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TEMA XVI
EL CONTROL DE LA ACTIVIDAD PENITENCIARIA POR EL JUEZ DE
VIGILANCIA: NORMATIVA VIGENTE.
ATRIBUCIÓN DE COMPETENCIAS. CUESTIONES PROCESALES.
LOS RECURSOS CONTRA SUS RESOLUCIONES
NORMATIVA VIGENTE
En nuestro país, la figura del Juez de Vigilancia nace con la L.O.G.P., de 26 de Septiembre de 1979,
decidiendo su inclusión en base a dos razones fundamentales:
1º La necesidad de desarrollar el Art. 117.3 de la Constitución, que atribuye al Poder Judicial el ejercicio
de la potestad jurisdiccional de “Juzgar y ejecutar lo juzgado”.
2º La situación extremadamente confiictiva que vivían los Establecimientos Penitenciarios, lo que invita a
pensar que era imprescindible un Órgano Judicial que velara por los derechos de los internos y controlara
la actuación de la Administración Penitenciaria.
Así pues, surge con una doble finalidad: “Responder al propósito de judicializar la ejecución de las
penas” y “Garantizar el correcto funcionamiento de los Centros Penitenciarios”.
El Juez de Vigilancia, también llamado Juez de Ejecución Penal, se trata de un Órgano Judicial
unipersonal especializado, con funciones de vigilancia, decisorias y consultivas, encargado de la
ejecución de las penas privativas de libertad de acuerdo con el Principio de Legalidad, y que tiene
a su cargo la fiscalización de la actividad penitenciaria, garantizando los derechos de todos los
internos cualquiera que sea su situación y corrigiendo los posibles abusos y desviaciones de la
Administración con respecto a éstos”.
La creación de la figura del Juez de Vigilancia no es una particularidad del sistema penitenciario español,
sino que ha sido implantada anteriormente por otros países, aunque bien es cierto, que pocos son los que
la tienen establecida (Brasil, Italia –de donde se ha tomado la denominación–, Portugal, Francia y España)
y muchos los que no han demostrado ninguna preferencia por ella (Los Países Escandinavos, las llama-
das democracias populares o socialistas del Este de Europa y los Países Anglosajones).
La normativa sobre la figura del Juez de Vigilancia, pendiente de una Ley Orgánica específica, que nunca
llega, se encuentra contenida especialmente en:
• La L.O.G.P.: (Título V, Arts. 76, 77, 78), donde se regulan sus funciones.
• La L.O.P.J.: (Arts. 94, 95 y D.A. 5ª, en la nueva redacción dada por la Ley Orgánica 5/2003, de 27 de
Mayo y por la Ley Orgánica 7/2003, de 30 de Junio).
• La LECri.: (Arts. 526, 985, 987, 990 y concordantes, a los que remite la L.O.G.P. en su Art. 78 y en su D.T. 1ª).
• El Código Penal: (Arts. 36, 49, 58, 60, 78, 78 bis, 90, 91, 92, 96, 98, 105 y 106).
• El Acuerdo del Consejo General del Poder Judicial de 26 de Octubre de 1983, por el que se atribuye
la función de Juez de Vigilancia Penitenciaria a determinadas Autoridades Judiciales.
• Las Prevenciones de la Presidencia del Tribunal Supremo de 8 de Octubre de 1981, dando normas
para el inicio de la actividad de los Jueces de Vigilancia, en aquello no sea regulado por la L.O.P.J.
• La Ley Orgánica 5/2003, de 27 de Mayo, por la que se modifica la Ley Orgánica 6/1985, de 1 de Julio, del
Poder Judicial; la Ley Orgánica 1/1979, de 26 de Septiembre, General Penitenciaria, y la Ley 38/1988, de
28 de diciembre, de Demarcación y Planta Judicial para conseguir la implantación de los Juzgados
Centrales de Vigilancia Penitenciaria que se crean con el fin de conseguir una unificación de criterios
en el marco del control de las penas privativas de libertad en el ámbito de los delitos instruidos y enjuiciados
por la Audiencia Nacional.
ATRIBUCIÓN DE COMPETENCIAS
Las competencias atribuidas a los Jueces de Vigilancia las podemos encajar fundamentalmente en
dos facetas diferenciadas:
Un estudio más pormenorizado de tales competencias o atribuciones de los Jueces de Vigilancia Peniten-
ciaria nos llevaría a lo siguiente:
El Art. 78 de la L.O.G.P. señala que “En lo que respecta a las cuestiones orgánicas referentes a los
Jueces de Vigilancia y a los procedimientos de su actuación, se estará a lo dispuesto en las Leyes
correspondientes” y que “los Jueces de Vigilancia tendrán su residencia en el territorio en que
radiquen los Establecimientos Penitenciarios sometidos a su jurisdicción”.
La designación de los Jueces de Vigilancia, así como la de los Magistrados de las Audiencias Provin-
ciales (en los casos que no haya Juzgado de Vigilancia) a los que haya de atribuirse la condición de Juez
de Vigilancia Penitenciaria, se efectuará por el Consejo General del Poder Judicial con apreciación
libre y discrecional de las circunstancias concurrentes.
1. En cada provincia y dentro del orden jurisdiccional penal, habrá uno o varios Juzgados de
Vigilancia Penitenciara que tendrán las funciones jurisdiccionales previstas en la L.O.G.P. en materia
8º) Comunica a las Fiscalías las resoluciones dictadas por el Tribunal Supremo en los Recursos preparados
por los Fiscales en la materia.
En cuanto a los Fiscales de Vigilancia Penitenciaria adscritos en las Fiscalías provinciales, sus
funciones se dividen en dos grandes apartados:
1º) Son parte en todos los procedimientos ante el Juzgado de Vigilancia Penitenciaria, debiendo
evacuar informes con carácter previo a la resolución que pueda adoptar el Juez, pudiendo
igualmente interponer Recursos contra las mismas en caso de disconformidad.
2º) Ejercen labores de inspección y visita a los Centros Penitenciarios, entrevistándose con
internos y con sus familiares y personas que estimen convenientes, pudiendo ejercer las
acciones que consideren procedentes, incluso formular denuncias en caso de irregularidades
graves.