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que navegó siempre contracorriente,


que nunca se asentó y fue eterno
exiliado, esqueleto él mismo de todas las
paradojas del mundo, siempre buscando
las raíces “en una forma subterránea del
aéreo irse por las ramas” o por las venta-
nas: “De casi todos los sitios en que se
entra fácilmente por la puerta, se suele
salir por la ventana”. Yo veo ecos, en este
aforismo del fundador en 1939 en
México de la editorial Séneca, de otro
aforismo más antiguo, escrito por el
mismísimo Séneca: “La cosa mejor que
ha hecho la ley eterna es que, habién-
donos dado una sola entrada a la vida,
nos ha procurado miles de salidas”.
Oportuno –o mejor dicho, magnífi-
camente inoportuno– este número de la
revista Archipiélago, uno de los escasos
focos culturalmente independientes de
la España de hoy, revista de pensamien-
to y de crítica de la actualidad cultural
que lleva ya 46 números publicados, en
admirable resistencia contra la cultura
oficial que inventaron los socialistas
y ahora perfeccionan los políticos
populares. “La cultura, ese invento del
gobierno”, que dijera Sánchez Ferlosio
CARTA DE BARCELONA quier caso no deja de ser revelador y en una de sus lúcidas salidas por la
asombroso que no se le haga ninguna ventana nacional.
La música callada justicia en lo que se refiere, por ejem- Parafraseando a Lope de Vega puede
plo, a su poesía, que se diría que nunca decirse que el gran y frágil Bergamín
de Bergamín existió y, sin embargo, en cualquier país las artes hizo mágicas volando. Las artes

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ecía Jules Renard que la justicia con un cierto sentido común ocuparía mágicas del vuelo por la ventana: el
existe, pero la imparte un bro- el lugar que merece y, es más, andaría cante, el baile, las corridas de toros
mista. Viene esto a cuento al por los cuernos de la luna. Para reparar españolas, como el toque de improvisa-
observar el tratamiento cicatero que se esta injusticia que representa el trato ción que acompaña al que canta hondo,
da a la obra de José Bergamín en Espa- que se da a su poesía y a su inclasifica- las artes mágicas del vuelo. Esas artes,
ña. Como escribe González Troyano, ble obra en general –fue ensayista, decía Bergamín, “sin huella o trazo lite-
“el paso de los años no ha estabilizado la autor teatral, articulista, crítico taurino, ral que señalen su ruta para repetirse”.
figura literaria de Bergamín, sus obras guionista de cine, entre otras muchas Sólo cuando volvía a exiliarse, Berga-
continúan desprendiendo un cierto aire actividades, como la de entablar amis- mín se repetía. Pero su arte no partici-
de escritor incómodo y evasivo ante los tad con los ladrones que entraban a paba de la repetición, quedan de él las
intentos mejor intencionados de cata- robar en su casa del Madrid de los años huellas o los trazos literales, y eso difi-
logarlo”. Mientras sus compañeros de setenta–, y también por su condición de culta a los que intentan atraparlo. De
generación han sido ya sometidos y di- eterno exiliado, de repetidor de exilios, Bergamín son estos versos inéditos que
seccionados e incorporados al panteón de “hombre sin mundo”, la revista publica ahora Archipiélago: “Somos los
nacional de los ilustres, Bergamín o, Archipiélago, que se edita en Barcelona, herederos de un lenguaje,/ tan lejano
mejor dicho, su inclasificable obra pre- le ha dedicado su último número. en el tiempo,/ que se pierde en oscura
sencia día tras día cómo las autoridades Al destino de la obra de Bergamín en lejanía/ como una voz sin cuerpo”.
culturales españolas, autoridades bien España se le podría aplicar uno de los Como una voz sin cuerpo le ve Gior-
bromistas, siguen sin hacerle justicia. aforismos de este escritor –“maestro del gio Agamben en el artículo que le de-
Tal vez sea mejor para él y para la aforismo/ que gota a gota derramas”, le dica en este número de la revista barce-
“risa de su esqueleto”. Pero en cual- escribió Alfonso Reyes–, de este hombre lonesa y donde se pregunta cuál fue en

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realidad el estatuto del yo poético en el regían la vida ritual y política de los convenía buscar el auxilio de las pode-
autor de La música callada del toreo. Y dice Estados mesoamericanos y que de- rosas deidades de los españoles para
Agamben que Bergamín supo plantear finían su historia, su identidad y su evitar el triste destino de los mexicas.
alguna de las preguntas fundamentales fuerza, desde la fertilidad de su maíz Este cálculo pragmático explica el
sobre la cuestión del quién. Y que las hasta el poderío de sus ejércitos. rápido entusiasmo de los indígenas por
figuras del fantasma y del esqueleto Pero esa persecución no basta para las deidades católicas y marca clara-
fueron las únicas respuestas que encon- explicar por qué tantos aceptaron vo- mente los límites de su conversión. Los
tró aceptables. “Sólo soy una sombra”, luntariamente la predicación católica. indígenas adoptaron a los santos cris-
solía decir Bergamín, que convirtió su En primer lugar, los mesoamericanos tianos como sus nuevas deidades tute-
nombre propio en un seudónimo, estuvieron dispuestos a conocer y lares y los utilizaron, muchas veces, en
inventando, en palabras de Agamben, adorar a los dioses cristianos –así con- contra del poder español e incluso de
la “seudonimia al cubo, o mejor dicho, a cibieron la pléyade de santos, vírgenes la Iglesia Católica. Los habitantes de
la enésima potencia”, pues siempre y apóstoles que acompañaban a la San- Tlalmanalco sustituyeron a Tezcatlipo-
quiso “sucederse a sí mismo” a lo largo tísima Trinidad– porque sus religiones ca por San Juan Bautista para preservar
de su obra aérea. Es de desear que el eran politeístas y tenían una larga tra- el lucrativo negocio de su centro de
homenaje de Archipiélago contribuya a dición de aceptación de las divinidades peregrinación. En los Títulos primordiales
mover algo en las cosas en torno a la de otros pueblos. Además, desconocían escritos por las pequeñas comunidades
obra de Bergamín, aunque –no nos el principio de intolerancia constituti- campesinas del Valle de México en el
hagamos ilusiones– la justicia literaria vo del catolicismo: la convicción de ser siglo XVII, encontramos testimonios de
española van a seguir impartiéndola los la única verdadera religión. los sueños, revelaciones y milagros por
bromistas. Claro que para bromistas se Por si esto no fuera suficiente, los medio de los cuales los pueblos nahuas
basta y sobra el propio Bergamín, que nuevos dioses cristianos habían demos- establecieron pactos directos con
les decía a sus amigos: “Cuando yo me trado brutalmente su poder: para los es- Santiago o San Matías. Todas las rebe-
muera, no me recordéis”. ~ pañoles tanto como para los indígenas, liones mayas hasta el siglo XIX fueron
– Enrique Vila-Matas la conquista de los mexicas fue, sobre encabezadas por un santo, por la
todo, la derrota de su temible dios gue- Virgen María o por Cristo.
HISTORIA rrero, Huitzilopochtli, por el sanguina- Estos santos que hablaban náhuatl o
rio Santiago Matamoros, santo patrono tzeltal, que se proclamaban padres y
Por qué los indígenas de los conquistadores. La siguiente co- protectores de los indios y que, incluso,
pla de la Danza de moros y cristianos, prac- se nahualizaban en diversos animales,
aceptaron el catolicismo ticada hoy en día en muchas comunida- no se conformaban a la ortodoxia

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os frailes que en el siglo XVI se en- des indígenas mexicanas, explicita, en cristiana, como tampoco lo hacen los
cargaron de la evangelización de un ficticio diálogo entre Cortés y Moc- santos que hoy en día se enamoran, se
los pueblos indígenas de la Nueva tezuma, este razonamiento que equipa- casan y se pelean para reflejar las alian-
España proclamaron casi inmediata- ra la fuerza bélica con el poder divino: zas, pactos y pleitos entre sus pueblos.
mente el éxito de su empresa cristianiza- El santo de las comunidades indígenas
dora: los indígenas acudían en masa a las Cortés: coloniales y actuales es un dios propio
iglesias, se bautizaban con avidez y par- Es tan eterno este Dios, y particular que reside en la estatua de
ticipaban con entusiasmo en las atracti- que si quieres ver su gloria madera a la que adoran y castigan y
vas procesiones y misas organizadas por olvida tu ley que tienes que poco tiene que ver con la figura del
los religiosos; además, con su trabajo se y observa a un Dios verdadero. santoral cristiano.
construyeron centenares de iglesias y Moctezuma: En suma, el culto a los santos patro-
monasterios que modificaron irreversi- ¿Y para qué traes tu acero? nos, que conforma la columna verte-
blemente el paisaje sagrado del país. Cortés: bral de la religiosidad indocristiana, es
¿Qué atrajo a los indígenas a la nue- Porque si renuente estás una combinación característica de las
va fe predicada por los franciscanos, y no admites lo que quiero, complejas negociaciones culturales que
dominicos y agustinos? En primera en él experimentarás han marcado la historia indígena tras la
instancia, no hay que olvidar que los que éste es el Dios verdadero. conquista. Por un lado, los santos
españoles destruyeron y proscribieron continúan la tradición prehispánica de
los templos, los cultos, los libros y las Los cronistas cuentan que ya durante la los dioses tutelares, pues cumplen el
doctrinas de las antiguas religiones es- guerra de conquista los tlaxcaltecas se mismo papel de símbolo y encarnación
tatales mesoamericanas. Inhabilitaron acogían a la protección de Santiago de la identidad comunitaria, pero
de esta manera a las antiguas deidades Matamoros y pronto hicieron lo mismo por el otro su efectividad y su poder
tutelares, los dioses patronos que la mayoría de sus coterráneos, pues les dependen precisamente del hecho de

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que son diferentes de los antiguos inmigración que a menudo es búsqueda de siete colores, prometiendo que en
dioses, de que son extranjeros, güeros y de asilo, el crecimiento incontrolado, noventa días ocuparía el palacio de
poderosos, y por ello pueden dar a los en un fenómeno del que ya se ocupan Gobierno y… expulsaría del país a todos
indígenas algo del poder y la fuerza sociólogos, políticos y violentólogos: un los k’haras, esto es, los blancos o todo
que perteneció a los conquistadores. ~ nuevo saber que, sobre la primera aquel que no pueda acreditar pureza de
– Federico Navarrete página roja de los periódicos, aún está sangre indígena. Lo delirante de su
buscando su lenguaje. Lo que aún no al- promesa no le quitaba amenaza, sino
VIOLENCIA URBANA canzamos a percibir es, aparte de algún que se la añadía: decenas de millones
que otro cine sobre niños delincuentes o de muertos causados sólo en el siglo XX
El miedo creador muchachas inmoladas en la elegancia por la entelequia de la raza, y de la
yuppie de la droga dura, las consecuen- nación como raza, demuestran que esos

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s dudoso que hoy en día Borges cias de todo ello sobre ese territorio de juegos de palabras casi nunca son in-
pudiese agotarse los insomnios, fronteras difusas llamado cultura. cruentos. Lo asombroso es que todavía
como solía, caminando a buen Y sin embargo, comienza a ser palpa- haya gente que agite banderas exclu-
ritmo toda la noche por Buenos Aires, ble. En la emigración, por ejemplo. Pues yentes en su nombre (y la wiphala es la
en compañía de Estela Canto, Mastro- entre la última y ecléctica oleada de in- más bonita que conozco).
nardi, Xul Solar o Manuel Peyrou. Pues telectuales viajeros que, sobre todo des- Es posible que, en España, los mu-
ahora resulta peligroso. Tanto, a juzgar de América, llegan a España desde hace chachos puedan andar por la calle (den-
por lo que dice la gente, ilustra en unos años, no es difícil distinguir, ade- tro de unos límites). Pero no se debe
amarillo la televisión, o se siente en más de motivaciones que incluyen la del olvidar que, en el País Vasco, la esquina
cualquier desierta calle del centro un clásico grand tour que ya realizaron los de España que colinda con Francia por
solitario domingo por la tarde, que uno próceres de la independencia america- el noroeste, y a casi un paseo en barco
podría preguntarse –además de otros na, una suerte de búsqueda de refugio. desde Inglaterra, no pocos intelectuales
peligros como el de que las aceras de la Aunque vienen también por otras y todos los políticos constitucionalistas
ciudad parezcan obstáculos de un con- motivaciones, no menos ciertas, como se tienen que callar, o hacerse escoltar, o
curso de saltos– si hoy en día Buenos estudios, congresos, la prospección exiliar, por miedo a ser asesinados. Y lo
Aires es la misma ciudad de la que salie- editorial, presentación de libros, el obli- extraordinario es que algunos de ellos,
ron –de la que pudieron salir– creaciones gatorio viaje a Barcelona… No hay nada como el escritor Fernando Savater o el
tan libres como las del primer Cortázar, que, al cabo de una conversación un po- escultor Agustín de Ibarrola, en la auto-
Borges, Macedonio Fernández, Silvina co larga, sea incompatible con una razón satisfecha España y pudiendo encontrar
Ocampo, José Blanco y aquellos años común: la búsqueda del en apariencia una vida cómoda a poco más de una
privilegiados de Sur. En una intuición soleado régimen de vida, sin demasia- hora de viaje en coche, han decidido
indemostrable, me parece que así como das preocupaciones de seguridad, que quedarse y defender su derecho a ha-
algunas páginas requieren del acoso en efecto caracteriza a España. A casi blar, y a crear –y a crear sobre y a partir
(Sade), la experiencia (Saint-Exupéry) o toda España. Más temprano que tarde, de su experiencia–, en una lección de
hasta la urgencia del testimonio tras el todo intelectual termina diciendo: “Aquí compromiso que no es un mal modo de
peligro (Orwell), creaciones como la del mi hijo puede andar solo por la calle”. superar el miedo, y vencerle, y que ha
“arte deliberado” de Borges necesitan El miedo como generador cultural terminado por convertirse en símbolo. ~
entre otras cosas de poder andar de no afecta sólo a las ciudades apuñaladas – Pedro Sorela
noche por la calle sin ninguna preocu- por la inseguridad de rateros y secues-
pación que distraiga la de si seremos ca- tradores. En La Paz, por ejemplo, una DEPORTES
paces de dormir al llegar a casa, preocu- ciudad en la que la ineficacia policial ha
pación, por cierto, que terminó provo- provocado una inquietante oleada de Didí (1928-2001),
cando el célebre “Funes el memorioso”. linchamientos hasta la muerte (como en El príncipe etíope
Sucede que, con sus modernos peli- otras ciudades americanas), la crisis

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gros (que poco tienen que ver con el de económica, la incompetencia política y a muerte de Waldir Pereira, Didí,
los románticos malevos añorados por el la presión estadounidense para que sea en estos momentos de enorme
escritor), Buenos Aires no hace otra erradicada la hoja de coca han termina- crisis del futbol brasileño, donde
cosa que enfilar el nuevo eje de insegu- do por hacer revivir las siempre latentes las estrellas se interesan poco por su
ridad que alinea América, y al que, tras reivindicaciones indígenas, hasta el selección y los jóvenes no dan aún el
Nueva York, Washington y Bogotá, se punto de que hace dos meses El Maliku, ancho para sustituir a las figuras; en
han ido sumando Caracas, México, Río el más radical líder indígena, entraba tiempos en los que todavía no sabemos
de Janeiro y Lima, y otras ciudades en La Paz, a bordo de un tractor y si Brasil asistirá al Mundial de Corea y
violentadas por la economía salvaje, la haciendo ondear la wiphala, la bandera Japón, muere uno de los impulsores de

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ese inolvidable jogo bonito que trazó un temente y jugaba “tan fácilmente al lla, pero también la de la Revolución de
nuevo camino en el futbol y que nos in- futbol que parecía que estaba comiendo Terciopelo que impulsó el dramaturgo
dicó, cuando todos jugaban caminando, una naranja”, comentó el rey. presidente Vaclav Havel, y quizá
que este deporte se juega corriendo, en Luego de la cancha y de sus contra- cuantas más que sólo sus habitantes co-
un constante cambio de ritmo, y que el taciones en el extranjero, pasando por nocen. Habiendo tantas Pragas, sin em-
balón es nuestro mejor amigo en una el Real Madrid de Di Steffano y por el bargo, es dudoso que haya otra ciudad
época en la que la fuerza y la lentitud Veracruz, Didí quiso ser entrenador. en el mundo que pueda ser definida
predominaban. Como su selección nacional la dirigía con un solo adjetivo literario, como
Didí, conocido como El príncipe etíope Zagallo, tuvo que entrenar a Perú para esta. Praga es “kafkiana”, le pertenece a
por los comentaristas deportivos brasi- el Mundial de México 1970. Nunca los Kafka. No sólo porque acá están los lu-
leños gracias al cuidado que tenía para peruanos jugaron tan bien como en esa gares donde transcurrió la mayor parte
vestirse y, sobre todo, a su elegancia en la copa; parecía como si el entrenador hu- de su vida, sino porque de esos lugares
cancha, vivió la mitológica tragedia de biera repartido su magia entre las pier- emanaron los sitios fundamentales de
Maracaná cuando el im- nas de Chumpitaz, de su imaginación. Sitios que a su vez ya
parable equipo local, fa- Oblitas, de Barbadillo. son lugares comunes, metáforas inevita-
vorito de todos, perdió Sólo su Brasil pudo bles de la conciencia moderna.
contra Uruguay ante la con Perú, pero ahí es- En la calle Na Porici No 7, por ejem-
depresión del país ente- taban Pelé y Gerson, plo, no lejos de la medieval Torre de la
ro. Joven de 22 años, Di- como el digno sucesor Pólvora, subsiste el edificio que fue de la
dí tuvo que sobreponerse del príncipe etíope. Compañía de Seguros contra Acciden-
a esto y en plena madu- Se nos están yendo tes del Trabajo, la entidad semiestatal
rez futbolística, esto es, los grandes y, sobre del imperio austrohúngaro en la cual
entre los 30 y 34 años, todo, aquellos para los Franz Kafka trabajó durante casi doce
se convirtió en el líder que el futbol era un años. Es un gran edificio de estilo neo-
armador del equipo mí- juego hermoso: “si ju- clásico francés, de tres plantas corona-
tico que ganó el Mundial gamos bien, obligamos das por una cúpula. Quien ingresa al
de Suecia 1958 –único al rival a hacer lo mis- número 7 ve un pequeño hall de mármol
equipo en la historia que, mo”, dijo Didí en una dividido del interior por mamparas de
siendo americano, ganó entrevista al final de su vidrios vacilantes, con el empavonado
un torneo en Europa– y El príncipe etiope. vida. Didí llegó en los medio corroído. A la derecha, un porte-
el Mundial de Chile en setenta a River Plate, ro estira el cuello mal afeitado contro-
1962. Dos competencias en un momento de cri- lando al visitante desde su sucucho. Más
importantes: en la primera, un joven de sis del club, y se la jugó con los jóvenes; allá de las mamparas se entrevén unos
17 años, llamado Pelé, demostró que el esa política la mantiene la institución largos corredores atestados de cajas de
mundo conocería al mejor jugador de más ganadora de la historia del futbol. cartón, de escritorios apilados, polvo-
la historia. En la segunda, después de Un brasileño querido en Buenos Aires rientos. Podría ser la mudanza de una
una lesión del rey Pelé, Didí se echó el no es algo fácil de creer, pero en las oficina, a no ser porque los trastos
equipo al hombro y lo llevó al campeo- tribunas del estadio monumental de tienen el aire de llevar ahí muchos años,
nato, sin más ni más, junto con Garrin- River las barras cantaban: “Tomala vos, décadas quizá. Afuera, pasa uno de esos
cha, otro mito futbolero que no está dámela a mí, es el equipo de Didí”. Va tranvías cacharrientos de Praga, que pa-
ya con nosotros. En esos momentos el por usted, maestro, y que su hoja seca sea recen buses sobre rieles, y las mamparas
futbol cambió, salió de la antigüedad y recordada por siempre en el toque tiemblan y se sacuden en sus marcos...
se modernizó hasta lo que hemos visto. inmortal de las canchas mundiales. ~ Es inevitable pensar que en este buro-
Fue gracias a estos jugadores, a sus fine- – Carlos Azar crático edificio nació El proceso. Que en
zas, a sus improvisaciones y a que se estos largos corredores el eficiente abo-
conocían con los ojos cerrados. CIUDAD Y FANTASMA gado Franz Kafka sofocaba diariamente,
No es fácil que el gran jugador acep- cruelmente, de ocho a dos de la tarde
te la influencia de otro y, sin embargo, La Praga kafkiana a su alter ego, el desamparado K., el
Pelé reconoció siempre a Didí como su acusado de un crimen que no conoce.

C
hermano mayor –trece años–, como su omo toda ciudad, Praga es una y La sensación de opresión que produce
mentor creativo y como el jugador que es muchas. Es la Praga judía del el edificio es idéntica a la del libro. ¿O
le ofrecía la libertad necesaria para que rabino Löw, el creador del míti- es que el edificio ha sido contaminado,
luciera. Didí hablaba mucho en la co Golem, y es la Praga de Smetana, y la tomado por el libro? De vuelta en la
cancha, daba instrucciones permanen- Praga de la Primavera sangrienta aque- calle un hombre gordo, mal vestido,

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colorado, se me acerca con una sonrisa quina con la adusta fachada y el mira- anochecer, casi al amanecer muchas
pringosa en los labios: “¿Americano?”, dor gótico del Carolinum, la Universi- veces, rendido, se oían las pisadas del
me pregunta en esa polilengua de todos dad Carolina en la calle Zelezná, donde escritor sobre los empedrados brillantes
los lugares turísticos. Y de inmediato el joven Kafka estudió Derecho. Cuenta de rocío volviendo a casa. Es imposible
me ofrece cambiar dólares por esos Max Brod: “Sus estudios de Derecho no asociar el inútil asedio del agrimen-
billetes búlgaros sin valor alguno con los fueron iniciados a regañadientes por ser sor de El castillo con estos diarios pere-
cuales decenas como él estafan a cientos la carrera poco definida y no llevar a grinajes de Kafka en busca de la piedra
de turistas al día, en la nueva Praga. meta alguna...” Uno se siente tentado de filosofal de su literatura, escondida en
El edificio venido a menos de la gran corregir a Brod. Por supuesto que la ca- esa callejuela de los alquimistas, enreda-
institución burocrática y el hombre gor- rrera llevaba a una meta, una que tal vez da en el dédalo del castillo de Praga.
do, trabajando en el floreciente mercado el joven Franz Kafka no intuía: era el Kafka está en todas partes en Praga.
negro de divisas falsas para turistas. Dos precio para conocer el vacío de la ley. Y por supuesto, cómo no, en el 11o Festi-
imágenes de Praga igualmente kafkia- Ese vacío que es la médula y el alma val Internacional de Escritores, impul-
nas. Quizá en ninguna otra ciudad del ausente de El proceso y El castillo. sado desde 1990 por ese “rey-filósofo”
mundo, como en esta turistizada Praga, que es Vaclav Havel (festival al que este
se note mejor el desplazamiento posmo- año está invitado el escritor en la situa-
derno del paradigma kafkiano: del Esta- ción más kafkiana del mundo, Salman
do totalitario y anónimo comunista, a Rushdie).
la sociedad anónima de masas. De la En la noche de inauguración, Gore
alienación en los engranajes de la Vidal conversa suelto, sarcástico, inge-
burocracia, a la alienación en los vacíos nioso. Le preguntan qué le parece que
estándares del consumo. en este país tengan a un dramaturgo en
Kafka tuvo la premonición de ese el poder. Al menos es mejor que tener
destino que lo ligaría a esta Praga mo- a un abogado, contesta. Y agrega:
derna y masiva. En las famosas páginas porque los artistas están dotados de esa
finales de El proceso, K. revisa un álbum capacidad imaginativa para ponerse
de estampas de su ciudad preparándose “en el lugar de otros”. Esa capacidad,
para servir como guía turístico de un estoy pensando para mis adentros, que
visitante italiano. La cita con el turista quizá haría menos kafkianos los “casti-
es en la oscura catedral donde K. espera llos” y sus “procesos”, en otras partes...
iniciar su tour. Es como si Kafka hubie- Cuando en eso diviso al gordo, el mis-
se previsto esta ironía final. El autor mo truhán que vendía los billetes falsos
que murió casi desconocido, casi inédi- frente a la antigua oficina de Kafka,
to, ha llegado a transformarse en el quien de algún modo se ha colado al
cicerone fantasma de su ciudad natal, cóctel y traga a toda velocidad unos
Kafka como postal.
en un icono de ese consumo febril que panecillos antes de ponerse, kafkiana-
es el turismo masivo en Praga. En la mente, manos a la obra. ~
Praga poscomunista el destino póstumo Y a propósito de castillo, allá arriba, – Carlos Franz
de Kafka ha sido kafkiano. Se ha con- presidiendo el horizonte de la ciudad
vertido en un póster, en el Café Milena, desde donde quiera que se alce la vista, LITERATURA
en el bar Kafka, en una T-Shirt desde está la fortaleza de Praga. La mole en lo
la que nos mira un hombre orejón con alto de la colina con sus mil ventanas y Reaparición de Franz
cara de vampiro indefenso... Kafka se las agujas de la catedral de San Vito
ha transformado en un souvenir. De la (patrono de los epilépticos) en su centro. Kafka en la provincia
censura por prohibición en el Estado
comunista a la censura por profusión –y
Kafka y su hermana Ottla arrendaron
una casita en el No 22 de la calle de los
de La Habana

F
la consiguiente pérdida de sentido– en alquimistas, en pleno corazón del casti- ranz Kafka se sienta a almorzar un
el Estado capitalista. llo. Visito la casita azul, casi de juguete, plato de viandas que le coloca su
Naturalmente, hay otras Pragas don- con un sótano y una buhardilla en los madre sobre la larga mesa de ma-
de el recuerdo más secreto, más privado que no es posible erguirse. A diario, jagua del comedor. O quizás la mesa era
de Kafka, subsiste. Basta apartarse durante varios meses, Kafka cruzaba el de jagüey. Ya se sabrá. La yuca y la ma-
un poco del sendero trillado de la calle puente Karluv y subía desde la ciudad langa humean en el plato de porcelana
Karlova en la ciudad vieja, para encon- hasta el castillo, al atardecer, para ence- percudido: un poco de mojo no vendría
trarse de pronto a la vuelta de una es- rrarse en este estudio a escribir. Y al mal. Franz lo pide con un gesto apenas

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perceptible, voz muda: bien se entien- tiércol en carne perfumada. ¿Caimito
den la madre y Franz. O no. ¿Mojo qué es? La voz de la madre esta vez lo
qué? ¿Qué es mojo? Franz alza la vista, sobresalta. Viene de lejos.
contempla el rostro pálido de la madre. ¿Sabes qué es fruta bomba, qué es
¿Y sabes qué es yuca, qué es malanga? mango filipino? Hay un mango que lla-
La madre, alarmada, se retira. Quizás man del Caney. Hay un mango que
un cambio de clima no les vendría mal: llaman manga. ¿Y qué es caimito? Las
a él por la enfermedad, a ella por la cerezas del frutero tienen aquella tarde
enfermedad de él. un raro sabor a acetona. Domingo.
Diez minutos después regresa a reti- Dormita, a la mesa. Vendrá visita. Pa-
rar el plato. Un plato hondo, despor- rece que la papa y el nabo surtieron
tillado. ¿Has masticado treinta y dos extraño efecto en el sistema vegetativo
veces cada bocado como es debido? Se de Franz, parece que su paladar no se
sostiene; ante la pregunta se sostiene: y acostumbra. Pide yuca, pide mojo, pide
ante cuántas cosas más. Un primer malanga, Franz. Va y por ahí te salvas.
amago, consigue controlarlo (aún es Quiere decir, prolongar la vida; escribir
Julian Schnabel, Iman, 1997.
posible) (luego, se verá). Consigue con- algo más. No estaría mal, a la verdad
trolarlo mediante un bostezo: paliativo que siempre viene bien un poco de
de la tos. ¿Paliativo? Se trata de un pen- escritura. Escritura, escritadera, escri- ARTES PLÁSTICAS
samiento. Tose, no bosteza. Cavila, no
tose. No tose, gustaría sentarse a es-
bidura, shmibidura.
Almorzar. ¿Qué es pan con timba?
¿El traje
cribir algo, pero a qué; cada vez que lo ¿Qué majarete? ¿Voz nueva la palabra del emperador?
J
intenta le sale espuma en aquel nuevo jaba? Mira a la madre que regresa de la ulian Schnabel (1951), aquel que
idioma que ya domina a la perfección. compra (sudada): oye el golpe de la ja- alguna vez aseguró que tarde o
No lleva a nada cavilar. Regresa la ba repleta contra la encimera: dos latas temprano el público acabaría por
madre con el frutero esmaltado rojo leche condensada, lata café, dos latas aburrirse de él, hoy, quince años des-
mamey fondo blanco marfil: se está bonito, lata frijoles negros, par de li- pués, se las ha arreglado para anular su
mejor aquí, pese a que el clima invaria- bras boniato, plátanos para fufú. De la propia predicción. De nuevo, las pági-
ble produce una especie de levitación calle llega el fotutazo. Inenarrable pi- nas de periódicos y revistas alaban su
mental que no levanta un palmo de la cotear de la bijirita en el cristal de la nombre. Antes que anochezca ha sido un
superficie de la tierra: es poco. Así ventana. Primeros indicios de que ter- éxito, y no sólo en términos del mercado
quién escribe. Contempla la fruta en el mina la siesta. Volver al trabajo: quizás hollywoodense (que esa clase de triunfos
plato: la fruta bomba a cuadros, diríase, no hay nada más seguro. Sicurezza. Assi- Schnabel los conoce bien), sino también
pedazos de invariable tamaño. Perfec- curazioni Generali. Especioso, especioso. en los suyos propios: los del llamado
ción de la madre. ¿O tendrá que ver Mucho trabajo para lo que se trabaja cine de arte. Hacer hincapié en este úl-
con este nuevo lugar? Azúcar prieta en estas islas. Vieja costumbre. Hay timo aspecto es pertinente por dos razo-
salpicada sobre la fruta bomba, unas cosas que nunca cambian. Tal vez yo nes: la primera es que hasta ahora, y aun
rodajas de mango filipino: luego todo trabaje mucho y así tenga esta tos que cuando lleva mucho tiempo dando de
lo espolvorean con canela, incluso a ya parezca tuberculoso. Inenarrable qué hablar, Schnabel no había inspirado
veces una pizca de sal: debe ser para mancha rosácea, chafarrinón arrebo- a la crítica a pensar en él como alguien
contrarrestar el exceso de dulzor. lado de las mejillas (según el espejo que, además de presentarse en piyama a
¿Habrá caimito? del botiquín). Luz fría. Rostro contem- toda clase de actos públicos, podía sor-
Franz Kafka no es persona capricho- plado al natural. La corbata, acicalada. prenderlos con una obra de calidad in-
sa, no lo fue antes, no lo es ahora: no lo Abluciones. Tomar el camino del discutible. Y la segunda, muy simple, es
fue allá, no tiene por qué serlo aquí. Só- trabajo. Salir tarareando mientras se que antes que director de cine, Schnabel
lo que esta tarde el caimito tiene para él desgranan unas palabras. Oír jutía, es pintor. Y no cualquier pintor: uno de
un sentido nuevo, en verdad profundo: Jatibonico, mayombero. los pintores americanos más famosos de
no lo podría explicar pero es así. No se Inenarrable repetición por el camino las dos últimas décadas y, para muchos,
trata de un valor simbólico, quita ya. Es quemando quemando vámonos ya a oír el más notable símbolo de la autoindul-
otra cosa. Siente apetito. Tanto tiempo la palabra bárbaro se oye decir qué bár- gencia y la corrupción que caracterizó al
sin sentir apetito. Y mucho menos un baro Papá Montero, tumba, canalla y mundo del arte en la era de Reagan. Y
apetito que se pone de manifiesto en la rumbero, salud, la chispa de la vida cla- bueno, Schnabel escandalizó al esta-
configuración del caimito: pulpa perfu- ra, vida ligera, la vida sabrosa. ~ blishment artístico de los setenta por
mada, inenarrable conversión del es- – José Kozer vender, en su primera muestra indivi-

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dual, todos los cuadros antes de la inau- tórica. ¿Destruir? Supongo que se refie- incrementarse en el siguiente; Amores
guración. Lo cual, aparte de suscitar la ren a la particular manía de Schnabel perros batía récords de ingresos en ta-
elevación dramática del precio de su de pintar sobre materiales inusitados, quilla y su carrera en el extranjero era
obra, le ganó una precoz retrospectiva como platos rotos, mapas o paisajes del un solo triunfo global, coronado con la
itinerante de su trabajo, con magnas siglo XIX. ¿Qué pensará Julian cuando nominación al Oscar. En seis meses, el
escalas en la Whitechapel de Londres le pregunta a Calvin Tomkins, del New panorama ha cambiado diametralmen-
y el Centre Pompidou de París. Yorker, si es pretencioso desear que el te: las películas mexicanas tuvieron que
Se decía entonces, y hay quien toda- público sea más inteligente? ¿Qué será esperar hasta marzo para empezar a es-
vía lo cree, que a Schnabel le debemos eso que nos quiere decir y no entende- trenarse (Piedras verdes), y, sea la que sea
no sólo el resurgimiento de la pintura mos? Algo grande, sin duda. Pero para la película, el público simplemente no
figurativa en los Estados Unidos, sino la descubrirlo se hace necesaria la lectura ha ido a verlas: el 24 de abril, Yissel Iba-
reconciliación de la abstracción con el de su autobiografía, a la que él mismo rra, productora de Altavis Films, expre-
realismo. Si esto quiere decir algo, sólo (¿y si no, quién?) calificó de cruza entre saba (Reforma, sección “Gente”, p. 6) su
puede ser que, en efecto, las pinturas Charles Dickens y Gertrude Stein. extrañeza porque Sin dejar huella hiciera
monumentales de Schnabel, inscritas En 1996 Schnabel debutó como honor a su título en su paso por la carte-
dentro de la que más tarde sería llama- director de cine con un retrato del ar- lera (“[...]no sabemos qué pasó, se le dio
da figuración libre, presentan algunos tista del graffiti, Jean-Michel Basquiat. un lanzamiento como a las demás, el
rasgos abstractos. Pero, en realidad, eso Desde entonces, mucho se ha dicho que soundtrack de la película es genial... Pero
se puede decir de la obra de cualquier Schnabel ha encontrado en el cine su si el público no va, no podemos hacer
pintor figurativo serio (pensemos en verdadero oficio. Antes que anochezca pa- nada”). El 6 de mayo, otro episodio: Er-
Velázquez, por ejemplo). No hay duda rece confirmar las sospechas. Sin em- nesto Rimoch reclama (Reforma, sección
de que los Estados Unidos tiene una bargo, cuando se le pregunta si va a “Gente”, p. 10) que, a una semana de su
relación paradójica y fetichista con lo dejar de pintar para dedicarse de lleno estreno, Demasiado amor perdiera casi la
nuevo (aunque lo nuevo sea lo más viejo al cine, responde: “He pintado más de mitad de las salas, y se queja de la dis-
del mundo). ¿Tan pronto se olvidó que mil cuadros y he hecho dos películas. criminación de los exhibidores contra
incluso los mismos Jackson Pollock y Soy un pintor. ¿Eso responde tu pre- las películas mexicanas; éstos se quejan
Willem de Kooning regresaron a la gunta?” ¿No dirían lo mismo si les pa- de que la gente nomás no entra a verlas.
figuración después de haber creado sus, garan ochocientos mil dólares por rom- Demasiado amor, tercer largometraje
esas sí, novedosísimas action paintings? per una vajilla? ~ de Rimoch (el documental La línea, El
En todo caso, se hace evidente que – María Minera anzuelo), es un modelo de cómo lo que
Schnabel es un artista del que sólo se parece en principio una buena
puede hablar en términos extremos. No idea cinematográfica termina
hay medias tintas: o lo amas o lo odias. siendo otro promotor de la in-
No sólo los críticos, también los cura- diferencia colectiva. Para los
dores de los museos y los académicos muchos que no la han visto,
eligen, por lo regular, la segunda una rápida síntesis. Beatriz
opción. Sin embargo, una buena parte (Karina Gidi) es una muchacha
del público y, sobre todo, de los colec- sin el menor chiste, a punto de
cionistas de arte, lo adora. Claro, a ellos que se le vaya el camión. Su
no les ha tocado que Schnabel les inte- hermana está en España bus-
rrumpa la cena en un restaurante con la cando comprar una casa para
ya célebre frase de: “Soy lo más cerca instalar un hostal o algo así.
que estarás de Picasso en esta vida”. Karina Gidi y Ari Telch, ¿una película más? Beatriz trabaja en una oficina
Se dice que los artistas revelan lo CINE indefinida, con un jefe previsi-
que son a través de su trabajo. Esto es blemente acosador. En sus ocios, va a
especialmente acertado si se habla de Bailar con la más fea una cafetería a tomarse sus cafecitos: el
Schnabel. La simple elección de forma- cliente Carlos (Ari Telch) le paga dos y

O
tos descomunales ya nos dice mucho de tra vez, a empezar desde cero. eso les lleva a un pasional encuentro en
su autor. Para sus defensores, se trata de Hace seis meses, se anuncia- un cuarto de hotel y un recorrido por
una forma artística que tiende a ponerse ban signos de optimismo todos los sitios turísticos imaginables
en el límite extremo de nuestra percep- desbordante en el cine mexicano: la (de las mariposas monarca a Monte Al-
ción y a llenar nuestro mundo con su producción de 2000, aunque de sólo 27 bán) que se irá administrando en idíli-
existencia en un continuo intento por largometrajes, era el doble de la del año cos flash backs a lo largo de la película.
destruir los límites de la tradición pic- anterior, y se veían signos de que podría Porque resulta que no vuelve a ver a

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Carlos, sino que, sentada en su mesita un melodrama con sus adornos de mismo le han surgido fraternales o in-
en el café, le cae todo tipo de galanes intensidad que no conduce a nada: la teresados, incluso inéditos valedores
caricaturescos: un ingeniero peloncito hermana le sale con que se gastó todo el (como Hugo Chávez, Marcos, China,
(José Carlos Rodríguez) que se viene en dinero, pero no pasa de un pleito por Kevin Costner o John Lennon), que
seco al bailar con ella en un antro, un larga distancia; le acomodan una paliza mitos casi bíblicos (como el de Elián
ligue navideño de hablar cantinfleado de moretones y hospital que sólo lleva a rescatado de las aguas del cálculo egoísta,
(Silverio Palacios), un diseñador gay juntar a sus cuates más entrañables, el ya saben: del sinuoso abrazo de la gran
(Daniel Martínez) y un macho golpea- gay y el vecino. Es fácil imaginar la perra).
dor (Juan Manuel Bernal), el único que misma anécdota en manos de Ripstein: Castro tiene la baraka, como casi to-
no le resuelve la vida a Beatriz, porque una desconcertada burócrata pasa de do héroe, y un algo de Viriato que aspi-
los demás, víctimas de unos encantos un amante anodino a otro esperando el rara a ser César, lo que impregna sus
sensuales siempre escatimados al espec- regreso de un galán que le disparó dos discursos. Si la dictadura se justificaba
tador, la colman de regalos y dinero cafés. Por fortuna, Rimoch no explota el en Julio César porque garantizaba manu
que ella manda a su hermana para cum- desprecio a sus personajes, simplemen- militari el orden en la república, la paz
plir el sueño español, mientras ella te no sabe cómo levantarlos. y la grandeza de Roma, apuntando su
espera el reencuentro con el turístico No ayuda para nada que Rimoch retórica a la monarquía; si el Estado de
Carlos. mantenga su anécdota en un México Obras ocupó buena parte de la oratoria
Adaptando una novela de la notable irreconocible, ajeno a todo contexto operística de Benito Mussolini, así como
historiadora Sara Sefchovich, Ernesto real; al contrario, eso diluye más a la arquitectura y la ingeniería de un Es-
Rimoch y su coguionista, Eva Saraga, Beatriz y sus pasiones. Basta enfrentar tado que tenía vocación imperial hasta
incurren de entrada en uno de los peca- lo pobre de tanto esfuerzo al trabajo del en el alcantarillado, son los “logros” de
dos capitales del cineasta mexicano: la brasileño Andrucha Waddington, que la Revolución Cubana: la sanidad, la
autocomplacencia ante lo que cree que en Tú, yo, ellos (2000) cuenta una histo- educación y el aprovisionamiento uni-
es una buena idea. Porque es una buena ria muy semejante, pero inspirada en versales, los mandamientos que animan
idea tomar una novela que es un fanta- hechos reales: una mujer de la condi- al cesarismo castrista, su imperium, de-
seo sobre la suerte de la fea; porque es ción social más baja se las ingenió para mandando la absoluta subordinación
una buena idea dar el papel principal a que convivieran en el mismo techo sus de las libertades a la supervivencia del
una actriz con la pericia de Karina tres amantes. Para conseguir que el pú- régimen –bien entendida ésta como
Gidi, incluso por sus peculiaridades blico se trague la extravagancia, hace lo gloria. Asimismo romano y lusitano, el
físicas (una nariz inmensa, un sobrepe- más difícil: contarlo en tono costum- guerrillero ha hecho de una resistencia
so amedrentador). Y ahí se acaba todo: brista y con fuertes rasgos realistas. Se en parte sólo imaginaria la razón misma
Rimoch y Saraga no se ven en la necesi- acepta como una curiosidad de la vida. del Estado de Movilización Total, ca-
dad de darle ninguna densidad psicoló- A Rimoch se le acumulan contradiccio- racterístico del totalitarismo y uno de
gica o intelectual a ningún personaje, nes en su fantaseo (los videos que le cuyos pilares es –tanto si su mentalidad
empezando por Beatriz, cuyo compor- mandan de España a Beatriz no se resulta premoderna como moderna, re-
tamiento pasa de lo abrupto a lo estúpi- podrían ver en una tele americana) y, ligiosa o laica– la guerra (no importa si
do con leves brillos de autoafirmación al final, el público reescribe otra ley: no servida fría, caliente o a pedradas de
(cuando le rompe la renuncia al jefe en le pidan que se interese en una película honda).
su cara), de modo que no se sabe bien a que parece contada por su personaje, en Y Fidel sostiene a Cuba en pie de
bien si se acuesta con sus galanes a) vez de por un cineasta. ~ guerra contra Estados Unidos. Esa es la
porque le gusta; b) porque le pagan; c) – Gustavo García ficción que se encarna y que pone a la
porque se siente sola; d) por las tres isla en alerta permanente, siempre en
cosas; e) otras. Tampoco ven la necesi- POLÍTICA alarma y en permanente sujeción al
dad de explicar a qué horas, con su caudillo, Numancia sitiada y seducida
chamba de burócrata o lo que sea, reco- “Sin revolución...” por una dramaturgia que entrevera el
rrió el país con Carlos, porque, nacio- materialismo dialéctico con pronuncia-

L
nalismos a un lado, México de costa a a conmemoración de la invasión mientos bolivarianos, con tronantes in-
costa y de frontera a frontera, con sus de Bahía de Cochinos y de la re- vectivas martinianas o de Maceo; y sus
obligadas escalas, es toda una odisea. Y velación del carácter marxista de rezos, estratégicamente conmovidos
finalmente, la indefinición de género: la Revolución Cubana quizá ha tenido por invocaciones espartaquistas, algo
el espectador aspira a que lo que ve sea este año una mayor intensidad retórica melodramáticas... porque, simple y lla-
una comedia, porque, en términos ge- y litúrgica, por lo cuadrado del ani- namente, Castro Ruz no es Espartaco.
nerales, Beatriz y la anécdota están muy versario. Amparado por un incansable Ni quiso, ciertamente, ni podría ser-
debajo de la media, pero resulta que es ángel de la guarda, a Fidel Castro lo lo: Espartaco, un esclavo, encabezó una

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revuelta de esclavos que luchaban contra de los ejércitos. O todas esas cosas... El una y otra vez, la escena del mito pri-
Roma para conquistar su liberación problema del David criollo que encarna mordial, reafirmándolo en cada nueva
personal. Abogado y algo criollo, por Fidel Castro es que nunca ha abatido, ceremonia con las hazañas presentes
gallego, Fidel nunca fue obrero ni cam- como así lo hizo el héroe bíblico, a Go- y coyunturales. De abatirlo, así fuera
pesino, clases sociales –por llamarlas de liat. David combatía contra otros que psicológicamente, lo mismo Goliat que
alguna forma– a las que defiende desde como él mismo eran pastores, agriculto- David quizá se esfumarían, como fan-
otra cultura, la de los independentistas: res, mercaderes o nómadas. Su fábula tasmas disueltos por la luz del día.
Bolívar, San Martín... de ideología tan transcurre en la Arcadia campesina y su Y así, el pasado 16 de abril el César y
criolla como la de Martí, o la de Maceo, desenlace restaura un orden anterior, caudillo, el mesiánico comandante en
muchas veces conservadores antes que que ha sido quebrantado: el relato, a su jefe y sumo pontífice, Viriato o el David
liberales, y a los que adecenta y adelan- manera, parece una comedia épica, a criollo con el fusil al hombro repitió,
ta por la vía marxista-leninista; Fidel medias legendaria e histórica. En cam- despistándose entre cuartillas, la ora-
tampoco soñó con marcharse a casa bio, el David criollo defiende el orden ción fúnebre pronunciada en 1961 –por
–como un Espartaco moderno– vestido nuevo que él ha instaurado en el más acá él: aquí, en esta misma explanada de El
de paisano o de político, una vez derro- de una tragedia, y que sobrevive a sus Vedado– a los caídos en Playa Girón.
cada la tiranía de Fulgencio Batista, enemigos interiores, ya vencidos, mien- En El Vedado, un barrio residencial
sino de militar y siempre al mando, a la tras Goliat exista, gracias a él, mientras donde antes de la guerra civil (¿qué
cabeza del Estado, como así lo ha hecho haya guerra real o imaginaria. No otra cosa es una revolución sino una
y como lo hicieron Tito o Franco, tam- importa que Goliat –sólo así visto– sea guerra civil, en la que un bando aniquila
bién campeones de una guerra civil. un molino de viento, porque no es la al otro?) vivía la corrupta alta burguesía
Claro que Castro no es Espartaco realidad, sino la ficción lo que importa; de La Habana. El escenario no ha cam-
sino Viriato y también un David criollo, y quizá por eso, por necesitar que el gi- biado, pero es fantasmático y nada lo
un caudillo que será rey mientras Goliat gantesco ogro muera y resucite con cada refresca del deterioro ruinoso de los
viva, o más bien un César, sostenido por tiro de honda revolucionaria, nunca lo edificios y de las mansiones batistianas,
el heredero, su hermano Raúl, al frente abate, sino que dramatiza, consagrándola de la decrepitud del oficiante y de sus
concelebrantes. David está viejo. Y Go-
liat, también. Nada se ha construido so-
bre las vivas ruinas de Numancia. Pero
ahí están y la liturgia sacramental prosi-
gue hacia su clímax: Castro, después de
haber enunciado todo aquello que no se
habría conseguido “Sin la revolución...”,
como a él le gustaba y le gusta predicar,
aún habrá de renovarle el juramento
revolucionario a una multitud de cien
mil confirmados, que quién sabe si aún
creen metralleta en alto en todo ello, si
fingen y no le son tan fieles, o si tan sólo
aguardan estoicamente a que el dictador
fallezca, para así acabar con la miseria
La
La revista
revista que
que difunde
difunde el
el acontecer
acontecer y recuperar el desarrollo y el progreso
cient’Þco
cient’Þco yy tecnol—gico
tecnol—gico dede nuestro
nuestro fatalmente postergados con tanta Histo-
pa’s y del mundo
pa’s y del mundo ria y tanta leche. Qué cansancio.
En fin, de no haber sido secuestrada
y sojuzgada por la Revolución manu mili-
tari –esto es: “Sin Revolución...”, sin los
hermanos Castro y sin Partido Ejérci-
to–, quizá la justificada y muy legítima
revuelta de Sierra Maestra habría alum-
brado una democracia vivible, aunque
$20.00 poco heroica y poco mítica –ya saben:
Suscripciones y Ventas 5327 7400, ext 7044. Consejo Nacional de Ciencia simplemente de clases medias, humana
y Tecnolog’a, Av. Constituyentes 1046, Lomas Altas, 11950, MŽxico, D.F. y de andar por casa... pero próspera. ~
– Tulio Demicheli

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