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E U
EUGENIO FRANCISCO XAVIER DE
G E N I O F R A N C I S C O X A V I E R D E
FONSAL 2005
Fondo de Salvamento del Patrimonio Cultura l .
ISBN-9978-92-397-7
Realización
TRAMA ediciones.
Dirección de Arte: Arq. Rómulo Moya Peralta
Diagramación: Diego Enríquez
Preprensa: Ing. Juan Moya Peralta
E U
EUGENIO FRANCISCO XAVIER DE
G E N I O F R A N C I S C O X A V I E R D E
2005
Marco Chiriboga Villaquirán 7
NOTA N O
DEL
T A D E
AUTOR
L A U T O R
CONTENIDO C O N T E N I D O
PRÓLOGO P R Ó L O G O
LEER
L E E R
A
A
ESPEJO
E S P E J O
Nos han movido dos razones para llevar a cabo este trabajo:
la de fondo, contribuir a que se conozca a un extraordinario ser huma-
no, en toda la magnitud de su pensamiento y los principios morales que
intentó legarnos. La formal, nuestro idioma ha evolucionado y al lector
actual le resulta un tanto engorroso leer los textos en sus originales que
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LOS L O
Ú LT I M O S D Í A S
S Ú L T I M O S D Í A S
L A
LA
C A S
CASA EN LA CALLE DEL
A E N L A C A L L E D E L M E S Ó N
MESÓN
L UISESPEJO
TUMBRE.
SE LEVANTÓ MÁS TEMPRANO QUE DE COS-
- Don Luis Espejo ofrece mil cien pesos. ¿Quién da más? Mil
cien pesos... - y se mantuvo en silencio. - Mil cien pesos a la una-.
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Eugenio tuvo que morderse los labios para no lanzar un alarido por el
apretón que su padre dio sobre su pequeña mano. - Mil cien pesos a las
dos... ¿No hay quién ofrezca más por esta casa situada en la calle del
Mesón? Mil cien pesos a las dos. Todavía tienen una oportunidad... Lo
que le faltaba decir era: ¡Cómo vamos a permitir que este indio compre
una casa...! Eugenio sintió que se desvanecía. La gente lo empujaba.
Buscó los ojos de su padre, pero éste miraba al frente. Como que no
hubiese nadie más en la plaza. - Mil cien pesos a las dos, repitió el pre-
gonero. Mil cien pesos a la una... Mil cien pesos a las dos... Mil cien
pesos... a la tercera.
- ¡Madre! ¡Madre...!
- ¡Que sepan todos, que para eso tenemos testigos, que de esta
fecha en adelante, Luis Espejo es dueño de esta tierra y de esta casa!
¡Era la casa que Luis Chusig, Luis Benítez, Luis de Santa Cruz
y Espejo había comprado para que sus hijos fueran felices!
Plano de Quito de inicios del siglo XVIII
Marco Chiriboga Villaquirán 35
E S P E J O
ESPEJO
BACHILLER:
B A C H I L L E R : L O S P R I M E R O S A Ñ O S
ESPEJO
E S P E J O
MÉDICO
M É D I C O
LARON A LA
E L AÑO QUE OBTUVO SU BACHILLERATO, EN
PRESENTÓ UNA DE LAS MÚLTIPLES EPIDEMIAS QUE ASO-
AUDIENCIA DE QUITO. EN EL HOSPITAL DE LA
1764, SE
Primera Partida.
Francisco Xavier Eugenio
Luis decidió buscar tutores para que completasen los vacíos que eviden-
temente se iban a dar en su preparación.
Una vez más las luces se habían encendido en la casa que Luis
Chusig, Luis Benítez, Luis de la Santa Cruz y Espejo había comprado en
la calle del Mesón para que sus hijos fueran felices.
Iglesia de Santo Domingo
Marco Chiriboga Villaquirán 49
L A S
LAS
C A M PA N A S D E S A N T O
C A M P A N A S D E S A N T O D O M I N G O R E P I C A N A M U E R T E
para poder conversar con ella después que los niños se hubiesen ido a
dormir.
B R E V E H I S T O R I
B REVE
A D E
HISTORIA
U N A I N F A M I A
D E U N A I N FA M I A
E
DERECHO. LOS DOS AÑOS
N
EN
1770 EUGENIO OBTIENE EL TÍTULO DE LICENCIADO
SUS DOS NUEVAS CARRERAS: T EOLOGÍA Y
SIGUIENTES LOS DEDICA CON AHÍNCO A LA
PRÁCTICA MÉDICA QUE HABÍA POSPUESTO PARA ENTREGARSE A LOS
ESTUDIOS QUE ÉL CREÍA LE SERVIRÍAN PARA SER UN HOMBRE SABIO
COMO SU PADRE.
- ¡Comprándolo!
E S P E J O ,
CRUZ Y ESPEJO, OTRO
O T R O B A C H I L L E R E N L A F A M I L I A
B A C H I L L E R E N L A FA M I L I A
L UIS ESPEJO,
LO CONOCÍAN EN
SOBRIO EN SUS ACTITUDES, SERIO COMO
QUITO, NO PODÍA ESTA VEZ DISIMU-
LAR SU ALEGRÍA Y UNA SONRISA ORGULLOSA ILUMINABA SU ROSTRO
BRONCEADO. EL PEQUEÑO Y TRAVIESO JUAN PABLO, EL QUE NO PODÍA
SENTARSE QUIETO POR MÁS DE UN MINUTO Y OBLIGABA A MARÍA
CATALINA A PERSEGUIRLO POR TODA LA CASA PARA VESTIRLO. EL QUE
FASTIDIABA A SU HERMANA A LA MENOR OPORTUNIDAD ESTABA ALLÍ,
ERGUIDO EN EL ESTRADO, RECIBIENDO SU DIPLOMA DE BACHILLER EN
FILOSOFÍA, AL IGUAL QUE UNOS AÑOS ATRÁS LO HABÍA OBTENIDO
EUGENIO.
Eugenio respondió:
LA
L A
V O Z D E L U I S D E L A SA N TA
V O Z D E L U I S D E L A S A N T A C R U Z Y E S P E J O
CRUZ Y ESPEJO YA NO SE
Y A N O S E E S C U C H A R Á E N L A C A S A D E
ESCUCHARÁ EN LA CASA DE LA L A C A L L E D E L M E S Ó N
PRIMERA
P R I M E R A
PRISIÓN
P R I S I Ó N
cidas por Yépez, Arauz, Delgado y la sospecha de que era quien mante-
nía informada a la Corona acerca de sus dudosos negocios personales,
exigían medidas urgentes para protegerse. La Real Audiencia comenza-
ba a rendirle importantes beneficios ¡Era necesario alejar a Espejo de su
vida... y mejor aún, desaparecerlo!
- Te nos mueres. ¿No te das cuenta que es una treta de tus ene-
migos que han envenenado el alma del Presidente?- comentó Juan
Pablo.
Sin ninguna razón más que su capricho y sin que hubiera pre-
sentado a los Tribunales cargos o iniciado sumario alguno y después de
mantenerlo encarcelado por más de tres meses, un buen día el
Presidente ordena que se lo ponga en libertad, condicionando su excar-
celación, a que preste atención médica a su hija Doña Josefa, quien se
encontraba afectada de una extraña dolencia.
...le sacó libre, (Se refiere a sí mismo) dándole por toda satis -
facción el que frecuentara su casa, a título de médico de una
hija suya enferma en la ocasión del mal de ficciones, a fin de
casarla con el actual Presidente; en cuyo hecho se puede ver
una serie de maldades. Este pues, es innegable y por lo mismo
de estar fundado en contorsiones violentas, gesticulaciones
ridículas, ademanes impetuosos, convulsiones estudiadas y
risas descompasadas, expulsiones de pelos, de víboras y otros
materiales extrañísimos, con todo lo que el mismo Consejero
Pizarro, su diestra y artificiosísima mujer e hija asombraban
al vulgo, le imponían y querían hacerle creer que la enferme -
dad era hechizo o vejación del Demonio que la poseía (a su
modo de entender, de hablar y persuadir), por los encantos y
prestigios de las mujeres quiteñas; se conoce cual era de falso,
despreciable y propio del genio impostor de toda esta familia
jugadora de manos...
Marco Chiriboga Villaquirán 83
SEGUNDAS E G U N D A
PRISIÓN
P R I S I Ó N
DE
E L NOMBRAMIENTO DE
12
VILLALENGUA, ANUNCIADO EL
1783, SE CONCRETÓ EL 4 DE MAYO
DE JULIO DE
1784. - ¡LO QUE NOS FALTABA!- EXCLAMÓ EUGENIO. - ¡SALIMOS
DE UN MALDITO Y NOS DEJA DE HERENCIA UNO MÁS REFINADO!
Mi querido amigo:
(f)Eugenio.
8 de Octubre de 1785
(f.) Dr. Eugenio Espejo.
A pesar del poco tiempo del que dispone entre atender a sus
propios pacientes y cumplir con los enfermos del barrio de San
Sebastián, redacta con ímpetu febril el informe. El viernes 11 de
noviembre de 1785 lo presenta al Cabildo:
Amadísimo Primo:
Amadísimo Lucho:
(f) Eugenio.
¿... Por qué los indios han de merecer, que pensemos siniestra -
mente de todas sus prácticas e intenciones? Ellos son raciona -
les, como todos los hombres; cristianos como todos los que
abrazan el Evangelio; hermanos nuestros, como lo son entre
sí todos los hijos de Adán y, por lo mismo, dignos de que los
tratemos con caridad...
Dios guarde a V. M.
Señor Presidente
Cárcel de Corte, viernes 9 de noviembre 1787
Señor mío:
Señor Presidente:
CAMINO C A M
A
I N
NUEVA GRANADA
O A N U E V A G R A N A D A
NES DE
L OS ESPEJO ENCONTRARON VIVIENDA EN SANGOLQUÍ Y
SE INSTALARON HACIENDO CASO OMISO DE LAS ÓRDE-
VILLALENGUA QUE EXIGÍAN QUE PA RT I E S E N A LIMA.
MANUELA SE ENCARGABA DE CORRER A LOS GUARDIAS
Lucho de mi alma:
(f) Eugenio
126
Excmo. Señor:
El nuevo Virrey, puesto al día por Gil Lemos sobre los asun-
tos que debía resolver, asume el caso de Espejo y estudia el proceso. Sin
dificultad se percata de las irregularidades cometidas y la injusticia que
se intentaba contra el médico quiteño y solicita al Regidor Estanislao
Andino, para que emita su dictamen fiscal. Su asesor, el cubano José del
Socorro Rodríguez, con quien Eugenio hizo amistad, le da las mejores
referencias y Celestino Mutis solo tenía palabras de elogio para él.
Excmo. Señor:
Excmo. Señor.
f) Domingo Caycedo.
f) Estanislao J. Andino
f) Eugenio Espejo.
Sr. Presidente:
f) Josef Ezpeleta.
EL REGRESO A CASA
E L R E G R E S O A C A S A
Señores:
Sí, señores, este mismo permiso hará ver todo lo que el resto
del mundo no se atreve todavía a creer de vosotros, esto es,
que haya sublimidad en vuestros genios, nobleza en vuestros
talentos, sentimientos en vuestro corazón y heroicidad en
vuestros hechos...
Montúfar que hizo grupo con Joaquín Lagraña, Juan Boniche y Luis
Andramuño, no podían ocultar su orgullo. ¡Eugenio era su amigo!
¡Espejo era la Patria...! El modesto discurso de Calama se borró instan-
táneamente de la memoria de los presentes. Juan Pablo y Manuela, en
el fondo del salón se abrazaban felices.
- ¿En verdad crees eso? ¿Piensas que los curas te han perdo-
nado después de lo que escribiste en El Nuevo Luciano o en la Ciencia
Blancardina?
E L
EL
P R I N C I P I O
PRINCIPIO DEL FINAL:
D E L F I N A L T E R C E R A P R I S I Ó N
TERCERA PRISIÓN
LO ERAN
L A VIDA DE
TOS DE
EUGENIO SE IBA RÁPIDAMENTE. LOS INTEN-
MANUELA Y MEJÍA LEQUERICA POR ALIVIAR-
VANOS. LA DISENTERÍA DESTROZÓ SU ORGANISMO.
- Yo sabía que algo tenían que ver el diablo del cura y el doc -
torcito- exclamó satisfecho. - Al marquesito lo dejaré en paz por ahora,
a no ser que pretenda interferir. Boniche, Andramuño y los demás cae-
rán a su tiempo- siguió en tono triunfal.
Que con esta ciencia escribía a Dn. Luis Prieto San Martín, su
apoderado y mío en Madrid, para que me atendiese favora -
blemente, en virtud de constarle a él mi inocencia. Que últi -
mamente lo que hacía a su pesar le costaba sangre de su cora -
zón; pero que este negocio de mi hermano retardaba mi liber -
tad. En este estado, es obligación de Ud. como lo sería mía,
poner un pedimento que haga ver todo lo expuesto en uso del
derecho que me asiste.
f) Doctor Espejo.
Sr. Regente
Dios guarde a V. S.
asignaron como guardianes, veía pasar los días encerrado en una sucia
y húmeda celda.
Excelentísimo Señor:
f) Dr. Espejo.
f) Eugenio Espejo.
CAMINO C A M I N
A L A L I B E RTA D
O A L A L I B E R T A D
Mariano Parra.
FIN
B IBLIOGRAFÍA
174
BIBLIOGRAFÍA*
B I B L I O G R A F Í A 1
Cornejo, Justino. “Un mestizo genial”, en: Revista Espejo, Vol. VII,
No. 15. Quito, 1948, pp. 48-49.