Вы находитесь на странице: 1из 3

El audífono de Einstein

Esquema de una de las patentes de refrigerador de


Einstein y Leó Szilárd.

Albert Einstein es asociado, sin duda alguna, con la


física teórica. Sin embargo, es menos conocido que
alrededor de cincuenta patentes de diversos países
llevan su nombre, por lo general en colaboración
con amigos. Hace ya más de una década que
publiqué un artículo acerca de los refrigeradores que Einstein inventó
junto al físico Leó Szilárd.

Albert, como es bien conocido, trabajó entre 1902 y 1909 junto con su
amigo el ingeniero Michele Besso en la Oficina Federal de Patentes de
Berna, en Suiza. Aquella experiencia como examinador de patentes le
sirvió en 1915 para ser llamado como perito experto en un litigio judicial
en el que se dirimía si una empresa estadounidense estaba infringiendo los
derechos de patente de un inventor alemán sobre un tipo de girocompás.

Esquema de la patente de Gustav Bucky y Einstein sobre una cámara ajustable a la luz ambiental.
Las incursiones de Einstein en el terreno de la ingeniería fueron más allá
de su labor pericial y de las patentes sobre refrigeradores. Todavía en su
estancia en Berna, en las animadas tertulias de la efímera “Academia
Olimpia”, Albert inventó junto con varios de sus amigos cierto voltímetro
pensado para medir diferencias de potencial muy pequeñas. El aparato no
fue patentado, pero sí difundida su existencia en un artículo y
comercializado de manera limitada. Muchos años más tarde, en 1935,
Einstein patenta, junto con el radiólogo Gustav Bucky, un mecanismo que
permitiría a las cámaras fotográficas gozar de un diafragma de ajuste
automático ante las condiciones de luz gracias al uso de una célula
fotoeléctrica. Por cierto, Bucky también fue compañero de otras aventuras,
como la del diseño de prendas de vestir resistentes al agua).

Ahora bien, lo que quiero resaltar hoy en estas letras fue otra patente, la de
un “audífono” que guarda una historia curiosa. En esta ocasión el
compañero de aventuras fue el ingeniero Rudolf Goldschmidt, reconocido
en su tiempo por sus diseños de generadores que eran empleados en
potentes estaciones de radio, así como por sus muchos inventos en el
campo de la radiodifusión, como la rueda tonal. Goldschmidt dirigió un
laboratorio de investigación en Berlín, lugar que era frecuentado por
Einstein dada su amistad con el ingeniero. De su colaboración surgió una
patente común sobre un audífono (originalmente estaban trabajando ya
sobre la idea de crear micrófonos magnetostrictivos), que vio la luz en
1934 tras varios años de estudios. La necesidad del invento había surgido
porque cierta cantante, Olga Eisner, otra amistad de Albert, comenzaba a
padecer de sordera. Aquello conmovió a Einstein, quien propuso a
Goldschmidt construir un audífono avanzado. El modelo final (patente
alemana 590.783 – PDF) estaba constituido por una fina lámina metálica
colocada sobre la porción mastoidea del hueso temporal, bajo la piel. Esta
lámina vibraría por magnetostricción en presencia del campo magnético
generado por un electroimán externo, que haría las veces de generador de
impulsos. Aunque en principio no tuvo recorrido comercial, este audífono
fue la semilla en la que Goldschmidt se inspiró para lograr modelos
prácticos de audífono años más tarde.
Gráficos de la patente del micrófono magnetostrictivo ideado por Einstein
y Goldschmid

Вам также может понравиться