El precio del fracaso

El fracaso es una parte integral del camino al éxito que es una lástima que tan pocas personas lo
entiendan. Pero los pocos que entienden que el fracaso puede ser bueno son los millonarios y
billonarios que habitan nuestro planeta.

Para triunfar hay que dominar el arte de fracasar hacia adelante. Esto significa que usted usa el
fracaso como una lección de aprendizaje y por eso cae hacia adelante.

El fracaso enseña muchas lecciones:

Una de las lecciones es que la mayoría de las cosas que usted intenta en la vida salen mal. La
mayoría de los seres humanos tienen una actitud equivocada sobre fracasar en los negocios o en
la escuela o en donde sea. Nada catastrófico pasa cuando eso sucede y siempre se puede tratar
otra vez, con más inteligencia y con diferentes estrategias.

Siempre hay que tratar de triunfar con todo el corazón y la actitud mental de triunfo para así estar
seguros que si por casualidad fracasa, saber que el fracaso no se debió a falta de interés y
esfuerzo.

Algunas ideas para lidiar mejor con el fracaso:

1. Tenga la mente abierta y experimente con muchas ideas en diferentes industrias.

2. Dele su mejor esfuerzo. Si fracasa en algunas de sus gestiones, no se autocastigue.
Entienda que el fracaso es siempre una posibilidad y que la próxima vez se corregirán los
errores.
3. Ame lo que haga u olvídelo. Ni se moleste en involucrarse con alguna oportunidad de
negocio, si usted no siente pasión por ese proyecto. Nada puede reemplazar su
entusiasmo y su interés en triunfar.
4. En el mundo de los mercados hay una regla que dice: corte las perdidas rápido y deje
correr las ganancias. Cuando un anuncio, un programa de mercadeo o un negocio, no
están funcionando bien, no siga metiéndole cientos de horas y de dinero al proyecto, en
vez, cámbielo o déjelo.
5. La gran lección. Fracase rápido. Es necesario en la vida entender cuando es hora de
cambiar lo que se esta haciendo y no mirar hacia atrás.
6. Arriesgue poco y vaya paso a paso. No le meta toda la apuesta a un producto o
negocio.
7. Acepte que el riesgo es parte de la vida. Nada en la vida está libre de riesgo. El que
quiera estar libre de riesgo tienen que estar en un cementerio.

Las personas mayores, casi siempre se lamentan de riesgos que no tomaron, no de riesgos que
tomaron que salieron mal.

No viva en el mundo del lamento, arriésguese y eche para delante.