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Jacques Lacan: El sujeto de la pulsión (Conferencia en la ENS, el 11 de diciembre de 1964)

EL SUJETO
Pienso: “luego soy”

Se trata de psicoanálisis puro, no de aplicación terapéutica. En tanto que pone en relación a dos personas en una relación de
paciente y de supuesto agente. La cuestión más importante no es la de quién psicoanaliza (palabra tachada), sino la de quién
se psicoanaliza2. El inconsciente, la transferencia, el deseo=los algo en ese “quien”. No son modos del sujeto, pues sería
reintroducir1 los presupuestos de una historia para hacerlos caer al rango de prejuicios (“persona”).

El término de sujeto es el más propio para plantear la diferencia radical del psicoanálisis con toda restitución de un alma
sustancial (esta se aprehende en el alma manipulable, la resistencia, el yo a enderezar, incluso el instinto de vida que son los
objetos delirantes de la psicodramatización en la que todos o parte de los analistas se dejan enrolar). (Valdría más referirse a
la) estrategia de los juegos; el sujeto se presta a un cálculo tan exacto como el objeto. Un lugar del Otro donde ese sujeto
subsiste sin sustancia (espacio que reduce el espacio intuitivo a sólo ser imaginario. El espacio real está fuera de cuestión.
Espacio de la combinatoria, posible en 2 dimensiones, cf. conferencia del 9 de diciembre de 1964), topología a la cual somos
tan poco familiares cuanto que no la observamos por todos lados en el orden biológico, etc., otra Gestalt también
enteramente pregnante.

Si ubicamos en el centro la función del sujeto es para decir que el psicoanálisis no podría incluso estar allí si no se hubiera
dado (el abordaje cartesiano de) el sujeto. Ese sujeto, en una historia, aparece en correlación con un mundo que habita la
ciencia. Es en ese mundo-allí que el psicoanálisis podía surgir.

El cogito funda en acto (no hace falta kantizar) un sujeto cuyo precio es (eliminar) del metabolismo de la cogitación toda
sustancia. Se opone como determinante de sí a la hypokeimenon. Un acto madurado, meditado, para el cual se elige un
momento. Un acto no sin antecedentes. Tiene sus títulos de nobleza cuando se historiza. No (palabra tachada) la retórica del
escepticismo (los juegos de los retóricos3 (rhéteurs) que constituyen, sin embargo, una cierta ascesis), sino el tono de los
ejercicios espirituales. Una práctica que no carece de modelos, lo que no cambia en nada la originalidad del asunto. Acceso
de una dimensión que hace a la certeza que se acentúa por el signo: diferente de la verdad. Se parte del deseo de la certeza.
Más bien que permanecer en ese amasijo de antigüedades. Y una recompensa: es una hazaña (como toda hazaña, tiene
quizá sus desfallecimientos (manquements). Las Meditaciones a la medida del más débil).
Los desvíos son los que sorprenden en ese texto de Descartes:
–dimensión del despertar, que lleva más lejos que la metáfora;
–el engañarse expresamente, es decir, mentirse. La certeza muestra su verdadero rostro al rechazar a la verdad, con la que
no se tiene más nada que hacer si es impropia para pasar bajo los desfiladeros deshonrosos (fourches caudines) del sujeto;
–asegurarse en principio de su ser.

El psicoanalista no puede dejar de reconocer allí el salto mismo que Freud aconseja. El material supuesto (suspect)
inconsciente resulta autentificado por la duda (“No estoy seguro… De haber soñado esto”). El nivel de esta apariencia es
con toda seguridad un elemento a retener para el análisis. La duda es la rúbrica. El psicoanalista hallará allí el exacto
equilibrio de esta división entre la caída de sentido y la afirmación de ser (división que resta a elucidar).

Descartes corta alternativamente la cabeza y la cola del pescado; ora, es el “pienso”; ora, el “soy” quien cae. División por la
que el ser y el sentido resultan igualmente inacabados. Es en este punto en que se le hace necesaria a Descartes la garantía
del Dios perfecto. Rechazar en el orden trascendental la división del sujeto del pensamiento.
1. El “pienso” dado que engendra un “soy” de sentido es impensable.
2. El “pienso” dado que procede (por) un “soy” de ser es imposible.

1. Un insostenible pensamiento si debemos hacer de él una intuición de conocimiento. El cogito toma fundamento del
desvanecimiento mismo del conocimiento. Soy en el punto preciso en que mi pensamiento se vacía de sentido. (Es allí que
Descartes va demasiado rápido; toda la lista del juicio, del sentir, etc. retorna, incluso si se trata del pensamiento del
filósofo). A ese nivel, es el shifter quien empalma. Se distingue del sujeto de la enunciación, que se afirma pensar. El sujeto
no piensa nada por simplemente decir que piensa. (Si él no quiere decir nada no es evidentemente por una contradicción
lógica como la buena broma sofística del yo miento). A lo sumo, si “pienso” quiere decir algo en el lenguaje corriente, quiere
decir “pienso en otra cosa” (que lo que ustedes pueden pensar). El “soy” deducido del “pienso” por Descartes no es más
pensable que su soporte, el luego no indica allí más que un efecto puro de significante.

2. Descartes mismo nos dice que el pienso por proceder de mi ser es imposible. (Extraños pensamientos, etc.) Desde hace
siglos, en este lugar el pensamiento se esfuerza por evocar mi ser, es decir, una tarea imposible (cf. Koyré). No recular de
formular lo imposible es lo que hace la ciencia de Newton. Hypotheses non fingo=la ley de la gravitación no es homogénea a
las otras leyes de la física. Es propiamente imposible (como acción a distancia), pero Newton se burla de ello. Hypotheses
non fingo. (Cf. el rol de la idea judaica de creación, extraña al pensamiento antiguo, el cristianismo se tomó todo este tiempo
para reflexionarla.) (Esta idea no opera en sí misma, el mundo podría ser otro que el que es, pero por su relación a lo
imposible. Los imposibles decisivos en la creación, cf. Génesis.)

Seguridad de ser cualquier cosa que Dios quiera. (Newton no era cartesiano, más bien atiborrado de estudios hebraicos.)
Newton, esta ley que introduce en el mundo, exactamente el lugar del sujeto, no es sostenible más que por un decreto
divino mantenido a cada instante. Resta que esta ley que ha definitivamente exorcizado la física de lo que no ha jamás
podido reaparecer allí, el alma del mundo. Contradicción decisiva que participa de la categoría de lo imposible.

Para que el psicoanálisis pueda decir aquí su palabra de otro modo que bajo una forma groseramente psicologizante
(Bachelard), es necesario ubicarlo a él mismo en relación con esta revolución del pensamiento. Lo esencial en el inconsciente
de Freud no es ser otro centro, sino interpretar. El sujeto inicialmente acordado a lo imposible de su ser. Interrogar lo que
adviene del ser del sujeto cuando se interpreta en otra parte. “Soy”=síntoma, sueño, lapsus; realizado lo imposible de
intervenir como no pensado en la trama misma del discurso (enunciación). Certeza de ser alcanzado (touché) (lapsus,
chiste=sacudidas del diafragma), pero no se sabe ni dónde ni cómo.

“pienso”
“Soy” un soy de ser lo que ________________________

luego soy (de sentido)

Lo que fija sus límites al poder del psicoanálisis. No opera más que en el campo de la omnipotencia del pensamiento (en la
infancia impotente, un recurso que la educación se apresura a congelar). Allí donde no hay pensamiento, no hay estructura
del sujeto, el psicoanálisis es impotente. (Carecerá de efecto, sea lo que sea que piensen los psicoanalistas sobre la herencia,
los prejuicios, las tradiciones, costumbres, creencias, etc., toda la psicosomática del mundo no cambia nada.)

–Ejemplo de los prejuicios religiosos. La fe religiosa es únicamente tocada en lo que ella recubre de relación a la sexualidad.
–El psicoanálisis no puede enfrentarse a los prejuicios de clase más que en razón de la ética que implica.
–Ética centrada sobre la cuestión de lo que es el goce=nada que ver con el humanitarismo.

Esta ética recubre al psicoanálisis. El psicoanálisis es una práctica que se orienta por el principio de realidad (a entender en su
relación freudiana al principio del placer). Oposición escandalosa para toda la tradición: Kant y Sade (¿La filosofía en el
tocador?)
Para Jacques Lacan el placer es diferente del goce (¿que constituye?) una transgresión (Más allá del principio del placer y el
carácter enigmático del orgasmo).
Hasta donde el hombre puede soportarse en el deseo, de una manera que tiene su ley, más allá del principio del placer. La
neurosis, la perversión (¿están constituidas por?) los artificios gracias a los cuales el hombre fija la frontera del deseo; el
deseo y la ley son como el derecho y el revés, cf. noción de masoquismo primordial.
Naturalización (hedonismo=psicologización de la sexualidad), nunca se había opuesto realidad/placer. Pero bien entender
esta realidad es el deseo. El deseo es lo imposible, y es por esto que es real.

El sujeto del deseo se adelanta enmascarado sobre la escena del mundo. Verdadero resorte de la subversión social, de la
que la ciencia no es por sí misma el motor. El verdadero motor (cf. Revolución francesa) es la libertad de desear, y es una
realidad reprimida la que se sostiene allí.

Fuente : Les seminaires (1952-1978), ALI. (Corregimos la fecha que figura en el original: 1966.)
Elizabeth Roudinesco, en su bibliografía general de Lacan, fecha la conferencia, con el título “Le sujet”, el 11 de diciembre
de 1964, y atribuye los apuntes a Étienne Balibar (Archivos Étienne Balibar). (Lacan. Esbozo de una vida, historia de un
sistema de pensamiento, FCE, Buenos Aires, 1994, p. 720.) La misma fecha y título aparecen en Joël Dor, Nouvelle
bibliographie des travaux de Jacques Lacan, E.P.E.L., París, 1994, p. 90. (C.F.)

Notas de la traducción

1. Réntroduire, en el original. En lugar de réintroduire.


2. Mais de qui psychanalyse-t-on. La inversión de la frase, al carecer de signo de interrogación, lo suplanta o denota énfasis.
3. El término francés, rhéteurs, maestros de retórica, podría eventualmente traducirse por sofistas.

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