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Como habitantes de esta hermosa ciudad nos estamos viendo afectados por toda esta
situación; por ello consideramos pertinente trabajar en esta problemática, a fin de fomentar
conductas prosociales a partir de estrategias que conlleven a disminuir los índices de violencia e
inseguridad, contribuyendo a una mejor convivencia.
La Prosocialidad surge de la psicología que estudia los factores y beneficios de las acciones
de ayuda, solidaridad, dar, compartir y cooperar como beneficio para los demás. Las actitudes y
conductas prosociales en una comunidad son definidas como aquellas acciones que tienden a
beneficiar a otras personas sin que exista alguna recompensa solo es la satisfacción de ayudar a
los demás el que lo hace sentir bien.
La prosocialidad aporta grandes beneficios para el desarrollo personal e interpersonal de los
humanos, también constituye un aporte para comprender y operativizar una mejora en la calidad
de vida y en las relaciones entre las personas donde se logran generar grandes niveles de
cohesión grupal, participación y motivación. Según Bibb Latané y Jhon Darley (1970)
consideran que cuando una persona es testigo de una situación de emergencia, llevar a cabo una
conducta de ayuda depende de una serie de decisiones.
El contexto donde se produce una emergencia influye en la interpretación que se hace la
misma.
La prosocialidad es aplicada en la complejidad de las acciones humanas en su vertiente
relacional y sistémica recogiendo más dimensiones culturales y susceptibles aplicándola
también en el campo social y político “Aquellos comportamientos que, sin la búsqueda de
recompensas externas, extrínsecas o materiales, favorecen a otras personas o grupos, según los
criterios de estos, o metas sociales objetivamente positivas y que aumentan la probabilidad de
generar una reciprocidad positiva de calidad y solidaria en las relaciones interpersonales o
sociales consecuentes, salvaguardando la identidad, creatividad e iniciativa de los individuos o
grupos implicados”. (Roche, 1991).
El concepto de prosocialidad, desde la década del setenta, ha sido muy estudiado en niños
y jóvenes por los grandes beneficios que comporta para su desarrollo personal e interpersonal.
Lo pro social, que pretendía ser una palabra que denominara lo contrario de lo antisocial, con el
tiempo, más que un antónimo se ha transformado en un concepto rico en estudios en diferentes
universidades y diversos programas de implementación. El ámbito más desarrollado ha sido el
educativo, donde entre otros temas, se ha demostrado que
Incrementar la cantidad y calidad de las acciones prosociales incide
en la prevención de los comportamientos destructivos, mejora la educación emocional y el clima
social en el aula. Sin embargo, ya se comienza a hablar del liderazgo pro social o
comportamiento pro social en organizaciones y empresas.
Sustentación Teórica
La inseguridad y violencia es bastante complejo, esto en razón a que son muchos los factores
que alimentan este flagelo en la ciudad. Para hacer un análisis juicioso y medianamente
responsable al respecto tenemos obligatoriamente que escrutar cada una de esas causas.
La falta de este marco y de esta formación conlleva a una problemática de falta de conductas
prosociales y por lo tanto priman en ellos conductas contrarias que son reforzadas por los
modelos individualistas, agresivos y egocéntricos que promueve los medio de comunicación y la
sociedad de consumo que impera en nuestra sociedad.
De acuerdo con Roche(1995), “En los momentos actuales de una sociedad en donde abundan
los modelos agresivos y competitivos, no sólo los investigadores sino los líderes educativos,
sociales y políticos están descubriendo la importancia de las actitudes y comportamientos
prosociales, por el potencial que ofrecen de cara a la optimización de una convivencia más
armónica, funcional y ajustada así como por su valor preventivo de higiene mental para la
persona en particular, sometida, generalmente, a fuertes presiones de una sociedad que no
siempre facilita, espontáneamente, las conductas sanas. ”La prosocialidad se presenta en la
actualidad como una respuesta, principalmente desde la psicología y la educación, para educar
no solo a los niños y jóvenes sino también a los adultos en todas sus categorías en
comportamientos que promuevan una sociedad más solidaria que piense en las necesidades de
los demás. No basta con una educación que prevea solamente el que no se le haga mal a nadie, el
que no seamos violentos.
Hoy la sociedad necesita, más bien, una educación que promueva la
aceptación de los demás en toda su persona, es decir ,que las personas sean no solo toleradas sino
también aceptadas o vinculadas en ella como tal, lo cual lo hace posible una educación que
promueva la prosocialidad, el reconocimiento del otro, su aceptación y vinculación.
La educación prosocial de las personas representa una respuesta a la demanda sentida de
nuevas “normas de urbanidad” o “buenos modales y comportamientos” que con ahínco reclama
la sociedad para las nuevas generaciones puesto que estás últimas nacieron sin normas que les
digan que hacer o como comportase frente a situaciones sociales.
Cuadro 5. Homicidios en las ciudades capitales del Caribe, (Enero-Mayo de 2016 y 2017)
Conclusiones
Ser una persona o un individuo prosocial implica tener un sistema de complementación ya que
se necesita ofrecer tipos de ayuda diferentes pero todas van entrelazadas primordial mente de
carácter psíquico, como el apoyo, y la escucha, de carácter físico y luego el de carácter social que
es en este último en donde se va reflejar la conducta prosocial.
La conducta prosocial debe ser retomada como la herramienta más eficaz con la cual cuenta la
sociedad para retomar el rumbo, la indiferencia ante el sufrimiento ajeno es cada día más evidente,
se ha popularizado tanto la idea de no meterse en asuntos ajenos que incluso se ha llegado a límites
insospechados, como el de ver a otro ser humano en situaciones en las cuales necesita ayuda e
ignorarlo por temor a estar entrometiéndose en asunto que no nos conciernen, se debe concientizar
a la sociedad nuevamente sobre la importancia que tiene para la evolución de nuestra raza el hecho
de ver a los demás seres humanos como nuestros semejantes y no como extraños y estar prestos a
ser solidarios para que el futuro que le espera a nuestros hijos sea lo mejor posible.
Referencias Bibliográficas