Вы находитесь на странице: 1из 9

LA NARRACIÓN. TÉCNICAS NARRATIVAS.

Los textos narrativos (literarios y no literarios) se caracterizan por la presencia de


CINCO ELEMENTOS necesarios, algunos de los cuales también pueden ser
comentados en las obras teatrales (todos, excepto el narrador; e incluso este, a partir
de las obras teatrales de Bertolt Brecht):
Acción- Sucesos que se relatan en el texto.
Narrador- Nos cuenta la historia, no es identificable con el autor.
Personajes
Espacio- Lugar o lugares donde suceden los hechos narrados.
Tiempo- Momento en el que se sitúa la acción.

Las distintas técnicas que puede utilizar el escritor en la elaboración de su


texto narrativo y que podemos comentar se relacionan con estos cinco
elementos:

1. PERSONAJES.

Existen dos clasificaciones complementarias:

A) Según su IMPORTANCIA, se clasifican en personajes PRINCIPALES (con mayor


peso en el relato), SECUNDARIOS (menor peso en la historia) y TERCIARIOS o
INCIDENTALES (personajes apenas nombrados, sin intervención alguna en el relato, con
muy poca presencia). Dentro de los personajes principales distinguimos entre
PROTAGONISTAS (dotados de cualidades morales positivas, con los que el lector tiende a
identificarse) y ANTAGONISTAS (personajes que se oponen a los propósitos del/los
protagonista/s o los obstaculizan, y presentan rasgos morales negativos).
Este eje formado por protagonista (encarnación del bien, modelo con el que se identifica
el lector) frente a antagonista (encarnación del mal, repulsivo al lector), queda alterado a
partir de dos fenómenos culturales:

- El ROMANTICISMO. Desde el surgimiento de esta corriente literaria (primera mitad del


siglo XIX), con su interés por personajes marginales, deformes física y moralmente, y/o
considerados malvados y proscritos por la sociedad (véanse, por ejemplo, obras como
Frankenstein, de Mary Shelley o Drácula, de Bram Stoker, en la literatura inglesa; Nuestra
señora de París, de Víctor Hugo, en Francia o, en la literatura española, los personajes de las
Leyendas de Bécquer o los poemas narrativos de Espronceda, por poner varios ejemplos),
protagonistas y antagonistas difuminan sus fronteras e intercambian o mezclan sus
papeles y los lectores a menudo terminan una obra sintiendo ternura e identificándose con el
personaje originalmente “malvado” y poniendo en duda la bondad moral de los supuestos
protagonistas iniciales y, por tanto, la de las propias normas morales de la sociedad en su
conjunto (ver ejemplos citados).

- El surgimiento del PSICOANÁLISIS y, con él, el descubrimiento del subconsciente


humano, propiciados por Sigmund Freud (siglo XX), a partir de aproximaciones previas
por parte de filósofos como Schopenhauer y Nietzsche, provocan un creciente interés por
personajes duales que se debaten entre un impulso consciente hacia el bien y un impulso
inconsciente hacia el mal, llegando a veces incluso a desdoblarse literalmente (véase El
extraño caso del doctor Jekyll y míster Hyde, de Robert Louis Stevenson, por ejemplo) o
seres extraños o repulsivos para la sociedad (el Gregor Samsa de La metamorfosis, de Franz
Kafka, es quizá el mejor ejemplo). En la literatura universal del siglo XX (al menos en la
occidental), la distinción biel-mal queda puesta en duda definitivamente y
PROTAGONISTAS Y ANTAGONISTAS SE FUNDEN Y CONFUNDEN.

Por otra parte, encontramos también los llamados PERSONAJES GRUPO o


PERSONAJES COLECTIVOS (no actúan individualmente, sino de forma colectiva, como
una masa, y representan determinados valores sociales o culturales grupales, no
individuales).

B) Según su COMPLEJIDAD PSICOLÓGICA, los personajes de una narración se dividen


en PLANOS y REDONDOS. Los personajes planos comienzan y terminan el relato con los
mismos rasgos básicos de personalidad, sin que ésta se vea alterada por los sucesos que les
ocurren o por sus circunstancias vitales. Estos personajes son propios de la narración literaria
anterior al siglo XVI, pues en este siglo varias obras cruciales (en especial El ingenioso
hidalgo don Quijote de la Mancha, de Miguel de Cervantes, así como El Lazarillo) se
centran precisamente en los cambios que viven los personajes a partir de aquello que les
acontece. La complejidad psicológica (alejada de prototipos, tópicos y clichés) de estos
nuevos protagonistas hace que hablemos de personajes redondos, los más frecuentes en la
literatura occidental del siglo XX.
Estos personajes que dependen de su entorno y sus circunstancias dan lugar a las
llamadas novelas o relatos de aprendizaje (o bildungsroman), donde el/la protagonista va
siendo transformado por la vida positivamente o, la mayoría de las veces, en la literatura
occidental del siglo XX, negativamente, pasando de la inocencia e idealismo inicial a una
progresiva corrupción propiciada por la sociedad circundante.
Ejemplos:

- Véase esta transformación ya en la novela del siglo XVI y XVII a través de personajes
como Don Quijote, el Lazarillo o el posterior Buscón de Quevedo. De hecho, esta corrupción
que convierte al protagonista-héroe inicial en ANTIHÉROE (fracasado, desgastado
psíquica y moralmente, corrompido o vencido por la sociedad, a veces hasta llegar al
suicidio) es la base de toda la novela picaresca.

- Ya en el siglo XX, los antihéroes se multiplican. Véase, por ejemplo, al protagonista de El


árbol de la ciencia, de Pío Baroja; a las mujeres protagonistas lorquianas (Adela, en La casa
de Bernarda Alba u otras protagonistas de obras como Mariana Pineda, Yerma, Bodas de
Sangre, etc., cuya rebeldía y lucha por la libertad es aplastada por una sociedad represora y
cruel); a todos los “derrotados” por la vida y la guerra civil en Los girasoles Ciegos; al
sacerdote sin fe de San Manuel Bueno, mártir o, incluso, a los “personajes” que pueblan
obras poéticas como las de García Lorca (los gitanos de Romancero gitano o Poemas del
cante Jondo, los habitantes de la Nueva York devoradora de almas en Poeta en Nueva York.
Y, por supuesto, al Gregor Samsa de La Metamorfosis.

Vladimir Propp establece otra clasificación de personajes en el cuento folclórico


(cuento de hadas tradicional o cuento maravilloso), pero que a veces podemos aplicar
también a otros tipos de obras. Distingue los siguientes tipos de personaje:

- Héroe: lleva el peso de la acción, realiza la hazaña. Suele identificarse con


el príncipe o caballero.
- Aliado: lo apoya, lo acompaña. Acción menos importante, pero afín a la
del héroe. Suele identificarse con el escudero.
- Donador: personaje que da, que entrega un objeto mágico o esencial para
la hazaña al héroe. Suele ser un personaje extraño en contacto con o
procedente de lo sobrenatural. Ej.: mago Merlín en el ciclo artúrico; dioses
que entregan armas mágicas a los héroes de La Ilíada y La Odisea…
- Villano: se opone al héroe y, por tanto, a su línea de acción. Puede tener su
aliado y su propio donador, incluso su propia princesa o falsos villanos
(porque son fácilmente abatidos por el héroe).
- Mandatario: encomienda, patrocina o promueve la hazaña. En los cuentos
folklóricos, suele ser el padre (rey) del príncipe (héroe). A veces es un
antiguo héroe, que interviene o es consultado para aconsejar. Puede ser a la
vez el donador. Ejemplo conjunto de mandatario y donador: Gandalf en El
señor de los anillos, de Tolkien.
- Princesa: recipendaria de la hazaña: los beneficios son para ella. En el
cuento folklórico es un personaje pasivo, está alejada de toda acción, pero
asociada a la pasión, al amor. Cambios en cuento moderno: o bien adquiere
más fuerza y acción, y se convierte en coprotagonista, o incluso deviene
heroína.
- Falso/s héroe/s: no tienen por qué ser villanos, sino simplemente
incapaces de realizar la hazaña. Permiten agrandar la figura del héroe por
comparación, y retardar la acción. En el cuento folclórico suelen ser los
hermanos mayores del héroe o sus competidores por el amor de la princesa.

2. NARRADOR.

La narratología (estudio de la narración y sus técnicas), a partir de Gerard Genette,


distingue entre voz narrativa (o narrador: quien cuenta la historia) y focalización (grado
de conocimiento que el narrador posee sobre la historia, pues puede saber más que los
personajes, igual que ellos o menos).

Distinguimos TRES TIPOS DE FOCALIZACIÓN, asociadas a ciertos tipos de


narrador:

-FOCALIZACIÓN CERO o relato no focalizado: el narrador LO SABE TODO sobre


todos los personajes, puede estar en varios sitios a la vez y desplazarse por distintos lugares y
épocas, y conoce los pensamientos y deseos de todos los personajes. Coincide, por tanto, con
el NARRADOR EXTERNO (no es un personajes de la historia) OMNISCIENTE. Este
tipo de narrador, además, valora los hechos narrados y a sus personajes, opina sobre ellos, se
muestra más a favor de unos personajes sobre otros, etc. Efecto en el lector: este tipo de
narrador genera confianza en el lector, pues lo pone en una posición privilegiada desde la
cual puede ver todo lo que pasa. Dota al relato de realismo y veracidad, pero también
distancia al lector de la historia, pues este no llega a identificarse totalmente con ningún
personaje.

- FOCALIZACIÓN EXTERNA: el narrador SABE MENOS QUE LOS PERSONAJES,


tiene una VISIÓN LIMITADA. Nos cuenta lo que ve, pero únicamente las acciones externas
de los personajes, sin entrar nunca en su interior. Actúa, pues, como una cámara de vídeo:
registra lo que ocurre y nos lo muestra. Su visión, pues es limitada: no conoce los
sentimientos ni sentimientos de ningún personaje. Está asociado a dos tipos de narrador:

- NARRADOR EXTERNO OBJETIVO (nos cuenta todo lo que ve, pero sin
penetrar en el interior de los personajes, funciona como “una cámara de vídeo que
funciona bien”). Nunca opina ni valora los hechos narrados. Efecto en el lector: da
sensación de realismo, de veracidad, pero también de FRIALDAD. Ejemplo: las
novelas del noveau roman francés.
- NARRADOR EXTERNO DEFICIENTE (actúa igual, registrando datos externos,
pero poco a poco el lector se da cuenta de que “la cámara de vídeo no funciona bien”,
se le escapan acciones importantes, etc.). Tampoco opina sobre lo narrado. Efecto en
el lector: progresiva DESCONFIANZA, comprende que no tiene acceso a datos
importantes o estos le llegan dañados, por lo que se requiere una PARTICIPACIÓN
MÁS ACTIVA por parte del lector, que debe completar lo que falta a partir de los
pocos datos que posee. La desconfianza y frialdad puede compensarse, pues, con un
mayor interés por parte del lector. El ejemplo extremo de este tipo de narrador
(aunque también encontremos casos de narrador objetivo en sus textos) lo
encontramos en los relatos del escritor norteamericano Raymond Carver.

- FOCALIZACIÓN INTERNA: el narrador SE IDENTIFICA CON ALGUNO DE LOS


PERSONAJES de la historia, y conoce solo lo que este personaje ve, oye, piensa y siente, sin
entrar en el interior de los demás personajes. Se relaciona con dos tipos de narrador:

- NARRADOR INTERNO PROTAGONISTA: el narrador es el protagonista o


antagonista de la historia, es decir, un personaje principal. Nos cuenta los hechos
desde su perspectiva. Efecto en el lector: IDENTIFICACIÓN, SUBJETIVIDAD,
FUERTE EMOTIVIDAD, puesto que literalmente el lector se pone en la piel del
susodicho protagonista o antagonista. No obstante, a veces el lector puede darse
cuenta poco a poco de que este personaje no da una perspectiva fiable de la historia,
pues es un loco (Ej.: El misterio de la cripta embrujada, de Eduardo Mendoza, o El
túnel, de Ernesto Sábato) o un malvado (o ambas cosas). Entonces se irá generando
una SENSACIÓN DE DESCONFIANZA y el ya comentado PAPEL ACTIVO DEL
LECTOR, que debe averiguar si lo que le cuenta el narrador es cierto o no.

- NARRADOR INTERNO TESTIGO: el narrador es un personaje de la historia,


pero no principal, sino secundario. Igualmente, nos cuenta solo lo que ha visto u oído
y desde su perspectiva. Efecto: suele servir para engrandecer la figura del protagonista
(Ej.: novelas de Arthur Conan Doyle, protagonizadas por Sherlock Holmes pero
narradas por el doctor Watson) o dotar de GRAN REALISMO y veracidad a la
historia, a la vez que logran la IMPLICACIÓN EMOTIVA DEL LECTOR. A veces se
combina con la llamada TÉCNICA DEL MANUSCRITO ENCONTRADO (el
narrador afirma que ha encontrado por casualidad un documento, que presenta como
totalmente verdadero, y que él se limita a transcribir; ejemplos los encontramos desde
El Quijote hasta algunos relatos de Los Girasoles ciegos, pues este recurso se utiliza
muchísimo.

IMPORTANTE: Cuando la focalización es INTERNA, el narrador puede ser


siempre el mismo personaje (FOCALIZACIÓN FIJA), puede identificarse
alternativamente con dos o tres personajes distintos (FOCALIZACIÓN
VARIABLE) o haber casi tantos narradores diferentes como personajes
importantes hay en el relato, con lo que cada uno nos aporta una perspectiva distinta
sobre los hechos narrados (FOCALIZACIÓN MÚLTIPLE; se relaciona con la
estructura PERSPECTIVISTA).

Por otra parte, según LA PERSONA en que se narra la historia, distinguimos entre:
- NARRADOR EN 1ª PERSONA: usa la primera persona del singular o del plural. Efecto
en el lector: SUBJETIVIDAD, CERCANÍA O IDENTIFICACIÓN, FUERTE
EMOTIVIDAD. Se suele combinar con el narrador protagonista o testigo.

- NARRADOR EN SEGUNDA PERSONA: usa la segunda persona del singular o del


plural. Es poco frecuente. Efecto en el lector: SORPRESA, INTERÉS INICIAL,
IMPLICACIÓN EN LA HISTORIA, pero si se constantemente puede llegar a CANSAR al
lector.

- NARRADOR EN 3ª PERSONA: usa la tercera persona. Suele combinarse con el narrador


omnisciente, objetivo o deficiente (OJO: no siempre) y genera sensación de REALISMO,
pero también DISTANCIAMIENTO, FRIALDAD.

3. TIEMPO.

Con este elemento narrativo se relacionan las siguientes técnicas posibles:

A) RITMO NARRATIVO. Cada narración tiene un determinado ritmo narrativo, que viene
dado por la rapidez o lentitud con la que se narran los hechos, respecto al tiempo real que
éstos tardarían en suceder. Así una obra igual de extensa puede narrar lo acontecido en treinta
años (Ej.: primer volumen de La Regenta, de Leopoldo Alas Clarín) o en tres días (Ej.:
segundo volumen de La Regenta). En el primer caso encontramos un “tempo” o ritmo
narrativo RÁPIDO; en el segundo, un ritmo narrativo o “tempo” LENTO. El autor
cuenta con diversos recursos o técnicas para acelerar o retardar el ritmo narrativo:

- La ELIPSIS: para conseguir un ritmo narrativo más rápido, se ELIMINAN ESCENAS


poco necesarias o que de momento no conviene enseñar al lector.

- La PAUSA NARRATIVA: el discurso narrativo avanza pero el ritmo narrativo se detiene o


se vuelve muy lento. Esto ocurre, por ejemplo, en las DESCRIPCIONES (el narrador se
para a describir algo, deja de narrar acciones por un tiempo).
- La DIGRESIÓN : ruptura intencionada del ritmo narrativo con un cambio brusco de tema
o una reflexión por parte del narrador sobre un tema relacionado con la historia. Esta técnica
se usa muchísimo en El árbol de la ciencia, de Pío Baroja, y vuelve más lento el ritmo
narrativo, deteniéndolo durante un tiempo.

- La REPETICIÓN: una misma escena, generalmente de importancia crucial en el relato, se


narra más de una vez desde puntos de vista distintos (ver perspectivismo y focalización
múltiple). El ritmo narrativo se hace así más lento para destacar un hecho importante. Esta
técnica se usa durante toda la novela Crónica de una muerte anunciada, de Gabriel García
Márquez.

- La SIMULTANEIDAD: se narran varias escenas simultáneas (en el mismo momento, pero


en distintos lugares, y con diferentes personajes). (Ver estructura paralela, simultánea o de
contrapunto). También vuelve más lento el ritmo narrativo.

B) SALTOS EN EL TIEMPO. Son saltos en la cronología lineal de la historia. Se


denominan:

- FLASH-BACK, ANALEPSIS o RETROSPECCIÓN: Salto repentino al pasado. Suele


realizarse a partir de recuerdos o mediante el déjà vu.
- FLASH-FORWARD, PROLEPSIS O ANTICIPACIÓN: salto repentino al futuro. El
ejemplo máximo de esta técnica es Crónica de una muerte anunciada, de Gabriel García
Márquez, donde se nos anuncia la muerte del protagonista justo al inicio de la obra, desde su
propio título.

4. ESPACIO.

Puede ser real o imaginado, interior o exterior…

Con este elemento se relacionan distintas técnicas posibles:

1. ESPACIO-MARCO o ESPACIO-FONDO. El lugar donde transcurre la acción


tiene poca importancia, es solo un fondo, una especie de decorado, y no influye
demasiado en la acción, carácter de los personajes, etc. Poco frecuente en la
literatura desde el Romanticismo y el Realismo, aún menos en la literatura del siglo
XX.

2. ESPACIO-REFLEJO EMOCIONAL DEL PERSONAJE o VICEVERSA. El


paisaje se transforma atendiendo a los sentimientos de los personajes, aparece como
un reflejo de éstos: de sus emociones, pasiones, carácter, conducta… Se inicia con el
Romanticismo. Lo CONTRARIO se da a partir del Realismo (el espacio influye
enormemente en los personajes), aunque ya anunciado por la novela picaresca, por
ejemplo. Desde fines del XIX, por tanto, ambas técnicas aparecen en la literatura.
También se puede producir una SIMBIOSIS ESPACIO-PERSONAJE, es decir, un
personaje se identifica con determinado espacio. Un ejemplo se da en el personaje de
Don Manuel en San Manuel Bueno, mártir, de Miguel de Unamuno, donde el
personaje se identifica con el lago.

3. ESPACIO SIMBÓLICO. El espacio es casi irreal, con pocos elementos pero


fuertemente metafóricos y simbólicos. Ejemplos: Bodas de sangre (la luna, el
bosque, el color amarillo…), La casa de Bernanda Alba (la casa, el agua, las tapias,
las rejas…) o en San Manuel Bueno, mártir (el lago que simboliza la duda o falta de
fe, la montaña que simboliza la fe, y otros espacios más complejos como la nieve, el
agua, la aldea o mundo rural frente a la ciudad o mundo urbano…).

Generalmente, el espacio se introduce en un texto narrativo mediante la descripción (ver


tipos de descripción). En el teatro, a través de indicaciones sobre el decorado (acotaciones) o
mediante las palabras de los personajes.

Una vez analizados los elementos narrativos y las técnicas asociadas pasamos a
observar la organización del relato, su división en partes, tanto visuales como de
contenido, es decir:

ESTRUCTURA EXTERNA E INTERNA DE LA NARRACIÓN

1. ESTRUCTURA EXTERNA. Organización del texto en partes visibles a simple vista,


sin leer el texto: ¿Cómo se divide y organiza el relato a simple vista? ¿En capítulos, escenas,
párrafos, partes? ¿A parecen títulos, subtítulos? ¿Se usa una tipografía diferente: mayúsculas,
subrayado, negrita, comillas, cursiva? A veces la estructura externa no es significativa, otras
veces sí pretende obtener determinado efecto.

2. ESTRUCTURA INTERNA.
Organización del relato en función de su contenido. Encontramos distintos tipos de
estructura (OJO, PUEDEN COMBINARSE):

A) CLÁSICA: división típica de la narración en PLANTEAMIENTO, NUDO y


DESENLACE. Si se nos presenta un fragmento, no un texto completo, podemos comentar a
qué parte corresponde. Ej.: cuentos de hadas tradicionales.

B) LINEAL. Los sucesos se narran en orden cronológico, aunque pueda aparecer alguna
alteración (pequeños saltos en el tiempo). Puede coincidir con la estructura clásica o con la
estructura “in media res”, si se elimina el planteamiento. Llamamos ESTRUCTURA
LINEAL INVERSA a aquellas obras que proceden exactamente al contrario: del final al
principio. Ejemplos: Guerra del tiempo, de Alejo Carpentier; bastantes obras de la novela y
relato hispanoamericanos del siglo XX (García Márquez, Cortázar, Borges, el propio
Carpentier…). Ejemplo cinematográfico: El curioso caso de Benjamín Button.

C) “IN MEDIA RES”. La narración sigue un orden lineal o cronológico, pero se elimina el
planteamiento. La obra comienza en plena acción (NUDO), sin presentar a los distintos
personajes, el espacio, el tiempo, el conflicto que origina dicha acción... Todos estos
elementos los iremos deduciendo a partir de los hechos que se vayan sucediendo.

D) CIRCULAR. La narración comienza y termina de la misma forma, en el mismo punto o


con una situación parecida, como si se cerrara un círculo, aunque en el intervalo hayan
sucedido muchas cosas.

E) ANACRÓNICA. Hay constantes saltos en el tiempo (retrospecciones y anticipaciones).


La historia se presenta, así, como un rompecabezas temporal que el lector debe recomponer
poco a poco.

F) PARALELA, SIMULTÁNEA O DE CONTRAPUNTO. Al mismo tiempo, ocurren


diversas historias con distintos personajes y en diferentes lugares. Generalmente acaban
confluyendo en una sola historia (VIDAS CRUZADAS). Esto se usa en Los girasoles
ciegos, por ejemplo.

G) PERSPECTIVISTA. Un mismo hecho se narra desde distintas perspectivas o puntos de


vista, de los distintos personajes. Esto puede requerir la aparición de distintos narradores. Ej.:
Las Olas, de Virginia Woolf.

H) DE MOSAICO o FRAGMENTARIA. La narración se construye a partir de fragmentos,


distintos textos aparentemente extraídos de diversas fuentes (entrevistas, noticias, reportajes,
declaraciones, fragmentos de diarios…), con distintos narradores. Da realismo a la historia.
Ej.: Guerra Mundial Z, de Max Brooks; Los girasoles ciegos, de Alberto Méndez.

CARACTERÍSTICAS LINGÜÍSTICAS DE LA NARRACIÓN

Son rasgos lingüísticos propios de la narración:

- Más VERBOS que sustantivos y adjetivos (por el predominio de la acción)


- Verbos en Pretérito Perfecto Simple.
- Adverbios, locuciones adverbiales o Complementos Circunstanciales indicadores de
lugar y tiempo (para situar la historia en su cronotopo o coordenadas espacio-temporales)

LA NARRACIÓN SUELE INCLUIR FRAGMENTOS DESCRIPTIVOS Y


DIALOGADOS.

Podemos comentarlos atendiendo a las siguientes cuestiones:

DESCRIPCIÓN:

a) CARACTERÍSTICAS LINGÜÍSTICAS de la descripción:

-Más ADJETIVOS y SUSTANTIVOS que verbos.


-Verbos en Pretérito Imperfecto o en Presente.
-Muchos recursos literarios, especialmente METÁFORAS, COMPARACIONES y
PERSONIFICACIONES.

b) TIPO DE DESCRIPCIÓN:

- ¿Es SUBJETIVA (la descripción es valorativa, hay opinión) u OBJETIVA (no hay
valoración, no hay opinión)? ¿Por qué?

- ¿Es GENÉRICA (se describe una especie o tipo, destacando los rasgos comunes a estos) o
CONCRETA (se describe a un ser u objeto individual, destacando los rasgos que lo hacen
único)? ¿Por qué?

- ¿Es una descripción DETALLISTA (se describe con detalle), IMPRESIONISTA (se
destacan únicamente unos cuantos rasgos fundamentales, sin detalles) o EXPRESIONISTA
(se exageran los rasgos, especialmente los negativos, provocando un efecto desagradable,
terrorífico o cómico, al modo de una caricatura)?

- ¿Es una descripción ESTÁTICA (se describe el ser u objeto en un lugar y momento
determinado, sin que se registren cambios) o DINÁMICA (se describe la evolución del ser u
objeto en movimiento en el espacio o a lo largo del tiempo, registrando las transformaciones
del mismo)?

DIÁLOGO:

Recordemos la diferencia entre diálogo y monólogo. También hay que comentar los
tipos o estilos de diálogo/monólogo empleados:

ESTILO DIRECTO. Se reproducen las palabras de un personaje tal como éste las
pronunció. Se introduce por medio de un “verbo dicendi” (de habla o pensamiento), y se
separa del resto del texto mediante dos opciones: comillas o raya/guión.
Ejemplos:
a) Martina dijo: “qué cansada estoy”.
b) Martina dijo:
--Qué cansada estoy.
c) –Qué cansada estoy —dijo Martina.
d) PROPIO DEL TEATRO:
MARTINA: Qué cansada estoy.

ESTILO INDIRECTO. El narrador reproduce de forma indirecta las palabras de un


personaje, usando verbos dicendi, pero eliminando los signos de puntuación,
introduciendo el diálogo mediante la conjunción “que” o “si” y trasladando los verbos al
pasado.
Ejemplo:
Martina dijo que estaba cansada.
José pregunto si ya era la hora de comer.

ESTILO DIRECTO LIBRE. Dentro de la narración, sin verbo dicendi y a veces sin
comillas ni dos puntos, se reproducen las palabras de un personaje, tal como las dijo.
Ejemplo:
La noche caía a su alrededor y ellos empezaron a tener miedo. ¿Cómo que
no me asuste? ¿Es que tú no estas aterrorizado? Yo me encuentro bien.
Pues eres frío como una piedra. Se detuvieron. Alguien se aproximaba.

ESTILO INDIRECTO LIBRE. Igual que el anterior, pero se introducen los


pensamientos de un personaje y aparecen en pasado.
Ejemplo:
A los pies de la cama tenía su traje nuevo, recién planchado, y una camisa
blanca, escrupulosamente lavada, que todavía olía a añil y jabón. No. La
vida no era triste. Ahora, acodado en la ventana, podía comprobarlo. No
era triste. No debía rendirse.

CORRIENTE DE CONCIENCIA O MONÓLOGO INTERIOR

Parecido al anterior, pero se reproducen los pensamientos del personaje de forma inconexa,
incompleta, incoherente a veces, tal como realmente se suceden los pensamientos en nuestra
conciencia. El ejemplo máximo está en el Ulises de James Joyce, del que extraemos el
siguiente ejemplo:

el sol brilla por ti me dijo el día que estábamos tumbados entre los rododendros en el
promontorio de Howth con el traje de mezclilla gris y su sombrero de paja el día que conseguí
que se me declarara si primero le di un poco de la torta de semilla que tenía dentro de mi boca
y era bisiesto como ahora sí hace dieciséis años Dios mío tras aquel largo beso yo casi perdí el
aliento sí él decía que yo era una flor de la montaña sí eso somos flores todo el cuerpo de mujer
sí esa fue la única verdad que dijo en su vida y el sol brilla hoy por ti sí por eso me gustó
porque vi que comprendía o sentía como es una mujer y supe que yo podría hacer de él lo que
quisiera y le di todo el placer que podía para llevarle a que me pidiera que dijese sí y yo
primero no quería contestarle mirando sólo el mar y el cielo estaba pensando en tantas cosas
que él no sabía de Mulvey y Mr. Stanhope y Hester y de Papá y del viejo capitán Groves y de
los marinos que jugaban a pájaro al vuelo y a saltar del burro ya lavar platos como ellos lo
llamaban en el malecón y el centinela frente a la casa del gobernador con esa cosa alrededor
del casco blanco pobre diablo medio achicharrado y de las muchachas españolas riendo con sus
mantones y sus altas peinetas y de los gritos (…)

Вам также может понравиться