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Fusobacterium necrophorum
, que se presenta en una gran variedad de animales domésticos y silvestre, aunque
ocasionalmente se presenta en los seres humanos. Dentro de las colecciones zoológicas, es una de
las afecciones más comunes en macropódidos (Smith et al., 1986).
Fusobacterium necrophorum
es una bacteria que se hospeda dentro del tracto digestivo de los herbívoros y otras especies
como son cerdos y perros. En este caso la mayoría, pero no todas las cepas, pertenecen al biotipo
B, mientras que las que causan las lesiones por Necrobacilosis más a menudo son del biotipo A
(Shinjo et al., 1981; Berg y Scanlan, 1982). El primer caso de necrobacilosis en el hombre se
registró allá por el año 1900. En la actualidad, el término engloba las septicemias producidas por
Fusobacterium necrophorum
. En 1936, André Lemierre dividió a los pacientes con septicemias anaerobias en 6 grupos, de
acuerdo con el origen de la infección: lesiones inflamatorias en nasofaringe, compromiso de boca
y mandíbula, otitis media o mastoiditis, endometritis purulenta posparto, apendicitis e infecciones
urinarias (Riordan y Wilson, 2004). Lo anteriormente descrito no demuestra que la necrobacilosis
es de suma importancia tanto para medicina veterinaria como para la medicina general, ya que la
acumulación de esas bacterias dentro de los tejidos causa necrosis lo que desencadena diversas
lesiones tanto en animales como seres humanos. En los bovinos (
Bos primigenius taurus
) se presentan dos enfermedades importantes padecimientos relacionados con la necrobacilosis:
la pododermatitis interdigital, también conocida como gabarro o necrobacilosis interdigital, y la
difteria del ternero; ambas son de mucha importancia debido a que existe un mayor riesgo en
explotaciones intensivas de ganado bovino puesto que el mal manejo y los ambientes insalubres
son en esencia la causa de estas enfermedades. A continuación se describirá distintos aspectos de
estas enfermedades, respaldado por investigaciones realizadas a lo largo de varias décadas
AGENTE PATÓGENO
Las bacterias del género
Fusobacterium
se encuentra como comensales en las cavidades corporales del hombre y los animales, que en un
momento dado empezará a producir heridas en tejidos y órganos (García, 2013). De todas las
especies de este género cabe resaltar a la bacteria
Fusobacterium necrophorum
, la cual da origen a una enfermedad llamada necrobacilosis, que consiste en enfermedades
infecciosas de los animales y los seres humanos de muchas especies, caracterizado por lesiones
necróticas de la piel, las mucosas, los órganos internos y extremidades.
Fusobacterium necrophorum
(también conocido anteriormente como
Spherophorus necrophorus
, y por su sinónimo
Bacteroides necrophorus
) tiene como características principales ser una bacilo Gram negativo, carece de movilidad, no
tiene esporas, es estrictamente anaerobio, no presenta capsula ni tampoco flagelos (Langhworth,
1977). Entre las distintas lesiones que ocasiona esta bacteria se encuentran abscesos hepáticos y
en pezuña (gabarro o pododermatitis)
y la difteria de los terneros en bovinos, dermatitis interdigital (gabarro) en ovinos y rinitis
necrótica de los cerdos (Velasco y Yamasaki, 2002). Hasta hace poco menos de treinta años eran
reconocidos dos biotipos de Fusobacterium necrophorum, siendo estos el biotipo A (causante de
la necrobacilosis) y el biotipo B (huésped común en la flora intestinal de los animales). Mediante
un experimento basado en la homología de ADN de Johnson se decidió que los biotipos fueran
reconocidos a nivel de subespecie: el biotipo A fue renombrado como
Fusobacterium necrophorum subsp. necrophorum
y el biotipo B a su vez fue registrado como
Fusobacterium necrophorum subsp. funduliforme
(Shinjo et al., 1991).
Las cepas de
F. Necrophorum
han demostrado poseer una endotoxina LPS de pared celular clásica. Los investigadores también
han demostrado la presencia de exotoxinas: hemolisina, leucocidina y una toxina citoplasmática.
También se ha probado la presencia de una exotoxina en aislados bovinos de
F. Necrophorum
. La inyección intraperitoneal o intravenosa de filtrados de cultivo en ratones y conejos logro
producirles enfermedad y con mucha frecuencia la muerte (Orcutt, 1930).
MODO DE PROPAGACIÓN
SIGNOS CLINICOS
Difteria del ternero
Los principales signos clínicos de la difteria son fiebre, anorexia, depresión, halitosis, tos dolorosa,
disfagia y disnea. Las lesiones características son áreas necróticas limitadas por zonas de
hiperemia en etapas tempranas, con el tiempo se producen ulceraciones, las que se pueden
transformar en granulomas (Jubb et al., 1993). Las lesiones se ubican en la lengua, encías, mejillas,
paladar y faringe, son grandes y bien demarcadas, y por lo general son de color gris amarillento
(Blood y Radostits, 1992). También se han demostrado casos en bovinos en el que la enfermedad
termino fatalmente en neumonía (Jones et al., 1996).
TRATAMIENTO
Como se trata de una enfermedad que se transmite en lugares con alta humedad y poca limpieza,
los animales infectados deben ser separados inmediatamente para así evitar futuros contagios
dentro de las explotaciones. Difteria del ternero
La administración de sulfamidas brinda respuesta positiva, sea cual sea el aspecto de las lesiones.
Resulta eficaz la sulfadimidina sódica 2 g por cada 30 kg de masa corporal con repeticiones diarias
durante 2 o 3 días. La sulfametacina se aplica a dosis de 150 mg por Kg de peso corporal
diariamente durante periodos de 3 a 5 días; inicialmente se recomienda su administración
parenteral, seguida por vía oral (Gasque, 2008)