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El mes de Elul (XV).

MES DEL DESPERTAR ESPIRITUAL


Publicado el 19 agosto 2010 por mcketer

Nuestra vida se desenvuelve en una era de progreso tecnológico incesante, con grandes adelantos en los
campos de la ciencia y la tecnica, pero no nos es dado comprobar que se operen transformaciones
simultáneas en los valores éticos, en la misma progresión ascendente.
Relatan los textos homiléticos que en la época de Noé, inmediatamente posterior al diluvio universal, estaban
los constructores de la torre de Babel tan enfrascados en su trabajo y era tan grande su afán por “tocar el cielo
con las manos”, que cuando se rompía un ladrillo se sentaban a llorar por la pérdida; en cambio cuando
un hombre sufría algún accidente, nadie su inmutaba por ello.
Algo análogo sucede en nuestros días. Se protege con todo celo cada ladrillo de la técnica, pero no se da
importancia a la caída del hombre. En la antigua civilización egipcia, el río Nilo era un dios para los
habitantes de sus márgenes, ya que las aguas del curso fluvial irrigaban las tierras egipcias y les
proporcionaban buenas cosechas. En consecuencia, el Nilo constituía la fuente vital de supervivencia para los
egipcios, y lo consideraban un dios de quien dependían sus vidas. Por eso el egipcio miraba siempre hacia el
río, hacia abajo, para ver si sus aguas crecían o bajaban.
Muy por el contrario, en Israel la feracidad del suelo depende de las lluvias. Por eso el campesino israelita
tenía que dirigir su vista al cielo para ver si anunciaba lluvia, de lo cual dependía el buen éxito o la
pérdida de a cosecha. En eso se manifiesta claramente la diferencia entre la cultura judía y las demás
civilizaciones del mundo: en la orientación de los sentimientos religiosos, que trasuntan el pensamiento y el
espíritu de las personas.
Por idéntica razón surgió en el desierto el becerro de oro; cuando los libertos judíos decidieron hacer un ídolo,
fundieron sus joyas y adornos de oro, y apareció por sí mismo un becerro que también mantiene la vista
clavada en el suelo, de donde obtiene su alimento. Cuando comienza el mes de Elul, trayendo consigo el
anuncio de los Días Solemnes, elevamos nuevamente la vista hacia arriba, hacia las alturas,
emprendiendo la difícil tarea de la purificación espiritual para comenzar el nuevo año.

Según las Sagradas Escrituras, existen tres clases de santidades: La santidad de la tierra (Eretz Israel); la
santidad del tiempo y la santidad del ser humano. La topografía del planeta no es uniforme: existen
prominencias y depresiones, llanuras y montañas. Lo mismo sucede con el tiempo: no son todos los días
iguales entre sí, puesto que hay días hábiles y feriados, sábados y festividades. No en vano el Creador
“trabajó” durante seis días para crear el mundo, y en el séptimo día descansó. Por eso el séptimo día de la
semana fue santificado como de descanso obligatorio, y en las bendiciones de las fiestas decimos:
“Mekadesch Israel ve-haz’manim” (Santifica a Israel y a las festividades).
Elul es algo así como la primera estación en el tiempo, destinado al despertar espiritual, a la
purificación del alma humana y a la elevación del individuo. Un pensador moderno afirmó que en el mes
de Elul comienza el proceso espiritual que culmina con Rosh Hashaná y lom Kipur. Durante todo el año
estamos atareados con nuestros propios asuntos, como si corriésemos una carrera automovilística; en Elul
empezamos a disminuir la velocidad de nuestras máquinas, para poder detenerlas completamente llegado el
momento. Si se frenara brusca e imprevistamente en mitad de una carrera vertiginosa, cualquier automóvil
volcaría sin remedio. Por eso es imprescindible comenzar a disminuir la velocidad un tramo antes del sitio
elegido para detenerse. Lo mismo ocurre con el ser humano: Si pretendiera frenar repentinamente su tren de
vida al llegar Rosh Hashaná, no soportaría el violento cambio anímico y su espíritu se desequilibraría. Por eso
comienza a aminorar la marcha con un mes de anticipación, y puede detenerse sin contratiempos en el lugar
exacto: en los Días Solemnes del mes de Tishré. Ese es su punto terminal en el proceso de catarsis espiritual,
que incluye las dos fases principales: el examen de conciencia y la contrición.
Este último acto – la contrición – comienza precisamente a principios de Elul, según consta en Deuteronomio,
IV-30 y XXX-2: “Tornarás hasta el Eterno, tu Dios, y oirás Su voz”. Al respecto comentó un exégeta, que
es particularmente importante el hecho de que se subraye “tu Dios” , en lugar de decir “tornarás hasta Dios”.
Esto significa que hay que volver la vista y el pensamiento hacia el Dios interior que cada uno lleva en su
corazón. Agrega el mismo comentarista que nuestros mandamientos son distintos que los de otros pueblos.
Las leyes civiles, penales, comerciales, criminales y militares de todos los países, castigan los actos delictivos
de las personas y nada más. El individuo sólo es responsable de sus actos frente a la ley, pero no de sus
manifestaciones verbales; en los regímenes totalitarios también puede declaraciones inconvenientes, pero de
ningún modo se pueden tomar medidas contra él por sus ideas o sentimientos, mientras no los públicamente.
– ¿Cómo podría imponerse en una legislación corriente el mandato: “Tornarás hasta el Eterno, tu Dios? –
¿Cómo podría ordenarse a una persona: “Amaras al Eterno, tu Dios, con todo tu corazón, y con toda tu
alma y con todo tu haber” (Deuteronomio, VI-5)? ¿Acaso se puede imponer rígidamente una conducta
determinada en el sentir y en el pensar?
En esta emergencia acude en nuestra ayuda el Talmud, aclarando que el versículo citado en ultimo termino se
refiere a la contribución personal de cada uno, para que el Nombre divino sea amado. -¿Cómo se puede
lograr ese fin sublime? Mediante la práctica de las buenas costumbres, la probidad y la virtud. El Talmud dice;
“Que el hombre lea y estudie, que sirva a los discípulos de maestros, que alterne plácidamente con sus
semejantes, que trafique en el mercado honradamente, que maneje sus negocios de buena fe, etc.” Así se
conseguirá hacer amar el Nombre del Todopoderoso. Es cierto que no se pueden imponer restricciones o
directivas al pensamiento ni a las pasiones, pero sí se puede encaminar al hombre por el camino de
las buenas acciones; y como “la costumbre se hace hábito”, la práctica de los preceptos de virtud y
urbanidad conducirá a la contrición. Tal es la intención del mandato: “Tornarás hasta el Eterno, tu Dios”. La
finalidad es retornar al cumplimiento de los preceptos de rectitud, integridad y hombría de bien que nos ordenó
el Altísimo.
El valor práctico de los preceptos del judaísmo, es la superación ininterrumpida del individuo en la faz
humana, que es mucho más importante que la faz intelectual. Se procura orientar los sentimientos en
determinada dirección, aunque esto parezca arbitrario, porque el judaísmo no es una religión de
sentimientos sino de principios, y los sentimientos deben educarse y refinarse en función de los
principios – que son absolutos. Es solo una cuestión de aprendizaje.

Un judío piadoso dijo en cierta ocasión que la exhortación: “Oye Israel, el Eterno nuestro Dios, el Eterno es
Uno. Y amarás al Eterno, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con todo tu haber” (Deuteronomio,
VI-4/5), no es realmente un mandamiento ni una orden, sino un consejo amistoso. “Oye!” dice la Tora; oye y
entiende cómo evoluciona y se comporta el cosmos, y llegarás por ti mismo a la suprema conclusión
de que Dios es Uno; y lo amarás con todo tu ser, cumplirás Sus preceptos y obrarás según Su
voluntad.

De modo que estamos frente a un problema de mero acostumbramiento; todo consiste en hacer frenar
paulatinamente y con suavidad el tren de nuestra vida, hasta alcanzar la meta deseada – la purificación
espiritual -donde nos estacionaremos.
Se cuenta de un cantor litúrgico, que en vísperas de los Días Solemnes, le anunció al rabino de su
congregación que repasaría el Ritual de Oraciones, el “majzor”; a lo cual el rabino le respondió: “Mejor haría
usted en efectuar un repaso de sí mismo, porque el “majzor” ya está repasado hace mucho…”
Por todo esto, cuando comienza el mes de Elul, que es el mes del despertar espiritual, estamos
llamados a ennoblecer nuestros corazones, a hacernos mejores y más buenos, examinando nuestros
actos – nuestro “majzor” – el libro de nuestra vida.

Para orientar los sentimientos, para dirigir las pasiones por medio de los preceptos, buenas acciones y hábitos
que nos dicta el judaísmo, debemos hacer uso prudente del libre albedrío de que gozamos, sin abusar del
mismo. Así, imponiendo las debidas restricciones al libre albedrío, “tornaremos hasta el Eterno, nuestro
Dios, y oiremos su voz”.

Entre las muchas anécdotas risueñas que se cuentan del popular bromista Hershele Ostropolier, figura la
siguiente: Oyendo cierta vez al rabino de su aldea llorar amargamente mientras decía: “El hombre proviene de
la tierra y su fin es la tierra”, el alegre personaje le dijo: ¿De qué se lamenta usted tanto? Si bien es cierto que
el hombre proviene de la tierra y que cuando muere vuelve a ella, entre el nacimiento y la muerte hay un lapso
suficiente como para servir al Altísimo cumpliendo preceptos, haciendo méritos y disfrutando de la vida.-
¿Para qué, entonces, amargarse tanto? También se dice – según las Escrituras , que cuando los judíos
practican la contrición el Todopoderoso en persona se envuelve en un manto ritual y ruega por su pueblo;
Dios mismo se convierte en emisario del pueblo de Israel e intercede por su bienestar y buenaventura. El
poder de la contrición es tan grande, que puede hacer maravillas; por las rendijas más pequeñas pueden
atravesar las cosas más extraordinarias. Dice el Eterno: Abridme una puerta minúscula como una cabeza
de alfiler, y yo abriré para vosotros portones como para que pasen los más grandes vehículos. Algo
parecido ocurre con el “shofar”: cuando se sopla por el cuerno del lado más estrecho, se escuchan
los sonidos por el extremo amplio.
El sentido del despertar espiritual, que se produce en el mes de Elul, es abrir aunque sólo fuere en mínima
medida (aumentará con el tiempo) los corazones de los hijos de Israel, insuflar el aliento por el lado angosto
del alma humana, con lo cual la vos saldrá por el lado opuesto y se ensanchará, llegando hasta las máximas
alturas.
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Elul: Recuperar la intimidad con D-os


Publicado el 16 agosto 2010 por mcketer
Existe un proceso, [una construcción espiritual] desde el momento del Éxodo hasta el intercambio de votos
entre D-os e Israel al pie del Monte Sinaí. Al D-os pronunciar los Diez Mandamientos, Israel acepto y dijo
Naasé veNishmá, “Haremos y escucharemos”.
La unión apasionada con D-os iba a tener lugar 40 días después. El 17 de Tamuz, cuando Moisés bajo las
Tablas de la Ley; empero, cuando encontró a Israel venerando al becerro de oro, enfadado las hizo trizas y la
unión se perdió.
“¡La novia debería avergonzarse por haber sido infiel bajo el mismo dosel nupcial!”, comentaron los sabios.
Los votos que intercambiaron Israel y Dios habían sido vulnerados. No es de sorprender que el periodo de
tres semanas desde el 17 de Tamuz hasta el 9 de Av se convirtiera a la larga en un tiempo de duelo, por
Jerusalén, el Templo, el exilio y las tribulaciones de Israel.
Para enmendar el daño ocasionado, Israel debió aceptar nuevamente el yugo del Cielo sobre sí. Moisés
ascendió al Monte Sinaí por segunda vez, permaneciendo ahí 40 días, desde el 18 de Tamuz hasta el fin de
Av, implorando misericordia. Al finalizar este plazo, D-os accedió aceptar nuevamente a Israel. La vulneración
de los votos había sido rectificada.
Inmediatamente después, el primero de Elul, Moisés ascendió de nueva cuenta al Monte Sinaí por 40 días, en
anticipación para recibir las Segundas Tablas, que servirían para sellar otra vez la unión. Durante este tercer
ascenso, Moisés iba también a reafirmar la subyugación total del pueblo al Creador. Esto constituyó el nivel
máximo de arrepentimiento, que apuntaba a forjar el lazo más estrecho.
La diferencia fundamental entre los aspectos verbales y escritos de la unión es que tan sólo después de que
el intercambio de votos en el Sinaí fue ratificado por el Pacto de las Tablas, es que pudimos tener una relación
de apego apasionado con D-os.
En Iom Kipur, después del tercer ascenso de Moisés, D-os entregó las segundas Tablas a Israel. El mensaje
de D-os a Israel: “De entre todos los pueblos de la tierra, tan sólo a ti conocí”, cobra efecto exclusivamente en
este segundo nivel. La expresión hebrea que se utiliza es yadati, que proviene de da-at, el intimo
conocimiento que el amor ofrece. En ese instante se selló la relación intima que D-os e Israel siempre
compartirían.
Y con todo, algo perdimos. No pueden comparase las Segundas Tablas con las primeras, pues estas habían
sido talladas y grabadas por D-os Mismo, en tanto que las segundas tablas fueron talladas por Moisés y
grabadas por D-os, denotando que la unión producida en Iom Kipur no gozaba del mismo nivel de intimidad
que la que se podría haber logrado el 17 de Tamuz.
Las Primeras Tablas habrían entregado a Israel la Luz Infinita de la Creación y, de no haber sido rotas, el
Talmud dice que ninguna nación podría haber podido dominar a Israel. No se habría producido el exilio y ya
habríamos ingresado a la era mesiánica.
Sin embargo, algo pudimos rescatar de esa perdida. D-os nos entregó las primeras Tablas aunque no las
hayamos recibido. Las Primeras Tablas se encuentran en este mundo; no tenemos acceso directo a ellas,
pero, mediante el estudio intenso de la Torá a veces se nos revelan destellos de luz. Sólo con la llegada de la
era mesiánica, podremos recobrar acceso pleno a las Tablas originales y tener una intimidad total con el
Todopoderoso.
En nuestros tiempos, los 40 días que abarcan desde el inicio de Elul hasta Iom Kipur sigue siendo un tiempo
en el que D-os está particularmente cercano y accesible. D-os aguarda que purifiquemos las Tablas de
nuestro corazón y retornemos a Él hasta que alcancemos la embriagadora emoción a la que alude la
expresión “tan sólo a ti conocí”.
El mes “mágico” de Elul y los Diez días de Teshuvá (arrepentimiento/ retorno) entre Rosh HaShaná y Iom
Kipur estan impregnados con una atmósfera que nos facilita sentir un sobrecogedor anhelo por apegarnos a
D-os. Nos cargamos de energía para corregir el pasado y cumplir con el mensaje de Elul: “Yo soy de mi
amado y Él me añora”. El servicio al cual aspiramos en Elul está aludido en las letras hebreas de la palabra
Elul, un acrónimo de Aní leDodi ve Dodi li, “Yo soy de mi Amado y mi Amado es mío”.
(Extraído y adaptado de “Living the Kabalá” , escrito por Simcha Benyosef)
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De Elul hasta Iom Kipur


Publicado el 15 agosto 2010 por mcketer

Nuestros sabios cuentan que una de las causas que ocasionó la destrucción de nuestro Beit Hamikdash –
Templo de Jerusalem- fue que los judíos se comportasen de acuerdo a la Torá.
A simple vista estas palabras suenan extraño. ¿Qué más espera el Creador, de Su pueblo elegido, que el
comportamiento de acuerdo con Sus enseñanzas?
Sin embargo, a la luz del Midrash, las palabras de nuestros Sabios adquieren el verdadero matiz que éstos
quisieron darles. El Midrash nos cuenta que cuando Di-s Se dispuso a crear al hombre, pidió el consejo de
Sus servidores.
Llamó a la Torá y le dijo:
-Crearé un hombre. Pero si éste pecara contra Mi ¿qué he de hacer?
A lo que la Torá respondió:
-Que traiga una ofrenda de expiación y su falta le será perdonada.
Preguntaron a su vez a Di-s:
-¿Si el hombre pecara, qué será de él?
Y Di-s respondió:
-Que se arrepienta y retorne a Mi, ofrezca un sacrificio de expiación y será perdonado.
De este modo las palabras de nuestros sabios se tornan comprensibles. Los judíos fueron desterrados de su
tierra tras la trágica destrucción del Beit Hamikdash, como castigo por observar tan sólo el consejo de la Torá.
Ofrendaban el sacrificio expiatorio sobre el altar, pero carecían del sincero arrepentimiento.
Tras el mes de Av, mes en el que año tras año recordarnos dicha terrible época con la finalidad de derivar de
su conmemoración las conclusiones correctas, le sigue a continuación el mes de Elul con su propio mensaje.
El mensaje de Teshuvá -el retorno hacia el Creador- adquiere, en este mes, un carácter especial. Como
muestra de Su amor hacia Su pueblo, Di-s, en Su magnífica bondad, Se autoimpuso aceptar la Teshuvá del
judío, en cualquier oportunidad en que éste decidiera abandonar la senda del pecado. Y a pesar de que la
Teshuvá es oportuna en cualquier ocasión del año, los dias del mes de Elul, los últimos del año, se hacen más
propicios a tal efecto.
Rabi Shneur Zalman de Liadí -fundador del movimiento Jabad Lubavitch- da un ejemplo muy esclarecedor al
respecto, en su libro Likutei Torá. Todo el año, aquél que desea ser recibido en una audiencia especial con el
rey, debe primero pasar por guardias, secretarios, jefes de cámara, consejeros, en fin, toda la maquinaria
burocrática que reglamenta la conducta dentro del palacio real. Cada una de estas personas deberá entender
la causa del especial pedido de audiencia, y autorizarla como causa válida, dificultándose a cada paso la
posibilidad de llegar a la ansiada audiencia real. Sin embargo, el rey, en su afán de hacer el bien para con su
querido pueblo, no se contenta con el período establecido para las audiencias, sino que, en una época del
año, sale de su palacio hacia el campo y se encuentra cara a cara con sus súbditos, recibiéndolos con
beneplácito y sonrisas, atendiendo sus pedidos, concediéndolos. Del mismo modo -dice Rabí Shneur Zalman-
eligió Di-s al mes de Elul, a pesar de que la Teshuvá es aceptada todo el año, como mes dedicado
especialmente a este fin. Durante el mismo, el acceso a los Portones Celestiales se facilita, dándole a cada
judío la posibilidad de ingresar por ellos.
¿Por qué precisamente el mes de Elul fue elegido para esta “época de gracia”?
Cuando el pueblo judío se encontraba en el desierto, cincuenta días después de la salida de Egipto, el 6 de
Siván, Di-s Se reveló ante ellos, dándoles su Torá. Al día siguiente, Moshé ascendió al Monte Sinaí por un
período de cuarenta días. Los judíos erraron el cálculo de estos cuarenta días y pecaron con el “Becerro de
Oro” pensando que Moshé no retornaría. Cuando Moshé descendió del Monte Sinaí, el 17 de Tamuz,
encontró a su pueblo sumido en la más aberrante idolatría. La espiritualidad de las Tablas de la Ley, su Divina
Escritura, chocó contra tamaña demostración idólatra y éstas cayeron de manos de Moshé, rompiéndose.
Después de que Di-s diera Su consentimiento a entregar unas segundas Tablas, Moshé ascendió
nuevamente al Monte Sinaí, por cuarenta días. Era el primer día del mes de Elul. Para evitar que el pueblo
incurriera nuevamente en su error anterior, Moshé ordenó que se hiciera sonar el Shofar todos los días, hasta
su regreso. Cuarenta días después, el 10 de Tishrei -Iom Kipur-, Moshé descendió del Monte portando las
nuevas Tablas y la noticia de que sus ruegos habían sido aceptados por el Creador, Quien le dijo: Salajti
kidvareja -”Perdoné, de acuerdo a tus palabras”- (Números 14:20).
Desde ese momento, quedaron fijados estos días como días de retorno. Días en que cada judío pide perdón
al Creador por las faltas y transgresiones que ha cometido durante el año entero y es aceptado plenamente.
El clímax de este ambiente de “perdón” se alcanza el 10 de Tishrei, Iom Kipur, el día en que Di-s había
perdonado a nuestros antepasados.
Rosh Hashaná, el 1 de Tishrei, es el día en que Di-s juzga a todos los miembros de la Creación,
especialmente al hombre. En ese día establece si va a ser rico o pobre, sano o enfermo, si va a vivir o no, qué
será de él en este año nuevo que se inicia. Y por ello es que el momento propicio para el retorno-enmienda de
toda falta son los días que anteceden al juicio, el mes de Elul. Durante estos treinta días, el judío habrá de
examinar sus obras del año que culmina. Hará un balance minucioso de su conducta para ver si es acorde a
la Voluntad Divina expresada en la Torá. Ha de tomar en cuenta hasta el más mínimo detalle, tal como lo
haría cualquiera que debe comparecer ante un juzgado terrenal y pretende salir victorioso en su juicio. Y
frente al Juicio Celestial no hay cosas ocultas. De ahí la imperiosa necesidad de enmendar hasta los más
ínfimos detalles, que no pasan desapercibidos ante el Rey de los reyes.
Nuestros sabios nos explican de qué modo debe hacerse esa preparación para que resulte efectiva,
garantizándonos un año de abundancia y paz, física y espiritual.
Ello se logra a través de Teshuvá, Tefilá y Tzedaká. Teshuvá es el “retorno” a Di-s. Implica el abandono del
mal camino y la firme resolución de adaptarse a Sus leyes, expresadas en la Torá. “Tefilá” es la unión con Di-s
lograda a través de la plegaria. “Tzedaká” es la caridad, la hermandad y el amor entre judíos.
A través de estos tres pilares, el judío que retorna al Creador e impone sobre sí una conducta de acuerdo a
Sus deseos, “despierta” en el Creador un sentimiento de acercamiento recíproco, es aceptado, y logra que los
ruegos de su corazón se conviertan en realidad.
Es costumbre, por lo tanto, que todas las mañanas, en la Sinagoga, se haga sonar el Shofar durante estos
treinta días del mes de Elul, para anunciar que el Rey está próximo, dispuesto a conceder los pedidos de
quienes tan sólo se Le acerquen con sinceridad, y que debemos despertar ante los días del juicio que se
acercan para estar bien preparados.
Ojalá que los días del juicio no nos tomen desprevenidos…
(selección extraída del libro “Elul, Rosh Hashaná, Iom Kipur © Kehot Lubavitch Sudamericana)
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El Significado de las Selijot


Publicado el 13 agosto 2010 por mcketer
En los días anteriores a Rosh Hashaná, así como en los Diez Días de Teshuvá y en Iom Kipur, todos los
judíos alrededor del mundo recitan las “selijot”. Las selijot son un conjunto especial de rezos y súplicas de
perdón, y la importancia de su recitado aparece en el Midrash (Tana Debe Eliahu Zutá, c. 23):
“El rey David sabía que en el futuro el Sagrado Templo sería destruido y las ofrendas dejarían de ser ofrecidas
a causa de los pecados del pueblo judío. El rey David estaba preocupado por no saber cómo los judíos
obtendrían la expiación por sus pecados. D’os le dijo al rey David: Cuando el pueblo judío soporte penurias
como consecuencia de sus pecados, que reciten ante Mí las selijot (cuya parte esencial son los 13 atributos
de misericordia) y Yo les contestaré”.
Las selijot son como una introducción necesaria en un proceso de teshuvá (arrepentimiento) que se va
haciendo cada vez más intenso. La palabra “selijá” significa perdón. Por cuanto que no hemos explotado al
máximo nuestro potencial el año pasado, necesitamos pedirle a D’os que vea nuestros defectos previos,
mientras que nos dedicamos a hacer el máximo esfuerzo el año entrante. Los Sabios compusieron las selijot
para encaminarnos por el camino correcto que nos llevará a pedir perdón y a hacer teshuvá.
Los 13 Atributos de Misericordia

El rezo de las selijot está basado principalmente en los “13 atributos de misericordia”, y es por eso que en las
selijot los 13 atributos son repetidos varias veces en voz alta. Pero, ¿qué son estos 13 atributos y de dónde
aprendemos que existen?
Después del pecado del becerro de oro, D’os habló a Moshé acerca de las consecuencias que traería el
pecado cometido por el pueblo y Moshé le pidió a D’os que le explique el sistema por medio del cual Él se
relaciona con el mundo. La respuesta de D’os, en Exodo 34:6-7, forma la base de los 13 atributos de
misericordia:
“Y pasó Adona-i delante de él, y proclamo: Adona-i; Adona-i; D’os misericordioso y clemente; no se enoja
rápido; y tiene gran benevolencia y verdad; guarda la benevolencia para miles (de generaciones); perdona la
transgresión, la rebeldía y el pecado; y absuelve…”.
Estos versículos describen las 13 maneras en que D’os es misericordioso con nosotros. D’os ve cualquier
posibilidad para darnos una oportunidad de crecer y acercarnos a Él. Por ejemplo: a veces D’os tiene
misericordia amándonos; otras veces, tardando en mostrar su enojo; otras veces, perdonando el pecado. Y
así se comporta con nosotros en cada caso, mostrándose a Sí Mismo como un D’os que nos ama. D’os nos
ama y quiere perdonarnos.
Estos 13 atributos de misericordia revelan los principios ocultos por medio de los cuales D’os dirige Su mundo,
y Moshé vió el nivel máximo de conocimiento de D’os que un ser humano puede esperar ver: los 13 atributos.
Los 13 Atributos y el Perdón
El Talmud (Rosh Hashaná 17b) describe lo siguiente:
“D’os se vistió con un talit alrededor de Él – así como hace el jazán de la congregación – y le enseñó a Moshé
el orden del rezo (de los 13 atributos). D’os le dijo: Cada vez que el pueblo judío peque, diles que hagan este
servicio delante de Mí y Yo los perdonaré… Rabí Iehudá dijo: Un pacto ha sido concertado respecto de los 13
atributos. Cualquier judío que los invoque no se irá con las manos vacías; como está dicho: ‘He aquí que Yo
concierto un pacto’ (Shemot 34)”.
Muchas veces, después de hacer una transgresión, es muy difícil regresar a D’os. Nos sentimos muy
distanciados. Sentimos que D’os nunca querrá aceptarnos nuevamente.
En cierto nivel, cuando tenemos esos pensamientos, nos estamos olvidando de la esencia de D’os. Nuestras
emociones nos llevan a creer que D’os es cruel y que está distante de nosotros, y por lo tanto no podemos
regresar a Él. Pero el rezo de las selijot es una gran oportunidad para hacer realidad muchas de las
emociones que queremos expresar y no sabemos cómo. Por medio de los 13 atributos, recordamos que D’os
es un D’os amable, generoso y misericordioso. No importa en qué nivel estemos, D’os nos quiere de regreso y
va a extender Sus manos de diferentes maneras para recibirnos. D’os ha hecho un pacto. Un acuerdo
obligatorio: “Nadie se quedará con las manos vacías”.
Si quieres usar esta increíble herramienta, la oportunidad está frente a ti. Este año, aprende a utilizar las
selijot y vas a sentir la poderosa diferencia que provocará en tu proceso de teshuvá.
Nota: Las selijot deben ser recitadas junto con un minián (10 hombres judíos de más de 13 años). Una
persona que recita las selijot individualmente no debe decir los 13 atributos de misericordia y las súplicas en
Arameo.
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El Mes de Elul: Las Selijot


Publicado el 12 agosto 2010 por mcketer

1. Las Comunidades Sefaradies y Orientales acostumbran a Recitar por la madrugada las Selijot (Rezos de
Perdón) a partir del principio del mes de Elul hasta Iom Kipur.
El motivo de esta costumbre se basa en la tradición en que Moshé Rabenu subió al monte de Sinaí para
recibir las Segundas (2º) Tablas de la Ley, el primero (1º) de Elul, y oró allí a Di´s para que perdone al pueblo
de Israel por el pecado de adorar al becerro de oro, durante cuarenta (40) días; ó sea todo el mes de Elul y
Diez (10) Días de Tishrei y fue el Diez (10) de Tishrei, Iom Kipur, que Di´s expió el pecado del pueblo.
Por ello la Torá fijó el día Diez (10) de Tishrei como “Día del Perdón” por siempre; posteriormente adoptaron
algunas Comunidades la tradición de Rezar Plegarias especiales de exculpación durante los cuarenta (40)
días anteriores a Iom Kipur, para que seamos absueltos de nuestros pecados como sucedió con nuestros
Padres en la época de Moshé Rabenu.
Cabe aclarar que los días de Rosh Jodesh Elul no se dice Selijot.
2. Sin embargo las Comunidades Ashkenazies (provenientes de Europa Oriental) acostumbran a recitar las
Selijot a partir del Domingo anterior a Rosh Hashaná; en el caso que Rosh Hashaná cae un Lunes ó Martes,
se adelantan los Rezos de congoja al Domingo de la semana anterior a Rosh Hashaná.
3. El momento más apropiado para recitar las Selijot, es a partir de la medianoche hasta el amanecer, pero
antes de la medianoche está prohibido decir Selijot; por consiguiente las personas débiles que nos pueden
recitar las Selijot en la madrugada, deben hacerlo a la mañana ó por la tarde antes de Minjá; ya que a partir de
la salida de las estrellas hasta la medianoche está prohibido.
4. La persona que madruga para recitar las Selijot, debe cuidarse de no dormitar en el rezo de Shajarit, como
dijeron nuestros Sabios: “No se debe descuidar lo principal por causa de una costumbre secundaria”. Por
consiguiente quien no puede contener su sueño en el Rezo de Shajarit, es conveniente que Recite las Selijot
antes de Minjá ó a la medianoche.
5. Aquellos estudiantes de Torá que la recitación de las Selijot les provoca cansancio y de esta forma no
logran estudiar correctamente, se les aconseja Recitar las Selijot a la medianoche, y si no consiguen un
minian para ello, por lo menos es recomendable que las Reciten los días Lunes y Jueves. Asimismo en los
“Diez (10) Días del Retorno”, deben esforzarse para Recitar las Selijot todos los días.
La misma ley recae para los maestros y empleados que la Recitación de las Selijot les implique el
incumplimiento de sus respectivos trabajos.
6. La Recitación de las Selijot debe efectuarse con Temor y Reverencia y no se debe apurar en su lectura. En
el momento de las Selijot debe cada persona concentrarse en los Rezos, Arrepentirse por sus faltas y
Comprometerse a mejorar sus acciones.
7. Las Selijot pueden Recitarse también sin la presencia de un minian (diez (10) personas), con la condición
que al pronunciar el Versículo “Vaiaabor” piense que está leyendo únicamente, sin la intención de Rogarle a
Di´s, por ser que dicho Versículo se considera una “Plegaria Sagrada”, como el “Kadish” y la “Kedusha”, que
sólo se recitan en presencia de diez (10) personas.
Asimismo el que recita las Selijot sin minian, debe omitir todos los Pasajes en Arameo, como “Mahe UMase”,
“De Ane Laanie”, etc., por ser que los ángeles no comprenden este idioma y no elevarán el rezo al
Todopoderoso.
Sin embargo en presencia de diez (10) personas (minian) se recitan estos Pasajes ya que el Todopoderoso se
encuentra con este grupo de creyentes y no necesitan de la mediación de los Ángeles.
8. “Las Trece (13) Cualidades de Di´s”: (Vaiaabor): En la Perashá “Ki Tisa” la Torá nos relata que Moshé goza
nuevamente de la “Revelación Divina”, con el objetivo de enseñarle a Moshé una “Plegaria” especial, para
apelar a la Misericordia de Di´s, aún cuando el mérito de los Patriarcas se haya extinguido.
“Y dijo (Di´s), Yo haré pasar delante de tu rostro todo mi bien, e invocaré mi nombre delante tuyo…” (Shemot
33:19).
Rashí comenta este Versículo basándose en el Tratado de Rosh Hashaná, 17 y explica que dicha “Plegaria”
se refiere a las “Shalosh Esre Midot” (los Trece (13) Dones Divinos), que cuando Israel los recuerde ante Di´s,
va a ser escuchado y correspondido, ya que la Piedad de Di´s es infinita…
Y éstas son las Trece (13) Cualidades de Di´s, conocidas con el nombre de “Vaiaabor”:
1º) “Ad-nay” – Yo me conduzco con Piedad antes que peque el hombre a pesar que sé que finalmente el
hombre pecará.
2º) “Ad-nay” – Yo soy Piadoso luego que el ser humano peque y re torne al buen camino.
3º) “E-l” – También la esencia de esta Cualidad es la Misericordia, ya que así versa: “E-li, E-li, por qué me
abandonaste?”, y no se replica ante la “Justicia” (otra Cualidad): ¿Por qué me abandonaste?!
4º) “Rajum” – que se Apiada de los pobres y menesterosos.
5º) “Ve Janun” – que Agracia también a los ricos y adinerados.
6º) “Erej Apaim” – Demora en enojarse y en castigar, por si el hombre hace Teshuvá.
7º) “VeRab Jesed” – se conduce con Benevolencia, inclusive con aquellos que no poseen tantos méritos.
8º) “Ve Emet” – Recompensa un buen pago al que hace Su Voluntad.
9º) “Nozer Jesed Laalafim” – multiplica el Jésed (Acción de Bien) que un ser humano hace, para miles, es
decir para dos mil (2000) generaciones.
10º) “Nose Avon” – carga con los pecados que transgrede la persona adrede y los soporta.
11º) “Va Fesha” – Di´s soporta los pecados que el hombre peca para rebelarse contra El.
12º) “Ve Jatá” – Di´s carga con los pecados que fueron hechos sin mala intención.
13º) “Ve Naqué” – Perdona a los que se arrepienten.
Por consiguiente, se Recita este Versículo en las Selijot muchas veces.
9. Se recita el Versículo “Vaiaabor Ad-Nay Al Panav Vaikra…” en voz baja y sólo el Jazán eleva su voz.
Recién al comenzar “Ad-Nay Ad-Nay El Rajum…” el público eleva también la voz.
Al decir “Ad-Nay Ad-Nay” se debe inclinar el cuerpo un poco pero no debe levantar los talones como se
acostumbra en la Kedushá, al decir “Ad-Nay Ad-Nay”.
Por su parte hay quienes acostumbran inclinarse al decir “Vaiaabor Ad-Nay Al Panav” y se erigen al decir
“Vaikra” y nuevamente se inclinan al pronunciar “Ad-Nay”.
De todos modos lo más importante es comprender lo recitado y concentrarse bien.
10. Al finalizar las Selijot se recita el “Kadish Titkabal” aunque inmediatamente se comience el Rezo de
Shajarit.
11. Aquella persona que escucha las Selijot de la radio, si el programa es en diferido, ó sea que ya ha sido
grabado, no puede contestar Amen ni “Vaiaabor”, pero si las Selijot son transmitidas en directo ó si las
escucha a través de parlantes colocados en el Templo, puede contestar Amen y “Vaiaabor”. De todas formas
a pesar que puede contestar no cumple con la mitzvá hasta que escuche la voz del propio Jazán
personalmente ó si no hubiera micrófono, igualmente lo escucharía al Jazán.
12. Lo correcto es pronunciar las “Bircot HaTorá” (las Bendiciones de la Torá que se Recitan por la mañana)
antes de comenzar las Selijot.
13. Aquellos que madrugan para Rezar las Selijot es correcto que se abstengan de comer aunque todavía no
haya amanecido, pero beber café ó té aún con azúcar les está permitido aunque ya haya amanecido.
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Leyes y Costumbres del Mes de Elul


Publicado el 11 agosto 2010 por mcketer

1. Durante el mes de Elul y los Diez (10) Días de Retorno, que se extienden desde Rosh Hashaná hasta Iom
Kipur, todo judío debe recapacitar sobre sus actos para corregir las malas costumbres y cualidades; también
debe procurar hacer buenas acciones y acrecentar en lo posible la caridad, como también fijar momentos para
el estudio de la Torá. Por sobre todo, debe arrepentirse de todos sus pecados y malos actos cometidos
durante el año, tanto para con Di´s como para con el prójimo, y abandonarlos por siempre.
A pesar que el Arrepentimiento y el Precepto del Retorno, son bien acogidos por Di´s durante todo el año, el
mes de Elul y los Diez (10) Días de Retorno son más propicios para ello, ya que fue dicho: “Busquen a Di´s
cuando se encuentra, llámenlo cuando está cerca”. (lsaías – 55)
2. Es correcto prestar suma atención durante este mes, en la Bendición “Hashibenu Abinu Le Torateja”,
(Haznos Retornar), de la Amidá, y rogar a Di´s, para que nos ayude a enmendar nuestro comportamiento y
acepte nuestra contrición; del mismo modo se debe pedir por todos los seres humanos que se apartaron de
Di´s para que sean iluminados y retornen a la senda del bien.
3. Nuestros hermanos, los Ashkenazim, acostumbran durante el mes de Elul tocar el Shofar después del rezo
matutino (Shajarit) para recordar la magnitud de estos días y despertar el sentimiento del Retorno a Di´s,
(Teshuvá). También algunos Sefaradim tocan el Shofar en el momento que se Recita el versículo “Vaiaabor”,
en las Selijot, (Rezos de Perdón).
4. Es una buena costumbre recitar el Salmo “Le David, Hashem Orí ve Ishí”, posteriormente al rezo matutino,
(Shajarit), para evocar así la explicación de nuestros Sabios sobre este Versículo: “Orí” (mi luz), es Di´s en
Rosh Hashaná, e “Ishi” (mi salvación), es en Iom Kipur.
5. A partir del comienzo del mes de Elul, se acostumbra Bendecir en las cartas que manda a su prójimo, que
Sea Escrito y Sellado en el Libro de la Vida y la Felicidad.
6. Hay quienes acostumbran a abrir las mezuzot y los tefilin, en el mes de Elul, para controlar si se encuentran
en buenas condiciones para cumplir con la miztvá; a pesar que no es una obligación se aconseja revisarlos.
Si está seguro que sus tefilin y mezuzot han sido escritos estrictamente según la halajá, por un escriba
conocido (Sofer Stam), temeroso de Di´s, no es necesario revisarlos sino cada varios años, los tefilin; y cada
tres (3) años y medio las mezuzot.
7. Está permitido contraer matrimonio en el mes de Elul y también en Aseret Ieme Teshuvá (los Diez (10) Días
de Retorno).
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El mes de Elul (XIV).Rosh Jodesh Elul 5770 (10 y 11 de Agosto de 2010)


Publicado el 3 agosto 2010 por mcketer

El Mes de Elul

Sin embargo, si basamos nuestro cálculo a partir de Tishrei, Elul es el último mes del año. El nombre de Elul,
como los de los demás meses, fue utilizado por vez primera por los judíos que regresaron de Babilonia.
Rosh Jodesh Elul siempre se celebra durante dos días, ya que el mes anterior, Av, es siempre un mes
completo, de 30 días. El primer día de Rosh Jodesh Elul acaece en el trigésimo día de Av, y el mes de Elul
propiamente dicho consta siempre de 29 días.
TIEMPO DE RECONCILIACIÓN
Debido a que Elul es considerado el último mes del año y precede inmediatamente a Rosh HaShaná – el Día
de Juicio para todos los habitantes del mundo – fue fijado como tiempo destinado al arrepentimiento. Tal es
así, que en él recitamos Selijot (Plegarias especiales solicitando el perdón de Di-s) y oraciones de penitencia.
Desde épocas muy antiguas, estos fueron días de reconciliación entre Di-s e Israel. Cuando el pueblo judío
cometió el pecado del Becerro de Oro y las Tablas de la Ley fueron rotas, Moshé ascendió nuevamente al
Monte Sinaí y suplicó misericordia y perdón. Di-s aceptó su súplica, y le dijo (Éxodo 34:1): Esculpe para ti dos
Tablas como las primeras. Moshé ascendió a la montaña en Rosh Jodesh Elul y permaneció allí cuarenta
días, hasta el 10 de Tishrei. Ese día descendió con las segundas Tablas, aquellas que Di-s le había entregado
con alegría y de buen grado. Este período de cuarenta días —desde Rosh Jodesh Elul hasta el 10 de
Tishrei— fue fijado para todas las generaciones como un tiempo de reconciliación, un período de
arrepentimiento y perdón.
A pesar de que el arrepentimiento genuino siempre es aceptado, los días de Elul son especialmente
apropiados para ello, pues durante este período se despierta la misericordia Divina y la mano de Di-s se
extiende para recibir a aquellos que regresan a El con sinceridad.
El>¿Por qué se acostumbra a recitar las Selijot durante un período mínimo de cuatro días? Los días en que se
recitan las Selijot son similares a los Diez Días de Arrepentimiento —el período que comienza en Rosh
HaShaná y finaliza en Iom Kipur— durante el cual los piadosos acostumbran a ayunar. Debido a que durante
este período hay cuatro días en los que está prohibido ayunar —dos días de Rosh HaShaná, Shabat y la
víspera de Iom Kipur—, los cuatro días de Selijot que preceden a Rosh HaShaná ocupan su lugar.
Otra razón: el ayuno reemplaza al sacrificio ofrecido a Di-s. Al comentar el sacrificio ofrecido en Rosh
HaShaná, nuestros Sabios explican que el hombre tiene el deber de alcanzar un nivel de perfección espiritual
equivalente a un sacrificio. Y como se requería que el animal ofrecido para un sacrificio fuera revisado
previamente durante cuatro días para cerciorarse de que no tuviera imperfección alguna que lo invalidara para
este destino, también el hombre ha de hacer lo propio consigo mismo.
A pesar de que según esta costumbre sólo se precisa recitar las Selijot durante cuatro días, se hizo costumbre
comenzar a recitarlas siempre el día domingo, para no crear confusión entre la gente. Por lo tanto, cuando hay
menos de cuatro días entre el domingo y Rosh HaShaná, el recitado de las Selijot se comienza el domingo de
la semana anterior.
EL SHOFAR
Desde el segundo día de Rosh Jodesh Elul (o sea, el 1º de Elul) hasta la víspera de Rosh HaShaná
(exclusive), todos los días (salvo en Shabat), al final del servicio de Shajarit, se hace sonar el shofar emitiendo
cuatro sonidos —tekia, shevarím, terua y tekia-. En algunas comunidades se tocan diez sones: tekia,
shevarim, tekia; tekia, terua, tekia; y tekia, shevarím, terua, tekia. Hacer sonar el shofar no es un precepto de
la Torá; tiene su origen en la tradición judía. Cuando Moshé ascendió al Monte Sinaí en Rosh Jodesh Elul
para recibir las Segundas Tablas de la Ley, hizo tocar el Shofar en el campamento de Israel para que todos
supieran que había ascendido a los Cielos, y se cuidaran de no pecar una vez más con la idolatría. Así, se
tomó una costumbre hacer sonar el shofar a partir de Rosh Jodesh Elul, para recordar estos acontecimientos
y despertar el arrepentimiento también en nosotros.
El shofar sólo se toca después de las oraciones de Shajarit, porque Moshé ascendió a la montaña temprano
en la mañana. No obstante, quien no escuchó los sones del shofar por la mañana, puede hacerlo durante todo
el período diurno.
El shofar se toca durante todo el mes para alertar al pueblo sobre la proximidad del Día del Juicio y de ese
modo estimular su arrepentimiento. La esencia de los sonidos del shofar es despertar el temor en el corazón
de los hombres, como expresa el versículo (Amós 3:6)
Si>No se toca el Shofar en la víspera de Rosh HaShaná, para establecer una marcada diferencia entre los
sones del shofar durante el mes del Elul, basados en una costumbre, y aquellos de Rosh HaShaná, llevados a
cabo por ordenanza de la Torá.
COSTUMBRES DEL MES DE ELUL
Desde el segundo día de Rosh, Jodesh Elul [es decir, el primer día del mes] hasta, e incluyendo, Hosanna
Rabá, las comunidades asquenazíes recitan el Salmo 27 [Le David, Ha Shem orí veishi— Por David; mi luz y
mi salvación; Sidur, pág. 81] al final de Shajarit y Maariv. En algunas comunidades (por ejemplo, Jabad), la
costumbre es comenzar a recitarlo desde el primer día de Rosh Jodesh, y hacerlo en Shajarit y en Minjá,
siguiendo la costumbre del Arízal [Rabí Itzjak Luria]. Este Salmo se agrega como resultado de una
interpretación del Midrash donde se explica que Di-s es mi luz, en Rosh HaShaná; mi salvación, en Iom Kipur;
pues El me ocultará en Su sucá, en Sucot.
En algunas comunidades también se acostumbra a agregan otros Salmos adicionales al final de los servicios.
En Jabad, cada día de Elul se recitan tres Salmos (el primer día Salmos 1 a 3; el segundo, 4 a 6; el tercero, 7
a 9, y así sucesivamente, completándose todo el libro de Salmos con capítulos que se recitan tras los
diferentes servicios de Iom Kipur).
Al escribir una carta a un amigo, se debe agregan una oración, ya sea al comienzo o al final, rogando por el
bienestar de éste durante el período de juicio próximo, y desearle que disfrute el privilegio de sen inscripto en
el Libro de la Vida.
Las personas piadosas acostumbran a dar a revisan sus mezuzot y tefilín durante el mes de Elul, y corregir
cualquier imperfección que se encuentre en ellos.
En generaciones anteriores era costumbre que durante el mes de Elul el bedel de la sinagoga saludara a los
miembros de la congregación, proclamando: “Retornad, hijos descarriados”.
http://www.es.chabad.org/
Leyes y Costumbres del Mes de Elul
1. Durante el mes de Elul y los Diez (10) Días de Retorno, que se extienden desde Rosh Hashaná hasta Iom
Kipur, todo judío debe recapacitar sobre sus actos para corregir las malas costumbres y cualidades; también
debe procurar hacer buenas acciones y acrecentar en lo posible la caridad, como también fijar momentos para
el estudio de la Torá. Por sobre todo, debe arrepentirse de todos sus pecados y malos actos cometidos
durante el año, tanto para con Di´s como para con el prójimo, y abandonarlos por siempre.
A pesar que el Arrepentimiento y el Precepto del Retorno, son bien acogidos por Di´s durante todo el año, el
mes de Elul y los Diez (10) Días de Retorno son más propicios para ello, ya que fue dicho: “Busquen a Di´s
cuando se encuentra, llámenlo cuando está cerca”. (lsaías – 55)
2. Es correcto prestar suma atención durante este mes, en la Bendición “Hashibenu Abinu Le Torateja”,
(Haznos Retornar), de la Amidá, y rogar a Di´s, para que nos ayude a enmendar nuestro comportamiento y
acepte nuestra contrición; del mismo modo se debe pedir por todos los seres humanos que se apartaron de
Di´s para que sean iluminados y retornen a la senda del bien.
3. Nuestros hermanos, los Ashkenazim, acostumbran durante el mes de Elul tocar el Shofar después del rezo
matutino (Shajarit) para recordar la magnitud de estos días y despertar el sentimiento del Retorno a Di´s,
(Teshuvá). También algunos Sefaradim tocan el Shofar en el momento que se Recita el versículo “Vaiaabor”,
en las Selijot, (Rezos de Perdón).
4. Es una buena costumbre recitar el Salmo “Le David, Hashem Orí ve Ishí”, posteriormente al rezo matutino,
(Shajarit), para evocar así la explicación de nuestros Sabios sobre este Versículo: “Orí” (mi luz), es Di´s en
Rosh Hashaná, e “Ishi” (mi salvación), es en Iom Kipur.
5. A partir del comienzo del mes de Elul, se acostumbra Bendecir en las cartas que manda a su prójimo, que
Sea Escrito y Sellado en el Libro de la Vida y la Felicidad.
6. Hay quienes acostumbran a abrir las mezuzot y los tefilin, en el mes de Elul, para controlar si se encuentran
en buenas condiciones para cumplir con la miztvá; a pesar que no es una obligación se aconseja revisarlos.
Si está seguro que sus tefilin y mezuzot han sido escritos estrictamente según la halajá, por un escriba
conocido (Sofer Stam), temeroso de Di´s, no es necesario revisarlos sino cada varios años, los tefilin; y cada
tres (3) años y medio las mezuzot.
7. Está permitido contraer matrimonio en el mes de Elul y también en Aseret Ieme Teshuvá (los Diez (10) Días
de Retorno).

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