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1.

3 Criterios para evaluar la calidad de la información

Existen ciertos criterios que rigen los procesos para evaluar la información que
encontramos de una investigación. Existe información de calidad que, sin embargo, puede
ser inútil si no se tiene claro lo que se busca. Es por esto que se debe saber que se va a
buscar, para que y como. Las necesidades informativas deben ser respondidas de esta
manera y así poder armar un trabajo de calidad sin relleno bibliográfico. Entonces, los
criterios son los siguientes (Universidad de Alicante, s.f., p.5):

 Autoridad: la autoría de una obra es uno de los criterios más importante


para evaluar la calidad de la información. Se debe saber quién es, su grado
de especialización, experiencia laboral, entre otros. En caso de obras
colectivas se debe verificar la función que cumple en la misma.
 Actualidad: existen ciertos temas en que la información actualizada al día
es enriquecedora, pero existen las posibilidades de investigaciones
históricas en que la información más antigua es la más relevante.
 Objetivo y audiencia: se debe cuestionar que tipo de obras es, si tiene
carácter científico, académico, entre otros., y a que publico vas dirigido.
 Originalidad, exhaustividad y cobertura: determinar la profundidad del
tema, si cubre el tema con totalidad, los aspectos que trata y su nivel de
detalles. También, hay que verificar si es una obra novedosa o si se basa
en otras investigaciones.
 Organización y estructuración de la información: verificar si la
información se organiza de manera fresca, sencilla y coherente con el
tema, el tipo de obra y a la audiencia que se dirige. Evaluar si la
información está estructurada y distribuida por capítulos o apartados,
incluyendo resumen, índice, metodología, introducción y conclusiones,
aunque también dependerá del tipo de obra.
 Calidad de la expresión y de las ilustraciones, tablas, mapas y
gráficos: Si los mapas, gráficos, tablas, entre otros., ayudan a una mejor
compresión de la obra y si la información tiene buena ortografía, sin errores
gramaticales.
 Adecuación a las necesidades de información del usuario: la
información debe ser de calidad y fiable, pero también debe responder a
nuestras necesidades informativas, es decir, debe ser útil en
correspondencia con lo que se está buscando.

Estos criterios valen tanto para información impresa como electrónica. Sin
embargo, en el caso de información encontrada en Internet, hay otros criterios
dependiendo de si es encontrada en páginas web, revistas electrónicas, bases de datos,
portales, entre otros. Se evalúa el lugar de donde procede, ya que la web es un lugar
gigante donde la información se ha masificado y no hay quien controle estos tipos de
procesos para la fiabilidad de la misma. La autoría y el contenido también son datos a
evaluar en este tipo de información. Estos criterios son (Universidad de Alicante, s.f.,
pp.17-18):

 Navegación y Recuperación: se valora el acceso a la información y si se


integra un motor de búsqueda. El diseño y la estructuración de la
información en el tipo de página encontrada. Si, además de esto, hay
elementos de navegación complementarios, la homogeneidad del sistema,
la existencia de páginas de ayuda, entre otros.
 Usabilidad, Legibilidad y Ergonomía: la facilidad de uso del recurso, la
capacidad de la adaptación de la fuente, facilidad de lectura, la posibilidad
de rectificar acciones y deshacer errores, la velocidad de descarga o de las
políticas de y normas de acceso al recurso.
 Cantidad de información: capacidad de ofrecer la mayor información
posible de forma exacta y concisa.
 Luminosidad: cantidad de enlaces que tiene hacia otras páginas. Se
valora la actualidad y la calidad de los enlaces (si direccionan a las sedes
que dicen).
 Visibilidad: cantidad de veces en que la pagina es sido enlazada o citada
por otras páginas y/o autores.

Estos criterios deben adecuarse perfectamente con el investigador, es decir, la


experiencia, capacidad de aprendizaje y compresión de la persona que busca ayuda a
optimizar estos procesos.

1.1.3.1 Autoridad. ¿Qué hemos de evaluar?

Como se dijo anteriormente, la autoría es uno de los elementos más importantes


que evaluar en una información. Si el anonimato no es fiable tampoco lo es la escaza
experiencia que tenga el autor sobre el tema.

Primero, se debe saber quién es el autor, que hace, su grado de especialización,


su experiencia laboral y que función desempeña en la obra. La experiencia, la tradición y
la práctica profesional son fundamentales y la bibliografía interna de una obra debe ser
verificada, pero esto únicamente lo puede hacer un especialista en las técnicas de
representación formal, las mejores codificaciones tipográficas, los sistemas de descripción
y clasificación normalizados, entre otros (Cordón García, 1998, pp. 2-6)

Así que sebe evaluar la experiencia del autor, aunque el prestigio no siempre es lo
más fiable, ya que existen editoriales que aprovechan la influencia de estos personajes y
figuran una aportación o dirección inexistente en la obra con fines publicitarios. Por esto,
es que no solo se evaluara quien es, sino que también de que función desempeña en la
obra (Cordón García, 1998, pp. 2-6).

También está el caso de las editoriales quienes prestigian y justifican una obra. La
edición es una especialidad muy desarrollada, por esto las editoriales con una tradición
editorial ofrecen mayores indicios de solvencia, su nombre por si solo ofrece garantías de
calidad (Cordón García, 1998, pp. 2-6).

Toda esta información aportada por el recurso en si debe ser comprobada


cuidadosamente por medio de análisis. El que un autor no sea conocido no quiere decir
que lo que ofrece no sea fiable, por esto se recomienda consultar en repertorios
especializados. Si todos los elementos aquí explicados son verificados, por lo tanto
obtendrá información de calidad y fiable, siempre y cuando responda a las necesidades
informativas del investigador, es decir, información de utilidad.

Todo este apartado se puede representar más sencillamente de la siguiente


manera:
1.1.3.2 Prefacio o introducción. ¿Qué evaluamos?

Entre la mayor cantidad de fuentes de información (especialmente las físicas y


algunas digitales –como artículos de revistas científicas en línea, libros virtuales, entre
otros-) existe un medidor muy importante a tener en cuenta a la hora de evaluar las
fuentes, esta es: la introducción, también llamada prefacio.

La introducción puede entenderse como la parte inicial de algo, y en especial entre


los distintos soportes, el prefacio “suele hacer la declaración de intenciones acerca de
cuáles son los objetivos de la obra; la exhaustividad [sic exhaustividad]: inclusiones y
omisiones; cobertura geográfica; el plan de la obra, la profundidad y extensión del tema,
las fuentes que se han consultado o en las que se ha basado para realizar la misma, el
sistema de actualización que se va a seguir en el caso de que se vaya a publicar
periódicamente.” (Cordón, 1998, p. 7). La importancia que tiene esta parte de las fuentes
es que permite poner al corriente al usuario que la está dando uso un contexto en el que
esa obra fue hecha, dándole un abreboca de la información que el contiene y siendo
punto de partida para contrastaciones, críticas y evaluación del mismo.

Para poder evaluar una fuente de información José Cordón (1998, pp. 7-9) ofrece
unas cuantas cuestiones a resolver y da unos requisitos mínimos que deben tener las
introducciones, entre estas están:

 ¿Fija bien los objetivos de la obra? Su cometido debería presentar con la máxima
claridad la naturaleza y alcance de la obra que precede.
 ¿Relata bien los antecedentes? Toda introducción debe dar una revisión corta y
precisa de la literatura pertinente usada en el texto con intención de orientar al
lector.
 ¿Explica la cobertura y límites de la obra? Éste debería expresar con sencillez las
limitaciones conceptuales, cronológicas y geográficas a las que fue/está sometido
el documento, del mismo modo Así como el grado de exhaustividad de su
cobertura.
 ¿Da vista de los niveles de actualización de la obra? En este apartado, debería
detallar sus procedimientos de actualización al igual que la regularidad con la que
estos se aplican.
 ¿Detalla la metodología seguida en su elaboración? La introducción y en especial
el prefacio de trabajos académicos/científicos debería explicar la metodología
seguida en la elaboración de la obra, teniendo en conjunto si es posible
cuestionarios en el caso de los directorios, censos, Guías, Quién es Quién, y
algunos repertorios bibliográficos.
 ¿Explica hacia qué público va dirigida? Debe puntualizar a que nivel de usuarios
va dirigida, ¿un público profesional? ¿Un público especialista? ¿A cualquiera?

1.1.3.3. Contenido. Relevancia. Alcance. Actualidad. ¿Qué evaluamos?

Las fuentes de información no sólo tienen indicadores en lo que respecta a su


aspecto formal, es decir, su parte física (exterior), sino que los parámetros más
importantes a tener en cuenta se encuentran en el aspecto interno, el cual amerita un
proceso de análisis intelectual para poder desentrañar los mismos para poder evaluarlos.
Los indicadores más importantes que refieren a la parte interna de las fuentes son:
contenido, relevancia, alcance y actualidad.

Contenido

El contenido da muestra del tratamiento que se le hizo el autor y los enfoques


desarrollados que le dio un autor o una entidad a un tema, tópico, o teoría de una parte
del conocimiento humano o referente a un campo (Ronconi, s.f., p. 3). La información
debe valorarse desde el punto de vista que se cuenta y cómo lo cuentan.

Tanto la Universidad de Alicante (s.f., p. 7), como Roberto Ronconi (s.f., p. 3), dan
algunos puntos y cuestiones a tratar para poder hacer la evaluación del contenido de las
fuentes, y aunque tienen punto de vista parecidos se puede hacer una combinación de
ambos puntos de vista para crear una lista homogénea. Estos puntos son:

 ¿El tema se trata en profundidad o de forma superficial?


 ¿La información se presenta con claridad? ¿Las afirmaciones están lo
suficientemente argumentadas y documentadas?
 ¿La información posee relevancia? ¿Es exhaustiva?
 ¿La información es objetiva o responde a algún tipo de interés?
 ¿Contienen solamente imágenes o existe un equilibrio entre imágenes y texto?
 La información, ¿se enriquece con las aportaciones de otros investigadores con
otros puntos de vista?
 ¿Está bien estructurada y organizada la información? ¿Hay introducción, los temas
se desarrollan en capítulos, se exponen conclusiones?
 ¿Existe coherencia entre los objetivos, los contenidos y los procedimientos
sugeridos?
 ¿Qué información adicional se incluye? ¿Se ofrecen índices, glosarios, gráficos,
tablas, imágenes, anexos...?

Relevancia

Siguiendo lo desarrollado por Brunilda Figueroa en Criterios para evaluar la


información (2007), la relevancia de las distintas fuentes de información debe basarse en
elementos basados en el juicio (p. 1). Según este autor, la valoración de la relevancia
debe basarse y tratar de satisfacer los siguientes puntos:

 ¿Qué información necesitas?


 ¿Qué tipo de información se piensa utilizar?
 ¿Cómo se usará dicha información? (Ensayo, monografía, presentación, entre
otros)

Alcance

El alcance va ligado de la relevancia, ya que permite desarrollar una evaluación


que permita enfocar la información desde varias perspectivas; con éste indicador debe
examinarse el contenido de la información, dando un balance entre los datos, opiniones y
la información ya existente plasmada en el documento, con otras fuentes de corte
parecido (que contengan puntos de vista a favor o en contra) al recurso que está siendo
examinado)

Actualidad
La actualidad de los documentos entrega uno de los indicadores más importantes
que puede tener una obra, ya que la novedad de un documento (y con el uso de otros
medidores) puede dar muestras de si una información es obsoleta o no, desarrollando
mejor este punto de vista Brunilda Figueroa (2007) describe que hay tres escenarios al
momento de buscar información, estos son: “…información actualizada 1 (al día),
información de los últimos tres (3) años e información publicada que excede los últimos
tres años (en algunos casos históricos) […]En la mayoría de los casos cualquier
información de los últimos seis (6) años o más se considera obsoleta2.” (p. 2).

Diferentes autores (al igual que con el apartado de contenido) desarrollan diversos
criterios para evaluar la actualización de una fuente, entre estos autores vale la pena
destacar a: Mirta Núñez (2002, pp. 2-3) y Roberto Ronconi (s.f., p. 3); estos pautas dadas
por los autores son las siguientes:

 ¿Cuándo se realizó?
 ¿Cuándo se actualizó?
 ¿Cuán actualizados están los enlaces (si es que los tiene)?
 ¿Cuántos enlaces no funcionales tiene la página?
 ¿Está desactualizada la información de la página?
 ¿La modificación de los recursos y los datos existentes en respuesta a la aparición
de nuevos aportes al tema?
 ¿Se indica si el contenido se actualiza con regularidad?

Bibliografía

Cordón, J. (1998). Las fuentes de información hoy. Criterios de selección y evaluación.


En: Torres, I. (coord.), Guía práctica de fuentes de información (pp. 43-62). Madrid:
Síntesis.

Figueroa, B. (2007). Criterios para evaluar la información. Recuperado de:


http://ponce.inter.edu/cai/manuales/Evaluacion_Informacion.pdf

Núñez, M. (2002). Criterios para la evaluación de las fuentes de información sobre salud
en Internet. ACIMED, 10 (5). Recuperado de: http://eprints.rclis.org/5136/

Ronconi, R. (s.f.). Criterios para evaluar fuentes de información provenientes de Internet.


Recuperado de: http://eprints.rclis.org/19297/1/CriteriosparaEvaluarFuentes.pdf

Universidad de Alicante (s.f.). Cómo evaluar la información encontrada. Recuperado de:


https://rua.ua.es/dspace/bitstream/10045/46567/1/ci2_avanzado_2014-15_Como-
evaluar-informacion.pdf

1
Temas científicos, de negocio, mercadeo, política, medicina, entre otros
2
Esta autora exceptúa los temas históricos y la literatura

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