Вы находитесь на странице: 1из 308

r

V' W™ '

Irrnir.dt Kim.r«/

O B R A S

jitllIKlIMIIIM"

FI 203
.R3
V.l
c.l
1080028215

t
Ä;
F/203

D. JOSE F E R N A N D O R A M I R E Z .
(DATOS BIO-BIBLIOGRAFICOSI.

A vida y escritos del ilustre mexicano D.


José Fernando Ramírez merecen un estu-
dio extenso. Hasta hoy nadie ha consagra-
do su pluma á labor tan interesante cuanto patrió-
tica, sin duda por falta de datos, pues mientras que
de muchos que poco ó nada valen se encuentran con
facilidad, escasean los de personas eminentes como
el Sr. Ramírez.
Más afortunado que otros, publico á continuación
los que he compilado acerca de su vida y obras, no
sin abrigar la esperanza de que más tarde estos li-
geros apuntamientos informen un libi'O.

YGW0 SALVADOR I.

D. José Fernando Ramírez nació el dia 5 de Ma-


yo de 1804, en la Villa del Parral-hoy ciudad Hi-
dalgo del Parral del Estado de Chihuahua,—y en-
tonces perteneciente ála Intendencia de Nueva Viz-
Ramírez—A.
cava, una de las más extensas provincias internas 8¿ Fernando por el mes de Abril del cítale año de
del Occidente. ( 1 ) Esta circunstancia, unida á que 1823, tuvo el j o v e n Ramírez que regresar & Durango
D. José Fernando Ramírez se educó en Durango, para atender y hacerse cargo de su familia pero no
vivió y desempeñó muchos cargos públieos en esta sin abandonar del todo los estudio', pues en 1827,
ciudad, y representó al Estado del mismo nombre fundó en Chihuahua con el nombre de "Escuela
cuando fué electo diputado y senador al Congreso Festiva", una sociedad de preceptores para propa-
de la Unión, contribuyeron á que todos lo reputaran gar la instrucción entre el pueblo.
nacido en Durango, y á qne él mismo la reconocie- _ En 1828 concluyó su pasantía, se casó con Doña
ra como su "patria particular." C rsul i Palacio, y fué nombrado Fiscal del Tribunal
Fué su padre D. Jo-ó María Ramírez, Coronel de del Estado de C hihuahua, en razón de qn? el regla-
las fuerzas independientes, hombre rico qne se ha- mento de este Cuerpo no exigía para desempeñar
bía consagrado á la minería, de no escasa inteligen- aquel empleo el título de abogado.
cia y autor de algunas composiciones poéticas que Firme el Sr. Ramírez en su propósito do conti-
merecieron sinceros elogios de D. José Joaquín Pe- nuar la ca rera de las leyes, sin faltar á las atencio-
sado. nes qne su cargo requería, y á las privadas del ho-
La madre de D. José Fernando, Doña Josefa Al- gar, concluyó sus cursos da jurisprudencia. En 18
varez, fué también persona recomendable por sus de Abril de 1831 solicitó de la Legislatura del Esta-
virtudes, y á ella debió su hijo la instrucción pri- do de Zacatecas, la dispensa del grado de Bachiller,
maria, que recibió en la ciudad de Durango, Capi- que le fué concedí ia en atención & la competencia
tal en aquellos tiempos de la dicha Intendencia de que había demostrado como Fiscal del Tribunal de
Nueva Vizcaya. Chihuahua y á los estudios que había hcch^>. En 3
L a instrucción superior hasta obtener el título de de Octnbre de 1832 presentó examen profesional en
abogado, la cursó el Sr. Ramírez, parte en el Cole- Zacatecas, sien lo sus sinodales, entre otros, los
gio de Durango y parte en el de San Luis Gonzaga L i ¡s. D. Luis de la Rosa y D. José María Bocane-
de Zacatecas, siendo sus maestros, en latinidad y gra. ¿ta 2 de Agosto del mismo año se ie expidió el
retórica D. Ju'an José Orellana, en Filosofía, que título de Abogado, y en 9 de Mayo del siguiente se
comenzó á cursar el 19 de Octubre de 1819, D. José matriculó en el Colegio de Abogados de la Capital
Miguel Alva, y en jurisprudencia, D. Ignacio Sari- de la República.
ñaña. Puede decirse que desde entonces comenzó á figu-
Según parece, en 1823 estuvo el Sr- Ramírez un rar D. José Fernando Ramírez en el foro, en la tri-
poco de tiempo en Guadalajara y después en Méxi- buna, en el magisterio y en la política. Difícil sería
co, estudiando aquí en el más antiguo Colegio de seguirlo paso á paso en este largo período de su vi-
San Ildefonso, pues viuo á esta capital bajo el cui- da, ya como abogado postulante produciendo infor-
dado de su tío D. Miguel Ramírez, que había sido mes luminosas, ya como representante del pueblo
diputado á Cortes y entonces lo era al primer con- desempeñando comisiones laboriosas, ya como ma-
greso mexicano; pero habiendo muerto en el mine- gistrado pronunciando sentencias juiciosísimas, ya
ral de los Dolores, (Chihuahua), el padre de D. Jo- como historiador, arqueólogo, literato, ó o r n o bi-
bliófilo incansable, escribiendo disertaciones y dis-
quisiciones, que hoy día son luz brillantísima para
( í l Estos v o í r o s muelles d i t o s los d e b o á la b o n d a d del Sr. L i c . n . J o s é iluminar las densas tinieblas que envuelven el pa-
H i p ó l i t o R a m í r e z , quien n>e c o m u n i c ó ' IOÍ PAPELES q u e po*ee del seuor s » ,
l-ulrc. sado de la pitria historia.
- Vili —

fué disuelto por D. Nicolás Bravo el día 19 de Di-


s i ciembre del mismo año, y entonces el Sr. Ramírez
regresó á Durango.
ra^^títtSSfc En 8 do Marzo había recibido el nombramiento de
Presidente de la Junta de Educación Pública. Nom-
VoEcaldeIaJut?f„t0 d<? 1832 ^ b í a sido nombrado brado el 19 de Diciembre Miembro de la Junta Le-
gislativa, renunció el día 24; pero no le fué admitida
la renuncia y sólo se le concedió una licencia peí-
dos meses.
En 1843, con el carácter de Vocal, de la citada
Junta Legislativa, llamada de Xotdbles, formó las
Bases Orgánicas, en cuya redacción cooperó mucho
hasta dejar concluido el proyecto, que no firmó por
estar en desacuerdo con sus colegas, al grado que
tuvo que hacer dimisión de su encargo. En el mis-
mo año, una vez más fué electo diputado; pero no
quizo ocupar su curul, ni tampoco ser Presidente de
cargo de Secretario de Gobierno. 1 el
la Suprema Corte de la Nación, por juzgar incom-
T r i b u n i d e Ù D a ? ^ n o m b » * > Ministro Fiscal del patibles estos cargos, y su propósito de retirarse á
veces Jara dei " r * 0 q - U ? r e n u Q e i ó repetidas la vida privada. En el siguiente de 1844 fué redactor
veces, para dedicarse al ejercicio de su nrofesión v del "Periódico Oficial" de Durango, como en 1831
por sus enfermedades adquiridas á eoa eeueuc a de había sido de " E l Imperio de la L e y , " y Presiden-
demasiado estudio. Emoero en te de la Junta Sub-Directiva de Estudios de aquella
píen eia del Juzgado d e X á t o y d ^ u ì s t l d í ? o
ciudad, nombramiento que le confirió la Junta Gene-
ÍSS^AZT™ SUe!d°
servicio» al Estado, cuya Capital atravesaba ento»-
5 0 1 0 Por Prestar J:
ral de México. En el propio año de 1844, las tribus
del Norte habían invadido el territorio del Estado,
C - S ' T? 5 1 ',o U o n -\ V e r d a d e i ' a «rísis en el ra.no de y como fuera preciso para combatirlas que se au-
us í
cía. En 1837 fué electo Rector del Colegio de Abo- sentara de la capital la guarnic-ón militar de la mis-
gados de Dorango y e n 1839 d e s e m p e í S d e n u e v o ma, se convocó á una junta numerosa de vecinos,
para organizar dos compañías de patriotas de poli-
cía, y de la primera fue nombrado Capitán D. José
Fernando Ramírez. En Mayo 22 fué electo Presi-
dente de la junta de Industria v en 9 de Diciembre
Pedro Ramírez, miembros de la mayoría de l o s 1 1 Alcalde 1 ® .
misionados para presentar el Proyecto de lT ColsU-
En 1845 fué nombrado Senador para substituir al
M i . redactó el texto respectivo, asi corno l a p £
Sr. D. Sebastián Camaeho, en 9 de Enero Coman-
te expostiva. Este Congreso llamado ComituySe
dante Militar de Durango y en 5 de Mayo Presiden-
te de Fomento. En 1846 fué designado "para Conse-
(i) Los materiales que he t e n i d o o r p s e n t - c i„. .
comunicó su h i j o el Sr. L i c . D . l o s é n l S Á l f r o l ? ? - documentos que m s jero de Estado y miembro de la comisión encarga-
os c a r g o s que d e s e m p e ñ ó en D u r a d o y U " a , r e , a c f ó " <'e
da de redactar los Códigos Generales de la Repúbli-
Ingeniero D. Leandro Fernández, ^ G ^ S d e l P S . P ° r
ca, comisión que no aceptó desconfiando de la esta-
bilidad del Gobierno. En el mismo ano fué acesor
los motivos por qué el citado documento, que sal-
en una de las Salas del Tribunal Mercantil, por en
vaba á l a capital y á su mismo jefe, apenas fué leí-
ierra edad del Lie. D. Bernando Couto. v á fines de
d o ; mas sí debe añadirse, que por los mismos influ-
Diciembre ocupó por primera vez la Secretaría de
j o s volvió á presentarse la ocasión el 28 de Mayo en
«elaciones Exteriores, b a j o la Vice-presidencia de
la renuncia que dirijió el Presidente al Congreso, y
la República de D. Valentín Gómez Parías; pero
que corrió la misma suerte que la anterior. Por di-
no transcurrió un mes sin que renunciara la cartera
misión del Sr. Baranda, elSr. Ramírez, fue llamado
en Enero de 1847, por la oposición que se le hizo en
de nuevo á la Secretaría de Relaciones; pero no es-
el Congreso hasta acusarlo. Durante su breve Mi-
tando conforme con la política del Presidente rehu-
nisterio trabajó empeñosamente para que se admi-
só la Cartera,
tiera la mediación de Inglateroa en el conflicto de
México con los Estados Unido*, siendo este entre Duran'e el Ministerio del mencionado Sr Baran-
otros el motivo por el cual no llegó á tener mayoría da, ayudó eficazmente en todas las comunicaciones
que lo apoyase en el Congreso. En este año fué re- y trabajos que se emprendieron para impedir la
presentante del Congreso Constituyante de Duran- marcha del enemigo extranjero y su entrada en la
go. Capital. Cuando vió que el peligro era inevitable,
obtuvo el Sr. Ramírez las órdenes necesarias pai a
L a relación de los hechos que se consignan en salvar el archivo de la Secretaría de Relaciones y
seguida, la voy á copiar casi literalmente de unos los objetos del Museo Nacional, así como los manus-
apuntes inéditos de los servicios que prestó por en- critos del Archivo de la Nación. Los papeles de Re-
tonces á su país el Sr. Ramírez. [1 ] laciones los entregó al Sr. Parra, Oficial de dicha
Durante la breve mansión del General S a n t a - Secretaría, los monumentos del Museo los ocultó en
Anna en la capital de la República, después de la casa de varios amigos, y los tesoros del Archivo, en
acción de la Angostura, el Sr. Ramírez fué nombra- treinta ó treinta y un cajones, fueron en cerrados en
do Ministro Plenipotenciario en Inglaterra; pero la las bodegas de D. José María Andrade.
Cámara no dió la aprobación del nombramiento Cuando el toque de genera'a resonó en la ciudad de
oportunamente, y los sucesos posteriores desvirtua- México, anunciando la próxima llegada del invasor,
ron el intento principal de la misión que llevaba, y el Sr. Ramírez se presentó inmediatamente al Gral.
era la intervención amistosa de S. M . B. en la cues- Lombardini, ofreciéndole sus servicios, y compro-
tión entre México y Norte América. • metiéndose á pagar de su peculio tres soldados du-
Concurrió el Sr. Ramírez á la famosa conferencia rante el conflicto.
de Ayotla, en unión de los Sres. 1). Manuel Baranda Ocupada la Capital por los Norte-Americanos, el
y D Ignacio Trigueros, y él fué quien principal- Sr. Ramíre?, no contento con los servicios ya pres-
mente determinó al General Santa-Auna á renun- tados dió abrigo en su casa á dos oficiales de nues-
ciar la Presidencia de la República, el mando en tro ejército, obligados á ocultarse por la persecución
j e f e del ejército y á pedir su pasaporte para salir de que eran víctimas los que no se presentaban al
fuera de ella. También redactó este documento Jefe invasor. Además, participó de las terribles di-
excepto el último párrafo que añadió el Sr. Baranda ficultades que hubo entre los miembros del Ayunta-
de orden del Presidente. No es del caso investigar miento v l o s invasores, asesorando al Presidente de
la Corporación, D. Manuel Reyes Veramendi, en los
( i ) Manuscrito que me prestó el Sr. C a n ó n i g o «le la C o l e g i a t a L i c . D . V i
negocios que tuvo á bien cousultarle, siendo uno de
c e n t e d e P . A n d r a d e . Es una a u t o b i o g r a f i a ; p e r o i n c o m p l e t a . ellos el tan comprometido que promovió el Sr. Deán
I m s a m Vicario Capitular del Arzobispado sobre la diversos opúsculos que es difícil adquirir ahora. En
libertad de nuestros prisioneros, en el cual se le pi- 1833 fué redactor do El Fénix y colaborador de JM
dió y dió dictamen por escrito. Opinión de Durango. Escribió muchos artículos en
En las elecciones de aquel año fué nombrado el los periódicos políticos y literarios de la época, en-
Sr. Ramírez tercera vez Senador por el Estado de tre otros en El Museo Mexicano. En la reorganiza-
Durango. ción del Ateneo el año de 1843 fué nombrado socio
En 1848 obtuvo el sufiagio del Colegio de Aboga- de número en las secciones de Legislación e Histo-
dos de Durango para redactar el Código Penal del ria y el mismo honor le dispensó en 1846 la bocie-
Estado, y fué nombrado por tercera vez Ministro dad de Geografía y Estadística. En 1833 había com-
del Tribunal de Justicia, propuesto en terna por el pilado de orden del Congreso los documentos que
Gobierno, y por unanimidad de votos del Conyreso. forman la cavsa instruida á los Ministros de Busta-
Concurrió, con el carácter de Senador á la eiudad mante: en 1838 redactó el Diario (le las operaciones
de Querétaro, d o n d e se reunió el Congreso; perte- militares del Gral. D. José Urrea en la campaña de
neció á la comisión encargada de consultar sobre la Texas, en vista de los datos oficiales que se le sumi-
aprobación del Tratado de Paz con los Estados Uni- nistraron; en 1846 había escrito las importantísi-
dor, redactó el dictamen respectivo, y designado pa- mas rectificaciones á la Historia de la Conquista de
ra formar parte del consejo del Gobierno, durante el México por Prescott, y durante la invasión norte-
receso d é l a s Cámaras, renunció el cargo, y para que americana, había trabajado en las Notas y A olmas
se le admitiera l a renuncia, fué preciso que el Go- á los procesos de Pedro de Alvarado y Isuno de
bernador de Durango interpusiese su influencia ma- Guzmán. El resto de los ocio* que tuvo en aquella
nifestando que h a b í a confiado al Sr Ramírez la co- época agitada, los e m p l e ó - d i c e él mismo— 1 '-en co-
misión de formar el Código Penal, obra que conclu- piar los más interesantes MSS. históricos del Ar-
y ó en el resto del año. Obtuvo de este Congreso la chivo General y del Museo, haciendo al mismo tiem-
concesión de 1' 0.000 pesos para auxiliar á los Esta- po su colación con los otros ejemplares que pudo
dos del Norte q u e habían sido invadidos por los bár- conseguir, procurando expurgar sus copias de las
baros. En fin, e l e c t o tercera vez Rector del Colegio innumerables erratas que presentan los originales
de Abogados de su Estado en 1849, y ejerciendo la por descuido de los copiantes; en fin, coligio nume-
Magi-tratura, permaneció eo Durango hast i 5851. rosas noticias y extractos sacados de la« mismas
El 15 de Mayo del citado año de 1849 fué nombrado fuentes, de las Actas antiguas y papeles del Ayun-
por el Ayuntamiento Secretario de la Junta de Ca- tamiento y de particulares, hasta formar una colec-
ridad. ción de J6 gruesos volúmenes en folio con algunos
más de menor dimensión."
Con este precioso acopio de documentos había re-
gresado Ramírez á Durango en Diciembre de 184«,
II. d o n d e alejado de los asuntos políticos, dividía su
tiempo entre las investigaciones históricas y el ejer-
cicio de la Magistratura, y ya entonces, á fueiza de
Hasta aquí se lia hecho referencia más á los su-
constantes economías y activas diligencias había
cesos políticos de la vida del Sr. Ramírez que á su
logrado reunir una selecta biblioteca de más de sie-
carrera de abogado y escritor. Recibido muy jov^n,
te mil volúmenes.
compartió siempre las ocupaciones profesionales con
el cultivo de las letras. Desde 1828 á 1832 publicó Con fecha 4 de Febrero de I85 n , escribía a su ex-
celente amigo, corresponsal y distinguido bibliófilo car en México aquella vi i predilecta mitad, ( 1 ) sin
mexicano, 1). Jo*é María Andrade: detenerme lo atrevido del proyecto, pues que para
"Confieso que soy culpable para con v d . ; mas no mí envolvía todo un porv- nir y la tranquilidad del
carezco de diseulpa Hacía muchos días que es-aba resto de mi vida. Los medios de ejecución son los
ocupado exclusivamente en la colocación de mis li- siguientes, en que he procurado remover la supre-
bros, que creí empresa fácil y se tornó en bien difí- ma dificultad que presenta la falta de dinero.
cil. Obrando á guis* de presupuesto derribé pare- " Y o poseo aquí [Durango] una easa que es de
des en la nueva casa que adquirí para preparar ha- las mejores de la ciudad en cuanto á construcción
bitación á mis presantes y futuros libros, imaginán- v la mejor en cuanto á conservación y compostu-
dome bastaría un salón de 29 varas con estantes de ra. . . . L a finca es susceptible de recibir altos como
seis andanas. Pues bien, la mayor parte tienen sie- lo manifiestan sus paredes, y su avalúo legítimo, no
te; en mi estudio que mide 10 varas los hay hasta á ( j o de buen cubero, es de $16,000, ofrecidos en
de nueve y me sobran libros ¡hé aquí mis apu- moneda hace diez ó doce aflos, antes de las mejo-
ros y también mi espanto, pues no creía que mi ma- ras que y o le he h e c h o . . . . Actualmente estoy for-
nía hubiera subido tan alto! ¡ Y todavía me vienen mando e"l catálogo de mis l i t r o s , y aunque no se a
otros de Europa, y lo que es peor, no rae siento cu- punto fijo lo que"me cuestan, calculo que no bajara
rado! Espero poder enviar á vd. una vista de mi su valo¡- de $20,000. Tenemos, pues, como total
Biblioteca, que no ha quedado de lo pe->r." $36,000, más bien menos que más.
Copié de propósito este párrafo para que se v i e - " P o r ' 1 insinuado artículo d-1 Siglo XIX veo que
ra el amor que á los libros profesaba el Sr. Ramí- la idea de su autor es que la proyectada Biblioteca
r e z ; peí o todavía me v o y á permitir trasladar otros se establezca en el edificio de la Aduana. Yo 110
párrafos, de la caria que escribió al mismo Sr. An- conozco las localidades, pero recordando que ocupa
drade con fecha 31 de Marzo de 185I, por que en una grande átea, y que uno de sus lados da vuelta
ellos está de cuerpo entero íetratado el bibliófilo, y á la calle de la Encarnación, me ocurre que si en
contienen un provecto que aprobado, habría tal vez éste se puede y quiere separar un departamento su-
impedido que ¡a riquísima biblioteca d " l Sr. Ramí- ficiente para formar una casa, independiente del
rez, se hubiera vendido y dispersado en el extran- resto del edificio, pero contiguo al local en que se
jero. coloque la Biblioteca, el negocio está concluido,
"Verdaderamente afligido de mi Bibli teca—di- siendo sus condiciones las siguientes:
ce—que me ha costado t i n t o dinero y años de fati- " l 5 3 . Yo cedo al Gobierno mi casa por su valor
ga para formarla, acariciaba y abandonaba mil pla- de $16,000 y mis libros por el que les resuhe, que
nes sobre los medios de evitar su dispersión des- como digo no bajará de $20,000.
pués de mi muerte, que ha sido siempre el fin de " 2 . El Gobierno me paga esta suma con una
mis combinaciones, cuando el último correo me pu- habitación desmembrada de la Aduana, estimada
so en las manos el número del Siglo XIX en que se con la equidad y legalidad que corr. sponde en un
excita al Gobierno á la formación de la desgracia- contrato de bueña fé. Si el valor de ésta excede al
da Biblioteca Nacional proyectada desde el año de que doy, reconoceré la diferencia al rédito legal,
1833.—Yo, por otra de mis manías, no v e o nunca con libertad para redimirlo voluntariamente; y si
una mera casualidad ó capricho en los aconteci- fuere menor me pagará la diferencia en abonos
mientos ; creo que siempre hay avisos y designios;
así es que luego me ocurrió la'idea de intentar radi- ( i ! Su biblioteca.
anuales tan módicos como vd. quiera convenirlos.
una idea de sus materias, pongo á continuación su
" 3 d . La conducción de los libros será por cuenta
cálculo aproximado, que sólo variará en las espe-
del Gobierno y por la mía la de su empaque, encar-
cies, más no en el total de los libros. _ La n o t i ex-
gándome también de ponerlos en camino. Si la ven
ta causare alcabala la pagará el Gobierno. presa solamente las cinco clases g e n e n c a s adopta-
das por I03 bibliógrafos.
" i " . El Gobierno m e conferirá el empleo de Bi-
bliotecario con la calidad de perpétuo, y con el go- Volú-
ce del sueldo señalado á la plaza, teniendo la fa- menes.

cultad de poner un sustituto b a j o mi responsabili-


dad. También ejerceré la de nombrar un depen- Religión y materias teológicas 410

diente. Derecho Público. Legislación, Eco-


. Cuando vacare la plaza de Conservador del nomía, etc >
Museo se incorporará con su dotación á la de Bi- Derecho Romano, Civil y Canonico. 1,498 -,->»
bliotecario.
Ciencias y Artes, F i l o s o f í a . . . .
Durante los tres primeros años cederé las
Bellas Leti as
dos terceras partes del sueldo señalado á la plaza
Historia, Cronología, Geografía y
de Bibliotecario para compra de libros, con tal que
el Gobierno contribuya para el mismo intento con Viajes 1 '5j4
el duplo de la cantidad que yo ponga. Las compras
Historia Eclesiástica 38J
se harán exclusivamente por mi conducto y direc-
Historia y documentos pertenecien-
ción, llevando y dando cuenta de todo.
tes á la América 82ü V**
" 7 n . Los sueldos de la biblioteca se harán por Pendientes de clasificación
alguna oficina y fondo que dieren garantías, asegu-
rando la puntualidad de su pago. Total 7'477
" 8 5 3 . Yo me encargaré gratis de la inspección de
los trabajos que se emprendan para arreglar el lo- Pocos mes?s después de escrito lo anterior, el Sr.
cal de la Biblioteca y cuanto más fuere necesario Ramírez tuvo que abandonar á Durango. Graves
hasta ponerla en c o m e n t e . El Gobierno contribui- disgustos le hacían insoportable la vida alia, be
rá también á las obras necesarias para habilitar el había visto en la necesidad de renunciar el cargo
local destinado á mi habitación, siendo de mi cuen- de Magistrado del Tribunal, por las personas que
ta el costo de materiales y por supuesto las obras de lo rodeaban. Posteriormente, postulado por un
ornato.—Hé a^uí en globo mi plan que vd. puede partido político para Gobernador del Estado, sus
modificar según las circunstancias si tuviere ac- enemigos emprendieron cruda ó injusta campana
ceso." cont a él, y ea fin, aprovechando la circunstancia
de haber sido eleeto en aquel año Ministro de la
Proponía en seguida el Sr. Ramírez que su casa Suprema Corte de Justicia, resolvió venir a radicar-
se destinara para Oficina de Correos ó Administra- se á la Capital y no volver más á Durango; pero an-
ción de Tabacos, y después de manifestar las pro- tes vendió al Gobierno de este Estado su casa y la
posiciones que le había hecho el Gobierno del Esta- mayor parte de sus libros. En carta de 28 de J ulio
do, para adquirir su habitación y Biblioteca, termi- de 1851, decía á su inmejorable amigo el Sr. D. Jo-
naba diciendo relativamente á sus libros: sé María Andrade, desde la ciudad de Durango:
"Juzgando que no estará por demás dar á vd.
— XVltl — — XIX -

Ó ^álaJuüfcade Viena, Dresde, Bolonia y Boma. Este soberbio >


f 1,000, de JoPstúSs £ K ^ r '1] ^ fmieo ejemplar lo había arreglado el Sr. Ramírez,
durante el viaje qué hizo á Europa de 18o5 a 06. L a
Biblioteca del Sr. Ramírez comprendía también
muchos incunables del antiguo Continente, gran nú-
mero de ediciones princeps mexicanas del siglo X V I ,
crónicas religiosas, folletos rarísimos, infinidad de
eódices jeroglíficos de los indios, y una esplendida
Ítodo«' I ¿ S S
S '
t
11,Cluyend0' « »
P o r supuesto, colección de manuscritos, autógrafos o copiados,
relativos á nuestra historia, reunidos, anotados y
cotejados á rosta de gra-des trabajos por el Sr. Ka-
b i í S i S ^ T i adJS" 10 , q " e 36 llama — mírez y perdidos para México, cuando muerto D.
preciso p ira n. n - f ! • ^ T h m i t a r é á Jo muy .Tosé Fernando, fueron vendidos en Londres por
H u e d a do p u e s coi » 1 r ° ' ' ' d e l a <3™ nada me ha D. Manuel Fernández del Castillo, inducido este
naufragio m^s papeles favoritos' S , .mi señor por el P. D. Agustín Fischer.
doy á vd la m L . t ; ^ C o n este motivo
te los H b í í í ' ^ r r paulrttinamen-

.ios." [2J ile°0' y aunque sean vie» III.

• ¿ t e s a s » « " * * *»*•*>» Engolfado con el bibliófilo, achaque de que ado-


lece el que esto escribe, había olvidado hablar del
jurisconsulto, al que consagraré aunque sean breves
lineas, para concluir á continuación la vida del ilus-
tre historiador mexicano.
Como abogado sobresa'ió el Sr. Ramírez por sus
y ' - y '' '-"'i-I, pero riquísima Biblio- conocimientos en la ciencia del derecho, y por la
habilidad con que supo siempre defenderá sus clien-
SpaJtod« S b S f f 48 8 ' 1 7 ' ™ « K « y tes. L a primera causa que le conquistó una gran re-
putación en toda la República, fué la de Doña Ne-
pomucena Alcalde en 1835, cuya defensa, que corre
impresa, fué elogiada por los más reputados profe-
sores de Derecho. Antes, en 1833, había defendido
á el ex-Ministra D. Rafael Mangino, acusado e n
unión de sus colegas, ante la Cámara erigida e n
Gran Jurado. L a defensa era ár lúa, por las pasio-
nes entonces exaltadas, y la absolución de Mangi-
no le acarreó á Ramírez no pocos acervos disgustos.
b l t t ¿ f i g f f i T 'a J U n " COmprÓ * » í » ™ , , la B i b l i o t e c a P ú - En 1840 fué llamado el Sr. Ramírez á Zacatecas,
para patrocinar el ruidoso pleito de la Mina de San
«' S " R ' m . r c z y el Sr. A n d r a d e . 11 ,a w « s p » a d e n c U en Clemente, cuyos autos declarados nulos por la Corte
Síi. Ramírez la tomó abierta y francamente, y un
de Justicia, habían hecho desconfiar del éxito en el
auto judicial obligó al defensor á dar una satisfac-
negocio; pero el hábil aboga «o logró obtener sen-
ción que publicaron los periódicos.
tencia favorable para la Compañía, la que entro en
posesión pacífica de la Mina ' 'Hizo gran ruido ft mediados del año la conspirac-
i ó n , verdadera ó falsa, contra el mismo j e f e que
' 'Graves pesares y prolongados disgustos,—dicen
llevó al presidio de Santiago Tlaltelolco á !>. Valen-
unos apuntes que tengo á la vista ( 1 ) le causóla
tín Gómez Parías, D. Ignacio Trigueros, D. Lázaro
absolución de la Corte Marcial por la Camara de ¡se-
Villamil, I>. Francisco Lombardo y á otras muchas
nadores erigida en gran jurado, por que se quiso
personas acusadas de protejer el retorno del Gene-
¡.tribuir exclusivameute al influjo de un discurso
val Santa Anna. Entre los presos se hallaba D.
que pronunció en su defensa.
J u a n Nepomucer.o Pereda, íntimo amigo del Gene-
" . Qué influjo podía ejercer un hombre reciente- ral Almonte, y como tal doblemente aborrecido y
mente venido al Sanado, y que por decirlo asi, se sospechoso para la administración. Ramírez se en-
perdía entre tantas antiguas notabilidades allí reu- cargó de su defensa y ayudó en la de los otros hasta
nidas? En el caso no hubo más influjo que el de la su excarcelación.
razón, abrazada y defendida con brío por Ramírez, " P o c o s meses después cambiados enteramente
puesto que entonces se dijo que la Corte no podía los bastidores, el General Paredes caído del poder v
contar más que con cinco ó sei-< notas favorables, y preso en la fortaleza de Perote, otorgaba á Ramírez
á la hora de la votación resultó absuelta por una un amplio poder para el giro de sus negocios, reduci-
grande mayoría. ., , dos todos á la salvación de su individuo, por que no
" S u llegada á México en 1845 concurrió con la t - n í a más que salvar. Encomendábale que le obtu-
presentación del Ministro D. Manuel Baranda ante viera un pasaporte para salir fuera de la República
la Suprema Corte para ser juzgado porel famoso de- y pedíale que, de no conseguir o , se •encarga'a de
creto de 29 de Noviembre del año anterior, que di- su defensa en el proceso que juzgaba debía seguir
solvió el Congreso General. El acusado le encomen- necesariamente á aquella negativa. L a gracia ó el
dó su difícil defensa, que desempeñó el Sr. Ramí- •castigo estaban en la mano del ofendido General
rez hasta obtener sentencia absolutoria en la misma Almonte, entonces Ministro de la Guerra, quien
Corte. . , , _ otorgó la primera sin restricción ni condiciones. El
" L o s frecuentes cambios y turbaciones del ano pasaporte no imponía ún destierro, sioo que c o n c e -
de 184G lo llevaron continuamente al lado de los día una licencia. Nobieza que honra a! que conce-
que en esas luchas pasaban de vencedores á venci- dió la gracia, tanto eomo al defensor que podía ha-
dos El General Almonte cayó del favor del Gene- ber visto con tibieza la causa del que ahora víc-
ral Paredes, v no satisfecha su administración con tima, había sido acusador de su primer cliente.
haberlo privado del poder, quiso también euagenar-
" U n a contienda diplomática, travada con el Mi-
le la estimación pública, desatando la prensa con-
nistro de España por la ocupación que ordenó e l
tra él. L a exaltación de las pasiones, la omnipoten-
•Gobierno del Estado de México de los bienes que
cia de los acusadores y la proverbial dureza del
quedaban del Buque de Monteleone, amenazaba
temido Jefe del Gobierno hacían peligrosa la deten-
« l de la República con la fuerte reclamación qus
•era consiguiente, y que sostenía, además, c-1 Minis-
tro de Inglaterra por intereses de sus conciudada-
t o E s p e c i e d e autobiografía d e l S r . R a m í r e z , que « " ^ g g ^ g í . f *
h i t a I8JV M Í la facilitó roí buen a m i g o c-1 Sr. L i c . D . \ ícente a . nos. Aunque hube todavía quien recelara alzar 1«
drjde.
Ramírez. -"C
voz en nuestros t'ibunales pa-a defender los dere- Sr. Ramírez su esclarecido talento, su p n - m u m
ehos de Hernán Cortés, Ramírez llevó su causa á la nifiesta, y su erudición como jurisconsulto. Tampo
Corte de Justicia, á principios del año s i g u i ó t e , y c o tendría dificultad en hacer m e n c i ó n d e acuexdr s
las rectas y prudentes providencias de sus Minis- y sentencias que dictó como M a g # r a d o p e r o e s
tros, u n i i a s á l a s ges'iones habilísimas del defen- preciso moderar tan grata labor par?• poner térmi-
sor, salvaron al Gobierno General y al del Estado no á la vida política y l i t e r a r i a d e m . biografiado_
de México de las dificultades y graves trascenden- Radicado en la Capital, en 28 de Agosto, de.1851,
cias que pudo acarrear el negocio. Los bienes fue- fué llamado á la Secretaría de R e l a d o n e s por el
ron devueltos á su poseedor. Presidente D. Mariano Arista, cargo en que^duvo
" L a ocupación de México por el Ejército Ameri- hasta Agosto de 1852, demostrando su a c t m d a d ae
cano pr-sentó á Ramírez nueva ocasión de ejercer siempref v luchando con la injusta acusación que
sus funciones de patrono, funciones qu°, dicho sea presentó ante la Cámara de Diputados D Beinaidi
de paso, prestó siempre sin exigir recompensa de no Alcalde, de l a que fué absuelto el Sr. Ramírez
ninguna clase, y sin distinción de personas ni cali- Y a por aquel tiempo [1852] era a la vez Direefcj?
dades. Aprehendido por los invasores nuestro oficial v Conservador del Museo Nacional, cargo que de
D. José García Medina en el acto, según se dijo, de sempeñó con toda eficacia, dadas su dedicación >
acaudillar una reunión arma la ú hostil, solicitaron amor á la arqueología. Al Sr. Ramírez debe dicho
á Ramírez algunos comerciantes españoles, reco- establecimiento su verdadera organización y ei na-
mendados por el Sr. T). Juan Hierro Maldonado, ber-e trasladado al edificio que hoy ocupa.
para que en unión de éste se encargara de su defen- Desterrado el Sr. Ramírez durante la dictadma.
sa, pues sus jueees consentían en permitirle la del General Santa-Anua, á mediados de 18oo em-
asistencia de dos Abogados. Tratábase de recabar prendió viaje á Europa, de donde regreso.en Mai -
para el acusado los derechos de prisionero de gue- zo de 1856, después de haber recorrido entie otros
rra, que rehusaba otorgarle el vencedor, y debía ha- países Francia, Alemania, Inglaterra, Italia y aui-
cerse dentro de 24 horas, término prefijado para el za. No sólo fué un viaje de recreo, sino un viaje ae
juicio y su ejecución. Esto pasaba en los días de l a estudio, ftuctuoso para nuestra historia y arqueolo-
ocupación de la Capital por el enemigo extranjero, gía. Registró las principales bibliotecas y archivps
cuando aún corría por las calles de México la san- de las grandes capitales europeas, como la aei c o -
gre de nuestros compatriotas y de los invasores, en legio de Propaganda Fide de Roma, la de la uni-
espantosos y privados reencuentros que hicieron tan versidad de Bolonia, la Imperial d e \ l e n a , la Real
horrible é insegura la situación de la capital. L a de Dresde, la de la Universidad de Oxford j la ae
actividad é inteligencia del Sr. Hierro, que tomó París, y en todas ellas fué recibido con aprecio,
para sí la parte más onerosa y peligrosa del nego- concediéndole licencia para estudiar y copiar una
cio, logró alcanzar una prórroga de aquel término multitud de códices y pinturas geroglífieas, que co-
fatal, y esto, ayudado por el hábil sistema adoptado mo valiosísimo tesoro trajo á su patria. Como ejem-
para la defensa por Ramírez, dió al fin el resultado plo de estas distinciones bastará citar al bi. JJ.
apetecido. García Medina fué declarado prisionero Fernando José Wolf, bibliotecario de la Imperial de
de guerra." Viena, quien no obstante de estar cerrado el esta-
blecimiento para el público, obsequió todas sus de-
Hasta aquí los apuntes copiados. No me sería di- mandas, inclusa la de examinar y hojear el toa,ce
íícil citar otros muchos casos, tanto de negocios pú- mexicano que allí se conserva, y que sólo se permitía
blicas,. como de particulares, en los que desplegó el
ver al través de nna vidriera. Los únicos que no Retiiadas las fuerzas francesas expedicionarias,
obsequiaron los deseos del Sr. Ramírez, fueron los el Sr. Ramírez, previendo el pronto desenlace que
encargados de la Biblioteca del Vaticano, "ante ca- iba á tener aquél efímero Imperio se fué á Europa,
vas puertas cerradas—dice—se estrellaron todos los recorrió de nuevo bibliotecas y archivos, tanto pú-
esfuerzos míos y el empeño de mis patronos, no blicos como privados; entabló relaciones con distin-
creo que por egoísmo ó falta de voluntad, sino por guidos literatos, principalmente en España, y ha-
obra de aquella formulosa y desesperante lentitud biéndose retirado á Alemania, donde es 1 aban sus
qne predomina en nuestra raza, á proporción que deudos y á donde había llevado sus libros, murió en
se aproxima á su t r o n c o . " Bonn el 4 de Marzo de 1871. Sus restos fueron trans-
En cambio tuvo el gusto de visitar en Postdam al ladados á México por su familia, y actualmente re-
sabio Barón Alejandro de Humboldt, quien lo reci- posan en el cementerio inglés.
bió el día 14 de Junio de 1855, y le obsequió tres
Los servicios prestados por el Sr. Ramírez duran-
meses después un precioso íiutógrafo contenido si
te su vida á las letras y á las ciencias, le valieron
pié de su retrato; autógrafo que está fechado el dia
justas y honrosas distinciones. Fué miembro de mu-
14 de Septiembre del mismo año, aniversario del
chas Corporaciones nacionales y extranjeras, como
natalicio del ilu-tre viajero que nos visitó en 1803.
del Ateneo Mexicano, de la Sociedad Mexicana de
Cuando volvió á su patria el Sr. Ramírez, conti- Geografía y Estadística, déla Sociedad Humboldt,
nnó consagrado al estudio y al ejercicio de su pro- Presidente de la Acade mia Imperial de Ciencias y
fesión. Era Ministro Jubilado de la Snprema Corte Literatura establecí ' a por Maximiliano; Rector del
de Justicia, y desempeñaba la dirección del Museo Muy Ilustre Colegio de Ahogados de México; Acadé-
Xacional, la rectoría del Colegio de Abogados, las mico Honorario de la Real Academia Española, de
catedras de las academias teórico-prácticas de de- la de Historia de Mad id, Corresponsal de la Ponti-
recho, y la presidencia de la Junta Directiva de la ficia de Arqueología de Roma, de la de Historia y de
Academia de Bellas Artes, donde continuó con di- "la de Etnología de Nueva York, y de la Comisión
ligencia emiqueciendo la galería de pinturas de la. Científica de México.
escuela mexicana, que había comenzado á coleccio- En la época del Imperio obtuvo ¡as condecoraciones
nar su distinguido predecesor el L i c . D. José Ber- de Gran Cruz de la Orden de Guadalupe, Comenda-
nardo Couto. Además fué por entonces Síndico del dor de la Orden de la Aguila Mexicana, Gran Cruz
Convento de San Francisco, y poco tiempo después de la Orden de la Corona de Hierro de Austria y
interventor de las bibliotecas de los extinguidos Gran Cruz de la Estrella Polar de Suecia.
conventos de M é x i c o , logrando salvar de la rapiña Tales diplomas y condecoraciones cuando se ob-
y de la destrucción muchísimos libros y multitud tiene por medio de dinero ó por favoritismo, nada
de manuscritos antiguos, que de otra manera hu- significan; pero cuando son concedidas sin solici-
biéramos perdido para siempre. tarlas, en atención sólo á las prendas é inteligencia
Durante la Intervención y el Imperio el Sr. Ramí- de individuos del valer de D. José Fernando Ramí-
* e ™ h w ó á formar parte de la Junta de Nota- rez, demuestran el aprecio que merecieron de sus
bles (1863), y u o sin haberlo rechazado tres veces contemporáneos, y el justo tributo que éstos rin-
en el curso de menos de un mes. aceptó á instancias dieron á las virtudes públicas y privadas.
dé la Emperatriz Carlota el cargo de Ministro de
Relaciones y Presidente del Consejo, que desempe-
ño desde Julio de 1864 hasta el 3 de M'arzo de 1S66.
sobrino el Sr. Canónigo de la Colegiata D. Vicente
de P. Andrade. De esta Memoria inédita hasta aho-
ra, sólo se han publicado los siguientes documentos.

IV. Memoria Instructiva l| de los || derechos y justas


causas || que tiene || el Gobierno de los Estados U ni-
Pava enumerar metòdicamente las obras delSr. dos Mexicanos II para no reconocer [ ni la subsisten-
I). José Fernando Ramírez, las he dividido en cua- cia del privilegio concedido á D. José Garav para (|
tro clases, á saber: abrir una vía de comunicación entre los océanos
Atlántico y 1 Pacífico por el Istmo de Tehuantepec.
ni la legitimidad delafl cesión que aquel hizo del
mismo privilegio á ciudadanos de i| los Estados Uni-
A . — ESCRITOS DIVERSOS.
dos de la América del Norte.« La publicad El Mi-
nistro de R e l a c i o n e s J México. J Tipografía de Vi-
Refleccionesl] sobre lila conducta v principios« polí- cente G. Torres. (¡ 1852.
tico-religiosos|i del|| Reverendo Obispo|| de Miehoa-
cán|| Victoria deDurango: 1833.fi Imprenta del Es- E n 4 p mayor, 28 págs.
tado á cargo de Manuel González.
En 4 o , 71 págs. Importante folleto para apreciar
el criterio religioso y político del Sr. Ramírez. Documento No. 4 8 de (| L a Memoria 1 que el Secre-
tario B de Relación-s Interiores |¡ y Exteriores H pre-
sentó á las Cámaras, en que se da cuenta de los
arre- Iglos hechos para el pago de la deuda garanti-
Proyecto|| de|| Constitución? que preseuta!| al so-
zada !¡ "por || Convenciones diplomáticas.! México, i
berano Congreso Constituyente || la mayoría de ||
su comisión especial || y || Voto particular || de II la Imprenta de Vicente Gaivía Torres. «1852.
minoría. || México l| Impreso por Ignacio Cumpli- En 4 ° . mayor, 106 págs.
do. || 1842.
En 8 » , 119 Págs. y 42 del Voto particular.
Dictamen S de varios letrados | sobre las reclama-.
ciones dirigidas J al Supremo Gobierno « por los ac-
Memoria || del Ministro de Relaciones in'eriores tuales contratistas í| de la Casa (| de Moneda y Aparra-
y || exteriores || D. José Fernando Ramírez || leída do de esta Capital (| coa motivo del último arrenda-
II en la Cám ra de Diputados || en los días 3, 4 y 6 miento «de dichas casas,celebrado con D. Alejandro
y || en la de Senadores en || los días 8 y 11 de Mavo Bellange. « México, fi Establecimiento tipográfico de
de 1852. J
Andrés Boix. || Cerca de Santo Domingo No. 5. (| 1856.
4 ? mayor, 163 págs texto, más 17 Documentos En 4 o común, 5S págs. Hicieron suyo el dicta-
comprobativos de la Memoria y 6 relacionados con men los Sres. Lies D. Gabriel Sagaceta, D. José M.
ella Copia manuscrita de puño y letra del Sr. D. Casasola, D. José Ignacio Pavón y D. José Guada-
José María Andrade, actualmente en poder de su lupe Cobarrubias.
Una visita ff al II Barón de Humboldt. (¡Méxicó, Alcalde Acusada D e \ Parricidio, ¡j Victoria de Du-
Mayo 12 de 1857.
rando: 1837. || Imprenta Del Gobierno A Cargo da
Sobretiro del articuló asi intitulado, que publicó Mauuel González.
fcl S'•. Ramírez en t-1 t o m i V de " L a Cruz." Consta En 4 o común con 120 págs. Este extenso y lumi-
de 10 págs. de la relación de la visita, ó de la bio- noso Alegato lo hizo et Sr. Ramírez en i2 días, al ca-
grafía de Humboldt y iln magnifico retrato de éste bo de.los cuales le sobrevino una aguda enfermedad
perfectamente litografiado por Salazar.
en el eerebro, á consecuencia del excesivo trabajo.
Se reprodujo el Alegato en las columnas del Ateneo
Mexicano y como Apéndice á la Práctica Criminal
Discurso S que fl el Rector |j del Muy Ilustre GV de Gutiérrez, edición mexicana.
legio de Abogados de México ¡ y Presidente || de
su Academia Teórico-Práctica de Jurisprudencia
leyó ji en la Junta General que celebró el mismo Co- Informe en Derecho ¡j Que pronunció en los Estra-
legio bl día 24 de Enero del presente año, dándole dos de la II Exma, 2 f Sala del Supremo Tribunal de
cuenta i de su administración y del estado que Justicia De la Nación j El Licenciado ¡| D. José
guardan ambos institutos. || s e imprime por acuerdo Fernando Ramírez j por la Testamentaría de D.
del Colegio. . México. Imprentado J. M. Andrade Miguel Ajuria En él pleito' que le ha promovido
y F. Escalante. ¡ Calle d e Tiburcio No. 19. j 1861. D. Anacleto Polidura. sobre la legitimidad de la J
entrega de las haciendas • denominadas San ¡ Vi-
En 4 ? mayor» 8 págs-.
cente Chieoncuaque y Dolores ¡i México. ¡| Imprenta
de Andrade y Escalante Calle de Cadena núm. 13.
|| 1859.
Acta de la Instalación ¡| ds ] L a Academia Imperial En 4 ? común 187 págs. y una de Correcciones.
l¡ de Ciencias y Literatura de México ¡(Viñeta con e[
escudo del Imperio) J México. |j Imprenta de A n d r a .
de y Escalante j Bajos de San Agustín No. I. ¡j 1866.
Apuntamientos i Que presentó j A L a Exma. Ter-
En folio menor, muy bien impreso, con 21 páo-s* cera Sala del Supremo Tribunal de Justicia ¡| De la
Entre las págs. 7 y 21, se inserta el brillantísimo Nación ¡ El L i c . D. José Fernando Ramírez Am-
discurso que en esa ocasion pronunció D. Jos¿ F e r - plificando los fundamentos de hecho (| y dorecho |
nando Ramírez. que expuso verbalmente en sus Estrados, por la
Testamentaría de D. Miguel Ajuria, |¡ en el litis
con D. Anacleto Polidura, sobre la legalidad de la
entrega ¡(de las haciendas denominadas San Vicen-
te, Chiconcuac y Guadalupe.
lnteritus civitati paratur, in q u a W n o n
B.—DEFENSAS y ALÉGALOS JüRtDItíOS. proest Magistratibus, s e d ¡lli legíbus prae-
sunt. P L A T O , d e L e g . Dial 4.

Alegato || que El L i c . José F. R a m í r e z ; Pre- México |] Imprenta de Andrade y Escalante Ca-


sentó i, A la Ecselentísima Sala de Vista de Esto lle de Cadena Núm. 13. || 1861.
Departamento Jj En Dafeasa De D o ñ a N e p o m u c e n a En 4 o común con 227 págs.
Ramírez. - D
algunas observaciones para vindicarse an- ¡¡ te sus
Informe Que hizo Ante la Exma. Primera Sala conciudadanos. ]¡ Victoria de Durango 1838. || Im-
del ¡| Tribunal Superior ! del f Distrito Federal, | El prenta del Gobierno á cargo de Manuel González.
Lic. ¡ D. José F e r n a n d o Ramírez, en defensa del En 4 ? común, 136 págs. El redactor de este Diario
Sr. I). Manuel D i e z de Bonilla, i México. ]¡ Imprenta fué el Sr. Ramírez, esciito en vista de los datos y do-
de J. M. Lara, Calle de la Palma Ñúm. 4. 1861.
cumentos oficiales que se le proporcionaron.
En 4 ? común c o n 59 págs. Este opúsculo es so-
bretiro del Informe que apareció en las págs. 31 á
89, del " P r o c e s o instruido á los ex-Ministrós de Es- Notas ¡I y || esclarecimientos ¡| á la |¡ Historia de la
tado Sres. D. Luis G. Cuevas, I). Manuel Diez de Conquista | de México del Sr. W . Prescott, |¡ por ||
Bonilla, D. Manuel Pifia y Cuevas y D. Teófilo Ma- José F. Ramírez, ¡| Ciudanano Mexicano.
rin, y ex-Gobernador del Distrito l). Miguel María
Azeárate, acusados de usurpación del Poder Público En 4 p X X - 1 2 4 p á g s . , apud Historia de la Con-
por las funciones q u e desempeñaron en la República quista de México de Prescott, piíblicada por I Cum-
entre los años de 1858 y 1860." plido, 1844-1845, tomo I I P
Consta este interesantísimo opúsculo de una Intro-
Muchos escritos jurídicos del Sr. Ramírez perma-
ducción y diez Notas relativas á las Historias Tolte-
necen iuéditos.
eas y Anales y escrituras (jeroglificas de los aztecas;
Sacrificios humanos y antropofagismo de los mexica-
nos; Aritmética mexicana: Calendario; Laborío intc-
terior de las minas; Expedición de Hernán Cortés, sus
instrucciones, espíritu y carácter de la empresa; Pesos
de oro: importe del tesoro de Moctezuma; Destrucción
déla flota; Noticias relativas á Cortés-, Monedas de los
mexicanos i/ Topografía histórica. Contiene además
C . — E S T U D I O S HISTÓRICOS Y BIOGRÁFICOS.
una Descripción de cuatro lápidas monumentales con-
servadas en el Museo Nacional de México, seguida de
Proceso instructivo || formado j¡ por la Sección del un ensayo sobre su interpretación, y dos láminas lito-
Gran Jurado |j de l a || Cámara de Diputados II del gráficas que ilustran el texto.
Congreso General, en averiguación de los delitos
de que fueron acusados |¡ los ex-Ministros D. L u c a s
Alamán. D. Rafael Mangi- no, D. José Antonio F a - Proceso de residencia contra Pedro de Alva-
ció v D. José I g n a c i o Espinosa. Se imprime de or- rado ¡i Ilustrado con estampas [¡ sacadas | de los an-
den de la Cámara. México. Impreso por Ignacio' tiguos Códices Mexicanos, y Notas y Noticias
Cumplido, Calle do Zuleta N o . 14, 1 1833. Biográficas, Críticas y Arqueológicas, por : D.
José Fernando Ramírez. L o publica paleografia-
En 4 ? común, 255 pág*. tres hojas de Indice y
do del MS. original el Lic. Ignacio L. Rayón. ; Me-
Erratas sin numerar. xico. j Impreso por Valdes y Redondas, ;] Calle de
las Escalerillas N ° 2. 1847!
Diario; de las j] operaciones militares de la Di- E n 4 ° X X I I I - 3 0 2 págs. -L 1 hoja índice y 4 lito-
visión ; que al m a n d o del General |] José Urrea || hi- grafías.
zo la campaña de T e j a s , ¡i Publícalo su autor ; con
Los escritos contenidos en este volumen debidos comunicación de los Mares Atlántico y Pacífico. {
á la pluma del Sr. Ramírez son: Noticias históricas por el Istmo de Tehuantepec. Por;! D. José Fernan-
de Pedro de Alvarado; Noticias históricas de Nuíío do Ramírez,|| Ex-Ministro de Re aciones. ]México |
de Guzman; Retrato de Alvarado; muert- del mismo; Imprenta de Ignacio Cumplido, calle de los Rebel-
Matanza de la nobleza tn el templo mayor; Salto de des, número 2. |¡1853.
Alvarado; Aporreamiento ó suplicio por medio de pe-
En 4 o mayor XIII-944 págs., + X V de Indice.
rros de presa y Edificación de la primera iglesia de
México.
H a y sobretiro de estas notas eon el siguiente ti-
tulo: Descripción de Algunos Objetos ¡del Museo Na-
cional |;de|| Antigüedades de México ¡Por Don José
Explicación de tres antiguas Pinturas Geroglí- F. Ramírez||Conservador del mismo establecimien-
iieas ; de los |¡ Mexicanos, ¡¡ Con dos Notas Críticas to [Edición especial de cincuenta ejemplares Mé-
|í sobre el | Salto de Alvarado y edifieaeión de la xico [Imprenta de J M. Andrade y F. Escalante]
Primera Iglesia en México ; Sacadas ¡['de la Obra Calle de Cadena Número 13 11857.
intitulada: Procesos de Pedro Alvarado y Ñuño de
En gran folio, 7 págs., á do« columnas y una her-
Guzmán, ¡ Por ¡| Don José F e m a n d o Ramírez || Edi-
mosa litografía dibujada por el artista mexicano C.
ción especial de 20 ejemplares. Impreso por Valdes
Castro. Hay ejemplares que contienan en vez de la
y Redondas, 'I Ca'le de las Escallerillas, N ° 2.
litografía, 'fotografía; p-ro son muy raros. Esta Ín-
(1 1847.
ter»-santísima Explicación de 42 objetos arqueológi-
En 4 ° , 26 págs., tres láminas de colores y un re- cos propiedad del Museo, con excepción de algunos
trato de Alvarado. Mi erudito amigo el Dr. D. Ni- que tenía en su casa el Sr. Ramírez, se publicó como
colás León posee ejemplar de esta edición rarísima. Apéndice á la obra intitulada México y sus alrededo-
res, editada hacia 1855 y 1856, por Decaen.

Noticias Históricas ¡(y Estadísticas de Durango


J.(1849-1850) ||Por el Sr. Lie. D. José Fernando Ra- Diccionario |[Univer=al|| De Historia y Geografía
mírez. (¡Va adornada con un plano y dos vistas de la etc. HMéxico: 853-1856.11 Tipografía de R, Rafael,
capital. ¡Edición de. L a Ilustración Mexicana, ¡iMé- Calle de Cadena Núm. 13.—Los últimos tomos están
xico. ¡' Imprenta de Ignacio Cumplido, calle de los impresos por F. Escalante, quien en unión del Sr.
Rebeldes, n 2 ¡1851. D. José María Andrade. fué editor de la obra, que
En 4 o mayor, 87 págs., una de Índice sin nume- consta de 10 volúmenes 4 o mayor á dos columnas.
rar y tres litografías. Nueva < dición de esta obra se Los artículos publicados en este Diccionario por
hizo en el tomo V o del Bolitin de la Sociedad Mexi- el Sr. Ramírez, aparecen firmados R-si-Z. Sus títu-
cana de Geografía y Estadística. Primera Epoca. los son ios siguientes:

Aatzin, Ahatl.
Memorias, || Negociaciones y Documentos, para Academia Teórico-Práctica de Durango.
servir á la Historia de las diferencias que han sus- Academia de Jurisprudencia Téorico-Práctica de
citado ; entro México y los Estados Unidos, j los./ México.
tenedores del antiguo privilegio, concedido para la Acamapic, Acamapich, Acamapitz..
Aeoloa, Aculua, Aeulliua.
Acta constitutiva. ra su inteligencia. Por Don José Fernán lo Ramí-
Acta de Independencia. rez, Conservador del Museo Nacional. II Apud Atlas'
Agathodemón- Geográfico, Estadístico é Historico de la República
Aguilar (Gerónimo.). Mexicana, formado por Antonio García Cubas. ||Mé-
Aguilar ("Marcos d e ) . xico!! Imprenta de 1>. José Mariano Fernández||de
Arizona. Lara. calle de la Palma número 4. ü 1858.
Armas de México. Son dos grandes láminas litografiadas en folio
Atotonilco. máximo [Número 1 y 2 , la primara en colores re-
Auitzotl ó Ahuizotl. produce el Mapa de SigUenza, códice original impor-
Axayacatl. tantísimo que ha desaparecido del establecimiento
Axolohua. en que se conservaba; la segunda contiene el
Canatlan. Lienzo de la peregrinación azteca cuyo rriginal
Canelas. existe en el Museo Nacional de M é x : c o . Ambas lá-
Cuenacamé. minas están acompañadas de un texto explicativo
Cuitlahua ó Cuitlahuatzin, del Sr. Romírez.
Chimalpain. [Domingo de San Anton Muñoz ó No fueron estos los únicos códices de la antigüe-
Muñón]. dad mexicana, que dió á l i estampa el docto anticua-
Chimalpopoca. n o . Cuando estuvo en París, no sin veneer el carac-
Durango | Estado d e ] terístico egoísmo de Mr. Aubin, posedor de una
Perrería de Duraugo y cerro del Mercado. inapreciable colección de pinturas geroglíficas que
Huitzilihuitl ó Vitzili'vitl. llevó de México, el Sr. Ramírez logró hacer litogra-
Itzcoatl ó Itzcóhuatl. fiar los siguientes códices pertenecientes al men-
Ixtlilxóchitl [Fernando de Al va] cionado Mr. Anbin.
Moteczuma ó Motecuhzuma Ilhuicamina. Tonalamatl, calendario ritual de 260 días: 20 lá-
Ñuño de Guzmán (el mismo estudio que se publi- minas con colores. Hay ejemplares sin iluminar.
c ó en el Proceso). Historia del reino de Acolhuacan ó Texcoco. Mapa
Tloltzin. Tiene lm.275 de largo por 0 m:Sló de an-
Puede haber otros artículos que se me hayan es-
cho.
capado al registrar el Diccionario; pero los anterio-
res son los principales. L o s lelativos á los reyes de Mapa Quinántzín Tiene Om.77 de largo por
México son muy notables, y es lastima que el Sr. Om.44 de ancho.
Ramírez no escribiera los correspondientes á TÍZOC Mapa de Tepechpan. Historia sin crónica de los
y á Cuauhtemoc para completar la serie cronológi- Señores de Tepechipan y de México. Mide 3m.39—
ca. El de Motecuhzoma X o c o y o t z i n lo dejó trunco é O.móO.
inédito. Códice Aubin. Historia de los mexicanos desde el
principio de su peregrinación hasta J609. seguido
ile otro códice cronológico desde IVnoch hasta
1607.
Cuadro Ilistórico-Geroglifico || de la ¡Peregrina- Atlas de la Historia del I\ Duran. Consta de tres
ción de las Tribus Aztecas que poblaron el Valle de Tratados. El 1 ° contiene 32 láminas, el 2 o 11 lá-
México || Acompañado de algunas e s p i r a c i o n e s pa- minas y el 3 ° 6 láminas.
Códice que forma el Apéndice de la obra anterior: Opúsculo tan interesante, lo escribió el Sr. Ra-
16 láminas. mírez para insertarlo entre las ilustraciones con que
Todos éstos códices fueron impresos en París, en pensaba publicar la edición de la Historia de]Tlax~
la Litografía de Jules Desportes. Instituto Imperial cala, por Diego Muñoz Camargo. Ignoro por qué no
de Sontos Mudos. H a y de ellos ejemplares ilumina- lo incluyó el Sr. Chavero en la impresión que de di-
dos y en negro: los primeros son muy raros. El Sr. cha obra hizo en 1892; con notas del citado Sr Ra-
Ramírez también hizo copiar en el transcurso de su mírez.
viaje á Europa más de dos mil jeroglíficos mexica- L a anterior disquisición tengo noticia que se pu-
nos en otras tantas tarjetas. blicó por separado el año 1864, en un folleto 4® ma-
yor de 27 pígs., á dos columnas.

Noticias de la Vida y Escritos II de Fray |j Tori-


Historia ¡ de las | Indias de Nueva España ft
bio de B>-navente || ó Motolinia || Uno de los prime-
Y Islas de Tierra Firme, 1 Por II El Padre Fray Die-
ros misioneros católicos || y fundadores de la Pro-
go Darán || Religioso de la Orden de Predicadores l|
vincia Mexicana del Santo Evangelio |] de México ff
(Escritor del S u l o X V I ) f L a publica con un Atlas
Acompasadas || d-* investigaciones sobre el origen
de Estampas, Notas é Ilustraciones fi José F. Ra-
y motivos de sus disidencias con el Illmo. Ij D. Fr.
mírez |¡ Individuo de varias Sociedades Literarias |
Bartolomé de las Casas, Obispo de Chiapas. l| Por
Nacionales y Extranjeras J México ff Imprenta de
Don José Fernando Ramírez ||Conservador del Mu-
J . M. Andrade y F . Escalante. || Bajos de San Agus-
seo Nacional de México. || Viñeta || México || Edi-
tín núm. 1 || 1867.
ción para el Autor | 1859.
Sólo publicó el Sr. Ramírez el Tomo I de esta
En 4 ° mayor, 109 págs. limpiamente publicadas obra, X V I - 5 3 5 págs. El Tomo II se imprimió has-
en la "Imprenta particular de Joaquín García Ieaz- ta. 1880, 305 págs. texto, y 177 págs. del Apéndice
balceta, Calle de Manrique núm. 5 " •escrito por I). Alfredo Chavero. No fué la única obra
" E s t e opúsculo se escribió para colocarlo al fren- que se propuso reimprimir el Sr. Ramírez. Dejó co-
te de los escritos del Padre Motolinia, incluidos pias manuscritas, precedidas de introducciones y
en el tomo I de la Colección de Documentos para la anotadas, de las obras históricas de Sahagún, Tezo-
historia de México, que ha publicado el Sr. D. Joa- zómoc, Ixtlilxóchitl, P. Tovar ó Códice Ramírez, y
quín Icazbalceta, y se ha hecho por separado esta •otras, de las cuales algunas ya se han impreso por
edición de CINCUENTA EJEMPLARES, sin otra dife- •el Sr. Chavero.
rencia que la consiguiente en la foliatura " Parece que la edición que preparaba el Sr. Ramí-
rez de la obra del P. Sahagún era espléndida. En.
«arta dirigida desde Durango el 6 de Septiembre de
18)0 á D. José María Andrade, le decía: '-Me pidió
Bautismo de Moteuhzomi II, || Noveno R e y de
[D. Ignacio Cumplido] algo que imprimir, en que
México. || Disquisición histórico-crítica de esta Tra-
pudiera lucir sus recursos tipográficos y hacer una
dieión, || Por D. J o - é Fernando Rimírez. |J Apud
edición digna de la prensa. Yo le propuse la reim-
Boletín de la Sociedad Mexicana de Geografía y Esta-
presión del P. Sahagún, que dije á V . estaba cote-
dística, tomo X , págs. 357 á 381.—México Q Impren-
jando con la edición de Londres y que me proponía
ta de Vicente García Torres ¡i Calle de San Juan
expurgar de sus innumerables erratas; agregándole
de Letrán núm. 3 || 1863.
•Ramírez.— E
los materiales de los códices Telleriano, Vaticano y
logia de los Reyes de México.—5. Confederación
Mendocino con otras observaciones que me ha ins-
mexicana.— 6. Antigüedades del Museo [artículo pu-
pirado su estudio. La principal mejora debía con-
blicado en México y sus alrededores'].—7. Estudio
sistir en la adición de las estampas que faltan á la
sobre los Comanches.
obra, y que m* parece haber reconocido en dichos
códices, aunmentando las más que demanda hasta Tomo III, 339 págs.—Contiene los originales de
el número de ciento. El proyecto le ha gustado [ás los artículos publicados por el Sr. Ramírez en el
Cumplido], y y o a - e g u r ó á V . que si se realizara Atlas de García Cubas, y en el Diccionario de Histo-
México produciría una de la« obras más importantes, ria y Geografía de Andrade y Escalante.
y que sería indispensable p i r a el estudio de sus an- Tomo IV, 369 págs. 1. Vida de Motecuhzoma
tigüedades, pues que la edición de Londres está su- Xocoyotzin que dejó trunca el Sr. Ramírez. 2. No-
mamente corrompida " ta á la Historia Chichi meca de Ixtlilxóchitl sobre
el bautismo de Motecuhzoma. 3. Otro estudio so-
Desgraciadamente el proyecto no se realizó; pero bre el mismo asunto. 4. Ejecutoria y escudo de
por fortuna en la misma tarea, de hacer una edición Armas de D. Pedro Motecuhzoma, dado en Madrid
completa é ilustrada de'la obra del P. Sahagún, tra- á 11 de Septiembre de 1570. 5. Testamento del
baja eu la actualidad el Sr. D. Francesco del Paso mismo, fechado en México á 20 de Noviembre de
y Troncoso, Director del Museo Nacional. 1579 6. Cédula sobre la sucesión de Doña Isabel
Motecuhzoma, fechada en el Prado á 5 de Diciembre
de 1590. 7. Testamento de D. Cristóbal Becerra y
Motecuhzoma, fechado en México á 2 de Enero de
lt>38.
Tomos V á VII. No los he visto.
Tomo VIII, 508 págs. 1. Aritmética de los anti-
D . — E S C R I T O S INTROITOS V O M P I L A C I O S I Í S
guos mexicanos. 2. Diversas notas gramaticales
que forman un tratado exienso sobre la lengua me-
xicana, por el Sr. Ramírez.
Opúsculos históricos.— Con este título existen en ef Tomo IX, 258 págs. s-n numerar. Catálogo de li-
Museo Nacional 20 volúmenes manuscritos en 4 bros impresos en México durante el Siglo X V I . To-
común, que contienen muchos escritos inéditos del dos mencionados por el Sr. Icazbalceta en su Biblio-
Sr. Ramírez, algunos de los originales de los ya pu- grafía Mexicana
blicados y varios documentos colegidos por él! D o y Tomo X . 241 págs. Contiene 33 documentos rela-
un breve resumen de su contenido á continuación': tivos á Gaspar de Villagrá. autor del poema Con-
Tomo I. 402 págs.—1. Manera de historiar v au- quista. de la Nueva México. Van á ser publicados co-
toridades consultadas.—2. Rápida ojeada sobre la rno apéndice ú la edición que de esta obra hará el
historia antigua de México. Primer períodol 036 á Museo Nacional.
1502.—Segundo periodo 1502 á 1519—4. Estudio Tomo X I , 573 págs. 2. Advertencia del Sr. Ra-
sobre las ideas políticas y religiosas de los antiguos mírez. 2. De ¡a pronunciación China y de la orto-
mexicanos. grafía de las palabras Chinas en caracteres euro-
Tomo II, 443 págs.—1. Fun l a c i o « de México. — peos por De Halde, traducido por el Sr. Ramírez.
2. Explicación ele la primera estampa de Códice 3. Resumen de la Gramática China por De Ilalde,
Mendocino.—3. Etimología de México.—4. Crono- arreglado y traducido por el Sr. Ramírez. 4. Carac
— XLI -

teres Chinos. 5. Varios opúsculos sobre China, y


comparaciones con el México antiguo por el Sr Ra- oidor D. Diego de Varcárcel, juez de la causa de
mírez. 6. Extractos de la Gramática China de Re- Boturini en 1743.
musat y notas gramaticales del Sr. Ramírez. 7 In- Tomo X V , 334 págs 1. Inventario del Museo de
troductw ad systema phonetienm Soripture Siniee. Boturini formado en 1745 por D. Patricio Antonio
López. 2. Inventario del mismo Museo formado en
TT-. K o a á l o s o e h o s s 'guos suspendidos. 9 El 1804 por D. Ignacio Cubas. 3. Reconocimiento del
1-King. 10. El Lo-Choa.
Tomo XII, 448 págs. 1. Investigaciones sobre el estado que guardaban los Monumentos históricos y
país de Fon-Sang. 2. Carta del Sr. Ramírez sobre papeles del Museo de Boturini en el año 1823 for-
las antiguas relaciones entre China y México. 3 mado por D. Ignacio Cubas.
Pleito sobre tierras. 11572], 4. A, eo y deslinde so- Tomo XVI, 429 págs. Geroglíficos. Nombres
bre tierras de Santa María Asunción [1 5751. 5 compuestos Nombres propios simples. Indice. Pa-
Pueblos del Istmo de Tehuantepee. 6 á 14 Len- ramentos, utensilios, etc. Números. Templos, aras,
guas que se hablan en AguaseaR ntes, Colima. C i m - penates. Educación de los hijos de los reyes y de
pas, Gurrero, Oaxaca, Puebla. Veraeruz, Yucatán los nobles. Lusares de culto. Noticias particulares
y nominas de los curatos y pueblos de sus obispa- del Templo Mayor. Sacerdotisa«. El Templo. Atri-
butos y divisas, formas, posturas. Divisas, parte
ifí í a , C O p ' a d e l o s , í , u I o s d e l a Asunción. 2 f 5 . Colores, 1 p y 2 s parte. Vocabulario Geroglí-
16. Cédulas de la fundación de Cholula. 17. Títu- fieo. Libro 12 de Sahagún. (Todos estos son apun-
o s d e los Mendoza de Tialquitenango, [Cholula]. tes escritos por el Sr. Ramírez, que sin duda iba á
18. 1 raduccion de un cuadro histórico d e Qnauh- aprovechar para algún estudio). Origen de los obje-
tlatzinco. [Cholula], 19. Comisión científica de tos antiguos encontrados en el Popocatepetl. Lista
México [imnreso]. de los retratos que existían en el Colegio de San Il-
Tomo XIII, 376 págs. ]. Codex Zumárraga, pu- defonso de México.
blicado va por el Sr Icazbalceta. 2. Noticia del Tomo X V I I , 533 págs. 1. Derrotero de Cortés á
MS mnn. J 588 de la Biblioteca de París por el Sr. las Hibueras sacado de la obra de Gomara, 2. El
Ramírez 3. Idem del número 3312 ó s,a Arte de la mismo comparado con el que da Bernal Diaz del
Ungua othomi , or Fr. Alonso Urbano, de la Orden Castillo. 3. Otros derroteros comparados. 4. No-
de San Agustín. 4. Carta del Sr. Ramírez á D . Ma- tas varias. 5. Punto de partida de las tribus indí-
nuel Ramón Zarco del Valle sobre la pintura en Mé- genas emigrantes y lugares de su peregrinación. 6.
n ^ t ' s e . i I a histórica sobre el mismo asunto Fundación de México. 7. Suplemento, cronología.
o*£ • Vo F ) M P R E S °] • 6. Análisis etimológi- 8. Punto de partida. Anónimo de 1570. 9. Tlaloe,
TI aloca, Tlaloques, Tlaloca Tecuhtli, Tlalo Tlaca-
D PT , 0 , H ^ N R SRA NU' EALLOS D E P UEBLOS - h e e h o Por
casqui.—10 Etimología de México. [Apuntes todos
P?»stino Galicia Chimalpopoea en 1854. 7 Tra- del Sr. Ramírez, sin concluir y confusos.]
ducción hecha por el mismo del texto mexicano que
a o ü d , ' e e de 1576 Aubin) con ano- Tomos X V I I I á X X , con numeración progresiva
taciones del Sr. Ramírez que alcanza hasta la pág. 1146.—Contienen copia
Tomo X I V , 764 págs. 1 Cansa criminal instrui- de la Historia de Tlaxcala por Muñoz Camargo, ya
da á 1). Lorenzo Botnnni Benaduei. 2. Prólo-o la- impresa, colacionada con varios manuscritos é ilus-
tino de Boturini. 3. Prólogo galeatus. 4. Colec- trada con notas y disertaciones por D. José Fernan-
c-on de inventarios formados en diversas épocas del do Ramírez. Entre las notas y disertaciones que
Museo de Boturini. 5. Inventario formado por el escribió el Sr. Ramírez para esta obra, permanecen
inéditas Jas que veisan sobre Los primeros poblado-
dores de Tlaxcala, Etimología de Tlaxcala y Forma de én 2 volúmenes 4 o , en poder del Sr. Canónigo ü.
gobierno 6 instituciones de Tlaxcala. Vicente de P. Andrade.

" V i a j e á Yucatán y descripción de sus ruinas


El : Apóstol Santo Tomás en el Nuevo Mando) arqueológicas." - M S . citado por el Sr. Chavero.
Colección de noticias y memorias relativas á la ||
predicación del Evangelio en América antes de su
descubrimiento por los Españoles. Colectadas v or- " A p u n t o s para la historia del Imperio de Maxi-
denadas por D. José F . Ramírez Conservador miliano."—MS. que posee el Sr. Chavero. Son me-
del Museo Nacional. ros apuntes que colectó el Sr. Ramírez, para escri-
MS en 4 ° . de 625 págs. y III de índice, que existe bir la obra que ordenó Maximiliano se publicara
en poder de mi inmejorable amigo el Sr. D. José después de su muerte.
María de Agreda y Sánchez. En el párrafo 15 del codicilo decía: "Quiero que
se haga una relación histórica de IoS tres años de mi
residencia en México, y período preparatorio; que
se escribirá con ayuda de aquellos documentos que
Extractos y Noticias i de manuscritos relaciona- están guardados en Inglaterra y en Miramar.—De-
dos con la Historia de | j México, colegidos por» seo que el i-x-ministro D. Fernando Ramírez y el
José F . Ramírez. " Príncipe Salm tengan la bondad de emprender esta
3 volúmenes MSS. que se conservan en el Museo obra."
Nacional, I, 427 págs; II 453, y III, 476.

Muchas otras obras manuscritas y compilaciones


del Sr. Ramírez se han perdido, ó las ocultan ava-
"Anales antiguos de México y sus contornos."
ramente sus actuales poseedores. No se encuentra
2 tomos folio con 1022 págs. que contienen 26 co-
la interpretación del Atlas del P. Durán, los mate-
pias modernas de antiguos MSS. en mexicano. Sólo
riales para la edición del P. Sahagún etc. etc.. ( 1 )
se han impreso los Anales de Cuauhtitlan.
y entre otros, un estudio que escribía del Códice
Borgia. "Después de largas meditaciones dice al
Sr. Andrade en carta de 1 ° de Julio de 1850—he
"Sumaria relación de las cosas de Nueva España descubierto que el Códice Borgiano es quizá el que
con la noticia individual de los descendientes legí- merece un más profundo estudio y del que se pue-
timos de los conquistadores y primeros pobladores, den sacar datos menos inciertos, aunque solamente
por Baltazar Dorantes de Carranza."—Introducción para la parte Cronológica y ritual, pues no creo que
e índice del Sr. Ramírez. MS. en 4 o común del Sr. contenga nada de historia. Yo me he devanado los
García Icazbalceta. eesos hasta el punto de haber emprendido estudios
astronómicos que juzgo absolutamente necesarios para

( i ) Kn el " B o l e t í n d e la Real A c a d e m i a d e la h i s t o r i a " , c u a d e r n o corres-


pondiente al m e s d e F e b r e r o d e 1885, se i m p r i m i ó un estudio del S r R a m í -
'Adiciones á la Biblioteca de Beristáin."—MS. r e z relativo á un c ó d i c e d e Sahagún.
adelantar algo aquel ramo de nuestras antigüeda- merece. (1) Pasó durante su carrera política y pro-
des. Y o camino todavía á tientas, sin haber alcan- fesional ' por todos los escalones y grados interme-
zado otra cosa qup dudar de la exactitud del siste- dios " Fué abogado, Juez superior, Magistrado y
ma que hoy forma la regla v que cuenta en su fa- Ministro de la Corte de Justicia en el Foro Mexica-
Vor la respetable sanción del Barón de Humboldt no. Elector, Consejal, Diputado, Senador y Secre-
Hablo de la obra de Grama. L o que si tengo perfec- tario de Relaciones en la política. Soldado, Oficial
tamente aclarado es que los mexicanos tuvieron un y Jefe Superior en la Milicia Nacional. Vocal en
período cíclico mucho más largo y perfecto del que muchas Juntas de industria é instrucción pública.
les concedía aquel y todo-* los otros escritores que Tuvo á su cargo comisiones delicadas y difíciles
han caminado por sus huellas. Estoy construyendo cuando fué representante del pueblo en las Cáma-
una maquinita con cuya ayuda espero resolver la ras. Profesor en la ciencia del derecho, desempeñó
cuestión debatida por nuestros historiadores sobre con acierto las cátedras que se le confiaron, y fué
la existencia de las fiestas movibles, que Gama im- Presidente de sabias Corporaciones literarias. Vivió
pugna, y ella dará, como consecuencia, otra resolu- el Sr. Ramírez en época de lucha, cuando las vías
ción, no menos controvertida; la correspondencia de comunicación, eran peligrosas y penosos los via-
del año mexicano con el nuestro. Como un prelimi- j e s : no poco tiempo gastó en ellos, al venir de l)u-
nar de ESTA OBRA he formado, con inmenso trabajo rango á México para ocupar su curul en el Congre-
un cuadro sinóptico de todas las opiniones y siste- so, para hacerse cargo de las Secretarías de Estado
mas, del cual mandaré á V . muy pronto una copia que se le confiaron, y sin embargo de tantas ocu-
pues aun me ocupan sus correcciones." paciones, de tantas comisiones, de tantos negocios
que patrocinó como abogado, aun tuvo alientos y
En fin, mencionaré por último, la copiosa corres-
hurtó el descanso á sus ocios, para consagrarse á la
pondencia del Sr. Ramírez con personas distingui-
arqueología y á la historia. Aun hizo más. Compiló
das y con sus amigos, toda escrita de su puño y le-
infinidad de documentos, los cotejó con sus origina-
tra. El Sr. Enrique de Olavarria y Ferrari tiene
les, los ilustró con luminosas disquisiciones, y no
una gran parte de la que dirigió al Sr. D. Germán
contento de su laboriosidad, "110 hubo libro de su
Stahlkuecht, cunado del Sr. Ramírez, y forma un
biblioteca, dice el Sr. Chavero, que no anotase."
diario exacto de los sucesos de aquellos tiempos,
con juicios acertadísimos. Después del fallecimiento del Sr. Ramírez en Bonn.
Alemania, sus libros fueron traídos á México y
vendidos en su mayor parte á D. Alfredo Chavero,
quien los vendió á su vez al Sr. D. Manuel Fernán-
dez del Castillo, con la condición expresa de que 110
los había de llevar al extranjero si alguna ocasión
pensaba en ponerlos de nuevo á la venta. El Sr. Cas-
tillo los vendió sin embargo en Londres el año 1880,
algunos libros se conservan por sus herederos, y
V.
los que he podido ver en poder de éstos y en otras

(1) M o d e s t o homenaje a su memoria son los bustos de 61 que se hallan en


Tal fué la vida útil y laboriosa del distinguido hiS' ta reja exterior d e la Biblioteca Nacional, y en los salones d e la A c a d e m i a y
del M u s e o .
tomador, que hasta ahora 110 ha sido honrado como
bibliotecas todos muestran huellas de haber sido hay bibliógrafo ó historiador que no cite al Sr. Ra-
leídos continuamente, registrados y anotados por el mírez, como García Icazbalceta y Chavero, y no
Sr. Ramírez. hay quien se ocupe de nuestras antigüedades en el
El estudio era la mejor tregua que podía dar á sus extranjero que no mencione su nombre, que pasará
trabajos de jurisconsulto y de político. Registró uno á la inmortalidad entre los de aquellos que merecen
á uno los libros de las bibliotecas públicas, de los ser llamados beneméritos de las ciencias y de las
Conventos de México, y de los archivos y bibliotecas letras.
de Europa. En sus investigaciones, olvidaba comer,
dormir, y hubo vez en que siendo Ministro le lleva-
México, Abril 24 de 1898.
ron un decumento para que lo firmase, y 110 recor-
dando su nombre, tuvo que pedir un expediente, en
que constaba para que el empleado no lo tuviese L u i s GONZÁLEZ OBREGON.
por víctima de una alucinación mental.
Como arqueólogo el Sr. Ramírez estableció los fun-
damentos de la interpretación geroglífica de nues-
tros códices. Sin prejuicios ni preocupaciones, siu
dejarse arrebatar por la fantasía, nos demostró su
saber en la ciencia de la interpretación juiciosa, en
las explicaciones de algunos monumentos del Mu-
seo, y en las de los códices de la peregrinación de
los aztecas.
Como historiador, dejó la trillada senda de los que
le habían precedido, que con excepción de Clavije-
ro, todos fueron cronistas y compiladores, más ó
menos laboriosos, más ó menos imparciales. Pero
el Sr. Ramírez, sin fanatismos de ninguna clase,
puso los cimientos de la crítica histórica nacional,
rectificando consejas y tradiciones sostenidas por
orgullo castellano; defendiendo personalidades ilus-
tres como el Sr. Las Casas atacado por el celo reli-
gioso de alguno de los misioneros, y juzgando á hom-
bres como Ñuño de Guzmán, desde uu punto de vis-
ta original y con criterio tranquilo. En resumen,
como dijo el Sr. Chavero, "sin haber escrito una
historia de México el Sr. Ramírez, es, sin embargo,
el primero de nuestros historiadores."
Comunicó francamente noticias y libros á sus
amigos y colegas. Nuestro sabio y laborioso Orozco
y Berra, aprovechó ideas é investigaciones del Sr.
Ramírez, gozó de la rica biblioteca de éste, y pro-
dujo la mejor historia antigua de nuestro país. No
N O T I C I A S D E L A V I D A Y ESCRITOS

DE

FRAY T O R I B I O DE BENAVENTE

O MOTOLINIA.
PRILERA PARTE.

BIOGRAFIA.

¡RAY TORIBIODE BENAVENTE, n a t u r a l


de la ciudad de este nombre en el rei-
no de León, fué el sexto de los nom-
brados para formar el Apostolado Francisca-
no encargado de propagar el cristianismo
en México, bajo la obediencia de su superior,
F R A Y MARTIN DE "VALENCIA. F r a y Toribio
era profeso de la Provincia de Santiago, de
la cual, así como la mayor parte de sus c o m -
pañeros, fué trasladado á la de San Gabriel
de Extremadura, para partir de allí á su
sañtaT"y*"civilizadora misión. El día 30 de
Octubre de 1523 recibieron su patente, y
después de algunas dilaciones, empleadas " Ulúa en 13 de Mayo del mismo año
en hacer sus provisiones y en reemplazar de 24, un día-antes de la vigilia de la Pas-
un c o m p a ñ e r o q u e desistió de la empresa, " cua del Espíritu S a n t o . "
se embarcaron e n San Lúear de Barrameda Luego que Hernán Cortés tuvo noticia de
la llegada de esta ilustre colonia, envió pa-
el Martes 25 de E n e r o de 1524; el 4 de Fe-
ra recibirla y felicitarla, á Juan de Y i l l a -
brero arribaron felizmente á la Gomera,
gómez, criado suyo. L o s religiosos rehusa-
una de las C a n a r i a s ; el 3 de Marzo á Por-
ron sus obsequios y ofrecimientos, empren-
o R i c j ; el 13 á la Española ó isla de Santo
diendo luego su marcha para el interior, á
D o m i n g o ; el 30 de A b r i l á la Trinidad, ó
pie y descalzos; ordinario desabrigo y ma-
isla de C u b a ; " y vueltos á embarcar la quin-
nera de caminar de los primitivos misione-
f a vez, dice Torquemada, 1 dieron con-
r o s . — L a narración de los sucesos posterio-
" s i g ° etl el deseado p u e r t o de San Juan de
res de su viaje hasta México, la haré con
las palabras de un escritor coetáneo, que á
1 Monarquía Indiana, lib. X V , cap. 9.—El P Mo-
la Cándida sencillez de su lenguaje, retine
tolima, que da este mismo derrotero del viaie dis-
crepa en la última fecha, según puede verse én la la inapreciable calidad de resumir las noti-
pag. loü de su H i s t o r i a ; allí dice: '"Tornados á em- cias de dos testigos presenciales; del men-
•barear vinieron á San Juan de Ulúa á 12 de Mayo,
••que aquel año fué vigilia de P e n t e c o s t é s . " — A u n - cionado V i l l a g ó m e z y de Rafael Trejo, u n o
que la autoridad de nuestro historiador parezca de- de los compañeros de Cortés. Oigámosle
cisiva pues refiere sus propios h e c h o s ; sin. embar-
go.-de-he preferirse, c o m o más exacta, la corrección por boca de F r a y Juan de Torquemada
le lorquemada; porque confrontándola con el Ca-
lendano Perpetuo que se encuentra en L'Art de ve- "Pasando estos siervos de Dios por Tlax-
njier les Dates, etc., tanto de la edición de los Be- calla, se detuvieron allí algunos días y
n í f w f ' , C r ° d ,° l a ú l t i m a d e S a i n f c Alais, se v . " aguardaron el día del mereado, que los
que el 12 de Mayo de 1524, que cita el P . Motolinia,
fue Jueves y por consiguiente no podía ser la Víai-
" I n d i o s llaman Tianquiztti, cuando la m a -
ha de Pentecostés. Fuélo el Sábado 14, y así lo ano- " y o r parte de la gente de aquella provincia
ta explícitamente la antigua edición, resultando de

: f p p T e 5 2 r f l e a d i ia eorreeetóa ^
- Monarquía Indiana, libro X V , capítulo 10.
" se suele juntar á sus tratos y granjerias,
Herrera:—"¿qué han estos miserables, que
" acudiendo á la provisión de sus familias.
"tantas voces están dando ?' ' - s e preguntaban
" Y maravilláronse de ver tanta multitud
unos á otros los asombrados indigenas ;—
" de almas, cuanto en su vida jamás habían
" mírese, añadían, si tienen hambre: deben
" visto así junta, alabaron á D i o s con gran-
" ser emfermos ó están locos: dejadlos vo-
" dísimo gozo p o r ver la copiosísima mies
" cear, que les debe haber tomado su mal
" que les ofrecía y ponía por delante. Y mo-
" d e locura: pásenlo corno pudieren y no
" vidos con el celo de la caridad que venían,
" les hagan mal, que al cabo de ello mori-
" ya que no les podían liablar, por ignorar su 1 ' rán: notad cómo á medio día y á media
" lengua, comenzaron con señas ( c o m o ha- " noche y al amanecer, cuando todos se ale-
" cen los mudos) á declararles su intento, " gran, ellos lloran: sin duda es graude su
" señalando al cielo, queriéndoles dar á en- " mal, porque no buscan placer, sino tris-
" tender que ellos venían á enseñarles los " teza," 3 En estas y otras conversaciones
" tesoros y grandezas que allá en lo alto de su género, la palabra MOTOLINIÁ se en-
" había. Los indios andaban detrás de ellos contraba en boca de todos, repitiéndose con
" como los muchachos suelen seguir á los un gesto y expresión que la hacían más re-
" que causan novedad, y maravillábanse marcable Tales circunstancias y su mismo
" con verlos con tan desarrapado traje, tan sonido armonioso, hirieron la aadiente ima-
" diferente de la bizarría y gallardía que ginación de Fray Toribio, que ansiaba tam-
" en los soldados españoles habían v i s t o . " bién por comenzar su aprendizaje déla len-
La fuerte y extraña impresión que debe gua mexicana. Preguntó lo que querían
haber causado en el espíritu de los Indios la decir con ella, y habiéndosele contestado
presencia de estos húespedes, de tan singu- que significaba POBRE, dijo—"Este es el
lar carácter y catadura, con sus predicacio- " primer vocablo que sé en esta lengua y
nes por señas ó en lengua incomprensible
lo manifiesta perfectamente una de las an-
3 Herrera ; Décadas de Indias, déc. III, lib. 2,
tiguas relaciones comunicadas al cronista cap. 9.
" porque no se me olvide, éste será de aquí
nos han conservado el minucioso itinerario
" adelante mi n o m b r e " - " y desde enton-
de los misioneros desde España hasta Ve-
" ees, añade Torquemada, < dejó el nombre
raeruz, no expresan las fechas de su llega-
" d e Benavente, y se l l a m ó MOTOLINIA." 5 _ _
da á Tlaxcala, ni la de su entrada á México.
" El rasgo retrata al hombre.
Esta puede deducirse, muy aproximadamen-
Después de algunos días de descanso que
te, de la reunión de su primer capítulo,
la colonia franciscana tomó en Tlaxcala,
que dice Torquemada 6 se celebró "el día de
continuó su peregrinación á México, donde
la Visitación de Nuestra Señora," á los
se les aguardaba con grandes preparativos
quince días do su arribo; con que así, éste
y alboroto, Cuando se tuvo noticia de su
debió ser entre el 17 y el 18 de Junio.—
aproximación, salió Cortés á recibirlos,
Vetancurt, 7 haciendo el mismo cómputo,
acompañado de todos sus capitanes y de los
fija el 2 3 ; mas su equivocación es patente.
restos de la antigua grandeza mexicana, ha-
—En seguida se repartieron los religiosos
ciendo con ellos la famosa demostración de
de cuatro en cuatro por las tres mayores
humildad y respeto que debía captarle su
poblaciones de la época, Tezeoco, Tlaxcala,
afecto y cousolidar su propio p o d e r — L o s
y Huexotzinco, quedándose en México Fray
historiadores, que, incluso el P. Motolinia.
Martín de Valencia, su superior, con otros
cuatro; pues cuando aquel Apostolado lle-
J Lib. X X , c a p . 25. gó á México se encontró con cinco indivi-
s L a traducción vulgar que se lia dado á esta pa- duos de su orden, que servían de capella-
labra, es impropia, y por lo mismo no re mesen U
nes, y que luego fueron incorporados á la
exactamente su idea, ni el espíritu ó sentimiento
con que se pronunciaba en esa ocasión. V e r d a d es nueva comunidad.
que sigmüca POBRE: mas también tiene las acep
ciones de infeliz, desgraciado, infortunado, e t c ete Nuestros monumentos históricos no pre-
y los Indios la usaban en esa vez c o m o interjección
o exclamación d e piedad ó lástima, á la manera mis- sentan suficiente material para seguir paso
ma que nosotros la usamos en ocasiones semejantes.
Don Lucas Alamán se equivocaba aún más, tradu- 6 L i b . X V , cap. 12.
ciendo aquella palabra por el sustantivo Pobrezas
7 CHronica de la Provincia del Santo Evangelio,
\ canse sus disertaciones, etc.. t. II. p. 140. " '
etc., tratado I, cap. 1, núm. 4.
á paso la vida de Fray Toribio, que fué una " conciencia, mas aun entremétanse en usar
de las más activas y laboriosas. P o r tal mo- « de juridición civil é criminal é enyben
tivo, no menos que por el carácter particu- " (inhiben) por la corona de las justicias,
lar de este escrito, reduciremos sus noticias " que son cosas tocantes á la preminencia
á los hechos principales y mejor averigua- " Episcopal, no lopudiendo hacer syn tener
dos. " prouisyon de sus magostados para ello
No se sabe positivamente cual residencia " é porque esto es contra su real preminen-
le tocó en la dispersión de sus hermanos, y « acorda-
la primera noticia cierta que de él tenemos " ron de enviar á rogar al dicho Padre Frey
se encuentra en el Acta de 28 de Julio de " Toribio, guardian del dicho monesterio,
1525, del primer Libro de Cabildo de esta " que llegue al dicho cabildo é que se le
ciudad. Por ella sabemos que el gobierno " notifique de su parte, que le piden é re-
colonial, entonces al cargo de Gonzalo de " quieren que no huse de la dicha jurisdi-
Salazar, con el carácter de teniente gober- " cion hasta tanto que en el dicho Cabildo
nador por la ausencia de Cortés, se mani- " muestre las bulas é prouisyon es que de su
festaba alarmado por la conducta de los » magestad tiene para ello &c"—Consta de
franciscanos, haciéndoles las graves incul- la misma Acta que Fray Toribio respondió
paciones que revela el siguiente pasaje que incontinenti que sus bulas estaban ya pre-
copio de aquel inédito y curioso documen- sentadas—"é que por ellas tenían bastante
t o : — " E dixeron (el teniente gobernador y " poder de Papa é del Emperador, á cuya
" regidores) que á su noticia es venido que "petición fueron concedidas é á ellos da-
" Fray Martín de Valencia, frayle del mo- "das."
" nasterio de Sor. San Francisco, é Frey To- Todas las corporacisnes, particularmente
" ribio guardian del dicho monesterio en las electivas, son desmemoriadas; así es
" su nombre, diciéndose Vice Episcopo en
que—"los dichos sres. justicia é regidores
" esta N. España, no solamente entiende
dixeron, que tal no havían visto, ni en esta
" en las cosas tocantes á los descargos de
cabildo havia sido presentado"—y en con-
secuencia ordenaron nuevamente al reque- prochar su olvido á los concejales, pues del
rido hiciera la presentación de sus títulos. mismo Libro de Cabildo consta que en la
Entonces F r a y Toribio exhibió dos cédulas sesión de 9 de Marzo anterior, presente
expedidas en Pamplona á 15 de Noviembre Gonzalo de Salazar, como uno de los tenien-
y 12 de Diciembre de 1523, dirigida la una tes de gobernador, y " d e pedimento del P.
a los oficiales de la Casa de Contratación de " Fr. Martín de Valencia, Custodio de la
Sevilla, y la otra á los gobernadores y jus- " casa del Sr. Francisco, vistas las bulas
ticias de América. La primera era el permiso " que presentó ante sus mercedes en el di-
que se concedía á los religiosos para pasar " cho cabildo, dixeron que las obedecían co-
á estas partes, con la orden de que se les " rno á mandamiento de Su Santidad, y que
facilitara el pasaje y recursos necesarios: " conforme á ellas podian usar de todas las
la segunda era una especie de pasaporte ó " cosas y casos en ellas contenidas en esta
credencial en que se ordenaba á la autori- " N u e v a E s p a ñ a . " — E l Ayuntamiento re-
dad respectiva "que en todo por los dichos pitió la misma fórmula y protesta, mani-
" frayles ó por alguno de ellos fuera reque- festándose dispuesto á hacerlas efectivas
" rida é ovieran menester los hubiera en lo perteneciente " á la predicación é ins-
por encomendados." Con estas cédulas pre- trucción de los i n d i o s ; " mas " e n quauto á
" lo demás de la juridicióu é judicatura ce-
sentó Fray Toribio "dos b u l a s t e su minís-
" bil é criminal de que ios dichos PP. Re-
" tro general escritas en lengua latina
" ligiosos querían usar, dixeron que apela-
en que dixo estaba encorporada la bula de
' ' ban é suplicaban de dichas bulas, por ser
" S. S. las cuales no se~ trasladaron (en el
' ' en perjuicio de la preminencia real é da-
" Acta) por su prolixidad é asy
ño de la pacificación destas partes"—De
"presentada dixo, que como quiera que
conformidad con esa [determinación les
" otra vez estaban presentadas, á mayor
prohibió^el [Ayuntamiento usar^de ambas
" abundamiento requería(al Ayuntamiento) jurisdicciones. LDS pasajes referidos nos
" que las cumpliera." permiten oomjsturar un hecho que no se
Fray Toribio tenía mucha razón en re-
encuentra mencionado en ninguno de los
da por las discordias civiles que excitaban
cronistas de la provincia, conviene á saber:
la ambición y la codicia, contrariadas por
que Fray Toribio se quedó en México des-
un celo religioso ardiente 6 inflexible.
pués de la dispersión de sus hermanos, sien-
Las incesantes quejas que recibía el em-
do también el primer guardián de su con-
perador del mal tratamiento que se daba á
vento. El Padre Valencia debió conservar el sus nuevos vasallos, le inspiraba la idea de
carácter de Custodio. crear el cargo de Protector de Indios, que en-
Si bien las contradicciones que vemos comendó por cédula de 24 de Enero de 1528
asomar entre los religiosos y el gobierno, á Don Fray Julián Garcés y á Don Fray
debían proceder en mucha parte del grande Juan de Zumárraga, primeros Obispos, el
celo con que los Españoles han defendido uno de Tlaxcala y el otro de México. Este
siempre las prerrogativas del poder civil, en nombramiento caía en lo recio de aquellas
la ocasión eran fuertemente estimuladas pol- turbaciones, y produjo sus naturales efec-
la adhesión que profesaban á Cortés, enton- tos. El gobierno colonial, que- se encontra-
ces vivamente perseguido por sus émulos, ba muy mal avenido con esta especie de tri-
y sobre todo por el ardiente celo é infatiga- bunado eclesiástico que se le imponía, pen-
ble perseverancia con que protegían á los só nulificarlo discurriendo dudas que le
infelices Indios, víctimas de la codicia y ru- permitían paralizar su poder, mientras se
deza de los conquistadores. Aunque todos consultaba con la corte, cuyas respuestas
los religiosos hacían una profesión de con. se hacían esperar meses y aun años. El Sr.
ciencia en ampararlos y protegerlos, afron- Zumárraga exigía, al contrario, su pronta
tando con el odio y con la persecución de obediencia, y como se discutía con la san-
los potentados, Fray Toribio sobresalía en gre ardiente, por intereses que. en el sentir
esas calidades, adelantándose un punto que de los disputadores, no admitían transac-
quizá hoy no podemos calificar debidamen- ción, y el gobierno se consideraba con la
te, porque tampoco conocemos todas las fa- facultad de resolverlos por las vías de he-
cho, la contienda se exacerbó hasta el ex-
ses y secretos de aquella sociedad, trabaja-
m i m

tremo en que nos la pinta Fray Vicente de bres, estimulada por su propio interés, pa-
Santa María, testigo presencial, de cuya re- recía indecoroso ceder ante el débil obstá-
lación, aun cuando rebajemos mucho, pol- culo que oponía la resistencia de un puñado
las pasiones que entonces dividían a domini- de frailes, y en consecuencia comenzaron
cos y franciscanos, siempre quedará lo bas- las vías de hecho contra los renuentes. Es-
tante para descubrir un grande 6 importante tos, como era naturel, buscaron el arrimo
fondo de verdad. El decía al obispo de Os- y el favor de los únicos que simpatizaban
ina en carta escrita el Mío de 1528 desgracia- con su desgracia, y que en la ocasión eran
damente sin indicación de mes, que el Sr. protectores legales. Los caciques persegui-
Zumárraga Labia mandado á los francisca- dos se refugiaron al convento de Huexot-
nos que prediearau contra la Audiencia, y zinco, implorando un asilo, y el animoso
que los predicadores se extendieron hasta Fray Toribio se los otorgó, arrostrando con
apellidar á los oidores—''-ladrones y bandi- todos sus peligros. 8 Prolongándose estas
" dos, ordenando á sus visitadores se abs- resistencias en el año de 1529, la Audien-
" tuvieran de proceder, bajo pena de exco- cia comisionó al alcalde Pero Núñez para
" munión. En mí presencia, añadía el na- aprehender y enviarle bajo custodia á los
" rrador, han tratado de tirano al presiden- caciques principales de Huexotzinco y sus
" te de la Audiencia, aconsejando á los familias, quienes noticiosos del caso se asi-
" Indios que n o los obedecieran cuando les laron con sus bienes, el día 15 de Abril, en
" mandaban trabajar en las obras pribli- el convento de los franciscanos. Fray To-
" cas." ribio, su guardián, no solamente los aco-
gió, sino que al otro día hizo notificar en
Las turbaciones producidas por estos su- toda forma á los agentes de la audiencia
cesos se extendieron á todas partes, ponien-
do en lucha abierta á los conquistadores,
8 Lettre du Fr. Vincent de Sta, Maria, domini-
ávidos de riquezas, con los pueblos esquil-
cain, & l'eveque d'Osma, apud Ternaux-Compans
mados y agobiados bajo un yugo apenas Voyages, Relations, etc. : Second Recueil de Pièces
porsoiable, A la energía de aquellos hom- sur le Mexique, p. 92.
la orden de salir de la población, dentro de
resistencias, despojándolas del carácter de
nueve horas, b a j o pena de excomunión. Los
inobediencia y aun de rebelión que les da-
testigos mandados examinar por la Audien-
ban sus enemigos. Esa energía, ese valor
cia deponían que Fray Alonso de Herrera
civil, esa conciencia con que los frailes ha-
la había apodado en un sermón llamándola
cían frente al despotismo de los conquista-
"Audiencia del demonio y de S a t a n á s y
dores, era el único escudo que defendía á
que Fray Toribio, que decía la misa mayor,
los Indios. Fray Toribio, uno de los. más
cuando la h u b o terminado, hizo una ligera
animosos, si 110 el más, en esta parte de la
plática "confirmando cuanto había dicho el
América, aun fué acusado de regentear una
" p r e d i c a d o r " — L o s mismos testigos im-
conspiración: decíase que su plan era al-
putaban á los frailes, que aconsejaban á
zarse con el gobierno de la colonia, aun-
los Indios no pagaran los tributos que
que reconociendo la soberanía del rey de
exigía la Audiencia, sino en la cuota que
España; pero prohibiendo enteramente la
ellos les fijaban. 9 En fin, el fraile domini-
introducción de Españoles en el país, como
co antes mencionado, decía que había fal-
obstáculos insuperables á la conversión de
tado muy poco para que los ludios 110 se
los Indios. Atribuíase el complot á los
hubieran sublevado con las predicaciones
Padres Fray Luis de Fueusalida, Fray
de Fray Toribio.—Este se denominaba en
Francisco Ximénez y Fray Toribio, los
sus actos oficiales, Visitador, Defensor,
tres personajes eminentes, y miembros del
Protectory Juez de los Indios en las Provin-
famoso Apostolado. 10 Si algo pudiera pro-
cias de Muexotzinco, Tlaxcalla y Euacaclm-
babilizar esta imputación, sería la circuns-
la; títulos que le autorizaban para intei -
tancia de referirse^ la época del intolerable
venir en los otros, y que legitimaban sus
despotismo y desorden del gobierno de los
oficiales reales.
9 ProcèS-verbal de l'audience contre certains
franciscains do Huexotzinco, commencée le 22 Avril 10 Rapport fait á 1'Audience de Mexico, le 23 Avril
1520.—En la citada colección de Temaux-Compans. • 1529, par Gonzalo de Medina.—En el citado volu-
p. 104, men de la colección de Ternaux-C'ompans, p. 109,
El descuido en la determinación precisa zii ó Acpocaquil como lo llama Juarros,
de la fecha de los sucesos, muy comiín en acaecida en 1526: una patente, firmada por
nuestras antiguas crónicas, produce dificul- el mismo religioso, admitiendo en su her-
tades cronológicas de ardua resolución y mandad "al magnífico Señor Gaspar Arias
que tampoco podrían analizarse en un es- " alcalde primero de la ciudad (Guatemala),"
crito como el presente. Hemos visto, con la I cuyo documento aunque sin fecha, precisa
autoridad de un dominico contemporáneo, la época, por constar del Primer Libro de
que el año de 1528 se encontraba Fray To- Cabildo, que Arias fué alcalde en el bienio
ribio en México, comprometido con la Au- de 1528 y 29.—El Padre Vázquez cita otras
diencia en una lucha que todavía duraba á pruebas que parecen establecer suficiente-
mediados de Abril del año siguiente, sien- mente el hecho de la presencia del Padre
do su teatro Huexotzinco. Ahora b i e n ; el Motolinía en aquellos lugares, entre los
cronista de la provincia franciscana de Gua- años mencionados. Allí tuvo noticia de dos
temala" asegura que en ese mismo año hizo • religiosos extrangeros que recorrían el país
nuestro misionero su primera entrada en predicando el Evangelio y con tal motivo
aquella provincia, siendo así, también el se internó hasta Nicaragua, ya para comu-
primero que introdujo el cristianismo en nicarse con ellos, ya para ver un volcán y
esas lejanas regiones. Para establecer el he- algunas otras curiosidades naturales, de que
cho cita pruebas que no carecen de fuerza, era grande admirador. 12 El Padre Vázquez"
tales c o m o el testamento de un indígena dice que en esa exploración fundó los con-
que decía haberlo bautizado Fray Toribio ventos de Quetzaltenango, Tecpan-Guate-
poco después de la prisión del rey Ahpozo- mala y Granada
Este cronista que parece hizo exquisitas
1 investigaciones para seguir los pasos á nues-
" F r . F r a n c i s c o Vázquez, Chronica de la Provin-
cia del S S . Nombre de Jesús de Guatemala, lib. I,
cap. 4 . — J u a r r o s repite estas noticias en su Com- Torquemada lib. X X , cap. 25.

t
pendio d e la Historia de Guatemala, t. 1, trat. 2, >3 Chronica de Guatemala, lib. I, cap. i .
cap. 6.
tro Fray Toribio, asegura que volvió de
tribución del trabajo, cuyo empleo ordina
aquella expedición á fines de 1529, encon-
rio era el de las minas, como más lucrati-
trándose en Guatemala y de vuelca para
v o , precipitaba rápidamente la destrucción
México, con el famoso F r a y Andrés de Ol-
de la raza indígena, oponiendo también ma-
mos, que iba en su busca y á la conversión."
yores dificultades á su civilización. Fray
I retende también establecer que ambos reli-
Toribio pensó remediarla en mucha parte,
giosos permanecieron allí detenidos por las
abriendo una nueva y útil senda á la inmi-
instancias que les liacían los principales ve-
gración española, y promovió la fundación
cinos para que fundaran, manteniéndose
d e la ciudad de Puebla. El mismo nos refie-
todavía el 25 de Julio, fiesta del patrono de
re este suceso en la pág. 232 de su Historia,
la ciudad, en que dice el Padre Vázquez'*
diciéndonos que su primera piedra se puso
predicó Fray Toribio. Este hecho es incon-
" en el año de 1530. en las octavas de Pas-
ciliable con el que v a m o s á referir, y que
" cua de flores, á 16 días del mes de Abril
parece bien probado.
" día de Santo Toribio, obispo de Astorga"
Una de las causas próximas de la opre- Los Padres Torquemada 16 y Vetancurt' 7 aña-
sión y malestar de los I n d i o s era la ociosi- den que nuestro historiador fué también
dad ó sea holganza á que aquí se entregaban quien dijo allí la primera misa que se ce-
ios Españoles pretendiendo vivir y enrique- lebró.
cerse única ó principalmente con los servi-
Las contradicciones que hemos notado po-
cios personales denominados encomiendas, re-
drían concillarse aproximando un poco los
partimientos &., esto es, c o n el fruto del tra-
sucesos relativos á la expedición de Guate-
bajo de cierto número de Indios que se les
mala, cuyas pruebas no son tan coneluyentes
aplicaban, constituyendo una especie, ya de
en punto á cronología, como sus contrarias;
esclavitud, ya de vasallaje feudal. Estadis-
pues bien examinadas, aparecen fundadas

14 Ibid., eap. 5.

-5 Ibid., Iib. I, eap. 5. -Hb. III, cap. 34. Lib. III, eap. 30.
Trat. de la ciudad de Puebla, cap. 1, par. 3.
en meras conjeturas. La que aquí se propo-
En los primeros años de la conversión
ne para esa conciliación tiene además en
los indígenas afluían en tan gran número
su apoyo la circunstancia de que nada sabe-
para recibir los sacramentos, especialmente
mos de positivo de las acciones del Padre
el bautismo, que los religiosos se quejaban
Motolinía en los años posteriores, desde la
de faltarles aun la fuerza física para admi-
mitad del 1530, hasta el 18 de Enero de 1533
nistrarlo, porque se trataba de centenares y
que le hallamos en Tehuantepec, acompa-
y aun de millares de personas por día.
ñando á Fray Martín de Valencia y á los
Así también la gloria y mayores timbres
otros religiosos que suscriben la carta diri-
del misionero se medían por el más alto
gida al Emperador desde aquel punto,
guarismo de las bautizados, ostentándolo
Probablemente fué ésta la expedición em-
entre sus blasones, como un conquistador
prendida por el Padre Valencia, de que ha-
mostraría las plazas sometidas y un avaro
bla el autor en la pág. 170 de su Historia,
sus tesoros. En la materia que nos ocupa,
y que se desgració por los motivos que ex-
los cronistas presentan á Fray Toribio como
pone. Ignórase la ruta que de allí siguió.

En el año de 153G sabemos por su misma X V I I , cap. 9 , ) que su descripción la copió " s i n
Historia (pág 73) que residía en el conven- quitar ni poner letra," de un Memorial del P. Mo-
tolinía, hemos preferido la notación de este, por no
to de Tlaxeala, como su guardián, y que allí t«ñer dato alguno para decidir de parte de quién
moró seis años (pág. 49). Cuándo comen- está la equivocación. El único que se presenta no
he podido depurarlo. Ambos historiadores dicen que
zaron éstos, no se sabe; mas sí que aun per- el día- de la fiesta " f u é el primero en que los Tlax-
manecía el año de 1538, en que se verificó " calteeas sacaron el escudo de Armas que el Em-
" perador les dió, cuando á este pueblo (Tlaxeala)
la solemnidad famosa de la fiesta del Cor- " hizo c i u d a d ; " y y a se ve que con tal noticia po-
pus' 9 que nos describe en la pág 79. dría fijarse muy aproximadamente la incertidumbre
de aquellas f e c h a s ; mas no he encontrado la cédula
que declaró ciudad á Tlaxeala, y tengo poca espe-
* Véase el volumen intitulado Second Recudí de ranza de dar con ella, porque D. Diego García P a -
nes, diligente investigador de nuestras antiguallas,
dice que se perdió. Limitóme, pues, á indicar el
" Torquemada pone esta solemnidad en el año vacío, dejando á otro más afortunado, el trabajo y
lo.JO; ptro como el mismo dice (Monarq. Ind., lib. placer de llenarlo.
uno de los más infatigables, si no como el que entonces era inferior bajo todos aspee- .
mayor afirmando que hacia la época que re- tos. Nada enajena tanto las voluntades, ni
c ó r r e l e s , iban bautizados cosa de seis mi- engendra mayores rencores, que las dispu-
llones, y que sólo aquel religioso "bautizó tas escolásticas y religiosas; así es que las
por cuenta que tuco en escrito"y que Torque- suscitadas entre franciscanos y dominicos
mada30 dice haber visto, "más de cuatrocien- degeneraron al punto que manifiesta la
" tas mil, sin los que se le podrían haber carta antes citada de Fray Vicente de San-
olvidado. " ta María, que ya en 1528 se manifesta-
Era físicamente imposible que un núme- ba asombrado—"del sufrimiento con que la
ro tan exorbitante pudiera administrarse " Audiencia soportaba la insolencia de los
con entera sujeción al Ritual, y así es que " religiosos franciscanos-"—"Xos aborrecen,
desde los principios se trató de abreviar la " añadía este dominicano, porque no hemos
fórmula, reduciéndola á la mayor simplici- " querido predicar en su sentido: ellos im-
dad posible; operación que comenzaron los " piden á los Indios que vengan á trabajar
franciscanos, c o m o que fueron los prime- " á nuestra casa, lo cual prueba su poca ca-
ros, continuando en ella sin contradicción " ridad; porque mientras ellos tienen diez
por algunos años. Esta nació con la entrra " ó doce monasterios en el país, nosotros
da de los dominicos, que fueron los segun- " no poseemos uno s o l o . " E n tiempos de tur-
dos ; parte por escrúpulos religiosos y par- baciones, y cuando las pasiones hablan más
te por los celos que siempre han dividido las alto que la razón y el deber, sucede siempre
órdenes monásticas en aquella época más que el partido débil busque un apoyo en la
agrios, como que había más fe y f e r v o r ; autoridad, lo cual es funesto y desolador en
contribuyendo también como activo colabo- materia de religión, porque los hombres se
rador el clero secular, que jamás ha esta- persiguen y degüellan en el nombre de
do enteramente avenido con el regular, y Dios. Parece que los dominicos tomaron
aquí por entonces el partido de la Audien-
cia, ó sea del Gobierno, contra quien estaban
=» Lib. X X , eap. 2 5 ; y Lib. X V I , cap. S.
- en perpetua lucha los franciscanos, por la " hasta predicar unos contra otros, é los In-
defensa de los indios, y esta oposición exa- " dios se escandalizan é turban &c. " — La
cerbó las controversias teológicas que los querella tomó tales proporciones, que fué
dividían. necesario someterla á la autoridad Pontifi-
Varios eran los puntos sobre que versa- cia, decidiéndola el Sr. Paulo I I I por su
b a n ; el uno verdaderamente de filología, ó bula Altitudo Divini consilii, de 1 ? de Ju-
literatura sagrada, propio por lo mismo para lio de 1537, que como era de esperarse, no
exitar las pasiones que engendra la vanidad, dejó enteramente satisfecho á ninguno de
y el otro rigorosamente lógico y de los más los contrincantes. El Pontífice declaró que
aptos para ' aflamar aquel celo que abrasa. todos los bautismos hasta entonces celebra-
En el uno se disputaba sobre la oalabra dos eran válidos, y que no habían pecado
propia para expresar el nombre de Dios en sus ministros. Ordenando para lo futuro,
las lenguas indígenas; el otro versaba sobre dispuso que excepto en caso de urgente ne-
la ritualidad para administrar el bautismo, cesidad, se guardaran á lo menos las so-
sembrándose de paso dudas alarmantes so- lemnidades siguientes:—1 f Agua santifi-
bre la validez del administrado. No se ne- cada con el exorcismo acostumbrado: 2 f
cesitaba tanto para encender una ardiente Catecismo y exorcismo con cada uno: 3 f
controversia con todas sus inevitables con- Que la sal saliva, capillo y candela se pusie-
secuencias, produciendo, según decían, al ran, cuando menos, á dos ó tres por todos
Emperador los obispos reunidos en esta los que se hubieran de bautizar, así hom-
ciudad,"-"mucha cisma y contradicciones y bres c o m o mujeres: 4 f5 Que el crisma se
pusiera en la coronilla de la cabeza y el
" pasiones entre ellos ( l o s disputadores),
óleo sobre el corazón de los varones adul-
tos niños y niñas, salvando en las mujeres
" U r t r . 0 1 ' ; S m a l d e l o s Hmos. Señores Obispos de crecidas las reglas de honestidad.
México. Guatemala y Oajaca, sobre la ida al Conci-
lio general, etc.—De México, áfln (sic.) de Noviem-
bre de le>37.—En el Apéndice á los Concilios Pri- • Aunque esta declaración debió recibirse
mtro y Segundo Mexicanos, p. 13. en México, á fines de aquel mismo año de
1537, no se reunió la Junta Eclesiástica que
crita el año de 1553 d e c í a : — " y o liá que eo-
prescribió y reglamentó su obediencia sino
" nozco al de las Casas quince años primero
hasta el año de 1539, concurriendo á ella
" que á esta tierra viniese, i él iva á la tierra
los obispos de México, Tlaxcala, Oaxaca y
" d e l Perú, y no pudiendo allá pasar es-
Michoacán, el comisario general de los fran-
" tuvo en Nicaragua &c. ? '—Imposible es
ciscanos, y los superiores de las órdenes re-
concordar estas indicaciones con otros da-
ligiosas. En esa Junta se acordaron veinti-
tos hitóricos que he consultado, ni aun
cinco capítulos que resumían todos los pun-
con ellas mismas, por la incertidumbre
tos decididos por la bula y qus se notifica-
del término desde el cual debe liaceree la
ron el 28 de Abril á quienes concernían
cuenta de los quince años; pues si por la
para su observancia. Comprendíase entre
tierra de que allí se habla y á la que se dice
ellos el que prescribía la uniformidad en la
vino por primera vez, se entiende, como mu-
administración del bautismo, expresándose
chos entendían en. la época- toda la parte
en términos que aun h o y tienen un áspero
descubierta de la América, entonces el co
sonido; —'para que ninguno baptize« cada
nocimiento de nuestros ilustres misioneros
"paso, ni albedrío, " decía el capítulo 12 de
dataría desde el año de 1512 ó 1513; porque
las resoluciones acordadas. En el capítulo
Fray Bartolomé no vino á ella por la pri-
siguiente limitó su práctica, respecto de los
mera vez sino hacia los años de 1527 á 28.
adultos, á las épocas prescrita por el Ri-
Esta conjetura parece poco probable en ra-
tual, salvo los casos de urgente necesidad.
zón de que ese año Fray Toribio estaba en
La vaguedad con que el Padre Motolinía España encerrado en su convento y el Padre
habla de su conocimiento con el célebre Casas, clérigo recientemente ordenado, resi-
F R A Y BARTOLOMÉ DE LAS C A S A S , n o p e r m i - día en Cuba, donde permanecía hasta el año
te determinar su época de una manera pre- de 1515, afines del cual volvió á Sevilla.'-'3
cisa. En su famosa carta al Emperador? es-
escribió, por su puesto, á fines del año anterior.
=3 Quintana, vida de Españoles.célebres, art. CA-
M Lleva la fecha de 2 de E n e r o de 1555; pero se
SAS, t. III, p. 286, [Madrid 1833, 12 © . ]
Pero si por la frase esta tierra se en- atezado y escurridizo, que podría manchar
tiende la de México, donde el Padre Motoli- aún á la misma pluma que imprudentemen-
nia escribía su mencionada carta, entonces, te lo soltó, he creíd» que la verdad histó-
si bien el texto no se aclara enteramente nos rica, el buen nombre de aquellos ilustres
da una fecha precisa y verdadera, pues con- antagonistas, y aun el interés mismo de
tando los quince años desde el de 1554 en nuestra narración ganarían con echar una
que la escribió, tendremos el de 1539 para ligera ojeada sobre ciertas acciones del V .
el conocimiento personal de ambos misione- Casas, únicamente en la parte necesaria para
ros. Digo personal, porque habiendo bas- que se puedan apreciar las críticas y censu-
tantes fundamentos par conjeturar que am- ras excesivamente acres que se hallarán en
bos se encontraron en el territorio de Gua- un escrito del P. Motolinia, Ésta era para
temala, hacia el año de 1528, es seguro mí una tarea tanto más necesaria cuanto que
que el Padre Motolinia tuvo largas no- el deseo de vindicar la ajada memoria de
ticias, cuando menos, del Padre Casas, y aquel prelado fué lo que principalmente me
que participó de la excitación general que decidió á cargarme con la no ligera tarea de
causaba con sus predicaciones, tan ruido- difundirme en sus noticias, dándoles una
sas por la novedad de sus principios, como extensión tan superior á las otras que se ven
alarmantes por los intereses que ponían en en esta preciosa Colección con que el Sr Don
peligro. Joaquín García Icazbalceta ha enriquecido
nuestra literatura. Para desempeñar con-
El Y . Casas es una de las figuras más co-
venientemente mi intento, necesito tomar
losales y de los tipos más prominentes del la narración de un poco más atrás.
siglo X V I , no sólo en América, sino aun
en Europa; y como ciertos sucesos de su La profesión de mutua amistad y frater-
nidad que hacen los franciscanos y domini-
vida enlazan íntimamente con la del Padre
cos, en conmemoración déla que dicen man-
Motolinia, y éste haya arrojado sobre la
tuvieron sus santos fundadores, no fué bas-
más luciente página de la historia de aquel
tante á impedir que entre ambas órdenes
héroe de la caridad cristiana, un borrón tan
Ramírez-o
religiosas surgieran desde su principio fuer-
tes contiendas, " y que comenzaran una gue- " y aunque se acudió al provisor para que
r r i l l a civil y muy cevil unos frailes contra " atajase la vehemencia con que se procedía,
otros," según dice un escritor dominicano- 4 " y puso pena de excomunión, sin embar-
que nos hace una rápida, pero viva pintura " g o de ella, la orden de Santo Domingo
de esos combates, c o m o un preludio de los " procedía adelante & c . " — E s t a persisten-
últimos que se proponía describir. Los mo- cia indica suficientemente cuál fuera la acri-
tivos fueron los que siempre han separado tud y exaltación de los ánimos; y si repa-
átoda corporación, particularmente las lite- ramos en que esto pasaba el año de 1528 ;
rarias, instigados por esa oculta é inven- que la Española era por decir así, la metró-
-cible pasión, disfrazada con el modesto poli y centro de donde partían todas las
título de espíritu de cuerpo. Uno de estos ideas á las colonias; y en fin recordan--
estímulos, probablemente alguna de las do que en ese mismo año, los domini-
disputas escolásticas tan en boga á princi- cos y franciscos de México no se tra-
pios del siglo X V I , produjo el primer com- taban más fraternalmente, según lo he-
bate que aquellas órdenes monásticas se die- mos visto' 5 en la carta de Fray Vicente de
ron en el Nuevo Mundo, si nos atenemos á Santa María, no parece aventurado conje-
las noticias que de él nos ha conservado turar que la discordias que hacían tales es-
él Cronista Herrera3? " H u b o , dice, entre los tragos en la entonces Reina de las Antillas,
' 'frailes dominicos y franciscos de la isla Es- extendieran sus influencias á la Nueva Es-
" pañola (Santo D o m i n g o ) , diferencias so- paña.
mbre ciertos sermones y proposiciones que se Hacia esa misma época se agitaba con
" hicieron, y llegaron á poner públicas con- grandísimo calor, y también con rabioso
" clusiones, de que se siguió algún escándalo frenesí, según el carácter é interés de los
contendientes, una cuestión de religión y
de política, que dividió hondamente los
Remesa!, Historia de la Provincia de San Vi-
cente de Chiapa, lib. X , eap. 1. ánimos dejando una inmensa y sangrienta
Décadas de Indias, dóc. IV, lib. 5, c. 1.
26 Pág. L.
huella, que no han podido borrar tres siglos.
prendiendo la buena fe y paternal corazón
Un fraile27 la resumía á principios del X V I I
de los reyes de España, lograron establecer
en una enérgica exposición que dirigió al
el sistema llamado de Encomiendas, y los
rey y dilucidando el siguiente problema
Repartimientos para el servicio personal,
si era justo y político " q u e la espada fuese
que reducían á los indios á una esclavitud
" abriendo primero el camino al Evange-
infinitamente más dura, opresiva y destruc-
•' lio que es el mismo que tuvo el mal-
tora que la que ha pesado y pesa sobre las
" dito Mahoma para sembrar su mala sec-
víctimas de la raza africana; porque el amo
" ta," ó bien debe preferirse como más
de éstos se v e forzado á mantener y conser-
acertado, " q u e la espadaño vaya delan-
var sus esclavos, por su propia convenien-
" te del Evangelio, sino que lo vaya si-
cia, mientras que á los indios de reparti-
" guiendo, esto es, que vayan los predica-
miento se les dejaba perecer por la fatiga ó
" dores á predicarlo, y que para su seguri-
por las enfermedades, con la seguridad de
' ' dad lleven consigo soldados y gente de
que serían inmediata y aun ventajosamente
" guerra.
reemplazados. He aquí una causa muy su-
Este gravísimo problema había surgido ficiente para esa espantable devastación,
de entre las devastaciones, desastres y rui- que, despertando los sentimientos nobles y
nas producidos en todo el continente ame- humanitarios, y alarmando las conciencias,
ricano por los bárbaros y sangrientos es- produjo una reacción en las ideas, que hizo
tragos de la conquista, y más aún, por las subir á la fuente para investigar su origen.
hordas de aventureros que venían de Euro- Muchos campeones se lanzaron denoda-
pa á buscar fortuna, y que querían hacerla dos en esta nueva liza, á que provocaba el
en breve tiempo. Ellos fueron los que sor- espíritu de la época, ávida de discusión, y
que reemplazaba los antiguos torneos y jun-
=7 Advertencias importantes acerca del buen go-
bierno y administración de las Indias, así en lo espi- tas de los caballeros, con las disputas y
ritual como en lo temporal dirigidas & Su Maj. y contiendas literarias de sus sabios. Entre
Real Consejo de Indias, por Fr. Juan de Silva, (Ma-
drid, 1621, f o l . ) ellos sobresalía como un héroe de ardiente
é inextinguible caridad, F r a y Bartolomé de por ella no se defiendan con el calor que
las Casas, que había cambiado la sotana produce lo que se llama espíritu de cuerpo.
por la estameña dominicana, para lidiar La historia de todos los tiempos y de todas
con más desembarazo. É l abordó denoda- las clases nos presenta abundantes ejem-
damente las dos cuestiones que dividían la plos. Los dominicos se lanzaron por la
religión y la política, y de cuya solución senda que Fray Bartolomé había ya ilustra-
dependían la vida y la f o r t u n a de los habi- do con su nombre y con sus afanes apostó-
tantes del Nuevo M u n d o ; y enarbolando la licos, tomándolo por su caudillo.
Cruz como única bandera y c o m o único me-
En la misma línea habían asentado sus
dio civilización, proclamó la libertad de los
reales los franciscanos, siguiendo una opi-
Indios y condenó el empleo de la fuerza:
nión media que tendía á conciliar la cate-
porque, decía, " s o b r e todas las leyes que
quización con la conquista, y el bienestar
" fueron, y son y serán, nunca otra ovo ni
de los Indios con los intereses de los con-
" avrá que así requiera la libertad, c o m o la
quistadores ; bien que en esa doctrina no
" ley evangélica de Jesucristo, porque ella
se presentaba perfectamente acorde la fami-
" e s ley de suma l i b e r t a d . " 28 De confor-
lia seráfica, porque entre sus hombres más
midad con este principio, y c o m o su forzo-
distinguidos por su piedad y por su cien-
so corolario, deducía que las encomiendas,
cia, había muchos que "profesaban extric-
los repartimientos y todos los otros medios
tamente la del Padre Casas. Sin embar-
inventados por el interés para forzar el tra-
go, era una cuestión político-religiosa, con-
bajo de los Indios, eran injustos, ilegítimos
vertida además en bandera, y esto bastaba
y pecaminosos. Cuando un individuo de
para que esas dos antiguas órdenes mo-
cierta respetabilidad en una corppración ó
násticas, fuertes, respetables y rivales des-
clase alza una bandera, raro es que no la si-
de su cuna, abrieran una nueva polémica,
ga su gremio, y que los intereses creados
sobre las muchas que las dividían. El in?
terés de la que iba á comenzar podrá re-
28 Remedio contra la despoblación de las Ind. conocerse por la apreciación que los con-
Occid., razón 2 « . al fin (Sevilla, 1552, 4® got.)
- 40 -

tendientes hacían del carácter v calidades


" v e n los ciegos é turbados de ambición é
de un mismo individuo, que era como el
"diabólica codicia, que no por eso adquie-
punto de mira común para ambas, y por
Í " r e n una punta de derecho . . . . si no es el
decir así, el inspirador de las ideas de la
"reatu é obligación que les queda á los fue-
época. Hablo del famoso conquistador de
" g o s infernales, é aun á las ofensas y da-
México. Fray Bartolomé, que no veía en
" ñ o s que hacen á los reyes de C a s t i l l a . . . .
el más que al guerrero é implacable viola-
" y con este tan justo y aprobado título en-
dor de su doctrina, decía de él y de sus ha-
" v i ó este capitán tirano (Cortés) otros dos
zanas: "desde que entró á la Nueva Espa-
"tiranos capitanes (Alvarado y Olid) muy
ñ a , hasta el año de t r i e n t a . . . . duraron
" m á s crueles é ferozes, peores é de menor
" l a s matanzas y estragos que la sangrien-
"piedad é misericordia que él, á los floren -
t a s y crueles manos y espadas de los es-
p a ñ o l e s hicieron continuamente en cuatro- "tísimos, grandes y felicísimos reinos
c i e n t a s y cincuenta leguas en torno cuasi " d e Guatemala, Naco y Honduras." 59 En
" d e la ciudad de M é x i c o . . . . matando á otro de sus escritos 30 le reprocha que ha-
"cuchillo y á lanzadas y quemándolos vi- biendo recibido una real orden, poco des-
" vos, mujeres y niños y mozos y viejos. pués " q u e era entrado en la Nueva Espa-
"siendo lo que ellos llaman conquista, in- c i a por las mismas tiránicas conquistas,"
v a s i o n e s violentas de crueles tiranos, con- prohibiéndole dar encomiendas y hacer re-
d e n a d o s no sólo por la ley de Dios, pero partimientos, " no cumplió nada por lo mu-
" p o r todas las leyes humanas, como lo son,
" y muy peores que las que hace el Tur- Brevísima Relación do la destruycion de las In-
dias, §. De la Xueva España.—Este pasaje y el si-
" c o para destruirla Iglesia cristiana."— guiente se han copiado de la edición original que pu-
"Inicuos, é crueles, é bestiales" los ape- blicó el autor en 1552, en Sevilla, i ° . gol.; pues la
que nos dió Llórente de sus Obras está, absoluta-
llida un poco más adelante; y combatiendo mente corrompida, por el ímprobo y perjudicial tra-
el título que juzgaban haber adquirido con b a j o que emprendió de enmendar el antiguo lengua-
je, y lo que es peor, la redacción misma.
la sumisión de los vencidos, les decía: " n o 3° Treinta proposiciones muy jurídicas, etc.—Pro-
pos. 29.
" c h o que á él le iba en e l l o . " — A l tenor si-
guen otros muchos cargos y reproches que to panegírico que le hace, hasta presentarlo
sería largo enumerar. con la vocación de un mártir, "ansioso de
Fray Toribio Motolinía, animado de un " emplear la vida y la hacienda por ampliar
celo y caridad no menos ardientes, refirién- " y aumentar la fe de Jesucristo y morir
dose á la misma época, á l o s mismos suce- " p o r la conversión destos g e n t i l e s : " con
sos y al m i s m o personaje, veía y juzgaba la piedad y compunción de un novicio, "con-
de manera tan diversa, que nadie sin ante- d e s á n d o s e eon muchas lágrimas, comul-
cedentes, podría creer que se trataba del " gando devotamente y poniendo su ánima
propio sujeto. Acusa sin r a z ó n al de las Ca- " y hacienda en manos de su c o n f e s o r : " con
sas (Fray B a r t o l o m é ) , p o r q u e decía que "el la perseverancia de un devoto, no descui-
"servicio de l o s cristianos pesaba más que dando jamás "de oír misa, de ayunar los
" c i e n torres, y que los Españoles estima- " ayunos de la Iglesia, y otros días por de-
ban en menos l o s Indios q u e las bestias." v o c i ó n ; " en fin, con el ferviente celo de
Parecíale que era grande c a r g o de concien- un misionero, pues "con Aguilar y Marina,
cia y grandísima temeridad d e c i r : "que el " que le servían de intérpretes, predicaba á
"servicio que los Españoles exigían por " l o s Indios y les daba á entender quién era
"fuerza á los Indios, era incomparable y " Dios, y quién eran los ídolos, y así des-
" durísimo.'' Tronando contra los que "mur- t r u í a los ídolos y cuanta idolatría p o d í a ; "
y en esto (había dicho antes el panegirista)
" muraban del marqués d e l Valle y
" hablaba con mucho espíritu, como aquel
"querían eseurecer y ennegrecer sus accio- " á quien Dios había dado este don y deseo,
" n e s , " se aventuraba hasta d e c i r : " y o c r e o " y le había puesto por singular capitán
" q u e delante d e Dios no s o n sus obras tan " d e s t a tierra de Occidente."—¡ Imposible
"acetas como l o fueron las del marqués." sería reconocer en esa pintura el retrato del
El lector puede ver 3' e l extenso y comple- gran Conquistador!—El entusiasta Padre
Motolinía, refrendando la piadosa pulla
3' Pullas como l a que p r e c e d e n n o escasean. que antes había disparado al de las Casas
según le llamaba, decía refiriéndose á su bían recibido del monarca español, quien,
héroe; " y creo que es hijo de salvación, y aspirando á asegurar la observancia de las
" q u e tiene mayor corona que otros que lo cédulas que había expedido para garantir
" m e n o s p r e c i a n . " - U n a tan grande discor- la libertad de los Indios, eucargó á ambas
dancia en la apreciación del carácter y mé- religiones velaraa sobre su cumplimiento,
ritos del hombre "que traía por bandera dándoles también un gran participio en su
" n n a c r u z , " 3= m a r c a i g U a i m e i l t e la de las ejecución. 3 3 Esto, como decía en otra parte,
ideas y doctrina de las órdenes religiosas ha debido ocurrir entre los años de 1527 y
que caminaban bajo su sombra. Ellas, en 1528, 34 época en la cual los cronistas de
nuestro asunto, pueden considerarse perso- Guatemala, 35 según hemos visto, ponen la
nificadas en el franciscano Fray Toribio primera misión de Fray Toribio en aquella
Motolinía, y en el dominicano Fray Bar- comarca, y la fundación de un convento,
tolomé de las Casas.—Es una desgracia que poco después quedó abandonado y que
que la defectiva y defectuosa cronología de ocuparon los dominicos. 35
nuestras crónicas no nos permita llevar la El gobernador enviado á Nicaragua en
aproximación á su último punto con la de- 1534 quiso aumentar su poder y su fortuna
terminación precisa de las fechas; mas pol- promoviendo nuevos descubrimientos. El
las vagas noticias que ministran aquellas, V. Casas que veía en esto una patente vio-
puede conjeturarse que si en la época que lación de su doctrina, " s e opuso al descu-
recorremos, aquellos dos héroes del cristia- "brimiento, y protestaba á los soldados en
nismo y ardientes propagadores de la civi- " l o s sermones, en las confesiones y en otras
lización, no se encontraron frente á frente
en México ó en Guatemala, se combatieron 33 Herrera, déc. III, lib. 10, cap 10.
34 Vid. y conf. las noticias de Herrera en la dec.
sin conocerse, animados por la oposición IV, lib. 1," cap. 9, y lib. 5, cap. 1, con la déc. VI,
de su escuela, y aun por la misión que ha- lib. 1, cap. 8. „
35 Vázquez op. cit., lib. I. cap. 4.—Juarros, Com-
pendio de la Historia de Guatemala, trat, II, cap. 6.
36 Vázquez ubi sup., y lib. III, cap. 34.—Reme-
3s Carta eit. del P. Motolinía p. 275. sal, op. cit., lib. X , cap. 4.
"'partes, que no iban con sana conciencia d
pues de las noticias mismas y buenos datos
"entender en tal descubrimiento."37 Sus pre-
de Quintana aparece que el 2 de Mayo de
dicaciones hacían efecto y el gobernador que
ese año estaba en Guatemala, habiendo
veía volar con ellas sus esperanzas, trató al
grandes probabilidades de que aun perma-
predicador como amotinador y sedicioso, ha-
cía allí el de 1538.
ciéndole instruir un proceso, cuyo extracto
El cronista Herrera 40 menciona explícita-
nos ha dado Quintana, 38 librándolo de sus
mente entre los sucesos del siguiente de
resultas la mediación del obispo. Muerto
1539 la existencia de Fray Bartolomé en
éste y continuando las desavenencias, dice
México, disfrutando de favor, y con gran-
el mismo historiador "que abandonó el con-
de influjo en el ánimo y en la administra-
c e n t o de Nicaragua y tomó con sus frailes
ción del virrey Mendoza. De ambos segura-
" e l camino de Guatemala; á despecho de
mente participaban sus hermanos, pues di-
" l o s ruegos y reclamaciones que le hicie-
ce que "á instancias de aquel religioso, del
" r o n . " El proceso había comenzado en
" obispo de Guatemala y de otros muchos
Marzo de 1536 y aun duraba en A g o s t o ;
" padres dominicos, no enviaba gente de gue-
así es que Llórente 3 9 se equivocó cuando
". rra á los descubrimientos y conversión de
conjeturaba que ese año había marchado el
" l o s Indios, sino religiososlo cual indi-
Padre Casas á España para quejarse del go-
ca que Fray Bartolomé había triunfado de
bernador y defender su doctrina, no siendo
sus opositores, concitándose, como era na-
tampoco seguro que en 1537 volviera á Es-
tural, su mala voluntad. Aunque la cronolo-
paña, y llegara hasta México, influyendo
gía de Herrera no sea siempre enteramente
en la administración del virrey Mendoza;
exacta, en el caso puede adoptarse, tenien-
do en su favor una indicación de nuestro
Motolinía, con la cual se concuerda perfec-
37 Herrera, dée. V I , lib. 1, cap. 8.

' V ' DÍ F; ( } e , Españoles célebres, art. CASAS, p.


349 y §. 10 del Apéndice en el t. III. Dèe. VI, lib. 7, cap. 6.—Quintana (ubi supra
Vida de D. Fr. Bartolomé de las Casas, pp. 52 p. 363,) confirma el hecho, aunque expresando que
y 55 al principio del 1.1 de la Colección de sus obras era de tránsito en su viaje á España.
- 48 -

tamente. Éste dice que Fray Bartolomé, estímulos de su conciencia y de su convic-


" siendo fraile simple, aportó á la ciudad de ción. Siguiéndolo atentamente en el ejerci-
" T l a x c a l a ; " y que esto sucedió "al tiempo cio de jsu apostolado, se reconoce luego que
" q u e estaban ciertos obispos y prelados él epilogaba principalmente en el sacramen-
"examinando una bula del Papa Paulo, que to del bautismo toda la virtud, eficacia y
" h a b l a de matrimonios ybaptismos &c." 4 1 esencia del cristianismo, 42 viendo por con-
— L a indicación no puede ser más clara y siguiente en sus limitaciones ó restriccio-
precisa para designar el año de 1539, en el nes, el peligro inminente de la condenación
cual estaba reunida en México la Segunda de millares de almas: quizá se consideraba
Junta Eclesiástica, de cuyas resoluciones obligado en conciencia á desobedecer á los
hablamos en la pág. LV, cuando interrum- pastores de la naciente Iglesia mexicana,
pimos nuestra principal narración con el juzgándolos equivocados, puesto que aun
episodio á que damos fin. Volvamos á to- entre ellos mismos, no obstante su reduci-
mar su hilo. do número, las -opiniones tampoco eran
Si la decisión pontificia no dejó satisfe- perfectamente concordes. Para juzgar á los
cho á ninguno de los contrincantes, según hombres con imparcialidad y acierto, debe
decíamos en otra parte, la de la Junta Ecle- revestirse su espíritu y trasladarse á su
siástica, que estrechaba las restricciones, época.
causó un disgusto mayor, manifestándose Creo que en esta ocasión y circunstan-
nmy pronto por actos de abierta desobe-
diencia, que podrían calificarse de rebelión. 4a "Trabajaba siempre en enseñar la doctrina cris-
Nuestro Motolinía figura en ellos de una tiana y cosas de nuestra Santa F e e así como en
bautizar, de lo cual era amicísimo Con este es-
manera muy prominente, arrastrado por la píritu so disponía á ir a lejas tierras, porque los ni-
fogosidad y energía de su carácter y tam- ños no se muriesen sin b a u t i s m o . . . bautizó por
cuenta que tuvo en escrito, más de cuatrocientos mil
bién, no hay que dudarlo, por los poderosos e t c . " (Torquemada, lib. X X , cap. 2 5 . ) — " P a s ó á Ni-
caragua por el ansia con que siempre vivió de
Dicha carta tiene la fecha de 2 de Enero de administrar el bautismo." [Vázquez, Cron. de Guat.,
1555. lib. I, cap . 4.]
— 50 —

cias conviene colocar el suceso que refiere mente reconocían por base las recientes
el mismo Padre Motolinía, y que probable- prohibiciones de la Silla Apostólica y de la
mente fué el principio del conocimiento que Junta Eclesiástica, en cuyo caso nada te-
bizo con Fray Bartolomé, así como del des- nían de achaques, y la resistencia era perfec-
vío que los separó durante su vida. El mis tamente legítima y fundada, así como su
mo nos lo refiere c o n la mayor simplicidad violación era un acto de culpable desobe-
y candor más adelante, en este, volumen, diencia.
sazonando su narración con pullas y desa- Ya hemos dicho que el Padre Motolinía
hogos harto picantes, que ponen en plena pensaba de muy diversa manera; así es
evidencia la mala voluntad que le profesa- que tomando en cuenta sus convicciones y
ba, y quizá alguna otra pasión que le ha su fervor apostólico, no se extrañan los ul-
imputado un ilustre escritor de nuestros teriores acontecimientos, ni la conducta que
días. Es el caso que "un Indio había veni- en ellos le vemos guardar. Él mismo nos
" do de tres ó cuatro jornadas á se baptizar, los relata con una franqueza y candor in-
" y había demandado el baptismo muchas concebibles. " E n muchas partes (decía alu-
" v e c e s . . . . y yo (añade nuestro historia- d i e n d o á las prevenciones de la Junta
" d o r ) con otros frailes rogamos mucho al " Eclesiásticaj no se bautizaban sino niños y
" d e las Casas que baptizase aquel Indio, " enfermos; pero esto duró tres ó cuatro
" p o r q u e venía de l e j o s ; y despues de mu- " m e s e s , hasta que en un monasterio que
" c h o s ruegos demandó muchas condiciones " s e llama Quecholac, los frailes se deter-
" d e aparejos para el bautismo, como si él " m i n a r o n de bautizar á cuantos viniesen,
"solo supiera más que iodos & e . " El resul- "no obstante lo mandado por los obispos."
tado final fué que Fray Bartolomé rehusó El propio narrador, no pudiendo resistir
bautizar al Indio, p o r motivos que su anta- al contagio del ejemplo confiesa ingenua-
gonista calla, y que por consiguiente no po- mente que cayó en la tentación,—"y en
demos juzgar si él tendría razón para cali- "cinco días, añade, que estuve en aquel mo-
ficar, como califica de achaques. Segura- n a s t e r i o , otro sacerdote y yo bautizamos
"por cuenta catorce mil y doscientos y tan-
afrontándolo y arrollándolo como un obs-
"tos!!!.."43 Componga quien pueda este
táculo, como una fórmula que impedía lle-
rasgo de fervor y celo por la salvación de
gar al logro de lo que juzgaba el fin. Nada,
las almas, con los preceptos de la obedien-
pues, tiene de extraño que caracteres tan
cia ; para mi intento basta notar el suceso.
diversos se encontraran siempre en conti-
Él marca, mejor que pudiera hacerlo un li-
nua y abierta oposición.—Por lo demás, la
bro, la total diferencia de carácter de nues-
vehemencia, y bien podría decirse virulen-
tros misioneros: el uno (Casas) canonista
cia é ira, que respira el lenguaje de la car-
y hombre de ley, vacilando, luchando y al
ta del Padre Motolinía, son debilidades de
fin cediendo á la autoridad del precepto le-
la especie humana, á que nadie escapa: qui-
g a l ; el otro, ferviente propagador de la fe,
zá en las que notamos había algo de despe-
cho, producido por el favor que su antago-
« Trat. II, cap. 4 de sa Historia.—El caso, por lo nista y su doctrina encontraron en el virrey
que toca al cuantioso número de bautismos admi- Mendoza, quien, dice Herrera, 44 "siguió,
nistrados en esta ocasión, parece excento de toda
duda, pues aun llamó la atención de los mismos In- " como hombre pío, el parecer de su gran
dios. Confírmalo la siguiente noticia que se encuen- "amigo Fray Bartolomé de las Casas, de no
tra en una especie de Anales inéditos, escritos en
lengua mexicana por un indígena de Tecamachalco " h a c e r los descubrimientos de mano arma -
ó Quecholac.—Matlactlicce Tochtlil546.—Ipanin xi- " d a , sino por medio de religiosos que lo
huitl ohualla Fray (/implo Presidente mochihuaco timan
Fray Francisco de las Navas, icuac mochintin quin "hiciesen, y predicasen."
cuatequique. (En el año 11 Conejos llegó Fray Cimplo
( ? ) c o n el cargo de presidente, y él en unión de Fray
Con el entusiasmo y actividad que este
Francisco de las Navas bautizaron una multitud santo religioso ponía en el desempeño de
inmensa de gente. Trad. del lie. D. Faustino Galicia)
Sólo hay que notar en este pasaje el error de corres-
su caritativa misión, y que la mala volun-
pondencia entre el año mexicano y el europeo; pues tad del Padre Motolinía traducía por los
al nuestro . de 1542 no correspondía en el otro el
símbolo de 11 Conejos. Tales equivocaciones, de
resabios de un genio inquieto, bullicioso,
pluma ó de cálculo, son muy frecuentes por la haragán &e., 4 3 se dirigió á España para po-
dificultad de la materia, descuido de los copiantes,
y rápida decadencia de l a antigua cultura indí-
« D é c . V I , lib. 7, cap. 7.
gena.
-'•5 " — ó despues que estuvo (aquí en México)
ner un dique á las violencias y temeridades cia sumamente grave. Cantando y jugando
de los gobernadores de la América del Sur, mataron á pedradas en Tlaxcala á un sa-
y obtener de la corona medidas que alige- cerdote del antiguo culto, dando así asun-
raran el rudo yugo que pesaba sobre los in- to á la tragedia que refiere nuestro escri-
felices Indios. Estos esfuerzos prepararon tor, y á la leyenda llamada de los Márti-
los beneficios que después vinieron con las res de Tlaxcala, que él mismo escribió se-
famosas cédulas denominadas las Nuevas paradamente con el título de Vida de tres
Leyes, de que se hablará eu su lugar. El Niños Tlaxcaltecas, y los martirios que pa-
cronista Herrera'16 dice que en esta ocasión decieron por la fe de Cristo. En ese mismo
obtuvo del monarca la orden en cuya virtud año de 1539, el historiador se hallaba en
se mandó fundar nuestra Universidad.— Atlihuetzia, ocupado en hacer las averigua-
Dejémoslo corriendo por Europa en pos del ciones correspondientes para descubrir y
Emperador, y volvamos á su ilustre anta- hacer castigar á los autores de aquel cri-
gonista. men, cuyo escarmiento alcanzó aun á algu-
A los principios de la conversión, cuando nos Españoles, sus cómplices.
el celo cristiano para destruir los templos y Por las noticias de nuestro mismo histo-
los dioses de la religión nacional, luchaba riador sabemos que el año siguiente de
con las resistencias que se oponían para de- 1540 residía en Tehuacán, ayudando pro-
fenderla, relajando aun los vínculos de la bablemente á su misionero en la fatiga que
familia y de la sangre, una algazara de mu- le daban "los muchos que allí iban á se
chachos dió origen á un suceso, en su esen- bautizar, y casar, y c o n f e s a r . " — E n prin-
cipios de 1541 estaba en Antequera, hoy
Oajaca, de vuelta de la excursión que había
luego se hartó y tornó á vaguear y andar en sus |bu-
llicios y desasosiegos acá apenas tuvo c o s a de hecho durante treinta días por la Mixteca,
religión — estuvo en esta tierra obra de siete años, y el 24 de Febrero escribía ya en Tehua-
y fué como dicen que llevó cinco de calle.—Carta
del P. Motolinía. cán la Epístola proemial de su Historia, ó
•*6 Dée. VI, lib. 7, cap, 6. .. sea la dedicatoria al conde de Benavente.
La fundación de la provincia francisca- rrido en el mismo error cronológico que el
na de Guatemala es un punto de seria con- Padre Vázquez. De Guatemala envió á
troversia, por la autoridad que le da la opi- Fray Luis de Villalpando, con título de
nión del Padre F r a y Francisco Vázquez, su comisario, 51 y cuatro religiosos á predicar
cronista particular. Él, después de haber el Evangelio en Yucatán; y continuando
examinado y pesado las noticias de nuestro sus afanes apostólicos en los principales
Torqtfemada, las de la crónica general de la lugares de aquella y de las comarcas inme-
orden y otros monumentos manuscristos, diatas, puso los cimientos de la nueva pro-
resuelve que aquel suceso se verificó el año vincia franciscana de Guatemala, denomi-
de 1544, siendo el fundador el Padre Moto- nada del Noriibre de Jesrís.53
linía. Añade q u e lo envió al efecto con Fray Toribio permaneció allí trabajando
veinticuatro f r a i l e s , Fray Jacobo de la Tes- con celo y constancia infatigables para pro-
tera, comisario general, á su vuelta del ca- pagar la religión y la civilización en su di-
pítulo general d e la orden, celebrado en latado territorio, aprovechando la oportu-
Mantua el año d e 1541. 47 Contra estos fun- nidad que le presentaban sus mismas tareas
damentos, meramente conjeturales, pueden apostólicas para estudiar las bellezas y pro-
producirse sus m i s m o s datos, porque el Pa- digios de la naturaleza, de que era grande
dre Testera, s e g ú n las noticias que minis- admirador, según lo manifiestan sus escri-
tra Torquemada 4 8 y algunos monumentos tos. Los monumentos de la provincia fran-
manuscritos q u e he consultado, murió en ciscana de México dejan un gran vacío, por
8 de Agosto de 1542, fecha en la cual pone falta de cronología, en la historia de núes -
expresamente a q u e l historiador 49 el viaje tro misionero durante los seis años corri-
del Padre Motolinía. Vetancurt 5 0 ha incu- dos desde éste de 1542 hasta el de 1548;
mas por las noticias de la Crónica de Gua-

47 Crónica de Guatemala, lib. I cap. 20.


4SLib. X I X , cap. 2 8 ; lib. X X , cap. 47. s" Cogolludo, Hist. de Yucatán 1. V , c. 1.
« Lib. X I X cap. 13. 5= Torquemada, ubi sup., y cap. 14.—Vázques,
so Menologio f r a n c i s c a n o , día 8 de Agosto. Crónica de Guatemala, lib. III, cap. 35.
f r

témala parece seguro que se conservaba en


de él pendía la suerte de los millones de
aquellas regiones en 1544, incesantemente
habitantes que aun poblaban el Nuevo Mun-
ocupado en su santo ministerio, y con el
do recientemente descubierto, " era la ex-
cargo de Custodio que obtuvo en el primer
" pedición de las ordenanzas conocidas en
capítulo, celebrado el 2 de Junio de aquel
" la historia de las Indias con el dictado de
año.—Dejémoslo allí para echar una ojea-
" las Nuevas Leyes. Desde el año de 40 >
da sobre los sucesos de nuestro Fray Bar-
" c o n t i n ú a el citado historiador, todo lo
tolomé, con los cuales se encuentran íntima
" que pertenecía á la reforma del gobierno
e inseparablemente enlazados los del misio-
" [de aquellas] y á la mejora de la suerte
nero franciscano. Benévolamente acogido
" de los naturales del país se ventilaba, no
del monarca español, y despachado tan fa-
" sólo en una junta de numerosos juristas,
vorablemente como podía desearlo, se pre-
" teólogos y hombres de estado que se for-
paraba á dar la vuelta á Guatemala con una
" mó para ello, sino también por los parti-
numerosa colonia de dominicos y francisca-
" culares, que hacían oír su opinión, en la
nos, cuando una orden del presidente del
" corte con memoriales, en las escuelas con
Consejo de Indias le mandó suspenderla—
" disputas, en el mundo con tratados. El
" p o r ser necesarias sus luces y su asisten-
" Padre Casas tomó parte en aquella agita-
; í c i a en el despacho de ciertos negocios
" ción de ánimos con la vehemencia y te-
" graves que pendían entonces en el Con-
" són que empleaba siempre en estos nego-
" sejo. Casas, pues, dividió su expedición,
" cios y con la autoridad que le daba su
" y a n d á n d o s e él para ir después en com-
" carácter conocido en los dos mundos. No
p a ñ í a de los dominicos, envió delante á
" hubo paso que dar, ni explicación que
'•'los franciscanos/' 5 3 El negocio que en-
" hacer, que él no hiciere ó no diere en fa-
tonces se trataba, el más grave é importan-
" vor de sus protegidos." 5 4
te de cuantos podían suscitarse, como que
El año de 1542 será siempre memorable

53 Quintana, Vicias, etc., p. 365.


54 Quintana, loc. cit., pp. 364-368.
en los anales de América por las ruidosas " como desea quiere librarlos de la tyranía
disputas á que daba asunto en la primera u y perdición que padecen como de la boca de

corte del mundo. Allí también afirmó Fray- 11 los dragones, y que totalmente no los con-

Bartolomé su bandera y la gloria inmortal " suman y maten y (quede vasto todo aquel or-
de su nombre proclamando en las gradas " be de sus tan infinitos naturales habitado-
del solio y ante la flor de la grandeza y de 11 res como estaba y lo vimos p o b l a d o . " —

la ciencia, la fórmula de su f e religiosa y A este formidable golpe, que arrebataba á


política, e n un largo memorial, de cuyo los Españoles residentes en América todos
asunto se formará idea por su portada. Di- sus ensueños de riqueza y de prosperidad
ce así el singular título que en ella puso, y siguió la famosa y aterradora Brevísima
que según se verá forma por sí solo un pro- Relación de la Destrucción de las Indias, que
g r a m a . — " f Entre los remedios que don causó un asombro universal, propagándose
" Fray Bartolomé de las Casas, obispo 53 de hasta los últimos confines del mundo civili-
" la ciudad real de Chiapa, refirió por man- zado, y que atrajo sobre su autor el odio y
" dado del Emperador rey nuestro señor, la maldición del número incontable de ofen-
" en los ayuntamientos que mandó hacer didos, los celos y la envidia de sus émulos
" su majestad de prelados y letrados y per- y rivales en la misma justa causa que de-
" sonas grandes en Valladolid el año de fendía y aun la censura de las personas tí-
mil é quinientos y cuarenta y dos, para midas ó de sentimientos moderados. El
" reformación de las Indias. El octavo en ilustre escritor que con tanta frecuencia y
" orden es el siguiente. Donde se asignan gusto he citado, y que critica ese famoso
" veynte razones, por las quales prueva no opúsculo con una gran severidad, quizá te-
" deberse dar los indios á los Españoles en nía razón para decir : " El error más gran-
" encomienda, ni en feudo, ni en vasallaje, ni " de que cometió Casas en su carrera polí-
11 de otra manera alguna. Si su majestad ' ' tica y literaria, es la composición y pu-
" blicación de ese tratado." 5 6 En efecto, él
Quintana, vM sup., p. 369.
55 En ese a ñ o aun no lo era.
le concitó enemigos implacables que le per- que producían la elevación de aquel reli-
siguieron encarnizadamente, amargándole gioso al obispado del Cuzco, que renunció
todo el resto de su vida; y como los colo- luego, seguida inmediatamente de su nom-
res de su paleta eran tan crudos, y las atro- bramiento al de C h i a p a s : — " é l instó, ro-
cidades que refería excedían á lo que podía " gó, lloró, por librar sus hombros de una
discurrirse de más horrible y cruel, dió " carga á que se consideraba insuficiente;
ocasión á que se le acusara de exageración " pero todo fué en vano, porque las razo-
y aun falsedad, logrando así embotar el ' 1 nes que mediaban para su elección eran
sentimiento y dificultar el remedio; resul- " infinitamente más fuertes que las de su
tado consiguiente á todos los afectos exa- " repulsa," 53 Esta distinción, justamente
gerados.—A fines del mismo año se expi- considerada como una muestra del favor del
dieron las mencionados y famosas Nuevas monarca aumentaba el despecho y la ira en
Leyes, que aseguraban la libertad de los proporción de los temores y envidias que
Indios, y que pusieron á las colonias á pi- despertaban el prestigio y favor del agra-
que de una insurrección general, por los ciado. Aun el buen Padre Motolinía pagó
innumerables intereses que atacaban. Una su tributo, y bien fuerte, á la debilidad
parte muy principal del odio con que se les humana, imputándole haber ido á E s -
recibió procedía de que se les consideraba, paña á negociar que le hicieran obispo.
como realmente eran, obra de la inspira- Éste es un arranque de pasión que apenas
ción y de los infatigables esfuerzos del Pa- puede creerse. El 9 de Julio de 154435 dió
dre Casas, eficazmente apoyados por los re- la vuelta para tomar posesión de su silla
ligiosos de su orden. 57 episcopal, acompañándolo la numerosa mi-
sión de dominicos, que según dijimos que-
A estos motivos de malevolencia que
obraban ya en sus desafectos, vinieron á
acumularse en el año siguiente [1543], los 5S Quintana, ubi sup., p. 372.
59 Gil González Dávila, Teatro Eclesiástico de las
Indias; Iglesia de Chiapa, t". I, p. 191.—Quintana
57 Herrera, dée. VII, lib. 6, cap. 4. dice que se embarcó el dia 10.
dó en espera suya; pero como el terror de
las Nuevas Leyes había precedido á su re- " Nuevas Leyes, porque eran los que más
greso, y él mismo tenía comisión para cui- " provecho sacaban de la esclavitud de los
dar de su exacto cumplimiento,—" apenas " Indios; de hecho las eludieron resis-
" puso los pies en el Nuevo Mundo (Santo " tiendo, replicando y admitiendo las ape-
•" D o m i n g o ) cuando comenzó á recoger " laciones que de aquellas providencias in-
' ' otra vez la amarga cosecha de desaires y t e r p o n í a n los vecinos de la isla, dando
" aborrecimiento que las pasiones abrigan " lugar á que se nombrasen procuradores
' 1 siempre contra el que las acusa y refre- ' ' por la ciudad, para pedir á la corte su re-
" na nadie le dio la bienvenida, nadie " vocación." 6 3
" l e hizo una visita y todos le maldecían Los desabrimientos con que la entonces
" como á causador de su ruina. La aversión cabeza del Nuevo Mundo inauguraba la dig-
" llegó á tanto, que hasta las limosnas or- nidad y funciones del nuevo obispo, no
' 1 diñarías faltaron al convento de domini- eran nnís que el preludio de los que le
" eos, sólo porque él estaba aposentado allí. aguardaban en sus provincias. Afligido,
" Otro que él se hubiera intimidado con es- pero no desalentado por ellos, y deseoso de
" tas demostraciones rencorosas; mas Ca- abreviar sus padecimientos, fletó un buque
" sas, despreciando toda consideración y por su cuenta y se embarcó con sus. frailes
" r e s p e t o humano, notificó á la Audiencia el 14 de Diciembre de 1551 con dirección á
" las provisiones que llevaba para la libgr- Yucatán para pasar ds allí á Chiapas por
" tad de los Indios y la requirió para que Tabasco. En toda esta travesía sufrió los
" diese por libres todos los que en los tér- mismos desaires y desprecios, exacerbados
" minos de su jurisdicción estuviesen he con la amargura de habar perdido en un
" chos esclavos, de cualquier modo y ma- naufragio treinta y dos compañeros de via-
" ñera que fuese. Fué esto añadir leña al je, nueve de ellos religiosos con sus libros,
" fuego, especialmente entre los oidores, equipaje, bastimentos, etc. El 1 ? de Fe-
' ' más interesados que nadie en eludir las brero siguiente llegó á Ciudad-Real: los
150 Quintana, vU sup., pp. 375-76.
- 66 — 67 —

primeros días fué festejado y obsequiado á espiritual, siempre que sus depositarios en-
porfía por los principales vecinos, que te- tran en la propia senda de corrupción. Sin
nían Indios esclavos ó en encomienda, es- embargo, es el único remedio, así c o m o la
peranzados de ganarle la voluntad con sus amputación lo es para la grangrena, aun-
obsequios y atenciones: pero cuando vieron que se corran las contingencias de caer en
que estos medios eran absolutamente ine- manos de la ignorancia. El gobierno colo-
ficaces, y que el obispo, primero rogando y nial se encontraba entonces en ese estado
suplicando, y después ejerciendo su autori- de corrupción, porque sus depositarios mis-
dad, exigía inflexible el cumplimiento de mos tenían vinculada su fortuna en el tra
las Nuevas Leyes, su interesada adhesión se bajo forzado de los indígena*; siendo por
consiguiente interesados en la continuación
trocó en despecho, jurándole un odio ma-
de los abusos. Nada, pues, podía esperar
yor que fué su afecto. El obispo no podía
de su cooperación el nuevo obispo y protec-
absolutamente desempeñar la misión que
tor de los Indios.—Convencido de ello, em-
había recibido del soberano para proteger
puñó la arma invisible, y por ello más for-
á los Indios y hacer cumplir las leyes ex-
midable, contra la cual nada pueden las de
pedidas en su favor, por las resistencias
los h o m b r e s : llamó en su auxilio la autori-
que en todas partes encontraba, y porque
dad que no sa corrompe con dones ni inti-
las autoridades encargadas de su ejecución,
mida coa amenazas, y ofreciéndose '.a v o -
lejos de hacer algo para dominarla, la favo-
luntario holocaustro á la ira y codicia irri-
recían, como directamente interesados en la
tada de sus enemigos, los puso en la abso-
continuación de los abusos. Cuando la po-
luta imposibilidad aun d e dañarlo. El
testad civil llega á corromperse, la sociedad obispo apeló al poder de la conciencia, y
no puede hallar su salvación más que en el para darle eficacia privó á todos los c o n f e -
poder de la conciencia¡ ¡ remedio heroico, sores de sus licencias, no dejándolas más
delicado y sumamente peligroso! porque que al deán y á un c a n ó n i g o ; y eso, dice
se corre el riesgo de sustituir un despotis- Remesal, " d á n d o l e s un memorial de casos,
mo malo con otro peor, cual es el del poder
cuya absolución reservaba para s í . " Esta
reserva comprendía los penitentes que tra- primía la autoridad episcopal, que exacer-
ficaban con la libertad y trabajo de los In- baba el odio que se profesaba al prelado, y
dios. Así precavía, hasta donde la previ- que contribuía á aumentar la obcecación,
sión humana puede alcanzar, los deslices especialmente tratándose de gentes tan pun-
que en circunstancias tales suelen tener los tillosas como los Españoles. Ofendíalos en
confesores complacientes. sumo grado que se les negaran los sacra-
La noticia de esta determinación del obis- mentos, y más aun por contemplación á los
po f u é como bomba que estalla en almacén Indios que veían con el último desprecio.
de pólvora. Un grito de maldición y des- El interés pecuniario venía por otra parte
pecho resonó por todas partes; y para que á fortificar los sentimientos malévolos en-
nada faltara á las amarguras del prelado, gendrados por la vanidad.
la apostasía vino á dar un terrible golpe á Parece que ha sido achaque muy antiguo
su autoridad, fortificando la interesada ob- en la raza española emplear los influjos del
secación de los recalcitrantes. ¡ Y el deán favor y de las súplicas en los asuntos que
fué el que dió el ejemplo y el e s c á n d a l o ! . . solamente debieran decidirse por el poder
Comenzó por mostrar su oposición en térmi- de la justicia y de la razón; achaque f u -
nos más perniciosos que lo habría sido una nesto que el curso de los siglos ha hecho
abierta desobediencia; porque si bien rete- crónico, causando en nuestro país daños
nía la absolución en los casos reservados, incalculables. Los vecinos principales, con
enviándolos al obispo, lo hacía dando al el clero mismo á su cabeza, se presentaron
penitente una cédula en que decía: "El por- al obispo para rogarle mitigara su rigor
t a d o r desta tiene alguno de los casos re espiritual; y como todas sus súplicas fue-
"servados por V . S . , aunque y o no los lia- ron inútiles, "lo requirieron por ante eseri-
tío reservados en el derecho ni eu autor " baño y testigos diese licencia á los confe-
"alguno;" 61 calificación atrevida que de- " sores para que los absolviesen, protestando,
61 Remesal, lib. VI, cap. 2. " si no lo quería hacer, de quejarse y que-
" reliarse dél al arzobispo de México, al
Sabíase también que habían sido absuel-
" Papa y al rey y á su consejo, c o m o de
tos p o r el deán.—Semejante conducta tenía
" h o m b r e alborotador de la tierra, inquie-
todos los caracteres de una abierta y osada
' ' tador de los cristianos y su enemigo, y
desobediencia, que era necesario reprimir
''- favorecedor y amparador de unos perros
pronta y enérgicamente. El buen prelado
" ludios."62 Este empuje l o producía pro-
quiso amonestar á aquel cou suavidad y en
bablemente la p r o x i m i d a d de la cuaresma
secreto, y al efecto lo c o n v i d ó á comer.
de 1545, en la cual, según las antiguas cos- A c e p t ó , pero no c o n c u r r i ó : llamado nueva-
tumbres, las autoridades y todas la personas mente, se e x c u s ó : en fin, requerido, aun
de viso se confesabau y recibían la Euca- con censuras, no obedeció. Entonces el
ristía con grande solemnidad, so pena de obispo envió un alguacil y clérigos p a r a
caer en la nota p o p u l a r de impiedad y he- aprehenderlo; mas c o m o el caso había lla-
rejía, entonces t e m i b l e é i n f a m e . — E l pre- mado la atención, reuniendo algunos curio-
lado no cedió una línea, c o m o que se trata- sos en las inmediaciones, el deán " q u e sa-
ba de un negocio d e conciencia, y antes bien " lía preso comenzó á hacer fuerza con l o s
procuró persuadir á sus diocesanos la justi- "que le llevabau y dar voces, gritando:
cia y rectitud de s u s procedimientos. Creía- " Ayudadme, señores, que yo os confesaré á
los, si no c o n v e n c i d o s , á l o menos resigna- " todos; soltadme, que yo os absolveré." A
dos, y á los c o n f e s o r e s obedientes á sus estas voces estalló el tumulto, capitaneado
mandatos, cuando o b s e r v ó que á las comu- p o r uno de los mismos alcaldes: toda la
niones de la Semana Santa y Pascua habían ciudad se puso en armas, corriendo los unos
concurrido personas " q u e conocidamente á soltar al deán y los otros á la habitación
" se sabía que eran de los contenidos en los del obispo, quizá sin saber ellos mismos lo
" c a s o s reservados, porque tenían Indios que iban á hacer ó pretendían. Y a en su
" esclavos, y en aquellos mismos días ejer- presencia y cegados p o r la ira, "tuvieron
citaban el c o m p r a r l o s y venderlos como " m u c h a descomposición de p a l a b r a s , " y
un atrevido que pocos días antes le había
" antes."

62 Remesa!, ubi supra.


disparado un arcabuz, para intimidarlo,
" q u e ha nacido de mujeres, y no había
" j u r ó allí de matarle."
" quien quisiese oír su nombre, ni le nom-
Aunque este intempestivo alboroto, se-
" braba sino con mil execraciones y maldi-
gún el furor con que había comenzado,
" c i o n e s . Y él mismo lo conocía así.1,61 El
amenazaba con ruinas y desastres, detúvo-
odio, y con él la desmoraralizaeión, habían
se súbitamente ante la imperturbable cal- llegado á un extremo que verdaderamente
ma y serenidad con que el obispo salió al horroriza: juzguémoslo por otros dos he-
encuentro á los amotinados, y con la sua- chos que refiere el propio historiador: 6 5 fué
vidad y unción de sus blandas, pero enérgi- el uno la audacia del insolente que el día
cas palabras. El deán, causa de aquella aso- del tumulto lo insultó llamándole poco se-
nada, se escondió por lo pronto, refugián- guro en la fe, y publicando que sus resisten-
dose después en Guatemala. El prelado lo cias para dar la absolución "eran achaques
privó de sus licencias, declarándolo por ex- " p a r a comenzar á impedir en su obispado
comulgado. 63 —El orden público se había " e l uso de los sacramentos." El otro, tan
en efecto restablecido; pero quedaba vivo inmoral que apenas parece creíble, fué el
y aun más encendido el fuego de la sedi- de componer coplas desvergonzadas y satí-
ción. Cuál fuera el falso pie en que se en- ricas contra el obispo, que se hacían apren-
contraba colocado el Sr. Casas, y cuáles las der de memoria á los niños, para que se las
amarguras de su espíritu, lo comprendere- dijesen pasando por su calle!!!.... Y yo vi
mos por las ingenuas revelaciones que nos escritas las trovas, añade el cronista.
hace el más entusiasta de sus panegiristas. Como ni aquellas ni otras mil invencio-
" E l Sr. obispo (decía) era uno de los hom- nes del demonio de la ira y de la codicia
" bres más malquisto y más aborrecido de podían desviar una sola línea al V . Casas
" t o d o s cuantos vivían en las Indias, chi- de su ruta, apelaron á un medio de infalible
" e o s y grandes, eclesiásticos y seglares,
f'4 Remesa!.. lib. VII. cap. 16.
03 Remesa!, lib. VI. cap. 2 y 3. Lib. V I . cap."2.
efecto. Pusiéronse de acuerdo para suspen-
tribunal, á fin de que sus esfuerzos comunes
der las limosnas, único reeurso de subsis-
tuvieran mayor eficacia.Contaba igualmen-
tencia de los religiosos. El obispo, inflexi-
te con ejercer suficieute influjo en aquella
ble en su d o c t r i n a , ocurrió á la caridad de Audiencia, por la circunstancia de haberse
los pueblos inmediatos, enviando limosne- establecido mediante sus esfuerzos, y más
r o s ; pero " l o s alcaldes esperáronlos á la aun porque la mayoría de los oidores había
entrada de la ciudad y quitáronles cuan- sido nombrada por su recomendación. Con-
" to traían; y porque no se dijese que se fiaba principalmente en el licenciado Alon-
"aprovechaban del lo, quebraron los hue- so Maldonado, su presidente, oidor que
" vos, echaron el pan á los perros y la fru- fué en México de la segunda Audiencia, y
" t a á l o s puercos, y aporreados los Indios persona que disfrutaba buena reputación
"que lo traían, quedaron ellos muy con- de honradez, humanidad y ciencia. Y a ve •
c e n t o s desta h a z a ñ a . " 6 6 — U n a hostilidad remos cómo podían concillarse estas cuali-
de tal carácter era irresistible; así, los re- dades en el siglo X V I con otras que en el
ligiosos dominicos abandonaron la ciudad. nuestro parecen incompatibles.
El obispo, cobrando nuevos alientos con Vamos á entrar en uno de los períodos
las contrariedades mismas, dispuso dirigir- más interesantes y agitados de la vida del
se á la Audiencia llamada de los Confines, Sr. Casas; en el que sufrió más recias bo-
para exigir el estricto cumplimiento de las rrascas y se concitó mayor número de enemi-
Fueras Leyes, que protegían la libertad de gos, remachándose de paso la malquerencia
los Indios, así c o m o el castigo de sus atre- que siempre le profesó el Padre Motolinía.
vidos violadores. Proponíase también apro- Tuvo su origen en las famosas instruc-
vechar la reunión con los obispos de Gua- ciones secretas que dió á los confesores de
temala y Nicaragua en la ciudad de Gra- su obispado, para dirigirse en la adminis-
cias-á-Dios, residencia de aquel supremo tración de los sacramentos con los injustos
opresores de la libertad de los Indios. De
66 Reraesal, lib. V I . cap. 3. ellas se ha hablado con suma variedad,
siendo todavía un punto bastante oscuro en falta del obispo, supuesta la necesidad de
la historia. Oreo que ha habido tres docu- su ausencia. Dejémoslo emprender su ca-
mentos, que aunque congruentes, son bas- mino á Graeias-á-Dios, y mientras vol-
tante d i v e r s o s : 1 ° las instrucciones pri- vamos á nuestro Padre Motoliuía.
mitivas y reservadas, compuestas de doce La doctrina que tan vigorosamente de-
artículos, que n o debían comunicarse sino fendía el Sr. Casas no era la opinión priva-
en el acto de la confesión, á manera.de con- da y meramente especulativa de un doctor,
sejo que daba el confesor, y de las cuales, sino la doctrina que profesaba y practica-
aunque vagamente, habla el Padre Motoli- ba la orden entera de Santo Domingo en
nía. 6 ' 2 © El edicto, ó rescripto, como lo América y que portaba como una enseña
denomina Remesal, en que algún tiempo que le distinguía y le asignaba un rango
después hizo el nombramiento de confeso- especial en el Nuevo Mundo: ella por con-
res, mandándoles observar aquella instruc- siguientejse encontraba planteada en Gua-
ción y el cual algunos confunden con ésta. temala, y allá como acá sufría las mismas
3 ° La instrucción misma, que llamaremos contradicciones, con su mismo carácter y
oficial, por haber servido de materia y de entre ios propios actores. Aunque la semi-
texto en las ruidosas contiendas con la cor- lla se había sembrado en los cimientos de
te, con las religiones y con los doctores. su primer monasterio desde el año de 1529,
Ésta es todavía posterior á las otras, según los conquistadores y encomenderos la en-
se verá claramente en su propio lugar. En- contraban siempre extravagante y de mal
tiendo, pues, que en el período que recorre- sabor, inculpando á los dominicos de pro-
mos solamente se redactó la instrucción re- fesar ooiniones singulares, pues "jamás,
servada, obra indispensable para suplir la "decían, por docto y escrupuloso que fuese
" un confesor, negó la absolución á conquis-
r^Cl\'\'ÍdendM V " u y P°eos (de llegado á t a d o r ó Español que tuviese Indios escla-
w K c l c s e o m i ! I ? a I o s y péneles quince ó diefy seis v o s en labranza ó minas." 6 5 El Sr. Ma-
leyes y las condiciones del Confesionario, y déjalos
68 Remesal, lib. VI, cap. 5,
L T T f ^ V P á g - 2 5 £ ) - C i ó s e comunmente el -
nombre de Confesionario á aquella Instrucción.
rroquín, que ocupaba entonces la silla epis-
copal, protegía aquella doctrina, aunque Bartolomé de las Casas y Fray Toribio Mo-
probablemente con gran templanza y bajo la tolinía, y como lo son las narraciones de
forma de restitución, en que según el mismo los cronistas de esas dos provincias rivales.
Mientras que al primero y á sus frailes se
Padre Motolinía, la observaban los francis-
trataba con el desvío y aun dureza que he-
canos. Sin embargo, todavía les escocían
mos visto en los sucintos extractos de Re-
esas restricciones puestas á los confesores.
mesal, el segundo y los suyos, si damos
En tales circunstancias "entraron de refres-
crédito á Vázquez, gozaban de un entero y
co' los padres que formaban la misión que
completo favor, tanto de las poblaciones,
trajo de España el Sr. Casas, siendo tan
como de sus autoridades. Apenas el Padre
mal recibidos en Guatemala, como lo habían
Motolinía había puesto por la primera vez
sido en Chispas, ya por su hábito, ya por
el pie en Guatemala, cuando se vió colma
quien los conducía. También el ayunta-
do de obsequios y respetos, y rogado y apre-
miento tomó parte contra ellos, manifes- miado de todas partes para que fundara
tándose descontento de que se pretendiera convento, facilitándole los medios do ha-
adelantar los descubrimientos y poblacio- cerlo; el obispo Marroquíu le dispensaba
nes, por otro medio que el de la guerra : no una protección especial; los vecinos de la
faltando tampoco algún "hombre poderoso, ciudad "estaban devotamente ufanos" con
" á quien se había negado la absolución su presencia; el ayuntamiento, qiie dispu-
" porque no quería poner en libertad sus taba á los dominicos el derecho do dispo-
" e s c l a v o s , " que amargara la vida de los ner del desierto sitio de su convento en la
religiosos poco con descendentes. antigua y abandonada ciudad, llamaba á
El contraste que presentaba en Guatema- Fray Toribio á sus acuerdo?, le daba un
la la condición desvalida de los dominicos lugar preeminente entre sus concejales, y
con la prepotente de los franciscanos, era le consultaba en todos los negocios gra-
tan notable como lo era la de sus dos cabe- v e s ; en fin, mientras á aquellos los lanza-
zas más visibles en aquellas regiones, Fray ban de sus muros las poblaciones españolas,
privándolos del agua y del fuego, y ha- dos por su carácter para atizar más y más
cían un día de fiesta del en que abandona- el fuego, conviene á saber, la emulación,
ban sus ciudades, Guatemala instalaba y los celos y ¡as competencias, no sólo~para
rogaba por la vuelta de Fray Toribio; di- aventajarse en la propagación "del cristia-
rigíale " a m o r o s o s cargos" por su ausen- nismo, sino para adquirir derechos exclusi-
cia, y representaba á sus prelados la urgen- vos, para no admitir rivales, y "para lanzar
te necesidad de su retorno, " p o r la grande á los que se presentaran, no permitiéndo-
" f a l t a que hacía en la tierra-." 69 ¿ Y cuál les ni poner el pie en sus respectivos dis-
podía ser el origen de tan grave contras- tritos. De ello tenemos pruebas patentes
te? La diferencia de doctrina, que ya en documentos irrefragables, cuales son las
hemos notado en otra parte, mucho más varias cédulas expedidas por los monarcas
moderada, condescendente y política en españoles poniendo coto á aquellas funes-
Fray Toribio de Motolínía y alguno de sus tas diseusiones.—Remesal copia textual-
hermanos, que en Fray Bartolomé de las mente varias de todos géneros, cuyo asun-
Casas y la mayoría de los suyos. El uno to es notable por más de un capítulo. En
absolvía á los que el otro condenaba. ellas se excitaba á los dominicos y francis-
canos "tuvieran toda conformidad y a m o r , "
Quien haya leído con alguna atención la
absteniéndose "de querer ampliar cada uno
historia lamentable de las disidencias reli-
" d e ellos sus monasterios:" prohibídseles
giosas, conoce toda la fuerza de las discor-
fundar sin permiso del gobierno, é inmedia-
dias y encono que producen ; así es que no
tos los unos á los otros, "si no era con al-
se necesitaba otro motivo que el reseñado
" g u n a distancia de l e g u a s ; " ordenábase
para producir y mantener las disensiones
" que los religiosos de la una orden no sólo
que dividían á aquellas órdenes religiosas;
" no se entrometiesen á visitar lo que la
pero aun había otros perfectamente adecua-
" o t r a orden hubiese visitado y administra -
" d o , " sino también que " l o s Indios de los
69 Vázquez, Croi). de Guatemala, lib. I, cap. 5 y " pueblos que visitaba la una orden, nofue-
20.—Lib. III, cap. ¿15 y passim.
Ramírez.—11
"sen á oír misa, ni á recibir los sacramen- sus autores fueron los religiosos que con-
t o s á las casas de la otra o r d e n . " En sa- dujeron allá los Padres Casas y Motolinía.
ma y para evitar toda ocasión de conflicto, Así lo insinúa muy claramente el cronista
se llevaron las precauciones al rigor, que franciscano, cuando mencionando las " d i -
parecía extremo é inconciliable con el es- sensiones que el demonio principiaba," aña-
píritu del Evangelio, de prohibir "que en de que habían venido "con ocasión de ha-
" e l distrito donde una de las órdenes hu- " ber llegado aque mismo año á Chiapa el
" b i e r e entrado primero á doctrinar y ad- " S r . obispo Casave (Casas) con una nu-
m i n i s t r a r sacramentos, n o entraran los merosa misión de treinta y cinco religio-
"religiosos de la otra orden á entender en " s o s de N. P. Santo D o m i n g o . " 7 1 Tam-
" l a dicha doctrina, ni hicieran allí monas- poco es dudoso que esos sucesos mismos
t e r i o alguno y que los Indios de hicieron tal mella en el carácter recio y
" la doctrina de una de ellas no fueran ni sumamente impresionable del Padre Moto-
"pasaran al distrito de la otra á recibir los linía, que lo determinaron no sólo á re-
nunciar el cargo de custodio que desempe-
"sacramentos." 7 0 Cuáles fueran los distur-
ñaba en aquel nuevo plantel religioso, crea-
bios, lo dice suficientemente el asunto de
do por su celo, sino aun á abandonar el
estas leyes. Otros muchos motivos, algu-
terreno, volviéndose á su convento de Mé-
nos, según ya hemos insinuado, de con-
xico.—Esto lo dice también el propio cro-
troversia literaria, tan aptos para excitar
nista, y nos lo confirma el venerable misio-
la ira, la envidia, y las otros pasiones ren-
nero en la carta con que se despidió del
corosas, venían á envenenar las discordias.
ayuntamiento de Guatemala, cuyo docu-
No puede dudarse que las reseñadas en
mento se encontrará en su propio lugar.
aquellas leyes traían su origen de las ocu-
rridas en el período que recorremos, y que En el vasto campo de las discordias eco-
nómieo-eclesiásticas que agitaban todas es-

7" Cédulas de 22 de Enero de 1556, y de 1 ° . de


Agosto de 1558, en Remesa!, lib. X , cap. 1 y 2. 71 Vázquez, ubi sup., cap. 20 cit.

I « M — W U
tas comarcas, comenzaba á aparecer un ter- "que le ayudaban á cumplir la obligación que
cer combatiente que debía desalojar á sus "tenía en la predicación y conversión de
rivales, quedando dueño del terreno. El "aquellas gentes." Si esta reminiscencia
obispo Marroquín había llevado á Guate- no era de tan melodioso sonido, peor aún
mala los primeros religiosos franciscanos y lo tenían las prevenciones que se le hacían,
dominicos que allí hicieron asiento, con- ya respecto " á los muchos clérigos facinero-
tándose entre éstos á nuestro V . Casas, que. "sos y de mala vida y ejemplo que se decía
entonces era simple fraile: á él también, "estaban refugiados en su obispado, hu-
según hemos visto, le encomendó traer de "yendo de otros obispados," y a á los que
España la numerosa misión de ambas órde- " se entremetían en tratos de mercaderías
nes, que en parte condujo personalmente, '•ú otras cosas fuera de su p r o f e s i ó n . " —
y con los cuales desempeñaba las funcio- Aunque estas cédulas sean posteriores de
nes de su ministerio. La más perfecta ar- cinco y ocho años al que recorremos, deter-
monía reinaba entre el prelado y sus cola- minan muy bien la época de su origen, pues
boradores apostólicos, no obstante sus pri- la circunspecta corte de Madrid no precipi-
vadas querellas. Mas hé aquí que cambián- taba sus determinaciones, ni las dictaba si-
no cuando rebosaba el abuso. ¿Y qué pudo
dose las voluntades, n o sólo el obispo sino
producir tan completo cambio? Nuestro
también el gobernador, comenzaron á des-
sincero cronista dice con toda lisura 73 que
favorecerlos á todos, y después aun á tra-
" por los pleitos y disensiones que se le-
tarlos tan mal, que se hizo necesaria la in-
" vantaron entre los frailes, porque le can-
tervención del soberano, quien por cédulas
" saban y molían con quejas, peticiones, in-
de tono áspero7~ previno al primero "tuvie-
" formaciones, notificaciones, escritos, pa-
" ra muy gran cuidado de favorecer é ayu-
" labras, enfados y otros frutos de la dis-
" d a r é honrar á los dichos religiosos, como
" cordia que traían entre sí."—Comenzaba
" a p e r s o n a s (decía otra cédula posterior)

73 Remesal, ubi supra,


.»Yense en Remesa!, l i b , X , cap. 2,
*

también la viva y prolongada guerra, que


entre fines de Junio y principios de Julio
todavía no acaba, entre el clero secular y
de 1545. Aquella carta, publicada por el
el regular, invadiendo el uno las doctri-
ilustre Quintana 75 es un documento precio-
nas para crear curatos y defendiéndolas el
sísimo para mi intento por las revelaciones
otro para mantener sus misiones.—El obis-
que contiene. Su objeto era dar noticia al Em-
po Marroquín era clérigo.
perador de la visita que había hecho en esa
El V. Casas había emprendido su marcha
parte de su obispado, y lo desempeñó apo-
á Graeias-á-Dios por Tuzulutlán, distrito cando cuanto allí había, hasta alterar la ver-
perteneciente al obispado de Guatemala, dad histórica. ' 6 —El siguiente pasaje nos
donde había presentado la prueba práctica descubre el pensamiento, los afectos y el es-
de la teoría proclamada en su famoso tra- píritu de aquel prelado: "la tierra, decía, es
tado Be único vocationis modo • conviene á " la más fragosa que hay acá; no es para que
saber, de la pacificación y civilización de " pueblen Españoles en ella, por ser tan fra-
los Indios por el solo efecto de la predica- " gosa y pobre, y los Españoles no se con-
ción del Evangelio, sin auxilio alguno de " tentan con poco Hay en toda ella seis
la fuerza armada, antes bien con su total " ó siete pueblos que sean algo. Digo todo
exclusión. La invencible fe y perseverancia " esto porque sé que el obispo de Chiapa y
de Fray Bartolomé lo había alcanzado, de- " los religiosos han de escribir milagros, y
jando allí escritos su memoria y su triunfo
con el hermoso y significativo nombre de 75 Apéndice á la Vida de Fray B. de las Casas,
número 11.
Vera-Paz, que dió á aquel territorio y auu Asienta en términos explícitos que ese territo-
conserva. Quiso visitar de paso ese precio- rio fué conquistado y poblado por los Españoles, que
voluntariamente lo abandonaron por correr tras las
so y caro fruto de sus afanes. Por las noti- riquezas del Perú; mas Herrera (Déc. IV, lib. 10,
cias de Remesal" y por las de uua carta del cap. 13), Juarros [Trat. I, cap. 3] y los otros histo-
riadores lo contradicen, conservando la uniforme
obispo Marroquín podemos fijar esta visita tradición de que en la época " s e le llamó tierra de
guerra, porque nunca la entraron con armas." El
primero se extiende en la etimología del nombre
Vera-Paz.
74 Lib. VII, cap. 4.
" no hay más destos que aquí d i g o : están-
y Fray Toribio cantaban al unisón, estando
"do yo para salir llegó Fray Bartolomé<>
ambos perfectamente de acuerdo en rebajar
" V . M. favorezca á los religiosos y los ani-
el mérito é importancia de las obras del de
" me que para ellos es muy buena tierra,
Chiapas: se ve también cómo las rivalida-
" 1 u e e s tán seguros de Españoles y no hay
des y competencias asomaban entre ambos
" 1wien ¡es vaya d la mano, y podrán andar
prelados con motivo de la jurisdicción so-
"y mandar á su placer. Y o los visitaré y
bre las misiones de la Vera-Paz, y ya se
" animaré en todo lo que y o pudiere: aun-
verá igualmente cómo, tres renglones des-
" ( i u e F r a y Bartolomé dice que á él le con-
pués, el mal humor del obispo de Guatema-
" viene, y o le d i j e que mucho en hora bue-
la se disparaba contra su colega, tan irrita-
" n a : y o s é que él lia de escribir invenciones
do como cualquiera otro de sus más impla-
" é imaginaciones, que ni él las entiende, ni
cables enemigos. Sin embargo, parece que
„ las entenderá en mi conciencia & c . " Se
en la corte se conocían bastantemente bien
ve claramente que el obispo de Guatemala
estas pobres pasiones que agitaban la na-
ciente Iglesia de América y que previsora
110 d »<io que el P. Motolinía se refería á es- y recta hacía imparcial justicia, infligiendo,
ear?á S L e l o t e Í O n 8 1 1 0 6 8 0 8 e n * P > « J e de «
ca ta [pag 2o!)] que se me permitirá trasladar aquí
auuque con suma templanza y delicadeza,
WS ( W a C r g r a e i , e i a : "entonces, decia fu" paternas correcciones á los extraviados.
del c u a í nUá h v 1 ! 1 0 q " e á n d e l a Ver ¿paz, Tal me parece la que se dirigió al obispo de
eente infinlfn h \ d \ e . h o c l u e s Grandísima c o s f l y d
gente infinita: esta tierra es cerca de Guatemala é Guatemala en la cédula con que se contestó
yo he andado visitando y ensenando poi all v líe
gue muy cerca, p 0 1 . q u e e s t a 1 j a dos jornadas ¿ella á su carta: " h e holgado, decía el soberano,
del fruto que en ella decís han hecho los
Y 7 m í J r & T t e S < U T d e 1 0 q u e a l l á t a n dicho
f w V i / M o , i e s i e » o hay en México que dotrina " religiosos de la orden de Santo Domingo
" que allí residen. Y el trabajo que vos to-
vo'vT u í f >Um iesií!jú ^ obispo de Gua-
que otra L S F J * ' 2 " F T" P ° C 0 S * UILATES « M E N ° S " mastes en ir á aquella provincia y lo que
revehn of-vñ . ® i a s d c Fray Toribio quizá nos " en ella hiciste os tengo en servicio; pues
énoca el dp 1 + ° d e g l ' a v e s desavenencias en esa
" la estada de los dichos religiosos es de
nKelStSSs 6 611 e l t e n ' Í t 0 r Í ° delasd -tó"
Ramírez-12
" tanto provecho en aquella provincia, yo dura para evitar que se empleara á los lu-
" os ruego los animéis y favorezcáis para dios como bestias de carga: 3 0 que se
" que continúen lo que han comenzado y mandara salir á los Españoles y á sus fa-
" traigan de paz toda aquella provincia milias avecindados en los pueblos de aque-
" etc."78 llos : 4 o la obligación del servicio perso-
A fines de este año de 1545 se encontraron nal forzado: 5 0 que se prohibiera á los
en Gracias-á-Dios los dos prelados mencio- Españoles establecer labranzas cerca de los
nados y el de Nicaragua, c o n el motivo os- pueblos de los Indios: 6 0 que se prohi-
tensible de consagrar un o b i s p o ; mas la biera residir en ellos á los calpixques ó re-
reunión no era casual: habíanla concertado caudadores de tributos. Los otros capítu-
en aquel lugar, que era el asiento del go- los versaban sobre la enmienda de algunos
bierno, con el objeto de promover lo con- abusos privados y castigo de culpables, ta-
veniente para aliviar la infeliz condición les como los alcaldes de Ciudad-Real que
de los Indios. Cada uno presentó á la Au- protegieron la fuga del deán, provocando
diencia sus peticiones,—"que he visto, di- el tumulto de que dimos noticia. 79
" ce Remesal, y por no hacer un largo ca- Los obispos habían concluido el negocio
" tálogo de inhumanidades c injusticias no que aparentemente los llevó á Gracias-á-
" se trasladan aquí: sólo basta decir, que Dios, aguardando la resolución de la Au-
" respecto de las peticiones la de rae- diencia sobre sus peticiones; pero ésta se
" nos delitos personales era la que presen- manifestaba tan remisa y aun poco dispues-
" tó nuestro D. Fray Bartolomé."—Ésta ta á obsequiarlas, que nada podían avanzar
contenía nueve capítulos, siendo los princi- su perseverancia y continuas gestiones. No
pales 1 ° que se reformara la tasación de se desalentó por ello el de Chiapas, antes
los tributos de su obispado, por exorbitan- bien se manifestó más perseverante, como
te : 2 c que se abrieran caminos de herra-

79 Pág. L X X .
Remesal, lib. VII. cap. 4,
queriendo luchar de constancia con la es- dado una respuesta que pudiera parecer al-
tudiada y aun interesada inercia de las au- gún tanto punzante, sino en la vez que to-
toridades. El resultado fué cual debía es- cando un último y heroico medio para ven-
perarse. Los oidores rompieron aún las ba- cer la culpable apatía de la Audiencia "se
rreras que oponían el decoro y el bien pa- " le presentó en acuerdo público y en pre-
recer, á punto de que habiendo entrado una " seneia de los oficiales y otras muchas per-
vez el venerable prelado á la sala de acuer- " sonas que allí estaban, requirió al presi-
dos para agitar el despacho de sus memo- " dente y oidores de parte de Dios y de San
riales,—"con sólo verle daban voces desde " Pedro y San Pablo y del Sumo Pontífice,
" los estrados el presidente y oidores (gri- " que le desagraviasen su Iglesia y sacasen
" tando) Echad de ahí á ese loco. Y una vez " sus ovejas de la tiranía en que estaban:
" sobre cierta réplica que hizo para no salir " que diesen orden como los Españoles no
" de la sala, dijo el presidente, mandando " impidiesen la predicación del Evangelio,
" que con violencia le echara della: Estos • " y que le dejasen libre su jurisdicción pa-
" cocinerillos en sacándolos del convento, no ""ra poder gozar della. Y la respuesta que
" hay quien se pueda averiguar con ellos. Ha- " sacó de su requerimiento, de boca del pre-
" bló número plural, observa el cronista, " sidente, fué en sus formales palabras: —
" para incluir al obispo de Nicaragua, que " Sois un bellaco, mal hombre, mal fraile,
" también importunaba á la Audiencia por " mal obispo, desvergonzado, y mereciais ser
" el remedio de los males de su provincia.'' 8 0 " castigado."—Esta insolente reprimenda
A los ultrajes y desprecios que por todas habría excitado la ira en el más humilde y
partes encontraba, solamente oponía Fray , sufrido cartujo, y más cuando se dirigía á
Bartolomé una resignación y sufrimiento un prelado y en p ú b l i c o ; pero él, revistién-
imperturbables, no sabiéndose que haya dose tan sólo de la dignidad que el caso re-
quería,—"poniéndose la mano en el pecho,
" algo inclinada la cabeza y los ojos en el
80 Remesal, lib. V I I , cap. 5, que copia el Memo-
° presidente, no respondió otra cosa q u e :
rial del obispo.
|\
r
" — l o lo merezco muy bien todo eso que V. La noticia de éstas había causado gran-
" S. dice, Señor Licenciado Alonso Maldona- dísimas alarmas en Guatemala y Chiapas,
" do. - Y dijo esto el obispo por lo mucho » exacerbando por consiguiente las disputas
" que había trabajado para que le hiciesen y desavenencias entre los miembros de las
'' presidente de aquella Audiencia, abonan- dos órdenes religiosas que las habían pro-
" do y calificando su persona, y dando no- vocado y mantenían, con sus opuestas doc-
" ticia de sus buenas partes, para que sa- trinas. Han debido llegar á un 'alto gra-
l i e s e nombrado en las Nuevas Leyes."9' do, ó bien colmar la medida, algo escasa,
Mientras así y tan mal despachado en sus según parece, del sufrimiento del Padre
pretensiones se encontraba el obispo en Motolinía, supuesta la intempestiva y vio-
Gracias-á-Dios, las cosas iban de mal en lenta resolución que tomó y llevó al cabo.
peor en su diócesi. El provisor y gober- Quiuce meses hacía solamente que había si-
nador de la mitra, ajustándose á las estre- do electo Custodio de aquella nueva funda-
chas órdenes é instrucciones que le había ción, compuesta ya de treinta y un religio-
dejado su prelado, rehusaba los sacramen- sos, cuando reunió una congregación cus-
tos á los que resistían dar libertad á sus todial, haciendo ante ella renuncia de su
Indios esclavos. Los amos suscitaban con encargo, y manifestando la resolución in-
tal motivo continuos alborotos, amenazan- flexible de volverse á México. Nada fué
do y hostilizando al provisor, único que bastante á disuadirlo; ni los ruegos de sus
tenía la facultad de absolver á tales perso- hermanos, ni los empeños de la ciudad. Si
nas. El obispo volvió entonces nuevamen- nos atenemos al cronista de aquella provin-
te á la carga, y sin intimidarse con las ame- cia, parece que en tal determinación influ-
nazas, ni retraerse con los desaires de la r* yeron bastante los nuevos desabrimientos
Audiencia, urgió con m a y o r empeño por suscitados entre dominicos y franciscanos
una resolución sobre sus pretensiones. con motivo de la disputa filológica que
enunciamos en otra parte, sobre la palabra
propia con que debía mencionarse el nom-
81 Remesal, lib. VII, eap. 6.
bre de Dios. Según el mismo cronista, 82 do escribió el Padre Vázquez. Como su
los franciscanos, deseosos de prevenirla, texto descubre suficientemente los senti.
aun adoptaron la precaución de hacer cen- mientos penosos que dirigían la pluma del
surar y aprobar por un dominico distingui- autor, y solamente se encuentra en la Cró-
do, el Catecismo que escribió en lengua de nica Franciscana de Guatemala, libro no
Guatemala Fray Pedro de Betanzos, impri- muy común, le damos aquí lugar. Dice así:
miéndolo además bajo la protección de su " M u y magníficos y devotísimos seño-
o b i s p o ; " para cerrar ladridos de gente sin " r e s : - L a paz del muy alto Señor Dios
" r a z ó n ; " sin embargo, añade el mismo " nuestro sea siempre con sus santas áni-
cronista, " n o le bastó al religioso padre " mas, amén.—Lo que Vuesas Mercedes me
" e s t a humilde resignación, ni al Illmo. "demandan, y o lo quisiera tanto como el
" Sr. obispo su política atención, para ex- " q u e mas; pero sepan Vuesas Mercedes
" cusar el fuego que de algunas centellas " que há muchos días que Fray Luis é otros
" en materias opinables, sopló la malicia " frailes de los que conmigo vinieron, su-
" y fomentó el demonio. Apúntalas el Y . " pieron que en lo de Yucatán hay mucha
" Padre Fray Toribio en carta escrita á la " gente y muy necesitada de doctrina, y co-
" muy noble ciudad de Guatemala, respon- " mo acá vieron que en esto de Guatemala
' ' diendo á los amorosos cargos que le ha " hay muchos ministros, y todos los más
" cían aquellos nobles y devotos caballeros, " de los naturales están enseñados y bapti-
" sintiendo su vuelta á M é x i c o . " 8 3 La car- z a d o s — é solo los padres dominicos han di-
ta de que aquí se habla es la de despedida " cho algunas reces que ellos bastan para
que dirigió al ayuntamiento, y cuyo origi- "esta gobernación, y aun que tomarán so-
nal aun se conservaba en su archivo cuan- " bre su conciencia de enseñar á los natura-
" les. Vistas estas cosas, Fray Luis de Vi-
" llalpando y otros me pidieron muchas ve-
82 Vázquez, Crónica de Guatemala, lib. I, cap. 20,
" ees licencia para ir á Yucatán é y o no se
con las noticias que da Beristain (Bidlioteea His-
pano-Americana), en el art. Betanzos, Fray Pedro. " la dando, procuráronla del que á mí me
83 P. Vázquez, eit. lib. I, cap. 20.

Ramírez.—13

'ir '' •
" envió, que es nuestro superior. E sepan El tono de esta carta revela suficiente-
" Vuesas Mercedes que yo siempre lie pro- mente toda la intensidad del sentimiento
" curado lo que conviene á Guatemala y á que la dictaba, siendo, en contraposición
" su obispado, y he detenido lo que he podido. de la que más adelante extractaremos, tan
" Y esta voluntad sepan Vuesas Mercedes notable por lo que calla, como la otra lo es
" que la lie tenido y tengo para servir á por lo que habla. Pero la disposición de
" Dios y á Sus Mercedes en esta tierra. Y espíritu del autor en esos momentos, y la
" e s t o baste para por carta, que despues á verdadera medida de sus afectos, las com-
" los que más particularmente quisieren sa- prenderemos por los que expresaba mucho
" b e r porqué algunos frailes van á Yucatán y tiempo después de los acontecimientos.-
" otros son vueltos á México yo lo diré. La cuando el tiempo, la edad y la distancia ha-
" gracia del Espíritu Santo more siempre brían debido producir su natural e f e c t o ; el
" e n el ánima de Vuesas Mercedes, amen. olvido ó la templanza; tanto más de espe-
"De Xucbtepet x x i de Octubre año de rarse, cuanto que separado el V. Casas de
" MDXXXXV. (1545.) su obispado, por renuncia que hizo de la
mitra, y encerrado en el convento de San
"Pobre y menor siervo de Vmds.
MOTOLINÍA
Gregorio de Valladolid, hacía una vida re-
FRAY TORIBIO." 34 tirada, enteramente consagrado á ejercicios
En el sobrescrito: de piedad y devoción, no tomando en los
" A los Muy Magníficos y devotísimos negocios de América otro participio que el
" Señores, los Señores del Cabildo y Regi- que le daban el gobierno con sus consul-
" miento de la Ciudad de Guatemala." tas, ó los encargos que se le hacían de aquí
para promover algunas medidas favorables
8-i El P . Vázquez [Crón. eit., lib. III, cap. 3 5 ] e x -
á los Indios.—Pues bien: entonces era
pliea esta singular forma de la suserición de Fray
Toribio, diciendo que por mostrar " l a estimación cuando el Padre Motolinía escribía la tre-
que liacia de la santa pobreza tomó el apellido Mo- menda filípica que forma parte de esta c o -
tolinía, que n o sólo abrazó, sino que la puso sobre su
cabeza, firmando en dos rengloneitos," dispuestos lección con el carácter de Carta al Empera-
como aquí se v e n .

m
dor, y que, como antes observaba, nos per-
mite conjeturar cuáles fueran la acerbidad judicial, que de dejarlo suelto, dice, sería
é intensidad de sus sentimientos contra D. capaz de meter la discordia y el desorden
Fray Bartolomé diez años antes, en el calor aun en la misma Roma. 8 3 Ultimamente, in-
dignado y como atemorizado de sus accio-
é irritación de los sucesos. Allí, echando
nes y aun más todavía "de las injurias, des-
una ojeada sobre la vida entera de su ad-
honras y vituperios" que lanzaba [contra
versario, y como queriendo formar un epí-
los Españoles y "del pecado que cometía"
logo de sus obras, de sus calidades y hasta
difamándolos, lo tacha de orgulloso, so-
de sus sentimientos íntimos, lo califica de
berbio y poco caritativo, 8 9 dirigiendo al
ignorante v a n i d o s o ; 8 3 llámalo difamador
cielo un ferviente voto por q u e / ' D i o s le li-
atrevido, mal obispo, 86 mal fraile, inquie-
bre de quien tal ósa d e c i r . " 90 Este, repito,
to y callejero, 8 7 diablo tentador que debe-
no es más que un árido y breve resumen
ría ser encerrado en un convento para que
de lo que el Padre Motolinía sentía diez
llorara sus culpas, considerándolo tan per- años después de sus contiendas con el Sr.
Casas, según puede verse de la lectura en-
tera de su famosa carta. ¡ Qué sentiría en
83 " . , . . por cierto, p a r a con unos poquillos cáno-
nes quel de las Casas oyó, él se atreve á mucho, y su época! X o se puede, por consiguien-
muy grande parece su desorden y poca su humildad te, tomarlo como juez imparcial de los ac-
[pág. 2 5 7 ] . "
85 El censor aun a b u s ó de la Santa Escritura, pa- tos de su antagonista. El obispo de Guate-
ra aplicarle el tremendo pasaje de San Juan: fugit
quid mercenarius est, etc., [pág. 264.]
88 '•' estas cosas (las obras del obispo) es clara
" Y o me maravillo cómo V. H . ha podido su-
frir á 1111 hombre t a n pesado, inquieto ó importu- tentación de nuestro adversario y Y . M. le de-
no i bullicioso i pleitista en hábito de religión, tan bía mandar encerrar en un monesterio, porque no
desasosegado, tan malcriado, i tan injuriador i per- sea cabsa de mayores males; que si n o , tengo te-
judicial, y tan sin r e p o s o etc. (pág. 2 5 7 . ) . . . . a c á mor que lia de ir á Koma, y será cabsa de turbación
apenas tuvo cosa de religión (pág. 258), ni deprendió en la corte romana [pág. 2 6 1 . ] "
89 " á más de la poca caridad y ménos piedad
lengua de Indios, ni se humillo, ni aplicó á les ense-
ñar |pág. 2 6 0 . ] — e s t u v o en esta tierra obra de que en sus palabras y escripturas tiene fuera mu-
siete años, y fué como d i c e n que llevó cinco de ca- cha razón que se templara y hablara con alguna co-
lle [pág, 2 7 3 . ] " lor de humildad [pág. 268.]
9° Pág. 274.
mala, con quien tampoco llevaba su colega
' ' daron que atento que el R. señor el Padre
la mejor armonía, no era ciertamente mas
" Fray Toribio, comisario, hace en la tierra
que el eco do los sentimientos del Padre
" tanta falta en los naturales destas partes,
Motolinía, cuyas ideas reproducía casi con
" y ques tanta la falta que al presente hay
las mismas palabras. Una muestra flagran-
'•' de su persona á causa de su ausencia; se
te de ella nos da su carta al Empera-
" escriba al P. Comisario general de Méxi-
dor, 91 citada]en otra parte, donde,^con re-
" co, é al Sr. obispo de allí lo e n v i e . " 9 2 —
ferencia á Don Fray Bartolomé y su mi-
Una demostración de este género era evi-
sión de Verapaz, le decía:—"todo su edificio
dentemente sincera, y probaba la estima-
" y fundamento va fabricado sobre Mpocre-
ción que se hacía de la persona; mas tam-
"sía y avaricia, y así lo mostró luego que le
bién podía tener en ella mucha parte la
" fué dada la mitra: rebosó la vanagloria, co"
política y la pasión, pues frecuentemente
" rao si nunca hubiera sido fraile, y como
vernos que se ensalza y se eleva á una per-
" s i los negocios que ha traído entre la ma-
sona, menos por su propio merecimiento,
" nos no pidieran más humildad y santidad
que por mortificar y abajar á otra que se le
" p a r a confirmar el celo que había mostra-
opone como rival. Esta reflexión es una
" d o . " — S e ve, pues, que ambos cantaban
inspiración de los propios sucesos y de la
al unisón.
circunstancia casual de ser la época de ese
No se sabe de una manera precisa la fe- acuerdo municipal la misma en que Don
cha en que el Padre Motolinía salió de Gua- Fray Bartolomé volvía de Gracias-á-Dios
temala ; mas debió ser probablemente á fi- á su obispado, precedido de noticias que á
nes de aquel mismo mes de Octubre, puesto todos ponían en alarma.
que el 4 de Diciembre ya lamentaba su fal- En efecto, este prelado había urgido y
ta el Ayuntamiemto. " E s t e d í a , dice elac- urgía con tal perseverancia por una reso-
" ta, los dichos señores proveyeron y man- lución definitiva y precisa sobre las peti-

91 Quintana, uhiswp., Apénd. número 11. 92 Vázquez, Crón. eit., lib. I, cap. 20.
ciones pendientes, que hostigados el pre- cuela de su catedral, Juan de Perera, arras-
sidente y oidores, - « y por verse libres de trado por el torrente de la corrupción
•'tan continua y molesta importunación, le general, se sublevó contra su prelado, y
"concedieron al fin un oidor que fuese á prestándose á ser instrumento de los que
Chiapa y ejecutase las Nuevas Leyes en vinculaban su fortuna en la esclavitud y
" t0(l° aquello que era bien y provechoso opresión de los Indios, le escribió una des-
" de la naturaleza."—La noticia de esta de- templada carta para amedrentarlo y retraer-
terminación, con la de la vuelta del obispo, lo de su empeño.—"El más honroso epíte-
causó en Chiapas y aun en Guatemala, una " to (que en ella le daba) era llamarle trai-
alarma y espanto mayores que los que ha- " dor, enemigo de la patria y de los cris-
bría causado la sublevación de una provin- " tianos que allí vivían, favorecedor de
cia, ó la invasión de un ejército. Un regi- " Indios idólatras, bestiales, pecadores y
dor de Ciudad-Real, accidentalmente en " abominables delante de Dios y de los
Guatemala, decía en carta á un amigo su- " hombres. Y una de las cláusulas postre-
y o : — " E l obispo vuelve á esa tierra para " ras de la carta e r a : — V o t o á San Pedro
acabar de destruir esa pobre ciudad, y " que os he de aguardar en un camino con
" l l e v a un oidor que tase de nuevo la tie- " gente que tengo apercibida aquí en Gua-
" rra." 9 3 En otra parte se leía: " d e z i m o s " témala, y prenderos y llevaros maniatado
" por acá que m u y grandes deben ser los " al Peni, y entregaros á Gonzalo Pizarro
" p e c a d o s de esa tierra, cuando la casti- " y á su maestro de campo para que ellos
" g a Dios con un azote tan grande como " os quiten la vida, como á tan mal hom-
" bre, que sois la causa de tantas muertes
" e n v i a r á ese A n t i - C r i s t o por obispo.
" y desastres como allá hay. Y á ese bigar-
' ' Nunca le nombraban por su n o m b r e ; aña-
" do de Fray Vicente (el compañero del
" d e e l cronista, s i n o ese diablo que os ha
" obispo) yo le voto á tal que en cogiéndo-
"venido por obispo." « — A u n el maestres-
" le le tengo de llevar como Indio delante
as Remesal, lib. V I I , cap. 6. " de mí, cargado del lío de su hato á cues-
54 El mismo, allí, cap. 16.
" tas & c . " 9 3 ¡ Vaya un m a e s t r e s c u e l a ! . . . . de Diciembre (1545) para protestar é im-
—La prevaricación de este sacerdote fué el pedir el efecto de las provisiones que se de-
golpe más rudo y doloroso que recibió el cían arrancadas á la corona y á la Audien-
santo obispo, menos por su propia injuria, cia "con falsas relaciones;" y convocado el
que por el fomento que daba á la desmora- pueblo al toque de la campana mayor, se
lización, siempre creciente,"y por lo que de- resolvió no darles cumplimiento, no reco-
bilitaba su autoridad, alentando el cisma nocer la autoridad del obispo, si pretendía
que ya asomaba. Sin embargo, imitando á obtenerlo, y ocuparle las temporalidades,
San Esteban, que oraba por sus verdugos, con otras varias de aquellas medidas que
pidió á Dios un rayo de luz para aquel sa- aconseja el interés sobresaltado, y más
cerdote extraviado, y no mucho tiempo des- cuando es espoleado por el espíritu de fac-
pués tuvo el con suelojie ver que su oración ción. Para más imponer al pueblo, y qui-
había sido escuchada, convirtiéndose el ene- zá para contenerlo en la obediencia se to-
migo en el más robusto apoyo y en el más maron todas las otras precauciones que
fervoroso propagador de la doctrina del pre- tomaría una plaza en riesgo de ser asalta-
lado.—Este, sin dejarse intimidar, empren- da. La ciudad se puso en armas, y sus ca-
dió su viaje de retorno á Chiapas para au- minos se cubrieron de atalayas á larga dis-
xiliar, ó mejor dicho para abreviar y diri- tancia, "apercibiendo mallas, petos, cora-
gir la nueva tasación de tributos que debía " zas, coseletes, arcabuces, lanzas, espadas
hacer el oidor nombrado al efecto.
" y gran ^cantidad de J u d í o s flecheros
Apenas se supo en Ciudad-Real la sali- " todo contra un obispo ó pobre fraile, só-
da del obispo, cuando comenzó la alarma " lo, á pié, con un báculo en la mano y un
poniéndose todo en movimiento,"cuaPsi el " breviario en la c i n t a . " 9 6
enemigo estuviera ya á las puertas de la Mientras así se preparaban en Ciudad-
ciudad. El ayuntamiento se reunió el 15

95 Remesal, cap, 6, cit. 95 Remesal, ibiíl., cap. 7.


Real para recibir á su pastor espiritual, és- " ofreciéndole "sus sacrificios y oraciones,
te tomaba un l i g e r o descanso en Copana- " le dejaron i r . "
huaztla, disponiendo con los religiosos allí El V. obispo caminó toda la noche á pie y
refugiados los m e d i o s de aquietar los áni- agobiado bajo el grave peso de sus cuidados,
mos y de continuar su apostólica misión. de sus enfei'inedades y de sus setenta y un
Los padres que sabían lo que pasaba" y que años cumplidos, sin preocuparse de su futu-
temían por su vida, hicieron cuanto estaba ro destino. En esa noche hubo un fuerte te-
en su poder para disuadirlo del viaje, po- rremoto que duró " l o que basta á'rezar tres
niéndole por delante los ingentes peligros " veces el] salmo del Miserere mei," y que
obrando singularmente en ]el¡ espíritu ^su-
que le amenazaban; y á fin de aumentar-
persticioso de la época, infundió muy extra-
le los obstáculos, mandaron retroceder su
ños terrores. Debiendo considerarlo más
equipaje que habían adelantado. Todo fué
bien como una muestra del enojo divino por
inútil: el obispo sacando nuevos'alientos
su obstinada ceguedad, sólo vieron en él una
de los riesgos y de las contrariedades que
confirmación de sus interesadas y codiciosas
se le oponían, "determinó irse derecho á la
aprehensiones: "No es posible, decían, sino
" ciudadj y entrarse en ella sin miedo ni
" que el obispo entra, y aquellos perros Indios
" turbación • a l g u n a : porque, decía, si yo
" (los espías) no nos han avisado; que este
" no voy á Ciudad-Redi, quedo desterrado de
" temblor pronóstico es de la destrucción que ha
"mi Iglesia,'if y o~ mismo soy quien volunta- " de venir por esta ciudad con su venida.''97
" riamente me alejo, pudiéndoseme decir con — X o se engañaban en la principal de sus
" mucha razón, h u y e el malo sin que nadie conjeturas, porque el ^obispo tropezó con
" le persiga: y levantándose de la silla con los espías quienes en vez de dar el grito de
" una resolución'grandísima, cogiendo las alarma, se arrojaron á sus pies implorando
" faldas del escapulario comenzó á caminar. con lágrimas 'perdón por la culpa que ha-
" Lloraban ]con é l l o s ' r e l i g i o s o s : el obispo
" se "enternecía c o n ellos,"eonsolábalos'con
" su ánimo "y "confianza en Dios, y ellos 97 Kemesal, lib. VII, cap. 8.
bían cometido aceptando aquel encargo.— " ficado de allí adelante." 93 Un rasgo opor-
El piadoso obispo los consoló, y previendo tuno de energía produce" siempre sus efec-
que pudiera acusárseles de connivencia y tos, y los que pocas horas antes amenaza-
por tal motivo fueran cruelmente castiga- ban acabar con el obispo, se presentaron si
dos, discurrió amarrarlos, cual si los hubie- no arrepentidos, á lo menos bastantemente
ra cogido de sorpresa, operación que practi- sumisos y respetuosos. Sin embargo, fir-
có por sí mismo con ayuda de Fray Viceute, mes en su tema, le hicieron notificar por
su inseparable compañero, llevándoselos medio del escribano de cabildo el requeri-
tras sí como sus prisioneros. A l amanecer miento 'que tenían preparado, como condi-
del día siguiente entró en la ciudad sin que ciónale su obediencia, reducido sustancial -
nadie lo sintiera, y como ni pretendía ocul- mente á exigir "que los tratase como cris-
tar su llegada, ni tenía alojamiento en que " tianos, mandándolos absolver, y que no
posar, se fué derecho á la iglesia donde " intentase cosa nueva en orden á quitadles
el sacristán le informó del mal espíritu que " los esclavos, ni á tasar la t i e r r a ; " en su-
dominaba en la ciudad. El indomable pre- ma, que no sólo sancionase, sino que santi-
lado, sin arredrarse ni desalentarse, aguar- ficase los abusos lavándolos con la absolu-
ción sacramental. El obispo sin acceder á
dó la hora ordinaria de despertar, y en
ninguna de sus pretensiones, les habló con
ella mandó notificar su llegada al ayunta-
tanta caridad y unción, que logró desar-
miento, con la prevención de presentarse
marlos y aun infundirles respeto. Reti-
en la iglesia á escuchar su plática.
rábase ya á la sacristía, cuando lo detuvo
Imposible sería describir la sorpresa y el
el secretario del cabildo, anunciándole con
espanto que tal nueva esparció en los gran-
mucha cortesía "que traía una petición de
des de la ciudad,—"y todos se confirmaban
" la ciudad en que le suplicaba le señalase
" en que fué profeta verdadero el que dijo
" confesores que los absolviesen y tratasen co-
" que el temblor ( d e la noche precedente)
" lo pronosticaba, y el adivino quedó cali-
s® Remesa!, ib id..
" mo cristianos." El prelado accedió en el
"Comenzaba á desayunarse con un mendru-
acto, designando al canónigo Perer y á los
" go de pan para tomar un trago de vino, y
religiosos dominicos; "pero respondieron
" apenas lo había mezclado, cuando toda la
" todos que no querían aquellos confesores
" ciudad puesta en armas entra por el con-
" que eran de su parcialidad, sino confeso- " vento, y los más osados por la celda del
" res que les guardasen sus haciendas. Yo " obispo, que viéndose cercado de tantas
" los daré como me lo pedís, respondió y „ espadas y estoques desnudos, tantas rodé-'
" señaló entonces á un clérigo de Guatema- " las y montantes se turbó en extremo, juz-
" la y á un padre mercedario, entrambos " gando era llegada su última h o r a . " 100 El
" sacerdotes cuerdos y celosos del bien de pretexto de tan grande y escandaloso alboro-
" íasVlmas."99 to era la amarradura de los Indios espías, que
El inseparable F r a y Vicente, que igno- el obispo había atado por los compasivos
raba las calidades de los escogidos, y que motivos de que se ha dado razón.—Los fe-
en la condescendencia del obispo creyó ver roces é implacables opresores la echaban
un acto de debilidad ó de temor, "tiróle de aquí de humanos, para encontrar culpas en
" la capa, diciéndole: no haga V . S. tal co- el único protector de aquellas víctimas de
" sa más que la m u e r t e ; " palabras que es- su avaricia. El tumulto ha debido ser tan
cuchadas por la multitud despertaron ino- grave y peligrosa, que el cronista de quien
pinadamente su furor, causando un tumulto tomo estas noticias se consideró precisado
tan violento, que p o r poco cuesta la vida al á combatir " c o m o calumnia manifiesta" una
consejero. Ibase ya aplacando, y el V . pre- antigua y muy popularizada tradición, que,
lado casi exánime por el cansancio, la fati- según decía echaba un borrón infamante so-
ga, el insomnio y aun por el hambre, se bre "la nobleza ilustre, la cristiandad, la
retiró á una celda del convento de la Mer- "caballerosidad, &c., &e.. de los vecinos
ced, para reparar sus fuerzas y su espíritu. " y fundadores de Ciudad-Real." Cuénta-

» Remesa!, uUsitj)., cap. 8. 100 El mismo.


se que éstos—"en las furias de sus cóle- que este acontecimiento hizo en su espíri-
" ras y pesadumbres con el Sr. Don Fray tu ; el único fruto cosechado de tantos afa-
" Bartolomé de las Casas, arremetieron á nes; las reflexiones que le inspiraron, y la
" la posada donde estaba, le sacaron della resolución definitiva á que le condujeron,
" con violencia y apedreándolo le echaron han sido breve y diestramente epilogados
"fuera de la ciudad." ""—La templanza, el por la pluma de Quintana, de quien el lec-
sufrimiento y más que todo, la indomable tor los oirá con más aprovechamiento y
energía del prelado, que no retrocedió, ni N placer.
aun teniendo la muerte á los ojos, conjura- A pesar, dice, del aspecto de serenidad
ron aquella embravecida borrasca, á térmi- y de paz que habían tomado las cosas, el
nos que "tres horas después era visitado de " obispo desde aquel dia fatal se propuso
" paz de casi todos los vecinos de la ciudad; " en su corazon renunciar á conducir un
" todos le pedían con mucha humildad per- " rebaño tan indócil y turbulento. Los mo-
" dón de lo h e c h o ; todos de rodillas le be " tivos fundamentales de la contradicción
" saban la mano confesando que eran sus " y del disgusto permanecían siempre en
" hijos y él su verdadero obispo y pastor.. " pi«, y no era posible destruirlos, pues ni
" ...y con procesión y fiesta le sacaron del " aquellos Españoles habían de renunciar
" convento y llevaron á las casas que esta- " á sus esclavos y granjerias ilícitas, ni él
" ban aderezadas para aposentarle." 102 Qui- " en conciencia se las podia consentir. Aña-
" diase á esta difícil situación el disgusto
zá había en efecto un arrepentimiento sin-
que recibía con las cartas que entonces le
cero ; ó quizá solamente se cambiaba de me-
" enviaban el virey y visitador de México,
dios, esperándose vencer con halagos y ob-
" diferentes obispos, y muchos religiosos
sequios al que se había mostrado invencible
" letrados, en que ásperamente le repren-
con el terror y con la fuerza. La impresión
d í a n su tesón, motejándole de terco y

101 Ib id.. cap. 15. " duro El odio, por tanto, que se ha-
,0= £ 1 mismo, cap. 8. " bia concitado por la singularidad de su
" conducta, era general, y según su mas " tan calificada, que no pudieron menos de
11 apasionado historiador, no habia en In- " a p l i c a r l e directamente remedio en la vi-
" dias quien quisiese oir su nombre, ni le " sita de Rogel. Deteníase este en empe-
" nombrase sino con m i l execraciones. T o - " zar á cumplir con su encargo y ejecutar
" do, pues, le impelia á abandonar un " sus provisiones. Notábalo el obispo, y
" puesto y un pais, donde su presencia, en <' apuraba cuantas razones habia en la jus-
" vez de ser remedio, no debia producir " ticia y medios en su persuasión, para
" naturalmente mas que escándalos. Ha- " animarle á que diese principio al reme-
" liándose en estos pensamientos, f u é 11a- " dio de tantos males como los Indios su-
" frian, poniendo en entera y absoluta ob-
" mado á México á asistir á una junta de
" servancia las Nuevas Leyes. A l princi-
" obispos que se trataba de reunir allí pa-
" pió el oidor escuchaba sus exhortaciones
" ra ventilar ciertas cuestiones respectivas
" con atención y respeto: mas al fin, ó cau-
" al estado y condicion de los Indios, y es-
" sado de ellas, ó viendo que era necesario
" to fué ya un motivo para que apresurase
" h a b l a r l e con franqueza, le contestó un
" sus disposiciones de ausentarse de Chia-
' ' dia en que le vió mas importuno: Bien
" p a ; en lo cual acabó de influir eficazmen-
" sabe V. S. que aunque estas nuevas leyes
" te la llegada del juez que se aguardaba
" y ordenanzas se hicieron en Valladolid con
" de Gracias-á-Dios, para la visita de la
" acuerdo de tan graves personajes, como V.
" provincia, prometida por la Audiencia de " 8. y yo vimos, una de las razones que las
" los Confines. " han hecho aborrecidas en las Indias, ha
" Era éste el licenciado Juan R o g e l , uno " sido haber V. 8. puesto la mano en ellas,
" de los ministros que la componían, y su " solicitando y ordenando algunas. Que como
" principal comision la de arreglar los tri- " los conquistadores tienen á V. 8. por tan
" butos de la tierra, á la sazón tan e x o r - " apasionado contra ellos, no entienden que
b i t a n t e s , que por m u y ajenos que estu- " lo que procura por los naturales es tanto
viesen los oidores d e dar asenso á las 11 por amor de los Indios, cuanto por el abo-

" quejas del obispo, esta fué tan notoria y

. lujjuiWiiani •• IIFI^"- .. y
• -
11 crecimiento de los Españoles, y con esta " las voluntades'no quedaban tan encona-
" sospecha, más sentirían tener á V. S. pre- 11 das como las desazones pasadas prome-
" sente cuando yo los despoje, que él perder " tian." 103 '
" los esclavos y haciendas. El visitador de
El licenciado Don Francisco Tello de
" México tiene llamado á V. 8. para esa Jun-
Sandoval, que era el visitador de quien ha-
11 ta de prelados que hace allí, y V. S. se an-
bla Quintana, había sido enviado por la
" da aviando para la jomada; y yo me hol-
corte con tal carácter y con el especiaren-
" gaña que abreviase con su despedida y la
cargo de promulgar y hacer cumplir las
" comenzase á hacer, porque hasta que V. S.
Nuevas Leyes. Aunque había llegado á Mé-
" esté ausente, no podré hacer nada-, que no
xico desde el 8 de Marzo de 1544, fueron
" quiero que digan que hago por respeto suyo
" aquello mismo á que estoy obligado por mi tantas y tan pujantes las resistencias que
" comision, pues por el mismo caso se echaría encontró, apoyadas hasta cierto punto pol-
11 á perder todo. la administración misma, que ni aun se
atrevió á publicarlas luego, difiriendo esta
11 Este lenguaje era duro, pero franco, y
formalidad hasta el día 28, para tomar las
" en cierto modo racional. El obispo se
precauciones convenientes. A pesar de ellas
" persuadió de ello, y abrevió los prepara-
la impresión que produjeron fué terrible:
" tivos de su viaje, que estuvieron ya con-
" hubo, dice Torquemada, 104 grandes altera-
" cluidos para principios de cuaresma de
" ciones y estuvo la tierra en términos de
" 1546, y salió al fin de Ciudad-Real al
" perderse; pero con la sagacidad y pru-
" año, con corta diferencia, que había en-
•' dencia de Don Antonio de Mendoza, to-
11 trado en el obispado. Acompañáronle en
" marón acuerdo él y el visitador y Audien-
" su salida los principales del pueblo, y al-
" cia de que no se ejecutasen algunas cosas
g u n a vez le visitaron en los pocos dias
" por entonces, sino que fuesen entrando
" que se detuvo en Cinacatlan para descan-
" sar y despedirse de sus amigos los reli-
">3 Quintana, Vidas, ubi siq>., pp. 401-4,
" giosos de Santo D o m i n g o : prueba de que L i b . V , cap. 13.
" en ellas poco á p o c o y que se consumiesen
" ciencia que en ella habia, para tratar y
"Ios esdavos que liabía, y cou buenos rne-
11 resolver las cuestiones y dificultades que
" d i o s se sobreseyesen las Leyes &c."—
" en tan grave materia, como el hacer á los
Con este favor que dispensaba el gobierno,
" Indios esclavos y tenerlos por súbditos y
los encomenderos y todos los que se sen-
" vasallos en los repartimientos y enco-
tían agraviados, apelaron de las Nuevas Le-
" miendas que los gobernadores habían he-
yes para ante el Emperador, y para dar
" cho, se ofrecían; para que si eran ó no
mayor eficacia á sus gestiones se dispuso
" eran lícitos los tales esclavos y las tales
enviarle una diputación compuesta de los
" encomiendas, se resolviera de una v e z . . .
superiores de las religiones de San Eran- 11 porque ( y esta observación del cronista
cisco, Santo D o m i n g o y San Agustín, de " es muy digna de atención) la mayor par-
regidores de la ciudad y procuradores de 1 '• te de los doctores y obispos tenían la afir-

los encomenderos, c o u el encargo de obte- " mativa desta opinion, como mas favora-
ner su revocación y la confirmación de las " bie á los seglares; y la menor, que era la
disposiciones antiguas que autorizaban el " orden de Santo Domingo, y en ella no to-
servicio forzado de l o s Indios. " dos, tenían la negativa, como mas llegada
Como al visitador había parecido pruden- " á la verdad y al bien de los Indios." 1 0 5
te y más útil á los intereses d é l a corona He aquí muy claro y perfectamente formu-
admitir ^ a p e l a c i o n e s interpuestas, se en- lado el punto de desacuerdo y controversia
contró paralizado en el punto principal de entre franciscanos y dominicos, y que, co-
su misión, mientras no recibiera nuevas mo observa uno de esta orden, había logra-
órdenes. La espera debía ser bien larga, do introducir no sólo la división, sino aun
así es que para aprovecharla determinó de- el cisma, porque religiosos de la misma
sempeñar otro artículo de sus instruccio- provincia y hasta del mismo convento opi-
nes, contraído á convocar " una junta de naban de diversa manera.
" todos los prelados d e la Nueva España y
" de todos los h o m b r e s de ciencia y de con- « s Remesa], lib. VII, cap. 13.
Si la discordancia de pareceres hubiera " das la ludias, atribuyendo su oposición á
quedado encerrada en el claustro, ó no ex- " soberbia y á estimarse él y los padres de
cediera los términos comunes de una con- " Chiapa en más, y tenerse por más acer-
troversia teológica, el mal hubiera podido " tados, ó sabios, que cuantos acá (en Mé-
sobrellevarse como otros muchos de su gé- " xico) había." 10(5 Así le preparaban el te-
nero ; pero afectando tantos y tan cuantio- rreno sus émulos y desafectos para desalen-
sos intereses materiales, la polémica se tarlo, acobardarlo y hacerlo fracasar en su
convirtió en negocio de estado, aparecien- filantrópica misión.
do en ella y en primer término la potestad El obispo de Chiapa estaba dotado cier-
civil, como uno de los principalas campeo- tamente de una energía y perseverancia
nes. El visitador t o m ó la parte que le to- que ofrecen muy raros ejemplos; pero de
caba, y lo hizo guiándose perfectamente estas virtudes á la terquedad y obstinación
por los intereses de la política; así, unien- que le atribuyen, hay una inmensa distan-
do su voz á las que censuraban al obispo cia, que desgraciadamente no comprenden
de Chiapa, había ya prejuzgado la cuestión, los caracteres suaves, contemporizadores,
escribiéndole "con mucha aspereza, notán- ó si se quiere, demasiado prudentes. El Sr.
" dolé de duro y terco, porfiado é impru- Casas se juzgaba bien asentado en el sen-
" dente en aferrarse tanto con su parecer, dero del deber, y por eso no cejaba; pero
" siendo úuico y solo en negarlos sacrameu- como se le decía tanto y se le censuraba de
" tos á los cristianos." Y como los paralo- todas partes y por toda clase de personas,
gismos y los argumentos que afectan la va- quiso conferenciar nuevamente sobre el
nidad ó amor propio son siempre los más asunto, para rectificar y consolidar su opi-
convenientes para la multitud, no dejó de nión, antes de presentarse en la junta ecle-
hacerse valer contra D o n Fray Bartolomé siástica de México, donde debía emitir un
" que levantaba nuevas opiniones, oponién- voto definitivo é irrevocable. A l intento, y
" ¿ose á los obispos, religiosos, maestros,
" letrados y hombres santos y doctos de to-
106 Remesal, ibid., cap, 15.
ya eii camino, reunió á todos los religiosos
" res y penitentes, abominando públicamen-
dominicos de la comarca, y después de muy " te los pecados de los unos y la ceguera
detenidas conferencias en la materia se de- " de los o t r o s . "
batió con libertad y con conciencia, "tonió- Natural era que la foma de estas predi-
" se la última resolución de lo que el obis- caciones, que según la cándida expresión
" po había de proponer y defender y con todas de Remesal escandalizaban este Nuevo Mun-
" susfuerzas procurar que se pusiese en eje- do, produjeron mayor excitación en la ciu-
" cucióu en la junta de México, acicalando las dad de México, como centro de mayores y
" razones que todos tenían para la doctrina más protegidos intereses. En efecto,dallá-
" que enseñaban, y que c o m o era opuesta á base ya á pocas jornadas de ella, y aun ha-
" todo el torrente común de las Indias, te- bía fijádose el día de su entrada, cuando
" nían por contrarios á seglares, clérigos, comenzaron á asomar los alborotos—"como
" religiosos y algunos o b i s p o s . " — C o n esta " si hubieran de ver un ejército de enemi-
determinación se despidió de su grey, para " gos, encendiéndoseles tanto la sangre en
ya no volver, acompañado de tres religio- " su odio y aborrecimiento, que temiendo
sos de su orden y de aquel canónigo de " el virey y visitador alguna alteración ó
quien ya liemos dado noticia que lo había " desgracia, le escribieron que se detuviese
renegado y colmado de ultrajes, y que aho- " hasta ellos le avisasen, que seria cuando
ra era su mejor amigo y más ferviente co- " entendiesen que la gente estaba algo des-
laborador. Sus últimas disposiciones fue- a p a s i o n a d a . " 107 Quizá se esperaba que
ron para repartir entre las iglesias y mo- tales prenuncios hicieran en el ánimo del
nasterios sus ornamentos, muebles, libros ilustre huésped el natural efecto de intimi-
y cuanto poseía, quedándose con lo encapi- darlo ó contenerlo, y quizá también se con-
llado. Su camino fué una predicación con- taba con ellos para lo que se preparaba;
mas teníanselas con un hombre que cual el
tinua con que asombraba á cuantos lo es-
cuchaban, por la novedad y rigidez de su
doctrina, que "condenaba á todos, confeso- Remesal, lito. VII, cap. 16.
gigante de la fábula, recobraba sus bríos al die pudiera equivocarse respecto de su doc-
tocar la tierra. Llegado el último día de trina y ulterior conducta.
espera hizo su entrada en México, y no á Reunidos los prelados, doctores y demás
oscuras, sino á las diez de la mañana, atra- personas convocadas para la celebración de
vesando por entre la muda y atónita multi- esta junta eclesiástica, procedió á ocuparse
tud, que lo vió pasar con respetuoso silen- de los asuntos de su misión. Cuáles fueran
cio. Fuése directamente á posar al conven- éstos no se sabe con entera certidumbre,
to de su orden, que en ese año ocupaba ya porque los historiadores, tan comunicati-
la misma localidad que hoy.—El virrey y vos sobre otras materias menos importan-
los oidores le enviaron la bienvenida en el tes, han pasado muy rápidamente sobre es-
mismo día; mas su sorpresa y estupor de- te suceso, limitándose á mencionarlo y á
bieron ser inexplicables al oír el mensaje decir que en esa reunión se resolvió la du-
que les devolvió el obispo en retorno de su da relativa á la administración del Sacra-
cortés saludo. "Envióles á decir que lo per- mento de la Eucaristía á los Indios. Reme-
" donasen que no los iría á visitar porque sal, 109 que tuvo á la vista un resumen de
" estaban descomulgados, por haber manda- sus debates, menciona alguuos de sus pun-
" do cortar la mano en la ciudad de An- tes, los cuales giran principalmente sobre
" t e q u e r a (Oajaca) á un clérigo de gra- la libertad de los indígenas y manera de
" dos." 1 0 8 Esta respuesta se hizo públi- catequizarlos; todo en el espíritu de la doc-
ca, causando "grandes inquietudes y alter- trina que sobre el particular defendía y
" c a d o s , " que, como se comprenderá, au- propalaba el obispo Casas. Natural era que
mentaban las pesadumbres y conflictos del con polémicas de tal carácter y en tales cir-
obi s p o ; mas c o n ella había afianzado su cunstancias "sudaran los de la junta mu-
bandera, no dejando ocasión para que na- " chas conclusiones, y que cada disputa su-
11 ya fuera como un día del juicio," según la

108 Remesal, lib. V I I , cap, 10, 109 ubi su}»-((.


expresión clel mismo cronista. En esas con- riese".—Los hombres de ideas fijas no com-
ferencias se ventiló también el gravísimo prenden las intermedias, y la exaltación del
punto relativo á la absolución de los enco- celo religioso rara vez transige con los in-
menderos, y añade que " l o s obispos, los pre- tereses de la política; así el obispo, suma-
" lados y demás letrados de la junta, des- mente descontento y desazonado con la~res-
" pues de largas disputas y tratados que tu- puesta del virrey trató de vencerla por uno
' ' vieron entre sí, hicieron como un formulario de aquellos medios que, no sin razón, le con-
" del modo que se habían de haber los confe- citaban tantas contradicciones ¡y enemista-
" sores en absolver los conquistadores, po- des. Aprovechando la ocasión de desempe-
" bladores, mercaderes, &e., que tnviesen ñar el pulpito de la Matriz en una festivi-
" escrúpulo de las haciendas que poseían." dad á que asistió el virrey, "acriminó aquel
No obstante estas resoluciones, y que con " mandato, amenazando al que lo había
ellas la doctrina del Sr. Casas obtenía una " puesto" con uno de tantos terribles ana-
solemne sanción, y su conciencia un gran- temas como se ven en Isaías. 110 Don Anto-
de a l i v i o , — " é l y Fray Luis Cáncer, su nio de Mendoza, que era el virrey, sintió to-
" compañero, tenían gran pena porque uno do el escozor de la reprimenda; mas obran-
" de los principales puntos, que era el clel do con aquella prudencia y cordura que
" modo de hacer los esclavos, no se habia distinguen el período de su administración,
" tratado y disputado y determinado como dió vado á la dificultad, manteniendo la
prohibición de tratar tales materias en la
" ellos quisieran, ni tomádose la resolu-
Junta Eclesiástica, y permitiendo al obis-
" cion que era justo Propúsola el £r.
po " q u e en el convento de Santo Domingo
" obispo muchas veces, y nunca se acaba-
" se hiciesen todas las juntas que qui-
b a de tratar de v e r a s ; y en cierta ocasión
" siese, y que allí se tratase no sólo el
" le dijo el v i r e y : que era razón de estado
" punto de los esclavos, sino todas las ma-
" no determinarse aquello, y que así no se
" terias que á él le pareciesen," of recien-
" cansase en proponerlo en la junta general-,
" ptrqne él había mandado que no se resol- 1,0 Remesal, ibkl,, cap. 17.
do ponerlas en conocimiento de la corte pa : de las resoluciones acordadas en esa mis-
ra su resolución. ma congregación de los obispos celebrada
Autorizado el obispo con este permiso, año de 1546. "2
" juntó, dice Remesal, á todos los que eran 1,2 El título de esta obra célebre del Venerable

" de la junta principal, excepto los Sres. Casas, es uno de los que presentan mayores incerti-
dumbres, ya por la originalidad de él, ya por el des-
" obispos, y por muchos días¿ en disputas cuido con que los antiguos trataban la parte biblio-
" públicas, trató la materia de los Indios es- gráfica.—Hé aquí sus variantes, en el orden crono-
lógico de las autoridades que han llegado á mi noti-
" clavos diéronse éstos por mal hechos, cia,— Dávila Padilla, que escribía á fines del siglo
' ' condenándose á sus amos por tiranos X V I su Historia de la fundación y discurso de la Pro-
vincia de Santiago de México, lo cita solamente [lib.
" obligándolos á ponerlos en libertad, sope- 1, cap. 98] por vía de mención, diciendo que escri-
r a de mal estado 111 De todo lo que en bió un libro " d o n d e se contenían unos avisos y re-
glas para los confesores que oyesen confesiones de
" e s t a juntase determinó se hicieron mu- los Españoles que son ó han sido en cargo á los In-
" dios traslados y se enviaron por todas las dios de las Indias del Mar Océano."—Remesal se
expresa poco más ó menos en idénticos términos.
Indias, principalmente por el distrito y "Escribió, dice, [lib. X , cap. 24] un Confesionario
que contiene doce r e g l a s ; " y cita como tal el que
" gobernación de la Audiencia de México,
copia en su Crónica, y del que doy particular noti-
" p a r a que así eclesiásticos como seglares cia,—En la primera edición [1629] del Epítome de
la Biblioteca Oriental y Occidental de León Pinelo,
" lo snpiesen y se gobernasen p o r e l l o . " — se menciona á la pág. 64 este opúsculo con el si-
Asegúrase, y el hecho parece cierto, que en guiente título, que desde luego revela haberse com-
puesto con vista de las noticias de Remesal: Confes-
estas juntas tuvo el obispo el placer y el sionario de doie reglas, para los confessores de Espa-
consuelo de ver aprobada la doctrina de su ñoUs que han sido en cargo á los Indios.— El maestro
Gil González Dávila en su Teatro Eclesiástico de la
famosa Instrucción á los Confesores, de que Santa Iglesia de Chiapa, cita, cual si describiera ob-
antes hemos hablado, aunque su texto, tal jetos que tenía á la vista, "Otro (cuaderno ó lega-
j o ) que tenía 32 hojas, con título de Confessiona-rio."
cual corre impreso en la edición de Sevilla, Perplejo Don Nicolás Antonio con estas variantes,
se redactó ciertamente con posterioridad, dudó (Bibliotheca Nova Hispan. Scrip. art. Bartlio-
lomceus de las Casas) si se trataba de dos obras di-
pues en la Regla 8 « se hace mérito de una versas, y así las citó, dando á la una el título Avi-
sos para los confesores de las Indias, el cual cierta-
Esto es, so pena de conciencia pecaminosa, ó mente sacó de las noticias de sus predecesores; y á
de n o poseerlos con buen título. la otra el de Confessionario foliis XXXII, copiado
Tranquila la conciencia del obispo con el
mentó, según dijimos, y ahora de vuelta,
juicio de las personas más competentes que
contrito y humillado al redil eclesiástico.
presentaba el Nuevo Mundo en las ciencias
Remesal nos ha conservado íntegro el texto
eclesiásticas, lo comunicó á su clero de de su título que contiene varias instruccio-
Chiapas para darle más aliento en el desem- nes, algunas de ellas bien severas, para
peño de su difícil ministerio; y á fin de vi- el desempeño del encargo. El documen-
gorizar su acción, no menos que para pro- to está fechado en la Ciudad de México á
veer al mejor régimen de su Iglesia, cuyo 9 de Noviembre de 15Í6 con la suscrición
gobierno había ya determinado renunciar, Frater Bartolomeus de las Casas Fpiscopus
nombró vicario general á aquel m i s m o ca- civitatisEegalis.—Con fecha del día siguien-
nónigo Juan de Perera, extraviado un mo- te trae el mismo cronista el texto de las li-

evidentementede las del maestro Gil González Dá-


vüa - E n la 2 - . edición [173, fol.J de la Biblioteca
do aquel opúsculo con el título que le impuso Don
ele León Pmelo nada se adelantó sobre l a 1 « : el
Nicolás Antonio y repitió después el doctor Beris-
editor (Barcia) copió simplemente (pág. 5 7 0 ) ésta
tain.—El suyo verdadero [si es que tal puede lla-
notando las dudas que insinuaba Don' Nicolás' Ante-
marse] copiado de la edición original que hizo en
n i o . - E l doctor Beristain (Biblioteca Hispano-Ame-
Sevilla, terminada " á xx días del mes de Setiembre,
ncana art Casas, Ilhno. Don Fr. B.) copió el pri-
año de 1552"' en casa de Sebastian Trugillo, en 4 o .
mer título de este, citándolo vagamente con la nota
got., es el siguiente: Aquí fe cotiene vaos auifos y re-
de (»¿preso.-—Llórente, que formó á su modo v pu-
glas para los confeffores q. oyeren confeffiones de los
to. ico una colección de los opúsculos del Sr. Casas
Españoles que f>n\\o hanfido en cargo á los Indios de
onutio el de que se trata, limitándose á citarlo Y en
las Indias del mar Océano: colegidas por el obifpo de
Chiapa don fr uj Bartholome délas Casas\\o cafaus
S T n m u y i n e x a . 0 t 0 s ' P l i e s dice " q u e escribió v
publico [la instrucción para confesores] con el títu- de la orden de Sancto Domingo.—La simple lectura
lo de^ Confesonario.- —En el catálogo de MSS co- de este epígrafe muestra claramente el origen de al-
gunos de los títulos que hemos mencionado. Su tex-
en S f S T i 0 - Í l a , n B " M U Í 1 0 Z - nuelnsertó Fusfer to, compuesto de doce reglas y de un apéndice inti-
en su Biblioteca Valenciana, se cita con el siguiente tulado Addicion de la primera y quinta reglas, que es
titule.y noticia (tom. Ií, pág. 218): "Confesional pa-
la apología ó defensa de su doctrina, componen el
>a los conquistad^ y encomenderos de Indias, por
verdadero texto original ó genuino, que dió material
D. 1' r. Bartolomé de las Casas. Parece original, es
doce f o j a s , - - A u n el muy á las disputas, controversias y decisiones de la cor-
respetab e Don Manuel José Quintana pagó su tri te de España. El que con el mismo título y número
de párrafos ó reglas, cita e l P . Remesal, aunque con-
! f U , f ° ' e ! 1 , l a N o t i c i a que nos l i ó d e los gruente, es diverso, según se manifiesta en su lugar,
escritos del autor, al fin de su Biografía, mencionan-
cencías concedidas á los eclesiásticos "que relativas al que debe considerarse como
podían oír confesiones de los españoles primitivo y genuino texto del famoso Con-
vecinos y moradores de su obispado," redu- fesionario, ó instrucciones para los confeso-
ciéndolos á cuatro individuos de su orden res, pues algunos escritores lian tomado
y á los otros que su vicario estimase conve- por tal el del mandamiento en que se hizo
niente aumentar. 1,3
la designación de ellos, quizá porque con-
Desde aquí comienza la confusión y dudas tiene ía prohibición impuesta á los otros
eclesiásticos de " o í r confesión alguna de
"3 Remesal, lib. VII. cap. 5.—Estos documentos
son los últimos llegados á mi conocimiento que nos " español vecino, ni morador del obispado
den una data bien determinada de los hechos de I). " que fuera conquistador, ó que tuviera In-
Fr. Bartolomé durante su residencia en esta ciudad
de México. Deseoso de adelantar sus noticias hice << dios de r e p a r t i m i e n t o . . . . exceptuados los
una detenida exploración en la biblioteca del con- " casos de artículo de muerte y de que 110
vento de Santo Domingo, donde estuvo hospedado y
celebró su famosa Junta Eclesiástica; mas desgra- " pudiera llamarse á alguno de los eonfeso-
ciadamente sin suceso. Tampoco se conserva tradi- " res titulados."—Elmismo Remesal, áquien
ción alguna entre sus moradores. En un volumen
MS. de 3 / 4 fojas fol., que hallé entre los impresos, debemos los más abundantes y seguros da-
intitulado Segunda parte déla Historia de la Provin- tos, autoriza la equivocación, porque al
cia de Santo Domingo de México, Orden de Predica-
dores en la Nueva España, por Fr. Alonso Franco etc mencionar los escritos de uuestro prelado,
se hace mención de D. Fr. Bartolomé de las Casas hablando del Confesionario, dice ser el que es-
en el cap. 30, cuyo título es como sigue: De todos
los Religiosos que ha tenido la provincia de México tá en este libro;1,4 esto es, en su crónica, y
insignes en santidad y de conocida virtud desde que se en ella no hay otra cosa que se le parezca
fundó hasta el afío en que sale esta. El 29 0 . de los
mencionados es Fray Bartolomé de las Casas. C. más que el mencionado mandamiento. Sin
Año 1Ó69.— L a letra C denota que pertenecía á la embargo, su propio texto destruye la supo-
provincia de Santa Cruz.—En el cap. 37 de la mis-
ma Crónica, intitulado De otros Religiosos de la Pro- sición, porque en el segundo párrafo les
vincia dignos de memoria, y si algunos son hijos de previene el obispo por vía de precepto é ins-
otras Provincias, por haber estado en esta se ponen en
la Historia de México, también se le menciona entre trucción " que manden al penitente que guar-
les obispos con la siguiente nota: Fr. Bartolomé de
las Casas. Chiapa. Prohijado en este convento y Pro-
curador de la Provincia.
Lib. X , cap. 24.
" d e y cumpla y disponga su ánima canfor- " eran juzgados, á ninguno se le podía dar
" me doce reglas que están firmadas de nuestro " la absolución."—Eran, en efecto, muy se-
" nombre y señaladas con nuestro sello."—
veras, con particularidad la l®3 y la 5 *
Luego éstaseran diversas del mandamiento.
Así lo reconoce el propio Remesal en las Como estas restricciones hicieron un tan sin-
gular papel en las disputas teológico-políticas del si-
siguientes palabras: "Estas doce reglas ijlo X V I , y lo hacen muy principal en la historia de
" q u e aquí dice ei señor obispo ehvió á los nuestros dos venerables misioneros, creemos que al
lector no desagradará conocer su texto; tanto más
" padres de Santo Domingo ( d e Chiapas), que hoy ya es muy raro, pues solamente se encuen-
" es el Formulario de confesores que arriba tra en la edición gótica de los opúsculos del Si'. Ca-
sas, varias veces citada. Dicen así con su respecti-
" se dijo que se había hecho en aquella gra- vo l'rólogù,
" v e junta (la segunda congregación eele- f Los eonfessores que oyeren de contession peni-
tentes en las yndiasllo en otras partes a hombres de
" s i á s t i c a ) : el señor obispo había muchos
las yndias: d é l o s que ouierg sido coquistadores en
" años que las había hecho y se gobernaba ellasllo ouieren tenido|¡o tienen yndios de reparti-
miento li o ouieren auido parte de los dineros que con
" por ellas, y por muchas disputas y cónsul-
yndios|1 o de yndios se ouieren adquerido: deuen de
C a s , averiguó su razón y verdad en Méxi- guardar y regirse por estas doze Reglas.
c o , & c . &c.""5 La primera quato al presente negocio toca tres
géneros de psonas puede venirse a cofessar : o son
conquistadores: o pobladores co_yndios de reparti-
Esta Instrucción, Formulario de confeso- miéto: que por otro nobre se llama comèderosllo que
res, ó Confesionario, según lo denominaba tiene encomiédas de yndios: el tercero es mercade-
res 110 todos: sino los que lleuaro armas y mercadu-
el Padre Motolinía y yo continuaré deno. rías a los que conquistauan y hazia guerras a los yn-
minándolo para facilitar su mención, se hi- dios estado en aquel acto bellico. Si fuere conquis-
tador y este tal se quisiere cofessar en el articulo de
zo luego tan común, 110 obstante la preven- la muerte: antes que entre en la cofessio haga lla-
ción de mantenerlo secreto, "que aun los mar vn escribano publicoüo del rey y por acto pu-
blico liagale el confessor declarar y ordenar y con-
" más de los seglares, dice Remesal, tenían ceder las cosas siguientes.
" s u s traslados; y como eran tan riguro- 1 Lo primero que haga assentai- v diga que el co-
mo xpiano fiel y que dessea salir desta vida sin
" sas sus reglas, parecióles que si por ellas offensa de dios y descargada su conciecia: pa pare-
cer ante el juez diuinal en estado seguro: elige por
coffesor a fulano sacerdote clerigo||o religioso de tal
"5 Lib. VIII, cap. 5. orden: a qual da poder cüplido (en quanto puede y
que fueron las que realmente causaron el
que principalmente le puso la pluma en la
alboroto y arrancaron un grito universal
mano para escribir la fulminante y descom-
de angustia y desesperación, que se abrió
pasada filípica que con el título de Carta
camino basta el solio, como que herían á
escribió á Carlos Y . — " P o r amor de
todas las personas, clases é intereses de la
" Dios, le decía, ruego á V . M. que man-
sociedad.
" de ver y mirar á los letrados, así de vues-
El mismo Padre Motolinía que afectaba
t r o s Consejos como á los de las universi-
tener un tan bajo concepto de su antagonis- " dades, si los conquistadores, comenderos
ta, se manifestaba sumamente azorado con " y mercaderes desta Nueva España están
la doctrina del Confesionario, siendo éste el " en estado de recibir el sacramento de la

es obligado _cle derecho diurno y humano pa que des-


cargue su cosciéeia) en todo 'aquello que el viere ayudado a hazer despues que está en las yndias.
que eonuiene a su saluacjo. Y que si para esto viere que no bastaría otra mucha hazieda sobre la suya
y le pareciere al dicho cofessor qs necesario resti- para les satisfazer. Y por tanto quiere y es su vlti-
tuyr toda su hazieda de la manera que a el parecie- ma voluntad que el dicho confessor lo restituya v
re que se deue de restituyr sin quedar cosa algua satisfaga todo eumplidamente||al menos en quanto
para sus herederos: l o pueda líbremete hazer: como su hazienda toda bastare||como viere que a su ani-
el mismo enfermo |¡ o penitente en su vida lo pudiera ma cumple y sobre ello le e n c a r g a estrechamente la
y deuiera hazer líbremete¡|viendo que conuenia a l a conscieneia. ,
seguridad de su anima. Y en este caso somete la Lo. 4. si tuuiere algunos yndios por esclavos de
dicha toda su hazienda a su juyzio y parecer||sin qualquiera via||o titulo||o manera que los ouiere aui-
condicion ni limitación alguna. doj|o los tenga: luego encontinente y desde luego
1 Lo. 2. declare y assiéte el escriuano que se ha- los de por libres yrreuocablemente sin alguna li-
lle en tal||o en tales conqu¡stas||o guerras cotra vn- mitación ni condicion. Y pida les perdón d é l a in-
dios en estas yndias y que hizo y avudo a hazer los juria que les hizo en liazellos esclauos vsurpado su
robos||violéeiasj|daííos||muertes y captiuidades de libertad||o en avudar||o en ser parte que fuessen
yndioslldestruyciones de muchos pueblos y lugares hechos: o si no los hizo por auellos comprado||teni-
que eñllas y por ellas so hizieron. d o v seruido se dellos por esclauos con mala fee.
Porque esto es cierto y sepa lo el confessor que nin-
1 Lo. 3. declara y assiente el escriuano que no gún español ay en las yndias que haya tenido bue-
truxo hazienda alguna de castilla: sino que todo lo na fee cerca de cuatro cosas. La primera cerca de
que tiene es auido de yndios||o con yndios: aun que las guerras conquistas. L a segunda cerca de las ar-
algunas cosas tenga de granjerias." Y que affirma madas que se hizieron de las yslas á Tierra firme:
qúe monta tanto lo que ha auido de yndios y es en- a traher salteados v robados yndios. L a tercera cer-
cargo a yndios c o los daños que les" ha hecho y ha ca del hazer v de'l coprar los yndios que se han
" p e n i t e n c i a y los otros sacramentos, sin administración del bautismo, estimándolo
" hacer instrumento público por escritura y dar como la primera y más meritoria práctica
"caución juratoria, porque afirma el de las del cristianismo: con este conocimiento ya
" Casas q u e siu estas y otras diligencias no podremos comprender cuál sería su amar-
" pueden ser absueltos, y á los confesores gura é inquietud de espíritu, cuando en esa
"pone tantos escrúpulos, que no falta sino po- misma carta decía: " q u é nos aprovecharía
" nellos en el infierno, y así es menester esto se " á algunos que hemos bautizado mas de ca-
" s e consulte con el Sumo Pontífice."—He- " da trescientas mil ánimas y desposado y ve-
mos v i s t o en otra parte la fe y el celo ar- " lado otras tantas y confesado otra grandí-
diente q u e ponía el Padre Motolinia en la s i m a multitud, si por haber confesado

vendido p o r esclauos. L a quarta cerca del licuar y que el dicho eofessor ordenare y mandare hazer
vender a r m a s y mercadurías a los tyranos conquis"- de todos sus bienes sin faltar cosa alguna. Y si
tadores: g u a n d o actualmente estauan en las dichas acaesciere escapar de aquella enfermedad: que no
conquistas;¡ violencias y tyranias. Y mandara que reuocara en su vida ni al tiempo de su fin y muerte
se les p a g u e a los dichos yntlios que tuuo por escla- aqueste Testamento en todo ni en parte ni hara de-
uos por c a d a mes|¡o cada año todo aquello que juz- claracion por otro testamento ni codieilio en cotra
gare el discreto confessor: que por sus trabajos y de lo suso dicho. Y que estara mientras biuiere pol-
servicios e injuria hecha que se les recompense» las reglas que el dicho confessor le diere: que abaxo
merecían. serán puestas cerca de los conquistadores que no
IT L o q u i n t o que reuoque otro qualquiera testa- están en el articulo d' la muerte. Y si contra algu-
mento |¡o codieilio que aya hecho aí'firmando que es- na cosa de las suso dichas en parte || o en todo vinie-
te solo quiere que sea valido y firme y que se cum- re!! o hiziere en algíía cosa: da poder al obispo su
pla como s u vltima voluntad.' Y si fuere menester prelado y a la justicia eclesiástica: y si menester
también d a poder al dicho confessor para añadir a fuere para effecto desto a la justicia seglar: para
esta su determinación c-n fauor de la dicha restitu- que le castigue como perjuro y que le haga cum-
ción y satisfacción qualquiera clausulado clausulas plir todo lo que dicho es sin faltar cosa alguna. 1
que viere q u e conueugan a la salud de su anima. Y desde luego se despoja y haze cession de todos sus
que pueda declarar por ellas qualesquiera dubdas bienes quanto a esto: y los subjeta a la jurisdieion
que c e r c a deste negocio occurrieren: y ordenar eeclesiastica en quanto a constreñille al cumpli-
qualquier c o s a que de nueuo ordenar conuiniere pa- miento de todo ello: y renuncia qualesquiera leyes
ra en f a u o r y mayor descargo de su conseiencia. que contra lo suso dicho le puedan a y u d a r . . . . .
1Í L o s e x t o haga juramento soléne en forma de «[ Quinta R e g l a : si el penitente no estuuiere en
derecho y obligación de todos sus bienes muebles v steado d' peligro de muerte: sino que se confessare
rayzes q u e l o guardara y cumplirá: de estar por lo ansol'deue el confessor antes do la confession con-
" diez 6 doce conquistadores, ellos y nos hemos obraba el sentimiento del misionero que te-
"de ir (ti infierno " mía aventurar la salvación del alma, único
Y no eran solamente las conciencias las fin de todos sus sacrificios y desvelos, con
que el SE. Casas había alarmado con doc- 4 la práctica y ejercicio de los actos mismos
trinas, sino que también irritó la vanidad y con que la creían asegurada; y obraba tam-
el interés; pasiones infinitamente más des- bién el punzante escozor del teólogo, de-x
contentadizas y susceptibles que la concien- moralista, del hombre de letras que se veía
cia, como que tienen el funesto poder de so- públicamente tildado y deshonrado con una
juzgarla. En el Padre Motolinía, y lo mis- censura que argüía una ignorancia supina.
mo en los otros ministros del Evangelio, Esto lo marcaba muy distintamente el Pa-
dre Motolinía en muchos pasajes de su car-
certarse con el y pedir le si q' ere salir de toda dub- ta, manifestando bien claramente la penosa
da y poner en estado seguro su cósciencially si res-
podiere con todo coragon que si: mande le hacer impresión que le causaban;" 7 y como en
vna seriptura publica por la quaí so obligue a estar cansas de tal género la voz del mayor nu-
por la determinación de lo que el confessor de su
hacienda toda ordenare y viere que conuiene a su mero suele ser más poderosa que la de la
eoneiéeia: aunque sea expendella toda, Y para lo razón, hizo cuanto pudo para aumentar el
tener y auer por firme y cüplir como el cofessor
lo ordenare y mandare. obligue todos sus bienes de
de los descontentos, irritando la vanidad
la misma manera que esta dicho en la primera re- del mercader, del militar, del seglar, del
gla: dado poder al obispo de aquel obispado y jus-
ticia eeclesiastiea: para que le puedan constreñir!!
eclesiástico, del letrado, del magistrado,
o compeller en el foro judicial eeelesiastico á lo su- del virrey, del consejo, y aun la del mismo
so dicho. Esta regla c o la primera se prueba clara
y formalméte en los mismos términos por el c.
Sup eo. de raptorib: donde esta establecido por el Una de las más enérgicamente expresadas se
Eugenio papa, 3. que los confesores no pueda ab- encuentra ciertamente en aquel an-anque dondeha-
soluer a los raptores como son todos los dichos con- blaba (pág. 257) de los -poquillos cánones quel de
quistadores de las yndias: si primero no restituye- las Casas o y ó : " — " y Dios p e r d o n e fdecía en a p ^ .
ren todo lo robadoüo dieré||restituedi seuüemédan- 267) a l . . . . que tan gravísimamente deshonra y dis-
di firma y plena securitaté, &c. Assi lo dize el tex- fama, i tan terriblemente injaria y afrenta una y
t o : y pone alli graves penas al cofessor que lo con- muchas comunidades i una nación ¿-apañóla, i a su
trario hiziere. Prueua se también por el cap. Príncipe y Consejos, con todos los que en nombre
quanq?. de vsuris en el lib. 6. de V. M . administran justicia en estos Reynos &c.
emperador Carlos V , á quien decía: "Si " posición de los ánimos, la flaqueza y
" los tributos de Indios son y han sido "parcialidad de los gobernadores, el endu-
"mal llevados, injusta y tiránicamente " recimiento general de los interesados y
" (como afirma el de las Casas), buena es- " el odio concebido en todas partes contra
" taba la conciencia de V. M. pues tiene y lie- " él, no podia ser útil aquí á sus protegi-
" va V- M- la mitad ó más de todas las pro- " d o s . " — E s e viaje fué una inspiración del
vincias de manera que la principal cielo que salvó á las infelices razas con-
" i n j u r i a ó injurias hace á V. M. y condena quistadas de calamidades que ni siquiera
" á los letrados de vuestros consejos, 11a- sería posible conjeturar, pero que podrían
" mándolos muchas veces injustos y tira- augurarse en parce por la total extinción
" líos: y también injuria y condena á todos que sufrieron en algunas de las Antillas,
" los letrados que hay y ha habido en toda donde hoy no se encuentra una sola perso-
" esta Nueva España, así eclesiásticos comu na de las familias primitivas. Los intere-
" seculares, y á los presidentes y audien- sados en la conservación de los abusos ha-
bían puesto en juego todos sus medios para
" c i a s de V . M., &c. & c . "
salvarse y para perder al indomable pro-
Estas y otras muchas especies de su géne-
tector de los Indios. Uno de los mejor
ro que el Padre Motolinía hacía todavía va-
escogitados, por su conformidad con el es-
ler en 1554, no erau más que la repetición
píritu de la época, fué ganarse la pluma de
y brevísimo epílogo de lo que se decía en
dos de los más afamados sabios que, por
principios de 1547, cuando terminadas las
decir así, se partían el imperio de las letras
sesiones de la segunda junta eclesiástica y
en la vasta monarquía española, en el A n -
las conferencias privadas que promovió
tiguo y Nuevo Mundo; el Dr. Juan Giués
Don Fray Bartolomé para hacer revisar la
de Sepúlveda "hábil filósofo, diestro teólo-
doctrina de su Confesionario, se volvió á Es- " go y jurista, erudito muy instruido, hu-
paña con la resolución ya formal de renun- " manista eminente y acérrimo disputador,
ciar su obispado; " convencido íntimamen- " que escribía el latín con una pureza, una
" te, dice Quintana, de que según la dis-
Ramírez.—19
" facilidad y una elegancia exquisitas, ta- más culto, el más filantrópico y más liberal
" l e n t o entonces de mucha estima, y en que d é l a tierra: el Dr. Sepúlveda, asi como
" Sepúlveda se aventajaba entre los mas se- los políticos Norte-Americanos, defendía
" ñalados. Favorecíanlo ademas las venta- —que subyugar á aquellos que por su suerte
b a s de cronista y capellan del empera- y condición necesariamente han de obedecer á
" dor. " 1 , 8 Hacíale eco en México el Dr. otros, no tenía nada de injusto. El principio
Bartolomé Frías Albornoz, discípulo del era inmensamente fecundo en consecuen-
gran Don Diego Covarrubias, primer pro- cias. Nuestro Dr. Frías Albornoz lo soste-
fesor y fundador de la cátedra de derecho nía también aquí, atacando además, de una
civil de esta universidad, y según la expre- manera directa y esplícita, la persona y es-
sión del famoso Brócense, varón doctísimo critos del obispo de Chiapas. De su obra
y consumado en todas lenguas. D. Nicolás no nos ha quedado más que el título, que
Antonio 1 , 9 decía en su elogio que fué hom- trascribiré con las palabras de Don Nicolás
bre de ingenio eminente y de memoria Antonio, de quien lo copió Beristain con su
monstruosa. El primero se encargó de batir acostubrado descuido; dice así: Un tratado
en brecha y de zapar en sus fundamentos de la conversión y debelación de los Indios.
la doctrina de D o n Fray Bartolomé, soste- Los enemigos del Sr. Casas para mejor
niendo la justicia del derecho de conquista asegurar el logro de todos sus intentos, ha-
y formulando su doctriua en un axioma bían subvertido la cuestión reduciéndola
que, por una de aquellas absurdas contra- principalmente al paralogismo que tanto ha-
dicciones del entendimiento humano, hoy cía valer el P. Motolinía en su carta al Em-
forma el dogma del pueblo que se juzga el perador; esto es, de presentar la doctrina
de aquel como atentatoria á la dignidad y á
los derechos de la corona, ya porque, según
1,8 Quintana, op. cit., pág. 41G.
decían, tendía á invalidar el título con que
"9 ut summi ini/cnH, ac plañe monstrosi, sin
et memoria specimen sope deilit. Nie. Ant. Bibliotli. los soberanos de Castilla podían justificar
Nova,, en su artículo.— Bei-istain, Bibliot. H i s p . - su señorío en América, ya también porque
Amer., id.
los convertía en cómplices, cuando menos, un triunfo completo con grande gloria su-
de las tiranías, violencias, despojos y usur- ya, y mayor aún con la de la magistratura
paciones que los conquistadores cometían y española que conquistó entonces un timbre
de cuyos frutos participaban en gruesa que no borrará el curso de los siglos, mien-
cuantía.—El medio de argumentación uo tras la justicia y la moralidad conserven
podía ser más vigoroso, y manejado por un sus respetos. Aunque la Apología de Se-
tan diestro, respetable y acérrimo disputador, púlveda no sólo favorecía y lisonjeaba la
como dice Quintana era el Dr. Sepúlveda, política española, sino que también venía
el triunfo debía considerarse asegurado en á darle un grande apoyo, tanto para legiti-
aquel siglo formuloso y silogístico. El doc- mar su señoría en las Américas, como para
tor había efectivamente trabajado un opús- esquivar los espinosos argumentos que se
culo 120 sobre este tema favorito, que corría le hacían con los desmanes de los conquis-
con gran boga en los círculos políticos li- tadores y encomenderos, sin embargo,
terarios de la corte á tiempo que llegó " n o por eso halló mejor cabida en el
nuestro obispo. Hasta entonces no había " gobierno: los ministros que lo componían
más que simples lecturas en copias manus- " tuvieron entonces á la moral y honesti-
critas, procurándosele así patrocinio pa- " dad pública un respeto que desconoció
ra obtener el permiso de la impresión. el escritor, y no quisieron manifestarse
El obispo, impuesto de lo que pasaba, se " aprobadores de aquella apología artificio-
echó por su lado para combatir con su " s a de la violencia y de la injusticia. Negó
vehemencia y ardor característicos, la doc- "el Consejo de Indias su licencia para la
trina y pretensiones del doctor, caminando " impresión; igual repulsa halló en el de Cas-
en esta parte con tanta dicha, que obtuvo " tilla; las universidades le reprobaron y al-
"gunos sabios le combatieron."

¡ -° Intitulado: De justisbelli causis, sive Democra- El triunfo de Don Fray Bartolomé no


tes alter.—Este segundo título aludía al de otro
opúsculo publicado antes: De honéstate rei miUtaris
qui inscribitur jDemocrates. Romas, 1535. 121 Quintana, Vidas &e., pág. 417,
escudo impenetrable, dejó seguir su curso
podía ser ni más completo ni más lisonje-
á los sucesos, aunque sin perder de vista al
ro ; pero estas mismas calidades se lo ha-
Dr. Sepúlveda, ya para continuar comba-
cían también sumamente peligroso por lo
tiendo su doctrina en la arena privada de
que le acrecían de odios y de obstáculos.
los círculos literarios, ya para mantener la
Conociendo muy bien por donde sería más
prohibición impuesta á la impresión de su
vivamente atacado, procuró reforzarse ha-
Apología.
ciendo examinar de nuevo su Confesionario
por algunos de los más insignes teólogos Mientras que con tantas fatigas, pero con
de España, entonces emporio del poder y éxito tan glorioso, mantenía en España su
de la ciencia. Encomendó esta delicada bandera, los sucesos de América se com-
censura á los maestros Galindo, Miranda, plicaban, preparándole una borrasca que
Cano, Mancio, Soto Mayor, y Fray Fran- debía causarle mortales pesadumbres "La
cisco de San Pablo, quienes, dice nuestro carta del Padre Motolinía manifiesta sobra-
obispo en el prólogo de aquel, "'lo vieron, damente cuál fuera el estado de excitación
examinaron, aprobaron y firmaron." Yo que mantenía la doctrina del Confesionario
creo, que en está ocasión y con el designio y los esfuerzos que se harían para destruir-
insinuado f u é cuando dió á su confesionario la con su autor. Los primeros de este gé-
la forma con que hoy lo conocemos. Aña- nero partieron de donde más sensibles po-
diéndole la parte que intituló: Addicion de dían ser para el obispo, manifestándose
la primera y quinta reglas. Esta es una de- aun en una forma ultrajante. El Ayunta-
fensa teológico-cauónica de la doctrina miento de la capital de su diócesi tomó la
contenida en ellas, como que, según se ha iniciativa en Abril de 1517 constituyendo
visto fué la que suscitó principalmente los procuradores cu México y en España: aquí,
alborotos y quejas de los encomenderos.
Más tranquilo su espíritu con esta aproba-
r haciendo mérito de la insuficiencia de los
sacerdotes que había dejado el obispo, pi-
ción de los maestros de la ciencia, y consi- dieron licencia al virrey "para concertarse
derándose protegido por ella como con un " con clérigos que sirvieron la Iglesia, ad-
— 152 —

" ministraran los sacramentos, confesaran perdonado y absuelto, sino que lo volvió á
" y absolvieran á los vecinos." La misión su Iglesia y al goce de su beneficio, en el
del procurador enviado á la corte era más cual por única recompensa se ocupaba en
importante y elevada, y para mejor asegu- censurar la conducta de su prelado, en exa-
rar su éxito se confió á un regidor enco- cerbar la irritación de los ánimos mal pre-
mendero; autorizósele "para que pueda venidos y en aumentarle dificultades.
" p a r e c e r (decía el acuerdo del Ayunta - Eran tantos los intereses puestos en con-
" miento) ante S 31. en nombre de la ciu- tíicto y tan ardientes y exaltadas las pasio-
" dad é pueda suplicar é suplique á S. M. nes que los impelían, que habría sido un
" sea servido de mandar proveer que venga verdadero prodigio librar enteramente á sus
" á esta dicha ciudad é provincia un perla- efectos. En América todo se le disponía
" do atento que se fué desta ciudad é pro- mal á nuestro obispo, aun en lo que á pri-
v i n c i a el obispo de ella, e t c . " 122 N o po- mera vista parecía indiferente; tal por ejem-
día pedirse con más claridad la remoción plo, como la elección del ministro provin-
del Sr. Casas, quien en la ocasión pudo cial de los franciscanos, que en el año si-
igualmente repetir aquella última y senti- guiente de 1548 recayó en nuestro Padre
da exclamación de César: ¡tu quoque fili Alotoliuía, el sexto en orden de los escogi-
mi!.... Sí; con doble aplicación de suge- dos, según liemos visto, para formar el
to, porque uno de los principales instiga- apostolado de los primeros misioneros, y
dores de esas quejas y turbaciones era el el sexto también en orden de los ministros
deán Gil Quintana, aquel eclesiástico per- provinciales elegidos en esta provincia del
verso que le suscitó el tumulto de 1545 Santo Evangelio. En España iban las co-
(pág. L X X ) , que aun puso en riesgo su sas peor, por el empuje poderoso que reci-
vida. El buen obispo, incapaz de odio, ni bían de aquí, eficazmente auxiliado por el
menos de rencor, no solamente lo había influjo de tantas personas como habían to-
mado parte en la contienda por interés, por
conciencia ó por la gloria literaria. Entre
122 Remesal, libro VIII, cap. 4.
Ramírez.—20
— 154 —

éstos sobresalía el formidable Dr. Sepúlve- ba otro nuevo procurador á la corte, con el
da, más que vencido, humillado cou la pro- encargo especial de querellarse contra su
hibición que le impedía la impresión de su obispo por las restricciones de su Confesio-
opúsculo. Estos son agravios que no olvi- nario. Ese procurador, ; quién lo creyera!
da ni perdona un estudiante, y estudiantes fué aquel mismo miserable deán Quintana,
eran casi todos los sabios de aquella épo- tan generosamente perdonado por su pre-
ca. El maltratado doctor, eco y represen- lado, y que en esta vez solicitó y mendigó
tación de todos los intereses en conflicto, del Ayuntamiento ese oprobioso encargo
ya que más no podía, se conformó con to- para mortificar y perseguir á su benefac-
mar su desquite en la misma especie, y la tor, como efectivamente lo hizo, "andando
real cédula de 28 de Noviembre de aquel " en la corte, con tanta ignominia como in-
año (1548; se lo dió tan completo como po- " solencia, agenciando y solicitando contra
día desearlo. El Emperador mandó á la au- " su obispo, hasta que vió que renunciaba
diencia de México que recogiera todas las <; la mitra." 12-'

copias que circularan del famoso Confesio-


Nada aventurado sería creer que nuestro
nario, mientras el Consejo, á cuya revisión
Provincial Fray Toribio, con aquel su ca-
se había sujetado, pronunciaba sobre su
rácter no menos inflexible que impetuoso,
doctrina. Ordenóse además á Don Fray
contribuyera hasta donde alcanzara su po-
Bartolomé, (pie dentro de un término bas-
der, eu la resolución imperial que descargó
tante limitado diera explicaciones satisfac-
tan rudo y terrible golpe sobre su antago-
torias ante aquel augusto tribunal sobre
nista, puesto que en ello veía el triunfo de
ciertos puntos que se le notaron eu su Con-
sus propios principios, no menos sanos y
fesionario, que parecían depresivos de la
autoridad y dignidad de la corona.— Casi
*®3 Itemesal, ubi siip.—Don Manuel José Quinta-
al mismo tiempo i7 de Diciembre) y para na, de quien son las palabras copiadas, añade con
que ninguna amargura le faltara, el Ayun- relación al deán: "Entonces, y a como seguro y sa-
tisfecho, se volvió á ludias, y en el viaje se le sor-
tamiento de Ciudad Real de Chiapas envia- b i ó el mar; justo, cuando menos aquella vez, en de-
vorar á un villano." Op. cit., pág. 422.
benévolos en su origen que los del mismo " busqué todos los que había entre los frai-
Don Fray Bartolomé; y si bien no Leñemos " les menores y los di á Don Antonio de
dato alguno positivo para asegurarlo, sí lo " Mendoza, vuestro visorrey, y él los quemó
hay patente, y explícito del uso inmodera- " porque en ellos se contenían dichos y sen-
do que hizo de su victoria, excediendo, fuer- " tenrias falsas é escandalosas, t ( r . " Habién-
za es decirlo, los límites del derecho y los dose escrito esta carta, según ya hemos ad-
de la caridad. En esta parte no hay duda vertido, á fines de 1554, refiriéndose en ella
alguna, porque F r a y Toribio mismo lo re- su autor á una época anterior de cinco ó seis
fiere, siendo en esta vez el historiador de años para la quema del Confesionario, y te-
sus propios hechos. Él tuvo además la sa- niéndose presente que la cédula que lo
tisfacción de ser el escogido para ejecutar mandó recoger fué expedida el 28 de N o -
inmediatamente la cédula que mandaba re- viembre de 1548, es seguro que aquella
coger el Confesionario, redoblándole así á operación se practicó en principios de 1549,
Don Fray Bartolomé la humillación que le así como también que el Padre Motolinía
infligía esa comisión. El Padre Motolinía no fué extraño al auto de fé ejecutado en la
es quien nos ha conservado la memoria del obra predilecta de su ilustre antagonista.—
suceso en las siguientes palabras de su car- ¡ Cuánto no ha debido sufrir en su espíritu
ta al Emperador: " Y sepa Y . M. que este anciano venerable en ese lance, por
más macerado que lo supongamos en la es-
" puede haber cinco 6 seis años que por man-
cuela de la tribulación! La quema de
" dado de Y . M. y de vuestro Consejo de
" Indias, me fué mandado que recogiese cier- su Confesionario fué un acto impropio, abu-
" tos Confesionarios quel de las Casas deja- sivo y censurable, por más que se haya eje-
" ba acá en esta Nueva España eseriptos de cutado en nombre de la religión; ¡ triste
" mano entre los Frailes menores, é y o efecto de las pasiones que traspasan sus
justos límites!
144 Esto es, manuscritos ó no impresos.—Esto pa-
saje de la Carta del P. Motolinía está citado confor- c i a m á s adelante, y que ofrece aquí mejor lección
me á la edición del Sr. Smith, de que se dará noti- que la del presente volumen.
Estos triunfos fugaces que los enemigos —Lleno de confianza en Dios y en la justi-
del obispo obtenían, los envalentonaban, y cia de su causa, ni pide tiempo para prepa-
viéndolo ya enredado en las telarañas del rar su defensa, ni intenta dilucidar los fun-
Consejo, urgían y apretaban con la espe- damentos de su doctrina, sino que enun-
ranza de ponerlo pronto y d e una vez fue- ciando ligeramente el origen y los motivos
ra de combate. El mero hecho de haber y autores de la persecución que sufría, 155 y
conseguido que se le exigiera una formal el apremio con que se le obligaba á repe-
explicación de su doctrina, era ya un fuer- ler sus ataques, 1=5 se redujo, siguiendo el
te golpe dado á su respetabilidad y á su espíritu escolástico de la época, á asentar
crédito, y no concediéndosele el tiempo su- Treinta proposiciones en forma de tesis, re-
ficiente para hacer sus defensas, había gran- sumiendo en ellas toda su doctrina, teoló-
des probabilidades de desgraciarlo, porque gica, canónica y política, reservando sus
el obispo, en efecto, se había ido demasia- pruebas para cuando pudiera expenderlas.
do lejos y había asentado máximas muy
Las circunstancias que acompañaron á
avanzadas para su época, que era difícil di-
lucidar en un sumario. Esperábase, en fin,
que, cuando menos, rebajara mucho de la " algunos émulos do la verdad (contenida
en el Confesionario) ignorantes del hecho y del de-
rigidez de sus principios, y a para salir del recho d é l a s cosas pasadas en las Indias, que pre-
lance, ya por el respeto y temor reveren- tendían poner escusas y colores :i obras nefandísi-
mas queriéndolo calumniar, tomaron ocasión para
cial que inspiraba el senado de España, vi- fundarse una de las reglas dichas."' Treinta proposi-
vo reflejo de su potentísimo monarca. Don ciones muy jurídicas, H. Argumento. Edie. gótica.
1=6 " . . . . esta es materia de gran calidad é im-
Fray Bartolomé comprendía perfectamente
portancia y para dar cuenta della requiere largo tra-
su delicada y desventajosa p o s i c i ó n ; mas tado pero porque vuestra Alteza me da priesa
viendo que no tenía medio alguno de con- por lo enviar á su magestad parecióme mucho abre-
viando hacer de todo lo que según Dios y su ley
trastarla, la afrontó con un valor tan im- cerca deste artículo alcanzo, por las siguientes pro-
perturbable, que es el momento de su vida posiciones sin proballas, el sumario presente. La
prueba de ellas eon lo demás se quedará para en el
en que aparece más grande y más sublime. dicho tratado que en breves días si plazo á Dios
vuestra alteza verá." Ibid., Prólogo.
este escrito de Don Fray Bartolomé lo co- " en las Indias," no era incompatible, ni
locan en la primera categoría, siendo el por consiguiente afectaba en nada al que
más seguro crisol que puede escogerse pa- x " los reyes y señores naturales dellas," te-
ra calificar el espíritu y el valor de aquel nían á la "administración, principado, ju-
hombre extraordinario, fenómeno de su si- " risdicción, derechos y dominio sobre sus
glo y admiración de los venideros. Temien- " propios súbditos y p u e b l o s ; " pudiéndose
do quizá sucumbir en esa ruda prueba, qui- conciliar el del uno con el de los otros, á la
so, como Suetonio dice de César,—caer en manera que "se compadecía (conciliaba) el
postura decente.—Allí no solamente epilo- " señorío universal y supremo de los em-
g ó la doctrina toda que había esparcido en " peradores, que sobre los reyes autigua-
sus escritos, neta, precisa, sévera, sin ad- " mente tenían." fPropos. XVIII.) Aun-
mitir temperamento alguno, sino que lo que en las proposiciones siguientes impo-
nía á los reyes de Castilla el deber de pro-
hizo también con la vehemencia, calor, y
pagar el cristianismo, como uua condición
aun diríase despecho, del que terne hablar
sine qua de su soberanía en América, no
por la última vez. No perteneciendo direc-
obstante advertía que había de ser " e n la
tamente á mi intento el asunto principal de
" forma que el Hijo de Dios dejó en su
ese escrito, me limitaré á notar, que si bien
" Iglesia estatuida, y la prosiguieron sus
Don Fray Bartolomé reconocía explícita-
" apóstoles, pontífices, doctores, y la uui-
mente, pues que jamás lo había negado,
" versal Iglesia tuvo siempre de eostum-
que "á los reyes de Castilla y León
" pertenecía de derecho todo el imperio al- " bre conviene á saber: pacífica y amo-
b o é universal jurisdicción, sobre todas V o s a y dulce y caritativa y alleetivamen-
" las Indias" (Proposición XVIIJ, sin em- " t e : 121 por mansedumbre y humildad y
bargo, á renglón seguido, y con la misma " buenos ejemplos." De esta proposición
claridad y precisión establecía y defendía
Esto es, atrayendo á las personas y ganándoUs
que "ese soberano imperio y universal prin- ¡a voluntad con halagos, obsequios y medios suaves.—
" cipado y señorío de los reyes de Castilla Es voz derivada del verbo latino allieio.
Ramírez.—21
(la X X I I ) deducía, como su forzoso cou- " y por consiguiente es impeditiva de la
sectario, las siguientes, que se rae permiti- " conversión de cualesquiera infieles, y que
rá copiar textualmente, porque ellas son " ha engendrado imposibilidad de que ja-
un vivo reflejo del espíritu de su autor, y " más sean cristianos en aquel orbe gentes
nos dan el punto de su principal desacuer- " infinitas: allende de todos los irrepara-
do con la política de la administración es- " bles y lamentables males y daños pues-
pañola, con los intereses y pretensiones de " tos en la proposicion undécima, de que
los conquistadores, y en fin con la doctrina " es esta infernal vía plenísima.
del Padre Motolinía, que profesaba una
"PROPOSICION X X I I I I . — Q u i e n esta vía osa
opinión absolutamente contraria.
" persuadir, gran velámen es el suyo cerca
"PROPOSICION X X I I I . — S o j u z g a l l o s ( á los " de la ley divina; mayor es su audacia y
" Indios) primero por guerra es forma y " temeridad, que podría tener l í B el que des-
" vía contraria de la ley y yugo suave y " nudo en carnes se pusiese voluntariamen-
" carga ligera y mansedumbre de Jesucris- " te á luchar con cient bravos leones y fie-
" to,- es la propia que llevó Mahoma y lle- " ros tigres: mal ha entendido las diferen-
" varón los Romanos con que inquietaron " cias de los infieles que en esta materia se
" y robaron el m u n d o ; es la que tienen hoy " han de suponer para determinar contra
" los Turcos y Moros y que comienza á te- " quién se han de hacer conquistas. No lo
" ner el x e r i f e : y por tanto es iniquísima, " aprendió de los preceptos de la caridad
" tiránica, infamativa del nombre melifluo " que tanto nos dejó encargada y mandada
" de Cristo, causativa de infinitas nuevas " Cristo: y n-> se debe haber desvelado mu-
" blasfemias contra el verdadero Dios y " cho en la cuenta estrecha y duro juicio
" contra la religión cristiana; como tene- " que le ha de venir por los inexpiables pe-
" mos longísima experiencia que se ha he- " cados de que es causa eficacísima."
" cho y hoy se hace en las Indias. Porque
" estiman de Dios ser el más cruel y más in-
" justo y sin piedad que hay en los dioses; Esto es, su audacia y temeridad son mayores
(¡ue las del que ¿¡-c.
El principal capítulo que se le hacía en la X X V I I I se lanza terrible contra los re-
esta ocasión procedía de la Regla 7 s del partimientos y encomiendas, que erau el ve-
Confesionario, donde anatematizaba la po- llocino de- ésas contiendas, llamándolos
lítica y conducta de los Españoles en Amé- " pestilencia inventada por el diablo para
rica, como " c o n t r a r i a á todo derecho natu- "destruir todo aquel Orbe [la América],
" ral y derecho de las gentes y también con consumir y matar aquellas gentes d é l " Po-
" t r a derecho d i v i n o ; sieudo, por tanto, cas líneas después califícalos de " l a mas
" todo [lo que allí habían hecho] injusto, " cruel especie de tirauia y mas digna de
" inicuo, tiránico y diguo de todo fuego in " f u e g o infernal que pudo ser imaginada:"
" f e r n a l , y por consiguiente nulo, inváli- acusa á los encomenderos españoles y á los
" do y sin algún valor y momento de dere- otros especuladores con el trabajo de los
" cho. Y como fuera todo nulo é inválido Indios, de que " perseguían y echaban de
" de derecho, por tanto, no pudieron llevar- " los pueblos á los religiosos predicadores
"Us (á los i n i i o s ) un solo maravedí de tri- " de la f e . . . . por no tener testigos de sus
" butos justamente, y por consiguiente eran " violencias, crueldades, latrocinios conti-
"obligados á restitución de todo e l l o . " — E s - g u o s y h o m i c i d i o s ; " tales, añade, que
ta doctrina, que era la que más escocía, se por su causa "habían perecido en obra de
prestaba también á la siniestra interpre- " cuarenta ij seis años sobre quince cuentos
tación que se le dio para perdar á su autor, " (millones) de á n i m a s . . . . y despoblado
atribuyéndole que negaba la legitimidad de " t r e s mil leguas de t i e r r a . . . . y por esta
los derechos del soberano y partic ilarrnen- " vía acabarían mil mundos siu tener reme-
te la justicia y regularidad de sus actos. " d i o . " Ultimamente, pasando de la histo-
El obispo, lejos de retroceder una sola lí- ria de los abusos cometidos á la sombra de
nea, mantuvo el campo, repitiendo casi las encomiendas, á la de su origen é intro-
textualmente su doctrina en la Proposición ducción en América, traza en la Proposi-
X X V , á la cual, así como á las siguientes, ción X X I X su breve pero vivo y enérgico
dió aun más acertadas amplificaciones. En sumario, tomando con grande tino por ba-
se y fundamento de todos sus raciocinios « za de derecho, por haberlo fecho todo tira-
el hecho de que los reyes de Castilla, desde dnos puros, sin causa justa, ni razón, ni
la graude Isabel, jamás autorizaron aquella "autoridad de su príncipe y rey natural;
institución, " n i tal pensamiento tuvieron," " antes contra expresos mandamientos su-
antes bien habían hecho cuanto estaba en « v o s . . . . V así entiendo, concima, la sép-
su poder para destruirla; porque, añadía t i m a regla de mi Confesionario, que han
con igual oportunidad y talento, " n o se " calumniado los que parte 6 arte tienen ó es
"compadece tal gobernación inicua, tiráui- "paran de los robos y tiranías y destruicio-
" ca, vastativa y despoblativa de tan grau- « ues y perdimientos de ánimas de los^ in-
" d e s reinos, poniendo á todo un mundo en d i o s cualesquiera que en estos remos
" aspérrima y continua, horrible y mortífe-
" sean." ,
" ra servidumbre ; con la rectitud y justicia
Si en nuestra época llamada de libertad
" de ningunos q u e sean católicos cristianos,
v de igualdad, con las decepciones fantas-
" n i aunque fuesen gentiles infieles, cou
magóricas de la soberanía popular, y aun
" q u e tuviesen alguna razón de r e y e s . " hablándose á alguno de nuestros soberanos
De estas premisas eoucluía nuestro obispo, pro tempore, tal lenguaje parecía impropio,
" e n fuerza de consecuencia necesaria," v sus argumentos puros sofismas, por los
con su proposición fundamental, materia muchos intereses poderosos que atacaban;
de la denuncia y de la calificación del Con- ya se comprenderá cuál fuera el juicio que
sejo; conviene á saber, " q u e sin perjuicio de ellos se formara en un siglo cuyo carác-
" del título y señorío soberano y real que á ter y costumbres aun se resentían de la ás-
" los reyes de Castilla pertenecía sobre el pera rudeza de los siglos feudales; en que
" Orbe de las Indias, todo lo que en ellas era incontable el número de los interesados
" s e había hecho, ansí en lo d : las injustas en los abusos; en que éstos no se mostra-
"y tiránicas conquistas, como en lo de los ban bastantemente perceptibles á las ideas
••repartimientos y encomiendas, había sido de entonces; en que se trataba de pueblos
" nulo, ninguno y de ningún valor ni fuer- lejanus, nuevos y de disputada racionali-
d a d ; en que los sabios mismos estaban di-
sacrifican á los fugaces intereses de la con-
vididos sobre la legítima -apreciación de
veniencia, los sacrosantos, y por lo mismo
sus quejas y de los principios que se invo-
inalienables de la moral!
caban para defenderlos; en fin, cuaudo
El doctor Sepúlveda, alentado con el ru-
aquellas y éstos debían exponerse al pie
do golpe que había dado al eré lito y respe-
del primer trono del mundo, y ante un mo-
tabilidad del Sr. Casa* la cédula que man-
narca tan potente y absoluto como CARLOS
dó recoger el Confesionario, redobló sus
V — Y si juicio de nuestro ilustre
esfuerzos para obtener el permiso, que se
Quintana, que calificaba de efugios y de so-
le había negado, de imprimir su Apología,
fismas las explicaciones de Don Fray Bar-
juzgando, probablemente, que lo uno debía
tolomé, fuera exacto, entonces mucho me-
ser consecuencia de lo otro. El consejo pu-
nos podría comprenderse que aquella corte,
so el sello á su justificada y prudente con-
en que el predominio de los letrados era
ducta, rehusando el permiso. El doctor,
tan grande, hubiera perdonado al remera-
vivamente lastimado en su honra literaria,
rio argumentador. Sin embargo, no lo con-
quiso vengarla; mas como en el pecado po
denó. La filosofía de aquel siglo, llamado
dia llevar la penitencia, concitándose el
de tinieblas, verdaderamente púdica y fi-
desagrado del Emperador y del Consejo,
lantrópica, obligaba á los más altos monar-
excogitó el medio de escapar á sus resultas,
cas de la tierra, á bajar la cabeza ante sus
y al efecto, dice nuestro Casas en otro
principios morales, cualesquiera que fuesen
opúsculo de que vamos á dar razóu,' 2 9 —
los intereses políticos en conflicto; así,
"acordó (el doctor) no obstante las rnu-
el desvalido defensor de los aun más des-
" c h a s repulsas que ambos Consejos reales
validos y míseros Indios, salió ileso de esa
" l e habían dado, enviar su Tratado á Ro-
terrible lucha en que bregaba cuerpo á cuer-
" m a á sus amigos, para que lo hiciesen im-
po contra todas las sumidades: las del po-
der, las de la riqueza y la^ de la ciencia.
159 " Disputa ó controversia entre el obispo
¡ Loor eterno á los hombres rectos que uo
Don Fray Bartolomé de las Casas y el doctor
Ginés de Sepúlveda, & c . " — d e la edición gótica.
Ra raírez.—'£¡
parte el golpe y continuó más eficazmente
<< primir, aunque debajo de forma de cierta
la ofensiva, con el compendio en castellano
« Apologia que había escripto al obispo cíe
que hizo de su opúsculo, y que hacía circu-
" Segovia; porque el d i c h o obispo de Sego-
lar rápidamente por todas las tertulias lite-
" via viendo el dicho su libro, le había, co-
rarias. El obispo le seguía los pasos con
" ino entre amigos y prójimos, por cierta
sus inpugnaciones; pero como no podía
" c a r t a suya fraternalmente corregido."
competir ventajosamente con su adversa-
La impresión de esta apología se hizo el rio, ni en relaciones, ni en influjo, ni en la
año de 1550. según parece, con el título: elegaucia y gracias del estilo, apeló á otro
Apologia pro libro de fastis belli causis contra medio, muy conforme con las costumbres
Indos suscepti, Romee, 1550, i n - 8 ° ;130 mas de la época, y que causó un asombro uni-
como nuestro obispo no perdía de vista a versal, porque nadie dudaba que Don Fray
su adversario, estuvo pronto para atacarle, Bartolomé sucumbiría en su tremenda prue-
caminando con tal ventura, mediante la ad- ba, y que sucumbiría de una manera afren-
mirable y nunca bien ponderada justifica- tosa. Arrojó el guante denodadamente al
ción del Consejo de Castilla, que, dice el orgulloso doctor, desafiándolo, en la forma
mismo obispo, tan luego como fué <• infor- acostumbrada, á un combate literario, cuer-
m a d o el Emperador de la impresión del po á cuerpo, y ante una " congregación de
" d i c h o libro y apología, mandó despachar "letrados teólogos y j u r i s t a s , " presidida
" luego su real cédula para que se recogie- por el Consejo Real de las Indias, donde se
" sen y no pereseiesen todos los libros ó disputaría " si contra la gente de aquellos
"trasladas della. Y así se mandaron reco- " r e i n o s (la América) se podia lícitamente
« o-ei por toda Castilla." El doctor paró en " y salva justicia, sin haber cometido nue-
" vas culpas, mas de las en su infidelidad
W Las noticias de Don Nicolás Antonio compa- " cometidas, mover guerras que llaman con-
radas con la de León Pinelo. hacen dudar si el De- " quistas."—El punto de la cuestión no po-
¿ c m S se imprimió también ese
día ser más delicado, grave ni importante;
machón exemplarilm, como d.ce el mismo Don Ni
colas.
y cuando se consideraba que iba á debatirse la sesión. Don Fray Bartolomé, al contra-
con el más formidable campeón de la mo- rio, desconfiando de sus propias fuerzas y
narquía, y aute el trouo de un monarca aspirando á asegurar su intento, llevó es-
guerrero y de una corte que, precisamente, crito su defensorio, cuya lectura ocupó cin-
por las conquistas se había elevado y man- co sesioues continuas.—"Y porque era muy
tenía en el primer rango, nadie dudaba que " l a r g o , nos dice él mismo, rogaron todos
la derrota del fraile desvalido y antipopu- " los señores teólogos y juristas de la Con-
lar, que así osaba provocarlo, sería tan " gregación al egregio Maestro y Padre Fray
completa como vergonzosa. Gozábanse ya " Domingo de Soto 131 confesor de S. M. de
en su victoria todos los que, según su acer- " la orden de Santo Domingo y que era uno
ba expresión, "deseaban y procuraban ser " deüos, que la sumase, y del sumario se
" r i c o s y subir á estados que nunca tuvie- " hiciesen tantos traslados, cuantos erau
" ron ellos ni sus pasados, sin costa suya, " los señores que en ella había, los cuales
" sino con sudores y augustias y aun mner- " eran catorce; porque estudiando sobre el
" t e s ajenas."— ¡ Estirpe numerosa y semi- " caso votasen despues lo que según Dios
lla fecunda, cuyas hondas raíces, como las " les pareciese.
de la mala yerba, renacen en todos los
El Maestro Soto desempeñó su comisión
tiempos, en todos los terrenos y bajo todas
con una escrupulosidad suma, pues tenía
las formas, sin que baste poder humano
encargo de no dejar traslucir su parecer;
para extirparla!
y como los informes al Consejo se habían
El reto fué aceptado con delicia y el Em- hecho privadamente, esto es, sin que el
perador mandó formar la junta de sabios uno de los contrincantes oyera al otro, se
y de magnates que debían hacer de jueces determinó oírlos nuevamente por escrito,
en aquel torneo literario. El doctor Sepúl-
veda se presentó el primero; y confiado en "3" Y tan egregio, que en la universidad de Sala-
su ciencia y en su justa celebridad impro- manea se repetía como proloquio:—qui scit Sotum,
scit totum. Aun hoy es una de las autoridades más
visó un elocuente discurso que. ocupó toda respetables en teología moral y derecho eanónico.
dando arabos conocimiento del extracto del " dad que el Si', obispo ha puesto tanta dili-
Soto. El doctor Sepúlvede lo hizo según " geneia y trabajo en cerrar todas las puer-
las prácticas de la época, es decir, en forma " tas de la justificación, y deshacer toáoslos
escolástica, y en estilo áspero, sembrado " títulos en que se funda Is justicia del Empe-
de alusiones y observaciones picantes. Dies- " rador, "que ha dado no pequeña ocasión á
tro y ejercitado disputador, según lo llama " los hombres libres mayormente á los que
Quintana, comenzó por captarse la benevo- " ovieren leído su Confesionario, que piensen
lencia y favor de la corte, presentándose " y digan que toda su intención ha sido dar á
como el campeón del Pontificado y del Im- " entender á todo el mundo que los reyes de
perio pidiendo " s e le oyera un rato con "• Castilla contra toda justicia y tiránicamente
" atentos ánimos, mientras respondía bre- " tienen el imperio de las Indias. . Pues con-
" ve y llanamente á las objeciones y aryu- " cluyendo d i g o : que es lícito subjetar esos
" das (del o b i s p o ) . . . á mí, decía, que de- " bárbaros desde el principio para quitarles
" fiendo el indulto y autoridad de la Sede " la idolatría y los malos ritos, y porque no
" a p o s t ó l i c a y la justida y honra de nues- " puedan impedir la predicación, y más fá-
" tros reyes y n a c i ó n . " A este prefacio se- " cil y más libremente se puedan conver-
guía una hábil y razonada impugnación " tir."
distribuida en doce capítulos, número igual
al de las Reglas que formaban el famoso La réplica del obispo, muy fundada en
Confesionario,—"que más verdaderamente ambos derechos y en doctrina teológica,
" (advertía como de paso) se podía llamar era vehemente y acerba, más quizá que el
" libelo infamatorio de nuestros reyes y na- ataque; bien que tal era la práctica de aque-
c i ó n . " La conclusión, perfectamente con- llos torneos, en que las palabras duras y
gruente con su exordio, se resumía en las ofensivas reemplazaban los tajos y botes
siguientes palabras, igualmente calculadas de lanza. Al tema lisonjero y belicoso con
para captarse la benevolencia del soberano que el doctor preludiaba su discurso, opuso
y del altivo p u e b l o e s p a ñ o l . — " Y en ver- el obispo el suyo pacífico que proscribía la
guerra y fundado enteramente en la suave
— 17(i —

predicación del Evangelio; porque, decía,


'• quien otro título á los reyes nuestros se- bre del patriotismo y del honor, para ele-
" ñores dar quiere para conseguir el prin var el alma de sus compatriotas é inspirar-
" cipado supremo de aquellas Indias, gran les grandes y heroicos sentimientos, en
" ceguedad es la suya: ofensor es de Dios, otra les procuraba arrancar de su sendero
" infiel á su r e y ; enemigo es de la nación de sangre y desolación estrujándoles el
" española, porque perniciosamente la en- amor propio y el pundonor; y el amor pro-
" gaña; binchir quiere los infiernos de áni pio y el pundonor del Español del siglo
" mas & c " El obispo se defendió con la X V I . ,3~ En fin, el sofisma de ese propio
misma energía en todos los puntos de ata- carácter con que se procuraba captar el
que. siguiendo al doctor en sus doce divi- ánimo del Emperador y de su consejo, dió
siones, á que dió otras tautas respuestas. una réplica dura y vehemente, que siu em-
Ellas muestran claramente que su autor no bargo envolvía una saludable lección, no
había oído solamente unos poquillos cánones sólo para los reyes, sino también para las
corno decía el resentido Padre Motolinía, repúblicas: "esto, decía, es deservir é ofen-
sino que era un profesor muy aventajado " der á los reyes, muy peligrosamente li-
de la cieucia, no careciendo tampoco de " sonjeallos, engañallos y echallos á per-
aquel ingenio y talento tan necesario en la ' • d e r . " — Y cayendo luego de golpe sobre
polémica para captarse los afectos, conmo- el doctor y sus doctrinas escribía:— t ; son
viéndolos y aun excitándolos, según las tan enormes los errores y proposiciones
conveniencias, para llegar al fin propuesto. " escandalosas contra toda verdad evaugé-
Así, tan presto fulminaba con la indigna- " lica y contra toda cristiandad, envueltas
ción y severidad del Profeta que amenaza " y pintadas con falso celo del servicio real,
en nombre de Dios á un pueblo corrompi- " dignísimas de señalado castigo y durísi-
do, como rogaba y persuadía con la unción " ma reprensión, las que acumula el doctor
y suavidad del pacífico propagador del cris-
tianismo: si en una parte hablaba en nom- •32 "Vergüenza grande y vituperiosa eonfusion
deviamos aver, ya que temor de Dios nos falta."
( rndérima réplica.)
" Sepúlveda, que nadie que fuese prudente
Aunque los pasajes copiados no parez-
" cristiano se debería maravillar, si contra
can tener relación ostensiblemente más que
i ! 61 no solo con larga escritura, pero como
con el doctor Sepúlveda, ellos sin embargo
11 á capital enemigo de la cristiana república,
afectaban muy directamente, aunque de
11 fautor de crueles tiranos, extirpador del li-
rechazo, al Padre Motolinía, que defendía
" naje humano, sembrador de ceguedad mor-
la misma doctrina, y que por su profesión
tatísima en estos remos de España, lo
y ministerio debía sentir más vivamente
'•quisiéramos i m p u g n a r . " Arrebatado de
las inventivas lanzadas contra su escuela.
su ardor, y después de otras explanaciones
He aquí el motivo de mencianarlos, pues
de su doctrina, exclamaba en la última fo-
que la mala impresión que dejaron en el
ja de su m e m o r i a : — " q u i e n esto ignora,
ánimo de los ofendidos, es un criterio ab-
" muy poquito es su saber; y quien lo ne-
solutamente necesario para juzgar do la
" gare no es más cristiano que Mahoma, sino
imparcialidad y justificación de las califi-
" s ó l o de n o m b r e . " ' ' 1
caciones desventajosas con que se venga-
ban do su ofensor, resumidas sustancial-
,3\ duodécima réplica,—Híiy en ésta otros muelios mente en la virulenta carta que aquel mi-
pasajes igualmente dignos de relevarse; mas no
quiero dejar en el tintero uno que justamente fijó
sionero escribió al Emperador.—Ya dije
la atención de Quintana, y que ciertamente nos da que uno do los motivos que muy particu-
el verdadero tipo del carácter de ese hombre extra-
ordinario, no menos q u e de la sinceridad v pureza
larmente me determinaron á tomar la plu-
de su ferviente celo. El doctor Sepúlveda le había ma, fué vindicar la siempre perseguida me-
opuesto un tremendo argumento >k lucho, que el P.
Moto lima repite en la p. 255 de su Carta, contra la
elieacia del sistema d e propagar el cristianismo pol- quiriría un punto de derecho mas del que de antes
la sola predicación, s i n el auxilio de las armas, pro- avia, (pie era ninguno, contra los Indios. L a razón
duciendo en apoyo d e l suyo, belicoso, la trágica es, porque, en el puerto donde lo llevaron los peca-
muerte de Fray Luis Cáncer, víctima de la feroci- dores marineros que devieran desviallos de allí, co-
dad de los Indios de l a Florida. " P e r o aprovéchale mo iban avisados, han entrado y desembarcado qua-
poco al reverendo d o c t o r Sepúlveda [exclamaba el tro armadas de crueles tiranos, que han perpetrado
obispo, en una retorsión tan enérgica como inteli- crueldades extrañas en los Indios por lo cual tie-
gente], porque aunque mataran á todo, los fraila de nen justísima guerra hasta el día del juicio contra los
Sancto Domingo, y á Sant I'ablo con ellos, no se ad- de España, y aun contra todos los cristianos."
déla controversia y pasiones irritadas por el
moría del obispo de Cliiapa; deber de conflicto suscitado entre el interés y la con-
gratitud en un hijo de América, y de con- ciencia, ardían inextinguibles en América.
ciencia en todo el que encuentra injusta- El clero de Cliiapa, firme en la doctrina de
mente ultrajada la honra del que 110 puede su Pastor, no absolvía, nos dice el mismo
defenderse. Padre Motolinía.' 31 á los Españoles impeni-
>Si el Consejo no quedó satisfecho con las tentes. En otras partes se hacía absoluta-
explicaciones de la doctrina del confesiona- mente lo contrario, creándose así la llaga
rio, tampoco las reprobó, y más adelante más pestilencial y cancerosa á la religión y
puede decirse que les prestó una perfecta á la moral: el cisma.
aquiescencia. Nuestro obispo, juzgando que
La renuncia de la mitra habría debido de-
había hecho ya cuanto era de su obligación
jar enteramente libre al obispo de sus anti-
y podía hacer en desempeño de su caritati-
guos cuidados y del encono de sus infinitos
va y dificílima misión, renunció la mitra y
enemigos; pero 110 fué así, ya porque el go-
se retiró al monasterio de San Gregorio de
bierno le consultaba frecuentemente en los
Valladolid, llevando consigo á su fiel ami-
negocios de América que presentaban al-
g o y compañero Fray Rodrigo de Ladrada,
guna gravedad, ya porque, dice Remesal,' 33
resuelto á consagrarse enteramente á ejer-
" s u ocupación después que dejó el obispa-
cicios de devoción y piedad. Así manifes-
do, fué ser defensor y protector de los Indios.''
taba que ni tenia un interés impropio en
Si este era un encargo oficial ó un servicio
las cuestiones que debatía, ni uu tenaz em-
oficioso, no se discierne bien de las pala-
peño en conducirlas á un término preciso, ni
bras del cronista; mas dicen lo bastante pa-
en fin la obstinación y terquedad que se le
ra comprender algunos sucesos posteriores
imputaban. Casi dos años habían trascurrido
de su vida. El conocimiento de uno de ellos
desde su famosa disputa con el doctor Se-
púlveda, sin que el Consejo hubiera pronun-
ciado su fallo, ni manifestara siquiera la in-
'3* Carta, pág. 260.
tención de hacerlo. En el entretanto el fuego "35 Lib. X , cap. 24.
que el lector atento estimará en su valor, IB de Felipe II, despachada en Valladolid
lo debemos á la curiosidad de los estudian- á 3 de Noviembre de 1550, por la cual, se-
tes de San Gregorio, y á la sordera de Fray gún parece, se ratificaba la prohibición im-
Rodrigo, confesor del obispo. Cuéntase que puesta á la circulación de la Apología que
algunas veces oían aquellos las amonesta- el doctor Sepúlveda habia hecho imprimir
ciones que con voz bastante alta bacía á en Roma, según d i j i m o s antes ordenán-
su ilustre "penitente, á quién solía decir: dose además al gobernador de Tierra Fir-
" Obispo mirad que os vais al infierno: me que recogiese los ejemplares que hubie-
que no volvéis 136por estos pobres Indios co- ran pasado á América, y los volviera á
mo estáis obligado" "< ¡Qué debemos juz- España.—"Y lo mismo, añade el cronis-
gar del buen Fray Rodrigo de L a d r a d a ! ! ! " ta, escribió Su Alteza al virey de México,
No podemos dudar que esas agrias co- " firmando la carta en San Martin, á los
rrecciones hicieran una honda impresión " 19 de Octubre del mismo año de 1550."
en el espíritu del obispo, tan profundamen- —Esta prohibición era una consecuencia
te religioso, c o n o delicadamente suscepti- necesaria del estado que guardaba la polé-
ble, y que lo dispusieran á todo lo que se mica entre el obispo y el doctor, 110 pare-
le presentara como el estricto cumplimien- ciendo conveniente ni arreglado, según las
to de su deber. Así, podemos considerar prácticas de entonces, que al público preo-
como inspiración suya la idea que le vino cupara una cuestión de tal gravedad é im-
de imprimir sus opúsculos; empresa arries- portancia, que sólo podia determinarse le-
gada bajo todos aspectos, y que necesaria gítimamente por la autoridad del Consejo.
mente debía propagar y remachar el odio
El año de 1552 había entrado, y nada in-
rabioso con q u e por todas partes era mal-
dicaba que aquella augusta corporación se
decido su nombre. Remesal cita una cédu-
dispusiera á pronunciar su fallo, á la vez
que, según se ha dicho, la controversia se
proseguía cou el misino ardor y con sus
136 Esto es, no Jos amparáis ni protegéis.
*37 líemesal, ubi sup. mismas fatales trascendencias. El obispo
se decidió entonces á imprimir sus opúscu-
entonces se tradujo en las lenguas princi-
los, ya para provocar con ellos la resolu-
pales de Europa; la Disputa ó Controversia
ción definitiva del Consejo, ya, si no la da-
con el Doctor Sepúlveda, de que se ha da-
ba, para autorizar con su silencio la doctri-
do ya razón; una Memoria que presentó al
na establecida en aquellos. Firme, como
Consejo, por su orden, sobre la esclavitud
en todas sus resoluciones, y sin desalentar-
de los Indios, papel más espantable por
se por la mala suerte con que había cami-
sus horribles revelaciones, que la misma
nado el doctor Sepúlveda, imprimió y c i r -
Brevísima relación; 138 y en fin, el execrado
culó los tratados que hoy corren en un vo-
Confesionario, materia de tanta turbación y
lumen, tan estimado como escaso, aunque
escándalo con las Adiciones y las Treinta
sin formar cuerpo ó colección. Como en
proposiciones, que le servían de comenta-
cuatro de ellos falta la indicación del mes
rio y defensorio.
y día de la impresión, es difícil saber cuál
fué el primero que salió á luz; mas por los Ninguna pluma alcanzaría á describir,
otros cuatro que se encuentran en el ejem- ni todos podrán comprender la irritación y
plar que y o poseo se puede reconocer que terrible sacudimiento que debió producir
el obispo quiso publicarlos simultánea- en esa época la lectura de estas piezas, que
mente, pues las fechas de su impresión son se anunciaban como el grito de la victoria
11 de Agosto 12 y 20 de Septiembre de obtenida por un fraile anciano, desde el
1552, con la circunstancia de haberse en- fondo de su claustro, sobre los inmensos y
cargado la del penúltimo á otro impresor, poderosos intereses de los potentados de
probablemente para abreviar y para facili-
tar la circulación simultánea, por la suma J38 Hablando de él y de otro que escribió sobre
lentitud con que entonces se ejecutaban las los repartimientos deeia nuestro P a d r e Motolinía (pá-
las operaciones tipográficas. En esa colec- gina 207): " n o liay hombre humano de cualquiera
nación, ley ó condición que sea, q u e los lea, que no
ción figuraba la famosa Brevísima relación cobre aborrecimiento y odio mortal y tenga á todos
de la destrucción de las Indias, que' desde los moradores de esta Nueva Espafía por la más
cruel y más abominable y más infiel y detestable
gente de cuantas naciones hay d e b a j o del cielo, &c.
dos mundos, y después de una lucha lar- piares? Si diéramos asenso á Fray Tori-
gamente sostenida y empapada en sangre bio, la respuesta á la primera cuestión se-
y lágrimas. Podemos, juzgar de esa impre- ría afirmativa, pues consolándose á sí pro-
sión por la que hizo en el espíritu del Pa- pio y dándose satisfacción de su queja con-
dre Motolinía, pues que esos opúsculos, y tra el Consejo que había tolerado la impre-
muy particularmente el Confesionario, fue- sión, dice en seguida: " m a s despues bien
ron los que dieron ocasión y materia á la " mirado, vi que la impresión era hecha en
filípica tantas veces citada, y que en forma " Sevilla al tiempo que los navios se que-
de Carta dirigió á Carlos Y el 2 de Enero " rian partir, como cosa 'de hurto y mal he-
de 1555. Si quisiéramos reconocer la medi- "dio." Contratista aserción obran varias
da de su irritación, la tendríamos en el arro- consideraciones, y la autoridad del propio
j o con que se desliza hasta darse por ofen- Padre Motolinía, que resuelve nuestra du-
dido del Consejo, y lo que es más, hasta da 2 ^ en aquellas palabras: "agora en los
manifestar su enojo al Emperador mismo. "postreros navios que aportaron á esta Nue-
De las palabras con que Fray Toribio for- " va España han venido los ya dichos con-
mulaba su queja, combinadas con otro pasa- " fisionarlos IMPRESOS, que no pequeño al-
je surgen dos dudas que no será inútil escla- b o r o t o y escándalo han puesto e t c . " —
recer, por su congruencia con nuestro asun- Analicemos las especies, harto contradic-
to.—1 ¿Don Fray Bartolomé imprimió sus torias, contenidas en estos pasajes.
opúsculos á la manera del doctor Sepúlve- La comunicación entre la América y la
(la, esto es, á excusas del Consejo y atre- España no se hizo durante el siglo X V I , v
pellando sus prohibiciones? 2® ¿ E n qué aun mucho tiempo después, sino por me-
fecha llegaron á México los primeros ejem- dio de las Flotas que venían y retornaban
en épocas fijas. LTna cédula expedida en
•33 " — cuando yo supe lo que escribía el do las 1564 regularizó este tráfico, ordenando
Casas, tenía queja de los del Consejo, porque consen-
tían que tal cosa se imprimiese, & e . " rCarta cit., '->° Hoy la L. 13, título 3G, libro 9 de la Recopila-
en la pág. 2G9.J
ción de indias.
que las destinadas á la Nueva España [Mé-
x i c o ] se hicieran precisamente á la vela el tos han debido hacerse, necesariamente,
por las Flotas y en las épocas prescritas
1 de Abril, "aun cuando estuvieran á
por la ley, podemos también fijar con bas-
media carga." Disposiciones posteriores 141
tante certidumbre las de su partida de los
hicieron una pequeña alteración, designan-
puertos de España. Ahora b i e n ; en la men-
do el mes de Mayo para las de México, y el
cionada noticia del envío de caudales, encon-
de Agosto para las de Tierra-Firme-El
tramos que no lo hubo en el año de 1552;144
retorno estaba igualmente regulado por la
pero sí en los de 1553, 1554 y 1555; por
mencionada cédula, 145 señalándose para las
consiguiente las Flotas respectivas que los
que partían de Tierra-Firme el 1 de Fe-
condujeron, salieron de España en Abril ó
brero, y para las de Veracruz el 15, de ma-
Mayo de 1552, 1553 y 1554, arribando á
nera que ambas se juntaran en la Habana México, probablemente, hacia Octubre 145 de
el 1 de Marzo para continuar unidas. No su año respectivo. De estos precedentes y de
tenemos, ó y o no conozco, ninguna noticia la aserción del mismo Padre Motolinía, que
de las fechas en que vinieron las Flotas de decía el 2 de Enero de 1555, que los opúscu-
España, desde el descubrimiento de Méxi-
co hasta fines del siglo X V I ; pero sí la
hay de los envíos de caudales que los gober- 451, con el siguiente epígrafe: Envois d'or et d'ar-
gent faits par les Gouverneurs et Vice-Rois du Mexi-
nadores y virreyes de México hicieron des- que. A continuación sigue la lista de los arribos de
las Flotas, intitulada: Liste générale des Flottes et
de el año de 1522 al de 1587; 143 y como és- Azogues qui sont entrées dans le port rie la Veracruz
depuis la conqucte jusqu'à l'anneé 1760.—No obstante
*-" Eucuéntr.mse, eon otras muchas conexas, en este anuncio, comienza en el año de 1581.
la obra que escribió 1). José de Veytia, padre de Il n'y a pas eu d'envoi,
nuestro historiador D. Mariano, con el título Norte •
' >3 Fundo esta conjetura en la lentitud con que
de la Contratación de las Indias, fe., libro II. capí- entonces se hacía la navegación, y en el hecho,
tulo 4. muv repetido para ser casual, de que todos los vi-
142 L e y 30 de la misma Rec., v Veytia cit, rreyes del siglo X V I tomaron posesión de su plaza
143 Hállase en la Colee, de 'Temaux-Compans, entre Octubre y Noviembre, sin que forme excep-
antes cicada, en el volumen intitulado Recneil de ción D. Luis de Velasco el 2 ° , pues por motivos
I'téces relatives a la Conquete du Mexique, página particulares desembarcó en Tampico á fin del año
de 1589,
los IMPRESOS del Y . Casas habían llegado á Apología del doctor Sepúlveda.—Obra t o -
México por la última Flota, se deduce davía una última consideración que parece
necesariamente, que la que trajo aquellos decisiva, y es que la Brevísima Relación, esa
fué la que salió de l o s puertos de España tremenda invectiva contra los conquista-
en A b r i l ó Mayo y arribó á Veracruz hacia dores y encomenderos, que causó el ma-
el mes de Octubre d e l año anterior de l o o ! . yor escándalo, la DEDICO SU autor á Felipe
De esta deducción son también forzusos II. —"y la puse en molde (dice el p r ó l o g o )
consectarios, que el V . Casas ni imprimió "porque su alteza la leyese con más facili-
furtivamente sus mencionados opúsculos ni "dad."—Dedicatorias de obras de tal carác-
menos aguardó la ocasión de la salida de la ter, y á tan altos personajes, no se hacían
Flota para imprimirlos y despacharlos á antes, ni aun hoy, sin captar previamente
América, según insinúa y pretende persua- su consentimiento.
dir el Padre Motolinía. La prueba y funda-
La Carta del Padre Motolinía al Empe-
mento de esta aserción nos la da incontras-
rador, que tanto nos ha dado en qué enten-
table un simple cotejo de las fechas. Li
der, es el último documento que conozca-
impresión del famoso confesionario, el últi-
mos de este misionero, y también el último
mo de los publicados, se acabó el 20 de
suceso de fecha cierta: los otros constan
Septiembre de 1052, y de esta fecha á l a d e
únicamente de las narraciones generales y
la salida de la Flota que los trajo mediaron
vagas, características de las antiguas cró-
(lies tj nueve meses, cuando menos; tiempo
nicas y biografías; bien que tampoco nos
muy sobrado para destruir la sospecha de
hayan conservado sucesos de grande inte-
clandestinidad y para que el gobierno hu-
rés. Los más notables son la singular dis-
biera recogido la edición é impedido su cir-
tinción "con que lo honró la Silla Apostóli-
culación en América, como lo hizo con la
ca, concediéndole la facultad de adminis-
trar el sacramento de la confirmación; !|7
,J6 " . . . . agora en los postreros navios que apor-
taron á esta Nueva España, & c . " (Carta citada, pá- '•>- El P. Vetancurt dice que la primera v e z que
gina 256.) ' •. hizo uso de esta facultad, fué en su viaje á Guate-
su ministerio de guardián de Tezcoco y la mente pruebas inequívocas en este resumen
fundación de Atlixco, cuya primera igle- biográfico, y se encuentrau á cada paso en
sia construyó. El MS. en lengua mexicana los destrozados fragmentos que nos restan
de que se habló en otra parte, insinúa que de las memorias contemporáneas. Una de
f u é guardián de Tecamachalco durante año las más estimables tradiciones, conservada
y medio. por uno de los escritores también más es-
Los monumentos históricos y la tradi- timables, 145 nos lo retrata al vivo en las si-
ción son uniformes en encomiar las gran- guientes palabras i "y pusiéronle (á Fray
des virtudes, trabajos é infatigable diligen- " Toribio) el nombre de M o t o l i n e a . . . . por-
cia y perseverancia de nuestro misionero, " que cuanto le dabau por Dios lo daba á
diciéndose de él " q u e fué el que anduvo " los Indios y se quedaba algunas veces sin
más tierra.''—Pruébanlo en efecto, sus dila- " comer, y traía unos hábitos muy rotos y
tadas y repetidas expediciones. Ellas igual- " andaba descalzo y siempre les predicaba,
mente dan testimonio de su genio obeerva- " y los Indios lo querían mucho, porque
dor, en las variadas noticias que nos lia con- " era una santa persona." Y justo era que
servado de las curiosidades de la naturaleza lo quisieran, pues aun en las ocasiones en
en todos sus ramos, lo mismo que de los que los Españoles podían resultar directa-
usosy costumbres de los indígenas. mente comprometidos por sus excesos con-
De su ardientj caridad y amor á los lu- tra los Indios, Fray Toribio perseguía in-
dios, de quienes fué un protector celosísimo flexible á los culpados hasta obtener se hi-
y un verdadero padre, afrontaudo con todo cieran en ellos castigos saludables. Así
género de contradiciones, tenemos igual- sucedió en el ruidoso caso de la muerte de
los niños denominados los Mártires de Tlas-
cala, en el cual, apareciendo cómplices dos
mala, sin expresar en cuál de ellos; pero es muy
probable que las haya ejercido desde los primeros
años de la conquista, según puede deducirse del 'J8 B. Díaz del Castillo, Historia verdadera de la
Acta del Ayuntamiento, citada al principio de esta Conquista de la Nueva España, cap. 171.
Noticia, donde se le denominaba Vice-Ejuscojio,
Ramírez— 25.

' - • •
españoles de haber intentado impedir la obligaba a los misioneros á tomar una par-
ejecución de la justicia, fueron rudamente te directa y activa en la dirección de los
azotados. 149 negocios públicos, autorizándolos para me-
Estos actos de caridad y de justicia, y to- ditar y propouer los remedios y mejoras
das las otras virtudes evangélicas que en convenientes. Si el Padre Motolinía no
tan alto grado poseía el Padre Motolinía, puede aspirar á la corona literaria, sí tiene
le habían granjeado el afecto y veneración justos títulos para reclamar la que se debe
pública, al puuto de elevarlo sobre el nivel al geuio investigador y observador, que en
común de la naturaleza humana. Así, á la práctica vale más que el ingenio y la
la eficacia de su oración y merecimientos, erudición. Fruto de aquellas dotes es el
atribuía el pueblo el beneficio de las llu- pensamiento profundamente político con
vias, en un año que las cosechas se perdían que, sin pretensiones ni estudio, concluía
por su falta; de la misma manera que otra uno de los capítulos de su Historia' 3 ' y que
vez, en que la abundancia de agua las des- en el último siglo dió tanta nombradla
truía, obtuvo la seca. '5° á uno de los más famosos ministros de
La importancia de las funciones que en Carlos III, de España, estimándose como
el siglo X V I ejercían los misioneros desti- una profecía política, que podría decirse
nados á la América, sus incesantes contra- cumplida cou los sucesos de nuestro país y
dicciones con los conquistadores y la in- de nuestro tiempo. Hé aquí sus palabras,
filtración del elemento teocrático en la ad- escritas probablemente hacia el año d e . . . .
ministración general de la monarquía espa- 15-10.—"Lo que esta tierra ruega á Dios es
ñola, más abundaute y vigoroso en la " que dé mucha vida á su rey y muchos hi-
particular de los países recientemente con- " jos para que le dé un infante que la seño-
quistados, no solamente daba sino que "ree y ennoblezca y prospere, así en lo es-
p i r i t u a l como en lo temporal, porque en

P. Motolinía, pág. 224 de su Historia.


'5° Torquemada, libro X X , cap. 25. '5' El 9 del Trat. III, pág. 196.
" esto le va la vida; porque uua tierra tan
" añadir otras especiales, que militan con-
" g r a n d e y tan remota y apartada no se
" tra las posesiones españolas de ultramar,
" puede desde tan lejos bien gobernar, ni
" á sabsr: la dificultad de socorrerlas cuáh-
" una cosa tan divisa de Castilla y tan apar-
" do puedan tener necesidad, las vejacio-
c a d a no puede perseverar sin padecer
" nes de algunos de los gobernadores con-
" g r a n d e desolación y muchos trabajos, é ir
" tra los desgraciados habitantes, la dis-
" cada dia de caida, por no tener consigo á
" tancia de la autoridad suprema, á la que
" su principal cabeza y rey que la gobierne
" tienen necesidad de ocurrir para que se
" y mantenga en justicia y perpetua paz. y
" atiendan sus quejas, lo que hace que se
" h a g a merced á ios buenos y leales vasa -
" pasen años enteros antes que se haga jcis-
" líos, castigando á los rebeldes y tiranos
" ticia á sus reclamaciones, las vejaciones
" que quieren usurpar los bienes del patri-
" á que quedan expuestos de parte de las
" monio real."—Este, como se vé, era el
•'autoridades locales en este intermedio,
mismo pensamiento que se atribuye al con-
" la dificultad de conocer bien la verdad á
de de Aranda, y que enunciaba casi con las
" tanta distancia, por último, los medios
propias palabras cuando más de dos siglos
" que á los vireyes y capitanes generales,
después (1783) decía á su soberauo: — " N o
" en su calidad de españoles, uo pueden
" me detendré ahora en examinar la opi-
" faltar para obtener declaraciones favora-
" nion de algunos hombres de estado, así
b l e s en España. Todas estas circunstau-
" nacionales como extrangeros, con cuyas
" cias no pueden dejar de hacer descouten-
" ideas me halio conforme sobre la dificul-
" tos entre los habitantes de la América, y
" tad de conservar nuestra dominación en
" obligarlos á esforzarse para obtener la
" América. Jamás posesiones tan exten-
" independencia, tan luego como se les pre-
' ' sas y colocadas á tan grandes distancias
sente la ocasion." De aquí deducía la ne-
" de la metrópoli se han podido conservar
cesidad y conveniencia para la España—
" por mucho tiempo. A esta dificultad que
" de colocar á sus infantes en América; el
" comprende á todas las colonias, debemos-
" uno rey de México, otro rey del Perú y el
— 198 — - - 199 —

" t e r c e r o de la Costa Firme, tomando el rarse para que rezaran aquella hora canó-
"monarca español el título de e m p e r a d o r . " nica, advirtiéudoles " q u e á su tiempo los
¡ Proyecto eminentemente político y gran llamaría. " H í z o l o así cuando hubieron con-
dioso que habría cambiado totalmente la cluido, " y estando todos juntos en su pre-
faz del continente americano y retardado sencia y habiéndoles dado su bendición con
por siglos la decadencia de la m e t r ó p o l i ! muy entero juicio, dió el alma á su cria-
Las crónicas franciscanas, lo mismo que d o r . " 152 Apenas hubo exhalado el último
otros muchos monumentos inéditos que he suspiro, cuando los circunstantes se preci-
consultado dejan una laguna de catorce años pitaron sobre su cadáver, disputándose los
en el último período de la vida del Padre girones de la pobrísima mortaja que lo cu-
Motolinfa, saltando del 1555 última fecha bría. Don Fray Pedro de Ayala, obispo de
bien conocida hasta el 9 de Agosto de 1569 Xalisco, fué el primero que le cortó un pe-
en que el Martirologio y el Menologio fran- dazo de la capilla del hábito, porque le te-
ciscano de Vetancurt poneu su muerte. Pre- nía mucha devoción y en reputación de san-
sintiéndola quiso celebrar por la última vez, to, como .en verdad lo era, añade su bió-
á cuyo efecto hizo disponer un altar en el grafo. 133 El Padre Motolinía fué el último de
claustro antiguo del convento grande de los doce misioneros que pagó su tributo á
esta ciudad. Trémulo, casi arrastrándose, la tierra que había fecundado con su doc-
rehusando todo ajeno apoyo y mostrando en trina, edificado con su virtud, é ilustrado
el ánimo aquel esfuerzo que le negaba la coa sus apostólicos afanes, tan dilatados
naturaleza y que le caracterizó en su larga y como útiles y meritorios.
trabajada carrera, se dirigió á la ara santa La fecha de su muerte puede fijarse con
para consumar el augusto sacrificio. P o c o bastante precisión, no obstante la discor-
antes do, completas (seis de la tarde) se man-
dó administrar la extremaunción, y como á
esta fúnebre ceremonia se encontraran pre- .5= Torqufimada, libro X X , cap. p . — V e t a n c u r t ,
Menolog. franciscano, 9 de Agosto.
sentes varios religiosos, los invitó á reti- •ss Torqueraada y Vetancurt, ubi supra.
dancia de sus dos principales biógrafos.
alguno para ponerlo como allí se pone'54 en
Torquemada dice que murió "el día del glo-
el año de 15G8.'54
rioso mártir español San Lorenzo, cuyo
Hasta aquí solamente hemos visto en
muy particular devoto e r a ; " y que fué sepul-
Fray Toribio de Benavente al misionero in-
tado "el mismo día con la misa del Santo, en
fatigable, al caritativo y animoso defensor
lugar de la de d i f u n t o s ; " notando de paso
de las razas conquistadas, y al ardiente
que en su introito se encuentran aquellas
propagador de la civilización cristiana; va-
palabras—confesio et pulehritudo in conspec-
mos ahora á considerarlo en otro teatro no
tu pjus tf-c,—"que con harta congruidad se
menos interesante para la civilización que
podian aplicar al apostólico v a r ó n . " Ve- para su propia gloria; en el de las letras,
taneurt, citando á Gonzaga y al Martirolo- donde ocupa y ocupará siempre un lugar
gio, dice que murió el 9 y que le enterraron distinguido, como fuente abundante y pura
el día de San Lorenzo; repitiendo las otras de las tradiciones primitivas de la civiliza-
circunstancias que Torquemada. Ellas, en ción cristiana, y de otras muchas preciosas
buena crítica, autorizan la data de Vetau- de la historia antigua del país. En esta in-
eurt, porque supuesto que el Padre Moto- vestigación quedará también vindicado su
linía haya muerto después de completas, ó buen nombre de los lunares que una crítica
lo que es igual, después de. las neis de la tar- severa é imparcial encuentra en su ardiente
de, es improbable sepultaran su cadáver polémica con el V . Casas, y que han dado
en esa noche, é imposible que esto se hi- motivo á uno de sus más esclarecidos com-
ciera con la misa de San Lorenzo, cuya patriotas y distinguido escritor de nuestro
festividnd se celebraba al día siguiente. siglo, para hacerle reproches excesiva-
Un descuido, probablemente de pluma ó mente acres y duros. Así como Quintana,
de imprenta, en la Biblioteca Hispano-Ame- memorando los furores de la conquista, de-
ricana del Dr. Beristain, produce otra va- cía de ellos para vindicar á su patria:
riante mucho más grave, pues h a c : retro- "Crimen fueron del tiempo, y no de España,"
ceder el suceso un año entero. X o hay dato
'34 Art. Motolinía (Fray Toribio.)
así también podría decirse de los deslices
del Padre Motolinía, que lo fueron de la
turbulenta situación en que se encontraba
metido y de la oposición de principios en
materia tan difícil y controvertible. Si to-
davía lioy la pusiéramos á discusión, pro-
duciría entre nosotros las mismas discor-
dias con sus acompañantes inseparables de
imputaciones ofensivas, recriminaciones y
odios, pues q u e aun ardemos en ellos por SEGUNDA PARTE.
motivos m e n o s justificables, y hasta por
cuestiones destituidas de sentido común.

A pesar ele todo, la historia trasmitirá el BIBLIOGRAFIA.


nombre de F r a y Toribio Motolinía hasta
las más remotas generaciones, con la aureo-
| A R I O S son los escritores que nos
la debida á los grandes benefactores de la
han conservado la noticia de las
religión, de la humanidad y de la civiliza-
obras d e Fray Toribio Motolinía;
ción.
pero habiéndolo hecho los más por inciden-
cia, y los otros con la vaguedad ó descuido
con que hasta hace poco tiempo se cultiva-
ba la bibliografía, las variantes se presen-
tan á cada paso, y con ellas las dificultades
ó incertidumbres, no sólo para discernir un
escrito de otro, sino aun para identificar su
autor. La dificultad se aumentó con el nú-
mero. Los últimos, copiando indolente-
mente á sus predecesores, nos extraviaban
así también podría decirse de los deslices
del Padre Motolinía, que lo fueron de la
turbulenta situación en que se encontraba
metido y de la oposición de principios en
materia tan difícil y controvertible. Si to-
davía lioy la pusiéramos á discusión, pro-
duciría entre nosotros las mismas discor-
dias con sus acompañantes inseparables de
imputaciones ofensivas, recriminaciones y
odios, pues q u e aun ardemos en ellos por SEGUNDA PARTE.
motivos m e n o s justificables, y hasta por
cuestiones destituidas de sentido común.

A pesar ele todo, la historia trasmitirá el BIBLIOGRAFIA.


nombre de F r a y Toribio Motolinía hasta
las más remotas generaciones, con la aureo-
| A R I O S son los escritores que nos
la debida á los grandes benefactores de la
han conservado la noticia de las
religión, de la humanidad y de la civiliza-
obras d e Fray Toribio Motolinía;
ción.
pero habiéndolo hecho los más por inciden-
cia, y los otros con la vaguedad ó descuido
con que hasta hace poco tiempo se cultiva-
ba la bibliografía, las variantes se presen-
tan á cada paso, y con ellas las dificultades
ó incertidumbres, no sólo para discernir un
escrito de otro, sino aun para identificar su
autor. La dificultad se aumentó con el nú-
mero. Los últimos, copiando indolente-
mente á sus predecesores, nos extraviaban
" apud Indos fideles habentur, passimlecti-
con sus discrepancias, dando motivo aun
" tuntur, ex illisque máximum fructum spiri-
para dudar si se trataba de una misma
" tualem sibi hmriunt ac depromunt, etiam
obra, anunciada con títulos diferentes, ó
" edidit.'' — Vetancurt afirma [V. § 2] que
bien eran en realidad dos diversas. La no-
la obra de donde se ha tomado esta noticia,
ticia más antigua que conozco de los escri-
la escribió Fray Pedro de Oroz, contempo
tos de nuestro autor, se encuentra en una
raneo del Padre Motolinía, en la misma
compilación de fines del siglo X V I ; 1 y co-
provincia y convento. Torquemada no hizo
mo el'a sea la fuente donde han bebido los
más que copiarla, volviéndola á su original
más puntuales, y por otra parte se haya
castellano, con excepción de un tratado al
hecho rara, copiaré á la letra el párrafo que
que conservó su título latino De Moribus
consagró á aquel asunto, para que así se
Indorum.
puedan calificar con más acierto las varias
copias que de él nos han dado los biblió- Pocos años después ( 1 5 9 8 ) , Fray Luis
grafos posteriores. Ese párrafo forma el Rebolledo, otro religioso de la misma or-
final de la biografía del Padre Motolinía, y den, aumentó el catálogo con la noticia de
dice así: " Séripsit libros vonnullos ÜT de un tratado sobre la guerra de los Indios, y
" Moribus Iudorum; Adventus duodecim otro de materias espirituales.
" Patrum, qui primi eas regioues devene- A principios del siglo siguiente (1601),
" runt, etde eorurn rebusgestis; Doctrinara Fray Juan Bautista, guardián que fué mu-
cho tiempo del convento de Tlaltelolco,
christianam mexicano idiomate; Alios
imprimió una traducción mexicana de la vi-
" item tractatus spiritualium materiarum et
da y muerte de los niños indígenas deno-
'' dfvotionis plenarum qui máximo in pretio
minados Mártires de Tlaxcala.—En 1606,
1 I)e origine Serapliieaj Religionis Franciscanas Henrico Martínez, el desgraciado inventor
f j u s q u e p ogi>ssibus, de R e g u l a o s observantiíe ins- y director del Desagüe de Huehuetoca,
titutione, forma administrationis ac leüibus, admi-
rabilisque ejus pvopaeatione, Pr. Francisci Gonza- dando razón del calendario mexicano, men-
gua\ Rom®, 1587, fol. Quarta Pars. Provincia S.
Évangelii, pag. 123 \
ciona por incidencia una explicación de él Algunos años después (1629) publicó
escrita por el Padre Motoliuía. Dou Antonio de . León Pinelo su Epítome
En el mismo s i g l o (1615), dos de nuestros de la Biblioteca Oriental, Occidental, Náuti-
más famosos historiadores, Fray Juan de ca y Geográfica, que aumentó las noticias
Torquemada en México, y el cronista An- bibliográficas de nuestro autor con la Rela-
tonio de Herrera en Madrid, citaban con el ción de las cosas, idolatrías, ritos y ceremo-
propio título una obra, que por la vague- nias de la Nueva España. El Bibliógrafo
dad de su enunciación pone en gran perple- añade haber visto este l i b r o ; circunstancia
jidad para identificarla. Torquemada, se- inapreciable que no se encuentra en ningu-
gúu se verá en el § 9, habla varias veces no de sus predece; >re •. Cita otros tres ar-
de los Memoriales del Padre Motoliuía; y tículos ya conocidos.
como en su historia corrigió cou tal cual
Muy adelantado el siglo (1672) dió á luz
acritud algunos pasajes de Herrera, ofen-
Don Nicolás Antonio su famosa Bibliotheca
dido éste le contestó en el mismo estilo, de-
Hispana Nova, haciendo á las letras el im-
primiendo sus autoridades. Abonando en
portante servicio de reunir en un cuerpo
seguida las suyas propias, decía haber se-
las noticias que hasta entonces corrían dis-
guido para la redacción de sus Décadas,
persas. Pero no aumentó el catálogo, y con
entre otros, " l o s Memoriales de Diego Mu-
su crítica comenzaron las ineertidumbres.
" ñoz Camargo, de Fray Toribio Motoliuía
Fray Agustín de Vetancurt, religioso y
" y otros m u c h o s . " 2 Lo que deba juzgarse
cronista de este convento franciscano, c e -
de esta obra, se dirá en su propio lugar.
rró el siglo X V I I (1697) con una noticia

2 Herrera, Déc. V I . lib, 3, cap. 19.—Para bieu diana del P. Torquemada. donde se encuentran las
comprender este pasaje, que á primera vista pre- censuras á que hago alusión. Es por tanto seguro
senta en el original dificultades inextricable-', debe que Herrara las vió antes de la impresión y en el
tenerse presente que las cuatro primeras Décadas mismo MS. del autor, qu Q h i debido llegar á Ma-
de Herrera se imprimieron el año de 1601, y las drid hacia fines de 1612. De psta m m e r a se explica
cuatro siguientes el de 1615, en el mismo que se im- esa singular simultaneidad del cargo con la res-
primió también, por primera vez. la Monarquía In- puesta.
que se me hace sospechosa por su forma y opuesto, siendo el suyo defender la ultra-
concisión. De ella me encargaré en el § 10. jada memoria de Don Fray Bartolomé de
El siglo X V I I I nada adelantó, porque el las Casas.
nuevo editor de la Biblioteca de León Pi- Diez años después, el insigne historiador
n d ó (1757) no hizo más que seguir el ejem- de la Conquista de México, Mr. W . II.
plo de Don Nicolás Antonio. Roberstsou Prescott, dió á conocer por primera vez el
(1777) y Clavigero (1780) solamente nos mérito é importancia de la obra anunciada
dieron un nuevo y más extenso título de dos siglos antes por León Piuelo, elogián-
una obra ya conocida. dola en uua de las interesantes noticias
Más afortunado nuestro siglo, vió salir biográficas y bibliográficas que exornan
(1805) de entre el polvo secular de los ar- aquella historia.
chivos de Madrid largos fragmentos de un En 1848 salió á luz la mayor parte de esa
importante documento; de la Carta del Pa- misma obra, en la espléndida y rica colec-
dre Motolinía á Carlos V . ( V . §12.) ción . de Antigüedades Mexicanas que em-
No mucho tiempo después ( 1 8 1 6 - 2 1 ) , el prendió el magnífico y malogrado Lord
Dr. Don José Mariano Beristain reprodu- Kíngsborough; pero sorprendido por la
cía en nuestras prensas, aunque descuida- muerte á la mitad de su carrera, y converti-
damente, el catálogo de sus predecesores, do después su generoso pensamiento en
omitiendo los Memoriales y los Tratados es- mera especulación de librería, esa obra, lo
pirituales, olvidando la Carta á Carlos V, mismo que otras de su colección, quedó
y aumentando, en vez de esclarecer, las in- truncada en el volumen postumo publicado
certidumhres que habían sembrado los Bi- el dicho año.
bliotecarios españoles.
En fines de 1854 la tenía ya impresa,
Eu 1833 repitió el ilustr; Don Manuel completa y aumentada con la Carta á Cur-
José Quintana la publicación de los frag- ios V, el Sr. García Icazbalceta; pero como
mentos de la Carta á Carlos V, en me- sólo ha trabajado en ella en sus ratos de
nor número y con un espíritu enteramente 0"io y por mero solaz, se le adelantó en la
Ramírez.— 27
publicación de la Carta, mi excelente amigo la-cita con subtítulo en castellano (De las
é infatigable investigador de MSS. america- • costumbres de los hulios], aunque anotando
n o s , M R . BUCKINGHAM SMITH, s e c r e t a r i o q u e estar escrita en latín. Don Nicolás Antonio
fué de la Legación de los Estados-Unidos repite la especie, enunciando la duda de sí
en esta República, y actualmente en la sea la misma obra que la de los Ritos, ido-
corte de Madrid. Ha dádola á l u z el año latrías &c. ( V . §11), y Beristain añade que
próximo pasado en el tomo I de su intere- de ella se aprovechó mucho Torquemada,
sante y bella Colección de Documentos para como antes lo hicieron el dominico Fray
la Historia de la Florida. Ahora aparece Diego Durán y el Padre José Acosta, jesuí-
también en la presente, y se anotan las li- ta. Y o conjeturo que ninguno de estos bi-
geras variantes que ha dado su colación. bliógrafos la tuvo á la vista y que escribían
Si en los párrafos que preceden liemos por noticias, particularmente el último, cu-
podido seguir paso á paso y con datos se- ya aserción, por lo que toca á los Padres
guros la enfadosa cronología de las noticias Durán y Acosta, me parece enteramente
adquiridas sobre los escritos del Padre Mo- divinatoria.
tolinía, no sucede otro tanto con respecto
La suposición de qjje haya sido escrita
á Ja de la redacción de los escritos mismos,
originalmente en latín, no tiene, en mi con-
porque con excepción de los últimos men-
cepto, otro f uudamento que el haberse a p u
cionados, todos los otros solamente se co-
ciado por primera vez en esta lengua, como
nocen por las vagas indicaciones de los
que en ella se publicaron las biografías de
bibliógrafos. En tal deficiencia, formaré
los misioneros fraciscanos que vinieron á
mi catálogo, siguiendo el orden de éstas y
anunciar el Evangelio. En ella se dieron
de su mención.
también los títulos de sus escritos; y aun-
que Torquemada lo haya conservado en su
I.—De Moribus Indormn:
obra castellaua. nada'prueba,. por la costum-
Esta es la primera obra mencionada en bre que aun duraba en su siglo, de citar en
1* noticia del Illino. Gonzaga. León piuelo latín algunos títulos de obras castellanas.
especialmente cuando en ella se presentaba
con mayor concisión, y antes se había anun- II. — Advenías duodecim Patriim,
ciado en dicha lengua. Fundo mi conjetu- qui priini eas regiones devene-
ra en un pasaje del mismo Torquemada,' riint, et de eorum rebus gestis.
donde exaltando el progreso que hacían
los Indios en Ja perfección cristiana y los Así el limo. Gonzaga. Torquemada tra-
dones singulares con que Dios los favore- - dujo al castellano este título. Venida de Jos
cía, menciona varios casos, tomados, según doce primeros Padres, y lo que llegados acá
dice, de esta obra, que cita cou el propio hicieron. León Pinelo lo abrevió, y Don
título latino DeMoribus Indorum. Ahora Nicolás Antonio copió á Gonzaga con una
bien ; cotejado ese pasaje cou los dos últi- ligerísima alteración gramatical. Beristain
mos párrafos del cap. 8, Tratado II, de la - lo subvirtió escribiéndolo Actas de los doce
Historia de ¡os Indios, se ve que el uno es primeros Varones Apostólicos, quede el or-
copia casi literal del otro; congruencia que den de San Francisco pasaron á la conquista
persuádela comunidad de origen. Si la obra espiritual déla Nueva España. Don Nicolás
que nos ocupa era un tratado especial, ó Antonio dudó si esta obra fuera la misma
bien un cartapacio que formaba parte de que la de los Memoriales ( § 9 ) , ó la déla
los Memoriales de que más adelante hablaré Guerra de los Indios que menciona Rebolledo
[ V . § 9] y que sirvieron para escribir la ( § 4) ; pero no me parece fundada su incer-
mencionada Historia, son problemas de re- tidumbre. Es muy probable que pertene-
solución muy difícil, ó imposible, sin tener ciera álos Memoriales, y que sirviera de mate-
a la vista los originales, hoy perdidos. rial para escribir la Y arte cuarta de la His-
toria de los Indios, que no conocemos. Los
fundamentos de esta conjetura son; 1 °
3 Monarquía Indiana, lib. X I X , cap. 14.
que en su título, qne veremos adelante
( § 11 ) , se anunciaba comprendería esta
materia: 2 ® que el Padre Motolinía pro-
Metía formalmente una Parte cuarta, «con « palabra, en latín lo que él escribió en ro-
indicaciones del mismo asunto. Es igual- „ m a n C e . " — L o que y o be notado es, que
mente muy probable que esta obra formara el asunto v distribución de materias de la
crónica del I l l m o . Gonzaga, son absoluta-
la base de las dos siguientes, que dice Ve-
mente los m i s m o s que los del Cuaderno del
tancurt existían en su p o d e r : Un cuaderno
Padre Mendieta, en lo relativo ú fundacio-
escrito por d p.p. Fray Gerónimo de Men-
nes y biografías, alcanzando basta el ano
dieta, con ias fundaciones de concentos, vidas
de algunos varones ilustres y singulares casos de 1585. ,
que sucedieron en el viaje de los primeros pa- Entre las preciosas noticias que debo a
dres, con día, mes y año, y lo que se decreto la »eneros* amistad del Sr. Smith, hay una
acerca del modo de administrar los santos sa que parece propia de este i u g a r . - E n carta
cramentos.=— Un libro escrito en cuarto por que me escribió de Madrid can fecha 10 de
d R. P. Pedro de Oroz... .sobre la fundación Febrero de 1856, rae envió á Paris varios
de la provincia y vida de religiosos, que dedi- apúntesele los MSS. que posee la biblioteca
có el año de 585 á la marquesa de Villaman- de la Academia d é l a Historia; y a conti-
nuación de la noticia de los del Padre Mo-
riqupf De este escritor, añade Vetaneurt,
tolinía hay el siguiente, que copio a la le-
" es todo lo que está en el libro del Illmo.'
t r a : — ' L e g a j o s & c . - L a relación del Pa-
"Gonzaga. al pie déla letra sin discrepar
« dre Toribio de Benavente Motolinia está
» en un tomo f o l i o , letra del tiempo, ij X
J - F s muy propia tierra [ l a de M é x i c o ] para-er- „ 21. —Cap. 3 ? de los Frayles que han nwer-
mitaños y contemplativos... . y aun de esto que di-
go com.enza ya á haber harta muestra, como se di- »"to en la conversión de los Indios.—Hay ¿0
ffiSÍSS lt p a H e d e P S t a narración.!' " capítulos"—|Es ésta una obra del Padre
Histeria cit., tratado Til, cap. <).
Motolinia? ¿Será un fragmento de la del
t™ d ® A u t 0 r 6 3 i m p l a o s y de Instruíásn

del X T w d é q a a 8 9 h a ^ p u e s t o la Historia Padre Mendieta, ó de la del Padre Oroz?


^ Mexicano, según el órden de los años de Si, como podría presumirse, el autor del
su imprenta.—Instrumentos M B S . " — Colocado al
principio del mismo Teatro. »'"«.»-ui ai MS. ó el Sr. Smith escribieron por distrae-
6 Menologio Franciscano, Junio 10.
— 217 —
eión Cap. 2 ® , en lugar de Libro Tratado
El Dr. Beristain conjetura que este opús-
2°, puesto que se dice tiene 20 capítulos,
culo se sacó del Libro de la Doctrina xpia-
entonces podría conjeturarse muy fundada-
na.... instituyda nuevamente en Roma con
mente que perteneciera á la obra que nos
auctoridad de la Sede apostólica para ins-
ocupa del autor, y que el Libro ó Tratado
trucción de los niños y mocos. d'C., iüc., im-
de la Venida de los primeros Padxes fuera
preso en Sevilla, 1 5 3 2 . — " Y m e funda esta
el primero de ella.
" conjetura, añade, el haber yo hallado en
—Solamente la inspección ocular y un • •' la librería del convento de San Francisco
detenido cotejo podrían resolver esta duda. " d e Tezcuco, un ejemplar de esta obra,
" que en su frontis ó carátula tiene del mis-
III.—Doctrina christiana, mexica- " rao puño del Y . é Illmo. Zumárraga es-
no idiomatéi " tos renglones: Esta Doctrina envía el obis-
Así el limo. Gonzaga, copiado por D. Ni- po de México al Padre Fray Toribio Moto-
colás Antonio. Fin la noticia que da Tor- " linia, por donde doctrine y enseñe á los In-
qnemada 7 de los escritores franciscanos, " dios y les basta, f Fray Juan, obispo de
menciona como el segundo á nuestro autor, " México.''—Yo tengo un ejemplar de la
con las siguientes palabras: " T r a s él (Fray misma obra y edición que cita Beristain;
" Francisco Ximenez) hizo luego una bre- pero careciendo de la Doctrina del Padre
" ve Doctrina Christiana Fray Toribio Mo- Motolinía, me parece imposible formar una
" tolinia, la cual anda i m p r e s a . " — C o m o se conjetura fundada sobre su procedencia.
ve, no dice que fuera en mexicano; mas és- Ai contrario, se notan ciertas discordan-
ta omisión puede considerarse suplida por cias con las de los antiguos misioneros, que
Gonzaga.—A pesar de mis exquisitas inves- arguyen diverso origen. Prescindiendo de
tigaciones, no he logrado ver un ejemplar las de ordinación, una de las más notables
de ella. se encuentra en el número de los que hoy
denominamos cinco mandamientos de la San-
? Monarquía Indiana, lib. X I X . cap. 33. ta Madre Iglesia, que en aquel antiguo ca-

Ramírez,—23
tecismo romano se intitulan " los diez man-
" damientos de la Ley canónica, que son di-
c h o s preceptos de la Iglesia.'' La única
IV.—Guerra de los Iridios de ¡a
congruencia q u e se advierte entre ambas
Xnerci España.
obras, es la concisión de la primera parte La más antigua noticia que he visto de
de su doctrina, conservada hasta hoy en esta obra es en Fray Luis de Rebolledo,
nuestro catecismo popular con el nombre franciscano, quien la da en el Catalogo de
de oraciones, f o r m a n d o la segunda la deno-
minada declaraciones. La primera se tradu- trina cristiana en la lengua mexicana y pusiéronla
en un canto llano muy gracioso para que loa oyen
j o luego al mexicano con el título mixto de tes así la tomasen de memoria,"
Doctrina tepiton (Doctrinita, ó Doctrina pe- La duda sobre la primacía aumenta con una no -
ticia singular de Vetancurt, reforzada por Beris-
queña). De ambas tengo á la vista varias tain. Dice el primero (Menologio, Junio 29,—Varo-
copias impresas y MSS., siendo muy curio- nes ilustres, núm. 5 ) que el V . Fr. Podro de Gante
enseñó " á millares de niños la doctrina cristiana,
so y digno de reparo, que su estructura, que tradujo en mexicano y á los dos años tenía im-
su ordenación, y en gran parte su contexto presa en Amberes por carecer de imprenta" en
México. Y como el P. Gante arribó á Veracruz el
mismo, se ajustan al famoso Catecismo del 30 do Agosto do 1523, tendríamos como hecho se-
Padre Ripalda, mejor que á ningún otro.4 guro, que su Doctrina, impresa en Amberes, estaba
ya en México á fines de 1525, un año después do la
llegada de los misioneros franciscanos, y antes cier-
» Como de la noticia que copio del Padre Torque- tamente que éstos hubieran aprendido la lengua.
mada podría deducirse rectamente que el Padre Mo- Beristain dice en términos precisos, que la impre-
tolinía fué el p r i m e r o que escribió una Doctrina en sión se hizo el aüo de 1528, t r f s posteriores al que
Mexicano, debo añadir, por la exactitud 7 fidelidad da la computación de Vetancurt: añade que se
que debe guardarse en las investigaciones litera- reimprimió en México el de 1553, y agrega circuns-
rias, que el mismo Torquemada flib. X V , cap. 18) tancias que á primera vista inducirían á creer que
hace una explícita é importante rectificación, ex- había tenido en sus manos ambos ejemplares. / A
presando " q u e los primeros que supieron la lengua cuál atenernos?
mexicana y salieron con ella," fueron Fr. Luis de Vivamente e x c í t a l a mi curiosidad, hacía años,
Fuensalida y Fr. Francisco Ximenez, y que "con por esta duda, y encontrándome cerca de Amberes,
esta inteligencia y con aynda de los más hábiles de quisa aprovechar la o p o r t u u i i a l , y a para admirar
sus - discípulos, q u e estaban ya muy informados en los prodigios del pincel de Eubens, ya para aclarar-
las cosas de la f é , tradujeron lo principal de la doc- este segundo misterio d? la bibliografía mexicana,
los sanctos y varones notables desta apostóli-
ca órden de nuestro seráfico y bienaventurado Sevilla, en el convento de San Francisco,
Padre Sant Francisco, que puso al fin de la en la emprenta de Francisco Perez, 1598,
Primera parte de la Chrónica general de N. f o l . — A q u e l catálogo comprende otros va-
rios, siendo el terciodécimo el de los Escrip-
S. P. Sant Francisco y su apostólica Orden:
tores assi antiguos como modernos (de la mis-
siendo el otro la tan decantada edición de la Escala
espiritual de San Juan Clímaeo. Nada encontré en
sus más acreditados depósitos de libros antiguos, ni gun hemos visto ( § 2) son l i s del P. Oroz. coiteni-
los corredores del ramo supieron darme razón. En- poráneo del V. Gante, se resumen en el siguiente
tonces me dirigí á Gante, con el único designio de pasaje, que nada expresa respecto de la impresión:
visitar el monasterio de nuestro Fr. Pedro, esperan- fn ipsorúm id tomate [el mexicano] per ampie satis ct
do hallar en su biblioteca lo que buscaba, y añadir copioso christianam doclrinam scripsit, quac cxcussc
algo á las escasísimas noticias que poseemos de es- typis circumfctur. Torquemada, su coetáneo, l o tra-
te Venerable fundador de la civilización y de las ar- dujo, ó qaizá copió de su original castellano, en las
tes en México. El superior del convento, sugeto siguientes palabras: " c o n p u s o en ella [en la len-
muy afable y cortés, se manifestó perfectamente gua mexicana] una doctrina que anda impresa, bien
dispuesto á resolver todas mis dudas; pero no pudó copiosa y l a r g a . " — M á s explícito en la noticia de
responder á ninguna de mis preguntas. Biblioteca, los escritores franciscanos [Monarquía, li'o. X I X .
frailes, convento, iglesia, todo había desaparecido cap. 33], dice: ••Después de estos cuatro [que allí
al soplo del furioso vendaval democrático brotado menciona], Fr. Pedro de Gante, aunque lego, cora
de la revolución de Francia, sin dejar á los restau- puso una copiosa Doctrina cristiana, que también
radores, ni las ruinas, ni aun el terreno, sobre el anda impresa."—La calidad de copiosa era bastan-
cual se levanta hoy un edificio público. Nada, por te para conjeturar que no fuera la primera, aunque
consiguiente, tenía de extraño que el guardián tam- indudablemente el P. Gante lo fué en el catequis
poco recordara al humildísimo lego que, mas de tres mo mexicano. Esa doctrina, hoy muy rara, existe
siglos ántes, había venido á esconder su existencia para ministrar una última prueba contra la preten-
y su nombre en un mundo desconocido. Después de dida. edición primera de Amberes. El ejemplar que
muchas preguntas ó indicaciones, me dijo que tenía tengo á la vista contiene 162 fojas en 8 o ., got,, sin
idea de haber visto una copia escrita en flamenco contar las del Calendario y Tabla. L e falta la poi-
de la carta que dirigió á sus hermanos en 27 de Ju- tada, y su suscrición dice así: " A honrra y gloria
nio de 1529, publicada últimamente en francés, por de nuestro señor Iesuxpo y de su bédita madre: aquí
Mr. Ternaux -Compans. Hé aquí el único fruto de se acaba la presente doetrina xpiana, en legua me-
diez años de incesantes pesquisas. Quizá otro será xicana. L a ql. fué recopilada por el R. p. fray Pe-
más dichoso. dro de Gate de la ordé de sant fraciseo. Fué impre-
sa en casa de lúa pablos impressor de libros. Año.
Las noticias de nuestros dos bibliógrafos sobre la
de. 1 5 3 3 . " — A ser una reimpresión, se hubiera ex-
pretendida edición de Amberes, me parecen suma-
presado, como so v é en otras producciones del mis-
mente sospechosas, Las del limo. Gonzaga, que se-
ino tipógrafo.
ma; orden) con cuyo, doctrina resplandece la Beristain, que ciertamente no conoció este
Iglesia. El último de los mencionados es opúsculo, alteró su título por una de aque-
Fray Toribio Motolineas fsicj, quien, dice llas fatales licencias tan frecuentes en sus
el bibliógrafo, " e s c r i b i ó l a Guerra de los descripciones. Intitúlalo Camino espiritual
" Indios de la Nueva España y un tratado ó del espíritu. El probablemente formaba
" d e l Camino del espíritu, en lengua caste- parte de los Tratados de materias espiritua-
llana.'' Hasta aquí el cronista. Don Ni- les, vagamente citados por Gonzaga. y de
colás Antonio • lo copió en su Biblioteca, in- los cuales, si algunos han llegado á noso-
sinuando una duda que, por sus términos, tros, no es fácil reconocerlos, por la cos-
podría inducir á creer que León Pinelo ha- tumbre generalmente adoptada entre los
bía dado noticia de esta obra; pero ella no primeros misioneros de no poner sus uom-
se encuentra mencionada en ninguna de las bres en sus escritos. De esta clase existen
dos ediciones de su Biblioteca Oriental y muchos.
Occidental. También dudaba si fuera la
misma que los Memoriales, ó la de la Veni- VI,--La Vida y Muerte de 'Tres Xi-
da de los don Podres, según insinúo en el ños de Tlaxcalla que murieron
§ 2. por la confesion de ¡a fe: según
que la escribió en romance el Pa-
dre Fray Toribio Motolinia, uno
F.— Camino del espíritu. de los doce religiosos primeros <i'c.
Rebolledus laudat dice D. Nicolás Anto- Así aparece este título en la noticia que
nio ; pero yo no he visto en el cronista fran- nos da Fray Juan Bautista de sus propias
ciscano más que las palabras que literal- obras i m p r e s a s , a u n q u e la publicación se
mente he copiado en el artículo anterior.
Colocad* al principio de la que lleva la siguien-
te p o r t a d a : — " A Ieáucliristo S. N. ofrece esta ¡Ser-
* Bibliotheca Hispana N o v a , art. Tvríbins <h Mo monario en lengua Mexicana su indigno siervo Fr.
ioUnéfl.—Madrid. 1788, l'ol. loan Baptista de la orden del Seraphico Padre Sauct
" Tlaxcala,. MS."'—Esta lección indica que
hizo en mexicano, siendo el traductor y edi- el bibliógrafo conoció solamente una de las
tor el mismo Padre Bautista. Como yo, á dos partes en que está d i v i d i d o ; ó bien que
pesar de las más exquisitas investigaciones, olvidó trascribir el título de la obra.
no he logrado descubrir ningún ejemplar
Vetancurt dice que de la Relación del
de esta obra, me he abstenido, á ley de fiel
viaje del Padre Motolinía á Guatemala, "co-
narrador, de dar su título en mexicano, no
" piaron los mas autores el martirio de los
obstante tener á la vista una copia suya que
" N i ñ o s de Tlaxcala." El Dr. Beristain
perteneció á Boturiui. Consérvase en el Mu-
prohijó la noticia, expresándola con tal
seo Nacional en 18 fojas, 4", MS., y aunque
confusión, que de ella se deduce que el Pa-
aquel dice en el Catálogo de su Museo India-
dre Bautista fué quien la extrajo, virtién-
no, que tenía un ejemplar impreso, desapa-
dola después al mexicano. El opúsculo, por
reció hace ya muchos años, según puede
consiguiente, sería una simple excerpta sa-
juzgarse de los intervalos posteriores. Ade-
cada de aquella Relación. Todas estas aser-
lante copiaré el título mexicano que tiene
ciones me parecen enteramente infunda-
en aquel MS.
das, 11 pues la obra misma que nos ocupa
D. Nicolás Antonio da noticia de este ministra datos incontestables de que ella
opúsculo con ligeras variantes, y dice se formabaun tratado especial sobre su asunto.
imprimió en 1601, en la oficina de Diego Las pruebas de esta aserción son muchas,
López Dávalos, en un volumen en 8 o . Tam- y según decía, se encuentran en la Historia
bién lo menciona el adicionador de la Bi- misma. Hállase la primera al principio de
blioteca de León Pinelo, con el siguiente la obra, en una Exhortación que falta en el
título: "Vida i Martyrio de Cristóbal In-
" dio, Niño, hijo del cacique Acxotecatl. en
11 Ni el mismo P. Vetancurt, quien, según vimos,

dió un catálogo de los autores y doaumentos, así


Francisco, de la Provincia del Saneto Evangelio. impresos como MSS-, que tuvo á la vista para escri-
Primera Parte. En México, con licencia. En casa bir su Teatro Mexicano, menciona esta Relación de
de Diego López Dávalos: y a su costa. A fío 1606. Viajo.
-En 4 ° .
MS. del Museo, y que se encuentra en la " no sé mezclaran con la del martirio de
traducción impresa dé que daré razón en el " n i ñ o Cristóbal), arreglándola y ponién-
artículo siguiente. Allí se leen las siguien- " dola en método para que su lectura no fas-
tes palabras: " E s t a Historia que aquí se t i d i a r a á los que se dedicaran á e l l a . " —
•"'refiere es la misma que escribió en lengua He trascrito estos pasajes con sus mismas
"castellana el Padre Fray Toribio Motoli- repeticiones, porque ellas convencen la
" n i a . . . . y se tradujo en la mexicana por equivocación de Vetancurty Beristain, que
" e l Padre Fray -Juan Bautista, guardian aun parecen despojar la obra de su origina-
" d e l colegio de Santiago de Tlatilulco."— lidad, atribuyendo su redacción al Padre
" Todo lo referido (dice en el final de la pri- Bautista. Ella, incuestionablemente, es ori-
" mera parte) lo escribió el Padre Fray ginal de nuestro autor, y si alguna duda
" Toribio Motolinia: E y o Fray Juan Bau- quedara, la disiparía el final del capítulo
" tista lo traduje al idioma mexicano, divi- 10 de la historia de Cristóbal: " E yo ( d i c e )
" diéndolo en varios capítulos, para que no "el autor desta historia, Fray Toribio Mo-
" les sirva de molestia á los que leyeren es- "tolinia, d i g o ; que trasladé los huesos del
" t a h i s t o r i a . " — E n él párrafo penúltimo "bienaventurado niño á la iglesia [de San-
de la de los niños Juan y Antonio, repite " ta María].''-' El mismo dió también un re-
sumen de su leyenda en la Historia de los
la misma idea c o n las siguientes palabras:
Indios,'* y comparando ambas narraciones,
" Esta historia, c o m o llevo dicho, la escri-
puede deducirse, muy claramente, que aque-
" bió en castellano el Padre Fray Toribio
lla se escribió en 1538, un año antes que la
" Motolinia; é y o Fray Juan Bautista la
de los Niños, pues que en ésta habla ya de
" traduje al idioma mexicano, dividiéndola
" en distintos capítulos (con el fin de que
bieran de una tirada, sin división de capítulos, y ni
'-• Esta contiene solamente la historia del niño aun de párrafos.
Cristóbal. 14 Trat. III, cap. 14.—Torquemada copió todo lo

'3 Era muy común en las antiguis relaciones, y sustancial de esta narración, con grandes amplifi-
aun en formales tratados científicos, que se escri- caciones.
a traslación de sus cenizas, mientras que
opúsculo se encuentra en el artículo que
en la otra decía, refiriéndose al testimonio de
sigue:
Fray Andrés de Córdoba, que el cadáver
de Cristóbal "estaba seco, mas no corrom-
VIL—Traducción de las Vidas y
"pido."
Martirios que padecieron Tres
La copia MS. de la traducción mexicana,
Niños principales de la ciudad
que según dije antes perteneció á Boturini,
de Tlaxcala, la cu al practicó el in-
y b o y se conserva en el Museo, comprende
térprete general de esta Real Au-
la historia de los tres niños, siendo la pri-
diencia (Don Vicente de la Rosa
mera la de Cristóbal, y la otra la de Anto-
Saldívar), en virtud de lo manda-
nio y Juan. Sus títulos respectivos sou co-
do por el Exilio. Sr. Conde de
mo sigue:
ReviUagigedo, Virrey, Goberna-
dor y Capitán General de es te Rei-
a ) Nican mitokua motenehua iainemilitzin ihuan
itlaiyohuilitzin in piltzintli Christobalitó; ca oquimo no.-—México, por Vicente García
tecpanilli caxtillancopahuic in teopixeatzintli Fray
Thoribio Motolinia. Auh oquimo uahuatemili in to-
Torres, 18-%'. fol., apud 1(Docu-
fatzin Fr. Jn° Bautista, Guardian catqui Santiago mentos para la Historia de Mé-
Tlatelolco. Isican México oquitecpan ipan matlactli
orne capitulo tepitzitzin noc eocno ipan chicuey ca-
xicoTercera Serie, Tomo I.
pitulo oquitlalli imn tlayohuilitzin Juan ihuan Av-
tonio oquichpiltin Tláxcallan.
El contexto de esta portada nos instruye
h) Antonio ihuan Juan oquichpipiltotontin Tías-
calteea Pipiltin in itlahiyohuiltiloca ihuan in tone claramente de que ella fué escrita por el
huaca pololoea. In yuh quimicuilhui zano huei ye- intérprete de la Audiencia, y que el texto
huatzin Padre Fr. Thoribio Motolinia San Francisco
Teopixqui. Auh in axean nahuatlatolcopa quimo castellano que poseemos no es el original
tecpanilia P':. Fray Juan Bautista San Francisco del Padre Motolinia. sino el del mismo in-
Teopixqui. (La ortografía del MS. está bastante co-
rrompida y se ha enmendado bajo la dirección del Lic. térprete que lo tradujo del mexicano del
P. Faustino Galicia, profesor de la lengua.) Padre Bautista; así es quo lo debemos al
trabajo de una doble versión. A esta porta-
El complemento de las noticias de este da sigue una nota del intérprete, precedida
del siguiente epígrafe.: Vida de tres Riño* cias, pareceres y censuras, por estar en
Tlaxcaltecas, 1/ los martirios que padecieron castellano; " y sólo lo ejecutó (continúa)
por la Fe de Cristo; el cual, por la manera " de lo que puramente se halla en mexica-
con que se enuncia, podría considerarse co- " 110, á saber, la Dedicatoria, Exhortación é-
mo el título original con que el Padre Bautis- " Historia, cuyo tenor, uno en pos de otro,
ta publicó su traducción mexicana; Su enun- " es en la forma y manera siguiente."' &e.
ciación en la lengua castellana 110 es una ob- La Dedicatoria no es, con ligeras varian-
jeción, porque los antiguos misioneros la tes, más que la repetición del título que ya
usaban muy frecuentemente para los títu- conocemos, y termina con las siguientes pa-
los, no sólo de sus libros, sino aun para los l a b r a s : — " D e d i c a d o á Don Cristóbal de
de los capítulos de las obras escritas en i ¡ Oñate, 15 encomendero de Santiago Teca-
otras lenguas; práctica singular, pero muy - -11, por Coruelio Adriano César. A ñ o
común. " 1 6 0 1 . " — P o r la distribución que dió el
En esa nota del intérprete se encuentran Padre Bautista á la obra original, resultó
todas las noticias bibliográficas que nos dividida en dos partes ó relaciones, cada
faltan de la edición del Padre Bautista. una con su respectivo epígrafe, según antes
Por ellas sabemos que su traducción mexi- se ha visto en sus títulos escritos en mexi-
cana estaba concluida desde el año de 1595 cano. La primera contiene la historia de
en que dieron su aprobación los censores; Cristóbal, con once capítulos. La segunda
que la licencia para la impresión la conce- la de Antonio y Juan, con ocho, terminan-
do con la atestación del intérprete, formu-
dió el virrey conde de Monterrey; y aunque
lada á estilo de escribano en 28 de Febrero
allí se expresa que la del ordinario eclesiás-
de 1791.
tico fué en 14 de Setiembre de 1701, este
guarismo está errado por descuido del co- El texto que sirvió de original para esta
piante, debiendo leerse 1601, en el cual edición se conserva en el tomo II de la Co-
se hizo su impresi ja, El intérprete concluye
advirtiendo que no copió á la letra las licen- *s El descubridor y conquistador de Zacatecas.
lección de Memorias Históricas del Archivo llegado hasta nosotros, cual fuera el ejem-
G e n e r a l , i n t i t u l a d o Varias piezas de Orden plar que sirvió de texto á la explicación del
Real, formada por disposición del ilustre Padre Motolinia.
virrey conde de Revillagigedo. No puede
dudarse que el intérprete hizo su versión IX. —Memoriales.
directamente de un ejemplar impreso de la
traducción mexicana del Padre Bautista. Aunque Herrera y Torquemada los men-
cionaron simultáneamente en sus historias
impresas el año de 1015, el segundo fué
VIII.— Calendario Mexicano.
ciertamente el primero, y quien lo hizo con
Henrico Martínez es el primero que ha- más especificación, pués el otro sólo habló
bló de esta obra, y eso por incidencia, en la de ellos por incidencia. León Pinelo copió
noticia que da del sistema que empleaban probablemente sus noticias, porque no dice
los mexicanos para la distribución del tiem- haberlos visto. Cuál fuera el carácter de es-
po y formación de sus calendarios en figu- ta obra, es un problema envuelto en difi-
ra circular. Y o tengo en mi poder, decía, cultades inextricables. Por los datos que
" u n a rueda de estas con toda su declara - existen puede conjeturarse que eran lo que
" c i o n hecha por Fray Toribio Motolina anuncia su título; una especie de cartapacio
" fsicj, de la orden de San Francisco. " 15 ó libro de memoria en que el autor consig-
Torquemada repitió textualmente la especie'7 naba sus observaciones y recuerdos, distri-
y diciéndose, por supuesto, poseedor de buidos en sus principales secciones, con-
otro ejemplar. Las noticias de ambos son viene á saber, prácticas y ceremonias reli-
tan superficiales, que hoy no es posible dis- giosas, usos y costumbres, propagación del
cristianismo, notas geográficas, físicas, de
cernir entre los varios calendarios que han
historia natural &c. &c., escritas con más ó
menos orden y coherencia, y en diversos
16 Beportorio de los Tiempos, trat. II, e. 9 tiempos y lugares. Estos también fueron los
Monarquía Indiana, lib. X , cap. 3G,
Ramírez,—30
materiales d e sus otros tratados especiales, mencionada Historia, siendo aún considera-
particularmente del más acabado é impor- ble el número de las remisiones á que no
tante que, aunque imcompleto, ha llegado se les halla correspondencia. Quizá un más
hasta nuestros tiempos: la Historia (le detenido examen pudiera dar el de algunas,
los indios. aunque muchas faltan indudablemente. "
Varias son las menciones específicas que De estos antecedentes se puede deducir una
de ellos hace el P a d r e Torquemada. En tres de dos conjeturas igualmente p r o b a b l e s : 6
lugares los cita o o n el simple título de Me- que hayan en efecto existido esas Memorias.
moriales-, en dos con el d e Memoriales de como apuntes ó cartapacios de que el autor
mano; 18 y en u n o c o n e l d e Libros escritos sacó después su Historia; ó bien que f u e -
de mano. Cotejados los pasajes que allí se ran esta misma, antes de su final arreglo, y
copian, con sus relativos de la Historia de cuando todavía estaba desparramada en los
los indios, se ve que cuatro de ellos están varios cuadernos ó tratados que después el
más ó menos textualmente en ésta. 19 Los autor coordinó y retocó, dándoles la f o r m a
dos restantes n o l o s he p o d i d o identificar, en que h o y los vemos. Entre ellos se e n c o n -
ni aun con el auxilio del Sr. García Icazbal- traban, ó á ellos pertenecían ciertamente,
l o s t r a t a d o s Be moribus Indorum, las bio-
eeta, colector, editor é impresor á la vez de
grafías de los primeros misioneros, el ma-
aquella obra. E l m i s m o historiador cita
t e r i a l d e la Parte cuarta de la Historia, que
otros varios, aunque sin asignarles proce-
dencia. que igualmente se encuentran en la
Sesenta y seis son las remisiones que lio conta-
18 Esto es. manuscritos. do en Torquemada á las obras del P . Motolinia:
f Torquemada: Motolinia: seis á los Memoriales yuna al Calendario; otra á I03
j Lib. III, cap. 23. Trat. III. cap. tí. Mártires de Tlaxcala, y cincuenta y ocho sin indica-
Comp. < Lib. X I , cap. 27. Epístola proemial, ción de su fuente. De todas ellas solamente se han
i Lib. X V I , cap. 22. Trat. II, cap. 7. podido identificar treinta y seis, quedando, por con-
(.Lib. X V I I , cap. 9. Trat. I, cap. 15. siguiente treinta indeterminadas; bien que hay-
Torquemada dice que el Memorial relativo al penúl- unas cuantas bastante vagas, y que propiamente no
timo de los pasajes citados lo escribió Fr, Toribio son más que remisiones. Repito que un examen más
en Tlaxcala, hacia el año de 1540, detenido podrá aumentar las concordancias.
El

nos falta, y los otros pasajes de Torquema-


da á que no encontramos sus correlativo?. XI.—Patos antiguos, sacrificios é
Quién sabe si entre ellos se bailaría tam- idolatrías de los Indios de la
bién el artículo que sigue. Nueva España, y de su conver-
sión á la fe, y quienes fueron los
X.—Relación del Viaje á Guate- que primero la predicaron.— Im-
mala. preso apucl "Antiquities of Méxi-
c o / ' by Lord Kingsborongh, Yol.
Aunque en el orden cronológico que he IX. London, publislied by Henry
dado á mis noticias, ésta debía ser la penúl- G. Bohn, York Street, Covent
tima, su débil importancia y la convenien- Garden. MDCCCXLVUI. Fol.
cia de no cortar el hilo que enlaza los dos máx.
artículos siguientes, me decidieron á sacar-
lo de su lugar. El que nos ocupa, solamen- León Pinelo f u é el primero" que á prin-
te se conoce p o r la mención que de él hizo cipios del siglo X V I I dió noticia de esta
Vetancnrt á.fines del siglo X V I I , y de la obra, la principal y más ^importante del
cual di razón en el artículo consagrado á Padre Motolinia, con la advertencia de ha-
los Mártires deTIaxcala ( § 6 ) . Las equivo- berla visto, y c o n el siguiente título: Rela-

caciones y descuidos que allí le noté me ha- ción cíe las cosas, idolatrías, ritos y ceremo-

cen muy sospechosa la noticia. nias de la Nueva España, MS. fol.- Don
Nicolás A n t o n i o lo r e p r o d u j o textualmente
en su Biblioteca.—Robertson la menciona
e n el Catálogo de libros y manuscritos que
consultó para escribir su Historia de la Amé-
rica ; -' mas c o m o lo hace sin expresar el

-< Encuéntiase al li» de la obra, tanfo en la edi-


ción inglesa de 1777 [London. 2 voi- comò en
nombre del autor y con un titulo diferente,
dé anónimo, mencione específicamente en
podría dudarse si se trataba del mismo ma-
él cuerpo de su historia los escritos de Fray
nuscrito. H e aquí literalmente el que le
Toribio. aunque sin indicación de obra ni
d i o : Historia de los Indios de Nueva España -
de lugar. Algunos de los pasajes que co-
dividida en tres partes. En la primera tra-
pia, coueuerdan exactamente con el MS.
ta de los Ritos., Sacrificios y Idolatrías del
dé los Ritos."
Tiempo de su Gentilidad, En la segunda de
En la Noticia de los escritores de la histo-
su maravillosa Conversión á la Fé, y modo
ria antigua de América, que puso Clavigero
de celebrar las Fiestas de Nuestra Santa
al principio de la suya, se encuentra la de
Iglesia, En la tercera del Genio y Carácter
esta obra con el simple título de Historia
de aquella Gente, y Figuras con que no-
de los Indios de Nueva España, que forma
taban sus Acontecimientos, con otras' parti-
el período inicial del que lleva el MS. de
cularidades; y Noticias de las principales
Robertson. Lo demás lo agregó en forma
Ciudades en aquel Beyno. Escrita en el Año
d6 extracto ó noticia del asunto de la obra.
1541 por uno de los doce Religiosos Francis-
Por el mismo historiador sabemos que de
cos que primero Passaron á entender en su con-
ella había algunas copias en España. No
versión. MS.fol. pp. 618: La ortografía de
se concibe cómo escaparon al o j o lince y
este título indica nna copia sacada á media-
pesquisidor de D. Juan Bautista Muñoz,
dos del siglo X V I I , siendo muy reparable
que reunió la más vasta y rica colección de
que citándola Robertson con los caracteres
monumentos históricos de América, pues
no he podido reconocerla en el catálogo
la traducción francesa de Suard y Morellet. (París.
que de ellos publicó Don Justo Pastor Fus-
1818. 3 vol. 8 » ) . — N o causa poca extrañeza adver-
tir, que, habiendo emprendido Mr. d é l a Roquette ter en su Jiiblioteca Valenciana. El anti-
mejorar esta edición, en la suya de 1852 [París 0
vol. I 2 - ] que aumentó con notas sacadas de las
obras de Humboldt, Warden, Clavigero y otros, su-
primiera este interesante trabajo bibliográfico, que
sólo podía aumentar su volumen con cinco ó seis V. la nota (iS ;il lib. VIII de la edición inglesa,
y la 21 de la traducción francesa antes citada.
Tomo II, pág. 202.
guo MS. que se conserva en la biblioteca y a ; ( * } y este obtuvo la que posee, de Mr,
del Escorial lleva un título que difiere, en O. Ric, cónsul de los Estados-Unidos en
la ¿orina, de los anotados, aunque ^en la Menorca. Tal es la procedencia, filiación y
sustancia concuerda con todos. Hélo aquí variantes que ha sufrido el título de la obra
según rué lo comunicó el Sr, Smitli en la que ahora ve la luz pública por segunda
carta de que antes hablé, y copiado de su vez, con aumentos que mejoran muy nota-
puño con vista del original: blemente la primera.
" T. 2.— Anonymi Reí.—idolatrías i ri La intención y voluntad de su humilde
" tus de los Indios de N * E® de la con- autor era dejarla entre los anónimos.—" Si
" versión i aprovechamiento de los Indios, " esta relación (decía en su Epístola próe-
" i de los. Frailes que han muerto en su " mial al conde de Benavente) saliere de
" conversión—con la vida del P. Fr. Mar- " manos de V. I. S., dos cosas le suplico
" tin de Valencia de Su.. Juan.—M. II. 21. " en limosna por amor de Nuestro Señor:
" p. 127.—1 tomo fol. letra del tiempo." " la una que el nombre del autor se diga
El.Sr.. García Icazbalceta le ba dado en
su colección el compendioso título con qu6 ( * ) El Sr. Prescott no solamente me permitió
sacar las copias, sino que á la primera indicación
la anunció Clavigero.; el mismo que traía que le hice por medio del finado Sr. Alamán. me
en el MSV que le ha servido de original en contestó poniendo á mi disposición todos sus MSS..
y preguntándome únicamente cuáles deseaba yo
su edición. ( * ) Debió éste á la ilustrada li- que se copiaran. El mismo tomó á su cargo la eje-
beralidad (harto rara entre literatos) del cución de las copias, venciendo las infinitas dificul-
tades que se presentaron, por tratarse de un idioma
eminente historiador Mr. W . H . Prescott, extraño; y desde entonces no ha cesado de favore-
que le permitió sacar una copia de la su- cerme con repetidos envíos do MSS., siempre que
me he tomado la libertad de pedirlos.—Casi todos
los publicados en este primer volumen los debo á su
bondad, y no son sino una pequeña parte de los que
( * ) Adopté el titulo de Historia de los Indios, por me ha remitido. Esta liberalidad, harto rara entre li-
ser el que tenía mi MS.. el que le habían dado ya teratos, como dice el Sr. Kamírez, merece mayor
Ilobertson, Clavigero y Preseott, y el más breve y aplauso y agradecimiento en una persona casi pri-
propio para facilitar las citas,—Xota del Sr. Garrí" vada de la vista, y oeupada siempre en importantes
Icazbalceta. trabajos históricos — X o t a delSr. García Icazbalceta,

•• • f e
•'' ser un Fraile Menor, y no otro nombre El valor literario de este escrito ha sido
" ninguno tfcc." Sin él se publicó en la edi- apreciado por una de las autoridades más
ción de Kingsborough. Después se le ha competentes en la materia; por el ilustre
agregado, no sé por quién. autor de la Historia de la Conquista de Mé-
El detenido cotejo que ha hecho el Sr. xico. El Sr. Prescott nos da razón de su
García Ieazbalceta de aquella copia con la asunto, de su mérito y de sus defectos en
del Sr. Prescott, contenida en este volu- las siguientes palabras: ." La Historia de
men, ha dado la convicción de que ambas " los Indios de Nueva España, escrita por
reconocen una fuente, salvas las variantes " Fray Toribio, se divide en tres^partes:
inevitables que introduce el descuido de " 1 Religión, ritos y sacrificios de los
los copiantes, y que el editor ha notado " A z t e c a s : 2a. Su conversión al cristianis-
con una minuciosa escrupulosidad. Este co- " mo y manera con que celebraban las fies-
tejo ha descubierto que la edición de Kings- " tas de la Iglesia: 3 * Indole y carácter
borough está incompleta. Fáltanle casi la " de la nación; su cronología y astronomía,
mitad del que allí es capítulo 9 o , y el 10° del " con noticias de las principales ciudades
Tratado II, con todo el Tratado III. El en- " y de los productos de majmr tráfico en el
cargado de la impresión anduvo tan precipi- " país. La obra, no obstante su disposición
tado y mezquino en esa operación, que aun " metódica, está eserita'en la forma vaga é
truncó el período, colocando un punto final ' incoherente de un libro de memoria ó
en el lugar de un colón imperfecto. La mis- " cartapacio, en el cual el autor hacinaba
ma suerte cupo á otras de las obras que for- " confusamente las noticias de lo que ob-
man los dos últimos volúmenes de aquella " servaba y le parecía más interesante en
preciosa colección; porque convertida, des- " el país. No perdiendo jamás de vista su
pués de íb muerte del noble editor, en mera " misión, corta bruscamente el hilo del
especulación de librero, ya no'se trató más " asunto que, inmediatamente le ocupa,
que de darle fin, aprovechando el material " cualquiera que sea, para dar cabida áuna
impreso, sin cuidarse de completarlo. " anécdota ó acontecimiento que pueda ilus-
" trar sus afanes eclesiásticos. Los sucesos " liosas. El largo é íntimo trato que man-
" más estupendos í4 los relata con toda " tuvo Fray Toribio con los indígenas, le
" aquella grave credulidad que es de tan " colocó en situación favorable para adqui-
" poderoso efecto para captarse el crédito " rir todo el caudal de los conocimientos
" del v u l g o ; y el historiador da fe y testi- " que poseían en su teología y ciencias; y
" monio de una copia de milagros más que " como su estilo, aunque algún tanto esco-
" suficiente para proveer al consumo de las " lástieo, es llano y natural, sus ideas se
" nacientes comunidades religiosas de Nue- " comprenden sin dificultad alguna. Sus
" va España. " deducciones, en que se reflejan las supers-
" No obstante, en medio de ese cúmulo " ticiones de la época y el carácter peculiar
" de piadosas inverosimilitudes, 5 5 elinves- " d e la profesión del autor, uo pueden
" tigador de las antigüedades aztecas ha- " adoptarse siempre con entera confianza;
" liará muchas noticias importantes y cu-- " pero como su integridad y medios de ins-
" tracción son indisputables, su autoridad
24 Esta me parece la traducción más genuina dei
" es de primer orden para el estudio de las
siguiente pasaje del original: The most startling oc- " antigüedades del país, y para el conoci-
eurrences are recorded with all ihe credulous gravity " miento del estado que guardaba al tiem-
which is so likely to win creditfrom the vulgar.—La
que se le ha dado en las ediciones de Cumplido y de " po de la conquista. " s S
García Torres presenta un cierto tinte epigramático,
que no descubro ni en las palabras ni en la mente El juicio crítico del Sr. Prescott me pa-
del autor.—En la primera dice su traductor: "Aun
las más extrañas ocurrencias las refiere con esa gra- rece perfectamente exacto, lo mismo que
ve credulidad tan á propósito para ganarse el favor su comparación de esta obra con un carta-
del v u l g o . " —E n la segunda: " L a s más extrava-
gantes ocurrencias están referidas con aquella cré- pacio, pues que examinándola atentamente
dula gravedad que es tan á propósito para ganar se ve que fué escrita á retazos, en diversos
crédito entre el v u l g o . " — P a r é c e m e que una y otra
colocan al P. Motolinía b a j o un punto de vista des- tiempos y circunstancias; calidades que
ventajoso que no quiso darle el autor.
25 Mass of pious incredibilia.— El traductor de
Cumplido falseó el pensamiento de ésta frase, vir- 26 History of the Conquest of Mexico, &c., book
tiéndola por masa de fábulas increíbles. III, eh. 9 .post-script. N e w York. 1847. 8th edition.
podrían conducirnos á conjeturar lo que lia el cap. 8 del Tratado II, notándose
fuera la primera, intitulada Memoriales, además la omisión de trozos 'que abrazan
quizá refundida en esta misma. En efecto, algunos renglones. El Sr. García juzga que
y ateniéndonos solamente á las indicacio- tales descuidos proceden del editor inglés:
nes que hace el autor con una fecha preci- mas parece que lo son de la copia que le
sa, veremos que aunque él dató su dedica- sirvió de original, y que los de ésta remon-
toria al conde de Benavente, en Tehuacán tan á la época en que el MS. del autor aun
" el día del glorioso apóstol San Matías no recibía su última compaginación. ( * )
" (24 de Febrero) de 1 5 4 1 , " sus materiales PARTE 2 * .—Contiene diez capítulos, de
se habían comenzado á reunir algunos años los cuales solamente hay ocho en la edición
antes, inglesa, aunque el último lleva el número
El padre Motolinía dividió ó tuvo inten- 9. La discrepancia consiste en que el 8 °
ción de dividir su Historia en cuatro par- de aquella, forma en ésta el 15 ® de la pri-
tes, de las cuales solamente conocemos tres, mera parte, notándose en esas permutacio-
con el título de Tratados, y con las parti- nes el mismo truncamiento de textos. El
cularidades que v o y á notar. editor inglés, por dar fin á su volumen,
cortó el texto de la manera brusca que an-
PARTE 1 « —Contiene quince capítulos
tes se ha notado. A esta Parte2«? pertene-
en esta edición, y catorce en la de Kings-
ce el cap. 20 de la 3 , según nos lo advier-
borough, que duplicó p o r descuido la nu-
te el mismo Padre Motolinía, debiendo
meración del 9 © , resultando de aquí que el
formar probablemente su cap. 1 ® . — E l
último lleva el número 13.—Su asunto,
resumido en el epígrafe, son las idolatrías,
ritos, ceremonias &e. El Sr. García ha ad-
(*) No atribuyo este descuido al editor inglés en
vertido en una nota al cap. 14 el enredo y el sentido de suponerle autor de la trasposición, si-
revoltura de la edición inglesa, que inter- no por no haberla notado, y hecho siquiera alguna
advertencia sobre ello. Vease mi nota de la pág.
cala aquí un largo párrafo que por su asun- 73 de la Historia de los Indios.—Xota del Sr, García
to corresponde al cap. 15. Este es en aque- Tcazbalceta,
asunto, según su epígrafe, es la predica-
á otras copias, las variantes que tan escru-
ción del Evangelio.
pulosamente ha anotado el Sr. García en su
PARTE 3«? .—Comprende veinte capítu- actual edición, prueban que en los tiempos
los, aunque el último, según se ha adverti- sucesivos tuvo todavía enmiendas y adi-
do, pertenece por su asunto á la 2 « .—.Yo ciones. 27 También hay datos inequívocos
tiene epígrafe, omisión que indica que tam- de que muchas de éstas se perdieron, por-
poco se le había dado la última mano. Su que quizá se encontraba en fojas sueltas,
asunto es una mixtura de las materias más que dejó extraviar la incuria de aquellos
discordantes; historia civil, eclesiástica, tiempos. Esto quizá también nos explica
natural, geografía &e., &c., todo se trata esas trasposiciones que cortan y desfigurau
indistintamente, resaltando como un no- eí texto, obra de copiantes indolentes que
table episodio, la Vida de Fray Martín de no se encargaban de su asunto. Las alter-
Valencia, anunciada en alguno de los títu- nativas con que se hicieron aquellas en-
los puesto á este MS. miendas, se percibirán más claramente
PARTE 4 0 3 . — E l autor la promete explí- echando una ojeada sobre el siguiente cua-
citamente en el cap. 9 de la anterior; pero dro de la disposición ordinal de sus pági-
falta. Vease lo que sobre ella dejó ¡expues- nas. comparada con los años en que fue-
to en el § 2. Su asunto era, probablemente, ron escritas.
la biografía de los primeros [misioneros; Tiatado. Capítulu. Página. Anos.
conjetura que adquiere grande probabili- 2 1 101 Escribíase en el año de. 1540
dad comparando el plan de esta historia y según la variante de
c o n el d e la Monarquía Indiana del Padre Kingsborough. en 1536.

Torquemada, donde se encuentra'copiado ó


El autor mismo nos instruye al fin del cap. 3
extractado lo más interesante de ella. del Trat. II, que antes del año de 1537 se habían
puesto en limpio sus borradores, y que todavía les
Si las observaciones que preceden mani- hacía enmiendas. " Y después que esto se ha sacado
fiestan suficientemente que > s a obra se es- en blanco [dice] se han bautizado más de quinientos
mil. porque en esta cuaresma pasada del año de
cribió á retazos, sirviendo así de original 1537 ice."
Tratado. Capitulo. Página, Alfa».
apostillas que el Sr. García Icazbalceta ha
2 2 106 En 1536 puesto á su edición, copiaré en seguida los
2 3 109 El § penúltimo se escri-
párrafos conducentes de una esquela que
bía en el mismo de — 1536
y el siguiente se añadió, me escribió explicándolas. Dice así:
lo más tarde, en el de... 1538 11 Cuando la lección que seguí en el tex-

L a variante de Kingsbo- " to es la del MS., la variante al pié lleva


rough señala el de 1537.
" la señal K., que denota serla que pre-
2 6 122 E n Tlaxeala, el Viernes
" senta la edición inglesa de Kingsborougli.
de Ramos de 1537
2 10 141 Escribíase en fines de " Si por el contrario, se adoptó la lección
F e b r e r o de 1541 " Kingsborough, entonces la variante va
5 171 Id. en principios de 1540 " anotada MS.
3 8 186 En 1540 " Pero si ni una ni otra lección pareció
3 14 220 E.1 Atlihuetzia, en Mar-
" buena, se tomó una tercera, y en tal ea-
zo de 1539
L a Dedicatoria, último
" so se anotan ambas variantes con sus res-
trabajo, en 24 de Febre- p e c t i v a s señales, es á saber, K. y MS.,
ro de 1541 " según se ve en las págs. 23, 27, 36 &c.
" Desde la pág. 131 hasta el fin, ya no
Las variantes anotadas y las épocas á que
" se pudo consultar el texto de Kings-
se refieren son tan notables, que no es
" borough, por 110 estar completa su edi-
pdsible atribuirlas á descuidos del copian-
" ción, y hubo que atenerse únicamente al
t e : así, es necesario conjeturar que proce-
" MS., corrigiéndolo por su contexto mis-
den de diversos traslados, sacados también
" m o ; en cuyo trabajo me fué de grande
en diversos tiempos y propagados aun en
" utilidad el auxilio que tuvo la bondad de
vida del autor, antes de que sufrieran la
" prestarme nuestro amigo el Sr. Lic. Don
última revisión.
" Manuel Orozco y Berra.
Para dar fin á esta parte de mis observa-
" Todos los nombres mexicanos se han
ciones y facilitar la inteligencia de las
" impreso conforme á la corrección quehi-
" zo de ellos el Sr. D o n Faustino Galicia. párrafo y el que sigue no tienen relación con el
" P o r regla general, siempre que ha sido asunto de que ofrecía hablar el autor. Ellos, proba-
blemente, fueron una adición destinada al cap. 1, y
" necesario suplir en el texto una palabra colocada en éste por inadvertencia ó deseuido del
" ^ e evidentemente hacia falta, se ha im- eopiante.
" preso con letras VERSALITAS."
T R A T . I , CAP. 5 . — P á g . 36. — al nono
Pero no obstante el cuidado y esmero (dia, llamaban) nueve águilas.
que el editor ha puesto en su trabajo, t o - El noveno día del calendario mexicano no era
davía se escaparon algunas incorrecciones Aguila (Cuauhtli), sino Agua ( A t l j ; así es que este
pasaje debe leerse, según la nomenclatura adopta-
y oscuridades, que tampoco podía evitar, da por el autor, nueve aguas.
porque se encuentran en su original; cuyo
texto, á fuer de concienzudo editor, ha se- TRAT. I, CAP. 6 . — P á g . 3 9 . — E n aquellos
guido con la nimia escrupulesidad de que días de los meses que arriba quedan dichos,
da plena fé su misma edición. A l g u n a s son en uno de ellos que se llamaba Panquetzaliz-
de importancia para los estudios america- tli, &c.
nos, y otras no carecen de interés. De am- L a construcción do esta frase da á entender que
bas me he encargado, para dar su comple- se habla de un dia cuyo nombre es Panquetzaliztli.
Este no existe en el calendario mexicano; pero sí
mento al empeño del editor, en las si- lo es de uno de los diez y ocho períodos de á veinte
guientes dias en que se repartía el año solar, y que los escri-
tores, por analogía, han denominado meses. La
construcción es la defectuosa, y su sentido se recti-
fica relacionando la frase en uno de ellos, con la pa-
ENMIENDAS Y ESCLARECIMIENTOS.
labra meses.

EPÍSTOLA P R O E M I A L . — P á g . 9 . — O a x y e c a c .
TRAT. I, CAP. 7.—Pág. 4L—El dia de
D e b e leerse Huaxyacac, nombre de la ciudad de-
nominada hoy, corruptamente, Oajaca. E a la anti- Atemoztli ponían muchos papeles pintados y
gua ortografía se escribe Oaxyacac. llevábanlos á los templos de los demonios, y
ponían también Ollin, que es una goma de un
TRAT. I, CAP. 3 . — P á g . 27.—Solo Aquel
que cuenta &c. árbol etc.
Atemoztli no es nombre de dia, sino de mes, en el
El editor ha advertido muy jastataente que este
calendario mexicano ( V . la nota anterior.) Quizá
falta un signo ó voz numeral antes de la palabra compuesta del posesivo No [ m i ] , y Papatli, elidida
ffta. En la descripción que hace el Padre Sahagún la final tli, por la regla c o m ú n de los compuestos.
de las solemnidades de este mes, dice que " e n la A los sacerdotes, pues, y no á su cabellera, se daba
noche de la vigilia de la fies'a... .que era á los vulgarmente el nombre Nopapa; y como en la pro-
v e m t e l U a s de este mes, toda la noche gastaban en
nunciación de esta palabra dominaba el sonido de
cortar papeles de diversas m a n e r a s , " y que " t o - sus dos últimas sílabas, los escritores contemporá-
dos los papeles estaban manchados con ulli." - 3 La neos de la conquista, particularmente Bernal Diaz
palabra OUin del texto es incorrecta; y como aun del Castillo, denominaron constantemente Papas á
en algunos escritores se encuentra con la misma los ministros del antiguo culto mexicano.
ortografía el nombre del 17 ° . dia del mes mexica-
no (Ulltn), esta aparente homonimia podría indu-
cir alguna v e z en graves equivocaciones. IBID.—Hueytozoztli. Este dia era &c. —
Pág. 46.—Tititl. Este dia y otro &c.
TRAT. I, CAP. 7.—Pág. 45.—A aquellos En v e z de dia, lease mes, por las razones expues-
cabellos grandes llamaban Nopapa, y de allí tas en la nota á la pág. 44.
les quedó á los Españoles llamar á estos mi-
nistros, Papas, &c. TRAT. I , CAP. 9 . — P á g . 52.—Contaban, si
no me engaño, diez y ocho veces ochenta,
Esta observación etimológica del Padre Motolinía
demanda alguna explicación. porque cinco dias del año no los contaban,
Uno de los principales distintivos del sacerdocio sino diez y ocho meses, á veinte dias cada
mexicano era el cabello largo, enmarañado y me-
choso, porque la ley no permitía peinarlo sino en mes.
determinadas ocasiones. Su nombre propio era Pa-
Los dos primeros guarismos, 18 y 80, son induda-
f S „ q U ? < e l J í í e a b " i l a r Í 0 d e F r a > " Alonso de Molina blemente los factores del período cuatrienal que du-
S f , ^ f ^ e ^ e r r a d o s y largos de los minis- raba el ayuno impuesto al sacerdocio de Tehuacán,
íd0l°S- P o r u n a d e a < l U f i l l a s locuciones cuya descripción se encuentra en la página ante-
comunes en todas las lenguas, el nom- rior; el mismo también que se guardaba en Tlaxea-
bre del símbolo se trasladó al individuo, y el vulgo la y Cholollan, con el nombre de Año de Dios; por-
denomino también Papatli á sus sacerdotes; pero que 1 8 x 8 0 = 1 4 4 0 + 2 0 [de los complementarios]=
como la sintaxis peculiar del mexicano exige en un 1460 da el mismo producto que 4 [años] X
gran número de casos, que al sustantivo f e acom- [dias] = 1460, sin computar el dia intercalar del bi-
pañe precisamente el pronombre posesivo respecti- siesto.—El año común, como lo advierte el mismo
v o c o n a calidad de prefijo ó conjuntivo, de aquí Padre Motolinía en el pasaje notado, se componía
es que e ; nombre generico de los sacerdotes, usado de 18 meses de d 20 días, v 5 complementarios:
en singular, se expresaba c o n la palabra Nopapa, 18X20=360+5=365.

28 Historia General, lib. n , cap. 35. TRAT. m , CAP. 1 0 . — P á g . 1 9 7 . — . . A h u i -


l i z a p a n . . . . que en nuestra lengua quiere de-
cir A g u a blanca ác.
De los elementos constitutivos de la palabra Ahui- TRAT. I I I , CAP. 1 1 . — P á g . 2 0 4 . — . .hay..
lizapan no puede deduciros absolutamente la signi-
ficación que le d a el Padre Motolinia; mas como su unas aves muy hermosas, á que los Indios lla-
autoridad sea t a n respetable en la materia, preciso man Teoeacholli, que quiere decir Dios Ca-
es dar una idea, aunque somera, de los fundamen-
tos de mi desacuerdo. El uso de la voz que nos ocu- cholli.
pa se conserva hasta hoy entre los indígenas, y la
Aquí también hay un error en la ortografía de la
aplican á los b a ñ o s que toman en la laguna durante
voz mexicana, y por consiguiente en su versión cas-
los meses de M a y o y Junio, en medio de algazaras
tellana. Nótola c o n entera confianza, porque tomo
retozos y alegrías, de las cuales deriva su significa-
la enmienda del Padre Sahagún, una de las autori-
ción vulgar, que es la de alegrarse ó regocijarse en
dades más competentes en materia de lengua me-
el agua, braceando, nadando, zabulléndose y ejecu-
xicana. Describiendo las aves de México, dice:
tando todos los otros retozos que todavía acostum-
" hay otra que se llama Tlauhquechol ó Teuhquechol,
bra nuestra gente popular. El L i c . Don Faustino
" v i r e en el agua y es como pato (sigue la descrip-
Galicia ( m e x i c a n o de origen y profesor de su len-
" e i ó n ) : dicen que esta ave es el príncipe de las
gua en esta universidad), á quien debo estas noti-
" garzotas blancas, que se juntan á él donde quiera
cias dice que la radical de aquella v o z compuesta
" que le v e n . " 3°—Esta noticia, y laealidad de prín-
es Ahuihzth Cdiversión, regocijo & e . ) ; palabra que
cipe que se le atribuye, corroboran la exactitud or-
como otras muchas, falta en el Vocabulario de Mo-
tográfica de la radical Teuli, harto diversa de la
lina.
otra Teo. Aquella lo es de Tecuhtli ó Teuhtli [señor,
Ahuilizapan es el nombre primitivo de la pobla- príncipe, caballero & c . ] , y ésta de Teotl ( D i o s ) .
ción que hoy, corruptamente, llamamos Orizaba, El Así, Teuhquechol quiere decir literalmente " e l se-
grupo trópico--ideográfico que lo sustituye en la es- " ñor de los Quecholli," y metafóricamente " e l
critura geroglífiea de los antiguos mexicanos, se en- " príncipe de las aves de plumaje rico y vistoso, ó
cuentra notado dos v e c e s en el Códice Mendocino: " que sobrepuja en esta c a l i d a d ; " pues á las de su
represéntase allí una figura humana, con los bra- clase daban genéricamente el nombre de Quecholli.
zos levantados y metida hasta la cintura dentro de
un depósito de agua á manera de alberca.—Este
símbolo, que d e b e considerarse como la letra escrita
del nombre, destruye completamente la interpreta-
ción del Padre Motolinia. Quizá un examen escru-
XII.-Carta al Emperador Carlos F.
puloso de la disposición y forma de sus caracteres,
aun autorizaría la conjetura de una alteración en » Este documento se ha copiado del que po-
su ortografía primitiva, introducida por el uso. see la Real Academia de la Historia de Ma-
drid. Encuéntrase en las fojas 213-32 del
Kingsborough, Antiquities of Mexico, vol.
I, lam. 10, n. 1 5 y l á m . 50, n. 5.
3° Historia General, lib. X I , cap. 2.
Ramírez.—33
vol. 87 de su Colección de MSB. históricos, ment e la larga é interesante posdata (tan
con las siguientes indicaciones y marcas: larga casi como la carta).
—Simancas. Indias. Jo Cartas de XEspaña, Fragmentos también, y en menor canti-
de 'Fray les: de 550-70.—Visto: MUÑOZ.— dad, dió á luz Don Manuel José Quintana
Esta última razón manifiesta cíai'amente en el Apéndice á la Vida del V . Casas, sien-
que él perteneció á la colección del famoso do ésta la segunda publicación que se ha
historiógrafo de América, bien que no se hecho, ó mejor dicho, noticia, que se ha da-
mencione en el catálogo que de ella nos dió do, del documento que nos ocupa.
Fuster. El Sr. García ícazbalceta lo adqui-
La primera publicación del texto íntegro
rió por conducto de nuestro excelente y ob-
la debemos á la ilustrada é infatigable labo-
sequioso amigo el Sr. DON FRANCISCO GON-
riosidad de otro amigo que ya he mencio-
ZÁLEZ DE VERA. L a p r i m e r a noticia q u e t u -
nado;—á Mr. Buckingham Smith, que le
v o el mundo literario de su existencia, la de-
dió lagar en el tomo I de su interesante y
bió á un anotador de la traducción castella-
preciosa Coleccion de varios documentos para
na de la Historia eclesiástica de Ducreux, 31
la historia de la Florida y tierras adyacentes
y no ciertamente por un sentimiento sim •
El me comunicó también las indicaciones
pático hacia el obispo de Chiapa, sino más
relativas al MS. que le sirvió de original, y
bien con aquel otro de amargura con que
que se encuentran perfectamente concordes
la susceptibilidad castellana ve todavía los
con las del Sr. González de Vera.
escritos del iluste prelado, considerando en
ellos ajado el pundonor de su nación. El La segunda copia íntegra, en el orden de
adicionador de Ducreux copió solamente los publicación, es la que ahora da á luz el Sr.
párrafos mas prominentes y que mejor cua- García Icazbalceta, bien que en el de impre-
draban á su intento, suprimiendo entera- sión sea la primera, según ya lo advertí en
la noticia cronológica. Cotejada eserupu-

3'Encuéntrase en su edición, 4 ® esp.. Ma- 3' Impresa en Madrid, por José Rodríguez, 1857,
drid, 1805, tomo V I , p á g 94 en la nota. fol., y en número solamente de 500 ejemplares.
— 260 — - 261 -

losamente con la anterior, sólo se han atado las diferencias contenidas en la si-
guiente tabla comparativa, procedentes Mas de descuidos de pluma.

EDICION DEL SR. G A R C I A . EDICION D E L SE. SMITH.

fig. Un.

254 5 i este nombre lo tomaron i este nombre tomaron


6 ídolo ó principal dios ídolo i principal dios
255 5 i toda esta tierra puesta en paz i toda esta tierra questá en paz
11 s u b ¡ e n d o - no se ganó mas que de echar no se ganó mas de echar
256 14 por escritura i dar caución por escribano i dar caución
9 sub. entre los frailes menores, i los di entre los frailes é yo busqué todos los que
había entre los frailes menores, i los di
257 3 principales de toda esta nueva principales de esta nueva
258 15 sub. i estava bien k i estava muy bien
260 7 para que siquiera perseverara para que si quisiera perseverara
12 sub. Españoles procuraran Frayles Españoles procuran Frayles
261 1 se hallarían más delitos se hallarán más delitos
265 7 Itemachalco 33 Itecamachalco
267 1 i lo que tienen ó lo que tienen
268 6 i que le quedara i que quedara
13 llamárselo cien veces ciento,, más ¿ llámaselo cien veces ciento, demás de la
la poca caridad poca caridad
6 sub. á se oponer á morir á se oponer y morir
269 5 punir ni castigar punir i castigar
2 sub. pecho i tributo pecho ó tributo
273 20 que no ha salido de México no ha salido de México
274 14 en San Francisco con Frayles en San Francisco con los Frayles
19 que murmuraron que murmuran

33 Esta lección es evidentemente defectuosa poi^ omisión de la sílaba medial ca.—'Tampoco es ge


n u i n a l a del Sr. Smith, que se encuentra en el orinal, por la adición de la inicial I . i-a propia es
Tecamachalco, nombre de una población que tod^a existe, y que conviene p e r f e c t a m e n t e con su no-
tación geroglífica. El error consiste en haber junta ™ la conjunción y con el nombre, defecto muy LO
mún en las copias antiguas.
Decía antes que el anotador castellano de " Pues no bien llegaron á América los
Ducreux había dado á conocer la carta del " opúsculos que el obispo hizo imprimir en
Padre Motolinía con el sentimiento punti- " Sevilla por los años de 1552, cuando este
lloso que distingue al común de los escrito- " hombre audaz ( F r a y Toribio) se armó de
res de su nación; no así el Sr. Quintana, ' •' todo el furor que suministra la persona-
quien examinando el documento á la altura ' lidad exaltada, y en una representación 3<
de su elevada inteligencia y con una críti- " que dirigió al rey en principios del año
ca aun demasiado severa, lo produce para " de 1555, con achaque de defender á los
formularle su proceso, fulminándole un fa- " conquistadores, gobernadores, encomen-
" deros y mercaderes de Indios, trató á Ca-
llo tan riguroso, que no obstante mi since-
sas como al último de los hombres."—
ra adhesión y profundo respeto al Illmo.
Pocos renglones adelante, insinuando el crí-
Casas, me es imposible suscribir.—Furioso
tico la duda de si uuestro obispo tuvo ó no
y temerario, llamó el ataque que le dirigió
conocimiento de ese rudo ataque, califica
Fray Toribio en esa carta; y abismado en
más duramente á su adversario, observan-
la contemplación de los motivos, sin poder
do que aun en caso de saberlo, " aquel que
conciliar sus evangélicas virtudes con sus
" en otro tiempo supo mirar con tan noble
destemplados discursos, creyó encontrar la
" indiferencia las sátiras y calumnias que
clave del enigma en aquellas fragilidades
los vecinos de Ciudad-Real vomitaron
mismas, que, como la funesta túnica de Ne- " contra él, en desquite de sus rigores, no
so, no abandonan al hombre sino con la vi- ' ' debería comprometerse con un fraile des-
da.— " Probablemente, decía el ilustre " carado que nada tenia que perder, y que
" Quintana, debajo de aquel sayal roto y aspiraba á darse importancia con el exce-
" grosero, y en aquel cuerpo austero y pe- " so mismo de su insolencia." 35
" nitente se escondía una alma atrevida, Tal es el juicio que una de las más bri-
" soberbia, y aun envidiosa tal vez. A lo
" menos la hostilidad contra el obispo de 3< L a carta que nos ocupa.
" Chiapa presenta estos odiosos caracteres 35 Vida del Sr. Casas, pág. 425-26,
liantes lumbreras de la literatura española
tos fallos falsos y se escriben romances
formado de nuestros beneméritos cam-
fantásticos ó caricaturas con el nombre de
peones, fallando entre sus dos cora patrio-
historias. Fray Bartolomé y Fray Toribio
tas con el desinterés é imparcialidad que
pertenecían á dos célebres órdenes monás-
en un juicio de familia. Sin embargo, repi-
ticas, divididas por contiendas seculares y
to J el fallo contra el Padre Motolinia me
por la natural rivalidad d e . corporación;
parece excesivamente duro, pues que cier-
dividíanlas en la doctrina, las famosas es-
tamente se puede explicar su conducta por
cuelas Tomisa y Escotista; en los puntos de
motivos más naturales y mejor fundados,
creencia, el de la Concepción; en el minis-
que acrisolen la verdad histórica, sin men-
terio, las competencias sobre la defensa y
gua (iel mérito ni del honor de sus autores;
la propagación de la fe, y en la política, la
porque tal cual hasta hoy se nos presenta,
cuestión mixta que surgió con el descubri-
ó el obispo de Chiapa era un genio in-
miento de la América, donde dominicos y
quieto, turbulento, hipócrita, interesado
franciscanos se dieron rudos y repetidos
&c. , &c., ó el Padre Motolinia un fraile en-
combates con ocasión del tremendo proble-
vidioso, grosero, insolente, y un atrevido
ma que los separaba, y que, según hemos
calumniador. Tales son los miembros de la
visto, resumía uno de los mismos conten-
disyuntiva en que se nos precisa á esco-
dientes en una ñgura retórica; conviene á
ger.
saber: si la espada debía abrir primero el
Para juzgar acertadamente de los hom- camino al Evangelio, ó bien debía seguirlo.
bres y de sus actos, es absolutamente ne- ¡ Ardua y grave cuestión, siempre que se dis-
cesario trasladarnos á su época y revestir cuta con conciencia y buena f e ! Y no
sus ideas, sus pasiones y sus intereses, se olvide que aquel era el siglo de las con-
porque éstos han sido y serán en todos los tiendas literarias en que la resolución de
tiempos y en todos los lugares el resorte un punto de ciencia solía tener más impor-
secreto de las acciones. Por abandonar ese tancia que la conquista de un reino; espe-
único y seguro criterio, se pronuncian tan- cialmente si afectaba la religión, por el ca-
Ramírez.—31
rácter profundamente devoto de aquella so-
descarríos de más alto y tomándolos sola-
ciedad.
mente como accidentes que 110 alterau la
Otra de las facciones distintivas de la esencia de las cosas, los desprecian ó los
época era la aspereza del lenguaje, insepa- perdonan, considerándolos como flaquezas
rable, ya de la rudeza de las costumbres, á que no han escapado los más eminentes
ya de la consiguiente energía del carácter, genios, y ni aun los santos que la Iglesia
ya en fin del calor de las disputas mismas expone á la veneración piiblica en sus alta-
y de las pasiones exaltadas. Sin ir más le- res. ¿Quién no conoce las ardientes quere-
jos, podríamos encontrar en nuestros días llas de la teología, de la filosofía, de la
y entre nosotros mismos la plena solución jurisprudencia y aun de las ciencias e x a c -
de esos problemas sicológicos. ¿Qué liemos tas, que en manera alguna podían autori-
visto y oído en la lucha encarnizada y fra- zar tanto mal como hombres verdadera-
tricida que nos destroza há casi medio si- mente distinguidos y respetables se han
glo? ¿Cuál es la buena fama que ha queda- dicho y se han hecho? ¿Cuáles injurias ol-
do limpia? ¿cuál el prelado que no sea vidaron los jesuítas en su polémica con
hipócrita y corrompido; el magistrado no nuestro Y . Sr. Palafox, 35 y cuáles perdona-
venal; el sabio no estúpido; el patriota no ron á aquella ilustre y benemérita orden
interesado, y el administrador no concu- religiosa sus apasionados enemigos? El gran
sionario? Nuestro retrato, trazado por Bossuet, ese astro radiante de la elocuen-
nuestras propias iracundas plumas, no en- cia y de la Iglesia, ¿qué hizo con el emi-
contraría su igual ni en un banco de gale- nente Fenelon, más eminente aún por su
ras y tales arranques de pasión salen
3« Un individuo de la Compañía, censurando el li-
de quienes haceu ó debieran hacer profe- bro de la Vida interior en que el Sr. Palafox, imi-
sión de dominarla, aunque por dicha de la tando á S. Agustín, hacía la confesión de sus cul-
pas, lo trató ásperamente, calumniando su inten-
humanidad lleven el remedio en su exceso ción y tachándolo de soberbio, ambicioso, vano, hipó-
mismo. crita, iluso, ignorante, artificioso, vengativo, etc., etc.
— V . su defensa escrita por Fr. Juan de la Anun-
La filosofía y la crítica, que ven aquellos c i a c i ó n . con el titulo de La inocencia vindicada.
humildad y por su virtud, que por su cien- doloso ministro. 35 San Cipriano, queján-
cia? ¿Cómo se trataban entre sí los Padres dose con su amigo Pompeyo de este duro
de la Iglesia en sus cartas, en sus apologías tratamiento, tachaba con muy áspero len-
y aun en sus santas reuniones conciliares, guaje la conducta y aun doctrina del Pon-
durante la tormentosa infancia del cristia- tífice, 40 devolvíale sus reproches haciéndo-
nismo? 37 ¿Quién podría contar las difama- le los más severos cargos, rematando con
ciones y calumnias que durante el siglo III inculpaciones que no nos atrevemos á repro-
se derramaron por todo el mundo cristiano ducir en lengua vulgar. 42 Firmiliano, obis-
contra el célebre San Atauasio? 38 ¿Qué ve- po de Cesarea en Capadocia,43 grande amigo
mos en las controversias suscitadas entonces
con motivode la validez delbautismo admi- 39 pseudochristum et pseudoapostoUtm et dolo-
nistrado por los herejes? Vemos que el pa- sum 0peranum.—D. Cypriani Op., Ep. L X X V . ("Pa-
ris, 1726, f o l . , edie. de Baluzio.)
pa San Esteban calificaba de herética la doc- 40 misi tibi rescripti fjus ( Stephani ) exemplum :
trina de los que la negaban, apellidando quo lecto, magis ac mag is ejus errorem denotabis, qui
hcereticorum causam contra christianos et contra eccle-
con tal motivo á San Cipriano, que la con- siam Dei asserere conatur. Aam inter ccetera vel su-
tradecía, sendo sacerdote, sendo apóstol y perba, vel ad rem non pertinentia, vel sibi ipsi contra-
ria quce imperitè atque mprovide scripsit etc., etc.—
D. Cypriani, Ep. L X X I V .
quce ista obstinatio est, qumve prcesumptio,
37 Convocados los Padres del famoso concilio P i - humanam traditionem divince clispositioni anteponere,
ceno que solidó los fundamentos de la fé cristiana, nec animadvertere indignar i et ir asci Deum quoties
se les vió á muchos venir provistos de representa- divina prcecepta solvit etprceeterit humana traditio.—
ciones y quejas en que mutuamente se acrimina- Ep. cit,
ban, y que Constantino tuvo el buen juicio de cor- 43 Xam in eodem loco epistola suce (Stephani) ad-
tar, mandándolas quemar en su presencia.—Proin- dititi et adjecit: cùmipse h¡eretici proprie alterutrum
de unusquisque ca, quce aliis objiciebat, crimina, libe- ad se venientes non baptizent, sed communicent
llo comprehensa Imperatori offerens, ea, quce adver- tantùm. Ad hoc enim malorum devoluta est ecclesia
sas ipsum secus admissa fitérant, exponebat Im- Dei et Sponsa Cristi ut hcereticorum exempla secte-
perato)- singulorum criminationem cessare, et libellos tur. ..et idfaciant christiani quocl antichisti facimt.
cremavi jussit.—Sozomeni, Eccles. Historia;, lib. I, Quce vero est animi cceòitas, qua pravitas, fideiuni-
cap. 17. (Aug. Taurin, 1747, fol., edic. de V a l o i s . ; tatem de Deo Patre et de Jesu Christi Domini et Dei
33 El episcopado de Oriente se adelantó hasta pro- •nostri tradizione venientem nolle cognoscerel—Ubi
nunciar su formal condenación en el concilio de sup.
Arlés.—Fleury, H i s t . Ecles.. X I U , 10. -•3 Beatce recordations, l o llamaba en su epistola

a -aay^j^feÇiB
de San Cipriano y que profesaba su misma
Ahora bien, ¿y qué han perdido ni en la
doctrina se expresaba en términos todavía
estimación, ni en la veneración pública, las
más punzantes contra la defendida por el
personas ó corporaciones así difamadas?..
papa San Esteban, no perdonando tampoco
¿Acaso el V . Palafox, Bossuet, Fenelon y
ni á su ciencia, ni á su persona. 44
los otros varones ilustres y santos de la
Iglesia son menos respetados y honorifica-
sinódica el concilio de Antioquía que condenó y de- dos de lo que reclaman sus merecimientos
puso á Paulo de Samosata.—Eusebio, Hist. Ecles.
lib. VII, cap. 30. y sus virtudes! N ó ; porque á cada uno
** H ó aquí unos cuantos pasajes entresacados de en su caso podía aplicarse, con más ó me-
la carta que escribió á S. Cipriano, consolándolo y
fortificándolo e n su doctrina. nos propiedad, la observación que Brotier
Sed hcec interim quce ab Stephano gesta sunt prcete- y Yauvilliers hacían con motivo de la vio-
reantur; ne dum audacice et insolentice ejus memini-
mus, de rebus ab eo improbé gestis longiorem masti- lenta diatriba 43 que uno de los más bellos
tiara nobis inferamus —Ep. L X X V . cit., p. 143. genios de la Grecia disparó al justamente
Et quidem quantum ad idpertineat qued Stephanus
dixit plenissimé vos respondistis neminem tam stul-
aclamado Padre de la Historia.—" Es im-
tum esse qui hoc credat apostolos tradidisse, quando p o s i b l e al hombre, decían, no pagar el
etiani ipsas hcereses eonstet execrabilis ac detestandas
postea extitisse etc., etc.—Ibid., p. 144.
" tributo que debemos á la malignidad, á
Quod nunc Stephanus ausus estfacere, rumpens ad- " la debilidad y á las pasiones que son el
versüm vos pacem quam semper antecessores ejus vo- " triste patrimonio de la humanidad." Por
biscum amore et lionore mutuo custodierunt, adhuc
etiam infamans Petrum et Paulum beatos apostolos, consiguiente, añadían ( y y o repito con
quasi hoc ipsi tradiderint etc., etc.—Ibid. ellos), " nuestro esfuerzo y empeño para
—jam probastis satis ridiculum esse ut quis se-
quatur errantes " repeler y desenmascarar la injusticia, de-
Atque ego in hac parte justé indignor adhanc tam " ben ser tanto más grandes, cuanto que
apertam et manifestam Stephani stultitíam...—Ibid.,
p. 148.
Stkepanus, qui per successionem, cathed>-arn Petri asserendos fraternitatem scindere, insupe et Cypria-
habere se prcedicat, nulo adversüs hcereticos zelo exci- num pseudochristum et pseudoapostolum et dolosum
tatur, concedens ilUs non modicam sed maximam gra- operarhm diccre.—Ibid., p. 151.
fía potestatem Ibid. « L a que escribió Plutarco intitulada De la ma-
Et tamen non pudet Stephanum talibus adversüs lignidad de Herodoto, desacreditando la obra é infa-
ecclesiam patrocinium prastare et propter hcereticos mando la persona de este célebre historiador.
" proceden de quien no puede sospecharse paciones de Don Fray Bartolomé: 2®
" que consienta en ser su instrumento." desacreditar la veracidad de sus narracio-
La observación que precede cuadra es- nes, y subvertir su recta intención, lleván-
pecialmente al Padre Motolinía, porque dose de calle al narrador. Para lo primero
su respetabilidad, su ingenuidad y sus asienta que las adquisiciones de aquellos
eminentes virtudes, han sido precisamen- eran por medios legítimos; que los Indios
te la poderosa palanca que ha dado una estaban bien tratados; que sus tributos
fuerza casi irresistible á las acres censu- eran muy moderados; que los antiguos abu-
ras y opinión desfavorable sembradas en sos habían desaparecido y que á l o s Indios,
el mundo contra su venerable antagonista se hacían entera y pronta justicia" contra
Fray Bartolomé de las Casas. N o pudién- sus mismos dominadores; que éstos eran
dosele sospechar intereses privados, ni mi- muy celosos por la propagación del cristia-
ras rastreras, sus palabras y juicios se to- nismo, más y mejor aun que el mismo Ca-
maron como la sincera expresión de la sas; en fin, insinuaba que la despoblación
verdad, y como el severo fallo de una con- procedía principalmente de las epidemias
cienzuda opinión. Sin embargo, ¡ y quién que habían afligido á las razas indígenas.
lo creyera! el mismo Padre Motolinía viene Esto decía al Emperador en su Carta. Vea-
á ministrar con su autoridad y cou sus re- mos ahora lo que antes había dicho al con-
velaciones históricas, la prueba plena y de de Benavente en su Historia de los In-
flagrante de todos y de cada uno de los he- dios.
chos que el Padre Casas invocaba en apoyo
Comienza con las siguientes meláncoli-
de las fulminantes filípicas que lanzaba á
cás palabras, que forman el epígrafe del
los conquistadores.
trágico obituario de las familias aztecas.
Dos fueron los principales intentos que " Hirió Dios y castigo esta tierra, y á los
se propuso Fray Toribio en su famosa Car- " que en ella se hallaron,"así naturales como
ta al Emperador; 1 ® vindicar á los con- " extranjeros, con diez plagas trabajosas." 4 6
quistadores y encomenderos de las incul-
*6 Alusión á las de Egipto.
— 275 —
Las tres primeras fueron la peste, la gue-
rra y el hambre que trajo la conquista. La " en prisiones crueles, porque los trataban
cuarta " l o s calpixques, - ó estancieros y " bestialmente, y los estimaban en menos
„ * e / r ° s > <l ue ^ e g o que la tierra se repar- " que á bestias.
' I o s conquistadores pusieron en sus re- " La sexta plaga fué las minas de oro,
p a r t i m i e n t o s y pueblos., para cobrar los " que además de los tributos y servicios de
„ tnbutos 7 Para entender en sus granje- " los pueblos á los Españoles encomenda-
" n a s . . . H a n s e (añadía) enseñoreado dees- " dos, luego comenzaron á buscar minas,
" ta tierra, y mandan á los señores princi- " que los esclavos Indios que hasta hoy en
pales y naturales de ella como esclavos- " ellas han muerto no se podrían contar.
" V porque no querría descubrir sus d?fe¿ " La séptima plaga fue la edificación de
" fos > e a l l a r é l o que siento con decir que . " la gran ciudad de México, en la cual los
" a do quiera que están todo ¡o enconan y co • " primeros años andaba más gente que en
" rromPen> hediondos como carne dañada, y " la edificación del templo de Jerusalem..
' que no se aplican á nada sino á mandar- " Allí murieron muchos Indios/ 8
" son zánganos que comeu la miel que la- " La octava plaga fué los esclavos q u e
" bran las pobres abejas, que son los In- "hicieron para echar en las minas
" dios. " de todas partes entraban á México tan
" La quinta plaga fué los grandes tribu- " grandes manadas como de ovejas para
" tos y servicios que los Indios hacían, " e c h a r l e s el hierro y por la prisa
" y como los tributos eran tan continuos " que daban á los Indios para que trajesen
" para poder ellos cumplir vendían l o s l i i -
" jos y las tierras á los mercaderes, y fal- ** El P. Motolinía advierte que este trabajo iba
" tando de cumplir el tributo, hartos murie- acompañado de gravámenes todavía más imponde-
rables que los impuestos .al pueblo hebreo en Egip-
" ron por ello, unos con tormentos y otros t o ; porque los Indios " d e b í a n buscar á su cosía los
materiales, pagar los pedreros y carpinteros, y si
ellos mismos no traían que comer, ayunaban."
Recaudadores. Por supuesto que la conducción era también de su
cuenta.
" esclavos en tributo, tanto número de " bandos que hubo entre los Españoles que
" ochenta en ochenta días, acabados los es- " estaban en M é x i c o , " y que remataron con
" clavos traían los hijos y los maceliua- suplicios y matanzas de Indios.
" les 45 y cuantos más haber y juntar Los párrafos que preceden se han toma-
" podían y como el hierro 50 andaba bien d o d e UN SOLO CAPITULO ; d e l primero de
" barato, dábanles por aquellos rostros tan- la Historia del Padre Motolinia, y van co-
" tos letreros, demás del principal hierro piados con sus propias palabras. 52 Ahora,
" del rey, tanto que toda la cara traían es-
52 El que deseare aumentar sus datos no tiene más
" crita. que registrar el resto de su Historia, donde hallará
" La novena plaga fué el servicio de las una abundante cosecha. Yo me limitaré á unas
cuantas reminiscencias.—"Sólo Aquel que cuenta
" minas, á las cuales iban de sesenta leguas las gotas del agua de la lluvia y las arenas del mar
" y más á llevar mantenimientos los Indios (decía en la pág. 27), puede contar todos los muer-
tos y tierras despobladas de Havtí, Cuba, S. Juan,
" cargados destos y de los esclavos que Jamaica y las otras islas; y no hartando la sed de
su avaricia, fueron á descubrir las innumerables is-
'' murieron en las minas, fué tanto el he-
las de los Lucayos y las de Mayaguana, con toda la
" dor, que causó pestilencia, en especial en costa de Tierra Fiime matando tantas ánimas y
" las minas de Oaxyecac, 51 en las cuales echándolas casi todas en el infierno, tratando á los
hombres peor que á bestias."
" media legua á la redonda y mucha parte " ¿ Q u é diré de los Españoles seglares qut con és-
" del camino, apenas se podía pasar sino tos [Indios] han sido y son tiranos y crueles, que
no miran más de á sus intereses y codicia.. .1 [pág.
" sobre hombres muertos ó sobre huesos; 161]." " no curan de enseñarlos y doctrinarlos,
" y eran tantas las aves y cuervos que ve- ni hay quien les diga lo qua toca á la fé y creencia
de Jesucristo.... ni quien procure destruir sus su-
" nian á comer sobre los cuerpos muertos, persticiones &c. (pág. 175)." " pues que desde
" que hacían gran sombra al sol, por lo una tierra tan rica y tan lejos como es España, mu-
chos han venido á buscar el negro oro de esta,
" cual se despoblaron muchos pueblos. que tan caro cuesta, y á enriquecerse y usurpar en
" La décima plaga fué las divisiones y tierra ajena lo de los pobres Indios, y tratarlos y
servirse de ellos como de esclavos (pág. 205)."
"Más bastante fué la avaricia de nuestros Espa-
49 Labradores y gente de servicio, ñoles para destruir y despoblar esta tierra, que to-
so La marea que se ponía á l o s esclavos. dos los sacrificios y guerras y homicidios que en ella
l 5' No Oaxyecac sino Hmxyacac. hubo en tiempo de su infidelidad, con todos los que
pues, respóndase con franqueza y buena fe, es'falsa por la exageración de sus formas y
si el V. Casas ha dicho ni podía decir más crudeza de su colorido. Don Fray Bartolo-
en sus escritos, y si no es evidente que los mé hacía, en efecto, todas las investigacio-
del mismo Padre Motolinia ministran la nes que le proporcionaba la ocasión, porque
más robusta prueba, ya de la sinceridad y así lo exigían los deberes de historiador y
verdad de sus narraciones, ya de la justa de protector de los Indios. No haciéndolo,
indignación con que fulminaba á los con- habría incurrido en una verdadera y grave
quistadores. culpa; pex-o ni averiguaba despreciables
Si el Padre Motolinia ha sido harto des- euredos, ni menos acogía ligei'amente cuan-
graciado en sus apologías y defensas, y to se le contaba. Nimiamente prudente y
por consiguiente en sus censuras contra la concienzudamente circunspecto en esta par-
veracidad de Don Fray Bartolomé, no le te, exigía siempre que las relaciones se le
cabe mejor suerte en el segundo y más gra- dieran por escrito y autorizadas por los
que las enviaban. Concienzudo he dicho,
ve punto de su iutentó; en el de hacer sos-
y lo prueba su estudiada reserva en no
pechosas sus diligentes y desinteresadas in-
mencionar el nombre de las personas cuyos
vestigaciones, no menos que su recta inten-
crímenes delataba, á menos que lo exigiera
ción. Píntanoslo como un frenético, enemi-
la narración, ó fueran tan conocidas que
go de sus compatriotas, siempre á caza de
nada tuvieran que perder. Este solo rasgo
chismes y de enredos, lince para lo malo,
de circunspección bastaría para absolverlo
topo para lo bueno, y caminando de acá
plenamente del reproche que sin funda-
para acullá "con veinte y siete 6 treinta y
mento ni justicia se le ha hecho de difama-
" siete Indios cargados y fatigados, todo lo
ción. Nuestra obispo observaba escrupulo-
" más con procesos y escrituras contra Espa- samente el precepto— dicere de vitiis, par-
" ñoles ,y bujerías de nada." 53 Esta pintura cere personis.

eu todas partes se sacrificaban, que eran muchos Comprendo que las precedentes asercio-
(pág. 207). &c., &c., &c.
53 Carta & Carlos Y , pág. 259. nes causarán alguna extrañeza, merced á
las falsas ideas tan generalmente propaga-
durante su larga y congojosa v i d a ; tañ
das sobre el carácter y escritos de Don Fray
convencido de ellos, 'que en esos momen-
Bartolomé, y por eso lamentaré siempre
tos lo vemos reunir sus últimos esfuerzos
que las fatigas de un prolongado trabajo y
para dirigir á su patria un apostrofe á que
las pesadumbres de la expatriación, duran-
tres iiltimos siglos van dando el melancó-
te mi residencia en Europa, no me dejaron
lico tinte de una tremenda profecía. Lamen-
tiempo ni aliento para producir b o y ínte-
to, vuelvo á decir, no haber copiado íntegro
gro un documento de que solamente puedo
ese precioso é inédito documento, que ha-
dar un brevísimo extracto. 51 Refiérame al
llaría hoy su propio lugar. P o n g o á conti-
testamento del Y . Casas, del cual se con-
uuación los apuntes y extractos que saqué
serva en la Biblioteca Imperial de París,
de él en la misma Biblioteca Imperial, á
calle de Richelieu, un testimonio jurídico
fines de Noviembre de 1855. Su concisión
compulsado quince días después de su muer-
está indicando que, lo mismo que algunos
te. En esa ocasión solemne, en que aun los
otros, los tomé solamente para conservar-
perversos, rompiendo la esclavitud de sus
los como un recuerdo de viaje.
terrestres ataduras pagan su tributo á la
verdad, D o n Fray Bartolomé se manifestó
como se le había visto siempre; franco, sin-
FOJAS 3 0 2 A 3 0 6 .
cero, entusiasta y profundamente conven-
cido de la justicia de la causa y de la rec-
Testimonio jurídico de una cláusula del testa-
titud de los principios que había defendido mento del l i m o . Fray Bartolomé de las Casas, com-
pulsado en Madrid en 14 de Agosto de 1566.—De él
aparece que el 17 de Marzo de 1564 se presentó el
SÍ Encuéntrase en el departamento de M S S . , en escribano Gaspar Testa en el monasterio de Nues-
u n v o l . f o l . i n t i t u l a d o PAPELES VARIOS, n u m e r a d o y tra Señora de Atocha, del orden.'de Predicadores,
marcado Num, 1588, S. G. F.~Contiene otros mu- para autorizar el testamento cerrado del obispo, y
chos documentos muy interesantes para la historia
de nuestro país. ( * ) que el 31 de Julio de 1566 compareció^ Fray Juan
Bautista a n t e el L i c e n c i a d o Palomino, teniente de
po'ei * ' 0d0S e "° S ' > corregí dor de la villa, avisando la^ muerto j l e l pre-
Ramirez—36
lado, y pidiendo, como albacea, que se procediera " bro con todas, por la orden de los meses é años
a la apertura del testamento.-En una de sus cláu-
" que se me enviaban y de las provincias que ve-
sulas dice el obispo: "hize esta escritura por fin de
" nian, y se pongan en la librería del dicho colegio
" hebrero de 1564." & e .
" ad perpetúan rei memoriam, porque si Dios deter-
Su asunto es el que formo el objeto de todos los " mina destruir á España, se vea que es por las
trabajos y votos del prelado, expresados con su mis- " destrucciones que habernos hecho en las Indias,
mo entusiasmo y vehemencia, según se comprende- " y parecerá la razón de su justicia. Esta compila-
rá por el siguiente rasgo: « 6 creo que por estas im- " eion comenzó á hacer un prudente colegial, pues-
" pías y celerosas é ignominiosas obras tan injusta " to que no ovo lugar para acabarla,"
" tiránica y barbáricamente hechas en ellas [en las El documento que describo presenta en muchas
" gentes de América] y contra ellas, Dios ha de de- partes apostillas de letra del V . Fray Alonso de la
" rrainar sobre España su furor é ira, porque toda Veracruz. ss Una, autorizada con su firma, es la si-
ella ha comunicado é participado poco que mucho guiente : — " D i g o yo Fray Alonso de la Vera f 56 que
" en las sangrientas riquezas robadas y tan usurpa- " oí al doctor Cerrano, oidor de S. M. en esta ciu-
" das y mal habidas y con t antos estragos é acaba- " dad de México, que estando en corte de S. M. en
" miento de aquellas gentes, si gran penitencia no " E s p a ñ a , y siendo relator allí de lo que el fiscal
' hiciere, y temo que tarde ó nunca hará &c » — " o y ó pedía contra Pizarro de los males y tiranías
l na de sus mayores recomendaciones al prelado del " que había hecho en el Perú, se le probó haber
monasterio, era que conservara sus papeles con el muerto más de veinte mil niños tomados de l o s
mayor cuidado, sin permitir extraerlos, especial-
mente su Historia general de las Indias. Igualmente
encargaba que se reunieran en volúmenes todas las 55 Este fué uno de los personajes más ilustres
por su virtud y por su ciencia, que honraron el sue-
cartas é informes que se le habían escrito comuni-
lo de América, Abandonando los honores y lisonje-
cándole los atentados que cometían los conquista- ro porvenir que le presentaba la corte, se vino á Mé-
dores "porque [decía] estas cartas son testimonio d xico para no ser má* que misionero cristiano. Fué
" la verdad que yo "siempre y por muchos años uno de los más ardientes promovedores de la funda-
ción de nuestra Universidad. en la que dese mpeSo
la primera cátedra de Escritura. Fué también el
" por misericordia de Dios he defendido, é délas
iundador de los estudios monásticos de PP. Agusti-
" injusticias, injurias, é violencias, é prisiones, é nos en el colegio de S. Pablo, donde he visto su re-
" calamidades, é muertes, que aquellas gentes de trato. Promovido por tres veces al episcopado, lo
" nosotros han padecido, é será é vivirá como histo- renunció. El Dr. Beristain ha formado su elogio en
su Biblioteca Hispano-Americana.
" ria probada por m u c h o s . . . . ; por ende pido por
s6 Abreviación de Yeracruz, muy usada en el si-
" caridad al M. R. P. R e c t o r . . . . que se haga un li-
glo X V I .
" ' p e c h o s de sus m a d r e s , porque siu embarazo de-
ciencia tranquila, no temía el juicio de la
" líos pudieran en l a s madres llevar las cargas de
" los 1ue iban en c o m p a ñ í a del d i c h o Pizarro y su- posteridad, y patentizaba hasta en sus úl-
" y a s . ~ F R . ALONSO DE LA V E R A F " S? timos días los rectos y desinteresados sen-
timientos de un buen obispo y de un buen
ciudadano; porque un sincero y acendrado
No es ésta, según ya advertía, la única
patriotismo entraba también en todos los
apostilla que se encuentra en aquel precio-
actos del perseguido obispo de Chiapas.
so monumento; hay otras muchas, suma-
mente breves, pero todas cofirmatorias de Iguales ó mayores elogios que los que le
las especies asentadas por el ilustre testa- tributaba el venerable escritor agustiniano,
dor, como de un testigo que daba fe de su ha merecido á los historiadores de las otras
verdad. sS ¿Qué p o d r á entonces oponerse, órdenes religiosas. Pero hable por todos el
en buena crítica, á la fidelidad de sus narra- ilustre franciscano Fray Juan de Torquema-
ciones y á la sinceridad del n a r r a d o r ? . . . . da, ardiente defensor de la honra de sus her-
Contra ésta, nada absolutamente, y si las manos, historiador el más diligente y since-
otras claudicaban, uo era suya l a ' c u l p a ; ro, que encontró aún fresca la memoria del
por eso recomendaba tan encarecidamente Y . Fray Toribio Motolinía 59 y disfrutó de
y aun pedía por caridad al rector del mo-
nasterio, que conservara las relaciones que
59 Ninguno de nuestros b i b l i ó g r a f o s h a dado no-
se le habían enviado, haciéndolas encuader- ticias completas del P . Torquemada, el m e j o r de
nar en un libro, porque esas cartas eran tes- nuestros historiadores, digan lo que quieran sus in-
teresados ó mal impuestos censores. E l Dr. Beris-
timonio de la verdad (que siempre había defen- tain d e j ó inciertas las é p o c a s de su n a c i m i e n t o , pro-
dido. Quien así se expresaba tenía su con- fesión y m u e r t e ; y el envidioso P . Vetancurt ape-
nas hace de él u n a m a l i g n a m e n c i ó n . E n algunos
monumentos que he consultado encuentro que na-
c i ó en España hacia los años de 1563 ó 1565; que
57 A q u í termina el e x t r a c t o del testamento vino niño, y t o m ó el h á b i t o en este convento de M é -
s8 L l e g ó á M é x i c o el 2 de Julio de 1536. — V . Cró- x i c o el mes" de F e b r e r o de 1583, catorce años des-
n i c a de la Orden de N . P . S. Agustín en las provin- pués de la muerte del P a d r e Motolinía. L a de nues-
cias de la Nueva E s p a ñ a , & c . , por Fr. Juan de Gri-
tro diligente y v e n e r a b l e historiador acaeció el de
j a l v a , ( M é x i c o , 1624, f © ) E d a d i a c a p , 16 _
1624, siendo guardián del mismo c o n v e n t o ,
todcs sus papeles. Ni una sola palabra vier- sa y sentida peroración. " Tengo para mí
te sobre sus contiendas con el V . Gasas, ni " (sin alguna duda) que es muy particular
tampoco menciona entre sus escritos la fa- " la gloria que goza en el cielo y honro-
mosa carta que nos ocupa, y que seguramen- " sísima la corona de que está coronado por
te tenia á la vista. En oposición de este si- " e l santísimo celo que con perseverancia
lencio, proclama al obispo " hombre santo " hasta la muerte tuvo de padecer por amor
" y grande inquisidor de verdades; 60 apos- " de Dios, volviendo por los pobres y mi-
" tólico y singular v a r ó n . ' T e j i e n d o en otra " serables destituidos de toda ayuda y favor.
parte el elogio de los personajes ilustres de " Émulos hartos ha tenido por haber dicho
la orden de Santo Domingo, decía: " Y pues " claramente las verdades: ¡ plega á la majes-
" que hacemos memoria de los que la mere- " tad de Dios que ellos hayan alcanzado an-
" c i e r ° n por haber trabajado fiel y apostó- " te su divina presencia alguna parte de lo
" licamente en la obra de la conversión de " mucho que él mereció y alcanzó, según la
" l o s Indios, razón será que se haga de " f é que t e n e m o s ! " 62
" quien entre otros religiosos más que otro
Estas palabras en boca de uu hombre de
" al9uno trabajó y más hizo por su conserva-
la alta virtud y ciencia histórica que reunía
" ción y cristiandad. Este fué el obispo de
el Padre Torquemada; de un Español, de
" Chiapa Don Fray Bartolomé de las Casas."
un coetáneo y de un religioso franciscano
Haciendo en seguida un breve resumen de
de la provincia y del convento que había
sus afanes y trabajos por la defensa de los
ilustrado el V . Motolinía con sus virtudes
Indios, y para los cuales, advierte el histo-
y con sus escritos, es una respuesta contun-
riador, que sus mismos hermanos francis-
dente á todos los argumentos y difamacio-
canos de México le enviaban noticias y do-
nes lanzados contra su igualmente venera-
cumentos, concluye con la siguiente piado-
ble antagonista. Y o podría multiplicar
hasta lo infinito las remisiones á autorida-

60 Monarquía Indiana, lib. VII, cap 21


Ibid., lib. X I V , cap. 25. P 62 Ibid., lib. X V , cap. 17.
des igualmente respetables; pero ¿cuál pu- da las fuentes de sus trabajos históricos,
diera ser mayor? ¿qué más podrían decir?.. hoy podríamoe recobrar, si no el todo, la
Por lo demás, esos mismos acres y punzan- mayor parte de lo que nos falta del Padre
tes escritos del'obispo de Chiapas; esa gran- Motolinía; pero el primero ni aun lo men-
de libertad y energía con que hablaba al ciona, y el segundo sólo hizo una vaga re-
más absoluto y poderoso monarca del mun- misión. El til timo es el único que le con-
do ; esa paciencia con que éste lo escuchaba; servó su propiedad en un gran número de
esa pronta docilidad para atender á sus re- pasajes. Allí dije también que las remisio-
presentaciones ; esa abnegación'para sobre- nes que me quedaban sin concordar eran
poner los intereses religiosos á los políti- treinta, que debemos reputar como otros
cos ; esa imparcialidad y justificación del tantos Fragmentos. Estos son de dos clases.
Consejo; y esas otras mil y flagrantes Los unos propiamente tales que parecen
muestras del interés con que la corona veía reproducir el texto literal. Los otros que
la suerte de sus colonias, forman cierta- presentan las noticias tejidas con la narra-
mente el más grandioso monumento que la ción del historiador. Como su interés no
antigua monarquía española pudo elevar á es sostenido, y engrosaría demasiado ésta,
su gloria, y le dan un timbre que puede ya bastante abultada parte de mi trabajo,
ostentar con orgullo á las generaciones pa- omitiré su inserción, bastando para satis-
sadas y venideras, segura de que difícil- facer el empeño del curioso, que le indique
mente encontrará su igual, y jamás su su- los lugares de Torquemada donde puede
perior. encontrarlos. Este intento desempeña la si-
guiente tabla de remisiones. Advierto que
todas se refieren á la edición de Madrid,
1723, fol., que es la común.
XIII.—Fragmentos.

Si Gomara, Herrera y Torquemada nos


TOMO PRIMERO.—Pág. 175, col. 2.-323,
hubieran citado con la escrupulosidad debi-
Ramírez—37
6S—324, 2.—327, 2 . - 3 2 9 , 2.-331, 2 . -
336, 2 . — 5 3 1 , 2 . — 6 1 3 , 2.

TOMO S E G U N D O . - 3 0 1 , 2. — 379, 2 . — 4 0 0 ,
2.—420, 2.—441, 2. - 4 4 4 . 2.—474, 2 . -
4 7 5 , 2 Í/ 2.—478, 2 , - 5 5 6 , 2 . - 5 5 8 , 2 y 2. -
564, -565. 2.-566, 2.-597. 64 — 6 1 2 , 2.
—618, 1.—623, 1.

TOMO T E R C E R O . — 6 0 5 , 2 .
N O T A S Y ESCLARECIMIENTOS
Al dar fin á esta tabla y á mi tarea, repi-
to la advertencia que antes hice, conviene A LA
á saber : que es muy posible se encuentre
alguno de estos fragmentos en la Historia HISTORIA DE LA CONQUISTA
de los Indios, pues ni mis ocupaciones me DE MEXICO
permitían hacer un tan minucioso examen,
ni puedo confiar euteramente eu mi memo- D E L SEÑOR W . PRESCOTT.
ria; por lo mismo he ¡escansado principal-
mente en la del editor.

México, Setiembre 10 de 1858.

63 Este pasaje se encuentra casi textualmente en

Gomara (Historia de las Indias, cap. 209, ed. de


Barcia), y Torquemada dice que lo tomó de la re-
lación del P . Motoli nía.
«4 Comprende las cinco páginas del capítulo 33
del libro X I V .
6S—324, 2.—327, 2 . - 3 2 9 , 2.-331,
336, 2 . — 5 3 1 , 2 . — 6 1 3 , 1.

TOMO S E G U N D O . - 3 0 1 , 2.—379, 1.—400,


2.—420, 1.—441, 2.-444. Í.—474, 2. -
4 7 5 , 1 y 2.—478, 2 , - 5 5 6 , Í.—558, l y 2.~
564, 2. - 5 6 5 . 2 . - 5 6 6 , 2 . - 5 9 7 . 64 — 6 1 2 , 1.
—618, 1.—623, 1.

TOMO T E R C E R O . — 6 0 5 , 1 .
N O T A S Y ESCLARECIMIENTOS
Al dar fin á esta tabla y á mi tarea, repi-
to la advertencia que antes hice, conviene A LA

á saber : que es muy posible se encuentre


alguno de estos fragmentos en la Historia HISTORIA DE LA CONQUISTA
de los Indios, pues ni mis ocupaciones me DE MEXICO
permitían hacer un tan minucioso examen,
ni puedo confiar euteramente eu mi memo- D E L SEÑOR W . PRESCOTT.
ria; por lo mismo he ¡escansado principal-
mente en la del editor.

México, Setiembre 10 de 1858.

63 Este pasaje se encuentra casi textualmente en

Gomara (Historia de las Indias, cap. 209, ed. de


Barcia), y Torquemada dice que lo tomó de la re-
lación del P . Motoli nía.
«4 Comprende las cinco páginas del capítulo 33
del libro X I V .
s

INTRODUCCION.

Vere igitur proiiuntiaiidum est,


11ih.il hoe opere perfectius.
MACROB. in Somn, Scipion.

s i l N el breve período que separa el año


k | 1770 del 1780, cinco escritores, tres

de ellos mexicanos, llenaban sus ho-


ras de ocio, ó de amargura, con el recuerdo
de los grandes sucesos acaecidos en nuestro
país. Veytia, digno discípulo del infortunado
Boturini, remontándose hasta la cuna mis-
teriosa de las primeras generaciones que po-
blaron nuestro territorio, escribía en Pue-
bla la Historia antigua ele México; obra la
más completa que poseemos en este ramo,
por su método y por el buen gusto en la
elección de sus noticias. W. Bolertson, abar-
cando una empresa proporcionada á su ge-
que, exceptuados los dos jesuítas expulsos,
nio, nos daba en Edimburgo la bilacióu del
ni se conocieron ni se trataron. Así nos
pensamiento concebido por Veytia, empren-
compensó el decreto de expatriación la pér-
diendo, en su Historia de la América, la de-
dida que irrogaba á nuestra literatura his-
fensa de las tribus indígenas subyugadas
tórica, arrebatando al P. Alegre la pluma
por el poder europeo en toda la vasta exten-
que en aquellos momentos daba fin á la His-
sión del nuevo continente. El perseguido
toria de la Compañía de Jesús en Nueva Es-
Clavigero escribía en Bolonia, en medio de
paña, crónica nacional más que monástica,
las mayores tribulaciones, por servir á su pa-
é inapreciable como monumento histórico,
tria y divertir el ocio desabrido del destierro,
por las exquisitas noticias que contiene, y
como decía él mismo á Veytia; escribía, di-
cuyas fuentes en la mayor parte están
g o , su excelente Historia antigua de México y
perdidas.
de su conquista, resumiendo en un brillante
La exuberancia suele ser un precursor
y animado cuadro, el asunto que los otros
de la miseria, y para colmo de desgracias,
dos habían tratado separadamente. El P.
ni aun de aquella pudimos aprovecharnos;
Cavo, otro jesuíta mexicano también expul-
porque la inquisición inscribió la historia
so, entretenía sus pesadumbres en Roma,
de Robertson en su ti'emendo índice expur-
recopilando la interesante colección de no-
gatorio ; el gobierno español no permitió á
ticias que forman la historia de los Tres si-
Clavigero publicar la suya en castellano, y
glos de México durante el gobierno español;
las restantes, excepto el Diccionario de Al-
con cuya obra y el Diccionario geográfico-
cedo, quedaron sepultadas en el olvido,
histórico de las Indias Occidentales, que ha-
hasta los años de 1836 y 41, en que después,
cía la misma época coordinaba en Madrid
de más de medio siglo de escritas, vieron
D. Antonio de Alcedo, podemos decir que ya
la luz por la vez primera. Esto aseguró al
teníamos completo un curso de historia uni-
implacable D. Antonio de Solís en la quie-
versal americana; todo en el breve período
ta y pacífica posesión centenaria que disfru-
de diez aüos, y obra de cinco escritores,
taba de engañar al mando, y su historia
continuó imperando sin rival hasta la épo- Más dichoso, aunque no para la gloria de
ca de nuestra emancipación política, en que México, el ramo de sus ancigiiedades, ape-
Clavigero recobró su lengua materna, y nas desflorado por Boturini, cuyo aniver-
Robertson habló el castellano. sario secular debiera celebrarse en este año
Durante este largo interregno ninguna ( 1 ) , obtuvo al ñu del siglo, particular pro-
pluma apareció para limar sus ensayos, ni tección en las sabias tareas del jesuíta Eá-
fueron muchas tampoco las que, como la brega ( 2 ) , que aprovechó Zoega para embe-
del canónigo Escoiquiz, la empuñaran si- llecer su famoso tratado de Origine et usu
quiera para desperfeccionarlos: nuestra his- Obeliscorum. Hacia el mismo tiempo (en
toria continuó estacionaria y muda, y los 1790), nuestro sabio Don Antonio de León
lectores vagaban, según su genio ó inclina- y Gama emprendía la primera y única in-
ciones, de los cuentos dorados de Solís á las vestigación rigorosamente arqueológica que
severas sentencias de Robertson, tomaudo pueda reclamar México como de su propie-
unos y otros, como tercero en sus diseor dad, en la Descripción histórica y cronológi-
dias, la entrabada pluma de Clavigero, que ca de las dos piedras descubiertas en la plaza
no dejó de sembrar muchas verdades en el principal de esta ciudad, hoy conservadas la
curso de su tímida carrera. El último año una al pie de la torre de la Catedral y las
de esa venturosa década, en 17 de Julio de otras en el Museo. A principios de este si-
1779, el gobierno español pensó en la res- glo dispuso el gobierno español la célebre
tauración de nuestra historia, quizá para expedición del capitan Don Guillermo Du-
justificar la proscripcióa de las de Robert-
son y Clavigero, confiando tan delicado
encargo á la bien cortada pluma de D. Juan (1) Su ensayo histórico se imprimió en 1746.
(2) El Barón de Humboldt dice que era originario
B. Muñoz; pero la muerte la destrozó en de México, y que escribió una interpretación de las
sus dedos, cuando apenas comenzaba, y lue- pinturas mexicanas conservadas en el Códice Borgia-
110, cuyo manuscrito existe inédito en Veletri Es
g o el soplo de la revolución dispersó sus bien sensible qne nuestras costosas legaciones en
materiales hasta países extranjeros. Europa no hayan servido al país ni auu para sacar
copias de sus monumentos históricos.
paix, para el reconocimiento de ios monu-
inaudita, para enriquecer las letras con la
mentos esparcidos desde esta ciudad hasta
producción tipográfica más espléndida y
Palenque, y cuyos preciosos dibujos y re-
laboriosa que han producido las prensas
laciones, después de treinta años de olvido
desde Guttemberg, sino consagrando tam-
bajo el p o l v o de nuestros archivos, fueron
bién sus talentos y vigilias á la explicación
llevados á Francia para darse á luz por los
de los mouumentos contenidos en su inesti-
desvelos de los señores Baradere y Saint-
mable Colección de las Antigüedades de
Priest, que han euriquecido Ja literatura con
México, compuesta de fac-símmiles de las pin-
la magnífica colección de las Antigüedades
turas y geroglíficos mexicanos conservados en
Mexicanas. En ese mismo tiempo (1803), el
las bibliotecas nacionales de París, Berlín,
ilustre Barón de Humboldt viajaba por Méxi-
Dresde, Viena, Roma, Bolonia, Oxford y de
co, recogiéndolos materiales de sus precio-
algunas particulares, siu olvidar aun los
sos datos históricos, geográficos y estadís-
trabajos del capitán Dupaix. Esta empresa
ticos, debiendo á su pluma, eutre otros mu-
colosal que adjudica al Lord KINGSBOROUGH
chos beneficios, las Vistas de las Cordilleras
el título de restaurador de nuestras antigüe-
y monumentos de los pueblos indígenas de la
dades, ha llenado el vacío que extrañaban
América, que derramando torrentes de cien-
sus investigadores, quienes con ese auxilio
cia y de luz sobre nuestras antigüedades y
y con el que en los últimos años nos han
las de los otros pueblos, tuvo la virtud de
dado Bstephens en sus Viajes á Guatemala,
despertar la curiosidad y el interés del
Chiapas y Yucatán y las maguíficas Vistas
mundo literario, preparando así la ejecu-
de sus monumentos que ha publicado el ma-
ción de una empresa colosal, que en juicio
estro pincel de Catherwood, nada otra cosa
del mismo noble Barón, sólo podía consu-
se espera ni se desea más que el aparecí-
marse bajo la protección de un gobierno ri-
„ miento del genio que debe ceñir la gloria
co é ilustrado. Un noble inglés, la acometió
de desembrollar ese caos revelándonos sus
y llevó al cabo sin ajena ayuda, no sola-
misterios.
mente abriendo sus arcas con generosidad
Mientras que la arqueología mexicana
marchaba así c o n pasos de gigante, hallan- simultáneamente la obra de su regenera-
do simpatías hasta en los últimos y hela- ción, aquel devolviendo á su patria al pros-
dos confines de la Europa, dando sér á so- crito Clavigero, y el segundo apresurándose
ciedades literarias presididas por soberanos á salvar de la destrucción del polvo ó del
que enumeran entre sus socios reyes y olvido, los ricos tesoros escoudidos en los
príncipes que alternan con los primeros escritos inéditos de Chimalpáin, Gama, Ix-
sabios del inuudo ( 1 ) : en f i n , mientras tlilxóchitl y P P . Bahagún, Cavo, Vega, Ale
que el interés d e su estudio llegaba al pun- gre y otros, que aunque no pueden ser cali-
to de pensarse en enviar una expedición ficados de acabadas y perfectas historias,
científica que estudiara nuestros monumen- son sin duda monumentos inapreciables
tos en su propio suelo, la parte civil de nues- que uadie podrá dejar de consultar para es-
tra historia moría de languidez, debatién- cribirla. En este medio tiempo los trabajos
dose dentro de la estrecha prisión en que de Yeytia vieron la luz por la diligencia de
de siglo y medio atrás la tenía encerrada la Don Francisco Ortega; y así, aunque Mé-
pluma de Don A n t o n i o de Solís. Un espa- xico pudo decir que ya tenía acopiados to-
ñol refugiado en Londres y nuestro infati- dos los materiales más indispensables para
gable y benemérito investigador Don Car- restaurar su historia, todavía le faltaba un
los María de Sustanciante, acometieron inmenso trecho, el más difícil y escabroso,
que recorrer para consumar la obra, y na-
(1) L a Sociedad Real de Anticuarios del Norte, es- da hacía tampoco concebir la esperanza de
tablecida en Copenhague, cuenta entre sus socios, que México tuviera la dicha de conmemo-
según una nómina que tengo á la vista, á los em-
peradores de Rusia y del Brasil, los reyes de Dina- rar en su suelo el glorioso aniversario se-
marca, Prusia, Cerdefia y Países B a j o s ; muchos cular del siglo de oro de su historia. Esa
príncipes soberanos y los presidentes de algunas de
las otras repúblicas americanas. En el congreso dicha, aunque reservada á la América, lo
científico de 1839 se presentaron varias obras sobre * estaba á otro Guillermo, también descen-
las antigüedades americanas, escritas por ciudada-
nos de los Estados-Unidos. Parece que al año de diente de la raza que primero hizo justicia
instalada (en 1841) contaba con un fondo perma- á la nuestra, cual si por este medí) quisie-
nente de diez y n u e v e mil pesos.
r a una débil compensación de los daba la raza amerieauaal tiempo de su<les-
crueles agravios y de los imponderables cubrimiento. En él se encuentra admira-
males, que para eterna desgracia de ambas blemente resumida la primera mitad de los
razas, desbordaban sobre la nuestra sus iu- vastos y difíciles trabajos de Clavigero, que
jnstos y despiadados compatriotas. mientras no sean mejorados, lo conserva-
El señor W . PRESCOTT ha publicado en rán en la quieta y pacífica posesión del tro-
1843, después de un interregno histórico no de nuestra historia antigua. En el resto
d e sesenta y tres años, la tan suspirada de la obra, modelo perfecto de orden, de
historia de la conquista de México, que claridad, de filosofía y monumento autén-
elevándolo á la derecha del solio ocupado tico de la infatigable diligencia y laborio-
p o r CLAVIGERO, nos presenta en ambos al sidad del autor, se contiene la relación de
Rómulus y al Tafias de nuestra literatura los sucesos de la conquista, con que á su
histórica; los dos partiendo su imperio, vez ha conquistado el señor Prescott el tro-
así como en nuestros días los hemos visto no de nuestra historia moderna, que bien
disputarse el patrocinio de los suscritores podíamos llamar de nuestra media edad.
de sus obras. Ellos imperarán en nuestro La alta y noble misión que el autor se pro-
suelo, sin que por muchos años deban te- puso desempeñar al escribirla, fué hacer á
m e r al César que ha de elevar su asiento los vencedores y á los vencidos la impar-
entre los suyos. cial y severa justicia que no habían obte-
Aunque el plán y el pensamiento de am- nido ni podían esperar de la interesada plu-
b o s autores sea uno mismo, el tema ó asun- ma de Solís, ni de la perseguida y oprimi-
to principal del Sr. Prescott es la conquista da de Clavigero. El historiador americano
de México, cuyo cuadro encabeza con el la ha desempeñado, en lo general, no sólo
más brillante, completo y acabado sinopsis con acierto, sino con una tal belleza y lujo
que el mejor ingenio pudiera formar de la de ideas y de lenguaje, y con una diligen-
historia antigua, para dar á conocer el es- cia tan rara en la investigación y acopio de
tado físico, intelectual y moral que guar- noticias inéditas é interesantes, que difícil-
mente podrá ser mejorada su obra en esta
flaquezas que han deslizado la pluma del
parte. Lo mismo digo del útil é improbo
autor y que, atendidos su naturaleza y ori-
trabajo que se ha tomado en la citación de
gen, serán harto difíciles de calificar y de
las fuentes donde ha bebido sus noticias;
censurar: el uso, no siempre moderado,
con lo cual no solamente se ha puesto á cu-
que ha hecho de las reglas de la crítica; el
bierto de toda imputación maliciosa, sino
desapego instintivo de raza, que luchan-
que descubriendo enteramente el pecho á
do contra sus uobles y concienzudos es-
los tiros de la crítica, se manifiesta como
fuerzos, suele alcanzar á veces sus victo-
uno de aquellos campeones de los tiempos
rias; en fin, la exaltación de su entusiasmo
heroicos, que parte con su adversario sus
por Hernán Cortés, que sin embargo no
armas de ataque y de defensa; ó bien cual
hay valor para reprender. Tales son, en
el artífice que, confiando en su solo genio,
mi juicio, los afectos que, influyendo de
abandona á otro sus instrumentos, sus ma-
una manera inapercibida auuque constan-
teriales y sus secretos para que iguale ó
te, en el ánimo y mente del autor, dan á
mejore, si puede, sus obras.
su historia un cierto tinte, que aunque 110
El que ha hecho plena justicia á un es- me atreveré á calificar de hostil, sí diré
critor y recomienda el mérito de sus escri- que no es para dejarnos lisonjeados; bien
tos, tiene derecho para manifestar sus de- que él haya repartídolo por toda su obra
sacuerdos, especialmente cuaudo así lo de- con tal uniformidad y aun lisura, que cier-
manda el interés en general de la literatu- tamente en ésa su misma uniformidad, auxi-
ra y el particular de su obra misma. La del liada por la rara diligencia que ha puesto
Sr. Prescott, que, como he dicho, es lo me para actuarnos eu las fuentes de sus noti-
jor que poseemos en el ramo de historia cias, lleva consigo el correctivo. Una vez
moderna, no puede considerarse del todo discernido por el lector este afeite ya puede
exenta de censuras, ni en esta su parte prin- recorrer su historia sin desconfianza, segu-
cipal, ni en el brillante cuadro que ha tra- ro de que lee una fiel y verídica relación
zado de la historia antigua. Tres son las de los sucesos de la conquista, pues el au-

Ramirez—39
tor ha sido tan sincero, que conservando ¡i
de patrono y de juez, se le exige que narre
los o b j e t o s sus propias y naturales formas,
con fidelidad, que defienda con conciencia,
solamente ha usado del derecho, que todo
que falle sin prevención, sometiéndose á
historiador tiene, para vestirlos ó desnu-
las leyes de la historia, que le mandan no
darlos según su mérito, para ver las cosas
decir nada falso, no callar lo que es verda-
con sus propios ojos, y para juzgarlas por
dero, y evitar aun la sospecha de odio ó de
sus convicciones. El historiador no es so-
favor ( 1 ) . ¿ Y cómo desempeñar cumplida-
lamente juez inexorable, pues el genio de
mente este encargo, cuando las pruebas
la historia también le permite ser patrono
destinadas á formar el criterio, divagan y
elocuente y florido pintor de las escenas
se contradicen? Como lo desempe-
que retrate, bien que poniéndole en to-
ña un juez, á quien jamás la verdad se
do caso por cotos la incolumidad de la
presenta en su sencillo traje; apelando á
verdad.
la lógica judicial, ó lo que es lo mismo, si-
Y o sé que esto es muy fácil de decir, pe- guiendo los severos principios de la sana
ro q u e ofrece infinitas y muy graves difi- crítica; que así como es un terrible escollo
cultades para ejecutarse, porque el interés, para los surcidores de patrañas, también
el descuido, ó la pasión que ordinariamen- es un crisol de donde el historiador sale
te presiden en la redacción de los docu. radiante. Cuando el juez no puede discer-
mentos que forman los materiales de la nir la verdad, la ley y la razón le mandan
historia, raras veces presentan desnuda la seguir la verosimilitud, que, dicho sea de
verdad, siendo muy común que el redactor paso, es ordinariamente la verdad de la
los escriba con el designio de desfigurarla; historia.
mas aquí es precisamente donde debe lucir
el talento, ejercitarse la ciencia y probarse El Sr. Prescott, más qué ninguno otro
la rectitud del historiador, pues que acu-
mulando en su persona las funciones, has- (1) Nam quis nescit, prim am esse liistorice legem,
ne quid falsi dicere, avdcatf delude ne quid veri non
cierto punto incompatibles, de relator, audeatl ne qua suspicio gratia sit in scribendol ne
qua smultatisl—QicvRO. de Oratove, II, 15.
de los historiadores de América, lia hecho tido, sin justicia ni razón, en campeón
mayor y mejor uso de las reglas de la crí- denodado de Cortés. No es raro tampoco
tica; pero también ha incurrido en terri- que el autor dé un hecho por establecido,
bles flaquezas, las unas por exceso y las bajo la sola palabra del conquistador,
otras por defecto, emanadas ambas princi- arrostrando con testimonios que nadie ten-
palmente del último de los influjos que he dría áuinio para despreciar, ó alegando ra-
notado; de su inmoderado entusiasmo por zones tan candorosas, como la de que Cor-
Cortés, no poco reforzado por el desapego tés, mejor que cualquier otro, debía estar
de raza. Es interesante para el estudio de bien impuesto en los hechos que refería :
la filosofía .racional, y aun para entretener buena razón en ciertos casos, pero inadmi-
la imaginación, el ver cómo el autor se en- sible en todos aquellos en que el afirmante
castilla en las reglas de la crítica para es- pueda tener un interés en ser creído. Lo
tablecer algún hecho ó para batir otro que particular es que ése tan formidable Aqui-
repugna, lanzando torrentes de elocuencia les, que se ha reputado bastante poderoso
y de saber sobre los que intentan disputar- para descargar la conciencia de Cortés de
le su adquisición ó propiedad Muestras graves culpas, tales como las multiplica-
más ó menos brillantes de su pericia tene- das carnicerías ejecutadas por su ejército,
mos en las defensas de los cincuenta tlax- atribuidas íntegramente á los aliados, sea
caltecas mutilados, en los asesinatos de del todo ineficaz para probar contra produ-
Xicotencal, Cuauhpopoca, Cacamatzin, &c., centem, pues no se llega á ver que las car-
&e., y sobre todo, en la del espantoso de- tas dirigidas á Carlos V . prueben jamás con-
güello de los cholultecas por la cual ten- tra su autor, á la vez que sí se hallan citadas
drá derecho á que se le adjudique la palma para infirmar muy graves testimonios, en-
conquistada por el jefe de la retirada de tresacándose de ellas palabras que nada di-
los diez mil. Así también otras veces des- cen, como se ve en el suceso relativo á la
ciende tanto, tanto, que uno se siente ver- destrucción de las naves.
daderamente mortificado al verlo conver-
En ésto?; y otros puntos, que. herían cier
tas fibras muy delicadas, el historiador ha etéreos que inhumanamente se lanzan de
teuido sus flaquezas, manifestándose for- tiempo en tiempo á nuestra ya pestilente
mado de nuestro común y f r á g i l barro; atmósfera; gérmenes que podridos y pul-
pero como hombre de genio y panegirista verizados por los trescientos años que han
próbido, ha sabido también conquistarse pasado sobre el polvo que los nutrió sola-
una más difícil, y por lo mismo más es-
mente deberían servir para las útiles ense-
plendente corona. Es verdad que el Sr.
ñanzas de la historia, y nada para el ali-
Prescott no se ha despojado enteramente
mento de pasiones vengativas y renco-
de sus afectos; mas tampoco puede impu-
rosas.
társele que haya dádoles vuelo con agravio
Hay en la historia del Sr. Prescott otra
ajeno. Contemplándolos hasta donde lo
especie de deslices críticos, que no tienen
permitían los derechos de tercero y las li-
relación alguna con las causas de que en mi
cencias de la historia, las aprovechó, no
juicio proceden los notados, siendo además
para sacrificar su verdad, sino para suavi-
muy probable que toda la razón esté por su
zar la crudeza de sus colores; para dar to-
parte, y que la equivocación sea mía. Hablo
ques de luz á algunos objetos y pasar deli-
del juicio que emite sobre la autenticidad
cadas sombras sobre o t r o s ; para correr un
y valor de nuestras fuentes históricas, y
ligero y púdico cendal sobre ciertas verda-
del que ha formado sobre el carácter inte-
des que podrían desgraciar el cuadro os-
lectual y moral de los pueblos americanos,
tentándose en vivas carnes, y para realzar
en su relación con la práctica de los sacri-
sobre todo la colosal figura del grande
ficios humanos y costumbres antropófagas.
conquistador, colocada en primer término.
Bien que en esta última parte no dejen de
Esto es lo que ha hecho el Sr. Prescott, y
vislumbrarse algunas prevenciones, sin em-
un tal ardid de artista, que admiro y no
bargo, la cuestión en lo general debe con-
repruebo, debe ser del todo indiferente á
siderarse como una de aquellas rigorosa-
cualquiera que busque en la historia otra
mente científicas y filosóficas, en que es
cosa más sustancial que esos gérmenes de-
permitido formar una opinión contraria,
sin mengua ni agravio del autor á quien se guíente, los mexicanos lanzaban ahullidos,
combate. Eu tal virtud mis objeciones de- y sus ejércitos por lo común, no se replega-
ben estimarse como una simple apelación ban ni retiraban, sino que huían. La fuerza
al mundo literario, y aun al mismo autor, misma del lenguaje técnico exigía también
mejor instruido. que su indomable valor se apellidara furor
Aunque la antipatía de raza, segunda de rabioso, y que aquellos innumerables y estu-
las flaquezas que me ha parecido descubrir pendos ejemplos, raros en la historia del
en el historiador, domine en toda su obra f muudo, que presentaron de abnegación y de
dándole uu tinte tan perceptible que sólo heroísmo, se explicaran, no como una inmo-
puede escapar á un ojo enteramente impe- ación voluntaria inspirada por el santo fue-
rito, los mexicanos no tienen derecho para go de la libertad y de la patria, sino como el
quejarse de una rigorosa denegación de brutal efecto del encono, del odio y de una
justicia, aunque sí podían redamar que no ferocidad irracional. Eu fin, tampoco es ex-
se les hiciera tan completa como á sus com- traño que el grande historiador abaje su ma-
petidores, en cuyo f a v o r ciertamente se jestuoso vuelo hasta el polvo de fútiles re-
han fallado todas las cuestiones pro amieo. paros, reservados á los dengues y melindres
Aquí el desdén de raza se manifiesta sin femeniles, para divertirse en medir la me-
embozo y sin doblez hasta en despreciables lodía ó aspereza de ciertas palabras ó voca-
menudencias. El Sr. Prescott ha empuñado blos mexicanos; punto sobre el cual, dicho
la pluma para escribir la historia de bár- sea sin agravio, no puede ser juez muy
baros; palabra que. alternada con la de sal- competente el oído acostumbrado á harmo-
vajes, campea en todo el curso de la histo- nías como las del Yankee dooclle.
ria, escoltada por otras del mismo temple.
Pero dejando á un lado estas bagatelas,
Siendo un ejército de bárbaros el que lu-
que nada importan á la esencia de la histo-
chaba contra los invasores, sus gritos de
ria, y que descartará todo el que sepa lla-
guerra no podían tener la misma denomina-
mar las cosas por su propio nombre, pase-
ción que los de un pueblo culto ; por eonsi-
mos á otro punto en que el historiador se
Ramírez.—40

«
ha tomado más libertades y ensanches de festó en todas ocasiones ( 1 ) , y l o engalanó
los que aquella permite. El burlón que pen- con la espuela, que en mi juicio no alcau-
só corregir el fanatismo de los biógrafos, zó, de cumplido caballero de la cruz, el
de los traductores y de los glosistas pintán- historiador no ha escrito su historia de ro-
dolos postrados y rindiendo un culto de dillas, y sí ha menguado muy considerable-
adoración ante la efigie de su héroe ó de mente las luces del monumento que le en-
su autor favorito, nos ha dado en su cari- cendió Don Antonio Solís. El defecto úni-
catura dos lecciones que no deben olvidar- co que se le puede notar, no es el de haber
se : por la una nos enseña todo lo difícil exaltado los hechos y las calidades de
que es á un escritor sobreponerse á sus aquel hombre, verdaderamente extraordi-
afectos; y con la otra nos previene á aco- nario y grande, ni menos el que haya apu-
ger indulgentes sus expansiones. No hay rado su diligencia para esclarecer y aumen-
duda en que el Sr. Prescott se manifiesta tar las noticias de sus acciones: en lo pri-
constantemente apasionado á Cortés, y que mero usaba de su derecho y hacía justicia
la colosal imagen del conquistador, nunca
apartada de su memoria, dominaba las ins-
piraciones de su mente, así c o m o dirigía la ( 1 ) L a delectación morosa con que Cortés recor-
daba, en sus cartas á Carlos V, las matanzas en que
pluma que eternizaba su memoria ( 1 ) Sin había tomado parte, no serían las más á propósito
embargo, esa misma verdad y justicia re- para adjudicarle la aureola beatífica de héroe de la
humanidad.—Fué MUY HERMOSA COSA, dice hablan-
claman se diga, que aunque haya despo- do de la carnicería que hizo en una sorpresa que dió
jádolo de la crueldad de carácter que maui- á los mexicanos, prosiguiendo el alcance cerca de
dos leguas, todas llanas como la palma. HERMOSA
VICTORIA llama á la que obtuvo en el asalto del P e -
ñol, defendido por muchos combatientes, y d é l o s cua-
les ninguno se escapó, excepto las mujeres y niños.
( 1 ) El Sr. Prescott da fin á sus trabajos con las A la vuelta de la foja dice que ERA LA COSA DEL
siguientes palabras:—La historia de la conquista es, MUNDO MAS PARA VER, las infinitas canoas que
como ya lo he hecho notar, lude Cortés, que fué, por echaron á pique, y los muchos enemigos que mataron
decirlo así, no sólo el alma, sitio aun el cuerpo dé y ahogaron durante un alcance de tres leguas gran-
aquella empresa, pues en todas partes estuvo presente. des. ( Carta 3. * de Cortés en Lorenzana, §§ X I V y
(Yol. IT, pág. 369.) X X I V , págs. 212, 241, 242 y pasim.)
sin o f e n s a de nadie, y en lo segundo pres- tos, el Sr. Prcscot solamente ha conseguido
taba un importante y precioso servicio á la dejarnos una relevante prueba de su ta-
historia. S u defecto no está en no haber lento, y un testimonio irrefragable de los
hecho ni l o uno ni lo otro por completo, inmensos recursos que pueden sacarse de
pues que habiendo ofrecido una historia, y la ciencia para abonar una mala causa,
no una biografía, la justicia y su programa cuaudo ésta se pone en manos de un hábil
demandaban que no pasara tan de largo por y ardoroso defensor.
sobre las espantosas carnicerías de Tqmca Todo esto quiere decir que ni la historia
y de Pánuco : que no dejara envueltos en ti- general de la conquista, ni la particular
nieblas el asesinato de Xicontecal, el tor- del conquistador están completas; y dice
mento áe]Cuautemotxin, la muerte de (taray, todavía más, que tal empresa solamente
y exigían también que hubiera empleado podría llevarse cumplidamente al cabo pol-
siquiera una centésima parte de la inflexi- lina pluma filosófica, que sintiera correr en
ble crítica eon que examinó otros muchos sus venas, mezclada y con tranquilo curso,
puntos m e n o s graves de nuestra historia, la sangre de los conquistadores y de los
al escribir el sangriento episodio de Choto- conquistados; por uno, en fin, que discu-
la, obra exclusiva de una insidiosa y pérfi- rriendo sin odio y sin desdén, los llame
da política, qjie jamás por jamás podrá á un juicio de familia, teniendo presente
justificarse ante el tribunal de la razón ni que va á hacer justicia entre sus progenito-
de la ley. E n fin. la historia, que también res. Entonces y solamente entonces, po-
le disimularía guardara silencio cuando la dremos concebir esperanzas de tener una
justicia exigiera un fallo improbatorio, no completa, imparcial y fiel historia de la
le puede perdonar que oscurezca ó disculpe conquista, que nada nos deje que desear
atentados tan horribles como los que hicie- por el lado de la integridad, que nada nos
ron sus víctimas á los llamados espías haga sentir por el lengaaje apasionado ó
tlaxcaltecas, á Xicontencal, á Quauhtemot y desdeñoso del historiador. No será, por
á otros, en cuyas defensas, salvos mi respe- supuesto, de entre las genereciones pre-
sentes desprovistas de los medios necesa- verso que puede formarse de Cortés, según
rios y dominadas aún por las mezquinas sean los documentos que se consulten, pa-
pasioncillas que el severo buril de la his- ra estimar su conducta en el caso del in-
toria desprecia y repele, de donde salga el cendio de la ilota. Los españoles, sacudien-
genio que ha de dar cima á tan ardua y do antiguas y mezquinas preocupaciones,
gloriosa empresa. Todavía yacen sepulta- han dado ya principio á esta obra de rege-
dos en los archivos de ambos mundos nu- neración, así como un testimonio irrefra-
merosos monumentos que es necesario con- gable de sensatez y buena fe, en la ilustra-
sultar, y ni aun siquiera poseemos, como los da protección que dispensó su gobierno al
otros pueblos cultos, una colección regular infatigable y benemérito D. MARTIN FER-
de fuentes históricas. Por aquí debemos co- NANDEZ NAVARRETE y á sus s o c i o s l o s S r e s .
menzar si es que aspiramos á la gloria de SALVA y SAINS DE BARANDA, p a r a la p u b l i -
ver salir de nuestro país esa suspirada his- cación de los interesantes y curiosos docu-
toria persuadiéndonos de que nuestra única mentos inéditos relativos á la historia de
misión es acumular materiales, salvando España y á los viajes marítimos de los es-
con imparcialidad y buena fe, de la des- pañoles. México, que aunque indolente y
trucción y del olvido cuanto pueda serle descuidado en la conservación de sus archi-
útil; es decir, no librando solamente aque- vos, aun posee ricos y preciosos tesoros,
llo que pueda lisonjearnos, sino todo lo ¿se quedará atrás y con nada ayudará estos
que pertenezca, aunque choque con nues- esfuerzos de interés y gloria comunes para
tras convicciones y afectos. No es raro, pe-
ambos pueblos? ¡ T i e m p o es ya de
ro qué digo r a r o ; es muy frecuente en la
que sacudamos ese egoísmo imprevisor,
historia que un documento al parecer adverso
que eu política, en literatura y aun en las
á la buena fama de un grande hombre, venga
más pequeñas menudencias de la vida do-
á ceñirle la aureola que le arrancaría ó eclip-
méstica, nos mantiene estacionarios, por-
saría otro, al parecer formado para erigirle
que únicamente pensamos en el pan de ea-
su apoteosis. Dígalo, si no, el juicio tan di-
mencé por donde creo que habría comenza-
da día, porque liada queremos hacer en do cualquier otro investigador, especial-
favor de las generaciones venideras! mente si era mexicano; por defender la
A l tomar mis apuntes de la historia del autenticidad y valor de las fuentes históri-
Sr. Prescott, me había propuesto rectificar cas do su país, y por vindicar la memoria
y suplir por una serie sucesiva de notas, de sus aborígenes, ambas maltratadas en
las inadvertencias y omisiones que me pa- el juicio que ha formado del mérito de las
recía descubrir; no con el designio, cier- primeras y en el influjo que atribuye á los
tamente inasequible, de restaurarla, sino sacrificios humanos y á la antropofagia so-
más bieu con el de preparar el camino á su bre el carácter intelectual y moral de los
restauración, señalando sus escollos; pero segundos. El asunto era interesante y cu-
un rasgo de debilidad hizo abortar mi rioso, pero d i f í c i l ; la mies sabrosa y abun-
plan, que después varias circunstancias dante; mas era necesario cosecharla en un
acabaron de desgraciar. Las amistosas ins- campo vasto y dilatado, que no carecía de
tancias del editor, que abundando en mis escollos ni de espinas. Ese punto, y el re-
ideas, veía con no poco sentimiento traba- lativo á la estimación de la antigua mone-
jar sus prensas para reproducir, tan consi- da, conocida solamente en las Américas
derablemente mejorada y embellecida, una bajo la denominación de peso de oro, fue-
obra que por el lado de la equidad y de la ron pora mí un verdadero escollo, pues
justicia atributriz nos dejaba algo qué de- que en él v i n o á estrellarse el último y
sear, me determinaran á hacer el sacrificio, mezquino plan que me había propuesto.
no solamente de mi plan sino también del Consultando más á mi entusiasmo que á
amor propio de autor, consintiendo en en- mis fuerzas, y sin tomar en cuenta ni el
tresacar algunas notas de mis apostillas y tiempo, ni los elementos, ni los medios dis-
en improvisar su redacción, para que se ponibles para llevar á cabo mi programa,
acumularan al fin de la obra, cuya edición me entré en los abismos y sinuosidades
estaba casi concluida que era necesario recorrer para escribir
Reducido así £ límites tan estrechos, co- Ramírez—.41
mis dos primeras notas, y r e d u c i r á s u úl- otras apostillas q u e n o podían ya caber en
tima expresión el asunto de la séptima, las e s c a s a s d i m e n s i o n e s de mi c u a d r o , se
en cuyo esfuerzo c o n s u m í la m a y o r parte q u e d a r o n en m i c a r p e t a , c o r r i e n d o la mis-
del tiempo, destinado al desempeño de ma suerte a l g u n o s d o c u m e n t o s r a r o s ó iné-
aquel, sobreviniendo además otros compro- ditos, tales c o m o la f a m o s a f ó r m u l a de re-

m i s o s que al e d i t o r y á mí n o s o b l i g a b a n á querimiento redactada p o r el D r . Palacios,

d a r u n p r o n t o fin á l a o b r a , y q u e p o r c o n - l o s c a n t a r e s d e Netzahualcóyotl, la relación

siguiente me sujetaron á escribir bajo el del tormento y suplicio del r e y de Michoa-

y u g o d e la i m p a c i e n t e a c t i v i d a d d e l cajista.
Cortés á Veracruz, le envió una solemne embajada,
Midiendo entonces mis trabajos por mi
no para conquistarse el afecto de un huésped des-
tiempo y medios disponibles m e limité á conocido v terrible, sino para jurarle pleito home-
naje, y entregarle el cetro del imperio como á su
meras rectificaciones de hecho, y á simples
soberano y señor, que según las más antiguas y ve-
correcciones que n o exigieran grandes de- nerables tradiciones, debía volver dentro de cierto
tiempo, á encargarse del gobierno do estas nacio-
sarrollos, dejando a l g o m á s q u e e n e l tin- nes. Los embajadores llevaban sus vestiduras y
t e r o , es d e c i r , y a e n t e r a m e n t e c o n c l u i d o s ó arreos, con las cuales el hábil conquistador se dejó
engalanar, acomodándose de muy buena voluntad
preparados algunos trabajos de no pequeño á representar el papel de Quetzalcohuail, cuyo ardid
interés, tales como un e x a m e n c r í t i c o de de luego á luego le abrió las puertas del imperio,
penetrando sin obstáculo por parte de los mexica-
l a s v e r d a d e r a s c a u s a s q u e d e t e r m i n a r o n la nos. Es de sentirse que la brillante y graciosa plu-
espantosa matanza de Cholula, y una dis- ma del Sr. Prescott haya pasado en sileneio este
episodio, que tanto se "prestaba para lo sublime y
q u i s i c i ó n s o b r e l a i n f l u e n c i a d e c i s i v a q u e tu- aun para lo cómico, y con el cual un talento filosó-
fico nos podría explicar cómo las crencias supersti-
v o e n los p r ó s p e r o s y estupendamente fáci-
ciosas que tantas veces lian ayudado á las pueblos
les sucesos de la conquista, la creencia para salvar su libertad, fueron para los mexicanos
un instrumento de ruina que les hizo perder aun su
supersticiosa p r o p a g a d a en t o d o s los pue- independencia y nacionalidad. Y o aconsejo al lec-
blos americanos con respecto á los dere- tor que eche una ojeada sobre los capítulos IV y
V de la Belación de la Conquista de Nueva-Espina,
chos soberanos, y esperando el retorno escrita por el padre Sahagún, donde se encuentran
del m i s t e r i o s o Quetzalcolniatl [1]. Estos y los pormenores de esta interesante y curioso inci-
dente.
(1) Luego que supo Mocteuzoma la llegada de
c í n , el proceso instruido á Cortés por la
mando el complemento de mis trabajos. La
muerte de su primera mujer, y así de otros
novedad y dificultad de la materia exigía
que exigían m á s tiempo del que podía dis-
poner el editor, y del que pudiera tolerar investigaciones que no era posible impro-
la impaciente ansiedad de los suseritores. visar, y habiéndose consumido en ella lo
Quizá un poco m á s adelante, y trabajando que al editor y á mí nos quedaba de tiempo,
en el retiro y desahogo de la vida privada, y á los suseritores de paciencia, fué nece-
podré devolver al público, en menos mala sario ya fijar el hasta aquí, no como quien
forma, aquellas y otras noticias que le per- finaliza, sino como quien da el último corte
tenecen. á la aventura.
Afortunadamente esos defectos han caí-
Los ilustrados esfuerzos y exquisito em-
do en un trabajo de supererogación que ni
peño que ha p u e s t o el editor para reprodu-
exigía ni permitía una perfecta coherencia;
cir la obra del S r . Prescott, no sólo enga-
quedan por lo mismo intactos el mérito in-
lanada con t o d o s los adornos v atavíos
trínseco y extrínseco de la o b r a ; aquel, en
de que podía disponer la prensa mexicana
la incolumidad del pensamiento del autor
en el actual estado de sus conocimientos
que se ha procurado conservar en la tra-
tipográficos y litografieos, sino también
ducción ; el otro en el lujo y limpieza de la
positivamente mejorada con la publicación
edición que el señor Cumplido ha mejora-
de monumentos históricos raros, ó inédi-
do y embellecido con las numerosas y es-
tos, sacados de las antiguas pinturas me-
cogidas estampas que la exornan. El esme-
xicanas, me decidieron á tomar una peque-
ro y el empeño con que ha trabajado la
ña parte en los interesantes trabajos del
prensa mexicana para inmortalizar por su
Sr. Gondra, á cuya acreditada capacidad é
parte y nacionalizar los escritos del señor
inteligencia se encomendó la elucidación
Prescott , y la cordial acogida que han en-
de aquellos. A l efecto escogí unas lápidas
contrado en mis compatriotas ( 1 ) , conven-
depositadas en el Museo Nacional, cuya
interpretación va al fin de las notas, for-
( ! ) L a historia del señor Presenil se ha impreso
cerau al autor y al mundo entero de que Thierry, Guizot, Barante, Sismondi, Mu-
México lia sabido estimar en todo su valor 11er, Capefigue &c. &c., nos prueba en
el rico presente que ha hecho á la literatu- ellas, y sobre todo con la tan antigua como
ra y á la historia americana; estimacióu trillada historia de R o m a , restaurada últi-
por otra parte muy justa y merecida, sin mamente por Niebulir, que en ese ramo nos
que en nada puedan rebajar su mérito in- queda todavía mucho que enmendar, rnucño
trínseco las tachas y lagunas que en él se que suplir, supuesto siempre el acierto en
noten. Estas, c o m o ya he dicho, solamen- la elección del p l a n ; y también nos prueba,
te prueban una cosa, y es que todavía no que no siendo quizá posible llegar al ter-
poseemos completas la historia de la con- mino de la perfección absoluta, aquella
quista ni la del conquistador, lo cual nada historia tendrá derecho de llamarse per-
tiene de particular en literatura, ni menos fecta y completa, que más se aproxime al
se extraña en el nuevo giro que han toma- tipo ideal del complemento y perfección.
do los estudios históricos. H o y las viejas En esta categoría deben colocarse mu-
naciones de Europa, cual si no poseyeran chas de las que hoy se presentan como mo-
sus historias á centenadas y bajo cuantas delos, y entre ellas ocupará un lugar dis-
formas pueden inventarse para escribirlas, tinguido la del Sr- Prescott; quien, además,
todavía las juzgan imperfectas y aun in- ha dejado trazado en la suya el plan de que
completas, á pesar de que muchos siglos no podrá separarse, sin graves riesgos, el
há pertenecen al dominio del público las genio á quien la suerte depare la gloria de
voluminosas colecciones de sus fuentes. Es- dar á su ó b r a l a última mano de perfección.
te impulso regenerador que ha enriqueci- El único y más formal inconveniente.que
do las letras c o n las producciones de Rank, podría ofrecer su lectura á la incolumidad
de la verdad histórica y á la rígida distri-
bución de la justicia explectriz y'atributriz,
en México á competencia, y compitiendo también procede esencialmente de los tres^ afectos
con una nueva edición de la de Clavigero, encon-
trando sus editores bastante favor en los mexicanos que he notado en el autor como flaquezas,
para llevar su empresa al cabo.
y que por decir así forman el pecado ori-
ginal de la obra; pero que uua vez conoci-
do y estimado, uo opoue ya dificultad al-
guna á la perfecta inteligencia y justa
apreciación de los hechos, á la vez que fa-
i:
cilita al lector la clave cou cuya ayuda pue-
de rectificar y aun suplir l o q u e sería im- NOTAS AL TOMO PRIMERO.

posible obtener por medio de notas ó apos-


N O T A P R I M E KA.
tillas.
A l dar punto á las mías con este breve
ensayo crítico de la excelente historia del HISTORIAS T O L T E C A S . — A N A L E S Y ESCRITURA
señor Preséott, uno solo, y tan cordial como GEROGLIFICA DE LOS AZTECAS.
ferviente voto, me queda por hacer, y es,
que el autor 110 vea un designio hostil en
¡AP1TÜLO I, página 7, nota
la idea que lo lia inspirado, que tolere in- 12 (1). . . Poco puede saber-
dulgente los deslices de la pluma que lo lia se con exactitud de este pueblo,
escrito, y que lo acepte como una muestra cuyos recuerdos históricos han pe-
de alto precio que para mí tiene su obra, y
recido, y que sólo nos es conocido
como un testimonio del respeto muy debido
á sus opiniones. El señor Prescott sabe que
por la tradición oral de las nacio-
nadie piensa en defenderse cuando se cree nes que le sucedieron.
invulnerable, ó nada tiene que temer de
los ataques que se le dirijan. ( 1 ) Todas las v e c e s que lo permita la naturaleza
del asunto, encabezaré las notas cou el pasaje del
autor, en que se encuentra el pensamiento que las
México, Oefcabi'ê 2 1 de 1818. m o t i v a . — N o t a del autor.
L a s páginas citadas en estas Notas se refieren á
la edición de la Historia de la Conquista de México
por Prescott, publicada en esta capital por D . Ig-
11 acio Cumplido el año de 1845.—Nota del Editor.
y que por decir así forman el pecado ori-
ginal de la obra; pero que uua vez conoci-
do y estimado, uo opone ya dificultad al-
guna á la perfecta inteligencia y justa
apreciación de los hechos, á la vez que fa-
i:
cilita al lector la clave con cuya ayuda pue-
de rectificar y aun suplir l o q u e sería im- NOTAS AL TOMO PRIMERO.

posible obtener por medio de notas ó apos-


N O T A P R I M E KA.
tillas.
A l dar punto á las mías con este breve
ensayo crítico de la excelente historia del HISTORIAS T O L T E C A S . — A N A L E S Y ESCRITURA
señor Preséott, tino solo, y tan cordial como GEROGLIFICA DE LOS AZTECAS.
ferviente voto, me queda por hacer, y es,
que el autor 110 vea un designio hostil en
¡AP1TÜLO I, página 7, nota
la idea que lo lia inspirado, que tolere in- 12 (1). . . Poco puede saber-
dulgente los deslices de la pluma que lo ha se con exactitud de este pueblo,
escrito, y que lo acepte como una muestra cuyos recuerdos históricos han pe-
de alto precio que para mí tiene su obra, y
recido, y que sólo nos es conocido
como un testimonio del respeto muy debido
á sus opiniones. El señor Prescott sabe que
por la tradición oral de las nacio-
nadie piensa en defenderse cuando se cree nes que le sucedieron.
invulnerable, ó nada tiene que temer de
los ataques que se le dirijan. ( 1 ) Todas las v e c e s que lo permita la naturaleza
del asunto, encabezaré las notas con el pasaje del
autor, en que se encuentra el pensamiento que las
México, Oefcabi'ê 21 de 1818. m o t i v a . — N o t a del autor.
L a s páginas citadas en estas Notas se refieren á
la edición de la Historia de la Conquista de México
por Prescott, publicada en esta capital por D . I g -
11 acio Cumplido el año de 1845.—Nota del Editor.
Ramí-iez.— 42
Para fundar el Sr. Prescott esta aserción, lengua Xahualt, tejido con bellísimas figu-
que destruye fundamentalmente la fe de ras, caracteres y símbolos &c. En las pá-
nuestros antiguos monumentos históricos, ginas 122, 23, 35, 36, 40, 42, 43 y en las
invócala autoridad de Boturini, esforzándo- 1. d y 2. del Catálogo del Museo, se en-
se en convencernos coa ella misma, de que cuentran otras muchas indicaciones de la
este literato no poseyó jamás ningún manus- misma naturaleza.
crito tolteca, y que solamente supo por oídas
La autoridad de Ixtlilxochitl, que el caso
de uno que existía en poder de Ixtlilxochitl.
debe considerarse como la fuente, es toda-
" Este último escritor," añade el Sr. Pres-
vía más "expresa y concluyente. En la pri-
cott, "confiesa que sus noticias sobre los
mera Sumaria relación &c., después de enu-
" toltecas y chichimecas se fundan en la
merar las más antiguas tradiciones de los
" interpretación ( p r o b a b l e m e n t e de pintu-
tultecas, dice: "Estas y otras muchas co-
" ras tezcocauas) y en la tradición de al-
" sas alcanzaron los tultecas (sobre la
" gunos ancianos, pobres autoridades tra-
" c r e a c i ó n del mundo) según en sus
" tándose de sucesos acaecidos siglos au-
" historias y pinturas parece, principalmente
" tes."
" de original; digo de las cosas que se les
He fidelizado las citas del ilustre escritor, " halla pintura é historia, que todo es cifras
y no encuentro fundada la proposición que '' en comparación de las historias que mandó
se propone establecer. La de Boturini no " q u e m a r el primer arzobispo que fué de
sólo me parece inexacta, sino que aun la " M é x i c o . " ( 2 ) L o mismo y con más por-
juzgo enteramente desfavorable á su inten- menores repite en la relación 5 0 3 , como
to, pues este escritor indiano dice, que pa- se verá en el pasaje que copiaré adelante.
ra esclarecer las dudas que lo rodeaban
P o r el antes copiado se reconoce desde
sobre nuestras antigüedades, buscó las más
antiguas historias tidtecas; y á la página
140, número 4, asegura que tenía de esta ( 2 ) Relación primera en la colección de MS. del
A r c h i v o general, intitulada: Memorias para laliis-
histoi ra fia tulteca) un libro manuscrito en toña universal de la América septentrional, Vol. 4.
fol. 5. Relaciones de f>. Fernando da Alca Ixtlilxochitl.
luego que sus relaciones no descansan so- Jacobo de Mendoza, Tlalleuttin, princi-
bre la simple fe de la tradición oral. sino en pal de Tepepulco, de casi noventa años,
las tres clases de autoridades más respeta- hombre muy leído y buen gramático y muy
bles y seguras que reconoce la historia. siervo de Dios, que también tiene historias
1. _ Monumentos históricos primiti vos de y relaciones, y alcanzó á ver la ciudad de
escritura pintada ó geroglífica. 2 * His- Tezcuco y los hijos del rey Ketzahualpintzin-
torias escritas en nuestros caracteres por tli que se lo declararon.
indígenas anteriores á la conquista 3. * La Gabriel de Segovia Acapiotzin, principal
tradición de contemporáneos versados en de Tezcuco, nieto del famoso infante Aca-
la historia de su país y en la interpretación piotzin y sobrino del rey de Tezcuco, de
de las pinturas antiguas que aun se conser- ochenta y ocho años, que también alcanzó y
vaban. Tales son., repito, las tres clases de vido los archivos reales de Tezcuco, y comuni-
autoridades en que se apoya MlñxocMü, y có muchas veces con los historiadores y los
que muy claramente distingue, tanto en hijos del rey sus primos.
sus citadas relaciones, como en el prólogo
Otro principal de México, Tlaltelulco, de
de su Historia Chichimeca. Veamos ahora
ochenta y cuatro años, hijo de los histo-
cuál puede ser la fe que merezcan las per-
riadores de la ciudad, y todavía muchos y
sonas á quienes consultó, pues él mismo se
muy antiguos papeles y memoriales que
encargará de darnos su biografía en la nó-
después escribieron, los que supieron pri-
mina siguiente que he resumido, conser-
mero escribir — los que conforman con la
vando á la letra lo sustancial.
historia original que tengo en mi poder.
D. Lucas Cortés Carlanta, de ciento ocho D. Alfonso Izhuezcatocatzin, por otro nom-
anos, señor de Conzoquitlan, persona prin- bre Axayacatzin, hijo del rey Cuitlahuac de
cipal y antigua &c., que obtuvo sus noticias México y sobrinojiLe Moctezuma y señor de
d é l o s señores de Tezcuco y lo victo en los Iztapalapa que como muy curioso y
archivos reales, tratando y comunicando con leído estando gobernados en Tezcuco juntó
ellos. muchas historias y viejos historiadores de sus
archivos reales con otros que él tenía en su que f o r m a n d o una especie de academia,
p o d e r ; que hoy día tienen algunos pedazos compuesta de sacerdotes, de magistrados y
sus hijos los señores de Iztapalapa, espe- de las personas más instruidas en México,
cialmente Doña Bartola, que escribió varias Tezcuco y Tlaltelulco, que había escapado
historias en mexicano; principalmente la á la destrucción de la conquista, se ocupó
mexicana, que está más especificada, he con ellas durante siete años, en conferen-
tenido en mi poder y conforme en todo con ciar las materias de su interesantísima
la original historia. obra, no escribiendo sino lo que resultaba
El autor continúa refiriendo otras muchas del acuerdo común.
autoridades, que cita en globo, y que me
Esta rara diligencia, que inútilmente se
parece inútil trascribir, pues las" produci-
buscará en los historiadores de todas las
das me parecen suficientes para establecer,
otras naciones, fué imitada por Ixtlilxochitl
que aun aquellas que podían calificrse co-
hasta donde le era posible, como ya se ha
mo de tradición oral, dan fe y testimonio
visto; y amoldándose, además, á aquel es-
de la existencia, no de un solo manuscrito,
píritu formuloso, introducido por los con-
como da á entender el Sr. Prescott, sino de
quistadores y aun conservado en nuestros
muchos que se conservaban en poder de los
días, que no les permitía dar un paso sin
testigos, y que Ixtlilxochitl vió y consultó.
escribano y sin proceso, solicitó del virrey,
Uno de los más estimables y distingui- para quien escribió sus relaciones, que le
dos historiadores de nuestras cosas anti- nombrara un escribano ad hoc, que diera
guas, ( 3 ) apartándose del sendero común fe de las atestaciones que el gobernador,
seguido por los de su carrera, no se confor- alcaldes, regidores y ancianos de Cuatlcincico,
mó con dejarnos una vaga narración de las cabecera de Otumba, y los alcaldes y ancia-
tradiciones que aun se conservaban fres- nos de Aguatepec, Tizayuca, Aztaquemeca,
cas y vivas cuando vino á estos países, sino Tlaupan y las de las estancias de Tepayuca
y Axoloayan, le dieron, sobre la verdad de
( 3 ) Fr. Bernardmo Sahagiín. sus relaciones, en un largo certificado, que
corre agregado al fin de las Trece relaciones llamaron la atención del Sr. Prescott, ó
de la Historia Chichi meca. En este documen- quizá faltan en sus manuscritos, parece que
to, suscrito con feclia 18 de Noviembre de no puede ponerse en- duda la existencia
1608, declaran sustaneialmente los que lo au- de las historias tultecas, no cabiéndola
torizan: "Que habiendo leído y examinado ciertamente respecto de las de sus suceso-
" las precitadas relaciones, las encontraron res los chichimecas, pues Boturini mencio-
" exactamente verdaderas y conformes con na en el texto de su obra y en su catálogo,
" lo que sabían por la tradición de sus ma- un buen número de aquellas que alcanzó y
vores; y asimismo, añaden, hemos visto adquirió aun después de más de doscientos
' 1 cinco historias y crónicas de los dichos áños de destruido el imperio mexicano.
" reyes (los de Tezcuco) y señores, antiqüi- Todavía el Sr. Prescott intenta rebajar la
" simas, escritas en pinturas y caracteres, fe de las que existieron al tiempo de la con-
" sin otros muchos papeles y recados de quista, diciendo que probablemente serian
" donde se ha sacado la dicha historia y pinturas tezcucanas; lilas como no cita, ni
" c r ó n i c a de los tultecas." Refiriéndose des- creo que puede citar autoridad alguna, pa-
pués los deponentes á las historias chichi- ra fundar ese juicio meramente conjetural
mecas, escritas hasta los tiempos de Xetza- y desnudó de pruebas, quedará siempre
hualcoyotzin, dicen: " q u e hacía mucho tiem- como más probable, que las pinturas con-
" p o que habían sido escritas ó pintadas, sultadas por nuestros antiguos historiado-
" &c.," y concluyen abonando la veraci- res fueran originalmente tultecas, pues pa-
dad del total de la obra, por encontrarla ra esto sí hay autoridades de gran peso
arreglada á lo que se hallaba pintado y es- que en uua buena crítica histórica no es
crito en las antiguas historias y crónicas dé- permitido desechar. Es bien sabido, ade-
las pocas que halían quedado. ( 4 ) más, qut la destrucción de los toltecas no
fué total; que entre los restos que se que-
En vista de estos testimonios, que ó no daron habitando el valle de México, había
algunos descendientes de sus reyes y caci-
( 4 ) Relaciones, &c. en los M. S. del archivo, vol.
I V . cit. fol. 377, 88 y 90. Raraíieíi—43
ques, y que el primer cuidado de los que en el pirronismo, ha intentado autorizarla
muy poco tiempo después vinieron á fun- con el testimonio mismo de Ixtliíxochitl, á
dar el imperiochichimeca, fué reunir aque- quien hace decir en la citada nota, que co-
llos restos, con cuya ayuda restablecieron nociendo que su narración estaba tan llena
muy pronto las artes y las cieucias que ha- de absurdos y falsedades, se vió obligado á
bía cultivado esa célebre nación, viva aún desechar las diez y nueve vigésimas partes de
hoy en las magnificas ruinas de sus monu- ella. " La causa de la verdad, añade, no
mentos. Es del todo improbable que sus hubiera perdido gran cosa en qne se hubie-
memorias históricas también se hubieran sen desechado las otras diez y nueve vigé-
destruido, ó por lo m e n o s que no se hubie- simas del resto." Permítame el ilustre
ran restaurado en la regeneración chichi- historiador que no le deje pasar sin res-
meca. Este es el p r i m e r o y más natural puesta esta observación epigramática y en
impulso de todo pueblo que ha perdido su mi juicio infundada, pues habiéndola cote-
nacionalidad; pudiéndose así decir, que la jado con lo que dice Ixtliíxochitl en la quin-
civilización chichimeca ó tezcocana era real- ta relación que se cita, no encuentro que
mente tolteca. Un escrito no pierde su na- éste haya dicho lo que se le atribuye. He
tiva originalidad por ser una copia, así co- aquí las palabras de nuestro cronista:
mo las historias griegas y romanas no de- " Esta es la verdadera historia de los tul-
jan de ser tales, porque las tengamos es- " tecas, según yo lo he podido interpretar,
critas en inglés ó f r a n c é s ; por consiguiente, " y los viejos principales con quien lo he
si las pinturas que se conservaban al tiempo " comunicado, me lo han declarado, y otros
de la conquista eran de esta clase, de he- " materiales escritos de los primeros que
cho poseíamos manuscritos toltecas, aun- " supieron escribir me lo han dado, y otras
que la obra material fuera chichimeca, " cosas curiosas y dignas de traer á la me-
tezcocana ó mexicana. " moria, siendo cosas verdaderas y ciertas,
" y no pongo de lo que ello fué de las
El Sr. Prescott, que suele llevar su ilus- << mil partes las novecientas, que como ten-
trada crítica hasta un punto que casi toca
— 340 -

" go dicho y por escusar volumen y porque les, calificándolas de delirios producidos
" son tan extrañas las cosas y tan peregrinas por la barbarie, ó de creencias inspiradas
" y nunca oidas, sepultadas y perdidas de por Satanás para enseñorearse del alma de
" la memoria de los naturales, y lo otro los indios. De aquí procedía el obsti nado
" por haberles quemado al principio sus silencio que guardaban sobre aquellos pun-
" historias, que ésta ha sido la causa priu- tos, los unos por encono ó por orgullo'
" cipal de su o l v i d o . " (5) X o ha dicho, viendo que se les b u r l a b a ; los otros, poi-
pues, Ixtliíxochitl ni que desechaba las diez que al fin llegaron á persuadirse de que en
y nueve vigésimas partes de sus noticias, efecto eran tan bárbaros como se les decía.
ni menos que lo hiciera por reconocerlas él En Ixtliíxochitl se descubre á cada paso el
mismo llenas de absurdos y falsedades. A l primer sentimiento, y así lo nota el padre
contrario, expresamente anuncia que las colector de sus escritos, al terminar la Ad.
reputaba cosas verdaderas y ciertas, y sola- vertencia con que comienza el volumen.
mente las omitía por escusar volumen y no " Algunos borrones, dice, se encontrarán
ocupar al lector con especies extrañas y " en' esta o b r a : queremos decir que en su
peregrinas, temiendo, quizá por el senti- " contesto hay alguuos párrafos y expre-
miento de abyección que había comenzado á " siones duras, odiosas y de mal sabor.
engendrar la conquista, exponerse á la crí- " Agitado el espíritu del autor de las ocu-
tica de los fanáticos y de los incrédulos, " rrencias de aquel tiempo, dejó correr la
que tal vez vacilaban todavía sobre la racio- " pluma con inconsiderada libertad." (6)
nalidad de los indígenas. El menos versa-
do en nuestra historia sabe que aun las
grandes lumbreras literarias de aquel tiem- (G) El misino Ixtliíxochitl refiere una de aquellas
anécdotas, que perteneciendo á la vida íntima de
po veían con un piadoso y compasivo des- los pueblos, son el más seguro criterio para juzgar
precio las historias y tradiciones naciona- de su estado social. Encareciendo las dificultades
que tuvo que vencer para rectificar los hechos de
sus historias, por la obstinada taciturnidad que
guardaban los naturales, refiere, que habiendo pre-
( 5 ) Vol. eit, fol. 41. guntado un caballero á cierto indio antiguo quienes
Al trazar estos renglones no pretendo ues, han fortiñeádose los bandos literarios
convertirme en campeón de la infalibilidad que nos lo presentan como el padre de la
de nuestras historias, pues quizá soy en la historia y de la fábula, bien que la crítica y
materia más incrédulo de lo permitido; sin la ciencia moderna avancen cada día en la
embargo, es necesario convenir en que si rehabilitación de sus escritos y de su nom-
dudamos de la fe de las nuestras, debemos bre. Nada digo tampoco de las relaciones
negársela á todas las conocidas, porque ni de viajes, porque desde los atrevidos cuen-
Diodoro de Silicia, ni -Josefo, Livio, Táci- tos de Marco Polo hasta los dorados em-
to, ni otro alguno de los historiadores, aun bustes de Chevalier y groseras mentiras de
los más acreditados, puede presentar en Lowensterd, uno está autorizado para du-
su apoyo los testimonios de creencia que dar de lo que escriben los pretendidos tes-
resplandecen en los nuestros. De intento tigos de vista.
he omitido el nombre de Herodoto, el más
La critica histórica es quizá la parte más
curioso é instructivo de los antiguos, pues-
difícil y menos adelantada de la literatura,
to que desde los rudos ataques que dió
no obstante lo mucho que se lia escrito so-
Plutarco á su veracidad y á sus intencio-
bre ella, pues todavía uno corre el inmi-
nente peligro de caer en una nimia credu-
lidad, ó en un pirronismo que destruye
habían sido los progenitores de Ixtlilxocliitl, padre
del rey Netzahualcóyotl, le respondió aquel: que Ix- radicalmente la ciencia. Una historia puede
tlilxochitl n o h a b í a tenido padre ni madre; que ha- ser exactamente verdadera y altamente ins-
bía nacido de un enorme huevo que una águila co-
losal puso en un árbol, plantado en la plaza de la tructiva, aun conteniendo los más increí-
ciudad; y que no teniendo rey los aculhuas cuando bles absurdos y despropósitos, cou tal que
acaeció este sucesa, proclamaron al niño que nació
de aquel Irievo, dándole el nombre de Txtlilxochitl. nos trasmita fielmente las tradiciones, las
Como el caballero se riera de ésta historia fabulosa, creencias y las costumbres del pueblo que
aconsejando al v i e j o que no contara tales neceda-
des éste le respondió, " que á él y á todos los que nos da á conocer; así como será omnímo-
" le preguntaran acerca de esto, les había de respou- damente falsa, aunque refiera hechos co-
" der éstas y otras cosas tales como éstas, especial-
" mente d los españoles." munes y verosímiles, si son inventados -
por el autor ó 110 descansan sobre sólidos otros que han bebido en fuentes nada de-
fundamentos. semejantes á las en que bebieron Herodoto
La historia mexicana, como la de todos ó Dionisio Halicarnaso; ni creo que los
los otros pueblos, se forma de esas dos grandes hechos de Alejandro, referidos por
clases de noticias: en las unas se describen Quinto Curcio ó por Arriauo, sean más dig-
los usos, costumbres y creencias dominan- nos de fe que los de Netzahualcóyotl ó cual-
tes que dan el tipo de la nación; y en las quiera otro de nuestros reyes, trasmitidos
otras la vida pública y privada de sus hom- á la posteridad por sus compatriotas ó des-
bres célebres, allende los otros hechos que cendientes Nada digo de las inciertas tra-
interesan á la masa de la comunidad y que diciones de los Asirios. Medos y Persas,
constituyen el sér y vida de las sociedades. ni de las nebulosas dinastías de los Egip-
En cuanto á las primeras, repito lo que cios, cuya memoria todavía se busca en las
antes he dicho, que ninguua de las histo- ruinas de sus ciudades y de sus sepulcros.
rias conocidas puede sostener el paralelo Ni se diga que esos escritores contaron,
con las nuestras; porque ni Aulo Gelio, ni además de los recursos de la tradición, con
Macrobio, ni Petronio, ni otro ^alguno de los de las inscripciones, los relieves, las
los que emprendieron describir las costum- pinturas y algunas antiguas memorias;
bres privadas de los pueblos que conocie- pues tradición por tradición, escritura hie-
ron, presenta en apoyo de su fe datos tan rátiea ó fonética por escritura geroglífica,
auténticos ni fidedignos como los que mi- y memorias por memorias, no hay razón
nistran nuestros cronistas, especialmente alguna para decidir que las asiáticas ó eu-
el diligentísimo padre Sahagúu. ropeas deban reputarse verdaderas y las-
Por lo que toca á biografías y á sucesos, americanas falsas; ni juzgo tampoco que
me parece que 110 pueden considerarse co- los Mármoles de Arundel, los Pastos con-
mo mejor autenticados los contenidos en las sulares, los cronicones de Julio Africano,
historias griegas y romanas, que los que de Ensebio. &c. fundados en la tradición y
memoran Iztlihoehifl, Tezozomoc, Veytiay en los monumentos, puedan merecer más
Ramírez.— <U
fe que las memorias de nuestros indígenas, "fieos." ( 7 ) Si esta crítica del Sr. Pres-
sacadas de antiquísimas pinturas y de otras cott recayese sobre una interpretación es-
fuentes monumentales que todavía lioy en crita en nuestros días, yo respetaría su fa-
parte se conservan. El Sr. Prescott, que llo ; pero tratándose de un intérprete próxi-
las ha examinado con encontrados afectos, mo descendiente de los reyes de Tezcoco,
vacilando entre la admiración y el desdén, que floreció en los tiempos inmediatos á la
tan presto deplora su destrucción, como una conquista, que conoció de trato íntimo á
pérdida de gran valor ( v o l . I, pág. 70 y los que habían visitado sus archivos y po-
s i g-)> y tan presto rebaja su cuantía, has-
seían una parte de sus crónicas, y que,
ta presentárnosla como poco menos que in- como decía él mismo al virrey á quien de-
diferente. dicó sus Relaciones, esa escritura geroglí-
El sabio historiador, que había limitádo- fica era para los que la entendían, tan
se en su nota de que me ocupo, á sólo po- clara como nuestras letras; cuando se ti ata,
ner en duda la existencia de escrituras en fin, de un hombre en quien el mismo
tolteeas, ataca de frente todo el resto de Sr. Prescott reconoce instrucción y talento,
nuestros antiguos anales en la crítica que y que fué durante su vida el intérprete ti-
hace de los escritos de IxtlilxocMtl. " Debe tulado del yirreinato, no es posible pasar
" también tomarse en cuenta, dice en la por la disculpa con que se atempera la crí-
" página 151, que si en su narración pare- tica, siu arrojar un grande descrédito so-
" ce algunas veces incierto é indeciso bre nuestras historias y nuestros monu-
" (startling), esto depende de que inten- mentos ; ó si se admite, será preciso hacer
" tó penetrar con sus investigaciones hasta una inmensa rebaja en la proverbial bar-
" los abismos misteriosos de la antigüe- barie de sus destructores. La tradición uni-
" dad, donde la luz y las tinieblas se en- forme y el juicio que aún podemos formar
" cuentran confundidas, y donde todo es
" susceptible de desfigurarse, como cpie se ve
" al través del nebuloso medio de los geroglí- ( 7 ) Vease el texto original, vol. I, pág. 207 de la
edición americana.
por los restos que uos quedan, no obstante bación la advertencia con que concluye di-
la pérdida de la clave de su interpretación, cho intérprete, que en su original español
bastan para destruir cualquiera suposición dice así: " El estilo grosero é interpreta-
" ción de lo figurado en esta historia supla
contraria.
" el lector, porgue. no se dió lugar al inter-
Y o convengo, desde luego, en que este " pretador, y como cosa no acordada ni
ramo de la ciencia azteca no ha debido en- " pensada, se interpretó á uso de proceso.
contrarse al alcance de todos, pues sabemos " Ansimismo en donde van nombrados A l -
que hasta losúltimostiempos del imperio me- " faqui mayor y Alfaqui novicio, fué inad-
" vertencia del interpretador poner tales
xicano había colegios establecidos para en-
" nombres, que son moriscos. Ase de en-
señarla á las personas destinadas á escribir
" tender por el Alfaqui mayor, sacerdote
los anales y los ritos de la nación; mas no " mayor, y por el novicio, sacerdote novicio.
me parece en manera alguna fundado el " Y donde van nombradas mezquitas, ase
severo juicio del Sr. Prescott, que presen- " de entender por templos. Diez dias antes
ta aquella escritura como incomprensible, ".de la partida de la flota se dió al interpréta-
la libertad de abandonar la traducción del Sr. Na-
ó lo que es casi igual, como susceptible de
varro, sustituyéndola con otra menos elegante, por-
desfigurarse; ni menos encuentro conclu-
que cuando se versa un punto de filología, debe
yente la autoridad que produce en su apo- reproducirse con la mayor posible exactitud el espí-
yo. " La necesaria irregularidad é incerti- ritu y el pensamiento del autor. Como es muy pro-
" dumbre de estos anales históricos, dice, se bable que yo me haya equivocado en la apreciación
" manifiesta en la advertencia misma del de sus palabras, las copiaré literalmente. " The
') intérprete español de la colección d e M e n - " necessary looseness and uncertainty of thesehisto-
" rical records are made apparent b y the remarks
" doza, el cual repetía que los naturales
" of the Spanish interpreter of the Mendoza codex,
" e n c a r g a d o s de explicarla, se dilataban
"who tell us that the natives, to whom it was
" mucho en ponerse de acuerdo sobre la pro-s " submitted, were very long in coming to an agre-
"pía ó genuina significación de las pintura- " ement about the proper signification of the paint-
ings.—History of the conquest of Mexico, &c. Vol.
(pág. 08, nota 1 0 ) . " ( 8 ) Cita en compro I, pág. 98. New-York, 1843.
(8) En este pasaje y en el anterior me he tomado
" dor esta historia para que la interpret disculpar, y de dificultades que dice se pul-
" el cual descuido fué de los indios que acor- saron en la redacción de la obra; ¿mas
" ciaron tarde, y como cosa de corrida no aquellas y éstas las atribuye acaso á los in-
" se tuvo punto en el estilo que convenía iu- térpretes de las pinturas? Inconcusa-
" terpretarse, ni se dio lugar para que se mente no. El colector se contrae principal-
" sacase eu limpio limando los vocablos y mente al traductor español, disculpándolo
" orden que convenía, y aunque las inter- con la escasez del tiempo que se le dió pa-
" prefaciones van toscas, no se ha de tener ra la traducción, pues en efecto diez días
" nota sino á la sustancia de las aclarado - es término muy limitado para traducir un
" nes, lo que significan las figuras, las cua- manuscrito que en la obra colosal del lord
" les van bien declaradas, por ser como es eL< Kingsborough ocupa setenta y cuatro pági-
" interpretador de ellas buena lengua me- nas impresas. La sola inculpación que allí
" xicana. ( 9 ) se hace á los indígenas, ni recae sobre los
Por estas palabras, que he copiado lite- defectos de su trabajo, ni menos sobre la
ralmente, se reconoce desde luego, que en impericia de los intérpretes de las pintu-
la redacción del Códice Mendozino han de- ras, único caso en que podía ser fundada
bido intervenir tres clases de personas. la crítica clelSr. Prescott: la inculpación es
Primero. Los indígenas intérpretes de las á los que escribían en lengua mexicana la
pinturas. Segundo. Los que escribían su explicación que hacían los intérpretes de
explicación ó interpretación en lengua me- las pinturas, y no se les hace otra que la
xicana. Tercero. Los que la tradujeron al de morosidad ó tardanza en entregar sus
español. Es verdad que en esa advertencia manuscritos, quizá porque tampoco se les
habla el colector de defectos que procura dió el tiempo suficiente para escribir. Este
es e11 l u i juicio el genuino sentido de las
(9) Antiquities of M é x i c o ; eomprising fac-siini- palabras, "y el cual descuido fué de los indios
les of ancient mexican paintigs and hi°roglypliies, 11 que aclararon tarde" c o n q u e se quiso
&c. b y Kinsborough, vol. V, pág. 113. Un ejemplar
de esta magnífica obra existe en el Museo Nacional disculpar el mal estilo del traductor español,
de esta ciudad.
— 352 -
- 353 -

Por lo demás la uniformidad que se nota pinturas; de la cual debemos inferir nece-
en la tradición, en las historias, en los sariamente su facilidad para comprender-
autores, y sobre todo eu las pinturas mis- las. De otra manera no se concibe cuál
mas que se conservan, están manifestando pudiera ser la utilidad de los colegios que
que ellas debían ser, para los que las en- mantenía el estado para conservar este ra-
tendían, tan inteligibles y familiares como mo de instrucción, ni menos que empren-
lo son para nosotros nuestros caracteres dieran el ímprobo trabajo de escribir lo
alfabéticos. Así lo dice expresamente Ix- que nadie había de entender.
tlilxochiil en uno de sus escritos, según
En la infancia de los pueblos la historia
dejo advertido, y así también lo convence
existe enteramente en los recuerdos. El
el sistema que vemos siguió el padra Sa-
jefe de la tribu llena sus veladas recitando
hagúu para la recolección de las noticias
ó escuchando la historia de las grandes
que le sirvieron en la redacción de su his-
hazañas de sus mayores; el padre de fami-
toria. Hablando este religioso, en la foja
lia la repite á sus hijos en el hogar domés-
2 " de su prólogo, de la junta de sabios
tico, y así va pasando de generación en ge-
indígenas que reunió en Tlaltelolco para
neración, hasta llegar á un cierto estado
instruirse de sus prácticas y costumbres,
social, en que los progresos mismos de la
dice: " Todas Jas cosas que conferimos,
inteligencia y la mayor importancia de los
"nielas dieron por pinturas, que aquella
sucesos, hacen sentir la necesidad de con-
" era la escritura que ellos antiguamente
servarlos de una manera más segura y du-
" u s a r o n : los gramáticos las declararon
radera. El primer medio que ha debido
" en su lengua, escribiendo la declaración
ocurrir á la mente es la pintura del hecho
al pié de la pintura. Tengo aun ahora
que se quería perpetuar, reproduciéndose
" estos originales." Cito este hecho como
eu el lienzo ó en el papel con todos sus
una muestra de la instrucción y de la cos-
pormenores. Así es, que si se trataba de con-
tumbre, ciertamente antiquísima, que te-
servar el recuerdo de la destrucción de un
nía de escribir sus anales por medio de
pueblo, por la guerra, se pintarían hom-

Ramlrez—45.
bres peleando, mujeres y niños pasados á efigie de un guerrero y de un escudo de
cuchillo y casas incendiadas: armas en el ceutro de varios signos simbó-
Como un tal medio de historiar era su- licos que representaban el nombre y nú-
mamente lento y laborioso, se pensó en mero de otros tantos pueblos. El todo sig-
simplificarlo; mas esto no debió hacerse nificaba que aquel guerrero los había sub-
de una vez, sino que el pintor comenzaría yugado por fuerza de armas.
por omitir algunos rasgos hasta llegar á He aquí eu compendio la historia del
la total supresión de las figuras de detalle. nacimiento, principales progresos y última
Por consiguiente, el hecho que n >s sirve perfección de la escritura jeroglífica, pro-
de ejemplo, se representaría, entonces, con piamente dicha ( 1 0 ) , comenzando desde
la imagen de un guerrero que tiene asido la detallada y servil pintura de los objetos
á otro por los cabellos, á la manera de los destinados á representar un suceso, hasta
que se ven en l o s relieves de la piedra lla- llegar, por medio de abreviaciones sucesi-
mada de los sacrificios; ó también colocan- vas, á la formación de la escritura trópica
do á aquel mismo guerrero, de pie y arma- ó simbólica, cuyo carácter peculiar es ex-
do, sobre el geroglífico que representara presar, con una sola figura, la idea del ob-
el asiento de la tribu sometida.
[10] En la escritura (jeroglífica de los Egypcíos di-
En la vida de los pueblos medio civili- ce Champollion-Figeac, deben distinguirse dos'co-
zados, la guerra y las conquistas son los sas: informa material de los signos, que constituyen
tres especies de caracteres, llamados geroqlifieos
sucesos más importantes y dignos de re- hieraticos y demóticos; y el valor ó expresión particu-
cuerdo; de aquí es, que cuando aquellas se lar de cada signo que los distingue en figurativos,
simbólicos yphonéticos. L a esritura geroglifica pro-
multiplicaban dentro de un breve período, piamente dicka, es la que se compone de signos oue
el trabajo del historiador crecía en la mis- representan los objetos del mundo ¡físico, tales como
plantas, animales, &c, por cuya razón se llaman fi-
ma proporción sin utilidad y sin interés. gurativos. -L1 dibujo de estos objetos unas veces'es
Pensóse entonces en una nueva simplifi- simplemente lineal, en otras aparece enteramente
acabado y aun iluminado, según la importancia del
cación, y ésta se hizo, como se ve repetida- monamente o la habilidad del dibujante. — U n i -
mente en los anales aztecas, pintando la vers; Egypte ancienue. pág. 220. in 8 o , París 1843
do Ollin [11] que siguifica movimiento, co-
jeto que antes se expresaba con muchas.
locado sobre el símbolo representativo de
De esta clase <le escritura usaban los me-
la tierra, expresaban exactamente la idea
xicanos para significar todos los nombres
del terremoto, y también la del número de
de personas y de lugares; cuya operación
veces que se había repetido, con sólo du-
no podía serles difícil, porque siempre es-
plicar ó triplicar el siguo. La idea del cur-
taban expresados por algunos objetos físi-
so ó dirección que llevan los objetos pues-
cos que tenían su nombre p r o p i o ; tales co-
tos en movimiento, se representaba por
mo águila, culebra, flor, &c.
la huella del pié desnudo; la del habla por
Pero la dificultad subía hasta un punto una figurilla, á manera de lengua, iuine-
que parecía invencible cuando se trataba diata á la boca de un rostro humano. La
de representar objetos difíciles de reprodu- del bautismo se expresó, por los primeros
cir exactamente por la pintura, tales como de nuestros indígenas cristianos, de una
la tierra, la agua, el aire, &c., y sobre todo manera tan sencilla como clara: figuraban
las ideas abstractas, como las del movi- á un religioso con un jarrito en la mano,
miento y su dirección, el habla, &c., que levantado á la altura "de la'cabeza del ca-
muchas veces serían necesarias en la pin • tecúmeno, y cubriendo parte de ésta con
tura para dar su complemento á la narra- el símbolo de la agua. A esta especie de
ción del suceso cuya memoria se quería escritura se dió el nombre de ideográfica,
conservar. Tal dificultad sólo podía ven- por componerse de signos figurativos y
cerse recurriendo á los símbolos, es decir, simbólicos, que expresan directamente la
á la invención de una figura convencional idea de los objetos y de las cosas cuyas
que por sí sola representara aquel objeto formas no es posible reproducir por medio
ó idea, y que unidas con otras de la mis- de la pintura.
ma clase, ó entrando en combinación con
algunos signos figurativos, representaba no f l l ) Este puede considerarse como símbolo ó co-
mo signo. Bajo el primer respeto, lo es de el movi-
sólo un objeto, sino un pensamiento ente- miento, y b a j o el segundo es la simple representa-
ro. Así, los mexicanos con el siguo llama- ción de uno de los días del mes mexicano.
Tal fué el grado de adelanto respectivo aztecas, en los varios establecimientos pú-
á que los mexicanos habían llegado en el blicos que costeaban para la enseñanza de
arte de escribir ( 1 2 ) ; y aunque es cierto las ciencias. Un ramo de éstas, y muy
que todavía les quedaba un vasto campo principal era el estudio de los sucesos his-
que correr para llegar á la escritura lúerá- tóricos, que también comprendía el de las
tica, y otro aun más largo y laborioso, pa- arengas políticas y religiosas, las cuales se
ra descubrir los caracteres phonéticos, sin hacían aprender de memoria á los alumnos,
embargo, bien puede sostenerse con los hasta que las repetían de coro ( 1 3 . )
P P . Valadés y Acosta y con Gama, que la
El alto grado de perfección en que los
escritura que poseían les bastaba para su
mexicanos poseían la escritura geroglífica,
objeto y para sus reducidas necesidades
se puede reconocer por los esfuerzos que
sociales, puesto que con sus signos figura-
hacían para expresar con ella, la serie de
tivos, sus símbolos, sus calendarios y sus
ideas metafísicas contenidas en las instruc-
caracteres ariméticos podían conservar,
ciones religiosas de los primeros misione-
con entera fidelidad y precisión, el recuer-
ros ; y fueron tan felices, que consiguieron
do de cuantos sucesos remarcables acae-
representar por este medio todas las ora-
cieran en el orden físico y político. Por lo
ciones y preceptos morales contenidos en el
demás, la verdadera historia, es decir, la
catecismo. El lector se formará una idea
minuciosa relación de los acontecimientos,
más cabal del asunto por el siguiente frag-
así como la jurisprudencia, la filosofía, la
mento que nos ha conservado el padre
moral, &c., existían íntegramente en la tra-
dición y en los recuerdos, esmeradamente (13) Es de saber que tenían los mexicanos gran -
conservados y cultivados por los monarcas de curiosidad en que los muchachos tomasen de me-
moria los dichos parlamentos (las arengas) y com-
posiciones, y para esto tenían escuelas y como cole-
gios ó seminarios, á donde los ancianos enseñaban
[12] El escritor antes citado creía que los mexi-
á los mozos estas y otras muchas cosas, que por tra-
canos no habían dado un paso mas allá de la escri-
dición se conservan tan enteras, como si hubiera
tura meramente (jeroglifica, mas los ejemplos ante-
escritura de ellas .Acosta; Historia natural y moral
riores prueban que habían alcanzado, por lo menos,
de las Indias. Lib. V . , cap. 7. Madrid, 1792, in 4 °
los primeros elementos de la escritura ideográfica.
Acosta [14] del Símbolo de los Apóstoles, cómo al simple contacto de la civilización
escrito en caracteres geroglífieos: " p a r a europea, aquel pueblo pasaba violenta y
" significar aquella palabra: yo pecador me súbitamente de la escritura geroglífica á la
" confieso, pintan un indio hincado de rodi- phonética, saltando la kierática, mientras
" lias á los pies de un religioso, como que que los egipcios, abandonados á sus pro-
" se confiesa; y luego para aquella: á Dios pios recursos, habían permanecido estan-
" todopoderoso, pintan tres caras con sus cados, quizá siglos enteros, en cada una de
" coronas al modo de la Trinidad; y á la ellas, como los mexicanos lo estuvieron en
" gloriosa Virgen María, piutan un rostro la primera.
" de Nuestra Señora, y medio cuerpo cou Este progreso maravilloso se nota más
" un niño, y á San Pedro y á San Pablo, palpablemente, y con circunstancias suma-
" dos cabezas con coronas, y unas llaves, y mente curiosas é interesantes para el estu-
" una espada, y á este modo va la confe- dio de la lengua escrita, en la representa-
" sión escrita por imágenes; y doude fal- ción del Paler Xoster. " El vocablo que
" tan imágenes, ponen caracteres c o m o : en ellos tienen, " decía el P. Torquema-
"que pequé e f e . " — E n este ejemplo se ve ' da " [ 1 5 ] , y que más tira á la pronun-
•'ciación de Pater espantli, que significa
" una como vanderita, con que cuentan el
[14] lbid. Este procedimiento empleado por los
mexicanos fué el que inspiró á los primeros misio-
" número veinte; pues para acordarse del
neros la idea de explicarles la doctrina cristiana por " vocablo Pater, ponen aquella vanderita,
medio de retablos en que estaban pintados los suce-
sos Históricos de nuestra religión, los sacramentos,
" que significa pantli, y en ella dicen Pater.
las virtudes, los vicios, &c., &c. El misionero ponía " Para la segunda, que dice Xoster, el vo-
á la vista de sus oyentes el retablo asunto de su
sermón, y con una varita iba señalando los objetos
" cabio que ellos tienen más parecido á
que explicaba, según se ve representado en el frontis " esta pronunciación es Nuchtli, que es el
de las obras del P. Torquemada que refiere este liecho.
— Monarq. Ind., íib. X V , cap, 25. —Valadés, Itlie-
" nombre de la que los nuestros llaman tu-
tórica cristiana; part. 2 80 , cap. 2 7 . — L o s retablos
simbólicos que aun se conservan en la portería de
la Profesa, pertenecen á este género. [15] Monarq. Indiana. Lib. X V , cap. 3G.
Ramírez—46
" na, y en España higo de las Indias; pues " t e n e s s ) . " Y o no he podido consultar la
" para acordarse del vocablo Noster, piutau edición en folio de aquella obra, que supon-
" consecutivamente tras de la randerita, g o sea la citada por el autor; mas conside-
" una Tuna, que ellos llaman Xuchtli; y de rando que sólo puede referirse á lo que di-
" esta manera van prosiguiendo hasta aca- ce el Barón en la introducción de su obra,
" bar su o r a c i ó n . " De este y otros procedi- página 37 de la edición in 8 ° , y más exten-
mientos semejantes usaron para confesarse samente en la página 298 del volumen 2 ° ,
y para retener las instrucciones catequísti- noto que no se ha reproducido su pensa-
cas escribiendo éstas y sus pecados con miento con toda la fidelidad que era nece-
signos figurativos ó simbólicos, que en breve saria, para que pudiera ser justa la censura
tiempo aumentaron y perfeccionaron, á tal con que el señor Prescott acompaña aque-
punto, que ya presentaban las formas ex- lla observación, en las siguientes palabras:
teriores de una escritura regular ( 1 6 ) . " Despues de lo dicho, apenas podrá com-
" prender el lector, que raras veces se eu-
En corroboración del sistema que defien-
" cuentran anotados (en los anales ) más de
do y para dar fin á esta discusión, anali-
" uno á dos hechos por año, y que frecuen-
zaré la última razón de dudar que propone
" teniente se pasan doce y aun más sin ha-
el señor Prescott, contra el mérito y valor
" llar n i n g u n o . " Quizá y o habría dejado
de nuestras fuentes históricas. " N o es del
pasar esta crítica sin contradicción, si no
" todo s e g u r o , " dice en la misma nota 10,
me hubiera parecido notar en ella una cier-
" l o que Humboldt asienta en la página
ta incredulidad irónica, que á la vez ataca
" 137 de las Vistas de las Cordilleras; esto
la muy justa reputación literaria del noble
" es, que los anales aztecas presenten des-
Barón, y la fé de nuestros monumentos his-
" de el fin del siglo XI la más exacta regu-
tóricos; pues éstos no podían quedar bien
" laridad g sorprendente minuciosidad (the
parados desde el momento en que se hicie-
" greatest inetliod, and astonishiug rninu-
ra dudosa la autoridad del escritor que más
ha contribuido á ilustrarlos y que mejor ha
(16) El mismo. L i b . X V I cap. 1(>.

ttiNBKW^'»''^ -
sabido comprenderlos. Estas son las ra- pues además de que ya las había moderado
zones que me estrechan á decir, que el el autor con un casi, restringe en seguida
señor Prescott 110 ha trasmitido con exac- esa minuciosidad en los detalles, á ¡os su-
titud el pensamiento del Barón de Hum- cesos que son influentes ó remarcables en la
boldt, en la parte que podía favorecer su infancia de los pueblos; los cuales, respec-
intento, y añadiré, que por lo que toca á la tivamente hablando, siempre son en corto
sustancia de la cosa, es decir, en cuanto á número y de poca importancia por sí mis-
la escasez de sucesos anotados en nuestros mos. El Barón de llumboldt, que ha sido
anales, aquel escritor está enteramente de fidelísimo en la exposición de los que cita,
acuerdo con su censor. como podrá reconocerlo el que quieta ho-
El pasaje del Barón de Humboldt, que jear los códices Telleriano y Vaticano ( 1 8 ) ,
entiendo ha tenido á la vista el Sr. Pres- anduvo parco todavía en su enumeración,
cott, dice así: " Desde el siglo X I I pues pudo añadir que en esos anales apa-
recen anotados otros muchos sucesos, ta-
" es cuando los anales aztecas, así como
les como eclipses, cometas, temblores,
" l o s chinos y tibetauos refieren, casi sin
hambres, pestes, nevadas, sacrificios, muer-
" interrupción, las fiestas seculares, la ge-
tes, é inauguraciones de los reyes, y así de
" nealogía de los reyes, los tributos im-
otras más minuciosidades que allí se pue-
" puestos á los vencidos, las fundaciones
den ver, con la particular designación del
" de las ciudades, los fenómenos celestes,
año en que acaecieron. Sin embargo, el es-
" y en fin, los más menudos acoñtecimieu-
f* tos que han influido de alguna manera eu critor se redujo á los más estrictos límites,
y aun en la detallada descripción que hace
" el estado de sus sociedades nacientes." ( 1 7 )
del segundo de los códices citados, muy
El lector atento no encontrará en estas pa-
lejos de asentar la proposición absoluta
labras esas proposiciones absolutas y ge-
nerales que le atribuye el Sr. Prescott,

(17) Vues des Cordilleres, &c.—Introd. t. 1. pág. (18) En l a e i t . colece. de Lord Kingsboroutjli, vol,
37. París, 1814, in 8 o . 1, parte y vol. 2 Lam. 91 y sig.
que se le atribuye, dice hablando de dichos es precisamente la confirmación de su au-
anales: " Desde el año .1197 hasta la mitad tenticidad. En cronología, y especialmente
" del siglo X V no se refiere sino un muy cuando se trata de épocas remotas, la mi-
" pequeño número de lieclwa; freeuentemen- nuciosidad es sospechosa, y ministra un
" te apenas uno ó dos en un intervalo de justo motivo de desconfianza. Si del Géne-
" trece años: desde 1454 la narración co- sis, que es el más antiguo y venerable de
" mienza á ser más circunstanciada; y de todos los cronicones, exceptuamos las noti-
" 1472 á 1549, ya se encuentra en detall y cias relativas al nacimiento y muerte de los
" casi año por año, todo lo que en el país patriarcas, encontraremos que durante el
" había ocurrido de más notable, tanto en largo período de trece siglos ( 2 0 ) que según
'' el orden físicocomo en el p o l í t i c o . " ( 1 9 ) el cómputo más moderado se cuentan desde
Cotéjese este pasaje del Barón de Hum- la creación del primer hombre hasta el di-
boldt con lo que el señor Prescott se pro- luvio, apenas se refieren cinco ó seis suce-
pone establecer en su enmienda ó censura, sos. Los fragmentaste Manethon y de Julio
y se verá que ambos están enteramente de Africano, recogidos por Ensebio, no se pre-
acuerdo en la sustancia del hecho, couvie- sentan más abundantes, aun bajo la pluma
ne á saber, en la escasez de noticias figura- de los sabios modernos que han aumentado
das en las pinturas aztecas. sus narraciones con el auxilio de los otros
autores y de los descubrimientos hechos en
Yo supongo que el respetable crítico no
las ruinas de esas ciudades, que han perdi-
pensará en deducir de esta circunstancia
do hasta su nombre. La famosa crónica (le
consecuencia alguna que tienda á rebajar el
Atenas, vulgarmente conocida con el nom-
mérito y la importancia de esos anales, con-
bre de Mármoles de raros ó Arundelianos,
siderados como fuentes históricas, pues que
sobre mutilada y equivocada en muchas de
esa misma aridez, ó llámese mezquindad,
sus datas, según dicen los inteligentes que

(19) Vues, &e., supiera., Planeh. L Y v L Y I , en el (20) Por el de la versión de los Setenta serían
vol. 2. ° tle la edición ¡n S ° ,p. 298. veintidós y medio siglos.
lian hecho un estudio particular de ella, (21) to con monumento, observando toda la
uo contiene en los mil trescientos diez y ocho posible igualdad, las diferencias, que de
años que abrazan, ni el número ni la va- luego saltan, son todas en nuestra veutaja.
riedad de los hechos que representan las Así el señor Prescott, que cuenta muchos
pinturas aztecas conservadas en los códices intervalos vacíos, aun de trece años, en los
Telleriano y Vaticano, durante el período anales americanos, habrá notado que en
de trescientos diez y siete años; es decir, en los famosos mármoles de Paros los hay de
menos de la cuarta parte del tiempo reco- cuarenta, de ochenta, que no escasean los
rrido por la crónica de Atenas, á pesar de de ciento, y que alguno excede de ciento
la inmensa ventaja que daba á las griegos treinta. ( 2 2 )
la posesión de la escritura fonética, entera-
Si de la abundancia de noticias descen-
mente desconocida á los mexicanos.
demos á la calidad, no me parece que la
Este paralelo podría llevarse todavía á crónica ateniense pueda sostener el parale-
términos verdaderamente atrevidos, pero no lo con la azteca. Es muy notable que en la
infundados, haciéndolo con cualesquiera de primera no se mencione ninguna observa-
las tablas cronológicas más perfectas que los ción astronómica, ni un solo fenómeno
modernos han formado de los tiempos pri- físico, excepto el del diluvio de Deucalión,
meros. Tómese, por ejemplo, la últimamen- cuya data es quizá hoy tan incierta como
te citada de Larcher ú otra y vease si en lo era entonces; no así en la segunda, don-
un igual período de tiempo, y aun en el de abundan tales noticias, llevándose la
triplo, presentarán menos lagunas que los exactitud hasta anotar la repetición del su-
anales aztecas. Pero si este cotejo lo hace-
mos, como debe ser, es decir, de monumen-
(22) Tal es el período que media entre la época
X V I I I , que memora la salida de Neleo para fundar
las colonias de Efeso, Clazomese, &e., y la X I X , en
(21) Larcher, Essai de chronologie sur Hérodote, que se dice floreció el poeta Hesiodo.—Mr. d' Ar-
ehap. 9,—en el v o l . 7 de la Histoire d'Herodote, edi- monville ha publicado un trasunto de estos anales
ción de París in 8 ° , 1802. — Bovet.—Les dynasties eu su Diotionnaire des Dates &c. art, Árundel, París,
égyptiennes suivant Manetlion, &e.. part. 2 e4 ait. 14. 1842, in 4, °
p.amírez.^p'
ceso cuando lia acaecido dentro de un mis-
des que después sufrieron los mexicanos
mo año; tal, v. g., corno el del terremoto.
por las inundaciones y hambres que sobre-
Esta deficiencia de los monumentos griegos,
vinieron (25). En fin, el sexto año del reina
que ha dejado envuelta en inextricables
do de Moten jzoma fué célebre por las guerras
dudas, no solo las fechas, sino aun los su-
que las tres cabezas del imperio mexicauo
cesos, raras veces se encuentran en la nues-
hicieron á los de Atlixco, Tecuhtepec, Zo-
tra, porque una vez reconocido el hecho en
lan, Quauquecholla, cuyas victorias se ce-
la pintura, se puede fidelizar sujetándolo
lebraron con numerosos sacrificios huma-
al crisol de la cronología, no siendo raro
nos. El autor á quien debemos estas noti -
tampoco el hallar su confirmación en el
cías ( 2 6 ) , añade, como circunstancias par-
cómputo astronómico. Así, v. g., se refiere
ticulares, que en ese año se celebraba la
en nuestras historias escritas, que al quin-
famosa fiesta de la renovación del fuego y
to año del reinado de Axayácatl se constru-
atadura de los años; que en él hubo un
y ó el templo de Cohuatlán, y que por este
eclipse, y que los cautivos fueron sacrifica-
tiempo hubo un eclipse de Sol [2'ój: el mis-
dos en la fiesta del TlacaxipehnaVztli, para
mo fenómeno se repitió en los años inme-
la cual se difirió otra muy solemne, que se
diatos durante las guerras que sostuvo
hizo en ese año, con motivo de la reedifica-
aquel rey c o n los Ocuiltecas, MatlatzincaS,
ción del templo de Tzonmolli, derribado en
&c., en una de las cuáles luchó cuerpo á
el anterior por un rayo [ 2 7 ] .
cuerpo con el j e f e de los Otomíes, recibien-
do la herida que lo dejó cojo para siem- Estos acontecimientos, que hasta aquí
pre (24). En tiempo de Ahikotl hubo tam- podían considerarse establecidos por la sola
bién un grande eclipses, que eutonces so tradición oral de los indígenas, como así lo
consideró c o m o el anuncio de las calamida- da á entender frecuentemente el señor
Prescott de algunos otros, se encuentran

(23) Tíi-quemad ' , Monarquía Ilicitana, lib, 2. cap. (25) Ibid. cap. 66.
55. (26) Id. cap. 76.
(24) El mismo, cap. 5?, (27) Id. cap. 75.
El primer suceso es el relativo al eclipse
plenamente justificados por las pinturas
observado cuando la construcción del tem-
aztecas, que lian conservado la memoria de
plo de Cohuatláu y guerra Matlatzinca, que
todas esas menudencias (28).
se fija en el 5 ° año del reinado de Axayd-
Daré una ligera idea de éstas, para que
catl. Esta noticia corresponde exactamente
mejor se comprenda su relación con las
con las pinturas de los códices Telleria-
otras.
no ( 2 9 ) y Vaticano ( 3 0 ) . Allí se ve en el
(28) Y a que vuelvo á tocar este punto de la tra-
año señalado con el símbolo siete casas, co-
dición histórica, copiaré en seguida lo que sobre su rrespondiente al nuestro 1473, la represen-
esmerada cultura y conservación, nos dice un anti-
guo escritor que ha llegado á mis manos después de
tación de un templo, la de las batallas que
impresas las páginas anteriores. " El segundo modo precedieron á su construcción, y elgeroglí-
que observaban los naturales, para que no se p e r -
diese la memoria de los casos memorables y que
fico del eclipse. Retrocediendo cinco años
fuesen pasando do padres á hijos por dilatados si- de aquella fecha, se encuentra en el de
glos, era por medio de unos cantares que componían
los mismos sacerdotes en cierto género de versos que
1469, señalado eon tres casas, la represen-
iban añadiendo á trechos unas interjecciones no sig- tación de la muerte de Moleuczoma Illiuica-
nificativas, que servían para la cadencia sola de su
canto. Estos se enseñaban á los niños que conocían
•mina y exaltación al trono de Axayácatl.
por más hábiles y memoriosos, conservándoles en
la memoria éstos; y en llegando á ser provectos en
El segundo hecho está comprobado de la
la edad y suficiencia, los cantaban en sus festivida- misma m a n e n en la lámina 15 del códice
des y en sus saraos ó mitotes, al son de instrumen-
tos músicos, que unos llamaban Teponazatli y otros
Telleriano, y en la 119 del Vaticano, que
Tlalpanhuehuetl —Por medio, pues, de estos
ponen el eclipse y combate singular en el
cantales pasaron de uno en otro siglo tradiaionss y año diez pedernales, correspodiente al nues-
acontecimientos de quinientos y mil años de anti-
güedad: en éstos se referían las guerras, victorias y
tro 1476.
desgracias, hambres, pestes, nacimientos ó muer- El tercero, y según parece más terrífico
tes de los reyes y varones ilustres; el principio y fin
de sus gobiernos, y las cosas memorables que iban
acaeciendo en cada siglo." (Felicidad di México en
(29) En el vol. I. parte 3 - , L i m . 14 de la colec-
la admirable aparición de Nuestra Señora de Guada-
ción de Lord Kingsborough.
lupe, efe , por el Bachiller Luis Becerra Tanco; en el
volumen 1, página 546 de la colección de obras y (30) En el vol. I. II de la misma, lám. 1,1,8. Vea-
opúsculos giiadalupanos. Madrid, 1785, en 8 ' . se la interpretación de ambas en eí vol. V I .
de todos los eclipses, fué el observado en
flores amarillas y encarnadas, que infiero
tiempo de Ahuizotl, pues las historias lo
sea el símbolo del renacimiento, pues los
recuerdan como el principio de una era de
mexicanos creían que en uuo de estos pe-
calamidades y de desgracias para la nación,
ríodos cíclicos debía acabarse el mundo, y
las cuales también se ven representadas en
por tal motivo acostumbraban destruir en
los años siguientes, con los símbolos de la
ese día todos sus muebles y utensilios, que
meve, el terremoto, la hambre &c.— Los
no comenzaban á renovar sino hasta des-
códices citados lo representan ( 3 1 ) en el
pués que había relucido el fuego nuevo en
año tres pedernales, correspondiente al nues-
la cima del Vixachtecatl.—Más abajo se ve
tro 1496, y debió ser casi total, pues pintan
el símbolo del agua, y en medio de él al-
cubierta la mitad del disco solar y á éste
gunas cabezas que tienen los ojos cerrados,
en campo azul sembrado de estrellas.
con lo que significaban que allí se ha-
La más interesante y variada de todas bíau ahogado aquellas personas: á la iz-
las noticias es la cuarta, comprensiva de quierda hay un símbolo que denota el
los sucesos ocurridos en el sexto año del nombre del río (el Tucac) en que acaeció
reinado de Moteuczoma. Allí se ve ( 3 2 ) en tal desgracia: á la derecha se ve un signo
el^ año dos cañas, correspondiente al de numérico que da la suma de los ahogados,
1507, la figura de un templo sobre una que fueron 1800. Del símbolo de este año
montaña, y al pié de ésta el símbolo de la sale en el códice Telleriano una línea de la
atadura de los años, que indicaba la con- cual penden los símbolos del eclipse, de
clusión de un cielo y la gran fiesta de un pueblo que parece conquistado y de un
la renovación del fuego, última que cele- terremoto, siendo de notar que la línea
braron los mexicauos. En la cima de la parte de la extremidad del cuádrete geroglí-
montaña se descubre una planta verde con fico, eu que termina aquel año y comienza el
de tres pedernales. Esta línea no se en-
cuentra en el códice Vaticano; pero sí se
(31) Cód. Teller. lámin. 22.—Vatio. lám. 12G
(32) Cód. Teller. lám. 25—Vat., lám. 131.
nota que el símbolo del eclipse está colo-
cado entre los años dos cañas y tres peder- de sus manuscritos y de sus antigüedades,
nales, correspondiente á los 1507 y 1508, yo debería encontrarme esta vez en la ap-
hallándose también representado en una y titud de exhibir la detallada historia de
otra pintura, el alzado de un templo que nuestro cielo, para comprobar la de nues-
debe ser probablemente el de Tzonmolli, tro suelo. (33)
reedificado por Moteuczoma. Que tales su- D . ANTONIO DE LEÓN Y © A M A , u n o d e l o s
cesos ocurrieron efectivamente en el sexto más distinguidos sabios que honran á Mé-
año de su reinado, se demuestra sacando xico, y el último anticuario que en él ha
la cuenta en retroceso hasta el de 1502, en florecido de un siglo á esta parte, habien-
que el historiador azteca anotó su exalta- do reunido un gran número de manuscri-
ción y la muerte de Aliuitzotl. tos originales y de pinturas, emprendió es-
Una vez comprobada la verdad de la na- cribir la Historia Cronológica de los mexi-
rración histórica por el medio de su cotejo
con las pinturas, sólo resta contestar una [33 j Becerra Tanco dice en el opúsculo antes ci-
tado, pág. 5 5 0 : — " E s t a s pinturas eran y son tan
objeción. Algún crítico dirá que tales na- auténticas como los escritos de nuestros escribanos
rraciones no adquieren ningún grado de públicos, porque no se fiaban de la plebe ignorante,
sino de los sacerdotes solamente, que f ran los his-
certidumbre, por la minuciosidad de sus toriadores, cuya autoridad y crédito era muy vene-
pormenores, ni menos porque se les haga rable en el tiempo del gentilismo Quitando
pues, lo supersticioso que toca á los ritos, lo histo-
coetáneas con ciertos fenómenos celestes, á rial es auténtico y v e r í d i c o . " — E n comprobación de
menos que se pruebe que éstos hayan real- este aserto se podría citar la práctica observada,
aun después de cien años de la conquista, en la sus-
mente acaecido. Tan justa como es esta tanciacióu de las causas civiles y criminales de los
observación, tanto así es conCluyente la indios. Todas ellas, especialmente las relativas átri-
butos y apeos, estaban escritos en símbolos y caracte-
prueba que ministra su respuesta en favor res geroglíficos, viniendo de aquí la necesidad de la
de la autenticidad de nuestros anales, y si plaza perpetua de intérprete, que por largos años
se conservó c u el virreinato y en la audiencia, ser-
no fuera por el abandono y salvaje despre- vida por personas tan dignas é inteligentes, como
cio con que en mi país se ha visto, ya no Ixtlilxochitl y Don Carlos de Sig'úenza. A u n hoy
se conserva en el archivo general algunos de esos
digo el estudio, sino auu la conservación procesos.
canos, comprobada con los cálculos astro- res. El Sr. Gama, poniendo en ejercicio sus
nómicos de los fenómenos celestes de que sobresalientes conocimientos astronómicos,
aquellos hacían mención en sus historias. comenzó por examinar si en efecto hubo ta-
Parece que esta obra llegó á estar enteramen- les eclipses, y sacó por sus cálculos que á
te concluida; pero el gobierno de entonces fiues del año diez pedernales, correspon-
miró con desdén el esfuerzo gigantesco de diente al 1476, ó á priucipios del de once
nuestro sabio, y ese precioso monumento casas, 1477, debió observarse en México el
literario se ha perdido, así como todos los eclipse de que hablabau los historiadores.
otros manuscritos, pinturas y antigüedades ( 3 4 ) ya se ha visto que este fenómeno se
que había reunido el diligente y desvalido encuentra anotado con su respectivo gero-
arqueógo, no quedándonos de sus trabajos glífico, en las pinturas mexicanas, en el
más que la Descripción histórica y cronológi- año de 1476, cuya cireuustancia es á su vez
ca de las dos piedras descubiertas en 1790, y una confirmación del cálculo astronómico,
esto gracias á la infatigable constancia de pues Gama, como lo observa el Barón de
nuestro benemérito literato y mi buen ami- Humboldt, ( 3 5 ) no ho debido conocer estas
g o el Sr. D. Carlos María Bustamante. En pinturas. El mismo Gama hace mención
esa obra, donde se ilustran y rectifican los desde §52 de otros varios cálculos de eclip-
puntos más interesantes y curiosos de nues- ses que había formado para los años si-
tra historia antigua, mal conocidos ó apre- guientes, y llama desde luego la atención
ciados por los otros historiadores, se en- la conformidad que se observa entre el re-
cuentran algunas noticias tomadas de la sultado de aquellos y las observaciones con-
historia cronológica, cuyo interés nos revela signadas en los anales aztecas, que conti-
toda la importancia de lo que perdimos. niian reproduciendo en los mismos ó apro-
Una de éstas es la relativa á los eclipses
observados en tiempo que Axayaeatl hacía
[34] Descripción de las dos piedras &c., parte
guerra á los Ocuiltecas, Matlatzincas, ÍCC.,
1, § 50.
sobre cuya época discordan los historiado- [35] Vues des Cordilleres, vol. 2, pág 298 de la
edición in 8 o
simados períodos, el símbolo del eclipse,
tos sociales. Sin embargo, es seguro que
aunque bajo una cierta diversidad de forma
los mexicanos, así como todos los otros
que tal vez serviría para denotar el mayor
pueblos del mundo, han debido pensar en
ó menor grado de oseuración. ( 3 6 )
trasmitir la memoria de sus grandes suco-
Uno de los ramos de nuestra historia, sos á las generaciones venideras, por me-
que ignoro se haya cultivado hasta ahora, dios proporcionados á su capacidad ó á sus
es el de las inscripciones aztecas, á la vez recursos. (37) De aquí infiero, que si entre
que su estudio podría ayudar, cuaudo me- nuestras piedras monumentales se encuen-
nos para rectificar los errores ó fijarlas in- tran algunas de un tipo singular, pero que
certidumbres de nuestra cronología. Con- se comprenden y aun pueden explicar en
fieso que he vacilado al enunciar este pen- todo ó en parte, desde el momento en que
samiento, por el temor de la ofensiva in- uno las considera destinadas á perpetuar
credulidad y desconfianza de los que no la memoria ó la fecha de un suceso conser-
quieren conceder á los aztecas nada que
salga de los estrechos límites que ellos pre- [37] Todas las historias de los pueblos primiti-
tenden fijar á su capacidad y á sus adelan- vos atestiguan que los primeros monumentos levan-
tados por la mano del hombre para perpetuar la me-
moria de algún suceso importante, consistía en una
simple agregación piramidal de piedras sin labrar,
sustituidas más adelante por monolitos. De esta es-
(3G) No han sido tan felices los arqueólogos eu-
pecie era la que consagró Jacob en el lugar donde
ropeos, que todavía trabajan para fijar la fecha del
tuvo su célebre visión, y de esta forma y de la a n -
combate entre Cyaxares y Al yates, mencionado por
terior participaba el monumento que poco después
Kerodoto, con la notable circunstancia de haberse
erigió en recuerdo y testimonio de la alianza cele-
terminado por el espanto que sombró entre los com-
brada con su suegro Labán. Este le llamó Jegar
batientes un eclipse que convirtió repentinamente
Saadoutlia, es decir, montón del testimonio (tumu-
el día en noche. Habiéndose tomado este dato como
lum testis) y Jacob, Galaad ó monton del testigo
un punto seguro de apoyo para fijar la fecha, han
faeerbum testimoni), palabras todas que llevan
formádose cálculos que, en los autores citados por
consigo la idea de un recuerdo. Quizá éste fué tam-
Larelier, divagan dentro de un período de veinte
bién el primer pensamiento que condujo á la pirá-
y tres años, el cual sube hasta cuarenta en los nue-
mide y al obelisco á la ara, al altar y al templo, en
vos que ha tenido á la vista Miot.—Vease el lib. 1,
los cuales una generación más civilizada esculpió
cap. L X X I Y de la historia de Herodoto, con las no-
después con caracteres parlantes la memoria de los
tas de los comentadores que cito.
§ucesos.
S
vado por la historia, debemos concluir que pruebas que las producidas en el discurso
esa piedra es una inscripción. Pareciendo- de esta nota para fundar su exactitud y su
me reconocer algunas de esta clases en el autenticidad, ya se comparen con las que
Museo Nacional y en las estampas de las sirven de fundamento a los de las otras na-
Antigüedades mexicanas, publicadas p o r los ciones, ya se atienda al mérito intrínseco
señores Baradere y Saint Priest, las exa- de los monumentos mismos. El natural
miné con más detenimiento y me confirmé desdén con que vemos lo que es de recien-
en mis conjeturas:,habiéndolas sujetado te data; el desprecio con que hasta hace
después al crisol de la historia, me pareció poco se hojeaban nuestras antiguas histo-
también que no eran del todo indescifra- rias, que, en sentir de los tiranos de la li-
bles, y que una de ellas se podía adaptar á teratura, no eran más que una confusa
la época de las famosas victorias que alcan- hacina de absurdos, de delirios y de patra-
zó Moteuczoma II, de las cuales, como ya ñas; la admiración exclusiva por sólo lo
se lia visto, hacen mención Torquemada"y antiguo, en que hay más lujo que gusto, y
las pinturas aztecas. Sin embargo, no me más espíritu de imitación que amor al es-
he atrevido á producir este dato c o m o una tudio; en fin, esa crítico-manía intolerante
confirmación de mis pruebas, porque aun y vana que hace un siglo cortó el vuelo al
no he tenido tiempo para examinar las pie- más distinguido de nuestros arqueólogos,
dras con la detención y cuidado que de- habían sido los escollos en que se estrella-
mandan ; mas si aquel y la fortuna favore- ron los beneméritos investigadores de nues-
cieren mis investigaciones, daré al fin de tras antigüedades, que ni obtuvieron jamás
estas notas un ensayo sobre este ramo de protección, ni estímulo de los gobiernos
nuestra historia, que otros adelantarán y nacionales, y que cuaudo no temían ó su-
perfeccionarán con mejores datos y cono- frían su persecución, tenían que arrostrar
cimientos. con la sátira y con la burla de miserables
sabiondos.
Por lo demás no me parece que nuestros
El ilustre Barón cíe Ilumboldt, á quien
monumentos históricos necesiten de más
la historia mexicana debe tantos beneficios —En efecto, haciendo un estudio compa-
cuantos agravios ha recibido de los que rado de nuestras memorias históricas y de
han trillado su camino, fué el primero que las pinturas conservadas en esos códices,
á la sombra de su esclarecido nombre logró podremos adelantar mucho los conocimien-
fijar la atención del mundo culto sobre tos que poseemos sobre nuestras pueblos
nuestras antigüedades. Desde entonces co- primitivos, y aun restaurar en parte la
menzó á rozarse el breñoso, pero fecundo clave de esa escritura misteriosa que hoy
terreno, que las sepultaba en las entrañas debe considerarse perdida. Es sólo de sen-
de la tierra, entre la impenetrable maleza tir que el noble Lord, consultando más á
de los bosquea y bajo el polvo de los ar- su gloria y á la esplendidez de la edición,
chivos. El noble Lord Kingsborougli, á que á la utilidad pública, la haya hecho
quien debemos estimar y venerar como al tan magnífica y por consiguiente tan costo-
verdadero restaurador de las antigüedades sa, que la pone fuera del alcance aun de
mexicanas, ha librado todos esos monu- fortunas medianas. El único ejemplar que
mentos del olvido y de la destrucción, eri- yo sepa existe en México, se conserva en
giéndose á si mismo con la magnífica colec- el Museo Nacional, y según rne han dicho,
ción de pinturas mexicanas que ha publi- aunque el gobierno la compró de segunda
cado, un imperecedero monumento de su mano, todavía le costó un precio muy su-
ilustración y de su gloria. En ella se encuen- bido. Se dice que hoy ha bajado mucho
tran los célebres anales aztecas que forman éste, y sin embargo, el que se le fija aún
el asunto de esta nota, y que eu juicio del es demasiado alto para las mezquinas for-
Barón deHumboldt, son un monumento de la tunas de los muy pocos que en nuestro
mayor autenticidad y dignos de ser consulta- país podrían dedicarse á esta especie de es-
dos por todo el que quisiere emprender una tudios, en medio del torbellino revolucio-
historia clásica de los pueblos mexicanos. [38). nario que nos agita y nos devora. Y o he
reconocido con profundo pesar que cual-
quiera mediana protección por parte del
U S ] Vucs vol. 2 pég, §98,
— 386 -
— 387 —

gobierno, ayudada por la del público, bas- El señor Prescott nos propone aquí unos
taría para reproducir cou mayor utilidad, y de los problemas más interesantes y curio-
á un precio sumamente módico, esa intere- sos que presentan las ciencias políticas y
sante colección, mejorándola con el aumen- filosóficas, y que tiempo lia debían haber
to d é l o s originales que existen en nuestro resuelto nuestras sociedades literarias, aun-
Museo. Pero ésta es empresa que dudo lle- que no fuera más que por un motivo de
ve al cabo la generación actual. amor propio. Perplejo un momento el autor
entre la teoría y la práctica, entre su con-
vicción y sus afectos, toma al fin un parti-
do, y decide, pocas líneas después: que es
IMPOSIBLE que el pueblo acostumbrado á esas
NOTA SEGUNDA.
prácticas inhumanas, haga grandes adelantos
en la cultura moral é intelectual; y da la ra-
SACRIFICIOS HUMANOS Y ANTROPOFAGISMO zón ; porque ellas corrompen la naturaleza
D É L O S MEXICANOS. espiritual é inmortal del hombre, infun-
diéndole las ideas más abominables y de-
CAPITULO III página 5 7 . — C u a n - gradantes. Quedaba, sin embargo, por de-
do se recuerdan los usos repugnan- satar una grave dificultad, eu la reconocida
tes que hemos dado á conocer en civilización de los mexicanos; mas el autor
las páginas anteriores, se experi- la juzga enteramente resuelta con sólo ob-
servar : 1 ° , que la civilización de éstos no
menta gran dificultad en conciliar-
era propia, sino heredada de los tolteeas,
Ios con ninguna forma regular de que jamás mancharon sus altares, ni menos
gobierno, y en atribuirlos á un sus festines, con la sangre de los hombres:
pueblo adelantado en civilización: 2 ° , que si bien hicieron alguuos adelantos
sin embargo, los mexicanos tienen en aquella cultura, que puede llamarse
meramente material, habían qnedádose muy
justos títulos á este renombre.
— 386 -
— 387 —

gobierno, ayudada por la del público, bas- El señor Prescott nos propone aquí unos
taría para reproducir cou mayor utilidad, y de los problemas más interesantes y curio-
á un precio sumamente módico, esa intere- sos que presentan las ciencias políticas y
sante colección, mejorándola con el aumen- filosóficas, y que tiempo lia debían haber
to d é l o s originales que existen en nuestro resuelto nuestras sociedades literarias, aun-
Museo. Pero ésta es empresa que dudo lle- que no fuera más que por un motivo de
ve al cabo la generación actual. amor propio. Perplejo un momento el autor
entre la teoría y la práctica, entre su con-
vicción y sus afectos, toma al fin un parti-
do, y decide, pocas líneas después: que es
IMPOSIBLE que el pueblo acostumbrado á esas
NOTA SEGUNDA.
prácticas inhumanas, haga grandes adelantos
en la cultura moral é intelectual; y da la ra-
SACRIFICIOS HUMANOS Y ANTROPOFAGLSMO zón ; porque ellas corrompen la naturaleza
D É L O S MEXICANOS. espiritual é inmortal del hombre, infun-
diéndole las ideas más abominables y de-
CAPITULO III página 5 7 . — C u a n - gradantes. Quedaba, sin embargo, por de-
do se recuerdan los usos repugnan- satar una grave dificultad, en la reconocida
tes que hemos dado á conocer en civilización de los mexicanos; mas el autor
las páginas anteriores, se experi- la juzga enteramente resuelta con sólo ob-
servar : 1 ° , que la civilización de éstos no
menta gran dificultad en conciliar-
era propia, sino heredada de los tolteeas,
Ios con ninguna forma regular de que jamás mancharon sus altares, ni menos
gobierno, y en atribuirlos á un sus festines, con la sangre de los hombres:
pueblo adelantado en civilización: 2 ° , que si bien hicieron algunos adelantos
sin embargo, los mexicanos tienen en aquella cultura, que puede llamarse
meramente material, habían qnedádose muy
justos títulos á este renombre.
atrás eu los conocimientos abstractos y en
" sacrificio para aplacar la cólera de los
las ciencias puramente intelectuales res-
" dioses y aunque el rey siem-
pecto de los tezcocauos; cuyos sabios sobe-
" pre fué enemigo de este modo de servir y
r anos no admitieron los abominables ritos de los
" granjear á los dioses de los culhuas me-
aztecas, sino con grande repugnancia, ni prac-
" xk'tnis, hubo de hacerles muy grandes
ticaron sino en una escala mucho menor. El
" y solemnes sacrificios, y admitir su ado-
lector reconocerá que aquí los hechos son
" r.tción, que hasta entonces no lo había he-
la base fundamental de los raciocinios, y
" cho, ni permitido hacerles templos ningu-
que todos aquellos vienen á resumirse en
" nos; y así en esta ocasión dentro de sus
uno solo, presentado bajo de dos respec-
casas comenzaron á edificar los templos
tos, y con el cual se piensa dar la solución
" de los dioses mexicanos."
del enigma propuesto. Este hecho es la to-
tal ausencia de los sacrificios humanos en- Y o no alcanzo de Cuales de las palabras
tre los tultecas, y la repugnancia con que antes copiadas se pueda deducir que los
los toleraban los monarcas tezcocauos. Co- tultecas no practicaron los sacrificios hu-
mencemos por investigar si en efecto ha manos, y antes bien me parece que su con-
existido ese hecho, y después discutiremos texto mismo prueba lo contrario. L o más
su influencia. que, en mi juicio, podría inferirse de ellas,
era la aversión personal del rey á tales prác-
El señor Prescott lo da por inconcusa- ticas, y que inspirado por ésta no había
mente establecido en el siguiente pasaje querido conceder el derecho de ciudadanía
del cronista tezcocauo ( 1 ) . " Determinado á los dioses mexicanos, y en consecuencia
" el rey (Netzahualeoyolt) á poner un tér- ni erigirles templos; mas no se prueba, de
" mino á la insolencia d e s ú s enemigos, manera alguna, que tal fuera el espíritu
" reunió á los más sabios de la nación, los domiuaute de la nación, ni menos que en
" cuales le aconsejaron hiciera un solemne ella no estuviera radicado de antemano
aquel culto sangriento. Así lo convence lo
[!] Historia chicJiimcca, cap. 45. en la colección
lie M. a. del ífcrchivp general, yol. X U I
<Vue el mismo cronista tezcocano dice en el
final del propio capitulo, donde describien-
" batí á cierto artificio que llamaban Tetli-
do el templo que aquel rey edificó al Dios no
" monamiquian, que quiere decir, encuentro
conocido, advierte que lo maudó levantar
" de las piedras, y allí lo ponían en medio,
frontero y opuesto al mayor de Euitzilopox-
" de suerte que dos piedras con las esqui-
tli; del cual había hablado ya en el capítu-
" ñas se encontraban, y lo hacían allí pe-
lo 37, con su inseparable acompañamiento
" dazos, y después lo enterraban" (2).
de víctimas humanas. Concluyo de todo,
Si la identidad en los nombres propios y
que si la autoridad citada prueba algo, es
la analogía entre las prácticas religiosas
contra producentem,
pueden considerarse datos suficientes para
En otro de los escritos de este historia- deducir una comunidad de origen, parece
dor se encuentra un pasaje que confirma no cabe duda en que tauto el dios que ve-
todo lo expuesto, cou la circunstancia muy neraron los mexicanos bajo los nombres de
particular de referirse en su narración á Tlaloc, Tlaloctlamacazqui y Tlaloca-Tecuh-
las costumbres de los antiguos tultecas y tli, así como su culto, los tomaron de los
de darnos, según parece, el origen de una tultecas; y ésta es probablemente la divi-
de las prácticas cruentas de los mexicanos. nidad que en el manuscrito, antes citado,
" Aunque es verdad, dice, que estas gen- de Ixtlilxoclútl, se llama Tonacatecuhtli,
" tes ( l o s tultecas) fueron grandísimos quizá por un descuido del copiante. Con-
" idólatras, 110 sacrificaban hombres, ni fírmame en esta opinión lo que dice Tor-
" hacían los sacrificios supersticiosos que quemada sobre la antigüedad de su culto y
" los mexicanos, sino era á TLALOC, sacri- de su procedencia tulteca [ 3 ] , y lo que po-
" ficándole cada año einco 6 seis doncellitas
" d-e poca edad, sacándoles los corazones y (2) Relaciones, &e. B e l . 4, M.S.— Esta misma
" ofreciéndoselos, y sus cuerpos los ente- tradición, con algunos otros p o r m s m r e s , se encuen-
tra en Vevtia, Historia antigua de México-, cap. 27.
" rraban; y al Tonacaleculitli ciertos tiern- ( 3 ) Dicen que este dios Tlaloc, es el más antiguo
" pos del a ñ o : al más malhechor que hu- que hubo en esta tierra, después que se pobló de
las naciones que ahora la poseen De la an-
" biera cometido grandes delitos, lo lleva- tigüedad de este ídolo se averiguó ser del tiempo de
ciemos deducir del paralelo entre sus anti- " los indios mexicanos, que traen origen de
guos y modernos ritos, que, en medio de 11 los tollecas y acollnas, fnerón los más
sus alteraciones, conservan intacto su tipo "racionales y políticos de este nuevo mun-
primitivo. En efecto, el sacrificio de las ] " do, aunque los mas afectados en los ritos y
doncellitas de poca edad y el suplicio del de "ceremonias, con que daban culto á sus
lincuente, que los tal tecas ofrecían á Tía- " falsos dioses, por medio de cruentos sacri-
loe, tienen una exacta correspondencia con llficios" [•">]. Juzgando por ésta y las otras
la inmolación de niños y con el severo cas- autoridades, bien podemos decir que la ci-
tigo que infligían los mexicanos á los sa- vilización tolteca ya traía consigo el ger-
cerdotes culpables, en el mes destinado á men. cuando menos, de esas crueles insti-
la fiesta de la misma deidad ( 4 ) . Becerra tuciones que después fecundaron los mexi-
Tanco, que floreció en la época de Ixtliho- canos de una manera tan espantosa. Desde
ckitl y que p o r su instrucción en la lengua aquí comienza á palparse la insuficiencia
y en las antigüedades del país, adquirida del sistema que pretende hacer enteramen-
con treinta y dos años de ejercicio de cura te incompatible cualquiera especie de cul-
tura intelectual y moral con los sacrificios
de almas, debe reputarse como un juez
humanos, pues ya no se trata de la postiza
muy competente en la materia, favorece
y manea civilización de los mexicanos, sino
mis conjeturas. Encomiando las felices
de la de sus maestros los tultecas, que
disposiciones mentales de los indígenas.y
también los practicaban, y á los cuales con-
los rápidos progresos que hicieron los pri-
fiesa, no obstante, el señor Prescoü, gran-
meros alumnos del colegio establecido en
des adelantos en todos los ramos del saber
Tlaltelolco, d i c e : " D e que se infiere, que
humano.

Pasando el historiador de las teorías


los tultecas, primeros moradores de estos reinos
(Monarquía indiana, lib. VI cap. 23
(4) Torquemada, lib. VII, cap. 21; lib. X, cap.
10-Sahagun, Historia general &c., lib. II. cap. 6 (5) Becerra Tanco, en la cit. colee, de opuse, pág.
y21. r
549.
absolutas á las respectivas, buscando en forma de la jurisprudencia. La distribu-
ellas una confirmación de su sistema, pone ción del tiempo, perpetuada en su calenda-
en paralelo á los tezeocanos y mexicanos, rio, era infinitamente más perfecta que la
y dando por seguro queda cultura de éstos adoptada en Europa al tiempo de la con-
no pasaba de la que llama meramente ma- quista. En lo relativo á la filosofía moral,
terial, mientras que los otros los sobrepu- y por lo que toca á las instituciones enca-
jaban en los conocimientos abstractos y en minadas á conservar la regularidad y la
las ciencias puramente intelectuales, asigna decencia de las costumbres, nada absolu-
como úuieas razones de diferencia, la suma tamente se puede tachar á los mexicanos, co-
repugnancia con que los monarcas de Tez- mo lo reconoce cualquiera que haya hojea-
coco toleraban los sacrificios humanos,"y do siquiera los escritos del padre Sahagún.
la grande economía de éstos. Ni el supues- Así podía irse discurriendo sobre algunos
to me parece cierto, ni seguras sus prue- otros ramos, cuya existencia y adelantos
bas. no pueden concebirse sin el auxilio de los
Para refutar el primero, me parece basta conocimientos abstractos y de las ciencias
echar una ojeada sobre el conjunto de la puramente intelectuales; y puesto que en
civilización de los aztecas, que por todas México se han encontrado, como lo ates-
partes presenta frutos sazonados de una tiguan la historia y los monumentos impe-
cultura puramente intelectual. Ellos'teníau recederos de su civilización, que en parte
se conservan, uuo está autorizado para
una forma regalar desgobierno hábilmente
decir que no siendo cierto el supuesto que
combinado, desde el ejercicio del poder
sirve de basa á las conjeturas del señor
supremo hasta los últimos "ápices "del régi-
Prescott, tampoco puede dispeusarse con-
men municipal. Su derecho^civil, criminal
fianza á sus raciocinios. Veamos ahora lo
y de gentes estaba más de acuerdo que el
que nos dice la historia sobre esos hechos,
europeo antiguo, y por consiguiente que el
que el autor da por establecidos.
nuestro, con algunos principios que des-
pués han servido de fundamento á la re- Tomando la de los tezeocanos en la épo-
ca del reinado de Teochotlalalzin ( 6 ) en que perfecta sociedad política. Eu este tiempo
ya descubren las formas varoniles y per- se presentó al rey una tribu tullecí, deste-
fectas de una regular sociedad política y rrada de Aculhuacán, pidiendo tierras en
de una nación culta, el primer objeto que qué establecerse, y aquel se las concedió
se presenta dominándola y que arrebata la en su misma capital, donde formaron cuatro
atención del observador, es un hecho que
cuarteles. El cronista tezcocano ( 7 ) que
tanto por sí solo, como por el origen que se
nos ha conservado estas noticias, dice que
le atribuye, da por el pie á todo el sistema
estos nuevos colonos "era gente toda muy
histórico y filosófico del señor Prescott.
"política, que trajeron muchos ídolos á
Los chichimeeas, fundadores de la mo- "quienes adoraban, entre los cuales fué
narquía tezeocana, no obstante su prospe- "Huitzilopochlli y Tlaloc. Teoc'vitlalatzin,
ridad, siempre creciente, habían conserva- " a ñ a d e , amaba tanto á los tultecas, que no
do las costumbres sencillas ó inocentes de "solamente les permitió establecerse en-
sus mayores, hasta la época "del reinado de
" tre los chicliimecas, sino también el que
Teochotlalatzín, en que, como ya dije, apa-
"edificaran templos é hicieran sacrificios
recieron formando una nación culta y una
" públicos, cosa que nunca había querido
"permitir su padre Quinantzin.—En este
( 6 ) ley ha é Ixtliíxocliitl discrepan en un Óehue- " tiempo fué cuando comenzaron á prevalecer
liuetiltztli, ó ciclo máximo de ciento cuatro aiíos, res- " los ritos y ceremonias de los tultecas. "
pecto de la fecha de la inauguración de Teochotla-
latzín : el primero l a tija en el año 1357, el segundo Aunque Veytia ( 8 ) niega abiertamente que
en el de 1253, y aunque aquel añade para mavor in- el rey dispensara su favor á la introduc-
dividuación. que fué en el año cliicuey cal/i [ocho
casas], la dificultad queda siempre en pie, porque ción de los ritos sanguinarios, presentán-
este símbolo es el mismo en ambas fechas. La dis- dolo fuertemente adherido al puro deísmo
crepancia entre nuestros historiadores viene desde
la llegada de los chichimeeas á Xenayucan, con una que constituía la antigua creencia nacional;
diferencia de tres ciclos comunes ó ciento seis años.
sin embargo, conviene en la sustancia del
Por lo que toca al estado social de la nación en la
época que nos ocupa, vease Veytia en el lib. II, cap.
(7) Historia chichime3a, cap. 13, M. S.
( 8 ) Uisl. ant. dsMéxici, lib. II, cap. 22, pág. 195.
hecho, que forma el tema de nuestras in- fueron inmolados sobre la pira del difunto,
vestigaciones ; es decir, en la adopción y conforme al rito ordinario (11)-
práctica efectiva de aquel culto por el pueblo, Veinte y siete años después de este suce-
( 9 ) y en la decidida inclinación de la no- so, bajo el reinado del célebre Netzahual-
bleza hacia él ( 1 0 ) . cóyotl, y en la época en que el señor Pres-
El continuo empuje de la opinión y la coit llama muy justameute (12), la edad
felicidad de sus esfuerzos para nacionalizar de oro de Tezcoco, aquel culto se elevó has-
este culto, que si no fué protegido bajo el rei- ta infiltrarse en el corazóu de las institu-
nado de Téochatlalatzin, á lo menos estuvo ciones políticas, dando origen á la celebra-
tolerado, lo manifiesta la pompa funeraria ción de un tratado, tan singular y tan ex-
con que se celebraron las exequias de Tezo- traño, que no creo halle su igual en ninguna
zomoc, en las cuales ya comienza á revestir otra de las naciones conocidas. El año de
las formas oficiales de una religión de esta- 1454 había llegado á su colmo la devasta-
do. Acompañaban el duelo su sucesor y los ción que hacía siete sufrían los pueblos del
soberanos ó embajadores de los estados ve- Anáhuac por el hambre y la peste (13), sin
cinos, formando la parte más interesante de
la comitiva un bueu número de esclavos, que ril) " y asi mismo i b a n ciertos esclavos y
" criados del rey muv bien vestidos para ser sacn-
" ficados v morir con su s e ñ o r . . . . y luego allí e n
( 9 ; • Habíase ex'endido ya mucho la idolatría, " el patio del templo quemaron el cadaver, y en ei
primero en las poblaciones de los eulhuas, di donis " Ínterin sacrificaban los esclavos, sacándoles los
habla pasado á los chich ¿mecas, de suerte que ado- " corazones v echándolos en el fuego, y los cuerpos
raban ya todos á los dioses do los mexicanos, ofre- " los enterraban." Ixtlilxochitl, Relaciones, § b M. a.
ciéndoles no sólo oblaciones de flores, frutos é in- (12) En el epígrafe del cap. 6, lib. I. .
(13) L o s mexicanos conservaron en sus pinturas
ciensos, sino también sacrificios de aves y anima-
la memoria de esta espantosa calamidad, y solo dis-
les, y algunos de sangre humana." Ibid. crepan de Ixtlilxochitl, en la f e c h a de la gran neva-
(10) " M a s viendo ya seguir á todos la religión de da con que dió principio, que éste fija en el ano aicz
conejos [ m a t l a c t l i - t o c h t ü ] correspondiente at.l4ou,
los m e x i c a n o s — e r a n y a en el corazón secuaces
y que los anales aztecas ponen en el de siete canas
de sus ritos, los principales ministros y señores de [chicome-acatl], ó 1447. V e a n s e l a s lám. del Coa. Je-
la corte." Ibid. ller., y 111 del Valic., que representan todo el suceso.
que ni el desvelo ni la munificencia de sus desecharon, replicando: " que las guerras
reyes bastaran á preservarlos, porque en " que se hacían eran muy remotas y no
todas partes se habían agotado los mante- " ordinarias; que vendrían muy á espacio,
nimientos. En tal conflicto se recurrió al " y debilitados los cautivos que se habían
consejo de los sacerdotes, y éstos declara- " de sacrificar á los dioses, á la vez que
r o n : " q u e los dioses estaban indignados " habían de ser muy de ordinario, y la
" c o n t r a el imperio, y que para aplacarlos " gente reciente y dispuesta para el sacri-
" c o n v e n í a sacrificar muchos hombres, y " ficio de los dioses, como lo solían hacer
" que esto se había de hacer ordinariamente, " con sus hijos y esclavos." Esta respues-
" para que los tuviesen siempre propicios." ta pareció concluyente, y en su consecuen-
cia se celebró un tratado entre las tres ca-
Aunque el gran rey, c o m o en otra parte
bezas del imperio mexicano, México, Tezco-
dice su historiador, siempre hubiera sido
co, y Tlacopan, y las repúblicas de Tlaxca-
enemigo de este modo de servir y de gran-
llan, Huexoizinco y Cholulan, por el cual se
jear á los dioses de los cuihuas mexicanos,
convinieron en hacerse periódicamente la
no considerándose bastante fuerte para
guerra para proporcionarse víctimas, de-
resistir frente de las preocupaciones do-
biéndose batir los días primeros de cada
minantes en la masa de los pueblos, pro-
mes, con número igual, en el territorio que
puso como un temperamento de aquellas
media entre Quauhtepec y Ocelolepec. Esta
prácticas crueles, el sacrificio de prisione-
especie de combatientes recibió una deno-
ros de guerra ( U ) ; pero los sacerdotes lo
minación terriblemente exacta y expresi-
va, que hoy también podría encontrar un
(14) El raciocinio que el historiador pone a iui,
c u b o c a de su héroe, ha sido pr obablemente el mis sujeto todavía m e j o r : llamóseles enemigos
mo que en todas las otras partes del mundo tran-
quilizó la conciencia de los que repugnaron los sa-
crificios humanos El rey decía, p i r a justificar su cimiento de esa máxima del antiguo derecho públi-
opinión, que bastaba que se sacrificasen los cautivos co, que declaraba lícita la esclavitud de los prisio-
en guerra, que asi como así habían de morir en bata- neros de guerra. Por ella se dirigieron los conquis-
lla, se perdía poco. Este mismo principio, ayudado tadores de este continente, mientras que los pobla-
por una j o p j o v lógica, condujo después al estable- dores del opuesto exterminaban á sus indígenas.
Ramírez—51.
de cana; y sus combates, sus guerras y sus se celebró el famoso tratado que hizo de la
horribles sacrificios, dice Ixtlilxochitl ( 1 5 ) , guerra intestina una institución política,
duraron hasta la llegada del invencible para saciar las implacables aras de los dio-
Don Fernando Cortés; así como duran ses: 5 o . Diez años (1464) ( 1 6 ) después, el
nuestras querellas á la vista de los conquis- monarca filósofo se resigna áhacer los mis-
tadores del Norte. mos grandes y solemnes sacrificios que le
Reduciendo ahora á un breve cuadro exigían los sacerdotes como recompensa
cronológico los varios hechos esparcidos necesaria del favor que pedía á los dioses.
en los anteriores pasajes tomados de la En fin, sabemos por una antigua crónica
historia tezcocana, vemos que él nos pre- inédita ( 1 7 ) , que el mismo rey fué uno de
senta muy claramente establecidos los si- los contribuyentes para la construcción del
guientes : 1 o . Los chichimecas fundadores templo mayor de México, y que su hijo y
del imperio tezcocano eran puros deístas: sucesor Netzahualplizintli, ejerció las fun-
2 o . Bajo el reinado de Teochatlalatzin, y ciones de sacrificado!- en la espantosa car-
según Veytia, en el año 1357 de nuestra nicería con que el rey Ahuizotl celebró el
era, doscientos treinta y siete después de su año de 1487 su solemne dedicación ó es-
llegada á Tenayucan, una tribu de raza tul- treno
teca y muy civilizada, introdujo la idola-
Si de la exposición de los hechos histó-
tría con el culto de víctimas humanas: 3 c .
ricos pasamos á la de las reflexiones que
Setenta años después, aquel culto, que sólo
de ellos naturalmente fluyen, notaremos:
estaba tolerado, forma una parte muy prin-
1 ° , que mientras los chichimecas no sa-
cipal en los funerales del rey Tezozomoc:
4 o . A los veinte y siete años (1454), es de-
cir. en la edad de oro de Tezcoco, y bajo el (16) Hist. chichimeea, cap. 45, con el 46.
(17) Crónica mexicana, por Don Hernando A ¡va-
brillante reinado del gran Netzahualcóyotl, rado Tezozomoc, cap. 70, en los M. S. del archivo.
Clavijero, Gama y otros escritores hablan con e'sti
mación de este escritor indio, que se dedicó á ilus-
trar la historia de los reyes mexicanos. Floreció en
(16) Hist. chichimeea, cap. 41, M. S. el siglo mismo de la conquista.
lieron enteramente de su estado primitivo,
fueron puros deístas, limitándose su culto, dantes que parezcan á la naturaleza inmor-
al fin de su primera edad, á la ofrenda dt tal del hombre, no 'lo son á tal punto que
frutos, flores, y últimamente á la de ani- hagan imposibles los adelantos en la cultura
males silvestres, especialmente de codor- moral é intelectual. Creo qi <= e s t a j p r o p o -
nices ; 2 ® , que la introducción de los sa- sición se puede probar también jJri la histo-
crificios humanos se verificó cosa de dos ria universal.
siglos y medio después de fundada la mo- En efecto, dejando á un lado la sola tra-
narquía, y precisamente bajo el reinado dición histórica, que nos conduciría en
que abrió la era de la cultura y de la civi- nuestras investigaciones á una época más
lización tezeocana: 3 ® , que aquel culto, remota que la del sacrificio intentado por
por entonces solamente tolerado, y practi- Abraham ( 1 8 ) , y ateniéndonos únicamente
cado además con grande economía, fué muy á aquellas pruebas de hecho que aun se
presto el de la corte, y continuó caminan- conservan, y que podemos juzgar por no-
do, á la par que la civilización, en una sotros mismos, es de veras muy digno de
progresión siempre creciente, hasta llegar atención, que la prueba de la existencia de
á la edad de oro de Tezcoco, en la cual se los sacrificios humanos se encuentre en
vió fraternizar con el de Huitzilopochtli.— monumentos que á su vez son testigos irre-
Una vez establecidas estas premisas, de cusables de l:i alta civilización á que había
ellas son forzosas consecuencias : 1 ® , que llegado el pueblo que los construyó; cual
no se puede absolutamente fundar en la si nos dijeran en lenguaje misterioso que
historia la teoría con que el señor Prescott aquellos habían caminado á la par que és-
pretende explicar la superioridad que atri- ta. Las estupendas ruinas de Persépolis,
buye á la civilización tezcocana sobre la que nos trasportan tantos siglos más allá
azteca: 2 8 3 , que con la historia misma de
esos pus 1 : os se demuestra que los sacrifi-
(18) El sabio abate Guonée eouv¡ene en que esta
cios humanos, por más execrables y degra- especie de sacrificios estaban en uso mucho antes
de Abraham. Letlres de qnelques juifs, vol. II. lett.
3.. § 2.
de Alexandro, lian perpetuado en sus mag- pueblos que llamaré modernos, conside-
níficos relieves la memoria de los sacrifi- rándolos como la almáciga ó el tronco de
cios humanos ( 1 9 ) : la misma se reproduce donde brotaron las naciones que hoy llevan
en las pinturas halladas en los sepulcros la bandera de la civilización, es muy fácil
de los reyes en Tebas, no dejando duda probar con su misma historia, que ni uno
alguna, dice el Barón de Huniboldt, de que solo de ellos ha escapado á aquel bautismo
los egipcios practicaron estos sacrifi- de sangre, cual si éste formara uno de los
cios (20). Muestras de ellos se reconocen en necesarios eslabones de la cadena social,
los escombros que cubren la isla de Phila que ninguno tendría el privilegio de sal-
ó Pliihoce, cuyos acabados relieves y cince- tar (23).
lados mármoles nos hacen retroceder, en
Conducida la cuestión á este punto, uno
los más modernos, un período de cinco mil
se encuentra autorizado para repeler el
años [ 2 1 ] . En fin, la antigua y misteriosa
sistema que hace incompatibles los sacrifi-
India nos presenta en el collar de cráneos
cios humanos con la cultura intelectual y
humanos que adornan el cuello de la diosa
moral, pues en la historia, y lo que es
Cali ó Bháoani, así como también en las
esculturas de Elephantina, la práctica de
" dura tres meses; una víctima humana le causa un
las tremendas lecciones contenidas en sus " placer de tres mil aiíos, y tres, de cien mil." De la
libros sagrados (22). Por lo que tocaá los Religión cónsiderée dans sa source, fe., por B. Cons-
tará; lib. X I , cap. 2, in 8. 1831.—Es probable que
así liayan discurrido todos los paeblos desde el mo-
(19,) Chardin V o y a g e s en Pevse, &c., vol I X . pág mento en que les ocurrió salpicar con sangre las
63 y sg, edie, ia 1 2 ° 1711. aras de sus dioses, sin que fuera bastante á conte-
( 2 ) ) Yues de Cordilleras, &e., Planeli X V , vol I, nerlos otro poder que el emergente del abuso del
pág. 369, in 8. mismo sacrificio.
("21) llistoire scientifique et militaire de l'expedí- (23) Para no fastidiar á mis lectores con la lec-
tion fraigaise en Egipte, vol. V. ó III, cap. I,—in tura insípida de un mismo hecho, variado solamen-
8. 1882. te con los nombres propios de pueblos, lo remito al
( 3 2 ) Vites, &c., loe. eit. p. 256.—"El placer que capítulo citado de B. Constant y al libro VII de la
" causa á la divinidad el sacrificio de una tortuga," Monarquía indiana del P. Torquemada, donde halla-
dice la ley del Iudostán, "solamente le dura un rá una gran parte de las pruebas que podían produ-
" m e s ; el que recibe del sacrificio de un cocodrilo cirse en apoyo de esta proposición.
más, eu los monumentos, se encuentran Confieso que al trazar estos últimos ren-
pruebas irrefragables de que los pueblos glones, he sentido estremecerse la pluma
que los han usado no sólo caminaron rápi- en mi mano, porque en el estado de nues-
damente de progreso en progreso, sino tras costumbres, en nuestro blando clima,
que también los practicaron eu su época y lo que es más, en la declinación actual
de mayor esplendor y de más elevada civi- de nuestra caduca y degenerada naturale-
lización ; añadiré, que la misma historia za, la sensibilidad es más poderosa que la
prueba, que la profusión y el refinamiento razón, y se prefiere ser pusilánimes á true-
del sacrificio crecía en la misma propor- que no de pasar por inhumanos. Sin embar-
ción, ó caminaba á paso igual que la civi- go, es preciso recordar que aquí se versa
lización. Siendo éste el hecho, como efec- una cuestión de filosofía y no de humani-
tivamente lo es, la tarea del historiador dad, que exige ser juzgada con la cabeza y
filósofo es explicarlo y no destruirlo, pues no con el corazón; debe, en fin, recordarse
de lo contrario se expone á falsear la his- que aquí no se trata de recomendar la una
toria, á extraviar la razón, y en todos ca- á expensas de la otra, sino únicamente de
sos á ser injusto con el pueblo que se pro- expouer con lealtad y con buena fe los
pone juzgar. Los sacrificios, sea cual fuere hechos tales cuales acaecieron, y de dar
su especie, y especialmente los humanos, á conocer las causas naturales que pu-
muy lejos de probar la parálisis intelec- dieran producir los que, á primera vista,
tual y moral de un pueblo, son el indican- se presentan con el carácter de una para-
te más seguro de que se encuentra en uua doja ó de un aborto. Esa explicación la da,
vía avanzada de progreso [24]. en mi juicio, la naturaleza misma, desde el
momento eu que se le interroga con calma y
despreocupación.
[24] El lector me liará la justicia de creer que ni
ésta ni otras proposiciones semejantes, llevan un
sentido absoluto, sino relativo, según lo que resulta
de la comparación entre los diversos estados socia- han practicado cuando los p u e b l o s llegaron á un
les porque haya pasado un mismo pueblo. El pro- cierto estado de progreso respectivo; y si por haber-
blema es: si acaso los sacrificios humanos sólo se los admitido, s9 quedaron estacionados.
Ramírez" —52
Sea cual fuere el sistema que se adopte En efecto, la historia de los progresos
para determinar el origen primitivo del del entendimiento humano nos enseña
culto religioso, se encontrará en definitiva, que, en la infancia de las sociedades, la
que él procede de la esperanza, del afecto progresión y el anhelo del hombre hacia el
ó del temor, y que en estos casos, así co- sacrificio, caminan en razón directa de sus
mo en el de toda afección viva y profunda, adelantos intelectuales, y que así continúa
es inseparable de ella la idea del sacrificio. llevándolo de refinamiento en refinamien-
Explanando B. Constant este pensamiento, to, hasta llegar á un punto del cual comien-
en su relación con el amor, observa muy za á retroceder, siguiendo entonces la ra-
justamente, que esta pasión se complace zón inversa de los progresos que hace su
en inmolar al sér de su predilección, cuan- inteligencia. Para reconocer toda la fuerza
to tiene de más caro, llegando en el refina- de esta verdad, ocurramos al estado salva-
miento de su exaltación hasta somerterse á je, tomando al hombre al salir de las ma-
las más duras privaciones y crueles padeci- nos de la naturaleza y acompañándolo en
mientos ( 2 5 ) . El elocuente conde de Maislre su carrera. El salvaje que tributó un sim-
siguiendo otro rumbo, conviene en la mis ple culto de veneración á una piedra infor-
ma idea, asentando como proposición fun- me, á un tronco, ó á un animal, con este
damental de su sistema: que la historia solo hecho se manifestó más inteligente
nos presenta al hombre penetrado siempre que el que nada adoraba. Le es superior el
de esta terrible verdad: Que vive bajo el do- que levanta una ara de piedras brutas,
minio de un poder irritado, y que los sacrifi ofrendando en ella la yerba del campo; y
cios son los únicos medios que pueden aplacar á éste se adelantó ya infinitamente, el que
este poder. ( 2 6 ) parte su escaso alimento entre sus hijos y
su fetiche. Ya desde aquí comienza á reve-
(25) De la Religión &3., lib. II, cap 2 , vol. 1, larse la idea del sacrificio; y como el pro-
pág. 250. greso es una calidad inherente á todas las
(26_) Aclaración en materia de sacrif icios, cap 1,
en el apéndice de las Veladas de S~. Fetersburgo: instituciones humanas, aquel continúa re-
trad. east. Valencia 1813, in 12 ° .
corriendo la escala ascendente de las absti- jos, porque la voz de la pasión que habla
nencias, de las maceracioues, y en fin de to- en nombre de la patria es más poderosa
dos los tormentos físicos y morales, basta que la de la naturaleza; mas Jefté rasgó
llegar á la espontánea inmolación, no solo sus vestiduras al simple recuerdo de su
délos extraños, sino aun de los propios hijos. imprudente voto, y no consumó sin arre-
Este exceso en que algunos ven la muestra pestimiento el sacrificio, aunque lo creía
de la degradación intelectual y moral, ca- inspirado por Dios.
racterística de la vida salvaje, la sana filo- La variedad de formas que aquel ha re-
sofía lo considera, por una parte, como el vestido eu los diversos pueblos que lo han
efecto natural é inevitable de la cultura de adoptado, manifestándose en unos extrava-
la institución misma que, llegada á este gante, en otros absurdo ó monstruoso, y
punto, presenta c o m o sacrificio más meri- probando en todos que esas formas no son
torio, aquel que sea más caro y doloro- más que un refinamiento en el sacrificio, co-
so ( 2 7 ) ; y por otra, como una exageración mo las llama B. Constar,convence de la
del sentimiento religioso, que aunque pa- exactitud con que este escritor ha d i c h o :
rezca absurda, nunca deja de ser heróica ni Bien n' est plus terrible que la logique dans
sublime j porque el espectáculo de un pa- V absurdité. En efecto; los sacrificios hu-
dre inmolando á su hijo en las aras de la manos, que en su origen pueden haber sido
divinidad, descubre una fortaleza de áni- una especie de ejecución de justicia, como
mo tan estupenda, que sólo puede com- lo da á entender César ( 2 8 ) de los practi-
prenderse presuponiendo una inmensa se- cados por los Galos, y lo dice nuestra his-
rie de esfuerzos intelectuales y morales toria respecto de los toltecas; muy pronto
bastante poderosos para ahogar el pene-
[28] Supplicia eorum, qui in furto, aut latrocinio,
trante grito de la naturaleza. Bruto pudo aut aligua noxa sint comprehensi; gratiora diis in-
presenciar impasible el suplicio de sus hi- mortalibus esse arbitrantur: sed cum ejus generis
copia déficit, etiam ad iunoeentium supplicia des-
cendunt.—De bello gallieo; V I , 15, Edic. de Clarke
[27] Be la Religión, &c., lib. II, cap. 7, p. 348. Lond., 1720, in 8 o .
se extendieron al de los enemigos, si no es de la victoria, de la violencia y del some-
que, como y o me inclino á creerlo, por timiento de un enemigo por la fuerza;
aquí comenzaran ( 2 9 ) . Tal es el origen que
Victima, qua dextra cecidit victrice, vocatur
se reconoce en el primero que hicieron los Hostibus arnotis hostia nomen habet (31).
mexicanos ( 3 0 ) , salva la fábula, délos
Si del mero espectáculo ó ejecución ma-
milagrosamente sacrificados por HuUzilo-
terial del sacrificio, en que algunos sólo
pochili; y tal es también el que se descu-
quieren ver la satisfacción del odio ó de la
bre por la etimología, en la denominación
venganza, pasamos á escudriñar la inten-
dada á las ofrendas depuestas en las aras
ción que ha dirigido al oferente, uno descu-
de la deidad; pues las palabras víctima y
bre al momento, que él no es más que un
hostia, despiertan naturalmente las ideas medio de manifestación, y también la ma-
nifestación misma del pensamiento que
ha ministrado el primer germen de todas
[29] El conde de Maistre, que sólo ha examina-
do este punto b a j o el aspecto meramente místico y las religiones, de todos los cultos y de to-
moral que presenta el sacrificio, considerado como dos los sistemas filosóficos que han pulu-
la práctica de los dogmas católicos que admiten la
reversibilidad de los méritos y la sustitución de las
víctimas expia'orias, opina que los sacrificios huma- 131] Ovid. Fast. I, 335; cum varior. Amstel, 1702,
nos debieron comenzar por los delincuentes, cuyo m 8 ° .—Heinsius lee hostibus á domitis &., añadien-
suplicio, según las creencias dominantes, era suma- do algunas observaciones etimológicas que Juan
mente acepto cí la divinidad. Y como de la doctrina Rosin ha ampliado en sus Antigüedades Romanas, en
de la sustituc ; ón, añade, es inseparable la idea de las siguientes palabras: Sacrificium, inquit Isidorus,
que la eficacia del sacrificio es proporcionada " la est victima, et qucequmque in ara cremantur. Víctima;
importancia de la víctima; de aquí es qne los hom- vero, sunt sacrificia, quee post victoriam devictis
bres no han tenido que dar ya sino un pa-o desde el hostibus immolabantur sic dictce, quod vic ictus per-
cxdpado al enemigo, porque todo enemigo fué culpable, cussae cadercnt, aut quod viñetas ad aras ducerentur
y para mayor desgracia, todo extranjero fué enemigo, Festus: hostia inquit, sacrificium quod Lari-
cuando hubo necesidad de víctimas. Así se explica
bus immvlabant, quod ab illis hostes arceri putabant.
como el hombre ha podido llegar, por un procedi-
Alibi dicit hostias ab antiquo verbo hostio, quod ferio
miento rigorosamente lógico, hasta el sacrificio de
significat, dictas esse.— (Antiquit. Román, corpus
sus hijos y del suyo propio. (Aclar. en materia de
absolutis; lib. III, cap. 33, cum not. Bempster, in
sacrificios, cap. 2.)
fol. m. 1620. Aurel. A l l o b r . ) —Este escritor lee en
(30) Torquemada, lib. II, cap. 18. el pasaje anterior de Ovidio:—hostibus á victis &c.
lado en el período que separa el estado La religión nació entre los sepulcros, de-
salvaje del de barbarie. El odio que dividía eía- Chateaubriand en uno de sus raptos
á los pueblos se hizo extensivo á sus res- poéticos (32); y bien pudo añadir que ellos
pectivas deidades; y revistiendo á éstas de fueron igualmente la cuna del dogma su-
sus propias pasiones, como hoy todavía blime de la inmortalidad del alma, que la
revestimos á Dios de las nuestras, decidie- barbarie desfiguró muy pronto con sus
ron que las unas eran enemigas de las prácticas horribles, y que después embe-
otras, y que solamente podían complacer- lleció la inteligencia con sus prestigios.
las y aplacarlas c o m o ellos quedarían com- Una vez que hubo el hombre elevádose
placidos y aplacados. Por eso en todos los hasta la concepción de aquel dogma, debie-
sacrificios de esta clase, el rito mexicano ron naturalmente ocurrirle las mismas du-
exigía que el sacerdote libara la sangre das que debatió la ciencia desde Pherecides
aun caliente de la víctima en los labios de hasta Platón, y que el orador romano se
Huitzilopochtli, y que le ofreciera su cora- propone resolver en el primer libro de sus
zón todavía palpitante; y por eso los he- cuestiones Tusculanas: qué es el alma; en
breos asolaban á sangre y fuego las ciu- qué parte del cuerpo reside; á dónde va des-
dades y los pueblos heridos con el anatema pués de la muerte. Esta discusión lo condu-
de Cherem, mirando c o m o una impiedad, jo naturalmente al dogma de la metempsí-
que se compurgaba c o n horribles calami- cosis, ó trasmigración de las almas, el más
dades, la menor compasión otorgada á los antiguo de los conocidos, y que, vista su
vencidos. En todos estos casos la inmolación universalidad, uno tiene derecho para con-
y la devastación, m e n o s que el efecto del
C3i>) Los antiguos comprendían los sepulcros en
odio y de la venganza, eran un verdadero el número de los templos, reputándolos también co-
culto religioso inspirado por las mismas mo edificios consagrados á Dios. En este sentido
dice Dempster ("Antiq. Rom., lib. II, cap. 2. Para-
creencias ó dogmas, entonces en germen, ü p . j que debe entenderse aquel pasaje de Virgilio;
que hoy forman la b a s a de las religiones Prceterea fuit antiqito (le warwre tmplm
más cultas. Cqnjiifi'-S qnU'iiñ.
siderar su idea como inherente á la natu-
raleza humana, cuando el hombre ha lle- inmortalidad, corrompido por las falsas
gado á un cierto estado social. Ese dogma nociones de la metempsícosis, le inspiró la
formaba la basa de la religión de los egip- idea de la ANTROPOFAGIA, que más adelan-
cios; se reconoce en la de los hebreos [33] ; te convirtió en un culto de religión V de
subsiste e n p a s antiquísimas de la India; amor; así como en otros pueblos, ó en el
los poetas griegos y romanos lo cantaron mismo bajo un estado social más perfecto,
en sus v e r s o s ; y el fin se encuentra en las quedó proscrita por los mismos principios
creencias de todos los pueblos del mundo que á su vez habían consultádose para es-
que no son enteramente salvajes. tablecerlo. Diríase al meditar sobre este
finjo y reflujo de las opiniones humanas,
Como ni el carácter peculiar de este es-
que el hombre, cual los animales rumian-
crito, ni la extensión limitada de una nota
tes, no hace más que preparar ó quebran-
permiten descender al examen de los nu-
tar el grano que le arrojan las generacio-
merosos sistemas filosóficos, creencias po-
nes pasadas, legando el mismo encargo á
pulares y prácticas supersticiosas ó absur-
las venideras.
das que han emergido de las investigaciones
relativas á la esencia, asiento v último La muerte es el centro de todas Jas con-
destino del alma; limitándome á mi asun- jeturas religiosas, y cuanto más próximo
to, observaré, que uno de los primeros se encuentra el hombre del estado salvaje,
frutos que cosechó el hombre de este su menos dispuesto está á creer en su total
inmenso progreso intelectual, fué un fru- destrucción. Difícil es determinar las pri-
to de maldición; porque el dogma de la meras ideas que despertó en la mente el
espectáculo de la muerte; mas no cabe du-
(33) Cuando apareció Jesucristo en medio de sus da en que todos los pueblos la vieron como
incrédulos compatriotas, unos le tenían por Juan
Bautista, otros por Elias y otros por Jeremías ó al- una ausencia, más ó menos larga, que abría
guno de los Profetas (Math. X V I , 14). Ilerodes di- la era de una nueva vida; imaginándose
14) ^ CS a q U € l J m n ' 1UC >J0 d e 9 ° U é - (Mai'c- VI>
también que su espíritu continuaba escla-
vizado por las mismas necesidades vitales,
largo viaje, y de instalar al difunto en la
y según los negros de la Costa de Oro, aun otra vida con la comodidad y lustre pro-
ocupado en las mismas profesiones que ha- pios de su rango (35). Estas mismas prác-
bía ejercitado en la tierra ( 3 4 ) . De aquí ticas, y por los mismos motivos, observaban
procedía esta práctica universal, y sin excep- los mexicanos y michoacanos en los ritos
ción, de las ofrendas de sustancias alimen- funerarios de sus reyes y magnates [36].
ticias que todos los pueblos acostumbraron Los menos acomodados llevaban consigo
poner sobre los sepulcros, imaginándose sus armas, ropas, y la compañía absoluta-
que las almas venían á consumirlas. Esta mente necesaria, de un perro de pelo rojo
creencia misma, limada y repulida por la ó alazán, pues en él debía pasar á nado el
terrible lógica de la barbarie, inspiró des- Chicunahuapan, ó Aqueronte de los mexi-
pués la idea de los sacrificios sangrientos canos ( 3 7 ) .
de hombres y de animales, que en toda la Estos sistemas que habían llenado la
antigüedad se hicieron á la muerte de los mente del hombre en la alborada de su ra-
reyes ó de los magnates. Los pueblos del zón. le parecieron del todo insuficientes, y
viejo mundo inhumabau con el cadáver del aun insensatos, cuando se sintió iluminado
guerrero sus armas y sus más estimadas por su crepúsculo. Es probable que la inte-
preseas, é inmolaban sobre su sepulcro, gridad de las ofrendas ó el descubrimiento de
sus caballos de batalla y sus más fieles ser- su clandestina desaparición por seres huma-
vidores, llevando después su solicitud has- nos, produciendo aquel desengaño, condu-
ta darle por compañero, al que le había jera á nuevas investigaciones en pos de
libado la copa, al que le había servido el otro sistema que no pudiera destruir la
plato, al escudero que le calzó la espuela y mano del hombre, y que diera por resulta-
á la favorita q u e hizo sus encantos; todo
con designio d e endulzarle las fatigas del ras! Herod., I V , 7 l y 22.
36] Torquemada, lib. XIII. cap. 4o y.«*-
37 Ibid!, eap. 4 7 , - S a h a g ú n . 0 a t o n a Gene,al,
&e. Apéndice del lib. III, cap. 1.
( 3 4 ) Hist. g e n e r a l des Voyages vol. XTTI, p<\-
giiW 443, in 12,
do la prolongación de la vida después de la
muerte, pero sin desasirse enteramente de fin, ese dogma no f u é una institución ver-
la tierra, en la cual únicamente se conce- daderamente social y moral, sino cuando
bía la idea de la Suprema bienaventuranza. el genio sublime de Platón sacó de ella su
De este nuevo y atrevido esfuerzo de la sistema de penas y recompensas, trasmi-
inteligencia nació el dogma de la metemp- grando k s almas de los perversos al cuer-
sicosis, que forma la basa de todas las re- po de los más inmundos animales, en cas-
ligiones antiguas y que se descubre en las tigo de sus crímenes ( 4 1 ) .
creencias de " todos los pueblos aun semi- El progreso qne se hiciera en estas dis-
bárbaros. Inocente é inicuo en su cuna, se putas metafísicas debía influir necesaria-
le ve revestir algunas formas morales bajo mente en la parte material de los ritos
las creencias de los mexicanos, que admi- funerarios, que hasta cierto punto podían
raban en el brillante colibrí, en el esmalta- considerarse como su sujeto, los cuales, en
do Quetzal y en las otras aves que llama- efecto, se amoldaron á los adelantos y pre-
ban de rica pluma, el alma de los guerreros ceptos de la ciencia. Los egipcios, que pro-
privilegiados que habitaban en la casa del fesaban el dogma de la metempsícosis, y
Sol [ 3 8 ] c o m e n z ó á ser peligroso bajo las creían en la reversión del alma, ó mejor
creencias de los galos, que daban y reci- dicho, de la vida al mismo cuerpo, pues
bían dinero á volverlo en el otro mundo, juzgaban que el alma no se desprendía
[ 3 9 ] ; fué ya corruptor cuando sirvió de enteramente de él mientras no se destru-
basa á la escuela sensual'que lo explicaba yera por la corrupción (42), dirigieron
como una simple transformación ( 4 0 ) ; en
ocupado otros cuatro cuerpos; uno de los cuales,
con el nombre de Euphorho, había muerto al pié de
[38] Torquemada, eit., eap. 48.—Sahagún, ibid., las murallas de Troya, traspasado por la lanza de
cap. 3. ' Atridas.
[39] Valer. Maxim., Factor. memor., lib. II. eap. [41] Plato, in Timeo; et de Anima mundi; vol.
6. § 10.
III. página 91 v 104, edic. greco-latina de Henr.
[40] Ooid. Metamorph. X\ . v. 153 y sig. cu ni va- Stheph. 1578, iù fol.
ñor.— Pitágoras deeía acordarse que su alma había (42) Goguet; Origine des lois &c. Epoque 1er, lib.
III, art. 3, al fin.
todos sus conatos á la conservación de ya porque se imaginaran que la vida era el
los cadáveres, legándonos como pruebas más digno y h o n r o s o sepulcro que pudie-
de su ciencia y de su inmenso poder, sus ra darse á la muerte, ó ya por alguna de
pirámides inmortales y sus momias in- las ideas de trasfusión con que suele encon-
corruptas. En los otros pueblos donde la trarse aliado el dogma de la metempsíeosis;
aniquilación física no se consideró un obs- ello es que esos pueblos prefirieron para su
táculo para la regeneración espiritual, so- sepulcro ó las entrañas de los pecas, ó las
lamente se trabajó para escogitar el medio de las aves, ó las de las fieras, ó las de aui-
más preferible de destrucción ; y como en males que domesticaban y mantenían con
esta parte la imaginación, el afecto y la este solo destino ( 4 3 ) . Una vez colocados
vanidad tenían un campo inmensurable en en esta pendiente, era necesario, que dis-
que explayarse, las exequias revistieron curriendo con la lógica con que había dis-
las infiuitas formas que median desde lo currido en materia de sacrificios, llevaran
más inmundo basta lo más sublime, bien el refinamiento de las exequias hasta el ab-
que conservando en todas, sin excepción,
surdo. Si el vientre de una fiera, dirían, es
el tipo de un culto de religión y de amor.
un digno y honroso sepulcro, más lo será
Aunquo la inhumación y la incineración el del animal doméstico, que forma, por
han sido los medios más umversalmente decir así, una parte de la familia; y más
practicados para los funerales, se encuen- todavía el del h i j o , el de la esposa, el de
tran muy lejos de ser los únicos, pues re- los parientes y amigos del difunto. ¡ Hé
gulándose, c o m o ya dije, por el capricho ó aquí como el canibalismo puede velar sus
por la pasión cada pueblo adoptó aquel horribles formas con un cendal de religión
medio que mejor cuadraba con sus ideas y de amor!
y sus percepciones. Algunos, ya fuera por
el sentimiento mezclado de horror que (43) Pomev, (Libitina sen de funeribus, eap. VI,
inspira la vista del hijo, del padre ó de la §•2). y Rossiño (Antiq. lloman. &e., lib. V, cap. 39,
Paralipomena), han recopilado un gran número de
esposa desbaratándose por la putrefacción; noticias sobre esta materia.
Esta 110 es una solución que y o invento ñas del Egipto, habían tomado un carácter
para eludir la dificultad, sino un sistema verdaderamente horrendo, en las de los
que expongo, deducido de las pruebas irre- Padeos 6 Pedal/anos, y en las de los Masa-
fragables que ministra la historia. Pompo- yetas, que aceleraban la muerte á los en-
nio Mela, que nos ha dejado una descrip- fermos y acortaban la vida á los ancianos,
ción del festivo y asqueroso banquete en sirviéndose también sus restos en el ban-
que los Essedonea devoraban la carne de quete funerario.
sus progenitores, sazonada con las entra- Cuando uuo lee estos renglones, piensa
ñas de los animales inmolados, termina oír historias calcadas sobre el tipo de las
su narración diciendo, que las costumbres mil y una noches, pues no puede concebirse
públicas reclamaban este rasgo de an tropo - tal oblicuidad ni degeneración en los pro-
fagismo, como un testimonio del amor fi- gresos del entendimiento. Sin embargo, el
lial (44). La misma práctica, inspirada por hecho principal, esto es, el parricidio por
iguales sentimientos, se encontró estable- amor, es literalmente cierto, y no raro en
cida entre los habitantes de Irlanda [ 4 5 ] ; la infancia de los pueblos. Larclier ha re-
y Herodoto dice, que los Caladas sólo res- copilado en una de sus notas á Herodo-
pondieron con un grito de escándalo ( 4 6 , ) to ( 4 7 ) bastante número de hechos, com-
cuando Darío les preguntó por cuál suma probados con la autoridad de antiguos y
de dinero se determinarían á quemar los muy respetables historiadores, que no de-
cadáveres de sus padres. Estas costumbres jan duda sobre su verdad. Por sus relacio-
que, según aquel historiador, existían igual- nes sabemos que las tribus del Norte, co-
mente en las tribus de raza etiópica, veei- nocidas antiguamente con el nombre de
hiperbóreas, de quienes se dice que obser-
vaban la justicia y se alimentaban úni-
[44] Hcec sunt apúpeos ipsos pietatis ultima oficia.
— De situ orbis, lib. II, cap. 1. camente de frutas y granos, acostumbraban
[45] Strab. Geograph., lib. I V , pág. 139: edición
greco-latina, cum Xiland. 1587, in fol.
[46] 'Indi vehementer reclamantes, melliora illum
ominari jubebant. Herod. III; 38-97. [47] Lib. I. c. 226, nota 515.
matar á los sexagenarios. La misma suerte- que el morir de hambre en una choza ó ser
Ies estaba reservada eu Cerdeña, eon la ho-
presa de las fieras.
rrible circunstancia de que los hijos eran
He aquí presentada en toda su ingenua y
los homicidas de sus propios padres, ma-
natural sencillez la funesta creencia que,
tándolos á palos, entre risas y danzas, en
inspirada por los sentimientos más nobles
honor de Saturno. Menos crueles, á lo me-
y sublimes, c o n d u j o á muchos pueblos al
nos, los habitantes de Ceos, obligaban por
canibalismo. A s í , los Padeos ó Pedalianos,
ley á los ancianos á beber la cicuta, con
dominados por el horror que les causaba
cuyo motivo decía el poeta Menandro:
la idea de la descomposición pútrida del
Bellvm hnc Cianorun inslitiitum est Phania: cadáver, mataban á sus enfermos ( 4 9 ) , de-
Qui non potest rivere bené, non malémoritur. vorando en seguida sus restos; mientras
Lareher cita algunos más ejemplos toma- que los Masagetas hacían otro tanto, por
dos de la historia moderna de nuestros considerar éste el térmiuo y el destino más
días, y en otra de sus notas ( 4 8 ) nos da á honroso á que podía el hombre aspirar en
conocer las razones con que los Hotentotes, la tierra ( 5 0 ) ; y era tanto el rigor con que
que también tenían esa práctica atroz, pre- profesaban sus principios que, según Es-
tendían justificarla. Formándose allá en trabón, arrojaban al campo el cadáver del
su ruda inteligencia una idea exagerada de que había muerto de enfermedad, conside-
las molestias de la senectud, y más exage rándolo c o m o reprobo y merecedor de ser
rada y falsa aún, de los deberes que en tal devorado por las fieras [51]. Esto es horri-
caso reclamaba el amor filial, decidieron
que la humanidad prescribía el homicidio,
(49) Quoties civium aliquis aliquote (Bjrotat m n
y la naturaleza el canibalismo; porque vale qu'idem sui nnM familiares interununt: q^codd -
mucho más librarse de las miserias de la vida Tant iUum morbo labewntcm, earm ,pm comtff»-
rum. Herod III, 9 9 — C o n esta version se conforma
por la mano de los amigos y de los parientes, la de Miot, que varía ea Lvcher.
( 5 0 ) . . . ! . \ q « o d genis obitusapud cosbcatissimum
habetur. í b i d , I, 2Í6- -••„•„„, „„„„,
[48] Herod. III, 99, nota 189.
(51) Q'ii è Í?SÚ3:?!Í'ÍÍ W '
si de este heroico sacrificio del amor con-
ble, en verdad, y lo parecerá más á los
yugal, dejando aparte la fábula, descende-
que, no pudiendo ó no queriendo formar
mos á las crónicas de la edad media, ¿qué
juicios abstractos, juzgan de las costum-
encontramos en e l l a s ? . . . . Buscadlo en
bres antiguas por las nuestras. Sin embar-
el frenesí de esas pasiones adúlteras é
go, abstengámonos de gritar al escáudalo,
incestuosas, que forman el encanto y el
reflexionando en que si esas prácticas nos
asunto favorito de ciertos romances, y que
parecen execrables y monstruosas, esto
engastadas en un cerco de puñales, de ve-
procede en mucha parte de que las contem-
nenos y de cadalsos, termiuan con banque-
plamos en toda la espantosa desnudez con
tes dignos de los Atridas.
que nos la presenta la vida salvaje. Y si
no, variad la forma, mudad las personas, El antropofagismo, que en los casos úl-
cambiad el teatro de la escena, y despojan- timamente citados, era el simple efecto de
do de los encantos con que ha ataviado la una pasión exaltada, y que en los pueblos
imaginación y la poesía ios últimos instan- primitivos fué un refinamiento del culto
tantes de la desventurada reina de Caria, que se creía debido á los muertos, inspi-
responded con franqueza: ¿qué es lo que rado por el afecto y por las ideas erró-
encuentra la verdad y la filosofía pene- neas que se habían formado de la inmorta-
trando en el f o n d o de este hecho? lidad; el antropofagismo, repito, se pre-
sentó en otras partes revistiendo formas
¿ Qué es Artemisa? Valerio Máximo
tan singulares, que uno 110 sabe cómo ex-
lo ha dicho todo en uno de los pensamientos
plicar. Una de ellas .es muy reparable; es
más sublimes, más tiernos y verdaderos
el dogma mismo de la metempsícosis, bajo
que puede inspirar el estro poético: MAU-
otra forma, que llamaré de trasfusión, para
SOLI V1VUM AC SP1RAXS SEPULCRÜIL ( 5 2 ) . Y*
distinguirla de la trasmigración. Por ésta
creían que la alma del difunto pasaba á
impíos, et dignos.qui d Icris dtvorentur.. Lib. X I ful vivificar alguno de los cuerpos nuevamente
353.
( 5 2 ) Factor, dictor memorali. 1. I V , e. G. Excmpla
creados ó formados después de la destruc-
externa, L . IV, c. G.
ción del que la había hospedado, á diferen-
Cuál fuera la importancia que los anti-
cia de la trasfusión, por la cual entendían
guos dieran á esta práctica, nos lo mani-
que las calidades morales del finado, tales
fiesta el sentido lenguaje que un escritor
como la ciencia, el valor, &c., se podían
judío pone en boca de Jacob, desolado poí-
trasferir ó trasmitir á un ser animado. Am-
no haber tenido el consuelo de cerrar los
bas, como antes dije, son modificaciones
ojos, ni de dar el último ósculo á su queri-
del mismo dogma, y las formas extrínsecas do José ( 5 4 ) . De ella habla también Virgi-
que posteriormente revistieron, parecen lio, haciendo decir á la hermana de D i d o :
derivarse de una práctica de que dan fe los
más antiguos monumentos históricos, y el extremus si quis supir haUtus errat,
Ore legam;
cuyo origen se pierde en el seno misterioso
del tiempo. Aquella locución patética y su- y ella, en fin, se conservó aúu en el sacer-
blime con que en nuestros libros sagrados docio cristiano, c o m o un deber religioso,
se significa el venturoso fin del hombre hasta el tiempo de la celebración de uno de
justo, diciéndose que murió en el ósculo del los concilios de Auxerre,que la'abolió (55)'.
Señor; y aquella otra: recoger el último sus- La superstición que dice Ouyonl{56) existía
piro del moribundo, que aun se conserva en en algunas provincias de Francia, procedía
el lenguaje poético de nuestros días, nos evidentemente de las que los romanos l i a -
dan una cabal idea de la fúnebre ceremonia
con que el hombre fijaba el lindero entre Antig. Rom , t. I V , pâg.G trad. cast, de Garriga; Va •
la vida y la muerte. Esa ceremonia se prac- lencii, 1834.— A esto llamaban los romanos: extre-
mùm spiritimi excipere
ticaba por el pariente más cercano del mo- (54) Officiose impenilissem morienti cxtrema
ribundo, que pegaba en sus labios los su- oscula, clausissem oculos &. Philon Jud. de Joseph,
fol 529. E. ; edic. gvec-lat. ex Gelen., Paris, 1640
yos, al tiempo de exhalar el último aliento, in fol.
para recoger el alma que se creía, iba en- (55) Vea?e'la"disert-ìción sobre los" funerales de
los hebreos en !a Biblici de Vencé 1.12. pag. è 66, edie.
vuelta en él ( 3 3 ) . mexic.
(56) Cit. por el au'or del Diction. hisior des cultes
' ( P ) íiqssiijo ¡ Antíq, Rom 1, Y , Q MWli religieux, art, iletempsycos, § 7.
Riunire/.—55
bían dejado sembradas en todos los países mentau de la de muía y especialmente de
donde dominaron. Ella consistía en aproxi- la de caballo, creyendo aumentar la agili-
mar los niños á la boca de los sacerdotes y dad y ligereza que tan necesarias les son
de otras personas afamadas por su virtud para sus depredaciones. Una vez puestos en
ó saber, próximos á expirar. esta vía, era necesario que el progreso mis-
La ceremonia tierna y patética con que mo de su absurda lógica los condujera á
en estos pueblos se revelaba el dogma de devorar el cadáver del guerrero animoso,
la trasfusión, se manifestó en otros por del afortunado curandero, ó del charlatán
medio de prácticas feroces, que tal vez fue- inspirado que había cesado de v i v i r ; y no
ron un simple refinamiento de la idea pri- debía de ser raro, que así c o m o en nuestros
mitiva, ó bien lapululación del primer ger- tiempos se perpetran algunos asesinatos
men arrojado en la vida salvaje, que es lo políticos y literarios por una ambiciosa en-
que me parece más probable. El citado au- vidia, el salvaje fuera asesino y antropó-
tor del Diccionario histórico de los caitos fago por una impaciente ambición. En efec-
hace mención de pueblos que, conculcando to, la crónica de donde he tomado estas
los sagrados derechos de la hospitalidad, noticias ( 5 7 ) dice que tales hechos y prác-
asesinaban á sus huéspedes distinguidos, ticas no eran raros aun después de la in-
imaginándose que sus virtudes y calidades troducción del cristianismo; así como la
quedaban en el lugar de su muerte. Algu- historia de Roma memora ejemplos de las
nas de las tribus salvajes de nuestros de- mismas en la nación poderosa que la puso
partamentos interiores, discurriendo con á dos dedos de su ruina. E n la animada
una mejor, aunque no menos espantable arenga que Lirio pone en boca del cónsul
lógica, pensaron que la frasfusión sería más Terentius Yarron, excitando á los Capuanos
eficaz ayudada por el sistema alimenticio ; á defenderse hasta la última extremidad
y esto explica su predilección por la carne
de los animales briosos y ligeros, subsisten-
(57) Chrónica de S. Francisco de Zacatecas, por
te hasta hoy entre los cotnanches, que se ali- el R. P. Fr. Jo3é Arlegui, part. III-, cap. 3. pág.
151.

9 n^B^^VW. V i «
contra la invasión cartaginense, uno de los trario, esas prácticas, con toda su horrible
motivos que más esfuerza para exaltar su deformidad, ministran la mejor prueba del
indignación, es que Anníbal liabia empren- adelanto progresivo en la cultura intelec-
dido hacer todavía más cruel y feroz el tual y moral, especialmente aquellas desti-
carácter ya ferino de sus soldados, hacién- nadas á ser una manifestación sensible del
dolos pasar los ríos por puentes formados dogma de la inmortalidad del alma.—No-
de cadáveres humanos, ¡ y lo que es aún sotros, que nos ponemos pálidos de horror á
más horrible! exclama el orador, ¡ ense- la simple idea de los sacrificios humanos y de
ñándolos á alimentarse de carne huma- la brutalidad de los antropófagos, dice el
na! ( 5 8 ) elocuente historiador del gobierno de la
Sea, pues, cual fuere el horror que en Providencia, ¿cómo podremos ser al mismo
el estado actual de cultura y suavidad de tiempo bastante ciegos é ingratos para desco-
nuestras costumbres nos inspire, ya no di- nocer que todos estos sentimientos los debemos
go la práctica, sino aun la mera idea de la á la ley de AMOR, que ha velado sobre noso-
antropofagia, abstengámonos de juzgarla y tros en nuestra cuna? ( 5 9 ) Esta ley, que el
condenarla por aquellas, y guardémonos, conde de Maistre llama de amor, es la mis-
sobre todo, de decidir que esos pueblos ma que bajo otra forma y por otros moti-
pertenecieron á una raza envilecida, inca- vos se ve dominar en todos los sistemas
paz de ninguna especie de cultura intelec- religiosos que han admitido los sacrificios;
tual ó m o r a l ; pues tal fallo sería' una ca- ya sea porque, c o m o observa Mr. Debret,
lumnia que desmiente la historia de la el que vierte la sangre humana sobre las aras
marcha del entendimiento humano, y un de los dioses, no está distante de bebería; ya
error que condénala sana filosofía. Al con- sobre todo, y aquí llamo la atención de mis
lectores, porque en todas esas religiones
se ha considerado c o m o una parte integran-
[581 Insuper dux ipse efferaUt poaíibus ae
m o h b u s e x humanorum corporüm strue í a e i e n d i s e t
( q u o d p r o l o q u i etiam pigetj vesci humanis cornoribus
docendo.— L i b . X X I I I , 5. d o ) Esclarecimientos & c , , cap. 2, pág. 193.
te y esencial del rito, la participación ó idea que se había formado de la virtud y
comunión de la hostia ó víctima inmolada santidad de la ofrenda, El escritor católi-
en los altares, no excluyéndose de ella sino co, repetidamente citado, explica así este
á los heridos por el anatema religioso. Esta fenómeno intelectual y moral: " Por una
creencia procedía de que todos los pueblos " continuación de las mismas ideas sobre
miraban esa hostia como cosa sagrada, por " la naturaleza y eficacia de los sacrificios,
ser ofrenda dedicada á la divinidad ( a ) y " veian también los antiguos alguna cosa
santificada por el sacrificio (b); en cuya " misteriosa en la comida del cuerpo y de
virtud bien podía decir de ella y de sus " la sangre de las víctimas. Esta contenia,
ritos, lo mismo que el ceremonial religioso " en su sentir, el complemento del sacrificio y
de los judíos decía de los suyos: lex hostia " de la unidad religiosa, de tal modo que
sancta sanctorum est. " los cristianos rehusaron por mucho tiem-
Si alguno replicare todavía que esas " po probar las carnes inmoladas, para que
prácticas siempre aparecerán á los ojos de " no se creyese que comiéndolas, recono-
la humanidad y de la razón, crueles, absur- " cian las falsas divinidades á que se ha-
das, ó como otros quieren, aun criminales, " bian o f r e c i d o ; porque lodos los que partí-
examínelas á la luz de la sana filosofía, y " cipan de una misma víctima son un mismo
reconocerá que ni ese crimen es del hombre, " cuerpo [I. Corinth. X , 17.] Mas esta idea
ni menos'prueba una degradación intelec- " universal de la comunion por la sangre,
tual ó moral de su especie. Ese crimen, " aunque viciosa en su aplicación, creo sin
dado caso que lo hubiera, lo sería exclusi- " embargo justa y profética en su origen,
vamente del tiempo; así como la forma " así como aquella de la cual deriva-
establecida para la participación del sacri- " ba [ 6 0 ] . "
ficio, fué inspirada por el sentimiento reli-
Pues bien, las mismas ideas, las mismas
gioso que la vió como inseparable de la
creencias y la misma voluntad que dirigía

(a) Deo dicata.


(b) Derivado de smrum fació, [60] Esclarecimientos ¿ce., pág 223.
la cuchilla del sacerdocio antiguo en la in- El señor Prescott, que suele poetizar la
molación y repartición de la hostia ofrecí- historia más de lo que es permitido, mal-
cida en sacrificio, dirigía igualmente la del trata horriblemente el carácter de los infe-
sacerdocio mexicano; y salva la calidad de lices mexicanos, en la animada pintura que
las víctimas, puede decirse que los dos hace de sus banquetes sagrados [t. 1, p.
cultos estaban enteramente calcados sobre 53 y sig.), y en la exagerada idea que nos
un propio tipo. Si uno y otro inundaban da de los exquisitos conocimientos que di-
en sangre la ara del sacrificio, asperjando ce desplegaban para el sazón de las vícti-
con ella el tabernáculo, el ara y el simula- mas inmoladas. Tres de las autoridades
cro, fué porque ambos la veían como un ' que cita en su apoyo, y las únicas que he
medio de lustración, y porque ambos creían podido consultar ( 6 3 ) , nada dicen absolu-
que sin efusión de sangre no podía haber tamente de ese pretendido refinamiento
remisión (61). En fin, el sacerdote mexica- culinario; al contrario, p o r la del P. Sa-
no no comía la carne de las víctimas pol- hagiín podemos deducir, que el guiso adop-
la degradante y salvaje glotonería que le tado para tales casos n o sólo era el or-
atribuyen algunos pretendidos filósofos, dinario y común, que todavía usa nuestro
sino porque también su rito se lo ordena- pueblo, siuo que es tal, que ya no admite
ba, diciéndole que esa carne era muíi san - simplificación. El estirado Barón de Juras
ta ( 6 2 ) . Reales, que no podía elevarse hasta dis-
cernir toda la magnitud del agravio que
[61J Etiam tabernaculum, et omnia vasa minis-
tern sangume similiter a s p e r s i t : - E t omnia pene in se hacía al carácter de un pueblo atribu-
sangume^ seeundum legern mundantur: et sine san- yéndole tau singular y chocante cultura,
guints e/fusione nonfit remisio.—Rébr I X 21-2l>
Esclarecimientos &c., cap. III, pág 213. se difunde en vulgaridades, exagerando
162] Omuis masculus de saeerdotali genere sin criterio y sin medida el número de las
yescetur hiscarnibus, guia sanetum sanctorum est.—
(Levit. \1I, 6 ) - . . . . y el cuerpo del (sacrificado)
guisaban y repartían, teniendo aquella carne por co-
sa sagrada y tfmna.—Torquem. lib. X , cap. 14, pág.
[63] Sahagnn, Torquemacla y Herrera, en los luga-
res allí citados.
víctimas y el de l o s platos, en su llamada guientes palabras que se le censuran:
impropiamente—Disertación sobre la anti- " T o d a s las primeras relaciones de la A m é -
gua y moderna antropofagia de varias nacio- " rica, decía, no hablan sino de antropófa-
nes americanas. A l l í , contra todas las ense- " g o s . Se diría al oirías, que los america-
ñanzas de la historia y de la crítica, asien- " n o s comían hombres tan comuu y gene-
ta : <pie día y noclie corrían copiosos ríos de, " raímente c o m o nosotros c o m e m o s carne-
sangre humana al pie de las aras de Huitzi- " ros. El hecho mejor adarado se reduce á
lopoxtli; y que en las mesas de Moteuczoma " un pequeño número de prisioneros que fue-
y de los caciques se servían infinitos platos " ron comidos por los vencedores, en lugar de
de carne humana, que se apetecían como el " serlo por los gusanos." Prescindiendo de
bocado más delicado y sabroso de los banque- que fuerau en más ó menos número, sobre
tes ((54). lo cual hay mucho que rebajar en las rela-
Esta aserción extravagante debe colo- ciones (a), diré que Voltaire no hacía mas
carse entre las que muy propiamente ha
( a ) Mal avenidos los conquistadores con los se-
llamado el sabio Abate Guené, calumnias veros principios de humanidad y filantropía que res-
históricas: y á la verdad, mejor que Vol- plandecen en todas las primeras providencias que
dictaron los monarcas espaüoles para la conserva-
taire, merecía el disertador las notas de ción y buen trato de los indígenas, reclamaron que
presuntuoso y atrevido con que lo apoda, al ellas no podían ni debían observarse con las tribus
de antropófagos, á las cuales era necesario extermi-
censurarle las especies que dice le inspira- nar ó esclavizar. Atacados así los reyes católicos
ron la idea de su malhadada declamación. en sus mismas trincheras, autorizaron la esclavitud
tan sólo de los verdaderamente antropófagos; mas es-
Y o no aprobaré el aire de ligereza cou que to bastó para que los conquistadores extendieran in-
el filósofo de F e r n e y trató éste y cuantos definidamente su número, porque era la fuente de
inmensas riquezas y de seguro bienestar. Los abu-
puntos cayeron bajo el dominio de su fe- sos que con tal ocasión se cometieron, y el juicio
cuudo i n g e n i o ; pero sí diré que ha conser- que debemos formar de esa multiplicidad de antro-
pófag»s, lo podemos deducir de lo que los PP. Acu-
vado intacta la verdad histórica en las si- ña y Artieda dicen en la relación de su viaje por el
río de las Amazonas respecto de los portugueses,
[64] Entretenimientos de un prisionero, por el Ba- pues en esta p i r t e fueron iguales todos los conquis-
rón 'le Juras Reales; t. 1, pág 72 ¡i 74, tadores.—-'-'No niego, dice el primero, que e n estas
que resumir eu breves palabras la sustan-
da [68] á muy p o c o s y quizá á uno solo, que
cia del hecho atestiguado por los más anti-
se le enviaría en los días de sacrificios solem-
guos y veraces historiadores. Esos infinitos
nes, puesto que únicamente comía la carne
platos de carne humana que dice Juras de víctimas inmoladas en las aras ^de la
Reales se servían en la mesa de .1foteuc- divinidad. Por lo que toca al refinamiento
zoma, quedan reducidos, por las relacio- culinario de que habla el señor Prescott,
nes de Bernal Díaz del Castillo ( 6 5 ) , He- sólo hallo algo que se le aproxime, en lo
rrera (66), Gomara (67), ij Torquema- que dicen Herrera y Torquemada del plato
servido á Moteuezoma; mas como por la
" regiones se encuentrán algunos bárbaros que no
" se horrorizan de comer la carne de sus enemigos; locución de estos historiadores se percibe
" mas son en pequeño número, y jamás se ha visto que el condimento era una condición, pues
" que vendan carne humana en las carnicerías, co-
" mo lo han publicado algunos portugueses, que so que de otra manera no lo comía, parece in-
"pretexto de vengar esta barbarie, cometen otra mayor ferirse que el monarca mexicano se some-
" reduciendo á esclavitud á pueblos que nacieron
" libres é i n d e p e n d i e n t e s . " — " E l l o s han publica- tía á esta práctica, menos por gusto que
" do que los Aguas rehusan vender sus esclavos, por un deber r e l i g i o s o ; y que así como los
" porque los engordan para comérselos: ésta* es una
" calumnia que han inventado con la única mira de médicos nos doran ó endulzan las medici-
" colorear suspropias crueldades centra esta inocen- nas amargas, así aquel procuraba ahogar
" te n a c i ó n . " [ H i s t . generale des Voyages &c. vol.
LUI, pág. 32-33, edic, in 12. París, 1758.]—Este su repugnancia con lo sabroso del sazón.
solo hecho, que nuestra historia confirma con innu- Al Barón de Juras Reales,"que calumnia
merables monumentos, debe hacernos bastante cau-
tos para dar fácil asenso á esas relaciones que por sin remordimiento al desventurado monar-
todas partes hacen brotar naciones enteras de an- ca azteca para tener ocasión de exaltar el
tropófagos.
(05) é como por pasatiempo oi decir, que le
solian guisar carnes de muchachos de p o c a edad.
bres sacrificados, que de otra manera no comía.—
Cap. 91.
Crónica de la Xueva-Espam, cap, G7 en Barcia.
(66) Algunas veces, aunque poeás, c o m í a carne
[6S] Repitiendo lo dichopv Herrera, añade: y d3
humana, y había de ser de la sacrificada y aderezada
otra manera'no la comía, como quisieron falsamente
por extremo. Dec. II, lib. VII, cap. 7.
imputarle algunos^ que ni le supieron ni;entendie-
(67) L o que algunos cuentan, que guisaban ni-
ron, sino por m i l a voluntad que les tenían c o n c e -
ños y j o s comía Moteuezoma. era solamente de hom-
bida á los indios. L i b . II, cap. 88.
mérito de Cortés, presentando á éste en atribuido á la comunión ó participación de
continua lucha, ya suplicando, ya amena- las hostias; y la comieron, en fin, porque
zando, para desterrar de la mesa de su cau- así lo prescribían sus ritos religiosos. No
tivo el nefando plato, se le podría sellar es fácil asignar la razón ó el motivo que ori-
el labio con las mismas cartas del conquis- ginariamente haya determinado esta prác-
tador, que nada dice sobre el particular, tica tan universal; mas sí parece que en lo
eu la menuda dissripeión que también hace general puede explicarse, por el odio im-
de las costumbres epulares de Moteuczo- placable y por la crueldad ferina con que
ma (69), y muy particularmente con las en el estado salvaje, y aun en el de barba-
siguientes palabras:—En iodo el tiempo que rie (a), se han hecho la guerra los pueblos
yo estuve enla dicha ciudad (México), NUNCA euemigos, sobre todo cuando en sus con-
se rió matar ni sacrificar alguna criatu- tiendas se han mezclado puntos de religión
ra ( 7 0 ) . Sin víctima no podía haber ban- y se han infiltrado en sus creencias algu-
quete. nas ideas pitagóricas. Si de los comedores
Yo convengo desde luego en que los me- de carne humana exceptuamos las muy po-
xicanos solían comer carne humana; mas cas tribus que la historia presenta como ver-
esto no prueba, en manera alguna, que fue-
ran verdaderamente antropófagos, pues que ( a ) Para que podamos formarnos una ligera idea
de los furores y excesos á que en este estado son ca-
no lo hacían por costumbre, por placer, ni paces de arrastrar las pasiones rencorosas, recorde-
por necesidad. La comieron, como dejo di- mos los ejemplos, no muy lejanos, que nos presenta
la historia de una de las naciones más cultas y civi-
cho en otro lugar, por la virtud mística que lizadas de la tierra. El pueblo de Paris devoró y pu-
en todas las demás partes del mundo se ha so en almoneda l o s restos exhumados y corrompi-
dos del mariscal de Ancre: ese mismo pueblo, duran-
te su terrible revolución, b e b í a la sangre y comía el
[69] Caita de Relación &e , la 1. 53 en Lorenzana corazón de sus víctimas. También el pueblo de la
§ 34. Haya se comió el del ilustre de ÍVitt.—Si todo esto
[70] Ibid. § 31, pág. 107.—Lo que y o sé es, que y aun más, ha podido hacerse diez y seis ó diez y
desde que nuestro capitán le reprendió el sacrificio siete siglos después de la v e n i d a de Jesucristo, fuer-
y comer de carne humana, que desde entonces mandó za será conceder alguna gracia á los que no la cono-
que no le guisasen tal manjar.—Bernal Díaz, ibi. cieron.
(laderos antropófagos, y los casos más raros odios religiosos, 110 solamente se hacían
aún y singulares, del canibalismo mera- una continua guerra, s i n o que en el teatro
mente inspirado por la ignorancia y por la mismo de la victoria destrozaban y devo-
subversión de las ideasjeligiosas, tendre- raban sus víctimas, disputándose con sal-
mos como hechos generales y plenamente vaje frenesí sus g i r o n e s sangrientos. Este
establecidos: 1 ° que los pueblos de que se horrible espectáculo q u e inspiró al poeta el
trata solamente han comido la carne de las asunto de una de sus m á s hermosas sátiras
victimas de la guerra: 2 ° . , que todos los le arrancó también aquella imprecación
pueblos del mundo, e n j i n cierto'período de elocuente en que, c o m o filós.ofo, nos ense-
su estado social, se comieron á sus prisio- ña hasta qué punto el odio soplado por el
neros. fanatismo, puede arrastrar al mismo extre-
mo que el hambre aguijoneada por la ne-
Tenemos una buena prueba de lo prime-
cesidad. ( 7 3 )
ro en lo que dice Lery de loslndígenas del
Brasil, y el capitán Gool- delos'habitantes Ya que he hablado del canibalismo por
del canal de la reina]Carlota, quienes no hambre, tantas veces encomiado y nunca
obstante sus costumbres salvajes, solamen- reprendido en la historia de los pueblos
te comían la carne de los prisioneros de más cultos antiguos y modernos, recordaré
guerra (71) • y hallamos su confirmación
yor interés. Los escritores que están muy discordes
en lo que refiere Juvenal de esos pueblos sobre el nombre de la otra ciudad, convienen en
cultos, cuya memoriaVive todavía en las fa- que el odio mortal que dividía á los habitantes de
ambas, procedía de que los O albitas tenían en par-
mosas ruinas de las antiguas Ombos y Ten ticular veneración al Cocodrilo, que los Tentiritas
tyris ( 7 2 ) . Divididos sus habitantes por detestaban y perseguían por todas partes, haciéndo-
le una guerra de exterminio. ( V i d . la Sátira X V ,
con las notas de Mr. d'Aóliaintre, y las de Larcher
[71]'Hist. gen. des Voyag., rol. L l V / p á g . 271.— á Eerod. II, 69, 11. 2 5 i . )
Voyages de Con!:; 1er. Voy., r o l . V, cap. 7 pá°\ [73] Necpcenam seeleri inveniens, nec digoa pa-
223. Laman. 1796. in 8. ' 1 ' P a [rabis
[72] H o y Benderali,\célebre por el zodiaco que eu Supplicia his populis, in quorum mente pa-
ella descubrió Volney, y que lia dado materia y oca- ires sunt
sión á tantas investigaciones arqueológicas del ma- Et similisira aUpie fames.
namiento que la razón y la humanidad
á mis lectores el ejemplar más famoso que
condenan, prolongaron su resistencia ali-
de él memora la nuestra y con el cual se
mentándose con la carne de todos aquellos
prueba basta la evidencia, que los mexica-
que por su edad ó debilidad eran inútiles
nos no comían carne humana sino en los
para la guerra. ( 7 0 )
casos prescritos ó tolerados por sus dogmas
Pues b i e n ; afligidos los mexicanos por
religiosos, á diferencia de las demás nacio-
todos los errores de un asedio, cuyo igual
nes que la comieron todas las veces que se
sólo se hallará en el de Jerusalem arrasada
vieron estrechados por la necesidad. En
por Tito; forzrdos ya á aventurar diaria-
efecto, ¡ cuántas ciudades no han gemido
mente su vida, que perdían millares de
bajo aquel espantoso azote de la ira divino
ellos por la esperanza de adquirir una in-
que no temió la prostituta de las naciones
sípida raíz, una amarga corteza, ó una in-
en boca de sus profetas, pero que vió rea-
munda sabandija, con que calmar, siquie-
lizado con todos sus horrores en los amar-
ra, los tormentos del hambre; circuidos de
gos días de su desolación! Alimentaré
cadáveres que henchían las casas, que en-
d los moradores de Jerusalem con la carne de combraban las calles y que por todas di-
sus hijos y'con la carne de sus hijas: comerá el recciones ofrecían á sus desencajados ojos
amigo la carne de su amigo durante el asedio, un apretado pavimento de cuerpos mutila-
y en el aprieto á que los reducirán sus enemi- dos ( 7 7 ) ; los mexicanos, digo, pidiendo
gos ( 7 4 ) . Y la madre comió efectivamente
la carne de su hijo, con terror y asombro
(76) Inopia subacti. ecriiin corporibu«, qtii
del historiador que nos ha conservado la (etate inútiles ad bellum yidebantur, vitam tolerabe-
memoria de aquellas escenas lamentables runt.—Cesar de Bello Gall. VII, § 71.
(77) No tenían paso por donde andar sino
(75); así como en siglos anteriores los Ga- por encima de los muertos y ¡¡sí, por aquellas
los llevando el amor de la patria á un refi- calles en que esiaban. hallábamos los montones de
los muertos, que no había persona que en otra cosa
pudiese poner los piés. Carta cit. de Cortés, § X L ,
(74) J e r e m ; X I X , 9, Vers. de Vence. pág, 295-98.
(75) Joseph. de Bello Jud. 21 V I , — Euseb. Eccles. Y es verdad, y j u r o amén, que toda la laguna y
Mist. v. III, c. 6.
la muerte por compasión, buscándola como gracias, con la esclavitud, á trueque de n o
un descanso ( 7 8 ) , y prefiriendo siempre comprar la libertad con la carne de sus
s u c u m b i r e n m i l l a r a d a s b a j o el peso de sus
hermanos. S í ; un testigo presencial y co-
m i s e r i a s , a n t e s q u e d o b l a r el c u e l l o al yu-
laborador activo en esta obra de desola-
go de la c o n q u i s t a ( 7 9 ) ; a p e c h u g a r o n con
lo que v e í a n , c o m o el epílogo de t o d o s los ción, y el b i ó g r a f o m i s m o del c o n q u i s t a d o r ,
m a l e s y el c o m p l e m e n t o de t o d a s las des- que q u i z á e s c r i b í a b a j o s u dictado, unáni-
casas y barbacoas estaban llenas de cuerpos y ca- mes afirman que en medio de todas esas
bezas de hombres muertos, que yo no sé de que ma- calamidades, nunca los m e x i c a n o s llegaron
nera lo escriba. P u e s en las calles y en los mismos á comer la c a r n e d e s u s muertos (80), di-
patios de Taltelulco no había otras cosas, y no po-
díamos andar sino entre cuerpos y cabezas de in-
dios muertos. Bernal Díaz, cap. 156, vol. I I I , pág. (80) También quiero decir, que no comían las
295. ' carnes de sus mexicanos, sino eian de los enemigos
tlaxcaltecas, y las nuestras que apañaban: y no se
f78_) Y como no tenían donde estar sino so- ha hallado generación en el mundo que tanto sufrie-
bre los cuerpos muertos de los suyos, con deseo de se el hambre y sed y continuas guerras como ésta,
verse fuera de tanta desventura"...... dijéronme: (B. Díaz. Ibid.)—Después de encomiar Gomara el he-
" Que pues ellos me tenían por hijo del Sol, y clSol roico sufrimiento ¡¡ resignación de los mexicanos en
" en tanta brevedad como era en un día y una no- medio de los horrores del hambre y de la peste, termi-
che daba vuelta á todo el mundo, que por qué yo na así su narración: De aquí se conoce, como aun-
" a s i brevemente no los acababa de matar, y los que los mexicanos comen carne de hombre, no co-
" quitaba de penar tanto, porque ya ellos tenían de- men la de los suyos como algunos piensan, QUE SI LA
" seos de morir, y irse al cielo para su Ochilobus COMIERAN, NO M U S I E R A N ASI D E HAMBRE (Crónica
" (Huitzilopoxctli), que los estaba esperando para de la X.-España, cap. 143, en Barcia: ó cap. 32.
descansar." Carta cit. § X X X I X , pág. 292. vol. II, dela edic. mexic. delSr. Bustaniante.~} El
[79] E viendo sobre todo la grandísi- cronista Herrera, que escribió su historia con presen-
ma hambre que entre ellos había, y que por las ca- cia de las relaciones originales de los conquistadores y
lles hallábamos roídas las raíces y cortezas de los de otra multitud de documentos auténticos que se pusie-
ron d su disposición, dice; Teníanse en casa los muer-
árboles, acordé de los dejar de combatir &c
tos, porque los enemigos no conociesen su flaqueza:
Según pareció, de el agua s ilada que bebían y de la
no los comían, porque los mexicanos no comían los
hambre y mal olor, había dado tanta mortandad en
suyos. [Dcc. III. lib. 2, cap. 8]
ellos, que murieron más de CINCUENTA MIL ánimas.
{lbid. p. 289 y 298.] Y hallóse toda la ciudad arada, ¡Qué raro contraste forma esa abstinencia impo-
y sacadas las raíces de las yerbas y hasta las nente y sublime al lado del terrífico espectáculo que
cortezas de los árboles, también las habían comido. muy pocos años después [1528] presentaron los in-
B, Díaz, ibid. p. 297. fortunados compañeros de Alvar Xúnez Cabeza de
Hasta aquí h e m o s p o d i d o seguir la his-
ga lo q u e quiera el p o c o simpático histo-
toria d e las d o s ramas principales del an-
r i a d o r de sus d e s g r a c i a s [«]
tropofagismo c o u la v e n t a j a de llevar para-
lela la de los hechos c o n sus causas; y
Baca Lanzados por la borrasca en una de las
costas inhospitalarias de la Florida, cada uno, cual a u n q u e este r e c u r s o f a l t a c u a n d o se p e n e t r a
otro ülis es encerrado en la ¿averna de Polífemo, no
tenía m i s privilegio que el de ser devorado el último. en las n e b u l o s i d a d e s d e la a n t i g ü e d a d , no
" Allende de esto, dice el narrador. Pan-toja, que por
" teniente había quedado, les hacía mal tratamien- podían prolongar por mucho tiempo. Asi lo dice e f e c -
" to, y no lo pudiendo sufrir Soto-Mayor se tivamente el P. Sahagún, e n el lugar que se cita;
" revolvió cou él, y le dió un palo, de que Panto/a i m a s ha podido acaso el señor Prescott preferir, en
" quedó muerto, y así se fueron acaban io, y los que buena crítica histórica y en buena lógica judicial,
" morían, los otros hacían tasajos, y el último que pues que la historia no es más que una Relación,
" murió f a ó Soto-Mayor, y Esquivel lo hizo tasajos, preferir, digo, la deposición de un testigo de oídas
" y comiendo del, se mantuvo hasta primero de Mar- á las de los presenciales.' En la nota anterior
zo o." (Naufragios de Alvar JYAñez Cabeza de deio copiadas las contrarias de B. Diaz, Gomara y
Baca&n., cap. 17, al fin, en Barcia, vol. I.) Aun- Herrera, con las indicaciones respectivas que hacen
que este cuadro ya sea sobradamente melancólicD, altamente respetables sus atestaciones; y si alguno
debo afadir, que los náufragos estaban en un bos- dijere, con aquella locución hiperbólica del común
que donde abundaban la leña, el agua, las yerbas y de los jurisconsultos, que e n buena jurisprudencia,
raíces, y que no carecían de cangrejos ni de maris- el testimonio de uno que afirma merece más l e que
cos. Diré, en fin, que todo aquel territorio estaba el de mil que niegan; yo le recordare con la misma
poblado de tribus salvajes, que sin embargo no co- que este axioma no rige cuando habiendo dado el
mían canw humana. testigo, lo que se llama razón de su dicho, este re-
( a ) En este y otros pasajes semejantes ha dado sulta desmentido por una prueba contraria, pues
el señor Prescott muestras ine luívoeas de que no es entonces el contra-testimonio emergente de ella, no
crítico enterameute inexorable, y de que ha cursa- sólo afirma ó consolida la prueba negativa, sino que
do con singular ap-ovechamiento cierta escuela ca- la convierte en afirmativa, sin que sea y a permiti-
suística, que permite seguir la menos probable contra do presumir lo contrario, conforme la regla conte-
la más probable. Desde la pág. 252 (vol. 2) comien- nida en el proloquio legal: Factum non
za á disponer la mente del lector, para que pas i sin nisi probetur. Esto se verifica cumplidamente en la
dificultad, como aun yo mismo pasé, la siguiente autoridad qi.9 copia el señor Prescptt del P Saha-
aserción que estampa á la pág. 257. Los escritores gún, quien para probar que en efecto las madres se
espaUoles dicen en honor de los sitiados, que ni en la habían c o c i d o á sus hijos, observa, como dando
última extremida i violaron las leyes de la naturaleza, razón de su dicho, que de los niños no quedo nadie,
comiéndose los unos á los otros; pe o desgraciadamen- porque los mismos padres y madres los comían.
te consta lo contrario por la autoridad de los mismos Esta aserción es de todo punto mconciliable, y a
indios, quienes aseguran hubo muchas madres que en no diré con las relaciones de Gomara, de Ixtlikcochitl
su agonía devora1'1-» á unos hijos, cuya existencia no
por eso deja de presentarse aquel como un los poetas antiguos y los m i t ó l o g o s sitúan
hecho general, pues la historia lo da por en el corazón de la Europa, sabemos por
umversalmente establecido entre todos los Plinio y por Pomponio Mela ( 8 1 ) , que lo
pueblos del antiguo hemisferio. Además eran esas numerosas tribus conocidas bajo
de los ejemplos producidos, y sin tomar en la denominación genérica de Escitas: lo
cuenta el semillero de antropófagos que mismo dice Estralón (82) d é l o s Irlande-
ses . como testigo de vista lo afirma San
ni de Herrera; n o con la del mismo P. Sahagún, que Gerónimo (83) de los Escoceses y Diodoro
en el cap. 41, menciona las órdenes dictadas' por
tortos, prohibiendo hacer esclavos á los niños y ni- de Sicilia ( 8 4 ) confirmando estas noticias,
«as que en pelotones, con sus padres, abandonaban aumenta el catálogo c o n las numerosas
la desolada c i u d a d ; no con la del mismo Sr. Pres-
cott, que á la pág. 171 los hace figurar en aquella tribus de los Celtas. Voltaire cita un pasa-
escena luctuosa, sino ccn la de dos testigos presen- je de Marco Polo, que decía ser un privile-
ciales e intachables, que vieron desfilar á su vista
esos huérfanos desventurados. El conquistador dice
en una parte de su citada carta ( § 38 pág. 290), que españoles, Sí. S . , publicada por el señor Bustamante
el día siguiente del en que asentaron el trabuco que bajo el título de Horribles crueldades &c., al fin de
según su cuenta debió ser el 7 de Agosto, hallaron la Hist. Gen. del P. Sahagún, pág. 5 1 ) . A u u cuando
las calles por donde ¡han, llenas de mujeres y niños: de estas pruebas directas no bastaran para destruir el
ellos habla también, al memorar la espantosa ma- testimonio que se les opone y su razón fundamental,
tanza del día 11 ( § 40, p á .g. 296), en que era tanta la la crítica y la lógica encontrarán siempre couclu-
gi ita y lloro de los niños y mujeres que no había per- yeute, para el intento, el argumento ad hominem que
sona a quien no quebrantaren el corazón: últimamen- forma el cronista Herrera, adoptando los principios
te, el mismo dia 13 en que se rindió la ciudad, no mismos del señor Preseott; c o n v i e n e á saber, que
obstante los muchos que en los anteriores habían " si para los mexicanos hubiera sido indiferente co-
perecido ahogados ó degollados, todavía dice á la " mer la carne de los suyos ó la de sus enemigos,
pag. -J8 :—'• y n o hacían sino salirse infinito nú- " no habrían así muerto de hambre durante el ase-
mero de hombres mujeres y niños hacia nosotros." " d i o . " Y o no alcanzo lo que pueda oponerse á esta
c h i t a n B. Biaz, concordando en todo con su ge- razón toral, ni menos concibo que las madres se co-
neral dice (cap. 156): " q u e en tres dias con sus mieran sus hijos, teniendo tan inmensa cosecha
noches iban todas tres calzadas llenas de indios é de un artículo que se supone de ordinario consumo.
indias y muchachos llenos de bote en bote & " y
(81) Plin. Hist. natur. Y I , 17.—Mela, de Sitn Or-
Don Fernando IxtlilxochUl, que hace el cálculo de
a mortandad observa que, como era m u y natural bis, II, 1.
apenas quedaron vivos algunos señores y caballe- (82) Geograph. lib. IV, pág. 139.
' ros y los mas niños y de poca edad," (Venida de (83) Cit. por Torquemida, lib. X I V . c . 26.
(84) Hist. univers. V , 21.
gio de los magos y sacerdotes tártaros co- tar la prueba relativa á la universalidad
mer los ajusticiados, y Sir Stamford Raf- del antropofagismo, diré con el sabio Vi-
fies refiere un heeho semejante, de muy rrey, que ha examinado la materia como
reciente data y del más singular carácter, historiador, como filósofo, y como fisiólo-
que observó entre los Battas ( a ) , pueblo go: Las naciones hoy más cultas fueron
de Sumattra, donde la civilización La hecho << antiguamente antropófagos: Pelloutier lo
grandes progresos, pues no solamente han " afirma de todos los Celtas (Eist. des cel-
adoptado parasu gobierno las formas consti- " tes, t. I, p. 2 3 5 - 2 4 2 . ) y Cluver do los
tucionales, sino que también tienen estable- " Alemanes ( Germán, antiq. )• Infiérese
cimientos de instrucción pública y una gran " por las capitulares de Cario Magno (Edic.
parte de la población sabe leer y escribir. " d' Heinec., p. 3 8 2 ) , que este crimen de-
Para dar punto á este artículo y cornple- " bía de ser bastante común, puesto que
" aquel grande monarca tuvo necesidad de
( « ) Por la relacióa de este viajero parece que " imponer penas para reprimirlo. En la
el canibalismo forma allí una parte esencial, y bien
pudiera decirse que la basa del castigo impu°sto " g u e r r a que los Tártaros hicieron á los
á la seducción y al adulterio. Hé aquí lo que refiere " Rasos el año de 1740, se les vió chupar la
como testigo de vista: " Conducido el seductor al
lugur de la ejecución, el ministro de la justicia, ar- " sangre á los muertos. Todos los europeos
mado de un gran cuchillo y acompañado de un mi- " descienden originariamente de una raza
nistril que llevaba una salsera con salsa hecha de
limón, pimienta y sal, se adelantó liaría el esposo " antropófago. Un autiguo escoliasta de
ofendido, preguntándole cuál bocado prefería. El " Píndaro lo afirma de los pueblos de la
quejoso señaló la oreja derecha, que cayó inmedia-
tamente de una tajada, y que el marido devoró des- " Atica, en épocas remotas, y Pausanias lo
pués de haberla empapado en la salsa. Los concu- " asegura de los antiguos griegos, que con
rrentes sé precipitaron luego sobre el ajusticiado,
cortando cada cual el bocado m á s de su gusto; y " el discurso del tiempo llegaron á formar
cuando le habían desgarrado una parte del cuerpo, " la nación más culta é ilustrada del uni-
uno de los circunstantes le hundió su puñal en el
corazón; no por compasión, pues ésta es desusada, " v e r s o . " El escritor citado, que prosigue
sino en consideración á la presencia de dos extran- haciendo una larga y minuciosa enumera-
j e r o s . " [Encyclopedie des gen» du monde &c., art.
Adultere.] ción de otros muchos pueblos de ambos
continentes, para probar que nada tiene líos, considerando que lo expuesto es sufi-
absolutamente de nuevo ni de extraño que el ciente y aun sobrado para convencer, que
hombre haga devorado á su semejante, la si no es positivamente errónea, es por lo
c i e r r a e x c l a m a n d o : NOSOTROS, PUES, SOJIOS menos del todo infundada la opinión del
DESCENDIENTES DE ANTROPOFAGOS ( 8 5 ) . señor Prescott, tanto con respecto á la in-
Aunque pudiera llevar todavía más lejos fluencia que atribuye á los sacrificios hu-
mis elucidaciones ( a ) , renuncio á sus auxi- manos y al antropofagismo, en el atraso de
la cultura intelectual y moral, como en la
[851 Nouveau diction. d'hist. uatur., art. Antro-
pophaguc. París, 1816. otra parte de su sistema, que sólo hace
( a ) Este punto se ha debatido b a j o todos sus as- compatibles tales prácticas con una natu-
pectos y relaciones. Algunos sostienen que la aver-
sión que hoy sentimos á c o m e r carne humana, nos raleza degenerada ó corrompida. Esta in-
es eongénita y de aquí d e d u c e n que el antro- ducción es insostenible ante el tribunal de
pofagismo es contra-natural é inmoral. Otros ade-
lantaron la ¡dea hasta encontrar cierta especie de la historia, ó bien prueba tanto que nada
antipatía ú oposicion entre aquel gusto y nuestra prueba; pues ya se ha visto que todos los
constitución orgánica. Y o m o he abstenido inten-
cionalmente de tratar la cuestión en aquel terreno, pueblos del mundo han deseaminádose por
ateniéndome á los solos, h e c h o s y á las causas que esta vereda é incurrido en ese mismo cri-
inmediatamente parecía determinarlos, pues no ne-
cesitaba otra cosa para mi intento. Por lo demás men, ó llámesele como se quiera, que tan
encuentro que Mr. Bébret defiende, en el artículo duramente se echa en cara á los mexicanos
respectivo de la enciclopedia de Curtin que la an-
tropofagia es un gusto natural, cuya aserción dedu- sin que su descamino haya sido obstáculo
ce de los hechos mismos q u e y o he producido, de para elevarse al más alto grado de civiliza-
otros más que refiere, y sobre todo, de los descubri-
mientos que dice se han hecho en la anatomía, tal ción y de cultura.
cual hoy se estudia. Partiendo de éstos asienta ser
cosa reconocida, que la organización de las especies . Con los mismos datos se podrá también
es la que determina los apetitos, é impele á esas es-
pecies á sustentarse con tal ó cual género de ali- contestar la imputación caprichosa de in-
mento ; y que como el hombre, por la disposición moralidad que algunos pretenden hacer in-
de sus vías digestivas, es un animal carnívoro, cual-
quiera especie de carne debe serle indiferente, sin separable del antropofagismo; mas para
que en ninguna de ellas tropiece con una repugnan- que no se diga que produzco inferencias
cia que pueda llamarse natural,
por razones, responderé con hechos, toma-
dos, no de pueblos cultos, sino de bárbaros guiándose sobre t o d o por su hospitalidad y
y aun salvajes. Muchos de los historiado- por su afición á l o s extranjeros, a u n q u e
res que nos han conservado la memoria de desgraciadamente empañaban estas virtu-
esos comedores de carne, cuyas costumbres des con prácticas crueles y feroces, l l e v a n -
hedescrito, elogian su moralidad, y He.rodo- do sus gustos antropófagos hasta el p u n t o
¿o'hace especial mención de esos terribles de mirar con desvío y con desconfianza al
Issedones ( 8 6 ) , que se comían á sus padres huésped que rehusaba comer carne h u m a -
difuntos, y que sin embargo, gozaban una na. A pesar de esto, el viajero había pene-
alta reputación de j u s t o s : manifestándose trado tan íntimamente su carácter m o r a l ,
también de carácter blando y suave, pues que discurriendo consigo mismo, se pre-
se dice que entre ellos las mujeres gozaban gunta, si no obstante esas muestras lison-
de igual autoridad que los hombres. Los jeras de rectitud y de bondad, se podía
españoles'que á fines del siglo pasado vi- contemplar seguro entre unos b á r b a r o s , cu-
sitaron las costas de California, en recono- ya crueldad le era conocida por otras prue-
cimiento del estrecho de Faca se desatan bas, y r e s p o n d e : — " l e j o s de temer p o r mi
en alabanzas del carácter moral, hospitala- " vida, dormía entre ellos en p r o f u n d o sue-
rio y justiciero de Macuina, jefe de Wutka " ñ o ; pues aunque en efecto aborrecen,
que no tuvo empacho en confesar su predi- " matan y se comen á sus enemigos, tam-
lección por la carne humana ( 8 7 ) . Lery, " bien profesan un extremado afecto á sus
que vivió algún tiempo entre los indios del " aliados y amigos, por los cuales se deja-
Brasil, atribuye las mismas buenas calida- " rian hacer mil pedazos antes que p e r m i -
des á la mayor parte de sus tribus, distin- " tir ó tolerar se les hiciera ningún d a ñ o ó
" causara algún disgusto. En fin, añade el
86. Htro<i. I V , 26, con la versión de Larcher y " viajero, creo que con razón, mas seguro
de Miot.—Parece ser el mismo pueblo de que habla " me considérala yo entonces entre los antro-
Pamponio Mela con el nombre de Essedones, y cuyas
prácticas dejo descritas en la notz 44. " pófagos del Brasil, que no lo estaría en
87. Relación del viaje de las goletas Sutil y Me- " Francia, donde las diferencias de religión
xicana & en el año de 1792, cap. 3, 4 y 17.
" parecían autorizar la perfidia y el asesina- unos llaman vicio y otros crimen, dado
11 to." [88] caso que lo hubiera, no lo fué de una tri-
Después de estos ejemplos, tomados, co- bu, ni de un pueblo, sino de su s i g l o ; y
mo lie dicho, de pueblos semi-salvajes, eu ésta es la razón en que se funda el sabio
los cuales las ideas de moralidad son más Virrey, para d e c i r : - " q u e no ha habido
escasas, confusas y groseras, me parece " nación alguna sobre la haz de la tierra
que bien puedo producir, como confirma- " que no haya sido antropófaga, porque to-
ción, los innumerables y bien autenticados " das han pasado sucesivamente del estado
que ofrece la historia de los nuestros, bas- " salvaje al de barbarie, en el cual la antro-
tante civilizados y cultos, cuya moralidad "pofagía ESCOMO ENDEMICA." Partiendo
y bondad de carácter se conservaron en me- en seguida de este dato, concluye con una
dio de sus gustos antropófagos; y quizás
. observación que, salvos sus fundamentos,
más puras y más universales que lo que en-
viene á formar precisamente el tema prin-
tonces lo eran entre los pueblos europeos.
cipal de esta nota, y que reproduciré como
Siendo, pues, éste un hecho de los mejoi
su confirmación: " El antropofagismo, di-
establecidos y probados, él nos autoriza pa-
" ce, es ya el síntoma de un principio de civi-
ra concluir, que ó todas las historias mien-
" lizacion, puesto que él indica un estado de
ten, ó que el antropofagismo no es incom-
" guerra nacional, y el establecimiento del
patible con la cultura intelectual y moral.
" derecho de represalias, mientras que el
¿Mas cómo, dirá alguno, se podrá enton- " hombre en el estado natural es solitario,
ces explicar por las causas naturales, esa " salvaje y tímido, c o m o el bruto^en los
evidente oblicuidad de ideas y de sensa- " bosques." ¡ Cuánto más p o d e r o s a ' y ' a u n
ciones, que hasta cierto punto degradan la
irresistible no es la fuerza de esta obser-
inteligencia y pueden poner en peligro la
vación, al meditar que esos sacrificios hu-
moral? Nada es más fácil. Ese que
manos que nos espantan, y ese antropofa-
gismo que nos aterra, fueron el vallado
88. Hist, des voyages, etc.. vol. L I V , pág. 292.
profundo que separó al hombre inteligente
Ramírez.-59
del hombre bruto! ¡ Cuánto más al rror nace de que sin duda ignora que el aluso
contemplar que esas prácticas feroces y de los sacrificios, por enorme que sea, es nada
"absurdas fueron el signo sensible bajo que en comparación de la impiedad absoluta.
se manifestaron los dichosos esfuerzos de
la inteligencia, que había alcanzado la
existencia, de un SER SUPREMO castigador y
remunerador; que descubría la existencia
de otra vida después de la muerte; que po- NOTA TERCERA.
nía la piedra angular de todos los cul-
tos [ a ] , y en fin, que sembraba el primer .
ARITMETICA MEXICANA.
germen reconocido como asiento de las más
insignes virtudes cristianas! Tales apa-
recen esas prácticas, cuando remontándose
á la cuna del hombre, se examinan á la
CAP. IV, pág. 76.—Inventaron un
suave luz de una imparcial filosofía; y si sistema aritméúco muy sencillo: los
todavía alguno de los tantos filósofos sen- primeros veinte números están es-
timentales que hoy anublan las letras di- presados por otrets tantas cifras,
vinas y las humanas, se sienten horripilar
&c
á la sola idea de los sacrificios humanos y
de sií ordinario acompañante el antropofa- El traductor ha vertido aquí la palabra
gismo, me dispensará le diga, con el escri- ÍDglesa, dot, por cifra; y aunque esta ver-
tor elocuente y piadoso tartas veces c'tado sión no pueda considerarse impropia en una
en el curso de esta nota (89),"'que—su ho- traducción libre como la presente, pues
que aun ayuda á dar mayor claridad al pen-
( a ) En latin cultas, derivado del verbo co/o, que samiento; sin embargo, como en esta vez
e n t r e o i r á s acepciones tiene-las d e amar, honrar, la palabra cifra, por la significación que tie-
respetar, reverenciar y ailorar.
89 conde Maistre, Esciar, c, 2, p, pe en nuestra habla común, podría dar lu-
del hombre bruto! ¡ Cuánto más al rror nace de que sin duda ignora que el aluso
contemplar que esas prácticas feroces y de los sacrificios, por enorme que sea, es nada
"absurdas fueron el signo sensible bajo que en comparación de la impiedad absoluta.
se manifestaron los dichosos esfuerzos de
la inteligencia, que había alcanzado la
existencia, de un SER SUPREMO castigador y
remunerador; que descubría la existencia
de otra vida después de la muerte; que po- N O T A T E R C E R A .

nía la piedra angular de todos los cul-


tos [ a ] , y en fin, que sembraba el primer .
ARITMETICA MEXICANA.
germen reconocido como asiento de las más
insignes virtudes cristianas! Tales apa-
recen esas prácticas, cuando remontándose
á la cuna del hombre, se examinan á la
CAP. IV, pág. 76.—Inventaron un
suave luz de una imparcial filosofía; y si sistema aritmètico muy sencillo: los
todavía alguno de los tantos filósofos sen- primeros veinte números están es-
timentales que hoy anublan las letras di- presados por otrets tantas cifras,
vinas y las humanas, se sienten horripilar
&c
á la sola idea de los sacrificios humanos y
de sií ordinario acompañante el antropofa- El traductor ha vertido aquí la palabra
gismo, me dispensará le diga, con el escri- inglesa, dot, por cifra; y aunque esta ver-
tor elocuente y piadoso tantas veces c'tado sión no pueda considerarse impropia en una
en el curso de esta nota (89),"'que—su ho- traducción libre como la presente, pues
que aun ayuda á dar mayor claridad al pen-
( a ) En latin cultas, derivado del verbo co/o, que samiento; sin embargo, como en esta vez
e n t r e o i r á s acepciones tiene las d e amar, honrar, la palabra cifra, por la significación que tie-
respetar, reverenciar y aforar.
89 conde Maistre, Esciar, c, p, pe en nuestra habla común, podría dar lu-
gar á creer que los mexicanos usaban de al-
llamado Cehuehaetiliztli, es decir, una edad,
gunas figuras lineales para reprsentar sus
6 vejez, sin embargo, —esta edad, dice Ga-
números, me determino á restablecer lite-
" ma ( 1 ) , no tenía particular represeuta-
ralmente la lectura original, que dice : ex-
" ción en sus pinturas, y siempre la divi-
presados por un correspondiente número de
" dían en dos períodos ó ciclos de cincuenta
punios. Esta era, en efecto, su única nume-
" y dos años." — Cada uno de éstos forma-
ración basta el veinte; usada á la manera
ba el ciclo común, llamado Xiuhmolpilli ó
de la que se ve en la tabla d e l a ' p á g . 81,
atadura de ¡os años, que representaban en
salva la inexactitud del dibujo'de los sím-
bolos y la de la colocación de los signos todas sus pinturas con un haz ó manojo de
numéricos. La verdadera forma de unos y cañas, marcando así el término de un ciclo
otros se encuentra en los cuadretes de las común y el principio del siguiente. Por lo
láminas que representan el viaje de ios mismo no es exacto lo que dice el señor
aztecas. Prescott, en la pág. 80, q u e — " c a d a vez
" que se encuentre en sus mapas ese signo,
" se denota medio sido." La misma equivo-
cación, ó por lo menos ambigüedad, se nota
en la pág. 82, al fin de la nota 44, donde
d i c e : — " La rueda del ciclo máximo (the
N O T A C U A R T A .
" great cycle) de 53 años, que se ve circui-
" da de una serpiente, es el símbolo de una
" edad, así como lo fué entre los persas y
CALENDARIO.
" los e g i p c i o s . " Como aquí las palabras son
técnicas,*"y "tienen uua peculiar significa-
CAP. IV, pág. 79 á 84. ción, no puede ser indiferente su uso. El
período de 52 años^forma el ciclo común;
Aunque los mexicanos tenían un ciclo
máximo compuesto de ciento cuatro años, (1) Descripción de Jas dos piedras.parte I e 5 , n.4
pinturas originales; adoleciendo en esta
por consiguiente, 110 puede dársele el nom-
parte del mismo vicio los calendarios co-
bre de ciclo máximo ó gran ciclo, que sólo
piados en las obras de Veytia, Clavigero y
correspondería al de 104; ni menos decir-
otros. Lo perfecto y acabado del dibujo de
se que la serpiente representa una edad ó
vejez, puesto que circunscribe un ciclo co- las figuras es precisamente su capital de-
mún. La serpiente, como dice Gama, y se fecto, pues las ha desfigurado en términos,
puede ver en la explicación que doy en el que no es posible reconocerlas cuando se
vol. 3 ° del equivocadamente llamado Ca- cotejan con su original.
lendario Tulteca, sólo sirve para designar,
con sus inflexiones ó roscas, las cuatro in-
dicaciones de 13 años que formaban el ci-
clo común. La reunión de la cola y de la
N O T A Q U I N T A .
boca en un mismo punto, significaba que
donde terminaba un ciclo comenzaba el si-
guiente. Este calendario servía para dar la
división del tiempo en Tlalpillis, ó triada- LABORÍO INTERIOR DE LAS MINAS.

cateridas, y en años. Los otros calendarios


de que el Sr, Prescott sólo hace una muy
ligera reminiscencia en la pág, 84, y que
CAP. Y, pág. 99.

dice servían para el arreglo de las fiestas, Me parece inverosímil la cultura que
cómputos astrológicos y redacción de los atribuye el señor Prescott á los mexicanos
anales, estaban formados bajo un sistema en la extracción de los metales, s u p o n i e n d o
tan complicado, que no me atrevo á entrar q u e s a c a b a n el o r o . el p l o m o , la p l a t a y el
en pormenores, temiendo fastidiar al lector. c o b r e , n o s ó l o d e la superficie de la tierra,

Ya he dicho en la nota anterior que la ta- sino de las vetas escondidas entre las sólidas
bla de indicciones contenida en la pág. 81, rocas, en las cuales, dice, abrían tan exten-
es enteramente inexacta, respecto de las sas galerías, que los restos de sus labores sir<
vieron de guía á ¡os}mineros mineros españo- de plata que aquí se encontró, indica que
les. Aunque el Barón d e H u m b o l d t ( 1 ) trae solamente beneficiarían la superficial ó la
algo de esto, no recuerdo que ninguno de suelta,"que suele encontrarse en bodoques,
los historiadores primitivos lo diga, y an- y que los mineros llaman nativa ó virgen.
tes bien encuentro datos bastantes para
creer lo contrario en la idea que nos da
Cortés de las minas de oro de Móteuczoma,
que mandó reconocer, y en la naturaleza
de las herramientas que usaban para su be- NOTA SEXTA.
neficio (2). Ambas noticias concuerdan
exactamente con las de B. Díaz, del P. Sa-
Jiagún ( 3 ) , y con lo que se practicaba en el LIBRO SEGUNDO
Perú ( 4 ) , donde todas las artes, y especial-
mente la minería, estaban mucho más ade- EXPEDICIÓN DE H E R N Á N C O R T E S . — S U S
lantadas que en México. La escasa cautidad INSTRUCCIONES.—ESPÍRITU Y CARÁCTER DE
LA EMPRESA.

( 1 ) Ensayo sobre la N. E., vol. III. pág. 7, trad.


esp.
( 2 ) Ellos unos fneron á Cuzula
mostraron tres rios, y de todos me trajeren muestra
é allí les CAP. I y IT, pág. 1 6 5 , 1 7 9 y 1 8 0 . .
de oro, y muy buena, aunque sacada con poco apa- Finalmente, determinó (Velázquez)
rejo, porque no tenían otros instrumentos mas de aquel
con que los indios lo sacan. Carta 1. - de Cortes en aprestar una flota, bastante á efec-
Lorenzana, X X V )
[3]i?. Biaz, cap. 102 los naturales buscaban tuar la subyugación del país nue-
solamente el oro en los arroyos, porque de donde
corre el agua lo sacaban con alearas, lavando la are-
vamente descubierto. —Previamen-
na. (Saliagún. Hist. gener., lib. X I . cap. 9)—Este te solicitó el permiso de la comisión
era el poco aparejo de que hablaba Cortés.
[ 4 ] A c o s t a , Hist. natural de las Indias, lib. I V , ca- de frailes de' San Gerónimo, que
pitulo 4—Garcilaso, Comentarios del Perú, lib. VIII,
cap. 24 residía en Santo Domingo La
Ramírez—,'Q
justicia exige, que se diga, que las en ellas, por un l u j o d e lenguaje, ninguna
instrucciones que dio á Cortés para especie que pueda f a l s e a r la verdad;histó-
rica. En la p e r s o n a del historiador se en-
la expedición, no respiraban un es-
cuentran reunidas l a s funciones de'relator
píritu mezquino ó mercenario, .en y las de juez.
ellas se concillaban los intereses de El señor Prescott se ha desviado de las
la ciencia, de la humanidad y del unas y de las otras desde el principio del
comercio. párrafo que me sirve de texto, porque
siendo un hecho incuestionable que el go-
Apenas puede concebirse cómo un inves- bernador de C u b a , l e j o s de autorizar á
tigador y crítico, tan diligente y severo Cortés para colonizar, se lo prohibió expre-
cual ordinariamente se manifiesta el señor samente, no debió d e c i r que aquel determi-
Prescott, haya apegádose tan servilmente á nó aprestar una flota bastante d efectuar la
la tradición v u l g a r , repetida hace trescien- subyugación del país nuevamente descubierto.
tos años por el común de los historiadores, La proposición no es cierta en niugún sen-
teniendo en su mano documentos irrefra- tido, á, la vez que sí es muy apta, por sus
gables que patentizan las graves equivoca- términos, para i m p r i m i r en la mente la
ciones en que han incurrido, tanto al relatar idea de que Velázquez se proponía en efecto
los sucesos q u e prepararon el descubrí subyugar el país; l o cual, como se verá des-
miento del n u e v o mundo, c o m o al exponer
pués, no es indiferente para la filosofía de
las causas y m o t i v o s que las produjeron y
la historia.
determinaron. El deber de un historiador
Esta nos pinta al gobernados de Cuba
es presentar los primeros en toda su sen-
como un hombre insaciable, que sólo ex-
cillez y pureza, para que á primera vista
cluía de sus m e d i o s de atesorar aquellos
se reconozca su íntimo enlace con las se-
que pudiera^ e x p o n e r l o á riesgos persona-
gundas, y debe también ser sumamente
les; a3Í es que siempre limitó sus especu-
medido en sus palabras, para no aventurar
laciones al comercio de efectos y de esela-
vos, con que empobreció y asoló todo el palabras de que me ocupo, no se avienen
territorio que lo rodeaba, sin pensar jamás enteramente con la verdad histórica consig-
ni en'la'civilización ni en la conversión'de nada en monumentos intachables.
los naturales. Cuando vió que Juan de Gri- El lector recordará que auuque los mo-
jalva se dilató en su segunda expedición narcas españoles y sus lugar-tenientes
más de lo que prudencialmente se calcula- siempre estuvieron dispuestos á proteger
ba, despachó en su busca á Olid; y el ca- las empresas "de descubierta," justamente
pellán de Gr¡jaiva nos dá á entender, que horrorizados por las espantosas crueldades
su cuidado no tanto 'era por el riesgo que y devastaciones que cometían los aventure-
pudiera "^haber corrido el navegante, sino ros en los nuevos descubrimientos ( a ) , al-
por el temor de que le hubiera venido la
tentación de colonizar ( 1 ) . Hé aquí uua fiel
f a ] L a empresa comenzada en los tiempos ante-
idea del carácter y pensamientos de aquel riores por la inspiración de un interés bien entendi-
do; se ha proseguido en los nuestros, y a por motivos
ávido gobernador. Veamos ahora cuál fué análogos, y a , sobre todo, por esa charlatanismo crí-
su conducta,"y cuáles los_'medios que puso tico que n o sabiendo n a d a nuevo que decir, ha en-
contrado más fácil refugiarse á la incredulidad que
en práctica para llevar al cabo la expedi- todo l o ha invadido, desde la política hasta la litera-
ción de descubierta. Estos y los documen- tura. Mas si la moda y e l buen gusto exigen que se
desdeñen como exageradas, falsas, y aun calumnio-
tos de que haré mérito, convencerán de que sas, las relaciones del V. Casas, no obstante su ge-
todo lo que ebseñor Prescolt asienta en las neral concierto con las del L i c . Zuazo, Arzobi-po
Zumárraga, T. Mótolinia, Sahagún y otros muchos,
espero n o se envuelva e n el mismo anatema al mo-
narca esoañol, que e n ' s u cédula de 17 de Noviembre
( 1 ) Nous y trouvames" (diee el Capellán) un au-
de 1526, decía, entre otras cosas,—"estar certifica-
tre vaissean que Don Diego Yelázquez avait envo-
do y ser NOTORIO que l a desordenada codicia de al-
y é CONTP.E NOUS, croyant que nous avions colonise
gunos de sus súbditos y el mal tratamiento que
quelque part.—(Itineraive da voy agí de laflotte du
roi catliolique á i'lie de Yucatán &c., en el vol. X de Jícieron á los indios peor que si fueran escla-
la colección de Ternaux-Compans pág. 44) ¡Qué vos había %ido la cau^a de la muerte de gran
tristes son las reflexiones que ocurren al ver que los número de ellos, en tanta cantidad, que muchas de
españoles y sus descendientes tenemos que buscar las islas y parte de tierra firme quedaron YERMAS y
en las lenguas extranjeras las noticias relativas ^ la SIN POBLACION ALGUNA de los dichos indios & c . "
historia de nuestro propio país! ( V e a s e íntegra en la Colección de Documentos Inedi-
Francisco Hernández de Cordoba ( 2 ) , retor-
zaron la mano en la facilidad con que hasta
nando de su desgraciada expedición, le vino
allí habían concedido sus licencias, impo-
á revelar la existencia de un territorio in-
niendo además ciertas restricciones á los
mensamente rico en oro, única cosa que
armadores, que si no eran bastantes á pre-
ahincadamente buscaba. Con estas noticias
venir el daño, facilitaban á lo menos algu-
despachó inmediatamente en su demanda á
nos medios 'para castigarlo y reprimirlo.
Juan de Grijalva, previo el permiso de los
Tal fué el principal designio que se llevó
P P . Gerónimos; y engolosinado, aunque
en la creación de la comisión gobernadora
no satisfecho, con los buenos millares de
de frailes Gerónimos establecida en Santo
pesos de oro que le llevó de rescates, dis-
Domingo, esperándose que la humanidad,
puso una tercera expedición de" descubier-
la virtud y el desinterés de estos retigio-
ta, que, para su merecido castigo, confió
sos, serían un f r e n o bastante fuerte, para
al afortunado Hernán Cortés.
contener las atrocidades que la avaricia
aconsejaba á los descubridores.. Pero este Ya fuera por los temores que Bernal
loable y acertado pensamiento,de la corona, Díaz [ 3 ) presume en el suspicaz goberna-
que-podía ser asequible tratándose de-aven- dor, ya porque en los cálculos suyos y de
tureros comunes; fué del todo ineficaz cual}- Cortés entrara hacer la especulación más
do-ia trasgresión vino de más alto-, cuando proficua, no partiendo sus proventos con la
se:cometió ó' protegió .por.'los góbernadoté's eorona, ó ya. en fin, por lo uno y - p c r k i
mismos.
(2) Velázquez no quería, conceder á .este viajer.o
Én este número debe contarse á Yeláz- la licenca que le pedía para explorar, sino bajo la
condición de que le pagara con indios esclavos el va-
guez, que, abusando del permiso de los Ge- lor de un buque que le había ñ a d o ; d lo cual, dice
rónimos, sólo se había ocupado, como ya el honrado Díaz, " l e respondimos los soldados, que
lo que decía no lo mandaba Dios ni el rey, que hi-
dije, en el tráfico de las mercaderías, y ciésemos á los libres esclavos." [Hist. verdadera
principalmente en el de esclavos, hasta que de la conquista &c., cap. I ] ,
[3] y temió que'algún caballero pri-
vado en corte tenía relación de ello y le hurtaba Ja
tos para la Historia de España, por Xavarretc, yol. I,
bendición.—Ibid., cap. X V I I .
pág. 1J0.)
otro, ello es cierto que entre ambos espe- merciar en nuestras costas (G). Hé aquí la
culadores mediaron conciertos secretos ( 4 ) sencilla y verdadera exposición de los me-
para llevarla á cabo, y que la basa de éstos dios meramente humanos que prepararon
fué hacerla de una manera clandestina; es el descubrimiento, y después determinaron
decir, sin recabar el previo permiso de los la subyugación del país.
P P . Gerónimos, con lo que ya nada tenían Dominado el señor Frescott por las mis-
que temer. Como una tal trasgresión los mas prevenciones, y lo que es más, en-
esponía á caer en la pena de comiso, que gañado por sus documentos, que quizá
los reyes católicos habían fulminado contra fueron causa de ellas, se preocupó hasta
cualquiera que, sin su especial licencia y el punto de creer, que la justicia exigía se
mandato, osara descubrir por el mar occeano dijera que las instrucciones que Velázquez
ninguna provincia de la Tierra-Firme de las dió á Cortés no respiraban un espíritu mez-
Indias é islas adyacentes, descubiertas y por quino ó mercenario, y que en ellas se conci-
descubrir (5), dieron á la expedición un llaban los intereses de la ciencia, de la huma-
barniz humanal y político, que ha mereci- nidad y del comercio. N o es del todo exacto
do á Velázquez grandes elogios de algunos este juicio, bien que tampoco se puede ha-
escritores que la han juzgado por sus apa- cer inculpación de ningún género al his-
riencias. Pretextaron, pues, que . salía la toriador, á quien se dió como original ó
armada en busca de Grijalva, de quien ha- copia auténtica, el que no es más que un
cía tiempo n o se tenía noticfa; mas repito, descarnado esqueleto, ó extracto muy so-
que su verdadero objeto y destino ei'á .co- mero de dichas instrucciones. Si alguno
dudare del hecho, coteje las que el señor

[4] y díjole (VelázquezJ que ambos d


dos armasen hasta ocho ó diez navios [Carta Ia de
Yeracruz en Xavar., vol. I, pág. 4 3 1 ] , — B e r n a l D í a z i) dijo que esta armada iba en achaque de
dice: porque secretamente el Diego Velázquez envia- buscar á Juan de Grijalva é que con este acha-
ba á rescatar y no ápoblar. (Cap. X I X ] . que que arriba dice hicieron esta armada (Declara-
ción de Puerto Carrero en la Colee, de Xavar. .vol.
[ 5 ] Cédula de 3 de ¡Septiembre de 1501, en la L.
I, pág. 493.—Vid. pág. 444 del vol. II de e s t a h i s t . j
1, tít. 2, lib. 4 E, I.
Ramírez,—61
Prescott ha publicado c o m o tales, á la pág. puesto que l e h a a s i g n a d o ia fama entre los
4-34 del y o l . I I , c o n las que dió á luz el se- hombres m á s e x t r a o r d i n a r i o s de los tiem-
ñor Navarrete (7), reproducidas viltima- pos antiguos y m o d e r n o s , si no hubiera da-
mente p o r el s e ñ o r Don Lucas Alaiuán ( 8 ) , do con el pié á l a s instrucciones de Veláz-
y con el descubrimiento de su total discor- quez. Esta g l o r i a es toda suya, y nada otra
dancia, adquirirá también la íntima con- cosa debe á a q u e l , que los dichosos efectos
vicción de que la empresa proyectada p o r de su c r e d u l i d a d , de su avaricia, y sobre
Velázquez era mezquina, era egoísta y pu- todo de sn o d i o .
ramente mercantil; se convencerá, en fin, de
que sólo f u é grandiosa y estupenda por la
desobediencia atrevida de Cortés. Este gran
capitán no ocuparía ciertamente el alto

N O T A S E P T I M A

(7) Colección de Documentos &e., vol. I, pág. 385


y sig.
(8) Disertación Sea., vol. I, apénd. 2, pág. 1 y sig. PESOS DE O R O . — I M P O R T E DEL TESORO DE
— E n la cláusula 19 ® de esta copia se emitieron,
MOTEÜCZOMA.
por descuido del cajista, algunas palabras, que aun-
que no hacen falta al sentido, sí subvierten, hasta
cierto punto, su espíritu, pues sin ellas podría infe-
rirse ai argumento que, contra lo por mí sostenido,
Velázquez autorizaba indirectamente á Cortés para
CAP V, pág 230 en la última par-
poblar. A fin, p u e s , de remover todo motivo de du- te ele la nota. —LIB. IV, CAP. V, pág.
da, restauraré a q u í el texto de dicha cláusula, quo
es la de la pág. 1 0 , y comienza:—Terneis mucho avi- 497.
so &c., debiéndose leer, después de las palabras—
ni desaguisado alguno—como s i g u e . — " Sino antes Discrepando en la casi totalidad de las
" trabajareis por t o d a ? las vías é maneras que pu-
" dieredes, c o m o c u a n d o de vos se partieren vayrfn ideas Vertidas p o r el autor en el punto que
" muy alegres ó contentos ó satisfechos de—vuestra
analizo, q u i s e , s i g u i e n d o el sistema adop-
" conversación, é de todos los de—vuestra compañía
" & c . " — L a s palabras separadas c o a guiones y es tado desde el p r i n c i p i o e x p o n e r l a s razones
eritas de cursiva s o n ¡as omitidas.
de dudar y d e d e s i d i r ; pero el trabajo per-
Prescott ha publicado como tales, á la pág. puesto que le h a asignado ia fama entre los
4-34 del vol. II, con las que dió á luz el se- hombres más extraordinarios de los tiem-
ñor Navarrete ( 7 ) , reproducidas intima- pos antiguos y m o d e r n o s , si no hubiera da-
mente por el señor Don Lucas Alaiuán ( 8 ) , do con el pié á l a s instrucciones de Veláz-
y con el descubrimiento de su total discor- quez. Esta g l o r i a es toda suya, y nada otra
dancia, adquirirá también la íntima con- cosa debe á a q u e l , que los dichosos efectos
vicción de que la empresa proyectada por de su credulidad, de su avaricia, y sobre
Velázquez era mezquina, era egoísta y pu- todo de sn o d i o .
ramente mercantil; se convencerá, en fin, de
que sólo fué grandiosa y estupenda por la
desobediencia atrevida de Cortés. Este gran
capitán no ocuparía ciertamente el alto

N O T A S E P T I M A

(7) Colección de Documentos &c., vol. I, pág. 385


y sig.
(8) Disertación & a., vol. I, apénd. 2, pág. 1 y sig. PESOS DE O R O . — I M P O R T E DEL TESORO DE
— E n la cláusula 19 ® de esta copia se emitieron,
MOTEÜCZOMA.
por descuido del cajista, algunas palabras, que aun-
que no hacen falta al sentido, sí subvierten, hasta
cierto punto, su espíritu, pues sin ellas podría infe-
rirse ai argumento que, con'ra lo por mí sostenido,
Velázquez autorizaba indirectamente á Cortés para
CAP V, pág 230 en la última par-
poblar. A fin, p u e s , de remover todo motivo de du- te ele la nota. — LIB. IV, CAP. V, pág.
da, restauraré a q u i el texto de dicha cláusula, quo
es la de la pág. 10, y comienza:—Terneis mucho avi- 497.
so &e., debiéndose leer, después de las palabras—
ni desaguisado alguno—como s i g u e . — " Sino antes Discrepando en la casi totalidad de las
" trabajareis por t o d a ? las vías é maneras que pu-
" dieredes, c o m o c u a n d o de vos se partieren vayrfn ideas Vertidas p o r el autor en el punto que
" muy alegres ó contentos ó satisfechos de—vuestra
" conversación, é de todos los de—vuestra compañía
analizo, quise, siguiendo el sistema adop-
" & e . " — L a s palabras separadas c o a guiones y es tado desde el principio exponerlas razones
eritas de cursiva s o n ¡as omitidas.
de dudar y de d e s i d i r ; pero el trabajo per-
laso [ 2 ] , como por la locución tan común
dido en tres ensayos que sucesivamente he
desechado, me convenció de que era impo-
sible reducir á pocas lineas el fruto de casi misa del V. Casas, primera misa nueva que se cele-
bró en el N u e v o M u n d o , d i c e : — " ó porque n o había
tres meses de estudio y de asiduas investi- m o n e d a d e oro, hicieron ciertas piezas como coste-
gaciones. menos todavía en los libros im- " llanos y ducados contrahechos, que o f r e c i e r o n . . . .
" otros hicieron arríeles, según que cada uno q u e n a
presos, que en las cuentas, autos escrituras " ó podia & c . " f D e c . I, Hb. V I L cap. 1 2 , ) Lsta m i -
y otros manuscritos del siglo X V I y parte sa tuvo de particular qne n o hubo consagración, por
falta de v i n o . Celebróse el año 1510.
del siglo X V I I , pues que sólo en ellos se (2) en mis tiempos, que fin-ron hasta el ano
puede hallar la resolución de la dificultad 1560, ni v e i n t e años despues, no hubo en mi tierra
moneda labrada: en lugar de ella se entendían los
relativa á la exacta estimación de los pesos españoles, en el c o m p r a r y vender, pesando la plata
de oro. errada en todos los escritores que he y el oro por m a r c o s y o u z a s ; y como en España di-
c e n ducados, d e c í a n en el Perú posos ó castellanos.
visto. En tal virtud diré lo que sea muy (Comentarios reales del Perú, en la pág. 2 * de la
preciso para hacerme entender, reservando Advertencia.)-De la misma clase fué la primera
m o n e d a que se acuñó, ó m e j o r dicho, que se tallo
para mejor oportunidad la curiosa historia en México. P o r el primer libro de actas del ayunta-
de nuestra moneda [a], y la detallada ex- miento de esta capital consta, que el di* 6 de Abril
de 1526 presidiendo la corporación Alonso deEst>a-
posición de sus numerosas pruebas. da, se m a n d ó labrar el oro que se decia de Irpuique,
da'ido comision á los p'a-eros Domingo Maninez y
Hasta ahora no he encontrado datos bas- Juan de Celada para que hicieran oro menudo de un
tantes para persuadirme que el peso de oro tomyn, ¿ doPtomyncs, é cuatro tonnjnes, ó un peso, e
dos pesos, ó cuatro pesos, poniendo en cada PEDACICO
fuera una moneda efectiva, y tanto por las los mismos quilates porque andubiera por la tierra.
noticias y ejemplos de contrahaciiniento El día 11 señaló el ayuntamiento á García de L l e -
r e n a para que tenga cargo de estar presante a ver
de ella que refieren Herrera [1] y Garci-
hacer el oro menudo hasta tanto que se les de a
sus dueños; asignándole 50 pesos de oro por su tra-
bajo; y por la acta del día 17 consta, que se paga-
[ÍÍ] El excelente opúsculo que escribió Don Faus- ron A los plateros 157 pesos de oro, á razón de un tí
to de Elhuyar intitulado Indagaciones sobre la amone- por 100, p o r haber a v í s a l o García (WLlereni—"que
dación de la Xiava-España, está r e s u m i d o en su tí- " se habían h e c h o de menú io dos mil é nucvecientos
tulo, y sus noticias c o m i e n z a n c o n el establecimien- " cinquentaéunp'ssosdeoro." - E s t a e s p e c i e d e mo-
to de la casa de m o n e d a . neda tallad i en formas todas d i v e r s a s y sumamente
[1J H a b l a n d o este cronista de los f e s t e j o s que se irregulares, d e b i ó subsistir por m u c h o tiempo, pues
hicieron en la isla de Santo D o m i n g o por la c a n t a -
en los escritores y monumentos de la épo-
tancia de haber sido un castellano, cono-
ca, que expresaban por pesos de oro los va-
cido al tiempo del descubrimiento de la
lores y aun ¡as medidas de peso diciendo,
América con la denominación legal de exce-
v. g., que tal pieza de oro ó de plata valía
lente ; la primera moneda de oro que se vió
ó pésala tantos pesos de oro; por estos datos,
en el Nuevo Mundo, traída por el almirante
repito, creo que el peso de oro, unas veces
Don Cristóbal Colón en su primer viaje ( 3 ) :
se tomaría por cierta porción de este metal
Ultimamente, me afirma en esta opinión, la
equivalente al valor intrínseco y al legal de equivalencia que he encontrado entre el va-
un castellano, representados ambos en su lor legal que entonces tenía aquella moneda,
peso, en su ley y en su correspondencia y el que nuestros antiguos manuscritos dan
con la moneda común de vellón; y en otras al peso de oro. Para que esto se pueda com-
sería una moneda imaginaria que sólo re-
presentaría el valor legal del castellano, es-
timándose por aquel el de la plata, el del (3)Berrera, Dee. lib. I, cap. 1G al bn.-Xavarrete,
oro, ó de la mercancía materia del cambio. Colección de viajes y descubrimientos que lucieron
por mar los españoles &c., vol. I,. pag. / •
Opino que el castellano fué el que sirvió Cisas le puso la nota siguiente: " E s t e excelente « a
moneda que valía dos castellanos,"-nas no me pá-
de padrón ó tipo para la creación de esta
sese tan precisa que por ella deba entenderse, neee-
moneda imaginaria, porque desde Colón rariameiite que el casH'ano traído por Colon eia un
excelente r-ntero ó castellano doble de á 23 por marco;
hasta Cortés, y desde éste hasta el último pues el mismo ordenamiento de Valencia {Leij¿,
tercio del siglo X V I I , he visto usadas pro- tit. 22, lib. 5. Nueva Eccop.} permitía la acunación
de medios y cuartos de excelente y de castellano.
miscuamente, y aun alternadas dentro de Mas sea de esto lo que fuere, siempre quedara poi
un mismo período, las palabras castellano cierto v establecido, que el excelente entero no era
más que una duplicación del castellano, y que por lo
y peso de oro para' expresar una misma su- mismo debió tomarse su unidad como punto de par-
ma de valores; y me lo confirma la cireuns- tida para la fijación del signo monetario; así como
más adelante sirvió para d a r l a denominación de
los que se llamaron doblones de a cuatro, de a oc io y
teiigo á la vista alguna* qu° por su t¡po me p i r e " aun de á cincuenta, según era el numero de castella-
cen del reinado de Felipe V . Llamósele después nos contenidos en la moneda.
macuquina.
prender, es indispensable dar una ligera te se hizo creciendo el de la plata, por de-
idea de la legislación mimaría de aquel
cirse que estaba agraviada. Como á esta nue-
tiempo.
va moneda se le c o n t i n u ó dando en el co-
Cuando Colón emprendió su primer viaje mercio el nombre de castellano, sustituido
(en 1492) ya se había expedido el ordena-
poco después por el d e ducado (6), que hi-
miento de Valencia (en 1488), que hacien-
zo olvidar el de excelente, de aquí procede
do la última revolución en el valor de las
esa confusión y enredo inextricable que se
monedas antiguas y en las posteriormente
nota en los autores y en los manuscritos,
acuñadas por los reyes católicos, subió el
y por el cual más de una vez me vi tentado
del castellano á 485 maravedís, siendo por
de abandonar la empresa, pues casi había
su peso la quincuagésima parle del marco de
perdido la esperanza de desenmarañarlo.
ocho onzas, y su ley la de veinte y tres qui-
Para que no suceda o t r o tauto al lector, le
lates y tres gramos ( 4 ) . Estos valores sub-
advertiré que ha h a b i d o tres especies de
sistieron hasta la Ordenanza de Medina, ex-
pedida en 1497 (5), que hizo uua alteración castellanos ó bien que esta palabra tiene en
total en los valores intrínseco y legal de la el lenguaje numario tres diversas acepcio-
moneda; porque el excelente 6 castellano, que nes.
antes se tallaba á razón de 50 piezas por mar l f La de moneda tallada á razón de
co y que valía 485 "maravedís, se mandó 65K piezas por marco, acuñada en virtud
acuñar á razón de 65 123 con el nombre de de la Ordenanza de Medina, que le dió el
excelente de la granada y con el valor de 375 valor de 375 maravedís. Es la misma que
maravedís; lo cual equivalía á un aumento el ducado.
en el valor de la moneda, que efectivamen- 2 p La dé medida de peso para el oro,
conservada hasta nuestros días, y por la
cual representa simplemente la quincuagési-
[41 Clemencia, en las Memorias de la R jal A c a -
demia de la historia, vol. V I . Ilustrae. X X , pá<?. ( 6 ) Clemvv:in, ib id , pág. 545.—Escrutinio de 'ma-
525-42. ravedises y monsclis de oro antU/uas &zpor Don
(o) LL. 1 y 4, til, 21, lib. 5. N. 7?. Pedro de Cantos Beuites, cap. X V I , n, 7 y sig.
Ramírez.—5'.'
ma parte del marco, con el valor que á éste castellano antiguo, que, repito, considerado
quiera darle la ley civil. como medida de peso, representaba la quin-
3 ? La de moneda antigua, también de cuagésima parte del marco, y como moneda
á 50 piezas por marco, estimada pur el. ' de 23 qs. 3 gs., valía 485 maravedís, debe-
Ordenamiento de 1488 en 485 maravedís. mos inferir que el peso de oro era una porción
—Este valor tenía cuando vino Colón, y de este metal que por su ley y por su peso
debía conservarlo aun después de la venida daba exactamente el valor intrínseco y legal
de Cortés, según se deduce de la pragmáti- del castellano, ó bien una moneda imagina-
ca de I Í J G O expedida por Felipe II ( 7 ) , que ria, de la que tomándose en cuenta su valor
fué la que hizo una nueva y más completa legal de 485 maravedís servía para exigir
resolución en el sistema numario de la su equivalente en los cambios de oro bajo,
España. plata ú otras mercancías. De estos datos
creo también poder concluir rectamente,
Fijado, pues, el verdadero carácter del
que el valor del peso de oro no debía distar
mucho de la unidad que se había escogido
( 7 ) L. 13, tit. 21. cit. en las Declaraciones.— En la
pragmática e x p e n d a por Carlos V, el año de 1550 (L-
para determinarlo; y por lo mismo juzgo
6, tit. 18. lib. 6. N. R . ) , se p r e v i e n e : — " que nin- que el d e QUINIENTOS m a r a v e d í s , que me
" guno sea osado d e pedir por un doblou mas do
dan todos los cálculos formados sobre los
" 750 maravedises, y por un ducado s-ncillo 375
" m a r a v e d í e s , y por un castellano 486 maravedises monumentos más auténticos de nuestra his-
" & e . " — T e n g o también ála vista un antiguo ejem- toria que he podido consultar, es el verda-
plar de la—Aritmética práctica y especulativa del
Br. Juan Pérez de Moya, dedicada á Felipe II, é dero valor que el peso de oro tuvo en Mé-
impresa en Salamanca el año de 1562. que en el xico. (a) No siéndome posible, por la es-
cap. 6, pág 405 asigna á aquellas monedas los mis-
mos valores; de donde se infiere, que su alteración
no se operó sino hasta cuatro años después, en cu-
ya f e c h a se expidió la eitada pragmática de Felipe ( a ) Garcilaso de la Vega dice en el lugar autes ci-
II. E a la de Carlos V se notan desde luego el con- tado: que el peso de oro v a l í t en el Perú 450 mara-
traste y diferencias que presentan, por sus valoras, vedises Esca d ferencia roe parece de fácil explica-
el castellano antiguo y el nuevo, el cual, como ya di- ción, suponiendo el caso, muy probable, de que allí
j e , tomó posterior y definitivamente la denomina- se hubiera t o i n a i o por unidad la dobla morisca, que
•3ion de ducado. según Clemencin [pág. 535], valía 445 maravedises,
trechez y carácter de este escrito, producir do el vino á cuatro pesos de oro, que son
en su comprobación los documentos inédi- dos mil maravedís él arroba [ 8 ] . " La re-
tos que h e recogido en el curso de mis in- ducción hecha p o r l o s mismos interesados
vestigaciones, formaré mis cálculos sobre manifiesta que el peso de oro se estimaba
dos c o n o c i d o s , uno de los cuales me desba- entonces en quinientos maravedís.
rató veinte veces los que había formado, y El segundo es la Ordenanza para los Ven-
por cuyo m o t i v o lo estimo como su mejor teros publicada p o r Cortés en esta ciu-
criterio.
dad (9). cuya cláusula 2 1 3 dice a s í : — " Item
El p r i m e r o es la carta del ayuntamiento " por cada azumbre de vino, medio peso de
de Veraeruz, eu el pasaje donde quejándo-
se los capitanes de Cortés de la avaricia y " oro, y esto si estuviese la venta diez le-
dureza de Velázquez, citan entre otros he- " guas de la villa de Veraeruz, é si estu-
chos para probarla,—"que les había vendi- " viere veinte, un ducado, que son seis to-
ja que t o d a v í a corría á mediados del siglo XVI, co-
mo se deduc-e de la Aritmética del Br. Moya, que le " mines, y si estuviese treinta, A peso de oro,
fija el va'or de los mismos 450 maravedises que Gar- " de manera que así á este respeto se lle-
cilaso.—Tampoco me parece inconc Hable el cálculo " ve p o r c a d a diez leguas, despues que pa-
del P. V e l a s c o (Hist.de Quito, lib III, § 8, eu la
Colee, de Tcmaux), que estima <d peso de oro en un saren de las diez leguas primeras en que
doblón de su tiempo, lo que hace subir su valor al " se pone la dicha tasa á medio peso, que
exorbitante de cinco pesos, ó de 2.720 maravedises
" por cada diez leguas se entienda que lle-
de aquel t i e m p o ; pues consultándose detenidamen-
te las disposici ón- s de Felipe V . contenidas en los " ven cuatro reales mas por cada azuin-
Autos 6, 8, 9, 61 y 68, tít, 5,'jV. B., se reconoce que " bre."
tal aumento era nomina!, como producido por la es-
candalosa alteración que los reyes habían hecho en (8) Kavarrete, Colección do do3umen f os inéditos
el valor de la moneda, elevando sucesivamente el paiu la historia de E - p a ñ a . vol. 1, pág. 430.—Di-
establecido por Felipe II, (L. 13, tít. 21, i l . en las sertaciones históricas &c. d 4 señor Alamán, vol. I,
Declaraciones).—Deteniéndonos en éste, hallamos apénd. 2 o . pág. 57 — Puerto Cirrcro decía en su
que el de sus dub'ones era do 800 maravedises, y las declaración, q>e & cuatro caste'lanos;—lo que prue-
moneda-» q u e se doblaban, de menor ley y peso que ba la perfecta igualdad ó equivalencia de va'or en-
tre ambas monedas. ( V e a s e la pág. 445, vol. II, de
los castellanos, porqne se tallaban á razón de 68 pie-
esta historia).
zas por m a r c o y eran de 22 quilates. f 9 ) Disertaciones y apénd. cit, pág. 117.
Ahora bien: la progresión ascendente 1797 (10), que le fija el de 34 maravedís.
en que la Ordenanza fija los valores res- Para resolverla me es necesario adelantar
pectivos del vino, según las distancias, y otro cálculo.
la asignación que hace del medio peso como Un marco de oro tiene 50 castellanos, y
su primer término, manifiesta que el medio cada castellano 8 tomines, que según hipó-
peso valía menos que el ducado, y éste me- tesis, valen 500 maravedís; luego
nos que el peso de oro; por consiguiente, 500 : 8 = 6 2 > ¿ , nos da por valor del tomín
formando el cálculo bajo la hipótesis de 62Yz maravedís, cuya mitad, 3 1 % , corres-
que el peso de oro valiera 500 maravedís, y ponde exactamente al que por el cálculo
recordando que el valor del ducado se ha anterior le resulta á la moneda que en la
conservado invariable hasta nuestros tiem- Ordenanza se llama real [a}. De aquí de-
pos en 375 maravedís, tendremos que aque- duzco dos consecuencias que me parecen
llos precios nos dan la siguiente progre- incontrovertibles: 1 1 8 . , que el real era, por
sión -f- 250.375,500. Luego este último su valor legal, la mitad del tomín: 2 3 y co-
término representa el valor del peso de oro. rolario de la anterior, que esta subdivisión
Confírmase la exactitud del cálculo ante- por tom ines para expresar los valores en mo-
rior con los resultados que nos da el exa- neda menuda, manifiesta que los primeros
men de su razón. Esta es de 125 maravedís
y la Ordenanza dice, que el aumento del [10] L. 4, tít. 21, lib. 5. N . R .
precio por cada diez leguas, debe regularse (a) Después de esto y a se comprende fácilmente
un pasaje de la carta 3 » de Cortés, [§ VI, pág.
á razón de cuatro reales-, luego los 125 ma- 3461, que al mismo tiempo es otra nueva confirma-
ravedís representan el valor de los cuatro ción de mis cálculos. Encareciendo á Carlos V los
gastos y sacrificios que le liabia costado la expedi-
reales; y como 125 : 4—31,'i, tendremos ción de que allí habla, d i c e : — " C e r t i f i c o á V. M.,
que el valor de cada real es de 3V4 mara- " que esta ida me costó á m í solo más de 30,000 pe-
" sos de oro y á los que conmigo fueron, otros
vedís.—Aquí se ocurre luego una dificul-
" tantos de costas de c a b a l l o s . . . . porque á la sa-
tad, y es, que el real aparece con menos va- " z ó n l o PESABAN á oro, ó DOS VECES plata."—m
aquí muy claramente designados el origen de la de-
lor que el prescrito por la Ordenanza de
nominación y del valor del peso de oro.
la redacción q u e h a c e la m i s m a Ordenanza
pobladores adoptaron para la unidad de las
diciendo: q u e — u n ducado son seis tomines,
monedas mayores de oro, la división del
la cual se repite e n el artículo siguiente;
marco por castellanos, sin otra diferencia
pues 6 X 6 2 1 * ' ( v a l o r del t o m í u ) = 3 7 5 (va-
que la de asignar á éste un valor arbitra-
lor del d u c a d o ) : 3=125; nos dá ciento
rio, que siendo por la ley de 485 marave-
veinte y cinco maravedís, c u y o número repre-
dís, bajó en el Perú á 450, y subió en Mé-
senta el v a l o r del tomín, y segúu se ha vis-
xico á 500 (?>).—Confírmase lo expuesto en
to, el de l o s cuatro reales, que forman la
{ b ) Recordándose que el valor del marco de oro ó razón de d i f e r e n c i a en l a progresión ante-
plata en pasta nunca ha sido ni será igual al del
amonedado, porque de aquel deben deducirse los cos- rior.
tos de ensaye y amonedación, se advertirá que no
Igual r e s u l t a d o d á el c á l c u l o formado so-
era enteramente arbitraria la estimación del caste-
llano, y que las diferencias, al parecer contradicto- bre la c l á u s u l a 3 8 3 que d i c e : — " I t e m . Que
rias, que se notan en la fijación de sus valores, pro-
c e d e n únicamente ó de la especie ó del valor legal
por cada g a l l i n a d e la t i e r r a lleve undu-
que se tomó como unidad ó primer término parala " cado de oro,' que son seis tomines, á si la
asignación del valor numario. L a Ordenanza de
1497 [ L . 5, tít, 21, lib. 5. N. R . ] adoptó por unidad " gallina f u e r e d e C a s t i l l a , lleve un peso y
la especie ó metal sin amonedar, dando al mareo de medio de, oro." A q u í se p e r c i b e muy clara-
plata en pasta el valor de G5 reales—-porque los que
quisieren, dice, hacer labra r de ella reales ai/an algún mente q u e C o r t é s quiso permitir la dupli-
provecho; y asignando el de G7 al amonedado, que cación del precio, cuya s u m a produce efee-
para el introductor valía 66, deducido un real por
costos de amonedación, que en el oro eran de 1%
de^ tomín ( L . 46, iá.—Elhuyar, Indagaciones &.',
art. 1 . ) Colón, Cortés y los demás llegaron al mis-
metiendo ahora este p r e m i o a l crisol del cálculo,
mo resultado por otro medio, que parece más natu-
ral, supuesta la preexistencia de cualquiera mone- tendremos q u e 15 por 50 ( n ú m e r o de castellanos del
da, y fué la de tomar su valor legal como unidad mi- marco) = 7 5 0 : 34 ( v a l o r del r e a l ) = 2 2 . 2 , nos dá por
maría; do suerte, que si ella, como el castellano en total premio en el marco, 22 r e a l e s 2 maravedises,
nuestro caso, valía 485 maravedises, so exigía su que- siendo d e s t i n a d o s para intereses y gastos de
equivalente en oro ó plata, con mas lo que se calcula- amonedación, d e j a b a n r e d u c i d o el peso de oro al in-
ra por premio y gastos de amonedación. H é aquí có- trínseco y l e g a l del castellano. Este premio en nin-
mo se explica la diferencia de los 15 maravedises, gún caso p u e d e reputarse e x c e s i v o , si recordamos lo
que aparecen de aumento entre el valor del caste- que hoy es n e c e s a r i o pagar p o r gastos, intereses y
llano amonedado y su equivalente en peso de oro. So- cambio d e lina e s p e c i e por Qtra,
tivamente ei valor del peso y medio de oro oro no valió en México más que 500 mara-
pues: vedís.—Veamos a h o r a j o que este7podría
•375 (valor del ducado) X 2 = 7 5 0 = 5 0 0 + 2 5 0 valer en nuestra moneda 'actual,'que es el
es el valor de un peso, más su mitad. punto principal de la dificultad que se pro-
Resumiendo las especies esparcidas eu puso esclarecer e f s e ñ o r Prescott.
la exposicióu de mis pruebas, y ateniéndo- Para resolverla cuestión^propuesta, debe
me á la confirmación que reciben de las tenerse presente :1 ° , que el v a l o r e e cual-
demostraciones aritméticas, creo poder con- quiera moneda está en razón compuesta de
cluir : 1 ° —que el tipo adoptado en Méxi- su peso y de s u _ l e y : 2 o , que el de la mo-
co por unidad de las monedas y del peso de neda de oro está en razón directa del de la
oro, fué el castellano antiguo del tiempo de moneda de plata porque se cambia ; siendo
los royes católicos, que c o m o medida de pe- también el de ésta una razón compuesta de
so, fué la. quincuagésima parte del marco, y su peso y de su ley. Asentados estos ante-
como moneda valía 485 maravedís: 2 = que
pesándose 6 estimándose por el valor intrín- Fernando Cortés y el ayuntamiento de Veracruz, que
no dejan ni resquicio de duda. Dice así lo sustan-
seco y legal de esta medida 6 moneda el oro cial de la primera partida:—•• Primeramente una
y la plata, de aquí tornó su equivalente la " rueda de o r o g r a o d e . . . . l a cual pesó t 3900 PESOS
" DE ORO, y en esta rueda porque era la mejor pie-
denominación de peso de oro, y por eso tam- •< z a y de mejor oro, se tomó el quinto para sus
bién se usó promiscuamente con la de cas- '•'Altezas, que fueron 1000 CASTELLANOS que Ies
" pertenecía de tu q u i n t o . . . . y los 1800 PESOS res-
tellano, viéndoseles alternar aun en una " tantes á todo lo demás que tiene á cumplimiento de
sola partida, y para significar una misma " los 3800 PESOS, el c o n s e j o de esta villaliace servi-
ció de ello á sns Altezas &e. (Disert. cit, del se-
suma de valores ( 1 1 ) : 3 o — q u e el peso ds " ñor Atamán, pág. 92.—Navarrete, Colee, de Via-
" g e s . cit. pág. 4 6 2 ; . " — E l lector reparará que aun-
que el cálculo versa entre números al parecer deno-
(11) Los §§ 12. 13, 19. 26, 29 y 46 d é l a carta I a minados, la sustracción se hace cual si fueran
de Cortés, otros varios lugares de las restantes, y las homogéneos; pues del minuendo 3800 pesos de oro,
relaciones de Bernal Díaz, Gomara, Herrera &c., se sustraen 2000 castellanos, sacándose por residuo
pueden servir de prueba; mas tenemos otra termi- 1800 pesos, que es el que efectivamente daría la sus-
nante y especifica en la—Memoria de la* joyas, rode- tracción de cualquiera otra cantidad perfectamente
las y ropa remitidas al emperador Carlos V por D, homogénea.
plata; en cuál se encuentra cada u n o de
cementes, veamos en qué proporción esta-
ambos metales comparados entre s í ; cuál
ban las monedas antiguas respectó de las
es el que conservan h o y ; y en fin, cuáles
nuestras, calculando su peso por la talla, ó
son los aumentos que respectiva y a b s o l u -
número de piezas que se acuñaban de cada
marco; y su ley por quilates, dineros y tamente han tenido hasta nuestros días.
granos. Para.evitar confusiones y ahorrar c á l c u l o s ,
que por otra parte no serían de utilidad,
hago las siguientes advertencias : 1 o 5 , que
al fijar la estimación de aquellos metales,
O R O .
no los apreciaré por el valor que t e n g a su
marco en pasta, sino por el que p r o d u c e al
MONEDA' ANTIGUA MONEDA NUEVA
introductor su amonedación: 2 53 , q u e en
Mar. Tai. Quil. Gra. ¡ M a r . Tal. Quil. Gra. consecuencia tampoco tomaré en cuentaj;l
1 50 23 3 ; 1 68 21 0 valor de las hechuras de la m o n e d a : 3 ,
que para simplificar las operaciones, amol-
I ' X J A J 1 \ A o daré mis cálculos al sistema n u m a r i o crea-
do por la Ordenanza de Medina ( 1 2 ) . según
MONEDA ANTIGUA MONEDA NUEVA
la cual al castellano, considerado c o m o la
Mar. Tal. Din. Ora. Mar. Tal. Din. Gra.
quincuagésima parte del marco, le corres-
pondía un valor de 490 m a r a v e d í e s , ' cinco
1 67 11 4 1 68 10 20
más de los que tenía c o m o m o n e d a anti-
gua. Asentados estos presupuestos y guián-
dome por los cálculos del señor C l e m e n c m ,
Este cotejo, hechas todas las reducciones
en que se apoya el señor Preseott p a r a la
consiguientes, nos dá los resultados que á
formación de los suyos, v e a m o s c u á l e s son
continuación se detallan, y por los cuales
se verá la proporción que entonces guar-
daba el valor del oro- r e s p e t a del de 13 (12; L, 4, m , 21, l'b. 5, N. B.
los resultados definitivos que nos da la re- ma parte de él, valdrá, desechadas minu-
ducción de las monedas antiguas á las ac- tísimas fracciones; 7 9 7 - 2 3 reales 15 ma-
tuales. ravedís j — $ 293 cent, ó dos pesos siete rea-
I o El marco de plata que se tallaba an- les cuatro octavos escasos de la moneda
tiguamente en G7 piezas ó reales, solamen- actual.
te valia para el introductor, GG, ú ocho pe- 5 ° El oro de nuestra moneda corriente
sos dos reales, deducido un real por costos es de 22 q., y deducidos también gastos,
de amonedación. vale $ 135.6, ó 36.924 maravedís; en cuya
2 ° Aunque la talla del mareo de plata proporción corresponden á su castellano
S3 ha aumentado hoy á 68 piezas ó reales, 7 3 8 = 2 1 reales 24 maravedís, = $ 2.71¿ cent,
no le vale al introductor más que 66, ú . ó muy poco menos de dos pesos cinco reales
ocho pesos dos reales, porque la diferencia tres cuartillas.
se paga por costos de la amonedación. La mutua comparación de estos cálculos
3 ° Habiendo estimado la Ordenanza de nos dá los resultados siguientes:
Medina el castellano nuevo, ó excelente dé- I o D e 3 5 0 años á esta parte nada ha au-
la granada, tallado á razón de 65 H piezas mentado para el introductor el valor de la
por marco, en 375 maravedís, el marco de plata, porque aunque el crecimiento de 67
oro de 23 q. 3 gs., valía, según esta cuen- (talla antigua). 68 (talla de h o y ) , haya
ta, 2 4 . 5 0 0 = 7 2 0 reales 20 maravedís, ó acrecido en un real su valor legal, este au-
noventa pesos veinte maravedís, y á esta pro- mento se ha convertido en contribución.
porción el castellano, quincuagésima parte 2 © El valor legal del oro ha crecido, du^
del marco, valdría 490 maravedís=14]rea- rante el mismo período, en la razón de
les 14 maravedís. 24.500 maravedís (valor antiguo del marco
4 o —Valiendo hoy el marco de oro de la de oro de 23 q. 3 g s . ) : 39.654 [valor actual
misma ley, deducidos gastos de amoneda- del mismo] ó de un 162|| por 100.
ción, $ 146.4:4 gs. ó 39.854>2 maravedís, 3 © El oro acuñado valía entonces, c o m -
diremos, que el castellano, ó quincuagési- paradas tallas y compensados valores 11 ¿
más que la plata, también acuñada. Hoy nedas antiguas, q u e p o r su valor legal y
con tallas iguales, y disminuido el valor por su yeso, r e p r e s e n t a d o en su talla, difie-
intrínseco del oro en 1 q, 3 gs. que tiene ren de las actuales en la razón de 50 (talla
de menos respecto del antiguo, vale 10 ve- del marco a n t i g u o ] : GS [talla del marco
ces más que la plata. actual), para facilitar su reducción y hacer
Partiendo de estos datos, veamos lo que más perceptible su c o t e j o , las he reducido
valdría en nuestra moneda el tesoro de á una denominación c o m ú n , suponiendo
Moteuczoma, que ha merecido á los seño- dividido nuestro m a r c o en 50 piezas ó cas-
res Rohertson y Prescott la gracia de su in- tellanos, y a s i g n á n d o l e , en nuestra moneda,
trincada y laboriosa liquidación (rc). Uno el valor que le c o r r e s p o n d e r í a , suponiendo
y otro lo han estimado en libras esterlinas « también que f u e r a s u ley 23 q. 3 g s . como
y ad corpiis, sin más diferencia, que el se- la del antiguo oro a c u ñ a d o . De esta mane-
gundo distingue las especies de que se ra la comparación será perfectamente igual,
componía, haciendo el mismo la reducción y sus diferencias n o s darán con toda exac-
de las libras á la moneda actual. Como titud, los resultados que buscamos en la
nuestras investigaciones versan sobre mo- solución del p r o b l e m a p r o p u e s t o ; conviene
á saber: Cuál sería el valor ACTUAL de un
castellano antiguo ó PESO DE ORO, tomando
(rt) El mismo trabajo emprendieron c o n respseto en cuenta el aumento que ha adquirido en su
al tesoro de Atahualpa todos los antiguos historiado-
VALOR LEGAL, á consecuencia de las altera-
res del P e n i , c u y o s cálculos comparó y rectificó
después con la más minuciosa escrupulosidad, el ciones que las leyes mimarías hicieron pos-
eronistay nieto del infortunado monarca. Estimando
teriormente en los valores de las monedas.
el Inca Garcilaso el fruto de aqnel violento despojo
en 4.605.670 ducados, valdrían de nuestra moneda, Establecida aquella proporción, fijar,—
según mis cálculos de reducción $ 9.510.708, que
cuánto valdría en nuestra moneda ACTUAL el
habiéndose repartido entre pocos, y no tan leonina-
mente como en M é x i c o , pudo hacer rico3 á los par- tesoro de Moteuczoma. El problema queda
tícipes; pues á cada soldado raso de infantería, y en
ya resuelto en mis c á l c u l o s precedentes; y
mayor proporción á los demás tocaron $ 32.659. Ei
tesoro pillado en Caxamarea fué todavía más valio- según ellos, el castellano antiguo valdría
so, (Co'ment. del Perú, parte 2 * . lib. I . cap. 38.)
Ramírez.—64

«
lioy dos pesos y noventa y tres centavos. Su de las especies en que el señor Prescott lo
escolio nos lo dá la siguiente tabla compa- distribuye, solamente me produce:
rativa de la apreciación del tesoro.
Robertson, que lo valúa en 600.000 pesos Por 162.000 (pesos de o r o )
de oro, lo estima en £2.500.000, que redu- á razón de $ 2.93 cent., va-
cidas á nuestra moneda [ a ] son $11.500.000. lor del peso de oro 0.474.660
El señor Prescott, dividiéndolo en espe- Por 500.000 ducados á razón
cies, que no aprecia separadamente, lo es- de $ 2 . 2 4 , c e n t . , valor del
tima ad corpus, en £1.417.000. cuya re- ducado [ c ] 1.122.500
ducción hace él mismo [ 5 ] en $ 6.300.000. Por 5200 marcos de plata á
Apreciando y o separadamente cada una $8.2,suponiéndola de ley de
lid 4.125

[ a ) Para hacer esta reducción he seguido los cál- Líquido valor del tesoro.$ 1.601.285
culos del manual comercial, i n t i t ú l a l o : — L e secré-
iaire du comerce (edie. angl.-franc. de París, 1805,
en 8 o ; , que estima la £ en 2-1 fr. 40 cent., y el pe-
Hasta aquí me he atenido solamente á los
so español en 5 fr. 30 cent., un centavo menos del
cálculos seguidos por el señor Preseott; pe-
que le dan nuestros catecismos de aritmética; por,
cuya cuenta corresponden aproximadamente á la £ ro tenemos todavía un cuarto del cual no
en nuestra moneda, $ 4.3*/53 avo3 que he reducido á ha hecho caso, quizá por la brusca fran-
$. 4.G0 cent., para facilitar las operaciones y dar queza y atrevimiento del calculador. Este
mayor ensanche al cálculo.
( c ) No lie estimado el ducado como moneda ima-
(6J Por mis cálculos debían ser $ 6.518.2G0. pues ginaria, que valía 375 maravedís en plata, sino co-
el dollar de los Estados Unidos es por su ley y talla mo moneda efectiva de oro, ó excelente de la granada,
igual á nuestro peso. L a diferencia consistirá tal cuyo valor era el de los mismos 375 maravedís.—De
esta manera c r e c e el suyo en la nuestra, hasta los
v e z en que se le estime en más con respecto á la
diez y oclio reales escasos que le asigno, mientras
£ ; bien que el manual citado le fija en fr.el mismo que de la otra- solamente valdría muy poco más de
valor que el nuestro. catorce reales.
es el buen Bemal Díaz, quien dice (13), que existe bajo nuesiros piés, esperando hacer
después de cercenado el tesoro en un tercio nn dichoso; v el resto, decían los soldados
de su valor,—por parle de Cortés, de los ca- en el acampamento que se los había repar-
pitanes y otros que se lo tomaban y escondían, tido Cortés.—tomándose uno en payo, y otro
todavía produjo cuando se le metió en la en saco, é otro so el sobaco'^ 14]. _Según esta
balanza sobre seiscientos mil pesos de Oro, sin cuenta de partición, n o debía ser mucho lo
las joyas y tejuelos. Aprovechando, pues, partible e n t r e l o s c o m p a ñ e r o s ; y por ser tan
este dato del veraz historiador, por lo que poco, dice el citado historiador,muchos sol-
toca al valor del oro y plata, y tomando del dados hubo que, no lo quisieron recibir, y con
señor Prescott la suma relativa al de las todo se quedaba Cortés.... é otros _ hubo que
joyas, &c. expresada en ducados, tendremos tomaron sus partes\k cien pesos, y daban vo-
que el t e s o r o de Moteuczoma, aumentándo- ces por lo demás. U n año después salían hu-
le un tercio más por lo escondido y tomado, yendo los españoles llevando consigo algu-
valdría aproximadamente en pesos de oro nos caballos y tamemes cargados con el oro
900.000-¡-500.000 ducados, ó $3.409.000 del quinto r e a l : entre ellos iba una yegua
de nuestra moneda; y dando algo por lo morcilla, c o n d u c i d a del diestro por un page
escondido y tomado, llegaría á tres millones llamado Torrecicas, á quien el general ha-
y m e d i o ; suma enorme, si se recuerdan los bía e n c o m e n d a d o la eustodia de sus más
procedimientos imperfectos que empleaban preciosos tesoros. Ni el page ni la yegua
los mexicanos para extraer es tos metales, volvieron á parecer después del sangriento
y atendiendo á que por los usos á que los desbarato que s u f r i ó el ejército en frente
destinaban, más bien eran un objeto de lujo de la iglesia de San H i p ó l i t o ; y sin embar-
que un elemento de riqueza. go, los t e s t i g o s de la residencia ( 1 5 ) y la
¿ Y que f u é de tanta riqueza? ¿quién la
a p r o v e c h ó ! . . . . una buena parte de ella
(14) Bemal Díaz, cap. C V . — L o s testigos exami-
nados en l a res.deuaia dol conquistador afirman lo
f l 3 ) Cap. C I V , al fin. mismo.
(15) R e s p u e s t a 14 ¡i los Capítulos; y 9 en la de»
historia dicen que el oro que se perdió no es suprema, y para mí invencible. El lector
fué el de Cortés. formará juicio de ella por la impresión que
hizo en el viejo capitán la especie, cuando
la leyó en Gomara: él va á hablar en su
desaliñado, pero ingenuo lenguaje.—"Pues
" otra cosa peor dice el Gomara, que Cor-
" tés mandó secretamente barrenar los on-
N O T A O C T A V A .
" ce navios en que habíamos venido, antes
" f u é público, porque claramente, por conse-
" jo de todos los demás soldados, mandó dar
DESTRUCCIÓN DE LA FLOTA.
" con ellos al través, á ojos vistas, porque
" nos ayudase la gente de la mar que en
CAP. Ylll,pág 269. " ellos estaba, á velar y guerrear [cap.
" X V I I I . ] " — " Estando en Cempoal pla-
Sojuzgado el historiador por sus afectos, " ticando con Cortés en las cosas de la
se esfuerza en probar, contra el más autén- " guerra y camino para adelante, de plática
tico monumento de nuestra historia y con- " en plática le aconsejamos, los que éramos
tra todas las reglas de la crítica, que la ' sus amigos, qus no dejase en el puerto
destrucción de las naves fué obra de la so- " ningún navio, sino que luego diese al tra-
la voluntad de Cortés, ejecutada á escusas " vés con todos, y no quedasen ocasiones,
" porque eutre tanto que estábamos la tie-
de sus soldados. Cuesta trabajo, añaíe,
" rra adentro, no se alzasen otras personas
apartarse de la narración del honrado Bernal
" como los pasados (cap. L V I I I ) " Lo mis-
Díaz, que] dice fué destruida, no sólo con el
m ) repite á la vuelta de la f o j a y eu el ca-
conocimiento, sino aun con la expresa apro-
pítulo siguiente, sin dejarlo de la mano
bación del ejército. En efecto, la dificultad
en el resto de su historia, venga ó no á
ciar, del segundo testigo, SJ. S. del archivo gene- cuento, hasta el cap. 105, donde resumien-
ral.
historia dicen que el oro que se perdió no es suprema, y para mí invencible. El lector
fué el de Cortés. formará juicio de ella por la impresión que
hizo en el viejo capitán la especie, cuando
la leyó en Gomara: él va á hablar en su
desaliñado, pero ingenuo lenguaje.—"Pues
" otra cosa peor dice el Gomara, que Cor-
" tés mandó secretamente barrenar los on-
N O T A O C T A V A .
" ce navios en que habíamos venido, antes
" f u é público, porque claramente, por conse-
" jo de todos los demás soldados, mandó dar
DESTRUCCIÓN DE LA FLOTA.
" con ellos al través, á ojos vistas, porque
" nos ayudase la gente de la mar que en
CAP. Ylll,pág 269. " ellos estaba, á velar y guerrear [cap.
" X V I I I . ] " — " Estando en Cempoal pla-
Sojuzgado ei historiador por sus afectos, " ticando con Cortés en las cosas de la
se esfuerza en probar, contra el más autén- " guerra y camino para adelante, de plática
tico monumento de nuestra historia y con- " en plática le aconsejamos, los que éramos
tra todas las reglas de la crítica, que la ' sus amigos, qus no dejase en el puerto
destrucción de las naves fué obra de la so- " ningún navio, sino que luego diese al tra-
la voluntad de Cortés, ejecutada á escusas " vés con todos, y no quedasen ocasiones,
" porque eutre tanto que estábamos la tie-
de sus soldados. Cuesta trabajo, añaíe,
" rra adentro, no se alzasen otras personas
apartarse de la narración del honrado Bernal
" como los pasados (cap. L V I I I ) " Lo mis-
Díaz, que'jlice fué destruida, no sólo con el
m ) repite á la vuelta de la f o j a y en el ca-
conocimiento, sino aun con la expresa apro-
pítulo siguiente, sin dejarlo de la mano
bación del ejército. En efecto, la dificultad
en el resto de sa historia, v e n g a ó no á
ciar, del segundo testigo, SJ. S. del archivo gene- cuento, hasta el cap. 105, donde resumien-
ral.
do la curiosa cuenta de la partición leonina tan extraordinario y singular! ¡ O l v i d o s en
que hizo Cortés entre sus soldados del te- Bernal Díaz, que recuerda hasta las pintas
soro de Moteuczoma, pone la siguiente y lacras de los caballos, y que r e m a t a su
partida que copio con su g l o s a . — " Y demás historia c o u tres largos capítulos, d o n d e
" de esto dijo (Cortés), que se apartase memora á t o d o s los capitanes y la casi tota-
" del mismo montón (de oro y joyas), la lidad de l o s soldados, con sus n o m b r e s ,
" costa que había hecho Diego Yelázquez apellidos, patrias, señas personales, v i c i o s
" en los navios que dimos al través con ó virtudes, lugares donde se a v e c i n d a r o n
" ellos, pues, todos fuimos en ello ( a ) . ' y próspera ó adversa fortuna q u e tuvie-
Esa repetición fastidiosa de una misma ron!!! ¿ Y cuáles son esos contemporá-
idea; ese contiuuo retroceder sobre el mis- neos tan, competentes que le o p o n e el se-
mo asunto por parte de un testigo presen- ñor Prescott para contrapesar su testimo-
nio? . . . . ¿Cortés? Y o n o v e o e n el
cial, que todo lo vió y lo supo, añade tal
fuerza á la irresistible sanción de su testi- pasaje que el señor Prescott cita en su car-
monio, que uno no sabe qué pensar al oír la ta ( 1 ) , que él—hubiera declarado expresa-
solución con que se cree haber resuelto en- menteaZ emperador, que ordenó la destruc-
teramente la dificultad: — " E l veterano. ción de las naves sin c o n o c i m i e n t o de sus
" dice el señor Prescott, puede haber olvida- tropas: lié aquí sus palabras: <; creyendo
" do, por los muchos años que habían tras- " que si allí los navios dejase, se me alza-
currido alguna parte del suceso. .-..su solo « rian con ellos Utve manera, como
" y único testimonio, no puede contrapesar "so color que los dichos navios no estaban
•'al de todos sus contemporáneos, tan " para navegar, los eché á la c o s t a : por
" competentes como él para saber la ver- « donde todos perdieron la esperanza de
" dad del s u c e s o ! ! ! " ¡Olvido sobre " salir de la tierra; y yo hice un camino
hechos p r o p i o s ! . . , , ¡ Olvido en un suceso " más seguro y sin s o s p e c h a , " - Y a que en

( a ) Es decir, por hiber consentido todos en su " [ r T l ^ 1 § II, al fin; P*S- 41 ' e n la edÍC- de

destrucción, Lorenzana.
las palabras de Cortes, concordadas con las clarar en España el día 30 de Abril, fecha
de Bernal Díaz, más bien podríamos cimen- de su declaración ( 4 ) , como testigos pre-
tar una prueba contraria ¿ bailaremos por . senciales de aquel suceso.
ventura la favorable en las atestaciones ¿Cuáles son, vuelvo á preguntar, esos
judiciales de Montejo y de Porto Harrero, contemporáneos competentes? No los
que el señor Preseott cita en confirmación? hallo; mas sí noto que el señor Preseott
. . . . El autor estaba distraído ó preocupa- incurrió en otro olvido, cuando asienta que
do al producir en apoyo de su inteuto estos el testimonio de Bernal Díaz es el solo y
testimonios, que ó nada prueban, por el único que puede oponérsele, pues el cronis-
anacronismo que los nulifica, ó si prueban
ta Herrera dice exactamente lo mismo, con-
algo es contra producentem. Por las prime-
firmando además las sospechas, nada favo-
ras palabras de la citada carta de Cortés
rables, que desde entonces se despertaron
consta, que los procuradores Montejo y Por-
entre los soldados sobre la conducta de
to Carrero se embarcaron el día 16 de Julio
Cortés ( 5 ) .
de 1519; y por las notas añadidas al prin-
cipio y fin de la carta del ayuntamiento de [ 4 ] Veanse sus declaraciones en el vol. cit. de la
Veracruz ( 2 ) , aparece que no llegaron á Colección do Navarrete, y la de Puerto Carrero, en
el vol. II, pág. 442 de esta historia.
Valladolid de España, sino basta principios [5] " tuvo forma para que los soldados más
de Abril de 1520; es así que la destrucción " a f i c i o n a d o s que t e n í a s e lo pidiesen fia destruc-
" ción de las naves) y de ello se recibió auto por
de la flota se efectuó á los pocos días de la " ante escribano; aunque' luego se entendió que á
salida de los procuradores, y antes del 16 " esto le m o v í a otra astucia, que fué no quedar élso-
" lo obligado á la paga de los navios, sino que el ejer-
de Agosto ( 3 ) ; luego ellos no podían de- " cito los pagase. (Dec. I I , lib. V , cap. 14, al fin.—
. " Bernal Díaz; cap. L V I I I . ) " — L a justicia y la crí-
tica exigen se diga, que si esta mira entraba en sus
(2) Vease en la Colección de Documentos &c., combinaciones, no pasaría de u n o de aquellos cál-
de Xavarretc; y en las Disertaciones Históricas del culos que sabe formar el genio, para sacar provecho
señor Atamán, vol. 1. del fruto natural é inseparable de los efectos, que de
( 3 ) Carta y § eit. de Cortés, pág. 40.—Crónica do otra manera sería perdido; pero convertir en causa
Gomara, cap. 42 en Barcia, y 44 en la edic. del se- motiva un interés tan ruin, y suponer que por el se
ñor ©ustamante. agenciaba c o n el ejército la destrucción de la Ilota,
Si de las pruebas testimoniales pasamos " bau apoderarse de ese tínico navio queque-
á los argumentos de crítica, la causa em- 11 cíala, para ir á d e n u n c i a r á Velazquez
peora, ya por la baja ley de los producidos, " los proyectos de C o r t e s , y atraer sobre
ya, sobre todo, porque para darles valor lia " su cabeza todo el p o d e r y el o d i o de su
sido necesario desnaturalizar algunos he- " poderoso e n e m i g o . " S i e n d o ésta, pues,
chos históricos y despojar á un tercero de la verdaderamente d e s e s p e r a d a situación
su gloria, para engalanar á otro con sus en que se veía c o l o c a d o , ¿ c u á l era, pregun-
despojos. Esto se comprenderá mejor co- to, el úuic3 camino q u e , a u n q u e sembrado
nociéndose cuál era la verdadero situación de riesgos, siquiera l o alentara con una
de Cortés, que se puede retratar en muy remota esperanza,'ya que n o de dicha, á l o
pocas palabras. " H a b i a emprendido la ex- menos de salvación? ¿ A c a s o la vuel-
pedición sin permiso del g o b i e r n o : debia ta á Cuba? E s t o e r a caminar á una
" á Velazquez gruesas sumas, q u e n o p o d i a
muerte infalible. Perseguido como jefe
" ó no quería pagarle: rodeado y aun opri-
militar sublevado, notado como criminal
" mido p o r sus partidarios, que habían
reincidente, sospechado c o m o traidor, y
" suscitado varios alborotos y tramando
amenazado, cual lo había sido César, de
" sérias conspiraciones, en que se trataba
defender su causa ante j u e c e s subyugados
" nada menos que de apoderarse de losna-
por las picas y lanzas d e sus implacables
" vios y dejarlo abandonado entre pueblos
enemigos; el h o m b r e q u e después ha lle-
" enemigos, la necesidad lo f o r z ó á vejar-
nado el m u n d o con su f a m a , habría muer-
' ' los con dureza y á castigarlos sin mira-
to en Cuba en el l e c h o i g n o m i n i o s o de los
" m i e n t o s : en la última y más peligrosa
" de las conjuraciones, que costó la -vida á delincuentes vulgares, s i n despertar sim-
" algunos de los conspiradores, proyecta- patías, sin que nadie h o y tal vez conociera
su nombre.
¿Qué hacer, pues, en tan estrecho y duro
sería una torpeza que Cortés reclamaría justamente trance?....,.. JACTA ALEA ESTO, d i j o C é s a r
como una calumnia, y que repelerá la historia como
una extravagancia. á la orilla del R u b i c ó n , o p r i m i d o por una
situación del todo idéntica; y Cortés, que sonjeras proposiciones de paz ( 8 ) ; la incen-
eonocia su historia y sabía de eoro sus dió, en fin, á la vista de un ejército disci-
máximas ( 6 ) , echando una mirada hacia plinado y valiente que lo adoraba, lanzán-
México, donde vislumbraba un porvenir de dose con él á un país enemigo, atravesando
inmensa ventura y de inmarcesible gloria, comarcas desiertas y desconocidas, y sin
dijo también, como el Dictador romano: ta más mantenimientos que los necesarios pa-
suerte está echada; corramos á donde nos lla- ra vivir veinte días. Juliano, pues, era ente-
ma la voluntad de Dios y el odio implacable ramente dueño de sus acciones; en su sola
de mis enemigos. (7) voluntad estaba el avanzar ó retroceder,
¿ Y era ésta, acaso, la situación en que se siendo muy reparable y de tomarse en cuen-
encontraba el emperador Juliano cuando ta, que, conservando el puesto y aun retro-
incendió su flota, para que pudiera permi- cediendo, tenía mucho en que escoger y
tirse el señor Prescott, parangonarlas y ca- mucho que ganar, á la vez que avanzando,
lificarlas cual las califica! Juliano todo lo podía perder, inclusa la vida, que
incendió su flota después de la brillante tampoco s a l v ó ; y aunque el señor Prescott
jornada que lo hizo dueño del Tigris y lo dice todavía, q u e - " Gibbon ha demostrado
condujo triunfador" al pié de las murallas " satisfactoriamente que la flota incendiada
de Ctesiphon; después que había desechado " le habría sido de más daño que deprovecho
con inflexibilidad y con desprecio las más li- en el curso de las ulteriores operacio-
" n e s , " yo no concibo que conservándola,
pudiera sobrevenirle un daño mayor_que>l
[ 6 ] — y sobre ello dijo otras muchas compara-
ciones de hechos heroicos de los Romanos; y todos "Tsi Giblon, Hist. de la decadenee et de la chute
a ú n a l e respondimos, que haríamos lo que ordenase, de l'Empire R o m a i n ; cap. X X I V , vol. IV pop. 488,
que echada estaba la suerte de la buena ó mala
trad. de M. Guizot, París, 1828 m 8 ° . - E l historia-
ventura, como dijo Julio César sobre el ltubicon.
dor añade, que quizá Sopor no habría rehusado com-
(Bcrnal Diaz,rcap. L I X . )
prar su seguridad cou la mitad de su remo, contem-
[7J Eatur, ioquit, quo deoruni ostenta ct inimico- plándose feliz con la celebración de un tratado que
rum iniquitas vocat. Jacta alca esto.—[Sueton, in le permitiera declararse el fiel y sumiso aliado del
Cesar, 23.] conquistador romano.
que sufrió,"'pagando [su temeridad con la sobre otro h e c h o de data m u y anterior, y
vida y con la desgraciare su ejército. Pol- sin duda el más audaz y estupendo de l o s
lo demás, siento decir que Gibbon no ha em- conocidos; e l de Agatocles, q u e v i é n d o s e en
prendido la demostración que le atribuye la imposibilidad absoluta de contrarrestar-
el señor Prescott: aquel historiador califica la superioridad numérica del ejército carta-
de precipitada la conducta de Juliano, y re- ginés, que había invadido la Sicilia, se
sumiendo las opiniones contestes de los lanzó con u n puñado de valientes á las c o s -
contemporáneos y de otros capitanes é his- tas de la L i b i a , atravesando p o r la flota
toriadores, dice que todo el universo ha visto enemiga, p a r a hacer la guerra á los i n v e n -
su resolución como la más adecuada para com- cibles cartagineses dentro de Cartago m i s -
prometer su seguridad y hacer dudar de su mo. S u p o n g o que el señor Prescott n o re-
prudencia militar ( 9 ) . Pocos renglones des- cordaría este pasaje, pues á haberlo l e í d o ,
pués, como por pasatiempo, ó mejor dicho, creo que habría también descartado de sus
como quien defiende á un reo convicto pruebas el argumento de crítica que l e h a
buscando disculpas para atemperar una fal- parecido coucluyeute para atribuir á Cortés
ta que ha condenado corno juez, dice: —si solo, toda la gloria de su acción. " Este
<! fuera preciso justificar esta resolución, no " hecho t a u extraordinario, dice, q u e se
" faltarían algunas razones especiosas y tal " concibe suponiéndolo obra de la voluntad
" vez bastante sólidas, & c . " ; y á continua- " de un solo hombre, se hace increíble, c u a n -
ción expende las que el señor Prescott ha " do se presenta como el resultado del c o n -
calificado de una demostración satisfactoria. " curso d e muchas voluntades independien-
Nuestro historiador ha guardado silencio tes."—pues b i e n ; Agatocles, quien, si
mis recuerdos no me engañan, fué el pri-
[ 9 ] Gibbon, ubi supra, ; pág. 491.—"Juliano" pudo
" o b t e n e r felices sucesos si hubiera sabido, hacer mero que dió el más atrevido ejemplo á l o s
" uso de su ejército de mar y de tierra; pero'come- que después incendiaron sus flotas, e m p l e ó
" tió una falta que fué causa de su m u e r t e . — ( H i s -
" toire générale de Ick Marine, vol. I, cap. V I H , pdg. procedimientos tales, qne salvas las perso-
" 3 0 3 . París, 1744, i n 4 o . j " * nas y los menudos incidentes, uno podría
Ramírez.—66
leer en Diodoro de Sicilia el famoso episodio bre de Cortés, explicar su grande hecho
de la vida del conquistador de México, así c o m o un prodigio de su elocuencia y de su
como en Bemal Días, el respectivo del au- genio, que como el efecto de la interesada
daz tirano de Siracusa. Agatocles platicó y ruin superchería de un proscripto, que
primeramente el asunto con sus más ínti- viéndose perdido, trata de envolver en su
mos confidentes, y obtenido que hubo su ruina á amigos y enemigos por la esperan-
consentimiento, lo propuso á los demás en za de salvarse. En lo uno se ve fulgurar el
una animada arenga, en que habló á nom- genio, descollando lo grande y lo subli-
bre de la patria, de los dioses, del h o n o r ; me ; en lo otro no se halla más que la baje-
y aprovechando el primer rapto de entu- za y mezquindad de un vil bandido; y tal
siasmo que habían producido sus palabras, aparece Cortés, tal se revela su conducta,
empuñó la tea que, momentos después, dejó bajo la pluma apasionada de los que con
marcado con un montón de cenizas el lugar nadie quieren partir su inagotable fama, y
que antes ocupaban los bajeles ( 1 0 ) . No que rayando en injustos, por nimiamente
hay, pues, dificultad de ninguna clase para justicieros, despojan á unos oscuros, pero
dar asenso al cronista del ejército español, heroicos soldados, de su única aureola, para
cuyo testimonio, por la sola calidad de engalanar, y mejor se diría, encorosar. las
presencial, debería ser invulnerable á todo Sienes de su general. Y o , aunque descen-
argumento de razón. diente de la raza conquistada, devuelvo por
justicia al conquistador lo que el sabio his-
En cuanto á lo sustancial del hecho, na-
toriógrafo le cercena por afecto
da importa que Cortés hiciera, forzado por
la necesidad, lo que Agatocles y Juliano
acometieron, por pura audacia; y vista la
cosa á la luz de una razón despreocupada,
quizá es más honroso á la gloria y al nom-

(10; Diodoro de Sicilia, Historia universal; Lib.


X X , 1,
desprecia altamente, llamándolo, conjunto
de fastidiosas menudencias, más propias de
un pleitecillo municipal, que del proceso de
uno de los grandes oficiales de la corona; .
T O M O S E G U N D O . curioso como testimonio de la malicia de sus
enemigos, pero de ningún valor como docu-
mento histórico; una tal calificación, digo,
NOTA N O V E N A . me estrecha á emitir un juicio contrario
más absoluto y severo de lo que quisiera,
atendidos el sincero respeto y estimación
NOTICIAS RELATIVAS A CORTES.
que profeso al historiador de mi país. El
ignoraba p r o b a b l e m e n t e que la sustancia-
LIB. V I I , p&g. 319. ción judicial observada en ese proceso,
chocante aun para nosotros, cuanto más pa-
Cortés dice en su quinta carta, que ha ra un inglés, estaba autorizada por la le-
publicado el señor Navarrete, que salió pa- gislación de entonces; que la misma se
ra las Hibueras el día 12 de Octubre de observó en la residencia del padre de los
1525; que á su vuelta desembarcó eu la indios y justificado virrey I). Antonio de
costa de Veracruz el día 24 de Mayo de * Mendoza, y que con arreglo á ella se resi-
1525; y por la cuenta que hace de sus jor- * denció á sus sucesores, sin que su forma
nadas, confirmada con las noticias que mi- inquisitorial fuera obstáculo para la abso-
nistra el libro 1 ° de cabildo de esta ciu- lución ó purificación de la mayor parte de
dad, debió hacer su entrada en ella el 19 ellos. ¿ P e r o c ó m o es, se dirá, que ese pro-
de Junio. ceso no tuvo éxito, ni el mismo Cortés se
Pág. 352.—Habiendo citado en el curso cuidó de exigir su prosecución para vindi-
de mis notas el proceso instruido eu la re- carse? La pregunta es un poco Cán-
dida, pues que consigo lleva su respuesta.
sidencia de Cortés, que el señor Prescott
¿Se quería, por ventura, que el monarca ya ruiues, ya caprichosas y ordinariamente
español ejecutara un severo y común escar- novelescas y forzadas, por el indiscreto
miento en el que puso á sus piés un nuevo afecto que ha guiado la pluma de sus pane-
mundo y lo hizo el primero de los reyes, giristas. Volviendo al p r o c e s o de residen-
aun cuando hubiera ahogado á su mujer, cia, de cuyo sobreseimiento se han preten-
atormentado á Cuauhtemoc y apropiádose dido deducir extrañas consecuencias, diré,
una buena parte del tesoro real? La que si alguna pregunta puede hacerse con
antigua corte española era sobradamente efecto para sacar un argumento negativo
sensata para cometer una tan grave falta ; del silencio, sería la que el derecho autori-
y como la moral que Dios prescribe no es za para fundar una presunción criminosa;
la que los gobiernos observan, el de la me- ¿por qué Cortés 110 pensó en vindicar su
trópoli espidió una real orden imponiendo honra, pidiendo la continuación déla causa
sileucio, avocándose el conocimiento de comenzada?
la causa y dándole un trámite parecido á
aquel famoso del Areópago, que citó á las Pág. 355.

partes para comparecer dentro de cien Cortés no ha podido extraer plata de las
años: relegóse, según dice el señor Pres- minas de Zacatecas. Uua inscripción con-
cott, al polviento archivo de Indias de Se- servada en la antigua capilla de los Reyes,
villa. Conocido, pues, el carácter político y de aquella ciudad, d e c í a : — " A ñ o 1546, día
judicial que por nuestras antiguas leyes " de la natividad de N 1 5 S 1 3 , á 8 de Sep-
tenía ese proceso, yo no solamente lo veo " tiembre, entré en estas minas, y o , Joan-
como un útil y precioso monumento histó- " nes de Tolosa, y año de 1548, día de S.
rico, sino que lo juzgo indispensable para " Sebastian, á 20 de Enero, entré y o , Bal-
el conocimiento del hombre íntimo, sin el " tasar Temiño de Buñuelos, en estas minas:
cual nunca podrá ser debidamente aprecia- " y en este mismo año, dia de San Bernabé, á
do su genio, ni justamente valorizadas sus " 11 de Junio, se descubrió la veta de San
acciones; muchas de las cuales aparecen " Bernabé, (pie fué la PRIMERA veta de plata
« que sedescubrió &c." (1). Cortés murió
en España el día 2 de Diciembre de 1547,
casi siete años después de liaber salido de
México por la última vez, y uno antes del
' M I S C E L A N E A .
descubrimiento de la primera veta de plata
en Zacatecas.
NOTA DECIMA.
Pág. 3G8.

Si la plebe patriota de la capital fué la MONEDAS DE LOS MEXICANOS.


que en 1823 se disponía á abrir la tumba
de Cortés para arrojar al viento sus ceni- TOMO I , pág. 4 5 1 . - P a r e c e que la m o n e -
zas, los autores de este pretendido ultra- da de estaño descrita por el historiador, era
j e - n o fueron entonces los descendientes y peculiar de Tasco y de alguna otra provin-
compatriotas de los antiguos conquistadores. cia, mas no la corriente y común en el im-
Por lo demás el hecho, cual se refiere, es perio mexicano ( 1 ) . Tampoco recuerdo
FALSO en todas sus partes, y pertenece á haber leído que fuera estampada ó acuña-
uno de aquellos adornos epigrámaticos en da. El P. Torquemada dice, que la de Mé-
que no es muy sobrio el grave historiador. xico era de cobre, —" casi de hechura de
" Tau T, de anchor de tres ó cuatro dedos,
[1] Descripción de la M. X. y L. ciudad de Zaca- " y era planchuela delgada, unas más y
tecas, por D. José de Rivera Fernández Bernárdez,
eonde de Santiago de la L a g u n a ; pág. 26. México, " otras menos, donde había mucho o r o " ( 2 ) .
1732, en 8 ° . Por esta descripción se infiere que la mo-
neda era cortada y no estampada, y lo c o n -
firman uno ó dos ejemplares de ella, con-

( 1 ) Carta últ. de Cortés, en Lorenzana, § X V I I .


[ 2 ] Monarq. Ind., lib. X I V , c a o . 14. -Clavijero,
Hiet. aut., lib. V I I .
— 530 - - 531 —

servados en el Museo Nacional. Su forma


es muy parecida al instrumento cortante
llamado tajadera. La otra moneda más co- TOMO PRIMERO.
mún, era el cacao, que todavía se usa, se-
gún me dicen, en Oajaca y otros lugares de Pág. 403.—Cortés hizo su entrada pol-
este rumbo, y que no bace muchos años la calle del Rastro, llamada en la antigüe-
desapareció del comercio de la capital. En dad de Istapalapa, y una tradición conser-
el archivo del ayuntamiento he leído varios vada en el Hospital de Jesús dice, que al
reglamentos relativos á su circulación, y frente de éste fué el encuentro de Moteuc-
por ellos me ha parecido notar que no era zoma y Cortés, y que en conmemoración
su simple tamaño, el que le daba el valor del suceso se prefirió aquella localidad para
numario, sino su clase, forma, y sobre todo fundar dicho hospital. El P . Sahagún y
la sanción de la autoridad política, que fi- Bernal Díaz lo suponen más afuera de la
jaba su valor y las formalidades de su ciudad.
cambio. Páginas 408-12.—Es necesario rectificar
la totalidad de las designaciones topográfi-
cas del historiador.
No era el templo mayor el que ocupaba
una parte del terreno en que hoy está edi-
TOPOGRAFIA HISTORICA. ficada la Catedral, sino que ésta ocupa una
parte de aquel. P o r algunos manuscritos
Las noticias topográficas no interesan á que he consultado é investigaciones que he
los que viven fuera del teatro de los suce- hecho, me inclino á creer, que el templo se
extendía desde la esquina de la calle de
sos, pero sí tienen un cierto encanto de na-
Plateros y Empedradillo hasta la de Cordo-
turaleza indefinible, para los que habitan
banes; y de P. á O., desde el tercio ó cuar-
los lugares históricos; y en obsequio de los
to de la placeta del Empedradillo, hasta p e -
de la capital he reunido las siguientes.
netrar unas cuantas varas liacia el O., den- yacentes. Este era la residencia ordinaria
tro de las aceras que miran al P . , y forman del último Moteuczoma, y en él se verificó
las calles del Seminario y del Relox. Por lo su prisión.
que toca á la configuración exterior del
templo, discrepo absolutamente de la que
e l autor le atribuye [pág. 49-459 y sig.],
TOMO SEGUNDO.
mas no siendo éste uu punto que puede
ventilarse de p a s o ; reservo mis dilucida- Pág. 46.—Según las noticias publicadas
ciones para mejor oportunidad. por uno de los más diligentes investigado-
El palacio que dice ser el de Axayacatl, res de nuestra topografía histórica, la pri-
no era sino el de Moteuczoma I, por cuya mera cortadura estaba hacia el Puente de la
razón se le dá en nuestras antiguas histo- Maríscala; y la segunda, teatro del desba-
rias el nombre de Gasas viejas de Moteuczo- rato y de la matanza de los españoles, en
ma. Estas ocupaban el terreno comprendi- frente de San Hipólito, donde para conme-
do hoy entre las calles del Empedradillo, morarla, se edificó uua capilla, bajo la ad-
Plateros, San José el Real y Tacaba, y en vocación de los Mártires; aunque ninguno
una parte de él fué también donde Cortés de los muertos habrá seguramente reclama-
edificó el suyo, dando vista á la primera y do la palma del martirio.
última de las calles citadas. Pág. 201.—El fuerte de Xoloc estaba en
El palacio de Axayacatl, que sirvió de donde hoy la garita de San Antonio Abad.
alojamiento ó cuartel á los españoles, esta, Pág. 253.—El terreno en que se vieron
ba en la calle de Santa Teresa y daba vuelta encerrados los mexicanos durante los xílti-
á la 2 p del Indio Triste. El de Moteuczoma mos días del asedio, era el estreeho^que se
II ocupaba el mismo sitio que actualmente extiende del Carmen á Santa Ana.
el palacio nacional, extendiéndose hasta la Pág. 304. —El señor Prescott ha'seguido
plaza del Volador, ó nuevo mercado, inclu- la opinión de Torquemada, que afirma se
sa el terreno de la Universidad y casas ad- erigió la iglesia de San Francisco en el si-
en el lenguaje antiguo las palabras sitio y
tio que hoy ocupa la Catedral, cuyo terre-
plaza, y muy común en aquel tiempo la si-
no, dice, se vendió después en la ratera su-
nonimia, sería dudoso, cuando m e n o s , que
ma de cuarenta -pesos, porque el que se lo
por la segunda se hubiera querido designar
apropió asegurara su posesión con algún títu-
la plata de la ciudad. La solución es de al-
lo legal. El Sr. D. Lucas Alamán ( 3 ) lo
gún peso, mas podría instarse c o n otro pa-
contradice, sosteniendo que el primer asien-
saje de la acta de 10 de Mayo siguiente,
to de aquel monasterio fué en la calle de
que dice: " L o s dichos señores, á pedimen-
Santa Teresa la Antigua, en el terreno ocu-
t o del señor Licenciado Diego Delgadillo,
pado hoy por la casa número 17 y parte de
las contiguas. H e examinado sus pruebas, " le hicieron merced de un solar que es en los
y me parecen concluyentes é irrecusables; "solares donde solía estar el monesterio de
mas "¡no juzgo que sea incompatible este " San Francisco que es junto é linde del solar
hecho con el aseverado por el P. Torque- " de Juan Pelaez de Berrio, hermano de di-
mada, atendidas ciertas indicaciones que se " c h o Lic., en la calle real por delante, é le
encuentran en el primer libro de cabildo. " mandaron dar título en f o r m a , é la dicha
En la acta del día 9 de Abril de 1529, se di- " calle es la que va hácia la casa de García
ce lo siguiente:—"Los dichos señores dije " Olguin, & c . "
" r o n , que mandaban ó mandaron que se Siguiendo estas" indicaciones para fijar
" pregone públicamente,"que todas las per- el asiento de San Francisco, tenemos como
" sonas que tienen derecho ó título á los so- punto de partida el solar del oidor Delgadi-
" lares, que están en la plaza é sitio donde so- llo, como rumbo de dirección, la calle real
"lía estar eVmonesterio de San [Francisco. que corría por su f r e n t e ; y como punto de
" que para el cabildo que se hará el vier- término, la casa de García Olguin,'que
n e s , lo traigan é muestren &c.'' A esto quedaba en la misma línea. A h o r a bien,
podría contestarse, que siendo sinónimos por las actas de los días 8 de Marzo y 3 de
Abril de 1527, y I o de Enero de 1528,
consta que la casa de Olguin estaba cerca
( 3 ; Diserfc. liistór. vol. II. pág. 141 y sig.

'y-.
del monasterio de Santo Domingo; luego la den adaptarse al terreno de la plaza, y no
del Lic. Delgadillo y solares de San Fran- al más antiguo, ni al nuevo ó actual asien-
cisco estaban en el punto opuesto de la mis- to de San Francisco.
ma línea ó calle; y éste no podía ser otro, En este lugar, y no en un ángulo de la
según las tradiciones, sino el de la plaza. plaza, como dice el señor Prescott, estaba
Así lo confirma la acta de 22 de Febrero de la «asa de fieras de los reyes mexicanos.
1527, donde se encuentra la merced becba
á Pedro Meneses - " d e un solar en los que
" s e añadieron en la traza hacia el moneste-
" rio que se hace de Sanio Domingo, el cual
" es el quinto solar contando desde la es-
" quina de la calle que va DE San Francis-
" co al Tatilulco, en la calle que va DESDE
" allí á Santo Domingo en la misma acera
"del dicho monesterio."—Esta misma re-
dacción, sin otras] diferencias que las de
sustituir las palabras cate por hacia, y sex-
to por quinto, se usó en la merced de Ber-
nardino de Santa Clara, que sigue á conti-
nuación, añadiéndose que su solar lindaba
con el de Meneses. De] esta conformidad
de contexto y de sus] términos, deduzco la
confirmación relativa al punto de la iibica-
ción, que me parece muy claramente deno-
tado por las "preposiciones DE y DESDE que
denotan simultáneamente un punto de par-
tida y una línea de dirección, que sólo pue-
INDICE.

Fi ss.

D. José Fernando Ramírez. Datos bio-


bibliográficos V
Noticias de la vida y escritos de Fray
Toribio de Benavente ó Motolinía.. 1
Notas y esclarecimientos á la Historia
de la Conquista de México del Sr. W .
Prescott 291
'4PILLA Ai
' T

UNIVEHSlüAü A U T O M I - * NUEVO LEON


CHILLA UXiVER.IT***

M I - C & O l E L J U M A D O fello-

~~ ^ tí- J*

Вам также может понравиться