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La carga térmica de un edificio usada para calcular y dimensionar los generadores de calor
y las instalaciones térmicas viene dada por la siguiente expresión:
Qe = Qt+Qi -∑Qint
Expresión válida para cálculos de carga térmica en invierno. Para que sea válida esta
expresión para el cálculo de refrigeración del edificio en verano las ganancias internas de
calor se sumarán.
Expresión válida para cálculos de carga térmica en invierno. Para que sea válida esta
expresión para el cálculo de refrigeración del edificio en verano las ganancias internas de
calor se sumarán.
Las carga térmica por transmisión se produce a través de los cerramientos exteriores,
muros, paredes, ventanas… y son directamente proporcionales a la diferencia de
temperaturas interior y exterior, a la superficie del cerramiento y al coeficiente de transmisión
térmica del cerramiento.
Qt = Kc×A×?t
También producen pérdidas de calor las entradas de aire por infiltraciones en los huecos de
los cerramientos. Las ventanas y las puertas no son plenamente estancas y permiten la
entrada de aire del exterior a una temperatura no adecuada que habrá que calentar o enfriar.
El aire exterior también es aportado para la ventilación del edificio por necesidades sanitarias
por ejemplo en edificios con aglomeración de personas o cuartos de baño.
Por otra parte los edificio tienen aportaciones internas de calor debidas fundamentalmente
a la iluminación, al calor de los ocupantes, salas de ordenadores, máquinas térmicas…
Como ejemplo de lo que estas aportaciones pueden significar he visto un edificio bancario
que cubría el 50% de sus necesidades recuperando el calor entregado por la sala de
ordenadores central. El calor interno generado por un edificio puede ser muy ventajoso en
invierno y un gran inconveniente en verano pues nos obligará a gastar energía para
mantener una temperatura adecuada.
Los sistemas constructivos han ido evolucionando de tal manera que cada vez los edificios
son más eficientes térmicamente hablando. En España antes de la crisis del petróleo de
1973 apenas se aislaban los cerramientos tan solo se colocaban cámaras de aire en el mejor
de los casos. Con el aumento del precio del petróleo se comenzó a mejorar el aislamiento
en las viviendas, siendo lo más habitual introducir una capa de aislamiento de dos a tres
centímetros dentro de cámaras de aire de cinco centímetros.
A la hora de calcular
la calificación energética de un inmueble, la envolvente térmica reviste una especial relevancia, dado que
de sus características dependerá en gran medida el resultado obtenido. Como curiosidad, se estima que el
sencillo acto de cerrar las persianas puede repercutir en una reducción de las pérdidas de un 60% en un
hueco de ventana.
Las infiltraciones producidas por cerramientos de baja calidad pueden producir hasta un 30% del total de
pérdidas de calor del edificio. Es por ello que controlando la estanqueidad y, en definitiva, la calidad del
conjunto de la envolvente térmica del edificio, se está en el buen camino para dotar a los edificios de una
alta eficiencia energética.