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JaSE A. NARANJO Servicio Nacional de Geología y Minerla, Casilla 10465, Santiago, Chile
RESUMEN
La Zona de Falla Atacama es uno de los rasgos tectónicos más importantes del norte de Chile. Se ubica,
aproximadamente, entre los 20° y 29°S y está formada por tres segmentos cóncavos al oeste. Aparentemente, la forma
y ubicación geográfica de los segmentos controlan la distribución de las grandes cuencas o megahoyas hidrográficas
regionales, en el norte. La descarga del drenaje está, precisamente, dirigida hacia los sectores de convergencia de
estos segmentos arqueados.
Los movimientos verticales mayores, a lo largo de las trazas de la Zona de Falla Atacama, habrían sido sellados en el
Mioceno Superior. En cambio, los escarpes aluviales se desarrollaron mucho después, aun cuando éstos son
interpretados aquí como una actividad secundaria, controlada por los movimientos de aguas subterráneas y por la
distribución de las zonas de descarga de las megahoyas hidrográficas regionales, y no como una actividad tectónica
primaria del sustrato rocoso.
Palabras claves: Escarpes aluviales, Zona descarga hidrográfica, Cuencas hidrográficas regionales, Zona de Falla Atacama, Mioceno
Superior, Desierto de Atacama, Norte de Chile.
ABSTRAer
The Atacama Fault Zone, one of the most relevant features in northem Chile, is formed by three west-facing concave
segments, distributed between approximately 20° and 29°S. The major regional hydrographic drainage-patterns in the
north, seem to be controlled by the form and geographic location of Ihese segments. The drainage discharge is just
directed through the segment convergences.
Major vertical movements along the Atacama Fault Zone were probably sealed during Upper Miocene time. Although
alluvial scarps developed afterwards, these are not interpreted here as a primary tectonic activity, but as a secondary
activity controlled by the water-table discharge, along ancient inactive structures.
Key words: Alluvial scarps, Hydrographic discharge zone, Regional hydrographic drainage -pattern, Atacama Fault Zone, Upper Miocene,
Atacama Desert, Northern Chile.
INTRODUCCION
La Zona de Falla Atacama (ZFA) es uno de los mente). Su extensión total se estima en unos
rasgos tectónicos más relevantes del norte de 1.000 km. St. Amand y Allen (1960) sugirieron que
Chile. Se extiende a lo largo de la Cordillera de la esta estructura es una falla capaz, con movimien-
Costa y está formada por tres segmentos mayo- to principalmente en el rumbo. Arabasz (1968;
res, cóncavos al oeste, desde la latitud de Iquique 1971) sostuvo que este quiebre estructural experi-
(20 0 S) hasta los 29°S, aproximadamente (Fig. 1). mentó una compleja evolución desde el Mesozoi-
El tramo norte converge con el tramo central a la co, con desplazamientos de rumbo al comienzo y
latitud de Antofagasta (23°40'S) y éste, a su vez, reactivaciones con movimiento vertical, en su his-
con el tramo sur, en Bahía de Nuestra Señora, toria más reciente. Según este autor, los abundan-
entre Papos o y Taltal (25 0 y 25°20'S, respectiva- tes escarpes cuaternarios, a lo largo de la ZFA,
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FIG. 1. Distribución de la ZFA en el norte de FIG. 2. Distribución de las megahoyas hidrográficas regionales
Chile. Está formada por tres segmen- entre los 21 ° Y 26°S aproximadamente, en relación a la for-
tos cóncavos al oeste, que convergen ma y ditribución de los segmentos de la ZFA. 1. Zonas de
a la latitud de Antofagasta y de Bahía bajos topográficos; 2. Zonas de altos topográficos; 3. Sala-
Nuestra Señora. res.
J.A. Naranjo
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dan fe de una actividad continuada, aunque no pa- rior. Estos autores sugirieron, además, que el
rece estar actualmente activa como falla de rum- posible comportamiento transcurrente de la falla a
bo. esa edad, formaría parte de un conjunto de elemen-
Con posterioridad, numerosos levantamientos tos que permiten postular la existencia de un
geológicos han permitido estudiar excelentes aflo- borde continental "tipo Mariana" (ef. Uyeda, 1983),
ramientos a lo largo de la ZFA, habiéndose identifi- durante el Cretácico Inferior, en el norte de Chile.
cado franjas de rocas de falla formadas a partir de El tipo de movimiento y, principalmente, la edad
cuerpos intrusivos y lavas mesozoicas y, tam- de la actividad más tardía a largo de la ZFA, han
bién, a partir de metasedimentitas paleozoicas sido motivo de controversia (St. Amand y Allen,
(Mercado, 1978a, b; Naranjo, 1978; Bobenrieth, 1960; Arabasz, 1971; Naranjo y Puig, 1984) y aún
1980; Boric, 1981; Naranjo y Puig, 1984). Final- no se conoce una interpretación que satisfaga las
mente, Naranjo st al. (1984) sostuvieron que la interrogantes planteadas. Los objetivos de este
falla estuvo activa durante el Neocomiano, basa- trabajo son presentar nuevos antecedentes de te-
dos en antecedentes radiométricos, indicando que rreno que, en conjunto con un análisis simple de la
se habría desarrollado plutonismo sintectónico evolución geomorfológica, permitan interpretar la
asociado a esta etapa de actividad cretácica infe- actividad más moderna a lo largo de la ZFA.
MODELOS DE DRENAJE
El modelo regional de drenaje en la Depresión Y 26°S se pueden definir tres megahoyas hidrográ-
Central desde los 20 0 S hasta los 26°S, presenta ficas regionales, separadas por los altos topográfi-
notables diferencias entre diversos segmentos cos, a las latitudes de Sierra Gorda (22°50'S) y Sie-
que, en gran medida, se relacionan con la segmen- rra Vicuña Mackenna (24°30'S), ya mencionados.
tación de la ZF A. La más septentrional drena, fundamentalmente,
Además de la antes mencionada concavidad al hacia el Salar de Llamara, siendo el río Loa su cau-
oeste de los segmentos de la ZFA, existe otro ras- ce principal. Esta cuenca ha tenido una evolución
go significativo, hasta ahora no destacado. En desde el Mioceno Superior, con el desarrollo de
efecto, los sectores tangentes a la línea envolven- una secuencia estratigráfica compleja de sedimen-
te de los tres arcos descritos por la ZFA corres- tos lacustres (Naranjo y Paskoff, 1982). La hoya
ponden a las zonas más altas de la Depresión Cen- intermedia drena hacia los bajos topográficos a la
tral y Cordillera de la Costa, siendo ésta la barrera latitud de Antofagasta, a través de las quebradas
occidental de las hoyas regionales. Localmente, Caracoles y La Negra. Por su parte, la hoya más
se destacan algunos de esos altos topográficos meridional drena, principalmente, a través de la
de la Cordillera de la Costa como Sierra de Miran- quebrada Taltal, sector de convergencia hacia el
da, al noreste de Antofagasta y Sierra Vicuña mar del segmento meridional de la ZFA (Fig. 2).
Mackenna, al sureste de esta ciudad (24-25°S) Cabe destacar que entre las vías de drenaje se-
(Fig. 2). ñaladas existen numerosas quebradas de direc-
Los sectores de convergencia entre los tres ar- ción este-oeste, elaboradas en la etapa de inci-
cos de la ZFA, por el contrario, constituyen las zo- sión antigua y sobre las cuales no se produjeron
nas de menor altura en la Depresión Central y Cor- fenómenos de sobreimposición por parte del dre-
dillera de la Costa. En consecuencia, entre los 20° naje más joven.
Las características de las trazas en los diferentes En algunos sectores, estas estructuras han ge-
segmentos de la ZFA han sido descritas y estudia- nerado rasgos geomorfológicos correlacionables
das en detalle, principalmente, por Arabasz con las formas del paisaje, reconocidas a lo largo
(1971); además, Naranjo et al. (1984) y Naranjo y del Desierto de Atacama. Efectivamente, al norte
Puig (1984), aportaron algunos antecedentes adi- del aeropuerto de Taltal, en la rama oriental del seg-
cionales. Para los fines de este trabajo, los rasgos mento El Salado (Fig. 1), el bloque oriental formado
que revisten mayor interés son aquéllos que están por metasedimentitas paleozoicas está solevanta-
mejor preservados y se relacionan con la actividad do respecto del bloque occidental, que incluye vol-
más tardía de la falla : los movimientos relativos can itas cretácicas (Naranjo y Puig, 1984). A con-
verticales de bloques entre ramas paralelas. Es- secuencia de este alzamiento y a partir de la base
tos rasgos corresponden a escarpes de falla, pre- del escarpe, se acumularon depósitos de gravas,
sentes en los diferentes segmentos, que mayorita- principalmente, con clastos de metasedimentitas.
riamente se exponen cara al este, aunque, local- Se pueden observar sólo remanentes de estos de-
mente, se distinguen escarpes con cara al oeste pósitos, puesto que, con posterioridad, fueron in-
(e.g. rama oriental del segmento El Salado). Los tensamente erosionados por procesos de pedimen-
escarpes mayores corresponden a fallas que !le- tación, que afectaron a las rocas volcánicas del
gan a tener saltos de hasta algunos cientos de me- bloque occidental descendido (Fig. 3). Cabe desta-
tros, y que se desarrollan yuxtaponiendo o despla- car que, inmediatamente al norte, la falla Taltal, de
zando metasedimentitas y granitoides paleozoi- rumbo noroeste, desplaza sinistralmente, en apro-
cos, y volcanitas, sedimentitas y plutonitas meso- ximadamente 8 km, al segmento El Salado, truncan-
zoicas. do en forma conspicua, al pedimento previamente
J.A. Naranjo
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FIG. 4. Fotografía aérea del sector de Paposo (a). Traza de falla normal del segmento Salar del Carmen (b), claramente
truncada por el escarpe costero (e), elaborado durante el Mioceno Superior.
J.A. Nararjo 49
En general, los escarpes en el aluvio y en el re- carpes, distanciados entre sí desde 50 hasta 500
golito se alinean formando varias trazas paralelas, momás.
constituyendo zonas o franjas discontinuas de es-
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FIG. 5. Escarpe de unos 3 m en depósitos aluviales, a lo largo de la falla FIG. 6. Lente de ceniza de 1 m de espesor, datado en 3,0 ± 0,2 Ma, interca·
Salar del Carmen, en la localidad homónima. lado en el escarpe en los depósitos aluviales; sector Salar del Carmen.
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FIG. 8. Fisura de orientación sinuosa que afecta al regalito sin producir des· F
FIG. 7. Fisura o fractura proyectada sobre el regalito al pie de los cerros m
ubicados al oeste de Salar del Carmen. plazamiento relativo vertical.
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FIG. 9. Proyección de una fisura sinuosa desde el regolito a
través del ápice de un cono aluvial moderno.
ustroto rocoso
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aguas subter rcineos (Inc remento de permeabilidad)
rocoso Impermeab le
FIG. 11. Diagrama que representa los rasgos principales del escurrimiento de aguas controlado por fallas y el
efecto de colapso en los depósitos no consolidados.
antiguas y no sobre depósITos aluviales de la falla En este caso, la movilización lenta del agua sub-
Taltal, que trunca a dicho segmento. Naranjo y terránea pudo haber tomado como cauces los anti-
Puig (1984) estimaron que tales formas de angos- guos escarpes de falla del sustrato rocoso (con un
tos valles ciegos en el aluvio se habrían originado incremento adicional de la permeabilidad), remo-
por fenómenos de "sufusión" o "elutración", defini- viendo los materiales más finos del relleno no con-
da como la remoción de material en suspensión en solidado, y desencadenando, posteriormente, el
una mezcla saturada, por lixiviación o decanta- colapso del mismo a lo largo de dichas fallas. La
ción, quedando atrás las partículas más pesadas misma explicación cabría para la formación de fisu-
(Bates y Jackson, 1980). De un modo similar, la re- ras en el regalITO (Fig. 12).
moción del material no consolidado, más fino, ha- Esta hipótesis está apoyada en dos hechos sig-
cia la subsuperficie, acompañada de la disolución nificativos:
de materiales salinos, se habría producido median- 1. La migración y posterior descarga de las
te los movimientos de aguas subterráneas a tra- aguas subterráneas de toda la cuenca o megaho-
vés de las trazas de falla previas (donde aumenta- ya hidrográfica intermedia, se concentra precisa-
ría la permeabilidad hacia abajo), selladas y cubier- mente hacia el sector de Salar del Carmen, que
tas por dichos aluvios. constituye un gran bajo topográfico.
En forma análoga, los escarpes y fisuras, al 2. Es en ese sector donde se concentran y
oeste de la cuenca de Salar del Carmen, podrían convergen las estructuras de escarpes aluviales
también haber sido formados por reacomodación o juveniles y no en sectores de altos topográficos
colapsos gravitacionales de los depósitos no con- mayores. Cabe destacar que los escarpes o valles
solidados (conos aluviales coalescentes) a lo lar- ciegos aluviales también convergen en las cerca-
go de fallas de desplazamiento vertical, previamen- nías de Quebrada Taltal, que constituye otro gran
te formadas (¿durante el Mioceno Medio-Supe- bajo topográfico.
rior?) (Fig. 11).
CONCLUSIONES
velocidad del caudal es la mayor, de acuerdo a la las convergencias de los arcos descritos por los
ley de continuidad o caudal constante. Los secto- segmentos de la ZFA. No se reconocen escarpes
res de descarga se concentran, a su vez, hacia aluviales en los sectores de altos topográficos.
AGRADECIMIENTOS
Deseo expresar mis agradecimientos a los geó- manuscrito y a la Sra. Erika Miranda por la ayuda
logos Patricio Sepúlveda, Miguel Hervé, Ramón en el mecanografiado del original. Este trabajo es
Moscoso y Carlos Ramírez, del Servicio Nacional una contribución al Proyecto 202 del PICG, Me-
de Geología y Minería, por la revisión crítica del gafallas de Sudamérica.
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