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19-11-2018 Derecho Familiar

Matrimonio, Divorcio, Filiacion y


Parentesco

PEREZ RIVERA CAROLINA


UNAM
MATRIMONIO

Concepto.

El matrimonio es la finalidad común que tienen dos personas, independientemente de su


orientación sexual, de formar una familia y mantener un estado de vida permanente, reconocido
por la sociedad y sancionado por el juez del Registro Civil para todos los efectos legales a que
haya lugar. El matrimonio debe celebrarse ante los funcionarios que establece la ley, jueces del
Registro Civil, y con las formalidades que ella exige. De otro modo, el matrimonio no tendrá
validez jurídica.

De esta manera, los derechos y obligaciones en el matrimonio son:

1) Establecer un domicilio conyugal o común.

2) Ayudarse mutuamente.

3) Decidir de forma libre y de común acuerdo el número y espaciamiento de sus hijos.

4) Ambos, contribuir económicamente al sostenimiento del hogar y de los alimentos.

5) Tener y ejercer en el hogar, bajo condiciones de igualdad, las mismas consideraciones y


autoridad.

6) Decidir, de mutuo acuerdo, la forma en que se organizará su hogar, la forma en que desean
educar a sus hijos, así como la administración de los bienes, sean éstos, propios o que formen
parte de la sociedad conyugal y los que sean de sus hijos, en caso de tenerlos.

7) Realizar cualquier actividad, siempre que no dañe la moral y la estructura de la familia

. 8) Evitar actos de violencia intrafamiliar.

9) Heredarse recíprocamente, y el derecho a recibir la parte legítima que les corresponde en la


sucesión del cónyuge fallecido.

DE LOS REQUISITOS PARA CONTRAER MATRIMONIO


El matrimonio debe celebrarse ante los funcionarios que establece la ley y con las formalidades
que ella exige.

Cualquiera condición contraria a la perpetuación de la especie o a la ayuda mutua que se deben


los cónyuges, se tendrá por no puesta.

Para contraer matrimonio el hombre necesita haber cumplido dieciséis años y la mujer catorce.
El Jefe del Departamento del Distrito Federal o los Delegados según el caso, pueden conceder
dispensas de edad por causas graves y justificadas.

Artículo 149.- El hijo o la hija que no hayan cumplido dieciocho años, no pueden contraer
matrimonio sin consentimiento de su padre o de su madre, si vivieren ambos, o del que
sobreviva. Este derecho lo tiene la madre aunque haya contraído segundas nupcias, si el hijo
vive con ella. A falta o por imposibilidad de los padres, se necesita el consentimiento de los
abuelos paternos, si vivieren ambos, o del que sobreviva; a falta o por imposibilidad de los
abuelos paternos, si los dos existieren, o del que sobreviva, se requiere el consentimiento de
los abuelos maternos.

Artículo 150.- Faltando padres y abuelos, se necesita el consentimiento de los tutores; y faltando
éstos, suplirá el consentimiento, en su caso, el Juez de lo Familiar de la residencia del menor.

Artículo 151.- Los interesados pueden ocurrir al Jefe del Departamento del Distrito Federal o a
los Delegados, según el caso, cuando los ascendientes o tutores nieguen su consentimiento o
revoquen el que hubieren concedido. Las mencionadas Autoridades, después de levantar una
información sobre el particular, suplirán o no el consentimiento.

Artículo 152.- Si el juez, en el caso del artículo 150, se niega a suplir el consentimiento para
que se celebre un matrimonio, los interesados ocurrirán al Tribunal Superior respectivo, en los
términos que disponga el Código de Procedimientos Civiles.
Artículo 153.- El ascendiente o tutor que ha prestado su consentimiento firmando la solicitud
respectiva y ratificándola ante el Juez del Registro Civil, no puede revocarlo después, a menos
que haya justa causa para ello.

Artículo 154.- Si el ascendiente o tutor que ha firmado o ratificado la solicitud de matrimonio


falleciere antes de que se celebre, su consentimiento no puede ser revocado por la persona
que, en su defecto, tendría el derecho de otorgarlo; pero siempre que el matrimonio se verifique
dentro del término fijado en el artículo 101.

Artículo 155.- El juez que hubiere autorizado a un menor para contraer matrimonio no podrá
revocar el consentimiento, una vez que lo haya otorgado, sino por justa causa superveniente.

IMPEDIMENTOS PARA CONTRAER MATRIMONIO

Artículo 156.- Son impedimentos para celebrar el contrato de matrimonio:

I. La falta de edad requerida por la ley, cuando no haya sido dispensada;


II. La falta de consentimiento del que, o los que ejerzan la patria potestad, del tutor o del
juez, en sus respectivos casos;
III. El parentesco de consanguinidad legítima o natural, sin limitación de grado en la
línea recta, ascendente o descendente. En la línea colateral igual, el impedimento se
extiende a los hermanos y medios hermanos. En la colateral desigual, el impedimento
se extiende solamente a los tíos y sobrinos, siempre que estén en el tercer grado y
no hayan obtenido dispensa;
IV. El parentesco de afinidad en línea recta, sin limitación alguna;
V. El adulterio habido entre las personas que pretendan contraer matrimonio, cuando
ese adulterio haya sido judicialmente comprobado;
VI. El atentado contra la vida de alguno de los casados para contraer matrimonio con el
que quede libre;
VII. La fuerza o miedo grave. En caso de rapto, subsiste el impedimento entre el raptor y
la raptada, mientras ésta no sea restituida a lugar seguro, donde libremente pueda
manifestar su voluntad;
VIII. La impotencia incurable para la cópula; y las enfermedades crónicas e incurables,
que sean, además, contagiosas o hereditarias.
IX. Padecer alguno de los estados de incapacidad a que se refiere la fracción II del
artículo 450.
X. El matrimonio subsistente con persona distinta a aquella con quien se pretenda
contraer.

De estos impedimentos sólo son dispensables la falta de edad y el parentesco de


consanguinidad en línea colateral desigual.

Artículo 157.- (Se deroga). Artículo 158.- La mujer no puede contraer nuevo matrimonio sino
hasta pasados trescientos días después de la disolución del anterior, a menos que dentro
de ese plazo diere a luz un hijo. En los casos de nulidad o de divorcio, puede contarse este
tiempo desde que se interrumpió la cohabitación.

Artículo 159.- El tutor no puede contraer matrimonio con la persona que ha estado o está
bajo su guarda, a no ser que obtenga dispensa, la que no se le concederá por el Presidente
Municipal respectivo, sino cuando hayan sido aprobadas las cuentas de la tutela. Esta
prohibición comprende también al curador y a los descendientes de éste y del tutor.

DE LA SOCIEDAD CONYUGAL

La Sociedad conyugal se rigue por las capitulaciones matrimoniales estuviere expresamente


estipulado, por las disposiciones relativas al contrato de sociedad.

La sociedad conyugal nace al celebrarse el matrimonio o durante él. Puede comprender no


sólo los bienes de que sean dueños los esposos al formarla, sino también los bienes futuros
que adquieran los consortes.
Las capitulaciones matrimoniales en que se constituya la sociedad conyugal, constarán en
escritura pública cuando los esposos pacten hacerse copartícipes o transferirse la propiedad de
bienes que ameriten tal requisito para que la traslación sea válida.

La sociedad conyugal puede terminar antes de que se disuelva el matrimonio si así lo


convienen los esposos; pero si éstos son menores de edad, deben intervenir en la disolución
de la sociedad prestando su consentimiento, las personas a que se refiere el artículo 181.

MOTIVOS POR LOS QUE TERMINA LA SOCIEDAD CONYUGAL

I. Si el socio administrador, por su notoria negligencia o torpe administración, amenaza arruinar


a su consocio o disminuir considerablemente los bienes comunes;

II. Cuando el socio administrador, sin el consentimiento expreso de su cónyuge, hace cesión de
bienes pertenecientes a la sociedad conyugal, a sus acreedores;

III. Si el socio administrador es declarado en quiebra, o concurso;

IV. Por cualquiera otra razón que lo justifique a juicio del órgano jurisdiccional competente.

CONTENIDO

I. La lista detallada de los bienes inmuebles que cada consorte lleve a la sociedad, con
expresión de su valor y de los gravámenes que reporten;

II. La lista especificada de los bienes muebles que cada consorte introduzca a la sociedad;
III. Nota pormenorizada de las deudas que tenga cada esposo al celebrar el matrimonio, con
expresión de si la sociedad ha de responder de ellas, o únicamente de las que se contraigan
durante el matrimonio, ya sea por ambos consortes o por cualquiera de ellos;

IV. La declaración expresa de si la sociedad conyugal ha de comprender todos los bienes de


cada consorte o sólo parte de ellos, precisando en este último caso cuáles son los bienes que
hayan de entrar a la sociedad;

V. La declaración explícita de si la sociedad conyugal ha de comprender los bienes todos de los


consortes, o solamente sus productos. En uno y en otro caso se determinará con toda claridad
la parte que en los bienes o en sus productos corresponda a cada cónyuge;

VI. La declaración de si el producto del trabajo de cada consorte corresponde exclusivamente


al que lo ejecutó, o si debe dar participación de ese producto al otro consorte y en qué
proporción;

VII. La declaración terminante acerca de quién debe ser el administrador de la sociedad,


expresándose con claridad las facultades que se le conceden;

VIII. La declaración acerca de si los bienes futuros que adquieran los cónyuges durante el
matrimonio, pertenecen exclusivamente al adquirente, o si deben repartirse entre ellos y en que
proporción;

IX. Las bases para liquidar la sociedad.

TERMINACION DE LA SOCIEDAD CONYUGAL

La sociedad conyugal termina por la disolución del matrimonio, por voluntad de los consortes,
por la sentencia que declare la presunción de muerte del cónyuge ausente y en los casos
previstos en el artículo 188.

En los casos de nulidad, la sociedad se considera subsistente hasta que se pronuncie sentencia
ejecutoria, si los dos cónyuges procedieron de buena fe.
Cuando uno solo de los cónyuges tuvo buena fe, la sociedad subsistirá también hasta que
cause ejecutoria la sentencia, si la continuación es favorable al cónyuge inocente; en caso
contrario se considerará nula desde un principio.

Si los cónyuges procedieron de mala fe, la sociedad se considera nula desde la celebración
del matrimonio, quedando en todo caso a salvo los derechos que un tercero tuviere contra el
fondo social.

Si la disolución de la sociedad procede de nulidad de matrimonio, el consorte que hubiere


obrado de mala fe no tendrá parte en las utilidades. Estas se aplicarán a los hijos, y si no los
hubiere, al cónyuge inocente.

Si los dos procedieron de mala fe, las utilidades se aplicarán a los hijos, y si no los hubiere, se
repartirán en proporción de lo que cada consorte llevó al matrimonio.

Disuelta la sociedad se procederá a formar inventario, en el cual no se incluirán el lecho, los


vestidos ordinarios y los objetos de uso personal de los consortes, que serán de éstos o de sus
herederos.

Terminado el inventario, se pagarán los créditos que hubiere contra el fondo social, se devolverá
a cada cónyuge lo que llevó al matrimonio y el sobrante, si lo hubiere, se dividirá entre los dos
consortes en la forma convenida. En caso de que hubiere pérdidas, el importe de éstas se
deducirá del haber de cada consorte en proporción a las utilidades que debían corresponderles,
y si uno sólo llevó capital, de éste se deducirá la pérdida total.

SOCIEDAD CONYUGAL, REQUISITOS PARA LA EXISTENCIA DE LA. CAPITULACIONES


MATRIMONIALES (LEGISLACIONES DEL ESTADO DE MEXICO Y DEL DISTRITO
FEDERAL).

La sociedad conyugal no se forma con sólo la expresión de voluntad de los consortes para
constituirla, pues que su nacimiento a la vida jurídica como contrato anexo al matrimonio y su
funcionamiento mismo, están sujetos a la observancia de las exigencias legales. En efecto, el
artículo 179 del Código Civil del Distrito Federal, que se adoptó para regir en el Estado de
México, establece: "Las capitulaciones matrimoniales son los pactos que los esposos celebran
para constituir la sociedad conyugal o la separación de bienes y reglamentar la administración
de éstos en uno y en otro caso". La exigencia de un pacto expreso en que se indique el régimen
a que estarán sometidos los bienes durante el matrimonio y su forma de administración, como
medio de constituir la sociedad conyugal, se reitera en el código cuando impone al oficial del
Registro Civil la obligación de formularlo, si los consortes no tienen capacidad para ello, en su
artículo 98, fracción V; cuando previene que las capitulaciones matrimoniales pueden otorgarse
antes de la celebración del matrimonio o durante él, en el artículo 180, y cuando exige que las
propias capitulaciones matrimoniales consten en escritura pública, si los cónyuges convienen
en hacerse copartícipes o transmitirse la propiedad, si la escritura pública es requisito para que
la traslación sea válida. Además, el código prevé la serie de requisitos substanciales que
deberán contener las capitulaciones matrimoniales, y consigna la nulidad de aquellas cláusulas
opuestas a esos requisitos. Es indudable, entonces, que el código subordina la existencia y
funcionamiento de la sociedad conyugal a la celebración de capitulaciones matrimoniales que
satisfagan los requisitos correspondientes, y que entonces, la sola manifestación de los
cónyuges de ser su voluntad celebrar el matrimonio bajo el régimen de sociedad conyugal, no
equivale al pacto que la ley define como capitulaciones matrimoniales, esencialmente, porque
dicha manifestación no satisface la serie de requisitos substanciales que integran las
capitulaciones. Si en un caso se acredita que los cónyuges formularon su solicitud para contraer
matrimonio, expresando que adoptaban el régimen de sociedad conyugal, y que no hicieron
capitulaciones matrimoniales antes de celebrar el matrimonio o durante él, por lo tanto, debe
estimarse que en el matrimonio no ha tenido existencia la sociedad conyugal, y si el esposo
adquiere para sí un inmueble durante su matrimonio puede válidamente disponer de él,
transmitiéndolo en venta a otra persona y el contrato relativo no está afectado de nulidad.

Amparo directo 1734/55. Aurelia García de Izquierdo. 5 de diciembre de 1955. Unanimidad de


cuatro votos. Ausente: Gabriel García Rojas. Relator: Hilario Medina.

DE LA SEPARACIÓN DE BIENES

La separación de bienes implica que cada uno de los cónyuges es dueño de su patrimonio
personal, tanto el generado antes del matrimonio como el ingresado a posteriori. Además le
corresponderá a cada uno de ellos el uso y disfrute de esos bienes, pudiendo disponer
libremente de ellos.
Durante el matrimonio la separación de bienes puede terminar para ser substituida por la
sociedad conyugal; pero si los consortes son menores de edad, se observará lo dispuesto en el
artículo 181.

Novena Época Núm. de Registro: 168904

Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito Tesis Aislada

Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta

Tomo XXVIII, Septiembre de 2008 Materia(s): Civil

Tesis: I.3o.C.700 C

Página: 1297

INDEMNIZACIÓN ENTRE CÓNYUGES SUJETOS AL RÉGIMEN DE SEPARACIÓN


DE BIENES, PREVISTA EN EL ARTÍCULO 289 BIS DEL CÓDIGO CIVIL PARA EL
DISTRITO FEDERAL. LAS BASES PARA SU LIQUIDACIÓN Y EL MONTO DEBEN
DETERMINARSE EN LA SENTENCIA DE DIVORCIO.

La indemnización prevista en el artículo 289 Bis del Código Civil para el Distrito
Federal, procede siempre que se pruebe que las partes se hayan casado bajo el
régimen de separación de bienes; que el demandante durante el tiempo que duró
el matrimonio se haya dedicado preponderantemente a las labores del hogar y en
su caso, al cuidado de los hijos; y que durante el matrimonio el demandante no
haya adquirido bienes propios o habiéndolos adquirido, sean notoriamente
menores a los de la contraparte. Por tanto, corresponde a la actora la carga de
probar esos elementos durante la substanciación del juicio, para que en la
sentencia de divorcio se haga pronunciamiento sobre la procedencia o no de dicha
prestación y se determine el porcentaje a que tiene derecho el demandante. Es
en la sentencia de divorcio, con base en las circunstancias especiales de cada
caso, y no en la etapa de ejecución de sentencia, donde tiene que hacerse la
condena en un porcentaje específico, porque éste será una de las bases de la
liquidación. El número de bienes que haya adquirido el demandado y sus
características, no son un factor indispensable para fijar el monto, sino el tiempo
que duró el matrimonio, la dedicación preponderante a las labores del hogar y en
su caso, al cuidado de los hijos; la forma en que desempeñó su labor como
esposa, ama de casa y madre, así como el grado de preparación de la esposa y
la posibilidad que hubiera tenido de trabajar y obtener una remuneración. Luego,
basta que se acrediten los anteriores elementos, para que el juzgador determine
el porcentaje al cual tiene derecho la cónyuge por concepto de dicha
indemnización; se trata de una condena genérica cuya procedencia depende de
que se acrediten los requisitos que exige el citado artículo y no es posible que la
determinación del porcentaje de la indemnización se haga en ejecución de
sentencia, porque el porcentaje es una base necesaria para la liquidación y no
puede darse en una etapa posterior.

TERCER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL PRIMER CIRCUITO.

Amparo directo 273/2008. 3 de julio de 2008. Unanimidad de votos. Ponente: Neófito


López Ramos. Secretaria: Ana Lilia Osorno Arroyo.

DE LAS DONACIONES ANTENUPCIALES

Una donación es una entrega voluntaria de algo a favor de otra u otras personas, se denominan
antenupciales las donaciones que antes del matrimonio hace un esposo al otro, cualquiera que
sea el nombre que la costumbre les haya dado.
Son consideradas también donaciones antenupciales las que algún familiar o conocido hace a
alguno de los esposos, o a ambos, en consideración al matrimonio que van a celebrar.

Las donaciones entre cónyuges aunque fueren varias, no podrán exceder reunidas de la sexta
parte de los bienes del donante. En el exceso la donación será inoficiosa (innecesaria).

Las donaciones antenupciales no necesitan para su validez de aceptación expresa.

No se revocan por sobrevenir hijos al donante.

Tampoco se revocarán por ingratitud, a no ser que el donante fuere un extraño, que la donación
haya sido hecha a ambos esposos y que los dos sean ingratos.

Las donaciones antenupciales son revocables y se entienden revocadas por el adulterio o el


abandono injustificado del domicilio conyugal por parte del donatario, cuando el donante fuere
el otro cónyuge.

Los menores pueden hacer donaciones antenupciales, pero sólo con intervención de sus padres
o tutores, o con aprobación judicial.

Las donaciones antenupciales quedarán sin efecto si el matrimonio deja de efectuarse.

DE LAS DONACIONES ENTRE CONSORTES

Los consortes pueden hacerse donaciones, con tal de que no sean contrarias a las
capitulaciones matrimoniales, ni perjudiquen el derecho de los ascendientes o descendientes a
recibir alimentos.

Las donaciones entre consortes pueden ser revocadas por los donantes, mientras subsista el
matrimonio, cuando exista causa justificada para ello, a juicio del Juez.

Estas donaciones no se anularán por la superveniencia de hijos, pero se reducirán cuando


sean inoficiosas, en los mismos términos que las comunes.

CAUSAS DE NULIDAD DEL MATRIMONIO


I. El error acerca de la persona con quien se contrae, cuando entendiendo un cónyuge celebrar
matrimonio con persona determinada, lo contrae con otra;

II. Que el matrimonio se haya celebrado concurriendo algunos de los impedimentos


enumerados en el artículo 156;

III. Que se haya celebrado en contravención a lo dispuesto en los artículos 97, 98, 100, 102 y
103.

La acción de nulidad que nace de error, sólo puede deducirse por el cónyuge engañado; pero
si éste no denuncia el error inmediatamente que lo advierte, se tiene por ratificado el
consentimiento y queda subsistente el matrimonio, a no ser que exista algún otro impedimento
que lo anule.

La menor edad de dieciséis años en el hombre y de catorce en la mujer dejará de ser causa de
nulidad:

I. Cuando haya habido hijos;

II. Cuando, aunque no los haya habido, el menor hubiere llegado a los dieciocho años; y ni él ni
el otro cónyuge hubieren intentado la nulidad.

La nulidad por falta de consentimiento de los ascendientes sólo podrá alegarse por aquel o
aquellos a quienes tocaba prestar dicho consentimiento, y dentro de treinta días contados desde
que tenga conocimiento del matrimonio.

Cesa esta causa de nulidad:

I. Si han pasado los treinta días sin que se haya pedido;

II. Si dentro de este término, el ascendiente ha consentido expresamente en el matrimonio, o


tácitamente, haciendo donación a los hijos en consideración al matrimonio, recibiendo a los
consortes a vivir en su casa, presentando a la prole como legítima al Registro Civil, o
practicando otros actos que a juicio del juez sean tan conducentes al efecto, como los
expresados.

La nulidad por falta de consentimiento del tutor o del juez, podrá pedirse dentro del término de
treinta días por cualquiera de los cónyuges, o por el tutor; pero dicha causa de nulidad cesará
si antes de presentarse demanda en forma sobre ella se obtiene la ratificación del tutor o la
autorización judicial, confirmando el matrimonio.

El parentesco de consanguinidad no dispensado anula el matrimonio, pero si después se


obtuviere dispensa y ambos cónyuges, reconocida la nulidad, quisieren espontáneamente
reiterar su consentimiento por medio de un acta ante el Juez del Registro Civil, quedará
revalidado el matrimonio y surtirá todos los efectos legales desde el día en que primeramente
se contrajo.

La acción que nace de esta clase de nulidad y la que dimana del parentesco de afinidad en
línea recta, pueden ejercitarse por cualquiera de los cónyuges, por sus ascendientes y por el
Ministerio Público.

No se admitirá demanda de nulidad por falta de solemnidades en el acta de matrimonio


celebrado ante el Juez del Registro Civil, cuando a la existencia del acta se una la posesión de
estado matrimonial.

El derecho para demandar la nulidad del matrimonio corresponde a quienes la ley lo concede
expresamente, y no es transmisible por herencia ni de cualquiera otra manera. Sin embargo,
los herederos podrán continuar la demanda de nulidad entablada por aquel a quien heredan.

- Ejecutoriada la sentencia que declare la nulidad, el tribunal, de oficio, enviará copia certificada
de ella al Juez del Registro Civil ante quien pasó el matrimonio, para que al margen del acta
ponga nota circunstanciada en que conste: la parte resolutiva de la sentencia, su fecha, el
tribunal que la pronunció y el número con que se marcó la copia, la cual será depositada en el
archivo.
El matrimonio tiene a su favor la presunción de ser válido; sólo se considerará nulo cuando así
lo declare una sentencia que cause ejecutoria.

DIVORCIO

La acción de divorcio es exclusiva para el ejercicio de los cónyuges, sólo se extingue por la
muerte de uno o de ambos consortes, no es transmisible, es imprescriptible e irrenunciable
anticipadamente. La acción se extingue,también, por reconciliación de los cónyuges, la que
deberá hacerse del conocimiento de la autoridad competente después de haber interpuesto la
demanda de divorcio.

1.Administritivo

2. Divorcio voluntario

3. Necesario o causal.

4. Unilateral por la vía judicial.

1. Divorcio voluntario

Esta clase divorcio es la que se da como consecuencia del acuerdo de voluntades entre los
cónyuges para terminar con el matrimonio.

A.Divorcio administrativo

Procede el divorcio administrativo cuando después de un año de celebrado el matrimonio,


ambos cónyuges deciden divorciarse. Se requiere para poder ejercer esta acción: a) Que los
cónyuges sean mayores de edad.

b) Que hayan liquidado la sociedad conyugal, en su caso.

c) Que la mujer no esté embarazada.

d) Que no tengan hijos en común, o teniéndoles sean mayores de edad.

e) Que ni los hijos o uno de los cónyuges requiera alimentos.


En este caso, el juez del registro civil, que será la autoridad competente, previa identificación
de los cónyuges, levantará un acta en la que hará constar la solicitud de divorcio, y los citará a
los quince días para que ratifiquen su solicitud.

Al ratificarla, el juez del registro civil los declarará divorciados, y hará la anotación
correspondiente al margen del acta de matrimonio anterior.

Si se descubre o comprueba que los cónyuges no cumplieron con los requisitos exigidos para
el divorcio administrativo, éste quedará sin efectos y el matrimonio subsistirá, sin perjuicio de
las sanciones que correspondan conforme a la ley.

B. Divorcio voluntario contencioso

La acción de divorcio en este caso se somete al juez de lo familiar o al juez de lo civil, que es
la autoridad competente. En este caso lo denominaremos divorcio voluntario por la vía judicial.
Procede por la vía judicial cuando los cónyuges no cumplen con los requisitos para solicitar el
divorcio por la vía administrativa, y sin embargo lo solicitan por mutuo consentimiento ante el
juez de lo familiar, siempre que cumplan con los requisitos establecidos para ello, es decir, que
haya pasado un año o más a partir de que se celebró el matrimonio, y que presenten con la
demanda un convenio en el que se establezca lo relativo a la guarda y custodia de los hijos, los
alimentos, la vivienda y la administración de los bienes.

2. Divorcio necesario o causal

No existe acuerdo entre los cónyuges respecto al divorcio, uno quiere divorciarse y el otro no,
por una o varias de las causales que para demandar el divorcio establece el Código Civil en su
artículo 266. En este caso podrán demandar una indemnización de hasta el 50% del valor de
los bienes que se hubieren adquirido durante la existencia del matrimonio siempre que: a)
Hubieren estado casados bajo el régimen de separación de bienes. b) El demandante se
hubiera dedicado, durante el matrimonio, preponderantemente a las labores del hogar y, en su
caso, al cuidado de los hijos. c) Durante el matrimonio el demandante no haya adquirido bienes
propios, o habiéndolos adquirido, sean notoriamente menores a los de la contraparte. En este
caso, el juez de lo familiar deberá de resolver en la sentencia de divorcio lo conducente,
atendiendo a las circunstancias específicas de cada caso.

Divorcio unilateral por la vía judicial

El divorcio termina con el vínculo del matrimonio y deja a los cónyuges en posibilidad de contraer
nuevas nupcias. El divorcio podrá solicitarse por uno o ambos cónyuges, cuando cualquiera de
ellos lo pida a la autoridad judicial competente, manifestando su voluntad de no querer continuar
con el matrimonio, sin que para ello sea necesario señalar la causa por la cual se solicita, pero
únicamente a partir del año de celebrado el matrimonio, y siempre que se cumpla con los
requisitos establecidos en el Código Civil.

Requisitos

El cónyuge que de manera unilateral decida ejercitar la acción de divorcio deberá:

a) Presentar la solicitud de divorcio ante la autoridad competente, el juez de lo civil o lo familiar.

b) Acompañar su solicitud de la propuesta de convenio en el que se regulará lo relativo a las


consecuencias, obligaciones, deberes y derechos que deben ser consideradas respecto de las
partes e interesados como resultado de la disolución del matrimonio, y que deberá contener,
por lo menos, los siguientes requisitos:

i) La designación de la persona que tendrá la guarda y custodia de los hijos menores o


incapaces. ii) La forma en que el progenitor que no tenga la guarda y custodia ejercerá el
derecho de visitas, respetando los horarios de comidas, descanso y estudio de los hijos.
iii) El modo de atender la obligación alimentaria de los hijos y, en su caso, del otro cónyuge a
quien deba darse alimentos. Deberá especificarse la forma, lugar y fecha de pago de la misma,
así como la garantía para asegurar su cumplimiento.
iv) El nombramiento del cónyuge al que corresponderá el uso del domicilio conyugal, en su
caso, y del mobiliario.

v) La manera en que se administrarán los bienes de la sociedad conyugal durante el


procedimiento y hasta que se liquide, así como la forma de liquidarla, exhibiendo para ese
efecto, en su caso, las capitulaciones matrimoniales, el inventario, el avalúo y el proyecto de
partición.
En el caso del régimen de separación de bienes, deberá señalarse la compensación, que no
podrá ser superior al 50% del valor de los bienes que hubieren adquirido durante el matrimonio,
a que tendrá derecho el cónyuge que se haya dedicado al desempeño del trabajo del hogar, y,
en su caso, al cuidado de los hijos, o que no haya adquirido bienes propios durante el
matrimonio, o bien que habiéndolos adquirido, sean notoriamente menores a los del otro
cónyuge. El juez de lo familiar resolverá atendiendo las circunstancias de cada caso concreto.
En este caso, el juez de lo familiar deberá suplir las deficiencias o las omisiones que las partes
presenten en el convenio señalado.

FILIACION

La filiación es la relación que existe entre dos personas de las cuales una es el padre o la madre
de otra, o en otras palabras es la relación existente entre padres e hijos. Si se le examina desde
el punto de vista de la relación entre madre e hijo, se le llama maternidad; si se contempla de
padre a hijo se llama paternidad; si de hijo a padres se designa filiación. “La filiación
consanguínea está fundada en el hecho biológico de la procreación, del cual derecho deriva un
conjunto de relaciones jurídicas. En los casos en que no es posible probar de una manera
directa la procedencia biológica entre dos personas, la filiación, se funda en una presunción
jurídica de paternidad. La filiación es el punto de partida del parentesco, base del grupo familiar.
En cuanto a la filiación materna, el parto permite conocer con certeza la relación biológica entre
la madre y el hijo que ha dado a luz. La filiación paterna puede ser conocida por la prueba de
ADN y por presunciones. Una vez que ha quedado probada la maternidad, un conjunto de
circunstancias de tiempo y lugar nos permite inferir razonablemente qué varón ha engendrado
aquella persona cuya filiación se trata de establecer. En sentido gramatical paternidad significa
calidad de padre como maternidad significa calidad de madre. La filiación, en su aplicación al
Derecho Civil equivale a procedencia de los hijos respecto a sus padres.

LOS DIFERENTES TIPOS DE FILIACION

La filiación procede de la naturaleza, de la ley, o de la naturaleza y de las leyes juntas: la


primera se llama filiación natural, y resulta del comercio carnal entre un hombre y una mujer
que no están unidos por el vínculo del matrimonio. La segunda se llama filiación adoptiva, y
resulta de un convenio solemne, por el cual el individuo adoptado adquiere los derechos de hijo
con relación a la persona que lo adoptó, la tercera llamada filiación legítima, reconoce su razón
de ser en el matrimonio, y es la relación que existe entre el hijo y dos personas unidas por
vínculo matrimonial.

PARENTESCO

CLASES DE PARENTESCO

Como ya observamos, existen tres tipos de líneas de parentesco:

a) Por consanguinidad. Este parentesco existe entre personas que descienden de un tronco
común. En virtud de los avances tecnológicos y científicos, en la actualidad se regula el
parentesco consanguíneo que existe entre el hijo producto de la reproducción asistida y los
cónyuges y concubinos que hayan procurado el nacimiento, para atribuirse el carácter de
progenitor o progenitores; pero no crea parentesco entre el donante y el hijo concebido por la
donación de las células germinales, en el proceso de reproducción asistida.

Se equipara igualmente al parentesco por consanguinidad aquellos vínculos que nacen de la


adopción, plena, entre el adoptado, el o los adoptantes y los parientes de éstos, como si fuera
hijo consanguíneo, se trata de la adopción plena.

b) Por afinidad. El parentesco por afinidad es el que nace por el matrimonio o concubinato, entre
el hombre y la mujer y sus correspondientes

parientes consanguíneos.

c) Civil. Es el que se adquiere por la celebración de una adopción simple.

El parentesco se genera entre la familia originaria del adoptado, e igualmente entre el adoptante
o los adoptantes y el adoptado.

RELACIÓN DEL PARENTESCO

1. Grados

El parentesco por consanguinidad y afinidad se establece en líneas y grados. El

grado se forma por las generaciones de ascendientes y descendientes.


2. Líneas

Varios grados forman lo que se llama la línea del parentesco. Existen diversos

tipos de líneas del parentesco:

a) Recta: está compuesta por la serie de grados entre personas que descienden unas de otras.
En ésta los grados se cuentan por el número de generaciones, o por el de las personas
excluyendo al progenitor.

b) Transversal: está formada de la serie de grados entre personas, que sin descender unas de
otras, provienen de un mismo progenitor o tronco común. En ésta los grados se cuentan por el
número de generaciones, subiendo por una de las líneas y descendiendo por la otra, o por el
número de personas que hay de uno a otro de los extremos que se consideran, excluyendo,
nuevamente al progenitor o tronco común.

c) Ascendente: es la que relaciona a una persona con su progenitor o tronco del que procede.

d) Descendente: es la que relaciona al progenitor con los que de él descienden.

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