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E L USO D E L A S M A N I O B R A S
DE
INFANTERÍA
AL FRENTE
DEL ENEMIGO,
ESCRITAS
MÉXICO.
1853.
<Wi&ion/, ^f>al>a(!6et& ^tatv ^&lwz (te> ta líLeaE
* POR recomendable que sea una obra, nunca está por demás
que tenga un Mecenas que la ampare con un nombre esclarecido.
A"V. E., mejor que á nadie, toca esta satisfacción, por él de-
cidido fomento que prodiga á todo lo que tiende á los adelanta-
mientos de la noble carrera de las armas.
Si V. E., convencido de la utilidad que pueda resultar al ejér-
cito, que con tanto empeño 'está resucitando, tuviere la bondad de
ad-nitir la oferta de la traducción de las CONFERENCIAS del gene-
ral Lélouterél, hecha durante los meses de mi persecución como
militar, y se dignane disponer que forme parte de la biblioteca de
nuestros oficiales, el patrocinio ilustre que con tal disposición con-
cederá á mi trabajo, será la mas dulce recompensa que pueda
pretender. , \
ESCMO. SR.
MILITARES ESTUDIOSOS.
1. a
CONFERENCIA.
D E LOS D I F E R E N T E S ORDENES
DE COMBATE.
»
— 1 7 -
necesaria.
¿Por qué esponer tanta gente para atacar una
posición, cuando está demostrado que únicamen-
te dos ó tres filas son las que pueden hacer
fuego ó servirse de la bayoneta? ¿No seria me-
jor poner en reserva en varias líneas y á distan-
cia oportuna, todo lo demás para atacar ó defen-
derse con una sola á la vez? Pero desgraciada-
mente la generalidad délos que obtienen el mando
en campaña, no creen jamas tener bastante gen-
te; así es que he visto en las calles de París y
— 21 —
S O B R E LOS D I V E R S O S MODOS
DE Í A S A l t DEL OftDEN í ¡ £ COLUMNA AL ORDEN DE B A T A L L A .
S O B R E LOS C A M B I O S D E DIRECCIÓN
Ó DE FRENTE ESTANDO EN BATALLA.
7—8
4. a
CONFERENCIA,
9—10
5. a
CONFERENCIA.
i
—101—
V
Es tan grande la importancia de los servicias
de tinos buenos tiradores, que frecuentemente Se
t e que ellos solos alcanzan á decidir sin pérdida
de gente por su parte, y de la tropa á qtte perte-
necen, acciones que serian muy sangrientas si
Se emplease para decidirlas tropas formadas en
línea; principalmente en los pequeños Comba-
tes tan frecuentes en la guerra para lá defensa ó
;
15—16
— 114-
rencia. • •'
Aunquefos atñnúhepümiéritio&vió sea» preeiáa^
m e n t e del resorte* d e las- maniobras, diré* sin era*
b a r g o u n a p a l a b r a sobre ellos, porqué' al fin son
cómo un accesorio dé la táctica, y ellos en la d e -
fensiva, cooperan mucho al b u e n Uso, n o m e n o s
que á la conservación de las tropas. Oigamos
lo que sobre el particular n o s diée (xuibert.
de<lq q>uaal ^ l ^ . h a . b ^ ^ ^ W ^ . P J F W í ^ ^ T d
tina¡d¡a.su. -coínpañíai^cpn p.tr^g de); ..b^Up^par^y ;
aeto.' •. , ; •••
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:.:„í . .¡.- , ol¡:;')J;-: ' í
¡Gási siqmpjje. ;qué:el soldado ,np, llena ^usj; debe-,,
resíes pqu culpa, de !o.s,.qn&,Iq,mandan,;;ppr.gue^Lj
sentijm.ie.nto de la üon&eryneipn) e.s^natPien^todpft^
los sétes! que.respiran, y sjjpn cií'cu;iri(s,tanciaSjP4lrp
grosas; el olicmlí;Sfl'desmQra}iza¡y fl^ :
trasiempre, para con sus soldados un pretesto plau-
sible) y estos se apresuran con gusto á imitar
su conducta, para sustraerse del peligro. No
hay entonces para ellos ningún raciocinio; se
baten por el rey, gritando «viva la liga," con tal
que vivan ellos mismos. Pero cuando el oficial
es el primero que presenta su persona al peligro
en los momentos críticos, los soldados se avergon-
zarían de no hacer otro tanto y de no seguir su
suerte. Esta regla sin embargo tiene sus escep-
cionés, y es cuando las tropas están fanatizadas
por un resaltado sentimiento de patriotismo como
las de la república en 1792, 93, 94, & c , ó bien
cuando las domina un sentimiento de venganza.
J
No hay militar alguno que al estallar el pri-
mer cañonazo no esperimente un sentimiento ner-
vioso, independiente de su voluntad; no es m i e -
do, sirio un aviso precursor de los dolorosos sen-
timientos del terrible y sangriento drama de que
es él cañón preludio. Este afecto debe repri-
niirsé éh el que manda; y al contrario debe re-
animar el espíritu de sus tropas con algún chis-
te sacado de su esperiencia en los combates y con
palabras análogas á las de Guibert, que paso á ci-
tar. "Las tropas aguerridas no se ecsagerarán los
estragos que puede causar el cañón enemigó, por-
que no regularán el peligro por la cantidad del
ruido; porque sabrán calcular, que por cada diez^
—137 —
esperanza,. ese mismo, dja, & ¡ las¡ ,se,is, de, ;la, tard,
e
r
~étíalí da des persbn aíés qué 'én' uñidñ ¡cíe los couoéi-
1 : ;
la dignidad.
El valor no se adquiere, sino que debe ser inna-
to en el militar: todo aquel hombre que se siente
incapaz de afrontar un peligro, no debería jamas
escojer la carrera de las armas, cuando esta elec-
ción dependiese de 6U arbitrio.
•
' El valor ¡que Se necesita para el. mando no se
debe confundir con la temeridad, sino que,ha de
ser sereno y reflecsivo para cuidar'. de la salya-
;eion de todos> y sacar de las circunstancias el me-
j o r partido que ellas ofrezcan, como lo hizo Le-
courbé encerrado en Kell en 1799, y sitiado por
los austríacos. Rechazado en un ataque sobre
la Isla de Erhen-Rhin, y huyendo ya sus tropas,
se adelanta y corta con su sable, los cables del
puente, lo hace empujar al medio del rio, y
yerincadq esto vuelve á sus soldados y les di-
ce: es de necesidad batirse ó ahogarse, de este
.lado está elJRjn, del. otro, el enemigo; y tomando
una bandera corre al combate, seguido de todos
los suyos que huían/y recobró; la artillería que
poco antes le habia quitado el enemigo.
La temeridad no es permitida sino al sol-
dado, porque si sucumbé en su em presa, no c o m -
promete á nadie: se maneja como un valiente el
que permanece en su puesto bajo el. fuego ené
! j
19—20 '
—140—
' -' (1) ' Yo era éütónces furriel de uño dé aquellos batallones
que pertenecían al 28 dedínea. ' '
en aquel desfiladero; el calor era escesivo, y los
infantes muñéndose de sed, entraron los prime-
ros; pero revueltos, sin embargo de que la caba-
llería pretendía con razón que se le dejara fran-
co el paso, por no poderse batir en aquella posi-
ción, lo que era verdad; con mil trabajos hubo al
fin de lograr adelantarnos para pasar.
Desde que el enemigo se había avistado, sé ha-
bian despachado á Junot ordenanzas á caballo
para prevenirlo; pero como estaba muy tranqui-
lo en Bayreuth, y que ninguna tropa se habia
movido, no pudo sino muy tarde llegar á nuestro
socorro; Bin embargo, cerca del anochecer llega-
ron á medio camino de Bayreuth ocho 6 diez
piezas que se pusieron en batería contra la caba-
llería enemiga que nos habia volteado y la de-
tuvieron á distancia. Una horrorosa tempestad
que se declaró y duró toda la noche, nos permitió
continuar nuestra retirada en unión de las de-
más tropas que vinieron á-ausiliarnos, y así pu-
dimos llegar á Ámberg.
¿Se hizo en estas circunstancias todo lo que se
debia h a c e r . . . . ? No, seguramente; y aunque
entonces era yo muy joven (no pasaba de veinte
años), y que aquella era mi primera campaña, no
se me ha,borrado su recuerdo, ni las reflecsiones
que ella me hizo formar: 1. , el terreno que ha-
a
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3 W C A V K J » . ,
NOTA.
Al traducir la 6 . 59
Conferencia, nos hemos encontrado con
una dificultad, y es la de no hallar en lo absoluto una voz
castellana técnica para espresar la palabra Cremayere, de
que se ha servido el autor (página 91) para hacer compren-
der la maniobra ejecutada por el mariscal Bougeaud en la bata-
lla de Isli; y para vencerla no hemos creido poder hacer co-
sa mejor, que presentar en esta nota un croquis de esta ba-
talla, (sin duda alguna la mas notable de estos últimos tiem-
pos), en el que se vé el orden general de marcha y de com-
bate de los distintos cuerpos que formaron ese llamado gran
ouadro, diferente de los que señala nuestra táctica.
PRIMERA CONFERENCIA.
SEGUNDA CONFERENCIA.—De los filCffOS en
general
TERCERA CONFER ENCÍA. —- Sobre las diversas
maneras de pasar del orden de batalla al
orden de columna
CUARTA CONFERENCIA.—De las maniobras
propias para los movimientos ofensivos.
QUINTA CONFERENCIA.—Sobre el paso de los
desfiladeros, ya sea avanzando ó retroce-
diendo <
SESTA CONFERENCIA.—Sobre las disposicio-
nes contra la caballería... *
SÉPTIMA CONFERENCIA. —Üel empleo yuso
de los tiradores al frente.del enemigo.. ..
OCTAVA CONFERENCIA.—Sobre la elección
de las posiciones defensivas ,....
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