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TOKYO(2004)

Consentimiento Informado:
La investigación en individuos que no son capaces física o mentalmente de
otorgar consentimiento, por ejemplo los pacientes inconscientes, se puede
realizar sólo si la condición física/mental que impide otorgar el consentimiento
informado es una característica necesaria del grupo investigado. En estas
circunstancias, el médico debe pedir el consentimiento informado al
representante legal. Si dicho representante no está disponible y si no se puede
retrasar la investigación, el estudio puede llevarse a cabo sin consentimiento
informado, siempre que las razones específicas para incluir a individuos con una
enfermedad que no les permite otorgar consentimiento informado hayan sido
estipuladas en el protocolo de la investigación y el estudio haya sido aprobado
por un comité de ética de investigación. El consentimiento para mantenerse en
la investigación debe obtenerse a la brevedad posible del individuo o de un
representante legal.(1)
DECLARACIÓN DE SYDNEY DE LA ASOCIACIÓN MÉDICA MUNDIAL
SOBRE LA MUERTE. (Sydney 1968, Venecia 1983)
1. La determinación del momento de la muerte, en la mayoría de los países,
es responsabilidad del médico y así debe seguir siendo. Por lo general, el médico
puede determinar, sin ayuda especial, la muerte de una persona utilizando los
métodos clásicos conocidos por todo médico.
2. Sin embargo, dos avances modernos de la medicina han hecho necesario
un estudio más detenido de la cuestión relativa al momento de la muerte:
a) la capacidad de mantener, por medios artificiales, la circulación de la
sangre oxigenada a través de los tejidos del cuerpo que pueden haber sido
dañados irreversiblemente.
b) el uso de órganos de un cadáver, como el corazón o los riñones, para
trasplante.
3. La complicación es que la muerte es un proceso gradual a nivel celular,
con la variación de la capacidad de los tejidos para resistir la falta de oxígeno.
No obstante, el interés clínico no reside en el estado de conservación de las
células aisladas, sino en el destino de una persona. A este respecto, el momento
de la muerte de las diferentes células y órganos no es tan importante como la
certeza de que el proceso se ha hecho irreversible, cualesquiera sean las
técnicas de resucitación que puedan ser empleadas.
4. Es esencial determinar la cesación irreversible de todas las funciones de
todo el cerebro, incluido el bulbo raquídeo. Esta determinación se basará en el
juicio clínico con la ayuda, si es necesaria, de otros medios de diagnóstico. Sin
embargo, ninguna norma tecnológica es totalmente satisfactoria en el estado
actual de la medicina, como tampoco ningún procedimiento tecnológico puede
substituir el juicio general del médico. En el caso del trasplante de un órgano, el
estado de muerte debe ser determinado por dos o más médicos, los cuales no
deben estar relacionados o pertenecer al equipo que realiza el trasplante.
5. La determinación del estado de muerte de una persona permite, desde el
punto de vista ético, suspender los intentos de resucitación y, en los países
donde la ley lo permite, extraer órganos del cadáver, siempre que se hayan
cumplido los requisitos legales vigentes de consentimiento.(2)

DECLARACIÓN DE OSLO
DE LA ASOCIACIÓN MÉDICA MUNDIAL SOBRE EL ABORTO TERAPÉUTICO
Adoptada por la 24ª Asamblea Médica Mundial, Oslo, Noruega, agosto 1970 y
enmendada por la 35ª Asamblea Médica Mundial, Venecia, Italia, octubre 1983

1. El primer principio moral que se impone al médico es el respeto a la vida humana,


tal como queda establecido en una de las cláusulas de la Declaración de Ginebra
“Guardare el máximo respeto hacia la vida humana desde el momento de su
concepción”.
2. Las circunstancias que ponen los intereses vitales de la madre en conflicto con
los intereses vitales de su criatura por nacer, crean un dilema y plantean el
interrogante respecto a si el embarazo debe o no ser deliberadamente interrumpido.
3. La diversidad de respuestas a esta situación es producida por la diversidad de
actitudes hacia la vida de la criatura por nacer. Esta es una cuestión de convicción
y conciencia individuales que debe ser respetada.
4. No es función de la profesión médica determinar las actitudes y reglas de una
nación o de una comunidad en particular con respecto a este asunto, pero sí es su
deber asegurar la protección de sus pacientes y defender los derechos del médico
dentro de la sociedad.
5. Por lo tanto, donde la ley permita el aborto terapéutico, la operación debe ser
realizada por un médico competente en la materia y en un lugar aprobado por las
autoridades del caso.
6. Si un médico estima que sus convicciones no le permiten aconsejar o practicar
un aborto, él puede retirarse, siempre que garantice que un colega calificado
continuará prestando la atención médica.
7. Esta declaración, si bien es respaldada por la Asamblea General de la Asociación
Médica Mundial, no debe ser considerada como obligatoria para ninguna asociación
miembro en particular, a menos que ella sea adoptada por la asociación miembro.
(3)

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
1.- DECLARACIÓN DE HELSINKI DE LA AMM.[Citado el 21 de Noviembre de
2018]. Disponible en: https://www.wma.net/es/policies-post/declaracion-de-
helsinki-de-la-amm-principios-eticos-para-las-investigaciones-medicas-
en-seres-humanos/

2.-Declaración de Sydney de la Asociación Médica Mundial sobre la


Muerte.[Citado el 21 de Noviembre de 2018]. Disponible en:
https://www.bioeticaweb.com/declaraciasn-de-sydney-de-la-asociaciasn-
macdica-mundial-sobre-la-muertesydney-1968-venecia-1983/

3.- Declaración de Oslo. .[Citado el 21 de Noviembre de 2018]. Disponible en:


http://www.unav.es/cdb/ammoslo1.html. Tomado el 10-12-12

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