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Por qué hacer

devociones familiares?
6 MARZO, 2017 | Gerson Morey

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La devoción familiar es la disciplina espiritual por medio de la cual la familia aprende a conocer,
confiar, obedecer y adorar a Dios a través de la enseñanza de las Escrituras y la oración en el hogar. O
para decirlo en términos prácticos las devociones familiares son tiempos en los que la familia cristiana se
reúne en el hogar para la lectura de la palabra, la oración y la adoración a Dios.

Un antiguo predicador decía: “Una familia sin oración es como una casa sin techo, abierta y expuesta a
todas las tormentas del cielo”.

Esta disciplina es un aspecto importante de la vida cristiana, sin embargo es un aspecto descuidado con
facilidad entre los creyentes. El estado de muchas familias cristianas es muestra de eso. Hijos rebeldes,
divorcios entre cristianos, violencia familiar, crisis matrimoniales, el poco interés por las cosas de Dios
son, en la mayoría de los casos, evidencias del estado espiritual de las familias y la falta de devociones
en el hogar es un indicador de eso.

Pero, ¿hay algún pasaje en la Escritura que nos mande explícitamente a tener devociones familiares?

Si lo hay. Y es un pasaje elocuente. Un texto del Antiguo Testamento. El texto forma parte de una
oración que los judíos llamaban el Shema (¡Escucha Israel!):

Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es. Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de
toda tu alma, y con todas tus fuerzas. Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y
las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte,
y cuando te levantes. Y las atarás como una señal en tu mano, y estarán como frontales entre tus ojos; y
las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas (Deuteronomio 6:4-9)

El verso 6 dice que estas palabras (el mandato de amar a Dios) debían estar en los corazones del pueblo.
Es decir, para que los hombres puedan amar a Dios con toda su alma, corazón y fuerzas, la palabra de
Dios debía morar en sus corazones. Las Escrituras deben gobernar y saturar los corazones para que el
pueblo de Dios le atesore, estime, le adore, sirva y obedezca.

Ahora bien, para que eso sea posible el Señor les da mandamientos que ellos debían cumplir. Es decir, el
Señor les proveyó al menos siete instrucciones para que sus palabras puedan estar en los corazones del
pueblo. En los versos 7 al 9 encontramos estas instrucciones, que son como hábitos que los ayudarían a
tener siempre presente la Palabra de Dios.

Veamos:
V.7 y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al
acostarte, y cuando te levantes.v.8 Y las atarás como una señal en tu mano, y estarán como frontales
entre tus ojos v.9 y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas.

En el versículo 7

1. Las repetirás a tus hijos.. (en el hogar)


2. Hablarás de ellas estando en tu casa… (en el hogar)
3. Hablarás de ellas andando por el camino.
4. Hablarás de ellas al acostarte… (por la noche en el hogar)
5. Hablarás de ellas cuando te levantes….(por la mañana en el hogar)

En el versículo 8

6. las atarás a tus manos y frente

En el versículo 9

7. las escribirás en los postes de tu casa y en tus puertas ..(en el hogar)

Lo más sorprendente de estas instrucciones es que de siete, cinco de ellas se dan en el contexto
familiar. De las siete prácticas que nos ayudan a que la Palabra esté en nuestro corazón, cinco se hacen
en el hogar. Para decirlo a manera de estadísticas, el 71% de las instrucciones que nos enseñarán a
conocer y amar a Dios se llevan a cabo en casa. El 71% de los hábitos para que su Palabra esté en
nuestro corazón, se hacen en familia.

Por eso, el devocional familiar es la actividad en la que Deuteronomio 6 puede cumplirse. El mandato
bíblico de este pasaje se hace realidad por medio de las devociones familiares. El deber de orar con la
familia encuentra expresión por medio de ellas.

Jonathan Edwards, el prominente teólogo americano del siglo XVIII, en el último sermón* que predicó
dijo que: “Cada familia cristiana debería ser como una pequeña iglesia, consagrada a Cristo, influenciada
y gobernada por sus leyes”. Y creo que las devociones en familia son medios y evidencias de esa
consagración.

Entonces ¿Por qué debemos hacer devociones familiares?

Quiero proponer cuatro respuestas a nuestra pregunta.

1. Debemos hacer devociones familiares porque es un mandato bíblico. Un mandato que está
explícito en Deuteronomio 6 y que es afirmado en otros pasajes de las Escrituras (Salmos 78:1-
7; Proverbios 22:6; Efesios 6:4). Es decir, orar, leer las Escrituras y adorar en familia son actos
de obediencia a Dios.
2. Debemos hacer devociones familiares porque estas nos ayudan a cultivar nuestro amor por Dios.
Por la misma naturaleza de esta disciplina, somos animados y recordados a perseverar en
nuestra devoción y obediencia a Dios.
3. Debemos hacer devociones familiares porque el hogar es el primer lugar donde nuestros hijos
aprenden las Escrituras. Por medio de ellas nuestros hijos aprenden su necesidad de un salvador,
conocen quién es Dios (y lo que él ha hecho para salvar pecadores) y aprenden a adorarle.
4. Debemos hacer devociones familiares porque Dios puede hacer muchas cosas a través de ellas.
Dios puede salvar a nuestros familiares no creyentes mientras enseñamos el evangelio; Dios
puede responder nuestras oraciones; abrir los ojos de nuestras familiares para conocerle mejor y
despertar una mayor consciencia de Su gloria.

Que los padres seamos recordados y despertados a la consciencia del valor, de la necesidad y de los
beneficios de las devociones familiares. Que no descuidemos tan importante responsabilidad. Que
seamos obedientes. Que el Señor nos ayude y nos conceda fruto mientras adoramos en familia.

*El sermón de despedida, predicado el 1ro de Julio de 1750.

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