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I.- Introducción. Los dos planos del saber: el plano ontológico y el plano crítico o
epistemológico.1. Preliminares.Hay que tener en cuenta dos características de
cualquier saber:• Todo saber es además un comportamiento humano,
comprometiendo la responsabilidad de quien lo ejerce, es decir, no pueden
separarse los aspectos teoréticos de los éticos.• Todo saber se refiere a una
realidad (el ser de su objeto), no pudiendo reducirse al método empleado para
conocer esa realidad (que sería sólo el instrumento).2. Los distintos planos del
discurso: planos lógico, ontológico y epistemológico.• Metafísica u ontología: es la
especulación sobre lo que son las cosas el plano metafísico u→ ontológico del
saber se refiere a lo que es la cosa (la cosa en tanto es tal cosa; de forma total, no
analizando alguno de sus aspectos, sino analizando todos sus aspectos de forma
conjunta y universal).• Lógica: es la forma adecuada en que el lenguaje
puede referirse a las cosas (es un instrumento de la metafísica) el plano
lógico del saber nos permite articular conceptual→ y lingüísticamente ese saber
global o universal (el saber del plano metafísico)
Epistemología: son las diferentes perspectivas o criterios desde los que se puede
hablar sobre las cosas el plano epistemológico del saber está constituido por las
diversas→ lógicas materiales (criterios o perspectivas de conocimiento) que nos
permiten conocer lógicamente ese algo.3. Los planos del discurso en el ámbito
jurídico.En el plano metafísico nos preguntamos por el ser del derecho, para lo
que necesitaremos el lenguaje: ¿podemos dar una única definición del
derecho? No, porque el derecho implica siempre una relación entre seres o
cosas.Por tanto, para definirlo, debemos acudir a distintas perspectivas
epistemológicas según el aspecto del derecho al que demos mayor importancia
(norma, hecho social o principio moral). Pero estas definiciones no lo son en el
plano ontológico (el derecho no es sólo norma, o hecho social o principio moral).4.
¿Cabe primar un plano del discurso jurídico sobre los demás? La tesis de
Reale.Considera al derecho como la suma de esos tres factores (norma, hecho
social y principio moral), porque no pueden existir unos separados de los otros.
En resumen: el ser del derecho (plano ontológico) es único, pero sólo puede ser
conocido a través de sus diversos sentidos (perspectivas epistemológicas – plano
epistemológico). El plano lógico es el instrumento que nos permite articular el ser
único del derecho con la diversidad de sentidos en la que se puede decir o
conocer. Esta distinción nos evita:• Reducción de tipo ontológico: la reducción de
los diversos sentidos en que puede ser dicho el derecho a un primer y único
sentido, anterior a ellos (y que no puede ser dicho de ninguna manera).•
Reducción de tipo epistemológico o crítico: la reducción del ser real del derecho a
uno de sus sentidos o decires.• Reducción de tipo lógico: la reducción del ser real
del derecho a la suma de todos los sentidos que podemos atribuirle.6.
Reducciones de tipo lógico, ontológico y crítico.La reducción del plano del
ser real (plano ontológico) al plano del ser conocido (plano
epistemológico): al confundir ambos planos se está entendiendo el derecho com o
un ser realmente múltiple por ser diversamente conocido. Es tanto una reducción
epistemológica como lógica (supedita el plano del ser al del decir).La reducción de
los planos lógico y epistemológico del saber al plano ontológico: se entiende el
derecho como una realidad anterior y separada de sus sentidos o decires (y por
tanto no podríamos decir nada de ella)
Tema II.- La ciencia y la ciencia jurídica. Los modelos de ciencia jurídica.1. Ciencia
y filosofía. Sentidos del término ciencia.Nos centramos en el plano epistemológico:
distintas perspectivas o métodos para decir lo que las cosas son. En los últimos
siglos, la perspectiva fundamental ha sido la científica, por eso puede
considerarse a la epistemología como filosofía de la ciencia o del
conocimiento científico (no habla de la realidad desde el conocimiento científico,
sino que habla sobre el método, sobre el propio conocimiento científico, no es
ciencia sino filosofía).Conviene aclarar los distintos sentidos del término ciencia
(BUENO):• Ciencia como saber hacer: arte o técnica especial para la resolución
de problemas prácticos.• Ciencia como sistema de proposiciones derivadas de
principios: un intento de derivar unos conocimientos de otros y vincular todos ellos
en torno a postulados comunes.• Ciencia en sentido moderno (o ciencia en
sentido propio): aplicación del modelo experimental, con una base
matemática, a todos los campos del conocimiento.• Ciencia en sentido
contemporáneo (o ciencia en sentido impropio): resultado de las clasificaciones
académico-administrativas que han parcelado el conocimiento en función de
necesidades organizativas impuestas por el Estado.Puesto que la tercera
acepción es la que ha tenido mayor fuerza, se ha producido un intento durante
varios siglos de proyección de ese modelo experimental (físico-matemático) hacia
el ámbito filosófico, con un intento de sustituir toda filosofía por ciencia
experimental
2. La ciencia jurídica. Los modelos de ciencia jurídica: sentidos del término ciencia
del derecho.Existe un número amplio de ciencias que tienen por objeto el
conocimiento y estudio de lo jurídico. Usando la clasificación ya vista de BUENO,
podemos distinguir:• Ciencia jurídica como saber hacer para la resolución de
problemas: es el caso de la iurisprudentia romana.• Ciencia jurídica como conjunto
de deducciones a partir de un principio no sometible a discusión: es el caso del
iusnaturalismo racionalista moderno.• Ciencia jurídica que trabaja con los
conceptos extraídos de las normas: es el caso de la teoría pura del derecho
de Kelsen. Hay un problema al aplicar los modelos metodológicos de las
ciencias físico-naturales a la ciencia jurídica, pues su objeto es muy diferente.•
Ciencia jurídica ideológico-administrativa: únicamente denominada ciencia
por impartirse en el ámbito académico de las facultades de Derecho.Enlazando
con el tema I, la práctica totalidad de versiones de lo que es la ciencia jurídica
pueden incluirse en alguno de los siguientes tres supuestos
como parte del trasfondo normativo del orden jurídico de una comunidad. De
forma que la decisión jurídica no sea técnica o mecánica, sino pragmática, es
decir, se sustente en un acuerdo sobre la base de la argumentación mejor fundada
respecto del derecho positivo existente.4. Conclusión: el replanteamiento del papel
de la ciencia jurídica.Las concepciones anteriores son un intento de ofrecer
respuestas ante las transformaciones jurídicas del Estado y de las sociedades,
provocadas por la globalización, la aparición y crisis del Estado social y la
imposición del principio de supremacía constitucional.La conciencia de la
complejidad de lo jurídico se resiste al monismo positivista, lo que ha propiciado la
adopción de un modelo pragmático que relaciona el ámbito de lo normativo con el
de lo real, aceptando su interdependencia.
Con dicha crisis se retoma la discusión sobre los valores jurídicos (bajo la
denominación de principios) y esencialmente sobre el principio justicia. Esta
situación está relacionada con la crisis de la ley como forma normativa suprema
(por ser manifestación de la voluntad general al través del parlamento), dado que
el refuerzo de los principios se hace en detrimento de la fuerza de la ley.Así, se
estima que los principios constitucionales son criterios que permiten realizar juicios
críticos, valoraciones sobre la ley, sin dejar de ser ellos mismos parte del
ordenamiento jurídico (es decir, la crítica a la ley se hace desde fuera de la ley,
pero no desde fuera del ordenamiento jurídico).2. Los principios como instancias
intermedias entre reglas y valores.Hay que aclarar que en lo sucesivo no nos
referimos a los principios en el sentido tradicional en que aparecen en la doctrina
civilista, en el marco de un derecho privado circunscrito a las relaciones entre
particulares, pues el centro de gravedad del discurso sobre los valores
jurídicos (y en particular sobre el principio de justicia) se ha ido desplazando desde
el ámbito de las relaciones entre particulares al del derecho público (relaciones
entre los ciudadanos y el Estado).Organizar la compleja actuación característica
de los estados intervencionistas requirió una reordenación del Estado, que
condujo a la aparición de las constituciones rígidas, provistas de catálogos de
derechos fundamentales y de sistemas jurisdiccionales de garantía. Así, en el
Estado constitucional de derecho no es posible concebir principios sin
derechos que los concreten ni derechos sin principios que los informen.
Por tanto, los principios no son puramente extrapositivos (pues se
concretan en derechos) ni meramente positivos (no se reducen a la forma de la
ley como única fuente del ordenamiento jurídico). Evitamos así caer
Superado el receso hacia los jueces, surge en Austria un órgano judicial específico
(ya no ligado al poder legislativo) con el fin de controlar la adecuación
de las normas a la Constitución. Teniendo en cuenta que aún no nos
encontramos en un Estado constitucional de derecho, no se trataba de que se
adecuasen al contenido material de derechos (pues era inexistente) sino tan sólo
de asegurar que se cumplía con la organización del sistema y las funciones que
los distintos órganos tenían atribuidas.Con la evolución hacia el Estado
constitucional y el modelo rígido de Constitución, la misión de los tribunales
constitucionales a pasado a ser el control de la adecuación de las leyes a los
principios constitucionales.2. La aplicación normativa directa de la Constitución: el
juicio de ponderación y su papel en la salvaguarda de los derechos
fundamentales.Como hemos visto, una de las características del nuevo modelo
constitucional es el carácter de norma directamente aplicable de la
Constitución, con independencia de las leyes que la desarrollan.Esto
plantea una dificultad, ya que los principios no son nunca mutuamente
excluyentes, como las reglas, de modo que en caso de contradicción no se puede
declarar nulo a uno de ellos ni hacer una excepción a favor del otro, sino tan sólo
establecer una relación de preferencia condicionada, de manera que en ocasiones
triunfará un principio y otras veces su contrario (esto es el juicio de ponderación--
frente a la subsunción del positivismo en el que el juez se limitaba a subsumir el
caso juzgado en el supuesto de hecho recogido en la ley).
existencia de una única verdad en favor del acuerdo). En resumen, mientras Kant
pretendía la conversión de una máxima moral en norma universal por un sujeto
individual, Habermas busca el acuerdo intersubjetivo (pragmático) que conduce al
reconocimiento de una norma como universal.¿Podría llevar ese diálogo a
situaciones injustas? Habermas considera que no, porque precisamente
el diálogo eliminaría las visiones fuertes o radicales para ajustarse a
las cuestiones comunes de todas las visiones. Pero además considera que ese
diálogo no puede llevar a cualquier acuerdo, pues existen algunos principios que
no pueden ser negociados y sacrificios que no pueden ser aceptados (los
derechos fundamentales)En definitiva, Habermas:• rechaza la visión del
liberalismo burgués clásico, que consideraba que la justicia no podía interferir en
la libertad individual,• y se enfrente a la visión del comunitarismo, que plantea la
justicia en términos de vida buena o virtudes éticas.2. Facticidad y validez.Visto lo
anterior, falta ver el núcleo duro de la teoría habermasiana, que viene dado por la
necesidad de ligar dos ámbitos que tienden a disociarse: la capacidad del Estado
para imponer sus normas y la necesidad de fundamentarlas. La vinculación de
estos ámbitos se hace a través de los derechos fundamentales, que son el
instrumento necesario para mediar entre el ámbito
de la mera validez (que toda norma se imponga desde una aceptación racional por
parte de sus destinatarios) y el de la facticidad (que el Estado se halla
generalmente en condiciones de imponer coactivamente la obediencia a sus
normas). Así se permite que la fundamentación del derecho se abra a una
argumentación moral, pero sin que se disuelva en ella: Habermas considera
que no es posible separar derecho y moral, pero que esa moral es de naturaleza
meramente procedimental (un procedimiento de fundamentación de contenidos
normativos posibles).En resumen, el derecho no está separado de la moral
(positivismo), ni subordinado a ella (iusnaturalismo), ni tampoco es ajeno a ella
(Rawls), sino que actúa como un complemento funcional de ella, pues los
derechos subjetivos se abren al discurso moral, pero no se reducen a él.Tema
XIII.- Teorías contemporaneas de la justicia (IV): la hermenéutica.1. Planteamiento
general de la hermenéutica.La hermenéutica considera que los planos ontológico
(o del ser) y epistemológico (o del decir) están íntimamente relacionados, pues lo
que se dice remite a una realidad y toda realidad sólo puede ser comprendida
cuando es dicha (sin que se sustituya por las formas de decirla, y sin que la
realidad se entienda separada de todo lenguaje).
2. Comprender y explicar: la hermenéutica no es sólo una epistemología.La
hermenéutica (o arte de la interpretación) no parte del presupuesto básico de las
teorías puramente epistemológicas, que arrancan de una supuesta situación ideal
de conocimiento o de comunicación, sino que parte de que el sujeto y el objeto,
antes de ser tales, son dos seres que existen y se relacionan entre sí inmersos en
un mundo de tradiciones y modos culturales que ambos comparten (es decir, se
establece la anterioridad de la existencia de las cosas respecto del modo en que
son conocidas).Así, en el contexto hermenéutico:• el plano ontológico (pregunta
por lo que las cosas son) hace referencia a la pregunta por la comprensión,• y el
plano epistemológico (pregunta cómo podemos conocer las cosas y
bajo qué criterios) hace referencia a la pregunta por la explicación. En este
sentido, según la hermenéutica para comprender es necesario explicar y, a su vez,
para explicar nos hace falta previamente comprender de algún modo (a lo que
denominan pre-comprender). Por tanto la hermenéutica no es sólo una
epistemología, porque recupera el saber ontológico (rechazado tanto por los
positivistas como por los partidarios de la racionalidad práctica en clave
procedimentalista (Rawls, Habermas)