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5 beneficios que desconocías de leer habitualmente

28 de febrero de 2018 0
Un 40% de la población jamás ha leído un libro y no conoce los efectos positivos de una buena lectura

Un libro es tu mejor acompañante en viajes y vacaciones


 Leer no te hará más inteligente, pero sí una persona con mejores capacidades.
 Si te gusta leer, estas son algunas de las ventajas de las que puedes disfrutar.
 La era de lo visual conlleva que la lectura sea menos atractiva y un hábito desfasado entre los más jóvenes.
Es una especie en extinción, pero aún quedan algunos ejemplares sueltos por las grandes urbes. Se trata de individuos que
deciden cargar con un libro, a lo largo de su día y disfrutar de su lectura en el metro, el autobús o tomando el aire en un
banco.
Sí, son de los escasos habitantes que prefieren llevar un libro consigo y no usar su smartphone en los ratos de espera.
Da igual lo que se lea, lo importante es leer, dejarse transportar a otra realidad y ayudar a nuestra imaginación a recrear
todos esos escenarios y situaciones que nos narra el libro.
Lo mejor de disfrutar de una buena lectura es que, de forma inconsciente, nos aporta grandes beneficios y convierte al lector
habitual en un ser con mejores habilidades comunicativas.
1. Mejor capacidad de explicación
Leer y entender lo que leemos es un ejercicio de gran riqueza y que nos ayuda a poner en práctica unas mejores habilidades
argumentativas.
De forma automática, a medida que leemos, vamos dando sentido a las palabras que se nos ponen delante y vamos creando
un mapa mental donde se conecta y encaja todo.
Estos mapas mentales que recreamos son idóneos para saber comunicar a otras personas nuestras ideas, argumentos y lo
que pensamos.
2. Usar un lenguaje más rico
El mejor Wordreference para buscar sinónimos está en los libros.
Con la lectura se enriquece el vocabulario y nos ayuda a poner en práctica figuras literarias y expresiones que dan soltura
a nuestra lengua y cultura.
ESPECIALIZACIÓN ARTE, CULTURA Y NUEVAS TECNOLOGIAS UOC-LABORAL
3. Mejor capacidad de razonamiento
El razonamiento lleva muy implícito la práctica y eso mismo es la lectura, un ejercicio con el que mejoramos día a día.
Leer y esforzarse en entender lo que nos cuenta un libro es el ejercicio más simple y enriquecedor.
No hace falta que recurras a lecturas filosóficas o científicas, pero está claro que pueden ser el mejor desafío para avanzar
en tu capacidad de comprensión y entendimiento.
4. Alimenta la creatividad y la imaginación
La lectura puede ser una actividad muy lúdica y entretenida, sobre todo si nos decantamos por novelas y ciencia ficción.
Estas lecturas son como si creáramos una película en nuestro cerebro. Y ahí damos forma a los personajes, recreamos las
situaciones y nos emocionamos con la trama.
La imaginación también es una capacidad que se puede trabajar y la lectura es una de las mejores maneras de hacerla crecer
y ponerla en práctica.
5. El poder de la palabra frente a la fuerza bruta
Los escolares de hoy en día son los estudiantes que menos libros han tocado en su vida. Ya sea por los nuevos hábitos, por
ser nativos digitales o por la inefectividad de los métodos de enseñanza.
Lo que sí que está estrechamente relacionado es que no crear hábitos de lectura desde pequeños complica más el desarrollo
de personas con buenas capacidades comunicativas y empatía.
Y ya se sabe, los que no se saben expresar con la palabra y persuadir con sus argumentos, suelen acabar imponiéndose
por la fuerza y con violencia.

Los argentinos leen mucho. En la encuesta de consumos culturales y entorno digital realizada por la Secretaría de Cultura
de la Nación, se dio a conocer que las tasas de lectura en la Argentina están entre las más altas de Latinoamérica. El 73%
de la población lee diarios y el 57% lee al menos un libro por año, según datos del informe publicado en el 2013. Y, sin
embargo, no es suficiente.

Leer, y leer mucho, es imperativo. Hay que aumentar el nivel de lectura per cápita aún más. "La educación protege el
cerebro", explicó el neurocientífico Facundo Manes, autor del libro El cerebro argentino. "Tenemos que protegerlo con
alimentos, con vivienda pero también con estímulos, con un contexto positivo de aprendizaje". ¿Y qué mejor herramienta
para el aprendizaje que los libros?

“La educación protege el cerebro”, explicó el neurocientífico Facundo Manes (iStock)


“La educación protege el cerebro”, explicó el neurocientífico Facundo Manes (iStock)

La lectura es un ejercicio para la mente, así como una bicicleta lo es para el cuerpo. Es un "superalimento" para el cerebro.
Para leer, se necesitan aplicar, aunque uno no se dé cuenta, varios procesos mentales: el razonamiento, la memoria y la
percepción juegan un rol fundamental. Según comprobó la ciencia hace años, al leer se activa el hemisferio izquierdo del
cerebro, el sector que se encarga del razonamiento lógico y de las capacidades analíticas del individuo.

También, al decodificar las letras, las palabras, las frases y las oraciones que conforman un todo, se activan zonas de la
corteza del cerebro, que reconocen el valor semántico, el significado, de las palabras. De esto se encargan las cortezas
occipital y temporal. La frontal motora se enciende al evocar sonidos, mientras que los recuerdos activan el hipocampo y
el lóbulo temporal medial. La cadena es infinita. Con la lectura se lee una frase, se la interpreta, y ésta evoca recuerdos,
aromas, colores y sonidos, memorias de nuestra mente.

La lectura es un ejercicio para la mente, así como una bicicleta lo es para el cuerpo
La lectura es un ejercicio para la mente, así como una bicicleta lo es para el cuerpo

Los científicos están cada vez más interesados en estudiar la relación entre la lectura y el cerebro, y cómo la ficción puede
llegar a mejorar la salud mental de una persona. Hace unos años, investigadores de la New School for Social Research
descubrieron una conexión entre la Teoría de la Mente -la habilidad de una persona de saber lo que está pensando otro-, y
la lectura de un pasaje de ficción literaria.

En septiembre, otro grupo de científicos replicó el estudio y obtuvo resultados diferentes: la conexión, a diferencia del
estudio anterior, fue entre la Teoría de la Mente y una relación de toda la vida con la lectura. Básicamente, leer unas hojas
de un libro no convierte a la persona en más empática, pero sí ser un lector devoto.

María Eugenia Panero, de la Boston College, explicó a Time que "es difícil saber si leer ficción literaria aumenta la Teoría
de la Mente, o si las personas que naturalmente poseen un alto nivel de esta habilidad se sienten atraídas por este tipo de
lectura". También es posible que un mayor grado de empatía y un gran interés en la literatura se alimenten uno del otro.

En la School of Life de Londres, Inglaterra, un grupo de biblioterapeutas quieren ayudar a que las personas utilicen la
ficción para cambiar sus vidas a un nivel más profundo
En la School of Life de Londres, Inglaterra, un grupo de biblioterapeutas quieren ayudar a que las personas utilicen la
ficción para cambiar sus vidas a un nivel más profundo

El novelista y psicólogo Keith Oatley, de la Universidad de Toronto, publicó recientemente en la revista científica CellPress
un estudio titulado "Ficción: Simulación de mundos sociales". En éste destaca que la literatura de ficción, al explorar las
mentes y personalidades ajenas, aumenta la empatía de una persona.

Un estudio reciente de la Universidad de Münster, en Alemania, identificó otro aspecto que se desarrolla a partir de la
lectura: "Los grandes lectores -aquellos que leen más de 18 libros por año- alardean de sus libros en público o los muestran
en estantes como una manera de comunicar una característica de sí mismos para formar su identidad y expresarse".

¿Qué mejor que terminar un duro día de trabajo y acurrucarse con un buen libro?
¿Qué mejor que terminar un duro día de trabajo y acurrucarse con un buen libro?

En la School of Life de Londres, Inglaterra, un grupo de biblioterapeutas quieren ayudar a que las personas utilicen la
ficción para cambiar sus vidas a un nivel más profundo. La biblioterapia implica la prescripción de novelas para "curar los
males de la vida", según aseguraron desde la institución.

En definitiva, la lectura refuerza al cerebro: lo hace más potente, más activo. También ayuda a elevar el razonamiento y los
procesos lógicos del individuo, fomenta sus relaciones sociales y cura los males emocionales. ¿Y qué mejor que terminar
un duro día de trabajo y acurrucarse con un buen libro?

RESUMEN

La lectura es un tema que preocupa cada día más. Los bajos índices de consumo, los resultados de comprensión lectora de
los alumnos y el reto que supone el nuevo contexto digital han provocado todo un debate en torno a la lectura y su
promoción. Este artículo analiza las investigaciones publicadas entre 2000-2015 en revistas internacionales indexadas en
Scopus y en WoS. Estos trabajos resaltan la necesidad de abordar esta temática desde una mirada interdisciplinar y empírica
que permita establecer las bases para una correcta actuación y la consolidación de hábitos de lectura estables, especialmente
entre los niños y jóvenes. Del análisis realizado se concluye que buena parte de la oferta actual en materia de promoción
lectora es básicamente un intento para acercar los libros y la lectura de forma atractiva a los lectores más jóvenes, si bien
son escasas todavía las investigaciones que se preocupan de los resultados de estas intervenciones.

1. INTRODUCCIÓN Top
Aunque tengamos una capacidad natural para el lenguaje, la construcción del hábito lector requiere un largo aprendizaje y,
sobre todo, exige un esfuerzo continuado. Saber leer necesita de la decodificación correcta de los símbolos escritos, pero
ser lector demanda, además, reflexión, pensamiento y análisis crítico, personalización del texto y disfrute de la lectura,
cualidades que entrañan un grado de dificultad importante (Yubero y Sánchez-García, 2015Yubero, S.; Sánchez-García, S.
(2015). Las guías de lectura en el espacio de las bibliotecas. En: Sánchez-García, S.; Yubero, S. (coord.), Las bibliotecas
en la formación del hábito lector. Universidad de Castilla-La Mancha; Cuenca.). Dicho de otra manera, saber leer es mucho
más que saber reconocer letras y palabras y que comprender literalmente los enunciados de un texto; concretamente, en el
marco teórico de PISA la competencia lectora significa comprender, utilizar, reflexionar y comprometerse con textos
escritos para alcanzar los propios objetivos, desarrollar el conocimiento y potencial personales y participar en la sociedad.

Lluch y Zayas (2015Lluch, G.; Zayas, F. (2015). Leer en el centro escolar. El plan de lectura. Editorial Octaedro;
Barcelona.) hacen referencia a cómo los objetivos de la lectura dirigen los pasos del lector y definen el lector competente
como aquel que sabe adecuar su comportamiento a los objetivos que persigue y no olvida que leer implica autodirección y
autocontrol. PISA (2010PISA (2010). La lectura en PISA 2009. Marcos y pruebas de la evaluación. Ministerio de
Educación; Madrid. http://ir.uv.es/ZI5fpfG [18 enero de 2016].) considera que hay una correlación significativa entre
competencia lectora y metacognición; de un modo más concreto, se afirma que el lector autónomo, es decir, el lector que
es capaz de llevar a cabo satisfactoriamente el proceso de lectura sin ayudas, es el que ha adquirido las estrategias de
procesamiento de textos y las aplica sin mucho esfuerzo. Estos autores subrayan la importancia del compromiso individual
con la lectura como uno de los factores que intervienen en la competencia lectora y el papel del contexto educativo en la
formación de lectores comprometidos. En el marco concreto de las pruebas PISA (2010PISA (2010). La lectura en PISA
2009. Marcos y pruebas de la evaluación. Ministerio de Educación; Madrid. http://ir.uv.es/ZI5fpfG [18 enero de 2016].), el
compromiso individual con la lectura se manifiesta en relación con tres aspectos: interés, autonomía y valor.

Pero para conseguir lectores comprometidos, en el sentido desarrollado anteriormente, es necesario trabajar la lectura en
diferentes contextos y con múltiples estrategias. En este sentido el objetivo de la promoción lectora no es otro que la
adquisición y mejora de los hábitos lectores, intentando que lleguen a ser estables y que los individuos integren la lectura
en su estilo de vida. Por ello, las acciones que la promocionan deben ser consideradas como parte del proceso educativo y
ciudadano y llevarse a cabo dentro y fuera del contexto escolar.

Los datos de los hábitos lectores de la población española indican que hoy se lee más que nunca. Aun así, ni la cifra de
lectores está al nivel de los mejores países europeos, ni todos los lectores son lectores competentes, capaces de entender y
discriminar correctamente distintos tipos de mensajes. De hecho, informes como PISA (Programme for International
Student Assessment) y PIRLS (Progress in International Reading Literacy Study) ponen de manifiesto los problemas de
comprensión lectora que tiene una parte de la población. En este sentido, aunque en los últimos años han aumentado las
actividades de animación lectora, no parece que se haya visto reflejado en una mejora suficiente.

Las denominadas prácticas de fomento lector o de animación a la lectura que habitualmente eran llevadas a cabo por una
persona relacionada con el mundo de la educación, con diseños que nacieron en la década de los sesenta han evolucionado
con el tiempo. En la actualidad, aunque muy lentamente, la promoción de la lectura se ha ido transformando en una práctica
caracterizada por un diseño previo, un protocolo y una evaluación tanto de los resultados obtenidos como del proceso de
acompañamiento. Investigaciones como las de Martín-Barbero (2011Martín-Barbero, J.; Lluch, G. (2011). Lectura,
escritura y desarrollo en la sociedad de la información. Cerlalc y Unesco; Bogotá.), las del Dibam (2012Dibam (2012).
Modelo de evaluación para identificar el aporte de las bibliotecas públicas en el desarrollo de comunidades. Cerlalc; Bogotá.
http://ir.uv.es/rr1F0ng [18 de junio de 2016].) o Costa y otros (2013Costa, A. F.; Pegado, E.; Ávila, P.; Coelho, A. (2013).
Mixed-methods evaluation in complex programmes: The national reading plan in Portugal. Evaluation and Program
Planning, 39, 1-9. https://doi.org/10.1016/j.evalprogplan.2013.02.001. y 2015Costa, A. F.; Pegado, E.; Ávila, P.; Coelho,
A. (2015). Evaluating the Portuguese National Reading Plan: teachers’ perceptions on the impact in school. Educational
Research for Policy and Practice, 14 (2), 119-138. https://doi.org/10.1007/s10671-014-9171-y.), han mostrado como estas
prácticas forman parte de diseños más complejos en los que una de las partes fundamentales es la evaluación del proceso y
de los resultados.

Sin embargo, una exploración aleatoria de los estudios publicados en España sobre el tema muestra que son trabajos que
mayoritariamente se publican en revistas divulgativas y que presentan relatos personales sobre actividades realizadas en el
ámbito de acción del autor. Como consecuencia, los resultados se valoran en la mayoría de los casos de forma subjetiva,
con una implicación del investigador tal que contamina la investigación. Prescinden de un estado de la cuestión, por lo que
se ignoran o desconocen las actuaciones previas, la metodología utilizada o los resultados de estas investigaciones. En
definitiva, tradicionalmente, una parte importante de los estudios publicados sobre promoción de la lectura son un relato de
las acciones que el autor ha llevado a cabo, carecen de una metodología compartida, contrastada y replicada y están
realizados desde la apreciación personal, la paráfrasis o el comentario subjetivo. En este contexto es imprescindible
desarrollar líneas de investigación para saber qué se hace, cómo se hace o qué falta por hacer. Por ello, este trabajo busca
conocer qué investigaciones se han realizado sobre la promoción de la lectura, qué metodologías se han utilizado, cuál ha
sido el objeto de análisis y qué resultados y conclusiones se han conseguido.
Lectura por placer y rendimiento escolar
Los artículos analizados destacan los beneficios que la lectura por placer tiene entre los más jóvenes, presentando una
relación directa entre esta, la comprensión lectora, la ampliación de vocabulario y la velocidad lectora. Las investigaciones
recurren a las conclusiones de estudios como PISA, para determinar que la motivación y la lectura autónoma son de vital
importancia en el proceso lector porque estimula su frecuencia y afecta a las habilidades de lectura; así, el alumnado que
disfruta más con la lectura tiene un rendimiento significativamente más alto.

Investigaciones concretas, como la de De Naeghel y Van Keer (2013De Naeghel, J.; Van Keer, H. (2013). The relation of
student and class-level characteristics to primary school students’ autonomous reading motivation: a multi-level approach.
Journal of Research in Reading, 36 (14), 351-370. http://dx.doi.org/10.1111/jrir.12000.) realizada en Flandes (Bélgica) con
1.177 estudiantes (de 10-11 años) y sus 65 profesores, coinciden en las mismas conclusiones: el género (las niñas leen más),
la familia y los amigos: “In the present study, home and peer involvements in reading activities were reported by the students
themselves and, therefore, give an indication of students’ perceived home and peer involvements in reading activities, which
is most likely to be associated with their own motivation to read”. Es importante señalar que no se encontraron diferencias
significativas entre los niños que hablan holandés con los que hablan otro idioma como el turco o el marroquí. Curiosamente,
la investigación no pudo confirmar que las tareas que el profesor realiza en el aula o la posibilidad de que los estudiantes
eligieran sus lecturas motivara la lectura autónoma. Lo que sí corrobora es el papel positivo que tiene una persona
especializada en el centro escolar para la promoción de la lectura autónoma de los estudiantes: “In contrast with the lack of
positive associations with teacher activities, the support of a literacy coach at school appeared to be significantly related to
children’s autonomous reading motivation”.

Laurenson y otros (2015Laurenson, P.; McDermott, K.; Sadleir, K. (2015). From national policy to classroom practice:
Promoting reading for pleasure in post-primary English classrooms. English in Education, 49 (1), 5-24.
http://dx.doi.org/10.1111/eie.12054.) desarrolla una investigación en Irlanda, centrándose en la formación del profesorado
de inglés en las clases de secundaria y la lectura por placer. La principal conclusión del estudio destaca que habrá más
probabilidades de éxito en este tipo de prácticas si existe una buena comunicación entre las escuelas primaria y postprimaria;
y si se crean vínculos entre la escuela y la biblioteca local. Los resultados de la investigación se presentan en forma de
consejos para un buen resultado de los programas de promoción de la lectura por placer como, por ejemplo, a) disponibilidad
de material de buena calidad para todas las edades; b) posibilidad de que los estudiantes elijan, hablen y se recomienden
libros entre sí; c) visibilidad de material relacionado con el libro en el aula; d) participación de los padres o e)
acompañamiento del profesor en la práctica de lectura.

Los trabajos de Gilbert y Fister (2011Gilbert, J.; Fister, B. (2011). Reading, Risk and Reality: College Students and Reading
for Pleasure. College & Research Libraries, 72 (5), 474-495. https://doi.org/10.5860/crl-148.), Yubero y Larrañaga
(2015Yubero, S.; Larrañaga, E. (2015). Lectura y universidad: hábitos lectores de los estudiantes universitarios de España
y Portugal. El profesional de la información, 24 (6), 717-723. https://doi.org/10.3145/epi.2015.nov.03.) y Kavi y otros
(2015Kavi, R. K.; Tackie, S. N.; Bugyei, K. (2015). Reading for pleasure among junior high school students: case study of
the Saint Andrew`s Anglican Complex Junior High School, Sekondi. Library Philosophy and Practice (e-journal),
Paper1234. http://digitalcommons.unl.edu/libphilprac/1234 [13 de junio de 2015].) entienden la lectura por placer como la
que los estudiantes hacen de forma voluntaria, a partir de su propia elección de los textos. Las tres investigaciones muestran
como un porcentaje muy elevado de alumnos se acerca a la lectura solo por su valor instrumental y como la lectura por
placer no está integrada en su estilo de vida. Kavi y otros (2015Kavi, R. K.; Tackie, S. N.; Bugyei, K. (2015). Reading for
pleasure among junior high school students: case study of the Saint Andrew`s Anglican Complex Junior High School,
Sekondi. Library Philosophy and Practice (e-journal), Paper1234. http://digitalcommons.unl.edu/libphilprac/1234 [13 de
junio de 2015].) analizan los hábitos lectores de los alumnos de un instituto de secundaria en Sekondi (Ghana) y los
resultados muestran como los estudiantes entienden la lectura solo como acceso a la información y como una forma de
superar los exámenes; además, el principal material de lectura son los libros de texto. La investigación de Gilbert y Fister
(2011Gilbert, J.; Fister, B. (2011). Reading, Risk and Reality: College Students and Reading for Pleasure. College &
Research Libraries, 72 (5), 474-495. https://doi.org/10.5860/crl-148.) se realizó en el Gustavus Adolphus College
(Minnesota) con una muestra de 2.500 alumnos universitarios. Los resultados indican que, aunque la lectura por placer está
bien valorada por un 93% del alumnado, los encuestados indican que durante el curso no tienen tiempo para dedicarlo a la
lectura por placer, aunque sí está presente como alternativa de ocio en los periodos vacacionales. El estudio de Yubero y
Larrañaga (2015Yubero, S.; Larrañaga, E. (2015). Lectura y universidad: hábitos lectores de los estudiantes universitarios
de España y Portugal. El profesional de la información, 24 (6), 717-723. https://doi.org/10.3145/epi.2015.nov.03.) encuesta
a 2.745 estudiantes universitarios españoles y portugueses y las conclusiones son similares. Destacamos el concepto de
“falso lector” que tipifica a aquellos estudiantes que, aunque sus respuestas los muestran como no lectores, desean dar una
imagen lectora. El estudio concluye que esta situación contradictoria lleva a algunos estudiantes a falsear los datos, en
función de la deseabilidad social utilizando el autoengaño.

Los tres artículos anteriores, a pesar de realizarse con sujetos de procedencia geográfica diversa y niveles diferentes, inciden
en la necesidad de proporcionar a los estudiantes espacios de lectura voluntaria que potencien y apoyen el desarrollo del
hábito lector. Tanto los profesores, como las bibliotecas deben implicarse y proporcionar programas y sobre todo
colecciones que cubran sus necesidades e intereses personales. En este sentido, tradicionalmente han sido las bibliotecas
públicas y escolares las responsables de estas tareas. Los trabajos anteriores, como los de Elliot (2009Elliott, J. (2009).
Barriers to extracurricular reading promotion in academic libraries. Reference and User Services Quarterly, 48 (4), 340-
346.) y Gladwin y Goulding (2012Gladwin, R.M.; Goulding, A. (2012). Recreational Reading in Universities Libraries in
The United Kingdom. New Review of Academic Librariannship, 18 (2), 140-164.
https://doi.org/10.1080/13614533.2012.709213.) advierten de la necesidad de promocionar la lectura como forma de ocio
cultural, también desde los servicios bibliotecarios de las universidades, ofreciendo colecciones, espacios y actividades en
los que se fomente el diálogo y el debate en torno a lecturas no académicas.

La lectura en la red

La investigación sobre la lectura en la red aparece de forma significativa en los estudios publicados a partir de 2012,
entendiendo los medios sociales como un contexto emergente para su promoción. Las principales conclusiones del análisis
de los trabajos de Elsayed (2010Elsayed, A. M. (2010). Arab online book clubs: A survey. Library Associations and
Institutions, 36 (3), 235-250. https://doi.org/10.1177/0340035210378864.), Sauperl (2012Sauperl, A. (2012). Pinning down
a novel: characteristics of literary works as perceived by readers. Library Review, 61 (4), 286-303.
https://doi.org/10.1108/00242531211267581.) Monar (2012Monar van Vliet, M. (2012). Promoción de la lectura en el
marco educativo. Ocnos, 8, 67-74. https://doi.org/10.18239/ocnos_2012.08.06.), Lluch (2014Lluch, G. (2014). Jóvenes y
adolescentes hablan de lectura en la red. Ocnos, 11, 7-20. https://doi.org/10.18239/ocnos_2014.11.01.), Manso-Rodríguez
(2012Manso-Rodríguez, R.A. (2012). Bibliotecas, fomento de la lectura y redes sociales: convirtamos amigos en lectores.
El profesional de la información, 21 (4), 401-405. https://doi.org/10.3145/epi.2012.jul.12., 2015Manso-Rodríguez, R.A.
(2015). ¡Leer, comentar, compartir! El fomento de la lectura y las tecnologías sociales. TransInformação, 27 (1), 9-19.
https://doi.org/10.1590/0103-37862015000100001.) y Lluch, Tabernero y Calvo (2015Lluch, G.; Tabernero-Sala, R.;
Calvo-Valios, V. (2015). Epitextos virtuales públicos como herramientas para la difusión del libro. El profesional de la
información, 24 (6), 797-804. https://doi.org/10.3145/epi.2015.nov.11.) muestran cómo las herramientas virtuales utilizadas
son cada vez más numerosas y cómo multiplican las actuaciones, rompen las barreras físicas y temporales entre lectores,
desdibujan el papel del mediador y transforman o substituyen los contextos lectores tradicionales.

Los primeros contextos en los que se ha investigado han sido los clubes de lectura. Elsayed (2010Elsayed, A. M. (2010).
Arab online book clubs: A survey. Library Associations and Institutions, 36 (3), 235-250.
https://doi.org/10.1177/0340035210378864.) analiza siete clubes de lectura virtuales de Arabia Saudita y de Egipto, a través
de un estudio de campo de cuestionarios a sus moderadores. El estudio define este espacio como “a group of Arab readers
who participate in regular discussion of books, by using Internet services (website, email, blog) established by Arabs to
facilitate discussion between club members. This online book club may be general or interested in specific topic”. La
conclusión más destacable señala como “despite low participation and superficial discussion, and lack of services provided
to readers, Arab online book clubs are becoming a promising environment for promoting reading, and motivate people from
all ages to contribute and exchange ideas because these clubs have arisen with a primary objective to promote and enhance
reading. The study showed that young Arab readers have begun to discuss books in online groups, and established their
own online clubs”.

Manso-Rodríguez (2012Manso-Rodríguez, R.A. (2012). Bibliotecas, fomento de la lectura y redes sociales: convirtamos
amigos en lectores. El profesional de la información, 21 (4), 401-405. https://doi.org/10.3145/epi.2012.jul.12.) analiza la
incidencia de las redes sociales en el desarrollo de los clubs de lectura como servicio para el fomento de la lectura. Mediante
un análisis documental, presenta los puntos de vista de varios autores y examina la presencia de estos clubs en la red social
Facebook a partir de sus características, presenta ejemplos y enumera procedimientos para configurar esta modalidad de
servicio en la biblioteca. En una investigación posterior (2015Manso-Rodríguez, R.A. (2015). ¡Leer, comentar, compartir!
El fomento de la lectura y las tecnologías sociales. TransInformação, 27 (1), 9-19. https://doi.org/10.1590/0103-
37862015000100001.), amplia la documentación a las oportunidades que ofrecen los blogs, wikis, redes sociales y
diferentes plataformas para el intercambio de archivos audiovisuales y datos como YouTube, Flickr, Slideshare o RSS. La
investigación concluye afirmando que implementar virtualmente los clubs de lectura es una realidad que las bibliotecas
tienen hoy al alcance de la mano. Se trata de ver la intervención del usuario como una oportunidad y no como una amenaza,
de manera que se potencien también los servicios tradicionales, convirtiéndolos en innovadores. Las opiniones,
evaluaciones y recomendaciones serán el valor añadido que contribuya al éxito de la actividad y aumente la visibilidad de
la biblioteca.

La investigación de Sauperl (2012Sauperl, A. (2012). Pinning down a novel: characteristics of literary works as perceived
by readers. Library Review, 61 (4), 286-303. https://doi.org/10.1108/00242531211267581.) se centra en la descripción de
las novelas que aparecen en los catálogos de las bibliotecas, tradicionalmente limitadas a un número identificativo. El
objetivo de la investigación es analizar la descripción que hacen los lectores para ofrecer alternativas a la catalogación de
las bibliotecas. Concretamente, analiza el contenido de los tags y de las reseñas que los lectores-compradores dejan en la
librería Amazon.com, en el servicio de lectura LibraryThing y en el proyecto de promoción de la lectura Primorci beremo.
Los resultados mostraron como los lectores comentaban de manera más frecuente los títulos de las obras, los autores, los
personajes, los escenarios geográficos, el marco temporal en que se desarrolla la historia y el género literario. Además,
“Their evaluation of a novel was expressed with an opinion, an analysis, or a professional review. Awards were mentioned,
and readers often also expressed their personal experience with the novel. They connected the novel with a sequel or series,
with otherwise related novels, movies, etc. Often, pictures of the cover and other factual data were included”.

Centrándose en el ámbito educativo, Monar (2012Monar van Vliet, M. (2012). Promoción de la lectura en el marco
educativo. Ocnos, 8, 67-74. https://doi.org/10.18239/ocnos_2012.08.06.) evalúa los beneficios del web, el blog y la wiki
para la promoción lectora en tres centros escolares. Los datos obtenidos evidencian que el uso de estas plataformas es muy
beneficioso en el trabajo de la lectura y que estas formas de lectura y escritura se entienden como una expansión y no como
una sustitución de las formas tradicionales. Las conclusiones de la investigación sobre la respuesta de los estudiantes
demuestran que la motivación y el interés que despierta en los alumnos el uso de las tecnologías en la promoción de la
lectura proviene de su familiarización con la cultura tecnológica por lo que las prácticas les resultan más divertidas, se
sienten más cómodos y participan más. Pero más allá de la comodidad y la diversión, también valoran positivamente el
hecho de que las plataformas rompen los muros del aula y les comunican con otros actores sociales; de este modo,
transforman las actividades escolares en prácticas de comunicación real y la lectura individual, en lectura social y
compartida. En los casos analizados, Monar muestra una ampliación y diversificación de textos, formatos y, por tanto, del
concepto de alfabetización y una transformación papel del profesorado que pasa a tener una función orientadora e
integradora en el grupo.

Recientemente, el uso de las redes sociales como creadora de espacios para compartir la lectura ha sido tomado por jóvenes
y adolescentes. Lluch (2014Lluch, G. (2014). Jóvenes y adolescentes hablan de lectura en la red. Ocnos, 11, 7-20.
https://doi.org/10.18239/ocnos_2014.11.01.), a partir de la observación, la descripción densa y el análisis textual, examina
los discursos (posts, comentarios, tuits y comentarios en foros) y los escenarios virtuales de lectura (blog, foro y Twitter)
que chicos entre 13 y 29 años crean al margen de las instituciones y de cualquier mediación adulta. Los principales
resultados de la investigación muestran como a) los sujetos crean comunidades virtuales de lectura, b) construyen sus
espacios de comunicación desde plataformas múltiples practicando la trashumancia virtual; c) transforman el hecho lector
en conversación social; d) esta experiencia y práctica social los convierte en expertos y líderes de opinión y e) el espacio
virtual creado deviene un lugar de pertenencia y de afecto aunque a su vez forman una comunidad competitiva.

Obviamente, las editoriales e instituciones no son ajenas a las posibilidades que los medios sociales tienen para promocionar
la lectura en Internet. En este sentido, Lluch, Tabernero y Calvo (2015Lluch, G.; Tabernero-Sala, R.; Calvo-Valios, V.
(2015). Epitextos virtuales públicos como herramientas para la difusión del libro. El profesional de la información, 24 (6),
797-804. https://doi.org/10.3145/epi.2015.nov.11.) proponen ampliar el concepto de epitexto público propuesto por Genette
a los documentos virtuales que se publican en blogs, webs comerciales, foros de lectura, redes sociales, wikis, booktubers
y a los tráileres de lectura. Ante la falta de investigaciones sobre estos documentos esenciales en la promoción de la lectura
en la red, las conclusiones del artículo proponen una investigación sobre la web social que promociona el libro y la lectura.
Resumiendo la propuesta, los objetivos para la investigación son a) identificar, clasificar y analizar los epitextos virtuales
públicos que organismos, autores y lectores construyen para hablar de libros y lectura; b) conocer cómo crean significado,
influyen en la concepción del lector, de la lectura y de la literatura o cómo alteran la cadena del libro y c) formular
indicadores para evaluar la calidad y efectividad de los epitextos virtuales.

Como podemos observar en estas investigaciones, cada vez son más y más potentes las plataformas que desde la web social
se encargan de la promoción lectora. El éxito de muchas de estas plataformas, entendidas como epitextos virtuales públicos
(Lluch y otros, 2015Lluch, G.; Tabernero-Sala, R.; Calvo-Valios, V. (2015). Epitextos virtuales públicos como herramientas
para la difusión del libro. El profesional de la información, 24 (6), 797-804. https://doi.org/10.3145/epi.2015.nov.11.) radica
en el hecho que transforman la lectura en un constructo de conversaciones que permite el intercambio y la visibilidad, que
convierte el lector en prosumidor ya que lo invita a crear nuevos contenidos y, sobre todo, que crea una comunidad
propiciando la socialización de la lectura.

4. CONCLUSIONES Top

La revisión crítica de la investigación sobre la promoción de la lectura muestra la novedad de esta línea de estudio y, por
consiguiente, la necesidad de continuar investigando. Esta es un área emergente en la bibliografía científica y los buenos
resultados de los trabajos analizados demuestran que hay que continuar impulsando investigaciones empíricas que ayuden
a determinar las mejores prácticas, a partir de resultados objetivos que permitan cuantificar y categorizar los beneficios que
aporta la promoción lectora. Se trata de un tema cada vez más presente en revistas científicas, pero no debemos olvidar la
valiosa aportación que las monografías de investigación y los informes técnicos de instituciones públicas suponen al estado
de la cuestión.

Los trabajos publicados hasta ahora son una aproximación que muestran un mapa de las necesidades apremiantes de este
campo de trabajo: el primero y principal es establecer una terminología compartida que diferencie claramente los términos
base. En este sentido, defendemos la definición de Álvarez-Zapata y otros (2009Álvarez-Zapata, D.; Giraldo-Girado, Y.N.;
Ocampo-Molina, N.Y.; Guerra-Sierra, L. M.; Melgar-Estrada, L.; Gómez Vargas, M. (2009). Representaciones
bibliotecarias sobre la biblioteca pública, la lectura, el lector, la promoción y la animación a la lectura en Medellín,
Colombia. Investigación bibliotecológica, 23 (49), 197-240.) de promoción de la lectura como un proyecto de intervención
sociocultural que busca impulsar la reflexión, la revalorización, la transformación y la construcción de nuevos sentidos,
idearios y prácticas lectoras, para así generar cambios en las personas, en sus contextos y en sus interacciones.

Por otra parte, la revisión también ha mostrado como la idea de la promoción lectora está más perfilada desde el horizonte
de la práctica que desde la teoría. Como consecuencia, algunas de las actuaciones analizadas carecen de contenido crítico
y se centren en exceso en los fines lúdicos y estéticos. Dicho con otras palabras, hay demasiado activismo, por lo que los
trabajos se han centrado en proponer, diseñar o describir las acciones pero no en analizar las categorías de lo que se hace.
En esta línea, investigaciones como las realizadas por el equipo de Costa (2013Costa, A. F.; Pegado, E.; Ávila, P.; Coelho,
A. (2013). Mixed-methods evaluation in complex programmes: The national reading plan in Portugal. Evaluation and
Program Planning, 39, 1-9. https://doi.org/10.1016/j.evalprogplan.2013.02.001. y 2015Costa, A. F.; Pegado, E.; Ávila, P.;
Coelho, A. (2015). Evaluating the Portuguese National Reading Plan: teachers’ perceptions on the impact in school.
Educational Research for Policy and Practice, 14 (2), 119-138. https://doi.org/10.1007/s10671-014-9171-y.) sobre el Plan
de Lectura de Portugal son un modelo del tipo de investigación que es necesario llevar a cabo y que a su vez muestra la
necesidad de unir investigación y políticas públicas.

Otra de las necesidades que el análisis ha puesto de manifiesto es la de ampliar el tipo de investigación sobre los resultados
de las acciones de promoción de la lectura, para poder establecer un protocolo de trabajo fiable, amplio y verificado. En
este sentido, Farmer y Stricevic (2011Farmer, L.; Stricevic, I. (2011). El uso de la investigación para promover la
alfabetización y la lectura en las bibliotecas: guía para los bibliotecarios. IFLA; La Haya.
http://www.ifla.org/files/assets/hq/publications/professional-report/126.pdf [2 de enero de 2015].) afirman que los
resultados de las acciones de promoción de la lectura que muestra la investigación son muy limitados. Algunos autores
establecen la dificultad de evaluar dichas acciones en términos cualitativos tales como la modificación de hábitos lectores,
incremento del nivel lector o la mejora de la comprensión lectora (Baró y otros, 2012Baró, M.; Mañà, T.; Barrios, M.;
Baena, J. (2012). Promoción de la lectura en las bibliotecas públicas de Cataluña: evaluación y resultados. El profesional
de la información, 21 (3), 277-281. http://dx.doi.org/10.3145/epi.2012.may.08.; Train y Elkin, 2001Train, B.; Elkin, J.
(2001). Measuring the unmeasurable: reader development and its impact on perfomance measurement in the public library
sector. Library Review, 50 (6), 295-304. https://doi.org/10.1108/EUM0000000005598.). Muchos de los trabajos analizados
se centran en evaluar los procesos en sí mismos, valorando la eficacia de los métodos en relación con el cumplimiento de
una serie de objetivos concretos de dichos planes o de cada una de las acciones, pero sin llegar a profundizar en el objetivo
de todas estas acciones: la creación de lectores competentes y la consolidación del hábito lector.

Estamos en un momento propicio para plantear proyectos innovadores de promoción de la lectura que superen las prácticas
habituales y tradicionales. El desarrollo del libro electrónico (Gómez-Díaz y otros, 2016Gómez-Díaz, R.; García-Rodríguez,
A.; Cordón-García, J. A.; Alonso-Arévalo, J. (2016). Leyendo entre pantallas. Trea; Gijón.), los espacios virtuales y las
aplicaciones de lectura (García-Rodríguez y Gómez-Díaz, 2016García-Rodríguez, A.; Gómez-Díaz, R. (2016). Lectura
digital infantil. Dispositivos, aplicaciones y contenidos. UOC; Barcelona.), y las plataformas de los medios sociales (Lluch,
Tabernero y Calvo, 2015Lluch, G.; Tabernero-Sala, R.; Calvo-Valios, V. (2015). Epitextos virtuales públicos como
herramientas para la difusión del libro. El profesional de la información, 24 (6), 797-804.
https://doi.org/10.3145/epi.2015.nov.11. y Lluch, 2014Lluch, G. (2014). Jóvenes y adolescentes hablan de lectura en la red.
Ocnos, 11, 7-20. https://doi.org/10.18239/ocnos_2014.11.01.) multiplican los escenarios desde los que promocionar el libro
y la lectura. Pero para ello, es imprescindible contar con investigaciones que partan de un trabajo previo de reflexión y una
metodología acorde tanto a los individuos que se dirigen como a los objetivos que la investigación persigue. Solo de esta
manera podremos ofrecer a los actores del ecosistema de la lectura datos fiables para mejorar sus prácticas de promoción
de la lectura.

¿Cuáles son los beneficios de leer literatura?

Aunque cada vez más escasa, expertos aseguran que son muchos los beneficios de una lectura paciente, extensa y profunda.
Estos son los beneficios de leer literatura ¿Cuáles son los beneficios de leer literatura? Foto: Stock.xchng.
Asegurar que la literatura educa y hace mejores a las personas es un poco atrevido y difícil de demostrar, pero
indudablemente los beneficios de la lectura son incontables. Se ha dicho que es una de las mejores formas de comunicación
con uno mismo, que es una manera de conocerse y de conocer a los demás.

También, que los libros enseñan a pensar y que el pensamiento construye seres libres. Pero más allá de estos lugares
comunes y del placer que consiguen los buenos lectores, científicos han estudiado el efecto concreto que genera la lectura
en las personas y sobretodo, han determinado que cierto tipo de lectura produce determinadas cambios en la personalidad
de los lectores.

Desde el 2006, Raymond Mar y Keith Oatley, investigadores de la universidad de York y de Toronto en Canadá,
respectivamente, aseguran que las personas que leen literatura tienen mayor empatía, es decir, mejor capacidad de entender
y ponerse en el lugar de otras personas, así como de percibir el mundo desde distintas perspectivas. El buen lector de
literatura, en consecuencia, se convierte en un ser más autocrítico, que a su vez puede entender y cuestionar mejor las
opiniones, creencias y actitudes de los demás.
Pero según los expertos, estas características son solo producto de una lectura profunda (“deep reading”), opuesta a la
lectura dispersa, leve y azarosa que abruma en el día a día debido a las nuevas tecnologías.

Investigaciones recientes desde la ciencia cognitiva, la psicología y la neurociencia han demostrado que la “lectura
profunda” -esa lectura envolvente, rica en detalles sensoriales, con complejidades emocionales y morales- es una
experiencia única, muy diferente a la mera comunicación de las palabras.

Hoy en día el hecho de estar permanentemente expuestos a pantallas ha disminuido el hábito de leer libros de papel. Cada
vez más evidencias sugieren que la lectura en internet es menos atractiva, incluso para los “nativos digitales”. En el 2013,
por ejemplo, la Agencia Nacional de Literatura de Gran Bretaña dio a conocer los resultados de un estudio que se realizó
sobre 34.910 jóvenes entre los 8 y los 16 años. Los investigadores concluyeron que el 39 % de los niños y adolescentes lee
diariamente a través de dispositivos electrónicos y sólo el 28 % lee material impreso. Aquellos que leían sólo en pantalla
eran tres veces menos propensos a decir que les gustaba leer y un tercio menos propensos a tener un libro favorito.

Estos hábitos de lectura o más bien “no lectura” son preocupantes en este mundo vertiginoso que cada vez tiene menos
tiempo y deseos de sumergirse en una lectura reflexiva y en silencio. De manera que, según infieren los estudios, los buenos
lectores, que serían personas más perspicaces, observadoras y quizá solidarias, pareciera que se están agotando.

Victor Nell, psicólogo consultado por la revista Time, encontró que cuando los lectores están disfrutando la experiencia de
leer, el ritmo de su lectura se torna más lento. La combinación de la rápida decodificación, fluidez de palabras y de un
progreso lento, sin prisas, da a los “lectores profundos” tiempo para enriquecer su lectura con reflexión, análisis y sus
propios recuerdos y opiniones. Es en ese momento en el que el lector logra entablar una íntima amistad con el autor, y más
precisamente, con los personajes de ese universo escrito. Es el momento en que el lector se enriquece con una nueva vida
que encuentra en otro mundo.

Pero se han señalado aún más beneficios. Un estudio de la Universidad de Emory, publicado por el diario inglés The
Independent, descubrió que leer un libro que estimule e inspire potencia la conectividad en nuestro cerebro, efecto que
puede prolongarse hasta por cinco días. Por si fuera poco, en una investigación realizada por la Universidad de Sussex en
2009 se demostró que la lectura es una de las actividades más relajantes que tenemos a nuestra disposición, según el estudio,
por encima de escuchar música, caminar o tomarse un buen baño.

Una vez más se encuentra certeza en el viejo refrán según el cual la lectura es a la mente lo que el ejercicio es al cuerpo.

Cuatro razones científicas para convencerte de aumentar tu lectura

Leer activa áreas del cerebro que también utilizamos para resolver problemas y comprender a los demás.
Lector

La lectura constante permite que el cerebro se mantenga en forma. | Fuente: Blog.tiching.com

La lectura es un ejercicio que agudiza las funciones del cerebro y amplía el banco mental de conocimientos. También
permite que mejores tus habilidades sociales y te desprendas de viejos prejuicios. Mientas más lees, mejor piensas. Esa es
la conclusión a la que llegó Ignacio Morgado Bernal, director del Instituto de Neurociencias de la Universidad Autónoma
de Barcelona, en un artículo publicado este lunes en El País de España. Según este experto en psicobiología, los principales
beneficios de la lectura en el cerebro son cuatro:

1. Ejercicio para la mente


Con el aumento de la lectura, tu cerebro se mantiene más activo y en forma. Los tres principales ejercicios mentales que
aplicas al momento de leer son la percepción, la memoria y el razonamiento. Pero otras áreas como el lenguaje y la
capacidad de análisis también se ejercitan. En toda la amplitud de la corteza cerebral, la lectura permitirá que afines tu
habilidad para interpretar y concentrarte en los significados y sentidos de las palabras.

Además, si la historia que estás leyendo tiene pasajes sentimentales, la amígdala y otras áreas emocionales de tu cerebro se
activarán.

2. Resolverás mejor tus problemas

Al leer también utilizamos la corteza prefrontal y la memoria de trabajo. Estas áreas se relacionan con la resolución de
problemas, la planificación del futuro y la toma de decisiones.

Cuando activas regularmente esas funciones de tu cerebro, tu capacidad de razonamiento es más fina. Y, aunque no está
demostrado al 100%, se cree que la actividad de esta área promueve la inteligencia de las personas.
3. Serás más empático

La lectura permite desarrollar las habilidades sociales y la empatía. También reduce tu nivel de estrés. Las historias con
personajes y situaciones complejas son asimiladas por los lectores como una simulación de sus propias vidas.

El psicólogo canadiense Keith Oatley explica que la ficción es el mejor género literario para ayudarnos a comprender a los
demás. Las investigaciones de Oatley se valen de neuroimágenes que muestran mayor actividad cerebral en las áreas
relacionadas a esas emociones cuando se consume historias de ficción.

4. Ampliarás tus conocimientos

La lectura siempre te dejará la satisfacción del conocimiento adquirido. Todos los datos que ingresan a tu cerebro por la
lectura se transforman en memoria cristalizada o experiencia.

Según Forbes, la industria editorial genera 330 millones de libros al año.

Según Forbes, la industria editorial genera 330 millones de libros al año. | Fuente: EFE

Una encuesta nacional de 2015 reveló que solo el 15.5% de peruanos practica el hábito de la lectura.

Una encuesta nacional de 2015 reveló que solo el 15.5% de peruanos practica el hábito de la lectura. | Fuente: AFP

¿Qué es mejor, leer libros impresos o electrónicos?

Los libros en papel tienen un valor simbólico y ofrecen la seguridad de que nunca dejarán de funcionar, pero esas no son
sus únicas ventajas.

Según diversos estudios científicos, la lectura de textos impresos permite concentrarse más y recordar mejor lo que se ha
leído.

Al cerebro, además, le resulta más fácil elaborar mapas mentales al leer textos impresos que digitales, ya que puede obtener
una idea de conjunto a través de los sentidos.
La Eurocámara vota a favor del IVA reducido para libros electrónicos en la UE

La UE no logra un acuerdo para permitir el IVA reducido en e-books

Desde el desarrollo de los libros electrónicos en particular, y de los diversos formatos de lectura digital en general, se han
publicado innumerables artículos para destacar las ventajas y flaquezas de cada uno de esos sistemas en relación con el
otro. Los defensores del e-book valoran sobre todo posibilidades como la de llevar una biblioteca entera en el bolsillo, la
de adecuar el tamaño de las letras a la necesidad de cada persona y por el acceso a los textos por muy bajo costo o incluso
gratis.

El libro de papel, por su parte, conserva la magia de la experiencia física: diseños, colores, texturas, olores y múltiples
recuerdos asociados con los volúmenes, es decir, el aura del objeto único. Además está la certeza de que nunca ha de fallar
cuando se necesite: no habrá baterías agotadas, incompatibilidad entre formatos y archivos, ni la obligación de comprar un
dispositivo nuevo cuando el antiguo no dé más de sí.

Sin embargo, no todo pasa por simples gustos o conveniencias. A diferencia de la música -ámbito en el cual, más allá de
los matices en la calidad del sonido, en esencia es lo mismo escuchar una canción proveniente de un disco de vinilo, de una
cinta, de un CD o de un archivo mp3-, la lectura de un texto impreso en papel parece tener efectos distintos que si se realiza
desde una pantalla. Lo dice la experiencia de muchos lectores, y también varios estudios científicos realizados en los
últimos años.

"Ver" y "sentir" el texto impreso

Naomi Baron, experta en lingüística de la American University, con sede en Washington DC, Estados Unidos, investigó el
tema durante dos años. Reunió datos de 429 estudiantes universitarios de Estados Unidos, Japón, Alemania, India y los
países escandinavos. Cuando se les preguntó con cuál de ambos soportes se concentraban mejor, el 92 % de los alumnos
respondió que con los textos impresos. Muchos señalaron también que, al leer en papel, entienden más y se distraen menos.
Muchos dispositivos digitales cuentan con una característica que es un arma de doble filo: el hipertexto. Puede ser una gran
ventaja para acceder a información relacionada con lo que se está leyendo, que permita entenderlo mejor, desde un
diccionario hasta artículos, vídeos y otros datos. Pero también es una vía hacia las multitareas, es decir, atender a varias
cosas a la vez, lo cual suele dar como resultado distracción y baja concentración. El 67 % de los estudiantes dijeron sentir
que los soportes digitales promueven las actividades múltiples mientras leen, mientras que solo el 41 % experimentó esa
sensación al leer del papel.
Y otra cuestión importante es la relacionada con la noción espacial de la lectura. Según el estudio de Baron -que sirvió
como base para su libro Words Onscreen: The Fate of Reading in a Digital World, 'Palabras en pantalla: el destino de la
lectura en un mundo digital', de 2015-, los textos impresos dan una sensación de "dónde estás" en el libro: los alumnos que
formaron parte de la investigación dijeron poder "ver" y "sentir" en qué parte del texto se hallaban, cosa que no ocurre con
la lectura digital. Algunos estudiantes destacaron el placer del olor del papel y hasta señalaron que la "lectura real" es la
que se hace de los textos impresos.

Leer en papel, más concentración y mejor comprensión

En 2013, un trabajo realizado por científicos de Estados Unidos y Corea del Sur llegó a la conclusión de que los lectores
de noticias impresas recuerdan "significativamente más" que los de artículos online. Y esto también está relacionado con la
concentración. Los investigadores dieron a un grupo de estudiantes ejemplares de un periódico en papel, y a otro grupo les
dijeron que leyeran la web del mismo periódico. Los del primer grupo recordaban luego más y mejor las noticias.

"La naturaleza de la web como medio que ha integrado virtualmente a todos los demás la convierte en un sitio para una
variedad de usos, que incluyen comercio, comunicación, juegos y, por supuesto, noticias", ha explicado Arthur D. Santana,
uno de los directores del estudio. Como los periódicos impresos, en cambio, siempre se han dedicado sobre todo a las
noticias, al acceder a ese medio los lectores asumen las "actitudes predeterminadas" que llevan consigo, dijo Santana. Es
decir, leen noticias.

Poco antes, investigadores noruegos habían obtenido resultados que apuntaban en una dirección parecida. Comprobaron
que un grupo de estudiantes adolescentes comprendía mejor lo leído cuando lo habían hecho desde un material escrito
sobre papel que si eran archivos digitales en formato PDF. La diferencia en este caso también fue "significativa" entre los
niveles de comprensión de ambos grupos.
El cerebro prefiere el papel
También un artículo de Ferris Jabr, publicado en la revista especializada Scientific American, afirma que "el cerebro
prefiere el papel". Una de sus principales fuentes son los trabajos de Maryanne Wolf, neurocientífica de la Universidad de
Tufts, Estados Unidos, y autora del libro Proust and the Squaid: The Story and Science of the Reading Brain ('Proust y el
calamar: la historia y la ciencia del cerebro lector'). Wolf afirma que el cerebro, de algún modo, "pide" la parte física de la
lectura: tocar el papel, olerlo, ver la totalidad de las páginas, advertir cómo se reduce el número de páginas que resta por
leer y cómo aumenta el volumen de lo ya leído, esa especie de huella que se deja cada vez que el lector da vuelta una página.

Y también se refiere a la cuestión 'topográfica' de la lectura: el cerebro ve el libro como una especie de mapa, con sus
regiones y caminos, y en ese sentido la memoria visual desempeña un papel preponderante. "La sensación implícita de
dónde se está en un libro físico se vuelve más importante de lo que creíamos", afirma el artículo de Jabr, en coincidencia
con el estudio ya citado de Naomi Baron.

En el futuro, los nativos digitales dirán

En cualquier caso, hay que tener en cuenta que la presente es todavía la primera etapa de la lectura digital y, sobre todo, de
los libros electrónicos. Está claro que las pantallas con brillo propio o retroiluminadas, como las de las tabletas y algunos
e-readers, producen mucho cansancio visual. De hecho, científicos de la Universidad de Harvard, Estados Unidos, han
recomendado no utilizar estos dispositivos antes de dormir, ya que perjudica la calidad del sueño y, por consiguiente, la
salud general.

Pero las pantallas de tinta electrónica sin retroiluminación buscan parecerse lo más posible al papel, y en ellas el brillo no
es un problema. Quedará por ver qué sucede en el futuro: si para los nativos digitales -los niños de la actualidad, que desde
el comienzo de sus vidas están familiarizados con estas pantallas- es importante la pérdida de la experiencia física de los
libros de papel, y si pueden conformar sus propios mapas mentales a partir de los textos en formato digital, sin necesidad
del volumen físico. Estudios futuros y, sobre todo, la experiencia de los lectores darán la respuesta.

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Siempre imaginé que el Paraíso sería algún tipo de biblioteca.

-Jorge Luis Borges.

Pocas personas, quiero pensar, dudan de las mieles que la lectura tiene para el ser humano. Desde hace siglos, y en especial
durante los últimos cien años, se han ido revelando las bondades que esta práctica tiene para nosotros. Por mencionar sólo
algunas de estas, la lectura incentiva la ampliación de nuestra perspectiva (podemos percibir y entender más cosas), nos
permite llegar a lugares –sean 'reales' o imaginarios– a los que de otra manera no podríamos acceder, representa una puerta
de entrada a ideas, historias e imágenes que enriquecen nuestra existencia. "Todo nos lleva a un libro", decía Borges, tal
vez refiriendo al papel que la lectura tiene dentro de nuestra cartografía cultural: el de un pulso fundamental para el
desarrollo de la mente.

Más allá de los beneficios palpables que implica leer, y de los que intuitivamente podemos imaginar, con el refinamiento
de las neurociencias hoy podemos penetrar la mente humana con inédita profundidad. Lo anterior implica que, aunque quizá
no fuese necesario, hoy tengamos argumentos neurológicos para enfatizar en los frutos que la lectura ofrece a nuestra mente.
Por ejemplo, un estudio reciente de la Universidad de Emory, reportado por el diario inglés, Independent, descubrió que
leer un 'buen' libro, tal vez una novela que nos estimule particularmente, potencia la conectividad en nuestro cerebro, efecto
que puede prolongarse hasta por cinco días.

Esta especie de neurolubricación se detectó en la corteza temporal izquierda, región ligada a las habilidades psicomotrices,
así como a la receptividad lingüística. Aparentemente, lo que sucede es que al leer generas un sentimiento de profunda
empatía con, por ejemplo uno de los personajes, y eso en tu cerebro se traduce como si lo encarnaras tú mismo, detonando
una enérgica actividad cerebral.

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Por otro lado, y también en Inglaterra, recientemente se ha institucionalizado algo así como la prescripción literaria. Se trata
de bibiloterapia, un concepto inaugurado a principios del siglo XX, y que desde 1966 ha sido promovido por la American
Library Association. Básicamente, se trata de un programa de lectura estratégicamente diseñado para favorecer la
recuperación de un paciente que padece algún desorden mental moderado –lo cual puede ir desde estrés y ansiedad, hasta
formatos no severos de depresión. La campaña permite a los doctores recetar lecturas específicas a pacientes con el fin de
acelerar su tratamiento. Al respecto de esta medida, que lleva activa desde junio de 2013 , Leah Price, en un artículo para
el Boston Globe, afirma:

Si tu médico te diagnostica con depresión moderada, entre sus opciones prescriptivas ahora se incluirá un libro. Y entonces
llevas tu receta médica no a la farmacia, sino a tu biblioteca local, en donde será intercambiada por una copia del título en
cuestión.

En la mayoría de los casos las recetas refieren a libros de autoayuda y lecturas por el estilo, supongo que porque resulta
más explícito o fácil recurrir a éstas. Pero más allá del contenido, quizá los efectos terapéuticos de la bibliotecaria están
relacionados, precisamente, a las reacciones neurológicas que detona la lectura, como, por ejemplo, la empatía profunda.

Hace unos meses se hizo público un estudio, encabezado por el Dr. Robert. S. Wilson, Ph.D., del Rush University Medical
Center en Chicago, que confirmó que la lectura te permite afinar la memoria, agilizar la mente, y retardar el decaimiento
propio del envejecimiento. Y por si no fuesen suficientes los argumentos científicos para privilegiar la lectura dentro de tu
agenda cotidiana, en 2009 una investigación realizada por el Mindlab International, de la Universidad de Sussex, demostró
que la lectura es una de las actividades más relajantes que tenemos a nuestra disposición –por encima, según el estudio, de
escuchar música, tomar una taza de té, o incluso caminar. "En realidad no importa qué libro estés leyendo, sino que al
'perderte' dentro de un libro, te liberas de tus preocupaciones y del estrés del mundo cotidiano, y pasas un rato explorando
los dominios imaginarios del autor (refiriéndose específicamente a leer ficción)", afirma el Dr. David Lewis, autor del
estudio.

En fin, leer es una actividad bastante accesible, que da beneficios a nuestra mente, y que probadamente nutre tanto nuestras
habilidades, como nuestra salud. Tomar un libro es un acto exquisito en muchos sentidos, en él se conjugan algunos de los
fenómenos más estimulantes de la condición humana: establecer conexiones profundas entre personas, crear mundos
alternos, reinventarte, comprobar la magia del lenguaje como generador de realidades y darte cuenta que jamás estarás solo.
10 beneficios de leer

Lorena Ramírez
POR: Lorena Ramírez
Comunicóloga por la Ibero. Disfruta de su soledad pero aprecia la buena compañía. Su perro se llama bolillo, y le encanta
ser una pueblerina en la ciudad.

Por muchas razones los beneficios de leer un libro incluyen una mejora en nuestra vida a nivel mental, espiritual y social.
Además, si desarrollamos el hábito de leer nuestras habilidades de comprensión y retención aumentarán. Así que las
invitamos a conocer 10 beneficios de leer, aunque hay mucho más.

1. Aumenta tu vocabulario
¿Recuerdan cuando en la primaria aprendíamos a inferir el significado de una palabra leyendo el contexto de las demás
palabras en la oración? Ese mismo beneficio lo obtendremos ahora si nos dedicamos a leer un libro. Se darán cuenta que
mientras leemos, especialmente textos “difíciles”, nos veremos expuestas ante un mundo de nuevas palabras, que no
conoceríamos de otra manera.
2. Entrenas al cerebro
Una de las grandes ventajas de dedicarnos a leer un libro, es que resulta entrenamos a nuestro cerebro. Cuando practicamos
esta actividad ayudas al órgano a que lleve a cabo sus funciones de manera ideal. En otras palabras, cuando leemos, nuestro
cerebro se pone a hacer ejercicio, pero para que tenga resultados a largo plazo, necesitamos que la actividad sea constante.
3. Patrones de sueño saludables
Si comienzas a tener el hábito de leer antes de dormir, la actividad funcionará como un aviso para tu cerebro y cuerpo,
mandando señales de que ya es tiempo de descansar. Esto ayudará a que duermas profundamente y despiertes mucho más
relajada.
4. Disminuye el riesgo de padecer Alzheimer
Leer incrementa de inmediato la fuerza de los tejidos del cerebro ya que es estimulado regularmente, lo que nos ayudará a
prevenir ciertas enfermedades, entre ellas el Alzheimer.
Investigaciones han demostrado que actividades como leer libros o revistas, completar crucigramas, rompecabezas o hasta
el sudoku, pueden retrasar o prevenir la perdida de memoria. Estas actividades estimulan al cerebro de tal manera que las
células del mismo se conectan y crecen.
5. Aumenta la concentración
Las personas que leen suelen tener mayor nivel de concentración, y el lector tendrá la habilidad de poner toda su atención
en las cosas prácticas de la vida. También desarrolla la objetividad y la toma de decisiones.
6. Siempre tendrás tema de conversación
¿Te has quedado sin cosas que platicar con un amigo, novio o con tu esposo? Si te ha pasado, sabrás lo incómoda que
puede resultar la situación y muchas veces puede provocar que las personas se pregunten si sucede algo malo. Sin embargo,
si nos dedicamos a leer más, siempre tendremos algo de que conversar con otros. Podemos discutir los conflictos de cierta
novela, o aquello que aprendimos por leer ese libro sobre negocios, las posibilidades son infinitas.
7. Mejora la memoria
Muchos estudios han demostrado que si no usamos la memoria, la comenzaremos perder. Crucigramas y rompecabezas,
son sólo un par de ejemplos de juegos que nos pueden ayudar a prevenir el problema, y leer ayuda a fortalecer los
“músculos” de la memoria en una manera muy similar.
La acción de leer requiere que recordemos detalles, hechos, situaciones, conflictos, temas y personajes.
8. Entretenimiento barato
Una salida al cine, con todo y munchie, cuesta un promedio de 200 pesos. Lo disfrutamos, claro, pero la emoción es
momentánea y pasajera. Por ese mismo precio puedes adquirir un libro que te entretendrá por mucho más tiempo. Busca
una librería que también venda libros de segunda mano, que te saldrán mucho baratos, y así no afectarás tu cartera.
9. Reduce el estrés
Cuando leemos nuestra mente cambia de estado. Si tuvimos un día sumamente estresante un buen libro nos puede distraer
con mucha facilidad; el género de fantasía es excelente para estos casos. Muchas veces nos será muy difícil soltar la novela
pero aun así nos mantendremos relajadas.
10. Desarrollo emocional
Cuando nos dedicamos a leer nuestro desarrollo social y emocional aumenta. En un primer momento, los personajes de las
grandes novelas generalmente representan diversos contextos, regiones del mundo, estatus social, razas y etnicidades, así
como diferentes religiones.
Así que nos encontramos con una diversidad con la que posiblemente no tengamos contacto real. Pero es importante
entender que una vez que conocemos acerca de aquello que se encuentra “fuera”, podremos comenzar a generar empatía y
tolerancia por los demás, y así desarrollar una sensibilidad emocional.

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