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Sismos

Un sismo es un temblor o una sacudida de la tierra


por causas internas. El término es sinónimo
de terremoto o seísmo, aunque en algunas
regiones geográficas los conceptos de sismo o
seísmo se utilizan para hacer referencia a
temblores de menor intensidad que un terremoto.

Estos movimientos se producen por el choque de


las placas tectónicas. La colisión
libera energía mientras los materiales de la corteza
terrestre se reorganizan para volver a alcanzar el
equilibrio mecánico.

Una de las principales causas de los sismos es la deformación de las rocas contiguas a una falla
activa, que liberan su energía potencial acumulada y producen grandes temblores. Los procesos
volcánicos, los movimientos de laderas y el hundimiento de cavidades cársticas también pueden
generar sismos.

No obstante, los expertos en la materia también tienen claro que un sismo se puede producir
como consecuencia de una serie de importantes cambios en lo que es el régimen fluvial de una
zona o bien de los que se producen en lo referente a las presiones atmosféricas.

Terremotos

Un terremoto (del latín terraemōtus, a partir


de terra, «tierra», y motus, «movimiento»),
también
llamado sismo, seísmo (del francés séisme,
derivado del griego σεισμός [seismós]),2
temblor, temblor de tierra o movimiento telúrico,
es un fenómeno de sacudida brusca y pasajera de
la corteza terrestre producida por la liberación de
energía acumulada en forma de ondas sísmicas.
Los más comunes se producen por la actividad
de fallas geológicas. También pueden ocurrir por
otras causas como, por ejemplo, fricción en el
borde de placas tectónicas, procesos volcánicos, impactos de asteroides o cometas, o incluso
pueden ser producidas por el ser humano al realizar pruebas de detonaciones nucleares
subterráneas.
El punto de origen de un terremoto se denomina foco o hipocentro. El epicentro es el punto de la
superficie terrestre que se encuentra directamente sobre el hipocentro. Dependiendo de su
intensidad y origen, un terremoto puede causar desplazamientos de la corteza terrestre,
corrimientos de tierras, maremotos (o también llamados tsunamis) o la actividad volcánica. Para
medir la energía liberada por un terremoto se emplean diversas escalas, entre ellas, la escala de
Richteres la más conocida y utilizada por los medios de comunicación.
Maremotos y tsunami
Un maremoto es una invasión súbita de la franja
costera por las aguas oceánicas debido a un
tsunami, una gran ola marítima originada por un
temblor de tierra submarino, es decir, un
terremoto bajo el mar.

Cuando esto ocurre, suele causar graves daños en


el área afectada.

Los maremotos son más comunes en los litorales de


los océanos Pacífico e Índico, en las zonas
sísmicamente activas.

Los terremotos submarinos provocan movimientos


del agua del mar (maremotos o tsunamis). Los tsunamis son olas enormes con longitudes de onda
de hasta 100 kilómetros que viajan a velocidades de 700 a 1000 km/h. En alta mar la altura de la ola
es pequeña, sin superar el metro; pero cuando llegan a la costa, al rodar sobre el fondo marino
alcanzan alturas mucho mayores, de hasta 30 y más metros.

El tsunami está formado por varias olas que llegan separadas entre sí unos 15 o 20 minutos. La
primera que llega no suele ser la más alta, sino que es muy parecida a las normales. Después se
produce un impresionante descenso del nivel del mar seguido por la primera ola gigantesca y a
continuación por varias más.

Actividad Volcánica

La actividad volcánica es un ejemplo de un


mecanismo de forzamiento interno y tiene un
impacto importante en el fenómeno de cambio
climático.

Las erupciones volcánicas, por ejemplo, inyectan


grandes cantidades de polvo, cenizas, aerosoles y
dióxido de azufre a la atmósfera superior (la
estratósfera) en forma gaseosa.
Las cenizas caen de la estratósfera rápidamente (la
mayor parte desaparece en el transcurso de días a
varias semanas) y tienen poco impacto en el
cambio climático, pero los gases volcánicos como el dióxido sulfúrico, causan un enfriamiento
global y el dióxido de carbono volcánico, por su lado, potencia el calentamiento global.

El impacto climático más importante de los gases volcánicos inyectados a la estratósfera es debido
al dióxido de azúfre, que se convierte en ácido sulfúrico que luego se condensa y forma aerosoles
finos de sulfato. Tienen la capacidad de reflejar la radiación solar entrante desde el espacio, y esto,
como es de esperar, enfría la tropósfera (zona baja de la atmósfera terrestre). Se mantienen en
esa zona de la atmósfera por varios años, gradualmente esparciéndose por todo el globo.}
Deslizamiento de tierra

Un deslizamiento es un tipo de corrimiento o


movimiento en masa de tierra, provocado por
la inestabilidad de un talud.
Se produce cuando una gran masa de terreno se
convierte en zona inestable y se desliza con
respecto a una zona estable, a través de una
superficie o franja de terreno de pequeño
espesor. Los deslizamientos se producen cuando
en la franja se alcanza la tensión tangencial
máxima en todos sus puntos.
Estos tipos de inestabilidades son evitables por
medios técnicos. Sin embargo, el resto de tipos de corrimientos (flujo de
lodo, licuefacción y reptación) resultan más difíciles de evitar.
Un ejemplo de deslizamiento en masa se produjo en la presa de Vajont, en el noreste de Italia en
1963 y ocasionó la muerte de unas 2000 personas, al caer en la presa centenares de millones de
m³ de tierra, árboles y rocas, causando una ola gigantesca que arrasó varias poblaciones de la
cuenca, en especial, a Longarone.
Los deslizamientos también son causados por las lluvias que humedecen y empapan el suelo, o
también debido a un sismo de cierta intensidad. Los aludes de nieve también pueden originar,
cuando llegan a una zona inferior libre de nieve, un deslizamiento de tierra por la fuerte
pendiente. En casos extremos cuando se origina por una erupción volcánica se forma un lahar.
Derrumbes

Un derrumbe es un fenómeno natural donde


la tierra se mueve, se cae o se desplaza
porque ha perdido su estabilidad en lugares
montañosos. Básicamente, es el movimiento
descendente de suelo, rocas y materiales
orgánicos bajo el efecto de la gravedad.
Cuando una masa de tierra, roca y
escombros se desprende y baja por la
pendiente (inclinación natural del suelo) o
talud hasta encontrar un sitio plano. La tierra
puede caer de forma rápida o lenta. Si el
movimiento es rápido, puede provocar daños
a las propiedades y muertes. Si el
movimiento es lento, la parte superior del terreno va cediendo con el tiempo, y es
posible tomar medidas para prever daños.

Los derrumbes se producen de modo natural. La acumulación de agua en el terreno


convierte la capa superficial del suelo en un río de lodo o barro provocando el
deslizamiento desde un punto de origen, aumentando de tamaño a medida que
arrastra plantas, árboles y escombros en su camino. Los derrumbes generalmente se
repiten en lugares donde ya han ocurrido previamente. Los geólogos estudian las
características de un terreno, y pueden determinar el potencial de derrumbes de una
zona, de acuerdo al tipo de suelo y rocas, y recomendar acciones que prevea el daño
que pudiera ocasionar un derrumbe.
Aludes
Un alud, también denominado avalancha es el
desplazamiento de la capa de nieve hacia abajo,
que puede incorporar parte del sustrato y de la
cobertura vegetal de diente.

Los aludes son ocasionados por la falta de


homogeneidad de la capa de nieve y por la
existencia, entre los límites de capas físicamente
diferentes, de un agente que facilita el
deslizamiento de una de ellas sobre otra
subyacente. Ocurre por ejemplo, que la nieve
recién caída o acumulada por el viento no llega a
cohesionarse a la superficie de la capa preexistente. En otros casos, la lluvia empapa una capa
reciente, que se desliza entonces por su propio peso, si la pendiente lo permite. Las aguas
pluviales pueden también infiltrarse entre dos capas de nieve y obrar entonces como
un lubricante que permite el deslizamiento de la capa superior sobre la inferior. Lo mismo puede
ocurrir si el agua penetra en la nieve y el terreno, haciendo que éste se vuelva deslizadizo. Los
cambios de temperatura ambiente también tienen su importancia. En particular, un aumento
importante de la temperatura reduce la cohesión de la nieve, por eso los aludes son más
probables por la tarde que por las mañanas, sobre todo en aquellas pendientes que han estado
expuestas a los rayos solares durante las horas más calurosas del día. A veces el brusco
calentamiento por el sol matutino basta para provocar aludes en las pendientes abruptas
orientadas hacia el este.

Aluvión o Huaycos

Un aluvión es un fenómeno de la naturaleza y por lo


general tiene efectos devastadores. Se produce un
aluvión cuando un gran volumen de lodo, agua o hielo
se desplaza a gran velocidad y como consecuencia de
ello se genera una destrucción de todo aquello que se
encuentra en su camino, es decir, árboles, casas o
cualquier tipo de infraestructuras.

Los aluviones se producen normalmente después de


intensas lluvias o como consecuencia de un periodo de deshielo o por el deslizamiento de nieve de
una cumbre montañosa. En este sentido, hay que indicar que el aluvión es muy similar al alud, el
cual consiste en el desplazamiento de la nieve de una ladera. Así, el aluvión puede referirse al
barro y a la nieve pero el alud hace referencia solamente a la nieve situada en la ladera de la
montaña.

Los aluviones son peligrosos por dos motivos: por la gran dificultad para predecirlos y porque sus
consecuencias pueden ocasionar pérdidas humanas y una devastación del medio natural.
Inundaciones

Una inundación es la ocupación por parte


del agua de zonas que habitualmente están libres
de esta,1 por desbordamiento
de ríos, torrentes o ramblas, por lluvias
torrenciales, deshielo, por subida de las mareas por
encima del nivel habitual,
por maremotos, huracanes, entre otros.
Las inundaciones fluviales son procesos naturales
que se han producido periódicamente y que han
sido la causa de la formación de las llanuras en los
valles de los ríos, tierras fértiles, vegas y riberas,
donde tradicionalmente se ha desarrollado la
agricultura.
En las zonas costeras los embates del mar han servido para modelar las costas y crear zonas
pantanosas como albuferas y lagunas que, tras su ocupación antrópica, se han convertido en zonas
vulnerables.
Desde el comienzo del Neolítico, cuando comenzó la sedentarización y, por lo tanto, ocupación de
zonas llanas costeras o en los valles fluviales, el hombre se ha encontrado con el reto de hacer
frente a las inundaciones. En Egipto y Mesopotamia ya se construyeron importantes defensas
fluviales como diques, canales para desviar las aguas y mejora de los cauces en los entornos
urbanos.

Sequias

La sequía es una anomalía climatológica transitoria en


la que la disponibilidad de agua se sitúa por debajo de
lo habitual de un área geográfica. El agua no es
suficiente para abastecer las necesidades de
las plantas, los animales y los humanos que viven en
dicho lugar.
La causa principal de toda sequía es la falta
de lluvias o precipitaciones, este fenómeno se
denomina sequía meteorológica y si perdura, deriva
en una sequía hidrológica caracterizada por la
desigualdad entre la disponibilidad natural de agua y
las demandas naturales de agua. En casos extremos se
puede llegar a la aridez.
Si el fenómeno está ligado al nivel de demanda de agua existente en la zona para uso humano e
industrial hablamos de escasez de agua.
Los períodos de sequía pueden tener importantes consecuencias para el ambiente, la agricultura,
la economía, la salud, y la sociedad. Los efectos varían dependiendo de la vulnerabilidad. Por
ejemplo, los agricultores de subsistencia son más propensos a migrar durante una sequía, ya que
no tienen fuentes alternativas de alimentos. Las áreas con poblaciones que dependen de la
agricultura de subsistencia como fuente principal de alimento son más vulnerables a la hambruna.
Desertificación

La desertificación1 es un proceso de
degradación ecológica en el que el suelofértil y
productivo pierde total o parcialmente el potencial de
producción. Esto sucede como resultado de la
deforestación y destrucción de la cubierta vegetal, la
subsiguiente erosión de los suelos, la sobreexplotación
de acuíferos, la sobreirrigación y consecuente
salinización de las tierras o la falta de agua; con
frecuencia el ser humano favorece e incrementa este
proceso como consecuencia de actividades como el
cultivo y el pastoreo excesivos o la deforestación.2
Según datos del Programa de las Naciones Unidas para
el Medio Ambiente (PNUMA), el 35 % de la superficie de los continentes puede considerarse como
áreas desérticas.3 Dentro de estos territorios sobreviven millones de personas en condiciones de
persistente sequía y escasez de alimentos. Entre muchos otros factores, se considera que la
expansión de estos desiertos se debe a acciones humanas.

La desertificación puede ser causa o efecto del proceso de aridización. Originalmente esto pasa en
las zonas que son fértiles, donde se practica la agricultura secuencial. El aumento de la población
obliga a una explotación intensiva del terreno hasta que se produzca su agotamiento.
Heladas
La helada es un fenómeno meteorológico que
consiste en un descenso de
la temperatura ambiente a niveles inferiores
al punto de congelación del agua y hace que el agua
o el vapor que está en el aire se congele
depositándose en forma de hielo en las superficies.
En agricultura y jardinería se clasifican las plantas
como resistentes o no a heladas suaves, medias y
fuertes. Siendo esta clasificación un referente a los
climas a los que están adaptadas.

 Heladas suaves. Las temperaturas bajan un


poco por debajo de 0ºC de forma excepcional y las temperaturas vuelven a subir pasadas
pocas horas. Este tipo de heladas se dan en el clima mediterráneo y el oceánico.
Un tipo concreto de helada suave es la helada por evaporación que se produce en las plantas
debido a la evaporación del agua o rocío que ha quedado en la superficie de las plantas tras la
lluvia o el descenso de la humedad atmosférica.

 Heladas medias. Las temperaturas bajan por debajo de 0ºC durante las noches y algunos días
del invierno, siendo muy excepcional que se registren temperaturas por debajo de -10ºC. Las
heladas medias se producen principalmente en el clima continental húmedo y el clima
continental mediterráneo.
Granizadas
El granizo es un tipo de precipitación sólida que se
compone de bolas o grumos irregulares de hielo,
cada uno de los cuales se refiere como una piedra
de granizo. A diferencia del granizo blando (que
está formado por escarcha y granizo, que son más
pequeñas y translúcidas), el granizo está formado,
principalmente de hielo de agua y su tamaño puede
variar entre los 5 y 50 milímetros (0,19 y 1,968
pulgadas) de diámetro, e incluso superar esa
medida. El código de reporte METAR del granizo de
5 mm o mayor es GR, mientras que las pequeñas
piedras de granizo y granizo blando se codifican GS.
El granizo es posible en la mayoría de las
tormentas, ya que se produce dentro de los cumulonimbus, dentro de las 2 millas
náuticas (3,7 km) de la tormenta madre.
La formación del granizo se origina con la presencia de una partícula sólida. Esta es arrastrada por
fuertes vientos ascendentes dentro de la nube, a la que se le van adosando partículas de agua. Al
ascender, se produce el enfriamiento de estas partículas, congelándose.
Al llegar a la zona superior de la nube, el granizo cae hacia la tierra por su propio peso. En su caída,
muchas de las capas de hielo que se formaron durante su ascenso, pueden descongelarse,
volviendo a su estado líquido original. Sin embargo, no se desprenden y aún estando dentro del
Incendio forestal
Un incendio forestal es el fuego que se extiende sin
control en terreno forestal o silvestre, afectando a
combustibles vegetales, flora y fauna. Un incendio
forestal se distingue de otros tipos de incendio por
su amplia extensión, la velocidad con la que se
puede extender desde su lugar de origen, su
potencial para cambiar de dirección
inesperadamente, y su capacidad para superar
obstáculos como carreteras, ríos y cortafuegos.
Si bien las causas inmediatas que dan lugar a los
incendios forestales pueden ser muy variadas, en
todos ellos se dan los mismos presupuestos, esto
es, la existencia de grandes masas de vegetación en concurrencia con periodos más o menos
prolongados de sequía.
El calor solar provoca deshidratación en las plantas, que recuperan el agua perdida del sustrato.
No obstante, cuando la humedad del terreno desciende a un nivel inferior al 30 % las plantas son
incapaces de obtener agua del suelo, con lo que se van secando poco a poco. Este proceso
provoca la emisión a la atmósfera de etileno, un compuesto químico presente en la vegetación y
altamente combustible. Tiene lugar entonces un doble fenómeno: tanto las plantas como el aire
que las rodea se vuelven fácilmente inflamables, con lo que el riesgo de incendio se multiplica. Y si
a estas condiciones se suma la existencia de períodos de altas temperaturas y vientos fuertes o
moderados, la posibilidad de que una simple chispa provoque un incendio se vuelven significativa.
Plagas
El concepto de plaga ha evolucionado con el tiempo
desde el significado tradicional donde se
consideraba plaga a cualquier animal que producía
daños, típicamente a los cultivos. Actualmente
debe situarse al mismo nivel que el concepto
de enfermedad, de forma que debe entenderse
como plaga una situación en la que un animal
produce daños económicos, normalmente físicos, a
intereses de las personas (salud, plantas
cultivadas, animales domésticos, materiales o
medios naturales); de la misma forma que la
enfermedad no es el virus, bacteria, etc., sino la
situación en la que un organismo vivo (patógeno) ocasiona alteraciones fisiológicas en otro,
normalmente con síntomas visibles o daños económicos. Este nuevo concepto permite separar la
idea de plaga de la especie animal que la produce, evitando establecer clasificaciones de especies
'buenas' y 'malas', y facilitando la explicación de por qué una especie es beneficiosa en un lugar y
perjudicial en otro. Para explicar esto se puede poner el ejemplo del conejo (Oryctolagus
cuniculus), muy importante en Europa como elemento fundamental del ecosistema mediterráneo
mientras que muy perjudicial en Australia; la plaga no es el conejo per se sino la situación que se
produce en cada una de las regiones y los daños económicos que de ella derivan.
Epidemias
Epidemia (del griego epi, por sobre y demos,
pueblo), es una descripción en
la salud comunitaria que ocurre cuando
una enfermedad afecta a un número de individuos
superior al esperado en una población durante un
tiempo determinado. Para evitar el
sensacionalismo que conlleva esta palabra en
ocasiones se utiliza el sinónimode brote
epidémico o brote.1
En la actualidad el concepto es una relación entre
una línea de base de una enfermedad, que puede
ser la prevalencia o incidencia normales, y el
número de casos que se detectan en un momento dado. En este sentido si una comunidad se
encuentra libre de determinada enfermedad, un solo caso constituye una epidemia. En otras
palabras, es un incremento significativamente elevado en el número de casos de una enfermedad
con respecto al número de casos esperados.
En caso de que la epidemia se extendiera por varias regiones geográficas extensas de
varios continentes o incluso de todo el mundo se trataría de pandemia. En caso de enfermedades
que afectan en una zona mantenida en el tiempo se trataría de endemia.
Aunque por su etimología griega (Demos significa pueblo), la palabra se aplica originalmente a las
enfermedades que afectan a los humanos, es de uso frecuente también en el lenguaje cotidiano
para hablar de las enfermedades que afectan a grup os de animales (zoonosis).
Incendios
Un incendio es una ocurrencia de fuego no
controlada que puede afectar o abrasar algo que
no está destinado a quemarse. Puede afectar a
estructuras y a seres vivos. La exposición de los
seres vivos a un incendio puede producir daños
muy graves hasta la muerte, generalmente
por inhalación de humo o por desvanecimiento
producido por la intoxicación y
posteriormente quemaduras graves.
Para que se inicie un fuego es necesario que se den
conjuntamente tres componentes: combustible,
oxígeno y calor o energía de activación, lo que se
llama triángulo del fuego.
En los edificios, los fuegos (no aplica el término incendios) pueden empezar por causas muy
variadas: fallos en las instalaciones eléctricas o de combustión, como las calderas, escapes
de combustible, accidentes en la cocina, niños jugando con mecheros o fósforos, o accidentes que
implican otras fuentes de fuego, como velas y cigarrillos. El fuego puede propagarse rápidamente
a otras estructuras, especialmente en aquellas que no cumplen las normas básicas de
seguridadhaciendo que por ello pase a etapa de incendio ya que el incendio es la siguiente etapa
del fuego descontrolado ante la ausencia de los sistemas de protección pasiva y activa de los
incendios ya vemos que no se habla de sistemas de protección contra fuegos sino contra
incendios.
Explosiones
Una explosión es la liberación simultánea,
repentina y por lo general, violenta de energía
calórica, lumínica y sonora. Usualmente las
explosiones se produce asociadas a actividades
humanas, y resultan más infrecuentes las
explosiones de origen natural o no intencionadas.
Los orígenes de las explosiones se suelen dividir en
dos clases:
mecánicos (choques de móviles),
electromagnéticos (relámpagos) o neumáticos
(presiones y gases).

 Químicos: de reacciones de cinética rápida.


Una explosión al consistir en una liberación brusca de energía produce un aumento de la
energía cinética local de las moléculas cercanas al centro de la explosión, eso comporta una
diferencia de temperatura y por tanto una dilatación expansiva. Esa dilatación expansiva es la
causa de las ondas de presión u onda expansiva en los alrededores donde se produce la
explosión. Las explosiones se pueden categorizar como deflagración según si las ondas son
subsónicas y detonaciones si son supersónicas (ondas de choque). Estas velocidades deben
considerarse respecto del medio de propagación (el explosivo).

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