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RESUMEN CON EL AMOR NO BASTA

Comentario: Se trata de un clásico de los problemas de pareja. El creador de la


terapia cognitiva, Aarón Beck, da pautas en este libro sobre cómo resolver los
problemas en el matrimonio. Muy recomendable

CAPITULO 1. EL PODER DEL PENSAMIENTO NEGATIVO.

Muchos de los malentendidos que se producen en las relaciones humanas (no


sólo en las de pareja) son debidas a que los miembros de la relación se “leen
mutuamente el pensamiento”. Entonces juzgamos la actuación del otro de forma
equivocada y le atacamos atacando en realidad una imagen distorsionada. Sin
embargo es imposible conocer cuáles son las emociones y los pensamientos de la
otra persona y lo que hacemos es confiar en determinadas señales que son muy
ambiguas. Interpretamos esas señales en base a nuestro propio método que
puede estar completamente equivocado.

Adivinación del pensamiento. Necesitamos obtener seguridad a la hora de


movernos por la vida y queremos que nuestras actuaciones tengan el efecto que
buscamos en el otro, y para eso queremos saber qué piensa. Sin embargo,
adivinar el pensamiento del otro miembro de la pareja normalmente lleva a
predicciones inexactas. Intentamos encontrar un sentido y una motivación a todo
lo que se dice o se hace pero muchas veces esto es demasiado ambiguo como
para hacerlo. El pensamiento invisible. Muchas veces, en nuestra vida diaria
hacemos un juicio que se basa en una prueba que se sustenta muy poco o incluso
en ninguna. Esto se complica todavía más cuando la persona además de hacer
esta predicción comienza a generalizar sus conclusiones.

¿Por qué interpretamos mal?

Sin duda los errores se minimizarían mucho si antes de llegar a una conclusión
pudiéramos tener en cuenta todos los hechos de la situación. Pero lo que
hacemos es interpretar determinadas señales a través de un código que
desarrollamos al principio de nuestra vida y que nos permite explicar la realidad de
forma inmediata. Algunas personas han aprendido que determinadas señales
tienen un significado especial para ellas y reaccionan de forma positiva o negativa
cuando en realidad son señales neutras o ambiguas.

Errores en la lectura de las señales. El problema principal es que las personas


dotamos de significado a los sucesos, les asignamos un valor, y lo aceptamos, lo
damos por válido sin confirmar si realmente ese valor es real. Si las parejas fueran
capaces de hacerse preguntas de forma directa u observar con mayor
detenimiento las reacciones de su pareja podrían obtener datos para verificar la
lectura del pensamiento que están llevando a cabo.

Los símbolos y el significado. En todas las relaciones humanas hay circunstancias


o situaciones que tienen un significado especial para esa persona. Además esas
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interpretaciones que se llevan a cabo de las situaciones se hacen desde un
sistema de creencias. Es importante para las parejas que sean conscientes de qué
significado otorgan a los sucesos que ocurren dentro de su relación y que están
provocando reacciones emocionales exageradas.

Prejuicios. Los prejuicios, el modo de pensar muy rígido está en la base de


muchos de los malentendidos que se dan en las parejas. Esos prejuicios no sólo
hacen referencia a cómo vemos a los demás sino también a cómo nos vemos a
nosotros mismos. Además es frecuente que en caso de enfado por ejemplo la
persona no se dé cuenta de que está distorsionando la visión del otro por sus
propias ideas y además está convencida de su interpretación, como si estuviera
viendo los pensamientos y las emociones del otro claramente.

CAPITULO 2 LA LUZ Y LA OBSCURIDAD.

El amor que se da al comienzo de una relación de pareja hace que los miembros
de la pareja deseen estar de forma constante y compulsiva con el otro miembro.
Algunas personas, en este estado no se paran a pensar que aquellas cualidades
que despiertan su admiración sean en realidad falsas. Sin embargo los miembros
de la pareja no ven estas distorsiones y ese estado de enamoramiento les lleva a
comprometerse en una relación. A esto hay que unir la expectativa de tener
relaciones sexuales de manera regular que es otra de las motivaciones para
establecer una relación de pareja.

El “programa” del enamoramiento. La atracción física es una de las motivaciones


más importantes a la hora de elegir pareja pero no es la única. Cada persona tiene
sus motivaciones y sus necesidades, preferencias y gustos y eso determina la
elección. Lo que está claro es que al comienzo de la relación hay una idealización
por parte de los miembros de la pareja que lleva al enamoramiento. De hecho es
frecuente ver como durante el noviazgo se pueden llegar a obviar todas las
conductas negativas o a convertirlas en positivas. Cada miembro de la pareja es
incapaz de ver lo que el otro hace mal. No existen evaluaciones negativas.

Los “estímulos” (activadores). Lo que hace que una persona desee una cierta
intimidad con otra son determinados símbolos o situaciones con un significado
personal o características de la otra persona que tienen un significado personal
para la otra. A veces son las preferencias de la persona lo que dicta que tiene
significado y a veces es la moda cultural la que lo hace.

Además es frecuente que una persona juzgue o adivine cómo va a ser su relación
a partir de las emociones que experimenta durante la primera etapa de
enamoramiento.

Decepción. A medida que la relación se va haciendo más estable y va adquiriendo


más compromiso las expectativas también van subiendo respecto al modo de
comportarse del otro. De pronto los errores que comete la otra persona son
interpretados como que está empezando a fallar la relación.
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Promesas quebrantadas. Parte de lo que provoca la desilusión en una pareja es
que las promesas que se hicieron en la primera etapa de la relación no se lleven a
cabo cuando la relación se ha consolidado. Esas promesas no tienen porque ser
explícitas, en muchas parejas se dan por hecho ciertas cosas que se convierten
en expectativas que terminan por no cumplirse. Otra de las fuentes de desilusión
más frecuentes que se dan entre las parejas es que uno de los cónyuges haga
atribuciones inexactas respecto al otro.

Además de todo esto las parejas se crean una serie de expectativas respecto a
cuánto van a obtener de la pareja en base a cuánto invierten en ella. Es decir, hay
una cierta mentalidad “empresarial” dentro de la pareja.

El gran cambio. Es muy frecuente que cuando alguien está enamorado tiende a
ver en su pareja muchas cualidades que o bien no son reales o bien no son para
tanto. Progresivamente se dan cuenta de su error y la imagen de la pareja
empieza a cambiar de positiva a negativa. De pronto la pareja se convierte en
alguien completamente negativo. “La ausencia de una virtud se traducía en su
opuesto polar, o sea, en un vicio”.

Pero la gente no se divide en buenos o en malos y las parejas empiezan a


cometer el error de incluir en una de esas dos categorías al otro.

Formulación de juicios equilibrados. Sin embargo, pese a este panorama hay


cosas que las parejas pueden hacer para mejorar su situación como mejorar la
comunicación, ser más eficaces a la hora de expresar lo que quieren… La pareja
debe ser capaz de hacer explícitas qué acciones son positivas para ellos. Deben
ser capaces de reforzarse mutuamente y de llevar a cabo acciones constructivas.

CAPITULO 3. EL CONFLICTO DE LAS PERSPECTIVAS

La visión que cada miembro de la pareja tiene de sí mismo y que tiene del otro es
una fuente de desacuerdo fundamental dentro de la pareja. Cualquier incidente,
por muy trivial que pueda parecer puede romper la relación por estas visiones. La
visión negativa que tienen uno del otro les hace llegar a comportamientos
negativos que acrecientan las resistencias de ambos y refuerzan la opinión
negativa que tenían previamente.

Perspectivas abiertas y cerradas. La forma en que percibimos una situación no


solo incluye la propia situación con todos sus detalles sino también el significado
que le damos. Dentro de esa forma de percibir la realidad podemos encontrarnos
con “perspectivas abiertas” que tienen en cuenta diferentes elementos y
“perspectivas cerradas” que son incapaces de ver más que una forma de actuar y
sólo son capaces de otorgar un significado a la situación. Además en la
perspectiva cerrada la persona interpreta la situación en base a la relación que
tiene con ella esa situación y no a la situación en sí misma. Es decir una
perspectiva egocéntrica.

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Cuando la persona tiene una perspectiva abierta es capaz de ponerse en la piel
del otro e intentar ver el mundo como él lo hace lo que favorece la empatía y la
convivencia.

El encuadre. Es frecuente que en una pareja en conflicto se culpe al otro del


propio malestar y se le etiquete como “malo”, “deshonesto”… La persona empieza
a generalizar todas las cualidades negativas hasta que el otro es visto como
alguien “malo” con imposibilidad de cambiar. Se forma una imagen mental del otro
“negativa, deformada y rígida”.

A partir de este momento la mente sólo recoge datos que refuercen esta idea y se
pasan por alto todos aquellos que la refuten de tal manera que la pareja no se da
a sí misma ninguna oportunidad de ver las cualidades del otro.

Conflictos de personalidades. En algunas ocasiones esta perspectiva del otro no


es suficiente para explicar los problemas en la pareja. Hay personas con
personalidades muy diferentes que parecen hechas para chocar cuando están
juntas.

CAPITULO 4 LA VIOLACION DE REGLAS.

Formulación de las reglas. En muchas ocasiones hay que esperar a que se viole
una regla importante dentro de la pareja para que se ponga de manifiesto una
necesidad dentro de la misma. El problema es que esas reglas que se violan en
muchos casos no eran explícitas ni tomaban en cuenta al otro.

Aplicación de las reglas. Normalmente las reglas dentro de la pareja suelen


empezar siendo derechos que uno de los dos cree que tiene sobre el otro y con el
tiempo pasan a ser exigencias. La persona termina pensando que esa regla es
universal, que todo el mundo la espera y no entiende como el otro miembro de la
pareja no la sigue.

Cuando se hace explícita esta regla el otro miembro de la pareja se queda atónito
porque no sabía que se esperaba eso de él/ella.

Reglas contraproducentes. Normalmente ambos miembros de la pareja


consideran que han hecho todo lo que han podido para salvarla o que han dado
mucho más de lo que han recibido.

Otro de los problemas es que los miembros de la pareja equiparan ser amado con
ser feliz y cuando empiezan a interpretar que el otro miembro de la pareja está
dejando de amarles empiezan a ver peligrar su felicidad. Entonces el miedo se
pone en marcha y se establece todo un dispositivo para evitar que la relación
fracase y de ese modo sentirse infeliz. Se establecen una serie de reglas que se
piensa que salvarán el matrimonio. Cuando el otro miembro de la pareja infringe
alguna el otro se siente muy amenazado y desea castigar al otro.

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Observación de las reglas. Una de las maneras en que se estabiliza una pareja y
se está en mejor disposición de manejar crisis es saber exactamente qué
podemos esperar del otro. Sin embargo hay veces que aunque la persona sepa
esto tiene esperanzas ocultas que provocan problemas. Entonces se ponen en
marcha los “debería” con respecto al otro y la persona empieza a echar en cara
muchas cosas.

Tiranía de los debe. Cuando un miembro de la pareja empieza a exigir al otro que
satisfaga todos sus mandatos y cubra todas sus necesidades el otro ve su
personalidad y necesidades anuladas y se entra en una fuente de conflictos. Ya
Karen Horney advirtió sobre la “tiranía de los debe” como algo muy característico
de los neuróticos y esas exigencias pueden trasladarse al matrimonio muy
fácilmente.

Castigo. Hay muchas personas que piensan que para controlar la conducta del
otro miembro de la pareja es necesario recurrir a la crítica y al reproche y ven el
castigo como la única forma de cambiar al otro.

Surgimiento de las reglas. Cuando la pareja empieza a consolidar su relación


aparecen las primeras reglas que son las referidas a los roles de marido y mujer.
Estas reglas son bastante conocidas y sabidas. Sin embargo después del primero
hijo surgen otra serie de reglas que causan más problemas. La madre empieza a
ver que tiene muchas obligaciones maternales y construye una serie de reglas
acerca de la atención que debería prestar el marido. A su vez el marido piensa
que va a seguir recibiendo la misma atención de su mujer que siempre.

CAPITULO 5. PERTURBACIONES EN LA COMUNICACIÓN.

Indirectas y ambigüedad. Hay parejas a las que les cuesta mucho comunicarse
uno al otro qué piensan o qué sienten. O puede ocurrir que lo hagan pero que el
otro miembro de la pareja reciba un mensaje completamente distinto al que intenta
mandar el otro.

Los problemas en la comunicación son fundamentales para el deterioro de la


pareja. Los rodeos que ambos dan para decir lo que realmente quieren decir son
una de la fuente de los malentendidos.

A la defensiva. Cuando uno de los cónyuges anticipa que va a ser rechazado o


criticado por expresar una opinión o por pedir algo suele ponerse a la defensiva.
Una forma de discutir clara y sincera es el mejor antídoto contra esto.

Monólogos, interrupciones y audición en silencio. Cuando ambos miembros de la


pareja tienen un ritmo de hablar diferente, hacen muchas o pocas pausas o uno de
ellos habla muy rápido mientras que el otro habla muy lento se producen desfases
en la comunicación que pueden afectar a la convivencia.

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Hay parejas en las que uno de los miembros comienza a hablar y parece como si
no fuera a parar, mientras que el que oye hace mucho que “desconectó”. Otras sin
embargo parece que hablan a una pared ya que no obtienen ningún tipo de
escucha activa por parte del otro.

Sordera y ceguera. Este fenómeno se da cuando un miembro de la pareja no


registra lo que en realidad le quiere decir el otro con sus palabras y gestos. Es
cierto que hay personas que son poco sensibles en este respecto pero la mayoría
de las veces este fenómeno se da porque la persona que escucha está a la
defensiva.

Costumbre de preguntar. En general hacer preguntas favorece la comunicación


pero hay cierto tipo de preguntas (en general las que incluyen “por qué”) que
pueden poner a la otra persona a la defensiva.

Diferencias entre los sexos. Algunos problemas de comunicación surgen de las


diferencias entre hombres y mujeres a la hora de abordar una discusión. Sabemos
que las mujeres suelen hacer más preguntas que los hombres cuando se
comunican. Para los hombres preguntar es invadir la intimidad y para las mujeres
una muestra de interés.

También los hombres tienden a hacer más comentarios mientras dura la


conversación sin esperar a que la otra persona termine de hablar.

Por estos motivos es importante que los dos miembros de la pareja aprendan a
sincronizarse en la comunicación.

Origen de las diferencias entre sexos:

- El mundo de las jóvenes. Las jóvenes usan más la conversación para hacer
y mantener amistades desde pequeñas.
- El mundo de los chicos. Los chicos sin embargo desde pequeños juegan en
grupos más grandes donde se da menos importancia a la conversación.
Además cuando los chicos conversan suele ser en torno a temas de
competencia y dominación mientras que las chicas lo suelen hacer en torno
a temas de intimidad.
- Diferentes significados de la conversación. A menudo los hombres prefieren
soluciones rápidas y prácticas a los problemas mientras que ellas dan más
vueltas a la cuestión.

CAPITULO 6 FRACASO DE LA RELACIÓN.

Amenazas al pacto matrimonial. Durante el noviazgo los dos miembros de la


pareja sienten que no tienen que hacer ningún sacrificio por el otro y en cambio
sienten que obtienen muchas recompensas por ello.

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- De la fusión a la desintegración. Sin embargo tiempo después cada miembro de
la pareja empieza a intentar hacer valer sus propios intereses y surgen
desacuerdos.

- Parcialidad egoísta. Empiezan a surgir diferencias de opinión y cada uno


empieza a ver al otro como una amenaza para los propios intereses. Además les
cuesta mucho llegar a un pacto por la carga emocional que tiene la relación (no es
lo mismo que llegar a un pacto común compañero de trabajo).

- Establecimiento de normas y juicio sobre el cónyuge. No es infrecuente que


cuando los dos miembros de la pareja trabajan juntos juzguen su actuación con
mucha más dureza de la normal. Cualquier mínimo fallo es interpretado como una
prueba de las pocas capacidades del otro.

- La intrusión de significados simbólicos. Cuando la comunicación entre la pareja


es pobre y hay expectativas que no se han explicitado surgen evaluaciones
morales hacia el otro miembro de la pareja. Elegir un momento adecuado en el
que cada uno explique cómo se sintió y cómo interpretó las acciones del otro es
fundamental.

- Diferentes expectativas acerca de los roles en la familia. Cuando una pareja


comienza da poca importancia a las expectativas sobre el otro de tipo práctico y
da prioridad a temas sentimentales pero a medida que avanza la relación estos
aspectos cada vez se vuelven más importantes.

Campos de conflicto.

- Calidad del tiempo en común. No se trata sólo del tiempo que la pareja pasa
juntos sino también de cómo pasan ese tiempo.

- División del trabajo. A menudo un miembro de la pareja tiene la sensación de


que el reparto no es equitativo.

- Crianza de los hijos. Esto tiene mucho que ver con cómo fueron tratados como
hijos los miembros de la pareja. Los temores o las dudas que surgen en este
respecto son una fuente importante de conflicto.

- Relación sexual. Los problemas en este sentido suelen centrarse en la


frecuencia de relaciones sexuales y en la calidad de las mismas. No obstante es
importante ver qué significado personal están atribuyendo ambos miembros de la
pareja a los fallos en la sexualidad.

- Problemas de presupuesto. El gasto extra, percibir que el otro no sabe


administrar el dinero…

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- Problemas con parientes políticos. En muchas ocasiones un miembro de la
pareja se enfurece por el excesivo caso que el otro hace a su familia.

CAPITULO 7 PENSAMIENTOS NO EXPRESADOS. EL OJO DE LA


TORMENTA.

En muchas ocasiones las personas reaccionan a acciones en principio inócuas


con grandes emociones y tenemos que detectar los pensamientos que hay detrás
para poder comprender esas reacciones. Pero las personas siguen pensando que
son las acciones de los otros las que provocan nuestras emociones. Pero a
menudo estos pensamientos son tan automáticos que no tenemos conciencia de
ellos y tenemos que hacer un gran esfuerzo para detectarlos.

Pero muchas veces el primer pensamiento automático que se detecta no es el que


está en la base del conflicto. Detrás de este pensamiento de enfado puede estar
otro de temor por ejemplo: una mujer cuyo marido regresó temprano a casa sintió
un gran sentimiento de enfado. Cuando logró detectar su pensamiento automático
pudo ver que había pensado cosas como “Trata de controlarme. Por eso llega
pronto”. Pero sin embargo había otro pensamiento detrás más profundo que lo
podemos traducir como “Él se pondrá a criticar porque la casa está en desorden”.

Por ello es fundamental que los dos miembros de la pareja sepan detectar los
pensamientos que van desde que ocurre la situación hasta que se producen las
emociones correspondientes. Esos pensamientos no sólo tienen la forma de
verbalizaciones sino también en muchos casos de imágenes.

Dudas secretas. Es fundamental que cuando los miembros de la pareja


experimentan una reacción exagerada puedan preguntarse no por la “injusticia” a
la que supuestamente han sido sometidos sino a la ofensa oculta que yace en esa
“injusticia” Muchas veces lo que hay por debajo es un gran sentimiento de
culpabilidad que se ve instigado por la autocrítica.

Origen de las dudas acerca de sí mismo y del cónyuge. Muchas de las dudas que
tiene una persona vienen de las reglas de sus padres (lo que debía y no debía
hacer) y de cómo éstos se comportaban. Si los miembros de la pareja no tuvieron
modelos paternos es posible que se sientan tristes y abandonados.

CAPITULO 8 TRAMPAS DE LA MENTE.

El pensamiento dicotómico es muy frecuente en las parejas en conflicto. Los


problemas se dividen en dos: los que pueden y los que no pueden resolverse. La
visión que queda del otro y del matrimonio se exagera hasta el extremo. Es
importante que cuando las parejas están experimentando emociones extremas
busquen los pensamientos extremos que las alimentan.

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Como los significados simbólicos tuercen nuestros pensamientos. El primer paso
es detectar cuáles son las situaciones que tienen un significado para nosotros y
que por lo tanto hacen que experimentemos pensamientos extremos. De esta
forma podrán tomar precauciones en esas situaciones para no reaccionar de
forma tan brusca.

El factor de expansión. Cuando va creciendo la insatisfacción en el matrimonio van


creciendo también todos los pensamientos negativos. La pareja empieza a quedar
atrapada por esos pensamientos negativos y por la interpretación que empieza a
conceder a las situaciones.

Ejemplos de deformaciones cognitivas características:

1. Visión restringida. La pareja sólo ve lo que se adapta a su estado mental y no


prestan atención al resto.

2. Abstracción selectiva. Se toma un hecho fuera de su contexto y se llega a una


conclusión errónea.

3. Deducción arbitraria. Hacer un juicio negativo sobre el otro aunque no haya


pruebas para ello.

4. Sobre-generalización. Es una de las más molestas y difíciles de cambiar.

5. Pensamiento polarizado. Es el más común y también se da en parejas felices.


Este pensamiento divide la realidad en dos polos “bueno” y “malo”.

6. Extremismo. Se exageran las cualidades del otro, sean buenas o malas. Suele
surgir cuando una situación se percibe como una amenaza incontrolable y suele
estar escondido en los miedos ocultos que llevan a la persona al enfado.

7. Explicaciones pre-juiciosas. Se explica todo lo que hace el otro en base a una


explicación desfavorable. Todo lo que hace el otro miembro de la pareja se explica
de forma intencional en vez de recurrir a procesos de aprendizaje.

8. Rotulación negativa. Tiene su origen en atribuciones llenas de prejuicios.

9. Personalización. La persona cree que lo que hace el otro va dirigido a ella.

10. Adivinación del pensamiento. La persona cree que puede adivinar lo que el
otro miembro de la pareja está pensando.

CAPITULO 9 EN COMBATE MORTAL.

Mensajes incisivos. Puede ser que la pareja no esté hablando en ese momento, o
que los mensajes que se dirijan no sean atacantes pero que con la mirada tengan

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una actitud defensiva. Ese tono de voz, la velocidad a la que se habla puede ser
más atacante que lo que se diga. A veces también se disfraza lo que se dice con
indirectas encubiertas con lo que el otro miembro de la pareja se siente peor que
si hubiera habido un ataque directo.

Ataques anticipados. A menudo uno de los miembros de la pareja piensa que será
gravemente ofendido si no para un ataque imaginado de su pareja y la agrede de
forma anticipada. Es frecuente también que cuando uno de los dos se siente
criticado, antes de examinar si esa crítica tiene fundamento ataque. El problema
es que cuando se usa la crítica para cambiar lo que hace el otro no suele arreglar
la situación.

Contragolpe. Uno de los problemas más importantes que se pueden dar en una
relación de pareja es dejar que las emociones negativas alcancen una intensidad
muy alta porque pueden terminar en un ataque físico.

Que esconden las discusiones: convicciones básicas. Es importante cuando


queremos saber por qué una pareja se comporta como lo hace no quedarnos en
sus pensamientos automáticos e indagar en sus creencias más básicas que son
las que nos van a dar la pista de por qué la persona está interpretando la realidad
como lo hace.

Control del enfado. Hay una serie de principios que se deben tener en cuenta.

1. El enfado muchas veces se produce por circunstancias neutras que tienen un


significado personal.

2. La pareja siente que tiene derecho a atacar al otro cuando algo no le gusta.

3. Esas emociones de enfado y esas reacciones de hostilidad no tienen ninguna


utilidad para resolver los problemas en la pareja.

4. Es importante desarrollar estrategias de autocontrol emocional tales como irse


de la situación cuando estemos enfadados.

5. Cuando los miembros de la pareja detectan los pensamientos que hay detrás de
su enfado pueden empezar a buscar soluciones.

6. Si uno de los dos usa la hostilidad y el otro hace lo que él quiere, seguirá
usándola.

Inhibición, enojo y autoafirmación. Muchas personas tienen problemas para


expresarse adecuadamente con sus parejas y eso les crea frustración lo que lleva
al enfado. A veces la persona no es consciente y se queda solo con cierta
sensación de malestar: depresión, irritabilidad…

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La anatomía del enojo. Es importante la comprensión del enfado para saber por
qué no debemos ceder a nuestros impulsos agresivos cuando lo experimentamos.
Cuando la persona siente enfado siente la necesidad de descargarlo, al igual que
sucede con la excitación sexual. Sin embargo un término que describe mejor el
ataque es hostilidad que incluye el impulso de atacar y el propio ataque.

La progresión que experimenta la pareja es la siguiente: primero sienten que han


sido agraviados, luego se enfadan, después se ven impulsados a atacar al otro y
por fin le atacan. Ese enfado tiene mucha relación con el dolor.

- Cómo infligimos dolor psíquico. La hostilidad produce en el otro dolor (físico o


psicológico).

- Sensibilidad a las ofensas. La persona dolida se hace muy sensible a cualquier


ofensa que perciba del otro.

- Represalia y castigo. Cuando uno de los miembros de la pareja se siente dolido


por lo que ha hecho el otro intenta corregir ese daño. Normalmente nos
preparamos para una acción agresiva aunque finalmente no hagamos nada.
Además la persona cree que debe hacer más daño que el que ha recibido y así
comienza la escalada negativa.

CAPITULO 10 ¿PUEDE MEJORAR SU RELACIÓN?

Uno de los problemas principales en las parejas en conflicto es que piensan que
no se puede hacer nada por su relación.

Resistencias a los cambios. El primer paso es intentar refutar algunas opiniones


derrotistas que van a dificultar que se lleve a cambio un cambio basadas en
pensamientos como “mi pareja no va a cambiar” “está loco” “no hay solución”…

- Opiniones derrotistas. Es importante luchar contra la creencia de que la gente no


puede cambiar. También saber que se puede mejorar si ponemos empeño en ello.
Hay otros pensamientos como “Mi pareja seguro que no coopera”…

- Opiniones de auto-justificación. Hay personas que piensan que su forma de


actuar, aunque sea contraproducente está justificada por la ofensa a la que le
sometió el otro miembro de la pareja y esto hace muy difícil el cambio.

- Argumentos de reciprocidad. La persona piensa que no es justo, que el problema


es del otro y que es él quien debe cambiar y que por qué tiene que ir a terapia él.

- El problema es mi cónyuge. Si la persona comienza pensando que toda la culpa


es del otro y que el problema es el otro y no la relación se crea una gran
resistencia.

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Qué debería modificarse. ¿Se debe empezar cambiando acciones o
pensamientos? ¿Se debe empezar realzando los aspectos positivos o eliminando
los negativos? Siempre se debe empezar cambiando acciones que es más fácil y
más rápido que pensamientos y eliminando los aspectos negativos de la relación
antes que introducir positivos.

Uno de los problemas principales es cuando uno o los dos miembros de la pareja
ven el problema en el otro y no en la relación. El otro es caricaturizado de tal
manera que no se ve posibilidad de cambio. Las acciones positivas no cuentan y
todo lo negativo es atribuido a rasgos de personalidad del otro.

Nueva definición del problema. Es inútil intentar cambiar una situación cuando el
problema no se define bien, cuando se usan motes o caricaturas o cuando se
atribuye a un rasgo de personalidad del otro que no se puede cambiar.

Cómo cambian las personas. A medida que la persona crece adquiere hábitos de
comportamiento y de interpretación de la realidad. Dotamos de significado a
algunas situaciones que pasan a despertar pensamientos y emociones que en otra
persona no despertarían. Estos modos de interpretar finalmente se establecen
como hábitos. No es fácil corregir eso pero podemos estar atentos e intentar
hacerlo. La persona puede cambiar esas reacciones o al menos suavizarlas
mucho.

CAPITULO 11. REFORZAR LOS CIMIENTOS.

La pasión es lo que une a la pareja al comienzo pero son el compromiso, la


confianza… las fuerzas que crean la estabilidad necesaria para asegurar la unión.

Sin embargo la persona cree que con el amor y la confianza se resolverán todos
los problemas, pero hay competencias que deben tener para poder hacer esto:

- Cooperación: trabajar de forma conjunta para solucionar los problemas.

- Compromiso: la seguridad de que el otro permanecerá ahí aunque haya


problemas.

- Confianza básica: la seguridad de que se puede confiar en el otro.

- Lealtad: dedicación a los intereses del otro.

- Fidelidad: lealtad y fidelidad sexual.

Cooperación. En un enamoramiento romántico no existe cooperación sino que los


intereses se funden y la persona tiene un clima de abnegación hacia todo lo que
haga el otro. Sin embargo con el paso del tiempo eso tiene que dar paso a la
cooperación.

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Compromiso. El bienestar y la felicidad de ambos miembros de la pareja debe ser
el objetivo principal cuando se han calmado las pasiones del principio. A veces la
persona no quiere comprometerse del todo con la otra porque piensa que eso le
restará libertad para estar con otras personas.

Confianza básica. El sentimiento de confianza básica (señalado por Erikson) se


crea mucho antes de la vida en pareja y hay personas que no lo desarrollan. Ha
parejas que sí tiene ese sentido de confianza en muchos momentos, pero no
siempre.

Hipótesis de la buena voluntad. Puede ocurrir dentro de una pareja que uno de los
miembros piense que el otro tiene intenciones ocultas, aun cuando esto no sea
real.

El beneficio de la duda. Cuando un miembro de la pareja tiene dudas acerca del


otro puede hacer dos cosas, darse el beneficio de la duda pensando bien del otro
o confrontar sus sospechas. No es real confiar en una absoluta sinceridad durante
todo el matrimonio pero tampoco se debe estar siempre a la defensiva.

Lealtad y fidelidad. La lealtad dentro de una pareja es importante que esté


equilibrada, que uno sepa de sus verdaderos deseos de lealtad y sobre todo sepa
cuáles son los del otro para llegar a un punto donde ambos se sientan a gusto.

En cuanto a la fidelidad en algunos matrimonios está tolerada, en otros se acepta


pero como mucho dolor pero en la mayoría de ellos conduce al divorcio.

CAPITULO 12. AFINAR LA RELACIÓN.

Uno de los pasos más importantes para dar un empuje a la relación es ser
consciente de las necesidades del otro e intentar satisfacerlas de alguna manera.
Mostrarle al otro que uno es sensible a lo que él necesita.

Hay relaciones llenas de cosas negativas pero también hay parejas que parecen
estar ciegas acerca de lo que va bien en su relación. Usan unos pocos aspectos
que son negativos para descalificar todo lo que va bien en la relación.

Amar y ser amado. Más allá del enamoramiento del principio hay varias cuestiones
que son fundamentales en un amor maduro:

- Los sentimientos de cariño que van reemplazando el enamoramiento.

- La solicitud que significa creer en el otro hacérselo saber.

- Las expresiones de afecto.

- La aceptación incondicional del otro que no implica no ver lo negativo.

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- La empatía que permite sintonizar con las emociones del otro y experimentarlas
en cierto grado.

- La sensibilidad a las preocupaciones y puntos débiles del otro.

- El entendimiento mútuo.

- El compañerismo.

- La intimidad que no se limita al plano sexual.

- La amistad o el interés en el otro como persona.

- Complacer al compañero.

- Apoyar al otro miembro de la pareja en lo que hace.

- El contacto estrecho tanto en el plano físico como sexual. Esto conlleva pasar
tiempo juntos y además de calidad.

Seguimiento de la conducta positiva. Un punto fundamental es que cada uno de


los miembros de una pareja sepa qué cosas de forma objetiva hace el otro y
pueda tener una reacción acorde. Hay parejas a las que les cuesta mucho ver lo
positivo que hace el otro y es importante que hagan un esfuerzo extra para ello.

Alzar las persianas. Goldstein desarrolló un método para ayudar a las parejas a
seguir la pista de las acciones agradables del otro. A cada miembro de la pareja
se le daban varias hojas de papel en las cuales debían registrar las acciones
agradables de él o de ella y puntuarlas en una escala. Otra técnica consistía en
pegar rótulos en la pareja y cuando hacía algo bueno se quitaba uno con lo que la
pareja al final del día veía cuántas cosas positivas había hecho el otro.

CAPITULO 13. CAMBIAR LAS PROPIAS DEFORMACIONES.

Pautas generales. El primer paso es intentar ver cuáles son las situaciones en las
que la persona se siente mal y qué significados está dando a esas situaciones. Es
importante que la persona no dé por verdaderos esos pensamientos sólo porque
lo parezcan.

Los nueve pasos:

1. Vincule las reacciones emocionales con los pensamientos automáticos. Se


identifican las emociones desagradables, se relacionan con la situación y se
ve qué pensamientos unen ambas cosas.
2. Use la imaginación para identificar los pensamientos. La persona imagina el
suceso desagradable para ver qué emociones y pensamientos despierta.

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3. Practique la identificación de los pensamientos automáticos. Identificar los
pensamientos automáticos se puede aprender pero requiere práctica y
constancia.
4. Use la técnica del “replay”. Revivir mentalmente el suceso que causó los
pensamientos para ver qué pasaba por la cabeza.
5. Cuestione sus pensamientos automáticos. Hacerse preguntas sobre la
validez de esos pensamientos.
6. Emplee respuestas racionales. Cambiar esos pensamientos por otros más
racionales.
7. Verifique sus predicciones. Hacer “experimentos” para corroborar aquello
que nos preocupa tanto.
8. Cambio de marco. Reconsiderar las cualidades negativas que le atribuimos
al otro bajo otro prisma.
9. Rótulos de las deformaciones. Darnos cuenta de cuándo estamos sobre-
generalizando, usando el pensamiento dicotómico…

CAPITULO. 14 EL ARTE DE CONVERSAR.

Las parejas en conflicto tienen muchas menos conversaciones, y cuando


conversan se pierden en descalificaciones y malentendidos.

Problemas concretos en la comunicación.

- “No puedo ser sincero con mi cónyuge”. La sinceridad total en una pareja es
imposible y muchas personas cuando intentan ser sinceras con el otro lo hacen de
tal manera que terminan dañándole. La persona confunde ser sincero con ser
directo y cree que lo que se dice en un estado emocional muy alterado es lo real.

- “No puedo ser espontáneo”. Algunas personas piensan que no pueden ser
espontáneas con su pareja y dicen que tienen que estar todo el día en guardia y a
la defensiva. Pero es cierto que hay personas muy “bruscas” hablando que
necesitan de alguna forma cambiar a un modo más diplomático de decir las cosas
aunque al principio le resulte un poco forzado hacerlo de esta forma
- “Mi cónyuge mi grita todo el tiempo”. En algunas ocasiones uno de los miembros
de la pareja tiene una voz fuerte que el otro interpreta como señal de enfado.

- “Mi esposo no quiere pensar en sus sentimientos y no le gusta oírme hablar de


los míos” “Mi mujer está siempre escudriñando mis sentimientos. Ella se obstina
en sus propios sentimientos y quiere que yo también lo haga”. Los hombres y las
mujeres experimentan los sentimientos de manera diferente y los expresan de
modo distinto.

- “La conversación es fluida pero la relación está estancada”. Algunas relaciones


de puertas para afuera parecen muy satisfactorias pero la percepción subjetiva de
ambos miembros de la pareja no es esa. Puede ser que sepan solucionar los
conflictos de la relación pero que hayan olvidado los aspectos más placenteros de
la misma.
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Normas de etiqueta coloquial. Algunas pautas para hacer más placentera y eficaz
la comunicación son:

- Sintonizar el canal del cónyuge. Ponerse en el lugar del otro e intentar ver las
cosas como él las ve.

- Dar señales de escucha. Usar una escucha activa.

- No interrumpir. Puede ser un hábito del que lo hace pero el otro lo puede
interpretar como falta de interés personal.

- Formular preguntas hábilmente.

- Emplear tacto y diplomacia.

CAPITULO 15 EL ARTE DE TRABAJAR.

Explicación de las diferencias. A veces los miembros de una pareja se sitúan en


posiciones muy opuestas y parece como si fuera imposible llegar a un acuerdo. Es
importante por lo tanto clarificar qué posición tiene el otro y mantener una posición
receptiva a las sugerencias que plantee.

Podemos encontrar diferencias en los siguientes aspectos con más frecuencia:

- Diferencias de los deseos específicos.

- Diferencias en gustos y sensibilidades.

- Diferencias en régimen, actitud o filosofía (crianza de los niños, presupuesto,


vacaciones…).

- Diferencias de personalidad que pueden haber sido incluso valoradas


positivamente en un comienzo y ahora son detestadas

- Diferencias de perspectiva. No se ve que el punto de vista del compañero podría


ser razonable.

Empleo de las preguntas. Los buenos hábitos de comunicación ayudan a las


parejas a vencer los malentendidos y a evitarlos. Hay que saber cuándo usar una
pregunta de opción múltiple o una pregunta abierta para solucionar una situación.

Flexibilidad. Hay parejas que no pelean normalmente pero a la hora de tomar una
decisión muy sencilla estallan. El primer punto para que no se estalle en este tipo
de cuestiones es poder tener normas menos rígidas respecto a lo que tiene que
hacer el otro y no caer en el pensamiento dicotómico.

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La crianza de los hijos, el gasto del dinero… todo se vuelve un problema si no
existe un cierto grado de flexibilidad a la hora de abordar estas cuestiones.

Transacción. A muchas parejas les resulta muy difícil transigir porque para ellos
significa ceder en la relación y psicológicamente tiene un coste muy alto hacerlo.
Esto se suele dar en parejas en las que ambos miembros tienen una lucha de
poder por ver quién lo consigue antes. Cuanto más seguros están de sus
convicciones los miembros de la pareja más fácil es que pasen por alto cualquier
cosa que contradiga sus creencias, incluidas las de transigir.

Adaptación. En este punto los miembros de la pareja deben reconocer los


siguientes puntos:

1. Hay diferencias en la pareja


2. Se deben aceptar esas diferencias
3. Podemos incluso encontrar cosas atrayentes en esas diferencias si las
miramos desde otro marco
4. Si sacamos partido de esas diferencias la vida en común se puede
fortalecer.

Sabemos que las parejas no en conflicto saben participar en lo que le gusta al


otro miembro de la pareja y aceptan sus características.

Establecer prioridades. Tiene que haber siempre un equilibrio en la pareja de


modo que ninguno de los dos sienta que siempre se hacen las cosas como
quiere el otro. Para ello desarrollar un adecuado método de negociación es
imprescindible

CAPITULO 16 CONCILIACION

Aclaración de los desacuerdos. Algunas pautas para aclarar los motivos de la


pareja para quejarse y entender su perspectiva son:

1. No defenderse, dar excusas o contraatacar.

2. Tratar de aclarar con precisión que hicimos para trastornar al otro.

3. Hacer un resumen sucinto de las quejas de la pareja.

Comprensión de la perspectiva de su cónyuge. Es muy complicado intentar


ponerse en la mente del otro y conseguir ver la realidad a través de sus ojos pero
es indispensable para conseguir una conciliación. Podemos hacerlo intentando
que el otro miembro de la pareja nos diga qué se le pasó por la cabeza frente a
esa situación conflictiva.

Normas específicas para sesiones de conciliación

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1. Dejar un tiempo específico para sesiones de conciliación. Un momento
tranquilo en el que se pueda hablar libremente.
2. No traer a colación situaciones molestas cada vez que ocurran.
3. Hacer una lista de problemas o peticiones antes de empezar.
4. Turnarse y discutir un problema cada vez.
5. Sugerir soluciones.
6. Sugerir ideas con la pareja para otras soluciones potenciales.

Los principios para el que habla son: ser breve, específico, no insultar o
acusar, no usar rótulos ni expresiones absolutas, explicar lo que uno quiere en
vez de criticar y no adivinar las intenciones del otro.

Los principios para el que escucha son: encontrar puntos de acuerdo, hacerse
preguntas a uno mismo, verificar si se ha comprendido la queja, aclarar lo que
se ha querido decir si se ha interpretado mal, no temer decir que se está
arrepentido.

CAPITULO 17 DOMAR LAS FURIAS

Muchas Personas piensan que es útil descargar la ira, pero ésta solo tiene efectos
destructivos en la relación. Intentar cortar la ira hace que tengamos que cambiar la
percepción del otro y esto es siempre positivo en la relación.

Origen del problema: ¿usted o su cónyuge? Cuando ocurre una pelea en la


mayoría de las veces se considera que el otro es el responsable de dicho
problema. Además se piensa que el otro actúa así porque es un rasgo de su
personalidad que no se puede cambiar. Atribuyen a sus parejas intenciones
ocultas.

- Solucionar el problema interno. El primer paso es ver cómo estoy yo


contribuyendo con mis propios pensamientos al problema.

- Modificación del pensamiento. Si es así tendremos que buscar los pensamientos


erróneos que me llevan a esa conclusión.

- Evaluar lo que se consigue o lo que se pierde con esta actitud.

Es también fundamental saber reaccionar cuando el otro está muy enfadado.

- Ver lo que realmente le molesta.

- Calmar al otro.

- Concentrarse en solucionar el problema.

- Distraer la atención del otro.

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- Programar sesiones de desahogo.

- Dejar la habitación o la casa.

CAPITULO 18 PROBLEMAS ESPECIALES

Este capítulo explica algunos de los problemas que existen en los matrimonios en
conflicto.

Reducción del deseo sexual. Este es un problema que se da en muchos más


matrimonios de lo que la gente piensa. Las razones para ello son muy variadas.

El cansancio, estrés laboral, tener que cuidar de niños pequeños, las tareas de la
casa, tener problemas de salud e ingerir sustancias como alcohol o drogas son
algunas de las causas más comunes de la reducción del deseo sexual.

Sin embargo, más allá de estas cuestiones, la falta de deseo sexual se da en


muchas parejas debido a la actitud que tiene la persona frente a sí misma, frente
al otro y frente al sexo. Algunas personas que no se sienten atractivas y que no les
gusta su físico pueden desarrollar sentimientos de vergüenza y autocrítica y evitar
hacer elamor. Otros pueden evitarlo por su preocupación acerca de su capacidad
o potencia sexual.

Una mala relación en general suele tener consecuencias en el plano sexual.


Además, la pérdida del deseo puede llevar a conflictos que compliquen la relación
y hagan que la persona tenga todavía menos deseo sexual. Se da de esta forma
un círculo vicioso.

Si estos problemas de falta de deseo sexual no se atajan se pueden cronificar con


los años.

Autoterapia para problemas sexuales. Una de las cosas que puede hacer la pareja
para aumentar el deseo sexual es mejorar la comunicación dentro de la pareja con
las técnicas que se han expuesto en otros capítulos. También hay otras técnicas
(relajación, estimulación gradual del cuerpo, concentración en sensaciones
placenteras) que no se abordan en este libro.

Infidelidad. Un estudio de 1983 puso de manifiesto que al menos el 21% de las


mujeres y el 37% de los hombres había tenido una aventura durante los últimos 10
años de matrimonio.

A pesar de que estas aventuras son bastante comunes, si el otro miembro de la


pareja la descubre puede tener efectos muy negativos sobre él/ella y sobre la
propia relación. Muchas veces para el que ha llevado a cabo la infidelidad resulta
trivial este hecho y para él/ella no ha significado nada, sin embargo, el significado

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personal que la persona víctima de la infidelidad puede ser mucho mayor. El
significado que se le suele dar es el de traición y engaño.

Uno de los primeros pasos es reestructurar la visión que tiene la persona ofendida
que pasa a ver al otro miembro de la pareja como “completamente malo” y a ver la
infidelidad como un “pecado imperdonable”.

Estrés. El estrés puede ser uno de los factores que más afecte una relación. Uno
de los estresares más importantes dentro de una relación es la llegada del primer
hijo.

Aunque tener un hijo es una gratificación importante la madre siente la pérdida de


satisfacciones inmediatas y además experimenta una sensación de pérdida de
control sobre su propia vida al tiempo que tiene muchas más responsabilidades y
presiones que antes. Algunas mujeres incluso caen en una depresión por el
desfase entre la energía física y mental que realizan y el aprecio y el apoyo que
reciben por ello.

Sin embargo el momento del nacimiento no es el único estresante. También la


adolescencia o la independencia de los hijos son momentos duros para los padres
y fuentes de estrés que pueden repercutir en la pareja.

Cuando los miembros de la pareja están estresados son mucho más irritables y
tienen menos control sobre sus propias emociones. En estos momentos la
empatía se disipa y se interpreta cualquier acción del otro como una muestra de
ofensa o ataque y las interpretaciones negativas se generalizan.

Las personas entonces empiezan a mostrarse muy regresivas, con un patrón de


pensamiento y actuación muy infantil.

Por ello el primer paso es evitar el estrés. Conocer cuáles son nuestras fuentes
potenciales de estrés y hacer todo lo posible para minimizarlas. También es
importante frenar los pensamientos del tipo “deberías” que muchas veces están en
la base del estrés.

Cuando el estrés ha hecho aparición es indispensable tener recursos para echar


mano de ellos: hacer ejercicios de relajación, tomarse un descanso, hacer
ejercicio…

También es importante reconocer el estrés en la pareja, determinadas señales que


nos dan la pista de que algo va mal en la situación emocional del otro. También
hay que saber que en estos momentos no es bueno tomar decisiones importantes
en pareja.

Familias con dos trabajos. Cada vez más mujeres se incorporan al mercado
laboral. Sin embargo los estudios demuestran que las mujeres siguen siendo las

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responsables de la mayoría del trabajo doméstico a pesar de trabajar las mismas
horas fuera de casa que el hombre.

A pesar de que la situación económica de una pareja mejora mucho cuando


ambos trabajan fuera de casa pueden darse conflictos interpersonales por este
hecho.

Puede ocurrir también que uno de los miembros de la pareja empiece a desarrollar
gustos, aficiones o valores que el otro no comparte y a crecer en esa dirección
distanciándose de su pareja.

Se han llevado a cabo programas de estrés para reducir la tensión de los


matrimonios donde ambos trabajan que cubren los siguientes aprendizajes:
destacar lo positivo; establecer prioridades; estar dispuesto a transigir con uno
mismo; separar los roles de familia y trabajo; ser realista en cuanto a nuestras
propias normas; organizar las tareas domésticas; cultivar una actitud de
participación con el otro; tratar de mantener un equilibrio entre responsabilidades y
recreación.

Problemas en segundas nupcias. Es un hecho que el 50% de las parejas se


separan, y que el 85% de los hombres y el 75% de las mujeres divorciadas se
vuelven a casar.

Los problemas más comunes en primer lugar son los relacionados con el tema de
la lealtad que implica delinear quién está dentro y fuera de la familia (esto afecta
sobre todo a los niños).

También el tema de la competencia es muy importante. Normalmente los hijos e


hijastros luchan por la atención de los padres y en ocasiones sienten favoritismos.

Por ello es fundamental que las parejas que se han casado por segunda vez se
pongan de acuerdo en diversos temas como la libertad que se le va a dar a los
hijos, las horas de comida, de sueño, y dónde se les van a poner los límites a los
niños.

Esto puede llegar al punto de que se produzcan “coaliciones” dentro de la familia


donde se dan agrupamientos de algunos miembros en contra de otros, lo que
dificulta mucho la convivencia. Para que los problemas que surgen en estos casos
se solucionen se necesita que los cónyuges tengan un alto nivel de toma de
decisiones y una armonización importante.

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