Вы находитесь на странице: 1из 2

Impacto del divorcio a niños y adolescentes

El divorcio en ocasiones puede ser como la única vía de salvación para poder
solucionar los problemas que sucede en la familia, siendo un proceso muy complejo,
deja efectos que pueden marcar la vida de un individuo, depende mucho de la
madurez y asimilación con que se tomen las cosas.
En este proceso complejo del divorcio las causas que se tienen pueden ser
psicológicas y emocionales, derivando estrés, angustia, dolor, sentimientos de coraje.
Estos procesos de adaptación a una nueva forma de vida necesitan tiempo, a partir
de la separación física el estado de ánimo y los sentimientos van a enfrentarse, para
empezar a entrar en el proceso de aceptación, un reencuentro con nuestros errores y
de qué manera los manejamos, además, saber lo que nos llevó a tomar la decisión
del divorcio.
Cada miembro que hay en la familia tiene un determinado tipo de personalidad por lo
cual se debe tomar en cuenta a cada uno, puede haber casos de una separación
amistosa o conflictiva y no a todos los integrantes de esa familia afecta igual. Existen
personas que lo toman de manera más tranquila y otras de forma agresiva, aun
viviendo la misma situación.
En lo que respecta los hijos el divorcio llevara a que ellos asuman nuevos roles y
creencias, Si no se tiene un apoyo adecuado durante el proceso y la adaptación a su
nueva forma de vida, lo hijos inconscientemente, son orillados a asumir
responsabilidades que no les corresponden; convertirse en el pilar económico de la
casa, o ver y educar a los hermanos, hacer tareas en el hogar; ajenas a su edad. Esta
gran confusión, puede crear severos problemas psicológicos en los niños, es una
carga muy pesada, y quienes no pueden resistir pueden llegar a atentar contra su
vida, sin embargo, hay quienes maduran más rápido y aunque les cuesta tiempo
adaptarse logran salir adelante, convirtiéndose en protectores de su familia y en
personas seguras e independientes. Cualquiera que sea el caso, es muy importante
estar cerca de los hijos, darles amor, seguridad y que se sientan protegidos, eso hará
menos difícil adaptarse a vivir sin una figura tan importante como lo es la madre o el
padre.
El divorcio de los padres en los niños pequeños es algo que lo tenemos que tratar con
mucho cuidado, los niños se han acostumbrado a una rutina y a unas pautas
familiares que han estado presentes desde el momento del nacimiento y que ahora,
por motivos que probablemente escapan a su comprensión por lo cual actúan de
manera diferente.
No siempre se debe tomar esto con algo traumático. Más que el divorcio en sí, lo que va a
influir es el nivel de conflicto que hay. Si los padres no se ponen de acuerdo y los niños
viven situaciones de gritos, peleas o insultos va a ser más traumático que si el divorcio es
de mutuo acuerdo y el niño no vive esas situaciones de conflicto. Una edad que pueda ser
difícil comprende de los 5 a los 11 años. En este período, los niños todavía dependen
mucho de los padres, más que del grupo de amigos, por lo tanto, cualquier cambio en la
estructura familiar les va a afectar. El adolescente está más pendiente del grupo de iguales
que del núcleo familiar.
En lo que respecta a los adolescentes cuando sus padres se divorcian están
condenados a sufrir problemas emocionales o de otro tipo. Pueden convertirse en un
futuro en adultos estables, especialmente si mantienen contacto con ambos padres.
Ahora bien, es ingenuo pensar que, como dicen algunos, el divorcio siempre será lo
mejor para los hijos o que acabará con toda la tensión que existe entre los cónyuges.
A veces se tiene que tratar más con el cónyuge intolerable después del divorcio
que antes, y las cuestiones son más polémicas, pues tienen que ver, entre otras
cosas, con la manutención o la custodia de los hijos. En esos casos, el divorcio
no elimina los problemas familiares, solo los transforma.
En los adolescentes también cuando sus padres pasan por un período de divorcio la
conducta se vuelve más hostil y agresiva, además aumentan las tasas de consumo de
drogas y alcohol y la conducta delictiva. Estas consecuencias pueden ser evitadas
con un trabajo de cohesión y coordinación por parte de los padres.
El cambio de conducta debe a la mala relación que se establece entre los
progenitores a causa de la ruptura, al sentimiento de culpa que el adolescente puede
tener y a la carga de responsabilidades y tareas que recae en éste a causa de la mala
gestión de los padres, en especial cuando tiene hermanos pequeños.
En ocasiones se dan una serie de roles hijo mayor puede asumir el rol de padre o
madre ante los hermanos más pequeños, situación que persiste aún y cuando él llega
a ser adulto e incluso ha formado una nueva familia.
El hijo que tuvo que convertirse en figura paterna o materna adopta muchas
responsabilidades a corta edad debido a que alguien debe asumir ese rol en
las familias monoparentales. De hecho, es quién cuida de los hermanos y se convierte
en un proveedor emocional o apoyo para los integrantes del núcleo familiar.

Вам также может понравиться