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El escenario social, político, económico y cultural mundial actual está abarcado por el modelo
neoliberal y neoconservador. Por ende, hablar de América Latina requiere ubicarla dentro de
ese escenario.
La globalización
Esta concepción de la globalización abandona la idea de que el proceso hacia el progreso social
no es producto del destino, y que la humanidad, puede guiarlo e in-fluir sobre él. La
globalización apare-ce naturalizada como el destino. Uno se suma o queda fuera de juego.
Partiendo del supuesto de que el modelo neo-neo expresa el discurso hegemónico de esta
época -hegemonía fortalecida por la crisis del proyecto ideológico y político alternativo al
sistema capitalista-, a continuación, se hará referencia a algunos de sus rasgos que más
directamente determinan la problemática educativa y escolar.
Perfil económico
Esta nueva etapa del desarrollo capitalista muestra una hegemonía del capital especulativo
financiero por sobre el clásico capital de inversión industrial; una globalización de la
produc-ción y del mercado; una vertiginosa mundialización de loa flujos financieros y una gran
explosión del flujo financiero no regula-do; una concentración económica transnacional y un
debilitamien-to del poder de confrontación de los trabajadores; una crecien-temente libre
circulación del capital y restricciones a la libre cir-culación de la fuerza de trabajo.
En esta nueva fase de la globalización para los países depen-dientes, el capital extiende sus
intereses productivos a todo el globo, integrándolo en un sistema internacional de
acumulación y división del trabajo. La información y la multimedia tienen importancia como
soporte de este proceso de consolidación y expansión de la sociedad global.
Perfil social
Esta exclusión social y la consiguiente desafiliación social, muestran que el trabajo ha dejado
de ser factor de integración para un número creciente de sectores sociales.
Perfil político
Predomina una democracia restringida, que se consolida con el paulatino debilitamiento del
aparato político del estado y de la sociedad civil y su consiguiente escaso control de las
reformas políticas y económicas que se desarrollan. Se manifiesta en una ciudadanía débil,
intermitente, desencantada y alejada de la cosa pública.
El Estado se convierte en un agente subsidiario que tiene como única función garantizar
las condiciones sociales y económi-cas que permitan la acumulación de capital de los grupos
do-minantes.
Se desmantelan los restos del Estado Benefactor: el nuevo Estado restringe y deteriora
su atención a los servicios públi-cos básicos: la educación. la salud, la vivienda, la seguridad
social pasan a regirse por la lógica del mercado
A la crisis de los sujetos sociales históricos -en especial la clase obrera- y de las formas
burguesas de representación polí-tica, y de la política misma, se suma una importante
concentra-ción del poder de las clases dominantes a nivel internacional.
Perfil cultural
b) Consumo cultural
Uno de sus rasgos es el acelerado cam-bio de los conocimientos y las tecnologías, definidos
desde una condición efímera de "uso y descarte". En la práctica, surge un nuevo orden
simbólico de impacto masivo, a menudo indiscrimi-nado, que modifica sustancialmente los
imaginarios cotidianos: los semiotiza, los incorpora y proyecta en la aldea global.
Se conforma así una hegemonía cultural que reduce al ciudadano a la condición de receptor
pasivo e individual de mensajes y flujos de información: el ciudadano consumidor cultura/: “
...una de las manifestaciones de este cambio es que las for-mas argumentativas y críticas de
participación ceden su lugar al goce de espectáculos en los medios electrónicos, en los cuales
la narración o simple acumulación de anécdotas prevalece sobre el razonamiento de los
problemas, y la exhibición fugaz de los acon-tecimientos sobre su tratamiento estructural y
prolongado”.
c) Cultura ciudadana
El sesgo economicista del neo-liberalismo confunde ciuda-dano con agente económico, con
cliente, con consumidor, con-fusión que expresa un desprecio a la preocupación moderna por
la ciudadanía, su sometimiento al mercado, y una reducción de la noción de democracia al
entenderla como proce-so fundamentalmente económico que se manifiesta a través de las
elecciones del consumidor. Esta concepción de democracia y de ciudadanía es determinada
por el componente neoconservador en cuatro dimensiones:
como ciudadanía acrítica, práctica social no problemática que hace una lectura no crítica
de su herencia cultural.
como ciudadanía fragmentada y apática, producto de una sociedad con débiles tramas
asociativas, muy impregna de la ética neo-darwinista;
como ciudadanía consumidora cultural, para un modelo que necesita receptores pasivos
e individuales de los numerosos y heterogéneos flujos de información y de bienes.
Supuestos éticos
Este modelo genera una creciente dualización y polarización societales: fuerte incremento de
las des-igualdades; concentración de la riqueza y pauperización y fragmen-tación de las clases
subalternas.
a) Utilitarismo
Subyace en su conformación ética un paradigma utilitarista -la búsqueda exclusiva del propio
bien y de la satisfacción del interés propio- a expensas de un paradigma romántico -
orienta-ción de vida identificada con principios, ideales y consideración de los otros.
b) Neodarwinismo
No vale la construcción colectiva, la persona vale sólo por su condición de agente productor
económico. El libera-lismo clásico se preocupaba por el hombre y por todos los hombres; éste
no. Los desocupados, los excluidos, no tienen dere-chos; éstos sólo son conferidos por la
condición de agente eco-nómico, no por la de ciudadano.
Bauman afirma que en los países centrales la estética del con-sumo ha sustituido a la ética del
trabajo. Ésta, vinculaba la dignidad indi-vidual y el respeto social al esfuerzo productivo, el que
se volca-ba en actividades útiles para la sociedad.