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novenO CICLO
ASIGNATURA :
Derecho civil vi
DOCENTE :
ALUMNO :
CICLO :
ix
Turno :
Noche
TACNA – PERÚ
DEDICATORIA
El presente estudio se lo
dedicamos con todo cariño a
nuestros padres por sus
enseñanzas, valores y tesón que
inculcaron para nuestra
formación académica.
Los autores
AGRADECIMIENTO
Agradecemos de sobremanera
a nuestros docentes y seres
queridos por su apoyo y
comprensión incondicional en
este camino que estamos
recorriendo rumbo a nuestro
éxito profesional
Los autores
INDICE
INTRODUCCION
Tal como se presenta la relación filial, como institución esencial del Derecho de familia, su
estudio tiene un corte crítico que busca la modernización de sus normas. Implica en gran
medida remecer los cimientos de la familia tradicional, echar por la borda varios siglos de
tradición jurídica, de doctrinas que en algún momento fueron vanguardistas y que hoy son
historia, casi consideradas leyendas, grandes obras de la mitología jurídica.
CAPITULO I
NOCIONES PREVIAS.-
La palabra filiación deriva del latín filu que quiere decir hijo. Efectivamente, es el camino
del parentesco derivado de la relaciones entre padres e hijos, por lo que siendo como se
expresa tenemos que la filiación en sí es el vínculo jurídico que une al niño con su madre
generándose la filiación materna o en todo caso que une al niño con su padre dando lugar
a la filiación paterna, por lo tanto la filiación es el vínculo jurídico en el que se fundamenta
el parentesco, el cual se sustenta en los siguientes elementos fundamentales:
La verdad sociológica.- que se traduce en la vida en común entre los padres con el hijo o,
uno de los padres con el hijo.
1.-Hijos naturales.- Son aquéllos que nacieron de padres no casados, pero que no tenían
impedimentos para casarse, por lo que en cualquier momento podían contraer
matrimonio.
2.- Hijos espurios.- Eran y son los hijos nacidos de padres que tenían impedimento para
contraer matrimonio y dentro de este grupo tenemos:
a.-Hijos fornezinos o adulterinos.- Eran los hijos nacidos de padres que tenían
impedimento para casarse porque estaban casados ambos o uno de los progenitores,
entre éstos se encuentran los hijos llamados incestuosos refiriéndose a los hijos nacidos
de padres que tenían parentesco, entre los cuales se ubican a los nacidos de las
relaciones carnales entre los ascendientes y descendientes y toman el nombre de
nefarios
Asimismo, tenemos los hijos nacidos de padres que estaban atados a los votos religiosos
y toman el nombre de sacrílegos y junto a estos aparecen los hijos nacidos de prostitutas
que se les llamaba hijos mánceres, todos estos eran mal calificados por cuanto provenían
de un faltamiento al orden público a y las buenas costumbres por tal razón se les
denominó hijos ilegítimos o hijos traídos al margen de la ley.
En el derecho moderno estas denominaciones han desaparecido y sólo existen los hijos
denominados; hijos matrimoniales e hijos extramatrimoniales, que es el tratamiento de
nuestro Derecho Civil Nacional conforme lo tienen señalados los artículos 361 y 386 del
C.C. de 1984, normas en las que se señala que los hijos según la relación de
cohabitación carnal de los padres son hijos matrimoniales y extramatrimoniales1.
1. Hijos matrimoniales.- Son lo que nacen dentro del matrimonio por lo tanto para su
calificación deben reunir los siguientes presupuestos, requisitos o presunciones fácticas
legales:
b.- Que el hijo haya nacido dentro del matrimonio o dentro de los trescientos días
posteriores a la disolución del vínculo matrimonial, en este caso se tiene como padre al
marido.
c.- Que la cónyuge, madre del menor haya estado embarazada, convirtiéndose en madre
biológica situación debidamente probada con el alumbramiento.
1. CONCEPTUALIZACION JURIDICA
La filiación es la relación parental que vincula a padres e hijos. De acuerdo con Hinostroza
Miguez la denominación más apropiada es relación paterno-filial, porque desde la
posición del hijo es correcto llamarlo filiación, pero desde la posición de los padres lo
adecuado es paternidad o maternidad [1]. En general la relación paterno-filial es el vínculo
que une a las personas descendientes bien una de otra o de un tronco común[2].
Son los hijos concebidos y nacidos fuera del matrimonio, lo que significa que
el establecimiento de su filiación paterna no es automático. La filiación es divisible, es
decir, cada uno de los padres puede establecer el vínculo de filiación que le une al niño o
niña en forma separada. La presunción de la paternidad, al ser un efecto del matrimonio,
no existe en la filiación extramatrimonial. Para establecer el vínculo de filiación, es
necesario que intervenga un elemento suplementario: sea un acto de voluntad expresado
en el reconocimiento, sea una declaración judicial en ese sentido[3].
El reconocimiento de un hijo extramatrimonial es un acto unilateral, declarativo, solemne e
irrevocable y no admite modalidad; pero cuando no se da voluntariamente, puede ser
declarada por la vía judicial.
En caso del hijo nacido fuera del vínculo matrimonial, el padre o la madre declarante
puede revelar el nombre de la persona con quien lo hubiera tenido. Así, el hijo llevará el
apellido del padre o la madre que lo hubiera inscrito y el del presunto progenitor. En este
supuesto no se establece un vínculo de filiación pero se protege la identidad del menor.
RENIEC tendrá un plazo de 30 días hábiles para poner en conocimiento del hecho al
presunto progenitor mediante una notificación.
2. LEY QUE REGULA EL PROCESO DE FILIACIÓN EXTRAMATRIMONIAL
CAPITULO II
1. GENERALIDADES
Reconocer es querer tener por hijo a quien se considera lo es: reconozco, lo que no
implica que biológicamente así lo sea siendo suficiente la mera declaración del
reconocedor para tener al reconocido como hijo, Al no existir una investigación del lazo
filiatorio basta con la expresión de voluntad para tener por cierta dicha relación, de ahí
que existan reconocimientos falsos o complacientes también denominados de favor.
En Roma, los llamados hijos ilegítimos no tenían derecho al reconocimiento por parte de
su padre, pese a que nacían sui iuris y seguían la condición de la madre, a excepción de
los llamados hijos concubinarios, es decir, los nacidos de una relación de concubinato
podían ser reconocidos por su padre, gozar del derecho de alimentos, de un derecho
restringido de sucesión ab intestato y ser legitimados por subsiguiente matrimonio(476). El
Código de Justiniano y las Novelas establecian que la mujer, quien después de una larga
cohabitación -concubinato de mayor o menor duración-, fuese abandonada con sus hijos
tenía derecho a exigir el reconocimiento judicial de estos(477).
III. ETIMOLOGÍA
Se encuentra compuesta por el prefijo re- (hacia atrás), el verbo cognoscere (conocer) y el
sufijo mentum (medio o resultado).
Puede decirse que el reconocimiento es el medio para conocer (aceptar) un objeto, hecho
o acontecimiento anterior a aquel en el que se ejecuta la acción.
Además, se entiende que el prefijo re-significa también reiteración (acepción esta última a
las que nos sumamos).
IV. CONCEPTO
VI. DEFINICIÓN
El reconocimiento es el acto jurídico familiar mediante el cual una persona declara libre y
voluntariamente que otra persona es su hijo, atribuyéndose su paternidad o maternidad
extramatrimonial respecto de esta última. Como acto juridico está destinado a determinar
por medio de la voluntad un vínculo, en este caso entre padre e hijo. Es un acto de estado
familiar declarativo de paternidad, típico y nominado, que cuenta con sus propias
características.
En definitiva, y en forma concreta, es el acto mediante el que se declara la filiación
extramatrimonial.
Son varias las teorías que al respecto han sido desarrolladas, destacando las siguientes:
1. Reconocimiento confesión
Pero, como bien dice Suárez Franco(491), la confesión no es un negocio jurídico, no hay
voluntad, es una mera exteriorización de un pensamiento, distinto a la aceptación (el reo
no quiere la pena pero confiesa su delito).
2. Reconocimiento admisión
Aquí ya no hay un simple medio de prueba, pues existe un verdadero acto jurídico al tener
su autor la intención de crear efectos jurídicos al afirmar que ha engendrado un hijo(493).
Es algo así como "Reconozco, (...) es mi voluntad, así lo quiero!"
Guillermo Borda sostiene esta tesis, según la cual el reconocimiento "es una
manifestación que se apoya (o la ley presume que se apoya) en una verdad biológica. Y
puesto que la declaración paterna es una prueba que la ley, por distintos motivos,
considera suficiente para aceptar la existencia de la filiación, le atribuye ese efecto,
mientras no se la impugne judicialmente”(499).
VIII. CARACTERÍSTICAS
El Código se refiere a ellas en varios artículos (388,390,393, 399, 400, 401). Sin embargo,
se presta especial interés legislativo al establecer que el reconocimiento es un acto
jurídico especial, puro e irrevocable.
¿Por qué si el adoptado es mayor de 10 años se requiere su asentimiento (art. 378, inc. 4)
y en el caso de reconocimiento no?
Podríamos entender que la adopción implica asumir una filiación que biológicamente no
corresponde, de allí la importancia de la intervención de todas las partes comprometidas,
situación que no se da en el reconocimiento que es un mero acto de confesión.
Como acto personal, el reconocimiento despliega sus efectos por el mero hecho de la
emisión de la declaración de voluntad del reconociente, independientemente de su
aceptación, es más de su recepción por el reconocido. El declarante, reconociente, queda
vinculado ipso facto, desde ese mismo momento. En todo caso estos tienen expedito el
derecho de negar / impugnar dicho acto filial sobre la base de un reconocimiento
inconsentido.
Unilateral doble (cada padre reconoce por acto separado e independiente, produciéndose
el reconocimiento sucesivo).
Son dos los tipos de reconocimiento que han entrado a discutir su carácter de
unilateralidad, uno es la excepción y el otro la consecuencia de un reconocimiento sin la
voluntad del reconocido:
8. Declarativo de estado
9. Personalísimo
Solo lo puede realizar el padre o la madre, ningún otro, siendo una facultad de estos, no
un deber. El reconocimiento es un acto de voluntad soberana(509).
La legimitidad para reconocer solo corresponde al padre o la madre, nadie más. Es más,
básicamente, el padre, la madre no tanto así, basta la comprobación del parto y la
identidad del hijo parido. Con la muerte del reconociente (padre o madre) se extingue el
derecho de reconocer, solo cabría la acción filial a los herederos. Tan personal es que la
ley confiere una capacidad especial (art. 393) y la facultad de revelar el nombre del otro
progenitor (art. 21), además lo torna intransmisible mortis causa(512).
10. Irrevocable
Una vez declarado no es posible que el autor vaya contra sus propios actos. No se puede
renunciar ni transar. Una vez que me declaro padre no puedo desdecirme, retractarme,
dar marcha atrás. No es admisible el arrepentimiento(513). Mi voluntad expresada fue
desplegando sus efectos independientemente de situaciones ajenas o ulteriores (salvo la
existencia de vicios). Indiscutiblemente, esta característica es consecuencia de la
inalienabilidad del estado de familia(514) que constituye o del cual es presupuesto(515).
El reconocedor deja de tener iniciativa alguna sobre la suerte y efectos de su
declaración(516). Deriva de una cuestión de seguridad, básicamente de seguridad jurídica
del estado civil de las personas, no admitiéndose los cambios de voluntad del
reconocedor, estos resultan incompatibles con las condiciones de permanencia,
trascendencia y estabilidad de todo estado civil. Esto lo torna en un acto perpetuo(517)
La negación del reconocimiento puede ser solicitada (art. 399) por el padre o la madre
que no interviene en él, por el hijo o sus descendientes si hubiera muerto o por quien
tenga legítimo interés (legítimo contradictor).
Esta norma puede determinar una situación injusta, pues solo otorga legitimidad para
negar a quien no participa en el reconocimiento. Sin embargo, con la admisibilidad
expresa de las pruebas biológicas debiera permitirse la negación por falta de coincidencia
biológica (y así debió contemplarlo la modificación del Código mediante la Ley N° 27048).
La negación de quien reconoce a un hijo extramatrimonial motivado por la conducta de la
madre y siempre que la prueba de ADN descarte su paternidad. El resultado de la
bioprueba demostraría el error que habría incurrido el presunto padre al reconocer como
hijo a una criatura que no lo es. En todo caso puede invocarse el artículo 201 del Código
que permite la anulación del acto jurídico por error(518). Jurisprudencia reciente en Brasil
dice que el hecho del reconocimiento y del pago de una pensión alimenticia no impide al
padre que, años depués, solicite judicialmente el examen de ADN para que la paternidad
sea realmente determinada (Quarta Turma do Superior Tribunal de Justiça de Brasil). El
sustento de la parte es que cuando realizó el reconocimiento en 1986 era inmaduro y que
había sido presionado por la madre para su realización. Aceptada la acción el hijo se
rehúsa a someterse al examen con base en su derecho a la integridad física, síquica y
moral lo que permite al juez considerarlo como un argumento para dar validez a lo
pretendido por el actor(319).
De la impugnación
Ánutabilidad Por existir vicio en la voluntad del reconociente: Dolo, error o violencia Falta
momentánea o circunstancial de discernimiento del reconociente
Debe tenerse en cuenta que para la validez del reconocimiento, a parte de la forma
exigida por ley, debe cumplirse con dos requisitos básicos: 1) Posibilidad biológica de la
relación paterno-materno-filial que se pretende establecer (imitan naturae) y, 2)
Posibilidad jurídica del emplazamiento en el estado de hijo extramatrimonial del
reconociente(524), y ello es esencial para sus efectos jurídicos.
al acto de reconocimiento.
12. Voluntario
Es facultativo.
Nadie puede ser obligado a declararse padre, esto es optativo, debe nacer y formalizarse.
Así está determinado en el Código cuando se utiliza el término puede ser reconocido
(arts. 388, 389, 391).
13. Imprescriptible
El reconocimiento puede ser hecho en cualquier tiempo, antes o después del nacimiento,
incluso luego de ocurrida la muerte.
Este principio consta como norma expresa en el Código Civil de Portugal (art. 1854).
Declaración de semejante trascendencia debe contar con las garantías necesarias para
su veracidad y formalidad.
La ley establece este requisito ad solemnitatem para su validez a fin que constituya título.
Lo contrario implicaría su mero valor como prueba ad probationem.
15. Retroactivo
16. Oportuno
17. Indivisible
18. Beneficioso
Al conceder un estado filial a quien lo carece por ley, el reconocimiento se torna un acto
beneficioso para el hijo de allí que no se requiera el asentimiento (sobre todo del menor)
en todo caso, de ser contario, está habilitada la posibilidad de impugnarlo, además que
por su naturaleza no puede ser obligatorio. Sobre esto último se ha considerado que la
discrecionalidad del acto del reconocimiento representa realmente un momento de
fisiológica aplicación del principio de responsabilidad en la procreación. La relación
parental que se instaura entre padre e hijo con el reconocimiento corresponde en concreto
al interés del hijo en si-si esta es la ratio del instituto, en la medida en la cual esta
favorezca al desarrollo cultural en un ambiente sereno y acogedor: un reconocimiento
obligatorio, en el mayor de los casos forzado, produciría efectos del todo contrarios(538).
X. IMPORTANCIA
XI. SUJETOS
20. Reconociente
Padres. Los sujetos activos originarios del reconocimiento son el padre y la madre
mayores de catorce años, sea que ejecuten el acto conjunta o separadamente y siempre
que sean capaces. Se trata de la confirmación esencialmente personal 543). Son estos
los legitimados. Pero, no basta ser padre, su estado civil puede o no influir.
De otro lado, tal como lo señala Méndez Costa, “[l]a capacidad para el reconocimiento de
hijos extramatrimoniales se caracteriza por su amplitud. Son hábiles para reconocer todos
los progenitores fuera del matrimonio cualquiera haya sido su situación jurídica a la época
de la concepción y cualquiera sea al momento del reconocimiento”(545).
Abuelos. Los abuelos o abuelas de la respectiva línea son sujetos activos derivados.
Corresponde a los abuelos la capacidad de reconocer (art. 389) en caso de: - Muerte del
padre o de la madre
Incapacidad absoluta del padre o de la madre, sean menores de edad, estén privados de
discernimiento (art. 43, incs. 1 y 2). Incapacidad relativa del padre o de la madre, sean
retardados mentales o adolezcan de deterioro mental que les impida expresar su voluntad
libremente (art. 44, incs. 2 y 3) o desaparición (art. 47).
21. Reconocido
Pueden reconocerse todos los hijos habidos fuera del matrimonio. Son sujetos pasivos
cualquier hijo extramatrimonial, concebido, menor, mayor, vivo o muerto (lo que
Lasarte(549) llama la intemporalidad del reconocimiento), capaz o incapaz siempre que
carezca de una o ambas filiaciones, paterna o materna. Es decir, no todos los hijos
pueden ser reconocidos, libres de filiación, paterna o materna o ambas dos, deben estar.
El reconocido debe ser progenie del reconciente. El ascendiente reconoce a su
descendiente. Sin embargo, esta regla general admite excepciones, como el caso del hijo
de la mujer casada.
Se reconoce como hijo, esto es lo hacen los padres. No puedo reconocer como nieto,
hermano, sobrino, primo, en fin.
XII. FORMALIDAD
El reconocimiento es uno de los medios para establecer la filiación extramatrimonial.
Por esta razón se han escogido tipos para su formulación: Reconocimiento directo: ante el
registro de nacimientos, por escritura pública y por testamento, fuera de estos no puede
practicarse un reconocimiento válido (art. 390). Reconocimiento indirecto: cuando el
demandado en alimentos durante la audiencia aceptara la paternidad, el juez tendrá por
reconocido al hijo. A este efecto el juez-enviará a la Municipalidad que corresponda, copia
certificada de la pieza judicial respectiva, ordenando la inscripción del reconocimiento en
la partida correspondiente, sin perjuicio de la continuación del proceso. Si el demandado
no concurre a la audiencia única, a pesar de haber sido emplazado válidamente, el juez
debe sentenciar en el mismo acto atendiendo a la prueba actuada (art. 171, CNA).
Este criterio debe ser aplicable, también, en los procesos penales de omisión de
asistencia familiar (art. 149 y 150, CP)(553).
Cualquier otra forma de las consideradas expressis verbis por la ley, nos referimos a los
seudo reconocimientos o reconocimientos tácitos, constituirán pruebas valorables
susceptibles de provocar la declaración judicial de filiación(554), al no ser manifestaciones
explícitas.
A diferencia de otras legislaciones, el Código peruano ha optado por este tipo especial de
reconocimiento realizado en escritura pública, pues representa el documento que por
antonomasia otorga el notario y, seguro y formal, como tal es un medio típico para
establecer el vínculo filial.
Acto de conciliación.
El literal d del artículo 58 de la Ley del Notariado(555) indica que no se requiere minuta
para el reconocimiento de hijos.
Pública que contenga otros actos, como una de pacto antenupcial de régimen de
bienes(556), anticipo de legítima, donación, considerándose, además, el reconocimiento.
Si bien la eficacia del régimen de bienes se rige por una condición suspensiva-la
celebración del matrimonio- en caso no celebrarse este el reconocimiento mantendría sus
efectos, situación similar se darían en los otros actos jurídicos mencionados sujetos a
condición la que no afectará al reconocimiento.
23. Testamento
Por su naturaleza típica los efectos del testamento quedan diferidos al momento de la
muerte del otorgante, sus cláusulas tienen eficacia post mortem. Sin embargo, con base
en el principio del interés del reconocido, de la trascendencia del acto y del derecho a la
identidad se admite la eficacia inmediata del reconocimiento testamentario, desde su
faccionamiento. Tratándose de un reconocimiento testamentario por escritura pública
queda consumado con el otorgamiento de la disposición de última voluntad. No se
mantiene en suspenso hasta la muerte del testador pues ello significaría someterlo a un
plazo incierto(557), lo que es contrario al artículo 395. Un tema operativo y práctico es que
de darse un reconocimiento en testamento el notario deberá comunicarlo al reconocido a
fin de que surta efectos. El problema se da con el testamento ológrafo o cerrado ya que
recién se conocerá de su contenido al fallecimiento del testador por lo que, en este caso,
el reconocimiento surtirá efectos en dicho momento(558), El hecho de la comunicación o
notificación del reconocimiento al hijo consta expresamente en el Código Civil de Ecuador
(art. 264.- El reconocimiento se notificará al hijo, quien podrá impugnarlo en cualquier
tiempo). Así las cosas, derechas como deben ser, es que los efectos del reconocimiento
realizado en testamento se producen de forma inmediata,
El criterio a nivel local es distinto. Conforme nos indicó la notaria Cecilia Hidalgo Morán
(560) en el Perú no hay una ley especial sobre cómo debe proceder el Notario ante un
caso así. Se parte de la premisa de que el testamento requiere de la reserva del
contenido hasta el fallecimiento del testador (independientemente que en él consten otros
actos jurídicos), situación que impediría a los notarios hacer de público el reconocimiento
tomando en cuenta que no debe romper con su obligación de reserva. Con este mismo
criterio, Petrone(561), indica que por el hecho de estar contenido dentro de un
testamento, el reconocimiento se adecua a la particular forma de emisión de la
declaración testamentaria y llega a tomar relevancia jurídica externa después de la muerte
de su autor: a este momento es diferida su eficacia. Podría darse el caso de un padre que
hace el reconocimiento testamentario mantenga relación paternofilial con ese hijo pero
que no desea comunicarlo a su familia formal, sino hasta después de su muerte a fin de
que este hijo disfrute de los efectos testamentarios. Si existiera una obligación así, el
Notario debería instruir a su usuario de ello, lo que a mi concepto, podría generar que en
muchos casos se desanime de hacer el reconocimiento.
El hecho de que el testamento sea revocado no afecta la esencia del acto ju. ridico de
reconocimiento realizado, el reconocimiento dentro de este es irrevo
cable, también en el hipotético caso de destrucción de la ficha testamentaria por parte del
testador (siempre que, naturalmente, se pueda probar la existencia del acto y su
contenido) (562). Así lo expresan algunos Códigos civiles como es el caso de Guatemala
(art. 212), México DF (art. 366), Portugal (art. 1858) y el Código de familia boliviano (art.
199). Asimismo, si el testamento adolece de vicios que afecten su validez no deben por
qué repercutir en el reconocimiento, al ser un acto jurídico independiente. En esta línea, el
Código de Guatemala considera que si el testamento fuera declarado nulo por falta de
requisitos testamentarios especiales esto no afecta el reconocimiento, siempre que los
vicios no perturben jurídicamente el acto de paternidad (art. 213), en igual sentido el
Código de familia de Panamá (art. 260).
XIII. REQUISITOS
Siendo el reconocimiento un acto jurídico familiar debe cumplir con los siguientes
elementos de validez.
27. Voluntad
Este requisito es a la vez un elemento esencial de todo acto jurídico y en el caso del
reconocimiento viene a ser la manifestación del querer, llevada a cabo por el progenitor
del reconocido al sostener en su declaración que este es hijo suyo. No se requiere la
manifestación de voluntad de reconocido (salvo que sea mayor de edad).
A diferencia del error, en el cual la anomalía surge del propio sujeto celebrante del acto,
en el dolo se induce al sujeto a caer en equivocación, dándose así la intervención de un
factor externo que determina la decisión de aquel.
Existe discusión en doctrina sobre la improcedencia del dolo como vicio para afectar la
validez de los actos jurídicos familiares a tal punto que hay quienes manifiestan que el
dolo no es tomado en consideración en el Derecho de familia(578) (ver: Tomo I, Capítulo
III), en especial esta se ha discutido en torno al reconocimiento. La tesis mayoritaria es
ser contraria a aplicar el dolo como vicio del consentimiento en el reconocimiento. El dolo
per se no faculta a impugnar el reconocimiento, su naturaleza no es útil para ello; en todo
caso induce a quien reconoce a un error esencial; en tal sentido, el reconocimiento puede
ser impugnado por error, no así por dolo.
En el caso del reconocimiento este vicio de la voluntad es más recurrente en hombres que
en mujeres y se presenta cuando se le hace creer que es el progenitor sin que realmente
lo sea por lo que, motivado por tal persuasión, lleva a cabo el reconocimiento, situación
esta que no se da en la mujeres al ser la maternidad un hecho más objetivo. "Aquí
nuevamente la fractura de la voluntad perfecta se produce en el primer plano, solo que ya
no por una causa intrínseca atribuible al declarante, sino por una extrínseca producida por
un tercero; en efecto, al tratarse el reconocimiento de un acto jurídico unilateral, el vicio no
es provocado por la otra parte, pues aquí tal no existe, sino por otra persona que sin ser
parte influya
El caso más común de dolo es, como menciona Ayarza Sancho, el dolo retscente, que
implica omitir una información esencial para el adecuado conocimiento y, por ende
consentimiento de quien reconoce. “Dolo reticente que de ordinario será el de la
progenitora, omitiendo la circunstancia de no ser el varón el pedre biológico, hallándose
este en la creencia contraria" (582).
27.2. Error
De las clasificaciones que se hacen del error puede decirse que en este caso nos
encontramos frente a un error en las cualidades de la persona, en concreto. de la persona
reconocida (584). Como dice Ayarza Sancho(585), el error ha de recaer en la persona
sobre la que se realiza el reconocimiento, en mérito de sus cualidades esenciales. Está
basado, esencialmente, en la falsa creencia de ser hijo propio a quien se reconoce. No
parecen admisibles otros tipos de error, pues ello supondría permitir una causa torpe al
reconocimiento.
No habría error:
Caigo en error, cuando reconozco creyéndome padre pero luego me entero de que no lo
soy.
Resulta importante precisar que en el caso de la violencia, esta excluye por completo toda
voluntad no pudiéndose catalogarla de vicio(586). A diferencia de la intimidación en la
cual el reconocedor sí manifiesta una voluntad, aunque esta no sea libre, sino motivada
por el miedo, se presenta una interferencia en el segundo de los momentos antes
estudiados, ya que la decisión de reconocer a otra persona es el resultado de una
coacción y no de una libertad de acción.
El simple temor reverencial no anula el reconocimiento. Sin embargo, esto debe ser
analizado en cada caso por separado, pues en muchas situaciones puede existir una
presión determinante que vicie la voluntad, lo cual deberá ser apreciado por el juez al
fallar tal situación ocurrida.
28. Capacidad
En la doctrina clásica se argumentaba que la capacidad exigida para cumplir ciertos actos
jurídicos no era necesaria para reconocer válidamente a un hijo ya que cada cual es
capaz de hacer válidamente una confesión, solo basta con que comprenda su
trascendencia(589),
La doctrina moderna(590) establece que para reconocer solo son precisas dos cosas:
28.1. Edad
Se rescata el principio que toda persona tiene capacidad para reconocer. No una
capacidad plena sino una mínima posibilidad de querer y entender, así como una
presunción de procrear(594). El fundamento para fijar la edad de 14 años obedece al
criterio que es partir de la misma que se tiene pubertad (más allá que se
RECONOCIMIENTO
alcanza un mayor grado de discernimiento). La mujer que pare un hijo antes de los 14
(menor impuber) no puede reconocerlo pero acreditado su parto y la identidad del parido,
el reconocimiento posterior carecería de efectos puesto que acreditada está la
maternidad. No podemos caer en el absurdum que pueda inscribirlo mas no reconocerlo
como su hijo. Krasnow(595) manifiesta que se admite el reconocimiento antes de llegar a
la edad legal si la mujer demuestra que ha dado a luz y el hombre obtiene autorización
judicial previa a su manifestación unilateral de voluntad.
Debe tenerse en cuenta que el artículo primigenio del Código establecía otra edad para
reconocer, los 16 años cumplidos, siendo reducida a la edad de 14.
La modificación de este artículo del Código tiene como antecedente el Proyecto de Ley
3561/97-CR que consideró la variación de la edad por los siguientes motivos: - El alto
índice de adolescentes menores de 16 años que son padres.
La ley reconoce que la incapacidad de la mujer mayor de 14 años cesa por el matrimonio
ya que este genera derechos y obligaciones. La incapacidad debe cesar, con mayor
razón, con la procreación de un niño. La edad para que la mujer pueda casarse y así
adquirir la capacidad especial es inferior a la del varón (14 versus 16) lo que en materia
de reconocimiento genera discriminaciones.
Como podemos apreciar, este cambio se realizó debido a que existía una incongruencia
con el artículo 241, inciso 1 del Código. Este último permitía la dispensa judicial del
matrimonio de menores de edad por motivos graves siempre que el hombre tuviera 16
años cumplidos y la mujer 14, mientras que el texto originario del artículo 393 establecía
como edad mínima del reconocedor los 16 años. La contradicción se daba en el hecho de
que por un lado se permitía el matrimonio de una mujer de 14 años siempre que existieran
motivos graves (que no eran otros que la gravidez, en sí el embarazo) de manera que
mediante la legitimación jurídica de dicha relación sexual extramarital mediante el
matrimonio su descendencia gozaría de la presunción pater est (art. 361) mientras que,
por otro lado, se impedía que otra menor, que también mantuvo una relación sexual
extramarital pero que no consiguió formalizarla mediante el matrimonio, no pudiera
reconocer al fruto de su descendencia. Se produce entonces una confusión de los
presupuestos jurídicos de la capacidad para el reconocimiento como para contraer
matrimonio, olvidándose que son total y absolutamente distintos. Por cierto, esta mala
política legislativa generaba situaciones discriminatorias en razón de que se hacía
depender del estado civil de los padres la filiación de los hijos, lo que contradecía el
principio de igualdad y también el hecho de que, demostrada liminarmente su pubertad, la
procedencia del reconocimiento se da por la sola voluntad del progenitor que engendró.
XV. EFECTOS
El reconocimiento genera todo un complejo de derechos y obligaciones, toda una gama
de derechos entre los padres e hijos(601).
Dice con precisión Lasarte que: "el reconocimiento supone sencillamente un acto jurídico
del reconocedor, cuyos efectos jurídicos los determina y concreta la propia ley sin que el
reconocedor, por tanto, tenga facultad alguna para establecer el alcance de su propia
declaración de voluntad. No hay, pues, base negocial alguna en el reconocimiento y ni
siquiera los encendidos defensores del negocio jurídico como concepto abstracto dejan de
reconocer en la actualidad que el reconocimiento es un acto propiamente dicho"(602). Así
las cosas, reconozco y punto. Lo demás viene solo, cae por el propio peso de la
declaración. El reconocimiento genera un doble efecto: En el campo moral, estableciendo
relaciones de parentesco entre quien reconoce y es reconocido, y; en el campo material
creando relaciones sucesorias recíprocas entre las partes, como también obligaciones
alimentarias recíprocas(603), Determina una plena relación jurídica subjetiva: heredo, me
heredan; me alimentan, alimento.
Los efectos no se derivan ex volutate sino ex lege. La voluntad por sí sola genera efectos
jurídicos, estos son establecidos por la ley.
Confiere la calidad total de hijo y padre, con toda la gama de relaciones jurídicas
subjetivas (derechos y obligaciones; facultades y deberes; atributos y demás). Pero no
solo respecto de ellos sino de todos sus familiares, ascendientes, descendientes,
colaterales y afines. No sería legalmente posible que el hijo fuera extramatrimonial con
relación a los padres, mas no frente a terceros; ello atentaría contra el principio de
individualidad del estado civil604).
- El reconocimiento genera el estado de hijo extramatrimonial retroactivamente a la
concepción del reconocido
Conforme lo sostiene Borda, la retroactividad es "la solución que mejor se ajusta a la idea
sustancial de la institución. Si se acepta que una persona es hija de otra, habrá que
admitir que siempre lo ha sido. Sostener que no lo fue hasta el instante arbitrariamente
elegido por el padre y sí después, es contrario a la naturaleza de las cosas. Y, además,
conduce a soluciones injustas, como que el hijo reconocido no podría recoger una
herencia deferida antes del reconocimiento. No es extraño, pues, que la doctrina, salvo
contadas excepciones, se incline por la retroactividad" (605). Esta postura se armoniza
con la tesis de la naturaleza declarativa de filiación en el reconocimiento, por ende, si con
este solo se declara una relación que ya existía, es razonable que una vez celebrado el
acto, el mismo tenga efectos retroactivos al momento en que se originó la relación
filiatoria, esto es, en la concepción.
Conforme a lo previsto en el artículo 387 del Código Civil. Consagración formal para el
reconocido de su derecho a tener un nombre
- Patria potestad
La patria potestad sobre los hijos extramatrimoniales se ejerce por el padre o por la madre
que los ha reconocido. Si ambos padres han reconocido al hijo, el juez establece a quien
corresponde, atendiendo a la edad y sexo del hijo, a la circunstancia de vivir juntos o
separados los padres y, en todo caso, a los intereses del menor (art. 421). Al ser una
situación voluntaria, la patria potestad la ejerce el padre que ha reconocido al hijo. Con
base en el criterio de igualdad de la filiación, ya no se toma en cuenta el tiempo ni el
momento en el que se realiza.
XVI. CLASES
René Pazos (616) nos refiere de forma esquemática que se presentan clases de
reconocimiento, las que podrían ser adaptadas a las situaciones locales, veamos:
1.1. Tácito.- Llamado presunto. Se colige del "hecho de consignarse el nombre del
padre o de la madre, a petición de cualquiera de ellos, al momento de practicarse
la inscripción de nacimiento. (art. 21, CC, Perú).
2. Impuesto.- Establecido por sentencia judicial (arts. 402, 409, CC, Perú).
1.2.1. Provocado.- Aquel que hace el padre o la madre en audiencia judicial
verificada a petición del hijo (art. 171, CNA (617), Perú). Es una surte de
confesión, no es impuesto.
XVII. TIPOS
El artículo 398 del Código detalla los efectos del reconocimiento tardío en la medida que
al reconociente se le aplica como sanción, el no poder gozar del derecho sucesorio ni
alimentario respecto del hijo reconocido. Esta pena civil no es de aplicación si el hijo
mayor de edad ha ejercido la posesión de estado del padre reconociente o que acepte el
reconocimiento.
32. Del hijo de mujer casada
Se trata del hijo adulterino a matre. Por mandato legal el hijo nacido dentro de un
matrimonio tiene por padre al marido de la mujer (art. 361), el hecho que una mujer
casada de a luz implica que active la presunción de paternidad de su marido. Esta
presunción impide que un tercero pueda reconocer a aquel como su hijo al no permitirse
la contradicción de dos títulos de estado (el matrimonial y el filial).
Al respecto se pueden presentar dos casos, conforme nos lo hace notar el profesor Borda.
El segundo, es que el reconocimiento del tercero sea previo a la inscripción del hijo como
matrimonial, supuesto que debe resolverse conforme a lo resuelto por un tribunal francés:
"el denunciante del nacimiento lo reconoció como hijo extramatrimonial suyo; luego resultó
que la madre estaba casada, por lo cual juega la presunción de paternidad; mientras esta
no sea destruida por acción de desconocimiento de la paternidad le
gítima, esta debe privar sobre la extramatrimonial”(637). Queda claro que en todos los
casos, mientras el marido no niegue su paternidad, la filiación matrimonial es la que se
impone sobre el reconocimiento que pretenda efectuar o haya efectuado un tercero sea
por medio que fuere(638)
El reconocimiento voluntario de una persona fallecida ha sido siempre visto con cautela y
reserva por cuanto se consideraba que su principal motivo es heredar al difunto (639),
ocultándose intereses sórdidos (640) lo que constituye una perspectiva antifuncional del
reconocimiento (641).
De esta manera, se llegó a sostener que los reconocimientos póstumos se fundan en
aspectos interesados del reconocedor que no habiendo ejecutado su papel en vida del
hijo intenta ahora constatar una relación paterno-filial cuando se deja un patrimonio tras
él. Es por ello que la ley ha establecido requisitos y limitaciones adicionales para esta
forma de reconocimiento a efectos de impedir que se realicen obedeciendo al interés
espurio de heredar al difunto(642)
Códigos como el argentino indican que el reconocimiento del hijo fallecido no atribuye
derechos en su sucesión a quien lo formula ni a sus demás ascendientes en su rama. La
doctrina comparada no es unánime en cuanto a esta forma especial de reconocimiento.
Hay partidarios que sustentan la validez del reconocimiento del hijo fallecido sin dejar
descendientes(643). Otro sector alega que este tipo de reconocimiento solo puede
realizarse cuando existen descendientes(644). Por su parte, algunos autores siguen una
posición ecléctica, en el sentido de que la validez de este reconocimiento dependerá de
cada caso: (i) se rechazará cuando el padre pretenda beneficiarse de la herencia o, (ii) se
admitirá cuando el reconocimiento se hace para homenajear a la memoria del hijo difunto
y dar satisfacción a la propia conciencia del reconocedor(645).
Téngase presente que los descendientes no tienen por qué consentir (a diferencia de
otras legislaciones), no hay una exigencia expresa al respecto. Sin embargo, los
descendientes pueden negar dicho reconocimiento si no intervinieron en él (art. 399). Esto
nos permite decir que existiría una exigencia tácita o indirecta a efectos de que los
descendientes deban participar en el acto de reconocimiento, evitando así una futura
acción de negación.
Nótese que el Código utiliza la palabra descendientes, que es plural. Al respecto podemos
plantear dos hipótesis y sus consecuencias:
Finalmente, debemos mencionar que una fórmula más beneficiosa y amplia hubiera sido
permitir un reconocimiento póstumo cuando existan en general herederos forzosos y no
solo limitarlo a los herederos del primer orden, que son solo los descendientes. Caso
singular es el Código de familia boliviano que permite el reconocimiento post morten a
efectos de beneficiar al cónyuge superstite y a los descendientes (art. 201).
La norma está pensada para el reconocimiento de púberes (menores adultos) que tengan
capacidad generativa demostrada a través de una descendencia de forma que tal que los
menores fallecidos no podrían ser reconocidos en la medida que no tienen descendencia.
Un caso especial es el poder reconocer un hijo muerto a las pocas horas de nacido,
situación esta de muerte temprana o precoz que es negada por la norma, a pesar de que
pueden presentarse casos sin duda especiales. Como dice Pereira y De Oliveira(648), es
claro que el régimen no fue pensado para estos casos marginales de muertes prematuras
de bebés ricos; fue pensada para los progenitores omisos y gananciosos.
Estuvo consagrada expressis verbis en el art. 392 in fine, artículo derogado pero no por
ello deja de ser posible el acto de reconocimiento en mérito de los efectos favorables que
genera.
Para el caso del reconocimiento del hijo concebido las únicas formas utilizadas pueden
ser la escritura pública o el testamento dado que al no haberse producido el nacimiento
resultaría imposible inscribirlo en el Registro del estado civil y expedírsele un acta de
nacimiento. Para ello debe identificarse plena y claramente a la madre gestante, lo que no
implica un establecimiento de maternidad. Esto último es importante por que, incluso,
puede reconocerse el hijo gestado por madre sustituta lo que no implica que sea ella o
vaya a ser la madre legal.
Sobre el tema la Ley N° 26649(651) indica que tienen derecho a las prestaciones
asistenciales "los hijos asegurados obligatorios o facultativos, menores de 18 años de
edad, que no sean asegurados. El alcance de esta norma cubre la atención desde la
etapa de la concepción. El hijo concebido extramatrimonial debe ser reconocido por el
asegurado mediante la formalidad establecida por ley, o en su defecto, declarada
judicialmente la paternidad. La atención de los concebidos se materializa en la gestante
no asegurada, la que solo tendrá derecho a las prestaciones asistenciales por maternidad,
entre ellas el control del embarazo o parto" (art. 17, d).
Los embriones crioconservados, ex utero o pro nasciturus, pueden ser reconocidos por
sus progenitores en mérito de su status de sujetos de derecho.
Pereira(652), además, asoma la idea que la prole eventual -concepturus, aquel que habrá
de ser concebido, adquieran derechos sucesorias vía testamanetaria (lo que se admite en
varios sistemas, Alemania, Bolivia, Italia y Colombia), a lo que nosotros agregaríamos la
posibilidad que puedan ser reconocidos, i.e. admitir el reconocimiento ex ante de la
concepción. El Código de Portugal lo limita (art. 1855) cuando menciona que el
reconocimiento del concebido será válida si es posterior a la concepción.
En este caso partimos del hecho de que el hijo ya tiene la condición de adoptado cuando
el padre biológico pretende reconocerlo-al no haber sido reconocido
Borda cuando sostiene que nada se opone a que se reconozca como hijo - tramatrimonial
a quien ha sido adoptado por otras personas. No hay en este caso incompatibilidad de
estado que imposibilitaría el reconocimiento ... Pensamos que esta solución es la correcta
aun en el caso de la adopción plena, pues si bien esta hace cesar el parentesco natural,
subsisten los impedimentos matrimoniales.... lo que justifica el interés del
reconocedor”(653).
Efectivamente, según nuestro Código (art. 385), el menor o el mayor incapaz que haya
sido adoptado puede pedir que se deje sin efecto la adopción dentro del año siguiente de
haber alcanzado su mayoría de edad o a la fecha en que desapareció su incapacidad,
recuperando con ello vigencia la filiación consanguínea; por lo que mal se haría en
prohibir el reconocimiento del adoptado, por su padre biológico, mientras aquel aún tiene
tal condición, puesto que cuando alcance la mayoría o cese su incapacidad renegará de
su adopción, simplemente carecerá de la condición de hijo de alguien, en tanto que de ser
reconocido, luego de ser declarada sin efecto la adopción, tendrá la condición de hijo de
quien lo reconoció como tal.
El argumento práctico para validez del reconocimiento del hijo adoptado por un tercero lo
tenemos del último párrafo del artículo 379 del Código al mencionar que la partida original
conserva vigencia solo para el efecto de los impedimentos matrimoniales lo que evita
uniones matrimoniales incestuosas.
Este reconocimiento puede tener implicancias penales, conforme dispone el artículo 145
Código Penal al tratarse de una alteración o supresión de la filiación de menor: El que
exponga u oculte a un menor, lo sustituya por otro, le atribuya falsa filiación o emplee
cualquier otro medio para alterar o suprimir su filiación será reprimido con pena privativa
de libertad no menor de uno ni mayor de cinco años.
Rojina Villegas manifiesta que este tipo de reconocimiento puede "llevarse a cabo por un
apoderado con mandato que deberá constar en escritura pública, expreso para el acto de
reconocer, o en documento privado, siempre y cuando se ratifiquen las firmas del
otorgante y de los testigos, ante notario público, juez de primera instancia, menor o de
paz”(662). El poder debe ser especial (663), indicándose claramente quién es el hijo a
quien deberá reconocer el apoderado(664). "No podría darse un mandato para que se
reconozca en general a un hijo. Se tiene que dar un poder para que se reconozca a un
individuo determinado a quien se considera hijo" (665)
Existe un sector contrario. Dice Ayarza Sancho (668) que no cabe delegación de la
facultad de reconocer, ni otorgar poder o mandato con tal contenido. La decisión de
reconocer no puede quedar al mero albur de persona distinta del recognoscente, bien sea
como facultado a través de un poder o, incluso, vinculado a través de un contrato de
mandato siempre cabría la posibilidad de incumplirlo (pudiendo ser demandado para su
cumplimiento). De allí que se diga que el reconocimiento por poder es inviable pues el
propio acto de apoderamiento i.e. la escritura de otorgamiento de poder para que un
tercero reconozca en mi nombre a otro es el acto de reconocimiento en sí.
De este modo, los abuelos pueden reconocer al hijo extramatrimonial siempre que se
cumplan con los presupuestos establecidos en el artículo 389(669) del Código Civil:
Los abuelos no reconocen como tales, lo hacen dando fe de que el reconocido es hijo de
su hijo. No los reconocen como nietos, sino como hijos de sus hijos. En términos sencillos
es una forma de reconocimiento indirecto o transversal que rompe la regla del carácter
personalísimo. Su función no es la de reconocer, son meros notarios del acto
procreacional de su hijo y aceptan las consecuencias en nombre de él. Cabría, a falta de
abuelos de las dos ramas, la posibilidad de que puedan reconocer los bisabuelos o, a falta
de estos los tatarabuelos aunque poco probable-, pero considero que nada lo impide.
CAPITULO III
Este proceso es un producto peruano. Es una creación del sistema, con algunas
referencias en el derecho comparado, en específico del proceso monitorio, que si bien
trata de aspectos patrimoniales, la fuerza del compromiso entre las partes conlleva que
sea resuelto judicialmente. Se llega a crear algo verdaderamente nuevo y original en
materia procesal en defensa de uno de los derechos sustantivos más humanos que
existen. Es un proceso especial ex code, no tratado en el Código procesal civil.4 Ninguno
de los procesos del Código cumplían con satisfacer adecuadamente la pretensión de
paternidad y la fuerza probatoria del ADN. Este vacío legal fue subsanado mediante la
promulgación de la Ley analizada. Es decir, el legislador optó, preferentemente, por dictar
una ley en vez de modificar el Código procesal civil, produciéndose el denominado
fenómeno de la descodificación.Esta situación no es mala política legislativa, por el
contrario, se trata de leyes concebidas al margen del Código procesal y del civil que
cuentan con la misma sistemática, buscando complementar eficazmente sus deficiencias
y vacíos.
Características
a. Juez competente
Con su agudo análisis, el procesalista Ariano Deho alude que "Es muy probable que se le
haya atribuido la competencia al juez de paz letrado por el noble argumento de 'facilitar el
acceso' y el, no tan noble, de 'evitar la casación', es decir, para que el asunto muera en
línea de tendencia ante el propio juez de paz letrado o, a lo más, ante el juez de familia
(artículo 5 de la Ley) sin perturbar ni un poco con estas cuestiones ni a las Salas de la
Corte Superior ni, por cierto, a las Salas de la Corte Suprema. Ergo, por implícito, el
legislador descarta que este tema pueda dar lugar a problemas de 'nomofilaquia' que
precise de la intervención de la Corte Suprema. Lo que es todo decir".6 La verdad, tiene
razón, y en este caso bastan las palabras de la citada. La filiación como tal y con las
pruebas aportadas por la ciencia pueden ser tratadas perfectamente por el juez de paz,
además requieren de un proceso ágil y rápido.
b. Titular de la acción
La regla general que contempla el Código civil es que las acciones de paternidad son
personales. El artículo 407 de este establece que la acción judicial de paternidad
extramatrimonial corresponde "solo" al hijo. Es éste quien tiene la legitimidad para
obrar7 pudiendo la madre actuar en su representación si el hijo fuera menor de edad. En
cambio, la nueva ley permite a "quien tenga legítimo interés" poder accionar en paternidad
a favor de un tercero.
Este es un cambio importante en el que se toma en cuenta el interés moral o familiar (art.
VI del Título preliminar del Código civil) para iniciar la acción. Puede aludirse que esto
implica una intromisión en la intimidad de la persona al decidir en su nombre, y por ella,
investigar su esencia filial pero, tratándose de una acción iniciada en defensa de los
intereses del menor puede ser justificable, amparable en el sentido de que sus efectos
repercutirán en el aspecto personal y colectivo.
Son titulares de la acción o sea las personas que pueden interponer una demanda de
filiación extramatrimonial; el hijo con relación al padre o la madre de quienes pretende su
reconocimiento o declaración judicial de la paternidad o maternidad según el caso, según
lo tiene previsto la norma civil:
1.-El hijo por ser titular del derecho a llevar un nombre incluido el apellido de sus
progenitores, como lo tiene legislado el art. 19 del C.C.
2.- La madre del menor de edad ejerciendo la representación de la patria potestad como
lo previene el Inc. 6 del art. 243 del C.C. que en concordancia con lo dispuesto en el art. 7
del mismo cuerpo legal, aunque la madre sea menor de edad.
3.- El tutor o el curador del hijo menor de de edad cuando dicho menor esté excluido de la
patria potestad. En este supuesto se requiere la autorización del Consejo de familia. El
derecho de accionar es intransmisible por herencia, salvo que el proceso, al momento de
fallecer el titular, se haya iniciado, en este supuesto los descendientes pueden continuar
con el trámite judicial, tal como lo previene el art. 407 del C.C.
c. Sistema abierto
Todas las características detalladas nos llevan a sostener que el sistema de investigación
de la paternidad extramatrimonial asumido es uno de tipo abierto. No sólo porque es
flexible y admite todo tipo de pruebas, sino porque, fundamentalmente, el aspecto
biológico es el que marca el norte. Se facilita la indagación, se reconoce la libertad en la
averiguación del nexo parental, sin restricciones. Descartadas las posiciones basadas en
los desaires, ofensas y escándalos que con este accionar puedan producirse.8 Todo al
más puro estilo minimalista, menos es más ¡Qué duda cabe! Marca la importancia por el
fondo, no por la forma. La precisión es su carta de garantía. Queda atrás la apariencia,
incertidumbre, frente a la seguridad. Se reduce al máximo, se condensa, la relación
paterno filial con el único objetivo: alcanzar la realidad. Adiós los barrocos juicios de
paternidad.
Los perjudicados directos: el hijo y la madre. El primero sin una identidad definida, la
segunda cargando toda la responsabilidad de formar una persona, un ciudadano. Las
leyes en este tema no se adecuaron a la realidad. La mujer y su descendencia, que dicho
sea de paso, no sólo es de ella, sino de aquel que colaboró en el engendramiento,
merecen todo el respeto y acción de la ley.
Del trámite
a. De la demanda
Como cualquier demanda judicial tiene sus elementos sustanciales relacionados con los
presupuestos procesales o sea con la forma y las condiciones de la acción, es decir con el
fondo y que se relaciona con el derecho que resalta la titularidad, que se traduce en la
legitimidad e interés para obrar del demandante y del demandado, Cabe resaltar en esta
parte que la demanda tendrá la formalidad, requisitos y recomendaciones a que se
refieren los artículos 130,131, 132,133,424,y 425 del C.P.C. y la fundamentación jurídica
se sustentará en los artículos 19 del C.C. que prevé que toda persona tiene el derecho a
llevar un nombre incluyendo los apellidos, el art.407 que sustenta el derecho del titular de
la acción, así como el art. 402 con el Inc. que corresponda según la forma de la
pretensión, asimismo, se consignará el art. VI del T.P. del C.C. que como principio señala
la capacidad respecto al interés para interponer esta demanda de filiación
extramatrimonial, asimismo se sustentará en la ley 28457, arts. 1, y 4 de la citada ley
De la defensa
La norma indica de manera expresa que el costo de la prueba debe ser asumido por la
parte demandante que, como sabemos, en la mayoría de los casos es la madre. Y ¿Por
qué no la paga el que se opone? al final de cuentas es quien está haciendo uso del
derecho de defensa a través de la oposición. Punto interesante, la demanda de
paternidad implicaría un precio al demandado que sería reembolsado en caso la prueba
genética lo descarte.
Éste es el acto más importante del proceso, además de ser el primero que dicta el juez sin
necesidad de escuchar al demandado, inaudita altera pars, "de esta forma el juez si bien
resuelve oyendo a una sola de las partes, lo hará no solo sobre la base del relato fáctico,
sino a las pruebas aportadas. Y si el emplazado no formula oposición alguna, la cosa
juzgada material no solo es consecuencia de su conducta procesal, el silencio o falta de
oposición, sino del relato del demandante y los medios probatorios que aportó para
sustentarlo".9
Declara la paternidad
No declara la paternidad
– En mérito del descarte extraído por la prueba genética actuada a través de la oposición
del demandado.
Por otro lado, la sentencia declara el nexo filial teniendo como sustento el aspecto
biológico, la esencia genética que se encuentra fundamentada en la prueba de ADN. La
motivación de estos fallos no debe ser exhaustiva ni referirse a hechos, que pueden
existir, sólo debe merituar los resultados de la pericia y fallar la paternidad. La discreción
del magistrado se transforma en convicción. El grado de efectividad de la pericia genética
es reconocido unánimemente incluso en los sistemas más tradicionales o conservadores
como el boliviano, cuando refiere que las pruebas biológicas representan un "elemento
probatorio que otorga al juzgador una convicción plena para dirimir la pretensión y la
controversia jurídica de paternidad".12
d. Apelación
e. Procedimiento. Resumen
Lo decimos una vez más, la justificación para la formulación y aprobación de este proceso
fue la contundencia de la prueba de ADN. Los resultados efectivos que de ella pueden
obtenerse para establecer quién es el padre no merecen mayor discusión. Si certeza
existe en la prueba de la pretensión a invocarse, el proceso debe ser ágil, de prontitud y
eficacia en mérito de lo reclamado.
Con esta base y en virtud al bonum filii se buscó dar solución al incremento cada vez
mayor de madres solteras, la irresponsabilidad de los progenitores, lo dificultoso de los
procesos de paternidad (largos, costosos, tanto más que la angustia de los litigantes) y a
la gran cantidad de niños sin padre (por sobre encima del millón).
Importancia de la norma
Todos tenemos un padre y una madre, no existe justificación para carecer de uno o de
otro. Ningún hijo es del viento o de la aurora20, todos tenemos un anclaje, unas raíces.
Más allá de la ley, de su imperio, habría que buscar sensibilizar las relaciones humanas
encontrando el espíritu de la norma. Padres de ley sin compromiso moral no es tampoco
lo que buscamos.
CAPITULO IV
ARTICULO 392
b) Voluntario; por cuanto nadie puede ser obligado a expresar su voluntad de declararse
padre o madre de otra persona. Asimismo, se encuentra prohibido que el padre que
reconoce a un hijo mencione el nombre del otro o de cualquier dato que permita
identificarlo.
c) Personal; en la medida de que nadie puede, por regla general, afirmar un lazo de
filiación del cual no es autor. Este precepto obedece al carácter íntimo del acto
procreador, así como al respeto por el principio de voluntariedad referido (CORNEJO, p.
109).
El progenitor que hubiere sido mencionado sin haber consentido en ello, puede demandar
la nulidad del reconocimiento que se le imputa por no haber manifestado su voluntad, de
conformidad con las normas generales que rigen en la invalidez del acto jurídico. Cabe
advertir que esta pretensión no cuestiona el vínculo biológico padre hijo, sino que
únicamente se refiere a la falta de un elemento esencial en la estructura del acto jurídico
del reconocimiento, cual es, la manifestación de voluntad.
Cabe mencionar que la posibilidad de reconocer al hijo extramatrimonial que está por
nacer, viene dada por lo dispuesto en el artículo 1 del Código Civil en cuanto establece
que "el concebido es sujeto de derecho para todo cuanto le favorece.
Es con la finalidad de facilitar esta práctica que nuestro Código ha admitido la excepción
citada a los principios que rigen el reconocimiento.
ARTICULO 393
La modificación de este artículo del Código tiene como antecedente el Proyecto de ley
3561/97CR que consideró la variación de la edad por los siguientes motivos:
El alto índice de adolescentes menores de 16 años que son padres.
La ley reconoce que la incapacidad de la mujer mayor de 14 años cesa por el matrimonio
ya que éste genera derechos y obligaciones.
La edad para que la mujer pueda casarse y así adquirir la capacidad especial es inferior a
la del varón (14 versus 16), lo que en materia de reconocimiento generaría
discriminaciones.
El reconocimiento voluntario de una persona fallecida ha sido siempre visto con cautela y
reserva por cuanto se consideraba que su principal motivo era heredar al difunto,
ocultándose intereses sórdidos lo que constituye una perspectiva antifuncional del
reconocimiento
De esta manera, se llegó a sostener que los reconocimientos póstumos se fundan en
aspectos interesados del reconocedor que no habiendo ejecutado su papel en vida del
hijo intenta ahora constatar una relación paternofilial cuando se deja un patrimonio tras él
Es por ello que la ley ha establecido requisitos y limitaciones adicionales para esta forma
de reconocimiento a efectos de impedir que se realicen obedeciendo al interés espurio de
heredar al difunto (MÉNDEZ COSTA)
El presente artículo establece que el reconocimiento se realizará siempre que existan
descendientes. La idea es que el reconocimiento favorezca a alguien, en este caso
beneficie a los herederos del difunto reconocido.
Esta norma encuentra en parte concordancia con una del Código Civil de Portugal que
indica que el reconocimiento posterior a la muerte del hijo solo produce efectos a favor de
sus descendientes (artículo 1856). Sin embargo, el término solo es clave para diferenciar
ambos artículos, ya que en caso mueran el o los descendientes, su ascendente (es decir
quien reconoció al hijo fallecido) puede herederarlo(s) ya que nuestro Código no configura
en estos casos una causa de desheredación expresa, no siendo de aplicación los efectos
negativos del reconocimiento del hijo mayor de edad (artículo 398) por obvias razones.
Sin duda el caso planteado es una excepción.
1. Puro y simple
2. Irrevocable
Esto implica que una vez declarado no es posible que su autor vaya contra sus propios
actos y renuncie a todas las consecuencias jurídicas que deriven de su actuación. Una
vez que me declaro padre no puedo desdecirme. Indiscutiblemente, esta característica es
consecuencia de la inalienabilidad del estado de familia que constituye o del cual es
presupuesto
El hijo de mujer casada no puede ser reconocido sino después de que el marido lo
hubiese negado y obtenido sentencia favorable.
El hijo extramatrimonial reconocido por uno de los cónyuges no puede vivir en la casa
conyugal sin el asentimiento del otro.
Esta disposición tiene por objeto impedir que el padre reconociente pretenda imponer a su
cónyuge la presencia de una persona extraña a éste, so pretexto de ejercitar la facultad a
que se refiere el inciso 5 del artículo 423, poniendo en riesgo la armonía doméstica.
Esto es que, producto de la patria potestad los padres tienen el derecho, deber de tener a
sus hijos cerca, en su compañía, estar con ellos, lo que se conoce dentro del régimen
familiar general (no tuitivo) como la guarda. En este sentido, el ejercicio de la patria
potestad requiere de manera fundamental la convivencia de padres e hijos en el mismo
hogar y es un derecho-deber de los padres de tener a sus hijos consigo.
Este artículo no sería aplicable para el concubino que reconoce un hijo extra matrimonial,
En este caso la concubina no cuenta con el derecho subjetivo de impedir que el hijo de su
pareja viva en la casa, esto es, obviamente, un caso más mediante el cual se diferencia el
matrimonio del concubinato.
lo hace derechos sucesorios ni derecho a alimentos, sino en caso que el hijo tenga
respecto de él la posesión constante de estado o consienta en el reconocimiento.
EN LA VÍA JUDICIAL:
Procedencia.- Si la adopción de mayores de edad se tramitara ante el Poder Judicial, el
proceso deberá ceñirse a las reglas dispuestas para los procesos no contenciosos,
previstos en los artículos 749-3 y 781 al 785 del Código Procesal Civil. El artículo 781 del
Código adjetivo mencionado, prescribe que en este proceso (no contencioso) se tramita la
adopción de personas mayores de edad. Si el presunto adoptado es incapaz se requiere
la intervención de su representante. Si éste es el adoptante, la solicitud se entenderá con
el Ministerio Público.
Competencia.- De los artículos o23 y 750 del Código adjetivo, se desprende que es
competente para conocer el proceso no contencioso el Juez en materia civil y el proceso
no contencioso de adposición de personas mayores de edad el Juez del lugar del
domicilio de la persona que lo promueve o en cuyo interés se promueve, salvo en los
casos en que la ley atribuye su conocimiento a otros órganos jurisdiccionales o a notarios.
Debe hacerse hincapié que el artículo 378 del código civil establece los requisitos
generales de la adopción exigibles tanto para personas mayores como menores de edad,
que no son más que los mencionados como requisitos generales.
Trámite.- Presentada la solicitud de adopción de personas mayor de edad sin que exista
oposición, el solicitante y su conyugue, si es casado ratificará su voluntad de adoptar en la
audiencia, el adoptado (mayor de edad) y su cónyuge, igualmente prestarán su
asentimiento. A continuación, el Juez resolverá atendiendo a lo dispuesto en el numeral
378 del Código Civil en lo que corresponda (783 CPC).
Si existiera oposición, se seguirá el trámite previsto en los artículos 753, 754, 755, 756,
757. En efecto, el emplazado con la solicitud podrá formular contradicción dentro de cinco
días de notificado con la resolución admisoria, anexando los medios probatorios, lo que se
actuarán en la audiencia de actuación y declaración judicial, la que debe realizarse dentro
de los quince días siguientes, bajo responsabilidad, salvo los plazos especiales previstos
en el numeral 758.
Ineficacia de la adopción.- El artículo 785 del código CPC., dispone que dentro del año
siguiente de cesada su incapacidad, el adoptado puede solicitar se deje sin efecto la
adopción, siguiendo el mismo trámite establecido en este Subcapítulo, en lo que sea
aplicable.
EN VÍA NOTARIAL:
Requisitos.- Los artículos 5° y 6° del mismo cuerpo de leyes, establecen que el trámite se
inicia a petición escrita de los interesados o de sus representantes, señalando nombre,
identificación, dirección de todos los interesados, el motivo de la solicitud, el derecho que
los asiste y el fundamento legal. Es más, dispone que es requisito indispensable el
consentimiento unánime de los interesados.
El artículo 22°, señala que en la sede notarial la solicitud constará de una minuta
presentada por el adoptante y el adoptado, acompañando los siguientes anexos:
d) Testimonio del inventario de los bienes que tuviera el adoptado. La minuta deberá
de contener las expresiones de voluntad del adoptante y del adoptado y, también
el asentamiento de sus respectivos cónyuges en caso de ser casados, así como la
declaración jurada del adoptante en el sentido de que goza de solvencia moral.
Nueva partida de nacimiento.- Por último el artículo 23° de la Ley mencionada, determina
que el notario oficia el Registro respectivo, previa protocolización del Acta Notarial en el
que consta las actuaciones correspondientes, para que extienda nueva partida de
nacimiento del adoptado y anote la adopción al margen de la partida original, en
concordancia con el artículo 44, inciso o) de la Ley Orgánica del Registro Nacional de
Identificación y Estado Civil, Ley N° 26497.
Artículo 399º.-
El reconocimiento puede ser negado por el padre o por la madre que no interviene en él,
por el propio hijo o por sus descendientes si hubiera muerto, y por quienes tengan interés
legítimo, sin perjuicio de lo dispuesto en el Artículo 395º.
El plazo de un año puede ser ampliado a cuatro años (según el párrafo segundo del
artículo 136 del Código Civil) si pese a conocer el nacimiento por el marido, desconociera
su falta de paternidad biológica, y el plazo comenzará desde que tuviera tal conocimiento.
(En este sentido el artículo 136 del CC ha sido modificado, y su actual redacción se debe
a la Ley 26/2015, habiendo declarado la Sentencia del Tribunal Constitucional de fecha
26 de mayo de 2005, que el plazo de caducidad contemplado en el artículo 136 de un
año desde la inscripción de la filiación en el Registro, cercenaba el acceso a la jurisdicción
del padre que descubre que no lo es una vez transcurrido dicho plazo, ampliando el
legislador el plazo inicialmente establecido a cuatro años, desde el momento en que el
padre conoce su falta de paternidad biológica )
En ambos casos la acción corresponderá a cada heredero por el tiempo que corresponda
para completar dicho plazo.
Si pese a haber transcurrido dicho plazo de un año, el hijo mayor de edad o con la
capacidad suficiente, desconoce la falta de paternidad biológica de quien aparece inscrito
como su progenitor, el plazo de un año comenzará a contar desde que tuviera tal
conocimiento.
c) La madre puede ejercer la acción de impugnación de paternidad “en interés del hijo
menor” durante el año siguiente a la inscripción de la filiación (así al contrario que el
padre, al que el código civil le otorga legitimación en su propio nombre, la madre solo
puede ejercitarla en nombre del hijo menor de edad)
d) También puede ser ejercitada la acción de impugnación de la paternidad por vicio del
consentimiento en los reconocimientos que determinen conforme a la ley una filiación
matrimonial.
En un caso resuelto por la Sala Civil Permanente de la Corte Suprema y recaído sobre la
Casación Nº 3797-2012-Arequipa, se determinó que no es posible impugnar la paternidad
fuera del plazo de noventa días que dispone el artículo 400 del Código Civil. Además, la
instancia atendió el artículo 395, que establece la irrevocalibilidad del reconocimiento del
propio padre, situación que ya se había dado, pues la parte había asumido su paternidad
antes de conocer la verdad genética. Esto, porque se vulneraba la identidad dinámica de
un menor de 17 años.