La célula transformada, debido a la mutación genética que le es propiciada por la
acción del cáncer, adquiere la característica de ser una célula anaplásica, es decir, desdiferenciada, junto con características que a esta condición le acompañan, cambios en cuanto a estructura, función y ciclo de supervivencia. La célula transformada tiene como función principal reproducirse para invadir por completo cualquier sitio en donde se encuentre. Esta célula pierde sus desmosomas (puentes de anclaje intercelular) que le ayudan a mantener una adecuada posición y organización con el resto de las células del tejido, por lo tanto se genera pérdida de la polaridad y de la arquitectura tisular. Esta célula sufre pérdida de la inhibición por contacto, es decir, sigue proliferando sin importarle las barreras estructurales que se le presenten, así es como se generan los cánceres invasores debido al traspaso de la membrana del sitio inicial. En esta proliferación la célula transformada sigue como ruta de continuidad una guía de contacto, es decir, para avanzar más rápidamente a otro sitio, busca “estructuras atajo” que le permitan cumplir este objetivo. Por tales características estas células se consideran inmortales. Para poder mantener esta supervivencia, la célula transformada tiene la capacidad de cambiar sus antígenos de superficie (complejo de histocompatibilidad) cada que lo requiere, y es por tal motivo que el Sistema Inmunológico es deficiente al combatir el cáncer, pues el cambio de los antígenos mencionados es más rápido que su tiempo en detectarlos. Esta célula tiene la capacidad de implante que le permite proliferar en cualquier tejido sin importar su propio origen. Para su sobrevivencia nutricional, adquiere la capacidad de modificar la permeabilidad de su membrana (de semipermeable a permeable) lo que genera un mayor secuestro de dichos nutrientes, lo que ocasiona la involución de los tejidos al ser sustraídos. Así mismo secreta de forma aumentada sustancias normales en sitios anatómicos en donde son anormales (síndrome paraneoplásico), que llega a ser señal indirecta de cáncer en un organismo. Produce también, sustancias anormales que son conocidas como marcadores tumorales, pues son señal de una neoplasia en el organismo. Debido a la transformación, esta célula sufre de modificación funcional, volviéndose hiperfuncional, creando sustancias en mayor cantidad (p. ej. Mucina, queratina). En esta mayor producción genera enzimas líticas, cuya función es destruir el tejido donde se encuentren, generando así la invasión del cáncer y por lo tanto, metástasis. Al reproducirse en mayor cantidad y rapidez, necesita mayor irrigación sanguínea, por lo cual adquiere la capacidad de producir sustancia Neovascularizante y crear los vasos sanguíneos que requiera para sobrevivir.