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Del mandato
CAPÍTULO I
DEFINICIÓN
MANDATOOBJETO DEL MANDATO[§ 10590]ART. 2142.—El mandatoes un contrato en que una persona
confía la gestión de uno o más negocios a otra, que se hace cargo de ellos por cuenta y riesgo de la primera.
La persona que concede el encargo se llama comitente o mandante, y la que lo acepta apoderado, procurador, y en
general, mandatario(§ ART. 28., ART. 1505.).
[§ 10591]C. Co.
ART. 1262.—El mandato comercial es un contrato por el cual una parte se obliga a celebrar o ejecutar uno o más
actos de comercio por cuenta de otra.
Conferida la representación, se aplicarán además las normas del capítulo II del título I de este libro.
OBJETO DEL MANDATO[§ 10593]DOCTRINA.—Concepto del objeto del mandato ." El contenido de la
declaración de voluntad, o sea, el propósito de la gestión, constituye el objeto del mandato. Por eso resulta
importante precisar que el contenido de la declaración de voluntad tiene que versar sobre la ejecución de actos
jurídicos y no sobre actos materiales". (BONIVENTO FERNÁNDEZ, José Alejandro. Los principales contratos
civiles. Editorial El Profesional, pág. 377).
ART. 1264.—El mandatario tendrá derecho a la remuneración estipulada o usual en este género de actividades, o,
en su defecto, a la que se determine por medio de peritos.
Cuando el mandato termine antes de la completa ejecución del encargo, el mandatario tendrá derecho a un
honorario que se fijará tomando en cuenta el valor de los servicios prestados y la remuneración total del mandato.
Si la remuneración pactada se halla en manifiesta desproporción, el mandante podrá demandar su reducción,
probando que la remuneración usual para esa clase de servicios es notoriamente inferior a la estipulada, o
acreditando por medio de peritos la desproporción, a falta de remuneración usual.
La reducción no podrá pedirse cuando la remuneración sea pactada o voluntariamente pagada después de la
ejecución del mandato.
[§ 10602]C. Co.
ART. 1265.—El mandatario sólo podrá percibir la remuneración correspondiente y abonará al mandante cualquier
provecho directo o indirecto que obtenga en el ejercicio del mandato.
MANDATO[§ 10611]ART. 2144.—Los servicios de las profesiones y carreras que suponen largos estudios, o a
que está unida la facultad de representar y obligar a otra persona, respecto de terceros, se sujetan a las reglas del
mandato (§ ART. 2069.).
La dirección de las obras entregadas al demandado, en puridad, se ajusta más a la prestación de servicios que al
contrato de mandato, puesto que el ingeniero (...) como lo reconocen todos los declarantes y aun la sociedad
demandante, se comprometió a realizar por cuenta de ésta los trabajos de prevalencia intelectual, los que a su vez
el Banco de la República había convenido con la sociedad demandante; en otras palabras, en la ejecución misma
del contrato, el demandado suplía al demandante, pero todo en el campo de la prestación de servicios
profesionales.
Por eso, no se puede acudir a la preceptiva del artículo 2144 del Código Civil para llegar a la conclusión que es
el mandato el que gobernaba las relaciones de las partes, puesto que esta norma se considera cuando los
servicios de las profesiones y carreras que suponen largos estudios se le confiere a personas para la gestión de
actos jurídicos; sin embargo no se puede confundir el mandato celebrado con profesionales con el contrato de
prestación de servicios, que como se sabe, está sujeto a las normas del arrendamiento" (CSJ,Cas. Civil, Sent. jul.
3/87).
MANDATO[§ 10619]ART. 2145.—El negocio que interesa al mandatario solo, es un mero consejo que no produce
obligación alguna.
MANDATO[§ 10627]ART. 2147.—La simple recomendación de negocios ajenos no es, en general, mandato; el
juez decidirá según las circunstancias, si los términos de la recomendación envuelven mandato. En caso de duda se
entenderá recomendación (§ ART. 1638.).
AGENCIA OFICIOSAMANDATO[§ 10628]ART. 2148.—El mandatario que ejecuta de buena fe un mandato nulo
o que por una necesidad imperiosa sale de los límites de su mandato, se convierte en un agente oficioso (§ ART.
2304. a ART. 2312.).
Ahora, al no querer revestir la ley de solemnidades especiales al contrato de mandato, por cuanto dispone que
puede hacerse por escritura pública o privada, "por cartas, verbalmente o de cualquier otro modo inteligible y
aun por la aquiescencia tácita de una persona a la gestión de sus negocios por otra" (C.C., art. 2194), se ha
inclinado la doctrina de la Corte para sostener que existe libertad probatoria para demostrar su existencia, pues
sólo excepcionalmente y cuando así lo disponga la legislación, como ocurre respecto al mandato o poder para
litigar (CPC, art. 65), o para contraer matrimonio (L. 57/887, art. 11), que requieren determinadas solemnidades,
su prueba, entonces, deja de ser libre". (CSJ,Sent., mar. 3/78).
Por otra parte, el Decreto 960 en mención, expedido en virtud de las facultades extraordinarias concedidas al
Presidente de la República por la Ley 8ª de 1969, tuvo por objeto dictar el estatuto de notariado y en ningún caso
modificar o derogar principios o normas del Código Civil referentes a la representación, como lo corrobora su
artículo 232 al decir: "Derógase el título 42 del Libro 4º del Código Civil, y las disposiciones que lo han
adicionado o subrogado, relativas a las materias reguladas por el presente estatuto". No se puede, en
consecuencia, sostener que los precitados artículos 28 y 99, numeral 4º, hayan modificado lo establecido por los
artículos 2149 y 2150 del Código Civil respecto al otorgamiento del mandato y su aceptación.
Como en el caso de autos la representación fue conferida verbalmente, según la manifestación unánime de los
mandantes y su aceptación quedó probada con la ejecución del mandato, acertó el sentenciador al sostener que
no era necesario expresar con qué clase de representación se actuaba en el otorgamiento de la escritura de
compraventa, ni presentar los correspondientes documentos para su protocolización. Por lo tanto, la nulidad
alegada carece de fundamento, y entonces el cargo no prospera". (CSJ,Cas. Civil, Sent, sep. 14/81).
Se desprende del contexto de estas normas, que el contrato de mandato, en general, es consensual y no requiere,
por lo tanto, de formalidades especiales para su perfeccionamiento. Excepcionalmente es solemne, cuando así lo
exige la ley para constituirlo, como ocurre para que el varón contraiga matrimonio por poder, según el artículo 11
de la Ley 57 de 1887 y con el poder general para toda clase de procesos y los poderes especiales para varios
procesos separados, de acuerdo con lo establecido en el artículo 65 del Código de Procedimiento Civil.
Reiteradamente y desde 1958, la doctrina de la Corte ha venido sosteniendo que el mandato para la celebración
de contratos formales, como la compraventa de inmuebles o de derechos hereditarios, no exige escritura pública
ni privada, pues éstos casos no constituyen excepciones a la regla que consagra el artículo 2149 del Código Civil,
por ser el mandato eminentemente consensual (Casaciones: 4 de septiembre de 1958, LXXXIX, 2202, 29 de mayo
de 1959, 2211 y 2212, 585 y ss.; 10 de marzo de 1960, XCII, 2223 y 2224, 384).
En fallo de mayo 4 de 1966, reafirmó la Corte su doctrina respecto al contrato de mandato, al transcribir el
siguiente aparte de su Sentencia de 29 de abril de 1959:
"En esta forma, entre disposiciones expresas de ineludible aplicación, no puede concluirse que la categoría del
mandato deba estar conforme con la del acto para el cual se confiere, ya que las reglas generales de derecho
determinan que sea la norma que regula el caso la que debe actuar, y que no sean de recibo disposiciones que
reglamenten materias diferentes. Por otro lado, no puede desconocerse que se trata de dos contratos distintos, el
de mandato y el de compraventa, el primero de los cuales genera derechos y obligaciones personales que no
pueden afectar la situación jurídica del segundo, por lo cual quien da su consentimiento para vender, en nombre
del mandante es el mandatario, de manera que la solemnidad de la escritura indispensable para tal
manifestación, no lo es para la del mandante que puede expresarse en cualquiera de las formas previstas por el
artículo 2149 a que se ha hecho mérito, desde el momento en que, como dice el artículo 1505 del Código Civil, lo
que una persona ejecuta a nombre de otra, estando facultada para representarla, produce respecto del
representado iguales efectos que se hubiese contratado con él". ...La Corte reitera ahora la doctrina expuesta en
los fallos últimamente citados, porque siendo el mandato un contrato consensual, que se perfecciona por el solo
consentimiento de las partes, sin necesidad de formalidad especial (excepto en los casos expresamente señalados
por la ley), no hay razón para exigir en el poder para un acto solemne, las mismas solemnidades requeridas para
el acto en vista del cual se otorga.
El mandato es un contrato principal, que subsiste por sí mismo, independiente de otro, y tiene características
propias, que no se confunden con las del acto jurídico para el cual se confiere". (CXVI 2281, 71, 72). (CSJ,Cas.
Civil, Sent. sep. 14/92).
Aceptado el mandato no podrá disolverse el contrato sino por mutua voluntad de las partes (§ ART. 28.).
El encargo que es objeto del mandato puede hacerse por escritura pública o privada, por cartas, verbalmente o de
cualquier otro modo inteligible, y aun por la aquiescencia tácita de una persona a la gestión de sus negocios por
otra de acuerdo con el artículo 2149 ibídem.
De aquí se deduce que el mandato es un contrato consensual, para cuyo perfeccionamiento no se requieren
formalidades especiales.
Excepcionalmente el mandato es solemne cuando en casos determinados la ley exige una formalidad concreta
para constituirlo, como ocurre con el poder para que el varón contraiga matrimonio, según el artículo 11 de la ley
57 de 1887, y con el poder para litigar, que debe otorgarse por escrito.
La Corte reitera ahora la doctrina expuesta en los fallos últimamente citados, porque siendo el mandato un
contrato consensual, que se perfecciona por el solo consentimiento de las partes, sin necesidad de formalidad
especial (excepto en los casos expresamente señalados por la ley), no hay razón para exigir en el poder para un
acto solemne, las mismas solemnidades requeridas para el acto en vista del cual se otorga.
El mandato es un contrato principal, que subsiste por sí mismo, independientemente de otro, y tiene
características propias, que no se confunden con las del acto jurídico para el cual se confiere". (CSJ,Cas. Civil,
Sent. mayo 4/66).
Aun cuando se excusen del encargo, deberán tomar las providencias conservativas urgentes que requiera el
negocio que se les encomienda (§ ART. 66., ART. 2176.).
[§ 10648]C. Co.
ART. 1275.—Las personas que se ocupen profesionalmente en actividades comprendidas por el mandato, que no
acepten el encargo que se les ha conferido, estarán obligadas a tomar las medidas indicadas en el artículo 1273 y
todas aquellas que sean aconsejables para la protección de los intereses del mandante, mientras éste provea lo
conducente, sin que por ello se entienda tácitamente aceptado el mandato.
PLURALIDAD DE CONTRATANTES
[§ 10650]C. Co.
ART. 1276.—Cuando el mandato se confiera por varios mandantes y para un mismo negocio, serán solidariamente
responsables para con el mandatario de las obligaciones respectivas.
[§ 10658]C. Co.
ART. 1272.—Cuando el mandato se confiera a varias personas, cada uno de los mandatarios podrá obrar
separadamente; pero una vez cumplido el encargo por uno de éstos, deberá el mandante noticiar del hecho a los
demás, tan pronto como tenga conocimiento de la celebración del negocio, so pena de indemnizar los perjuicios
que cause con su omisión o retardo.
Si conforme al contrato, los mandatarios deben obrar conjuntamente, serán solidariamente responsables para con el
mandante.
NOTA:La habilitación de edad fue derogada por la Ley 27 de 1977; las prohibiciones relativas a la mujer casada
fueron derogadas por la Ley 28 de 1932, que otorgó plena capacidad a la mujer.
OBLIGACIONES DEL MANDATARIO[§ 10666]ART. 2155.—El mandatario responde hasta de la culpa leve en
el cumplimiento de su encargo.
Por el contrario, si el mandatario ha manifestado repugnancia al encargo, y se ha visto en cierto modo forzado a
aceptarlo, cediendo a las instancias del mandante, será menos estricta la responsabilidad que sobre él recaiga (§
ART. 63., ART. 1604.).
La administración está sujeta en todos (sic) casos a las reglas que siguen (§ ART. 28.).