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Facultad de derecho.
Bienes y Sucesiones.
“Tipos de testamentos.”
El testamento público abierto es el que se otorga ante Notario y tres testigos, a los
cuales el testador expresa su voluntad de una manera clara y terminante.
En el caso de extrema urgencia y no pudiendo ser llamado otro testigo, firmará por
el testador uno de los instrumentales, haciéndose constar esta circunstancia.
El testador que fuere enteramente sordo, pero que sepa leer, deberá dar lectura a
su testamento; si no supiere o no pudiere hacerlo, designará una persona para
que lo lea por él.
Cuando el testador ignore el idioma del país, si puede escribirá de su puño y letra
su testamento, que será traducido al español por 2 intérpretes. La traducción se
transcribirá como testamento en el protocolo respectivo y el original firmado por el
testador, los testigos, los intérpretes y el Notario, se archivará en el apéndice
correspondiente del Notario que intervenga en el acto. Si el testador no puede o
no sabe escribir, uno de los intérpretes escribirá el testamento que dicte aquél, y
leído y aprobado por el testador, se traducirá al español por los dos intérpretes
que deben concurrir al acto. Hecha la traducción se procederá como se dispone.
Si el testador no puede o no sabe leer, dictará en su idioma el testamento a uno
de los intérpretes. Salvo disposición expresa de la ley, no podrá presenciar el acto
del otorgamiento otra persona distinta de las mencionadas anteriormente y de los
escribientes del Notario, salvo que el testador así lo pidiere expresamente,
siempre que con su presencia no se coarte la libertad de testar.
Los que no saben o no pueden leer son inhábiles para otorgar testamento público
cerrado. El testamento público cerrado se hará constar en papel común y puede
ser escrito a máquina o manuscrito por el testador o por otra persona a su ruego.
Dicho documento se introducirá en un sobre que deberá ser debidamente cerrado
y sellado por el propio testador o la persona que éste designe.
El testador debe firmar al pie del testamento y al margen de las hojas de que se
componga. Además, deberá imprimir su huella digital en cada una de las hojas. Si
no pudiere firmar, firmará por él otra persona a su ruego. De ser posible, en este
último caso, el testador rubricará el documento. La persona que haya firmado por
el testador concurrirá con éste a la presentación del pliego al Notario, acto en el
cual el testador declarará que esa persona firmó en su nombre y así lo hará
constar el Notario en el acta que al respecto extienda en su protocolo. Tanto en
éste como en la cubierta del testamento firmará la mencionada persona con los
testigos y el Notario.
Si alguno de los testigos no supiere firmar se llamará a otra persona que lo haga
en su nombre y en su presencia, de modo que siempre haya tres firmas, además
de las del Notario y del testador o de quien, en su caso, firme por éste a su ruego.
Si al hacer la presentación del testamento, el testador no pudiere firmar, lo hará
otra persona en su nombre y en su presencia, que no será ninguno de los testigos.
Sólo en los casos de suma urgencia podrá firmar uno de los testigos, ya sea por el
que de ellos no sepa hacerlo o por el testador, y el Notario hará constar
expresamente esta circunstancia, bajo pena de suspensión del oficio por tres
años.
El sordomudo podrá hacer testamento cerrado con tal de que esté todo el
documento escrito, fechado y firmado de su propia mano, y que al presentarlo al
Notario, ante tres testigos, escriba en presencia de todos sobre la cubierta, que en
aquel pliego se contiene su última voluntad y que va escrito y firmado por él.
El que sea sólo mudo o sólo sordo, puede hacer testamento cerrado con tal de
que esté escrito en su totalidad de su puño y letra, o si ha sido escrito por otro, lo
anote así el testador y firme la nota también de su puño y letra, sujetándose a las
demás solemnidades requeridas para esta clase de testamentos.
El mandato para la entrega y para la extracción del testamento será especial para
esos objetos y deberá otorgarse en escritura pública. El encargado del Registro
Público de la Propiedad y del Notariado asentará en el libro que con ese objeto
debe llevarse, una razón del depósito, firmada por él y de la cual se enviará copia
al Notario. Se dará también copia de la razón al testador, si la pidiere.
El testamento cerrado quedará sin efecto siempre que se encuentre roto el pliego
interior o abierto el que forma la cubierta, o borradas, raspadas o enmendadas las
firmas que lo autorizan, aunque el contenido no contenga alteraciones.
Toda persona que tuviere en su poder un testamento cerrado y no lo presente, o lo
sustraiga dolosamente de los bienes del finado, si fuere heredero por intestado
perderá el derecho que pudiera tener, sin perjuicio de las penas que le
correspondan conforme al Código Penal.
Testamento ológrafo.
Sólo cuando el original haya sido invalidado se tendrá como formal testamento el
duplicado, siempre y cuando no se encuentre también viciado según lo establece
el párrafo anterior, procediéndose para su apertura como se dispone en el artículo
que precede.
Testamento privado.
El testamento podrá ser privado cuando no sea posible otorgarlo ante Notario, si
además concurre cualquiera de las circunstancias siguientes:
El testamento privado sólo surtirá efectos si el testador fallece por la causa que lo
motivó, o dentro de un mes de desaparecida ésta. El testamento privado necesita
para su validez, la declaración judicial de estar ajustado a derecho, teniendo en
cuenta las declaraciones de los testigos que firmaron u oyeron, en su caso, la
voluntad del testador.
La declaración a que se refiere el párrafo anterior será pedida por los interesados,
inmediatamente después que supieren la muerte del testador y la forma de su
disposición. Si después de la muerte del testador y antes de elevarse a formal
testamento la que se dice su última disposición, muriese alguno de los testigos o
se declare su ausencia, se hará la protocolización con los restantes, con tal que no
sean menos de dos, perfectamente contestes y a salvo de toda excepción.
Si los testigos fueron idóneos y estuvieron conformes en todas y cada una de las
circunstancias enumeradas en el artículo que precede, el Juez declarará el
contenido del documento como formal testamento de la persona de quien se trate;
mandará protocolizar el escrito en el que conste el testamento, y dispondrá que se
extiendan los testimonios respectivos a las personas que con derecho lo soliciten.
Testamento militar.
Los testamentos otorgados por escrito, conforme a este Capítulo, deberán ser
entregados, luego que muera el testador, por aquel en cuyo poder hubieren
quedado, al jefe de la corporación, quien lo remitirá a la Secretaría de la Defensa
Nacional, y éste a la autoridad judicial competente.
Testamento marítimo.
Los que se encuentren en alta mar, a bordo de navíos de la Marina Nacional, sean
de guerra o mercantes, pueden testar sujetándose a las prescripciones siguientes.
El testamento marítimo será escrito en presencia de dos testigos y del Capitán del
navío, y será leído, datado y firmado, pero en todo caso deberán firmar el Capitán
y los dos testigos. El Capitán hiciere su testamento, desempeñará sus veces el
que deba sucederle en el mando. El testamento marítimo se hará por duplicado, y
se conservará entre los papeles más importantes de la embarcación, y de él se
hará mención en su Diario.