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Las hojas se utilizan para tratar infecciones por úlceras o gusanos, para enfermedades
cardiovasculares o incluso para la lepra. Los agricultores indios también lo han utilizado como
pesticida y repelente de insectos.
Para empezar, deberás ir a una herboristería o tienda especializada y hacerte con las hojas
de este vegetal o bien la corteza, aunque es más fácil conseguir las primeras. Desde ya,
también se puede cultivar.
Pero no en todos lados se consigue árbol de neem con tanta facilidad. Por eso mismo,
también puedes tener en cuenta al aceite, el cual se puede preparar a partir de sus semillas
(que también se compran en herbolarios y tiendas de productos naturales). Estas son las dos
formas más habituales de uso de este gran vegetal. Mejor ver al detalle a cada uno de ellos.
Té de neem
Aceite de neem
El aceite de neem se puede preparar en casa. No es algo sencillo de hacer y debes tener en
cuenta que vas a necesitar un kilo de semillas para obtener alrededor de 100 ml de aceite.
El proceso se hace mediante el machacado, pero un machacado ligero en un mortero, para
quitar las cáscaras y luego hacer una pasta con las semillas hasta que se vaya liberando el
aceite. Es un proceso largo y que requerirá de tu paciencia.