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El posicionamiento de la marca personal o reputación incluso toma como referencia modelos o iconos
de la literatura o el cine. Howard Roark (El manantial) y otros personajes de la escritora Ayn Rand de la
primera mitad del siglo XX son antecedentes claros del concepto. Jerry Maguire, el papel interpretado
por Tom Cruise en la película del mismo nombre, es un prototipo reciente del profesional que decide
asumir la responsabilidad de gestionar su carrera y se convierte en agente libre.
Pero también se podría decir que es mucho más que una técnica o una tendencia de gestión. Creo
que tiene un componente ideológico importante, cercano al liberalismo, que incide en dar poder a las
personas. Pretende inculcar el sentido de la responsabilidad y de la libertad individual frente al poder
establecido o el borreguismo que lo ha impregnado todo. Quizá por eso sea inimaginable pensar en
personas o profesionales con marca personal en regímenes, países, organizaciones o empresas en las
que todo esté controlado y regulado. El posicionamiento de la marca personal o reputación tiene
mucho de causa, de revolución personal, de vivir la vida mucho de un modo mucho más intenso,
auténtico, consciente y responsable. Porque, en definitiva, el posicionamiento de la marca personal o
reputación tiene un alto componente humanista, de autoconocimiento, de desarrollo de relaciones
personales y de autenticidad y honestidad.
Por lo tanto, ocurre lo que tiene que ocurrir, y se generan tres tipos de profesionales.
1. Los que aprovechan los agujeros, los resquicios. Aprovechan su capacidad
de engatusar, atraer o encandilar para ocultar su incompetencia. No son
marcas personales, simplemente se trata de imágenes falsas, de envases
huecos y de fuegos fatuos. Son los profesionales basura.
2. Los que hacen muy bien su trabajo pero son incapaces de hacerse valer.
Lo que acaba perjudicándoles a ellos y a sus empresas porque no aprovechan su capacidad. Estos
son competentes pero son productos genéricos
(commodities), que cumplen perfectamente con su función pero son invisibles, lo que les
devalúa. Podrían pasar de ser marcas blancas a marcas personales si supiesen/quisiesen gestionar
sus elementos diferenciales y su visibilidad.
3. Los que son competentes y al mismo tiempo saben hacerse valorar. Estos últimos tienen una
marca personal fuerte, porque son competentes, dife rentes y visibles. Penalizarles o acusarles de
ser notorios sería como decir a un fabricante de productos excelent es que deje de hacer
publicidad.
El posicionamiento de la marca personal o reputaci ón es una herramienta que ha sido creada para
ayudar a los segundos principalmente. Porque los primeros y los terceros ya la están utilizando aunque
no la denominen así.
Reconozco que mi carrera profesional en la empresa privada ha estado enmarcada en el segundo grupo;
pensaba que realizar un buen trabajo era suficiente para que se reconociese tu trabajo. Pero no es as í,
es más, en algunos casos puede ser hasta contraproducente. Lo siento, amiguitos, pero las cosas son
así.
La marca personal es una herramienta neutra. Está a disposición de todo el mundo y el uso que se haga de
ella no es responsabilidad del concepto. Además, no es algo novedoso sino todo lo contrario, algo que se
viene aplicando desde que el mundo es mundo.
Por lo tanto, decir que la marca personal es algo nuevo que puede utilizarse para el mal es como acusar
a Ikea de que sus cuchillos Skarpt son herramientas peligrosas porque alguien las ha utilizado para
cometer un crimen. Como si el cuchillo jamonero de toda la vida fuese un juguete para ni ños.
La pregunta entonces es: ¿por qué existen profesionales basura? Cuando hablo de marcas personales
me refiero al servicio que proporcionan, no a la persona en s í. Las personas no son basura, sus actos sí
pueden serlo. La respuesta es sencilla: hay profesionales basura como hay televisi ón basura, comida
basura, prostitución, terrorismo, pateras, tráfico de drogas o política, porque hay demanda, porque
satisfacen una necesidad. Tienen clientes que esperan que les proporcionen un servicio.
Si hay vendedores de humo/motos es porque hay compradores de humo/motos y no al revés.
Evidentemente, eso no les libera de responsabilidad. Y tampoco es justo equiparar a una prostituta que
ejerce para sobrevivir que a un narcotraficante que lo hace para darse la buena vida. Todos tienen
razones, pero la libertad de elegir está por encima de todo.
El profesional basura satisface necesidades ( ¿inconfesables?) de quienes le proporcionan un trabajo, un
despacho o un coche de alta cilindrada. Se van de copas con el jefe, le ríen las gracias o se quedan
hasta que el superior se va a casa.
El profesional basura es competente, muy competente en lo suyo. Es un artista co miendo la oreja,
acariciando el lomo del jefe. Y para eso hay que saber.
El profesional basura no es que no tenga valores, es que no son los habituales. Tiene una escala de
valores, unas creencias y unas prioridades que le permiten aguantar tranquilamente lo que otros no
aceptarían jamás (¿jamás?).
El trepa, el pelota o el lameculos no es necesariamente un profesional basura. Como he dicho antes, la
diferencia está en su nivel de competencia. Es más, en algunas ocasiones los
calificativos/etiquetas/marcas que he mencionado son creados por quienes envidian su capacidad.
Por último, creo que el profesional basura por antonomasia es el político. Normalmente, poco
competente -¿habéis visto los historiales profesionales de nuestros diputados?-, nada diferenciado y
muy, muy, muy visible especialmente en período electoral. Ya lo dice el maestro Peters: «acéptelo. Las
cosas son así. Aunque usted es un buen chico, tiene, como nueva marca usted, un punto de vista...,
una misión (su proyecto asombroso). Y, por lo tanto, quiere cambiar las opiniones de los demás. Así que,
el poder es el medio de pago que necesita. ¿Vale?».
¿CUÁLES SON LOS PRINCIPIOS BÁSICOS QUE SE DEBEN TENER EN CUENTA PARA
CREAR UNA MARCA PERSONAL CONOCIDA Y RECONOCIDA?
Suelo utilizar una regla que denomino la fórmula del reconocimiento. En ella se combinan tres
elementos: la relevancia, la confianza y la notoriedad.
• Relevancia. Debes tener algo realmente útil que ofrecer. La relevancia im
plica que para crear una marca personal debemos, ante todo, ser útiles,
satisfacer una necesidad y hacerlo bien. A pesar de lo que se piensa, el
posicionamiento de la marca (branding) o la gestión de marcas, personales o
comerciales, no es vender humo. Si detrás de una marca no hay un beneficio
real, ésta durará muy poco.
• Confianza. Debes conseguir ser fiable. Pero eso no es suficiente. Vivimos
en un mundo en el que hay muchas personas capaces de satisfacer una
necesidad o realizar un trabajo. Lo importante es ganarse la confianza, una
buena reputación de profesional consistente y eficaz. Eso nos hace valiosos
Psi. F. Eduardo Paredes Avalos
Personal Branding
7. Descubrir y gestionar las percepciones. Debemos saber cómo nos están percibiendo y hacer los
ajustes necesarios basándonos en nuestra autenticidad.
10. Visibilidad. Una vez superadas las etapas anteriores, aunque este es un
ciclo de mejora continua que nunca acaba, es muy sencillo hacerte visible.
Una vez que sabemos lo que podemos ofrecer y la forma en que quere
mos transmitirlo, debemos utilizar todas las herramientas de visibilidad a
nuestro alcance. La Red, relaciones personales, art ículos, diarios digitales,
libros, entre otros. En este momento podemos llegar, literalmente, a todo
el mundo. S í, debes comunicar lo que ha ces a quienes quieres que te
conozcan. De nada sirve ser bueno y tener perfectamente definido el posi -
cionamiento que quieres ocupar en el mundo, si no te conoce qui én debe
conocerte. Es el momento de utilizar todas las herramientas y medios que
tenemos a nuestro alcance. Ya no tenemos que conformarnos con un cu -
rrículo y una carta de presentación. Puedes publicar libros, escribir artícu
11. Elaborar una estrategia. Juntar todas las piezas, fijar un calendario y ponerse en marcha.
12. Control y mantenimiento. Los planes pueden funcionar o no, por eso los debemos ir ajustando
sobre la marcha.
Por lo tanto, se trata de ir de dentro hacia fuera, de la identidad, valores y creencias al entorno. Se trata
de identificar los recursos propios y ajenos (familia, dinero, tiempo, mentores, energía...) y combinarlos
para crear algo que tenga valor para otros, tu producto, tu oferta profesional.
Si consigues que otros te perciban como deseas y te asocien con una forma de hacer las cosas, te
convertirás en un profesional deseado. Para eso, debes aprender a comunicar, a perder el miedo a
hablar de lo que haces. Lo egoísta no es decir lo bueno que eres, sino serlo y ocultarlo sin que nadie se
beneficie de ello.
Con todo eso podrás obtener el reconocimiento (ascensos, contratos, premios, entre otros) y los
recursos (dinero, tiempo) que necesitas para alcanzar tus objetivos (el trabajo que deseas, más tiempo
para ti y tu familia).
No es cuestión de dinero o de recursos sólo al alcance de unos pocos. Se trata sobre todo de reflexionar
sobre uno mismo, sobre su materia prima y encontrar la forma de utilizarla y conseguir que otros te
premien por ello.
Y no te olvides que un proyecto o estrategia profesional no es un plan rígido, solo es una guía que tú
mismo vas a programar y que te va a facilitar tomar las decisiones. Podríamos decir que es tu propio
sistema operativo personal en el que puedes añadir o eliminar programas pero que va a permitirte
funcionar según hayas decidido.
2-En base a sus beneficios: uno de los aspectos clave en este tipo de
posicionamiento es resaltar el beneficio que te ofrece el producto que
intentamos vender. Es la necesidad que el consumidor intenta cubrir, pero
también puede tener otros beneficios complementarios que ayudaran a la
fidelización del consumidor sobre el producto. Un ejemplo sería la sensación
de frescor que te ofrece una marca de chicles.
las bebidas energéticas para deportistas, las cuales se utilizan cuando van a
realizar actividades deportivas.