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Hans Holbein el Joven

Pintor y grabador alemán que se enmarca en el estilo llamado Renacimiento Nórdico. Conocido
como uno de los maestros del retrato del siglo XVI.
Produjo también arte religioso, sátira, propaganda reformista y diseño xilografías, vidrieras y
piezas de joyería.

Nacido en Augsburgo, la actual Alemania, en 1497. Fue hijo y discípulo de Hans Holbein el Viejo,
un pintor del Gótico tardío.

Holbein el Joven se trasladó hacia 1514 a Basilea, donde comenzó a trabajar como ilustrador de
libros. Realizo xilografías (grabados en madera) para las portadas de varias obras y unas series de
bocetos para “El elogio de la locura” libro de Erasmo de Rotterdam de quien se hace muy amigo.

Retrato del burgomaestre meyer y su esposa del 1516

En 1518 realiza un viaje a Italia donde descubrió las obras de los pintores del renacimiento italiano
Andrea Mantegna y Leonardo da Vinci. A partir de ahí se manifiesta un cambio en su arte que se
hace claro en sus próximas obras: en su famoso Cristo muerto (1521), Erasmo de Rotterdam
(1523), y en el retablo La Virgen del burgomaestre Meyer o Madonna de Darmstadt (1526). En las
obras se aprecia una soltura en el dibujo y una riqueza cromática características de las obras de los
maestros del norte de Italia.

Siguió también trabajando para estampadores, ejecutando, entre 1523 y 1526, su obra más
famosa en este campo, las series de la Danza de la Muerte.

Para la época ya era bastante reconocido en Basilea, pero los disturbios de la Reforma Protestante
(de la que le tenía una vista muy crítica) significaron el debilitamiento del mecenazgo allí por lo
que decide marcharse. Llega a Londres en 1526 con cartas de presentación escritas por Erasmo
para Sir Tomás Moro. En Londres hizo varios retratos para el incluyendo un retrato de toda la
familia Moro. Este constituye un hito en la retratística europea por representar a todos los
personajes de cuerpo entero y en el interior de su propia vivienda, algo totalmente inhabitual por
entonces. El cuadro original desapareció en un incendio, sin embargo se conserva el boceto en
tinta china de Hans Holbein con las anotaciones en sepia referentes a la edad de cada individuo y
sugerencias de Tomas.

En vista de no recibir muchos encargos se devuelve a Basilea en 1528. En Basilea tuvo que aceptar
la Reforma. Reanudó un trabajo en el Ayuntamiento que se le había encargado por los años de
1520 y ejecutó numerosos diseños para vidrieras.

En 1532 dejó Basilea y volvió a Inglaterra, donde empezó su carrera como maestro retratista. Así
pudo conocer a Thomas Cromwell, secretario de Estado y Primer Ministro del Rey Henry VIII.
El retrato de Thomas Cromwell del 1533 y su famoso retrato doble “Los embajadores” del mismo
año impresionaron a los círculos reales y, hacia 1536, fue nombrado pintor de corte de Enrique
VIII. Se encargó de retratar al Rey, Nobles, las esposas y candidatas a matrimonio de Henry XVIII y
también hizo diseños de joyería, platería y otros objetos preciosos.
Henry VIII (1537)

Jane Seymour (1537)

Eduardo VI (1538)

La obra más destacada que realizo para la familia real fue el mural de Whitehall Palace de Enrique
VIII, con su padre, su madre y su tercera esposa, Jane Seymour.

La representación de Henry VIII en esta obra se volvió icónica ya que logra mostrar a la perfección
los aspectos físicos del rey pero también expresar su carácter. Esta se volvió la inspiración a casi
todo retrato pintado de Henry después y es la imagen con la que aún lo identificamos

También trabajos importantes son los retratos individuales de la realeza.

Murió en Londres en 1543 durante una epidemia de peste.

La técnica de pintura de Holbein era la mezcla del temple y el óleo sobre un soporte móvil que
bien podía ser una tabla o un lienzo.

Holbein también hacían muchos dibujos previos sobre papel y sobre los fondos.

Su versatilidad le hace una persona de mucho legado.

Los retratos de Holbein ejercieron una enorme influencia en la pintura inglesa, y su obra
decorativa contribuyó a introducir en este país el estilo renacentista.
Sin embargo ninguno de sus seguidores se acercó a la agudeza de su caracterización ni al
virtuosismo de su técnica.

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