Nuestros alimentos

En el mundo en que vivimos, continuamente nos encontramos con alimentos más o menos industrializados. Cada vez es más
difícil encontrar productor alimenticios donde la mano del hombre no haya participado de forma importante, y aunque se han
estado poniendo de moda los famosos “alimentos orgánicos” o simplemente “orgánicos”, que fueron cultivados en ausencia de
químicos, también esta tecnología tan ambientalista, fue creada por el hombre y es por lo tanto tan artificial como la agricultura
misma.

En pocas ocasiones podemos tomar un fruto directamente del árbol. Sin embargo, aunque veamos a las frutas y verduras como
alimentos muy naturales, no debemos perder de vista que la agricultura, los herbicidas, pesticidas, insecticidas y fertilizantes
asociados, intervienen en mayor o menor proporción en prácticamente todos los campos agrícolas. A pesar de esto, el
crecimiento de los frutos y plantas se lleva a cabo de forma natural… y esto es suficiente para que nosotros los consideremos
sanos, buenos.

Sin embargo, no debemos de asustarnos, el mundo en el que vivimos ya está totalmente tecnificado, industrializado,
humanizado… y no podemos dar marcha atrás. Lo que sí podemos, es participar en todas las campañas que existen en todo el
mundo para mejorar los distintos procesos, rutinas o actividades inventados por el hombre.

Y no estoy hablando de que participemos en el desarrollo o investigación de los plaguicidas, sino de algo mucho más sencillo,
más ordinario, y al mismo tiempo tan importante en el crecimiento de cualquier país como el nuestro: No tirar basura, no
desperdiciar el agua, no contaminar en cualquier aspecto más de lo indispensable, mantenernos informados de los aspectos
técnicos y científicos que nos afectan, como las cuestiones ambientales, alimenticias o relacionadas con la salud.

Sí, es un hecho que los alimentos a nuestro alcance están altamente industrializados; pero esto no es malo en sí mismo. La
industria no está maldita, ni imparte a los alimentos un “factor maldad”. Podemos tener alimentos 100% naturales contaminados
con alguna bacteria peligrosa… así como miles o millones de productos enlatados totalmente estériles.

Lo que debemos aprender es a crear una alimentación sana, que como se ha dicho hasta el cansancio, se logra de la mejor
manera al combinar tipos de alimentos, procedimiento resumido en la famosa frase: “debemos tener una alimentación
balanceada”, equilibrada, que combine nutrimentos: proteínas, grasas o lípidos, carbohidratos, vitaminas, minerales y agua.

Por otro lado, comer exclusivamente frutas y verduras, especialmente si no se tiene un conocimiento adecuado y amplio de la
nutrición vegetariana, puede ser más dañino que benéfico. Y así como lo decía con los alimentos industriales, ahora añado: las
frutas y verduras por sí mismas no me brindan una alimentación sana o saludable… si yo no mantengo un equilibrio con el resto
de los alimentos que ingiero, el comer frutas y verduras no va a eliminar los problemas que mi organismo pudiera adquirir.

Muchas personas que han tenido o tienen problemas con el colesterol elevado, creen que con acompañar su T-bone de 800
gramos con unas espinacas con crema o con unas ramitas de brócoli, ya no van a tener los problemas que tenían… y esto no
es cierto. Cada metabolismo es diferente, algunas personas tienen problemas con colesterol, otras con los niveles de azúcar,
otras con el consumo de líquidos, y otras más con lácteos o derivados. Por lo mismo se dice que, en general, comer de todo es
lo mejor… claro que si yo ya sé que no puedo comer demasiada carne roja porque mi metabolismo no es muy bueno para
manejar el ácido úrico, pues para qué me busco problemas.

HECHO:
“Somos lo que comemos”, aunque también podemos añadir, ¿y qué es lo que queremos ser?