalia invadió Etiopia. Las guerras eritreas y la
precaria independencia de Djibuti pueden llevar a algunas restructuraciones en esta área. Otra zona de
inestabilidad está centrada en el deseo expansionista de Marruecos, manifestado en la invasión del Sahara
Occidental.

La formación de los líderes africanos


La independencia y el desarrollo político posterior de la nueva áfrica son obra de la labor política cotidiana
de hombres que han empeñado su vida al servicio del ideal y las aspiraciones del pueblo africano, su papel
será de extraordinaria importancia.
La elite tradicional, que en otras épocas había combatido la expansión colonial representando a los
pueblos africanos, en la actualidad sirve de transmisión de los intereses coloniales en el interior de sus
respectivos países. Los verdaderos actores de la independencia han sido los nuevos líderes. El pacifismo de
las relaciones sociales existentes antes de la llegada de los invasores era resultado de la división en castas
de los africanos, la usencia de clases explica la permanencia del principio monárquico hasta hoy, con una
organización del trabajo ajena al continente.
El apoyo popular, casi carismático, de dirigentes africanos procede de su acción decidida frente a los
colonizadores, también del respeto ancestral por el principio de la autoridad personal, monárquica.
La formación de los jefes de la independencia se ha realizado en misiones, escuelas, y universidades de los
colonizadores, con la influencia de los ideales de la revolución industrial burguesa y en menor medida
socialista. Sólo en los últimos años el marxismo ha conformado los movimientos de liberación que hoy se
encuentran en el poder de las antiguas colonias portuguesas o luchan por él en los países del apartheid.
La mayoría de los líderes han afirmado la necesidad de realizar el ideal de los precursores de la libertad
africana: el panafricanismo, la solidaridad de los pueblos despojados del continente, la construcción en
común de un nuevo estilo de vida. Son contrarios a la formación de nuevos estados de contenido étnico,
englobar en unidades superiores sí.
Los nombres de algunos estados independientes, o en vías de liberación hacen referencia a antiguos
imperios africanos o reinos supratribales, como Ghana, Malí o Zimbabwe.
África Árabe fue la primera en iniciar la marcha hacia la liberación. Los dirigentes han sido unionistas, han
puesto el acento en el panarabismo y en el surgimiento de la comunidad islámica.
En los movimientos independentistas ocupa el primer plano la figura de Nasser. (Político y militar egipcio,
presidente de la república egipcia entre 1954 y 1970).
El ejemplo de la oficialidad nacionalista egipcia, creadora de un capitalismo nacional de estado y
reconstructora del orgullo e independencia nacional, ha revolucionado la situación de todo el norte y
oriente medio de África, desplazando a regímenes feudales. Aunque la recuperación de los medios y
riquezas de los países norteafricanos no se ha hecho en beneficio de la mayoría de la población, ha creado
nuevas posibilidades de desarrollo cultural y económico.
El nasserismo y los regímenes de Libia y Arabia son el resultado de una clase social detentora de la
propiedad: el ejército, con sectores nacionalistas, los notables que en el viejo sistema feudal no
detentaban más de lo que la potencia colonial les otorgaba.
Los regímenes creados por Nasser, Bumedián y Gaddafi se basan en la reestructuración social, con clases
bien diferenciadas.
Desde 1956 las monarquías coloniales han ido desapareciendo. Las monarquías tribales desaparecieron
luego del golpe militar en Burundi (1966). Los intentos por crear reinos secesionistas (separados o
independizados de una nación) tuvieron breve duración.
La desposesión del emperador de Etiopia por el ejército en 1974 puso fin al más viejo imperio, dejando
momentáneamente aislado el trono, ocupado en 1976 por el centroafricano Bokassa quien se transformó
en emperador.
Un nuevo tipo de monarcas ensombrece la evolución y progreso: los militares, cuyos golpes de estado han
significado un freno al proceso de independencia económica y cultural. Estos personajes se han formado
en cuarteles coloniales y tienen la ambición de sostenerse en el poder. Favorecedores de los intereses del
capital internacional, con falso orgullo nacional.
Las pocas salvedades se encuentran en el régimen progresista del Consejo Militar en Somalia, el socialismo
científico impulsado en la Republica Popular del Congo y en Benín a cargo de un comandante, incluso el
gobierno militar malgache de independencia nacional ha conseguido una cierta mejora.
En Ghana se mantiene en el poder un general, en Alto Volta y Malí los generales han reemplazado el
panafricanismo por la guerra fronteriza; en Níger el presidente fue destituido por un coronel. En Etiopia o
en Nigeria los militares en el poder no han realizado una política clara. Salvo las excepciones anteriores, los
militares prolongan y agudizan las dificultades nacionales del desarrollo de sus países.
El incremento de los golpes militares únicamente podrá resolverse con hombres que se basen en los
ideales de los líderes de la primera generación independentista. De ellos, los líderes de Guinea y Tanzania
son los únicos que han resistido las presiones neocoloniales, los intentos de golpes de estado y han
relevado nuevos movimientos y líderes del África revolucionaria: los Cabral, Mondlane, Machel Y Neto.
Con la retirara de Portugal del continente, llegan al poder los combatientes nacionalistas, con dirigentes
preparados bajo la comprensión del estado real de sus pueblos y de las tareas a desarrollar con prioridad:
la alfabetización, una realidad por la que los hombres del MPLA (movimiento popular de liberación de
Angola)han sido perseguidos por años en Luanda: la concepción del ejercito como parte de la población ha
sido demostrada durante años cuando la guerrilla cultivaba los campos al tiempo que protegía a los
campesinos y eso tanto en Guinea- Bissau, como en Mozambique o en la zona oriental de Angola; la
fraternidad ha sido demostrada en el esfuerzo de dirigentes y partidos por erradicar todo tipo de racismo y
de xenofobia. Estos hechos prefiguran en 1976 nuevas posibilidades para la sociedad africana.

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