La superioridad en el fútbol

La superioridad se traduce en ventaja. El objetivo de crear superioridad es crear hombres

libres. La superioridad es crucial para poder penetrar las líneas defensivas del oponente,
mover el balón de manera eficiente y mantener la estabilidad en la posesión. Hay cuatro
tipos de superioridad: numérica, posicional, cualitativa y dinámica.

La superioridad numérica es una sobrecarga: tienes más jugadores que el oponente en

un área específica. Crear superioridad numérica significa que al menos hay un jugador
extra más que el rival. En una situación 2 contra 1, por ejemplo, el defensor tiene que
decidir si presionar al poseedor de la pelota o protegerse contra la carrera del jugador sin
la pelota. Presionar el poseedor le da más tiempo y espacio al jugador sin la pelota, y
protegerse contra la carrera del jugador sin la pelota le da más tiempo y espacio al
poseedor.
La superioridad posicional se refiere a cuando un jugador tiene una ventaja sobre un
oponente a través de su posición en el espacio o en su posición corporal. Una ventaja
posicional en el espacio sería cuando un jugador se coloca en los espacios horizontales
y/o verticales entre oponentes. Esto se considera superioridad debido a cómo el
posicionamiento le otorga al receptor más tiempo sobre la pelota. Al ocupar a varios
defensores a la vez, esto puede crear desorganización, ya que puede no estar claro quién
es el responsable directo de la defensa del jugador. Los defensores deben percibir y
reaccionar individualmente al jugador en el espacio, pero también deben comunicarse
(verbalmente o no) entre ellos, lo que aumenta su tiempo de reacción. El tiempo extra
necesario para reaccionar da como resultado más tiempo para el receptor (si lo recibe),
por lo que el jugador se coloca en un espacio superior en comparación con cuando solo
ocupa un defensor. La creación de superioridad posicional es crucial para romper líneas.

Un buen ejemplo de superioridad posicional es cuando un jugador recibe entre líneas,

porque ocupa múltiples jugadores, lo que resulta en más tiempo para un jugador en un
espacio peligroso. Este tiempo extra puede permitir que el receptor gire y mire hacia
adelante y juegue detrás de la defensa. Aunque un jugador que recibe entre defensores
puede sacarlos de su posición y abrir espacios para explotar, existe el riesgo de que los
defensores colapsen agresivamente en el pase para recuperar la pelota.
 La superioridad cualitativa se refiere a las situaciones en las que existe una falta de
coincidencia de calidad entre jugadores específicos en equipos contrarios. Los equipos que
buscan crear una superioridad cualitativa necesitan crear las condiciones para que su(s)
jugador(es) se coloquen en situaciones donde pueden ganar duelos repetidamente contra un
oponente. Un ejemplo de creación de superioridad cualitativa podría ser el de crear un 1×1 de
un extremo contra un lateral que es fácil de superar en el regate.
 La superioridad dinámica se refiere a la superioridad en la velocidad o el momento de
los movimientos sobre la oposición. Por ejemplo, en combinaciones de tercer hombre, ese
tercer hombre tiene superioridad dinámica sobre el (los) defensor(es) debido a que comienza
su carrera antes que el oponente. En estas situaciones, tener que procesar primero la carrera y
luego reaccionar, significa que el defensor tiene que darse la vuelta e iniciar su carrera más
tarde que el oponente, y por lo tanto tardará mucho más en alcanzar la velocidad máxima.
Esto puede crear la ilusión de que el atacante es mucho más rápido que el defensor, pero el
aspecto predominante es el momento de la carrera en lugar de la velocidad. Otro ejemplo
simple sería el de un jugador corriendo a recibir un pase, mientras que al defensor contrario le
coge a contra pié o totalmente estático.
Escalonamiento
LA IMPORTANCIA DEL ESCALONAMIENTO EN EL FÚTBOL MODERNO

El término “escalonamiento” en el fútbol viene a referirse a jugadores ocupando

diferentes líneas horizontales y verticales que se aplica principalmente en la organización
defensiva de un equipo.

No estar colocado de manera horizontal con los compañeros de equipo juega un papel
crucial para lograr una compacidad que no permita a nuestro rival superar líneas de
presión con facilidad. Escalonarse ayuda a mantener unas conexiones individuales entre
jugadores que hacen complicado el acceso del balón a los carriles interiores. Tener
múltiples de estas conexiones cercanas agrega la posibilidad de tener una cobertura
constante cada vez que un jugador del equipo es superado por un balón vertical.

Pongamos un ejemplo. Un equipo que juega con dos delanteros y acude a la presión. Si
están muy cerca el uno del otro y van a esa presión a la par, serán superados. Si están a
mucha distancia, también serán superados. Escalonarse entre ambos puede solucionar este
problema, ya que un jugador ligeramente más profundo que el otro, cierra el espacio entre
estos dos delanteros, y al mismo tiempo, se mantienen cercanos al balón y al posible
futuro pase rival:

DELANTEROS PRESIONANDO SIN ESCALONAR:

DELANTEROS PRESIONANDO DE MANERA ESCALONADA:

Por otro lado, escalonarse también puede ser importante en el juego de posición o ataque
posicional. Un equipo con poca capacidad de posesión es más fácil de defender porque ocupan
menos espacios y sus jugadores no están colocados de manera escalonada. Esto reduce la
cantidad de decisiones que estos atacantes podrán tomar para avanzar con el balón. Si un
equipo atacante como el que hemos explicado antes, tiene dos delanteros en línea en una
salida de balón, permitirá a los centrales no tener demasiadas dificultades para defenderlos. Al
igual que ocurriría con los centrocampistas defensores, que podrían centrarse en la presión a
los centrocampistas rivales sin preocuparse de si un delantero rival se escalona y ataca el
espacio a sus espaldas.