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JUAN PARK
LIDERAZGO Y ADMINISTRACIÓN
En un antiguo trabajo estuve hablando de Jeremías como líder que llora, siente y sufre,
debemos ver a Jeremías más allá de un llanto propio hacia sí mismo, Jeremías llora por el
pueblo que olvida a Dios y se aleja de él, Jeremías sufre por el alejamiento a la ley y la
misericordia, en sus frases y palabras fuertes no ataca con el fin de dañar o lastimar a su
pueblo; Jeremías habla la Palabra profética de Dios con el fin de la conversión y el volver a
ÉL.
Jeremías es pues un ejemplo de líder compasivo dentro de las Escrituras, tiene una
personalidad atrayente y conmovedora. Los demás profetas nos han dejado un mensaje, sin
decirnos nada, o muy poco, acerca de sí mismos. En cambio, Jeremías, nos abre su alma en
varios poemas que estremecen nuestros corazones, pues estos nos hacen entrar en el drama
de su corazón, de su existencia.
Jeremías era miembro de una familia sacerdotal de Anatot. En los primeros años de su
profecía, sus esfuerzos están dirigidos a "quitar” el pecado en todas sus formas. Bajo la
influencia de Oseas, Jeremías insiste en que la Alianza es una relación de amor entre el
Señor e Israel. Si el pueblo no mantiene su compromiso, el Señor lo rechazará.
PUNTOS FUERTES.
Uno de los puntos más fuertes dentro de la vida y el ministerio profético de Jeremías es la
fidelidad radical al Señor Dios, pues pese a todas las circunstancias en las que vivía se
mantenía fiel y constante en su llamado… repasemos más puntos fuertes de su ministerio.
Junto a esta primera tarea, probar la certeza de la catástrofe de Sión, Jeremías tuvo el
segundo encargo de declarar que esta catástrofe era una necesidad moral, proclamarlo a los
oídos del pueblo como el resultado inevitable de la culpa moral desde los días de Manases,
en una palabra, explicar la Cautividad de Babilonia como un hecho moral, no meramente
histórico. Fue sólo a causa de que la nación se sacudió el yugo del Señor por lo que debió
inclinar su cuello bajo el yugo de los babilonios. Para despertar a la nación de su torpeza
moral, y hacer preparación moral para el día del Señor, los sermones del predicador
subrayaban esta relación causal entre castigo y culpa, hasta que se hizo simple. Aunque
fracasó en convertir al pueblo, y desviar así por completo la desgracia de Jerusalén, sin
embargo la palabra del Señor en su boca se convirtió, para algunos en un martillo que
rompía sus corazones de piedra al arrepentimiento. Así, Jeremías tuvo no sólo que
“desarraigar y demoler”, también tuvo en la obra positiva de salvación que “construir y
plantar”. Estas últimas finalidades de los discursos de Jeremías aclaran porqué las
condiciones religiosas y morales de la época se nos dan todas en el mismo tono sombrío:
los sacerdotes no se preocupan de Dios; los mismos dirigentes se extravían por extraños
caminos; los profetas profetizan en nombre de Baal; Judá se ha convertido en lugar de
reunión de dioses extraños, el pueblo ha renegado de la fuente de agua viva y ha provocado
la ira del Señor por la idolatría y el culto de los lugares elevados, por el sacrificio de niños,
la profanación del Sábado y por los falsos pesos. Esta severidad en los discursos de
Jeremías los hace el tipo más destacado de declamación profética contra el pecado.
La vida de Jeremías desarrolla un líder al que nadie sigue en la oportunidad y el gozo, pero
que anima realmente bien en medio del pesar y la desilusión (es por ello que es un líder
compasivo).
PUNTOS DEBILES
Como hemos visto a lo largo del curso un líder siervo debe ser optimista en lo que hace y
dice, unos de los puntos débiles del ministerio de servicio del profeta es la falta de este,
pues su optimismo solo se hace presente en los capítulos 30-33 del libro.
A LA LUZ DE LA ACTUALIDAD:
En la actualidad se vive con miedo a las catástrofes y el dolor, vivimos en un mundo lleno
de miedo y temor al mañana, miedo y temor que quieren suplir con dinero y la falsa
seguridad que la fama, las riquezas, el poder y otras muchas cosas más… estas cosas nunca
podrán garantizar vida o seguridad a las personas en el mundo de hoy.
Lo único que hacen las cosas materiales o inmateriales de la actualidad es proporcionar una
falsa paz ante el dolor o la angustia, pero este dolor y angustia debe esperarse en cualquier
situación, sea la que sea, pues no importa lo poderoso o rico que se es, todos estamos
expuestos al sufrimiento.
Jeremías es el profeta del llanto y malestar, vive en medio de un pueblo que está
condenado al dolor por rechazar a su Señor en la vida cotidiana; olvidar al Señor y sus
mandatos no traerán beneficios a la vida del creyente, solo acarrearán incomodidad e
inquietud.
Debemos aplicar estos principios, los principios de compasión y lealtad radical, los
principios del amor y del servicio a pesar de todo, debemos convertirnos en líderes que
lloran, que sienten que sus huesos arden como fuego por proclamar la Palabra del Señor en
todo momento y circunstancia, ese es Jeremías, ese es el líder llorón que debemos aspirar a
ser, un líder que se entrega totalmente a la voluntad de su Padre.