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BlBUOTECA CLÁSICA GREDOS, 94 PLATÓN

DIÁLOGOS
IV
REPÚBLICA

INTI\ODUCCION, TJ!.¡.OUCCIÓN Y NOTA~


POR

CONRADO 1:vGERS LAN

lttT:]1Iiií 1

.6
EDITORIAL GREDOS
Asesor para la ~ección griega: CAJU.OSGA.R
clA GVAl..

Segun las oormas de la B. C. G.• la u aduoción (Je cst.c volumen ha s:ido


oa Poui 0R.Tl2.
revisada por A.1.116.llro

© EDITOR1ALGREDOS, S. A.
Sánctiez Paeheco , 81. Madrid. Españ a. !988 .

P ~JMJlRA IJDICIÓN,mayo de 1986.


REPÚBLICA
1.• reimpresión, enero de 1988.

Dcpósi10 LL,gal: M. 52S·1988 .

ISBN 84-249-1027-J .
Impr eso en Españ a. Print cd io Spaín .
Gráfi cas Cóndor, S. A., Sánchcz Pach eco, 81. Madrid, 1988. - 6162.
INTRODUCCIÓN

L LA COM'POSJCIÓN DE LA REPÚBLICA

Muy probablemente la República' sea la obra más


importante de Platón. Eo ella se nos presenta la teorfa
1 Tra ducimos por R,epúbliaz el tí1ulo griego Politeía. Lo hocemo s

no sin escrúp ulos. ya que lo que mod.emamen tc cn 1eudemos por • re·


públi ca,, no gua rda prác.ric:a,nentc relación alguna c.011 lo que Plat ón
coric ode por poli teía. vocablo con d cual se r efier e prin cip alme nr.e
a un tipo de organiza ción política que. entre o tra s carac1eris ticoi:, pue-
de posc. >er la d1; ser OlOoárq uic:a. Procedemos asi, no ob s1an1c, porq ue,
a l marge n de no disponer d~ ninguna 01ra expr esi ón iodisc utib lcm enle
cqu.ivalentt, en d lec tor de habla bi,;pa .n a es tá demas iado ar raigada
la 1radíci60 di::I 1llt1lo República para esta obra de Plat ón, como p&.ra
preten der mocUfíc¡¡rla ahora sin nesgo de confusiooes. Menor tolera.o-
cia empero guar d2uoo; con on-:a tradición -la de verte r fa palabra
p6 /is por • ciudad •- . ya que en tal caso ne tenemos que vémc,:sla.s
con un títu lo (poi· el mi,;roo ruot:ivo no 1raducirno&, den1ro de la obra,
polirt!fa por • rep ública,,). De por si, en efecio, resullarh, ext ra i10 qu e
se describieran !a& leyes y la cons1itueí6n ¡,ol11ica de un,¡¡ ciudad , ya
que se habla de Nleye;» y de ~cons1i111ción• de una t:nlidad poll ~ica
cuando cs1a en1idad fonna una unidad au1óoome. en 1antc que h:ihl-
tuolmcnte un.e ciudad forma parte de una entidad superior. n saber,
de un Es111do.Claro que eo es1e pun10 1.e nos ,:ecordará que, en el
c:iso de &lgonos pueblos antiguo;, en1re ellos el griego. «en el terri1o·
rio de: cada Es111do existe &ólouna cclonización urbana, que: da id nom·
bn: ni Esla.don, J)lll'a decirlo con las palabras de H. Bl!N~srON (Griechi,
.,cite Ce~chicilte, 3.' ed., 1965, pág. 77). Pero eslo no es cierlo n:~pcc1·0
cid Esl'ado aleniense, íundado sobre la base de cuaLro ciudi:.dcs
10 1 OJ,( LOGOS
INTRODUCCIÓN 11
1 '
1 ~ '
meta fí sica de las I\iea) en algunos de sus principal es AUí encone ramos toda una concep ción antropológica de
aspectos, y, por prin:i-cra vez, estratificada mediante una la cual ha de ri vado no sólo u no de los conceptos acerca
jera rqu.izaci ón que coloca a !ald ea d~!Bieo..eo su cús - del hombre qui:: más arraigo han tenido en Occidt:ote,
P._ig.e.AITí
e l pe 12samiento JJ. ico de su juventud y madu- si.no también un punto de partida para la evo lución de
re z recibe fu náa mentac ión ~e taflsica, a trav és de la mi s- la psicología, a la cual también aporta rico s retratos
ma Idea de Bien. AIH se -~nuncia por primera vez en psic ológico s que configu ran los primeros intentos teóri-
Grecia una teoría de la cienc ia que, junto con su desa - cos de caract er ología. Y no en último término, cierta -
rr ollo por Aristóteles, influyó decisivamente en la axio - mente, debemos colocar su teoría de la educ ación y su
mática eucli<leana. También por primera vez se fonnu - ...concepción de la sociedad.
lan allí plant eamientos teológicos (recuérdes e que la pri - Piénsese, por otra parte , que el tratamiento de tal
mera aparic ión literaria que conocemos del vocablo theo - mu lti plicidad temática no agota, n i con mucho, lo que
/ogfa es la de Rep. II 379a) y se bo squeja una pi;eceptiva Pla tó n tenía para decirnos -aj siq ui~ra en el momento
estética que, como roda su propu es t.a politica, continúa mismo de la co mposición de ta obra- sobre cada uno
sie ndo mol ivo de polémica todaví a a fines del siglo x.x. de esos temas . como lo podemos deducir de un somero
examen de lo que eo obr as anteiior es había dicho sobre
(enoe , Mara ,ó n. Probálin tos y Tr ía1101os). y que incluía ciuda des ta n eso s tópicos. lo cual está a menudo implicado en la
di sr am es entre sí como R.anmunt e, Es tit"k,, Acama s y Eleusis, ad cmá ~ República.
de la propia Atena s. Cuando Platón se refiere sólo a la ciudad de Ale- Por estos motivos no re sulta posible dar cabida en
nas, ooroo al comienzo de la Repúb/11:a (1 32ib}. emplea más bien la
pa labra ás ty, no pólis. Y aun que es10 apa ren temente sólo vale pa ra
esta Introducción a un est udio que pretend iera abar-
A1cna;;, import::1, porque Atenas es la pó/is viva que Platón critica. car, aun muy sintÚicam ente, la totalídad o siquiera una
Más apropiad o serla 1raducír pofirda por «cons1í1ución• que por buena parte de los punt os que mer ecen una llamada de
cerepública•. Asi a veces la ob rn aristotélica Polite{a athi rw{Qn es cono - atención al lect or, para que se dete nga sobr e ellos al
cida como «la Constitución de los aieniem e.s• (aunque también , 11cor- enfrentar el libro. De este modo, nos limitaremos a in-
d<: con el latfn , • la República de los aten ienses»). Pero el moderno
voca blo ,constituci ón• tampo co da la idea exacta que sugiere el grie - cluir aqul -además de algunas consideraciones sobre
go, con la que congenia má s la definición de Hegel: "esl ruclurnción la composición de la obra-, breves estudios sobre tres
d el poder del Est ado • (En:.ylcl opiulie, § 539). Una estructuración, poi' de los principales temas que sui·gen en su lectura: y an -
lo de.más, ,•h·a >'sujeta a mocüñca cíones histórica s : cla Politeia de los tes de esos estudios pre se ntaremos una síntes is del con -
a1e11ie11s es» ele Aristó te les nos preseota lo que denomina • once tra ns-
fo nnaciooes » de la organ i2.;:, .cj6n pofüica de Atenas. También la «Poli-
tenido, con el propósito de facilitar al lector principian-
telo de Plató n •, si bíen c.onccntra sus esfue rzos en la desc 1·ip ci6n del te el buen manejo d~ una obra de tales dimensiones.
régimen polí tico que coosidera co1Do mlis próximo al idc.al, no deja
de retra tar some ramc:11e orros cuatro rcg lm eoes (timocracia , oligar -
quía.. democracia y cira nial, que ~ n prese nt::idos como o tra s t.antas
1. La estructura de la ob ra
fast-s de su fatal co rru pció n. (Sobre los concc pros de pó /ís y polir efa
nos hemos extc:ndído en el «En sayo prcli mlnor » al Crirón, J,• ed., Bue-
nos Aires, 1984, y en el a riículo •Atenas y su consri1ución en la i:poca A menudo han sido d istinguidas cinco secciones en
cla&,ca », en d Anu ario de filosofía jun'di ca y social 2 (Buenos Aires , la composición de la Rep ública: u na integr ad a sólo por
1983].)
el libro I, que constituye un verdad e ro diálog o socráti-
l2 DIÁLOGOS INTRODUCCIÓN l3

co cuyo tema es la just icia ; otra , compuesta por los li- -de la que se habla ocupado ampliamente en II-lll- ,
bros II al IV, donde se traza eJ proye cto político prop ia - en una ex.posición que no gaarda relación con Jo que
mente dicho de Plat ón; una tercera que incluye los li- ha antecedido ni con lo que le seguirá.
bro s V a VII, y que es la sección más est rictamente filo-
sófica de la obra; un a cuarta que conforman los libro s
VIII y IX, en la qu e se exponen los diversos tipos d e 2. La cronología absolula
constituciones políticas posibles, con su probable ori-
gen y desenlace, y los tipos correspondientes de hom- Para explicar aunque sea parcialmente hechos como
bres que suponen; finalmente, la secci ón que constituye los que acabamo s de ejemplificar, se han elaborado cuan-
el libro X, con una sue rte de apéndi ce sobre la poes ía do menos tres hipótesis: 1) ha habido, en vida de Pla-
y un mito escatológico que corrobora lo dicho acerc a tó n, dos ediciones de la República: una que vio la luz
de las recompensa s que recibe el ju s to. no más tarde dd año 390 a. C. y que comprendía el li-
Aunque la obra tiene unidad, se advi erten cambio s bro r íntegro, lo ese ncial de los ac tuales II-IV, el co-
de argumentación, interrupciones o regr esos a puntos mie nzo del V y algunas páginas relativ as a la educación
ya tratados, de un mod o tal, que sugier en que Platón superior, que hoy tenemos en los libro s VI y VII; y una
ha se ntido necesidad de tratar nuev am ente algo o de segunda edición, alr ededor del 370, en la que el mate-
recome nzar La obra sin suprimir lo anterior o de int e- rial fue reelaborado, quedando de la manera en que lo
rrumpir el tratamiento de un punto para aclarar otr o. conocemo s hoy •hi'; 2) el libro I fu e publicado como obra
et c. Entre los casos más llamativos podemos mencíonar independiente, con el título Trasím aco, alrededor del 390,
el evid ente hiato entre los libros I y 11, tras el cual (con ant es que e! Gorgias, que significó una reelabor ació n
las palabras «creía haber puesto fin a la conversaci_ón»)
se pro sigue un diál ogo que parecía concluido , pero con ib; , En apoyo de esta le.sis se citan, bási.camente: 1) un testiroonio
de AuLo Gt!LIO, Noch es Áticas XlV 3, dond e nos dice que, e(I su Cirope·
n.uevos interlocutor es, que continúan en este papel ha s-
dia. Jenofonte se opu so a la República tra s habe r leído «los apr oxima ·
ta el final de la obra. Al comienzo del libro V se produ - damen le dos libros que fuero11divulgados en primer lugar», y la com·
ce una interrupción de Adimanto, pero , a diferencia de probación de J. Hírm er de que. en la edi ción antigua de la Rep ública ,
otr as interrupcione s, ésta no hace avanzar.la discusión com puesta de seis lib ros , los dos primer os correspondlan a algo más
anterior, sino que, a propósito de un punto apenas ro- de 1res libros de las edi ciones actuales; 2) el resumen que de la Rep, i·
blica se cree hal lar en las primeras páginas del Ti,neo , y que contc:n·
zado antes (la comunidad de mujeres y de niños), con s- dría s.ólo la reseiia de los lib.ros U hasta mitad del V: 3) las alusione s
tituye una digresió n, que sólo cede lugar luego ante la del Busiri s de lsócr ates a las mismas part es de la ohra. Pero cabe re·
problemática füosó fica más importante de la obra. El plica r a 1): el testimo nio de Aulo Gelio pu ede valer mejor pnra ava lar
te ma iniciado al fin al del libro IV (la descripción de los una hipótesis como la que nosot1·os pref erimos; a 2}: ya R. HtRZEL(De r
Dia log, 1, Leipzig, 1895. reimpr. 1963, págs. 256-257, nota) demostró
típos de organizacion es políticas) qued a así relegado ha s- que en el Timeo no se alude a la Repúbl ica sino a una conver sa ción
ta que se retoma al comienzo del lib ro VUI. Finalme n- fictic ia; y C. Rittcr y A. Rivaud consolidaron esta demostració n; a 3):
te, cuando uno pensaría, al término del libro IX, que para Jo tocante al Busiris, nos remit imos a la refutación que hace A.
sólo debería esperar a continuación un mito escatológi- D1ts (•lntroduc tion • a la Répub/ique, Les Belles Lettres, págs. CXXVJJI·
co, a] comienzo del X Platón vuelv e sobre la poes fa CXXXJV).
14 OIÁLOGOS INTRODUCCIÓN 15

del tema -mejor desarrollado-, por lo cua l Platón op- mo las que les hace en el libro IX, pasando por una
tó por integrar el Tras(maco en una obra de mayores caracterización de la justicia similar a la que traza al
alcances, que es la que ha llegado ha sta nosotros; 3) la final del IV (aunque probabl emente sin la concepción
República fue compuesta a lo largo de dos décadas a <le un alma tripartita, que parece corresponder a algún
partir, aproximadamente. del 390; no necesa riamente las momento posterior aJ Fed6n) . De este modo. los libros
pa11es concluidas <le la obra fueron editada s en seguida I[ al IV habrian implicado una doble innovación con
de ser escritas, y su ord<.·n ha sido el mismo que conoce- respecto al plao inicial de la ob ra: la tesis del almo I ri-
mos nosotro s, con la excepción de qu e aparen temen te part ita, por un lado, y, sob re todo, la idea de buscar
los libros VlII y IX f-ueron compuestos a continuación en la sociedad un concepto de justicia válido también
del IV, y sólo más tarde los V-VIl y el X. para el individuo , idea qu e permite impulsar la indaga-
Es es ta tercera hipótesis -que fu e C. F . Hermano ción acerca de) mejor Estado posi ble , y que implica for-
el pri m ero en sostenerla, en 1839, aunque no exacl_a· jar un proyecto poüt ico. Ambas concepciones, por tan-
mente en los mismos términos en que acabamos de to. surgirían poste rionnente al primer viaje a Italia y
formularla- la que aquí aceptamo s. dado que nos sir\'e a Sicília (388/387) y a la com posición del Fedón y del
para explicar las dificulcades que hemos visto sio !a pre- Banquete (ca. 385), un os cinc o años después de escri·
cariedad de las otras dos. La idea más arriesgada que to el libro l. Estas conj e turas no implican necesaria-
presenta es l.a de que los libros V a VII fueron redacta· mente una edición separ ada de estas parces de la obra;
dos después de los VIH y IX; y aun no se trata de una au.nque, si confiáramos en el testimonio de: Aulo Ge-
conjetura forzosa. DesarroJlemos, pu es , esta hipótesis. lio 1m , cabría pensar que, ca.o lo ya redactado, ha podi-
El libro l no debe haber sido compuesto antes del do tener lugar, si no una edición en sentido estricto,
año 390: en esto concordamos con las dos hipótesis que sí una difusión entre los miembros de la Academia y
rechazamos; su estructura, en efecto, oo es la misma ocros amigos de Platón sufici ente como para que el con·
que la de los primeros diálogos llam ados u socráticos »; tenido de los libros 1-(V fuera ya conocido en pequeños
n.i siquiera puede decírse que sea estrktameo te aporéti· círculos de Alenas. Sobr e la base de tales conjeturas
co, puesto que la refutación de la tes is formulada por nos atreveríamos a decir que, cuando Platón escribió
Sócrates aparece sólo al comienzo del libro II, en forma los libros U a IV, modifi có sus tancialmente el plan que
de objeciones. Es difícil es1ablec er si Platón lo compu· tenla para la obra, ya qu e ésta pasó a proponer una
so como introducción a la obra, contando ya con un plan utopía política, y seguramente Platón pensó entonces
para toda ella, o sí lo escribió pensando en editarlo in· un des.arrollo más all á del libro IV, que incluyera la
dependientemente. Nosotros nos inclinam os por una con- descripción de las diversas formas de gobierno y de los
jetura en cierto modo intermedia : Platón habría tenido tipos humanos corre spondientes, y un final mitológico-
el propósito, al escribir este primer libro, de componer escatológico a la man era en que lo había hecho en el
una obra de una extensión no ma yor que el Gorgías so- Gorgias y en el Fedón. De este modo, la composición
bre la justicia , sobre la cual ya tenia en me nte, al termi- de los libros VIII y IX no habría tardado en seguir a
na.r el libr o l, objeciones como las que al comienzo del
JI formulan Glaucón y Adimanto, y réplicas a éstas co- 11« cr. nota an terio r.
16 DIÁLO GOS INTRODUCCIÓN l7

la de los 11-IV. En cambi o, La de los V a VII tiene nar más página s aún sobre el tema, ah ora desde una
que haber sido posterior a los años 379/377, ya que perspectiva ontológica.
-como Wílamowitz fue el pri me ro en advertir - en VII Por consiguien te, la composición de la República ha
540a-b Platón afirma que el filó sofo tiene acce so a la debido extenderse a lo largo de un período de quince
Idea del Bien pasados los cincuenta años de edad , afir- o veinte años: a partir aprox imad am ente del 390 a. C.
mación que obviamente no ha bría hecho si él mismo hasta no mu cho antes del 370.
no estuv iera en esa situación . Y esa referencia al co no-
cimiento de la Idea del Bien es imprescindible no sólo
para la alegoría de la caverna, sino también par a la del 3. La cronología relativa
sol; y sin eluda el libro V guarda unidad con los VI-VII,
al meno s desde el planteami en to de la exigencia de sa- Mucho más sim ple para nosotros se presenta el pro-
ber si la org anización políti ca propuesta es po sib le y ble ma de establec er la cronología de la República en
cómo; lo cual conduce a la caracterización del filósofo relación con otras obras del Corpus Platonicum, porque
y al terna de su educación . Ciertamente, no podemos al presente existe casi unanimidad respecto a su ubica-
calcular los años que han podid o separar a es ta parte ció n dentro de ést e. En efecto, si tom am os en cuenta
de la obr a de las anteriores ya que no nos atr evem os las cronologías pro puestas por veintic inco o treinta de
a prop oner fechas para la composición de los libros JI los más important es platonistas e hi sto riadores de la
al IV, y por consigujente tam poco de los libro s VIII y filosofía griega. veremos que entre ellos reina unanimi-
IX. En cambio, podemos afir ma r que fue en la década dad en considerar, co mo anteriores a La República, to-
de los set en ta cuando se red actó Ja parte filosóf icamen - dos los escritos llamados «juveniles» y algunos de ma-
te más importante de la obra (los libros V aJ VII), y durez como el Fedón, y, como posteriores , el Pannéni-
seguramente antes de finalizar dicha década se comple - des, Teeteto, Sofista, Político, Filebo, Timeo, Critias y Le-
tó la obr a con el libro X, en donde se antepuso al mito yes (aunque difiera n en el orden de est os escritos de
de Er, probablemente ya plan ea do antes, un nuev o ata- vejez). Para la casi totaHdad, tam bién el Fedro es poste-
que a la poesía. Por las palab ras de Platón («considero rio r; las excepciones a esto son Gomp erz (1902), Shorey
que hem os fundado el Estad o de un modo enter ame nte (1933) y Guthrie (1975). Para la inmensa mayoría, el Euti-
correcto ... a l no aceptar de ninguna manera la poes ía de mo, Crátilo y Ba nque te Uunto con el Fedó n} son- ante-
imitativa ... A vosotros os lo puedo decir, pues no iréis riores: el Crátilo es poster ior sólo pa ra Gómperz, Corn-
a acusarme ante los poetas trágicos») se tiene la impre- ford {1927), Shorey y Guthrie (1978), mientras el Ban-
sión de que, después de la difusión de los " libros 1-IV quete es posterior sólo para Cornford (quien es el único
a que alu dir ía Aulo Gelio, po eta s o intelectuale s re ac- en tener también po r posteriores el Men éxe no y el Euti-
cionaron ante las críticas qu e Platón babia hech o a la demo) y para Crom bie (1962). Esto mue st ra que sólo eo
poesía en los libros 11-JII.Pla tó n ha debido per cibir, a los casos del Fedro y del Crátil o hay mayor discusión.
través de esas reacciones, debili dades en sus ar gume n- y aun así, sólo entr e una minoría de invest igadores. Por
tos, y eso e'xplicaría que con siderara necesario adic io- cie rto que en esto hablam os de Rep. II-X, ya que en cuan-
to a la composición, muy anterior, del libro I no hay

94.-2
18 DIÁLOGOS INTROOl/CClÓN 19

consenso. Nosotros creemos que éste ha precedido al a ser usado por Platón . Los libros II-X están anudados
Gorgias y, por cons iguiente. al Menón y a los diálogos al primero, de modo que forman parte del relato inicia-
de madurez. en lo cual coincidimos con quienes Jo con- do en éste .
ciben como obra separada, pero no lo anteponemos a A partir del encuentro, que narra Sócrates, entre és-
ningún otro diálogo juvenil, por la dislinta composición te y Polemarco, se sitúa la escen a en cas a del anciano
a que nos hemos referido. Por consiguiente, podríamos Céfalo. padre de Polemarco, que era un meteco -o sea,
proponer uo ordenamiento de esta índole: un cx,ranjero con residencia permanente en Atenas-
que habitab3 en El Pireo, puerto de Atenas, donde se
1.0 Diálogos de juvcn!Ud (incluyendo el Mené:c.e.110,no Cor·
concentraba la may or parte de los metecos dedicados
gin$ ni Mwón)
::il comercio o a la industria . El trozo filosófico inicial
2. 0 Rep. 1
3.0 Gorg:a.s. Men ón de la obra nos lo presenta con ve rsando c.on Sócrates
4. 0 Eutid emo, Crdti/o. B0r1que1e, Fedón (no accesariaooen · acerca de la vejez. en sabroso diálogo imitado más tar-
h: en este orden) de por Cicerón. Eo el momento en que Sócrat es pone
S.º Rep. 11-X énfasis sob re el concepto de justicia , Céfalo se retira
6.° Fedro de esceoa y es sustituido corno interlocutor por Pole-
7." Dialogas de vcj e-t. marco. Per o la mansa aceptación por éste de las obje-
ciones de Sócrates. que lo hacen contradecirse. desatan
la ira de Trasímaco , quien irrumpe eo escena de u.na
4. Los personajes y .SIi participación en el diálogo manera qu e hace pensar ea e l momento en que, en el
Gorgias 481b, Ca]icl es desaloja del papel de interlocu-
La República es un diálogo que tiene la parciculari · tor a Polo . Como a]\j Calicle s, Trasímnco asume e l pun-
dad de no introducir directamente en escena a los per- to de vista de un sofista oligárquico que justifica la ley
sonajes que mantien e n la conversación a lo largo de la del más fuerte. Pre sum.íbleroe me se trata del maestro
obra, sino de pres entar primeramente un narrador. Es- de oratoria que es criticado en el Fedro. Pront o Trasí-
ta modalidad la comparce con otros escritos platónicos. maco es amansado por Sócrates y termina resignado
como Cánnides, Lisis, Protágoras, Eutidemo, Fedón, Ban · a su derrota. Al término del libro I desaparece como
quete, Tecteto y Parménides. Pao a diferen cia de los interlocutor, aunque no sólo permanece presente, sino
cuatro diálogos mencionados en úlümo término, el re· que su punto de vista es tenido en cuenta más de una
)ato re s el propio Sócrates . protagoni s12 de la obra. Tam- vez en las argumentaciones en pro y en contra (cf. U
bién se diferencia del Protágoras y Eutidemo en que, 358a-e, 367-368. V 450a-b, VI 498c, Vlll 545a, IX 590d) .
en estos escri tos, Sócrates comienza, en un caso. con- Hay otro personaje que int erviene fugazmente en el Ji.
versando con un am igo, en el otro con Critón, a quienes bro J, Clitofonte, quien lo ha ce en favor de Trasímaco .
se d irige luego el relato . Como en Cánnides y Protágo- y que en la vida real ha desempeñado un papel político
ras, en Rep. T.Sóc n'\les es inicialmente el únic o person~- en Atenas, especialmente en la revisión constitucional
je, por lo que debe enrenderse que dirige su relato d1- del año 411. En el libro I son mencionados también Ni-
rec\ameo te al lector. Este procedimiento no ha vuelto cérnto -hijo del general · Nicias - , Lisias y Eutidemo
20 DIÁLOGOS INTRODUCCIÓN 21

-hermanos de Polemarco-, un discípulo del orador Is6- 332d Polemarco: es el beneficio a amigos y perjui cio a enemigos
crates, Carmántides, y los hermanos mayores de Pla- Sócra1es: pero si se perjudica a un caballo; se le welve
tón, Glaucón y Adimanto; pero ninguno de ellos toma peor respe~to de su excelencia (aretl); dado que la justi-
parte en la conversación. No obstante, a partir del libro cia es la excelencia del hombre, al perjudi ca r a un hom·
II Glaucón y Adimanto sé convierten en los únicos in- bre se lo vuelve más injusto, y así se haria . justicia pro-
terlocutores de Sócrates. Al comienzo de ese libro, la duciendo injusticia.
fuerza de sus argumentos y el consiguiente desconcier- 338c Tras{maco: es lo que conviene al mlis fuert e
to ficticio de Sócrates nos recuerdan las últimas obje- Sócrates: pero así como un m éd ico di spone no lo que
ciones de Simias y Cebes, en Fedón 84c-91c. Pero luego le conviene a él sino lo que convien e al enfermo, e l go-
quedan reducidos al papel de interlocutores que, con bernante debe disponer lo que conviene a los gobern a•
dos.' Cada arte aporta un beneficio pa r ticu la r: el del mé-
su asentimiento, permiten a la argumentación avanzar
dico, la salud , el del mercenari o el salario . Si el médico
o, con la manifestación de su incomprensi6.n («no en-
gana dinero al curar . no se ben e ficia con el arte medico
tiendo, Sócrates»), dan lugar a una aclaración impor- sino con el .irte del mercenario qu e añade al suyo. Asi
tante. Son notables también algunas intervenciones su- el que gobierna no obtiene ningún benefici o de su arte,
yas en las que Platón, tras decir co~ sotemnídad algo sino de uno adicional.
relevante, se vale de ellos para expresar una chapli -
348c Traslmaco : la injustic ia es c.x:ce/encia y sabiduría ~-··
nesca autoironía (p. ej., en VI 509c: <<¡ror Apolo! ¡Qué Sócrates : pero en cualquier arte e l sa bio no trata de
elevación demoníaca!»). A diferencia de los diálogos ju- aventajar a otro que lo conoce, sino a l que lo desconoce.
veniles -incluyendo ahora entre ellos Rep. 1-, los in- Y el justo no quiere aventajar al ju s to, sino a l no-justo.
terlocutores de Sócrates no quedan confundidos por la Por lo tanto es el justo quien se parece a l sabio y bueno,
argumentación de éste, sino que ponen su buena fe en no el injusto.
intentar comprender las enseüanzas que los acercan a 352d La justicia es la excelencia del alma .
la verdad. Cada cosa tiene una función (érgon) que só lo ella cu m·
ple o que ella es la que la cumple mejor. Las funcion es
del alma son alender, deliberar, etc., y su eKcelcncia es
11. RESUMEN DEL CONTENIDO DE LA REPÚBLICA la justicia, de modo que el alma justa cumplirá su fun-
ción y vivirá bien, no así el alma injusta.

LIBRO I
LIBA.O I[
328c Discusión prelíminnr sobre la vejez
Céfalo: el carác1er, no la vejez, es la causa de los ma- 357a Glaucó1t: la justicia no et. vista como un bien en s{ mismo •
les de que se quejan los ancianos; la riqueza puede ayu- Bienes que deseamos por sí mismos , que deseamos
dar al hombre sensato a ser justo. por sus consecuencias y que deseamo s por ambas cosas .
La justicia es colocada por la mayoría en la segunda cla-
33 lc Céfalo: la justicia es la devolución de lo que se debe
se, como also en sí mismo penoso, y só lo desel\ble por
Sóc(ates: pero se puede devolver lo que se debe con
sus consecuencias.
justici a o no .
22 DIÁLOGOS INTRODUCCIÓN 23

358e Glaucón: la justicia no es cultivada· voluntal'iamente 379a Pautas pa>'a /tablar de Dios (peri tlteolog(as) en los textos
los hombres sufren más al ser victimas de injusti- Hay que representar a Dios tal como es: bueno, y por
cias que lo que disfrutan al cometerlas; por eso la justi- ende que no puede ser causa del mal. No ha de permitir-
cia consiste en un acuerdo para no sufrir ni cometer se que los poet;is presenten a dioses hadendo mal o trans-
injusticias. Sólo cultiva la justicia el que es impotente formándose: lo excelente no es susceptible de modifica-
para cometer injusticia. Milo de Giges. ción; tampoco mintiendo, pues la verdadera mentira es
362d Adimanfo; es preferible la injusticia a la justicia odiada por dioses y hombres, y la mentira en palabras,
Cuando los injustos son ricos pueden reparar cual- que es útil a los h.ombres, no serfa útil para un dios.
quier delito y librarse de los males del más allá. Incluso
se puede persuadiT a los dioses.
LrnRO lJ(
• 368a Sócrates: nacimiento del Estado sano '
Se buscará la justicia en el Estado (p6Iís) primera- 386a Pautas para hablar de los hombres en los textos
mente, y luego en el individuo. El Estado nace cuando Los poetas no deben presentar a los héroes lamen·
el individuo no se autoabastece sino que neccsüa de otros, tándose por la muerte: tampoco como presas de risas
por lo cual se ásocia con los demás. Estas necesidades o ensalzando la buena mesa.
son: l) de alimentación, 2) de vivienda y 3) de vestimen· 392c Pautas para la dicción de la poesía
ta. Los expertos en cada aclividad producirán para lo- La narración puede ser simple (ditirambos.), por me-
dos los demás, recibiendo a cambio los productos que dio de imitación (tragedia, comedia) o por ambas cosas
necesitan. Se llevará una vida austera. a la vez (épica). Los guardianes no deben hacer imitacio·
,. 372d Trán,;ito hacia el Estado enfermo nes, ya que cada uoo es apto parn una sola tarea. Pero
Glauc6o: uoa sociedad de cerdos no sería distinta. sí imium. deben imitar sólo caracteres valientes, mode-
Sócrates: pues entonces habrá que añadir cocineros, m<:- rados, piadosos, etc. Usarán el tipo mixto de narrativa,
dicos, músicos, modistas, etc. Será un Estado enfe1·mo con una parle breve de imitación.
o lujoso, cuyo territorio debe agrandarse a costa del ve- 398c Paulas para tus melodfas
cino: origen de la guerra y del ejército. El ejérci10 debe Como h1s armonías han de adaptarse al texto, no se-
ser profesional. rán q_uejumbrosas ni relajantes: las únicas aceptables son
, 374e Cualidades que deben tener los militares la doria y la frigia. No se necesitarán instrumentos de
Serán seleccionados como militares o guardianes los muchos sonidos.
que posean agudeza, rapidez, fuerza y valentía; deben 399e Pautas para los ritmos
ser mansos con sus comp,nriotas y feroces con sus ene- Sólo deben permilirse los ritmos que sean propios
migos. de un modo de vivir ordenado y valeroso; el pie y la 11
• 376c La educación de lo$ guardianes. La. música: los rextos melodla deben adecuarse al texto y no viceversa. '
Hay que rechazar la m::1yorla de los mitos de Home·
1
ro y Hesíodo, que presentan a los dioses como crimina-
• 403c ln gimna~ia y la medicina
Debe cambiar el régimen de vida de los atletas áctua·
I
les o combatiendo entre sí. les. que duennen demasiado; se éxcluirá el pescado y ,
la carne hervida, pero sin estar pendiente del régimen. 1
Sólo los ricos, que no cumplen una función en la socie-
24 DIÁLOGOS INTRODUCCIÓN 25
I
dad, pueden pasarse el tiempo con los médicos; el arte- • 421d la pobreia y la riqueza de los ciudadanos
sano no tiene tiempo para I ratam.i entos largos. No debe haber gente rica ni pobre. ya que, si es rica,
• 410b Poder edu cativo de la gimnasia y la músi ca . no se ocupará de su tra~Jo, y sí es pobre, no podn'.l.
reali2arlo bien. Y si en una guerra :¡e combate con tra
, Ambas educ an el alma: la gimnasia, su lado fogoso
un Estado en que hay ricos y pobres, se les ofrecerá
(thymoeiclesj, y s1 se combina con músic a, que cultiva
la dulzura, produce. en lugar de la fuetza bruta, la a éstos la fortuna de los ricos a c.:imbio de su alianza.
ya que en es te Estado no in1eresa la rique-za.
valentía.
• 412b Prueba s de los candidaLos a gobernantes • 427d l<IS partes de la excelencia en el Estado
Los qu e gob iernen . serán los que teng an la convicció n Para saber si se halla la juslicia en el Estado. basta·
rá oon examioar si están presentes las otras tres ¡>3rtes
(dóg ma) de q ue lo que deben hacer es sie mpre lo qu.e
de la e.·«;ele ncia: la sabidurla (sop/i{a) la moderación
más convenga a l Es tado. Tres clases de prueb as: 1) en-
carg a rlos de ta reas que faciliten su olvi do de es.a con.vic· (sophrosyné) y la valeorla (andreía). El Est.ado es sabio
no por e l conoc imieoto de alguna cucst;ón particular,
ción; 2) í01ponc rles tra bajos. suf rirnieot os y competen-
cias, y 3) llevarlos a lu gares te1TOrificos y luego a otros sino po r el de Sll totalidad, que es el apropiado p,ir;,
]a vigilancia que esú presente en los guardianes. El Es·
placenteros.
tado es valiente si lo es aqo.:lla parle suya que va a la
, 4 14 Mito de /i;s clase.s gu erra por su causa . El Esudo es moderado cuando go-
Todos los ciudadanos ha n sido criados y educad os berna ntes y gobernados coinciden en qui~ nes deb en go-
por la ti err a, que e s su madre y nodri7.a; por r.arno. to- be rna r: así la mejor pane gobierna a la peo r.
dos son hermano s entre si. Pero en la compos ición de
• 432b La justicia en el Estado bie•i fundado
unos (guardianes gobernantes) entró el oro , eo la de otros
Es lo que res ta para que el Estado a.lcance la exce-
(:rn:dlia res) la piar a y en la de otros (labra dores y anes.a-
lencia: consiste co que cada uno haga to que le corres·
nos) e l bron ce y e l hierro. Puede dars e el e.aso de que
pand e en e l Estado.
un hom bre de oro ge nc.-e uno de bronce . y que uno de
hierro gen ere :.1 uno de oro; en todos los casos hay que 436a Las parres del a.lmo
lle\'arlos aJ sector que les correspoode. ¿ Están presentes en el individuo las mi sma s clases
, 416a Comunidad de los guardianes que en el Est ado ? ¿Hablarnos de géneros d.is1in1os. cua n-
do de cimos que por medio de uno aprendemos, por otro
Para ser com o pe rro s de rebaño, no como lobos que
dev oren a las ovejas , los guardianes no deben contar con som os fogosos y por otro anhelamos placeres?
bienes privados, sa lvo de primera nec esidad, y harán sus 436c El principio de contrádicción
comidas en común. Una mis ma cosa no produce ni padece efectos con-
trari os en el mismo sentido, con respecto a lo mismo
LLBRO IV y al mismo tiempo; no debemos confundimos cuando
una cosa parec e una y resulta múltiple.
419a La felici dad de la clase goberrumte y la sociedad
437b Las partes del alma (continuación)
Adim ant o : los gobernan tes, tenie ndo todo en su ma ·
Si alguien .t iene sed, es debido a la parte ir racional ·
no para ser dichosos. no podrán así disfn n ar como los
(alógiston) y ape titiva (epithyme tikó n) del alma, pero puede
de otros EsJ'o.dos. Sócrates: no debemos mirar a la felici-
no qu<!rcr beber a causa de! razonamiento (logismós). La
dad de los suardianes, sino a la de toda la sociedad.
26 DIÁLOGO S INTRO DUCCIÓN 27

fogosidad (thymás) pa sa a veces por seme jan te a la ape- b en poder regocijarse y e ntris tecerse por las mis ma s co-
rír iva, pero cuando un o se encoleríza conl( a los propios ses (por decir tocios 'mio' a lo mismo).
dese os se ve que no es así; campoco se idimtifica con
• 469b La esclav itud y las luchas ent re griegos
la pa rte racional (logist lk ón), ya que uno p uede entusia s,
Los griegos no harán t:sc lavos a ot ros grie gos, sino
marsc írra c íonalmenr e y ser llamado al or den por la r a-
só lo a los bárba ros. En bs gu erras enl re griegos no se
zon. Por tanto, son tres géneros d istint os .
desp ojará a los cadáv er es, excepto de :;11$ am1as , y &srns
44Jc Funcion es de las parles di!I alma no se rán ofr end adas en los templos; no de pre darán los
As l como el Estad o es justo cu.ando las tres clases campos ni ince ndiar án las casas de lo s ve ncidos.
hace n ~,cu una lo suy o, lo mismo con el in d ividuo: al
• 47 lc Gla:ucón: ¿es po sible que tal org anizació n pol lt iro exista?
raciocinio correspond e ma odar y a la fogosida d se r su
Só crates: se ha índ ag,tdo qué es la justi cia y e l hom -
serv idor y aliado. El in dividuo es valiente cu a ndo la fo.
bre justo para pr o pone r los como para d igm as para nues-
gos idad se atiene a lo pres crito por la r azón, e~ sab io
1ros ac tos, no pa ra demoslrar q ue su ex ls rcncia es pos i·
por la pa rte ra cional y es mode:ra do por la amistad y
b le. La praxis a lc.i.nza siem pre menos la ver dad que las
coocord l:t de estas p 11r1es en tre sí.
pa lab ,as. Más bien hay q 11e demostrar có mo se puede
fund ar el Es ta do más pr óximo al descrit o . La condición
e s que los filós o fos rei oe n c o los Estados o lo s gober-
LL8RO V
nan tes filosofen .
• 45 Id Na111r-
ale1A y tareo.s de la •nujer- 474b El filósofo
En cuanto a la natur a leza difieren entre s( un ho m· Los qu e aman algo lo aman en su totalidad y no
br e ca rpint e ro y a iro méd ico, no un hombre médico y e n una parte ; as l el ·~mante de la sabídurl a' (philóso·
una mujer médica: las dotes naturales está n sim ilarm ente pho s) es aqud que gus ta de todo estudio, s in hartarse
dis tríbuid .ls en el homb re y la mujer; ~ólo difi e ren en nun ca. Pero hay que di st inguir el 'verd adero filós ofo' del
qu e la muje r es más débi l. Por lo tamo las m uje r es <le- qu e es ' parecido a un filóso fo'.
b.c:n re al izar las mism as tare as que los ho mb res y reci·
bir la m isma edu cación. 475e L-Os filósofos y fas Ideas
Lo Bello . lo Justo . lo Buen o y todas las Ideas son
• 457c Comun idad de muje res y de ni ños un a cada un a , pero, a l ap arece r en cocnun ' ón con accio-
Ninguna muj er co habi1ará en p riva do con Wl hom- nes, cuerpos y unas coo 01r:is , cad a una pa rece: múlti·
b re; las mujeres se rá-n comunes a todos los hombr es . pl e . Los verda deros filóso fos, a diferencia de los parecí·
Po r par1icipa r de las m ísmas tareas, llegarán a la unión do s a filósofos, no confun de n la Idea con las cos as que
sexu al; se celebrarán matri m onios sagrados ent re lo s me- de ella particip an .
jore s gua rdianes y las mej ore s guardianes. Los hijos se-
rán comunes y no sa br á n qtúé ncs $00 sus pad res; su edu- 476d \ EJ obieto del conocimiento y el objeto de la opinió n
caci ón será confiad a a magis trados, separ á ndo se a los E.I que cono ce, coo oc.c a lgo que es (ón), no puede co-
mej ores . nocer lo qu e no c.s (m t ó 11).A lo que es cor responde el
conocimie nt o cient(ñco (epi.s,u~ a lo que co es corre s-
• 462a Caráct er co munitario de !a socied ad ponde la ignora ncia. Tamb ié n el que opina det)e opinar
Él mayo r ma l pru--ael Es tad o es lo que lo divide y sobr e alg o y no sobre lo que no es. pero la op inió n (d6-
el mayor bien lo qu e lo uo e. Por ende, debe ha ber -una xa} es a lgo má~ oscuro qu e el conocimiento y m:ís claro
comuni da d de placer y dol or: todos lo_sciud ::tda nos de-
28 DIÁLOGOS IN'tRODUCCIÓN 29

que la ignol"lll1cia, y por ende oorresponde a algo i.nU:r· gar hasi.a cl objelo del estudio ~upremo, la Idea del Bien,
medio entre lo que es y lo que no es: la multiplicidad, que es algo superi'or a la justicia.
p. <.:j•• de cos as beJl:;,s es algo intermedio entre la esencia
506c Al~goria del sol
{o,ISÚl.)y el no ser {to mt eina.i). Los que gustan de ella
Las cosas múltiple ,; son vistas. las Idea s pen sadas.
son amantes de la opinión (philódoxoi), no filósofos .
Lo que es el sol en el ámbito visib}e respecto a la. vist ~
1 y de lo que se ve, es la Idea del Btcn en e l á mbito 1oteli-
l:'IBRO Yl gible (noetbs t6pos } respecto del int electo (no1is) y de lo
que se intdig e. o se.a. de la., Ideas. Asi como el sol apor·
486a El alma filosófico.
ta a las cosas \'isibles la propiedad de ser ·\liscas y 1am ·
El alma filosófica suspira siemp re por la totalidad
bién $U vida. as( la Idea del Bie n confie re a la~ Ideas
íntegra de lo divino y de Jo hum.ano. Desde temprano
el poder de se r conocidas pero además el exisr ir (10 efr1ai}
es justa y man sa, bien dotada de memoria y facilidad
y la esencia {011sía). aunque ella mi sma no st~.,_esencia
de aprender.
sino que esté más allá de la e:;cncia.
487d Dificr,ltades del ejer cicio de la ve rdadera /ilosofla
509d Alegoría de la Uneu
Cuand o las cualidades del alma filosófica (valencia,
Dividida una linea en dos seccioces desigual e s, Y <:.a·
moderación, etc.) se nutren mal. arrancan al alma de la
da un a de ellas e n otras dos. t<'nclremos. en la sección
filosoft a. Los qu e corrompen a los Filosófos oo so c los
visible , unn subsc,cción de imágenes (sornbr ~s . reíl ejos)
sofis1&s sino los acu sa dore s de éstos, que son los más
y otra de la cua l en la prime ra ·h!ly imágenes (se res vi·
grande s so fistas: la multitud en la uamblea. teatro, etc.
vos. an d ac1os). A su vez. en la prim e ra suhsección de
Los sofi s tas no enseñan privadamente otra cosa que las
la part e inteligible, el alma se sirve de supues1o s (h.vpo·
convíc.ciones que la multitud se forja cuando se coogre-
iliéscis), sin marchar has1a un pri ncip ie,) (arche) sin u ha-
ga . Son muy pocos los que tratan dignamente con la fj.
cía la condusíón. En la orra ~ubsección parte de supues·
losofía, y, al no ver nada sano en la política. se a lejan
tos, pt:ro avanz.a por medio de Ideas hasla !legar al prin-
ele es<a.
cipio no supuesto (an)'¡>Othe ros arc1ré). La se11ei6n visibl e
497a LA ju.vznrud y la (iloso{ia ~ conoce med.i.rnle la opinión y. dcnrro de ella. la sub-
Cuando los adolescentes abordan la filosofía, al lle· sección de imág enes por lá COJJjetura (eíkas(a) y la otra
gar a su parte más dificil, la relativa a los conceptos por la cr eencia (p(stis); la s.elcción Inteligible es conocida
absu-actos (tó peri toú.s lógous), la abandonan. En la ado- mediante la intelige ncia (ttotisJ: den1ro de ella la sub s cc-
lescencia hay que da rles una educación apropiada a la ción inferior medi ante el pe nsamient o discursi110 (diá-
edad, y, sólo cuando la fuen.a corporal declina, hacerlos noiaJ. la sup erior por el inrel ecto {n(lú s).
o cuparse de la lilo:sof(a.
499e Posibilidad de persua.dir a la mi,/titud
La mu ltitud está mal dispuesta con la filosofla por· ,.
LIBRO VtJ
qu e nunca ha visto un filosófo como el descrito, pero 517b Aleg orfa de la caverna
se le puede persuadir de que Jo dicho es ver dad. La caverna es el ámbito visible en que vivimos Y el
502c El objdto del estud io supremo fu: go en ella es el sol: afuera está el ámbito intel.igfü!c.
Hay que probar a los guardian es en la p ráctic.:-. de las lde:1s, y el sol es la Idea del Bien. Ei ane de volver
los es rudios superiort:s, para ver si son copace s de lle- el alma de sde las 1ir1icblas hacia la luz es la cd~c.:ició!' ·
..
30 DlÁLOGOS IN TRODIJCCIÓN 3¡;

Los gobernantes. una vez educa dos de ese modo. deben y conjetura; a estas dos .:o conjunto, opinión. y a las
~obemar. dos primeras en coC1junto, inrcligencia (nóesi.s). Es1a se
, S22_c Estudios del filósofo: /) aritmética refiere a la esencia . y la opinión al devenir . Esen cía: de-
Para escapar al ámbi10 del devenir (génesis) y captar venir :: inteli gencia : opinión , y a su vez ciencia: cre encia
la esencia el guardián debe estudiar arionét.ica, que ele- :: pensamiento discurs ivo: conjetura.
va el alma y la obliga a discu rr ir (dialégt!..!thoi) ~obre los • S34b Form.oción de los dialécticos
Núml'ros en si. Estudiarán desde niños. A los veinte años se ele girá
• 526c 2) geom etría plan a a los más Inteligentes y durante diez años se les hará
Aunque los geórnctrn s hablan de 'cuadrar', 'aplicar', Lencr una visión en conjunto (sjnopsis) de lo que en for-
etc ., como si sus discursos apuntaran a la praxis, la gco- ma dispersa estudiaron cuando nlflos. A los trein ta afios
metrla se dirige al conocimiento de lo que es siempre. se ·seleccionará a los más ca pace~ de prescindir de los
sentidos y de mar char hacía lo que es ea sí. y se les_
• 528a 3) estereom e rrla
hará des ce nder a la caverna para ejercitarse en iodo lÍ·
El es1udio del sólido en si mismo ha sido emprendi- po de tra baj o. A los cin cuenta se los forzará a con tem-
do h as ta ahora débilOlentc; el Esudo debe promovérlo. plar la Idea de l Bien, y a. torm,nd ola como pa rad igma.
• 528e 4) astronomía alternarse durante el resto de sus vidas en el gob ierno
No hay qu e ocuparse de ella con la vista, ni aunque del Estad o. ·
,;emir e haci a arriba , sino con la inrcligeocia: los astros
que se ven sólo sif',·en como ejemplos para el estud io
de los que no se ven. en su ve locidad, figura y relaciones LIDAO VIII
verdad eras.
, S43c La.s cinco clases de constituc11.mcs políticas
• S)Od 5) arm onfa El régimen correcto es el descrito. la aristocracia. Hay
Lo mismo en el caso de la teoría matemática de la cuatro regímenes (politefai) deficientes: la timocracia o
músíca: a partir de los acordes que se oyen hay que ele- 1imarqula, l,1 oligarquía. la dcmo~racia y la tiranla . Y
vars e a l examen de los números armónícos y de los que hay otros t.intos tipos de hombres, de cuyo comporta·
no lo so n, lo cual es útil para la búsqueda de lo Bello miento nacen aquéllos.
y lo Bueno.
• 545d Lo. corrupdón del mejor Estado (discurso de las Mu sas)
Lo. DíaUetica, es tudio supremo Ni siquiera los mejores guardia nes podrán con1r ol:ir
Los es tud ios anleriores sólo son un preludio a la dia · por completo la fecundidad y e ste ril idad ajust á ndose al
léc t.ica, que sólo pueden :alcaniar los c.apaces de dar y ··núme ro geo métrico total'; de es te modo se procr ea d
recibir ra 1.ón de la esencia. Tal como el prisionero lleg~ en momen to s no propicios y nacer {m niños no favo , <:ci-
al término de lo' visible cuando puede ver el sol, el dia- clos por la na ,urale-za, que serán inferiores a sus pad re s.
lécti co arr iba al término de lo inreligible cuando con- y cuando les toque gobernar dc:.cuídarán la músic;i y
1empla la Idea del Bien. El método dialéctico es el unico la gimnasia. Así surge la timocracia.
que marc.h:i hasta ella canceland·o los supuestos.
• 547d Lo. timocracia
Retorno a la alegon·a de la Unea: ordenamieruo epistemológico Llegarán al gobierno hombres más fogosos y má~ ap ,
E l conocimiento relativo a l:i.s cuatro subsecciones tos para la guerra que para la paz. Lo que pr eva lece
son: ciencia {cpisteme), pensamiento discursivo, creencia
tU4 g

32 .Di.ALOGOS lNTROl)UCCIÓN 33

en este rlgímen, con la fogosidad. es el deseo de impo- · 562a Ül tiranía


nerse y ser venera do. El deseo insaciable de libcnad pierde a la demo cni-
cia (como el deseo ins.iciable de rique7...apierde a la oli-
. 54&1 El hom bre 1imocrdtico
garquía ). Los ricos que son des¡:,ojados de su fortuna
Ajeno a las Musas. ama el poder y los honores, de
luchan co ntra el pueblo; ~ste pone a su cabe-ta un indi vi-
joven desdeña la riqueia. mas no de aduho . E s h.ijo de
duo que se desembaraza violentamente de sus enemigos .
un padre bucao que vive en un Estado mal organ izado .
Al pr incipio, el tirano libera de deudas a los pobres y
y que alienta en él lo racional. Pero su madre y criados
les da licrras, pero, cuando se reconcilia con alguno~
cuhivan en él lo apetitivo, pues anhelan tener más ri-
enemig os y extermina a los demás, ·promueve guerras
queza y poder y cri tican a su padre. En este conflicto
para mos{rarse como conductor y para qu e los impues-
llega a \m compromiso. y cede el gobierno de si a lo
tos empobre%;can a los ciudadanos y no pued an ocupar·
fogoso.
se de conspirar contra él. Se llenará de enemigos. y será
• 550c La oliga.rquia odiado por muchos .
Régimen basado en la tasación de fortunas; en él man·
dan los ricos. Surgen porque los hombres que ansiab a n
Lll:IRO IX
honore$ termi oan por volverse amigos de la riqu ez.a y
Uevar a los ricos. al gobierno. Son en realidad dos Esta- 571a El hombr e tiránico
dos: uno de los ricos y WlO de los pobres. E.o e l h ijo del hombre democrático hay deseos re pri-
t 553a El hombre olígdrquico midos , que, a más de innecesarios. son contrarios a toda
El hijo del hombre timocrático primero imita a su pa- norma : los forj adores de r.iranos estimul an éstoo; as ! las
dre. pero. al verlo luego procesado y privado de su Cor· opiniones mora.les anteriores son sometidas por otras que ,
tuna. deja de lado la ambición y fogosidad que prevale- cuando está interiormente regido de modo democrático,
cían en su alma y se vuelve hncia el lucro. Su parl e ra- sólo se liberaban durante el sueño; no se arredrar á ante
cional sólo mira cómo acrecentar su riqueza. Reprime crimen alguno.
los deseos de placer para no gastar su fortuna . ~76b Primera prueba de la superiorida.d del justo sobre el injusto
~ 5551> La democracia El hombre tiránico es el más i.njusto y, s i llega a go-
Surge cuando los pobres ven que los gobernant es oli- bern ar solo mucho tiempo, es el más desdichado: es el
gárquicos no valen nada y que sólo gobiernan por dcbi- que menos hace lo que quiere: está forzado a la adula-
Udacl. En este régimen abunda la liben.ad de palabra y ción y al servilismo .
de hacer cada uno lo que le da la gana . 560d Segunda prueba
• 558<: El hcmbre democnfoco SegÚJlla pane del alma que prcdom.i ne. hay tres ti·
Hay de seos necesarios, que hay que sat.isíaccr para p0s de hombres: el filósofo, el .imbicioso y el :amante
no morir, y deseos innecesarios. En el hijo del hombre del luc ro . Subyacentes a cada uno de es tos tipos hay
oligárqu ico se produce una pugna entre ambo s tipos de tres clas es de placeres. El filósofo es el que mayor expe -
dese os. Si ninguno- de ambos tipos es auxiliado d esde riencia tiene en estas ares eta.ses. Par lo tanto. su modo
fuera, el hombre democrático vive de un modo que no de vida es el más agradable.
es contrari o a la libert11d ni a coda norma. ·

94. -3
34 DIÁLOG OS 1N'TRO OUCCIÓN 35
58Jb Tercera pr ueba 608c La ínmortalidad del alma
El estado en que no se .sufre e'sintermedio entre el El mal de una cosa es lo que la corromp e. Pero los
plac er y el dolor . Pero cuando se ignora el verdadero males del alma (la injusticia, la cobardía, etc.) no la des-
plac er se toma por placer Ja cesación del dolor. Cuando truyen. Nunca la perversión de una cosa destruy e a otra,
e l alma sigue a la parte filosófica, cada una de las por- sino sólo la propia perversión. De modo qu e si los males
tes hace lo que le corresponde y obtiene los placeres propios del alma no la pueden destruir, menos aún po-
qu e le son propios. El hombre tiránico, en cambio, so- drán los males propios del cuerpo, que son ajenos al a l-
mete la parte raciona l a la apetitiva. Por ende, el tirano ma. Y si el alma no perece ni a causa d e un ma l propio
vive del modo más desagradable y el rey del más agra- ni de uno ajeno, es inmortal.
dable . El tirano está alejado del verdadero placer en una
6J2b Las recompensas del juslo
cantidad que es el triple del triple.
Aunque laj.u~ticia v~le e1u~ mísma y no por sus con -
588b La ju sticia es mds ventajosa que la íniustícia secuencias, goza de la mejor reputación en t re los dioses
El que comet e injusticia esclaviza lo mejor de sí, y, y hombreºs; pues a los dioses no se les escapa quién es
si la oculta y no la expía, se vuelve más perverso. justo y quién injusto. Y si el justo es amad o por los dio ·
ses , le sucede lo mejor, en vida o tras 1a mu~i:,tc. Lo mis-
mo con Jos hombres:· ta_rde o temprano reconocen la jµs·
LIBRO X ticia del justo. tJ",.<J\} ' '.J~.rv- ·
595a La poes{a 1maativa alejada de la verdad 614b Jiito de Er
Hay muchas camas, pero una sola Idea de Cama, mi- Tras morir, las almas son juzgadas y. según eso, pa-
rand o a la cua l el ,art~_g.oo fabrica las !:amas !!1'llti12_les; san mil años de castigo bajo tierra o. mil de de le ites en
y a su vez e l pintor _hace, ot,:a cama, aunque no una ca- el cielo. Y al prepararse para renacer, no es elegida ca•
!"-l!,.real. Hay, pues,' tre~-ca~·~·s: 1) la que existe en la da alma por el demonio que guía a su destino, sino que
natu raleza y que es creada por el 'productor de natura- ellas mismas escogen sus demonios. Deben elegir entre
leiás ' (phy tourgós), o sea, Dios; 2) la que hace el artesano modos de vida muY,distintos, y luego su dem onio debe
(demiourgás ), o 5ea, d carpintero; 3) la que hace el pin- conducir su ejecución. En la elección pesan los hábitos
tor, que es el imitador. Y no la imha como es, sino como de la vida anterior. En estos modos de vida no hay nin·
Je parece segóo de dónde la mire. Lo mismo los poetas: gún rasgo del alma, porque ésta cambi a según el modo
son imitado re s de imágenes de la excelencia, sín acce- de vida elegido: en eso radica su riesgo.
der a la verdad.
602c La poesía cultiva fa parte inferior del alma
· Una misma magnitud parece distinta según de::dónde
lil. TRES TEMAS DE LA REPÚBLJCA
se la vea, perturbando asf al alma . A esta perturbación
se opone la parte racional, que es, por lo tanto , distinta
y superio r a la parte perturb ada . Ep es ta y otr as luchas
1. La teoría de las Ideas y los conceptos universales
int eriores del alma, la poes!a colabo ra con la par te infe.
r ior , que es la prefe r ida por los poetas para imitar.
Que la teoría de las Ideas ha sur gido a pa rti r de una
problemática mora l de origen socrático, ya fue indic a-
36 Dt,{LOGOS
INTRODUCCIÓN 37
do por primera vez por Aristóteles , en testimonios, por A no dudarlo, la pregunta por la-valentía pide de.: ir
lo demá s, dudosos (Met . I 6, 987b y XllT 4, 1078b), pero «qué es lo mismo en todos esos casos» (Laques 191e,
en ese puolo confirmados por los d~logos juveniles de cf. Eut. Sd), o sea, lo común a todas las instancias parti ·
Platón . En éstos.. se d~_staca, frente al ~relaüvi·smo· ·m,pe- cu lares· a las que damos el nombre de 'valientes'. Pero
~~~ la Atenas de(;i gio . ·/ a:·C.,'la busqueda ae--un si esto se interpreta a la manera del universal aristoté-
patrón supraindividu·a·1 que pt,1eda dar normas a los ac- lico, como una característica que se ha tia efectivamente
Tos. Sócrates .simb ó}izaba este pátrón supraindividual en cada una de esas cosas paniculares, se malentiende
en el- Apolo dé lfico que respondía a las consultas de in- el pensamiento socrático-p]atónico, ya que para éste, por
dividuos y de gobiernos sobre Loque debía hacerse. En ejemplo, la acción de Eutifrón de denunciar a su padre
efecto, la pregu nta sobre qué es la valentía (Laques 190d), no es de ningún modo piadosa, por lo cual la universali-
la moderac'i ón (Cám,ides 159a), la piedad (Eu1i/rón Sd), zación de actos como ése no podría resuhar nunca en
etc., que también Jenofonte pone en boca de Sócrates, la piedad. Es probable 9ue, en eJ_a primera etapa de
aparece como genuinamente socrática, y oo remite a un Plal.ón, lo piadoso, lo justo, etc. , fueran simplemente idea-
univer sal abstracto, como lo entendió Aristóteles, sino les ét icos, como decía Stenzel >.be "'. Conviene notar , no
más bien a la rea lidad divina, en comunicación con la ol:isfa:ñle, que el inmediato antecedente de tales patro-
cual -en el reconocimiento de la propia ignorancia y nes morales era el dios socrático, y que, en la etapa
en el aca tamiento de los mandatos divinos- se genera siguiente de Platón, tales valores o cuaüdades forman
la cu alidad moral de nuestros acto s, con lo cual Dios el ámbito de lo divino, por lo cual cabe dudar de sí la
vient! a ser la fuente de la perfección o excelencia (a re- etapa juvenil ha quebrado en ese sentido la continuidad.
té) humana. Si es c.:orrecta nuestra inte rpretación de que el pa-
Ciertamenle, en los diálo gos juveniles, Plalón no di- lrón supraindividual para Socrales era el dios, al obe·
ce que sea divina, y muy pocas.veces que sea realidad decer cuyas prescripciones perfeccionamos nuestra
(otf.SÍa: Eut.11a, flipias Mayor 302c), pero sí i.nsiste en alma, esta concepción había de estar subyacente en la
qu e se trata de un patrón supraindi vidual . y as í no acep· tesis platónica juvenil de la excelencia o areté -cuyas
ta que el interlocut or conteste con la mera referencia caras eran la justicia, la piedad. etc.-, sin reflexiones
a una instancia particular como «valentía es permane- sobre su srarus onLológico: por esa fe en lo absoluto se
cer en el puesto enfrentándose al enemigo, sin huir» (la· racion alizaba la paradigmati c iaacl-en-·ra esfera ética,
ques l 90e), "piadoso es lo que ahora hago» (Eut. Sd}, no. su condición ontológica. Y en ese sent'ido, análoga-
,,bello e~ una virgen bella,, (Hip. Ma. 288a). No por e.so merite al dios socrático, lo piadoso en sí (donde el «en
es e~ Platón un concepto universal, ni siquiera al elabo- sí,,, autó, subraya el contraste con las instancias pani-
rar sobre esa base la teoría de las Ideas i. culares) es de algún modo la causa de que los actos hu -
manos sean piadosos: éstos tienden a ser como lo pia-

1 cr. C. Ross. Plc1to 's n,eory o/ Id eas (2. • cd .. 0)(ford. 1953). pági- ?lm S1udi1w zur E111 wickl11ng der Plo1011ischer,DiolekJik (2. • ed. re-
na 225, y la crit ica de R. S. BLU CK en Pfalo 's Pl111 edo (Lon dres , 1955), producitla de la de 1931, Darmstadt. 1961). pág. 15. Cf. la critica de
Apéndice VU, págs. 174- 181. füucK, op . cit .. Ap. vm. págs. 184 y 186.
38 DIÁLOGOS IN1"llOOUCC1ÓN 3.9

doso en sí, podrí am os decir pa r afrase ando un a te rm i- Contr a ri ame nte a lo que nosotro s esper aríamos, sin
nología posterio r en P latón. embargo, al llegar a su teo ría de las Id eas, en Fedón
Claro que allí opera t am b ién otro üpo de ejempla ri- y República, Platón se inc lina por u na conc epción m e-
dad, que tiene que ver con el lengu aje y su pode r deno- nossoc .rá:-i'ica3 de l leng uaje : «hay muchas cosas bellas,
minador. En efecto, Eutifrón dic e q ue su acción es muchas bue nas, y as í, con cada multiplicidad, decimos
'piadosa', mientras Me.teto afirma qu e la conducta de que existen y Jas distinguimos con el lenguaje» (Rep.
Sócrates es 'impía'; y se trata de pone r co to a este arbi- VI 507b). De este modo, ~l.!ii.!90.. se atiene ahora ªl. uso
trario uso del lenguaje, que constituy e uno de los pila- co~(rn d~l len.g u~je, y mentando una universalidad ·for-
res del relativismo sohsta. Por eso dic e Pla tón: «Ensé- mada a partir de cosas no realmente piadosas, justas,
ñame qué es la forma específica (id éa) mi sma [de Jo etc., sino simp lemente cosas a las cuales damos el nom-
piados o), a fin de que , dirigiendo la mira da hacia ella bre de piado sas , j ust as, et c., aunque a veces no nos
y sirviéndome de ella como paradigm a, pu eda yo decir parezcan piado sas, n i ju stas, etc. ¿ A qué .S.t d.t..be~.,§.!5:..
que es piadoso aquello que sea de esa 5ndole en lo que .f.ªmbio en el pensa miento platónico? Precisamente al
tú o cualquier otro hace» (6e). Pu es está cJaro que ni nacimiento de la teoría .de las. Ideas, ..antJda.da al surgí-.
Eutifrón ni Meleto, al usar término s como 'piadoso' e miento de una pro ble mática ..~pi_sJ~rooJógicá.
'impío', dirigen su mirada a un ~c!c! Ii n_.s.~_pr_ain_d .ividual ¿Cómo se conoce lo piadoso en SÍ, lo beÜo en sí? Si
que funcione. _como paradigma . Y q ue esto no es una l la mayoría de la gente confunde lo bello con las cosas
( instancia. general o un iversal ya lo dice el uso del vaca· bellas y lo piadoso con los actos piadosos , es porque
' blo 'pa ra digma '. Se trata del pa rad igma del lengu aje co· · la vía cognoscitiva ·haci a lo bello y lo piado so no es la
J rrect o, pero es pa radigma del lenguaje po rqu e a ntes lo 1 misma que la que conduce a las cosas bellas y piadosas ,
1
es de la conducta mor al. y sin duda más difícil. Per o ~- ~.S!,9S..9~J~.t~s en sí pod e-
Cabe objetar que aqu í; de todos modos, est arnos fren- [IlOS acceder con la inteli gencia (nous J,..mieñI~as' q üe' fos.
te a algo universal; pues no se tra la de una u niversali- sej'.;'tldos"'y··ta··opifüon (dó xa) que se basa en ellos sólo
dad formada a partir de actos com o los de Eutifrón, nos penr1hen tomar contacto con instancia s particula:
pero sí de una formada a partir de actos como los de res. Aquí si, en forma explícita, se plantea la cuestión
Sócrates y de todos aquellos -por pocos que sean- que ontológico-exi stenc ial: los objetos del conocimiento de-
actúan teniendo lo piadoso en sí como para digma. Pero ' ben existir, puest o q ue no es posible conocer lo que no
naturalmente sólo es posible saber cu áles son los actos es; pero no han de tener la misma entidad que los scnsi-
realm ente piadosos una vez conocido lo piado so, y no hles, ya que és tos se pre se ntan de modo <;líversoy conti-
al revés. (Y de todas maneras lo piado so es s iempre tra s- lnuamente cambi ante, mientras aquéll os aparecen como
cendente a los actos piadosos, ya qu e no es una instan- 'permanentes e idén ticos a si mismos. La mayor clari-
cia resultante de ellos sino su mod elo.) Hay, pues, un dad cognoscitiv a de los objetos « inteligibles» correspon-
lenguaje correcto y un lenguaje inco rrec to.' El lenguaje
fQfrecto es el Ql!~.atiende a la realid 'ad '(oÜsía; ·a. ·c,aiz: J En efecto, Sócrnte s reservaba, por ejemplo, el nombre de 'juez'
lo -388b-c)'."· _, · ·--- a quien realm ente hacia jus ticia, no a todos los que lo juzgaron (Apolo-
gía 40a, cf. 18a).
40 DIÁJ..OCOS TNTRODUCCIÓN 41

de a una superioridad ontológica: son lo que es reo/- de la experiencia sensible- del conocimiento intelec-
mente (ró ónros 6n), lo que es plenamenre (to pantelós tual, a la que nunca más volvió a recurrir. En cambio,
ónj y, en fi.n, lo único que merece el nombre de a reali- en su propia desmitologización de la caverna, Platón di-
dad" o «esencia,, (ousía.). La reaHdad de los objetos "ºPi· ce que, una ve1. a,ribado el filósofo al ámbito inteligible
nable s" no es negada, pero s{ devaluada: se hallan <:n y contemplada la Idea del Bien, se le forzará a «descen-
un ámbito intermedio entre el ser y el no ser, entre la der junto a los prisioneros». en lugar de lo que ahora
realidad y la nada : son lo que se genera y lo que deviene hace. esto es, quedarse contemplándola, «como si ya en
{para ambos casos togign6menon), y nunca alcanzan a vida estuviera residiendo en la Isla de los Bienaventura-
se r verdaderamente, por lo cual , más que el nombre de dos» (Rep. Vll 5 l 7b-S 19d).
«realidad», merecen el de «devenir» o ocgénesisll (géne· Ahora bien, no sería extraño que, en este giro dado
sis). Además. los objetos «inte ligibles)l recibeo la deno- en la madurez a su concepción de la juventud, haya in-
minaclón de «lo divino e inmortalD (nombres ya de lo fluido el contac10 profundo que con la matemática ha
úpeiron de Aoax.imandro en 12 B 3). mientras los «o¡il- tenido presumiblemente a través de Arquitas en su via-
nableso constituyen «lo humano y mortal»•. je a Italia. Porque indudablemente los obktos matemá-
Es asunto de discusión si Pla1ón situó a estos dos ticos le ofrecían toda una esfera extramoral a la que
tipos de objetos en mundos distintos. los opinables en podí~ te~er acces o con-énntélecto, y gue no podía deri-
éste y los inteligibles en el más allá. Platón ro.ismo nun· var de la multiplicidad sensible. Cuando pensamos el
ca habla de dos mundos dlstintos al referirse a·ambos cuadrado matemático, lo pensamos perfecto, de un mo-
lipos de objetos : en Rep. VI-VII contrasta un «ámbito do que no hallamos en ningún objeto cuadrado existen-
inteligible» (noé.lim rópon} con uno «visible» u «opina- te ni en el mejor cuadrado que dibujamos; o para decir-
ble» s; ciertamente en el Fedro 247c menciona un «ám- lo con otro ejemplo que Platón pone antes que el del
bito supracelestial» (hyperourimion fópon) como mora- cuadrado , el conocimiento que tenemos de la igualdad
da de la «realidad que realmente es~. pero dentro de matemática no proviene de cosas concreta s que ve.mos
un mito. Y dentro de otro en el Fedón 74a-76c dice que como iguales (leños, piedras. etc.), sino de lo Igua l en
el hombre ha adquirido el conocimiento de las-releas sí, a lo cual deben aquéllas que se las llame 'iguales'.
antes de nacer, cuaodo aún no poseía cueri:io 6 : una ex- Las cosas en sí (o oldeas», como se suele denominar lo
plicación del carácter a priori -esto es. independiente q~ .,.;·¡~ verdadera realidad para el Platón maduro.
que sigue usando los términos idéa y efdos, pero no ya
como <rfonna espeélfica») incluyen ahora, pues, objetos
• Sé.anos permit ido 3QUÍ m=lar la diferenciación del Fedó1180a-b
(dond e, en rigor. no se habla de lo 'opinable' sioo de lo 'no -in1eligibl e', materoátícos, además de valores morales. Pero-; una vez
tm6{1011) roo la de Rep. V 478a-e. ampliado·de ese modo su ámbito, encontrándose eo las
~ En realidad Platón nunca habla del • ámbito opioable •, pero en cosas en sí lo que se alie~de para deno(!1inar a las cosas
la alegorí;¡ de la l!nc.l divide ésta en uo.;i •Se.cción inleligi ble• y en concretas, ya resultaba inevitable extender poco a poco
orra «opinable • (VI 510a. VII 534c)
' fiemos intc:n1:.1do una desmilologiiac16n de esos pas.aj e:; en ese mismo carácter a todos los objetos designados en
1968, en E/ • Fed611•de Pfa16» (3, • cd .. Bucrn>s Aires, Eudeba, 1983), eJ lengtJilj.e (mediante adjetivos. sustantivos o verbos).
págs. 63 y sig. Así en el Fedón se habla de la Grandeza, la Salud, la
42 DIÁLOGOS IN'íRODUCCIÓN 43

Fue rz a (65e), la Unidad y la Du a lidad ,(!Olc), etc. En Rep. del Bien, que en la alegoría del sol provee a las Ideas
X 596a-b se añaden Ideas de artefactos , como la Mesa de su existir y de su esencia, «aunque el Bie n no sea
y la Caioa; y en la revisión cr ítica del Pannér1ides se esencia (ousla), sioo algo que se eleva má s allá de la
nos informa que Platóo ha tenldo dudas eo aceptar Ideas esencia en cuan to a dignidad y potencia" (VI 509b). Al
tales como las de Hombre, Fuego y Agua. y ha tendido decir Platón qu e el Bien está más allá de la ousí.a quiere
a rechazar Ideas de Pelo, Basura y Fango (130c), pero indicar una jernrquización ontológica , aunque es eviden-
qu e debía marchar en esa dirección. te que la expresión literaria con que la seña la no lesa-
De aqu( resuJra comprensible que Platón preste aho- tisface. ya qu e en seguida hace un comentario irónico
ra mayor atención al lenguaj e vulgar y acepte que sea y nunca más toca el pUJ)to.
a partir de éste que se da la re ferencia hacia Ideas. pues- ¿ En qué sentido el Bien confie.ce a las Idea~. el ser_.
to que el ensanchamiento del ámbito de Ideas se ha ori- y la esenc..ia? Aquí nos a(tévemos a suge1·ir que •..~~
ginado en el examen del lenguaje ordinario , y ya no res - fuera por la Idea del Bien , la~ {d~~s sí ~e. habrf~n con: ...
ponde, como antes, a un ideal ismo puramente ético . vertido en "universales (como· de hecho pasaron de algún
De cualquier manera, las Ideas no son, tampo co ah o- ~~do a serlo, al suprimirse la Idea del Bien en los diá·
ra. conceptos universales hipostasiados -como creyó logos de veje z). La Idea del Bien sígniíic a .l\lcnte de per-
Aristóteles-, resultantes de una inducción practicada fección de las demás Ideas. Gracia s a ella , las Ideas son
en todas las cosas que reciben el mismo nombre. No Ideas, existen como 1.ales y son lo perfe cto e,n cada ca -
se llega a la Idea del Cuadrado buscando característi · so, aquello a Jo cual aspiran las cosa s particulares ...1
cas comunes a todos Jos cuadrados que vemos, sino, a
la inversa, se dibujan cuadrados mirando al Cuadrado
en sí, y lo mismo con todos los objeros de la naturaleza 2. La Dialécrica en la alegoría de la linea

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y los fabricados por el hombre'. Es decir, se confiere
carácter ét ico a todo el deveni r , que adqúiere así un
signOJnarcadam ente teleológi co. Para explicar esto y
El hecho de que las alegorías del sol, de la línea y
de la caverna sean presentadas una inm ediatamente des-
proveer de una mayo r unidad al ámbito de las Ideas , pués de la otra, así como el que las tre s contengan una
Platón destaca de entr e ellas la del Bien, que hasta e n- comparac ión del ámbito. visible con el ámbito inteligi-
tonces sólo habla tenido caráccer moral, y que pa sa a ble, con spiran contra la percep ción de los distincos en-
ostentar una posición met.a.físicameot ,e privilegiad~ . En foques que Platón hace en cada ca so, e inducen as í
el Fedón se hablaba de ulo bueno común a t0das las a consid erar la alegoría de la línea como ontológica. es
cosas» (98a). «lo bueno y necesario que en verdad co· decir, referida primordialmente a objetos o entidades
necta y conserva todo•> (99c). De aquí se pasa a la Idea metafísicas, a similitud de la del sol, en lugar de episte-
mológica o referida a formas del conocimiento. Sin duda
; Nóte se la difcrcn cía ent re • la Ú.'lma en si • de Rep. X y el Cráli· ya en la alegoría del sol hay un aspecto epistemológico,
fo 389a< , donde aún eidos e idla signifi can •carác ter• o • forma cspe·
cifica ..: el ca rpi n tero fobri ca un a lauudera mira ndo a cnquello qu e puesto que se distingue lo visible y sensible en general
por natural eza sirv e para tejer • -es dec ir, su fun ción-, y asl «apli ca de lo inteligible. Pero el núcleo de esa alegoría es meta,
IEI misma forma especifi ca• ~ todas las lanzadc r~s que fab rica. físic o: el papel de la Idea del Bien es el de dadora del
44 OIÁLOCOS lNT RODUC CIÓ N 45

ser y de la es eocia. Sobre los mod os de conocer un o el gé nero íntegro de cos as fabricadas por el ho rnbre"
y otro ámbito no se extiende allí Platón, sino que le b as- (510a), es decir, de obj e tos o seres, y 2) el de que el pen-
ta con la caract e rización general de que la vista en un samiento discursivo (d iá 11oia). propio de la seg unda sub-
caso y el intel ect o (n.ous) en el ocro son los podere s u sección, es caracteriz ado como «algo int erm ed.io entre la
órganos del conoci mienro. op in ión y la inteligencia» (5 LLd) g.
La situación cambia en la alego r ía de la linea. La Ahorn bien, el carác ter de "intermedio» que Pla tón
lí.oea está dividida en dos seccione s y cada una de éstas asigna a un modo de con ocimiento com o la diánoia no
en dos subsecciones, a cada una de las cuales corre s- permite de ningún modo inferir que el obje to respecli-
ponde un modo de conocimienco: inteligencia, pens a- vo sea una entidad int ermedia entre los objetos de los
miento discur sivo (diánoia), en e l ámbito in1eligible, 01 ro dos modos, sino sólo que configura un en foque epis-
creencia (písti.s) y conjetura (eika sía) en el ámbito visi - temológicamente distinto . Es cierto que Platón da ejem -
ble. Y en cuanto al ámbito inteli gib le, oímos hablar en plos de objetos de conocimiento 'de la tercera sub sec-
é l de ciencias com o las Ma temáticas y la Dialéctíca, y ción, a saber , los seres vivos y los art efacto s , y los de
de hecho el propósito primord ial de la alegor ía par ece la cuarta subsec cióo. las sombras de los objeto!> de la
ser la delimita ció n de la Dialécti ca respecto de las Ma· tercera y sus reflejo s, o sea, las «imág enes•. Pero al pa-
temáticas. Est e propósito reapare ce en la alegoría de sar a la sección inteli gi ble habla de un modo distinto:
la caverna, aunque allí el motivo central resulta ser pe- «en una parte lo se a, en la segunda sub scc ción), el a l-"'-.
dagógico y polírico. m a, sirviéndose de la s cosas antes imitad as como si fu e-
Las interpr e taciones ont0logiz an1esde la alegoría de ran imágenes, se ve forz ada a indagar .a pan ir de su-
l.a linea tienden a considerar a las dos secciones y cua- pues tos, marchando no hasta un prin cip io sino hacia 1
tro subsecciones de és1as como pobladas por distintas una conclusión ; en la otr a pane [esto es, eo la primera
clases de ser es, la segunda de las cuales correspond e;ría subsección], avanza hasta un principi o oo-s upuesto par -
a las «entidad es matemáticas iotennedias» aludidas por ! íen do de w1 supues to, y sin recurrir a i.mágeoes - a d i- )
Aristóteles en diversos pasajes, co.010. por ejemplo. Met. ferencia del otro ca so-. efectuando el camino con Ideas
I 6, 987b: <•al lado de las cosas sensibles y de las Ideas, mi smas y por mecüo de Ideas» (510b). Co,no no semen- .
{Platón} afirm a que e:dsren las cos as ma1emáticas (ta ma- cionao objetos espec if icos de cada subs ecció n de la par-
thlmatiká), di fere ntes. por un lad o, de las cosas sensi- te inteligible, el text o da lugar para qu e se interprete,
bles . en que son eternas e in.móvil es , y, por otro . de l as con Natorp , que las hypo théseis o supue stos sean Ideas
Ideas, en cuanto son una plura lida d de cosas semejan- y és tas corresp ond an p or lo tanto a la segun da subsec-
tes. mientras que para cada cos a hay una sola Id ea». ción; o bien, con Kurt von Fritz, a que el principio
Esta interpr etació n -sostenida entre otros por Jam es no -supuesto sean Tas Ideas y éstas co rres pondan a la
Adam- no se apoya , ciertament e, en ninguna expr esió n 8 Cí. AnAM. The Repu blic. 11.Apéndice I al libro Víl. págs . IS9-163.
platónica refe rida a la segunda subsección de la lín ea , Una di~cusión de este tópico se halla en H. CH l!RN1S~. The Riddfa of
sino básicamente en dos hechos: J) el de que en la terce- 1/1eBar/y Academy, Berk eley , 1945, págs. 75-78. Cf. t ambltn Ross, P/a.
ra subsección se habla de «los animales que viven en 10'.s Theory of Ideas, pág s. 59-67, y ). E. RAVCN , Plalo's Thought in rhe
Mnklng , Ca mbridge , J 965, págs. !SS y sigs.
nuestro derredor, as í como todo lo qu e crece , y tambié n
46 DIÁLOGOS INTRODUCCIÓN 47

primera subsecció n (y los objetos de la segunda serian fectas estas cosas en sí que el matemático igno ra. Esto
imágene s de los de la primera), afirmación que por cier- se logra a la luz de la Idea del Bien, que no es otra
to no hace· Platón) 9 • cosa que el principio de perfección de las Ideas. Por
Que eJ «princ ipio no-supuesto» no sea toda s las Ideas, ejemplo, e l filósofo examina el círculo perfe cto (es de-
sino sólo una, la del Bien, no lo dice solament e el singu- cir, «parl e de un supuesto», 510b) que el matemático
lar, sino el pasaje epistemológico de la alegoría de la necesita concebir para operar con él, y halla una gran
caverna, VII 533b-S34a, que es el exacto equivalente de diferencia entre el círculo perfecto y los círculos que
lo dicho en la de la línea, como lo atestiguan los térrni- el matemático dibuja, así como una relación de causali-
nos usados: «supuestos», «principio» , ,,Dialéctica", «dar dad entre aquél y éstos: el círculo perfecto es aquello
cuenta~. etc .. En cuanto a los «supuestos», el mismo P la- por lo cual llamamos 'círculos' a los círculos que dibu-
tón suministra ejemplos: «lo impar y lo par, las figuras jamos, aquello por lo cual éstos son círculos, y por eso
y tres clases de ángulos» (510c). Pues bien, estas cosas es conside rado el Círculo en sí, la Idea de Círculo. Este
son para Plató n cosas en sí, Ideas, aunque el matemáti- procedimi ento se repite ante los diversos «supu estos» ,
co no se percate ni le interese. El matemático habla del por lo cual afir ma Platón que el ascenso dialéctico se
cuadrad o y de la diagonal que dibuja, dice Platón, pero practica «con Ideas mismas y por medio de ldea s» (510b).
piensa en e l Cuadrado en sí y la Diagonal en si (SJOd-e), De esta manera «el método dialéctico ... march a cance-
o bien en los N'úmeros en sí (VII 526d); no los piensa, lando los supuestos» (VII 533c), o sea desenma scarando
por cierto, como cosas en sí, sino, sin preocupar se por éstos, hasta que finalmente, al arribar al Bien, fuente
su status onto lógico, por el cuadrado perfe cto y la dia- de la perf ección de las Ideas, se tornan « int eligibles»
gonal perfecta, a !os cuales el cuadrado y la diagonal junto a él (VI SI ld); o sea, el filósofo puede dar cuen ta
dibuj ados imitan defectuosamente. La palabra hypóthe- de ellos.
sis, «supuesto», indica siempre en Platón un ocultamie n- Por consiguiente, en la segunda subsección, el pen·
to, un enmascaramiento de algo, en este caso de la Idea, samiento discursivo o diánoía se enfrenta a las Ideas,
bien que el matemático no está ocultándola consciente- tal como hace el int elec to o noús en la primera : la diá-
mente. Por eso dice Platón que el matemático no puede noia es un pensamiento menos claro que el noús, y que,
«dar cuenta,. de ella, o sea, e~plicarla, fundamentarla. por lo tanto, no advierte que se trata de Ideas; por ello
¿En qué consiste la explicación o fundam entac ión que Platón entiende que para la diánoia las Idea s no son
Platón reclama ? Se trata de «dar cuenta» del ser per- Ideas sino «supues tos». La Dialéctica usa ·el noús y ac-
cede así al funda mento epistemológico de las Ideas de
9 P. NATORP, Pla1n11s JdeenfchYe, J.• ed., Darmstadt , 1961, págin;1s
192-193, Kunr voN F11rn. Platon, Tlteaccet und die antike Mathematik,
objetos matemáticos. De este modo, la Dialéctic a es la
2. • cd., Darmstadt, 1969, págs. 55 y sig. M.cmosofrecido uoa discusión cienda de las ciencias, o mejor (dado que en última ins-
más detallad;1 en el trabajó , La influencia de Platón y Aristóteles en tancia Pla tón prefiere reservar el término «ciencia» pa-
la axíomática euclideana", en Nova Tellus 2, Méxíco (en prensa). ra Ja Dialectica), es la ciencia que fundamenta a la ma-
Sobre el error de interpretar los objetos de la díánoia como imágenes
de los objetos del nous, cf. H. CHl!11.N1ss,
nota a PLUT,\RCO, Moralia 1002a
temática . Naturalmente, este papel epistemológ ico no
(Xlll I, págs. 40-4! de Loeb), y •Lafrance on Ooxa ... en J)ialogue XXH, es el únic o que cabe a la Dialéctica,· pero es el que Pla-
J983. pág . 143 y no1a 12. · ló.n le confiere en la alegoria de la linea.
48 DIÁLOGOS
INTRODUCCIÓN 49
3, Platón y el totalitarismo bro desató una larga polémica en el ámbito de los estu-
dios platónicos, a pesar de no ser su autor un helenista
Aunque la parte filosóficamente más importante de ni un estudioso de la filosofía griega -razón por la cual
la Repúbli ca es la que versa sobre el filósofo y su edu- el primer volurnen de la obra, consagrado a Platón, está
cación y sobre la filosofía y su objeto, las Ideas, se tra- plagado de errores metodológicos y de concepto-. La
ta de una obra básicamente destinada a presentar un explicación de tal resonancia puede estar, más que en
proyecto político para una sociedad mejor. Est e proyec- el hecho de que Popper gozara de prestigio internacio -
to nunca fue llevado a la práctica, pero ha tenido una nal en la especialidad de filosofía de la ciencia, en otro
singular fortuna en la historia del pensamiento: ha sido hecho: el de que de alguna manera parec e haber tocado
imitado, discutido, elogiado y combatido, disfrutando tópicos que, dentro de la obr a de Platón, pueden susc i-
en sus líneas generales de una permanente actualidad tar la duda de lectores de distintos nivele s y que atañ e
que no ha sido reconocida a ningún otro filósofo . Esto a helenistas má s allá de su propia esfera. Es por este
se debe, sin duda, a la constante búsqueda de formas moüvo l)Or lo que haremos aquí algunas someras refle -
políticas que ha carac terizado al hombre a lo largo de xiones sobre tres de esos tópicos, prescindiendo de to-
tantos siglos. Y esa razón explica, tal vez, que el exa- da referencia a los esquemas y supuestos de que parte
men de la propuesta platónica haya sido a menudo efec- Popp er 12•
tuado de una manera ahistórica, desgajándola del con-
texto histórico en que fuera forjada, y transportándola a) EL l'R.lVILECtO O.E LA CLASE SUPERIOR. - La Repúbli -
al del momento de dicho examen; lo cual es legitimo, ca presenta, en realidad, dos utopías: el « Estado sano»
si lo que se trata es de analizar su aplicabilidad, pero (JI 369a-372e) y el «Estado lujo so» o «afiebrado» (372e
malinterpreta la concepción platónica en su verd adero en adelant e), según se atienda sólo a las nece sidades ele-
significado. mentales del hombre o se busque el placer más allá de
Prototípi co de esta situación es el libro de Karl Pop· éstas. En el primero únicamente hay oficios manuales
per The Open Society and lts Enemies 10, publicado y comerciales, en eJ más absoluto igualitari smo y sin
tras la segunda guerra mundial con el convencimiento que siquiera Platón bable de gobierno , por ·Jo cual sóJo
de que a partir de en eonces la civili zación ocdd ental podemos suponer un orden natural. Con la búsqueda
tenía delant e de sí un futuro de progreso y prosperi- de satisfacción de deseos superfluos se complica la vi-
dad, con tal de que supiera contrarrestar a las fuerzas da interna de la pólis y nace la guerra, y con ello la
totalitarias que se opondrían a tal avance histórico, cu, necesidad de un gob ierno y de un ejército, y a su vez
yos principale s númenes serían Platón y Marx 11• El Ji. de allí la aparición de una clase gobernante y de una
clase militar . Lo que decide esta división es el prindpto
JO Nos referiremos a la 4. • edición de 1%2, Londres, Rou1ledg e
& Kegan Paul (hay traducción esp año la: La socied ad abi.erfa y s1.1se•ie· 12
migos, Barcdona-Bu enos Aires. 1981). Hemos analízado algunos de esos supuestos en Violencia y es-
11 Como se ha hecho notar. en más de un punt o la critica de Pop· 1ruc1uras, Buenos Aires, Búsqueda, 1970, págs. 78-84 y 87 n. 70. Natu-
per a Platón coincide con las de dos destacados marxistas británi cos: ralmente, son muchos más de tres los tópico s que, en tal sentido, pre·
senta Platón en la Repúblicó., por lo que nuestra selección puede pecar
Benjamin Parrington y George Thomson.
de arbirrar ia.

94. -4
so DIÁLOGOS INTROOUCCC ÓN 51

de que cada individuo es apto por naturale za para reali- ser estos filósofos gobernant es considerados opresores,
zar una sola tarea, que rige t.ambién y sobre todo pa.ra cuando ya desde eJ libro I (342a), y a través de toda
los oficios manua.les y comerciales, aunque éstos son la obra, se hace valer el principi o de que los gobernan-
englobados en una única tercera clase, debido al esfuerzo tes deben gobernar no en beneficio propio síno en el
de Platón por hacer coincidir las partes de la sociedad de los gobernados.
con las del alma, que son: la racional, la fogosa y la Lo que de iodos modos podría cuest ionarse es el he-
ap etitiva . Esto lleva incluso a sustituir a los « labrado· cho de que. según parece despre nd erse de II 374b-376c,
res y artesanos», como integrantes de la tercera clase. los gobernantes procedan de la cla se 01iÜlar. Este pun-
en m 415a, por los «negociantes», en JV 434c, es decir, 10 es tratado por Platón de una forma contradic toria
convertjrlos en una clase no-productiva; Jo cuaJ concuer- o cuando nwnos ambigua, ya qu e el o,jco de los metales
da mucho más con la tripartición del alma, ya que la (III 41 Sa-c) establece, conforme a l principio de las dis-
prjmera clase gobierna mediante la razón, y la segunda 1in1as aptitudes natural es para cad~ activi d ad, que la
combate mediante la fogosidad. mientras los labrado- composición de la naturale za de los gobernan tes sea
res y artesanos no cumplen su fuoción mediante los ape- diferente de la de Jos militares. En cualquier caso, y
titos. y sí, en cambio, los negociantes (ya que la apetiti- aparte de la distancia que abiertamente 1oma Platón res-
vidad de la 1ercera clase es vista por Platón básicamen- pecto de regímenes utimocráticos» como e l de Lacede-
te como «afán de lucro><,cf. IX 58lb-c). De este modo, monfa , el cual pone en el gobie rn o hombr es «por natu -
la división es notoriamente psicologista; para poder ha- rale za aptos para la guerra anees que para la paz » (VDl
bla1· de «clases» en sentido moderno, tend.ríamos que 547c), es bien explícita la corrección que efeciúa en VJI
ha llar. si no grupos socioeconómicos como aristocracia, 536e respecto de III 412c en cuanto aJ coomento de la
burguesía y proletariado, al menos secto:res de ricos y vida en que se debe seleccion ar los gobernantes: h.iy
pobres. o al menos de opresores y oprim~dos. que elegirlo:; desde niños . En ta l caso, pierde sentido
Pero el caso es que Platón excluye en su proyecto la suposición de que se los escoge entre los míli1ares 1
político que haya ricos o pobres (IV 42ld-422a) y ta.en· y en Ja contradicción o ambigüedad anterior se impone
bién que exista una clase privilegiada ([V 420b, VII SI 9c la altemaliva indicada en el mito de los metales••.
ss.), e impone a la clase gobernante una vi.da ascética
y comun itaria, sin bienes privados salvo los de primera b) Lh ESCLAVITUD. - Dice Popper : ud principio de
necesidad (lU 416d ss.), de manera que, no por contar que cada clase debe ocuparse de lo suyo sign ifica, bre·
con la fuerza «se asemejarán a lobos en Jugar de a pe-
1icos filósofos paro que la sociedad funcione debidamente. La 1eorhi
rros [guardianes} ... a amos salvajes en lugar de a asis· de que el pueblo debe ser educado es. como sabemos . moderna.
tentes benefactores» (III 41óa-b) u. Mal, pues, podrían 14
Popper dice una y otra ve-L que no CJ1be la posibilidad d<!cam-
hior de una clase a 01rs, aunque en el mito de los mel.1\es se indlc9
13 · Popper arguye que la clase gobernante posee el privilegio de bien clareomeme- le, neces idad de dicho cambio. cuando corresponde
111educación: pero él mismo reconoce que Plalón •sólo se interesa por (4151>-c). Jnfonnado acerca de este. pasaje, insiste : «Pero en 434b -d, e.
los gobernant es • (pág. 47}. Platón pienia que la multitud debe ser per- inclu~o inás c lar amente en 547s. esta licencia eic retirad~· (pág. 225
suadida, y puede serlo si ve al g11na ve~ a un verdadero filósofo (VJ n. 3 1). Por cier to que nada es retirado ; sólo se cnfa t i,.a el pr inci pio
498d-500b). Por consiguiente. cree que basta con que se formen autén- de que cada uno debe rc.11iz.eorla tarea pera la que es nat uralmente apio.
52 DIÁLOGOS !NTROOUCCJÓN 53

ve y llanamente, que el Estado es justo sí el gobernante tado bueno consis te, tanlo en el niño como en la mujer,
gobierna, el trabajador trabaja y el esclavo sirve como en el esclavo como en el libre y en el artesano, en el
esclavo» {pág. 90, sub.rayado de Popper). Pero ¿en qué gobernante como en el gobernado, en que cada uno ha-
se basa esta afirmación? En II 369d-371e, Platón enume- ga lo suyo, sin mezclarse en los asun tos de los demás».
ra cuidadosamente los tipos de individuos que son ne- Aquí no nos parece cuestión de discutir, como hacen
cesarios en el «Es tado sano»: labradores, albañiles, Levinson y Vlastos, si Platón se «olvida« de que está
tejedores, zapateros y otros artesanos que cuidan de ves- hablando del Estado ideal y se refiere, por un momen-
tir el cuerpo, carpinteros , herreros y otros artesanos que to, a la sociedad de su llempo. A nuestro juicio se trata,
fabrican herramientas, boyeros. pastores y cuidadores más bien, de si lo que se quiere saber es si Platón inclu-
de los diversos tipos de ganado, servidores a cargo <le yó o no esclavos en su propuesta política, o bien si
la importadón y exportación de bienes. marinos, mer- Platón era anti-esclavi st a. Porque a lo segundo hay que
caderes, comerciantes y «asalariados» con «fuerza cor- responder con una negativa tajante; Platón no fue una
poral suficientemente para las tareas pesadas». En el excepción a su tiempo, al menos en ese sentido, aunque
«Estado enfermo» se añaden toda clase de cazadores en otros (p. e., en lo referente a la mujer) sí lo haya
e imitadores, poetas, rapsodas, actores, bailarines, em- sido. Pero tambi én lo primero debe ser contestado Jl~-
pr~sarios, pedagogos, nodri zas , institutrices, modistas, gativamente: es obvio que si PJatón hubiera contempla-
peluqueros, confiteros, cocineros, médicos y militares do la existencia de esclavos en su pólis, habría pensado
(373b-374c). En ninguna parte se mencionan esclavos. en una actividad que realizaran aunque sólo fuera la
En un importante ensayo sobre el tema, Gregory Vlas- de hacer tareas pesadas, que descarga en los «asalaria-
tos declara, frente a una réplica -similar a la nuestra- dos». En la economía de Atenas los esclavos desem-
de Jobn Wild: esto «es formalmente cierto: Platón no peñaban un impor tante papel, evidente a cualquier
habla de esclavos como constituyendo una de las tres ateniense: ¿por qu é prescindjó Platón de ellos en 1.aeco-
mére o eíde de la pólis . Pero Wild no cuenta con la posi- nomía de su pólis. ' Sin duda, -porgue no existe una acti-
bilidad de que Platón podria admitir esclavos en la so- vidad propia por naluraleza de los esclavos (el «servir
ciedad sin pensar en ellos como una parte propia de como esclavos» es el modo en que Popper elude el pro-
la pólis» 15• Y luego de analizar algunos pasajes con blema o lo ignora»; y que reemplazaran a los hombres
que Popper (pág. 47 y pág. 224 n. 29) arguye en favor libres en las actividades propias de éstos habría sido
del esclavismo en Plalón, Vlastos encuentra sólo un pa- incompatible con el carácter racional del proyecto polí-
saje que podría ser aducido en ta l sentido , aunque haya tico platónico 17).
sido pasado por alto por los acusadores de Platón , y
sólo citado por uno de sus abogados, Ronald Levinson : bro entero , In Defense o/ Plato, Camb rid ge , Mass., 1953), tampoco en·
el de IV 433d '°: « lo que con su presencia hace al Es· tonce,. ha atendido at pa saje que ca si viene a concordar con sus pro-
pias palabras.
15
«Does Slavery exist in Plato's Republic?» (Ensayo de 1968 in- 11 Por lo demás, puesto que la esclavitud existía efectivamente en
cluido i!O Platonic Studies, Princcion, 1973, pág. 141). Grecia, 110 se ve en qué se esLarla oponiendo Platón a la historia . Del
16
!bid., pág. 145. Aunque, en la 4. 3 edición. l'OP'PE!\ha añadido infecundo •movimiento anti -esclavista• al que Popper confiere rele-
una réplica exLenso contra Luv•NSO!ll(quien le h11biaconsagrado un ti- vancia, no tenemos más que lnfirnos testimonio~ de esa época.
54 DIÁLOGOS lNTROOUCCIÓN 55

c) LA CENSURA OE LA POESÍA. - Aunque este punto no deformación religiosa y moral de los ateníenses. Que
es tralado por Popper -quien alude a él sólo de paso-, el examen sea correcto o no, aquí importa poco, porque
consideramos de importancia detenernos muy brevemen- Jo que queremos detectar es su actitud, que tiende a
te en él, por cuanto constituye la piedra del escándalo libe rar a los gobernantes de su Estado ideal de las ata-
para muchos de los lectores de la República, y es si n duras ideológicas que la tradición poética implantaba
duda el más difícil de los tres a los que aquí pasamos en la menlalidad de sus con temporáneos. Naturalmen-
revista . te, no justificamos ese tipo de censura. Pero, si se trata
Nu es tra experiencia moderna de gobiernos totalita- de llegar a la verdad, reclamamos equidad: si se juzga
rios nos hace proclives a identificar la censura sólo allí a Platón, que se haga Jo mismo con Homero.
donde está institucionalizada, y a pasar por alto, empe-
ro, el poder censor en sus formas veladas, como cuando
se nos recorta una informacjón o se escamotea una rea-
lid ad ; formas veladas que, en las últimas décadas, han NOTA SOBRE LA TRADUCCION
comenzado a ser desenmascaradas por sociólogos, psi-
cólogos y filósofos en lo que a los modernos mass-medi a
Para la presente traducción nos atenemos básicamen-
concierne. Alguna vez habrá que aplicar ese procedimi en-
to a la historia griega.
te a las ediciones de Jame s Adam y John Burnet, arribas
Platón, por cierto, gusta de la poesía y lo confie sa; de l 902. Prácticamente en todas las divergencias que
esta s dos ediciones presentan entre sí, nos hemos deci-
pero, con mayor claridad aún que Jenófanes y Heródoto,
dido por las lecturas de Adam. En las escasas oca siones
sabe que Homero ha educado a toda Grecia, en cuanto
en que nos apartamos de Adam -casi todas en el libro
a creencias religiosas y práclicas morales. Probablemen-
IV-, dejamos constancia del hecho en notas al pie de
te ignora que Homero ha entrado en la historia griega
con la represión de la religión y de la mitología popula- página.
res -y ha callado, esto si Platón Jo sabe, las referencias
consiguientes a Deméter y a Dioniso-, pero tiene bien
presente que Sócrates -y antes que él Anaxágoras, Pro- BJBL10GRAF1A
tágoras y Euripides- ha caído víctima de una intole-
rancia ideológica amparada en Homero. La extensa se c-
B. Jowsn-L. CAMl'B8LL, Tire Repub/ic of Plato, Oxford, 1894, volu-
ción II 377b-III 402c constituye un minucioso examen
de {os posibles elementos que, en Homero y otro s poe- me:n IU: Notes.
Puto, Republic, 2 vols., trad. por P. SHOREY, Londres, Loeb Class.
tas 18, habrían motivado lo que Platón en tiende como Library , 1930-1935.
La 8.epubblíca, trad ., introd . y nota s de G. FRACCAROLI, preparada
t8 Ex.1endido también a ritmos y melodías. Respecto de la prohi-
por F. U1Ú.LDJ, Florencia, 19.32.
bíción de innovación en música, VusTos -ar/. cit ., pág. 14S, n, 18-
señal a que existía una convicción generalizada de que la moral a te· sospechaba q_ueesto en buena parte se debía a las ínoovaciones en
nieos e se había deteriorndo tras las guerras Médicas, y que Platón mú sica.
56 DIÁLOGOS

PLATON, Oeuvres Compli:res. la R épubli que , 3 vol s .. Lexto estableci-


do y troducido por E. CHAMBRY, con una In troducció n de Aucvs-
TE D1es, Parls , Les Belles Lettres, 1932-1934.
G. C. GRl! BNP., Sch ol ia Platonica, Pen nsy!vania. 1938, págs. 187-276.
The Republ ic of Plato, trad .. introd. y oo tas por F. M. CoRNFORO,
Oxfor d, 1941.
Pu.TON , Der S1001. Ueber das GercclHe, trad. por R. RuFEN'l!..R, Zu-
rich, 1950.
SóCRATES
Pu.TON. Dcr Sraar . Uebe r da.s Gerec/11e. 8. ª ed .. trad. y ed. por O.
APELT, revisión K. BokNM.Vm, Heidelberg. 1961.
Platuni.s Opera, V, revi si ón <le J. B UI\ NET, Oxford. reiropr., 1962. I
J. ADAM. Tlie Rl'.nubli c of P/010. 2 vols .. 2.• ed., Introd. de D. A.
RE.E.S, Cambrid¡!t:. 1963.
Plloe1.us 01.t.occ:1rus,In Plcionis Rc:rn Pubiica··n Cómmentani. 2 vols.,
ed. W. l<.Jiou.. Am ster d a m, Teubnn. reiropr .. 1965. Ayer bajé al Pi reo, junto a Glaucóo, hijo de Aristón, :.nía
PuróN. La R.:pública, J vol s .. 3. • ed .. ed. bil., trad., wtr. y nocas para hac er una plegaria a la diosa', y aJ mismo tiem-
de 1. M. P.rnoi,¡-M . Feiu«NDU GAUANO. Madrid. 1981. po ,on des eos de contemplar cómo hacían la fiesta, que
U. v. W11.AMowrr2, Pla1011, vol.. [, Berlín. 1919, págs. 389-444: volu-
men n. págs. 179-220.
entooce s ce lebraban por primera vez. Cjertamente, me
C. RlTTEII, Piaron , vol. 11. Munich, 1923, págs. SS4-64 l.
narcció hennosa la procesión de los lugareños, aunque
M. HEIDEGGER, Plaro,is Lelir e von der Wahr/1eit. 2... ed., Berna. 1954. no menor brillo mostró la que llevaron a cabo los tra-
R. C. CROSS·A. D. Wooiuv . Plaro·s Republic: A Phi/osophical Com- cios. Tras orar y contemplar el espectáculo, marchamos b
menta ry. Londres , 1964. hacia la ciudad 2 • Entonces .Polemarco, hijo de Céfalo,
J> f'Rn~DLANDl!.R,Plaro. n. págs . 50-66, y-Pl;to, IJI, págs . 63,140, ira· al ver desd e lejos que partíamos a nuestra casa, ordenó
ducci6n de H. Me.YERHOFI', Loodrcs, 1964 y 1969 . a su esclav o que corriera y nos exhortara a esperarlo.
C. RlTTEll, Th e Essence o/ Pfat o's Pl,ifosoph>~ reimp( .. trad . de A. Y el esclavo llegó a as irme el manto por detrás. y dijo:
AJ.J..ES,Nue va York, 1968, pág s. 71 -86 . -Polemarco os exh or ta a esperarlo .
W. K. C. GUTHRIE, A llistory of Greek Pliilosophy, N, Cambridge.
Me volví y le pr egunté dónde estaba su amo.
1975. pág s. 4J4 .S6 l.
-A1" atrás v iene, esperadlo -respondió .
O . GrcnN, Cege,iw iirtíg keir ,md Uropíe. l;ine lnterpr eta ticm von Pla·
to>1s • S taat», vo l. l. Zu rich, Mun ic h, 1976.
-Bue no, lo esperarem os -dijo Glaucón.
N . P. WH !TI<. A Companiou to Pla1o's Rep ub/ic, Oxford. 1979 . Y poco después llegó Polemarco, y con él Adimanto, ,
G. RE,\LJ!:, S torio d~lla FiloSó{ia A111íca. H. Milán, 1979, págs. 173-213. el hermano de Glaucón, y Nicérato, hijo de Nicias, y
J. Amas, An lntrad 1.1c1io11ro Plato's Repub/ic:, Oxford. l 981. .dgunos ma s, co mo si viniéran de la procesión.
1 En 354:1 se alude a la diosa tracia Bendis como pairona de la

fiesta: el escolio (GkllllNE 188) afirma que Bendis es llamada por oin.is
Artemisa. Je.N OFONTE (He/. 1 4, 11) habla de un templo en el Pireo <lc<li·
cado a Artemi sa y Bendis.
1 La ciudad (ásty), o sea, Atenas, cuyo puerto ero d Pireo.
58 DIÁLOCOS RE.PÚBLICA l 59

Entonces PolemElrco 'dijo: no lo veía. Estaba sentado en un sillón provi!'.to de una


-Conjeturo, Sócrates, que emprendéis la marcha ha- almohada para reclinar la cabeza, en la que llevaba una
cia la ciudad. corona, dado· que acababa de hacer un sacrificio en el
-Pues no has conjeturado roa] -contesté. atrio. Y nosot1·os nos sentamos a su lado; había allí, t:n
-Y bien, ¿no ves cuántos somos nosotros? 1::fec10, algunos asientos colocados eo círculo. En cuan-
-Claro que sí. to Céfalo me vio, me saludó con eslas palabras:
-En tal caso, o bien os volvéis más fuertes que oo- -Oh Sócrates, no es frecuente que bajes o.l Pireo a
sotros, o bien permaneceréis aquí. vernos. No obstante, tendría que ser frecuenle. Porque
-Sin embargo. resta una posibilidad -repüqué-: si yo tuviera aún fuer~s como parn caminar con facili-
la de que os persuadamos de que es necesario dejamos dad hacia la ciuci.."l.d,
oo sería necesario que virtieras h.:ista
marchar. aquí. sino que nosotros iríamos a lu casa. Pero ahora d
-¿Y podríais convencemos, si no os escuchamos?· eres tú quieo debe venir aquí con mayor asiduidad. Y
-De ningún modo -respondió Gl.aucón. es bueno que sepas que, cuanto más se esfuman para
-Entonces haceos a la idea de que no os escuchamos. iru los placeres del cuerpo, tanto roás crecen los deseos
A eso añadió Adímanto: y placeres eo lo que bace a la conversación. No se trata
328a -Pero ¿realmeote no sabéis que, al caer la tarde, de que dejes de reUD..irtecon estos jóvenes, sino de que
habrá carrera de antorchas a cabaJlo en honor de la también vengas aquí con nosotros, como viejos amigos.
diosa? A lo cual repuse:
-¿A caballo? Eso si que es nuevo -exclamé-. ¿Los -Por cierto. CéfaJo, que me es gr.ato dialogar c.on
competidores mantendrán las nntorchas a caballo y se los más ancianos, pues me parece necesario enterarme .:
las pasarán unos a otros? ¿A ese modo te refieres? por el.los, como gente que ya ha avanzado por un camí·
-As! es -contestó Polemarca-. Y después celebra- no que también nosotros tal vez debamos recorrer, si
rán un festival nocturno, que es digno de verse. Una es un camino escabroso y 4ifícil, o bien fá cil y transi1a-
vez que cenemos, pues, saldremos y presenciaremos el ble. Y en particular me agradaría conocer qué te parece
festival. y alli nos hemos de reunir con m~chos jóvenes .i tí -dado que te hallas en tal edad- lo que los poelas
>, y dialogaremos. Quedaos y dejad de lado cualquier otra llaman 'umbral de la vejez'': si lo declaras como la
cosa. parte penosa de la vida, o de qué otro modo.
Y Glaucón dijo: -Por Zeus, S6crales -exclamó CéfaJo-, te diré cuáJ 329,1
-Pienso que tendremos que quedarnos. es mi parecer. Con f recuencía nos reunimos algunos que
-Si eso piensas, convendrá que así lo hagamos. tenemos prácticarneate la misma edad, como parn pre-
Fuimos entonces a casa de Polemarco, y al.lí nos en- servar el antiguo proverbio 4; y al estar juntos, In m.:1-
contramos con sus hennanos Lisias y Eutidemo, así co- yoría de nosotros se lamenla, echando de menos los pla-
mo también con Trasímaco de Calcedonia, Carmántides
de Peania y Clitofonte, hijo de Aristónomci': En la casa l cr. llfada XXI 60, XXIV 487.
estaba también Céfalo, el padt·e de Polemarco, quien me ~ Segun J.c y AoAM, es el proverbio citado en el Fedro 240c: «el
e pareció muy avejentado, pues hacía mucho tiempo que que lí.:ne cierla edad $C: compadece del que tiene la mismíl eda<l».
60 DIÁLOGOS REPÚDUCA 1 6J

ceres de la juventud y rememorando tanto los goces se- -Céfalo, creo que, cuando hablas. muchos no te da- e
xuales como las borracheras y festines. y otras cosas nin su aprobación, sino que considerarán que a ti te
de índole simUar. y se irritan como si se vieran priva- es fácil sobrellevar la vejez, no en razón de lll carácter,
dos de grandes bienes. con los cuales habían vivido bien, sino en ra:Lón de poseer abundante fortuna; pu es para
mientras ahora ni siquiera les parece que viven . Algu- los ricos. se dice, existen muchos modos de conso larse.
b nos se quejan también del trato irrespetuoso que, debi- -Lo que dices es cieno -respondió-: no d ará n su
do a su vejez. reciben de sus familiares. y en base a aprobación. Y razón tienen, aunque no tanta como cree n.
esto declaman contra la veje2 como causa de cuantos Pero aquí viene al caso la frase de Temístocl es . a quien
males padecen. Pero a mi. Sócrates, me parece que ellos injuriaba un serifio y le decía que no debía su renombre 330a
toman por causa lo que no es causa; pues si ésa fuera a sí mismo sino a su pau-ia . Te,n.iscocles le res pondió:
la causa, también yo habría padecido por efecto de la «Ni yo me haría famoso si fuera de Sérifo, ni tú aunque
vejez las mismas cosas, y del mismo modo todos cuan- fueras de Atenas » 5 • Esta frase viene bien para aque llos
tos hao IJegado a esa etapa de la vida. Pues bien. yo que no son ricos y pasan penosameote la vejez, porque
mismo me he encontrado con otros para quienes. lasco- ni el hoi:nbre razonable soportaría con mucha facilidad
sas oo son asl. Por ejempJo, cierta vez estaba junto al una vejez eo la pobreza, ni el i.oseosato se volverla a
poeta Sófocles cuando alguien le preguntó: «¿Cómo es a edad tolerante por ser rico.
e eres, Sófocles, en relación con los placeres sexuales? -Dime. Céfalo -le pr egu nt é-: ¿has heredado lama -
¿ Eres capaz aún de acostane con una mujer?» Y él res- yor parte de lo que posees o la has acrecentado tú?
pondjó: «Cuida tu lenguaje, hombre; me he liber.ado de -¿Quieres saber. Sócrates. qué es lo que he ,11..:re-
ello 1an agradablemente como si me hubiera liberado centado yo? -dijo a su vez Céfalo-. En cuestión de 1,
de un amo loco y sal vaje.» En ese momento lo que dijo hacer dinero he resultado interm edio entre mi abudo
me pareció muy bello, y ahora más aún; pues en lo to- y mi padre. En efecto. mi abuelo. cuyo rnismo nombre
cante a esas cosas, en la vejez se produce mucha paz llevo yo, heredó una forluna poco más o menos sim ilar
y libenad. Cuando los apetitos cesan en su vehemencia a l.a que poseo acrualmenre, y aumentó su can tid ad mu-
y atlojan su tensión. se reaUza por completo lo que dice chas veces; en cambio, rrú padre, Lisanias, la disminuyó
d Sófocles: nos desembarazamos de multitudes de amos a una cantidad í.nferior a la actual. En cuanto a mí, es-
enloquecidos. Pero respecto de tales quejas y de lo que 1.aré conten10 si no la dejo a mis hí_jos menor en canti·
concierne al trato de los familiares, hay una sola causa, dad, sino siquiera un poco mayor que la que heredé.
Sócrates, y que no es la vejez sino el ca·rácter de los -El motivo por el cual te lo preguntaba -dije-.
hombres . En efecto, sí son moderados y tolerantes, tam- es el de que me parecía que no amabas demasiado
bién la vejez es una molestia mesurada; en caso con-
nario, Sócrates, tanto la vejez como la juventud resul- ~ Paráfr11sis de lo que cuenta HP.Róooro en Vlll 125: cua ndo Te.
tarán difíciles a quien así sea. mlsH>cll'~ regresó de Lacedemonia, Timódemo de Aíldnils pre tendió
insul1~rle diciendo que IN honores que hab(a recibido en Lacc 1.kmo·
Y yo, admirado de las cosas que había dicho Céfalo, nia "" .:ran pl'lrQ ti sino para Alcn:,s. Temfstoclcs le replicó : 11Tlenes
quería que conlinuara hablando, de modo que lo incité, r&7.ún; si yo hubiera sido de Belbina no se me habría honrado cnlrc
diciéndole: los i:spnrtanos, ni a 1i, hombre, aunque fuerns de Atenas, ,.
62 DIÁLOGOS REPÚBLICA 1 63

e las riquezas. y así obran por lo general los que no las lo acompai'ia , aliment ando su corazón,
han adquirido por sí mismos. Los que las han adquiri- una buena esperanza, nodriza de la vejez,
do, en cambio, se apegan a ellas doblemente qu e los la cual mejor guf.a
demás. Por un lado, en efecto, tal como Jos poe1as aman el versátil juicio de los mortales~.
a sus poemas y los padres a sus hijos, análogam ente
los que se han enriquecido ponen su celo en las rique- Algo acLnirablement e bien dicho . Es en este respecto
zas, como obra de ellos; y por otro lado, como los de- que considero de mucho valor la posesión de las rique-
más, por la utilidad que les prestan. Son gente dificil zas, no para cualqui er hombre, sino para el sensato. En b
de tratar, por no ese ar dispuestos a hablar bien de oa<la efecto, la posesión de riquezas contribuye en gran parte
que no sea d dinero. a no engañar ni rneocir involuntariamente, asl como a
-Es verdad - dijo Céfalo. no adeudar sacrificios a un dios o dinero a un hombre,
ti -Sin duda -añadí - . Pero dime aún algo más: ¿cual y, por consiguiente. a no marcharse con temores hacia
es el mayor beneficio que crees haber obtenido de po- el Hades. Las riqu ezas, por supuesto, rienen muchas
seer una gran fortuna? otras ventajas; pero comparando uoas con otras , Sócra-
-Algo con lo cual, si lo digo, no persuadiré a mucha tes, oo consideratia a las mencionadas como las de me-
gente -respoodió. Pues debes saber, Sócrates, que, en nor importancia para que la riqueza sea de máxima uti-
aquellos momentos eo que se avecina el pensami ento lidad a un borobr e inteligente.
de que va a morir, a uno le entra miedo y preocup ació n -Hablas con palabras muy bellas, Céfalo -dije- . e
por cosas que antes no tenía en mente. Así, pues. los. Ahora bien, en cuanto a esto mismo que has menciona -
mi tos que se narran acerca de los que van aJ Hades, do, la justkia, ¿ declararemos. como tú, que en todos
en el sentido de que allí debe expiar su culpa el que los casos consiste en decir la verdad y en devolver lo
ha sido injusto aqul, antes movían a risa, pero entonces que se recibe? ¿ O bien éstas son cosas que algunas ve-
e atormentan al alma con el temor de que sean ciertos . ces se hacen just ame nte y otras veces injustamente? Me
Y uno mismo, Se3 po r la debilidad provocada por la ve- refiero a casos como éste: si alguien recibiera annas
jez, o bien por hallarse más próximo al Hades. percibe de un amigo que está e.o su sano juicio, pero si éste
mejor los mitos. En esos momentos WlO se Heoa de te- enloqueciera y las reclamara, cualquiera estaría de
mores y desconfianzas, y se aboca a reflexionar y exa- acuerdo en que no se las debe devolver, y que aquel
minar si ha cometido alguna injusticia contra alguien. que las devolviese no sería justo, ni tampoco si quisiera
As!, el que descubre en s( mismo muchos actos injustos, decir toda la verdad a quien esluviera en tal estado.
frecuentemente se despierta de los sueños asustado, co- -Es cierto lo que dices -:asin tió. <I
mo los niños, y vive en una desdichada e:x:pectativa. En -Por consiguiente, no se puede definir la justicia
3J1a cambio, al que sabe que no ha hecho nada injusto Le como el decir la verdad y devolver lo que se ha recibido .
acompaña siempre una agradable esperanza, una buena -Si que se puede, Sócrates -replicó súbitamente
'nodriza de la vejez', como dice Píndaro. Pues en efecto, Polemarco-; al menos, si debemos creer a Simóoides.
Sócrate s, bellamente ha dicho éste que a aquel que ha
pasado la vida justa y piadosamente, 6 PíHDAno, ír. 2 14 ScHnooeR (9 l de origen incierto, Puuoi).
64 DIÁl.OCO S REPÚBLICA 1 65

-Bueno, en tal caso a vosotros os entrego la argu- lo si son amigos tanto el que recibe como el que devuel -
mentación - dijo Céfalo- , porque yo debo ocuparme ve. ¿No es eso lo que afirmas que dice Simónídes?
de las ofrendas sagradas. -Por cierto qu e sí.
-Pues entonces -preguntó Polemarco-, ¿no soy yo -¿Pero cómo? ¿A los amigos hay que devolverles lo
tu heredero? que se les debe?
-Claro que sf -contestó riendo su padre-, y se mar- -A no dudarlo, lo que se les debe -respondió
chó a hacer las ofrendas. Polemarca-. Eso sí, creo que lo que se debe al enemigo
e Entonce s interpelé a Polemarco: es lo que corresp onde al enemigo: algún mal.
-Puest o que eres el hered er o de la argumentación, -Entonces -r epliqué- me par ece que Simónides
di qué es lo que Simónides afirma correctamente acer- habló poéticament e, con enigmas, acerca de lo que es
ca de la justicia. justo. Pues entend ía, según me pare ce , que Lojusto es e
-Que es justo devolver a cada uno Jo que se le devolver a cada uno lo que correspond e, y a esto lo de-
debe: me parece que, al decir esto, habla muy bien nominó 'lo que se debe'. ·
-respondió . -¿Y qué otra cosa piensas?
-Cierta. me nte -dije-, no es fácil dudar de lo que -;En nombre de Zeus! -exclamé - . Si alguien le
dice Simó1üdes, pues es un varón sabio y divino . No preguntara: «Simónides, el arte que se llama medicina,
obstante, qu é es Jo que quiere decír, tal vez tú lo se pas, ¿a quiénes da lo que se debe y corr es ponde y qué es
Polemarco, mas yo lo ignoro. Porque es evident e que Jo que da?» ¿Qué c rees que respond eria?
no se refier e a aquello de que acabamos de habl ar: el -Que es evidente que la medicina da reroedios, ali-
caso de dev olver a alguien qu e, no estando en su san o mentos y bebidas a los cuerpos -con testó Polemarco.
juicio, reclama lo que ha entregado en depósito. Sin em- -Y el ar te llamad o culinario, ¿ a quiénes da lo que
bargo, eso que se ha depositado es aJgo que se debe, se debe y corresp onde y qué es lo que da?
332a ¿ no es así? -Da el condimento a la comida. d
-Así es. -Bien. ¿Y qué es lo que da el arte que podrla lla-
-Pero está claro que no se debe devolver a alguien marse justicia, y a quiénes lo da?
que lo reclama sin estar en su · sano juicio. -Si es necesari o ser consecuente con lo dicho antes,
-Es verdad. Sócrates, diremos que dará beneficio s a los amigos y
-Enton ces es otra cosa Jo que qujere decir Sjmóoi- perjuicios a los enemigos.
des, según parece, con eso de que lo justo es devolver -Por consigui ente, Simónides llama justicia al ha-
lo que se debe. ce r bien a los amigos y mal a los enemigos.
-Otra cosa, por Zeus -exclamó-, él piensa qu e los -Así creo.
amigos deb en obrar bien con sus amigos, nunca mal. -¿Y quién es el más capaz de hac er bien a los ami-
-Compr en do -dije-: el qu e ha de devolver oro a] gos enfermos y mal a los enemigos en lo referente a
b que lo ha depositado, no de·vuelve Jo que debe sj la la enfermedad y a la salud?
devolución y la recepción se tornan perjudiciales, y só- -El médico.

94. - S
66 DIÁLOGOS RE.PÚBLC CA 1 67

e -¿Y a los navegantes, en lo referente al peligro del -En tal caso, asociarse con el justo en la colocación b
mar de una ficha de juego es mejor y más útil que con un
-EJ timonel. jugador 7 •
-Veamos ahora el caso del justo: ¿en qué asunto -No, con un jugador.
y en qué función es el más capaz de beneficiar a los - Y en la colocación de ladrillos y piedras, ¿asociar-
amigos y perjudicar a los enemigos? se con el justo es más útil y mejor que con un construc-
-En combatir con éstos y aliarse con los otros en tor?
Ja guerra, creo. - De ningún modo.
-Aceptémoslo. En cuanto a los que no están enfer- - Pero entonces, sí es mejor asociarse con un ·cita -
mos, el médico no es útil, querido Polemarca . rista que con un justo respecto de los sonidos que pro-
-Es cierto. ducen las cuerdas de la lira, ¿respecto de qué es mejor
-Y para los que no navegan, el timonel no es útil. asociarse con el justo que con el citarista?
-Así es. - Respecto del dinero, me pa rece.
-En tal caso, para los que no están en guerra tam- -Excepto tal vez, Polemarca, en cuanto se haga uso
poco es útil el ju sto. del dinero: cuando se debe comprar o vender en socie-
-Eso no me parece en absoluto cierto. dad un caballo, es entonces más útil el entendido en e
333a -¿Es útil la justicia, pues, también en la paz? caballos, ¿no es así?
-Sí, es útil. -Parece que sí.
-Pero ademá s en la paz es úti) también la agricultu- - Y cuando se trata de un barco, ¿el constructor de
ra. ¿No es así? navíos o el piloto?
-En efecto . -De acuerdo.
-¿ En lo concerniente a la provisión de frutos? -Pero si es así, ¿cuándo se da el caso de que, si
-Sí. se debe usar en sociedad plata u oro, el justo resulte
-¿ Y la técnica de fabricar calzado? más útil que los demás?
-También es úti l. .-:.cuando se lo deposita para que esté seguro, Só-
-En lo conce rnie nte a la provisión de sandalias, pien- crates.
so. -¿ Cuando ~10 se lo utiliza para nada. sino que se
-Sin duda. lo conserva íntegro, quieres decir?
-Veamos ahora: ¿en lo concerniente a qué benefi- -Ciertamente.
cio o a la provisi ón de qué afirmarías que la justicia -O sea, cuando el dinero no es útil ¿se da el caso
es útil en la pa z? de que la justicia es útil? d
-En lo concerni ent e a los contratos, Sócrates.
7
-¿Llamas 'contratos' a las asociaciones o a qué otra El juego de «ficha&•, pel/tÚJ o petteut ikt , es diferenciado en U
364c del de dados (Dooos , Piafo'.~ Gorgias, pág . 197). Como dicen J.c
cosa? sobre la base de VI 487c, parece tratarse de un juego en d cual, con
-A eso precisamente, a las asociacione s. la colocaci ón hábil de una ficha, se puede bloquear el avance del con-
tra rio.
68 DIÁLOGOS
REPÚB LCCA l 69
-Parece ser ·así. -Así al menos, lo muestra el argumento -dijo Pole-
-Y cuando es nece sario cons ervar w,a podadera, tan· ma{'co.
to en común como privadamente, lo util es la justicia; -Par ece . pues, que el justo se revela com o una suer-
pero cuando se la usa ¿no es útil la vitivinicultura? te de ladrón; y me da la impresión de que es o lo has
-Por cierto. aprendido de Homero. Éste, en efecto, estima a Autó·
- Y así también dirás que cuando es necesario con- lico, abuelo materno de Ulises, y dice que se ha des- b
servar un escudo y una lira y no utilizarl os para uada, tac ado entre todos los hom bres «por el la troci nio y el
¿e s lo útil la ju sti cia, en ranto que. cuando se los usa. juramenro» ª· De este modo parece que. para ti, corno
lo útil será, respectivamente, el arte de la infantería o para Homero y para Siroónides, la justicia es un modo
el de la mú sica? de robar , bien que para provecho de los amigo s y per-
-Necesariamente. juicio de los enem igos. ¿No es eso lo que dic es?
- Y acerca de toda s las demás cosas. ¿ la justici a es -No, ¡por Zeu s! Pero ya ni yo mismo sé lo que dije.
inútíl durante el uso de cada una, y útil cuando no se De todo s modos, sigo creyendo que la justicia consiste
las utiliza? en beneficiar a los amigos y perjudicar a los en emi gos .
- Pa rece que sí. -Y l.os que dices que son amigo s, ¿son los que a e
e. -Pues entonces, mi amigo, no sería la justicia algo cada uno parecen buenos, o bien aqu ellos que son bue-
muy valioso, si sólo resulta útil en cuanto a las cosas nos aunque no lo parezcan? Y lo mismo respect o de los
inútiles. Per o examinemos esto: el más hábil para gol- injuslos.
pear , sea en el pugilato o en cualquier otra clase de -Lo natural es amar.a los que se considera buenos,
lucha. ¿no lo es lambi é n para estar en guardia contra y odiar a los que se considera malo s.
los golpes? -Pero ¿ no se eq uivocan los hombr es acerca de esco,
- Efectivamente. y así les parece qu e mucho s son buenos, aunque no lo
- Del mi smo modo , aq uel qu e es hábil para estar en sean. y les sucede tamb1éo ·con muchos lo contrario?
guardia contra una enfermedad, ¿oo es también el más -Sí. se equivo can.
capaz de producirla sin que otros la adviertan? -En tal caso. para ellos los buenos son enemigos
- A mi m e parece que sí. y los malos. amig os.
334a - Más aún : el que es buen guardián de un campa- -En efecto.
mento milita r . es el mjsmo que sabrá apoderarse de los -No Qbscaote, para ello s es justo benefi ciar a )os
plaoes militares y otras cosas del enemigo. malos y perjudicar a los bu enos. d
- Cie1iamente . -As í parece.
- Por con siguieme, quien es hábil para guardar algo -Sin embargo, los bueno s son justos e incap aces de
es hábil cambién para robarlo. obrar injustamente.
- Así par ece. -Es ver dad.
- En ese caso, si el j usto es hábil para gu ard ar dine·
ro. también es hábiJ para roba r lo.
8
Cf. Odisea XIX 396. Entrecomillamos sólo la cita te xt ual.
70 DIÁLOGOS REPÚBLI CA 1 7J

-Según ru argumento, pues, es ju sto hacer mal a -Sin duda: hay que perjudicar a los malos y enemi-
los que en nada han obrado injustamente. gos nuescros.
-De ningún modo, Sócrates; es el argumento lo que -Ahora bien, al perjudica r a los cabaUos ¿se vuel-
parece estar mal. ven éscos mejores o peores?
-En tal caso, es justo perjud.icar a los injustos y -Peores.
beneficiar a los justos. -¿Peores respecto de la excelencia de los perros o
-Esto pare ce mejor que lo otro. respecto de la de los caballos?
-Entonces, Polemarco, sucederá a muchos -a cuan- -Respecto de la de los caball os.
tos se equivocan acerca de los hombres - que para ellos - Y al ser perjudicados los perros, se vuelven peo ·
.e será. ju sto perjudicar a los amigos, ya que son malos, res respecto de la excelencia de los perros, no respecto
y benefi ciar a los enemigos, pues son buenos. Y así arri- de la de los caballos.
bamos a lo contrario de lo que decíamos afirmaba Si· - Es forzoso.
mórúdes . -En cuanto a los hombr é~, amigo mío, ¿no diremos,
-Así sucede , efectivamente -cont estó Polemarco-. análogameote, que, si los perjudicamos, se volverán peo- e
Pero retractémonos: pues es probab le que no hayamos res respecto de la excelen cia de los hombres?
consid erado correctamente al amigo y al enemigo. -Ciertamente .
-¿Y cómo los hemos considerado, Polemarca? -¿Y oo es Ja j usticia la excelencia humana?
-Al ar:nigo, como el que parece bueno. -También esto es forzos o.
-Y ahora ¿ cómo nos relractaremos? -En1onces también aque llos hombres que sean per-
- Considerando amigo al que parece bueno y lo es, judicados se volverán necesarianlente injustos.
l3So mientra s que al que parece bueno pero no lo es, esti· -Así parece.
marem os que parece amigo sin serlo . Y haremos la mis- -Ahora bien: ¿pueden los músicos, por medio de la
ma con.sideración acerca deJ enemi go. música, hacer a otros ignorantes en música?
-Segúo ese argum.ento, el bueno será amigo, paC"e· -Imposible.
ce, y el malo ent:migo. -Y los entendidos en caballos ¿pueden, por medi o
-se. del conocimiento de cabalJos, hacer a otros ignorant es
-Propooes, por ende , añadir algo a nuestra primera en cabaUos?
consideración de lo justo, cuando decíamos que era jus- -No .
to ha cer bien al acrugo y mal al enemigo: anora quieres - Y por medio de la justicia, ¿ los jus tos puedeo ha-
qu e, adem ás, digamos que es justo hacer bien al amigo cer injustos a otros? En resumen, ¿los buenos puedeo d
que es bueno y perjudicar al enemi go que es malo. ¿Eso hacer malos a otros por medio de la excelencia?
es lo que propones? -No, imposible.
b -Cjerta mente; asi me parece que queda bien dicho. -En efecto, no es .función del calor enfriar, sino de
-.En tal caso, ¿ es propio del hombre justo perjudi- su contrario.
car a algún hombre? -Así parece.
72 DIÁLOGOS REPÓBLICA 1 73

-Ni. humedecer es
función de la sequedad , si nv de -¿De quién?
lo contrario de ésta. -Creo que es de Periandro, de Perdicas. o bien de
-Sin duda Jerjes o de lsmenias el tebano 10, o <le a.lgún otro hom -
-Por tanto no es función del bueno perjudic ar, sino bre rico que se creía con un gra.n poder.
de su cootrario. -Lo que dices es muy cierto.
-Parece que sí. -Pues bien -dije-. si se ha mostrado que oi la ju s-
-¿ Pero acaso el justo oo es bueno? ticia ni lo justo son así. ¿ qué otra cosa puede decirse
-Claro que si. que sean?
· -Entonces, no es función del justo perjuclica r . Pol e- Entonces Trasímaco -quien. m.ieniras dialogábamos , b
marco, sea a uo amigo o a otro cualquiera. si.no de su había intentado varias veces adueñarse de la conversa-
contrario. eJ injusto. ción, pero habia sido impedido en ello por quienes est a-
e -En todo me parece que dices la verdad, Sócrat es ban sentados a su lado y querían escucharla íntegra-
-repuso él. mente-, en cuanto hicimos una pausa tras decir yo
-En tal caso, si se dice que es justo dar a cada uno aquello, no se contuvo más, y, agazapándose como una
lo que se debe, y con ello se quiere significar que el fiera, se abalanzó sobre nosotros como si fuera a despe -
hombre justo debe perjudicar a los enemigos y benefi - dazarnos. Tanto PolemarcQ como yo nós estremecimos
ciar a los amigos, diremos que no es sabio hablar asi, de pánico, pero Trasímaco profirió gritos en medio de
pues equivale a no decir la verdad, ya que se nos ha todos, clamando:
mostrado que en ningún caso es justo perjudicar a a l- -¿ Qué clase de idiotez hace presa de vosotros desde e
guien. hace rato. Sócrates? ¿Y qué juego de ron tos hacéis uno
-Convengo en ello -dijo Polemarca. con otro coo eso de devolveros cumplidos entre voso -
-Por consiguiente, tu y yo combatiremos juntos con - tros mismos? Si realmente quieres saber lo que es jus-
tra cualqu.iera que dijera que han hablado así Simóni· to, no preguntes solamente ni te envanezcas refutando
des, Bianie. Pitaco• o algún otro de esos varone s sa · cuando se te responde, sabedor de que es más fácil pre -
bios y bienaveotu.rados. guntar que responder, sino re,sponde tú mismo y d.i qué
-En cuanto a mí, estoy dispuesto a participar de l es para ti lo justo. Pero no me vayas a decir que lo justo d
combate. es lo necesario , lo provechoso . lo út il, Jo ventajoso y
3J6a -Pero ¿sabes de quién me parece que es ese dicho
según el cual es justo beoeficiar a los amigos y per j ud i· 10 Perian dro fue tirano de Corin to entre el 627 y 5S6 a. C.. y D1ó-
GENES 1..Aeac 10 (194- 100} lo pin ta como un pe rson aje crimin al. La inv:l-
car a los enemigos? -le pregunté. sión de Grecia po r el rey persa lerjes co el 480 a. C. es aducid2 por
Calicl es (en el Gorgias 483d) para respaldar su 1esis - idéntica a la
de Trasi maco- de que la jus1icia es el pre domi nio del más fuerte.
9 En el Protdgoras 343a so: m.:neionan los ·nombres de Tales. PI· Tambi én en c:I Go rgias 471a-d , se menci ona a ltn r.:y Perd.icas de Mace-
taco . Biant e, Solón , Cleobulo. Mis6n y Ouil6n como· los de los sabio s donia, padrt: de Arquelao. joven de ambición desmeilida y de mayor
que pronunciaban sernencias breves (•laconi7..aban,]. y a los que D1ó, importancia en r~lida<l, en la historia de M11cedonia, que su padr e.
GeNeSLAeRCJoconoce como los ,sic1es sabios. (l 4-0), aunque sustiw - El tebano lsmcnias es mencionado en Menón 90a como un ambicioso
yt:ndo el nombre de Mis6n por el de Periandro (l 13). que se acab¡i de hacer riro con pocos escrúpulos.
74 DIÁI.OCOS REPÚBLICA 1 75

lo cooveoiente; sino dime con claridad y exactitud qué -Eres sabio. Trasímaco - respond í-. Bien sabías
es lo que significa, pues yo no he de tolerar que diva- que, si preguntabas a alguien cuánto es doce, y al pregun-
gues de semejante cuodo. tarle le previniera s: " No me vayas a decir , amigo, que b
Al oírlo quedé azorado y lo contemplé con pavura; doce es dos veces se is ni tres veces cuacr-o ni seis veces
y creo que si no hubjese sido que yo lo mir é a él antes dos ni cuatro vece s tres, porque no he de tolerar que
que él a mi, habría perdido el babia. Pero en el momen- me digas tales idiot ec es», sería claro para ti , creo. que
ro en que comenzó a exasperarse por la conversación, nadie respondería al que inquiriera de tal modo. Pero
e yo había sido el primero que lo contempló, de modo si te preguntara: «¿a qué apuntas, Trasíma co ? ¿A que
que luego me fue pos ible responderle, y le dije. no sjn no responda ningua a de las cosas sobre las que me has
un ligero temblor: prevenido, ni siquiera si alguna de el las fuera la correc-
-No seas duro con nosotros, Trasimaco, pues tanto ta, hombre asombroso, sino que debo deci r alguna dis-
Polemarca como yo, si erramos en el exam en de estas tinta de la correcta? ¿ O a qué otra cosa te refie·
cuestiones. has de saber que erramos sin qu ere rlo. Pues res?» ¿Qué contest arlas a esto? e
~i estuviéramos buscando oro, no creas que querríamos -¡Está bueno! -ex clamó: ¡como si este cas o fuera
hacernos cumplidos el uno al otro en Ja búsqueda, semejante a aquél!
echando a perder su hallazgo; menos aún, bu scando la -No veo por qué no -respondí-. Pero, aun cuando
justicia, cosa de mucho mayor valor que el oro, nos ha- no fuera semejante, si al interrogado le par ece que es
ríamos concesiones uno al otro, insensatament e, sin es- semejante, ¿piensas que dejará de respond er lo que le
forzarnos al máximo en hacerla aparecer. Créeme, ami- parece a él, prohibá moselo nosotros o no?
go. Lo que sucede es que no somos capaces de hacerla - ¿Y asf has de obrar también tú? ¿Responderás aJ.
aparecer. Así es mucho más probable que seamos com- guna de las cosas que te he prohibido?
JJ7a padecidos por vosotr os, los hábiles, en lugar de ser -No me asombrai:'ia si, después de' exam ioarlo, opi·
maltratados. nara que es así.
Tras escuchaITUe, Tras ímaco se echó a reír con gran- -¿Y si yo te mo scra ra otra respuesta , ade más de d
des muecas 11, y dijo: todas ésas. acere.a de la justicia, mejor que ellas? ¿Qué
-¡Por Hércules! Esta no es sino la habitual ironía pena merecerlas?
de Sócrates, y yo ya pr ed ije a los presentes qu e no esta- -¿Qué otra pena que la que conviene a alguien que
rías dispuesto a responder, y que. si alguien te pregun- no sabe? Y sin duda lo que con viene al que no sabe
ta ba algo, harias como que no sabes, o cualqu.i er otra es aprender del que sabe. Yo también merecería esa
cosa, antes gue responder. pena.
-Eres gracioso; pero además de aprende r, pagarás
también dinero.
11 El adj et ivo verbal aquí usado, sordánion, es expli cado por el
-En cuanto lo tenga , ciertamente.
escoliasta (GRl!ENI! 129), quien se remite a Od. XX 301. donde Ulíses
elude un golpe de Ctcsipo y son r!e rnrdónion. Dice el escoliasrn que -Lo tienes -dijo Glaucón-. Si es por el din ero . Tra·
había una planta de Cerdc,-1a que forr.aba a hacer una mueca, como símaco, habla. Todos nosot ros aportaremos por Sócrates.
de risa, al que la comla.
76 Dl,{LOGOS REPÚOUCA 1 77

e -Veo claro todo -protestó Trasímaco-. Lo hacen Porque sin duda lo que afinnas no es, por ejemplo. que
para que Sócrates consiga lo habitual: que él no respon· si Polidamante, el pancraciasta. es más fuerte que noso-
da, sino que, al responder otro, come la palabra y lo tros, y le conviene -en lo concerniente al cuerpo - la
refure. carne de buey, este alimento es también convenient e y d
-¿ Y cómo podría alguien responder, mi excelente justo para nosotros, que somos más débiles que él.
amigo -señalé-, cuando, en primer lugar, uno no sa- -Me repugnas, Sócrates: interpretas la definición del
be, y después, si piensa algo, un hombre nada insignifi- modo que más puedas distorsionarla.
cante le proh..íbe que hable de las cosas que está consj- -Pero, mi excelente amigo, de ningún modo: e.xpre-
33Sa deraodo? Más natural es que hables tú; ya_que dices ,;~1 más claramente lo que quieres decir.
saber y te~er algo que decir. No te niegues, pues. sino -¿Acaso no sabes que en algunos Estados el gobier-
hazme el placer de contestar y no rehúses enseñar a no es tiránico, en otros democrático y en otros al"isrer
Glaucón, que está aquí dispuesto, y a los demás. crático?
Una vez que dije esto , ta oto Glaucón como los de- -¿Cómo no he de saberlo?
más le pidieron que no se negase. Y era evidente que -¿ Y no es el gobierno el que tiene la fuerza en cada
Trasímaco estaba deseoso de hablar para ganar en pres- Estado?
tigio, porque creía contar con una respuesta excelente ; -Sin duda.
hacia como si qu isiera lograr que yo fuera el que res- -Bien . De este modo . pues, cada gobierno implanta
pondiese, pero terminó por acceder, y en seguida dijo: las leyes en vista de lo que es convenie nte para él : la e
b -Esta es la sabiduría de Sócrates : no estar dis- democracia , leyes democrá t icas ; la tiranía , leyes tirán i-
puesto a enseñar . sino a aprender de los demás yeodo cas, y así las demás. Una ve7. i.mplaotadas ,, man ifiestan
de un lado a otro. sin siquiera darles las gracias. que lo qu e conviene a los gobernan tes es justo para los
-En lo de que aprendo de los demás dices verdad, gobernados, y al que se aparta de es to lo casrigan por
Trasímaco -contesté-. Pero en cuanto a lo que dices infr ingi r las leyes y obrar injustamente . Esto , mi buen
que no lo agrZldezco, esrás equivocado, pues retribuyo amigo, es lo que quiero decir; que en todos los Estados 339a
en la fonna que puedo; y sólo puedo hacerlo en elogios, es justo lo .mismo: lo que conviene al gobierno estable-
porque dinero no tengo. Y con cuánto celo cumplo con cido, que es sin duda eJ que tiene la fuerza, de modo
ello cuando me parece que alguien habla bien, has de tal que, para quieo razone correctamente, es justo lo
saberlo irunediatam ente, después de que respondas. mismo en todos lados, lo que conviene al más fuerte.
e Creo, en efecto, que hablarás bien. · -Ahora he comprendido lo que querías decir; si es
-Escucha, pues -dijo Trasfmaco-. Afirmo que Jo verdad o no, trataré de comprenderlo. Entonces, Tras(-
jusro no es otra cosa que lo que conviene al más fuerte. maco, también tú has respondido que 'justo' es lo con-
Y ahora ¿por qué no me elogias? Pero no, no estás dis- veniente, aunque a mi me habías prohibido que contes-
puesto a ello. tara eso; si bien a lo dicho en ese momento añades
-Primernmente debo comprender qué quieres decir, 1, ahora que lo es para el más fuerte. b
pues aún no lo sé. Afirmas que justo es Jo que con- -Un añadido probablemente insignificante -dijo
viene al más fuerte. Y esto, Trasímaco, ¿qué significa? burlooamente Trasimaco.
78 DJ.ÁU)C'.OS R.EPÓ8LlCA 1 79

-Todavía no está claro si es importante. Pero lo que -Pien sa también que has estado de acuerdo en que e
está claro es que hay que examinar si lo que dices es es j.usto hacer lo que no conviene a los gob-:.Tnautes
cierto . Porqu e estoy de acuerdo en que lo j usto es algo - que son a la vez los más fuertes- cuando los gober-
convenie n te, per o tú has añad ido a esto la afirmación na ntes, sin querer. ordenan algo malo para s.í mismos;
de que es conv eniente para el más fuerte. Y esto lo ig- y dice s que para los gobernados es justo hacer lo que
noro, y debo exam inarlo. los gobernantes han ordenado. En tonces, sapientísimo
-Examína lo - respondió. Tra shnaco, ¿no resulta así forzosamente que es justo
-Eso har é . Dime ahora: ¿no afirmas también que hac er lo contrario de lo que tú dices? En efecto, de lo
es justo obedecer a los gobernantes? qu e afirmas resulta, sin duda. que se ordena a los más
-Ciertam ente que lo afirmo. débiles que hagan lo que no conviene al más fuerte.
e -Veamos, pu es: ¿son infalibles los que gobiernan en - Sí, por Zeus, Sócrates -exclamó Polemarco-; es 3400
cada Estado , o pu eden equivocarse? clarí simo.
-No cabe duda de que pue<leo equivocarse. - Clarísimo, si tú lo atestiguas -dijo Clitofonte, to-
-Por ende, cuando se abocao a implantar leyes. unas mando a su vez la palabra.
las implantan correctamente, otras incorrectamente. - ¿ Y para qué hace falta un testigo? Si el mismo
-Eso creo yo. Tra simaco está de acuerdo en que los gobernantes a ve-
-Ahora bien . implantarlas correctamente significa ces ord e nan aJgo malo para sí mismos, y que para los
implantar las que les convienen a ellos mismos, e inco· gobernados es justo hacer eso que les ordenan. ·
rrectameme las qu e no les convienen. ¿Así lo emien<les? -Lo que Trasimaco consideró justo, Polemarca, fue
-Así lo entiendo. lo qu e los gobe::rnantes mandan hacer .
-Pero una vez implantadas, los gobernados deben -S í, pero también consideró justo, Clitofonte , lo que
acatarlas, y eso es lo justo. convi ene al más fue rte . Y además de cons iderar ambas b
-¡Claro que sí! cosas, es luvo de acuerdo ·e n que a veces los más fuer les
d -En tal caso, es ju sto no sólo hacer lo que conviene or dena n que lo que no les con viene a ellos mismos sea
al más fuerte, de acu erdo con tu argumento , sino tam- hecho por los gobernados, que son los más débiles. Y
bién es justo lo contra ri o, hacer lo gu e no le conviene . una vez ac or dada s tales cosas, en nada sería más justo
-¿Qué dices? -ex clam.ó Trasímaco . lo que conviene aJ más fuerte que Jo que no le conviene.
-Lo mismo que t ú, me pa r~ce . Pero examin émoslo -Pe ro lo que conviene al más fuerte -replicó
mejor. Por Wl lado hemos acordado que, cuaodo los go- Clitofont e- significaba para Tra simaco lo que el más
bernantes ordenan a los gobernados que hagan ciertas fuerte ent e ndi era que le conviene: esto debe ser hecho
cosas, a veces se equivo can respecto de lo que es mejor por el má s débil, y esto es lo que coosideró como lo justo.
para si mismos; por ot ro lado, hemos concordado en -Sin embargo, no fue eso lo que dijo -protestó P«>-
que es justo que los gober.nados hagan lo que les orde- lemarco.
nan los gobernantes. ¿ No hemos convenido ambas cosas? -No i.mpona, Polemarco -dije entonces yo-; sí ah«> e
-Pienso que sí. ra Trasímaco afinna esto, se lo admitiremos. Dime, pues,
80 Dl.ALOGOS REPÚBLICA 1 81

Trasímaco: ¿era esto lo que querías decir aJ bablar de -¿ Crees, pues. que al preguntarte como te pregunté
lo justo, a saber, aquello que al más fuerte le parezca lo bacía con la mala intención de desprestigiarte en tus
que es lo que más le conviene a él, sea que· le convenga argumentos?
realmente o no? ¿Esto es lo que quieres decir? -Lo sé muy bien. Pero no ganarás nada. ya que que·
-En absoluto diría eso: ¿crees que Uamaria más fuer- dará al descubierto que quieres desprestigiarme , y, una
te al que se equivoca, cuando se equivoca? vez puesto al descubieno, no podrás ejercer violencia b
-Ciertamente, yo pensé que querías decir eso cuan- en el argum ento.
do estuviste de acuerdo en que los gobernantes no eran · -Ni lo intentarla, bendito amigo , Pero para que no
d infalibles, sino que también se equivocaban. nos suceda otra vez lo mismo, determina de cuál de es-
-Eres '-!n trnmposo en tus argumentos, Sócrates tas dos maneras te refieres al que gobierna y que es
-contestó-. Veamos, por ejemplo. ¿llamas médico al más fuerte: si en la forma común de hablar o si en el
que se equivoca respecto de los enfermos, en cuanto se sentido estricto de los términos, según el cual acab~s
equivoca eo eso? ¿O calc ulador al que se equivoca en de enunciarlo, a saber, aquel a quíeo, por ser el más
el cálculo, en el momento en que se equivoca, en cuanto fuerte, será justo que el más débil haga lo que conviene.
a esa equivocación? Claro que usamos la expresión 'el -Me refiero al que gobierna, en el senlido más es-
médico se equivocó' o 'el calculador o e) gramá1ico se tricto de los términos. Urde nuevas tretas y apro vecha
equivocao'. Pero cada uno de éstos, en realidad, en la lo dicho para des prestigiarme, si puedes; yo no te lo he
medida que es aquello por lo cual Jo denominamos así, · de impedir, pero no serás capaz. ,:
.: entiendo que jamás se equivoca. De este modo. en semi- -¿Acaso crees que he enloquecido al punto de in-
do estricto -ya que quieres que hablemos es1ricl a· tentar tonsurar un león y urdir tretas contra Trasímaco?
mente- ningún anesano se equivoca, puesto que el que -Lo acabas de intentar, sin poder esto tampoco.
se equivoca al carecer del conocimiento respectivo se -Suficiente, dejemos eso. Dime ahora: el médico, en
equivoca en algo en que no es artesano. Y así como el el sentido estricto del término, como acabas de decir,
artesano o el experto, ningún gobernante se equivoca ¿<::sun mercader o el que cura a los enfermo s? Habla
cuando es gobernante, aunque todos digan que se equi - del verdadero médico.
vocó el médico o se equivocó el gobernante. Interpreta -Es el que cura a los enfermos.
pues, de esa forma ahor a lo que respondí entonces. Pa- -¿ Y el piJoto? El verdadero piloto, ¿es un marinero
ra decirlo en el sentido más estricto de los rénni- o es el que manda a los marineros?
34la nos. el gobernante, en tanto es gobernante; no se equi- -El que manda a los marineros. d
voca. y al no equivocarse es tablece lo mejor para sí mis- -En su caso, pues, no es el hecho de que navega
mo, y esto es lo que debe hacer el gobernado. De modo en una nave lo que se toma en cuenta, y no por eso
tal que, como afirmé desde un principio, decloro que debe ser llamado marinero , dado que no se lo llama pi·
es justo hacer lo que conviene aJ más fuerte. loto por navegar s ino por el arte de gobernar a los ma-
-Bueno, Traslmaco -dije- ¿Sigo pareciéndote un rineros.
tramposo? -Es verdad.
-Sin la menor duda -respondió.

<J4.-6
82 DIÁLOCOS REPÚBLICA 1 83
-Y a cada uno· de estos tipos que he mencionado -Es así.
hay algo que le conviene. -E a tal caso, la medicina no examina lo que con - e
-Por sup uesto . vien e a la med icina, sino aJ cuerpo.
-¿Y no es acaso el ane apto para busc ar y proveer -Sí, efectivamente .
lo que convien e a cada WlO? -Ni el arte de la equitación examina lo que convie -
-Apto para eso. efectivam ente. ne a ese arte sino lo que conviene a los ca ba llos, y n.io-
-¿ Y a cada una de las art es conviene o tra cosa que guna · otra art e examina lo conveniente . a sí misma, ya
el ser lo más completas po sible? que no está necesitada de nada, sino sól o examina lo
e -¿Qué quieres decir con eso? que conviene a aquello de Jo cual es art e.
-Lo siguient e: si me preguntaras si al cu er po le basta -Así pare ce.
ser como es o sí tiene necesidad de algo, y yo te respon- -Ahora bien , Trasímaco, las artes gobi ern an y pre-
diera: «Sin duda , está necesit ado; precisam ent e por eso valecen sobre aqu ellas cosa s de las cuales son artes .
se ha inventado ahora el art e de la medic ina: porque En esto también nos pusimos de acuerdo, bien que
el cuerpo es deficieote y .oo le basta ser como es, ha coo bastaote fastidio por parte de Trasim aco.
sido organizado este arte. de modo que pued a procurar· -Ningún conocimiento an es a.naJ examina ni dispo-
le las cosas que le convienen », ¿ no te parec e que al ha- ne lo que cooviene al más fuerte sino lo que conviene
bla r así habla ria correctamente? al más débil, aJ gobernado por aqué}. ti
342a - Correctam ent e -convino Trasímaco. Trasímaco también terminó por reconocer esto, no
- Veamos ahora, ¿es el arr e de la medicina deficie n- sin antes intent.ar disputar la cue stión. Y cuando lo re-
te? ¿Hay algún arte que tiene necesidad de perf ección. co noció, dije:
así como los ojos tienen necesidad de la vist a y las ore- - ¿Acaso alg ún médico, en la medida en que es mé-
ja s del oído , para lo cual se deb e contar con algún arte dic o, examina y dispone lo qµ e conviene al médico, no
qu e examine lo que es conveniente para ver y para oír al enfermo? Hemos quedado de acuerdo, en efecto, en
y se lo procure? ¿Acaso en el arte mismo hay una cierta que el médico , en sentido estricto, es un gobernante de
deficiencia , y cada arte necesita de otro arte que exami- cuerpos y no un mercader. ¿No lo hemos acordado?
ne 1o que es conv enj ente para aq uél, y otro , a su vez, Trasímaco asin tió.
pa ra que atienda a éste, y asi ha sta el infinit o?¿ O aquél - Y el piloto , en sentido estricto, es gob ernante de
b examinará que es lo que le conviene a sí mismo? ¿ No ma ri neros, y no un marinero . e
ser á que no tiene necesidad n.i de sí mfamo ni de ningún Tam bién aqul est uvo de acuerdo.
otro arte para examinar lo qu e conv ie ne a su deficien- -Pero e.alpiloto-gobernante atenderá y dispondrá lo
cia, ya que en njngún ane elti stc: deficiencia o nccesi· qu e conviene no a l piloto, sino al marinero-gobernado.
dad aJguna, y que a un arte no corresponde bu scar otra Lo admitió a duras penas.
cosa que lo que conviene a aqu ello de lo cual es arte, -E otonces, Tras ímaco, en ningu.n tipo d e gobierno
dad o que el arte mismo es realmente incólum e e incon- aqu el que gobiern a. en tanto gobernan te , exa mina y dis-
taminado, y, mientras es arte, en sen tido estri cto, es ln- pone Loque le conviene, sino lo que conviene al gober-
Legramente Jo que es? Exam inémoslo en sentido estric · nado y a aquel para el que emplea su arte, y, con la
Lo: ¿es así o no?
84 OIÁLOGOS REPÚBLICA 1 85

vista en éste y en lo que a éste conviene y se ad ec ua, aquél, al disolverse la asociación nunca hallarás que el
dice todo lo que dice y hace todo lo que hace. justo tenga más que el injusto , sino menos. Después,
343a Cuando est ábamos en un punto de la discusión en en los aswito s concernientes al Estado, cuando se esta-
que era manifiesto para todos que lo que Trasímaco ha- blecen impuestos, aunque sus bienes sean iguales, el jus-
bía dicho acerca de lo justo se había convertido en lo to paga más. el injusto menos. Pero cuando se trata de
contrario, ést e, en lugar de respooder, exclamó: cobranzas, aqu el no recibe nada. éslc cobra mucho. Y e
-Dime, Sócrates: ¿tienes una nodriza? cuando cada uno de ellos ocupa un cargo, al justo le
-¿Y eso por qué lo dfres? ¿No seria mejor contes- toca, a falta de otro perjuicio , vivir miserablemenle por
tarme que preguntar esas cosas? descuidar sus asuntos particulares. sin obtener prove-
-Porque se nota que ce deja con las narices moquean- cho alguno de los asuntos púbHcos, en razón de ser jus-
do cuando necesitas que te las haga sonar: y si tuvieras to; y además de eso, es aborrecido por sus parientes
nodriza, ella te habría enseñado a reconocer ovejas y y conocidos. por no estar cf.jspuesto a hacerl es uo servi-
pastor. cio al margen de la justicia . Al i.njusro le suce de todo
-¿Cómo es eso? lo contrario. Hablo de aquel al que hace un momento
b -Porque crees que los pastores y los boyeros atien· me referia, que es capaz de alcanzar los más grandes
den al bi en de las ovejas y las vacas, y las engordan privilegios. A éste debes observar, si es que quieres .)44<:
y cuidao mirando a otra cosa que al bien de los amos discernir cuanto más Je conviene personalmente ser in-
y al de ellos mismos; así como también estimas que los justo que justo. Pues bie n, lo aprenderás del modo más
gobemantes de los Est.ados -los que gobiernan verda- fádl si llegas a la injusticia más completa, la cual hace
derameote- piensan acerca de los gobernados de otro feliz al máximo al que obra injustameote y más desdi-
modo que lo que se ha establecido respecto de las ove- chados a los que padec en injusticia y no están dispues-
jas, y que los atiendeo día y noche de otra manera que tos a ser injustos. Esto es la tiranía, que se apodera
de aqu ella que les aprovechará a ellos mismos. Y has de lo ajeno, no poco a poco, sino de un solo golpe, tanto
e ido tan lejos en lo concerniente a lo justo y a la jus- con eogaño como coa violencia, trátese de lo sagrado
ticia, a lo inj usto y a la injusticia, que des conoces que o de lo piadoso, de lo privado o de lo público: cuando 1,
la justicia y lo Justo es un bien en realidad ajeno al que alguien es descubierto, tras obrar injustamente en uno
lo practica, ya que es lo conveniente para el más fuerte solo de esos casos, es castigado y vituperado, pues los
que gobiern.i, pero un perjuicio propio del que obedece que cometen tales delilos parciales son llamados sacrí -
y sirve; y que la injusticia es lo contrario y gobierna legos, secuestradores, asaltantes, estafadores o ladrones.
a los verdaderament e ingenuos y justos. y que los go- Cuando alguien. en cambio, además de secuestrar las
bernados hacen lo que conviene a aquel que es más fuer- fortunas de los ciudadanos, secuestra también a éstos,
te, y al servirle hacen feliz a éste, mas de ningún modo esclavizándolos, en lugar de aquellos denigrantes califi -
d a sf mismos. E.s necesario observar, mi muy cándjdo cativos es llamado 'fel iz' y 'bienaventurado' no sólo por
amigo Sócrates. que en todo sentido el hombre just o Jos ciudadanos, sino por todos aquellos que se han en- e
tiene menos que el inju sto. En primer lugar, en los con· terado de toda la injusticia que ha cometido. En efecto,
tratos entre unos y otros, ali! donde éste se asocia con los que censuran la injusticia la cen suran no por temor
86 DIÁ LOGOS REPÚBLICA 1 87

a cometer obras injustas , sioo por miedo a p adecerlas. tameote cuando est imamos más a la justicia que a la
De este modo, Sócrates. la injus ticia, cuando llega a serlo injusticia .
suficientemente, es más fuerce, más libre y de mayo r -¿ Y có mo he de persuad.ine? Si con las cosas que
autoridad que la justicia; y tal corno dije desde un co- he dicho no te has persuadido, ¿ qué pu edo hacer conti·
r.nieozo, lo justo es lo que conviene al más fuene, y lo go aún? ¿Acaso llevaré mi argumento hasta tu alma ha·
injusto Jo que aprovecha y conviene a sí mismo. ciéndotelo tr,1gar? 11•
d Una vez dí.chas estas cosas. Trasímaco pensaba mar · -No, ¡por Zeus!, ¡eso no! Más bien, en primer lu-
charse, como si fuera un bañero que nos hubiera volea · gar, has de mantener aquellas cosas qu e digas, y si las
do sobre nuestros oídos un cántaro repleto de sus argu - cambias en algo, cámbialas abiertam en te y no nos en-
mentos. Pero los que estaban presentes oo se lo permi · gañes. Ahora. Trasímaco -consider emos nuevamente e
tieron, sino q ue lo obligaro n a permanecer y a rendir lo dicho antes-, puedes ver que, tras haber definido
cuentas de lo dicho. Yo mismo le pedí con insistenc ia: al verdadero médico , no has pens ado que era necesario
-Divino Trasímaco, ¿ vas a marcharte tras. arrojar- después vigilar con prec isión lo que concierne al ver da-
nos un discurso, antes de enseñarlo adecuadament e o dero pasto r, sino que crees que éste apacienta a las ove-
de que aprendamos si es asl o de otro modo? ¿Cre es jas, en tanto pastor, sin mirar a lo que es mejor para
, que es un asunto insignificante el de intentar det ermi· las ovejas : como un invitado a un banquete que está
nar el modo de vida qu e cada uno de nosotros podría djspuesto pa ra el festín, o como un mercader, para ven·
llevar para vivir una vida más provechosa? derlas; pero no como pastor. Pues el arte del pastor d
-¿Y yo acaso pienso en otra cosa que ésa? -bramó no cuida sin duda de ningWla otra cosa que de aquella
Traslmaco. con respecto a la cual está organizad a, a fin de procu-
-Pareda que si, o al menos que nada te importaba rarle lo mejor, ya que, en cuanto a sí misma, el arte
de noso tros, ni que te preocupaba que fuéramos a vivir del pastor ya esta suficientemeote provista mientras na-
peor o mejor, descon ociend o lo que dices saber. Pero da le falte para ser arte del pastor . Del mismo modo
anlmate, mi buen amigo. a instruimos; no será para ti estoy convencid o de que es forzoso es tar de acuerdo en
345a una mala inversión lo que hagas en nuestro ben efici o. que tod o gobi erno, en tanto gobi erno. no atiende a nin·
siendo tantos como somos. En lo que a mí toca, te diré guna otra cosa que al sumo bkn de aquel que es su
que no esloy convencid o, y que no creo que la inju sticia gobernado y está a su cuidado, trátese del gobierno e

sea más provechosa qu e la justicia, nj aunque aquélla del Est ado o de ámbitos panicul ares. Pero ¿ tú crees
sea permitida y no se le impida hacer lo' que quiera. acaso qu e los que gobiernan los Estados lo hacen volun-
Admitamos, mi amigo , que existe el hombre inju sto y tariam ente?
que puede obrar injustamente, sea en forma oculta o
12
combati endo a cara descubierta. Pero aun así no me per· Traslm:w: o n:loran la burlona ima gen de la nodri7.a, presenta·
suado de que es más prove chosa que la justicia.. Y esto, da en J43a . En efecto. el verbo enilthem i. que tradu <.:imos•hacer tra·
gar », es usado, como nota ADAM , en relaci ón con la a limentación de
1, seguramente, tamb ién le ha sucedido a algún ot .ro de los niiios por la nodriza . As! AR1STóPAN.ES, Caballeros 716: •Tamb ién,
nosotros, no sólo a mí. Persuádenos adecuadame n te, mi como lns nodrizas, lo 3llmcntas mal; después di: mastkar el alimento,
bienaventurado ami go, de que no argumentamos cor ree- le hac es tragar un poco.•
88 OIÁLOGOS REPÓ'BLICA r 89

-No es algo que meramente creo , ¡por Zeus! , sino -Sea .


que bien lo sé . -E n ta I caso, cualquiera que sea el beneficio que
-Pero Traslmaco -pros.eguí-, ¿no te percata s de aprovecha a todos los ar tesanos en común, es patente
que, en cuanto a los otros 1ipos de gobierno. nadie es tá que lo obtienen de algo que en común adicio nan al ejer-
dispuesto voluntariam ente a gobernar, sino que deman - cicio de cad a arte.
da un salario, por pen sa r que del gobernar no obtendrá -Así pare ce.
beneficio para sí mísruo sino para los gobernado s? -Ahora bien, diremos que, al ganar un salario, los
346" En efecto, dime es 10: ¿ no es cada una de las arles djs- artesanos se benefician con el ejercicio del arte del mer-
tint a de las otras por tener un poder distinto? Respón· cenario qu e adicionan aJ de cada arce .
deme, bienaventurado amigo, no en contra de lo que No sin disgusto lo admitió.
pieosas, para poder proseguir. -Pue s entonces, no es de su arte particular que ca-
- ¡Claro que cada UJ1aes distinta por eso! -repuso da uno obtiene ese beneficio que es la recepción del d
Trasímaco . salar io, sino que, si consideramos las cosas con el rigor
-¿ Y no nos aporta cada arte un benefi cio parLicular que corresponde , la medicina produc e la salud, el arte
-no común a todas las artes-. tal como la m ed icina del merc e nario produce un salario, el de la arqu it ectu-
aporta la salud, el pilotaje la seguridad al naveg a r, y ra una casa; y el del mercenario que se añade a cada
así las demás? una, un sa lario; y así en todas las dem ás artes, cada
-De acuerdo. una rea.liza su función y beneficia a aquello con respec-
- Y en cuanto al a.rre del mercenario, apona un sa- to a lo cual está organizada. Y si no se le añade salario.
b !ario, ya que tal es su peculiaridad. Ahora ¿Uamas a ¿se ben efic iará el anesano con su arr e ?
una misma arte medicina y pilotaje? O bien, si es que -Par ece que no.
quieres delimitar con precisión los términos. como pro· -¿ No produce beneficios, entonces , cuando cumple t1
pusiste, en caso de qu e, al comandar una nave, un pilo- su fonci ón gratuitamente?.
to se sane, porque le hace bien navegar en el mar, ¿ lla- -C reo que si.
marás al p ilota je 'me d icina'? -P ues bien , Trasí.roaco, alwra es eviden te que nín-
-De ningún modo. gún ar te ni gobierno or ganiza lo que le beaeficia a sí
-Ni tampoco al ane del mercenatio, creo, lo llama· mismo , sino que, como decíamos anles, orgaoiUI y d is-
rás 'medicina' porqu e alguien s~ne mientras gana su sa - pone lo que beneficia al gobernado : aliende a }o que
lario. convien e a aquel que es el más débil. no al que es el
-Por cierto que no. más fuerte. Por eso mismo, querido Traslmaco, decía
-Ni a la medicina la llamarás 'arte del merce na- hace un momento que nadie está dispuesto voluntaria-
rio' porque el médico gane un salario cuando cura a mente n gobernar y tomar en sus manos y corregir las
otro. dcfíci encias ajenas, sino que para ello reclama un sala-
e -Tampoco. rio; porque. aquel que va a ejercer ade cuadamente su
-¿ Y acaso no hemos concordado en que cada arte arte jamás hace o d1spone -sí disp one de acuerdo con 347.,
tiene un beneficio particular? su art e- lo mejor para sí mlsmo sino para el goberna-
..
i
90 orALOGOS REPÚBLICA l 91

do; y para eso es necesario, según parece, asigna r una como la hay ahora por gobernar. y allí se to r na ría evi-
remuneración a los que estén pre stos a gobernar, sea dente que el verdadero gobernante, por su propia natu-
plata u honores, o un castigo. si no estuviera dispuesto raleza. no atiende realmente a lo que le conviene a él,
a gobernar. sino al gobernado; de manera que todo hombre int eU-
-¿Qué qui eres decir con eso, Sócrates? -preguntó geote pr efer irla ser beneficiado por orro antes que ocu-
Glaucón-. En cuanto a los dos tipo s de remun erac ión, parse de beneficiar a otro. Por todo esto, de ningún mo-
lo per cibo , pero de qué castigo habla s y cómo lo inclu - do estoy de acuerdo con Trasí01aco en que lo justo es "
yes en las clases de remuneraciones. no lo comprendo. lo que conviene al más fuerre. Pero esto lo examinare-
- Porque no comprendes la remuneración de los me- mos en otra oportunidad. Ahora me parece mucho me-
b jores -respondl-. por la cu.al gobiernan los más aptos, jor examinar lo que dice Tra simaco cuando afirma que
cuando están dispuestos a gobernar. ¿Acaso no sabes · el modo de vida del injusto vale más que el del justo.
que e.1 amor a los honores o a la plata es conside rado En lo que toe.a a ti, Glaucón, ¿ cuál de ambos modos
reprobable, y que lo es realme.nte? de vida eliges? ¿CuáJ de las dos afirmaciones te parece
-Eso sí lo sé. rnás val edera?
-Por tales motivos, pu es, los hombres de bien no -Creo -dijo-, que el modo de vida del justo es más
están dispuestos a gobernar coo cn.uas a las riquezas provecho so.
ni a los honores . No quieren, en efecto , ser llamados -¿Tú has escuch ado cuántos biene s acaba de enu- 3-J8a
mercenarios po r exigir abiertamente un salario para go- merar Trasimaco eo el modo de vida del injusto?
bernar. ni ser llamados ladron es por apoderarse de ri- -Lo he escuchado, pero no me ba convenc ido .
queza s ocultamente, por si mismos, desde el gobierno. -¿Ou.ieres que lo persuadamos, si podemos descu-
Y tampoco por causa de los honores. pues oo aman los brir de qué modo hacerlo, de que no dice la verdad?
e honores. Por eso es necesario que se les imponga com- -¿Có mo no be de quererlo? -exclam ó Glaucón .
pulsión y casrigo para qu e se prest en a goberuar: de -Pu es bien. si nos contr apu siéram os a él. efecluan-
allí es probable que sea consid er ado vergonzoso el avan- do un recuento -frente a) suyo- de cuántos bienes ofre-
ce voluntario hacia e l gobierno. sin aguardar una com· ce el ser justo, y é l a su vez rep licara y oosotros a él.
pulsión. Ahora bien, el mayor de los castigos es ser go- habrla que enumerar los bienes y cootar cuántos men·
bernad o por alguien peor, cuan do uno no se presta a cionamos de cada lado; y por end e necesitaríamos jue- 1,
goberoar . Y a mi roe parece que es por temor a tal cas- ces que decidieran. Si hacemos el exaroen. en cambio,
tigo que los má s cnpaces gobiernan, cuando.gobiernan. poniéndonos de acuerdo entre nosotros, como antes, no-
Y entonces acuden al gobierno no con la idea de que sotros mismos seremos a la vez jueces y oradores.
van a lograr algún beneficio para ellos ni coo la de que -Es muy cierto.
lo pa sarán bien alll, sino compulsivamente, por pen!iar -¿ Cuál de los dos procedimientos prefieres?
que, de otro· modo , no cuentnn con sustitutos mejores -El seg undo.
d o similares a ellos para cumplir la función. En efecto, -Pu es entooces -dije-, Trasímaco , vuelve al co-
si llegara a haber un Estad o de ho.mbres de bien, proba- mienzo, y respóndenos: ¿afirmas que la completa injus-
blem ente se de sata rla una lucha por no gobernar, taJ ticia es más prove chosa que la justicia plena?
92 DIÁLOGOS· REPÚBLICA [ 93

e -Claro que lo afirmo -replicó Trasímaco-, y tam- bella y vigorosa y que le atribuirás todo lo demás
bién he dicho por qué. que atribu.imos a lo justo , ya que has tenido la auda- J49a
-Y bien, veamos de qué modo hablas de esas dos cia de colocar a la injusticia en la sección de la excelen-
cosas: ¿calificas !l una de 'excelencia' y de 'ma logro' la cia y de la sabiduría.
otra? -Adivinas perfectamente la verdad.
-SL -Sin embargo, no debo vacilar en proseguir el exa·
-Por tanro. ¿calificas a la justicia de 'excelencia' y men del argum ento, al menos mientras suponga que lo
a la injusticia de ·malogro'? que dices es lo que piensas. Pues me da la impresión,
-Probablemente , mi gracios o amigo, puesto que di- Trasímaco, de que ahora realmente no brom eas , sino
go que la injusticia da provecho y la justicia no_. que dices lo que crees acerca de la verdad de estas cosas.
-Pues entonces ¿qué afirmas? -¿ Y qué diferencia re hace el que lo crea o no? Más
-Lo contrario. bien refuta roi argumentación.
-En tal caso ¿es la justicia malogro? -No hay nioguoa d.iierencia. Pero trata de respon- b
d -No, más bien una genuína candidez. der rambién a esto: ¿ ce parece que el hombre justo quiere
-¿ Y a la injusticia la llamas mala predisposición? superar en algo a otro justo?
-No, sino buen sencido. -De ningún modo, pues en tal caso no sería tan en-
-¿Y también crees, Tr asímaco, que los injustos son cantador y cándido como es.
inteligentes y buenos? -¿ Y tampoc o está <Lis puesto a superar a la acción
-Sí, al meaos los que pueden obrar de modo com- justa?
pletamente iojusto, y que tienen el poder de someter - Tampoco.
a Estados y a pueblos enteros. Tú piensas, tal vez, que - ¿Consideraría valioso, en cambio, superar al iojus·
me refiero a los cortadores de bolsas; incluso esto da to, y creería que eso es justo, o pensarla que no es justo?
provecho, también, si pasa inad vertido, pero lo que es -Creería que es justo superar al injusto y lo consi-
digno de mención no es eso. sino las cosas de que acabo dernria valioso, pero no lo lograría.
de hablar. -Esto último oo es lo que pregunté, si.no sólo si el
e -No, me doy bien cuenta de lo que quieres decir, justo no considerarla vaJioso ni querría superar al e
pero aún me asombra que coloques a la injusticia en justo, mas sí al injusto .
la sección de la excelencia y de la sabiduría, y a la just ¡. -S í, así es .
cia en la sección conlraria . -Y en lo que hace al rnJusto, ¿acaso considera ria
-Sin embargo , asf las coloco , por cierto. valioso aventajar al justo y a la acción justa?
-Esto es ahora algo más sólido, mi amigo, y ya no -¿ Y cómo no, si precisamente es el que considera
es fácil poder contestarlo. Sí bu bieses afirmado, en efec- valioso superar a todos?
to, que la injusticia da provecho, pero concordaras con -Por consigui ente, el injusto luchará para aventa-
otros en que es maldad y algo vergonzoso, podríamos jar al hombre injusto y a la acción injusta, de modo
replicar hablando conform e al uso habitual de estas pa- de lograr mucho más que todos.
labra:-. Pero ahora es patente que dirás que es una cosa -Asl es.
94 D1Ál0C0S R.EPÚ.BLICA 1 95

-Afirmemos es to, entonces: el justo no Lratará de -Y en cua nto al médico, cuando prescribe un rl!- JS0<1
aventajar a su semejante, sino a su contrario; mientras gí.men de comidas y bebidas, ¿te parece que quiere aven-
d el inju st o tratará de aventajar tanto a su semejante tajar a un médico o a la profesión de medico?
como a su contrario. -Sin duda que no.
-Muy bien dichÓ. -Pe ro querrá aventajar en eso a quien no sea médico.
-Ahora bien , el injusto es inteligente y bueno; el jus- -Cla ro.
to ni una cosa nj la otra . -Mira ahora, respecto de cualquier conocimiento ar-
-Efectivamente. tesanal o de la ausencia del mismo, si te par ece que
-Por consiguiente. el injusto se parece al inteligen- el conocedor de un arle qu iere lograr, en lo que hace
te y al bueno, mientras el justo no se parece a ésto s. o dice, más que otro conocedor de ese arle, en lugar
-¿ Y cómo no ha de parecérsele.s aquel que es co mo de obtener lo mismo que su semejante en dicha activi-
ellos, en tanto el otro no? dad.
-M uy bien. Por lo tanto ¿ cada uno de ellos es t.al -Parecería forzoso que sea de la segunda manera.
como aque llos a quienes se parece? -¿ Y el que des conoce el arte? ¿No trataría de aven -
-¡Pero ao veo de qué ocro modo podría ser! tajar tanto al conoc edo r de dicho arte como igualmente 1,
· -Es1á bien, Trasímaco, ¿ llama s 'músico' a aJguien, al qu e lo desconoce? .
e y a otro 'no-m ú sico'? -TaJ vez.
-SL -¿ Y el coooc.edo r es sabio?
-¿ Y cuál de ellos dice s que es ioteligence y a cuáJ -Si.
Uainas tonto? -¿ Y el sabio es bueno?
-Por supuesto, digo que el músico es inteligente y -Si.
que el no-músi co es lonco . -E.n tal caso , el que es bueno y sabio no querrá aven-
-Y en lo que uno es inr eligeme es también bueno, tajar a su semejante, sino a su contrario .
mientras q_ue en ese sentido el tonto es malo . - Así parece.
-Así es. -E l malo e ignoranle, eo cambio, querrá aventa jar
-Y respecto del médico hablaremos del mis mo tanto a su semejante como a su contrario.
modo . -Es manifiesto.
-Del mismo modo. -Pues bien, Trasímaco, el mJusto nos parecía qu e
-¿ Y te pare ce, mi excelente amigo, que un buen mú- quería aventajar 1anto a su contrario como a su seme·
sico, al templar la lira, quiere aveotajar a otro músico jante. ¿Acaso no declas eso?
en cuanto a poner tensas las cuer das o aflojarlas, y co n- -SI.
sidera valioso aventajado en eso? -Y vimos que el justo no quiere aventajar a su se- e
-NO', claro. mejante. sino a su con trari o .
-Pero querrá aventajar , en esa actividad, a guíe n -SL
no sea músico . -En tal caso, el justo se parece al sabio y bu eno,
-Forzosamente . el injusto al malo e ignorante.
96 DJÁLOGOS REl'ÚBUCI\ 1 97
-P robablemente. más fuerte que la justicia . Pero ahora. añadí, si la justi·
- Pero nos hemos puesto de acu erdo , además, en que cía es sabiduría y excelencia, pienso que se manifiesta
cada uno de ellos es tal como aquellos a Jos que cada fácilmente más fuerte que la inju s ticia, puesto que la
un o se parece. injusticia es ignoranci~: nadie lo desconocería. Mas no
-En efecto, lo hemos acordad o. deseo valerme de algo tan simpl e, Traslmaco; prefiero
- Por lo tanto, el justo se nos ha revela do como bue- examinarlo de 01 ro módo: ¿ dices que un Estado puede
no y sabio, en tanto el injusto como ignorante y malo. ser injusto e intent ar someter injustamente a otros Es- b
Trasímaco convino en todo esto, pero no tan fácil- ta dos -o haberlos sometido ya-, e incluso mantener
d mente como lo narro ahora , sino que lo hizo compe l ido sometidos bajo si muchos Estado s?
y a regañadientes, con gran sudor , más aún por el calor -¡Claro! -contestó-. Y el mejor Estado, que es el
que habla. Entonces vi algo que nunca había visto an- inju s to, lo llevará a cabo antes que ningún otro y del
tes: Trasímaco enrojecía. Ahora bien , después de que modo más perf ecco.
hubimo s convenido en que la justici a es excelencia y -Comprendo, porque ésta era tu tesis -dije-. Pero
sabidu .ría y la injusticia. en cambio, malogr o e ignoran- respecto de ella examino lo siguiente: el Estado que lle-
cia, dije: ga a prevalecer sobre otro, ¿ha de mantener ese poder
-Bie n. demos esto por establecido. Pero también he- sio justicia, o le será forzoso contar con justicia?
mos dicho que la il)justicia es vigoro sa.¿ Recuerdas. Tra- -Si fuera como tú acabas d e decir, que la justicia ,
síma co? es sabi duría. tendría que contar co n justicia -1·espon·
- Recuerdo -dijo-. Pero no estoy confor me ·con lo di6 - . Pero si es como yo he dicho. coo injusticia.
que acabas de decir, y tendría bas tante que hablar de -Estoy encant ado , Trasímaco -dije yo-, porque no
" estas cosas. Claro que si lo hiciera, bien sé que dirfas re limjtas a asentir y disentir con la cabeza, sino que
que estoy arengando . De modo qu e, o bier,i me dejas ha- también respondes ran brillantemente.
blar como quiero, o bíen, si quieres preguntar, pregun- - Lo hago para complacerte -contes tó.
ta, y yo te diré «está bien,, -como a las viejas que cuen- -Y lo haces muy bien; pero ahora dime esto, tam-
tao leyendas-, asintiendo o disintiend o con la cabe7..a. bién par a complacerme: ¿ te parec e que un Estado o un
-Pero de modo que, en ningún ca so, sea en contra ejército, o una banda de piratas o de ladrones, o cual-
de cu pro pia opinión. qu..ier otro grupo que se propusiera hacer en común al·
-Del modo que te plazca -dijo-, puesto que no me go injusto, podría tener éxito si cometieran injusticias
permic es hablar. ¿Quieres aJgo más que eso? entre sí?
-¡En nombre de Zeus. nada más! Si obras así, haz- - No, por cierto. .;
lo. Yo preguntaré. -Y si no las cometieran ¿sería más probable que
-Preguma, pues. tuvieran éxito?
-T e pregun tare lo que te acabo de preguntar, a fin -Seguramente .
35111de exam inar la cuestión ordenaclarneote: cuál es la re· -En efecto , Trasímaco, la injusticia produce entre
lación entre la jus ticia y la injustic ia. Hac e un momen - tos hombres discordias, odios y disputas; la justicia, en
to ha sido dicho que la injustici a es m ás poderosa y cam bio, conc ordia y amistad. ¿ No es así?
94. - .,
98 OlÁLOGOS REPÚ.BLlCA 1 99

-Aceptémoslo -concestó-, para no discutir contigo. -En tal caso, Trasímaco, el injusto será hostil a los
-Pero haces muy bien, mi excelente amigo. Y ahora dioses, y el justo será amigo de ellos.
dime esto; si la obra de la injusticia es crear odio allí -Disfruta del argumento sin temor a mi réplka
donde se encuentre. al surgir entre hombres libres o -dijo-. Pues yo no te he de conti:adecir. para no vol-
bien entre esclavos, ¿no hará que se odien y disputen verme odioso a tus amigos.
e entre sí, de modo que sean incapaces de hacer juntos -Y bien -prosegu/-, completa lo que queda del fes-
algo en comun? tín respondiéndome como hasta ahora. Pues los justos
-Sin duda. aparecen como más sabios, mejores y más capaces de
-¿Y si surge entre dos personas? ¿No discutirán y actuar, mientras los injustos no pueden hacer nada jun-
se odiarán y llegarán a ser tan enemigos entre sí como tos: y si decimos que alguoas veces , aun siendo injus· e
lo son de los justos? Los, hacen algo juntos en común y con vigor, no diremos
-S í, llegarán a serlo. la verdad en ningún sentido. En efecto, si fueran com-
-¿Y esta propiedad la perderá la injusticia en caso pletamente injustos, no se habrían abstenido de enf ren-
de que surja en un solo hombre, admirable Trasímaco , ta rse entre sí, sino que evidentemente anidaba en ellos
o en nada disminuirá? algo de justicia, lo que les impedía atacarse entre si
-En nada disminui.r.á -respondió . mientras comerían injusticias contra otros, y gracias a
-Por consiguiente. sea que surja en un Estado > eo ella han hecho lo que han hecho. Esto es, se ban aboca-
una famüia, ea un ejército o en donde sea, aparece siem- do a obrar injusL.a01ente cuando estaban perjudicados
pre contando con la propiedad de producir, primera- sólo a medias por la injusticia , ya que los que estuvie-
352..amente, la incapacidad de obrar en conjunto, a raíz de ran completamente depravados y fueran completamen-
las disputas y discordias, y, en segundo lugar, la exis- te injustos no hubieseo podido hacer nada. Que estas d
tencia de UJ"laenemistad tanto consigo mismo como con cosas sean así lo comprendo, pero oo corno tú las expu-
cualquier otro y con el justo. ¿No es así? siste al comienzo. Ahora debemos examinar si los jus-
-Asi es. tos viven mejor que los injustos y sí son más felices,
-Y cuando se encueotra en un solo hombre, pienso. que es lo que anteriormente propusimos. Por cierto, eso
producirá todas las obras que corresponden a su natu· parece claro. al menos así lo creo, a partir de lo que
raleza. Primeramente, la incapac:idad para obrar, poruén- hemos estado diciendo. No obstante, hay que examinar-
dolo en conflicto y en desacuerdo consigo mismo, y. en lo mejor, pues no es un tema cualquiera, sino que con-
segundo lugar, lo tornará hostil tanto consigo mismo cierne a cuál es el modo en que se debe vivir.
como con los justos. ¿ No es acaso así? -Examínalo, entonces -dijo.
-Si. -Lo examinaré -respondí-. Dime, ¿ te parece que
-Ahora bien, también los dioses son justos, ¿no, mi hay una función propia del caballo?
amigo? -Me parece que sí. e

b -Que lo sean -respondió. -Y lo que admites como función del caballo, al igual
que en cualquier otro caso, ¿no es lo que sólo aquél
hace, o lo que él hace mejor?
100 DIÁLOGOS Rl!PÚ8U CA 1 101

-No comprendo -alegó. -Sí. también.


-Veamo s de este modo: ¿puedes ver con otra cosa -¿ Y no sucede lo mismo respec to de todas las de-
que con los ojos? más cosas?
-No, por cie rto. -Lo mismo.
-¿ Y pued es oir con otra cosa que con los oídos? -Y bien, ¿ aca so los ojos podrían alguna vez cum-
-De nin gún modo. plir ade cuadamente su funci ón, si no cuenlao con su
-En tal caso ¿sería correcto que dijéramos que ver propia excelencia. sino, en su lugar, con una falencia? e
y oi.r son fun ciones de esos órganos? -¡Claro que no! -cootes1 ó-. Ya que seguramt."ntc:
-Ciertame nte . quieres decir que tienen la ceguera en lugar ele la
.J53cr -Ahora bien, ¿podrías conar un sarmi ento de una vista .
vid con un cuchillo o con uo cincel o con otras herra- - Cualquiera que sea su excelencia -rep liqué - , pues
mientas análo gas? todavía no pregunto esto, sino si las cosas que tienen
-¡Sí que podría! una fun cióo la cumpleo bien gracias a la propia ex<:e·
-Sin emba rgo, me parece que con nin guna de ellas len cia, pero mal con su malogro .
se podaría la vid tan apropiadamente como con una po- -Es o es cieno.
dadera, que ha sido fabricada para ello. -Po r coosiguieote , tambi én los oídos, privados de
-Es verdad. su cxceleocia, cumplirán mal su función.
-¿Admiti remos, en consecuencia, que podar la vid -Po r cieno.
es función de la podadera? - ¿ Y aplicaremos a LOdas las cos as el mismo argu- d
-Adroitámo slo. rnenro?
-Creo que ahora comprenderás mejor lo que te pre- - Me parece que sí.
guntaba hace un momento , cuaodo ioquiría s.l Ja fun- -Bieo. Después de eso, debe mos examinar lo siguien-
ción de cada cosa es o no lo que sólo ella cumple o te: hay funciones del alma que ninguna otra cosa distin-
lo que esa cosa cumpl e más apropiadamente. ta <le eUa podría cumplir. Por ejem plo. el prestar aten-
-Efectivam ente , comprendo. y me pa rece que eso ción, el gobernar, el deliberar y tod o lo de esa índole:
;, es la función <le cad a cosn. ¿será correcto que atribuyam os es tas funciones a otra
-Bien. ¿ Y no te parece que hay una excelencia para cosa que al alma y diremo s que son propias de és i.a?
cada cosa que üene asignada una función? Pero volva- -Las atribuiremos al alm a.
mos a lo dicho antes: ¿no decíamos que los ojos tienen -Y respecto del vivir ¿dire mos que es una función
una función? del alma ?
-Sí, tienen una función . -Claro, por encima de todo .
-¿ Y no tienen los ojos también una excelencia? -¿El alma tiene, por ende, una excelenci a ?
-Ta mbién. - As! es.
-Pe ro además ¿había una función de los oídos? -¿Y alguna vez, Trasímaco, el alma cumplirá bien e
i\'-, ll&/ ( '-- Sí. sus funcio nes sí está privada d e su propia excelencia,
~, ~ ¡A¿
' y por con slgu1ente,
· · tam b"1en
, una exce 1eAcla.
· )
•\~:~
•¡"E,C~
/})\
o le serú imposible?

,.,. ~
102 DIÁLOGOS REPÚBLICA l 103

-Le. será imposible . rior a éste; de mod o que el resultado del djálogo es e
-Forzoso es, por consiguiente, gobernar y pres tar que ahora no sé nada . En efecto, puesto que no sé qué
atención mal con un alma mala , y, con un alma buena, es lo justo, mucho menos he de saber si es excelencia
hacer bien codas esas cosas. o no, ni si quien lo pose e es feliz o infeliz.
-For.coso.
-¿ Y no habíamos con venido que la justicia es ex.ce-
len cia , y la injusticia roalogro de aquélla?
- En efecto.
- El alma justa, por ende, el hombre just o, vivirá
bi en; el injusto, ea camb io, mal.
-Según tu argument o -dij o- es manifiesto.
35~a -Pero precisamente quien vive bien es feliz y bien-
aventurado, al contrario del que vive mal.
-Así es.
- Por lo tanto, el justo es feüz y el injusto des dic hado.
- Admitámoslo.
- Ahora bien: no se obtiene provecho al ser desdi-
chado, sino al ser feliz.
-¡ Claro!
-En taJ caso, bienav enturado Trasímaco, es más pro-
vechosa la justici a que la injusticia.
- Bien, Sócrates -d ijo-. ya rienes tu festín para hon-
rar a la diosa Bendis.
-A ti te lo debo. Trasimaco -dije-, por hab er sido
tan amable conmigo y cesar de irritarte . Si a pesar de
b eso no lo disfruto, no es po.r tu causa, sino por la
mía . En efecto, tal como los gJotones engullen voraz-
ment e cada nuevo manjar que les sirven, antes de sa bo-
rear el anterior de modo adecuado, así me parece que
yo , ant~s de hallar lo que debíamos examinar pr imera·
mente, o sea, qué es lo justo, lo he dejado de lado y
me he abocado al examen de si lo justo es ignora ncia
o sabi duría y excelencia; y lueg o, al ocurrírseme Ja cues-
lión de si la injusticia es más provechosa que la justÍ·
cia, no he pod~do abstene1me de pasar del asunt o ante·
llEl'll 8LICA 11 105

médico que recibe un enfermo. el ejercicio de la med.ici-


na y cualquier otro.modo de ganar di.nero? Pues de es-
tas cosas diríamos que son penosas pero que nos bene-
ficim1, y que no las deseamos poseer por sf mi smas, d
si110 por los salarios y demás benefjcio s que se generan
de L'lias.
-Es cierto -repuse-, es una tercera clase de bie-
11 nes. Pero ¿y después qué?
-¿ En cuál de esas tres clases -p regunió- colocas
a la justicia?
- Pienso -respondí- que habrfa que colocarla en 358a
357i¡ Después de haber dicho estas cosas, creía yo haber la clase más bella, la de los bienes que anhelamos 1:mto
puesto fin a la conversación; pero, al parecer, había si- por sí mismos como por lo que de e llos se genera, al
do sólo el preludio. Glaucóo, en efecto, quien solfa ser menos para quien se proponga ser fellz.
el más vaJeroso de todos, en esta ocasión no consinlió -Pues la mayoría no opina así - elijo-, síno que la
la retirada de Tras(maco y exclamó: coloca en la clase de bienes penosos. que hay que cuhi-
-Sócrates: ¿quieres que parezca que hemos queda- var con miras a obtener salarios y a ganarse una buena
b do convencidos o que verdaderamente nos convenzamos reputación, pero que, si fuera por sí mismos, habría que
de que lo justo es mejor que lo injusto en todo sentido? evitarlos, por ser desagradables.
-Yo preferiría -conteslé- convenceros verdadera- -Ya conozco esa opinión -di je - , y hace rato que,
mente. si de mí dependiera. en base a ella, la jusLicia es censurada por Trasíma co
-En tal caso -insistió Glaucón-. no haces lo que y alabada en cambio la injusticia . Pero yo he sido lerdo
qu.ieres. Dime, pues: ¿no crees que hay una clase de bie- en dar me cuenta, según parece.
oes que no desearnos poseer por lo que de ellos resulta, -Esc úchame, en1ooces -dijo Glaucóo-, para ver b
si.no que n.os agradan por si mismos, tales como el rego- si eslás de acuerdo conmjgo; pues Trasím aco, me par e-
cijo y aquellos placeres inocentes, por medio de los cua- ce, se ha rendido demasiado pronto, encantado por ti
les nada se produce en un momento posterior, sino sólo como por una serpíeme. Pero aún no se ha h.e cho una
el disfrute de poseerlos? exposición de una y 01ra a mi gusto. Deseo escuchar,
-Creo que sj -respondí. en efe cto , qué es cada una de ellas y qué pode r tienen
e - Pero hay bienes que anhelamos tanto por sí mis- por sí mismas al estar en el alma, con ipdependeocia
mos como por lo que de ellos se genera, tales como la de los Sf.llarios y de las consecuencias que derivan de
comprensión, la vista y la salud. Esas cosas, en efecto, ellas. Esto es lo que haré, si tú estás de acuerdo : reto·
nos agradan por ambos motivos. maré el argumento de Trasímaco, y primeramente te c.
-Así es. · diré qué es lo que se dice ·que es la justicia y de dónde
- ¿Adviertes una tercera clase de bienes, en la cuaJ se ha originado; en segundo lugar, cómo todo s los que
se encuentran la práctica de la gimnasia, el tratamiento la cultivan no la cultivan voluntariament e sino por ne-
106 OíÁLOGOS REPÚBLICA (1 107

cesidad, pero no por ser para ellos un bien; y en tercer por ello lo justo, que está en el medio de ambas situa-
lugar, por qué es natural que obren asi. ya que dicen ciones. es deseado no como un bien, sino estimado por b
que es mucho mejor el modo de vivir del injusto que los que careceo de fuerza para cometer iojusticía.s : pues
el del justo. En lo que a mí concie rne . Sócrates, no soy e l que puede hacerlas y es verdaderamente hombre ja-
de esa opin ión, pero tengo la dificultad de que los oídos más concertaría a(;uerdos para no cometer injusticias
se me aturden al escuchar a Trasimaco y a muchos otros. ni padecerlas. salvo que estuviera loco. Tal es, por con·
eo tanto que de oadie he esc uchado el argumento que siguiente, la naturaleza de la justicia, Sóc.rates, y las
d quisiera oír en favo r de la justicia y de su superioridad situaciones a partir de las cuales se ha originado, según
sobre la injusticia . Desearía escuchar un elogio de la se cuenta .
justicia en sí misma y por sí misma; y creo que de ti, Veamos ahora el segu ndo punto: los que cultivan la
más que de cualqui er otro, podría aprenderlo. Por eso justicia no la cultivan voluntariamente sino por impo·
hablaré poniendo tod as mis energías en defender el mo· tencia de cometer injusticias. Esto lo percibiremos me·
do de vida del injusto; y después de eUo te mostraré jor sí nos imagin amos las cosas del siguiente modo:
de qué modo quisi era oíne censurando la injusticia y demos tanto al justo como al injusto el poder de hacer ,
alabando la justicia. Pero ahora mira si te place lo que lo que cada uno de ellos quiere, y a continuación si-
digo. gámoslos para obs ervar adónde conduce a cada uno el
-Más que cualqujer otra cosa -respondí-. ¿Hay deseo. Entonces sorprenderemos al justo tomando el mis-
e acaso algo sobre lo cua l alguien con sentido común mo ca.mi.no que el injusto, movido por la codicia, lo que
gozaría más al hablar y escuc har una y otra vez? toda criatura persigue por naturaleza como un bien, pe·
-Perfectament e -dijo Glaucón-; óyeme hablar so- ro que por convención es violentamente desplazado ha-
bre aquello que afirmé que lo haria en primer lugar: cia el respeto a la igualdad. EL poder del que bablo se-
cómo es la justicia y de dóode se ha originado. Se dice. ría efec1 ivo al má.-ximo si aquellos hombres adquirieran
en decto. que es por nat ur a leza bueno el cometer injus- una fuerza cal como la que se dice que cierta vez tuvo
ticias. malo el padec erlas. y que lo malo del padecer Giges, el antepasado del lidio. Giges era u.n pastor que d
injusticias supera en mucho a lo bueno del cometerlas. servía al entonces rey de Lima. Un día sobre,,ioo una
De este modo, cuando los hombres cometen y padecen gran tormenta y un ter remoto que rasgó la tierra y pro-
injusticias entre sf y experimentan ambas situaciones, dujo un abismo en el lugar en que Giges llevaba el ga-
3S9a aquellos que no pueden evitar una y eleg:ir la otra nado a pastorear. Asombrado al ve r esto; descendió al
juzgan ventajoso concertar acuerdos entre unos hom· abismo y halló, entre otras maravillas que narran los
bres y otros para no cometer injusticias ni sufrirlas. mitos, un caballo de bronce, hueco y con ventanillas,
Y a partir de allí se comienzan a implantar leyes y con· a través de Jas cual es divisó adentro un cadáver de ta-
venciones mutuas, y a lo prescrito por la ley se lo llama maño más grande que el de un hombre, según parecía ,
'legítimo ' y 'justo'. Y éste, dicen, es el origen y la esen- y que no tenía nada excepto un anillo de oro en la e
cia de la juscici~1, que es algo intermedi o entre lo mejor mano. Giges le quitó e l anillo y salió del abismo: Ahora
-que serla cometer injusticias imp unemente- y lo peor bien, )os pastore s hacían su reunión habitual para dar
-no poder desquitars e cuando se padece injusticia-;
REPÚBLICA 11 109
108 !)JÁLOGOS

al rey el informe me ns u.al conc erni ente a la hacienda, de tal poder, no quisiese nunca cometer injusticias ni
cuando llegó Gige s llevando el anillo. Tras sen tarse en - echar mano a los bienes ajenos, sería consi der ado por
tre los demás, casualmente volv ió el engaste del anillo los qu e lo vieran como el hombre más desd ich ado y ton-
hacia el interior de su mano. Al suceder esto se torn ó to, aunque lo elogiaran en público, engañán dose así mu-
36011 invisible para los qu e estaban sentados allí, quienes se
tuam ente por temor a padecer injusticia. Y esto es todo
pusieron a hablar de él como si se hubier a ido. Gige s sobre es te punto.
se asombró. y lue go, exami nando el anillo, dio vuelta En cuanto al juicio sobre el modo de vida de los dos ,.
el engaste haci a afuera y tornó a hacerse vis ible. Al ad· hombres que hernos descrito , pondremos aparte al m ás
vertirlo, experimentó con el anillo para ver si tenía Lal justo del más injust o; de es e modo podr emos j uzga r co-
propiedad, y comprobó que así era: cuando giraba e l rrectamente. ¿Qué clase de separación efec tu are mos ?
engast e hacia adentro, su du efio se hacía invisible, y, La siguiente: no quitaremos al injusto nada de la injus-
cuando lo giraba haci a afuera, se hacia visible. En cuanto ticia , ni al justo nada de la justicia, sino que supondre·
se hubo cerciorado de ello, maquinó el modo de fonnar roos a uno y otro perfectos en lo que hace aJ compor1a-
parte de los que fueroo a la resídeocia del rey como mien10 que les es propio. En primer lugar, el hombre
b informantes; y una vez aU.i sedujo a la reina, y con injusto ha de actuar com o los artesanos expertos . El
ayuda ele ella mató al rey y se apoderó del gobierno. mejor piloto o el mejor m édico, por eje mplo, dis crimi-
Por consiguiente, si ex.istiesen dos a.milos de esa índole nan Jo que es imposible de lo que es posible., en sus
y se otorgara uno a un hombre justo y otro a uno injus- respectivas artes, para intentar la empre sa e n el úlcimo .lóla
to, según la opinión común no habría nadie tan ínt egro ca so. abandon arl a en el primero. J,ncluso si en algún
que perseverara finnemeote en la justicia y soportara sent ido dao un paso en falso, son ca pac es de en mend ar-
el ab sten erse de los bien es ajenos, sin tocarlos, cuando lo. De este modo, el hombre injusto in1eotará cometer
podría tanto a'))Odera rse impunemente de lo que qujsie- delitos correctamente, esto es, sin se r descubi ert o, si
c ra del mercado, como, al entrar en las casas, acostarse
quiere ser efecúvamente injusto: en poco es tenid o quien
con la mujer que prefiriera , y taolo matar a unos como es sorprendido en el ac to de delinquir, ya que la más
l.ibrar de las cadenas a otros, según su voluntad, y ha- alta injusticia consiste en parecer justo sin serlo. Que
cer lodo como si fuera igual a un dios entre tos hom- se confiera al que es perfe ctament e injusto la perfecta
bre s. En esto el hombre justo no harí a nada diferente injusticia, sin quitarle nada, pero a la vez que se con ce-
del injusto, sino que ambos marcharían por el mismo da al que comete las mayores injusticias la mejor repu-
camino. E inclus o se diría que esto es una importante tacion que, en cuanto a justicia, se le pueda procurar.
prueba de que nadie es justo voluntariamente, sjoo for- Y si da un paso en falso, que lo pueda enmendar y b
zado, por no co nsiderars e a la justi cia como un bien ser capaz de hablar de modo qu e convenza de su ino-
individual, ya que .illí donde cada uoo se cre e capaz cencia si es denunciado en alguno de sus delitos: o bien
d de cometer injusticias, las comete. En efecto, todo hom- hacer viol en cia cuan tas veces sea necesaria la violen-
bre piensa que la injusticia le brind a muchas más ven- cia, por medio de su fuerza y su coraje, o por medio
tajas individuales que la justicia, y está en lo cierto, de sus amigos y de la fortuna que se haya procurado.
si habla de acuerdo con esta teoría. Y si alguien, dotado Una vez supuesto semejante hombre, coloquemos en teo-
l 10 OL.{LOGOS
REPÚBLICA O 11J

ría.' junto a él al hombre justo. simple y noble, que oo efecto, d irán que el injusto es el que en realidad se ocu-
quiere. a.l decir de Esquilo. parecer bueno sino serlo 1• pa de lo suyo atenieodose a la verdad y no viviendo se·
Por consiguiente, hay que quitarle la apariencia de jus- gún la apariencia: no quiere parecer injusto si.no serlo,
c to; pues si parece que es justo, su apariencia le reporta·
rá honores y recompen sas, y luego no quedará en claro cosechando en los surcos profundos que atravie san su
sí es justo con miras a lo jus to o con miras a !as recom· [corazón ,
pensas y honores. Despoje moslo de todo, pues, excepto de donde broian sus nobles propósitos. h
de la justicia, y concibámo slo en !a condición opuesta
a la del anterior: que, sio cometer injusticia, posea la Eo primer Jugar, al parecer que es un jusw. gobierna
~ayor reputación de injusticia, a fin de que, tras haber en e l Estado; después, se casa allí doode le plaz ca, da
sido puesta a prueba su consagración a la justicia en sus hijos en matrimonio a qujenes prefiera, y se asocia
no haberse ablandado por causa de la mala reputación concertando contratos con quienes desee; y saca ve nta·
y de todo lo que de é~ca se deriva, permanezca inaltera- ja de todo esto, en cuanto aprovecha el obrar injusta-
d ble hasta la muerte, pareci endo toda la vida injusto aun mente sin tener escrúpulos. Cuando entabla una con-
siendo justo. De esta suerte, llegados ambos al punto tienda en fonna privada o pública, predomina y sup era
extremo, de la justicia uno, de la injusticia el otro se a sus adversarios. Y al obtener ventaja se enriquece y
podrá juzgar cuál de ellos es el más feliz. ' puede beneficiar a sus amigos y perjudicar a sus ene· e
-¡Es maravilloso, qllerido Glaucón -exclamé- el migos. así como también ofrecer sacrificios a los dio-
modo vigoroso con que has pulido a estos dos homb;es ses, consagráodoles ofrendas en forma adecuada y mag ·
como si fueran estatuas. para poder juzgarlos! · oifica. y puede bonrar a los dioses y a los hombres que
-Hago lo mejor que puedo -respondió-. Y me pa· qwera, mucho más que el justo: de modo que, con toda
rece que, por ser ambos de ta.l índole, no hay dificultad probabilidad, Je corresponde ser más amado por los dio-
alguna en descrjbir qué clase de vida aguarda a cada ses que el justo. Así dicen, Sócrates, que el hombre in-
e uno. Hablemos, pues. Y si lo que digo resulta chocante justo es provisto tanto por los dioses como por los hom ·
Sócrates , no pienses que soy yo quien habla, sino aque~ bres para llevar una vida mejor que la del justo.
1Jos que alaban a la injusticia por sobre la justicia. Una vez que Glaucón dijo estas cosas, me propuse d
E!l~s dirán que el justo, tal como lo hemos presentado, responderl e, pero su hermano Adimanto me preguntó:
sera azotado y torturado. puesto en prisión, se le que· -¿Tú no crees, Sócrates, que el tema ha quedado
362" maran los ojos y, tras pad ece r toda dase de castigos suficientem ente expuesto, verdad?
~rá e~palado. y reconocerá que no hay que querer se; -¿Qué? ¿Ha y algo más aún? -exclamé.
Justo, sino parecerlo. En ese caso lo dicho por Esquilo -lo que no ha sido expuesto e:s lo que era más ne·
sería mucho más correcto si se refiriera al injusto. En cesario expooer -respondió.
-Pues bien -dije-, como dice el proverbio, que el
1 hermano ayude al hermano; de modo que. si a tu her·
Esou n.o, ~rete CO'rttra T,;bos S92: u pues fAnf')aro/ no quiere pi.re.
c~r el mejor smo serlo•. Poc:is llnens más abaju. en J62a-b. Platón mano le falt a algo, acude en su socorro. Aunque lo ex-
cJt a los versos 593-594. puesto por él ha sido suficiente para abatirme y tomar-
me incapaz de salir en auxilio <le la justicia.
ll2 OlÁLOCOS REPÚBLICA 11 113

e -No es derto lo que dices -replicó Adimanto-, Museo y su hijo, por su parte, conceden a los justos.
aún tie nes que o(r más. pues es necesario que exami ne- de parte de los dioses. bienes más resplandecientes que
mos los argumentos op uestos a los que enunció Glau- los de Homero y Hesíodo . Según lo que se narra , en
cón : los de quien es a laban la jus1icia y censuran la in· efecto, los llevan a l Hades , coronadas sus cabezas, les
justi cia, para que resulte más claro lo que me parece preparan un banquete de santos y les hacen pasar todo d
quer er decir Glaucó n. Los padres dicen y exhortan a el tiempo embriagados, coa el pensamiento de que la
363a sus hijos cuán necesario es ser justo -y cuantos velan retribución más bella de la virtud es una borrachera
por aJgui en-, au.oque no es por sí misma por lo que ala- e<ema. Y otros prolongan más aún que· ellos las recom ·
ban la justicia, sino por la bu en a repuL.ación que de ella pensas con que los dioses retribuyen: dicen que. tras
se deriva, con el fin de que, al parecer que se es ju st o, el varón pío y fiel a sus juramentos, quedan hijos de
se obtengan cargos , casamientos convenientes y todo lo sus hijos y. de alü en adelante , toda una estirpe. Estas
que Glaucó n acaba de describir, cosas que correspon- y otras cosas análogas refieren en favor de la justicia.
den al justo por su buena reputación. Y en cuestión de En cuanto a los sacríl.egos e injustos, en cambio, los
fama, van más lejos en sus argumentaciones. Afirman, sumergen en el fango en el Hades y los obligan a llevar
en efec to, que. al gozar de buena reputación ante los agua en una criba ', haciéndolos portadores de mala t

diose s. cuentan con los abundantes bienes que, según reputa ció n mientras viven y de todos los castigos que
dicen , los dioses confieren a los que los reverencian. Glaucón describió respecto de los justos que han adqui-
Así el noble Hesíodo habla como Homero. Hesíodo afir- rido fama de injustos; y estos casligos -y no otros -
b ma que los dioses hacen, para los justos, que los ríenen en cuenta al hablar acerca de los injustos. Tal
es el elogio y tal la censura de la justicia y de .la inju s-
rQbles ticia.
porten bellotas en sus copa.s y abejas en el medio Considera, además, Sócrates. otra especie de discur-
y las ovejas est én carg adas de lana 2
sos respecto de la justicia y de la injusticia, dichos tan-
to po r poetas como por profanos. Todos a una voz, en 3640
y muchos otros bienes que se añaden a éstos. Y en for- efecto, cantan a la sobriedad y a la justicia por ser algo
ma simi lar se expresa fiom ero: bello. aunque también difícil y penoso; la intemperan-
Tal como la gloria de un rey irreprnchable y temeroso cia y la injusticia, en cambio, son algo agrndable y fácil
[de los dio ses, de adquirir, vergonzoso sólo para la opinión y la con-
que m.antiene recta justicia , la negra tierra le aporta vención. Afirman que la inju slic ia es más ventajosa, por
e 1rigo y cebada. mientras los árboles se cargan de frutos, lo general, que lo justo; y que los perversos son ricos
el ganado pare sin cesar y el mar lo provee de peces 1 .
' Alusión, según ADAM y el LSJ. al casligo de las Dannid.:s , que
os mencionado por primera vez en el pseudo-platónico ,'lxloco 371 e (Ou·
1 Heslooo. ·rrabajos y D(as 232,234. TIIRII!, Orfeo y la religión griega, trad . J. VALMARD , Buenos Aires, 1970,
·' Od. XIX 109,11.3. PIMón om ite, t!n el verso 110, •que imp i:ra so· pág. 192. n. 10). Sin la rderencí a a las hijas de Oáoao se hall11 ya
br e muchos y vigornsos v:wones• . en Gorgios 493b .

94. -8
114 DIÁLOGOS RE.PÚBLICA H 115

y cuentan con otros poderes. por lo cual están dispues- los dioses mismos son también accesibles a los ruegos,
tos a considerarlos felices y a honrarlos ínescrupulosa- por medio de sacrificios Y. tiernas plegarias,
mente, tanto en público como en privado, y a subesti· con libaciones y a.roma. de sacrificios los conmtieven ~
b mar e ignorar a quienes soo débiles y pobres, aun [los hombres
cuai,do reconoz<:4n que estos son mejores que los otros. que implóran, cut1ntio se ha cometido alguna transgresión
Pero los relatos que cuentan acerca de los dioses y de [o alguna /alta'.
la excelencia son los más asombrosos de todos: los dio-
ses han acordado. a la mayoría de los buenos, infortu· Proveen, por otra parte, un fárrago de libros de Museo
nios y una vida desdichada, en tanco que a los malos y de Orfeo, descendientes de la Luna y de las Musas,
la suerte contraria. Sacerdotes mendicantes y adivinos según afirman, y llevan a cabo sacrificios de acuerdo
acuden a las puerl3s de los ricos. convenciéndolos de con tales libros. Y persuaden no sólo a individuos sino
que han sido provistos por los dioses de un poder de a Estados de que, por medio de ofrendas y juegos de
reparar , mediante sacrificios y eocantamieotos acoro· placeres, se producen tanto absoluciones como purifi-
e pañados de festines placenteros, cualquier delito come- caciones de crímenes, tanto mientras viven como in- J6Sa
tido por uno mismo o por sus antepasados; o bien, si cluso tras haber mueno: y a estas cosas las llaman 'ini-
se quiere dañar a algún adversario por un precio redu- ciaciones', que nos libran de los males del más aUá. A
cido, trátese de un hombre justo lo mismo que de uno los que no han hecho esos sacrificios , eo cambio . aguar-
injusto, por medio de encentamientos y ligaduras mági- dao cosas terribles.
cas, ya que -según afirman- han persuadido a los di<> Si se cuentan todas estas cosas, de tal índole y tanta
ses y los tienen a su servicio . Corno testigos de todas cantidad, acerca de la excelencia y del malogro , así.
estas narraciones ponen a los poetas. Unos confieren 1 como del modo eo que hombres y dioses las estiman ;
a la maldad f áciJ acceso, de modo que mí querido Sócrates -añadió Ad.imanto- , ¿ cómo pea-
saremos que, una vez escuchadas, afectarán las a lmas
también en abundancia se puede alcanzar a la perver-
de jóvenes bien dotados y capaces de revolotear, por
[sidad
así decirlo, de una a otra sobre todas estas leyendas,
d fácilmente; el camino es liso y ella mora muy cerca . y de inferir de ellas de qué modo se ha de ser y por I>
dónde hay qu e cocaminar la vida para pasarla lo mejor
Frente a la excelencia, en cambio, los dioses han im- posible? Probablemente, siguiendo a Pindaro, se dirá a
puesto el sudor•. y un camino largo y escarpado.
si mismo aquello de
Otros invocan a Homero como testigo de la persuasión
de los dioses por los hombres, porque también él dijo: 1
l?stc pasaje de la cxhonación de Fénix a Aquiles en 11. TX
497-501, ci1ado de memoria aquí o no, guarda algunas diferencia~ con
$ Aqul nos apartemos de Adftm y seguimos los manuscritos, con lo~ Mss. de Homero, de las cuales la más notable se halla en el v.
Burnet. 497. donde el adjetivo st>'ep(o{ (•mudables de ánimo•) es sustituido
6
Traba¡os y D(as 787-789. Aunque en el texto de Hesíodo la tra- po r el cxlraño vocablo listo{ (traducimos «accesibles a los ruegos»).
ducci6n más convenicni-e de uretl! parece ser fo de Paola Vianello, «éxi- Es omitido el v. 498, «la virlud, la fuerza y la honra de ellos es mucho
to", seguimos la in1·cr1>1·ctaciónde Pla16n como •excelencia•. m11yor•.
DIÁtOCOS R.e.púBU CA 11 117

¿por cuál de las dos vías ascenderé a la alta ciudadel a, do los «por medio de sacrificios y tiernas plegarias » Y
por la justicia o por las trapacerías tortuosas•, ofr endas . Hay que cree r a los poetas en ambos puntos
o en ningun o de ello s. Si hemos de creerles; debe mos
para atrinch~ranne allJ y así pasar toda la vida ? Pues obrar injustamente y hacer sacrificios por los crímenes
se me dice qu e, si soy justo realmente y no lo par ezco. come tido s. Ciertamente, s i somos justos no sufriremos M>bu
no obtendré ventaja alguna, sino penas y castigos mani- castigos de los diose s, pero rechazar emos las ganancias
fiestos; en cambio, si soy i.ojusto y me pt."oveo de unl'I de la inju sticia. Si somos inju stos, en cambio, obten dre·
reputa ció n de practicar la justicia, se dice que lo que mos esas ganancias y, cuando cometamos transgre sio-
me espera es una vida digna de los dioses. Ahora, pues· nes o falla s, implorando persuadiremos a los dioses pa·
, 10 que , segú n mu est ran los sabios, ~)_parecer preval~.e ra evitar ser castigados . Se nos dirá: «Pero en el Hades
sobre li:\,_v_erdady decide en cu_a!'lf9.a.la felicidad, d~~o expiaremos la culpa de los delitos que hemos come tido
aboc.irme po-r-enºiero-aeso(/He de tra ~ r a mi derredor en esta vida y, si no nosotros, al menos los hijos de nues·
una fachada -extéríorque forje una ilusión de vinud , y tras hij os .~ i,Sin embargo, rni amigoD, responderá ha-
arrastrar tra s de mí al astuto y sutil zorro del sapientfsi· cie ndo sus cálc ulos , «es mucho lo que pueden las 'ini-
mo Arquítoco . «Pero» , dirá alguien, «no sie mp re es fácil ciaciones' y los dio ses absolutorios, según afirman los
al malo pasar inadvertido». Por nue stra par te respo nde- Estados más importantes y los hijos de dioses, conv er· b
remos que nada de envergo.dura es de fácil obtención. No tidos en poetas y en intérpretes de los dichos divinos,
d obstante, si hemos de ser felices, debemos mar char por quienes han revelado que estas cosa s son as( ».
el camino que trazan los pasos de estos argum ent os. En LaJ caso. ¿qué razón nos llevarla aún a preferir
En cuanto a lo de pasar inadvertidos, nos reuoiremos la justicia antes que la máxima injusticia, si podemos
en ligas secretas y hermandades: y hay maestros que prac ticar ésta coo un disfraz.de respetabil idad y obrar
enseñan n per sua dir mediante una sabid uría adecuada a n ues tro gusto tanto en lo concemien te a los dioses
a las asambleas pop ulare s o a las corees judiciales. Con como a los hombr es, tal corno lo afinna no sólo la mul-
estos recursos persua direm os en algunos casos. en otros titUd sino también la élit e? Pues bien , Sócra tes , una
ejerc eremos la violencia, para prevalecer sin sufrir cas- vez dicha s es tas cosas, ¿por qué artificio estaría dis- e
tigo ... Pero no es posible oculta rs e de los dioses o.i ha- puesto a venerar a la justicia alguien que contara con
cerles violencia .» Aho.ra bien, si los dioses no exis ten algún poder mental o Hsico, o con riquezas o noble lina-
o no se mezclan en los hechos human os, ¿por qué pre- je, en lugar de echarse a reír al olr que .se la elogia?
e Qcuparse en ocultarn os de ello s? Si existe n y se preocu- Porque incluso si alguien pudi era demostrar que es faJ.
pan po r nosotr os. no sabemos de ellos ni hemos oído so lo que hemos dicho y tuv iese un cono cimiento satis-
nada qu~ proceda de alguna 0 1ra pane que de las leyen- factorio de que la jus ticia es lo mejor, tendría mucha
das y de los poetas que han hecho su genealogía: los indulgencia con los hombres injustos y no se encol eri-
mismos poetas que dicen que los di oses son de t al índo- zaria con ell os : sabría que s6Jo por inspiración divina
le que se les puede hacer mudar de opinión convencién· a uno le repugna cometer inju stic ia, o bien que ;,e abs-
tiene de ello por haber tenido acceso a la ciencia; pero
8 Fr. 213 Sc11R.<!oen.
(90 de origen incierto , Pu2c11). que , en los demá s casos , nadi e es justo voluntariamente d
118 DIÁLOGOS REPÚBUCJ\ ll 119

y que sólo por cobardía . por vejez o por cualqui er otro - el mal eo un ca so, el bje n en el otro- sobre su porta·
tipo de debilidad, censura la acción injusta, al ser inca- dor coda una por sí sola, de sp ojada de su reputación.
paz de llevarla a cabo. Que es así es evidente. ya que tal como Gla ucón reclamaba. En efec to, si no suprimes
el primero de Ulles censores que acceda al poder será en ambos casos la reput ación verdadera y añades en
el primero en cometer injusticias tanto cuanco le sea cambio la falsa . diremos que no elogias lo justo sino
posible . Y la causa de todo esto no es otra que aque llo lo que parece ser justo, y que no censuras lo que es ,
de lo que partió el argumento qu e Glaucón, aquí pre- injusto si.no lo que parece ser injusto, y que recomi en-
sente , y también yo, te exponemos a ti, Sócrates , a saber. das ser injusto ocultamente. Y también, que estás de
«Admirab le amigo : entre iodos cuantos recomendáis acuerdo con Tras ímaco en que lo justo es un bien ajeno
e la justicia, comenzando por los héroes an tigu os cuyos para quien lo practica, ventajoso para el más fuerte:
disc ursos se han conservado, hasta los de los hombres lo injusto, en cambio, es ventajoso y útil en sí mismo,
de hoy en día, jamás alguno ha censurado la injuscida pero desventajoso para el más débil. Has co nvenido en
o alabado la justicia por ol ros motivos que la reputa· que la justicia es uno de los bienes su pre mos , o sea,
ción, los honores y dádivas que de ellas der'Í\'an . Pero de los que merecen ser poseídos por las coosecuenc ias
en cuanto a lo que la justicia y la injusticia son en sí que de eUos se derivan, pero mue.ha más por si mismos,
mi smas, por su propio poder en el int erior del alma que como, por ejemplo, ver, escuchar, comprender. csl.3r
lo posee , oc ult o a d ioses y a hombres , nadie jamás ha sano. y todos aqu ellos bienes genuinos por su naturale- d
demostrado -ni en poesía oi en prosa- que la injusti· z.a y no por lo gue se juzgue de ellos. Elog ia. pues, la
cia es el más grande de los males que puede albergar jus ticia por lo qu e por medio de ella se beneficia el que
el alma dentro de sí misma, ni que la justicia es el la posee -mient ra s se perju dica por la injustkia-. y
.l67o supremo bien. Pues si de sde un comienzo hubierajs deja a otros el enc omio de honores y recompensas . Yo
hablado de este modo y desde niños hubiésemos s id o admiürla qu e otros elog iar an la jusricia y ce nsuraran
persu adidos por iodos vosolros, no tendrí amos que vi- la injusticia de ese mo do, así como que alaba ran o vitu·
gilarn os los unos a los otros para no come ter injusti · peraran los hono res y recompensas correspondieotes.
cias, s ino que cada uno de nosotros seri a el pro pio pero no que lo hagas tú, salvo que lo ordenes , ya que
vigilante de sí mismo, temeroso de que , aJ cometer in· has pasad o toda tu vida examinando sól o esto . No só lo e
justicia. quedara con viviendo con el peo r de los roales." debes demostrar con tu argumento, por ende , que la
Estas cosas. Sócrates, y probablemente mucha s otras justicia es superior a la injusticia. sino que produce
más las podrfa decir Trasímaco o cualquier otro a pro- -el bien en un ca so, el mal en el otro- sobre el porta-
pósito de la justicia y de la injust icia, invirtiendo grose- dor cada una por sf sola, pase inadver1ido o no a los
ramente, me pare ce. la propiedad de una y otra . En lo hombres y a los dioses.
b que a mí respe cta, me siento obligado a no ocultarte Yo siempre hab ía admjrado las doces natural es de
nada . Si hablo con toda la vehemencia que me es posi- Claucón y de Adimanto, pero en est a oca sión, tras escu-
ble. es porque deseo escuchar de ti lo contrario. Por charlos , me rego cijé mucho y ex clamé : 36Sa
lo tanto, no sólo debes demostrar con tu arg um ento que -Oh , hijos de aquel. varón, con raz ón el aman le de
la jus _ticia es superior a la injusticia , sino qué produce Glaucón os ha distinguido a propósito de la batall ad~ . ;!
1
120 DIÁLOGOS R8PÓBUCA ([ 121

Megara, cuando djce al comienzo de La elegía que mas letras se hallan en uu tamaño mayor en otro lugar
compuso: más grande, parecería un regalo del cielo eJ reco nocer
primeraroenle las letras más grandes, para observar des-
hijos de Aristón, lina;e divino de un varón renombrado.
pués si las pequeña s son las m ismas que aquéllas.
Y esto, mis amigos, me parece b ien dicho. Si.n duda ha- -Muy bien, Socrates -cüjo Adimanlo-, per o ¿qué
béis experim en1ado algo divino, para que oo os hayáis hay de simHar eotre eso y la indagacióo de In justicia? e
persuadido de que la injusticia es mejor que la justicia, -T e lo diré - co nresté-. Hay una jusckia propia
cuando sois c apaces de hablar de t.al modo en favor de del individuo; ¿y no hay también uoa juslicia propia del
esa tesis. Y me dais la impresión de que realmente oo Estado ?
b estáis per suadi dos de ella . Pero el juicio me lo formo
- Claro que sí - respondió.
a partir de vuestro modo de ser, ya que, si me atuviera -¿ Y no es el Estado más grande que un individuo?
a vuestros a rgumentos, deberla desconfiar de vosotros. -P or cierto que rnás grand e.
Ahora bien, cuanto más confio en voso tros, tanto rnás -Ou.iz.ás ent onces en lo más grande baya más justi·
siento la cLificultad respecto de lo qu e debo hacer . Pues cia y roás fácil de aprehende,. Si queré is, indagaremos
ya no sé con qu é rec ur sos cuento , y me parece una ta· primeramente cómo es ella en los Estados ; y después, 3 b9a
rea imposible. Señal de eso e.s, para mi, que cuando creía del mismo modo , inspeccionar emos tambié n en cada in-
demostrar. a.l hablar a T rasímaco, que la justicia es me· dividuo, prestando atención a la sim.ilitud de lo más
jorque la injus1icia, no os he satisf ec ho. Pero ta mpoco grand e en la figura de lo más pequeño.
puedo dejar de acudir en su defen sa , ya que temo que - Me parece que babias correctamente -e xpresó Adi-
sea sacrUego estar preseote cuando se injuria a Ja justi- manto.
c cia y ren u nciar a def enderla mientras respire y pueda
- En 1.alcaso - proseguí - , si contemplá ra mos eo t.eo-
hacerme oí r. Por ello lo más valios o es prestarle ayuda ría un Estado que nace, ¿no vetiamos también la .iusti -
en la medida que me sea posibl e. cia y la injusticia que nacen eo él?
Ent onc es Glaucón y los demás roe pidieron que ape· -Probable mente -resp ondió.
lara a todos mis recursos, y que no abandonara la dis- -Una vez logrado eso, ¿n o podremos esperar \'er má s
cusión sin indagar previamente qué es la j us tici a, qué fácilmente aquello que indagamos?
la injusticia, y qué hay de cierto acerca de las ventaja s -C ie rtamente. b

de cad a una de ambas . Yo dije o continuación lo que -¿O s parece que es necesario intentar llevar a cabo
opinab a: · esta ta rea? Creo que no es una tarea pequeña; exa mi-
- La inv est igación que intent aremos no es sencilJa, nad lo mejor .
sino que, según me parece, requie re una mira da pene· -Ya está examinado - repuso Adimanto-. No ha-
d trant e. Ahora bien, puesto que nosotros, cre o, no somos gas de otro modo.
suhci enccmente hábiles para ello -dije-, di cha inves- -Pue s bien -dije-, se gún estimo , el Estado nace
tigación debe reali za rse de este modo: si se p res cribiera cuando cad a uno de nosotros no se autoabastece, sino
Leer desde lejos letras pequeña s a quienes no tienen una que necesita de muchas cosas. ¿ O piensas qu e es ot ro
vist a muy aguda , y alguien se percatara de que las mis· el origen de la fundación del Estado ?
122 DIÁLOGOS REPÚBLICA n 123

-No . a los cuatro y dedique el cuádruple de tiempo y de es-


r - En tal caso. cuando uo hombre se asocia con otro fuerzo a proveerlos de granos, asociándose con los de-
por un a necesidad, con otro por otra necesidad, habien- más? ¿O, por el contrario, no se preocupará de ellos
do necesidad de muchas cosas, llegan a congregarse en y producirá, sólo para sí mismo, la cuarta parte del gra- :nea
una sola morada muchos homb res para asociarse y auxi- no en la en la cuarta parte del tiempo, y pasará las otras
liarse. ¿No daremos a es te alojamien to común el nom· tres en proveerse de casa , vestimenta y calzado, sio pro-
bre de 'Estaqo'? ducir cosas que compart.a con los demás sino obrando
-Claro qu e si. por sí solo en Jo que él necesita?
-Ahora bien: cuando alguien inte rcambia algo con Y dijo Adimanto:
otro, ya sea dando o tomando , lo hace pensando que -Probablemente, Sócrates, la primera alternativa sea
es lo mejor para él mismo. más fácil que la otra.
-Es cieno . -¡ Nada insólito, por Zeus, es lo que dkes! -excla-
- Vam os, pues -dije-, y forjemos en teo rí a el Esta- mé-. Pues me doy cuenta , ahora que lo dices.
do desd e su corruenzo; aunque, según parece. lo forja- de que cada uno no ·tiene las mismas dotes naturales
rán nuestras necesidades . que los demás, sino que es diferente en cuanto a su <lis- b
-Sin duda. posición natural: uno es apto para realizar una tarea,
d -En tal caso, la primera y más imp ortante de nues- o tro para orra. ¿No te parece?
1ras necesidades es la provisión de alimentos con vista -A mí sí.
a existir y a vivir . -Ent onces , ¿será mejor que uno solo ejercite mu-
-Completamente de acuerdo . chos oficios o que ejercite uno solo?
-La segunda de tales necesidades es la de vivienda -Que ejercite uno solo.
y la tercera es la de vestimenta y cosas de esa índole. -P ero está claro , me p arec e, que , si se deja pasar
- Así es. el momento propicio pa r a una tarea , la obra se estropea.
- Veamos ahora -continué-: ¿cómo satisfará un Es- -E stá claro. en efecto.
tado la provisión de t.ales cosas? Para la primera, hará -Y es, pienso, porque e l u-abajo no ha de aguardar
falta al menos un labrador; para la segunda. un cons- el tiempo libre del trabajador, corno si fuera un pasa- e
tructor; y para la 1ercera, un tejedor. ¿No añadiremos tiempo, sino que es forzoso que el trabajador se coosa·
también un fabricante de calzado y cua.lquier otro de gre a lo que hace.
los que asisten en lo concerniente al cuerpo? -Es forzoso.
-Ciert.amen te. -Por consiguiente, se producirán más cosas y me-
-Por ende, uo Estado que satisíaga !as necesidades jor y más fácilmente si cada uno crabaja en el momento
minimas coost.ará de cuatro o cinco bombres. oponuoo y acorde con sus aptitudes naturales, libera·
e -Es manifies10. do de las demás ocupaciones.
-Ahora bien, ¿debe cada uno de ellos contribuir con -Absolutamente cierto.
su propio trabajo a la comunidad de todos, de modo -En tal caso, Adimanto, se necesitan más de cuatro
que, por ejemplo, un solo labrador surla de alimentos ciudadanos para procurarse las cosas de que acabamos
124 DIÁLOGOS R.BPÚBUC/1 ll )25

de hablar. Pues eJ labrador no fabricará su arado, al me- bién del tipo y cantidad requeridos por aquellos con los
d nos si qu..iere que esté bien hecho , n.i su azada ni las de- cuaJes se necesita intercambiar bienes.
más herramientas que conciernen a la agriculrura; tam· -En efecco.
poco el constructor. a quien también le hacen falta -Entonces tendremos que aumentar el número de
muchas cosas, ni d tejedor ni el fabricante de calzado. labradores y demás anesanos del Estado.
-Es verdad. -Aumentémoslo.
· -He aqtú, pues, a carpinteros, herreros y muchos -Y tam hién el número de servidores a cargo de la
artesanos de esa índole que, al convertirse en ouest ros impor1ación y i:xportación de bienes. ¿ Son com erci an-
asociados en el pequeño Estado. aumentarán su pobla· tes, verdad?
cióo. -SL
-Con seguridad. -Por )o tanto, ¿ también necesitamos comerciantes?
-Mas no sería muy grande incluso si le añadiéra- -Por cierto.
mos boyeros, pastores y cuidadores de los diversos -Y en caso de que este comercio se realice por mar,
e tipos de ganado, para que el labrador tenga bueyes pa· harao falta muchos otros hombr es col\ocedores de las b
ra ,\rar, y también para que los constructores dispon- tareas mllrítimas.
gan, junro con los labradores, de yuntas de bueyes para -Muchos, sin duda.
el tra~Jado de materiales, y los tejedores y fabricantes -Ahora bien, en el seno del Estado mismo, ¿cómo
de calzado de cueros y lana. intercambiarán los ciudadanos aquello que cada uno ha
-Pues no será un Estado pequeño -replicó Adj. fabrie.:1do? Pues con vistas a eso creamos la sociedad y
manto-, si debe contener a toda esa gente. fundarnos un Estado.
-Y además -dije-, sería prácticamente imposible -Es obvio que por medio de la venia y de la compra .
fundar el Estado en un lugar de tal lndole que no tuvie· -De ahí, por ende. surgirá un mercado y un signo
ra necesidad de iroponar nada. monetario con miras al intercambio.
-Imposible. -Claro.
-En ese caso requerirá carnbién gente que se ocupe -Y en caso de que ·el labrador o cualquier otro
de traer de los otros Escados Jo que hace faJta. anesano que lleva aJ mercado Jo que produce no llegue e
-La requerirá. en el mismo momento que los que: necesitan intercam-
-Pero si et setvidot· encargado <le eso va con las biar mercadería con él, ¿no dejará de trabajar en su
manos vacías, sin portar nada de lo que necesj1an im, propio oficio y permanecerá sentado en el mercado?
portar aquellos Estados para satisfacer sus propias -De ningún modo -repuso-, porque e:xisten quie-
3714 necesidades, regresará de ellos también con las manos nes, al ver esta siluación, se asignan a sf mismos est e
vacías. ¿No te parece? servicio. En los Estados correctamente administrados
-A mi sL son, en general, los más débiles de cuerpo y menos ap-
-Por consiguiente, se debe producir en el país no tos para ejercitar cualquier otro oficio. Deben perma -
sólo los bienes suficientes para la propia gente, sino tam- necer en el mercado y adquirir , a cambio de plata , lo d
126 OlÁL.OGOS REPÓBLl CA 11 127

que unos necesitan vender, y vender, tambi én a cambio parramadas de nueza y mirto ; festejarán ellos y sus hi·
de plata , Jo que otros nece sitan comprar . jos bebiendo vino con las cab ezas coronadas y cantando
-Esta necesidad, pues -dije a mí vez-, da origen himn os a los dioses. Estarán a gusto en compañía y no
en el Estado a los mercader es. ¿O no llamamos 'm erca- tendrán hijos {>Or enc ima de sus recursos , para preca- e
deres' a los qu e. instalados en el mercado, .se encargan verse de la pobre1~ o de la guerra.
de la compra y venta, y 'com er ciantes' a los que comer- Entoces Gl aucó .n tomó la palabra y dij o:
cian viajando de un Estado a otro? -Parece que les das festi nes con pan seco .
-¡Por supuesto! -Es verdad -respondí-; me olvidaba que también
e -Hay aún ot ros tipos de servidores, que no son muy tendrán condiroentos. Pero es obvio que coci.narán con
val.iosos para nu esrra sociedad en inteügenc ia , pero que sa l. oüva y queso, y hervirán coo cebolla y legumbres
poseen la fuerza corporal su fic iente para las tareas pe- como las que se hierven en el campo. Y a manera de
sa das. Porque ponen en vent.a el uso de su fuena y de-- postre les serviremos higo s, garbanzos y habas, así
nominan 'salario' a su precio son llamados 'a salariados'. co rno bayas de mirto y bello tas que costar án al fuego, d
¿No es asl? bebiendo mod e radamente. De este modo, pasarán la vi-
-Sí. . da eo paz y coo salud, y será natural que llegu en a la
-Lo que co mpleta el Est ado, pues, son. me parece. vejez y traosr.nitan a su de scen dencia un a manera de
los asalariado s. vivir semejant e.
-A mí también me par ece. Y él replicó:
-En tal caso, Adimanto , nuestro Estado ha crecido -Si organi zt1ras uo Estad o de cerdos, Sócrates, ¿'les
y':) como para ser perfecto . darías de comer otras cosas que ésas?
-Probablemente. -Pero eoton ces, ¿qué es necesario hacer Glaucón?
-¿Cómo se hallará en él la justicia y la injusticia? - inquirí.
¿ Y con cuál de los hombre s que hemos considerado so- -Lo que se acostumbra -re spondió- : que la gente
brevienen? se recueste en camas, pienso, para no sufrir molescias,
-No me doy clienta , Sócrates -contest ó Adimant<r-. y coman sob re mesas manj are s y postres co mo los que e
37µ, A no ser que sobreveng a en el trato de unos con otros. se dispone actualmente.
-Tal vez se a correcto lo que dices -dije-, y hay -Ah, ya com prend o -dije-. No se trata meramen-
que examina.do sin retroc ede r. Observemos, en primer te de examin ar cómo oace un Estado. sino también có-
lugar, de qu é modo viven los que así se han organizado. mo nace un Estado lujoso . Tal vez no est é mal lo que
¿ Producirán otra cosa que granos, vino, vestimenta y sugieres; pu es al estudiar un Estado de esa índole pro -
caluido? Una vez construidas sus casas, trabajarán en bablemente percibamos cómo echan rafee s en los Esta-
verano desnudos y descalzos. En invierno en cambio , dos la justicia y la injus tici a. A mi me parece que el
b arropados y ca lzados sufici entemente. Se alírnentarán verdadero Estado -el Est ado sano, por asl decirlo- es
con harina de trigo o cebada, tras amasarla y cocerla, el que hemos descrito; pero sí vosotros qu eréi:., estudia-
servirán rica s tortas y pan es sobre juncos o sobre hojas remos tambi én el Estado afiebrado; nada lo impide. En
limpias, recost ados en lech os formados por hojas des - efecto, para algunos no bast a rán las cosa s mencionadas, 37311
t28 DIÁLOGOS REPÚBLICA JI 129

según parec e, ni aquel régimen de vida, sino que que- -Sí, así.
rrán añadir camas, me sas y todos tos demás muebles, -En Lal caso deberemos amputar el territorio veci-
y también maojarcs, perfumes. incienso, cortesanas y no, si queremos contar coa tierra suficiente para pasto-
golosinas . con todas las variedades de cada una de es- rear y cultivar: asl como nuestros vecinos deberán ha-
tas cosas. Y no se considerarán ya como necesidades cerlo con la nuestn1, en cuanto se abandonen a un afán
sólo las que mencionamos primeramente, o sea, la vi- ilimitado de posesión de riquezas, sobrepasando el
vienda, el vestido y el calzado, sino que habrá de poner- límite de sw; necesidade s. e
se en juego la pintura y el bordado, y habrá que adqui- -Parece forzoso, Sócrates -respondió Glaucón.
rir oro, marfil y todo lo demás. ¿No es verdad? -Después de esto, Glaucón, ¿haremos la guerra? ¿O
b -Sí -contestó. puede ser de otro modo?
-Entonces. ¿no será necesario agrandar el Estado? -No, así.
Porque ague) Estado sano no es ya suficiente. sino que -Por ahora no diremo s -añad{- si la guerra pro-
debe aumentarse su tamaño y llenarlo con una multi- duce perjuicios o beneficios, sino sólo que hemos des-
tud de gente que no tiene ya en vista las necesidades cubierto el origen de Ja guerra: es aquello a partir de
en el Estado. Por ejemplo, toda clase de cazadores y lo cual, cuando surge, se producen las mayores ca.lami-
de imitadores, tamo los que se ocupan de figuras y co- dades. tanto privadas como públjcas.
lores cuanlo los ocupados en la música; los poetas y -Muy de acuerdo.
sus auxiliares, tales como los rapsodas, los actores, Jos -Entonces el Escado debe ser aún más grande, pero
bailarines, los empresarios; y los artesanos fabricaotes no añadiéndole algo pequ eflo, si.no todo un ejércilo que JHa
e de toda variedad de aniculos. entre otros también de los pueda marchar en de fensa de toda la riqueza propia '
que conciernen aJ adorno femenino. Pero necesitaremos -combaLiendo a los invasores - y de aquellos que aca-
también más servi dores. ¿O oo te parece que harán fal- bamos de enumerar.
ta pedagogos, nodriz.as. institutrices, modistas, peluque- -¿Por qué? -preguntó Glaucón-. ¿No se bastan.in
ros, y a su vez confiteros y cocineros? Y aún oecesii.are- ellos mismos?
mos porquerizos . Esto no existía en el Estado anterior, -No -respondí-, al menos si tú y todos nosolros
pues allí no hacia falta nada de eso, pero en éste será hemos convenido correctamente cuando modelamos el
necesario. Y deber á haber otros tipos de ganado en gran Estado. Porque has de record.ar que nos pusimos de
cantidad para cubrir la necesidad de comer carne. ¿Es- acuerdo en que es imposible que una sola persona ejer-
tás de acuerdo? cite bien muchas artes.
-¿Cómo no habria de estarlo? -Es cierto Jo que dices -contestó.
d -Y si llevamos ese régimen de vida habrá mayor -Pues bien, ¿no crees que la lucha bélica se hace I>
necesidad de médicos que antes, ¿verdad? con reglas propias de un arte?
-Verdad . -Claro que sí.
-Y el territorio que era anteriormente suficiente pa- -¿ Y acaso hemos de prestar mayor atención ·a\ arte
ra alimentar a la gente no será ya suficiente, sino pe- de fabricar calzado que al de la guerra?
queño. ¿No es as!? -De ningún modo.

'l4. -9
130 01.ÁLO GOS REPÚBLICA 11 131

-Pero el caso es que al fabricante de calzado te h e- -P or supuesto .


mos prohibido que intentara al mismo üempo ser la- -Nu es tra tarea sería entonces , según parece ; si es
brador o tejedor o constructor, sino sólo fabricante de que somo s capaces de ello, decidir qué naturalezas y
ca.lzado, a fin de que la tarea de fabricar calzado fuera de qué índole son las apropiadas par a ser guardilín del
bien hecha; y del mismo modo hemos asignado a cada Estado.
uno de los demás una tarea única, respecto de la cual -Sin duda.
cada uno estaba dotado naturalmente, y en la cual -¡Por Zeus! -exclamé-. Nada insignificante es el
e debía trabajar a lo largo de su vida, liberado de las asunlo del que nos hacemos cargo. No obstante, ao de-
demás tareas , sin dejar pa s ar los momentos propicios bemos titubear. al menos eo cuanto nuestras fuerzas
para reali'Zarla b ien . Y en el caso de lo concernient e a lo perm itan .
la guerra ¿no será de la mayor importan cia el qu e se a - No, oo tirubearemos.
bien efectuada? ¿ O acas o e l arte de ta guerra es La.O -Aho ra bien, ¿piensas que , eo cu an to al ser guar- J 75a
fáci.l que cuaJquier labrador puede ser a la vez guerre- dián, difi e ren la naturaleza de un cachorro bien al.imen-
ro, y también el fabricant e de e.alzado y todo aquel que tado y la de un joven de noble cuna?
se ejerci1e en cualquiera de las otras artes, mientras -¿Qu é es lo que quieres decir?
que, para ser un diestro j ugador de fichas o dados, se -Qu e ambos, por ejemplo. deben poseer agudeza eo
requiere practicar desde niño, aun cuando sea tenido la percep ción, rapidez en la persecu ción de lo percibi-
por algo incidental? ¿ O se rá suficiente haber tomado do, y también fuerza, si tiene que luchar con la presa.
d un escudo u otra cualquiera de las armas y herra - -En e fecto, debe o poseer toda s es as cosas.
mientas de combate pa ra convenirse, el mismo d1a, e n -Ad emás de valentía, si queremos que combatan
un combat iente de infao1eria pesada o en cualqu ier otro bien .
cuerpo de combate? Porgue en lo que concierne a las -Por cierto.
demás herramientas, nin guna de eUas convertirá en atle - -P e ro ¿ l.lcgará a ser valiente Wl caba llo o un perro
ta o en anesano a quien la tome, ni será de utilidad o cualquier otro animal que no sea fogoso? ¿O no te has b
a quien no haya adquirido los conocimientos propios percatado de cuán irresistible e inve ncible es la fogosi-
de cada arte ni se haya ejercitado adecuadamente eo dad, me rced a cuya presencia ningún alma es temerosa
su manejo. o conqui stable?
-De otro modo -dijo Glaucón-, se daría a las he- -SI, me he percatado.
rramientas un valor excesivo. -Entonces está a la vista cómo deben ser las cuali-
-Por consiguiente - continué-, cuanto más impor- dades corporales que debe poseer el guardiáo.
e tante sea la función de los guardianes , tanta más libera- -SI.
c ión de las otra s tareas ha de requerir , as í como mayor -Y en cuanto a las del alma , es obvio que el guar-
arle y aplicación. di án debe ser fogoso.
-As{ me parece - contestó. -E so también.
-¿ Y no se necesita también una naturaleza ade cua- -P er o si tal ha de ser su natur a leza, Glaucón -pre-
da a la actividad misma? gunté-, ¿no se comportarán como salvajes entre si y
frente a los demás ciudadanos?
128 DIÁLOGOS REPÚ BLICA U 129

según parece, ni aquel régimen de vida, sino que que- -Sí, así.
rrán añad ir camas , mesas y todos los demás muebles , -En tal caso deberemos amput ar el territorio veci-
y tamb ién manjares , perfumes, inc ienso, cortesanas y no, sí queremos contar con tierra suficiente para pasto-
golos inas, con todas las var iedad es de cada una de es - rear y cultivar: así como nuestr os vecinos deberán ha-
tas cosas. Y no se consideraráo ya como nece~ida des cerlo con la nue s tra, en cuanto se abandonen a un afán
sólo las que mencionamos primeram ente, o sea, la vi- ílímicado de pose sió n de riquezas, sobrepasando el
vienda. el vestido y el calzado, sino que hab rá de poner- límite de sus necesidad es. e
se en juego la pintura y el bordado. y habr á que adqui- -Parece forzoso , Sócrates -respondió Glaucón.
rí r oro. roa rfil y todo lo demás. ¿ No es verda d? -Después de esto , Gla ucón, ¿haremos la guerra? ¿O
b -Si -contestó. puede ser de otro modo?
-Ent0nces. ¿no será necesario agrandar el Estado? -No, así.
Porque aquel Estado sano no es ya suficience , sino que -Por ahora no di.remos -añadí- si la guerra pro-
debe aumentarse su Lamaño y llenarlo con una multi- duce perjuicios o ben efic ios, sino sólo que hemos des-
tud de gente que oo tieoe ya en v:ista las neces idades cubierto el origeo de la guerra: es aquello a partir de
en el Estado. Por ejemplo, toda clase de cazadores y lo cual, cuando surg e, se producen las mayores calami-
de imitadores, tanto los que se ocupa n de figuras y co- dades. t.anro priv adas como públicas.
lores cuanto los ocupados en la mú sica; los poetas y -Muy de acuerd o.
sus auxiliares, tales como los rapsodas , los actores. los -Entonces el Est ado debe ser aún más grande, pero
bailarines. los empresarios; y los artesan os fabricantes no añadiéodole algo pequerio, si.no todo un ejército que 37-la
,: de toda variedad de artículos, eotre otros tam biéo de los pueda marchar en defensa de toda la riqueza propia
que c.onciemen al adorno femenino . Pero oecesit.are mos -combatiendo a los invasores- y de aquellos que aca-
también más servidores. ¿O no te parec e que harán fal- bamos de enumerar .
ta pedag ogos, nodrizas , institutrices, modist.as, peluque- -¿Por qué? -preguntó Glaucón- . ¿No se bastarán
ros, y a su vez confüeros y cocineros? Y aún necesit are - ellos mismos?
mos porqueriws . Esto no exist ía en el Esta do amerior. -No -r es pondí-, al menos si lú y todos nosotros
pues allí no hacía falta nada de eso, pero en éste será hemos conven .ido correctamente cuan .do modelamos el
necesario. Y deberá haber 01.ros tipos de gan ado en gran Estado. Porqu e ha s de record ar que nos pusimos e.le
cantidad para cubrir la necesidad de comer carne. ¿Es- acuerdo en que es imposible que una sola persona ejer-
tás de acuerdo? cite bien muchas arte s.
-¿Cómo no habría de estarlo? -Es cierto lo qu e dices -con!estó.
d -Y si llevamos ese régimen de vida habrá mayor -Pues bien, ¿no crees que la lucha bélica se hace b
necesidad de médicos que antes, ¿verdad? con reglas propia s de un arte?
-Verdad. -Claro que sí.
-Y el territorio que era anteriorm en te su ficien te pa- -¿ Y acaso hemos de pr es tar mayor atención 'ni arle
ra alimentar a la gente no será ya suficiente, sino pe- de fabricar calzado que al de la guerra?
queño. ¿No es así? -De ningún modo.

94. -9
130 DIÁLOGOS REPÚBLICA ll 131

- Pero el caso es que al fabrkante de calzado le he- -Por supuesto.


mos prohibido que intentara al mismo tiempo ser la- -Nuestra tarea sería entonces, según parece. si es
brador o tejedor o constructor, sino sólo fabricante de que somos capaces de ello, decidir qué natur a lezas y
ca lzado, a fin de que la tarea de fabric ar calzado fuera de qu é indo le son las apropiadas para ser guardián del
bien hecha; y del mismo modo hemos asig nado a cada Estado.
uno de los demás una tarea única. respecto de la cual -Sin duda.
cada uno estaba dotado naturalmente, y en la cual -¡Por Zeus! -exclamé-. Nada insignificante es el
e debía trabajar a lo largo de su vida, liberado de las asunto del que nos hacemos cargo. No obst ante, no de-
demás tareas, sin dejar pa sa r los momentos propicios bemos titubear, al menos en cuan to nuestra s fuerzas
pa ra realizarla bien. Y en el caso de lo coocernjen te a lo per mitan.
la guerra ¿no será de la mayor import ancia el que sea -No, no titubearemos.
bien efectuada? ¿O acaso el arte de la guerra es tan -Ahora bien, ¿piensas que, en cuanto al ser guar- 375a
fác il que cualquier labrador puede ser a la vez guerre- dián, d ifieren la naturaleza de un cachorro bien alimen-
ro, y también el fabricante de calzado y todo aquel que tado y la de un joven de noble cuna?
se ejercite en cualquiera de las otras artes , mientras -¿Qué es lo que quieres decir?
que, para ser un diestro jugador de fichas o dados, se -Que ambos, por ejemplo, deben poseer agudeza en
requiere practicar desde niño, aun cuando sea tenido la perc epción , rapidez en la persecución de lo percibi-
por algo incidental? ¿ O será suficient e haber tomado do, y tamb ién fuerza, si tiene que luchar con la presa.
d un escudo u otra cualquiera de las ar mas y herra- -En efe cto, deben poseer todas esas cosas.
mientas de combate para convertirse, e l mismo día, en -Además de valentía, si queremos que comb atan
un combatiente de infantería pesada o en cua lquier otro bien.
cuerpo de combate? Porque en lo que concierne a las -Por cierto.
demás herramientas, ninguna de ellas convertirá en atle- -Pero ¿llegará a ser valiente un caba llo o un perro
ta o en artesano a qujen la tome, ni será de uti lidad o cua1quier otro anjmal que no sea fogoso? ¿O no te has b
a quien no baya adquirido los conocimientos propios percatado de cuán irresistible e invencible es la fogosi-
de cada arte ni se haya ejercitado adecuadamente en dad, merced a cuya presencia ningún alma es temerosa
su manejo. o conqu istab le?
- De ot:ro modo -dijo Glaucón-, se dar ía a las he- -Si, me he percatado.
rramientas un valor excesivo. -Entonces está a la vista cómo deben ser las cuali-
- Por consiguiente -continué-, cuanto más impor- dades corpor ales que debe poseer el guardián.
e tante sea la función de los guardianes, tan ta más libera- -Sí.
ción de las otras tareas ha de requerir , así como mayor -Y en cuanto a las del alma, es obvio que el guar-
arte y aplicación. dián debe se r fogoso.
-As í me parece -contestó. -E so también.
- ¿ Y no se necesita también una natu ra leza adecua- -Pero si tal ha de ser su naturaleza, Glauc ón - pre-
da a Ja actividad misma? gunté- , ¿no se comportarán como salvajes entre sí y
frente a los demás ciudadanos?
132 DIÁLOGOS REPÚBLICA 11 133

-¡Po r Zeus! -exclamó Glaucó n-. Difícilmente no -No parece ir contra la naturaleza.
lo sean. -A hora bien, no te parece que, para llegar a ser un
e -Sin embargo, es necesario que sea n mansos con verdadero guardián, se requiere aún algo más que Jo
sus comp atriotas y feroces frente a sus enemigos. De dicho: a la fogosidad, aoad.ir el ser filósofo por natura-
ocre modo, no aguardaran a que otros los destruyan, leza?
sino que ellos mismos serán los primeros en actuar. -¿Có,:no? -inquirió Glaucón-. No me doy cuenta. 376a
-Es verdad -contestó. -También esto Jo percibirás en los perros: algo dig-
-En ese c·nso -di je - , ¿qué haremos? ¿Dónde en- no de admiración en unanimal.
contraremos un carácter que sea a la vez manso y de -¿Qué cosa}
gran fogosidad? Porque sin duda una naturaleza fogosa -Que, al ver un desconocido, aun cuando no haya
es opuesta a otra mansa. sufrido antes nada malo de parte de és te, se enfur ece
-Eso parece. con él; en cambio, al ver a un conocido, aunque éste
-Pero si estú privado de alguna de esas dos cuaüda- jamás le haya hecho bien alguno, lo redbe coo alegria .
de s nunca llegará a ser un buen guardián. Y parece ¿ No te has maravj)Jado nunca de eso?
d imp osible que estén ambas, por lo cual el {'esultado es -Has ta a.hora no había prestado mucha atención a
que es imposible que haya un buen guardián. eso -respondió Glaucón-, pero es patente que obra
-Me temo que sí. de esa manera.
Me quedé un momento dudando, y, tras revisar en -Bien, ése es un rasgo exqui.sito de la naturaleza
silencio lo dicho anteriormente, dije: del perro, el de ser verdaderamente amante del conocí- b
-Con razón, amigo, estábamos envueltos en dudas; miento, o sea, filósofo.
pues hemos dejado de lado la comparación que había- -¿ De qué modo?
mos propuesto. -De este modo: no distingue un aspecto amigo de
- ¿A qué te refieres? un eoemigo por ningún otro medio que por haber cono-
-No nos hemos dado cuenta de que, de hecho, exis- ddo el primero y desconocido el segundo. Y bien, ¿có-
ten oaturalezas tales como las que no po díam os conce- mo no habría de ser amante de aprender qukn delimita
bir , que poseen aqu ellas cualidades opuestas. mediante el conocimiento y el descono cim iento lo pro-
- ¿Dónde? pio de lo ajeno?
-Se las ve también en otros animale s, pero ante to- -No puede ser de ninguna otra manera.
do en e l que oosotros hemos parangonado con el guar- -¿ Y acaso no es Jo mjsmo -prosegu¡- el ser aman-
e dián . Seguramente has advertido el carácter que por le de apre nder y el ser filósofo?~.
natur aleza tienen los perros de raza: éstos son mansisi- -Es lo mismo, en efecto.
mos con los que conocen y a los que están habituados, -¿Admitirem os confiadamente, entonces, que, tam-
pero todo lo contrario frente a los desconocidos. bién en el caso del hombre, si queremos que alguien e
-Ahora lo veo.
-Se trata, pues, ·de algo posible -de claré-, y nues- 9 Traducimos philomathts (4arnan!c de aprénder•l y translitera·
tra búsqueda de un guardián de esa índole no va contra mos simplemente philósophos («amante de la sabidurla•).
la naturaleza.
134 DlÁU>COS R.EPÚB.LlCA O l3S

sea manso frente a los familiares y conocido s deb e ser -¡Así es!
por naturaleza filósofo y amaote de apr ende.r? -¿ Y no hay que educarlos por medio de amb as 3no
-Ad.mitámoslo -respondió. cla ses, y eo primer lugar por medio de los d isc ur sos
-Filósofo, fogoso, rápido y fuerte, por con.sigu iente, falsos?
ha de ser, por naturaleza, el que pueda llegar a se r el ~No enti endo qué quieres decir .
guardián señorial de nuestro Estado . -¿No enti endes -pregunté- que primera~~ nte con-
-Absolutamente en todo de acuerdo . tamos a los niños mitos, y qué éstos so n en gene ral faJ.
-Así ha de ser por naturaleza. Ahora bien, ¿ de qué sos. aunqu e también hay.a en ellos al go de ver d ad ? Y
modo debemo s criarlos y educarlos? Y ¿ no nos se rá útil antes que de la gimnasia baremos u so de los mitos.
d ese examen pa ra divisar aquello en vista de lo cual -Es como dices.
exa min amos tod o: cómo nacen en el Es tado la jus t icia -Por eso dije que debemos ocuparn os a nt es en la
y la injustic ia ? Lo digo pa ra no omiti r un concep to im - música que en la gimnástica .
porta nte ni extendernos más de la cuenta. -Correcto -respondió Adim an to.
Yel hermano de Glaucón inte rv ino: -¿ Y no sa bes que el co mienzo es en tod a ta rea de
-P<.>r mi pa rt e -d ijo - , espero que tal exa m en no s suma imp or ta ncia, so br e todo par a alguien que sea I>
sea úti l para ese fin . joven y tierno? Porq ue, más que en cualquie r ot ro mo-,1
-¡Por Zeu s! -rep liqué- . No debemos enton ce s ment.o~J!Sen.tonces moJdeado y marcado con el sello co1
abandonarlo, incluso aunque el examen resulte m ás e:x· _q_u
~ 'se qui ece 1 es1am par a cad a u~o. ~ - -
tenso. -A sí es. ... · · ·
-No, por cierto. -En tal caso , ¿hem os de permi tir que los niños es-
-Adelante, pues, y, como si estuvi éramos contando cuchen con tanta facilidad mi tos cualesq ui er a fo rjados
mitos, mientras tengamos tiempo para ello, eduquemos por cualesquiera autores, y q ue en sus alm as reciban
é en teoría a nuestros hombres . opiniones en su mayor part e opues tas a aquellas que
· -Hagámoslo. pensamos deberían tener aJ lle ga r a gra ndes?
-¿ Y qué clase de educación les dar emos ? ¿ No será -De ningún modo lo permi tiremos.
difícil hallar otra mejor que la qu e ha sid o desc ubierta -Primeramente, parece qu e de bemos supervisar a
hace mucho tiempo. la gimnásLi ca para el cue rpo y la los forjadores de mitos, y admit irlo s cuando estén bien e
música para el alma? hechos y rechazarlos en caso cont ra rio . Y persuadire-
-Será dificil, en efecto. mos a las ayas y a las madres a qu e cuenten a los niiios
-Pues bien, ¿oo comeozareroo s por la mú sica ames los mitos que hemos admitid o, y con éstos modelare-
que por Ja gimnástica? mos sus almas mucho más qu e su s cuerpo s con las ma-
-Ciertamente. nos. Respecto a los que se cu en tan ahora, habrá que
-¿ Y eo la música incluye s discu rsos o no? rechazar In mayoría.
- Por mi parte si. -¿Cuáles son éstos?
-Ahora bien, hay dos cla ses de d isc ur so, uno verda- -En los mitos mayor es - respo ndí- podremos ob-
der o y ot r o falsQ. J servar también los menor es. EL se llo, en efecto, debe

' 1.~ • ' '


136 DIÁLOGOS Re PÚBLICA ti 137

ser el mismo, y han de tener el mismo efecto tanto los -En e fecto -dijo -, esos relat ~s present~n dificul-
d mayores como los menor es. ¿ Eres de otro parecer ? tades. , , J .¡
-No, pero no advierto cuáles son los que denomi- -Y no deben ser narrados en nuestro Estad o, Adi-
nas 'mayores'. . , ' ma nto. como tampoc o hay que de cir . a un jov en que b
-Aquello s que nos cu entan Jiesíodo y Homero. y nos escucha, que al com eter los delitos más extremos
también otro s poetas. pue s son ellos qu ienes han com- oo haría nada asomb ros o, o que si su padre delinque
puesto los falsos milos que se hao na rr ado y aúo se y él lo cas tiga de cual qu ier modo, sólo haría lo mis mo
narran a los hombres. que los dioses prim eros y más icnport.antes.
-¿A qué milos re refieres y qué es lo que censuras - ¡No, por Zeus! Tam poco a mi me parecen cosas
en ellos? adec uad as para narra r.
-Lo que en primer lug ar hay que censurar -y más -Ni admitamos en absoluto que los diose s hagan
que cualqui er otra co sa- es sobre todo el caso de las la guerra a dioses, se _confabulen o combat an unos
mentiras innobles. contra otros ; pues nada de eso e s cieno: aJ menos sí .:
I! - ¿A qué llamas así ? exigimos que los que van a guarda r el Est.ado conside-
-Al caso en que se repr es entan mal con el leoguaj e ren como lo más vergo nzoso el disputar entre sí. Y con
los dioses y los héroes, tal co mo un pin tor que no pint a menor razó n aún han de narrarse -o representa rse eo
re tratos semejantes a lo que se ha pr op uesto pintar . bordados - gigantom aq uias y muchos otros enfrenta-
-Es en efec to correcto censurar tal es casos. Pe ro ro ientos de toda clase de dioses y héroes con sus pa·
¿cuáles se ría n en aqueUos que estamos examinando, y rientes y prójimos. Antes bien, si queremo s pe rsuadir -
de qué modo? los de qu e n.iagún ciu da dano ha disputado jamás con
-Primeram e nte -expliqué-. aquel que dijo lamen - otro y de que eso hab ria sido un sacri legio, tales cosas
t ir a más grande re specto de las cosas más important es son las que, tanto los ancianos co mo las ancianas,
es el que forjó la i_nnoble..menti.r.a de que Urano obr ó deberán contar a los niños desde la infancia ; y aun c1
del modo qu e Hesío ao le atribuye y de cómo ·c rono s Uega<los a adultos, hay que for-.ar a los poeLas a cornpo·
.378.i se vengó de é l 'º. En cuanto a las acciones de Crono s ner, para és tos. mitos de índole afi n a aquella. Narrar
- y los padecimi entos que sufrió a mano s de su hijo 11 , en cambio, los encade namientos de Hera por su hijo o
incl uso si fue ran ciertas, no me R_~ece que deban con - gue Hefe sto fue arrojado fuera del Olimpo por su padre
tarse con tanta liger eza a los nHi.os aúo ir re flex.ivos. Se - cuando intentó impedi r que éste golpeara a su madre,
ría preferibl e guardar silen cio; pero si fuera necesario así como cuantas batallas entre dioses ha compuesto
conta rl os, q ue unos pocos los oyesen secret am en te, tras Homero. no lo permitiremos en nu estr o Estado. hayan
haber sacrificado no un cerd o sino una vícti ma más im- sido compuestos con sentido alegór ico o sin él. El ruño,
portante y difícil de conseguir, de manera que tuvieran en efecto, no es capa z de discernir lo que es alegórico
acceso a la audición la men or cantidad posib le de niños . de lo que no lo es. y las impresion es que a esa edad
reciben suelen ser las más difícil es de borrar y las que e

11
Cf. Teogon(a 154-182 . , ·' ( • 1 menos pu ed en ser cam bia das. Por ese motivo, tal vez.
Jbiil. 453-500. debe pon ers e el máxim o cuidado en los primero s rela-
L 1 !, i '1

138 DIALOGO$ REPllBUCA ll 139

tos que Jos niños oyen, de modo que esc uchen los mito s - Sí.
má s beUos que se hayan compuesto en vista a la exce- - En ese caso, lo bueno no es cau sa de todas las co-
len cia. sa s; es causa de las cosas que están bien, no de las malas .
- Eso es razonable -repuso Adiman to-. Pero si al - - Absolutament e de acuerdo - exp resó Adiroaoto . e
gui en nos preguntara aún, concretam en te, qué cosa son - Por consiguie nte -prosegul-, dado que Dios es
éstas y cuáles son los mitos a que nos referirnos, ¿qué bueno, no podría ser causa de todo , .como dice la may o-
conteslaríamos? ria de la gente ; sería sólo causante de unas pocas cosas
Y yo le conlest é: que acontecen a los hombres, pero inoce nte de la ma ·
J79a - En este momento. n.í tú ni yo somos poetas sino yor parle de ellas . En efecto, las cos as buenas que nos
fun da dores de un Es ta do. Y a los fundadores de un Es - suceden son muchas menos que las malas. y si de las
tad o corresponde conocer las pautas según las cuale s bu enas no debe hab er otra causa que el dios, de las ma-
los poetas deben forjar los mitos y de las cuales no de - las debe buscarse otra causa.
ben aparLarse sus creaciones: mas no corr esponde a di- - Gran verdad roe parece -que di ces.
chos fundadores compo ner mitos. - Pero ento nces no debemos admitir , ni por parte
-Correcto -<:Üj o- . pero precisam ente en relación de Homero oi por part e de ningún otro poeta, erro res
con este mismo punt o: ¿cuáles serian es tas pautas ref e- tal es· acerca de los dioses como los que cometen tonta · d
reotes al modo de hablar sobre los dioses? mente, al decir que «dos toneles yac en eo el suelo fren -
- Aproximadame n te éstas: debe representarse siem - te a Zeus» 12, lleno s de suertes: prop icias en el prim e-
pr e al dios como es re almente, ya sea en versos épico s ro, desdichadas en el otro, y que aquel a quien Zeus
o H.ricos o en la tragedi a . ha otorgado una me zcla de ambas, ¡ «encuentra a ve·
- Eso es necesario . ces el bien , a veces el mal» ••, pero que a aquel a quien
- Ahora bien, ¿ no es el dios realm enteJ,y ~oo por .si, Zeu s no le otorga la mezcla sino los ma les inmezclado s,
by de ese modo deb e hablarse de él ? «una desdichada mise ria lo hace emigrar por sobre la
- ¡Claro! tie rra divina» •s. Ni admitiremos ta mpoco que se dig a e
-Pero nada qu e se a bueno es perjudicial. ¿ O no? que Zeus es para ooso tros dispens ador de bienes y de
-Me parece que no puede ser perjudicial males. En cuanto a la violación de los juramentos y pac -
-¿ Y acaso lo que no es per j udic ial perjudica? tos en que ha incurrido Pándaro, si alguien afirma que
- De ningún modo. se ha producido por causa de Palas Atenea y de Zeus
- Lo que no perjudica ¿produce a lgún ma]? no lo aprobarem os, como tampoco que haya teni do
- Tampoco.
- Y lo que no pr od uce mal alguno ¿ podría ser caus a n //. XXlV 527. Las palabras siguientes para frasean el v. 528: «de
de un mal? dones que se distribu yen, malos en un caso, buenos en el otro• .
•l Paráfrasis del v. 529; sólo falta el epltc to de Zeus. «qui en se
- No veo cómo .
dclcila con el rayo,. .
- Pue s bien , ¿es benéfico lo bueno? u //Jid. 530. La frase si guient e es una parAfr as ís muy libre del
- Sí. v. 53 l.
- ¿Es, entonces, ca usa de un bienes tar? 15 /bid. 532.
140 DIÁLOGOS RBPÚBLICA 11 14 L

380a luga r una discordia y un juicio de los dioses por obra ajustarse los discursos acerca de los dioses, s i se habla ,
de Temis y de Zeu s ••. Ni debemos permitir ·que los jó- y los poemas, si s.e compone : que el dios no es c.Ausa
venes oigan cosas como las que dice Esq_uilo, a saber, que de todas las cos as, sino sólo de las buenas.
-Y eso basta.
un dios hac e crece r la culpa entre los hombres, -Ve amos ahora la segunda: ¿crees que el dios es el
cuando quie re aYruínar w1n casa por completo "· un hechicero capaz de .mostrarse, por medio de artifi-
cios, en momentos distintos con a spectos di st intos , de
Y si algún poeta e.anta los padecimientos de Nlobe eo roanera tal que a veces él mismo aparece y altera su
yambos como és1os. o los referidos a los Pelópidas o propio aspecto de mu chas formas. en tanto otras ve~es
a los troyanos o algún otro tema de esa · índole, no le nos engaña, haciéodooos creer tales cosas acerca de el?
hetnos de permitir que diga que esos pesares soo obra ¿No crees. por el contrario, que el dios es simple Y es,
de un dio s, o, si lo dic e, debe idear una explica ció n co- de todos los seres. quien menos puede abandonar su
mo la que nosotros buscamos a.hora, declarando que el propio aspecto?
t, dio s ha producido cosas justas y buenas. y qu e los que -Ahors mismo no podrfa contestarte.
han sido castigados se han beoeficiado cone!To: Pero -Pues dime: ¿no es forzoso que si alguien abandona
afirmar que son infortunados los que expían si.is delilo s su propio aspecto lo baga transformándose por sí mis-
y que el autor de sus infortunios es el dios, no hemos mo o por obra de otro? e
de permitirselo al poeta . Si dijera, por el contrario. q~e -S(. es forzoso.
los malo s son infortunados porque necesitaban de W1 -En el caso de qu e sea por obra de otro hallaremos
castigo, y que se ha n beneficiado por obra ael dios aJ que las cosas mejores son las que menos puede n ser
ex:pía~.sus.deli1os , eso sf se lo pem1itireroos.. En cuanto alteradas o modificadas. Por ejemplo. el cuerpo más sa·
a- que Dios, que es bueno, se ha convenido en causante no y más robusto es el que menos puede ser alterado
de males para alguien , debemos oponernos por todos por obra de alimentos. bebidas y fatigas. así como la
los med ios a que sea di cho o es c uchado en nuestro Es- planta más fuerte es la que menos puede ser alterad~ J$1:,
tado, si pretendemos que esté regido por leyes adecua- por obra del calor solar, o de los vien1os y otros acci-
,. da s; ni el homb~e más joven ni el más anciano narrarán dentes similares.
tales mitos. estén en verso o en prosa, puesto que se- -Sin duda.
rian relatos sacrflegos, y ni son convenientes para noso- -¿ y no es el alm a más \'Ígorosa y más sabi a la q_ue
tros ni coherentes entre sí. menos puede ser perturbada o modificada por cualquier
-Sumo mi voto al tuyo -repuso Adimanto- en fa- factor externo?
vor de esta ley: también a mi me place. -Sf.
-Esta ser á, t)Ues. la primera de las. lexes y de las _y también cabe suponer que, por la misma razón,
pautas que conciernen a· los dioses, a la cual deberán lodos los objetos fabricados : utensilios, edificaciones Y
vestimentas, si han stdo bien elabor ~dos y se hallan en
1& !bid. X X 1-74. buen estado. son los que menos pueden ser altera~os
17 Í::SOUll.O. fr. 156 NAúCK. por la acción del tiempo y de las diversas influenctas.
142 DIÁLOGO S REPÚBLICA 11 143

-Es cierto. Ni que nadie cuent e mentira s acer ca de Proteo 19 y de


-Por cons iguiente, todo lo que es excelente, sea por Tetis 10• ni present e a Hera -en tr age dias u otro 1ipo
b naturaleza. sea por arte o por ambas a la vez, es lo que de poemas- tran sfomándose en un a sacerdotisa men -
menor modificación admite po r obra de otro. digando
-Así parec e. pam lós hiios -da do res de vida- de Ína co, el rey
-Pu es bi en, tant o el dios como las cualidade s p ro- [de Argos 11
.
pias del dio s en todo sentido son perfectas.
-Claro qu·e sl. Y que no nos pret endan· engañar con muchas otras fa] . e
-Por ese motivo, el dios es qu ien menos podría adop- sedades similare s, ni que las madre s, convencidas por
tar formas múltiples. estos poetas, asu sten a sus hijos con tándoles indebida -
-Eo efe cto, nadie podría m enos que é1. mente mitos según los cuales cier1o s dioses rondan de
-Pero ¿aca so no podrla él m ismo transforma rse y noch e, con apa rienc ias semejante s a las de muchos ex-
a lter arse por sí solo? tranje ros de las más d ivers as region es, pa r a no b las fe·
-Evident eme nte, si es cie rto que se altera. mar contra los d ioses y hacer a la ve z a sus hijos má s
-¿Se tran sforma.ria en lo mejor y más beUo o en cobardes.
lo peor y más feo que él mismo? -Deben evitarl o.
-En lo peor , necesariament e - respondi~, sierupre -Pero ¿ no po dr ía suceder que los dioses mismos no
e que sea cien o que se altera. Pu es hemos dicho qu e al puedan transform a rse, y nos hagan cre er que se mani -
dios nada le fa lta en cuanto a belleza y a perfe cció n . fies tan de diverso s modos . echando roano a engaños y
-Has hab lado co r rectame nte. Y si es así, Adimao to, bru jer.las? {',I
¿-te parece que a lguno de los dioses o de los horo br es - Tal vez.
se volvería, vo luntariamente, peo r en algún sencido? - E.n ese caso , ¿estaría un dios d ispuesto a mentir, 3820
-Es imp osible. con palabras o a.c<os, recurriendo a una falsa apariencia?
-En tal caso, es imposible qu e un dios esté di spu e s- - No sé.
to a alterars e; creo, por el contr ar io, que cada un o de -¿No sabes acas o que la v~rdad er a mentira -si se
los dioses, por ser el más bello y mejor posible, ha de puede hablar as í- es odiada por todos los dioses y
permanecer sie mpre simplemen te , en su propia forma . homb res?
- Tod o eso me parec e fon.o so. - ¿Qu é qu ieres decir ?
-Pues ent onces. mi querid o amigo, que ni ngún -Esto: que nadie está dispuesto a se r engañado vo-
d poeta nos ven ga a decir que luntariamente en lo que de sí mism o más Je impor1a
dioses, semejantes a extranj eros de todas las par/es, 19 En Od. JV ie narra n las sucesivas tnan sfo rinaciones de Prot eo
tomand o toda clase de apar iencias, visitan las ciu- en león, dragón, pant era, jabalí, agua y árbol, pora intentar inútilmen -
[dades 16 • te escopar de Mcnela o y su s ho mbres.
20 Las transfo rmeciones de Telis para esca pa r al matr imonio eon
Pel eo son can tada s por PIÑ~~io, •Nem cas JV 62 ~s. (no ta de AMM).
•e Od. X VIJ 48S-486. 21 Esou1Lo. fr . 168 NAIJCK.
144 DJÁLOCOS R Bf>ÚULICA JI 145

ni respecto de las cosas que más le importan, sino que él cómo han sido los hechos de la antigüedad, asimilara
teme sobre todo ser engañado en cuanto a eso. la mentira a la verdad?
-Aún no te entiendo. -No. eso sería ridículo.
-Lo que sucede -dije- es que piensas que me -Por consiguiente, no puede hl:'lllarse en Dios un poe·
b refiero a algo maravilloso. Pero lo que yo quiero decir ta mentiroso.
es que lo que menos admítfría cualquier hombre es ser -Me parece que no.
engañado y estar engañado en el alma con respecto a -¿Mentiría, entonce~, por temor a sus enemigos? e
la realidad y, sin darse cuenta, aloja allí }a mentira y -Eso menos aún.
la retiene; y que esto es lo que es más detestado. -¿O por la insensatez o arranque de locura de sus
-Ciertamente. amigos? ·
-Y sin duda es lo más correcto de todo llamar a -No -dijo Adimanto-, porque ningún loco o insen·
eso, como lo hice hace apenas un momento, « una verda- sato es amigo de Dios. , . ,l ·:·,
dera m~ntira»: la ignorancia en el alma de 'quien.está -En tal caso, no hay motivo alguno para que Dios
engañado. Porque la mentira expresada en palabras es mienta. 1 /
sólo una imitación de la que afect3 al alm,); es una -No lo hay. /, ).11, :, /
>e imagen que surge posteriormente, pero no una mentira -Por ende, lo propio de Dios y lo divino es en todo
absolutamente pura. ¿No es así? sentido ajeno a la mentira.
-Muy de acuerdo. -Por completo.
-Por consiguiente, la mentira real no es sólo odiosa -Por lo tanto, el dios es absolutamente simple y ve-
.... para los dioses, sjno también para los hombres. raz tanto en sus hechos como en sus palabras, y él mi:;-
·;., : -Así .me parece. mo no ¡;e transforma ni engaña a los demás por medio
' 1 -En cuanto a la mentira expresada en palabras, de una aparición o de discursos o del envío de signos,
. . . \ ¿cuándo y a quién es útil como para no merecer ser sea en vigilia o durante el sueño.
odiosa? ¿No se volverá útil, tal como uñ ·remedio que -Al decirlo tú, también me parece a mí. 383n
se emplea preventivamente, frente a los enemigos, y tam- -Entonces estarás de acuerdo conmigo en cuanto
bién cuando los llamados amigos intentan hacer algo a la segunda pauta a la que hay que atenerse para ha-
;; "\ i malo, por un .irranque de locur3 o de algún tipo de in· blar y obrar respecto de los djoses: que no son hechice·
sensatez? Y también en la composición de los mitos de ros que se transformen a si mismos ni nos induzcan
1
,--:·
,;
-~ rl que acabamos de hablar ¿no tornamos a Ja mentira útil a equivocamos de palabra o acto.
cuando, por desconocer hasta qué punto son ciertos los -Estoy de acuerdo.
hechos de la antigüedad, la asimilamos lo más posible -Por consiguiente, aun cuando alabemos muchas
a la verdad? cosas en Homero, no elogiaremos el pasaje en que se
-.:.sin duda. refiere el mensaje que. mientras duerme Agamenón, le
-Pero ¿en cuál de estos casos la mentira será útil envía Zeus 22, ni tampoco .:'lquellos versos de Esquilo·
al dios? ¿Acaso serfa en~) caso de que, por desconocer
'.(-,
I n Cf._!/. TI 1-34.

94. -10
/, ~,,Yt
146 O!ÁLOCOS

b en los cuales Tetis dice que Apolo, cantando en sus


bodas,
exaltó mi feliz progenie
con vidas extensa s, libres de enfermedade s.
Y tras decir todo esto , celebró mi fortana, cara a
[los dioses,
con un peán con que deleitó mi corazón. m
Y yo no imaginaba que la boca divina de Febo,
plena del arte de la profecía, fuera mentirosa.
Pero esre mismo dio s que canraba, el mismo que
[asisrió al festín -En lo tocante a los dioses -proseguí-, me parece 3S6a
en persona, y que h.abía predicho todo aquello fue que esta índole <le cos as es la que debemos permitir
qui.en asesinó a mi hiio 13• o prohibir que, ya desd e niños, oígao quienes hayan de
honrar a los dioses y a sus propios padres. asf como
e Cuando un poeta diga cosas de tal í.ndole acerca de los quienes no vayan a tener en poco la amistad ent re si.
dioses. nos encolerizaremos con él y no le facilit are mos -También a oosotro s nos parece, y creo qu e correc-
un coro. Tampoco permitiremos que su obra sea utili- tamente.
zada para la educació11 de los jóvenes; al meno s si nos -Pues veamos; si deben ser valientes, ¿oo conviene
proponemos que los guardianes respeten a los dios es <1casoque se les diga cosas que les hagan temer la muer·
y se apro>timen a lo divino, eo la medida que eso es te lo men os posible' ¿O consideras que a lguien que dé b
posible para un hombre. cabida dentro de si a ese temor alguna vez Uegará a
-En cuanto a mí -re spondi ó Adimanto-, estoy oorn- ser valiente?
pletarnente de acuerdo con estas pautas; y, llegado el -No, por Zeus, no lo creo.
caso. las adoptaría como leyes. -¿ Y te parece que el que crea que el Hade s ' exis-
te y es terrible oo ha de te mer a la muerte y la preferi·
2J Esou1Lo. fr. 3SO. 1.9, NAUCK. El primer verso es acomodado por rá en el combate antes que a Ja derrota y a In escl avitud?
Platón II su propi:. rcd&cci6n.
-De ningún modo.
-Pues entonces será necesari o, creo, que supervise-
mos también a los que se ponen a contar tales clases
de mitos, y que les pidamos que no desacrediten tan
absolutamente lo que concierne al Hades, sino que más
bien Jo elogien; ya que lo que relatan ahora no es cierto
ni provechoso para los que vayan a ser comba tie ntes. e

' La morada subterránea del dios Hades o Plutón.


148 OIÁLOCOS REPÚBl..lCA 1H 149

-Será necesario , en efecto. lamentando tal destino y abandonando la iuven·


-En tal caso , borremos de nuestra mente todas las [tud en pleno vigor'.
cosas de esa índole, comenzando por versos como éstos:
Preferida ser un labrador qu e fuera .siervo de otro Tamb ién éstos : 387a

hombre , a su vez pobr e y de nwy pocos bienes , Y el alma se marchó bajo tierra, como si fuera
ant es que reinar sobre wdos los mu e nos 1• !amando un chWido '· [humo,

O éstos: Y estos otr os:


d q11e quede a la vist a de mor1a/es e inmortales la asi com o los murciélagos, eri el fondo de la gruta
[,r,.orada [sagrada,
temible y 1enebro sa. a la cual incluso los dioses revolotean chillando, cuando alguno de ellos se
[aborrecen 1• [desprende
de la fila adhe rida a la roca, y se aferran unos
Y también: fa otros,
asi la.s {almas de los pretendientes/ avanzaban chi-
¡Ay, por los dioses, es cierto, pues, que en la mora-
[llando 9 •
[da de Hades existe
el alma• como imagen.. aunque en ella no hay(l
[mente en absoluto.' s. Por ello so licitaremos a Homero y a los demás poetas h
que no se eocolericea si tachamos los versos que hemos
cic.ado y todo s los que sean de esa índole, no porque
O aquel que dice:
estimemos que no sean poéticos o que no agraden a la
para él el ser sabio; las somb ras, en cambio, lo mayorí a, sino, al cootra'( io, po.rque cuanto más poéti·
[rodean b. cos. 1anto menos conviene que los escuchen oiños y hom-
bres que tien en que ser lib res y temer más a la esclavi-
y tud que a la muerte.
-De acuerdo en todo .
Desde los m iembros el alma partió volando hacia
-D ebemos rechazar, además. todos los nombres te·
[el Hades,
rroríficos y temibles que hallamos en rales descripcio-
nes, como 'los que se lame ntan ' 10, 'las aborrecidas'.
l Od. XI 489-491
1JI. XX 64-65. 1 1/. XVI 856 -857
4
•Alma,, era el ~ignificado de psych~ para Platón, aun cuando pa- e /},id. xxnr 100-101.
ra Homero .:n más bien el aliento vital cuando se pierde. Cf. B. SNELL, 1 Od. XXIV 6-9,
Die E>11decku>1gdes Cei.s1es,3.' ed ., Hamburgo, 1955, págs. 17-42. 'º En griego klJkyto s, que también si1ve de nombre al rJo del Ha·
s /J. XXIII 103-104. des Coci10; otro río, el e stige, está emparentado al verbo de la expre-
~ Od. X 495. sión si¡¡uicnte, stugü5 «aborrecer».
150 OlÁLOGOS RePÚBltCA llJ l51

e 'los que están en las zona s inferiores', 'los manes' y -Naturalmente.


todas aq uellas denominaciones del mismo lipo que ha- -En tal caso, será correcto que eliminemos los la-
cen estremecer a todos los que los escuchan. Y tal vez mentos de los varones de renombre, y que los refira-
eso convenga ea otros caso s; pero nosotros temere mos mos a las mu jeres -y no a aque llas que son vaüosas-
que, a raíz. de un estremecimiento de esa índole, los guar- Y a los hombres viles, de modo que, a quienes decimos 3¡¡¡¡.,
dianes se tomen más templados y suaves de lo necesario. que hemos de educar para la vigilancia del país, les de-
-Y nuestros temores estarán fundados. sagrade parecerse a éstos.
-¿Suprimiremos, pues, aquellos nombres? -Correcto.
-Sí. -Nuevamente a Homero, así como a los demás poe-
-¿No habrá que hablar y componer poemas según tas, pediremos que no presenten a Aquiles, hijo de una
pautas opuestas a aquéllas? diosa,
-Evidentemente . tendido por momentos de costado , por momentos
d -¿O mit iremos t.1mbién las quejas y los lam.enros por [con el rostro hacia arriba,
parte de varones de alta consideración? por momentos boca abajo, y tras le vantarse,
-Es necesario, al menos si nos atenemos a lo dicho a veces de pie , vagando agitadamente por la ori-
anteriormente. [lla del mar estéril 11;
- Exam ina ahora sí hemo s procedido correctam ente
en tale s supresiones. ¿Afim1areroos que un hombre ra- ni tampoco b

zonable no juzgará que, para otro hombre razonabl e del recogiendo con ambas manos n¿gra ce11íui
cual sea compañero, la mue rte sea terrible? · y derramá.ndola sobre su cabeza " .
-Lo afirmaremos, en efecto .
-Po r ende no ha de habe r Iameotos por él, como ni quejándose y lamentándose de tantas otras cosas co-
si le hubiese acontecido algo terrible. mo las que Homero ha descnto. Y que no presente a
-No, ciertamente. Prlamo, próximo a los dioses por su genealogía,
-Y a ello debemos añadir que el hombre que es de
ese modo será el que más se baste a sí mismo para vivir suplicando y arrojándose en el fango,
e bien: y que se diferencia de los demás en que es quien tlamando a cada varón por su nombre 13

menos necesita de otro.


-E s verdad . Y mucho más que en estos casos, les ped ire mos que no
-Y para él. menos que para nadie, será terribl e ver- representen a divinidades lamentándose y exclamando:
se privad o de un hijo o de un he rmano, o bien de rique- ¡Ay, desgraciada de m(! ¡Ay, desdichada madre del mejor e
zas o de cualquier olro bien . [de los héroes! 14
-Menos que para nadie, es cierto.
-Y se rá también quien menos se lamente cuando JI 11. XXIV 10-12, En e l v. 12 Platón sus1ituy e pe.labras.
12 /bid. XXlll 23-24.
le acont ezca una desgracia de esa índole, y el que con 13 Jbid.xxn 414.41s .
mayor moderación la soportar á. 14 Jbid. xvm 54.
152 DlÁLOGOS REPÚBLICA JlJ 153

Y si asf retratan a Íos dioses, que al menos no se atre- -Me parece qlle sí.
van a presentar al más grande de los dtoses tan distor- -Por consiguiente, es inacep table que se presente
sionadamente como para que exclame: a hombres de valía dominados por la risa, y mucho 31:190
menos si se trata de dioses.
¡Ay de mí, un hombre que me es querido es el que con -Por cierto.
[mis ojos -En tal caso, tampoco aceptar emos a Homero co-
veo perseguido dzrededor de la ciudad, y aflige mi cora- · sas como éstas acerca de los dio ses:
[zón! is

O bien: y una risa interminable brotó entr e los dioses bienaven-


[turados,
¡Ay de mi; Sarpedón , el más amado por mí entre l~s IJ.om- cuando vieron a Hefesto moverse presurosamente por to-
[bres 16 [da la casa 11 •
d ha sido destinado a mori r a manos del menecíada Patro-
[clo! -De acuerdo con tu argumento, no se puede acep·
tar esto .
En efecto, mi querido Adimanto, si nuestros jóven es es- -Mio será si me lo quieres adjudicar -repuse-; de
cucharan seriamente tales cosas y no se echasen a reír todos modos, en efecto, no se puede aceptar. b
por tri\tarse de palabra s indignas, menos aún un hom- - Pero además la verdad debe ser muy estimada. Por·
bre podría considerarla s indignas de sí mismo, y nadie que si hace un momento hemos hablado correctamente,
le reprocharía si se le ocurriera decir o hacer algo de y la mentira es en realidad inútil para los dioses. aun-
esa índole; tal hombre , por el contrarío , ante los más que útil para los hombres bajo la forma de un reme-
pequeños infortunios, prorrumpiría en una multitud de dio 18, es evidente que semejante remedio debe ser re-
quejas y lamentaciones, sin sentir vergüenza ni tener servado a los médicos, mientras que los profanos no
paciencia. deben tocarlos.
e -Lo que dices es cierto. -Es evidente.
-:-Pero no convien e que ocurra eso, tal como nuestro -Si es adecuado que algunos hombres mientan, és-
razonamiento acaba de mostrarnos, y a él debemos ate- tos serán los que gobiernan el Es ta do, y que frente a
nernos, por lo menos hasta que alguien nos convenza sus enemigos o frente a los ciudadanos mientan para
con otro mejor. beneficio del Estado; a todos los demás les estará veda-
-De acuerdo. do. Y si un particular miente a los gobernantes, dire- e
-No obstante, no conviene que los guardiane s sean mos que su falta es igual o mayor que la del enfemo
gente pronta para reírse, ya que, por lo común, cuando al médico o que la del atleta a su adiestrador cuando
alguien se abandona a una risa violenta, esto provoca no les dicen la verdad respecto de las afecciones de su
a su vez una reacción violent a. propio cuer po; o que la del marinero que no dice al pi-
IS /bid. XXH 168-169. 17 lbid. ( 599-600.
16 lbi!J. XVI 433-434 . 'ª Cf. supra, JI 382c-d.
154 OfÁLOCOS REPllBUCA JU 155

loto la verdad acerca de la nave y su tripulación ni cuál -Sí, están bien dichos.
es su condición o la de sus compañeros. -Veamos este otro:
-Es muy cieno.
atontada por el vino, poseedor de ojos de perro y de un
-Entonces. si quien gobierna sorprende a olro min- [corazón de ciervo 11•
d tiendo en el Estado
entre los que son artesanos: ¿ Están bien esce verso y los que lo siguen, así como J90a
un adivino, un médico de males. un carpintero en ma- t0das aquellas 01 ras insolencias que, en prosa o en po e-
{deras H, sía, se.an dichas por un ciudadano a los gobernantes?
lo castigará por introducir una práctica capaz de sub· -No, no están bien.
vertir y arruinar un Estado del mismo modo que una -En efecto, no creo que sean cosas adecuadas para
nave. que escuchen los jóvenes respecto de la moderación. Cla-
-Así será, siempre que los hechos se ajusten a nues- ro que no hay que asombrarse de que les produzcan
tras palabras. alguna clase de placer. ¿ Cuál es ru opinión sobre esto?
-Ahora bien. ¿no necesitarán moderación nuestros -La misma que ]a tuya .
jóvenes? -Pues bien; cuando un poeta hace decir al más sa-
-¡Claro que sf! bio de los hombres u que lo que le parece más bello
-Pero la moderación, en lo que concierne a la mul- de todo es el momento cuando
titud, ¿no consiste principalmente en obedecer a los que .
al lado eslán las mesas aburul.antes,
" gobiernan y en gobernar uno mismo a los placeres que· en pan y carne, mientras el escancíado,· sa.ca el vino de b
conderneo a las bebidas. a las comidas y al sexo? [/a crátera,
-Así me parece, aJ menos. lo lleva y lo vierte en las copas :w.
-Diremos, entone.es, que esrán bien dichas palabras
como las que Homero pone en boca de Diomedes: ¿crees que para un joven es apropiado escuchar t.ales
siéntate callado, amigo, y obedece la orden w, cosas en cuanto a su templanza?¿ Y acaso podemos afir·
marlo de aquel verso que dice que
y los versos que siguen a éste:
los aqueos avanzaban respiran.do con animo vigoroso. el destino más lamentable que pueda tocar en suerte es
[morir de hambre? '-S.
lentamente, temiendo a sus conzandantes· 21,
y los demás de esa índole. ¿O bien narrar que Zeus. el único despierto mientras
}os demás dioses donnían, tras olvidar fácil.mente todas
•? Od. xvn :isJ-384.
º
1 /1. IV 412. 1l JI. 1 225.
11 A pesar de lo anunciado por Pla16n, estos versos no siguen al 2, Ulíses.
que acaba de citar, y xc hallan en cantos diferentes entre sí: el prime· ¡A Od. IX 8-10.
ro, en (11 8, y el segundo en IV 431, siempre de la ll{ada . zs !bid X 1( 342.
156 DIÁLOGOS REPÚBL(CA IU 157

e las maquinaciones que habla ideado, impulsado por La Tampoco debe alabar se a Fénix, el maestro de Aquiles,
pasión sexual, al ver a Hera se excitó de modo tal, que como si hubiese habl ado correctamente al aconsejarle
ni siquiera quiso llegar a su alcoba, sino que prefirió que, si recibía los dones , acudiera en auxilio de los
acostarse con ella sobre el piso, alegando que era presa aqu eos, pero que, sí no los recibía, no dejara su ira de
de un deseo tal como no lo había poseído oi siquiera lado Jo. Ni admitiremo s considerar al mi sm o Aquiles
la primera vez que se acostaron. juntos. apegado a las riqueza s basta el punto de recibir dones
de Agamenón Ji y esLar así dispuesto a devolver un ca-
a escondidas de sus queridos padres 2•,
dáver tras recibir una compensación, pero de otro mo· 391a
do no l!.
o bien contar que Ares y Afrodita fueron encade na dos
-Por cierto -dijo Ad.imanto- que no hemos de elo-
por Hefesto por cosas de esa índole? u.
giar tales relatos.
-¡No, por Zeus! No me parece que sea apropiado.
-Y dudo. sólo porque se trata de Homero. en afir-
d -Si se narra, por el contrario, cómo renombrados
mar que es impío hablar así de Aquiles y en creer a
varones dan pruebas de perseverancia. de palabra o ac-
to, corno ésta: los otros que lo oarran; como también qu e Aquiles di-
ce a Apolo: ·
golpeándose el pecho, increpó a su corazón con est as Me erigañasre, Apolo, el más funesto de todos los dioses;
[palabras: y, por cierro. te lo haria pagar si contara con el poder
sopórtalo , corazón; ya otro vez afronraste algo más ho- [para ello"·
[rrible .ui,
hay que contemplarlas y escucharlas. Eo cuanto a que Aquües obrara desobedeciendo al rlo, b
-Estoy totalmente de acuerdo. siendo éste un dios, y estuviera dispuesto a combatir·
-Ni tampoco debemos pe·nnitir que los varones que 1 loµ; o que, respecto de sus cabellos, con sagrados a
educamo s sean sobornables o apegados a las riquezas. ! otro río, el Esperqueo, dijera
e -De ningún modo. de searía o/ recer mi cabellera al héroe Patroclo )\
-Ni que se les canten versos como el que dice:
los presentes persuaden a los dioses, así como a los JO Cf. /1. lX 515-518 . ,
[reyes más respetables 1
'. Ji /bid . XIX 278-279, los p resen te., de Agameoón son co nduci-
dos a la nave de Aquiles, pero és1c vuelve al combate oo por ese me>li·
vo, sino para vengar la mue r 1e de Patroclo.
XIV 396.
Jo !l. Jl Aunque. íbid. XXIV 593-594, Aquiles dice que ha devuelto el
7
2Cf. Od. Vlll 266-328. c,1dáver de Héctor a su padr e por el pago de un TI:sca1e, ptro la verda·
28 !bid. XX 17-18.
29
der a nw.ón es la de que su madre Tctis le aconseja que as, lo haga
Según el antiguo léxico Suda, csre verso ha sido atribuido tar, pora no lrrilar a los diose s (XXIV 560-562. cf. 133-137).
diamente a Heslodo. C(. Eu1tfl'lDBS, Medea 964-965: «un proverbio dice ~J /bid. XXII IS y 20 .
que los do !les persuaden tt los dioses, / y ~, oro vale para los mortales )< Tbid. XXI 314 ss.
más que millares de palabras•. ~s !bid. XXIII 151.
158 DIÁLOGOS REPÚ8UCA UI 159

que era ya cadáver, y haya procedido asi, no debe ser no son en nada mejores que los hombr.es. Tales afirma·
creído. Y a su vez, en lo coocerniente a las vueltas alre- cienes, como acabamos de decir, son sacrílegas y fal- e
dedor de la tumba de Patroclo, donde era arrastrado el sas, puesto que hemos demostrado q~es ·fo;pÓsible que
cadáver de Héctor J•, y el sacrificio de cautivos vivos sé..generen males a partir de los dioses.
sobre la pira 1'. diremos que todas escas cosas que se -Claro que sí.
han contado no son cierias. Tampoco permitiremos que -TaJes afirmaciones, además, son perniciosas para
e se haga creer a nuestros jóvenes que Aquiles (hijo de quienes las escuchan. Pues todo hombre se perdonará
una diosa y de Peleo -el más moderado de los hombres a sl mismo tras obrar mal, si está convencido de que
y descendiente de Zeus en tercer grado-, así como edu- cosas semejantes hacen y han hecho también
cado por el sapjentisimo Quirón) haya sido presa de una
confusión tal que diera cabida dentro de sí a dos enfer- los parientes de los dioses,
medades opuestas entre si: el servilismo que acompaña más próximos o Zeus, de quienes hay, e11el érer
a1 apego a las riquezas, y el menosprecio tanto respecto del monte Ideo, un airar a Zeus paterno,
de los dioses como de los hombres. y en quienes no se ha extinguido aún la sangre divi-
-Tienes razón. [na J?.

-Por consiguiente -proseguí-, no debemos dejar-


nos convencer por estas cosas. o..iconsentir que se afir- Por esta razón hay que poner término a semeja.ntes mi·
d me que Teseo, bijo de Posidón , y Piritoo, h.ijo de Zeus. tos, no sea que creen en nuestros jóvenes una fuerce 392a
hayan emprendido tan terribles raptos ll, o que cual- inclinación hacia la vileza.
quier otro héroe o bíjo de un dios se haya atrevido a -Si.n duda.
cometer obras horribles o sacrílegas como aquellas de -En tal caso ¿qu é clase de discursos restan para
las que ahora mendazmente se les acusa. Más bien he- delimitar aquellos que se deben relatar de aquellos que
mos de obligar a los poetas a afirmar que esas obras no? Ya ha sido expuesto, en efecto, cómo se debe ha-
oo han sido cometidas por aquéllos, o bieo que aquéllos blar acerca de los dioses y acerca de los demonios, así
no son hijos de dioses; pero no decir que ambas cosas como de los héroes y de los que habitan en el Hades.
son ciertas e inJ~_~tar.p.er.suadir_a . .nltest.royóvenes -de -Así es.
que los dioses engendran algo malo y de que los hé:roes -Y lo que resta ¿ oo será lo que concierne a los hom-
bres?
16
-Evidentemente .
/b id. XXIV 14-16.
l7 !bid. XXIII 175,176.
-Pero nos es iroposfüle ordenar esto, mi querido ami·
31
Se refiere a la leyenda, según la cual Piritoo ayudó a Teseo a go, al menos por el momento.
raptar a Hclenu y. c:n retribución, Tesco ayudó a Piritoo a raptar a -¿Por qué?
Persefone, que hallamos en lsócRATl!S, X (,,Elogio de Helena..) 18-20. -Porque creo que, a partir de lo admitido, hemos
lsócrates compara el rnás conocido -para nosotros- rapto de Helena de afirmar que los poetas y narrador es hablan mal
por Alejandro-París con el de Perséfonc por el dios Hades (cf. el Him - _.---- --
no •homérico• A Ouméler, donde no se menciona para nada a Teseo
ni a Plrltoo) . )? De la tr agcdía N (obe , de EsO U! LO (fr. 155 D INDORP).
160 DIÁLOGOS REPtlBLICA fll 161

b en· los-temas-más impor.tantes,


acerc ~~ -~ J.Jls._.homb~'C:S- -Esto también necesito que me lo enseñes más cla-
aJ cle ci_r qu e hay muchos injustos felices y eo cambio ramente.
justos desdichados, y que cometer injusticias da prove- -¡Parece que soy un ridículo y oscuro maestro!
cho si pasa inadvertido, en tanto la justicia es un bien -exclamé-. Pues entonces, tal como los que son inca-
ajeno para el justo, y lo propio de éste su perjuicio. ¿Pro- paces de hacerse entender. no me referiré a1coojunto de
hibiremos que se digan ta1es cosas y prescribiremos que la cuestión sino que, tras separar de allí una parie. e

se canten y cuenten mitos en sentido opuesto a aqué- intentaré mosarane en ésta lo que prelendo. Dime: tú
llas, o oo le par ece? conoces el comienzo de la !liada, doode el poe1a cuenta
-Sí, bien lo sé. que Crises pidió a Agamenón la devolución de su hija,
-Y en c;aso de que estés de acuerdo en que lo que y que és1e se encolerizó, por lo cual Crises, a) ver que
digo es cieno. ¿podr é. afirmar que estás de acuerdo en no lcnía éxito, imploró aJ dios contra los aqueos 41>_ 39la
lo que buscamos desde un comienzo? -Por cieno.
-Lo has pensado correctamente. -Por Jo tanto. sabes que hasta esos versos.
e -Por lo tamo, dado que se debe hablar c1cerca de
y suplicó a todos los aqueos,
los hombres con discursos de tal índole, ¿nos pondre-
mos de acuerdo en eso cuando descubramos qué es la
>'en particular a los dos A1ridas, caudillos de pueblos",
justicia y cómo ésta, por su naturaleza. da provecho al
habla el poeta mismo si.n tratar de cambiar ouestra idea
que la posee. tan10 si pare.ce o no ser justo? de que es él mismo y no otro quien habla. Pero después
-Muy cierto.
de los versos citados habla como si él mismo íuera b
-Finalicemos entonces lo concerniente a los discur-
Crises. e intenta hacernos creer que no es Homero el
sos; eo cuanto a su dicción, creo que debe ser ex.amina-
que habla sino el sacerdote. q_ue es UJ1 anciano. Y apro-
da a continuaci6n. de modo que nos quede perfeci:ameote ximadamente así ba compuesto todo el resto de la na-
analizado tanto lo q ue debe decirse como el modo en rración sobre lo que ha acontecido en füón. en haca •1
que debe ~er dicho.
y en la Odisea íntegra.
Aquí me interrumpió Ad.imanto:
-De acuerdo.
-No comprendo qué es lo que quieres decir -mani-
-Pues bien. hay narración no sólo cuando se refie-
festó.
ren los discursos sostenidos en cada ocasión, !:ino tam-
d -Sin embargo -insistí-, debes comprenderlo; tal bién cuando se relata lo 'que sucede entre los discursos.
lal vez lo aprehendas mejor de esta manera: ¿acaso no
-Naturalmente.
sucede que todo cuanto es relatado por compositores
-Pero cuando se presenta un discurso como si fuera ,
de mitos o por poetas es una narración de cosas que
otro el que habla, ¿no diremos que asemeja lo más posi-
han pasado. de co~ns que pasan y cosas que pasarán?
-¿Y de g·ué 01ro modo podría ser? ,tt) J &42.
//.
-Pero la narración que llevan ~ c~bo puede ser sjm- 41 /bid. 15-16.
ple, o bien producida por medio de la imitación, o por ' 2 llión e~ olro nombre de Troya; fta.ca es lll islü de la <.:ual es
ambas cosas a la vez. rey Uliscs, y en la ciue transcun-e parte de la Odisea.

Q4. - 11
162 DIÁLOCOS l.lEPÚBLJCA Jn 163

ble su propia dicción a la de cada person aje que, según plos y los sacrificios de víctimas que él había ofrecido ,
anticip a, ba de hablar? en nombre de eso le implora ba que sus lágrimas fu e ran
-Lo diremos. co efecto. expiadas por los aqueos con dardos del cüos » •J. Asi
-Y asemejarse uno mismo a otro en habla o aspec- -conclui- se crea, mi amigo, una narra ción simple ,
to ¿no es imi lar a aquel al cua I uno se asemeja? sin imit ación . b
-Sí. -Ent iendo -contestó Adimanto.
-En el caso presente, por lo tanto, parec e que tanto -Compreri de del mismo modo que se produce un
éste como los Qemás poetas componen la narración me- tipo de narrac ión opuest a a aquélla, cuando se supri-
•diante imitaciones. men los relatos que intercala el poeta entre los discur-
-Estoy muy de acuerdo. sos y se dejan só lo los cliálogos.
- En cambio, si el poeta. nunctt se escond iese, coda -También comprendo esto: es lo que sucede en la
su poes ía y su narración serían producida s sin imita- tragedia .
d cíón algun a. Para que no me vayas a deci r que no -Has pensado muy correctamente -dije-, y creo
comprendes cómo podría suceder es to, te lo explicaré. que ahora puedo hacene claro aquello que anteriormente
Si Homero, tras decir que Crises Uegó rrayeodo el res- no pude: que hay , en primer lugar, un tipo de poesía
cate de su hija, como su_plicante a_los aque os pero espe- y composición de mitos íntegramente imitativa -como "
cialmente a los reyes, continuase hablando no como si Lú dices, la tragedi a .y la comedia-: en segundo lugar,
se hubi e ra convertido en Crises sino como si fuera aún el que se produ ce a cra~és del recital del poeta, y que
Hom er o, te percatarás de que no habría imita ción sino lo haBarás en los ditirambos, más que en cualquier otra
na:ración __;;implc. Habría sido algo aproximadam ente así parte; y en tercer lugar , el que se crea por ambos pro-
(me ex-preso· en prosa, pues no soy poeta) : «Al llegar , cedimientos, tanto en la poesía épica como en muchos
e el sacerdote rogó que los dioses permitiesen a los aqueos otros lug are s, si me entie ndes.
conqu istar Troya y conservar la vida, y que é~tos libe- -Aho ra capto lo que antes querias decir.
r a ran a su hija tras aceptar el rescate, y respetando al -Recuerda que anles afirmamos también que ya ha-
dios. Cuando él dijo estas cosas, los aqueos lo aproba- bíamos hablado de lo que se debe decir, pero que aún
ron rev ere n,emente, pero Agamenón $e irritó y lo con- quedaba por examin ar cómo. se debe deci r:.
minó a partir inmediatamente y no volver, ya que de -Lo recuerdo .
nada le va ldrían el báculo y las guirnaldas del dios. Y -Pues bien, aquello a lo cual me refería era que d
le dijo que, antes de liberar a su hija, ésta envejecería sería necesario pon emos de acuerdo sobre si hemos de
en Argos junto a él; y le ordenó marcharse y qu e oo penniti.r que los po etas nos compongan las narraciones
39~ lo irrit ase más, si quería regresar a su casa sa no y sólo imitando, o bien imitando en parte s(. en parte no
salvo . Al esc uchar esto, el anciano se atem o riz ó y se -y en cada caso, qu é es lo que imitarán-, o si no les
marchó eo s ilencio. Pero cuando se alejó del campamen- pennitiremos imitar.
to rogó extensa mente a Apólo, invocando al dio s por
sus diver sos epítetos y pidiéndole que, si recordab a que 43 Lo que aqul cn1rcc oi.níllarnos es la paráfrasi s que Platón hace
alguna vez le habían sido gratos In edificación de tem- del pasaje de JI. t 11.,12
1
164 DIÁLOGOS Rl?PÚBUCA lll l65

-Adivino lo que estás proponiendo examinar: si he- pequeñas aún, de manera que es incapaz de imitar bien
mos de admit ir o no en nuestro Es tado la tragedia y muchas cosas, o de hacer las cosas mismas a las cuales
la comedia. las imi taciooes se asemejan.
-Tal vez - co ntes té-, pero tal ve:r.también aJgo de -Es muy cie1·to.
mAs ímportancia que eso, aunque yo mismo no lo sé -Por consiguiente, si hemos de mantener nuestra pri-
aún, sino que ali í adond e la argumentación , co mo el vien- mera regla, según la cual nuestros guardianes debían
to, nos Ueve, hacia a!Jí debemos ir. ser relevados de todos los demás oficios para ser arte-
-Dices bien. sanos de la l.ibenad de) Estado en sentido estricto. sin e
-Ahora, Adimanto, observa lo siguiente : ¿ deben ser ocuparse de ninguna otra cosa que oo conduzca a ésta,
nueslros guardianes aptos para la imitaci ón, o no? ¿De no será conveniente que hagan o imiten cualqu.ier otra.
lo que hemos dicho antes no se sigue acaso que cada Pero si imitan. corre spo ndería que imiten ya desde ni-
uno realiza bien un solo oficio, no mu chos. y que, si ños los lipos que les son apropiados: v~lient~s. modera-
craca de aplicarse a muchos. fracasa en todo s sin poder dos, piadosos, libre s y cod.~s los de esa indole. En cam-
ser tenido en cuenta en ninguno? bio. no del>"epracti car-se · ni el servilismo ni el ser hábil
-No puede ser de olro modo. en imitarlo -como nioguoa otra bajeza-. para que no
-Y el mismo argumento cabe con respecto a la imi- suceda que, a raíz de la imit..cióo, se compenetren con
tación: que un mismo hombre no es capaz de ü:n.itar mu- su realidad. ¿Acaso no has ~dvertido que. cuando las J
chas cosas tan bien como Lo hace coa una sola. imitaciones se llevan a cabo desde la juventud y duran-
-Ciercamen te. te mucho tiempo, · se instauran en los hábitos y en la
393a -Mucbo menos, por ende, podrá ejercita.r oficios de naturaleza misma de la persona, en cuanto al cuerpo,
alto valor simultáneamente con ta imitación de muchas a la voz y al pensamiento?
cosas, por hábil que sea al imitar . puesto que incluso -Sí , lo he advertido .
los dos tipos de imitación que parecen ser ran vecinos -No toleraremos . pues, que aquel.los por los cuales
entre sí -como la comedia y la t.rngedia- no pueden debemos preocuparnos, y que se espera que lleguen a
!;er praclicados bien por las mismas personas. ¿O no ser homb1·es de bien, si son varones, imiten a una mu-
llamabas hace un momento imitacion es a estas dos jer. joven o anciana, que inju6a a su marido o des af1a
formas? a los dioses, con la mayor jac1ancia porque piensa que
-Sí, y tienes razón al afirmar que no pueden ser es dichosa, o bien porque está sumida en infortunios,
los mismos poetas los que creen ambas. · penas y lamentos . Y mucho menos que rep,.esenten a ,J
-Tampoco se puede a la vez ser rapsoda y actor. una mujer enferma o enamorada o a punto de dar a luz.
-Sin duda. -De ningún modo.
-Ni siquiera Los actores que actúan en las comedias -Ni tampoco a esc lavas o a esclavos, al menos reali-
b son los mismos que en las tragedias; sin em bargo, todas zando actos serviles.
éstas son formas de imitación. ¿No es así? -Tampoco.
-E incluso más que esto, Adimanto: me parece que · -Ni que representen a hombres viles y cobardes,
1a naturaleza humana está desmenuzad a en partes más que hagan lo contrario de lo que hemos dicho ya,· iosul-
166 DIÁLOGOS REPÚBLICA nI 167

tándose y ridiculizándose unos a otros y diciendo obs- de que el imitado sea indigno de tal varón, éste no-esta-
3964 cenídades, ebrios o sobrios, y cuantas otras palabras rá dispuesto a frnita r seri amente a alguien inferior a
o acciones d e esa índole con que se degra<Ü\n a sí mis- él, salvo en las escasa s oportunidades eo que el imitado
mos y a los otros. Creo también que no se los debe acos- haga algo de valor; y de todos modos se avergonzará,
tumbrar a imitar, n.i en palabras ni en actos. a los que en parte por carec er de práctica en la imitación de ta-
enloquecen. ,Hay que conocer, en efecto, a los locos y les personaj es , en parte por sentir repulsión hacia el
a los malvado s, hombres o mujeres, pero no se debe amoldarse é l mismo y ad.apearse a los tipos de baja ra- e
obrar como ellos n.i imitarlos. lea; desdeñará estas cosas, excepto como pasatiempo.
-Es una gran verdad. -Es natural.
-En cuanto a los herreros y a los que ejercen algún -Por consí-gwenl e, usará et tipo de narrativa que
otro oficio, o a los remeros que hacen avanzar a una describíamos hace unos momentos a propósito de los
nave, o a quienes les marcan el tiempo a aquéllos, o versos de Homero , y su modo de relatar participar-á tan·
b cualquier otra cosa de esa índo le, ¿deben los guardia- to de la imitación como de la narración símple, pero
nes imitarlos o no? la parte de imitación será breve dentro de un texto ex-
-¿ Y cómo podría admitirse eso, si ni siquiera se les tenso. ¿ En l iendes?
permitirá prestarles atención a esos oficios? -Sí. y creo qu e así ha de ser forzosamente el proto-
-Pues bien, ¿imi1arán acaso los relinchos de los ca- tipo de reJator . . -- --
ballos, los mugidos de los toros, el murmullo de los ríos, -En ialcaso.· el relator :que no sea como ése será 3970
el estrépito del mar. los truenos y otros ruidos sjmilares? tanto más mediocr e. preferirá irrut.ar todo y no conside-
-No, ya que no se les pei:-mitirá enloquecer o que rará nada indigno de él, de modo que tratará de imitar
.imiten a los locos. seriamente y ante muchos todo lo que acabamos de men-
- Entonces, si entiendo lo que quieres decir, bay una cionar: truenos. ruidos de vienws y granizo. de ejes de
es pecie de diccióo y narrativa a que recurre el hocnbrt ruedas y poleas, trompetas. flautas, siringas y sonidos
e verdaderamente valioso cuando oecesita decir algo, y de todos los iostrumentos, así como voces de perros,
otra especie completamente distinta, de la que se serv i- ovejas y pájaro s. Y así todo su relato estará for -
rá el horobre que, por naturaleza y educación. es lo con- mado por imita ciones de sonidos y gestos, y muy poco b
trario de aquél. de narración .
-¿Y cuáles son esas especies? -forzosam ente.
-Me parece que, cuando un varón cabal Uega, en -Tales soo. pues, los dos tipos de narrativa a los
la narración, a alguna frase o acción propias de un hom- que me refería .
bre de bien, estará dispuesto a interpretar dicho pasa- -Esos son, en efect o.
je, sin avergonzarse de tal imitación. máxime si imita al -Y en un caso las variaciones son pequeñas, y, una
d hombr e de bien que obra de modo firme y sabio; pero vez que se asignan al texto la annonía y el ritmo ade-
estará menos dispuesto, y en menos ocasiones. si se ara- cuados, suced e que el que recita correctamente sólo ne-
ra de ími1ar a alguien presa de enfermedades, o de amo- cesita recitar según la misma ca<!encia y en una misma
res, o de ebriedad o algú~ otro padecimiento . y en caso ªl"'rrlonía -ya que son pocas "la·s variaciones-, y eii" Ün
ritmo análogamente parejo.
168 D(ÁI.OGOS Re.PÚBLICA lII 169
. : /. I
-Así es . .,..I ' "" ··" P.usiera hacer una exhibición de sus poemas, creo que
-En el otro cas6 se requiere lo contrario: todas _las nos prosternaríamos ante él como ante alguien digno
armonías y todos los ritmos, si es que ha de recitarse de culto, maravilloso y encantador, pero Je diríamos que
del modo que le es propio, ya ci.ue cuenta con varieda- en nuestro Estado no hay hombre alguno como él ni
des de toda forma. está permitido que llegue a haberlo , y lo mandaríamos
-Con toda razón. a otro Estado, tras derramar mirra so bre su cabeza y
-Y todo s los poetas y los que cuentan algo echan haberl a coronado con cintillas de lan a. En cuanto a no-
mano a uno u otro tipo de recitación de los ya mencio- sotro s, em plearemos un poeta y narrador de milos más
nados, o bien a alguno que resullc de la mezcla de auster o y ·niencis··agrádable,- pero que .nos . sea más prp• b
ambos. vecho so . que imite el niodo de hablar del hombre de
-N ecesa riamen te. bíen y que cuente sus relatos ajustándo se a aquellas pau·
d -Pero ¿qué haremos? ¿Admitiremos en nuestro Es- tas que he mos prescrito desde el comienzo, cuando nos
tado todos estos tipos, o bien alguno de ello s en estado dispus imos a educar a los militares .
puro, o bien uno mezclado con el otro? -A sí haríamos, en efecto, si depende de nosotros.
-Si mi opinión se impone, admitiremos la imitación - Me parece, mi querido amigo, que ya hemos dado
pura del hombre de bjen. ·· completamente término a la descripción de la parte de
-Mi querido Adimanto, también es agradable el ti- la. mú sica que concierne a Jos discur sos y mitos, pues
po mixto; pero mucho más agradable para los niños, hemo s hablado de lo que hay que decir .y de cómo hay
así como para sus maestros y para la mayoría de la mu- que decirlo.
chedumbre, es el opuesto al que tú eliges. -Tam bién a mí me parece.
-Ciertame n te, ese tipo es el que agrada más. -Después de eso resta lo que ata ñe al carácter de e
-Con mucha probabilidad. sin embargo, dirás que los cantos y de las melodías.
ese tipo no se adecua a nuestra organización pol1tica, -Es evidente.
e porque en nuestro Estado el hombre no se desdobla ni -Seguramente todos pueden darse cuenta de lo que
se multiplica, ya que cada uno hace una sola cosa. hay que decir acerca de tales asunto s, para concordar
-No se adecua, en efecto. con las pautas ya mencionadas.
-Por esa razón, en nuestro Estado únicam ente ha- Glaucón se echó a reír:
llaremos al zapatero que fabri~a calzado sin ser piloto -En lo qu~ a.mí toca, Sócrates -dijo-, temo que-
ad~más de fabricante, y al labriego que es labri ego, pe- dar excluido de esos 'todos', pues por el momento no
ro no juez a 1 mismo tiempo que labriego, y al militar me es posible conjeturar qué es lo que debemos decir;
que es militar y no es comerciante además de ser mili- no ob stan te, algo barrunto.
tar, y así con todo el resto. -En todo caso, ha de serte posible hablar de un d
-Así es. primer punto: la melodía está compu esta por tres ele-
-De ese modo, si arribara a nuestro Estado un hom- mentos , a saber, texto, armonia y ritmo.
398a bre cuya des treza Jo capacitara para asum ir las más -Eso sí.
variadas formas y para imitar todás las cosas .Y se pro-
170 DIÁLOGOS REPÚBLICA lJl 171

-En lo que hace al texto en sí mi sm o, no difiere infortunio de forma firme y valiente . También piensa
del texto qu e no sea cantado, en cuanto a la necesidad en otra armorúa con la cu.al se pued a imitar a quien,
de que se ajuste a las pautas y modaljdades que hemos por medio de una acci ón pacífica y no violenta sino aten-
enunciado anteriormente. ta de la voluntad del ot ro , lo intenta persuadir y le su-
-Cierro . plica: con una plegaria a un dios, con uoa enseña.ni.a
-Y en lo tocante a la armonía y al ritmo, deben ade- o una exhort.acióo a un hombre; o a la inversa, qu e se
cuarse al texto. somete por si mismo al imento de o tro de supli ca rle.
-Eso es claro. enseñarl e y persuad irte. sin comportarse con sob erbia
-Ahor a bien, hemos dicho que en los textos no per- tras haber obtenido lo que deseaba. sino que en tod os
mitiríamos quejas ni lamemos. esos ca sos actúa con moderación y mesura. y se sa tis·
es.
-Así tace con los resultado s. ·Las armon ías que debes dejar· e
e -¿ Y cuáles son esa s armonías qu ejumbrosas? Díme- nos, pues. son las que mejor imitarán fas voces de los
lo, ya qu e eres músico . infortunados y de los afortunados, de los moderados. y
-La lidia mixta, la lidia tensa y otras simil ares . de los valientes.
-Ent onces, ésas deben ser suprimidas; no son úti- -Pues las que pides que nos queden no son otras
les, eo efe cto. ni siquiera para mujeres que se hagan que las que acabo de mencionar .
acreedoras al respeto ; y menos aún para el resto. -En tal caso no nos ~ará falta, para nuestras can·
-De acuerdo. ciones y melodías, con tar. con muchas cuerdas ni abar-
-Pe ro también la embriaguez, la molicie y la ·perez.a car todas las ann oni as.
son por cornpleto inapropiadas para los guardian·es. -Creo que no .
-¿ Cómo negarlo ? - No tendremos que alimenrar, por con siguiente.
-¿ Y cuáles armonías son mu elles y aptas para can· a artífices de uiángulos, pectid es " y de todos aquellos d
ciones de bebedores? instrume ntos que cul!ntan coo muchas cuerdas y abar·
-Algunas armon ías jonias y lidias son consideradas can roucbas armonías.
relajantes. - No Jo necesitaremos, en efe cto .
399a -¿ Y podría ·ernpleárse\as ante varones que van a la -¿ Y admitirás en nuestro Estado a los flautistas y
guerr a? a los fabricantes de flautas? ¿No es acaso la flauta el
-De ningún modo; y me temo que no te queden ya instrumento qu e posee más sonidos, y no son acaso imi-
más que la doria y la frigia. taciones de la flaut..a los instrumentos mismos que per-
- De armonías yo no sé nad a; pero déjano s una con miten todas las armonías?
la cual se pueda irnit ar adecuadamente los tonos y mo- -Evidentemente.
dula ciones de la voz de un varón valiente que, partici-
,-/ ' 1 pando de un suceso bélico o de un acto cualquiera de E'.I«triangulo• que se menciona aqul no es el ln~1rumcn10 de
' ,.. violencia, no tien e fortuna, sea porque sufr e heridas o 44

porcusi6n que actualmente conocemos, sino mas bien una suerte de


cae muerto o exp erimente alguna otra clas e de desgra- cil'a ra triangu lar de muchas cue rdas y sonidos agudos, en esco similar
b cia ; pero que, en cualquiera de esos caso s, afronte el al «pec1ls», de origen lidio.
L72 DfÁLOCOS REP0BL1CA Ul 173

-Te. quednn, entonces, como útiles en la ciudad 45 hay tres dases de pasos ... a partir de los cuales se for -
ln lira y la cítara; y para los pa stores, en el campo, 1~ man combinacion es, así como hay cuatro clases de no -
siringa. cas '9 de donde se generan todas las armonías. Pero no
-El argumento lo demuestra. podrla afi nnar qu é modo de vida rep reseota cada clas e.
~ -Nada nuevo haremos, m i amigo : escogeremos a -En ese cas o -cüje-, consu ltarem os a Damón 50 t,
Apolo y sus insrrumentos antes que a Marsias y los de sobre qué pasos corr esponden a la bajeza, a la desm e-
éste 44• sura, a la demencia y otros males, y cuáles ritmos hay
-Al parecer, nada nuevo haremos, ¡por Zeus! - re- que reservar para los estados contrarios a éstos. Creo
plicó Glaucón. haber oido hablar -no muy claram ente- acerca de un
-¡Y por el perro! 0 -exclamé-. Sio darnos cuen- compuesto que él Uamaba 'enoplio' 5 1, así como de uno
ta hemos estado purificando de nuevo el Estado qu e ha- dáccilo y de otro heroico que organizaba no sé cómo ,
ce poco decíamos era lujoso. igualando los tiem pos no aceotuado s con los acentua ·
-Y hemo s procedido seosatam ente. dos sz, y que dese mbocaban tanto eo u na sílaba brev e
-Bien, pu rif iquemos lo que queda. Porque a las a.r·
mooías debe se guir lo relativo a los ritmos: no hay que
4ll Tra ducim os bá.seís por: Gpasos• (cf . LSJ. J. 1, y G tG-Oll , Cegtm ·
ir ea pos de ritmos ruuy variados ni de pasos de toda wlirtigkeit u11d Utopie, pág s . 2n-278 ), no por ..pies » o «metros», con ·
íodole, sino observar los ritmos que son propios de un ce ptos para les cuale s Pla tón emplea ea este pasaj e términos griegos
modo de vivir ordenado y valeroso y, una vez observa- mas apropiado s. •P aso • es un~ uni da d d tmi ca que contiene un a re fc-
400a dos, será nece sario que el pie y la melodía se adecuen rc11c ia a la el.ami.a. y si rve. para expres ar una aclitud (p. ej., u n •¡>aSO•
de va ls es clistimo de WJ • paso • de tango ).
al_ lenguaje pr opio de semejan ce hom bre , y oo qu e e l 0 Se trata de l::.s cuatro nolas bás icas po r l:is que pued en expre-
lenguaje se adec ue a l pie y a la melodía. Decir cu áles sars e los in1crv alo,: pr ima rios -s egún las relaciones de la longítud
son esos ritmo s es función que debes cumplir tú, tal di.-las cuatro cuerdas de wi tet racordio em re st. pan ob1cocr sen das
como hiciste al hablar de las armooías. notas- . que, en nuestra rmtación musical , podria n se r: m i alto (no ta
de la c uerda inferi or ), mi haj o (intervalo de una octava), la (interval o
-Sin embargo, por Zeus. no estoy en condiciones
de una quin 1a respecto del mí alto) y si (int er va lo de una cu;, r t:'1).
de decirlo. En efecto, por lo que he visto, afirmaría que )O Damón ha s ido maestro de músi ca . cor¡temp or ánc o de
Anaxágora s.
" En este cas o cor responde !r:iducir pólis por «ciudad• . por es- s, El • cnupli o•, pues , no es un píe sino un ritmo {cf. P ROCLO, /11
lar contrap uest a a agros •cam po ». Rr mp uhl . I 6 !, 3-5 K.A.ou) propio de u m, ma rd1a m ilitar. En Nub e$
6
" Dis tintas versione s mit ológ icas enfren tan aJ dios Apolo con el 650 -1. A1t1sm r-:oits presen ta a Sócrates exhor1an do a conoc er «cuá l de
•Sátiro» o «sileno• Mors ias. l.a confr onta ción que PLATÓN rienc pr e11en - los ritmos es el enopli o. cuál el dáctilo•.
te aqul es de ludolc musical: la pr eferen cia d(' Apelo por la lira y la )2 Lit e ra lmente •igualando aTTiba y aba jo. (o.si traduce SH ORl!.Y).
de Marsias por la flauh1. Cf. Banr¡u~te 21Se. · Al nu m :a r el. comp ás mu sical. el golpe hacia arriba indicaba la pa rl e
47
M:is de- un:i ver. hollamos cst~ jur amento en Platón; Shore y acen111ada o ,frsi.s y el golpe hacia abajo corr espondia a la thési.r o
piensa que es empi cado para no jurar por los dioses en vano, pero parle no &cen1u11da. Ahora bien, el acenlo musi col recala en una :1Haba
aq_ul se acaba de ju rol' •t:n v11no• poi· Zeus. J.c remiten al Gorgins larga y dos si!a'b;;s b reves equivalían a un a larg a. c.onstrmdo el pie.:
48.2b: •por el pc,-ro, el dio s egipcio» (Douos -Plato ·~ Gorgias, pág i- dé.etilo de un:. silaba la rga y dos brev es , y el espondeo de dos lar gas,
na 262- pie nsa que es un o alusión lú d ica al dios egipcio Anubis, por lo cual se adv ier te clarament e por qué en el r itmo dnc lÍl!co (o
c3ra ctcr i1.ado con cnbeia <le perro). en el heroico) la drsi s que daba igualada coo la 1l111$is.
174 DIÁLOGOS R8PÚBL1CA 111 175

como en Wla larga s3 , También hablaba, me parece, del secuen cia de !:\.simplicidad del alma ; mas no de esa
yambo, y llamaba a otro 'troqueo', asignando a ambos faltacl e"éárácter que por eufemismo llamamos S)mpHci-
e silabas largas y breves 5 4. Y a alguno de éstos, creo, dad, sino de la disposici~n verd .ade ramente buena y..be-.
censuraba o elogiaba en cuanto a los movimientos ss lla de Lfí;l.r.ª-~te.r .Y !fe) ~njm~ - ,.
impresos al pie mismo, no menos que a los ritmos en pletamente de acuerdo.
·..:..-com
sí mismos , o bien a alguna combinación de ambos, no -Y nuestros jóvenes deberán buscar po1· doquier ta-
puedo decirlo bien. Pero como dije, para eso debemos les cuaHdades, si han de hacer su parte.
remitirnos a Damón; pues discernirlo nos requeriría un - Deben buscarlas:
tratamiento extenso. ¿ No te parece? -Pues bien, la pintura está plena de ellas, y lo mis- 401a
-Cier tame nte , por Zeus. mo toda artesanía análoga , como la de tejer o bordar
-Pero al menos podrás decidir esto ; ¿no depende o construir casas o fabricar toda clase de artefactos ca-
la gracia y la falta de gracia del ritmo,p .erfecto y del seros; y también la naturaleza de los cuerpos de anima-
ritmo defe ctuos o, respectivamente? les y La naturaleza de las diversas plantas. Porque en
-Por supuesto. todas estas cosas hay gracia o falta de gra cia. Y La falta
d -Además, el ritmo perfecto se adapta a La dicción de gracia, de ritmo y armonía se herm ana n con el Len-
bella, asem ejá ndose a ella; el ritmo defectuo so, a la dic- guaje grose.-o y con el mal carácter , en tanto que las
ción opuesta. Del mismo modo con lo armonioso y ·fo cualidades contrarias se hermanan con el carácter opues-
carente de ar monía, si es que el ritmo y la armonía se to, que es bueno y sabio, y al cual representan.
ajustan al texto, como decíamos hace un momento, y -Perfectamente claro.
no el texto a l ritmo y a la armonía. -Por consiguiente, no sólo a los poetas hemos de b
-Claro que se ajustarán al texto -respondió Glau- supervisar y forzar en sus poemas imágenes de buen
cón. carácter -o, en caso contrario, no permitirles compo-
-Y la manera de decir , y el texto, ¿ no se adecuarán ner poemas en nuestro Estado-, sino que debemos su-
al carácter del alma? pervisar también a los demás artesa nos, e impedirles
-Sin duda. repre sentar , en las imitaciones de seres vivos, Lo mali-
-¿ Y lo demás no sigue a la dicción? cioso, lo intemperante, lo servil y lo indecente, así co-
-Sí. mo tampoco en las edificaciones o en cualquier otro pro-
-E~tQ ~~J~ ~to el lenguaje correcto como el equi- ducto artesanaL Y al que no sea capaz de ello no se
e }ibrio ~rm<?nioso ! Ja gracia· y"elritmo perfecto SQD COO· le permitirá ejercer su arte en nuestro Estado, para evi-
tar que nuestros guardianes crezcan entre imágenes del
53
Adam sugiere que esto debe de referirse a la posibilidad de que vicio com o entre hierbas malas, que arrancaran día e
el ritmo dactíli co termine con un dáctilo (y por ende con una silaba tras día de muchos lugares, y pacieran poco a poco, sin
breve) o con un espo ndeo (y entonces con una sílaba larga).
S4 El yambo cons taba de dos sílabas, la primera breve y la se-
percat arse de que están acumulando un gran mal en
gunda larga . BI troqueo, a la inversa. sus almas. Por el contrario, hay que buscar los artesa-
ss El movim.lento podía ser rápido, lenlo, etc . (análogamente a nos capacitados, por sus dotes naturales, para seguir
nuestro tempo musica l), lo cual toma relativa .Laduración de las silabas. las huellas de la belleza y de la gracia . Así los jóvenes,
176 DIÁLOGOS ElBPÚBLJCA lTJ 177

como si fueran habitantes de una región sana, extrae- -Es cierto.


rán provecho de todo, alll donde el flujo de las obras -Y si sucediese que en el agua o en espejos apare-
bellas excita sus ojos o sus oídos como una brisa fresca cieran. reflejadas, imágenes de las letras, no las recono-
d que trae salud desde lugares salubres, y desde la tierna ceríamos anees de haber cooocido las letras mismas,
infaocia los conduce insensiblemente hacia la afinidad, pues una cosa y otra corresponden al mismo arte y al
la amistad y la annon{a con la belleza racional. mismo es1udio.
-Con mucho ése seria el mejor modo de educarlos. - Completamente de acuerdo.
-Ahora bien, Glaucón. la educación musical es de - Pues bien, lo que afirmo ¡por los dioses! es que
suma importancia a cau sa de que el ritmo y la armonía no se remos músicos, ni nosotros ni aqueUos de los que
son lo que rpás penet ra en el interior del alma y la afec- decimos debeo ser educados, los guardianes, ant es de e
ta más vigorosam ente, trayendo consigo la gracia, y crea que conozcamos las formas específicas de la modera-
gracia si la persona es tá debidamente educada, no si ción, de la valentía, de la liberalidad, de la magnanimi -
.- no lo está. Además, aquel qu e ha sido educado musical- dad y de cuantas virtudes se hermanan con el.las, asi
mente como se debe es el que percibirá más aguda.men- como de sus opuestas, en todas las combinaciones en
te las deficieocias y la falta de beUeia, tanto en las obras que aparezcan por doquier, ni antes de que percibamo s
de arte como en las natura les. ante las que su repug- su pre!-encia alH donde están presente s - eUas y su s
naocia estará ju stificada: alabará las cosas hermosas. imágenes-. sin descuidarlas porque sean pequeña s o
regocijándose con ellas y, acogiéndolas en su alma, se grandes, sino que pensaremos que una y otra cosa ci>
nutrirá de ellas hast.a conve rtirse ea un hombre de bien. rr es pondeo a un mismo arte y a un mismo estudio.
402a Por el contrario, reprobará las cosas feas -t.arobién -Es fon:oso que así sez.
justificadamente - y las odiará ya desde joven, antes -Por lo tanto -dije-. si se produce la coincidencia ti
de ser capaz de alcanzar la razóo de las cosas; pero, <le que es ten presentes en el alma bellos rasgos que t.am·
al llegar a la razón. aquel que se haya educado del mo- bién se hallan en la figura corporal y concuerdan y ar-
do descrito le darJ la bienvenida. reconociéndola como monizan con aquéUos, por participar deJ mismo 1ipo.
algo familiar. ¿no será éste el más hermoso espectáculo para quien
-Me parece, en efecto, que la educación musical l<>pudiera contemplar?
apunta a eso. -Muy cieno.
-Por consigu ience, pasa de modo análogo al caso -¿ Y Jo más hermoso no es lo que más se ama?
de las letras, en que sentíamos reconocerlas suficiente- -¡Claro!
mente cuando éstas, por pocas que fueran, eran descu- -Si es así. e1 verdadero músico amará más a los
biertas por nosotros en todas Las combinaciones exis- hombres de esa índole; pero si carecieran de armonla,
tentes, sin descuidarlas por ser pequeñas o grandes no los amará.
1, -como si por eso no hiciera falta percibirlas-, sino -No los amará -r eplicó Glaucón- si la carencia
poniendo celo en distinguirlas en todas sus apariciones , concierne al alma ; si concerniera al cuerpo, en cambio,
con el· pensamiento de que no llegaríamos a leer bien los soportaría y hasta estaría dis)mesto a darl es la
antes de obrar asL bienvenida.
9-1. - 12
178 OlÁl.OG OS REPÚ.BLICA 111 179

e -Entiendo -respondí - , porque amas o has amado -Estoy de acuerdo.


a alguien asi: y lo admito . Pero d ime esto : ¿tiene el pla- -Ahora bien, después de la música los jóvenes de.
cer exces ivo algo en común con la moderación? ben ser educados por medio de la gimnasia.
-¿ Y cómo podda tener lo. si saca de quicio al hom- -Es lo que corresponde.
bre, no menos qu e el dol or ? -Por lo tanto , también en ese sentido hay que edu-
-¿ Y con alguna otra vínud tiene algo en común? carlos, desde niños. toda la vida. Te diré Jo que pienso rl
403a -De ningún modo. sobre este asumo, pero examinalo tú tamb ién. No creo
-¿Y con ta demencia y la inlemperancia? que, aun cuando el cuerpo esté en condiciones óptimas,
-Con éstas, más qu e con cualquier otra cosa. su perfección beneficie al alma; pero en el caso inverso
-Veamos : ¿puedes menc ionar algun placer más fuer· un alma buena , por medio de su excelencia, hará que
te y más vivo qu e e l placer sexual? el cuerpo sea lo mejor posible . ¿ Y tú q_ue opinas?
-No, ni tampoc o alguno más próximo a la locura. -Lo mismo que tú.
-Pero el ver dade ro amor consiste por naruraleza en -Pues entonces, si hemos atendido suficientemente
amar de forma mod e rada y armoniosa lo ordenado y nuestro espíritu y le transferimos el cuidado más preci-
bello. so de lo que concierne al cuerpo, y nosotros indicamos ~
- Sí. sólo las pautas, para no exteodemos en discursos, ¿ac-
-En t.al caso, no se adicionará al verdadero amor tuaremos correctamente?
nada afín a la locura ni a la intemperancia. -Sin duda.
-No, cierta mente . -Ya hemos dicho que los guardianes debían abste·
1, -Ni tampoco se le adicionará aquel placer ya meo- nerse de embriagarse; porque para cualquiera es más
cionado, qu e no debe tener nada en común con el aman- admisible que para un guardián la embriaguez y la pér-
te y e l amado que se aman verdaderamente. dida de la noción del lugar de la tierra en que está.
- No, Sóc rates . no hay que añadírselo, por Zeus. -En efecto -dijo Glaucón-, sería ridículo que un
-Si es así como parece, en el Estado que estamos guardián necesitara a su vez de un guardián.
fundando p romu .lgará s una ley segun la cual un amante -¿Y en lo que a los alimentos concierne? Pues nues-
debe1·á besar al amad o, estar junto a él y acariciarlo tros hombres son atletas que toman parte en la compe-
como a un hijo , con un propósito noble y si media con- tición más importante. ¿No lo cr ees ?
sentimiento; pe ro por lo demás su relación con aquel -Sí lo creo.
por e l cuaJ se preocupa debe ser tal. que nunca se crea -¿Y será el modo actual de ejercitarse el adecuado
<' qu e e l trato ba ido más lejos. En caso contrario, que a eUos? 404a
afronce e l reproche de tosquedad y del mal gusto. -Tal vez.
-Así sea. -Sin embargo. es algo somnoliento y peligroso para
-¿ Y no te parece que ahora ha alcanzado su fin el la salud. ¿ O no ves que se pasan la vida durmiendo,
discur so acerca de la música? Pues ha terminado don· y, si se alejan un poco del régimen prescrüo, estos atle -
de debía terminar, ya que conviene que la música te>·- tas padecen grandes y violentas enfermedades?
mine en e l amor de lo bello. -Sí, lo veo.
180 OIALOGOS REPÚBLICA Ul 181

-Entonces se necesita un tipo de ejercic io más ade· -Claro que sí .


cuado a nuestros guerreros atletas , quien es. como los -¿ Y las afamn<ms delicias de la pastd eria ateniense?
perros, deben estar siempre alertos y aguzar al máximo -Necesariamente.
ojos y oídos. y aun cu an<lo sufran muchos cambios -Vienso que haríamos una comparación correcta si
h durante las campaña s -sea de agua y diver sos alimen· cotejáramos semejante alimentación y todo ese régimen
tos, sea de calores solares y de tormentas invernales- de vida con la melodía y con el canto compuesto donde e
han de gozar de una salud resistente. caben todas las armonías y todos los ritmos.
-Estoy de acuerdo. -De acuerdo.
-En tal caso, ¿la mejor gimnasia no estará herma- -Ahora bien, la variedad produce intemperancia en
nada con la .música que hace un mamen to clescribiamos? un ca:;o, en el otro enfermedad; en cambio la simplici·
-¿Qué quieres decir? dad eo la música genera moderación eo el alma, y la
-Pienso en una gimnasia simple y adecuada <:::spe· simpücidad en la gimnasia confiere salud al cuerJ><?.
cialmeate en lo que concierne a ln guerra. -Es muy cierto .
-¿ Y cómo será? -Pero si en el Estado abundan la intemperanc.ia
-Eso lo hemos aprendido de Homero. Sabes que, y las enfermedades, se abren muchos tribunales y casas 40.5,·,
cuando sus héroes comen en campaña, no lo~ alimenta de atención médica, y la argucia judicial y la medícína
e con pescado, ni aunque estén junlo al mar o en el son veneradas solemnemente cuando incluso muchos
Helesponto, y tampoco con carne hervida. sino sól o asa- hombres libres ponen su celo intenso en ellas .
d.a, que es la que más fácil pueden procurarse los solda- - Y no puede ser de otro modo.
dos. Porque. como se suele decir. en todas parres es más -Si.n duda, no podrás dar con una prueba mayor
facil proveerse del fuego so lo que dar vueltas de u.n la· de una educación públ~ca viciosa y vergonzosa que la
do a otro llevando potes. que ofrece la oecesidad de médicos y jueces hábiles, no
-Más fácil, en efect o. sólo poi' parte de gente vulgar y de los trabajadores ma-
-Y en cuanto a dulce s, creo, Homero jamás los men- nuales. sino también por quienes se jactan de haber
ciona. Y esto es algo que los demás c1tletas saben: si sido educados de forma liberal. ¿ Y no te parece vergon· b
han de mantener su cuerpo en forma deben abstenerse zoso y una importan te pi;ueba de la defici ente educa-
de todos los alimentos de esa índole. ción la necesidad, por falta de justicia y de recursos
- No sólo lo saben bien sino gue efectivamente se propios , de apelar a 01 ros en calidad de amos y jueces?
abstienen de ellos. -Es lo más vergonzoso.
d -Y no creo, mi querido amigo, que aprue bes la -Pues dime si no ce parece más vergonzoso aún es-
mesa siracusana ni la variedad de platos siciliano s, sal· to: cuando alguien pa sa la mayor parte de su vid.a en
vo que opines que esta s cosas son correctas. los tribunales, como acusado o acusador, y, lo que es
-No, no opino eso. peo r, a causa de su ignorancia de !o vaJioso. se persua-
- En tal caso, tambi én cens urarás a los hombre s que, de de que d~be enorgullecerse de su habilidad para el
debiendo mantener su cuerpo en forma, tengan una jo- e delito y de su capac:ídad para dar toda clase de vueltas, e
ven corintia como concubina. recorrer todos los recovecos y escapar, doblándose co-
182 DIÁLOGOS R.E.PÚ8LICA lJJ 183

mo un mimbre, a fin de no afrontar la justicia. Y esto otra cos a que no fuera su tratamient o méd ico, tortu-
po r cosas de poco o ningún valor, mien tras de!.cono ce rándose si llegaba a apartarse en algo de su régim en
cu ánt o más bello y me jo r es organizarse la vida de mo- habitual. y así llegó a la vejez, muriendo duram ent e a
do que oo tenga necesidad de un juez semidormido. causa de su sabiduría.
-Sí, me par ece que esto es más vergonzoso aún. -¡B ello pres ente le aportó su anel
-Y en lo que concierne a !a necesi dad de la medici- -El que es natural para qwen oo sabe que Asclepio e
na -proseguí- , no a causa de heridas ni de una de oo mostr ó a sus de scendi ent es esta clas e de medicina ,
esas enfermedades que acometen anual.ment e, sino no por ignorancia ni inexperi enc ia , sino porque sabia
d por obra de la pere za y del tipo de vida qu e ya hemos que para todos los ciudadanos de cada Estado bien or-
descrito, se llenan, como si fueran estanques, de corrie n- denado hay asignada una función que necesariam ente
ces y de vienros, obligando a los ingeniosos Asclep iadas deben cumplir. y oacüe tendría tiempo para enfennar se
a pon er a estas enf ermedades nombres como ·catarros' y pasar toda la vida ocupado en su tratamiento médi co.
y 'fla ru!encias' . ¿No te parece rambién verg onzoso? Es algo que, absurdamente, nosotros advertimos cuan-
-Sí, en realidad ésos son nombres de enfenneda- do se trat a de los artesanos , y lo pasamo s por aho, eo
des, recién inventados y absurdos. cambío, si se trata de geote rica y que parece dichosa .
-A mi ver, aada de eso hab ía en tiemp os de Ascle- -¿Cómo es eso?
pio. He aqui la prueba: cuando sus hijos estabao en -Cuando un carpi.ntero está enfermo, pide al médi- t1
e Troya y vieron a Eurípilo herido, oo cens uraron a la co que le Jibere de la en ferm edad , sea bebiendo alguna
muje r que le dio a beber vino de Prarnno salpicado con poción qu e lo haga vom itar o evacuar exc reme ntos , sea
406a harina de cebada y con qu eso fresco rallado, qu e pare- recu.rriendo a una cauterización o a un coree con un
ce si::r infl amatorio , ni han cen surad o a Patroc.lo por cuc hi.llo. Pero si se le prescribe u o régimen largo , ha -
proceder de ese modo. ciéndole ponerse en la cabeza un gorrito de lana, y todo
-Y si.n emba rgo -dijo Glaucón-, era una bebida lo que sigue a esto , pronto dirá que no tiene tiempo
absurda para quien estuvi er a en esas condiciones. para estar enfermo ni le es provechoso vivir as{. aten-
-N o lan absurdo -repu se- si reflexionas que, an- diendo a su enfermedad y desc uidando e l trabajo que
liguamenre -según se dice , antes de Heródico-, los As- le corr espond e. Y des pués de eso se de spedirá de ese
clepíadas no pra ct ica ban e l arte de at e nder eo.fermeda- médico y emprend erá su modo de vid.a habicual. tras e
des, la medicina actual. Heródico. qu e era maestro de lo cual se sa nará y vivirá ejerci endo su oficio; o en caso
gimna sia y cayó enfermo, mezcló ta gimnasia con la de que su cuerpo no se a capaz por sí so lo de resistir,
b medi cin a, con lo cua l se atormentó pr ime rament e y al morirá y que da rá libe rado de sus pre ocupaciones .
máxi mo a si mismo. y después a muchos otros de sus -Tal parece ser la medicina que cor res ponde apli-
suce so res . car a ese tipo de hombre.
-¿De qué manera? -¿ Y acaso eso no es así porque tiene una función
-Haciendo que su mue rte fuese lent a. En efec to, al tal que , si no la realiza, no le resulta provechoso vivir? 407a
atender cuidadosamente su enfermedad, que era mor- -Es evidente .
tal y no pudo cura r, vivió toda su vida sin tiempo.para
184 OIÁLOCOS Rt::P08LICA Hl 185

-E 1 rico, en cambio, pod emos dedr que no licnc una -Y podr emos decir que Asclepio conocía est as co-
función propia que, si l1iera n abandonarla, su vida ca- sas, y ha tenido en cuenta a aqu ellos que maotienen
recería de sentido . sanos sus cuerpos gracias a )a naturaleza y a su rég i-
-Podemos decirlo. men de vida, y só lo son afe ctados por alguna enfe rme-
- ¿No has oído cómo clice Focilides que , cuando ya dad bien delimit.ada, pues para ellos y eo lal condición J
se cuenta co n m!:dios de vida, se debe pr acticar la ha revelado el ane de la medicina y, para no pe rjudicar
virtud? ' 6 . los asurnos po11ticos, les prescribió pociones e inci sio-
-Por mi parte, opino que la deberíamos practicar nes que expulsaran 1as en fennedad es sio cambiar la die-
tambi én antes. ta ha bitual. En cam bi o, en los casos en que los cuel1)0S.
-Pero no vamos a peleamos por ese punto - argili-, está n totalmente enfermos por dentro, no in tentó pro-
sino, má s bien, a instruirnos si eso de pra cticar la longa r la desdichada vida de los enfermos por medio
virtud debe ser ocupación propia del rico a tal punto de clictas , que incluyeran evacuaciones e infusiones gra-
que la vida carezca de sentido para éste si no puede dualt!s. ni hacerles procrear hijos semejantes a ellos. pro-
b ocuparse de ella , o bien si ese cuidado de las enferme- bablemente. Ha pensado, en efe cto, que no se debía
dades que impedía al car pintero y a los otros anesanos curar al que no pue de vivir ea un período establecid o e
pen sa•· en su propio oficio no es uu obstácuJo para cum - como regu lar, pu es eso no seria provechoso para él ni
plir con la exhortación de Focili<les . para el Estado.
-S í, por Zeus, probablemente lo que más impida - Habl as de Asdepio como si hubie se sido un est.a·
cumplir con eUa es la exagerada atención del cuerpo dista .
más aUi de la gimnasi3 común. Es. en efe cto, algo mo- -E s pacen te que lo era. Y también sus hijos: ¿ no
lesto tanto en la admjn.isLración d e la casa como eu las ves có mo revelaron su bravura eo la guerra de Troya,
expeclicioncs militares o en el desemp eño de cargos se- a la vez que emplearon la medi cina de l modo qu e he 4-0Sa
dentarios en la ciudad . descr ico? Recuerda que, cuando una flec ha de Pándaro
- Pero la mayor de las dificulud es que acarrea le produjo a Menelao una herida ,
-proseguí- conciern e a roda clas e de aprendiz.ajes, pen- chuparon sangYe de ésta y le aplicaron w1 temedio cal-
e samientos y reflexi ones acerca de sí mismo, ya que se [mante 57

imagina siempre cefa leas y mareos, y se acusa a la fílo-
sof1a de generarlas. De modo que aUí donde exista ese Per o no IE:pre sc ribieron lo que después ele eso debSa
cuidado de las enferm edade s será un obstáculo en todo beber o comer - como tampoco a Eurípilo-, pensando
sentido para que la virtud sea practicada y para que que tal remedio era suficiente para curar a varones que,
sea puesta a prueba, pues hace que la persona crea es- ant es de las heridas, habían sido sa nos y ordenado s en
tar siempre enferma y nunca dej e de lamentarse por su régimen de vida, aunque se di era el caso de que en 1,
el estado de su cuerpo. ese mom ento estuvieran bebiendo alguna mezcla. Y.pen-
-Es natural.

so Cf. Foc,uon.s, fr. 10 BeRCK . 11 Mezcla de los versos 218 y 219 de 1/(ada IV.
186 OJÁLOGOS R.EPÜBU CA m 187

saban que la vida de alguien enfennizo e intemperante arte, ya desde niños ban tenido contac to con la mayor
por naturaleza no sería de prov ec ho ni para sí mismo cantidad posible de cuerpos ea muy malas co.(ldiciones
ni parn los demás. por lo cual no se le debía apücar de sa lud, y ellos ausmos ban padecido toda el.ase de~
el ane de la med icin a ni Uevar a. cabo tratamiento algu- enfermedades y no son de constitución muy sana. No
no. ni aunque fuese algu ien más rico que Midas . creo, en efecto, que al cuerpo se lo cure con el cuerpo,
-Muy ingeniosos fueron los h.ijos de Asclepio , se· ya que, de ser asi, no se podría permiti.r a los roédic~s
gún lo que dices . estar enfermos ni enfermar se nunca. Pero es por medio
-Es lo que corresponde a la realidad, aunque los del alma que curan al cuerpo, y el alrria no puede curar
autores de trag edias y Pindaro 5ª no compartan nues· nada si es enferma o se enferma.
tra opinión y digan que Asclepio , hijo de Apolo. fue - Es correcto.
e seducido con oro para que curara a un hombre rico que - Por otro lado, en cambio, amigo rolo. un juez. go-
estaba por morir, por lo cual fue abatido por un rayo . bierna el alma por medio del alma, y no conviene que 409~
Pero no so tros, conforme a lo dicho, oo les creeremos su alma se haya educado y familiarizado con almas per-
ambas cosas a la vez. En efecto, si era hijo de un dios, versas, ni que haya pa sa do por toda clase de injusticias,
no se envilecería por ganar cunero; y si se envileciera habiéndolas cometido ella roisma a fin de probar por
por ganar dioero, no sería hijo de un dios . sí !Tlisroa las injusticias de los demás, tan perspicazmente
-Eso es muy cier10 -respondió Glaucón- . Pero di - como en el caso del cuerpo enfermo. Por el co ntrario,
me, Sócrates , qué piensas acerca de esto: ¿no es oecesa- es necesario que care zca de experiencia y de contac to
rio que el Estado cuente con buen os médico s? Y éstos con caracceres viciosos ya desd e joven, si ha de ser ho-
han de ser. sin duda, aquellos que hao tratado a la nesto y discernir sanamente lo que es juslo . Por ello
J .mayor cantidad de hombres sanos y de hombres enfer- los hombres decentes parecen ingenuos cuando jóvenes,
mos; análogamente, buenos juece .s serán los que han te- y son engañados co n facilidad por los indecen~es '. por·
n ido que vérs elas con coda clase y naturaleza de hom · qu e no poseen dentro de sí mis¡nos pat.rones similares b
bres. en rasgos a los de los pervers os.
-¡Claro que pienso que deb e tener buenos médicos! -Ciertamente , eso es lo qu e suele suceder.
Pero ¿s abe s a quién es consid ero tales? -Por ello el buen juez oo debe ser joven sino ancia-
-S ólo si me lo dices. no : alguien que haya aprendido después de mucho tiem-
-Puedo inten1ar)o; aunque, con una misma fónnu- po cómo es la injusticia, no por haberla p e rcibido como
la, has preguntado por dos cuestiones distintas. residente en su propi a alma , sino como algo ajeno que
-¿Cómo es eso? ha estudiado en almas ajenas durante largo tiempo, un
-Por un lado, los médicos que lleguen a ser má s mal cuya naturaleza ha logrado discriminar por i:ned!o
hábile s serán aquellos que, junto al apr en dizaj e de su de la ciencia, sin tener que recurrir a la expenenc1a. e
propia .
-Ese parece ser el juez más excel ent e.
58 J. C y ADAM, :1 lo s efectos de indívidualir.ar a «los autores de
lr3g edi as• . r1c<mikn ¡¡ Esou,1.0, Agame11ó11!022 , y II EuRÍJ'IDES,Alcesris J.
y en cuanto a PIIIDA!tO, :i. la Pfti cn JJ1 SS.
188 DIÁLOGOS R EP l:l'BUCA 111 189

-Un buen juez, en todo caso. que es lo qu e querías -Claro que si.
sab er; pues e l qu e tiene un alma bu ena es bu eno. En - · Y no pre ferirá el mus1co pr~cticar gimnasia si-
cambi o, el hombr e hábil y pronto para pen sar mal e.le '
guiendo los mismo s pasos. de modo que no necesite 1>
.

los demós, siendo él mismo autor de numero sas injusti- en nada de la medi cina, excep to en casos de fuerza
cias y creyendo ser astuto y sabio, cuando trata con gen- ma yor?
te simiJa r a él pa rece hábil y precavido, pu es ati end e - Me pa rece que si.
a los patr ones qu e posee dentro <le sr. Per o cuando -E.n cuanto a lá gim nasia misma y a los esfuerzos
se relaciona con gente buena y de mayor edad resulta qu e requier e, los llevará a cabo dirigi endo la mirad~
d estúpido, con su desco nfiama inoportuna y su incapaci- hacia el lad o fogoso de su nalur::il eza. de modo de esu -
dad de reconocer el carác ter sano , por no rener dentro mularlo: y oo hacia la fuerza físic a, como hacen los de-
de sí los respec tivos patron es que lo guíe n . Pero como más atleta s, que administran sus comid as y ejercicios
con mayor frecuencia se halla con hombres perversos en vista al vigor mu sc ular .
qu e con hombres decenies . pas a má s por sabio que por - Muv correcto.
ignora n te an te los de más y ante si mismo. - Pu~s bien, GJaucó n , los qu e han instituido la edu-
- Es muy ciert o. cació n por medio de la mú sica y de la gimn as ia no e
-Ahora bien, el j uez qu e debemos buscar es eJ bue- lo ha n hecho, como algun os creen, par a cu idar por me-
no y el sabio, no el ot ro; la mal dad , en efecto, jam á s dio de és ta al cuerpo y por medio de aquélla al alma .
se conocer á a sí misma ni a la virtud; la virtud, en -¿ Y, si no. para qué?
" cambio, coo el tiemp o alcanzará el conocim ien to simul- - Es probable qu e haya instituido ambas fonnas de
tán eo de sí misma y de la maldad. Por consigui ente, e l edu cación pa ra cuidar al alma .
sabio será el hombre virtuo so, pienso, y no el malvado. -¿Cómo es eso ?
-Es toy de acuerdo contigo. -¿No te has percntndo de que quien es practi can gim-
- En ta l caso, co rr es pond e que se dicte en nucslr<) nasia durant e toda la vid a, sin prestar at enci ón a la roú-
Estado una ley rela tiva a los médicos. tal com o los he- sica, están dispuestos a nfrnicamente de un modo muy
mos descrito, y otra relativa a los ju eces , de modo que di stinto al de quien es est án dis pue stos de la forma in-
los ci udadanos bien constituidos sean atendido s tanl'o ver sa ?
410n en sus cuerpos corno en sus alroas. Eo cuaoto a los otro s, -¿ A qué te refi eres? J
se deja rá morir a aquell os que estén mal constitui do s - A la. rudeza y rigidez, por un lado, y a la molicie
física menae; y a los que ten ga n un alma perversa púr y a la duhu.r a, por 01 ro.
natu ra leza e incurable se los condenará a mu e rte. -Por cierto, qu e los que prac tican la gimna sia de
-Bien ha sido mostrado qué es ro es lo mej or. tanto forma exclu sjva 5e toman más rudos de lo debido, y
pa ra los que pad eceo el mal como para el Estado. los que cultivan sólo la músic:3 se vuelven má s blandos
- Respe cto de los jóv ent:s -proseguí-, es evidente de lo qu e ies convendría. .
qu e se cuid a rán de no tener que enfrentarse con lo.s jue- -Y, sin embar go - añadí-, la rud eza es producida
ces, para lo cu al se se rvirán de aque lla músi ca simp le por el lado fogoso de la naturaleza: la cual, si es criada
qu e decíam os engendra mod eración . corr ecta men te, pued e llegar a ser val entía, pero si es
190 DIÁLOGOS REPÚBLICA JU 191

puesta eo tensióo extrema, se convierte naturalmente 1uraleza; si en cambio tiene fogosidad , se le debilita el
en dureza y brut.aJidad. ánimo y lo vuelve inestable, de modo que se irrita rápi - e
-Así me parece. <lamente por poca cosa y de la misma manera es apla -
e -Pues bien ¿no es acaso la dulzura peculiar de la cado. De allí que tale s hombres lleguen a ser díscolo s
naturaleza que ansía saber? No hay que dejarla relajar e irascible s en lugar de fogosos, por hallars e colmados
de modo que se vuelva más blanda de lo debido, sino de descont ento.
que, educándola bien, se logrará que sea suave y orde- -Sí.
nada. -Ahora, si un hombre se ejercita con asiduidad en
-As í es. la gimnasia y se alimenta con fes ti nes opíparos, dejan-
-Y decíamos que los guardianes deben pose er por do de lado la música y la fílosofí.:i, ¿ no sucederá prime-
naturaleza ambas cosas. ramente que el buen estado corporal lo llene de orgullo
-Efectivamente, deben poseerlas. y buen ánimo y lo hará se r más valiente de lo que era?
-¿ Y no es necesario r.ambh:o que armonicen ambas -Sin duda.
entre si? -¿Y eo el caso de que no se ocupe de ninguna otra
-¡Por supuesto! cosa y que de oingtin modo se relacione con la Musa?
-Y el alma del hombre en la cuaJ annonicen, ¿no Si existe dentro de su alma algún des eo de aprender, ¿ no d
sera un alma sabia y valient e? sucede que. puesto que no gusta de aprendizajes ni de
41 la --Ci ertamente. indagaciones, ni participa de discusiones ni de otras co-
-Y la del hombre en que no armonicen, ¿ no será sas que penen ecen a la Musa. ese deseo se deb ilita, se
ruda y cobarde? ensordece y se encegu ece, porque oo ha sido des perta-
· -Con seguridad. do ni alimentado, en medio de sensaciones que no han
-En tal caso, cuando alguien se abandona a la mú- sido purificadas?
sica de modo tal que el sonido de la flauta hechice su - De acuerdo .
alma y fluya a trav~s de sus oídos como de un embudo; -Tal hombre se convertirá, creo, tanto en un enemi-
para oír armonías como las que hemos descrito, dulces, go de la ra.2ón como en un extraño a la Musa, y no acos-
suaves y plañideras, y pasa toda su vida canturr eando tumbra rá a per suadir por medio de argumentos sino
y disf-rurando las canciones, lo primero que le ocurre por la violencia y la fuerza, co mo una fiera, para conse · e
b es que. si cuenta con alguna fogosidad, ésta se vuelve guir sus propósilos, y vivirá en la ignorancia y en la
dúctil corno el hierro, y de rígida e inservible se hace ineptitud para la convivencia, falto de todo sentido del
útil. Pero si conlinúa sin resistir al hechizo, su fogosi- ritmo y de la gracia.
dad pronto se disuelve y se funde, hasta consumirse, -A sí es.
como si corta ran los nervios del alma misma, y el hom- -C re o incluso poder decir que algún dios ha conce-
bre se convierte en un guerrero pusilánime. djdo a los seres humanos estas dos art.e.s, la de la músi-
-Muy cierto. ca y la de la gimnasia, con miras a estas dos cosas: la
-Esto se cumple rápidamente si ya desde un comien· fogosidad y el ansia de saber. Por lo tanto , no con miras
z.o se trata de alguien desprovisto de fogosidad por na- al cuerpo y al alm a, excepto en forma accesoria, sino
192 DIÁLOGOS REPÓBLICA 111 193

de modo qu e ambas alcancen un ajuste arm onios o entre -Sí, eso tambiéo.
~.12a si, después de po nerse en tensión adecuada men te y ade- - Pero los mejores agricultor es ¿no son acaso los más
cuadamente relajarse, basta llegar al punt o más conve- aptos para la agricultura?
niente. - SI.
-Efectiva me nte . - Entonces, si ouestros gob ern antes deben ser los
-En taJ cas o. aquel que combine la gimna sia con mejores guardiane s, ¿no han de ser acaso los más aptos
la música m ás bellamenLe y )a apHque al alma con ma- pa ra guardar el Estado?
yor sentido de la proporción será el que digamo s con - Efeccivameme.
justicia que es el músico más perfecto y más armon io- Y en tal caso ¿no conviene que, para comenzar. se an
so, con muc ha más razón que el que combina ent re sí inteligentes, eficientes y preocup ados por el Estado?
las cuerdas . -Sin duda . ti
-Es muy probable. Sócrates. - Y aquello de lo que uno más se preocupa suele
-Pues bieo, que rido Glaucón, ¿no nece sitare mos en ser lo que ama.
nuestro Estado un supervisor· siempre atent o a esto, si - Necesariamente.
queremos pr eservar la escructura básica de dkh o Esta- - Y lo que uno ama al llláximo es aqueUo a lo cual
do? considera que le convienen las mis mas cosas que a s í
I> -Ciertamenc e lo necesita.remos. y que sea lo más ca- mismo. y de lo cual piensa que, si Lo que le acont ece
paz posihle . es favora ble, lo s•.rá para él tamb ién; y en caso contra·
- Ya tenem os entonces las pautas de su cr ianza y rio, no.
educación. ¿ Par a qué habríamos de describ ir las dan- - De acuerdo.
zas delos alumnos . o las cacerías, o las pers ecu ciones - En tal caso, hay que selecciona r entre los guardia-
con perros, o las competiciones hipicas y gimnásticas? nes hombres de í.ndole tal que , cuando los examinemos.
Pues es evidente que esas accividades debeo ajustarse nos pa rezcan los más inclinad os a hacer toda la vida
a aquellas paulas, y por lo tanto no es difícil descub rir lo que hayan considerado que le convie ne al E~tado, y e
su modalidad . que de ningún modo estarían disp uest os « obrar en sen-
-No es dificil, probablemente. 1ido op uesto.
-Bien. Y despu és de esto, ¿que será lo que tenemos -Serian los más apropiados, en efecto.
que decidir? ¿ No deberemos 1·eferirno s a qui éne s -de - Por eso me parece que en todas las etapas de la
los ciu.dadanos ya aludidos- han de gob ernar y quié· vida se los debe vigilar obseiv ando si son cuidadosos
nes han de ser gob ernados? de aque lla convicción y si en algún momento son em·
e -Pues está clar o. bru .iados y forzados de modo cal qu e llegan a expulsar,
-Que los más anci anos deben gobernar y tos más como si lo hubieran olvidado, el pensamiento de que
jóvenes ser gobernados, es patente. se debe obrar de la manera que sea mejor para el Estado .
-E s paten te, en efecto . -¿Qué quieres decir al hablar de 'expuls ión'?
-¿ Y no lo es también que quienes deben gobern ar -T e lo diré. Me parece que un pensamiento se va
han de ser los mejores de aquéllos? de nue st ra mente, queriénd~lo o no nos otros, y que que-

94. - 13
194 OIÁl.OCOS RE.PÚBLICA 1.11 195

remos que se vaya cuando es un pensamiento falso que siempre es lo que piensan que es lo mejor para el Esta·
4lla lrastoma nuestra instruccióo , pero no queremos cuan. do. Los debemos observar, pues, desde la niñez, en car·
do es verdade ro. gándolos de tareas en las cuales más fácilmente se les
-Comprendo lo que concierne al caso en que 'que· haga olvidar aquella convicción y dejarse engañar. ~ue-
remos', pero aún necesilo que se me instruya con res· go, hemos de aprobar al que tien e buena me~º:'ª Y
pecto al caso en que 'no queremos'. es difícil de engañar, y desechar al de las cond1c1ones d
-¿Cómo, pues? ¿No con sideras, como yo, que los contrarias a ésas. ¿ De acuerdo?
hombres son privados de los bienes sin quer erlo, mien- - De acuerdo.
tras que de los males, queri én dolo? ¿Y oo es un mal - También habrá que impon erles trabajos, sufriroien·
acaso engañarse acerca de la verdad y un bj en alcanzar tos y compeúciones en los cuaJes deberá observarse lo
la verdad? Y bjen, ¿no te parece que peosar las cosas mismo.
como son es alcanzar la verdad? - Correcto.
-Tienes razón, y me pa rece que los hombres son -Y habrá que crear una tercera especie de prueba,
p0vados del pensamiento verdadero sin quererlo. una prueba de h ec hicería, y contemplarlos en ella. Así
b -Y esto les sucede mediante robo o embrujo, o por como se lleva a los potros adonde hay fuerte s ruidos
la violencia. y estruendos, para examinar si son asustadiz os. del mis-
-Esto tampoco lo entiendo. mo modo se debe conducir a nu es tros jóvenes a lugares
-Tal vez mi lenguaj e sea propio de la traged.ín. Pues terrorificos, y luego trasladarlos a lugares placenteros:
quiero decir, cuando dígo que les sucede mediante ro- Con ello los pond.damos a pnieba mucho más que al oro "
bo, que les hace cambiar de idea o bien olvidarla, por- coo el fuego, y se pondría de manifiesto si cada uno
que, en un caso el discurso, en el otr o el tiempo, los está a cubierto de Los hechizos y es decente en t0das
despojan sin que lo adviertan. Ahora entiendes, supongo. las ocasiones, de modo que es buen guardián de sí mis-
-Sí. mo y de la instrucción en las Musas que ha rccihido,
-En cuanto a los que, sin quererlo, son privados del conduciéndose siempre con el rümo adecuado Y con Ja
pensamiento verdadero por la violencia, me estoy refi- arm onía que· é:~rresponde, y. en fin, tal como tendría
riendo a ¡\quellos a los que alguna pena o sufdm ienLo que comportarse para ser lo más útil posible , ta~to a
hacen cambi a r de opinió,n . s[ mismo como al Estado. Y a aquel que . someti do a
-Esto también lo comprendo, y concu er do contigo. prueba lanto de .niño como de ad olescente y de hombre
e -Y cuando hablo de los que son embrujados me maduro, sale airoso. hay que erigirlo en gob~mante y 414a
refiero -y tal vez tú podrías también decir lo mismer- guasdián del Estado, y colmarlo de honores e n vida; y,
a los que ca01bian de opinióo. seducidos por el hechizo u.na vez muerto, conferirle la gloria más grande en fu.
de algún placer o paralizados por algún temor. nerale s y otros ritos recordatori os. Al que no saJga airo--
-Parece, en efecto, que todo cuanto engaña hechiza. so de tales pruebas, en cambio. hay que rechazarlo. Tal
-Pues bien, como decía hace un momento, necesita· me parece, Glaucón, que debe ser la seleccj ón e institu-
mos buscar los mejores guardianes de la convición que ción de los gobl:!rnantes y de los guardianes , para dar
les es inher ente, y según la cual lo que se debe hacer las paulas generales sin entrar en detalles .
196 DIÁLOGOS JtEPÚBLJCA 111 197

-También a mí me parece que as[ debe ser. sueños : pero que en realidad habían estado en el seno
b - ¿ Y no ser ía lo más correcto denoD'linar 'guardia- de la tierra, que los había criado y moldeado, tanto a
nes·, en sentido estricto, a q_uienes cuiden que los ene- ellos mismos co mo a sus an:nas y a todos los dem ás
migos de afuera no puedan hacer mal ni los amigos de e nseres fabricados: y. una vez que estuvieron co mple t.a· e
adentro deseen hacerlo ? A los j óvenes que hasta ahora mente formados, la tierra, por ser su madre, los dio a
llamábamos 'gu a rdiane s' , en cambio, será más correcto luz. Y por ello deben ahora preocuparse po r el terr!l'o -
denominarlos 'guardias' y 'auxiliares' de la auto rid od rio en el cual viven, como por una madre y nodriza ,
de los gobernantes. y defenderlo si alguien lo ataca, y considera.r a _los
-M e parece más correcto. demás ciudad anos como hermanos y co mo hijos de le\
-Ah ora bien, ¿cómo podriamos inventar, eotre esas misma tierra .
me ntiras quese hacen nec~arias, .a las que nos hemos -No era e n vano que tenías escrúpulo en contar la
e referido ante s, un a mentira nobk, con la que mejor per - mentira ..
• - -·-j ···
suad iríamos a los gooernailtes mismo s y, si no, a los -Y era muy natural. No obstante, escucha lo que res- 41 Sa
demás ciudadanos? ta por con ta r del mito. Cuando les narremos a sus dcs-
-No sé cómo . rinatarios la leyenda, les direO'los: «Vosotros, todos cuan-
-No se trata de nada nuevo, sino de un r elato feni- tos habitáis en el Estado, sois hermanos. Pc:ro el dios
cio 59 que, según dicen los poetas y hao persuadido de que os modeló puso oro en la mezcla con que se gene1·a·
él a la gente, ant es de ahora ha acont ecido en much a s ron cuantos de vosotros son capaces de gobernar, por
partes: pero entre nosotros no ha $Ucedido ni cl"eo que lo cual son los que más valen: plata . en camb io, eo la
suceda , pues se necesita mucho poder de persuasión de los guard ias, y hie rro y bronce en las de los labrad o-
-para llegar a convencer . res y demás artesanos. Puesto que todos sois con gén e-
-Me pa rec e que titubeas en contarlo. res, la mayoria de la s veces engendraréis hijos sem eja n·
-De spués de que lo cuente, juzgarás si no tenía mi s tes a vosotros mi smos. pero puede darse el caso de que
rawnes pora titubear . de un homb re de oro sea engendrado un hijo de placa, b
-Cuéntalo y no temas. o de uno de plata uno de oro, y de modo análogo ent.re
,1 -Bien . lo contaré; aunque no sé hasta dónde llegará los hombre s diversos . En prim er lugar y de manera pnn·
mi audacia ni a qué palabras recurriré para expresar - cipal, el dios ordena a los gobe maot es qu e de nad a sean
me y para inteotar persuadir, primeramente a los go- ran buenos guardianes y nada vigilen tan -intensamente
bernante s y a los milltares , y después a los demás ciu- como aquel metal que se mezcla en la composici ón de
dadanos. de modo que crean que lo que les hemos ens e· las almas de sus hijos. E incluso si sus propios hijos
ñado y les hemos inculcndo por medio de la educac ión nacen con una mezcla de bronce o de hierro, de ningún
eran todos cosas que imaginaban y qu e les sucedían en modo tendrán compasióo, sino que , esLimando el valor e
ad ecua do de sus n atura lezas, los arrojarán entre los a.r-
w Rd c ro:ncia a u na leyendn que ha llamos en diverso s pasajes de tesanos o los labradores. Y si de éstos , a su vez , nace
la poesía gr iega. por lo menos hasta Eurlp idcs, en la que se habla alguno con mezcla de oro o plata , tras ta sar s~ valor,
de la fund 1wión de Tebas por el feni cio Cadmo. los asce nd erá n entr e los guard ian es o los gua rdta s. res-
198 DIÁLOGOS R.Ei>ÜBLTCA lll 199

pectívamente, con la idea de que existe un oráculo se- ellos, no vayan a parecerse a amos salvajes en vez de
gún el cual el Estado sucumbirá cuando Lo custodie un a asisten tes benefactores.
guardián de hjerro o bronce1>. Respe cto de cómo per- - Hay que vigilarlo.
suadirlos de este mito ¿ves algún procedimiento? -En tal sentido estarán provistos de la manera más
d -Ninguno, mientras se crate de ellos mismos, pero precavida si reciben realmente una buena educ..:ación.
sí cuando se tr a te de sus hijos, sus sucesores y dem ás -¿ V acaso uo la poseen ya?
hombres qu e veng an después. -Es o no se pued e afirmar con tanta confianza. mi
-Pues ya eso - dij t:- sería bueno para que se preo- querido Glaucóo. Sólo pod emos sostener lo que acaba·
cuparan más del Estado y unos de Olros; porque creo mos de decir, a sa ber , que es necesario qu e los gu ard ia·
que entiendo lo que quieres decir .. De codos modos, será nes cuenten con la educación correcta, cualquiera que e
como la creencia popular decídá~n cuanto a nosotros, ésta se.a, si h ao de teoer al máximo lo posible para ser
tras armar a est os hijo -de-la-tierra, hagámoslos avan- amables entre sí y coo aquellos que estén a su cuidado .
zar bajo la condu cdón de sus jefes, hasta llegar a la - Estás en lo cierto.
ciudad , para que miren dónde e.s más adecuado acam- - Ademá$ de esa educació n, tto hombre con se ntido
par: un lugar desde el cual dominar mejor el territorio, co mún dira qu e es necesario que estén provistos de mo-
e si aJguien no quiere acatar las leye s, y desd e el cual radas y de bieoes ral es que no les impidan ser los mejo-
defenderse del exter ior, si algún enemigo atacara como res guardianes ni les iociten a causar dañ os a los de-
un lobo al rebaño. Uua vez acampados y tras hacer los más ciudadaoos. d
sacrificios a quienes sea necesario, construirán su s re- -Y hablará con verdad.
fugios . ¿No te pare ce? - Mira entonces si, para que así sea, no les se rá for·
-Si. zoso el siguiente modo de vida y su vivienda . En primer
-Y éstos han de ser tales que los protejan en el Ln- lugar, nadie poseerá bienes en privado, salvo los de pri ·
vierno y les sirvan para el verano. mera nec esidad. En segundo lugar nadie 1endrá una mo·
-¡Claro! Pues creo que ce refieres a sus moradas. rad a ni un depósito al qu e no pueda acceder todo el
-Sí, pero moradas de soldados. no de comerciantes. que quiera. Con re specto a las vituallas , para todas las
416a - ¿Cómo diferencias entre unas y otras? que necesitan horobres sobdos y valient es que se entre·
-Voy a trotar de explkártelo . La cosa má s vergon- nao par.1 la guerra, se les asignar á un pago por su vi- <
zosa y t·errible de todas, para un pastor, se ría alimentar gilancia, que recibirán de los demás ciudadanos. de mo·
a perro s guardianes de rebaño de modo tal que, por obra clo tal que dur an te el año tengan como para que no les
del desenfreno. del hambre o de malos hábitos, ataca- sob re ni les falte nada. Se sentarán juntos a la me sa.
ran y dañaran a las ovejas y se asemejaran a lobos en como soldados en ca mpaña que viven en común. Les
lugar de a perros. diremos que, gracias a los dioses , cuentan siemp re en
-Ci ertamente, sería terrible. el alma con oro y plala divina y que para nada necesi·
b -Pues entonces deb em os vigilar por todo s los me - ran <le l.=1humana, y que serla sacrOego manchar la po·
dios que los guardias no se comporten así frenLe a los sesión de aqu el oro divino con la del oro mo rtal, mez·
ciudadanos. y que, por el hecho de ser más fuertes que
200 DIÁLOGO S

clándolas, ya que muchos sacrilegios han nacido en


417a corno a la moneda corriente, mientras que el oro que
hay en ellos es puro. En el Estado, por consiguieote,
únicamente a ellos no les estará permiLi do manipular
ni tocar oro rü plata, ni siquiera cobijarse bajo el mis-
mo techo que éstos. ni adornarse coo ello s, ni beber en
vasos de oro o plata. Y de ese modo se sa lvarán ellos ....
y salvarán al Estado. Si en cambio poseyer an tierra pro-
pia, casas y dinero, en lugar de guardianes se rán admi-
IV --
nistradore s. y labradores, en lugar de asist entes serán
déspotas y e nemigos de los demá s ciudadanos, odiarán
y serán odiados , consp irarán y se conspirará con tra eUos,
Entonces Adimanto intervino eo la cooversación Y ~l9a
y así pasarán toda la vida, tem iendo más bien y mucho
más a los \.·nemigo1, de ad entro que a los eoemi- dijo: . .
-¿D e qué modo te defenderías, Sócrates, st ¡¡lgu1eo
b gos de afuera , con lo cual se aproximarán rápidamente
afinnar a que no haces en absoluto felices a estos hom-
a la des 1rucción de ellos mismos y del Estado . Es en
bres, y c::sopor causa de sí mismos? Pu~s el Estado .es
vista a todo es to que hemos dicho cómo deben estar
en realidad de ellos, y sin embargo no disfrutan de ru.n-
provisto~ los guardianes respe cto de la vivie nda y de
gún bien <lel país, como los gobernantes de otros Esta-
todo lo demá s. ¿Legi s laremos así o no? .
dos, qu e poseen campos y construyen casas grandes Y
-As í. si.n duda -respondi ó Glaucón.
bellas a las que proveen de los enseres adecuados, Y
ofr ecen a los dioses sacrificios privados, alojan a ex·
t.raojeros y son propietarios de lo que tú aca bas de ~en-
cionar, oro y plata y todo s aquellos bienes que conside-
ren que los van a hacer dichosos. Y añad í.ria que los
que has des crito parecen se r guardias asal a riad~s. que
nada 1ieoen que hacer en el Estado salvo cuidarlo. ~204 .
-Sí -c ont esté-; más aún, no trabajan más que pa·
ra su sust ento, sin recibfr, adem ás de Jos al imentos, un
salario com o los demás, de manera que ni siquiera se
les permire hacer un viaje pariicular de placer, no se
les conceden cortesanas ni gastar para darse gustos, tal
como gastan Jos que pasan por ser más feli ces. Esto s
puntos y varios otros má s los has omitido en tu
acusación .
-Bien, ¡que figure eso tam bié n entre las ocusaciones!
-¿ Y preguntas cómo me defendería? b
REPÜ'BUCA IV -203
202 DIÁLOGOS

-Sí. dad entera sea feliz. Pero no nos encargues eso, porque,
-Recorriendo el mismo camino que estábamos h a- si te obedecemos, ni el labrador será labrador, ni el 42111
ciendo -dije- enconcraréroos, creo, Jo qu e debe re s- a lfa rero alfar er o, ni habrá nadie que integre el esque-
ponderse. Diremo s, en efecto, que no sería nada asom- ma con el cual nace el Estado. Con todo, con los demás
broso si los que hemos descrito son los más felices; ciudadanos la cuestión es menor. Porque si los fabri-
pero que no fundamos el Estado con la mirada pues ta cantes de calwdo se pervierten, se corrompen y pr e ten-
en que una sola clase fuera excepcionalmente feliz, sino den ser lo que no son, no es nada terrible para el Esta·
en que lo fuera al máxi.roo toda la sociedad Porque peo· do. Pero si los guardianes del Estado y de sus leyes
sába .mos que en un Estado de tal índole sería donde parecen guardianes sin serlo, ves bien claro que corrom·
mejor hallarlamos la justicia, y en cambio la injusticia pen por completo todo el Estado, y sólo ellos tienen la
,· en el peor fundado; y tras observar uno y otro, pro- oportWlidad de organizarlo bien y hacerlo feliz. Forme-
nunciaríamos el juicio sobre lo que hace rato que bus· mos. pues, verdaderos guardianes, hombres que puedan
cam os,ijModel a rnos el Es1aclo feliz, no estableciendo que dafiar al Esta do lo menos posible; y aquel que proponga b
uoo s pocos, a los cuales segregamos, sean felices, sino aquello de que los labriegos son felice s regodeándose
que lo sea la totalidad; y en seguida examinaremo s el con banqu et es, como en un festival más que en un Esta·
Estado opue sto a aquél. Seria como si estuviésemos pin- do, habla de algo di st into a un Estado. Hay que ex ami-
cando una esLalUa y, al acercarse, alguien oos censura- nar. por consiguiente, si instituimos los guardianes con
ra declarando qu e no aplicamos los más bellos ungüen- la mirada puesta eo proporcionarles a ellos la cnayor
tos a las partes más bellas de la figura, puesto qu e no felicidad posible. o si mirando a toda la sociedad se la
pintábamos con púrpura los ojos, que son lo más bello, debe con siderar de modo que ésta la alcance; para lo
sioo de neg ro. En es e e.aso pareceríamo s defendernos cual estos guardias y los guardianes deben ser obli-
d razonablem en te sí le respondiéramos: «Asombroso ami- gados o persuadidos a hacer lo que los haga ser los e
go, no pienses que debemos pintar los ojos tan hermo- mejo res artesanos de su propia función, y del mismo
so s que no parezcan ojos, y lo mismo coo las otras par- modo to<los los demás. Y así, al flor ecer el Estado en
tes del cuerpo, sino co nsidera si, al aplicar a cada una su conjunto y en ar moniosa organiwción, cada una de
lo adecuado. creamo s un conjunto hermoso,jAsí en el las clas es podrá participar de la felicidad que la natu-
caso presente no me obligues a otorgar a los guar dia- raleza les ha asjgoado.
nes una felicidud de tal índole que haga de ellos cual- -M e parece que está bien Jo que dices.
quier cosa menos guardianes. Nosotro s bien sabemos -¿ Y te parecerá que hablo corre ct amente en cuanto
e vestir a los labradores con mantos señoriales, rod ea rlos a otro tema emparentado con éste?
con oro y ordenarles que trabajen la tierra si les place, -¿Cuál otro tema?
y tambjén recostar a los alfareros en círculo alrededor -Considera si estas cosas corrompen a los demás d
del fuego, de modo que beban a guslO y disfruten de artesanos de modo tal que se perviertan.
banquetes, con el torno a su disposíción para el caso -¿Pero cuál es cosas?
de que algu nos desearan hace ·r su oficio; y análogamen- -La riqueza y la pobreza.
te hacer dichosos a todos los demás, para que la socie- -¿De qué rnodo?
204 DIÁLOGOS R.EPÓ13UCA 1V 205

- De éste: si un alfarero se enriquece, ¿crees que se- -En primer lugar. si hay que luchar, ¿no serán hom-
guirá dispuesto a ocuparse de su oficio? bres entr en ados para la guerra los que luch en contra
- De ninguna manera. hombres ric os?
-¿ No se to('oará más perezoso y negHgent e de lo -E.so s{.
que era? -Pue s bien, Adim an to, ¿no crees que un solo púgil
- Mucho má s. qu e esté capacitado y pre parado lo mejor posibl e lucha-
- ¿ No se conven.irá, consiguientemente. en un pe or rá fácilm ente contra dos hombre s ricos y gordos que
alfarero? no saben boxear?
- Mucho peor . -Si no es al mismo tiempo, quizás.
- Por otro lado, si a raíz de ser pobre oo puede p ro- -¿Y en el caso de que pudiera re troceder continua-
cur a rse las ber ra mientas y cua lquier otr a cosa neces a- men te y, dándose vuelLa, golpear al que viene atrás, y e
ria para su oficio, fabricará obras de ma la caJidad re pitiera es to varias veces bajo el so l y en un a mbien te
1e de modo que, si enseña a sus hijos y a otros, formar á so focante? ¿No podría entonces ese hombre ven cer a
malos artesano s. muchos corno ésos?
-A no dudarlo. -No res ultaría sorprendente.
- De ah.i que tanto la pobreza como la riqueza so o -¿Y cree s que los ric os poseen m ayor conocimiento
ambas causas de malas obra s anesanal es y de malo s y experiencia del art e de la guer ra que del pugi.lat0?
ane sau os. -No lo creo.
- Así parece. -En tal caso, muy probable me nte resulte fácil para
-En ral caso , según da la impresión, he mos descu - nuestros hombres, entrenados para la guerra. combatir
biert o otros asuntos que requ .ieren la vigilancia de los contra enemigos que sea n el doble o el triple en nume·
guardianes, para que jamás se les i.ocrodu zcan inadver - ro que ellos.
tidamente en el Es lado. -Esto y de acuerd o, ya que me parece qu e lo que
-¿Qué asunto s? dices es correcto .
4220 -P ues la riqu eza y la pob rez a, ya que una produc e -Por lo demás. se podría envi ar a uno de los dos 11
el lib ertinaje. la pereza y el afá n de noveda des, mien - Estados b eligerantes una embajada que les dije ra la ver-
tras la otra gener a el servilismo y ta vileza, además del dad: "Nosotros no usamos para na da el oro ní la plata,
afán de cambios . porque no nos está permitido usarl o, como a vosotros.
-Muy cierto. No obstante, Sócrates, examina de qué Por Jo tanto, sí os aliáis con nosotros. obtendréis el oro
modo nuestro Est ado . si no ha acumulado for tuna. será y la plata del otro Est ado». ¿Piens as que quien es escu-
capaz de hacer la guerra, sobr e todo si está forzado a charan esto elegirían co mbatir contra perros firmes y
combatir contra ot ro grande y rico. flacos ant es que junto a los perros co ntra corde ros tier-
-Evidentemente será más difícil com bat ir contra nos y gor dos ?
b un solo Estado, pero ~\ Juen:i contra dos sería más -Pien so que no. Pero mira sí, en el caso de que un
fácil. ·
solo Estad o acumule las riquezas de los demás, no sur-
-¿Qué quiere s decir? ge peligro para el qu e no ha enriquecido. e
206 l>IÁLOGOS RE.PÚBLICA lV 207

-Eres muy ingenuo s, Juzgas que merece darse el qu e el Estado no sea pequeño ni grande en apariencia,
nombre de 'E stado' a algún otro que aqu el que hemos sino que sea uno y suficiente.
organizado. -¡Lo que les encargamos es sin duda insignificante!
-¿Por qué? - Y más insignificante aún que eso es lo que ante-
-A los demás hay que denominarlos de un modo rionncnte mencionamos cuando dijimos que. en caso de
más ampUo, pues cada uno de esos Estados no es un que de los guardianes oazca algún hijo inferior, nece sa-
Estado sino muchos. como en el juego '. Son dos como riamente han de enviarlo con los que le sean afines,
irunimo. con una enemistad murua: el Estado de los po- y, en el caso contrario, si nace de los otros uno valioso. ,1
42.J.a bres y el de los ricos . Y en cada Escado hay muchos en viarlo junto a los guardianes . El propósito de esto
Estados; si los tratas como a uno solo , re equivocarás es mostrar que también los demás ciudadanos deben
de cabo a ·rabo. Si los tratas como a muchos, en cam- encargarse, cada uno, de la función para la cual está
bio, cediendo a unos la fortuna, el poder y la gente mis- naturalmente dotado. De esce mod o, aJ ocup a rse de lo
ma de los otros, así tendrás siempre muchos aJiados úni co que le es adecuado. cada uno llega a ser uno y
y pocos enemigos. Y mientras se administra sabiamen- no múltiple, y así el Estado int egr o crece: como uno
te el Estado con el orden descrito, no sólo te ndrá fama solo v no múltiple.
de ser muy grande sino que será verdaderamente muy -·¡Pues esto es más pequeño aún que lo otro!
grande, aun cuando cuente sólo con un millar de gue- - Y sin embargo, mi querido Adimanto, todas estas
rreros. En t'Íecto, no hallarás fácilmente un Est ado más prescripciones que les imponemos , por muc h as e im-
b grande, ni eotre los griegos ni entre los bárbaros, aun- portantes que puedan parece,·, son todas de poca mon· ~
que muchos puedan parecer muchas veces más grandes ca, si se atiende a la única 'cosa grande', como se dice,
que éste. ¿ Piensas de otro modo? o más bien, en lugar de 'graode ', 'suficiente'.
-No , por Zeus -re spondió Adirnanto. -¿CuáJ es?
-En cal caso, nuestros gobernaates cuentan ya con -La edu cación y la instrucción . Pues si lo~ hombres
el más acertado llmite que deben fijar al tamaño del están educados bien, llegan a ser mesurados y a pe1·ci-
Estado y del territorio al cual, de acuerdo co n ese ta- bir fácilmente todas estas cosas y otras más que ah ora
maño. han de delimitar, renunciando a cunlquier otro. hemos dejado de lado, como la poses ión de las mujer es ,
-¿Cuál es ese límite? los matrimonios y la procreación <le hijos, cosas que,
-El siguicnre, pienso: que el Estado esté en condi- según el proverbio, deben ser 'toda s comunes' al máxi- ~2 .10
ciones de crecer en tanto conserve su unidad, pero que mo posible 1 •
no crezc.a más de allí. -Será lo más correcto.
e -E.slá muy bien. -Y más aún: una vez que la organización del Estado
-Por Lanto, corresponde que los guardi anes atien- se pone en movimiento adecuadam ente, avanza crecien-
dan esta otra prescripción: vigilar por todos los medios
i Es1c proverbio , ya cir ad o en el Lisis 207c (y luego por ARJSTÓTI!·
' . J.C y J\J)At,t .~igue n aqul a léxic os rela tiv a mente antiguos, corno LCS, Él . Nirom . Vlll 9, l 159b), es atribuido -l!s probab le qui:
el de Hes iquio o de Suda , doñde pó/eis polzeín («juga r a lo s Est ados•) corrccre.mcnlc- a Pitágoras y a los primer os pitagórico:; por el hislo·
figura como un proverbio referido a un jue¡;o con piezas .Y tablero. riador T111-1eo DE TAUROMCNIO (frs. IJa y 13b 1AC0BY).
208 DIÁLOGOS REPÚBLICA JV 209
do como un círculo. En efecto, la cr ianza y la educa- -Sí, en parte juguetonamente, y como si no produ -
ción, debidamente garantizada s. forma n buenas natura- jera da i'io.
lezas, y, a su vez, las buenas naturalezas, asistidas por -Y no lo produce, salvo que se deslice poco a poco,
semejante educación, se toman mejores aún que las pre- instalándose suavemente en las costumbres y en las ocu-
cedentes en las distintas actividades y también en la paciones, de donde crece hasta los cootratos que hacen
b procreación, como sucede 1ambién con los otros ani- unos hombres coo otros, y desde los contratos avanza ha-
maJes. cia las leyes y la organización del Estado, Sócrates, con ,
-P(obablemente . la mayor desfachatez, hasta que termina por trastocar
-Para decirlo con poi..;.."!s
palabras. esto debe ser in- todo, 1anto la vida privada como en la pública .
culcado firmemente en quienes deban guardar el Esta- -Bien -pregun té-, ¿y eso sucede as(?
do, de manera que no suceda que inadveni damente se -A mi modo de ver, sí.
corrompan. En todo han de vigila r que oo se introduz- -·En tal caso, como hemos dicho desde el principio,
can innovacfones en gimnasia y música contra lo pre- debemos proveer a nuestros niños de juegos sujetos a
crito, temiendo cuando alguien dice que norma s; puesto que, si el juego se desenvuelve sin nor-
el canto que los hombres más consideran m as y los n.iños carnbién, será imposible que de éstos 4250
es el má.s reci.ente que. celebrado por los aedos, surca crezca n hombres esforzados y con afecto por el orden.
-Claro que sí.
[el aire 3 •
-Por consiguiente, cuando los niños comiem:an de-
e No sea que alguien crea que el poeta no se refiere a b idam ente, gracias a la música iotroduceo en sus jue ·
canciones nuevas, sino a un mod o nuevo de cantar. y gos uo afecto por el orden, y, al cootra.rio de lo que
elogíeo eso: no hay que elogiarlo, oj siquiera concebir- aco nt ecí a coa los otros a que aludiamos, esLe afecto por
lo. Pues hay que ponerse a saJvo de un cambio en un el ord en !os acampana rá a todas partes y ayuda rá a c re -
nuevo género musical. y pensar que así se pone todo cer y a resrnblecer lo que quedaba del Estado aní erior.
en peligro. Porque los modos musicales no son cambia- - Es verdad, sio duda alguna.
dos nunca sin remover las más importantes leyes que - Entonces estos hombres descubrirán preceptos que,
rigen el Estado, tal como dice Damón, y yo estoy con- tenidos por pequeñeces, sus predecesores habían deja-
vencido. do compl e tamente de lado.
-Cuéntame a mí también entre los convencidos -¿Cuáles?
-dijo Adimanto. -Tales como éstos: que los más jóvenes call.en fren - b
d -Allí -proseguí-. en la músic a, creo que debemos te a los más ancianos cuando corresponde, les cedan
edifícar la residencia de los guardjanes. el asiento y permanezcan ellos de pie; el cuidado de sus
-Allí, cierlamente, la ilegalidad se introduce de mo- p.idres, el pelo bien cortado, y lo mismo la ropa, el cal-
do fácil, sin que uno lo advierta . zado y el porte del cuerpo en su conju_nto, etc.¿ No crees?
-Sf, por cierto,
3 Od. 1 351 ·352, con algunas palabros sustituidas por otras. So- -Pero pienso que sería ingenuo legislar sobre es-
br~ la no innovación en materi:1 musi cal, cf. Tntroducción pág. 55, n. 18. 1·as cosas: en ninguna parte se hace, y si fueran legis -

94. -14
210 OlÁLOCOS REPÚ BLICA IV 2 11

ladas, ni la palabra escrita ni la oral las har(an per - -Q uier es decir qu e los qu e ob ren así vivirán como
durar. los enfe rmo s que, por su intemperancia, oo quieren aban-
-No hay modo. donar un régimen per judicial.
-Probablemente su ceda, A<limanto, qu e, segú n ha - -Precisamente.
cia dónde uno se dirija, partiendo de la ed ucación. -Y por cie rto -dije~ pasan una vida encantador a. 4.26a
e de es e modo sea lo que venga después. ¿O no alrae siem- e En efecto, aw,que se someten al tratamiento médico ,
pre lo semejante a lo semejante? no log ran ningún resultado, como no sea el de que sus
- Así es. enfe rmedad es tomen mayores proporciones y complica-
-Y {>Odríamos decir que, al término de ese proceso , ciones, siempre con )a esperanza de que, si se les receta
el resu ltado será aJgo completo y vigoroso, ya sea bue - w, remed io, gracias a éste sanarán.
no, ya lo concrario . -Así les su cede a tales enfermos, pot lo co mún .
-N o cabe otra alternativa. - Hay , ad emás, otra cosa encane.adora en ellos: con-
-Por ese motivo no me abocaría a la tarea de legis- sideran como el más odioso de wdos los hombres a l
lar sobre ese tipo de cosas . que les diga la verdad, a saber, que si no de jan de em-
- Lo que dices es razonable. briagarse, com er hasta el hartazgo y entrevrse desen-
-En cuanto a !os asunto s que se tratan en el ágora frenadamente a los placeres sex uales y al ocio, no habr á
-ya sea con respecto a los contratos que allí hacen uno s remedios ni cauterizaciones ni cortes, como tampoco he- b
d con otros o, si tú prefieres, acerca de los co ntrato s chlzos ni amuletos ni ninguna otra cosa similar que los
con artesanos-, o a las injurias, asaltos y demandas socorra.
judiciales, la elección de jueces y, donde sea el caso , -No es tan encantadora -replicó Adimanro-. pues
pa gos y exacciones que sea.o nece sarios, y en general enojars e contra el que habla bien no üene encanto al-
de rec hos de compra y venta en el mercado , o bien en guoo.
lo que toca a !a vigilancia de las calles o de los puestos, - Pare ce que no eres admirador de los hombres de
etc., dime, por los <lios~s. ¿nos atreveremos a legislar eso índole.
sobre asuntos de tal índole? -No, por Zeus.
-No serla digno aplicar tales pres cripcione s a la gen - -En ese caso, tampoco elogiarás al Estado entero,
te honesta , pues ésta por si misma descubrirá fácilmen- del que hablábamos hace un momento, si obra de un
e te la mayoría de las cosas sobre Las que conviene legi s- modo sem ejante. Porque sin duda has de pensar que
lar. obran de la misma manera que aquéll os los Es Lados qu e,
-Sí, amigo mío -repuse-, siempre que Dios les per - aun funcionando mal como tales. prohiben a sus ciuda- e
mita preservar las leyes que anteriormente hemos des- danos c.ambiar algo eo la constitución política, y que
crito. sufra la pena de muerte aquel que lo intente, Y qu e,
-A no se r que se pasen la vida insti tuy endo .Y en - por el contrario , quien sirva con sumo placer a los que
mendando la cantidad de cuestiones a que nos hemos gobiernan , adulándolos con obsequios , y sea hábil para
referido, convencidos de que así alcanzarán la perfec- enterarse de sus deseos y luego satisfacerlos. les par e-
ción.
'-.
212 Dl.(LOGOS QE PÚBUCA IV 2 13

cerá un hombre excel ent e y sabio en cuestiones impor - porque sería ineficaz y no ayudaría en nada; en el se-
tantes, y recibirá honr as por parte de ellos. gundo, porque cualqui era podrla descubrir algunas de
-También yo creo qu e esos Estados obran igual que eJlas, y las otras se seg uirían automáticamente de las
los hombres que ante s des cribiste, y tampoco los admi - costumbres anterior es.
raré. -Entonces ¿nos resta aún algo concerniente a la b
J Y en lo que to ca a quien e~ están dispuestos a servir legislación?
a cales Estados , ansio sos por hacerlo , ¿no admira s su -A nosotros no nos resta nada -respondí-. Pero
valentfa y su irrefle-xiva complacen c ia? a Apolo, dios de Del fos . ·corresponden las primeras or·
-Sí, los admir o - respon dió-, excepto en los caso s dcnaru.as , las más importan tes y bellas.
eo que ellos mismos se engañan y creen que, porqu e - ¿Y cuáles son?
muchos los elogian, son verdaderos estadistas. -La fundac ión de templos, la insti tución de sacrifi-
-No te entiendo : ¿no vas a disculpar a esos hom - cios y otros serv icios a los dioses, a los demonios y a
bres? Imagínate un hombre que no sabe medir se, y al los héroes, así como de tumbas a los difuntos y cuantos
que muchos otros, qu e tampoco lo saben, le cücen qu e honores deban re ndi rse a los del más allá para que sean
e tiene cuatro codos de estatura; ¿te parece que por si propicios. De tal es cosas oo sabemos nada al fund ar el
solo dejará de cre erlo? Estado, ni nos dejaremos persuadir por otros, sino que 1:
-No, no creo que deje de creerlo. no nos servirem os de otro exég eta! que el patern o; es-
-Pues entonces no te enojes con tal tipo de gent e, te dios, en efecto, es exégeta paterno para todos los hom·
ya que es la más e:: ncantadora de toda, en cuanto legis - bres, y, sentad o en el centro, sobre el ombligo de la
lan sobre minucias como lns que hemos desc rito hace tierra, interpr eta los asuntos de esa índole.
un momento y las corrigen continua.men te, en la c reen - -Muy bien dicho; así debe obrarse.
cia de qu e pued e hallarse un límite a los fraudes que -P ues bien. bijo de Aristón -dije-. ya tien es fun-
se com eten en los contratos y en las demás cosas qu e dado el Estado . Después de esto inda ga en su in teri or, a
be mencionado ; sin advertir que, de he,:ho, es com o si procurándot e de dond e puedas la luz: adecuada, y apela
se cor tar an las cabezas de la Hidra <. a la ayuda de tu hennano Glaucón, así como de Pole-
427a - Es ciert o : no hacen otra cosa. marca y los otros, para que columbremos dónd e exi!'.te
- Por eso mismo. yo no pensaría que el verdad ero la justicia y dónde la injusticia, y en qué se difer encia
legislador deb iera ocuparse de leyes o de una organ iza- una de otra, y cuál de las dos debe adquirir el qu e haya
ción política de semejante especie, ni en un Estado bien de ser feli·t, pase esto inadvertido o no a los dioses y
gobernado ni en uno mal gobernado. En el prim er caso , a los hombr es todos.
4 El texto só lo dice • cortar an b b_idra • . Se tra ta de una al usión
a la lcyend:1(más explicita da en el fa t1idemo 426<1-e ) seg ún la cual Hé r- s El •exé geta • era un fun cionario oficial qu e en Atena s se c11c ar-
cul es, en su lucha contra b . H.ídra, oo bien co rtab a la cabeza del mon s- gab2 de dil ucid ar cuest iones c1icorrel igio~as que poclla.n .prc sent :rsc
tru o, vela nacer otra inmedi atament e, con lo cua l su tan:a se tomaba en la vida cotidia na, y qu e • interpreta ba• la volunt ad div in a (cí. l::HI·
intenninahlc; como la que acomelen. viene a decir Pla tón, los que qu ie- fr6n 4d ). Aqul, dice SHOR EY, •Apolo es, ro un sentido más ele vad o, el
ren poner fin a todos los males mediante códigos. lotérprete de la religión ·pa~ toda la humanidad•.
REPÚBLICA JV 215
214 DIÁLOGOS

-Nada de eso -replicó Glaucón-; te has compro- - Sí.


<! metido a indagarlo tú, con el argumento de qu e serla - Y esto mismo, la prudencia, es evidentemente un
sacrílego no acudir en defen sa de la justicia por todos conoc imiento , ya que en ningún caso se obra prudente·
lo s medios que te fuera po sible. mente por ignoranc ia, sino por conocimiento.
-Es cieno lo que me recuerdas, de modo que así -Es evidente.
tendré que actuar; pero necesito que colaboréis conmigo. -Pero en el Estado hay múltipl es variedades de
-De acuerdo. conocimiento.
-Espero descubrirlo de esta manera. Pien so que, si -Claro .
nuestro Es1ado ha sido fundado correccamente, es por -En ese caso, ¿ será por causa del conocimiento de
completo bueno. los carpinteros que ha de de cirse que el Estado es sabio
-Es forzoso que así sea. y prudent e? e
-Evidentemente, pues, es sabio, valiente, moderado -Oe ningún modo -respondió Glaucón-; por ese
y justo. conocimiento se dirá sólo que es hábil en carpintería .
-Evidentemente. -Tam poco deberá Uamarse sabio al Estado debido
-Ahora bien, si descubrimos en el Estado alguna de al conocimiento relativo a los muebles de madera , si
428a estas cosas , lo que reste se rá lo que no hemos encon· delibera• sobre cómo hac erlos lo mejor posible.
trado. -No , por cierco.
-Así es. -Ni por el cooocimiento relativo a los objetos que
-Por ejemplo : si de cuatro cosas cualesquiera -en · · se hacen con bronce. ni por ningún otro de esa {.n-
el asunto que fuere- bus cár amos una sola, y suced ies e dole.
que en primer lugar reconociéramos ésa, seria sufici en- -En ningún caso.
te para no sotros . En cambio, si en primer lugar recono- -Y no se dic e que el Es tado es sabio por el conoci-
ciéramos las otras tres, con esto mismo ya reconocería- miento relativo a la producción de frutos de la tierra,
mos la que buscábamos, puesto que es patente qu e no sino que es hábil en agricultura .
sería otra que la que aún quedara. -A s( me parece.
-Lo que dices es correcto. -Ahora bien , ¿hay en e) Est ado que ac abamo s de
-En tal caso y resp ec to de aquellas cilll.lidades, ya fundar uo tipo de conocimiento presente en algunos ciu-
que también son cuatro , debemos indagar del mismo dadanos, por el cual no se delib ere sobre alguna cues- d
modo. tión particu)ar del E.stado sino sobre éste en su totali-
-Bien está. dad y sobre la modalidad de sus relaciones consigo
-Me parece, pues, que lo primero qu e se ve claro mismo y con los demá s Estados?
b en est e asunto es la sabiduría; aunque en lo tocante a -SL
ella se ve algo extraño . -¿Cuál es y en quiénes está presente?
-¿Cómo es eso?
-Verdaderamente sabio me parece el Estado que he- 6 Nos apar tamos de Adam, que adopta una conjetura de Helndorf,
mos descrito, pues es prudente. y nos atenemos II los manu scritos, con Burnet . ..
REPÚBLICA IV 2 17
216 DIÁLOGOS

-Es el conocimi en to apropiado para Ja vigilancia, aquella parte suy a que combate y marcha a la guerra
y es tá presente en aquellos gob ernantes a los que he- por su causa?
mos denominado 'guardianes perfectos'. -No, sólo mirando a ella.
-Y en virtud de ese conocimiento ¿que dirás del Es- -Por eso creo que , aun q_ue los <lemas ciudad anos
tado? sean co bardes o valientes, no depende de ellos el que
-Que es prudente y verdaderamente sa bio. el Estado posea una cualid ad o la otra.
-¿ Y que crees, que en nuestro Estado habrá may or -Y o también lo creo.
e cantidad de tiabajadores del bronce o de esros verda - -E o tal cas o, un Estad o es vaüeote gracias a una
deros guardianes? parte de sí mismo, porque co n esta parte tiene la posi-
-Mu chos más trabajadores del bron ce. bilidad de coos ervar, en toda ci.rcu.ostaocia , la opinión e
-¿Y no· serán estos guardianes muchos menos en acer ca de las cosas temibl es, que han de ser las mismas
número si los comp aras con todos aquellos otros que y tal cual el legislador ha dispuesto en su programa edu-
reciben el nombr e de acuerdo co n los conocimientos que ·cativo . ¿No llam as a est o ·valencia'?
poseen ? - No ,e he comprend ido del todo : dímelo de nuevo.
-M uchos menos. -Quiero dec ir que la vaJentía es, en cierto modo,
-En ese ca so, gracias al grupo humano más peque- consen•ación .
ño, qu e es la pa rte de él mismo que es tá aJ frente y -¿ Qué clase de con se rvación?
gobierna, uo Estado conforme a la naturaleza ha de ser - La co nservación de la opinió n engendrada por la
sabio en su totalidad. Y de este modo , según parece, ley , por medi o de la edu cación, acerca de cuále s y cómo
429a al sector más pequeño por naturaleza Je corresp on de son las cosa s temibles . Y he dich o que ella • era con-
el úni co de estos tipos de conocimiento que mere~e ser servac ión ·en toda circ uns tancia ', en el sentido de que
deno minad o 'sabidwfa'. quiea es vaLiente ha de mantenerla -y no e.xpulsarla
-Dices la verdad . del alma nunca- tanto en los place res y deseos como J
-He aquí que hemos descubierto, no sé de qu é mo- en los temo res. Y estoy dispuesto a represent ar lo que
do, una de las cuarro cualidades que buscábamos 1 , así pienso por r:nedio de una comparación, si quieres.
como el puesto que en el Est.ido le co rrespond e. -Claro que quier o.
- Y a mi modo de ver ha sido descubierto sati sfa cto- -Tú sabes que los ti.more.os, cuando quieren teñir
riamente. de color púrpura la lana, la esc oge n primeramente de
- En cuanto a la valentfa y al lugar que tieoe en el la que, entre los diver sos colores , es de una sola sustan -
Estado, por cuya causa el Estado debe ser llamado 'va- cia, blanca . Después la preparan, tratándola con mucho
lient e', no es muy difícil percibirla. cuidado , de modo que adquier a el tono púrpura má s
-¿ De gué modo? brillante posible y sólo entonc es la sumergen en la tin-
b -¿Acaso alguien diría que un Estado es cobarde o
val iente, des1,>ués de hab er contemp lado otra cosa que s Por una ve:z nos apar tamos tanto de A~am como de 8urnct, si-
guiendo la lección de tos Mss. y del texto de Estobco, Y:l adoptada
7 Cf. 42?e-426a por Shor ey.
REPÚBLICA IV 219
.218 DIÁLOGOS

e tura. Y lo que es teñido de esa manera queda con un res trataremos con mayor corrección lo tocante a ella;
color fijo, y el lavado, con jabón o sin él, no puede ha - ah¿ra. en efecto, no es esto lo que indagamos sino la
cer desaparecer el brillo del color. ¿Sabes también lo justicia, y, respecto de nuestra indagación sobre la va-
que sucede si se tiñeo lanas de otros colores, o incluso lentla, creo que es suficiente lo alcanzado.
lanas blancas, si no se l.es da ese tratamiento previo? -Estoy de acuerdo con lo que dices.
-Sé que quedan desteñidas y ridículas. -Pues bien, restan todavía dos cosas que debemos d
-Suponte entonces que algo semejante hacemos en observar en el Estado: uoa, la moderación, y la otra es
lo posible también nosotros, cuando hemos selecciona· aquella con vistas a la cual estamos indagando todo, la
do a los militares y los hemos educado por medio de justicia .
.i30o la música y de la gimnasia . Piensa que oo tenemos otro -Muy verdad. . . . .
propósito que el de que adqu.ieran lo mejor posible. al - · Cómo podríamos hacer para descubnr la JUSt1cia
'
primero, para no ocuparnos ya más de l a mo d erac1on.
. , ')
seguir nuestras leyes, una especie de tintura que sea
para ellos -gracias a haber recibido la naturaJez.a y -Por lo que a ro{ toca, no lo sé, y no quema que
crianza apropiadas- una opinión indeleble acerca de se hiciera patente en primer lugar la justicia. si en tal
lo que hay que temer y de las demás cosas; de manera ~o no hubiéramos ya de ex.a.minar la moderación . Más
tal que esa tintura resista a aquellas lejías que podrían bien, si quieres comp~cerroe. examina antes ésta.
borrarla: por ejemplo, el placer, que es más poderoso -Claro que quiero: quiero y debo hacerlo. e

b para lograrlo que cualquier soda calestrana; o bien el -Haz pues el examen.
dolor, el miedo y d deseo, que pueden más que cual- -He de hacerlo; desde nuestro punto de vista, la mo-
quier otro jabón•. Pues bien, al poder de conservación deración se parece a una concordancia y a una armonía
-en toda circunstancia- de la opinión correcta y legí· mas que las cualidades examinadas anteriormente.
tima lo considero 'va leotla' , y así lo denomino, si no -Explícate .
lo objetas. -La moderación es un tipo de ordenamiento Y de
-Nada tengo que objetar -contestó Glaucón-, pues control de los placeres y apetitos, como cuaodo se dic e
creo que oo considerarás legitima la opinión correcta que hay que ser ' dueño de sí mismo' -no sé de qué
acerca de tales cosas producida sin educación, como la modo-, o bien otras frases del mismo cuño. ¿No es as!?
del animal o la del esclavo, e incluso la llamarás con -SI.
otro nombre que 'valentla' . -Pero eso de ser 'dueño de sí mismo' ¿no es ridlcu-
e -Dices la pura verdad. lo? Porque quien es dueño de sí mismo es también es-
-Admito, pues, que 'valentía' es lo que así has deno - clavo de sí m1smo, por lo cual el que es esclavo es tam·
minado. bién dueño. Pues en todos estos casos se habla de la 431a

-Y si admites, además, que es propia del Estado , misma persona.


lo harás correctamente. Pero en otro momento, si quie- -Sin duda.
-Sin embargo, a mí me parece que lo que quiere
0
Aqul también nos ap:trtamos de Adem y seguimos, con Burnet,
decir esta frase ·es que, dentro del mismo hombre, en
los Mss. lo que concierne al alma hay una parte mejor y una
220 01Ál.OG0S 'REPIJBLI C A lV 221

peor, Y que, cu a.ndo la qu e es mejor por naturale2a do- -Ab solutamente cie rto.
mina a In peor , se dice que es 'd ueño de sí mismo', a -Y de acuerdo con todos esos rasgos, ¿ no corres-
modo de elogio; pero cuando, debido a la mala crianw ponde decir qu e es 'moderad o'?
o compañía, lo mejor, que es }o má s peq ue ño, es domi - -M ás que e n cual qui er olro caso .
nado por lo peor. que abuoda, se le reprocha entonces -Y si en algún Estado se da el caso de que ta nto
b como deshonroso y se llama 'esclavo de sí mis mo' e los gobern ant es como los gob ernado s coin cida n en la
' inmoderado' a quien se halla en esa situación. opi nión ac er ca de quiénes debeo gobernar. tamb ién e
- Así p8rec e. será en éste eo el qu e suceda . ¿ No te parece?
-Di ri ge aJ1ora 1u mirada hacia nu es tro Estado, y eo- -Claro qu e sí.
c.ootrará s P.rese nre en é l un a de esa s dos situacion es, -¿ Y en cuál de ambos sectores de ciu dad aoo s di ras
pues tendrás derecho a hablar de él cali ficán dol o de 'due- que, en una si ruacióo de esa índole, esiá pres en te la mo-
ño de sí mismo', si es que debe usa rse la ca\jficacióo deración? ¿En el de los goberoantes o en el de los
de 'moderado', y 'dueño de sí mismo' allí dond e }a pa ne gobe rn a<los?
mejor gobi erna a la peo r . -En ambo s, tal vez.
-At mirarlo, veo que rie nes razón. -¿T e das cue nta aho ra cómo pre sag iam os correc ta-
-Claro qu e en él se puede hallar una multiplicid ad me nte hace un momeoto cuand o dij im os qu e la mod era-
e de deseo s de !oda (nd ole. de placeres y de sufrimientos, ción se asemeja a una e specie de armon.ia ?
so bre todo entr e los niños, las mujeres y los sirv ieni es -¿En qu é sentido?
y eo la multi tud de gent e medi ocre , aunque sea n llam a- -En el sen l.:ido de que tanto 1.a va lenlla como la sa-
dos 'libre s'. biduría, aun re si diend o cada una de el.las en una pa rte
-Mu y cie no. del E stado , logran que éste sea valiente. en un caso. 43~
-En lo que hace a los dese os simples y m esurado s, sabio en el otro ; mientras que no suce de lo propi o co n
en cambio , que son guiados por la r azón de acu erd o la moderación , sino que és ta se extiende sobre la tota li-
con la opin ión rec ta.y sensat am ente, los hallarás en uno s dad de la octava mu sica l, p rod uciendo uo ca nto un{so-
poc os, los que son mej ore s por natu ra leza y también ao de los más débiles , los más fuerte s y los iotenne<lio s
por la forma en que h ao sido educados. - en intelige n cia o en fu erza o en cantidad o en fortu-
-E s verdad . na, como te guste-. de man era qu e podr íam os deci r.
-Pu es bien - prose gu í-, ¿no ves es tas co sas tam - con todo derecho , qu e la mo deración es esta concordia
bié n en el Estado, en el cual , sob re los apeti tos que y esta armonía natural entre lo peor y lo mejor en cuan to
d hab itan en la multitud de gen te roedío cre , preva lecen a cuál de los dos debe gobernar, tanto en el E sta do
los dese os y la prudencia de aqu ellos qu e son )os meno- como en ca da individuo. b
rt:s en número pe ro los más ~paces? -E st oy de acuerd o cont igo.
-Si , lo veo . -Bien; hemos obs ervado ya tre s cua lidades en el Es-
-E~ tal caso, si ha de decir se de algún Estado qu e tado; al menos así creo. En cuanto a la esp ecie que que -
es d ueno tan to ·de sus placeres y apetit os cuanto de sí da para que el E stado alcance la excelencia, ¿ cuál
mismo, debe ser dicho del qu e esta m os de sc db íen do . podrla ser? La just icia, eviden tem ente.
222 DIÁLOCOS REPÚBLIC/\ IV 223
0

-Evídenter11ente

- Esto es ya un largo preámbulo a lo que estoy de-
-Por lo tanto, Glaucón. es necesario ahora que no- seando que me cuentes.
sotros, como cazadores que dan vuelta alred edor del es- -Bueno, te lo contaré, para ver si lo que pienso 43311
condite del auimal, prestemos atención para que no se tiene sentido. Lo que desde un comiem.o hemos estable-
nos escape la justicia y consiga desaparecer de nuestra cido que debía hacers e en coda circunstancia, cuando
e vista. Porque es manifiesto que de algún modo anda por fundamos el Estado, fue la justicia o algo de su esp ecie.
aql,l.Í. Mira entonces y trata de divisarla. por si la ves Pues establecimos. si maJ no recu erd o, y varias veces
ames que yo y me la muestras. lo hemos repetido, que cada uno debía ocuparse de una
-¡Tan sólo que pudiera! Mejor me parece rí a seguir- sola cosa de cuantas conciernen al Estado, aquella para
te y mirar lo que me muestras, en la mecüd a que sea la cual la naturaleza lo hubiera dotado mejor.
capaz, para qu e hagas un us o adecuado de mí. -Efectivamence, lo dijimos.
-Sígueme, pues, tras haber hecho una pl egari a con- -Y que la justicia consistía en hace r lo que es pro·
migo. pio de u.no, sin dispe rsa rse en muchas tareas, es tam-
-La haré, pero sólo mientras te sigo. bién algo que hemos oído a muchos otros, y que noso- b
-Ciertamente, el Jugar par ece sombrío e inaccesi- t ros hemos dicho con frecuencia.
ble; cuando menos es oscuro y di.fícU de a1rav esar. No -En efecto, lo hemos dicho y repetjdo.
obstante, hay que marchar. -En tal caso, roi amigo, parece que la justicia ha
d - Marchemos, pues. de consi sti r en hacer lo que corresponde a cada uno,
-;Glaucóo! -exclamé, de pronto, al pone r aten· del mod o adecuado. ¿ Sabes de dónde lo deduzco?
ción-. Me parece que contamos con alguna pist a, y ya -No, dímelo rú.
no cre o que la ju sticia se nos esfume. -Opino que Jo que resta en el Est ado, tras haber
-; Buena nocici.a! examinado la moderación, la valentía y la sabiduría, es
-E n realidad, hemos sido estú pidos. Lo que. con su presencia, coofíere a tod as esas cualida -
-¿ Por qué? des la cap aci dad <)enacer y -una vez na cid as- les per -
- Hace rato, y ya desde el principio, querido amigo, mite su conservación. Y ya dijimos que. después de que
creo que ha estado rodando delanc e de nuestros pk s, halláramos aquellas tres. la justicia sería lo que restara e
pero que no la hem os percibido, sino que nos hemos de esas cuatro cualidades.
e comportado ridículamenle, como los que a vece s se -Es fon.oso, en efecto .
desesp era n buscando a lgo que tienen en sus manos. Así -Ahora. si fuera necesa rio decidir cuál de esas cua-
nosotros no dirigimos nuestra vista hacia ella sino que tro cualidades lograría con su presencia h ace r al E.sta-
la hemos mirado desde lejos, y por ello probablemeute do bueno al máximo. result ar ía difidl juz gar si es que
ha permanecido oculta para nosotro s. consiste en una coincidencia de opinión entre gobernan-
-¿Qué quieres decir? tes y gobe rnados, o si es la que tra e apar eja da entre
-Qu e me parece que todo el tiem po hemos estad o los militares la conservación de una opinión pautada
habland o y conversand o sobre la justi cia, sin percatar- acerca de lo q ue debe cerner se o no, o sí la existencia
nos de que estábamos mencionándola de algún modo . de una intelig enc ia vigilante en los gobernantes; o si lo d
224 DIÁLO GOS REPÜBUCA rv 2.25

qu e con su presencia hace al Estado bueno al máximo -No mucho.


cons iste , tnnto en el niño como en la mujer en e l escla- -Pero cuando un artesano o alguien que::.por na\U·
vo como en el libre y en el anesano, e¿ el gobernante ral ew es afecto a los negoci os, inducido por el din er o b
como en el gobernado, en que cada uoo haga sólo Jo o por la muchedumbr e o por la fuerza o cualquier otra
suyo, sin mezclarse en los asuntos de los demás. cosa de esa índ ole , i.o.tenra ingresar en la cla se de los
-Cierlameo te, r es ultaría difícil de decidir . guer reros, o alguno de los gue rreros proc ura entrar en
-Pues entooces, y en relaci ón con la exce!eocia del la clase de los con sejeros y guardianes, sin merecerlo,
Estado, el poder de que en él cada individu o haga lo intercambiando sus herramientas y retribuciones , o bien
suyo puede r ivalizar con la sabidurla del Estado. su mo- cuando la misma per so na trata de hacer tod as es tas co-
deración y su \•alent ia. sas a la vez. este interc ambio y esta dispersión en múl-
-Así es. t.iples tar eas, creo, serán la perdición del Esta do. ¿ No
- Ahora bieo, lo que pu ede rivali:ü}T coo éstas en pieosas también tú lo mismo?
,· relación con la excelencia del Estado, ¿ no es lo que - Por cierto qu e si.
uenominaria s 'justicia'? - Eo ul caso , la dispersión de las 1r cs clases existeo -
-Exacto. tes en mülriples tar eas y el intercambio de una por la e
-Examina tambi én esto y dame tu opioióo: ¿no les otra es la mayor injuria contra e I Est ado y lo más co-
eocome od arás a los gobernanres la con ducci ón de los rr ecto sería considerarlo como la mayor villa .ola.
proce sos judiciales del Estado? -As.í es .
-Sí, cJaro. -Y la peor viUani a contra el propio Estado, no di-
- Y cuando juz guen, ¿ tendrán en vista otra co sa an - rá s que es 'inj usticia ' ?
tes que és ta , a sabe r , que cada uno no se apodere de - Claro .
lo ajeno ni ea pr ivado de lo propio? -Por consiguiente, la injusticia es es o. A l.:iin\'e rsa ,
- Ningur.>a otra cosa. convenga mos en que la realización de la propia labor
-Porque eso es lo ju sto. po r pa rte de la clas e de los negoc ian tes. de los aux ilia-
-Sí. res y de los guardiane s , de o,odo tal que ca da uno haga
-Y en ese sentido habría que conv eru r qu e la justi · lo suyo en el Es tado -a l contra rio de lo an tes desc rito-,
4J4a cía consiste tanto en tener cada uoo lo propio como eo e~ la justicia , que convje rte en justo al Estado .
ha cer lo suyo. - No me parece que puede ser de otro modo . rl
-Así es. - Pero no lo iligamos aún co n exc esiva confian -..a, sí-
-Mira !lhor a si es tás de acue rdo conmigo. Si un car- no que apliquemos la noción a ca da individuo , y si es ta-
pintero intenta realizar la labor de un zapatero, o un mos de acu erd o en qu e allí tam bié n eso es justicia , lo
:tapa ter o la de un carpin ter o, intercambiando entre ellos concede rem os, pues ¿qué podría objet a rse? Si no estu·
!as herramientas y las retribuciones, o si una misma viéramos de acuerdo, habría qu e examinarlo de otro mo-
per sona trata de hacer arnbas cosas, mezclándo se todo do. Por ahora llevem os a término el examen tal corno
lo d-emás, ¿ te parece que eso producida un grave daño lo hemos concebido, o sea, que si dábamos con alg o de
al Estado? mayor tama ño que po seyera la justicia y procurfibamos

44 . - IS
226 PJÁLOCOS ~P'ÓBLlCA IV 227

contemplarla aJll. luego serla más fácil divisarla en un -P ues esta vez, adnúrable amigo, hem os venido a
e so lo hombre. Y nos ha pa recido que este 'al go' es el en rr~'.ntarnos con una cuestión iosignifi ca nte relativa al
Estado, por lo cual lo hemos fundado lo mejor que he- alma: si ésta cont ien e o no aquellos tre s géneros.
mos podido, sabedores de que la ju sticia estaría en el -A roí no roe parece insignific ante . En efecto, Só-
Estado mejor fundado . Ahora bien, lo que allí se nos crates, tal vez sea verdadero el proverbio de que las co-
ha puesto en evidencia refírámoslo aJ individuo, y si co n- sas bella s son diHcUes.
cuerda lo de allí con lo de aquí quiere decir que marcha -A si parece. Y para que te enteres, Glaucón , lo que
bien . Si en cambio aparece eo el individu o algo diferen- pienso es que nun ca ap re he nd eremos exactamente esta d
OSo te, re tornar emos al Estado para verificarlo allí. Puede cuestión con métodos como los que hemos usad o en
ser que, enton ces. al ha cer el examen frotándolos uno nuestros argumentos: el camino que conduce a ella es
con el otro, como dos astiUas de las que se enciende má s largo y complejo. No obstante, conse rva su valor
el fuego. hiciéramos apare ce r la ju sticia , y al tomarse lo qu e hem os dicho y examina do ba sta ahora.
man..i.fies ra la verificaríamos en nosotros rrusmos. - ¿ Y oo debemos com enta rno s con eso? Al meoo s
-Lo qu e dices es un métod o -dijo- con el cual con- a. mí rne resulta suficien te po r el. momento .
viene que proced amos . -Pue s entonces - dij e- . a m í tambi én me bastará
- Bien; cuando se afinna qu e algo de m ayo r tamaño ~n sumo grad o.
es lo mis mo qu e 01 ra cosa más pequeña, ¿resulta disí- -En ese caso no te des.ani.rnes, y prosigue el examen .
mil o sim ilar a esta otra en el se ntido que se dice que - · No nos será acaso enteramente necesario ~onve- G
es lo mismo? nir q~e en cada uno de nosotros babitan los mismo gé-
-Similar. neros y comportamienlos que en el E st ad o ? Pue s e stos
- Tampoco uo homb re justo dif erirá de un Est,ado no llegan al Estado procedentes de ningún otro lado.
1, justo ea cuanto a la noc ión de la justicia misma. sin.o En efec to , seria ridiculo pensar que la lndole fogosa que
qu e será similar. se imputa a Estados como los de Tr acia y Escitia y a
-Similar. en efecto. las regiones norteñas en generaJ -a.s i como el d.e~eo
-Por otro lado , el Estado nos p are ció juslo cuaodo de aprender que se atribuye a nuestro p aís , o la _ahc,ón 43611
los géneros de natu.ra le2as en él pre sen tes h acían cada al comercio de !os fenicios y de los que hab>tan en
cual lo suy o. y a su \leZ nos pareció moderado, vaJiente Egipto- no se gener ara en los E stados a partir de los
y sa bi o en ·razón de afecciones y estados de esos mis- individuos que bay en ellos.
mo s género s. -M uy de rto .
-Es verdad. - Qu e e!:to es asi n o ha y dificultad en reconocerlo.
-Por consiguiente, amigo mío, estimaremos que el -No, sin duda.
e individu o que cuente en su alma con estos mismos tres - En cambio, resulta difícil darse cue nta si en todos
géneros , en cu anto rengan las mismas afeccione s que )os casos actuamos por medio de un mi smo género, o
aquéllos, con todo derecho se h ac e ac reedor a los mis- bien si. por ser tres los géneros, en un caso obramos
mos calificativos que se confieren al Es tado. por medio de uno de ellos, en otro ·por medio de otro.
- De toda necesid ad . Por ejemplo: por medio de uno de es tos géne ros que
228 DIÁLOGOS REPÚBLICA 1V 229

hay en noso tros aprendemos. por medio de o tro somos larm enle en -un mismo lugar, no lo ap robaríamos. pues-
fogosos y, a su vez, por el 1ercero deseam os los placeres to que no son las m.ísmas part es de tales objetos las
relativ os a la alim entación. a la procre ación y todos los qu e permanecen y las que se muev en. Más bien diría · e
b similar es a ellos . ¿O es acaso por medio del a lma ínte· ma s que esos objetos tienen una lín ea recta y un a ci r-
gra qu e p ro cedem os en cada uoo de eso s cas os, cuando cunf e rencia, y que están quieto s en cuanto a la recia
nos pon emos en acción? Estas son !as cu es Liones dif íci- -ya que por ningún lado se inclinan -, pero que se mue·
les de de lim itar conveníentemen[e. ven cir cularmente en cuanto a la circ unfereocia. Pero
-Yo tam bién creo que es así. cua nd o la perpend ic ular se incli na ha cia la derecha
-Int en temos de limitar de es t a ma ne ra s1 la s cosas o hac ia la izquierda , o hacia ad elante o baci a at rás, a l
son las mismas entre sí o dj s1in tas. m ismo tie mp o que gir a, no es tá quiet.., en ningún se n-
-¿ De qu e ma nera ? tido .
-Es evide nte que una misma cosa nun ca pr oducirá - Y seria la respuesta correct a.
ni padece rá efe ctos contrarios en el mismo sen tido, con - Por consiguiente, ninguna de taJes afirmaciones nos
respecto a lo mismo y al mismo tiempo. Oe modo que, pe rt urbará ni nos convencerá de qu e alguna ve i lo que
sí ha.liam os que sucede eso en la mism a cosa. a l mismo I iempo es lo mismo en el mism o se ntido y
e sabrem os q ue no era una misma cos,1 sino más de una. res pecto de lo mismo producirá , será o pad ec er á cosa s 43 70
-Bi en. co ntra r ias.
-Examin eoos ahora esto. - A mí al menos no me conv ence rá.
-Te esc ucho . - No obstante, y para que no nos veamos forzados
-¿Es po sible que la misma cosa esté qui eta y se mue- a pro lon gar en forma tediosa el exame n de tod as es1as
va al rrüsm o t iempo y en el .mismo sen t ido? objec ione s n i a dem ostrar que son fal sas, pa rta mos de
-De niogún modo . la bas e de que lo d icho es así , y avance mos. convinien-
-Po ngámonos de acu erdo con may or pr ecisíón aún, do en que, si se nos ap a rece .algo dis t into. la da s las con-
para qu e no nos co ntra d igam os a l proced er. Por ejem- clu siones que d\': aUi extraigamos carece rán de valid ez .
plo. si se d ice que un ho mbre escá quieto pe ro q ue mue- - Se rá necesario proceder de ese modo.
ve las mano s y la cabeza, no deberíamos afirm ar que - Ahora bien, el asemi:r y el dise o t ir , el tender hacia b
al mismo tiemp o el rrtismo hombre está qui ero y se mue- a lgo y el repelerlo, el atraer algo ha cia sí y el rechazar·
d ve, me pa rece , sino que una parte de él está quieta y lo: ¿no tendrás todas estas cosas co mo co ntrarías entr e
otra se mu eve. ¿No es así? sí (tr á tese de accion es o de pade cirn.ientos, ya qu e en
-Así es. eso na d a difieren)?
-Y si el q ue decJara tales co sas añadier a otra s suti- -Si, son contrarias.
lezas y, par a hac er alarde de su ingenio, as eve rara que - Pues bien, la sed y el hambre y los apetitos en ge·
los trompos está n al mismo tiempo detenido s y en mo- ner a l, el deseo y la voluntad, ¿no los ub icarás en las
vimiento <:uando permanec en en el mismo punto - don de c lases de que acabamos de hab la r? ¿No dirás , po r ejem · e
se fij a su púa-, al red edo r de l cual gi ra; y lo mismo plo , que el alm a de aquel que ap etece tiende hacia aque-
res pe clo de cualquier otro objeto que se mueve circu - llo que a petec e, o qu e atrae hacia sí aqu elJo qu e qu j er e
230 .OlÁLOGOS REPÚBLICA JV 231

conseguir, o bien que, en la medida que desea procu ra r- tema, nos desconciene alguien que alegu e que nadie ape-
se algo , se hace a sí misma un sig no de ase nt inuento , tece bebida sino uoa buena bebida , ni una comida sino
como si alguien la inLerrogara, suspirando por logra r- uaa buena comi da. En efecto , todos apetecen cosas bue-
lo? nas; por lo tanto, si la sed es un apetito, ha de serlo
-SI. por cierto. respecto de aJgo bueno, sea bebida u ot ra cosa, e igual-
-Veamos ahora: e l nerquerer y no-desear ni apete- mente en los demás casos.
cer, ¿ no es lo mismo que recbazar y alejar del aJma , -Prob ablemente quien habla así par ecería decir al-
y no deberíamos tener todas estas cosas por contrarias go de importaocia.
a las primeras? -De todos modos, hay ciertas cosas que están referí- I>
d -Sin duda. das a otra s, y que son, creo, de una mdole u otra, pero
-Si es ~l, ¿no diremos que hay una especie con s ti- cada una de ellas, en sí misma, se refie re sólo a cada
tuida por ta.les apetito s. y que los que de éstos sa ltan una de las orras en sí mismas.
más a la vista son el que !lamamos 'sed ' y el que deno- -N o comprendo.
minamos 'hambre'? - ¿ No comprendes que lo mayor es de tal índole por-
-De acuerdo . que es mayor que otra cosa?
-Uno es el deseo de bebida, otro el de comida . ¿ No -Eso sí.
es así? -¿ Y que lo es respecto de lo menor?
-Sí. -Si .
-Pues bien, la sed en tanto tal existe en eJ alma co- -¿Y lo que es mucho mayor lo es respecto de algo
mo un apetito de algo 01ás que Jo que hemos dicho . Por mucho menor?
ejemplo, la sed es sed de una bebida caliente o de uoa -También.
fria, una sed de mucha o poca bebida, o de tal o cuál -¿ Y lo que en cieno momento era mayor lo era res-
~ bebida. Si se añade a la sed un cieno calor, esto traerá pecto de lo que entonces era menor, y lo que ha de ser
aparejado el deseo de lo frío, mientras que, si a la sed mayor lo se rá respecto de algo que ha de ser menor?
se añade un cierto frí o, el deseo será de beber algo ca- - ¡Claro!
lieoie. Y por la presencia de la abW1dancia, se sealirá -Y lo más respecto de lo menos, el doble respecto e
sed de mucha bebida, y por la de Jo poco será de poca de la mitad, y todo lo de esa índole; y a su vez lo más
bebida. Pero la sed en si misma jamás se convertirá en pesado r especto de lo más liviano, lo más rápido res-
otra cosa que en un apetito de lo que le corresponde, pecto de lo más lento, así como lo caliente respecto de
la bebida en sí misma , y a su vez el hambre es Wl apeti· lo frío, y con todas las cosas similar es a éstas pasa as5.
to de alimento. -Por supuesto.
-Así es; cada apetito, en sí mismo, lo es sólo de lo -Y en lo concerniente a las ciencia s, ¿ no ocurre lo
que por naturaleza le corresponde, y no de tal o cual mismo? La ciencia en cuanto tal es ciencia de lo que
cosa que se le aóa<la. se aprende en tanto cal, o bien de esto o aquello que
438.i -Hay que es¡ar alerta, pues -proseguí-, de modo debe ser referido a la ciencia. Pero una ciencia determi-
que no suceda que, por no haber reflexionado so bre el nada lo es de algo determinado. Quiero decir lo siguiente:
232 D1AL0GOS :REPllDUCA IV 233
d cuando . se ha generado un a ciencia de la construcción das de buena o mala clase, en una pal abra, u.na se d de·
de casas , ést a se ha distin gu ido de las <lemas ciencias terminada, sino qu e l.a sed en tanto tal es por oaturale-
y ha deb ido ser llamada 'arquitectura'. za sólo sed de la bebida en cuanto tal.
-C ien amente . -Eo un todo de acuerdo .
- ¿ Y esto no ocurre por ser de una índol e determi- -Por consiguiente, el alma del sedi e nto, eo la medi-
nada, distjnta a todas las demás) da que tiene sed, no quiere otra cosa que beber, y es
-SL
a esto a lo que aspira y a lo cual dirige su ímpetu. b
-Y cuando se ha gen erndo de uoa índole deLennin¿¡. -Evidentement e.
da, ¿ no ha sido por ser cien cia de algo determinado? -En ral caso. si en ese momento algo impulsa al
¿Y no es así con las demás a rt es y ciencias? alma sedienta en ot ra direcció o, habría en ella algo dis-
- Así es .
ti nto de lo que le hace ten er sed y que la lleva a beber
- Di.me ahora si has comprendido lo que quería de- como una fiera. Pue s ya dijim os que la misma co sa no
cir hace un momento : todas las cosas que están referi- obraría en forma co.ntraria a la misma pa rte de sí mis-
das a otra s, si lo es tán sólo en sí misma s, están refe ri- ma, respe c to de sí mlsma y al mi smo tiempo.
da s sólo a esas otra s cosns en s( mism as; en cambio. -No, en efecto.
e si están referidas a otrns co sas determinadas, ellas -Del mismo mod o, creo qu e no serla correcto decir
mismas est án determinadas. Y con esto no qu iero decir que las manos del mismo arqu e ro recha za n y a la vez
que, tal co mo sea n esas otras co sas, así se an aquellas atraen haci a s( el ar co, sino qu e una es la mano que
a la s cuales las otras están r efer idas, por ejemplo, q ue lo rechaz.21 y la otra la que lo atrae hacia sí.
la ciencia de la salud y de la e nfermedad sea sana y -Con to da seguri<lad. e
enferma, o que la de los mal es y de los b ienes sea m ala -Pero podemos decir que hay algunos que tien en
Y bueoa. Lo que quiero decir es que, cuan do una cien - sed y no quieren beb e r.
cia llega a ser ciencia no del objeto de la ciencia en -Si, a menudo y mucha gente.
si misma sino de algo determinado -como es la salu d -¿ Y qu é cabria dedr acerca de ella? ¿No será que
Y la enfermedad-, sucede que ella misma lle ga a ser en su alma hay algo qu e la insta a beber y que hay tam-
det erminada , y esto impide desde en tonces llamarla sim - bién algo qu e se opone. algo disrinto a lo primero y que
plemente 'cie ncia', sino que hay qu e añadirl e el nombr e pr eva lece sob re aquello?
del algo determinado al que está referida, y llamarla -Así me parece a mí también.
así 'ciencia médica'. - Pues bien, lo que se opone a tales cosa s es gener a-
- Ahora he compren did o, y cre o que es como dices . do, cada vez que se _genera, por el razonami ento , mien - d
4J9o - En cuanto a la sed ¿ no la colo carás entr e las cosas tras que los impulsos e ímpetus sobr evienen por obra
que se refieren a otra? Porque sin duda es sed de algo . de las afecciones y de las enfermedades.
-Sí. de la bebida. - Parece que sL
-Y dado qu e hay beb ida de tal o cual ind ole, habrá - Pues no sería infundadamente que las juzgaríamos
tambifo sed de tal o cual índole. Ahora bien, 1a sed en como dos cosa s distintas entre s í. Aquella por la cual
tanto tal no es sed de mucha o poca bebida, ni de bebi- el alma razona la denominaremos 'raciocinio', mientra s
234 DIÁLOGOS RE.PUBLI CA lV 235

que aquella por la que el alma ama , tien e hambre y se d - No, por Zeus .
y es exci tada por todo s los demás ape tit os es la irracio- -V ea mos ahora el caso en qu e alguien cree ob ra r,
nal Y ap etitiva , amiga de algunas satisfa cc ion es sensu a- injustam ente: cu.aneo más noble e s, tanto meno s puede
les y de los pl aceres en general. encoleüzarse, aunqu e sufra hambre, frío o cualquier otro
e , -Seria natural, por e! contrario , que la s juigáramos padecimiento de esa índole por ca us a de aq uel que
ast. - se gún p iensa - act úa just ament e. Por eUo, co mo dije,
. -Tenga m_os, pues, por del.imitadas est as do.,; espe - su fogosidad oo consentirá en despertar contra és te.
c ies que habuan en el alma. En cuanto a la fogosidad , -Es verdad .
aqu eUo por lo cual nos enardecemos ¿es un a ter ce ra -Por el cont rario, eo el caso de algui en que se con-
espec ie. o bi eo es se me jan te por naturaleza a alguna sidere victima de injusticia, su fogosidad hierve eo él.
de las otras dos? se irrita y comba te po r lo que tiene por justo, y su-
-Tal vez sea semejan1e a la apetitiva. fre hambr e, frío y padecimientos sim ilares, SO{>Ortándo-,,
-S in embargo, yo cr eo en algo qu e he escuchad o los hasta que triunfe, no cesando en su nobles pr opósi-
cierta vez: Leon do, hijo de Aglayóo , subía deJ Pireo ba- to s hast .a que los cum ple por compl e to, o bieo hasta
jo la parte externa del rouro bore al, cuando perc ibió que per ece o se calma al ser llamado por la razón co mo
uno s cad áveres que yacían junto al verdugo público. Ex- el perro por s u pastor .
perimentó el deseo de m ira rlo s, per o a la vez si lnió wia -Muy acercada es La comparación que ha ces -dijo
repugoan cia que !o apartaba de allí, y durante unos mo- Gla ucón - . sobre todo por qu e habiamo s dispuesto que
men1os se debat ió interio rm ente y se cubrió e l rostro . en nuestro Estado los auxiliares sirvieran a los gober-
44-04 Fin a lment e, vencido por su de seo , con los ojos de sra e- a ames, que son como pastores de l Estado .
s~rada ~ente abi~rtos corr ió hac ía los cadáveres y gti - -Entiendes muy bien Jo que quiero decir. Pero ¿no
to: «Mirad, maldi tos. satisfaceos co n ~ be llo espec- habrá que considerar algo más?
táculo.» -¿Q ué cosa? ~
- Tam b ién yo lo he ofdo con tar . -Qu e lo que se manifiesta respecto de lo fogoso es
- Est e relat o significa que a vec es la cóle ra co mb a te lo co ntra rio de lo que creí am os ha ce un momento . Pues
contra los deseos , mos trándos e como dos cos as distintas. ento nces creíamo s que era algo ap et itiv o, mientras qu e
- Es o es lo que s ignif ica, en efecto. ahora , muy lejos de eso , debemos decir que , en el con ·
- Y en muchas otras ocasion es hemos ad venido que, flic to interior del alma, toma sus armas en favo r de la
cu ando los de seos violenLan a uo hombr e con tra su ra- razón .
b c iocinio, se insulta a si mis mo y se enardec e contra lo - Enter amente de acuerdo.
que , den t ro de sí mi smo, hace violencia, de modo que, - ¿ Y es algo di stint o de la ra zón, o bie n es una espe-
como en una lucha en tre dos facciones, la fogo sidad se cie racional, de modo qu e en el alma no habrJa tres es-
con vier te en ali ado de la razón de ese hombre . No creo pecie s sino dos, la racional '): la ape ti tiva? O bíen., asl
en cambio qu e puedas de ci r -por haberlo visto en t i como en el Esta do habí a tres géneros que lo componian,
mismo o en cualq uier otro- que la fogosidad haga ca u- el de los negociantes, e l de los auxiliare s y el de los 44111
sa común con los de se os actuando contra lo que la ra- cons eje ros, ¿ del mismo modo habría en el alrna una ter-
zón decide.
236 DIÁLOGOS
RE.PÚBLICA IV 237
cera especie, la fogosa, que vendría a ser como el auxi-
-Y que por la misma causa que el ciudadano partí·
liar de !a naturaleza racional. s:alvo que se corrompie.ra
culnr es valiente y de la misma manera. también el Es- d
por obr:a de una mala instrucción?
1ado sea valiente. Y así con todo lo demás que concier -
-Forzosamente seria una tercera espede.
ne a la excelencia: debe valer del mismo roodo para
-Sí, siempre que se nos manifieste distinta al racio - :imbo s.
cinio , tal como se nos manifestó distinta de lo apetitivo .
- Es forzoso.
-E so no es dificil de ser mostrado -replicó Glau -
- Y en lo tocante al hombre justo, Glaucón, creo que
cón-. Ya en los niños se puede adv en ir que, tan pron -
también diremos que lo es del mismo modo por el cual
to como nacen, están llenos de fogosidad, mientras
consid era rnos que un Estado era justo.
b que, en lo que hace aJ raciocinio, algunos jamás alcan -
- También esto es necesario.
zan a tenerlo, me parece. y la mayoría lo alcanza mu-
cho tiempo después. -Pero en ningún sentido olvida.remos que :cl Estado
es justo por el hecho de qu e las tres clases que existen
-Por Zeus, lo que dices es muy cieno -contesté-. en él hacen cada una lo suyo.
Incluso eo las fieras se ve cuán correctamente es lo que
-No creo que lo hayamos olvidado.
has afirmado. Y además contamos con el testimono de
-Debemos recordar entonces que cada u,no de noso -
Homero que hemos citado más arriba 10:
tros será justo en tanto cada una de las especies que
golpeándose el pecho, increpó a su corazón con estas hay en él haga lo suyo . y en cuanto uoo mismo haga ~
[palabras. lo suyo.
-Sin duda debemos recordarlo.
A.lliHomero ha pre sen tado claramente una especie del -Y ~I racioci.nio corresponde cnaoda1·, por ser sabio
1: alma censurando a otra: lo qu e reflexiona acerca de Lo y rener a su cuidado el alma eotera, y a la fogosidc1d
mejo r y de lo peor censurando a lo qu e se enardece le corresponde ser servidor y aJiado de aquél.
irracionalmente. -Ciertamente.
-Hablas de un modo enteramente cotTecto. -¿ Y no será, como decíamos 11, una combinación
-Por con sigu iente, y aunque con dificultades, hemos de música y gimnasia lo que las hará concord ar, po-
cruz.a.do a nado estas aguas, y hemos convenido adecu .a- niendo a una en tensión y alimentándola con palabras
damente que en el alma de cada indi\'íduo hay las mis- y enseñanzas bel.las, y, en cambio, relajando y apac i- 442a
mas clases -e idénticas en cantidad- que en el Estado. guando f;,) ocra, aquietándola por medio de la armonía
-As! es . · y del ritmo?
- Por lo t...,.nl'o,es necesario que, por la m isma caus a -Cl aro qu e sí.
que el Estado es sabio, sea sabio el ciudadano particu- -Y esras dos especi es , criadas de ese modo y tras
lar y de la misma mane ra. haber aprendido lo suyo y haber sid o educadas verda -
-Sin duda. deramente , gobernarán sobre lo apetitívo, qu e es lo que
más abunda en cada alm a y que es, por su naturaleza ,
0
• En 111390cJ. Alll se 1:i16 úd . XX 17-1S; aqul se cita sólo el v. 17.
11 Enlll41le-412a.
238 OlÁLOCOS R..éP ÚBUCA IV 239

insa ciablemente ávido de riquezas. Y debe vigilarse es- - ¿ Y con es to no quedará la justicia desdibuj ada de
ta es peci e ape titiv a, para que no suce da qu e, por col - modo t.al qu e pare7,ca distint.a de com o se mo stró en
marse de los denominados p lacer es relativos al cuerpo, el Estad o?
cre2.ca y se fortalezca, dejando de hacer lo su yo e jn. - No creo.
b te otando, anles bieo, es clavizar y gobernar aquella s -De loda s maneras, si algo en nuestra alma co ntro-
cosa s que no corresponden a su clase y tr asto rne por vierLe tal noción de justicia, la cons olidaremos del "
com ple to la vida de todos. todo añad iénd ole algunas ideas vu lgares.
-Con toda seguridad. -¿Cuáles?
-¿ Y no se rán estas dos mismas especies las que m e- -Por ejemplo : si, ace rca de aq1,1.e)Estado y del va-
jor pongan en guard ia al alma íntegra y al cuerpo con- r ón semejante a él por aaturaJeza y por su educación,
tra los enem igos de afuera, una deliberando, el ot ro com - no s fuera preciso llegar a un acuerdo sobre si tal hom-
batiendo eo obedieocia al qu e manda, y cumpliendo con bre, tras recibir W1 depósito de oro o de p]ata, se nega-
valentía con sus resoluciones? ra a devolverlo , ¿quién crees que pen saría que él haría
-Sí. eso antes qu e cuantos son de índole d ife rent e a la suya? 443 0
-Val ieo 1e, preci sa mente , creo, llamar emo s a cada - Nadie Jo pensar ía.
e individuo por es1a seg unda parte, cuando su fogosidad -Y ese mismo hombre, ¿no estarla lejos de profa-
pr eserva, a través de place res y pen as, lo pre scri to por nar templos o de roba r o de traicionar a ami gos en la
la razón en cuanto a lo que hay que Leme r y lo que no . vid a privada y al Est ado en la vida pública ?
-Corre c to. - Bien tejos .
- Y sabio se le ha de llama r por aq uell a peque ña -Y de ningún modo sería infiel a sus juramen tos
parte 12 que mand aba en su interio r presc r ibiendo t a- ni a o lro ti po de obligaciones.
les cosas, poseyendo en sí misma, a su vez, el conoci- - ¡Claro !
miento de lo que es 'f'?"Ovechoso pi'!ra ca da un a y para - Tambi én los adulterios y la negligencia re specto
la co mu nidad que in tegra n las tr es. de los padr es y del culto a los dioses convendrían a cu al -
-De acuerdo. qu ier otro menos al hombre de que hablamos.
-Y moderado·será por obrn de la amistad y concor- -A cualquier otro , por ci erto.
d dia de ese.as mismas partes , cu ando lo que manda y lo - Y la ca usa d(: todo esto es la de que cad a uoa de b
que es mandado están de acuérdo en que es el rac ioci - las cl ases que hay en él hace n lo suyo, tanto en lo que
nio lo que debe ooandar y no se qu erell an coo t ra éL hac e a mand ar como en lo rel at ivo al ser mandado .
-Pues eso y no otra e.osa es la moderación , tanto - Esa es la causa . y ninguna otra .
en lo que hace al Estado como en Jo tocante al indivi du o. -En tal caso, ¿buscas aún otra cosa qu e la ju st icia
-Y será as imism o justo por cumplir con lo que tao - com o lo que provee d e ese poder a ta les varones y al
l.as veces hemos dicho -añ aclí. Estado?
-Necesariamente. -No, por Zeus.
-Por consiguient e, se ha cumplido perfectamente
11 Cf. 428e. nue stro su eño , por e l cua ], decíam os, pr esen ti am os que ,
240 OIÁI.OCOS ll,EPÜBLICA IV 241

tan pronto como comenzáramos a fundar el Estado, con- -O sea, si afirmáram os que hemos descubierto al
forme a alguna divinidad, daríamos con un principio y hombre ,iusto y al Es tad o justo y lo que es la justicia
e un molde de la justícia. que se encuentra en ellos, no pensaríamos erróneamente.
-Completamente de acuerdo. - No, ¡por Zeu s!
-Contábamos entonc es , Glaucón, con una cierta ima- -¿Lo afirmaremos. entonces?
gen de la justicia, que n os ha sido de provecho par a -Lo afirmaremo s
tener por t·ecto que quien es por naturaleza fabricante -Sea; creo que, despué s de es to, deb emos examinar
de calzado no haga otra cosa que fabricar calzado. y la injusticia.
que el carpint ero uo haga otra cosa que obras de car- -Es evidente.
pintería, y a sí con los demás de esa índole. - ¿ No ha de consistir eo una disputa interna entre
-Es claro. las tr es partes , en una intromi sión de w,a ea lo que b
-Y la justicia era en realidad, según parece, algo correspoode a otras y en uoa subl evacióo de una de las
ti de esa índole, mas no respecto del quehacer exterior partes contra el conjuoto del a lma, para gobernar en
de lo suyo, sioo respecto del quehacer interno, que es ella, aun cuando esto oo sea lo que le corresponde, ya
el que verdaderament e concierne a sí mismo y a lo su- que es de naturaJe7.a tal que lo que le es adecuado es
yo, al no permitir a las especies que hay dentro del al- servir al género que realmente debe gobernar? Pienso
ma hacer lo ajeno ni interferir una en las tareas de la que diremos que cosas de esa índol e, y e l desorden y
otra. Tal hombre ha de disponer bien lo que es suyo el fuocionam.iento errático de es ta s part es es lo que coos-
propio. en sentido estricto, y se autogobemará, ponién· 1 ituye la injusticia, )a inmodera ción, la cobarc:Lia, la ig-

dose en orden a sí mismo con amor y arman.izando sus norancia y •. en resumen, todos los males del alma .
tres ,espccie-S simplem ente como los tres términos de la -Así es esto.
escala musical: el más bajo, el más alto y el medio. -Por consiguiente. tanto el obrar i.ojustamen te y el e
e Y si llega a haber otrús ténninos intermedios, los unirá ser injusto como el actuar justam en te, todo es to se nos
a todos; y se generar á así, a partir de la mulLiplicidad, revela claramente, si ya se nos ha revelado claramente
la unidad absoluta, m oderada y armónica. Quien obre la justicia y la injusticia.
en tales condicion es, ya sea en la adquisición de rique- -¿De qué modo?
zas o en el cuid ado de l cuerpo, ya en los asuntos del - Tal como las cosas sanas y las malsanas, de las
Estado o en las transacciones privadas, en todos estos que en nada difieren, pues lo que éstas son en el cuerpo
casos 1endrá por justa y bella -y así la dénominará- aqu éllas lo son en el aJma .
la acción que preserve este estado de alma y coadyuve - ¿En qué sentido?
a su producción. y por sabia la ciencia que supervise -En el de que las cosas sanas producen la sa lud
dicha acción. Por el contrario, considerará injusta la ac- y las ma.lsanas la enfermedad .
444a ción que disuelva dicho estado anímico y llamará 'igno- -Sí.
rante' a la opinión que la haya presidido. -De mane ra aná loga, e1 obrar j ustam ente produ ce
-En Lodo sentido dices la verdad. la ju st icia. mi ent ras el ac tuar injus tamente engend ra
la injusti cia . rl

')4. - 16
242 DIÁLOGOS REJ'ÚBLfCA IV 243

-Es forzoso. podemos divisar con la mayor claridad que las cosas
-Pues bien, producir la salud equívale a instaurar so n así, no debemos desfallecer .
el predominio de algunas partes del cuerpo sobre otras -¡Por Zeus! De ningún modo debemos desfallecer. ,
que son sometidas, conforme a la naturaleza; en c.arn- -Ven ahora, para mirar cuánta s clases hay de ma-
bio, la enfermedad surge cuando el predominio de unas logro, que, en mi opínión, vale la pena observar.
y el sometimiento de otras es contrario a la naturalez.a. -Yo te sigo; a ti sólo te toen hablar.
:-Sin duda. -Y bien -dije-, ya que hemos ascendido hasta un
-En tal caso, parece que la excelencia es algo como sitio que es como atalaya de la argumentación, me pa-
~ la salud, la belleza y la buena disposición del ánimo; rece que hay una sola especie de excelencia e inconta-
mientras que el malogro es como una enfermedad, feal- bles de malogro, aunque sólo cuatro de ellas son dignas
dad y flaqueza. de mención.
-Así es. -¿Qué quieres decir?
-Y las empresas bellas conducen a la adquisición -Que por cuantos modos de gobierno cuenten con
de la e::,:celencia, en tanto que la~ deshon estas llevan aJ formas específicas, probablem en te haya tantos modos
malogro. de alma.
-Necesariamente. -¿Y cuántos hay? d
-Lo que nos resta examinar es, cr eo, qué es más -Cinco modos de gobierno y cinco modos de alma.
4'1So veotajoso, si actuar con jusúcia, emprend e r asuntos be- -Dime cuáles.
llos y ser justo -aun cuando pase inadvertido el que -Digo que e) modo de gobierno que hemos descrito
se sea de tal índole-, o si obrar injustam en te y ser in- es uno, pero que podría llamar se con dos nombres. Así.
justo, aun en el caso de quedar impun e y no poder me- ~¡ entre los gobernantes surge uno que se destaca de
jorar por obra de un castigo. los demás, )o llamaremos 'monarquía', mientras que, en
-Pero Sócrates, -protestó Glaucón -, me parece que <.:aso de que sean varios, 'aristocracia'.
ese examen se vuelve ridículo. Si en el caso de que el -Es cierto.
cuerpo esté arruinado físicamente se piensa que no es -Por eso, entonces, afirmo que es una especie úni-
posible vivir, ni aunque se cuente con toda clase de ali- ca; pues ni aunque sean varios, ni auoque surja uno
meneos y de bebidas y con todo 1jpo de riqueza y de solo, cambiarán las leyes del Estado en forma notable, z
poder, menos aún será posible vivir en el caso de que si es que se han criado y educado del modo que hemos
b esté pertu .rbada y corrompida la naturaleza de aquello descrito.
gracias a lo cual vivimos, por más que baga todo lo que -No parece probable .
le plaz.ca. Salvo que se aparte del mal y de la iojusricia,
y se adquiera, en cambio, la j usticia y la excele ncia . Pues
cada una de estas cosas ha rev elado ser tal corno la
hobíamos descrito ..
-En efecto, sería ridículo -respondí-. No obstan- ¡'
te, puesto que hemos llegado a un punto desde el cual
REPÚBLICA V 245

detalles; y parecería q ue has creido que pasarías inad-


vert ido al decir a la ligera , en lo referen te a las mujeres
y niñ os , que es evident e para cualquiera que todas las
cosa s son comunes a los amigos.
-¿ Y no es eso corr ec to, Ad.imanto?
-Si. pero lo correc to de esLo, com o en los dem ás
caso s, re quiere una argum en.tac ión respect o de cómo es
ta l co mu n ida d, ya que · p ue de haber mucho s modos. No
V omita s, pues, lo que tien es en mente. Pue s no sotros ha-
ce ~to que estamos aguardando lo que creí a mos dirías "
acere.a de cómo se procr ear án los ornos y, luego de pro-
creados , cómo se educarán , y todo lo que enti endes al
449a - A semeja.nte Estado y a semejante forma de go- hablar de comunidad de mu jer es y oiños . Pen samos, en
biern o Uamo buena y recta, lo mjsmo que al hombre efecto , qu e para el Estado es de su ma impona ocj a que
corre spondiente; pero a las otras las teng o por malas eso se pr od uz ca de roodo correc to o incorrecto . Po r eso
y erróneas. tanto en lo re lativo a la ad.min is tración del ahora, cu an do ibas a abordar la exposición de 0 1 ro régi-
Estado , como a la orga nización del carác ter del alma men p<>lítico antes de babe r definido esas co sa s sufi-
indívídu a l, y su mald ad ex iste eo cua tro clas es. cientement e, hemos resuelto lo que has oído: no dejarte
- ¿Cuáles? pros eguir an ees de que bayas expuesto tod as estas 450"
Y yo iba a describirla s una tras otra, t.al como me cos as, com o has hecho coa las demás.
b parecía q ue cada una de e llas se cransfonn aba en las - Pues ta mbién a mí -d ijo Glaucón - co ns idera dmc
demás; pero Polemarca -qui en estaba senl ado a poca asocia do a vue stro vo to.
distanci a de Adimanto-. ext en diendo su mano , asió por -¡ Sin la me nor duda! -e xclamó Trasimac o-. Esa
arriba el manto de éste, del lado del hombro , y lo hi zo resolu ción la compartimos tod os; puedes creerlo, Sócra-
girar haci a sí e, inc li nándose ha cia él, le susur ró algu- tes .
nas palabr as, de las cuales nada pudimos ence nder, sal· - ¿Qué es lo que hacéis, a tacándome así? - me
vo esto : quej é- . ¡Tam aña discusión pro m ovéis acerca de nues-
-¿Qu é haremos? ¿Lo dejaremos seguir? tra organizaci ón política, com o si estuv iéramos al co-
-De ningún modo -repu so Adimanto, habl an do ya mienzo! Porq ue yo me rego cijaba de haber conclu ido
en voz alta . ya la desc ripción, enc antado de q ue se la diera por ad-
-¿Qu é es lo que no dejar éis seguir? -pre gunté. mit ida tal co mo había sido expu es ta. No sabéis vos-
-A ti. otros, al reclamarla ahora , el enj ambre de argument a- 1>
e -Pero ¿por qué? ciones que sus citaréis. Ya en aqu el momento Jo ~oslayé
-P orqu e nos das l a impresi ón de ser indolent e y es- precisamente por advertirlo, para no provocar seme jan-
cam o tear to da una parle de la discusión, y no la más te perturbación .
insignificante , para no tomart e e l trabajo de entr a r en
246 DIÁLOGOS REPÚBLICA V 247

-¿ Y qué? -prorr umpió Trasímaco-. ¿ Acaso pien- groso; y no por incitar a la risa. ya que eso seria pueril;
sas que bemos ven ido aqui para buscar algún te soro, el peligro consistiría más bien en q_ue. al fracas ar res-
en lugar de asistir a argumenta c iones? pecto de la verdad, no sólo caiga yo sino que arrastre
-Si -repliqué- , pero argumentaciones con me- en mi caída también a mis amigos en rela ción con las
dida. cosas en que meoos conviene errar. Imploro la gracia
-Bien, Sócrates - dijo Glauc6o-. mas Ja medida de de Adraste.a 1, Glaucón, por lo que voy a decir. Consi-
argumentaciones como és tas es, para la gente intelig en - dero, en efect o. que llegar involuntariam ente a ser ase-
te, la vida entera. Per o no 1e preocupes por nosotro s; sino de algui en es una falta menor que la de engañarlo
por ningún motivo debe s L.itubear en exponer tu pare ce r respecto de las insti1uciones nobles, buen as y justas. Y
e acerca de lo que te pre gu nramos : en qué consistirá e sta vale más la pena correr este riesgo con los enemigos
c-0munidaét de mujere s y a.iños para nuestros guardi a- que con los amigos, de modo que no hac es bien en dar- b
nes, y en qué la cria nza de los niños cuando aún so n me ánimo .
pequeños, en el pedodo intermedio entre el nacimi ento -Querid o Sócrates -repuso Glaucón, ec hándose a
y la educación , que parece ser lo más espinoso . Trata reír-. si sufrim os algún perjuicio por causa de tu argu·
de decirnos de qué modo debe desarrollars e. mento, te absolve remos como si se tra:tara de un homi-
-No es fácil exponer tal tema, bendito amigo -con- cidio, y te decla raremos limpio de toda manch a y de
testé-, pues arroja muchas más dudas aún de lo q_ue todo intento de engaño. De manera que habla con con·
hemos descrito hasta ahora. En efecto, se dudará de que fianza .
lo dicho sea posjble. e incluso en el caso de que - lo fue- -Está bien -asentí-, ya que, como dice la ley 2.
d ra. cabrá la duda de que es o sea lo mejor, y de ese rno- el absuelto en tal caso) queda limpio. Y es natural que
·do. Por elfo vacilo en 1ratar estos asuntos, ya qu e la lo que valga para tal caso valga para el e.aso presente\
exposición puede parecer una expresión de deseo s, que- -Por eso mismo, pues, habla.
rido mío. -Y para hablar debemos ahora i-etorna r a lo que,
-No vaciles, P9rque los que ce escuchan oo son des- en aqu el momento, le correspondia el turno en nuestra
considerados, ni incrédul os oi hostiles. exposi ció n. Pero tal vez sea correcto proc ede r así: que, e
-Exc eleote amigo, sin duda me hablas de ese rnodo una vez comple tada la actuación masculina, se cumpla
porque quieres darme ánimo. a su vez la femenin a, máxime dada tu exhortaci ón a ello.
-Sí, por cieno . Porq ue, en mi opinión, no hay, para hombres nacido s
-Pues bien, produces el declo contrario. En efec to, ' La p rime ra menci ón de Adrastca en In litcr.:itura griega conse r·
si yo estuyiera confiado en saber aqueUo de lo cua l de- vada se hall a en el ,•crso 936 de Promete o en cade,i ado de Esou1Lo:«Los
bo hablar, sería excelente ru manera de darme áni mo, sab ios se inclina n ante Adn iste-,h (es el mis mo ver bo que aquí : por
ya que, quien con ozca la verdad, puede hablar con se- el cont ex to, tra ducimo s • imploro ..). Uo escolio a ese verso aclaraba:
guridad y audaci a so bre los temas más caros e impar· «una dio sa que casti ga ba a los orgulloso s• .
l Adam remite oqul a leyes 869e y a DliMú S'J'li NE.S, X.XXVH S8-59.
" tantes en medio de personas inteligentes y qu er idas. J O sea, en el caso de que el homicidio sea involuntari o.
Pero ex.poner teod as cuando aún se duda de ellas y se • O sea, en el c:.iso de los presuntos error es a que puc:de indu cir
451n las investiga, tal como debo hacer yo, es temible y peli- la argum ~nt:sción de Sócrates.
248 DIÁLOGOS REPÚBLICA V 249

y educados de la manera que hemos descrito, otro mo- -Por lo que dices, es probable.
do recto de poses ión y traca de sus h.ijos y mujeres que -Claro que tal vez muchas de las cosas que, cootra
el de seguir en conformidad con el impulso que origina - lo acostumbrado, exponemos parezcan ridículas si se
riamente k hemos imprimido. Y en nuestro discurso las pone en práctica.
nos heruos esforzado en establecer a estos hombres co- -Si , por cierto.
mo guardian es de ganado. -P ero ¿ qué es lo más rid lculo que ves en ellas? ¿ No
-Así es. es obviamente el hecho de que las mujeres hagan gim-
d -Sigamos con la cocnparacíón, entonces, y <lémosles nasia desnudas en la palestra junto a los bombtes, b
la generación y la crianza de modo similar, y examine- y no sólo las jóvenes sino también las más ancianas,
mos si nos conviene o no. como esos viejos que se ejercitan en los gimnasios cuan·
-¿En qué sentido? do están ya arrugados, y gustan de la gimnasia, aunque
-En éste: ¿ creemos que las hembras de los perros - presenten un aspecto desagradabk?
guardianes deben partic ipar en la vigilancia junto con -Si, ¡p9r Zeus! Parecerla ridículo, al menos en las
los machos, y cazar y hacer todo lo demás junto con actuales circunstancias.
éstos, o bien ellas quedarse en casa, como si estuvieran -Con todo, puesto qu e nos hemos propuesto ha bla r,
incapacitadas por obra del parto y c rianza de los cacho - no debemos temer las pull as de los graciosos, digan
rros, mientra s ellos cargan con todo el trabajo y todo cuanto digan y lo que digan sobre tal transformación
el cuidado del rebaño? refer en le a la gimnasia y a la músícn, y no menos al e
-Deben hacer codo en común, excepto que las trate - manejo de armas y a la equitación.
e mos a ellas como más débiles y a e Uos como más fuer - -Tienes razón.
tes . -Más bien, dado que hemos comenzado nue stra ex-
-Pero ¿se puede emplear a u n animal en las mis - posición, hay q_ue avanzar hacia el aspecto áspero de
mas tareas que otro, si no se le ha brindado el mism o la ley en cuestión. y les rog~remos a aquellos graciosos
alimento y la m.isma educación? que dejen de lado sus bromas, y que se pongan serios
--No. no se puede. y recuerden que no hace mucho tiempo a los griegos
-Pues en tonces, si hemos de emplear a las mujer es -corno ahora a la mavor ía de los bárbaros- les pare-
en las mismas tareas que a los hombres, debe enseñár· cía que era vergonzos; y ridículo mirar a homb res des-
seles las mismas cosas. nudo s. Sólo cuando comenzaron a hacer ejercicios gim-
4S2a -Si. nástico$ s los cretenses pr imeramente, y después los d
-Y tenemos que a los hombres se }es ha brindado lacedemonios, les fue posible a los chistosos de entou·
la enseñanza tanto de la música como de la gimnasia. ces ridiculizar codas esas cosas. ¿No lo crees?
-Así es. - SL
-Por consiguiente, también a las mujeres debe ofrc -
cérseles la enseñanza de ambas artes, así como las qu e s La 1raducción de gyHtna s(o por «ejercidos gimn flsticos• no
conciernen a la guerra, y debe l ratárselas del mismo ( mu es tra el mati:t de desnude z (gymn6s= u desnudo») que hnplica el
modo que a los hombres. vocablo griego .
REPú8llCA V 251
250 01..<tocos

-Pero después de que la experiencia reve ló a los mos nega r!o. «¿Y acaso no hay una gran dife rencia
hombres que era mejo r desnudarse que cubrir todo el entre la naluraleza de la mujer y la del h om bre? » Pre-
cuerpo~ . ·pienso, lo qu e parecía ridículo a los ojos se gunta a la que tendríamos que responder afir ma tiva-
desvanec ió por obra de lo que, a la luz de la razón. se mence. « En cal caso, corresponde asignar a cada uno
mostró como exce le nt e. Y esto ha puesto de-manifiesto una tarea distinta. según su propia natural eza ». A lo e
que es un tonto aquel que considera ridículo otra cosa cual deberíamos asentir. <<¿Cómo oegar, por ende, que
que el mal, y quien trata de mover a risa mirando corno ahora os equivocáis y os contradecís a vosotro s mismos,
e ridículo cualquier otro especráculo que el de la locura al af irmar que los hombres y las mujeres d eben reali·
y el de la maldad, y que, a su vez, se propon e y persigue z.ar las mi smas tareas . aun cuando cuenten con natura-
seriamente otro modelo de belleza que el del bien. lezas tan distintas ?» ¿Puedes alegar algo, mi admirable
-Por entero de acuerdo. amigo Glaucón. frente a tales objecio oes?
-Lo primero e n que debemos ponerno s de acuerdo -Así, repentinamente, no es fácil Per o yo te rogaré ,
es sobre si estas p ropuestas son posibles o no. Y debe- 1e ruego ahora mismo que expongas nuestro propio
mos abrir e l debate , para quien quiera discutir -sea argumento. cualquiera que sea.
453<1 en broma o en se rio-. si ta naturaleza humana femeni- -Hace rato, Glaucón, que yo preveía e stas cuestio-
na es capaz de compartir con la masculina rodas las nes y muchas ou-as de la m.isma índole, y por eso temía d
tareas o ninguna , o si unas sí y otras no, y si entre las y titubeaba en tocar la ley concerniente a la posesión
que pueden companir están o no las referentes a la gue- y educa ció n de las mujeres y niños .
rra. Si comenzamos can bien, ¿ no es natural que tam- -Y en ef~cto , ¡po r Zeus!, no pare ce facil.
bién concluyamos de la mejor man er a? -No. pero hay que tener en cue o ta esto: tanto si
-Por cie rto . alguien se cae en una pequeña p iscin a como si cae en
- ¿Quiere s que debatamos la cue s tión contra noser el mar más graode, debe ponerse a nadar.
lros mismo s, en nombre de los dem ás, para que la par- -Por supuesto.
íe del argum ento contrario no sucumba · al asedio por -Así t.ambíén nosotros debemo s nadar e intentar po·
falta de defensa? nernos a salvo de la discusión, sea con la esperanza de
b -Nada lo impide. que algún delfín nos permita mont arnos sobre su lomo,
-Hablemos, pues, en nombre de ellos: «No es nece- o b ien con alguna ocra forma dese sperada de salvación.
sario, oh Sócrates y Glaucón, que otros os discutan. Pues -Pa rec e que sí. e
vosotros mismos, al comenzar la fundación de vuestro -Ve amos, pues , sj ha llam os de algún modo la sali -
Estado , habéis convenido en qu e cada W\O debía ·reali- da. Hemos convenjdo, en efect o, que a cada natura leza
zar una so la tarea, acorde a su n aturaleza» 7 • Nosotros le corr es poode una ocupación . y que la de la muje r es
lo ha bíamos conven ido , creo, de modo que no podría - diferent e a la del hombre. Per o ahora afirmamos qu e
a estas naturalezas diferentes co rresponden las mism as
6 Litera lmente sc:rla : •Pero después de que, a qu ienes hiciero n la ocupa ciones. ¿ Es esto lo qu e se nos reprocha?•.
experie ncia. el desnuda.-sc se reve ló ~orno mejor que el cubri r todas
las cos as de esa indo le .• g Nos aparu1mos de Adam y, con Bumcl, seguimos la lección del
7 Cf. 11 369a-370c,
Vi11dobo11
1<nsis SS.
252 OIÁLOCOS REPÚBLICA V 253

-Preci samente . paciones en si mismas? Queriamos decir, por ejemplo,


4S4a -¡Cuáo exceleme, Glaucón , es d poder del arte d e que un medi co y una méclica que cuentan con un alma
la disputa! de médico tienen la mism~ naturaleza··. ¿O no piensas
-¿Por qué? así?
-Porque me parece que muchos van a parar a dicho -S i , por cierto.
arte iJ,cJuso sin quererlo, ya que no creen contender - En cambio, un m édico y un carpintero tiene n dis-
sino argumentar, a causa de su incapacidad para ex.a~ tinta naturaleza, ¿no?
minar lo que se dic e distingui en do especies; per siguen -Por completo.
la contradicción de lo qu e ha sido dicho, antes atentos - Y eo el caso del sexo roascuJino y del fem enino ,
meramente a las pal ab ra s, recurriendo a arguci as, no si aparece que sobresalen en cuanto a un arte o a otro
a argumen ros . tipo de ocupación, diremos que se ha de acordar a cada
. . -E sto, en ef ecto, s ucede a mucha gente; pero ¿ ram - uno lo suy o, pero si parece que la diferencia co nsi ste
b1cn nos alcanza a nosoLros en este momento? en que la hembra alumbra y el mAcho procrea, más t
b -Sin ninguna duda. Y corremos el riesgo de com- bien afirmaremos que aún no ha quedado demostrado
promet er nos, a pesar nuestro, eo una contienda verbal. que la mujer difiere del hombre en aquello <le lo que
- ¿De qué modo? estábamos hablando , sino que seguiremos pensando que
-Atento s meramente a las palabras, muy virilmente los guardianes y sus esposas deben ocuparse de las mis·
y al modo erístico, perseguimos la tesis de que a quie- mas cosas.
nes no poseen la mjsma naturaleza no corresponden las - Lo af irmaremos correctamente.
mismas ocupaciones, sin que de ningún modo hayamos -Después di:: eso ¿no exhortaremos a nuestro objetor
examinado la especi e de la diferencia o de la identidad a que nos en se ñe respecto de ·qué arte o de qué ocupa- 45Sa
de la naturaleza , ni a qué apunt ábamos al discinguirlas, ción de las relativas a la organi2ación del Estado la na·
cuaodo atribuíamos diferentes ocupaciones a diferen- tu.raleza de la muj er no es la mi sma que la del hombre,
tes oaturalez.as, y las ruismas ocupaciones a las mismas sino distinta?
naturalezas . - Pues eso es justo .
-En efecro, no lo hemos examinado. -Tal vez entonces algún orro diría lo que tú hace
e -Por lo tant o, según da la impresión, no es lícito poco 'º: que hablar sati sfactoriamente no i;:s fácil, pero
preguntarnos si la naturaleza de los cal\'os y la de los tra s haber r efle;<ionad o no es difícil.
peludos es la misma o si es contraria , y, si convenimos -Podría decirlo.
en que es contraria, en caso de que fos calvos .sean z.apa- -¿ Ou.ieres que pid amos a nuestro contendiente que
ceros, no permitir que lo sean los peludos, y a la inve rsa. nos siga, a ver si le demostrarnos qu e no hay ocupación b
-Pero eso sería ridículo -replico Glaucóo.
-¿ Y acaso sería ridículo por algún otro motivo que
9 Pasa je de redacción oscura. Adop1amos. con Burne<. la leccióo
po rq_ue entonces no planteábamos la identidad y la dife- de le m.iyorla de los códices . bien que dejando el parl ic:lpio ón1a que
rencia de naturaleza en todo sentido, sino sólo aquella figuro en és \os.
d especie de diversidad y de similit ud relativa a las ocu- 'º En 4S.3c.
254 OlÁLOGOS REPÚBLICA V 255
alguna exclusiva de la mujer en lo que toca a la admi- -Completam en te de acuerdo.
nistración del Estado? -¿ Hemos de as ignar entonces todas las tareas a los
-¡Claro que sí! hombres y ninguna a las mujeres?
-Vamos, pues, le diremos nosotros, responde: ¿no -No veo cómo habríamos de hacerlo.
decías que el hombre bien dotado para algo difiere del -Creo que, rnás bien, diremos qu e una mujer es ap-
poco dotado en que el primero aprende fácilmente, el ta para la medicina y otra no, una apta por na1uraleza
otro con dificultad, y en que W10, tras breve aprendiz.a. para la música y otra no.
je, se torna capaz de descubrir mucho más de Jo que -Sin duda.
ha aprendido, mientras el otro , con una instrucción lar- -¿ Y aaiso no hay mujeres apta s para la gimnasia 4S6a
ga y mucho estudio, no puede retener lo que se le ba y para la guerra. mientras otras serán íncapaces de com -
enseñado, y en que, eo tanto que los miembros del cue r- batir y no gustar án de la gimnasia?
po del pri mero son servidores adec uados de su espíritu, -Lo creo.
e los del segundo lo contrarían? ¿Es por esuis cosas o -¿ Y no sera una amante de la sabiduría y otra ene-
por oc.as por lo que distinguí as al hombre bien dotado miga de ésta? ¿Y una fogosa y otra de sangre de hor-
para algo del poco dotado? chata?
-Nadie dirá otras cosas. -Así es.
-Ahora bien, ¿conoces alguna de las actividad es que -Por ende, un a muje:r es apta para ser guardiana
practican los seres humanos donde el sexo mas culi no y otra no; ¿oo es por tener una naturaleza de tal índole
no sobresalga ~n todo sentido sobre el femer.tino ? ¿O por lo que hemos ·elegido guardianes a los hombres?
nos extender emos hablando del tejid o y del cu..idado de -De tal índo le, en efecto.
los pasteles y pucheros, cosas en las cuales el se.xo fe- -¿ Hay. por lo tanto, una misma naturaleza en la
d menino parece significar algo y en la que el ser supera- mujer y en el hombre e.n relación con el cuidado del
do sería lo más ridlculo de todo? Estado. excepto eo que eo ella es ma s débil y en él más
-Dices verdad -contes1ó Glaucón-, pues pod.ria de- fuerte?
cirse que un sexo es completamente aventajado por el -Parece que si.
otro en iodo . Claro qu e much as mujeres son mejores -Elegi .remos , entonces, mujeres de esa índole para b
que muchos hombres en mucba s cosas; pero en general coovivir y cuidar el Es t ado en común con los hombres
es como tú dices. de esa índole, pu esto que son capac es de ello y afiocs
-Por con sigui ente , querido mío, no hay ninguna ocu· en naturaleza a los hombres.
pacíón en I re las concernientes a I gobierno de I Estado -De acuerdo.
que sea de la mujer por ser mujer ni del hombr e en -¿ Y no debemos asignar a las mi sm as naturalezas
tanto hombr e, sino que las dot es naturales están simi- las mismas ocupa cio nes?
larmente distribuidas entre ambos seres vivos, po r lo -Las mismas.
cual la mujer participa, por naturaleza, de toda s las -Tras un rode o, pues , volvemos a lo antes d icho,
e ocupaciones, lo mismo que el hombre ; sólo que en todas y convenimos en que no es contra naturaleza asignar
la mujer es más débil que el hombre. a las mujeres de los guardianes la mú sica y la gimnasi,1.
256 DíÁLOGOS
REPÚl3LlC~ V 257

-Absolutamente cierto. -También con mucho.


-No hicimos , pues , leyes imposibles o que fueran -¿ Y hay algo mejor para un Estado que el que se
e meras expresiones de deseos, puesto que implantamos
generen en el los mejores hombres y mujeres posible s ?
la ley conforme a la naluraleza: sino que rnás bien Lo -No Lo hay.
qu e se hace hoy en día es hecho contra naturale7..a, se- -Y esto lo lograrán La música y la gimna s ia lleva-
gún parece.
da s a cabo del modo descrito . 4570
-Parece, en efecto.
- No puede ser de otro modo.
-¿ Y no decíamos que nuestro examen debía versar - Por consiguiente, la prescripción que establecimos
sobre si esas normas eran posibles y además las mejo- no sólo es posible sino también la mejor.
res?
-Así es.
-Debía· versar sobre eso.
- Deberá entonces desvestirse a las mujeres de los
-Ahora, que eran posibles, hemos estado de acuerdo. guardianes, de modo que se cubran con la excelencia
-Sí.
en lugar de ropa, y participarán de la guerra y de las
-Lo que entonces debemos acordar después de eso demás 1areas relativas a la vigilancia del Estado, y oo
es que son las mejores.
harán otra cosa, pero las más livianas de estas tareas
-Evidenrcm ence.
han de confiarse más a las mujeres que a los hombres,
-Ahora bien, con respecto al proceso en que se Ue- dada la debilidad de su sexo . En cuanto al varón que b
ga a ser mujer guardiana, no hay una educación para se ria por la desnudez de las mujeres, que se ejerc.itan
d el hombre y otra para la mujer, ya que es la misma
en vist a a lo mejo r , «arranca antes de que madur e el
naturale za la que la recibe.
fruto » 11 de la risa , y desconoce por qu é ríe y lo que
-No es disünt.a.
bace. Porque lo r.uejor que se dice y que será dicho es
-Pues bien, ¿cuál es Lu opinión sobre esto? qu e lo provechoso es bello y que lo pernicioso feo.
- ¿Sobre qué?
-Completamente de acuerdo.
-Sobre el concebir de tu parte a unos hombres me-
- En esto, pues, hemos esqu.ívado algo así como una
jores y a 01 ros peores .; ¿o tienes a iodos por sinúlares?
ola, al hablar de la ley sobre las mujeres, de modo que
-De ning ún modo.
no hemos sido coropletamente inundados por ella, pres-
-En el Es tado que hemos fundado. ¿quién es crees
cribiendo que tanto nuestros guardianes como nuestras
que se rán los mejores hombres: los guardianes que he-:
guardianas deben ejercer en común toda s sus ocupa~io-
mos formado con la educación que describimos, o los
nes; incluso de algúo modo el argumento ha conven,do e
zapateros que han sido instruidos en el arte de fabrkar
calzado? consigo mismo en que dice cosas posibles y provechosas.
-Y por cierto, no es pequ eña la ola que esquivast e.
-E s rid!culo lo que preguntas.
-Pero dirás qu e no es grande cuando veas la que
-Comprendo -dije-. Y bien, ¿no son éstos los me-
e jores entre todos los ciudadanos?
viene después.
- Habla sobre ella, para que la vea .
-Y con mucho.
- ¿ Y sus esp osas no ser án las mejor es de las mujeres? 11 P/NO ARO, fr. 209 Sc HROD.GR (86 de origen incierto, PUl!CM).

\M. - 17
258 DJÁLOGOS REPÚ BLICA V 259

-De esto y de las demás cosas precedentes -dije-, ser llevado a la práctica, lo más conveniente de todo
en m i opinión, se sigue esta ley. para el Estado y para Los guardianes. Esto es lo que
-¿Cuál? intentaré primeramente indagar junto contigo; despu és
-Que todas esta s mujeres deben ser comunes a to· lo otro, si tú lo permites .
d dos estos hombres, nin gun a cohabitará en privado con -Estíl bien, lo permito; haz el examen.
ningún hombre; los hijos, a su vez, serán comlUles, y -Pienso que, si los gobernantes son dignos de tal e
ni el padre conoce rá a su hijo ni el hijo al padre. nombre, y lo mismo gue ellos los auxiliares, eslarAn dis-
-Esto despertará mucha mayor desconfianza que lo pu estos unos a hacer lo que se les ordene y otros a or-
otro, tanlo eo cuanto a su posibilidad como a su utilidad. denar, obedeciendo las leyes e imitándolas en cuan1as
-Respecto de su utilidad no creo que se discuta que prescripc ion es les encomendamos que hagan.
el tener las mujere s en común y en común los hijos es -Es natural.
el bien supremo , si es que es posible; pero pienso que -Ahora bien: tú. que ere s su legislador, tal corno
la djsputa sobre si es posible o no, será grande. seleccionaste a los hombr es, así has de seleccionar a
e -Es sobre amba s cosas que se disput.ará . las mujeres, y se las darás, tanto cuanto sea posibl e,
-Lo que mencionas es una alianza de objeciones; de naturaleza similar. Y ellos, aJ teoer casa en común
yo pensaba que escaparía a una de eUas, de modo que, y comida en común, sin posee r privadamente nada de
si opinabas que era algo útil. me quedaría sólo la de esa indole, vivirán juntos, encremezclados unos con otros d
si era posible o no. en los gimnasios y en el resto de su educación, y por
-Intentando escapa.ne, sin embargo, no has pasado una necesidad natural, pien so, serán conducidos hacia
inadvertido, sino qu e has de dar cuenta de amb os. la unión sexual. ¿ O oo te parece que digo cosas necesa-
-Me someto al ca srigo -respondí- . Pero hazme e! rias?
458a siguient e favor: permiteme que me come asueto tal co- -Pero no necesidades geométricas sino eróticas, que
mo la gente de espíritu ocioso acostumbra., ho me najeán- pueden ser más agudas qu~ aquéllas respecto del per-
dose a sf mísma, cuando camina sola. Pues sin duda sua dir y atraer a la mayo ría de la gente.
sabes que tales personas. antes de descubrir de qué mo- - Así es. Pero después de eso, Glaucón, que se unan
do se reaÜ7...arálo que desean, omi1..en la cuestión, para irregularmente unos con otros o hagan cualquier otra
no fatigarse deliberando acerca de si es posible o no: cosa, seria sacrílego en un Es tado de bienaventurados, e
considerando lo que quieren como algo ya real. dispo- y no lo permitirán los gob ernantes.
nen el resto y se deleitan pasando re\'ist.a a lo que ha- - No sería justo, en efe ct o.
rán una vez cumplido su deseo, volviendo además a su al- - Es patente, pues, que conformaremos matrimonios
i, ma, ya perezosa, más perezosa aún. También yo ahora sagrados en cuanto sea posible . Y serán sagrados los
me abandono a la flojera, y deseo posponer para des- más beneficiosos.
pués el examen de si lo que propongo es posi ble; por - Enteramente de acuerdo .
ahora, si me Jo permites, considerándolo como siendo - Pero ¿cómo han de ser los más beneficiosos? Di- 459a
posible, examinnré cómo los gobernantes lo dispondrán melo, Glaucón, pues veo en tu casa perros de caza y
una vez alcanzada su realización, y cómo ha de se r, tras gran número de aves de raza: ¿has prestado atención,
260 DIÁLOGOS REPÚBLlCA V 261

por Zeus, a algo en sus apareamientos y procreacio- -Y era correcto lo que dijimos.
nes? -Pues entonces en los matrimonios y en las pC'Ocreo-
-¿ A qué te refier es? ciones esto que es corr ecto no será insignificante .
-Primeramente, entr e ellos mismos, aun cuando sean -¿Cómo?
de raza ¿no hay acaso algunos que llegan a ser mejores? -En vista de lo que ha sido convenido. es necesario
-Los hay. que los mejores hombre s se W\.aD sexualmente a las me-
-¿ Y haces procrear ~ todos del mismo modo, o po- _iores mujeres la mayor parte de las veces; y lo contra-
nes celo en que procre en los mejores? rio, los m ás malos con las más malas; y hay qu e criar
-Para que procreen los mejores. a los hijos de los primeros, no a los de los segu n-
b -Y bien: ¿p refier es los más jóvenes. los más viejos dos, si el rebaño ha de ser sobresaliente. Y siem pr e q ue e
o los que están en la flor de la vida? sucedan estas cosas penuaneceráo ocultas excepto a los
-Los que están en la ílor de la vida. gobernantes mismos, si, a su vez, la manada de los guar-
- Y si no se procrean así, ¿ crees que degenerará mu- dianes ha de est.ar, lo más posible, libre de disen sion es.
cho la raza de las ave s y la de los perros? -Es muy correcto.
-Si, por cierto. - Por lo 1ao10. instituiremos festivales en los cuale s
-Y en cuanco a los cabaJJos y a los demás animales. acoplaremos a las novias con los novios, asi como sa cri-
¿ piensas que sucedt·1·;í de otro modo? ficios, y nuestros poet as deberán componer himno s -.wo
-No, seria insólilo. adecuados a las bodas qu e se llevan a cabo. En cuanto
-¡Válgame Dios! ¡Cuán necesario será que contemos al número de matrimonios. lo encomendare mos a los
con gobemaotes sobresalientes, si ése es también el gobernantes, para que preserven al má ximo posible la
caso resp ec to del género humano! misma canti dad de hombres, habi da cuent a de las gue-
e -i Es tam bién e1 caso! Pero ¿por qué Jo dices? rras , enfermedr.des y todas las cosas de esa í.ndole, de
-Porque les será necesario echar mano a muchos modo que, en cuanto sea posible, nuestro Estado no se
remedios; cr eemos que incluso un méruco mediocre bas- agrande n.i se achique.
ta para cu erpos que no requieren remedios sino que es- - Bien.
tán dispuestos a someterse a un régimen. Pero cuan do -Deberán hacerse ingen iosos sorteos, para qu e el
se debe adm inistra r medicamentos, sabemos que hace mediocre culpe al azar de cada cópula, y no a los gober -
falta un médico más audaz. nantes.
-Es verdad, per o ¿ respecto de qué lo dice s? -Sí.
-Respecto de esto: parece que los gobernantes de- - Y a los jóvenes que son buenos en la guerra o t!n b
ben hacer uso de la mentira y e] engaño en buena canti- alguna otra cosa debe dotárselos de honores y otros pre-
d dad para beneficio de los gobern ados; en algún momen- mios, y en especial de una más plena libertad para acos-
to dijimos 11 que todas las cosas de esa índole son ú ti- ta rse con las mujeres, para que, al mismo l'iempo, sir va
les en concepto de n~medios . de pretexto para que de eJlos se procree la mayor cantí-
<lad posible de niños .
12 En lll 389b. - Correcto.
262 DIÁLOGOS REPÓBLfCA V 263

- Y.cada vez que nazcan hijos, de ellos se encarga- -Por cieno que para ambos es el florecimiento en 4()1a
rán los magistrados asign:1dos, sean éstos hombres o cuanto al cue rpo y en cuanto a la int eligencia.
mujeres o ambos a la vez; pues las magistraturas son -Y si alguien de mayor o menor edad que ésa inter-
sin duda comunes a las mujeres y a los bombres. fiere en las procreacíoo es en común. diremos que su
-Sí. transgresión es una profanación y una injusticia, ya que
e -En lo que hace a los hijos de los mejores, creo, está eng e ndrando pa:,ra e l Estado un niño que, si pasa
ser_án Uevados a una guardería junto a institutrices que inadv e rtido, se generará s in los sacrificios y las plega-
habitarán en alguna parte del país separadamente del rias que para todo s los matrimonios celebran tanto sa-
resto. En cuanto a los de los peores, y a cualquiera de cerdotes como sacerdotisas y el Estado ín1egro para
los otros que nazca defectuoso , serán escondidos en un que siempre na zcan de padres buenos hijos mejores, y
lugar no mencionado ni manifi es to, como corresponde. de padres útiles hijo s más útiles aúo. Este niño, por b
-Así se procederá, si ha de ser pura la clase de los el contrario, habrá nacido en la oscuridad y tras una
guardianes. terrible incontinencia .
-Estos magistrados también se encargarán <le la -Bien.
crianza, y de conducir a las madres a la guardería cuan- -La ley es la misma si alguno <le los que aún pro-
d do estén con los pechos henchidos, poniendo el máximo crean toca a una muj er en e da d debida sin que un go-
ingenio para que ninguna perctba que es su hijo; y si bernante los haya acoplado; bastardo. ilegítimo y sacrí-
ellas no tienen suficiente leche, la proveerán otras que lego diremos que es el hijo que ha impuesto al Estado.
sí la tengan, y de éstas mismas cuidarán de modo que -Sumamen1e correcto.
amamanten un periodo rc1zonablc de tiempo; y en cuan- -Pero cuando las mujeres y los hombres abando-
to a las vigilias y otras penurias, las transferirán a las nen la edad de procr ear, pienso, los dejaremos libres
nodri:1..as e institutrices. de unirse con quien quieran. excep to al varón con su .:
-¡Grandes facilidades para la crianza das a las es· hija y su madre. las hijas de sus hijos y las ascendientes
posas de los guardianes! de su mad re, y también a la mujer excepto con su hijo
- Es lo que conviene -responcü-; pero prosigamos y con su padre y con sus descendientes y ascendientes;
con lo que nos hemo·s propuesto. Hemos dicho que se no sin antes exhortarlos a poner gran celo eo que nada
debe eogendrar los hijos en la flor de la vida. de lo que hayan concebido, s i así ha sucedido, vea la
-Es verdad. luz, y, si escapa a sus precauciones, plantearse que se-
.: -¿ Y no compartes mi opinión de que el período ra- me:jan1e niño no será aJi.mentado .
zonable de 1iempo de este florecimiento es de veinte años -Dices es1as cosas razonabl €mente -dijo Glaucóo-;
en la mujer y treinta en el hombre? pero ¿cómo distinguirán entre sí los padres, las hijas d
-¿ Y cuándo ubicas esos años? y todo lo que acabas de decir?
-La mujer, a partir de los veinte años y hasta los -De ningu\la manera; pero desde el día en que se
cuarenta, parirá para el Estado; y el hombre procreará convirtió en novio, a toda criatura que nazca en e! déci·
para el Estado después de pasar la culm1naci6n de su mo mes o en el séptimo después la llamará 'hijo' si es
velocidad en la carrera hasta los cincuen ta y cinco años. macho, 'hija' si es hembra, y éstas a aquél 'padre'; del
264 DIÁLOGOS
R.EPÓ'BLlCA V 265
mismo modo · los hijos de éstos sentn llamados 'nietos·
nes del Estado. o de los ciudadanos, unos se ponen muy e
y éstos los llamarán 'abuelo' y 'abuela'; y los nacido~
afligidos y otros muy contentos?
en aquel tiempo en que sus madres y sus padres pro-
-Sin duda.
e crearon se llamarán unos a otros 'hermanos' y 'herma-
- · y no se produce esto porque no se pronuncian
nas·. por lo cual. tomo acabo de decir , no se tocarán
al un~sono en el Estado palabras tales como lo 'm.lo'
entre sí. Pero la ley permitirá que hermanos y herma-
y lo 'no mio', y lo mismo resp ecto de lo 'ajeno'?
nas cohabiten, si el sorteo así lo decide y la Pitia lo
aprueba. -As í precisameote .
-Muy justo. -Por lo tanto. el Estado mejor gobernado es aquel
en que más gente dice lo 'mío' y lo 'oo mío' referidas
-Esta es, .~ues, Glaucón, la comunidad de las muj e-
a las mismas cosa s y del mismo modo.
res y de los runos con los guardianes de tu Estado. Aho-
- Y con mucho.
ra, que es consecuente con el re sto de la organización
-¿ y no será éste el que po sea mayor simiLltud con
polít_ica y que es con mucho lo mejor, es lo que en
el hombre individual? Por ejemplo, cuando uno de no-
seguida debemos confirmar por la argumentación. ¿ O
haremos de 01 ro modo? so tros se golpea un dedo, toda la comuo.ídad_ del.~uerp?
462a -Así, por Zeus. se vuelve hacia e l alma en busca de la organ.1.Zac1on uo1·
raria de lo que manda en ella, y 10da elJa si ente Y d
-¿ Y oo es acaso el principio del acuerdo el siguie n-
sufre a un tiempo, aunque sea una part e la que padec ~,
te : p~eguataroos a nosotros mismos cuál es el más gran-
y es así como decimos que 'al hombre le duele el dedo.
de ?!en que podemos mencionar en cuanto a la organr-
y el mismo argumento cabe respecto a cualquier otra
zac1on del Esrado, que el legislad or tiene en vista al es-
parte del hombre, eo cuanto aJ dolor por la parte que
tablecer sus leyes, y cuál es el má s grand e mal, y a con·
padece y el placer por el alivio de su dolor.
tinuación e .,;arninar sí las cosas que abara he des crito
-El mismo, en efecto -repu so Glaucón-. En cuan-
se nos adecuan a la huella. del bien, y no se ade cuan
a la del mal? to a lo que preguntas. el Estado mejor organizado polí-
ticameore es el más simili,fr a tal hombre.
-M.ís que cualquier otra cosa.
-Si a uno solo de los ciudadanos, pues, le afecta
- ¿Y pu ede haber para un Estado un mal mayor que
algo bueno o malo, pien so que semejante Estado dfr á, e
b aqu el que lo despedaza y lo conviene en rnúlúple en
lugar de uno? con el máximo de intensidad, que es suyo lo qu e pade-
-No puede haber un mal mayor. ce, y en su totalidad partkipará del regocijo o de la pena.
-Es forz.oso. si está bien legislado.
-¿No es entonc es la comunidad de placer y dolor
-Es hora -proseguí- de retornar a nuestro Esta-
lo que une, a saber, cuando todos los ciudadanos se re-
do para observar en él si lo acordado en nuestro ar~u-
gocijan o se entristecen por Jos mismos casos de ganan-
cias o de pérdidas? mento lo contiene nuestro Estado más que cualquier
-Absolutamente de acuerdo. otro.
- Es necesario .
-¿ Y no es la particulari za ción de estos estados de
-Bien; ¿existen en los demás Estados gobernantes y 463a
ánimo Jo que disuelve, cuando, ante las mismas afec cio-
pueblo, corno existen en és te?
266 DlÁl .OGOS ~ePÚBLI CA V 267
-Sí, exis ten . mano o su hermana, por su padre o su mad re, por su
-¿Y todos se JJaman 'ciudadanos' los unos a los hijo o su hija, por su desce ndiente o su ascend iente .
otros? -Hablas per fect amente -asentí -. Pero dime aún
-¿Cómo podria ser de otra manera? esto : de esta famili aridad ¿legi s larás sólo los nombres,
-Pero ad emás de 'ciudad an os', ¿cómo denomina el o también codas las acciones han de realizar se canfor- d
pueblo de 01ros Estados a sus gobernant es? me a tales nombres, y, respecc o de los padre s, cuanto
-Eo muchos de ellos 'am os' , pero en los Estados la ley exige acer e.a del respeLO a los padres y del cuida-
democr áticos se les da este mismo nombre de 'gober- do y obediencia a los progenitore s, aunque no haya lue-
nantes'. go algo mejor para ellos de la pai:ce de los dio ses y de
-¿Y el pueblo del nuestro? Además de qu e son ciu- los hombre s, ya· que sería injusto y sacrílego que obra-
dadanos. ¿qué dirá de sus gob ern antes? rae de otro modo ? ¿Serán ésta s o distintas las voces
b - Que son salvadores y auxiliares n. ora culares que deben ser repetidas una y otra vez por
-Y éstos ¿qué di ráo del pu~blo? todo s los cjudadan os en los oídos de los niños ya desde
- Que son qui eoes les dan su salario y su sustento . temp ran o, respecto de aquellos que se les presenta
- ¿Y cómo llamao a sus pueblos los gobern an tes de como padres, y respecto de los de más parientes?
otr os Estados? -Ést as. Pues se ría ridículo l1m.itarse a pronunciar~
-S iervos. con la boca esos nombres de familiares, sin los ac tos
-¿ Y los gobe rnantes u nos a otros? correspondientes.
-Co-gobern .antes. -Por consiguient e, en este Estado r.nás que en cual-
-¿ Y los nuestro s ? quier otro, los ciudadanos coincidirán, cuando a un ciu·
-Co-guardianes. dadano le va bien o le va mal, en hab lar del modo que
-¿Puedes decirm e si alguno de los gobernan tes de hace uo momento menc ionábamos : 'lo mío va bien ' o
otros Estados pued e dirigirse a un o de los co-goberna- 'lo mío va mal'
dores como familia r, a otro como extraño? -Muy cierto.
-S í, en muchos cas os. -Y a esta convicci ón y a este modo de hablar ¿no ~~4a
-¿Y habla de un fa miliar como teniéndolo po r su- dijimos que seguía la comunidad de placeres y dolor es ?
e yo, y de un extra.ño como no suyo ?
-Y lo dij imos corr ectamente.
-Así es. -¿ Y nuestros ciudadanos no parti ci parán más que
-¿Y e o cuanto a tus guardianes? ¿Habrá algun o de en cualqui e r otro lado de algo en comú n que denomin a-
ellos que se dirija a sus ca-guardian es teniéndolos poC" rán ' mío' ? Y por parti cipar de esto , ¿no tendrán al
extraños? máximo una comunidad del dolor y de la alegría?
-De ningún modo - respondió Glaucón-; pues sea -S in duda.
quien sea con el que se encuentre, lo tendrá por su her- -Y la caus a de esto ¿no es, ademá s del resto de la
13 Como se ñala Ad.im, aq uf la palabra •auxil ia res» no designa la constitución, la comunid ad de las mujeres y ·de los
segunda cl:isc del Eslado , sino la pr imera (no com o denominación, en- niños con los guardjane s?
tonces, sino como callficativo, co mo «auxlliures del pueblo•). -Más que cualquier otra cosa .
REPÚBLI CA V 269
268 DIÁLOGOS

b -Ahora bien, hemo s convenido que éste es el bien -E s forzoso que se des em baracen de eso.
supremo para el Estado, ol comparar un Estado bjen -Y tampoco por violencias o ultrajes habrá entre
fundado con la actitud de un cuerpo hacia una parte ellos razón para que haya pleitos: pue s diremos que e~
suya respecto de un dolor o de un placer. digno y justo qu e un camarada se defienda de sus ca-
-Y lo convenimos r<~ctamente. maradas 1•. imponiéndoles la obligación de mantener el
-Así, la causa del más grand e bien en el Estado se cuerpo en buen estado.
nos apare e.e como la comunidad de mujeres y niños en - -Correcto
ere los auxilitJres. -También dicha ley aporta este otro aspecto corree- 46 5a
-Cierta menee. to: si alguien se enardeciera, una vez satisfecha su ira
-Y también en est o concordamos con Jo dicho ante- ele semejante modo, menos probabl e será que vaya a
riormente; pues dijimos que los guardian es no debían parar a querellas mayo res.
e cener priv adamente casas ni tierra ni propiedad algu- -S in duda .
na; sino. eras recibir de los demás ciudadanos susten- -P or lo demás. al hombre más anciano se le pres-
to como compensación de ser guardianes, hacer su gas- críbi rá mandar y castigar a todos los más jóvenes.
to todos en común, si había.o de ser realmente guar- - Claro.
dhmes. -Y a su vez el más joven, como es natural, no inten-
-Y lo deciamos correctamente. tará hacer violencia al que es mayor. golpeándolo, salvo
-¿ No es, entonces, como cLigo, cuando las cosas an- que se lo ordenen los gobernantes; oi lo deshonrará, creo.
tes dichas y las que decimos ahora las realizan más aú n de ningún otro modo; pues son sufidentes para impe-
como verdad eros guardianes y les impiden despedazar dírselo dos guardianes. e l temor y el respeto ; el respeto,
el Estado , al deno01inar 'lo lllÍO' no a la misma cosa que lo aparta de poner la mano sob re quienes pueden 1,
sino a otra, arrastrando uno haci a su propia casa lo que ser sus padres; y el temor de que vayan otro s en ayuda
ha podido adquiri r separadamente de los demás, otro del afectado . unos como hijos, otros como hermanos .
.J hacia una casa d istinta, llamando 'míos' a mujer es r 01 ros como padres.

niños diseintos qu e, por ser privados, producen dolores -Ha de ocurrir eso, en efec to.
y placei: es privado s? ¿No tenderán, por el contrario, co- -Én cualquier cas o, los hombres mantendrán la paz
dos a uo mismo fin, con uoa sola creencia respecto de entre sí gracias a las leyes.
lo familiar, y serán simi1ar01erite afectados por el pla- -Uoa gran pa7,.
cer y la pena? -Y puesto que entre ellos no hay luchas intestina s,
-Claro que si. no hay peligro de que alguna vez el resto del Estado
-Y los pleito s y acusaciones entre ellos, ¿no se es- entre en querella contra ellos o entre si.
fumarán por asl decirlo, entre los guardianes, eri razón -No, no hay peligro.
de no poseer nada privadamente excepto el cuerpo, y
todo el resto en común? De allí qu e les corresponda " Trnducimos por ,cam arada» el voc ablo htlix, cu ya trnduccl6n
e estar exentos de las disen sio nes que, por rique zas, hi- litcr:il serla «de la misma generación• (padres con podres. hijos con
jos y parientes, separan a los hombres. hijo~).
270 DIÁLOGOS REPÚBLICA V 271

e -De los más pequeños males de los cuales se de- tal lo más feliz. posible, plasmándolo sin dírigir la mira-
sembarazarán, titubeo en hablar, por no parecerme de- da hacia la felic idad de una sola clase.
coroso : la adulación <le los ricos, siendo pobres; las difi- -Recuerdo .
cultades y penurias que prevalecen en la educación de -Y ahora que la vida de nuestros aux.i]iares aparece
los niños y en la nec esidad de hacer dinero para la in- como mejor y mas bella que la de los vencedores oüm-
dispeosable manutención de los servidores. llegando a picos, ¿se manifiesta tal como la vida de los zapateros b
pedir prestado o a negar la deuda, procurándose de to- y de los demás artesano s y labradores?
do y en tregándolo como depósito a esposas o servidores -No me parece.
para que lo administren; y cuaoLaS cosas, querido mío, -Con todo , es justo repetir aquí lo que dije allí: que
padecen en. tomo a eso, que son evidentes, innobles y sí un guardián intenta ser feliz de un modo cal que deja
no es digno de mencionar. de ser guardián, no se contentará con este modo de vi-
d -Evidentes inclusive pa.ra un ciego. da mesurado y seguro que según lo que decimos, es el
- Pues de todas esas cosas se desembarazarán y Lle- mejor, sino que lo sorprenderá una opinión insensata
varán una vida dichosa, más dichosa que la de los ven- e infantil acerca de la fel.icidad y Jo empujará a apro-
ced ores eo los juegos olímpicos . piarse, por poder hacerlo. de todo lo que hay en el e
-¿Cómo? Estado: llegará a darse cuenta de que 1-lesiodo era reaJ-
-Es que ésto s soo llamados fe lices en virtud de una mente sabio cuando decía que, en cierto modo, la mitad
pequeña parte de lo que corresponde a los guardianes: era más que el todo 16 •
la viccoria de éstos es más beUa. y más completo el sus- -Si acepta mi consejo -dijo Glaucón-, quedará eo
tento que reciben del erario público, ya que la vicroria aquel primer modo de vi&.
que obtiene n consi ste en la salvación del Estado encero; -¿Estás de acuerdo corunigo, entonces, en la comu ·
y en lugar de corona son provistos de alimento y cuan- nidad de las mujeres con los hombres que he descrito,
tas cosas se nece sitan para vivjr ellos y sus hijos; mien- respecto de la educación de los niños y del cuidado d e
c tras viven, reciben honores por parte del Estado, y, tras los demás ciudadanos? ¿Y estás de acuerdo en que las
morir, un digno entie rro . mujer es . ya sea que permanezcan en el pais o que mar -
-Dices algo muy bello. chen a la guerra, deben comparür con los hombr es
-¿Recue rda s ahora -dij e- que alguien -no sé la vigilancia y la caza. como los perros, viviendo en d
quién- nos sacudió con el argumento de que no hacía- lo posible todo en comunión y en todo sentido. pues
466a mos felices a los guardianes . y que pudiendo poseer co- obrando así harán lo mejor que cabe obrar y no en con-
do lo de los ciudadanos, no poseían nada? ,s. Nosotros tra de la naturaleza de la hembra en relación con la
contestamos que, si se daba el caso, ya volve ríamos so- del macho, por la cual corresponde naturalmente a uno
bre el tema , pero que por el momento estábamos ha- comulgar con la otra?
ciendo guardianes n los guardianes y al Estado como - Estoy de acuerdo.

IS Adímnnto , en IV 419a g,
16 Trabajos y Días 40.
272 DIÁLOGOS llEPÚBLlCA V 273

-Así, lo que queda por decidir es si es posible que -¿ Y piensas que tiene poca importancia, y que no e
se genere esca comunidad entre los hombres. como en- vale la pena correr el riesgo, el que observen lo referen-
tre los demás animales. y de qué modo es posible. te a la guerra los niño s que, cuando sean hombres. ha-
-Te has anticipado. al hablar de lo que me estaba rán la guerra?
moviendo a interrumpirte. -No; tiene gran importancia con respecto a lo que
e -Porque, en lo concerniente a la guerra, es evidente dices.
el modo en que combatirán. -Debemos comenzar, por consiguiente, por hacer a
-¿Cómo? los n.iño.s observadores de la guerra, pero también pro-
-Emprenderán la guerra juntos, y conduci.rán a ella curarles seguridad, y esto estará bien, ¿no?
a sus hijos cuando estén crecidos. para que, como los -Sí.
hijos de los demás artesanos. contemplen los trabajos -¿ Y no serán sus padres conocedores de las campa,
.. t-7a que deberán hacer una vez adultos; y, además de con- ñas militares y, en cuanco eso cabe a hombres. quienes
templarlos, pre star sus servi dos y su asistencia en todo podrán juzgar cuáles de éstas entrañan peligros y cuá· d
Jo referente a la guerra, y auxiliar a sus padres y ma- le.s no?
dres. ¿O no te has percatado de lo que sucede en las -Es probable.
distintas artes. donde, por ejemplo. los hijos de los alfa- -En ese caso los conducirán a unas y tomarán pre-
reros pasan lar go tiempo observando y ayudando antes cauciones en las otras .
de poner sus manos en la cerámica? -Correcto.
-Sí. -Y no les asignarán, para comandarlos, gente me-
-¿ Y han de ocuparse éstos de instruir a sus hijos diocre, sino jefes y pedagogos capaces, por su edad y
por medio de la experie ncia y de la observación de las por su experiencia.
cosas respecti vas m:í::. que los guardianes? ' -Es lo que corresponde.
-Seda ridí cu lo, ciertamente. -Pero aún podremo s decir que muchas cosas suce -
-Además, todo animal combate de ~odo más sobre- den a mucha gente en contra de lo esperado.
b saliente cuaodo están presentes sus hijos. -Sí. muchas.
-Así es, Sócrates.' Pero no es pequeño el peligro de -Para prevenir t.ales cosas, querido amigo, es nece-
que eo caso de caer. cosa usual en la guerra, al mori.r sario dar alas a los niños desde temprano, de modo que
con ellos sus hijos, se haga imposible al resto del Esta· puedan escapar vol.ando cuando sea predso.
do recuperarse. -¿ Qué quieres decir? ~
-Dices la verdad -rep Uqué-; pero, en primer lu- -Hay que montarlos a caballo desde muy niños y,
gar. ¿consideras que sólo se ha de procurar no correr una vez enseñados , se los conducirá cabalgando para
jamás peligro alguno? que observen , pero no sobre caballos de guerra ni fogo-
-De ninguna manera. sos, sino lo más veloces y mansos posible; así observa-
-Y si alguna vez han de correr peligro, ¿no será rán del modo más bello y seguro la tarea que les es
cuando, al tener éx iro, llegan a ser mejores? propia y, si es necesario. se pondrán a salvo siguiendo
-EvidenLcm ente. a jefes mayores que ellos.

94- 18
274 DIÁLOGOS RE.PÚBLICA V 275

-Creo qae hablas correctamente -dijo Glaucón . -Pero, además, de acuerdo coo Homero, honraremos
46Sa -Ahora bien, en lo relativo a la guerra. ¿cómo se a cuantos de los jóvenes sean bueoos. en las formas d
comportarán los militares entre si y frente a los enemi- siguientes. Pues cuenta Hom er o que, habiéndose distin-
gos? ¿Te parece que es correcto lo que opLuo? guido Ayance por su valentía eo la guerra Jo homenajea-
-Dime qué es lo que opinas. ' ron con un lomo entero de re s, en el pensamiento de
-El que de ellos abandone su puesto o ar roje sus que. ése era el homenaje apropiado para uo hombre va-
armas ¿ oo será convenido, por ca usa de esa viJeza. en liente y en la flor de la vida; con lo cual lo honraban
artesano o labrador? y a la vez acrece n taban su fuerza 17•
-CompJetamenLe de acuerdo. -Sumamente correcto es lo que dices .
-Y el que es apresado vivo por el enemigo , ¿ no se rá -Obedeceremos a Homero, entonces , al menos en
obsequiado a sus captores como un present e, para que esto. Así, pues, en los sacrificios y en todo lo demás,
hagan con su presa lo que quieran? honraremos a los buenos guardianes, en la medida que
h -Por completo. revelen ser buenos, con himn os y las otras cosas que
-Y al que se distinga y sobresalga por su valenHa, acabamos de mencionar y, además, con sitiales de honor,
¿no te parece a ti que deberáo coronado dur ante la cam- carnes y copas llenas 18; para que, a la ..vez que los ho- e
pafia, antes que nadie, cada uno de sus camaradas de: menajeamos, entrenemos corporalmente a los hombres
armas, jóvenes y niños, por turno? y mujeres buenos.
-A mí sí. -Es lo mejor.
-¿ Y no le estrecharán la diestra? -Sea; y de los ·que mueren en combate, aquel que
-También eso. al morir sobresale por su valentía. ¿ no diremos en pri-
-Pero lo que sigue, pienso, no te parec e rá ya bien. mer lugar que es de la raza de oro? ' 9•
-¿Qué cosa? -Más que cualquier otro.
-Que bese a cada uno y sea besado po r cada uno -Y haremos caso a Hesíodo en eso de que, cuando
de ellos . mueren hombres de esta raza.
-Eso más que todo lo demás -replicó Glaucón-.
se vuelven demonios puros, terrestres, 469a
e Y a la ley añado que , en tanto permanezcan en campa-
buenos, apartadores del mal, gua rdume.s de hombres de
ña, nadie se podrá rehusar a que él lo bese , si quiere;
[voz articulada 2'l,
a fin de que, si por casua.lidad ama a aJguno, varón o
mujer, ponga más celo e.n obtener el premio a la vaJent(a. -S in duda le haremos caso .
-Muy bien -asenrí-. Y ya hemo s dicho que. para
el buen guardián, se tendrán dispuestas mayor numero
de bodas que para los demás, y que Las eleccio nes de 17 Cf. //. V11 321-322.
13 Cf. ibid. VII! lél-16 2.
éstas serán más frecuentes para con él que para los
•~ Cf. supra lll 41 Sa.
demás, para que de él sea de quien se engen dren más 10 Trabajos y Dfas 122- l 23 . Al ci tar de memoria. Platón sustituye
hijos. el {inal del v. 123. «[guardi anes) d e hombres mc,ruilc:::.•.por el de los
-Lo hemos dicho. versos 109 y 143, «hombr es de \'O:t a rtículada ...
276 DIÁLOGOS REPÚBUCA V 277
-Inquiriremos al dios, pues. sobre cómo y con qué cuerpo del muerto, cuando el verd ade ro enemigo se ha
distinción debe sepuJtarse a estos hombre s demoníacos volado de él y lo que ha quedad o es sólo aquello por
y divi.nos, y los sepultaremos del modo que indique el medio de lo cual combatía? ¿O crees que los que hacen
exégeta. es to actúan de modo diferente a los perros que se enfu- ¿
-No podríamos hacer de otra maner a .· re ce n contra las piedras que les son au ojadas, pero sin
Ji -Y desd e allí en ad elante cuidaremos y veneraremos toc ar a quien las lanza?
sus tumbas como si fueran de demonios. Y observare· - No hay ni una pequeña difer en cia.
mos las mismas prácricas cuando alguien muera de ve- - Debe terminarse, entonces, con el despojo de ca-
jez o de cuaJquier otro modo, coo cuanto s en vida ha- dáv (:res y con los impedimentos para qu e éstos sean res-
yan sid o ju zga dos como sobremanera hu enos. ca tados. ·
-Es justo . -Debe terminarse, por Zeu s.
-Ahora bien; con respecto a los enemi gos, ¿qué ha- - Tampoco hemos de Uevar a los templos las armas
rán los soldados? <le los ~nem..igos como ofrendas votivas, sobre todo las
-¿ En qu é aspecto? de los .;ri egos. si es que en algo nos preocupa estar 470a
-En prim er lugar, en lo que concierne a la esclavi- en bu enn :. relaciones con los demá s griegos : más bien te-
tud. ¿parec e just o que los griegos esclavicen a Estados mer e mos que sea una ominosa má cula llevar al templo
griegos, o no deberían perm itirlo incluso a ningú n otro despojos de parientes, salvo que el dios diga otra cosa.
e Estado, y acostumbrarlos a respetar la raza griega, -Es lo más correcto.
previni éndose de ser esclaviz ados por los bárbar os? -En cuanto al asolamiento de los campos griegos
-En todo sen tido importa que la resp ete n. y del ince ndio de sus casas, ¿cómo obrarán los sol da-
-Por consiguiente, no adquirirán ellos mis mos es- dos respect o de sus enemigos?
clav os grieg os, y aconsejarán a los otros grie gos proce- -Si me revelas tu opinión, la oiré gustosamente.
der así. -P ues yo creo que o.o se deb e hacer ni una cosa ni
-Comp letamente de acuerdo -dijo G\aucón-. Más la otra, sioo sólo quitarles la cosech a del año. ¿Qweres b
bien, deb erían volve rse contra los bárbaros. y abste ner- que te diga qué es lo que tengo en vista?
se de com batir en tre si. -Claro que sí.
-¿Y acaso es1á bien desp ojar a los muert os después -Me parece que, así como hay dos nombres para
d del triunfo, como no sea de las armas? ¿No es para
designar, por un lado, a la guerra, y , por otro. a la d.is·
los cobardes un pretexto para no ir al combate, como puta intestina, hay allí también dos cosas, según aspec-
si estuvieran haciendo algo necesario, qu'edándose en- tos dif erentes. Las dos cosas a qu e me refiero son, por
corvados sobr e el cadáver? Por lo demás, mu chos ejér- una par te, lo familiar y congénere, y , por otra, lo ajeno
citos han sucumbido por causa de semejante rapac idad. y lo extranjer o. A la hostilidad con lo famili ar se le lla-
-Asf es. ma ' disputa intestina' 11 , a la hostil ida d con lo. ajeno
-¿ Y no crees que es propio de una codi cia serv H 'guerra' .
el pilJaje de un cadáver , y que es propio de una mente
mezquina y afeminada considerar como adv er sario al 11 Nosotro,; dírlamos «guerra civ iJ..
278 DIÁLOGOS
REPÚBLICA V 279

-No es nada inapropiado Jo que dices. -Sin duda.


e -Mira ahora sj es apropiado lo que sigue. Afínno, -Por lo tanto, cuando tengan una desavenencia con 471a
en efecto que la ra1..agriega es familiar y congénere res- griegos, por ser éstos familiares suyos, la considerarán
pecto de sí misma, ajena y extranjera respecto de la como una disputa intestina y no le darán el nombre de
raza bárbara. 'guerra'.
-Muy apropiado. -No, en efecto.
-Entonces, si los griegos combaten contra los bár· -Consiguientemente, litigarán como quienes han de
baros y los bárbaros contra los griegos, diremos que reconciliarse.
por naturaleza son enemigos, y a esa hostilidad la lla- -Claro.
maremos 'guerra'. En cambio, cuando combaten grie- -Entonces los enmendarán amistosamente, sin lle-
gos contra griegos, habrá qu e decir que por naturaleza gar a castigarlos coo la esclavitud o con el exrer01.inio,
son amigos y que Grecia en este caso está enferma y ya que soo enmendadores, no eoemigos.
d coo disensiones internas, y a esa hostilidad la denomi - -Oe ese modo, en efecto.
naremos 'disputa intestina' . -Por ser griegos, no depredarán la Hélade ni pren -
-Estoy de acuerdo eo considerarlo así. derán fuego a las casas, y no aceptarán que, en cual -
-Observa ahora. cuando ocu1-re aJgo de esta índole quier Estado, todos. hombres, mujeres y nioos, sean sus
que hemos converúdo en llamar 'disputa intestina', en enemigos, sino que sólo son sus enemigos los culpa·
la que el Estado se divid e e n facciones, y cada una de bles de la desavenencia, que siempre son pocos. De ahl b
éstas devasta los campos de la otra e incendia sus e.a- que oo estar.in dispuestos a asolar territorios donde la ·
sas, cómo la disputa intestina parece abominable y ni.o- mayoría son amigos, ni a arruinar sus casas, sino que
guna de las facciones patriotas; si no, no habrían some· llevarán la contienda hasta que los culpables sean for-
tido a su mad .re y n.odriza 12 a tales estragos. Lo que zados a expiar su delito por los iooceotes que sufren.
e parece razonable es que los vencedores quiten los fru· -Estoy de acuerdo -dijo Glaucón- en qu e así de-
tos a los vencidos, de modo que pueda pensarse que ben tratar nuestros ciudadanos a sus adversario s, y a
se reconciliarán y oo es,arán combatiendo siempre. los bárbaros como hoy los gliegos se tratan unos a oLros.
-Y esa actitud será más noble que la otra. -¿ Estableceremos por esta ley, entonces, que los
-Bien ; ¿no es un Estado griego el que fundas? guardianes no deben asolar los territorios ni incendiare
-Necesariamente . las casas?
-Entonces. ¿los suyos serán hombres buenos y -Lo estableceremos, y damos esta ley por buena.
nobles? tal como en los casos anteriores . Pero creo, Sócrates.
-Por cierto que sí. que si se te permite seguir hablando de estas cosas. ja-
-¿Y no serán helenófilos, que considerarán como más te acordarás de lo que anteriormente hiciste a un
propia la Hélade, y no compartirán el culto religioso lado para hablar de todo esto : si es posible que llegue
con los demás griegos? a existir tal organización política y de qué modo es po-
sible. Por cierto que , si llegase a existir, el Estac.lo con ·
12 Cf. Jll 414e. taría coo todas esas bondades. Y menc ion o otras que
280 DIÁLOGOS ,RE!PÚBLJCA V 281

d has omitido: combati r ían como los mejore s contra los -Con miras a un paradigma , pues , busc ába mos la
enemigos, y, menos que nadie, se abandonarían los unos justicia misma, y el hombr e perf ectamente justo, si po ·
a los otros, al recon ocerse y darse los nomb res de her- día existir, y lo mismo con la injusticia y el hombre
manos , padres e hijos; y, si el sexo femenin o se añadie- completamente inju s lo, para que, dirigiend o la mirada
se en las exped icio ne s militares , ya fuera en la primera hacia éstos, se nos reve laran en lo que ha ce a la felici-
fila o bien orden ado mzís atrás, con el fin de infundir dad y a la desgraci a y nos viéramos constr eñidos a conve·
temor al enemigo y de servir de reserv a si es prec iso, nir, respecto de nosotros mismos, que quien sea más d
bien sé que en ese se ntido serían por com pleto irresisti- semejante a ello s tendr á un destíno sem ejante al suyo.
bles. Y veo que has omitido aquellas bonda des de que No con miras a dem ostrar que es posib le que lleguen
e disfrutan en paz. Pero yo admito todas ellas y mil otras, a existir.
si esa organiza ción política llega a exi st ir, por lo que -En esto dices verdad.
no hables ya má s de ésta, sino intent emos convencer- -¿Piensas, acas o, que un pintor que ha retratad p
nos nosotros mis mos de que es posibl e y cómo es posi- como paradigm a a l hombre más hermo so, habiendo tra-
ble, y despidámonos del res to. ducido en el cuadro todos sus rasgos adec uadamente,
472a -Repenti nament e -d ije- has asaltado mi exposi- es menos buen o porque no puede dem ostrar que seme-
ción, sin perd onarme que divagara . Tal vez no te das jante hombre pueda existir?
cuenta de qu e, cuando apenas he esqu ivado las dos pri- - ¡Por Ze us que no!
meras olas, ahora me conduces frent e a la tercera, que - ¿Y no dir emos que también no so tros hemos pro·
es la más grande y la más peligro sa. Después de que ducido en palab ras un paradigma del buen Estado? e
la hayas vis to y oído. serás más indulgente conmigo, -Ciertam ente.
porque con raz ón yo titubeaba y tem ía exponer e inten- -:Pues entonc es, ¿pien sas que nuestras palabras so-
tar el examen de un argumento tan paradóji co. bre esto no es tán tan bien dichas, si no podemo s de-
-C uantas más cosas de esa índole digas -replicó mostrar qu e es posible fundar un Es tado tal como el
b Glaucón - , meno s te librar ás de exponernos de qué que decim os?
modo es pos ible que aquella org anizac ión política exis- -Claro que no.
ta. Habla , pue s, y no pierdas ti emp o. -Po r cons iguiente, eso es lo derto ; ahora, sí, para
-Pu es bien , ante todo cabe r eco rdar que llegamos complacerte, debo poner celo en dem ostrar de qué mo·
a este punto indagando qué es la justicia y la injusticia. do y en qué sentido es posible al máxi mo, respecto de
-Cab e, en efecto, pero ¿por qué Jo dices? tal dem ostraci ón me has de concede r lo mismo.
-P or nada. Pero, si descubr irnos qué es la justicia, -¿Qu é?
¿consider aremos que en nada debe diferir el varón jus - - ¿Se pue de poner en prácti ca algo tal como se di- 4730
c to de ella, sino ser en todo sentido de la misma índol e ce? ¿O no es acaso que la prax is, por naturaleza, alca n-
que la j usticia, o bien n os content aremos con qu~ se za la- ver dad menos que las palabras? Podría parec er
apro xime al máximo posibl e y particip e de ella más qu e que no, pero tú ¿lo conced es o no ?
los demá s? - Lo concedo.
-Con esto nos contenta remo s.
282 DIÁLOGOS REPÚBLICA V 283

-No me obligues, entonces, a que muestre cómo lo eso se producirá , en la medida de lo posible, ni verá
que describo con el discurso debe realizarse eo los he - la luz de] sol. la organización política que ahora acaba-
chos complet..ament e; pero si llegamos a ser capaces de rnos de describir verbal.mente. Esto es lo que desde ha-
descubrir cómo se podría fuodar el Estado más próxi - ce rato titubeo eo decir, porque veía que era un modo
b mo·a lo que hemos dicho, debes decir que hemos descu - de hablar pa.radójico; y es difícil adverci.r que no hay
bierto lo que demandas: que cales cosas pueden llegar otra manera de ser feliz. tanto en la vida privada como
a existir. ¿ No te contentarás si arribamos a eso? Por en la pública.
mi parle me conformaría. Glaucón exclamó: \
-Yo también -respondió Glaucón. -¡Qué palabras, Sócrates, qué discurso bas dejado
-Después de esto, .me parece que hemos de intentar escapar! Después de hablar así. tienes que pensar que
indagar y mostrar qué es lo que actualmente se hace se han de echar sobre tj muchos hombres nada insigní- 474a
mal en los Estados. por lo cual no están gobernados fjcantes, se quitarán sus mantos, por asi decirlo, y, des-
del modo que el nuestro, y con qué cambios -los míni- pojados de éstos, cogerán la primera arma que tengan
mos posibles- llegaría un Estado a este modo de orga- a mano, dispuestos a hacer cualquier barbaridad ; de mo-
nización política: preferiblemente con un solo cambio, do que, si no te defiendes con tu argumento o esquivas
si no con dos. y, si tampoco así, con el menor número los golpe s, verdaderamente expiarás tu falta convirtién-
de cambios de menor significación. dote en objeto de burla.
e -C:ompletamente de acuerdo. -¿Y acaso no eres tú el culpable '!e esto? -me
-Con uo' solo cambio, creo. podría mostrarse que quejé.
se produce la transforro¡_:icióo, aunque no sea un cam· -Sí, e hice bien. Pero no, te he de abandonar, sioo
bio pequeño ni fácil, pero posible. que te defenderé !aneo como pueda; y lo que puedo es
-¿Cuá.J es? poner bueoa voluntad y alentarte; y tal vez yo sea más
-He arribado a lo que hemos comparado con la más complacieote que otros para responderte. Ahora, pues, b
grande ola. Sin embargo hablaré, aunque, como una ola que estás provisto de semejante ayuda, trata de demos-
de carcajadas. me sumerja sin más en el ridículo y en trar a los iocrédulos que es como tú dices.
el desprecio. Examina lo que voy a decir. -Lo he de tratar, puesto que tú me ofreces una alian-
-Habla . za tan importante. Pues bien, creo que se hace necesa-
d -A menos que los filósofos reinen en los Estados, rio, si hemos de esquivar de algún modo a los que has
o los que ahora son llamados reyes y gobernant es filo- mencionado, determinar a qué filósofos aludimos cuan-
sofen de modo genuino y adecuado, y que coincidan en do nos atrevimos a afirmar que ellos deben gobernar,
una misma persona el poder político y la filosofía, y de modo que, distinguiéndolos, podamos defendernos.
que se prohíba rigurosamente que marchen separada- mostrando que a unos corresponde por naturaleza apli- e
mente por cada uno de estos dos caminos las mú~tjples cars? a la filosofía y al gobierno del Estado, en tanto
naturalezas que actualmente hacen así, no habrá, queri- a los demás dejar incólume la filosofía y obedecer al
do Glaucón, fin de los mal es p-sr.a los Estados ni cam· que manda.
e poco, ·creo , para eJ género humano; tampoco antes de -Es la hora de determinarlo.
Si

284 REP ÚBLICA V 285


DlÁLOGOS

-Va rnos enconces, sígueme, s1 es que de un modo -En cuanto a los qu e aman los honores. piens o que
u otro soy un guí a adecua do . percibes que. si no pued en JJegar a ser generales, son
-Gu íam e. capitanes. Y si no son honrados por los hombres má s
-¿Debo recordarle yo o te acuerd as tu de que, cuan- grandes y más solemnes, se cont enta n con que los ho n- b
do afirm amos que alguien ama alguna cosa, si habla- reo hombres más peque ño s e insignificantes, porque de
mos corr:-e ccament e, debe quedar bien en claro que no cualquier mod o desean que se los honre.
estú amando una part e sí, otr a parte no, de su objeto, - Muy cierto.
sino qu e está queriéndolo (nregro? -Afirma ahora esto , o niégaJo: cuando decimos que
J -Par ece que me Jo tendrás que recordar, pues yo una persona está ansio sa de alg o. ¿ declararemos que
no me doy cuenta en absoluto. lo an sía en for ma íntegr a ? ¿O ac as o una pa rte sí. una
- A otro, no a ti, convendría, Glaucón , decir Jo que part e no?
dices. Porque a un varón acnoroso no le conv iene olvi- -Ea forma i.otegra .
dar que todos los que estáo en la flor de la juventud -Y del amante de la sabiduría o fi.lósofo, ¿di.remos
de algún modo ag uijonean y excitan al amant e de los que no anhela la sabidu tia en parte sí, en parte no, sino
jó venes, y parecen todo s digno s e.le su s cuidados y de íntegramente?
su efusividad. ¿O es que ob rá.is de otro modo coo los -E.s verdad.
jóv enes beUos? Si uno es de nariz. chala. es elogiado - Y de aquel que no le gusta e5tudiar, sobre todo
por vos otros y llamado 'gra cioso'; si otro es de nariz mieolras es jov en y no cuenta aú n con razón para decí - e
~ ag uileñ a. decís que es 'real'; y del que la tiene int er me- dir si eso es ú til o no . no diremos que es amante del
dia ent re las otras. que es 'muy proporcion ada'; que esludío o que es filósofo n , como tampoco del que sien·
los mor enos se ven 'viriles' y los blancos 'hij os de los le aversión por los alimentos hemos de decir que tien e
dioses'. ¿ Y piensas que esa expresi ón, 'amarillo como hambre o que desea alimentos, ni que es voraz, sino que
la miel' , es otra co.~a que ·una invenc ió n eufem ísti ca de es ina pe tenle.
un ama nte que di simula la palidez de su amado, si ésle - Y habla. re mos co rre ctament e.
eslá en la flor de la juventud? En una palabra , alegáis - En cuanto a aquel que está rápidamente dispu es to
4750 todos los pre textos y emitís todos los sonido s para no a gustar de todo estudi o y march ar con alegrí a a apr en·
soltar a ninguno de los qu e están en la pri mav era de der. sin darse nun ca por harto, a és te con justicia lo
la vida. llamaremos ·filóso fo' .
-S1 quieres decir que los amante s obran as í, tamán· - Pues en ese ca so tendrás mucha gente de esa índ<:r d
dome por ejemplo, estoy de ac uerdo. en beneficio del le y r:nuy ext rañ a -dijo Glaucón - ; en efe cto, todos los
argum en to. que aman los espectáculos con regocijo por aprehen-
-Y los que aroan el vin o, ¿no ves qlle obran del mis -
mo modo, saludando todo tipo <le vino coo cualquier n Nos pennirimos dupli car la palabra plli16sophos en la t radu c·
pre texlo? ción, par.1 la mejor compren5i6n de su se lltido en el co!ltexto. En los
-E s cierto. demás caso s de pa labrtis qu e comienzan con phi/· traducimos • aman! e
de•)I.
236 DIÁLOGOS REPÚBLlCA · V 287

der. me parece a mí, son de esa índole; y aún más insó· -Aquello s que aman las audiciones y los espectácu-
litas son los que aman las audiciones, al menos para lo~ se deleitan col) sonidos bellos o con colores y f igu-
ubicarlos entre los filósofos, ya que no estarían dispues- ras bellas, y con todo lo que se fabrica con cosas de
tos a participar voluntariamente de una discusión o de esa índole; pero su pensamiento es incapaz de divisar
un estudio serio; antes bieo, como si hubiesen arrenda- la naturnl e1,a de lo Bello en sí y de deleitarse con ella.
do sus ofdos, reco rr en las fi.estas dionisíacas para oír -Así es. eo efecto.
todos los coros, sin perderse uno. sea en las ciudades, -en cambio , aquellos que son capaces de avnnzar
sea en las aldeas. A todos estos aprendices y otros se- hasta lo Bello en si y contemplarlo por sí mismo. ¿no
, e meja.ntes, inclu so de artes menores, ¿llamarás 'filósofos'? son raros?
-De rúngún modo - respondí-, más bien 'pareci- -Cienao,ente. e
dos a filósofos'. -Pues bien; el que cree que hay cosas bellas, pero
-Entonc es, ¿a quiénes lhunas 'verdaderamente filó- no cree en la Bellew en sí ni es capaz de seguir al que
sofos'? conduce hacia su conocimiento, ¿ te parece que vive so-
-Aquiene s aman el espectáculo de la verdad. ñando, o despierto? Examina. ¿No consiste el soñar en
-Bien, pero ¿qu é q uieres decir con eso? que, ya sea mientras se duerme o bien cuando se ha
-De ningún modo sería fácil con otro, pero pienso despertado. se toma lo semejante a algo, no por seme-
que tú vas a estar de acuerdo corunigo en esto. jante, sino como aquel lo a lo cual se asemeja?
-¿Qué cosa? -En efecto, yo CÜ.riague soñar es algo de esa índole.
-Que, puesto que lo Bello es contrario de lo· Feo, -Veamos a.hora el caso contrario: aquel que estima ,,-=
son dos cosns. que hay algo Bello en sí, y es capaz de mirarlo tanto ,,
-176o -¡Clarn~ r como las cosas que participan de él, sin confundirlo con
-Y que, puesto que son dos, cada uno es¡uno. las cosas que participan de él, ni a él por estas cosas
-También eso está claro. part icipaates, ¿ te parece que \rive despierto o soñando?
-Y el mismo discurso acerca de lo Justo y de lo -Despierto. con mucho .
Tnjusto, de lo Bueno y de lo Malo y todas las Ideas: ca- -¿No denominaremos correctamente al pensamien-
da una en sí misma es una, pero, al presentarse por to de éste , c:n cuanto conoce , 'conocim ienw· . mientras
doquier en comunión con las acciones, con los cuerpos al del otro, en cuanto opina , 'opinión ' ?
y unas con otras, cada una aparece como múltiple. -Completam ente de acuerdo.
-Hab las correctamente . -¿ Y si aquel del que afirmamos que opina se enco-
-En este sentido, precisame n te, hago la distinción, leriza contra nosotros y arguye que no decimos la ver·
apartando a aquellos que acabas de mencionar, aman- dad? ¿No tendremos que apaciguarlo y convencerlo de ~
tes de espec táculos y de las a rte s y hombres de acción, que se calme, ocultándole que no está sano?
h de aquellos sobre los cuales versa mi discurso, que son -Convendrá que así lo hagamos.
los únicos a quienes cabria denominar correctamente -Vamos, pues, examina qué hemos de respo'o<lerle.
'filósofos'. ¿ O prefieres que lo interroguemos; diciéndole que, si
-¿Qué quieres decir? sabe algo, no le tendremos envidia, sino que nos regoci-
288 DIÁLOGOS REPÚBLICA V 289

jaremos de ver que sabe algo? "Pero dinos : ¿el que cono- Pero antes me parece, más bien, qu e debemos dist in-
ce, conoce algo o no conoce nada?» Respóndeme en Ju- guir algo.
gar ·suyo. -¿Qué?
-Responderé que conoce algo. -AfJrmamos que los poderes son un género de co· e
477'l -¿Algo que es o algo que no es? sas gracias a las cuales podemos lo que podemos noso-
-Que es; pues. ¿cómo se podiia conocer lo que no es? 1ros y cualquier otra cosa que puede . Por ejemp lo, cuento
-Por lo tanto. tenemos seguridad en esto. desde cual- entre los poderes la vísta y el oído. si es que compren-
quier punto de vista que observemo s: lo que es plena- des la especie a que quiero referirm e.
mente es plenamente cognoscible, mientras que lo que -Sí, comprendo.
no es no es cognoscible en ningún sentido. -Escucha lo que, con respecto a el.los, me parece.
-Con la mayor seguridad . No veo en los poderes, en 1
efecto, ni color ni figura ni
-Sea. Y si algo se comporta de modo tal que es )' nada de esa índole que ihallamos en muchas otras co-
no es, ¿oo se silUará entremedias de lo que es en forr.na sas, dirigiendo la m.irada a las cual es puedo distinguir
pura y de lo que no es de ningún m odo? por mi mismo unas de ~tras. En un poder miro sólo d
-E nrremedias. a aquello a lo cual está r1erido y aquello que produce ,
-Por consiguiente, s i el conocimiento se refiere a y de ese modo denomino a cada u no de ellos 'poder',
lo que es y la ignorancia a lo que no es. deberá ind agar- y del que está asignado a lo mismo y produce lo mismo
se qué cos a intermedia entr e el conocimiento científico considero que es el mismo poder. y distinto el que está
b y la ignorancia se refiere a esto int ermedio, si es que asignado a otra cosa y produce otra cosa. Y tú ¿cómo
hay algo así. procedes?
-De acuerdo en esto. - Del mismo modo.
-Ahora bien. ¿llamamos a algo 'opinión'? - Volvamos atrás, entonces . mi excelente amigo. ¿Di-
-¡Claro! ces que el conocimiento científico es un poder, o en qué
-¿Es un poder distinto que el del conoc imiento cien- género lo ubicas? ·
tífico. o el mismo? -En ése: es el más vigoroso de todos los poder es.
-Distinto. -¿ Y la opinión es un poder o la transferiremos a ,
-Así pues. la opinión corr esponde a una cosa y el otra especie?
conocimiento científico a otra : -De ningún modo, porque aquello co n lo cual pode-
-Así es. mos opinar es la opinión.
- Y al corresponder por natural eza e l conocí miento -Pero hace apenas un moment o conv ia.iste en que
científico a lo que es 1\ ¿ no conoce cómo es el ente? el conocimiento científico y la opinión no son lo mismo .
-¿Y cómo un hombre en su sano juicio admitiría
i• Traducimos en general to6n por «lo que es• (reservamos•el
ser» para el infinitivo sustantivado 10 efnoi). Sólo en frases como 1:1
que es lo mismo lo falible y lo infalible?
-Muy bien -asentí- . Es manifiesto que estamos
que sigue inmcdintamente vért!mos ~el ente•. para que no parezca un de acuerdo en que la opinión es distinta de l conocimiento 478,,
juego de palabra~. cient(fíco.

94 . - 19
290 REPÚBLICA V 291

-Sí, dist ima. . -En tal cas o. no se opina sobre lo que es ni sobre
- Po r consigu ient e, cad a una de e~tas cosas , por t e- lo que no es.
ner un pode r d is tinto, está asign ada por n atural eza a -No , por c ierto.
algo dis tinto. -P or ende, la op in ión no es ignora ncia ni conoci-
- Necesariamente. miento.
- Y tal vez el conocimiento cientffico está por natu - -A sí parece.
ral eza asignado al ente, de .modo que conozca cómo es . -¿ Est á en tonces más allá de ambos , sobrepa sand o
-Sí. al conoc jro iento en claridad y a la ignorancia en
-La opinión, en cambio , dec imos que opina. oscuridad ?
- As í es. -Ni u na cosa ni la otra.
-¿ Y conoce lo mismo qu e el conocimiento cientlfj . -¿O te par ece que la opiníón es más oscura que el
co ? ¿Y lo mismo ser á cogn oscib le y opinable, o es imp o- conocimi ento y más clara que la igno rancia?
sible est o? -E so sí.
- Es imposible -resp ond ió Glaucón- , da do lo q ue - ¿Yace en tre am bos? d
hemo s convenido. Si un disti nt o poder corr es pond e por - Sí.
n a tu ra leza a un objeto disti nto, y ambos. opinión y co- - ¿La opini ón es , pue s, intermedia entre uno y otro?
b nocimiento cieotífico, son pode res, pero cada uno dis- -Ex acta mente.
tint o del otro, como decimo s, de allí re sulta que no hay -¿ Y no dijimos anteriorment e u que, si se nos apa-
lu gar a que lo cognoscible y lo opinable sean lo r:nismo. recía a lgo que a la vez fuese y no fuese, una cosa de
- Por lo tanto, si Jo qu e es es cognoscible, lo opi na- tal índ ole yac eria entre medio d e lo que puramente es
bJe será algo distinto de lo que es. y de lo qu e por completo no es, y ni le correspondería
- Dis tin to . en efec t o. eJ cono ci01 ienco científico ni la ignorancia, sino, como
-¿ Se opi na ent on ces sob re lo que no es, o es imp o- decim os, algo que parece interm edi o eotre la ignoran-
sib le opinar sob re lo que no es? Refle xiona: aquel que cia y el con ocimiento científí co?
opi na tiene una opinión sobre algo. ¿ O acaso es posible -Co rr eot o .
op inar sin opinar sobre na da? -Pero se ha mostrado que lo que llamamos 'opinión'
-No, es imJ?osible. es interme dio entre ellos.
- ¿No es, más bien, que el que opina opina so bre -Ha sido mostrado.
un a cosa' - Nos quedarí a entonces po r de scubrir aquello que. e
-Si.. segú n pa rec e, participa de am bos. canto del ser como
e - Pero lo que no es no es algo, sino nada, si hab la - del no se r. y a lo que no pod e mos denominar rectamen -
mos recta men te. te oi como uno ni como otro en forma pura; de modo
-E nt e ramente de acuerd o . qu e, si aparece. digamos co n justicia que es opina -
-A lo que no es hemos asigna do neccsariam eote la
ignorancia, y a lo qu e es el conoc imien to.
25 Bn 477a-b.
-Y hemos rrocedid o correctamente.
292 OTÁLOGOS
RE.PUBLICA V 293
ble, y asi gnemos las zonas extremas a los poder es extre-
mos y las in1ennedi as a Jo intennedio. ¿No es así? den interpre lar en doble sentido, y no es posible conce·
-Sí. birlas con firmeza como sie ndo ni como no siendo , ni
479a -Ad mitido esto, podré decir que me hable y re spon- ambas a la vez o ningun a de ellas.
da aquel valiente que no cree que haya algo Bello en -¿Sabes entonces qué hacer con tales cosas - pre·
sí, ni una Idea de la Belleza en sí que se comporta sie mpre gunté-, o las ubicarás en un sitio mejor que entre )a
del mismo modo, sino muchas cosas bellas; aquel amante realidad y el no ser? En efe cto, ni apar ece rán sin duda
de espectáculos que d e ningún modo tolera que se Je más oscuras que el no ser como para no se t'
cüga que exist e lo Bello único. lo Ju st o, etc. «Exce lente meno s aún, ni más luminos as que e) ser como para ser d
amigo», Je diremos, «de esta s múltipl es cosas bel.las, ¿hay r.oás aún.
alguna que no te parez ca fea en algún sentido? ¿Y de - Es muy cierto.
las justas, a lguna que no re parezc a i.ojusta, y de las . -Por con?iguiente, hemo s descubien o que las múl ·
santas una que no te parezca prof ana?>,. tipl es creencias de la multitud acerca de lo bello y de -
b -No, nece sariamente las cosas be llas han de pare· más cosas están como rodando en un terr eno ioterme ·
cer en algún sentido fea s, y así como cti.alqujer otra de dio enl.re lo que no es y lo que es en forma pura.
las que pre gu ntas. -Lo hemos descubierto.
-¿ Y las 1núhiples cosas dobles? ¿Parecen me aos la :-Pe ro hemos con venido ant e riormente en que, si apa -
mitad que el doble? rec1a algo de esa ío dole, no se deberia deci r que es coa-
-No . nos cib le sino opinable y, vaga od o en territorio interm; .
-Y de las cosas grand es y las pequ eñas, las Iivían as dio, es cleteccabl e por el pod er intermedio .
y las pesadas, ¿ las denominaremos con estos nombres -Lo hemos convenido.
que enunciamos más q ue con los con trarios? -E n tal caso, de aquellos que contemplan las múlli· ,,
-No. cada una contien e siempre a ambos opuestos. ples cosa s bellas. pero no vea lo Bello en si ni son capa-
-¿ Y cada w,a de estas mult iplicidades es lo qu e se ces de. seguir a otro que los conduzca baci a él o ven
dice que es más bien que no es?>•. múl1 iples cosas justas pero no lo Justo en sí v ;sí con
- Esto -señaló Glaucón - se parece a los juegos de todo, di.remos que opinan acerca de todo pe r~-no cono-
palabras con doble sentido que se hacen en los baoque. cen nada de aquell o sobre lo q ue opinan .
,. te s, y a la aclivinanz.e infantil del eunuco y deJ tiro al -N ece sariament e.
murciélago. en que se da a adivinar con qué le Lira y -¿Qué diremos, en cambio, de los que contemplan
sob re qué está posando ". Estas cosas también se pue . las cosa s en sí y qu e se compor tan siempre del mismo
modo , sino que conocen, y que no opinan? .
u, Seguimos a Shorcy en le. licen cia de subrayar el «es• {y el «no -También es necesario esto.
es-) de la oración pr incip al para ayud ar a l lector a evitar la confusión
con el «es• de la oración de rela tivo. le arrojó y no le a, rojó un a piedra que no era piedra». Las palabras
17 Según el escoliasta (GlU!l!Nl?., 235) la adivinan za respectiva po- dnv~s son ,,eunuco•, •murciélago., •caña •, «piedra p6m~z•, con las
dría ser ~sla: •adivln am:a: un homb re que no era hombre/ vio y no que J:C reconstruyen la solu ción ; •Un eunuco vio Jmperfe ct amcot.c un
vio .a un pá,iaro c1ucno era pájaro./ posa do en un leño q ue no era lei\o.l in,urc1élA~O posado en una caña y le arrojó, sin acertarle, una piedra
pomez~. ·
294 DIÁLOGOS

- ¿Y no añadiremos que éstos dan la bienv enida y


480a am an aquell as cosas de las cuales hay conocimiento y
aqué llos la s cosas de las qu e hay opinión? ¿O no nos
acordamos de que decíamos que tales hombr es aman
y contemp lan bellos sonidos, colores, etc. pero no tole-
ran que se considere como exist en te lo Bello en sí?
-Sí, lo record aremos.
-¿ Y cometerem os una ofen sa si los denominamos
'amantes de la opini ón' más bien que 'filósofos'? ¿Y se VI
encolerizarán mu cho con nosotros sí hablamos así?
-No, al meno s si me h ace n caso; puesto que no es
lícito encolerizar se con la verdad .
-Entonce s ha de llama rse 'filósofos' a los que dan -Qué son los filósofos y qué los no-filósofos 484a

la bienvenid a a ca da una de las cosas· que son en sí, -proseguí-: esto es, Glaucón , lo que se nos ha mostra-
y no 'am ant es de la opinió n'. do a través de la descr ip cióJl efec tuada en un discurso
- Completamen te de acuer do . extenso y de algun a manera fatigoso.
-Tal vez no habría sido fácil a través de uno breve.
-Parec e qu e no; y creo qu e se nos habría revelado
mejor aún si hubi ésemos tenido que hablar acerca de
eso sólo, y no tener que entrar a detallar las muchas
cosas que quedan parn adve rtir en qué se diferencia la
vida del justo de la de l injusto . I>
-¿Qué es, pu es, lo que viene después de eso?
-Ninguna otl' a cosa sino la que le sigue en orden:
puesto que son filósofos los que pu eden alcanzar lo que
se comporta siempre e idénticamen te del mismo mod o,
mientras no son filósofos los incapace s de eso, que, en
cam bio, deamb u lan en la multiplicida d a bigarrad a,
¿ qui éne s de ellos deben ser jefes de Estado?
- ¿Cómo pod ríam os responde r algo razonable?
- A los que de ellos se revelan capaces de vigilar las
leyes y cost umb res del Estado, a ésos instituirem os
como guard ianes . · e
-Correc to.
-He aquí algo que es claro: si el guardián que cus-
todia lo que sea debe ser ciego o de vista aguda.
296 Dl,\LOGOS Re.PÚBLICA Vl 297

-¿ Y cómo no ha de ser claro? tente y que no deambula sometida a la generación y


-Pues bien. ¿crees que difieren en algo de los cie- :i la corrupción .
gos los que están realmente privados del conocimi en to -Convengámoslo.·
de lo que es cada cosa, y no tienen en el alma un para- -Y además que la aman íntegra. sin rechazar parte
digma manifi es to, ni son capac es . como uri pintor, de alguna de ella, sea pequeña o gr ande, más honorable
dirigir la mirada hacia lo más verdadero y, remili éndo- o más despreci able, tal como anteriormente deS<:ribimos
d se a ello sin ces ar , contemplarlo con la mayor precisión respecto de los que aman los honores y de los enamora·
posible, de modo de implantar también aquí Jas reglas dos.
concernfootes a lo bello. a lo justo, a Jo bueno, si hay -Hablas correctamente.
aún que ÍlTJplantarlas, o, si ya están establecidas, pre- -Después de eso examina si los que han de ser e
servarlas con su vigilancia? ta .! como dedmos cuentan en su oaturalez..a con algo
-¡Por Zeus que no difieren en mucho! mós.
-¿ lnst i tui remos a éstos corno gunrclianes más bien -¿Qué cosa?
que a aquellos que , conociendo lo que es cada cosa, no -La veracidad y lo no admisión voluntaria de la fal-
les falta en cuanto a experiencia nada respecto de és- sedad, el odio a ésta y la inclinación a la \'erdad.
tos. ni tampoco les van a !a :z..agaen cuanto a la excelen- -Probablemente.
cia en píoguno de sus aspectos? -No sólo es probable, querido amigo, sino también
-Seda absurdo -dijo Glaucón- escoger a otros, si complet.a.roente necesario que quien es amoroso por na-
no les falta oada en las restances cosas, ya que los turale'.l.a ame a todo lo que es congénere y emparentado
sobrepasan en cuanto a lo que es prácticamente más con las cosas que ama.
importante, como el conocimiento de lo que es cada -Correcto.
cosa. -Pu es bien: ¿hallarás algo más emparentado con la
485a - Y Jo que tenemos que decir ahora es de qué modo sabiduría que l?o verdad? .
podrán alc.aozar las restantes cosas a la vez que la -Claro que no.
principal. -En tal caso, ¿puede una misma naturaleza filos<r
-Completamenre de acuerdo. far y amar a la falsedad? d
-Como decíamos al comenzar esta argumentación, -De ningún modo.
en primer lugar es nece sa rio aprehender su naruralez.a; -Por consiguiente, es necesario que el que ama ver-
y pienso que, si oos ponemos de acuerdo súficientemen- daderamente aprender aspire desde muy temprano a la
te sobre ella, concordaremos también en que tales hom- verdad íntegra.
bres pueden alcanzar esas cosas, y en qu e no deben ser -Absolutamente.
otro s que éstos los jefes de Estado. -Pero además sabernos que, cuando a alguien lo
- ¿De qué modo? arrastran fuertemente los deseos hacia una sola cosa,
-Hemos <le convenir -afirmé-, con respecto a las se le tornan más débil es las demás, como una corríente
b na turalezas de los filósofos, que siempre aman aquel que es canalizada hacia allí.
estudio que !es hace patente la realidad siempre exis- -Es cierto.
298 DIÁLOGOS REPÚBLICA VI 299
- Y en aquel en que han fluido los deseos hacia el - También esto: al observa r el alma de 1 filósofo y
conocimienlo, y hacia todo lo de esa índole, és tos con- la del que no lo es, examina si ya desde lemprano es
c iern en al placer del alma mism a y por sí misma y aban- justa y mansa, o iosociabl e y salvaje.
e donan los placere s corporales, si es que ha de ser fil&- -Completamente de acuerdo.
sofo verdaderam ente y no de modo artificial. - Pero pienso que tampoco dejarás de lado lo si· e
- Completame nLe necesario . guiente.
- Un hombre semejante será moderado y de ningún -¿ Qué cosa?
modo amante de las riquezas. pues las cosa s por las -S i aprende fácilmente o con d.ificultad. ¿ O espe ras
cual es se pone celo en conseguir las riquezas , co n todo que a.lguna vez algui en puede querer como es debido
su derroche. hacen que a él menos que a nin gú n otro lo que hace, si al hacerl o se monifica y peno sa mente
conve nga esforzars e en obten1:rl as. akan1.a magros re su ltados?
-Así es. -No.
-t86a -Y aún hay que exami nar lo siguiente, si vas a -Y si no pudiera retener nada de lo que ap ren dió ,
discernir la natural eza del filósofo de la del que no olvidándose de todo , ¿sería posib le que oo quedara
lo es. vacío de conocím.ientos?
-¿Qué cosa-? - No sería posibl e.
-Oue no se te oculte nada que tenga parte en lo -Y si trabaja en vano, ¿no pie ns as que nece sa.ria-
servil; porqu e la mezquindad c.s, sin dud a, lo ruás op ues- mente terminará por odiarse a sí mismo y a sem eja nLe
to a un alma que haya de suspirar siempre por la totali- trabajo ?
dad integra de Jo divino y lo hum an o. -¡Cl ar o!
-Una gran verdad . -P or consigui ent e, no debemos admitir el alma d
-Y aquel espíritu al que correspo nde la contempla- olvidadiza entre las d eb idamente filos óficas, sino que
ción sublime del tiempo todo y de toda la realidad, ¿pien- hemos de buscar una dotada de buena memoria .
sas que puede cr eer que la vida hum an a es gran cosa? -Completameme d e acuerdo.
-Es imposible. -¿ Y no dínamos menos que la naturaleza que es
b -¿ Y acaso semejante hombre considerará qu e la extraña a la Musa y a la buena forma no empuja hacia
muerte es algo temibl e? ningun a ocra parte qu e a la desmesu r a?
-Ni en lo más mínimo. -Sin duda.
-Enton ce s, a una natur aleza cobarde y servil no le -¿Pero la verdad es congénere de la desmesura o
corresponde lomar parte, según parec e, en una verda- de la mesura?
dera fi loso f1a. -De la mesura.
-Creo que no. -Busca remos, por consiguient e, un espl ritu que, ade-
-En cuanto al varón ordenado qu e no ama las ri- más de las otr as cualidad es , esté natur almente dotad o
quezas y no es servil oi jactancioso ni cobarde, ¿puede de mesura y gracia y qu e, por su propia naturaleza, se
llegar a ser difícil de tracar o inju sto ? deje guiar fácilmente haci a el aspecto de lo que es cada
- No. cosa.
300 DIÁLOGOS
REPÚBLICA V1 301

-No podría ser de otro modo . tas , pero que en los hechos se ve que cuantos se abocan
e -Bien.¿ Y no crees que estas cual idades que hemos a la ñlosofia , no adhiriéndose simp lemente a ella con
descrito son necesarias y se siguen una de otra para miras a estar educados completameote y abandonán-
el alma que va a aprehender de modo sufü;ientemente dola siendo aúa jóvenes. sino prosiguiendo en s u ejer- d
perfecto lo que es? cicio largo tiempo, en su mayoría se convierten en indi-
48ia -Sí. soo necesarias al máx .imo. viduos extraños, por ao decir depravados, y los quepa-
-¿Has de censurar entonces a una ocupación qu e recen más tolerables. no obstante. por obra de esta
no se puede practicar como es deb ido si no se está por ocupación que tú elogias, se vuelven inú ti les para los
natura.leza dotado de memoria , facilidad para aprender, Estados.
grandeza de espíritu y de gracia y no se es amigo y con- Y una vez que lo escuché, dije:
génere de la verdad, ele la jus1i cia , de la valentía y de -¿ Y piensas que los que hablan así mienten?
la moderación? -No sé, pero con gusto oiría cu opinión.
-No, ni Momo' censurnria a lgo por el estilo. -Oirías, pues, que me parece que dicen la verdad .
-¿ Y no es sólo a es tos hombres. un a vez perfeccio- -¿Cómo, entonces, ha de estar bien dicho que no e
nados por la educación y por la edad, que encomenda- cesarán los males para los Estados antes de que en ellos
rás el Estado? gobiernen los filósofos, cuando venirn'os a reconocer que
b En ese punto intervino Adímanto. les son inútiles?
-Nadie, oh Sócrates -dijo-, podria contradecirte. -Para contest.ir la pregunta que haces necesito <le
Pero a los que escuchan en cada ocasión lo qu e· dices una comparación.
les pasan cosas como ésta: estiman que es por su inex- -¡Y claro, tú no acostumbras, creo, a hablar con
periencia en interrogar y responder por lo que son des- imágenes!
viados un poco por obra del argu mento en cada pregun- -Bueno. te burlas eras haberme arrojado en un asun-
ta, y, al acumula .r se al final de la discu .sióo es tos peque- to difícü de demostrar. Escucha ahora la imagen , para 4S 8a
ños desvíos, el error llega a se r grande y aparece con- que puedas ver cuánto me cuesta hacer una compara-
tradiciendo lo prime ro que se dijo. Y así como eo el ción. Tan cruel es el trato que los Estados iníligen a
juego de fichas los expertos termin an por bloquear los hombres más razonables. que no hay ningún otro
e a los inexperto s, que no tienen dónde moverse, así ta.cn-
individuo que padezca algo semejante. Por eso. para po-
bié~ ellos acaban por qu edar bloqueados, sin tener que der compararlos y defenderlos, deben reunirse muchas
~ec1r, por obra de este otro jue go de fichas que no se cosas, a la manera en que los pintores mezclan para
Juega con guijarro s sino con p alabras. aunque la ver- retrat.ar ciervos-e.abríos y otros de esa índole. Imagína -
te que respecto de muchas naves o bien de una sola
dad no gane más de ese modo 1. Digo esto mirando al
caso present e_; pue s ahora podría decirse que de pala- sucede esto: hay un patrón, más alto y más fuerte que
bra no se puede contr adecirte en cada cosa que pregun- todos los que están en ella, pero algo sordo, del mismo b
modo corto de vista y otro tanto de conocimíentos náu-
1 ticos, mientras los marineros están en disputu sobre el
Momo era e l dios del reproche , lil ce nsura y la burla.
1 Cf. no ta 7 al libro [. gobierno de la nave, cada uno pensando que debe pilotar
302 DJÁLOGOS REPÚ'BUCA VJ 303

él, aunque jamás haya aprendido el arte del timonel y -Por lo tanto, has de enseñar la imagen a aquel que
no pueda mo~trar cuál fue su maestro ni el tiempo en se asombraba de que los filósofos no sean honrados en
que lo aprendió; declarando, además, que no es un arte los Esrados, e io1eota convencerlo de que mucho más b
que pueda enseñarse, e incluso es1án dispuestos a des- asombroso sería que los honrasen.
e cuarti7..ar al que diga qu e se puede eoseñar; se amonto- -Se la enseñaré.
nao siempre ~o derr edor del patrón de 1a cave, rogán · -Y también convéncelo de que dice la verdad al afir-
dole y haciendo lodo lo posible para que les ceda el tí· mar que los filósofos roás razonables son inúliles a la
món. Y en ocasion es. si no lo persuaden ellos y otros muchedumbre, pero exhórtalo a que eche la culpa de
sí, matan a éstos y los arrojan por la borda, en cuanto eso no a los hombres nuonables sino a guienes oo recu·
al noble patrón, lo encadenan por medio de la mandrá.· rren a ellos. Porque no es acorde a la oamraleza que
gora, de la embria g1..1ez o cualquier otra cosa y se ponen el pilo10 ruegue a los marineros que se dejen gobernar
a gobernar la nave, echando mano a todo lo que hay por él. ni que los sabios acudan a las puertas de los
en ella y, 1r!ls beber y celebrar, navegan del modo que ricos. Miente aquel que idee tal ingeniosidad. Lo que
es probable hagan semejantes individuos; y además de verdaderamente corre:;ponde por oatur-alezei al enf ermo
d eso ah,ban y denominan 'navegador'. 'piJoto'y 'entendi- -sea rico o pobre- es que \•aya a las puertas de los e
do en náutica' al qu e sea hábil para ayudarlos a gober- médicos, y a todo el que·tiene ntcesidad de ser gober·
nar la oave, persuadicnc.lo u obligando aJ patrón en tan- nado ir a las puenas del que es capaz de gobernar; no
to que al que no sea hábi.) para eso lo censuran como que el que gobierna ruegue a los gobernados para per
i.nú1il. No percibt:n que el verdadero piloto ·necesaria· der gobernar. si su gobierno es verdaderamente prove-
mente presta atención al momenco del año, a las esta- choso. Pero si comparas a los políticos que actuaJmcote
ciones, al cielo. a los astros. a los vientos y a cuantas gobiernan con los marineros de que acabamos Je ha-
cosas conciernen a su arte, si es que realmente ha de blar, y a los que aquéllos decían 'inúti.les' y 'charlatanes
ser soberano de su nave; y. respecto de cómo pilotar de las cosas q11e esl.án en lo airo' con los verdaderos
~ con el consentimiento de otros o sin él. piensan que no pilotos, oo le equivocarás.
es posible adquirir el ;,rle del Liruonel ni en cuanto a -Correcto.
conocim.ienlos técnicos ní en cuanto a la práctica. Si -De aquí y en estas circunstancias no es fác.il que
suceden tales ces.is en la nave, ¿no estimas que e.l ver· la ocupación más excelente sea tenida en alta estima
darlero pilo10 será llamado 'observador de las cosas que por los que ~e ejercitan en sentido contraTio; pero la J
48')a es1án en lo alto·. 'charlatán' e 'inútil' por los tripulan- mayor calumnic1 y la más violenta hacia la filosofía so-
tes de una nave en tal estado? breviene por obra de quienes dicen ocuparse de ella.
-Cjertamente -respondió Adimanto. y que, según lo que afirmas, hacen decir al que acusa
-Y no pienso que debas escrutar mucho la compa- a la filosofla que la mayoría de los que se ocupan de
ración para ver que tsl parece ser la disposición de los dla son depravados, y que los más razonables son in-
Estados hacia los verdaderos filósofos. ya que entien- útiles, cosa en que yo convine contigo que era verda·
des Jo que digo. dera.
-Asl es. -sr. .
304 DIÁLOGOS REPÚBLICA VI 30S

-¿Hemos expuesto entonces la causa de la inuti li· - Pero s i la verdad es la que lo conduce, pienso, no
dad de los filósofos razonables? podremos decír que la sigue un co.ro de males.
-Por cierto que sl. - ¡Claro que no!
-¿Quieres que, a co ntinuación de esto, expongamos -Más bien ,ürem()S que la sigue un carácter saoo
que es forwsa la perversión de la mayor pan e de ellos, y justo, al cual se acopla tambié n la moderación.
y que tratemos de mostrar, en cuanto nos sea pos ible. -Y lo diremos correcLamente.
e que la culpa no es de la filosofía? -; Qué necesidad hay entonces de poner en el orden
-Completament e de acuerdo. forto;o, nuevamente desde el pri ncipio, el resto del co-
-Ahora hablemos y oigamos recordando aquel pun- ro cor respondienre a un alma filosófica? Recuerda que
to en que describíamos cómo debe ser necesariamente encontramos que le convenía la valentía, la facilidad de
la naruraleza del qu e va a ser un hombre de real vaüa. aprender , la memoria; y cuanto objetaste que cualquiera
.190a Si lo recuerdas, en primer lugar, debía ser conducido se ver la forzado a estar de acuerdo en !o que decfamos, d
por la verdad. a la cual tenía que buscar por todos la- pero que, si dejábamos de lado las palabras y dirigía ,
dos y en todo sentid o, salvo que fuera un impo stor que mos la mirada a la gente sobr e la que versaba el discur ·
no tuviera parte alguna en la verdadera filosofia. so, podría decirse que se ve qu e de ellos unos son inúti-
-As( era, en efecto. lo que decíamos. les y la mayoría perversos de toda perversión; hemos
-¿Y no es eso completamente contrario a la opinión arribado ahora. en el examen de la causa de esta ca-
que generalmente se tiene de él? lumnia, a la pregunta de por qué la mayoría sen pen 1er -
-Sin duda. sos; y es en visea a eso que retomamos nuevameate la
-¿ Y no nos defend erem os razonablemente si deci· tarea de delimitar la natural eza de los verdaderos filo-
mas que el que ama realmente aprender es apLo por sofos.
b naturaleza para aspirar a acceder a lo que es, y no se -Así es.
queda en cada multiplicidad de cosas de las qu e se opi· - Debemos entonces obs ervar la corrupción de se-
na que son, sino que avanza sin desfallecer ni desistir mej ante naturaleza tal como se produce co la mayoría,
de su amor ames de alc anzar la naturaleza de lo que y a la que escapan pocos, los cuales no son llamados
es cada cosa, alcanz.án<lola con la parte del alma que. 'perversos' sioo 'inútiles' ; y, despu és de eso, observar
corresponde a esto (y es la parte afín la que corresponde), cuál es la naruralez.a de las almas que imitan la natura·
por medio de la cual se aproxima a lo que realmente leza fi.losófica y se abocan a tal ocupació.o, arribando 4910
es y se funde con es to, engendl'ando intelig encia y a una ocupación que las sobrepasa y de la que no son
verdad, y obtiene conocimiento, nul rición y ver dade- dignas, por lo cual cometen equivocaciones por doquie1 ·
ra vida, cesando entonces sus dolores de parto, no y Así por doquier y entre t odo s los demás hombres en -
antes? dosan a la filosofía la reputa d ón de la que hablas .
-Ser la la defensa más razonable. - ¿A gué clase de corrup ción te reOeres?
-Bien; ¿y será parte de su naturaleza amar la men- -Trat aré de explicártelo, si soy capaz de ello. Pien-
tira, o, todo lo contrario, odiarla? so que todos estarán de acuerd o en este punto: una na-
e -Odiarla. turale za de tal índole, dotada de todo cuanto acabamos

94. - 20
306 DIÁLOGOS REJ>ÚBlJCA VI 307

b de prescribir a quien haya de convertirse complelamen- se vuelven especialmente malas. ¿O piensas acaso que
te en un filósofo, surge pocas veces entre los hombres los mayores delitos y la más extrema maldad provienen
y en pequeño número. ¿No piensas así? de una naturaleza mediocre, y no de una vigorosa qµe
-¡Claro que sí! ha sido corrompida por la nutrjción, y que la naturale-
-Examina ahora cuántas cosas y de qué magnitud za débil es alguna vez causa de grandes bienes o gran-
}levan a estos pocos a su perdición. des males?
-¿Cuáles? -No; es así como dices.
-Lo más asombroso de escuchar es que cada una -En consecuencia, si la naturaleza filosófica que no· 492a
de las cualidades que hemos elogiado en su naturaleza sotros planteábamos se encuentra con la enseñanza ade-
corrompen al alma filosófica que las posee y la arrnn- cuada es necesario que crezca hasta acceder íntegramen-
can de la fiiosofía. Me refiero a la valentía, a la modera- te a la excelencia; pero si tras ser sembrada y plantada
ción y todo lo demás que hemos descrito. crece en un sitio inadecuado, será todo lo contrario,
-Resulta insólilo <'11oírlo. a menos que algún dios acuda en su auxilio. ¿ O tú crees
e -Más aún; todos los llamados 'bienes' corrompen lo que Ja mayoría, a saber, que hay algunos jóvenes co·
al alma y la arrancan de la filosofía: la belleza, la rique- rrompidos por sofistas y algunos sofistas que corrom-
221, la fuerza corporal. las conexiones políticas influyen- pen privadamente de modo digno de mención, y no que
tes y todo lo afín a estas cosas. Ya cuentas con una quienes dicen tales cosas son ellos mismos los más
pauta de aquello a Lo que me refiero. grandes sofistas, que educan de la manera más comple· b
-Sí, aunque con gusto escucharía una exposición ta y conforman a su antojo tanto a jóvenes como a an-
más minuciosa. cianos, a hombres como a mujeres?
-Aprehéndelo entonces correctamente de modo ge- -¿ Y cuándo sucede eso?
neral. y te resultará luminoso y dejarán de parecerte -Cuando la multitud se sienta junta, apiñada en ),1
insólitas las cosas que he dicho. asamblea, en los tribunales, en los teatros y campamen-
-No entiendo qué es ]o que me pides. tos o en cualquier otra reunión pública, y lumultuosa-
d -Toda semilla vegetal o retoño animal, si no encuen· rnente censura algunas palabras o hechos y elogia otras,
lra el alimento, la estación y el lugar que conviene en excediéndose en cada caso y dando gritos y aplaudiendo,
cada caso, sabemos que, cuanto más fuerte, tanto más de lo cual hacen eco las piedras y el lugar en que se e
sufre la falta de Jo que requiere; pues sin duda lo malo hallan, dupHcando el fragor de la censura y del elogio.
es más opuesto a lo bueno que a lo no bueno. .En semejante caso, ¿cuál piensas que será su ánimo,
-¿Cómo no habría de ser asr:> por así decirlo? ¿ Qué educación privada resistirá a ello
-Hay razón, entonces, pienso, en que la mejor natu- sin caer anonadada por semejante censurn o elogio y
raleza, sometida a una nutrición que no Je corresponde, sin se1· arrastrada por la corriente hasta donde ésta la
salg21 peor parada que una mediocre. lleve, de modo que termine diciendo que son bellas o
-Sí, h<'ly razón en ello. feas, las mismas cosas que aquéllos dicen, así como ocu-
e. -Digamos, por consiguiente, Adimanto, que las al- pándose de lo mismo que ellos y siendo de su mi&ma
mas bien dotadas, si tropiezan con una mala educación, índole?
308 DIÁLOGOS .REPÚ13LlCA VI 309

r1 -Es de todil necesidad, Sócrates. fuerte, conociera sus impuJsos y deseos, cómo debería b
- Pero no hemos hablado aún de la mayor coacción. acercársel e y cómo tocarla, cuándo y por qué se vuelve
-¿Cuál es? más fero7..o más mansa, qué sonidos acostumbra a emi-
- Aquella que imponen estos educadores y sofistas tir en qué ocasiones y cuáles sonidos emitidos por otro,
si no pueden persuadir con palabras. ¿O no sabes que a su vez, Ja tornan mansa o salvaje; y tras aprender to-
al que no puede n coovencer lo castigan con privación das estas cosas duraote largo tiempo en su compañía,
de derechos potiticos, multas y pena de muerte? diera a esto el nombre de 'sabidu.ria', lo sistematizara
-¡Claro qu e lo sé ! como ar1t! y se abocara a su enseñanza, sin saber verda-
-¿ Y qué otro sof ista y qué discursos privados opues- deramente nada de lo que en estas convicciones y apeti-
rns a ellos piensas que podrán aspirar a prevalecer? tos es beUo o feo o bueno o malo o justo o injusto; y e
e -Pienso que ninguno. aplicara lodos estos témúnos a las opiniones del gran
-Ciertamente que no, ya que el intentarlo es pura animal, deoominando 'buenas' a las cosas que a éste
locura. Pues no hay ni ha habido ni habrá un carácter regocijao y ·malas' a las que lo oprimen, aunque no pu-
diferente en cuanto a excelencia que haya sido educado diese dar cuenta de ellas, sino que llamara 'bellas' y
con una educación diferente a la de eJlos. Hablo de Wl 'justas' a las cosas necesarias, sin advenir en cuán10
carácter humano , amigo mío, ya que del divino hay que difiere realmente la naturaleza de lo necesario de la de
descartar la mención, corno dice el proverbio. Debes sa- lo bueno , ni ser capaz de mostrarlo. ¿No te parece, por
ber bien, en efecto, que, si algo se salva y Uega a ser Zeus, que semejante educador es insólito?
49.l.4 como se debe, en la actual constitución de la organiza- -A mí sí me parece.
ción política, no hablarás ma.l sj dices que se salva por -¿ Y acaso te parece que difiere en algo de éste aquel
una in1ervención divina. qu e tiene por sabíduria la aprehensión de los impulsos y d
-Creo que no es de 01 ro modo. gusios de la abigarrada multitud reunida, ya sea res-
-Juzga aún, además de esas cosas, la siguiente. pecto de pintura. ya de música. ya ciertamente de polí-
-¿Qué cosa? tica? Porque, en efe.cto , si alguien se dirige a ellos para
-Cada uno de los que por un salario educan priva- someterles a juicio una poesía o cualquier otra obra de
damente 1 , a los cuales aquéllos llaman 'sofistas' y tie- arte o servicio público. convirtiendo a la muchedumbre
nen por sus competido res. no enseñan otra cosa que las en autor idad para sí mismo más allá de lo necesario.
convicciones que la multitud s~ forja cuando se congre- Ja llamada necesidad de Diomedes • lo forza~ a hacer
ga, y a lo cual los sofistas denominan 'sabiduría'. Es
como si alguien, puesto a criar a una bestia grande y • El cscolia~tn (Gll2tNI!, 239) cuenta una leyenda seg\\n la cual Olo-
mcdcs evitó una muerte segura a manos de Ulises -cuando ambos
regresaban al campamento lras robar en Troya una estatua de Polos
l Es dificil ofrecer un:i traducción que dé la idea exacta de lo que Ahmca-. y, ata .ndole las manos, lo obligó a caminar delante de él.
Platón tiene en mente con esta expresió n. No critica, ciertamence. la l·C y ADAM mencion an también una explicación dad.i en un escolio
educación privada, ya que la Academia misma era privada; más bien a Ecclesiawsat 1029 de Aa1sr<!FANllS,que habla de otro Diom~des, d
hay aquí un:. con1reposición lmpllclta entre beneficio privado y bien tracio. quien, teniend o esclavas prostitutas, obligó n unos extranjeros
común, en la cual Jo primer o es equiparado al lucro. que pasaban .a· fornicar con ellas.
310 DIÁLOGOS RE.PÚBLICA VI 311

lo que aquélia apruebe. En cu anto a que estas co:;as -Es lo que sucede habilualmente.
son verdad eramente buenas y bell as . ¿has oído que al - -¿Qué piensas que hará semejame hombre eo se·
guna vez dieran cuenta de ellas de un modo no ridículo ? mejantcs circunstancias, sobre todo si se da el caso de
l -No, y pien so que tampoco lo oiré. que pertenece a un Estado importante, y en él es rico
-Teniendo todo cslo en mente, recuerda lo ant er ior : y noble, y además buen mozo y esbelto? ¿No se colmará
¿hay modo de que la muchedumbre soporte o admita de esperanzas vanas, estimando que va a ser capaz de
que existe lo Bello en sí, no la mulliplicidad de co- gobernar a griegos y a bárbaros, y además exaltándose d
4,411 sas bellas, y cada cosa en sí, no cada multiplicidad?' a .',í mismo en su arrogancia, lleno de ínfulas y de vacía
- Ni en lo más mínimo. e insensata vanidad?
-¿Es imposible, entonces, que la muhitud sea -Seguramente.
filósofa? -Y si a] que es1á así dispuesto se acerca gentílmen-
-Imposible. re alguien y le dice la verdad, a saber, que no tieoe in1e·
-Por coosigu.iente es forzoso que los que filosofan ligencia sino que ésta le falta, y que no la podrá adqui·
sean criticados por ella. rir sin trabajar como uo esclavo por su posesión. ¿píen·
-Forzoso. sas que le será fácil prestar oídos en medio de tamaños
-Y l.:..mbién por aquellos individuos que se asocian males?
con la masa y anhelan complacerla. -Ni con mucho.
-Es evidente. -lncluso si un individuo, en razón de su buen natu·
-A partir de lo dicho ¿ves alguna salvación para el ral y su afinidad con 1ales palabras, de algún modo la~ I!
alma filosófica, de modo que permanezca en su queh a - capta y se vuelve y deja arrastrar hacia la filosofía, ¿qul
ccr
b hasta alcanzar la meta? Rec~pacita sobre lo Zlnte- pensaremos que harán aquéllos al eslimar que pierden
rior, pues hemos convenido en que son propias del filó- sus servidos y su amistad? No habril acción que no rea-
sofo la facilidad para aprender, la memoria, la valentía licen ni palabras que no le digl;)n para que no se deje
y la grandeza de espíritu. persuadir; y en cuanto al que in1ent2i persuadirlo, trata-
-Sí. rán de que no sea capaz de ello, conspirando privada-
-Un hombre asJ será ya desde niño el pñmero eo- mente contra él e iniciándole procesos judkiales en
rre iodos, especialmente si el cuerpo crece de modo público.
similar al al.coa. -Es forzoso. 495a
-Sin duda. -¿Puede semejante hombre filosofar?
-En ese caso, pienso, cuando llegue a ser mayor, -No, por cierto.
sus parientes y conciudadanos querr..in emplearlo para -¿ Ves ahora que no hablábamos mal cuando decía-
sus propios asunros. mos que aquellas cualidades de las que se compone la
-¡Claro que sí! naluraleza filosófica, s{ se nutren en el mal, son de al-
-Y se pondrán a s11 disposición, rogándole y hon- gún modo causa del deterioro de su ocupación, y asi
níndolo, tratando de conquistarlo de antemano y adu- pasa con los llamados 'bienes', las riquezas y todos los
lando anticipadflmente el poder que va a tener. recursos con que está provisto?
312 DIÁLOGOS REPÚBLICA V1 313

-No. hablábamos correctamente. -¿ Y te parece que se ven diferentes en algo de wi


-De tal iodole y de tal dimensióo, mi admirable ru:uj. herrero bajo y calvo qu e ha hecho dinero y, recién libe ·
b go, es la ruina y corru¡::>ción de la mejor naturaleza res- rada de sus cadenas. se lava en d baño y s~ pone un
pecto de la ocupación más excelente, siendo por lo de- manto nuevo. presentándose como novio para despo sar
más rara tal naturaleza, según hemos dicho . Y de estos a la hija de su amo debido a la pobreza y soledad de
hombres procedeo los que causan los peores males a ésta?
los Estados y a los particulares, y también los que les -No difieren en nada . 496a
hacen los más grandes bienes, si la corrie nte los favo- -¿ Y qué clase de desc endenci a tendrá semejante ma-
rece. En c.:1mbio, jamás una naw .raJeza pequeña hace trimo nio? ¿No será bastarda y de baja estofa?
algo grande a nac.lie, sea a un Estado o a un partí· -Es de toda necesidad que así sea.
cular. -Y cuando hombres indignos de ser educados se
-Es la pura verdad. acercan a la filosofía y tratan con ella de un modo no
-Por consigui ente , al fracasar asl aqu e llos a los acorde con su dignidad, ¿ qué clase de conceptos y de
e cuales conviene al máximo, dejan a la filosofía solitaria opiniones diremos que procrean? ¿No serán lo que po -
y soltera. y ello s mismos viven una vida que no es con- demos entender por 'sofi smas' . carentes de nobleza y
veniente ni verdadera, mientras In filosofía , co mo una de inteligencia verdadera?
huérfana sin parientes, es asaltada por gente indigna -Totalmente de acuerdo .
que la deshonra y le formula repi-oches como los que -Quedan entonces, Adimanto, muy pocos que pue- 1,
dices 1c hacen los que declaran que, de qui enes toman dan tratar con la filosofía de manera digna: alguno fo.
coniacto con ella, unos no valen nada y otro s son mere- gueado en d exilio, qe carácter noble y bien educado,
cedores de muchos males. que, a falta de quienes lo perviertan, permanece en la
-Precisament e eso es lo que se dice . filosofía; o bien un alma grande que nace en un Estado
-Y se d.ice razonablemente. Pues al ver otros peti· pequeño y desprecia, teniéndolos en menos, los asunto s
d merres que la plaza ha quedado vacante pero colmada políticos; o bien algunos poco s bien dotados naturalmen -
de bellas palabras y apariencias. tal como lo s que hu- te que con justicia desdeñan los demás oficios y se acer-
yendo de la cárcel se refugian en un templo , también can a la filosofía. También el freno de nuestro amjgo
éstos escapan desd e las técnicas hacia la filosofí a. y sue- Téages 5 puede retener a ot.ros dentro de Ja filoso-
len ser los más hábiles en ésas sus tecnicillas . Porque fía, ya que, dándose todas las demás condiciones co- e
la filosofía, incluso halláodose así maltratada , retiene mo para que desertara de ella, a Téages lo retuvo el
una reputación grandiosa en comparación con las otras cuidado de su cuerpo enfermo, que lo mantuvo aparta -
técnicas, y a esto aspira mucha gente do1ada de natura- do de la política. En cuanto a mi signo demoníaco, no
lezas incompletas; la cual, tal como tiene el cuerpo
arruinado por las técnicas artesanales, así también s Teages era un joven amigo de Sócra 1cs q11<:<:sciiado en Apolo ·
e se halla con el alma embo tada y enervada por los traba- gfa 33e: «tambil!n [e~tá presente! Pára los -hijo de Dcmódoco-. de
qu.ien era hermano Tcagcs•. El pasad o «era. pcrmitc ~uponer que Tea-
jos manuales. ¿No es esto forzoso? ges había muerto por entonces. Un diálogo pseudo,platónico tiene su
-¡Claro que sí! nombre.
314 DIÁLOGOS REPÚBUCA VI 315

vale Ja pena hablar. pues antes de mi apenas ha habido -Ninguna. y yo me quejo de que ninguna de las cons- b
algún caso. o ninguno. Y los que han sido de estos po- tituciones políticas de hoy en día sea digna de la natu-
cos que hemos enumerado y han gustado el regocijo y raleza filosófica; por eso se desvía y se altera; tal como
la felicidad de tal pos esión, pueden percibir suficiente- una semilla exótica sembrada en tierra extraña se des·
mente la locura de la muchedumbre. así como que naturaliza, sometida por ésta, y suele adaptarse a las
no hay nada sano -por asi decirlo- en la actividad espe<:ies vernáculas, así tampoco esta índole filosófica
d política , y que no cuent,m con ningún aliado con el cual conse rva su poder, sino que degenera en un carácter
puedan acudir en socorro de las causas justas y conser- extr año. Pero si da con la mejor organización política,
var la vida . sino que. como un hombre que ha caído acor<le con que él mismo es el mejor, resultará maní- e
entre fieras, no están d ispuestos a unírseles en el daño fiesta que era algo realmente divino, mientras todo lo
ni son cap;ices de hace 1·frente a su furia salvaje, y que, demás -naturaleza y ocupadones- , humano. Pero, des·
antes de prestar algún servicio a.l Est.ado o a los ar.oi- pués de esto, es obvio que preguntarás cuál es esta or-
gas , han de perecer si.o resultar de provecho para sí ganización política mejor.
mismos o para los demás. Quien reflexiona sobre todas -Te 1:.:c.¡ui
vocas , pues no iba a preguntarte eso . sino
eslas cosas se queda q uieto y se ocupa ran sólo de sus ::;ies esta la que hemos descrito al fundar nuestro Esca-
propias cosas. como a lgu ien que se coloca junto a uo do , u otra.
muro ea medio dt:: una tormenta para protegerse del -En otros sentidos es ést.a; pero queda un punto a l
polvo . y de la lluvia que trae el viento; y, mirando a los cual nos hemos referido ya•: que debería haber si(!m-
demás desbordados por f¡¡ inmoralidad. se da por con- p.re en e l Estado a lguien que tuviera la misma fórm ula J
terno coa que de algún modo él pueda estar ümpio de de lo organización política que has tenido tú, el legisla-
,· injusticia y sacrilegios a través de su vida aquí abajo dor . al implantar las leyes.
y abandonarla favorablemenre dispueslo y alegre y con -Nos hemos referido a eso. en efecto.
una bella esperanza. -Pero no quedó suficientemente esclarecido por el
497a -Si así se desembaraza de eUa -dijo Adimanto- temor a vuestros ar.aques. cuando mostrasteis que la de-
no será insignificante lo que ha logrado. mostración de eso era larga y difícil; aparte de que lo
-Pero tampoco muy importante -repuse yo-. al que restaba exponer uo era en absoluto fácil.
no hallar la organización política adecuada, pues en una -¿De qué se trata?
apropiada crec erá más y se pondrá a salvo a sí mismo -Del modo en gue un Estado ha de tratar a la filo-
particularmente y al Estado en común. Pero en lo que sofía para no sucumbir; pues todas las cosas grandes
hace a la filosofía, me parece que hemos hablado razo- son arriesgadas, y las hermosas realmente difíciles, co-
nablemente sobre los motivos de que se la calumnie mo se dice.
y sobre que esto es inju:.to, si no tienes otra cosa que -No obstante, debes completar la demostración acla- e
decir. randa este punto.
-Nada acerca de eso. pero ¿cuál de las organizacio-
nes políticas .:lctuales dirfos que es adecuada para la
filosofía? ~ Cf. 1H 412a .
316 DIÁLOGOS REPÚBLICA VI 317

-No me lo impedirá el no quererlo, sino el no po- ~erv1c10 a la filosofía. Y al crecer en edad, cuando el
der. Pero tú, que estás presente, verás al meoos mi alma comienza a alcanzar la madu re z, hay que intensi•
celo. Observa entonces cuán ardientemente y de qué mo- ficar los ejercicios que corresponden a ésta; y, cuando
do o,ás aventurado voy a decir una vez más que eJ Esta- cede la fuerza corporal y con ello quedan excluidos de
do debe abordar la práctica de la filosofía de· una mane- las tareas políticas y milit.ares, deja rlos pacer libremente e
ra opuesta a la actual. y no ocuparse de otra cosa que de la filosofía, a no ser
-¿Cómo? de forma accesoria, sí es que han de vivir dichosamente
-En la actualidad la abordan a<lolesceotes que ape- y, Lras mor ir , han de coronar allá la vida que han vivido
4984 nas han salido de la níóez, y que. en eJ jntervalo ante- con uo adecuado destino .
rior al cuidado de la casa y de los negocios , cuando ape- -Es verdad , Sócrates , creo que hab las con ardor ;
nas s.e hao aproximado a la parte más dificil de la filo- pienso. sin embargo , que muchos de los que te escu-
sofía -la concerniente a los conceptos abstractos- 7. chan, comenzando por Tr asímaco, serán más ardorosos
la dejan de lado, pasando por filósofos hechos: de ahí aún al oponérsete y oo se dejarán persuadir en lo más
en adelante están dispuestos a convertirse en oyentes mínimo.
de otros que sean activos en filosof,ía, cuando son invi- -No oos indispongas a mí y a Trasímaco, cuando
tados, con lo cual creen hacer gran cosa, pensando que acabamos de hacernos am.igos, si.n haber sido antes d
deben practicarla como algo accesorio. Y a exce pción enemigos; pues no hemos de descui dar ningún esfuerzo
de unos pocos, cerca de la vejez se apagan mucho más hasta que lo persuadamos a él y a los demás, o les sir-
b que el sol de Herácüto. por cuanto no se encienden vamos en algo en otra vida, si, al volver a nacer. se
nuevamente•. encuentran eo conversacione s de esta (ndole.
-¿ Y qué debe hacerse? -¡Estás hablando de un breve lapso de tiempo'
-Todo lo contrario; cuando son niños y adolescen- -No es nada, al menos si se lo compara con la tota·
ces, ha de adminíscrárseles una educación y una filoso- lidad de los tiempos. Oe todos modos, que la multitud
( ia propias de la niñez y de la adolescencia , y, mientras oo se deje persuadir por lo que decimos no es o.ada sor·
sus cuerpos se desarrollan para alcanzar la virilidad. prendente. pues jamás ha visto que se haya generado
deben cuidarlos bien, procurando así que presten un lo que ahora hemos expres ado, sino más bien ha oído .:
ciertas frases haciendo consonancia entre sí a propósi-
' Añad imo $ vabstract~». C1·JAMBR'I' y P,\DO N-F. GAi.UJ'!o tl"lli:lucen to, no accidentalmente, corno me acaba de ocurrir. Pero
esta expres ión (t o peri roi'i.s lógous) por •dia li cUca•, pero es1e concepro
en cuanto a ver algún hombre que se halle en equilibrio
se explicita por primera vez t:n SI l b, den tro <le la alegotia de la linea.
8 Cf. H.!IR.ÁcUTO, ír. 30 D1eLS-KR.AN1. : • ... (uego siempreviva, que s~ y consonancia con la excelencia, de palabra y acto, tan
enci ende con medida y se apaga coa medida •. No obstante, ALEJANDRO perfectamente como sea posible, gobernando en un Es- 499 0
DE ArR0D1S1A usa palabra$ similares a las de Platón "al come nu ,· el fr. tado de su misma índole, nunca ha visto uno ni mu-
6 («el sol es nuevo ca<la día»: vet· textos en Los fi/6so{os pres,,cr61icos, chos. ¿ O piensas que si?
Madrid, 1978. ,•ol. í, págs. 331,334). Como d fuego de HEn.<c~no hEI
~ido concebido;,, imagen y semejanw del sol (d . fr . 16), no es diífcil -De ningún modo.
que antes de las palahrr,s citadas en d fr. 30 figuraran lérminos simi- -Tampoco esa multitud ha prestado suficientemen-
lares rcfe.-ídos al .'iol. te o(dos, bienaventurado amigo. a discusiones bellas y
318 DIÁLOGO S Rl!f>ÜBLlCA VI 319

señoriales en las cuales se busqu e seria mente la verdad -Pe ro dirás que a la muchedumbre no le parece lo
por todos los medios con el fin de conocerla, y en las mismo, ¿verd ad?
cuales se salude desde lejos esas su cilez.as y argucias -Pr obablemente.
ca pciosas que no tienden a 01 ra cosa que a ganarse una -Mi dicho.so amigo, no condene s de tal modo a la
reputación y a promover discordia en los tribunales y muchedumbre. Ella cambiará de opinión s1, en Jugar de e
,en las conversadones particular es . discutid.: con a rguc ias, la exhonas a deponer su falsa
- Tampoco eso, efectivamente. imagen respecto del amor al saber, mostrándole cómo
-fue esto lo que teníamos a la vista y preveíamos soo los que dices que son filósofos y definiéndole, como sooa
b cuando dijimos. aunque no sin temor y forzados por la hace un momento, la naturaleza de ellos y su ocupa-
verdad, que ningún Estado, ninguna constituci ón políti- ción, para que no crean que les hablas de los que toman
ca, ni siquiera un homhre, pueden alguna ve2 llegar a por filósofos. Y si los contemplan de ese modo, podrás
!.er perfectos, antes de que estos pocos filósofos, que decir que han adoptado otra opinión y que responden
ahora son considerados no malvad os pero sí inútiles, en fonna distinta. ¿O piensas que se irritará contra al-
por un golpe de fortuna sean obligados, quiéranlo o no, guien que no se irrita o será maliciosa con quien nada
a encar garse del Estado , y el Es121doobligado a obede- malicia, cuando ella misma es mansa y nada maliciosa?
cerles; o b~eo antes de que un verdadero amor por la Como veo lo que vas a decir, declaro que una naturale-
e verdadera filosofía se encienda, por alguna inspiración za tan dificil, pienso, se halla en algun os pocos, no en
divina, en los hijos de los que ahora gobiern an o en és- la multitu d.
tos mismos. Que la reali.7.ación de una de estas dos - No te preocupes, que doy mi asentimlento.
cosas, o de las dos, sea impo sible, afirmo que no hay - También dc"lrás tu asenümient o a esto: que, si la b
ra:.t.ónparn suponerlo; pues si fue ra así, estaríamos ha- multitud esta mal dispuesta con la filosofí a, los culpa·
ciendo justamente el ridículo, por estar constru_yendo bles son aquellos intrusos que han irrumpido en ella
csastillos en el aire. ¿ No es as í? de r.nodo dt·sordenado e indebido, vilipendiándose y ene-
-Sí. mistándose unos con otros y reduciendo s iempre sus
-Por coosiguieme. si se ha dado el caso de que al- discursos a cuestiones persooales, compor1ándose del
guna necesidad haya obligado a los más valiosos filóso- modo menos acorde con la filosofía.
fos, en la infi,nitud del tiempo pasado , a ocuparse del - Efectiva mente.
Estado, o e l caso de que se los obligu e actua lmente en -Si .o duda, Adimanto, cu.ando se 1iene verdaderamen-
d alguna región bárbara lejos de nuestr a vista, o el de te dirigido el pen sam iento haci~ las cosa s que soo, no
que se los obligue más adelante, estoy dispuesto a sos- queda tiempo para descender la mirada hacia los asun-
ten er con mi argumento que la organización poJítica des- tos humanos y ponerse en ellos a pelear , co lmado de e
crita ha existido, existe y llegará a existir toda Ve"l. que envidia y hostilidad; sino que, mirando y contemplando
es ta Musa tome el control det Estado . .[>ues no es algo )as cosas que estáo bien dispuestas y se comportan siem-
impo sible que suceda, ni hablamos de cosas imposibles; pre del mismo modo, sin sufrir ni cometer injusticia
~n cuanto a que son dif(ciles, lo reconocemos. unas a olras, conservándose todas en orden y conforme
-También a mí me parece asl. a la ra1.ón, tal hombre las imita y se asemeja a eJlas
320 REPÚBLICA VJ 321

a.l máximo. ¿ O piensas que hay algún mecani smo por cja lo que por naturaleza es Justo, Bello, Moderado y
el cual aquel que convive con lo que admi.ra no lo imite? todo lo de esa lndole, y, a su vez, hacía aquello que pro-
-Es imposible. ducen en los hombres, combinando y mezc lando distin-
-Entonces. en cuanto el filósofo conviv e t:on lo que tas ocupaciones para obtener lo propio de los hom·
es divino y ordenado se vuelve él mismo ordenado bres 4 , en lo cual tomará.o como mu es tra aqueUo que,
d y divino, en La medida que esto es posibl e al hombre. cuando aparece en los hombres, Home ro lo llama 'divi-
Pero la calumnia abunda por doquier. no' y ·propio de los dioses·.//
-De l todo de acuerdo. -Corre ceo.
-Por consigu.iente , si algo lo fuerz..a a ocuparse de -Y tanto borrarán como volverán a pintar, pienso,
implantar en las costumbres privadas y pública s de los hasta que hayan hecho los rasgos humanos agradables.:
hombr es lo que él ob serva aUá, en lugar d e limitars e a tos dioses, en la me dida de lo posible.
~ formarse a sí mismo. ¿piensas que se convertirá en - Una p in tura así llegaría a ser hermo sísima.
un mal anesano de la moderacióo, de la justicia y ele -Pues bien; en cuanto a aquellos que decí as 'º que
la excelencia cívica en general? se pondrlan en orden de combate para avanzar sobre
- De ningún modo. nosotros, ¿no los persuadiremos de nlgún modo de que
- Per o sí la muchedumbre percibe qu e le decimos semejante pintor de organizac iones polfticas es el filó-
". la ver~ pectocle_los·rnós_ofos, ·¿cOfüffiüara"'mT táo- sofo que les alabábamos enton ces, cuan do los irr1taba
~ose conl'ra ellos y desconfiando de nosotro s cua ndo de- que pusiéramos en sus manos el Estado? ¿No se aman·
cimos que un ·Estado de ~1ingún 111oclo ~et:á:J.IJ:i nrl~ ~- sarán, más bien. al escucharno s ahora?
.vez. a no ser qµe su plano esté diseñ ado _po !J..os dib u - -Sin la menor duda; al menos, si es1iln en su sano
jah tes 9u~ _re ~u n :~.n..al _m odelo . dbdn Q?. juicio.
sota - § i lo percil?.~. cesará de irritarse. P~~o_¿de qué -Entonces, ¿qué es lo qu e podrán discutirnos? ¿Aca· d
modo em iendes ese plano? so que los filósofos no están enamorados de lo que es
- Tomarán. el Estado y los rasgos actuales de los y de la verdad?
hombres como una tableta pintada, y prim eram ente la -Eso sería insólito.
borrarán, lo cual no es fácil. En todo cas o, sabes que -¿O que su naturaleza, tal como la hemo s descrito,
ya en esto diferirán de los demás JegjsJadores, pues no no es propia de lo mejor?
estarán dispuestos a tocar al Estado o a un particular -Tampoco eso.
ni a promulgar leyes, si no los reciben antes limpios
o los han limpiado antes ellos mismos .
-Y harán bien. 9 Llteralmell!c ..de co lor encamado,. que es el que el pintor tra-
- Desp u é:; de eso, ¿no pien sas que bosquejarán e l ta de obrener mediante la meu:la de varios oolorcs (CÍ. Crátilo 424e}.
esquema de la organización pol íti ca? Traducimos. em pero . • propio de los hombres. par a ttl'1ntcn e r la con-
trap-0s1ción del texto gri ego con la expresió n .. pro pio de los dioses •
-C laro que sí. (que es el ep( tcto de Aquiles, p . ej ., en //. l 131), que :iparece dos Ji.neas
b -Y luego, pienso, realizarán la obra dirigiendo a me• más abaío .
1º En V 474a , o.uoque era Glaucón, no Acliman to , quíen lo decla .
nudo la mirada en cada una de ambas direcciones: ha-
322 DIÁLOGOS RE.PÚBLICA VI 323

-¿''( qué otra cosa? ¿Que semejante naturaleza, si no será imposible que los ciudadanos estén dispuestos
da con las ocupaciones adecuadas, no llegará a ser per- a hacer su parte.
fectamente buena y filosófica, si es que alguna pu ede -En ningún res pecto se:rá imposible.
serlo? ¿O dirán que más bien lle garán a serlo aquellos - Y lo que a nosotros nos parece ¿ ser á asombroso
que nosotros hemo s excluido? e imposible que les par ezca también a otros?
e -¡Claro que no! -Por mi par te no lo creo. e
-¿ Se enfurecerán todavía al oírnos decir que, antes -Por lo demás, que estas cosas, en ca so de que sean
que la raza de los filósofos obt eng a el control del Esta- posibles, son las mejores, pienso que ya lo hemos mos-
do, no cesarán los males para el Estado y para los ciu- trado suficientemente en los argumentos precedentes.
dadano~. ni alcanzará su realización en los hechos aque- -Suficientemente, en efecto.
lla organización política que míticamente hemos id ea do -De allí se sigue ahora, según me parece, que Jo
en palabras? que decimos resp ecto de la legislación, si es realizable,
-Probabl eme nte menos. es lo mejor, y es difícil de realizarse, pero al menos no
so2a -En lug ar de decir 'menos ', ¿no prefieres que los imposible.
demos por ab solutamente aman sa dos y persuadidos, pa- -Se sigue eso, efectivamente.
ra que, avergonzados, si no por otra cosa, estén de acuer· -Una vez arribados penosamente a esta meta, que-
do? da por decir, a continuación, de qué modo contaremos
-Con mucho lo prefiero. co n los que pres erv en Ja organizaci ón política, por
-Tengámoslos, por consigui en te, por persuadid os. me dio de qué estu dio s y ocupaciones se formarán y a d
¿ Y se podrá discut ir alegando que no puede da rse e l qué edad se aplic arán a cada uno de ellos.
caso de que nazca n hijos de rey es o de gobernante s que -Digámos lo, entonces.
sean filósofo s por naturaleza? -No me ha re su ltado astuto en nada, pues, haber
-Nadie lo haría. dejado anteriorm en te de lado dificultades como la de
-¿Y alguien podrá decir qu e, aunque nazcan as í, la posesión de las mujeres y de la pr oc reación, así co-
es forzoso qu e se corrom{'an? Que es difícil salva rse , mo la del establecimiento de los gobernantes, conscien-
b lo hemos ac ordado. Pero que en la totalidad de los te como estaba de lo odioso y difícil qu e sería la verdad
tiempos no haya uno solo que se salve ¿lo discu tiría tot al 11 ; pero no por eso ha llegado menos la hora de
alguien ? hablar de ellas . Es cierto que en lo concerni ente a las e
-¿ Cómo podría discutirlo? mujeres y a los niños hemos concluido, pero en cuanto
-Pues bien, sería suficient e que hubiera uno so.lo a los gobernantes, es preciso retomar la cosa práctica-
que contara co n un Estado que lo obedeciese, para que mente desde el comienzo. Decfamo s 12, si recuerdas, so,a
se llevara a la realidad todo lo que actualmente resulta que debían mostrar su amor al Estado, poniéndose a
increíble.· prueba tanto en los placeres como en los dolores, sin
-Será suficiente, en efecto .
-Y si se da el caso de que un gobernante impla nte 11 En V 449c-d .
las leyes e inst ituciones que hemos descrito, sin duda 11 En m 412d y ss.
324 DIÁLOGOS RBPÚBLICA VI 325

rech azar esta- convicción ll en medio de fatigas, temo- los temor es , frente a los estudios les su cede lo mismo:
res o cualquier otra circunstancia. Antes bien, aquel que se muev en difícilmente y son duros de apr ender, como
se muestre incapaz de ello debe ser exc1uido, mientras alet argados, y se entregan al sueño y al bo stezo cuando
qu e quien emerja puro en todo sentido, como oro pro- se les ex ige que trabajen en ese ámbito .
bad o con el fuego, será erigido gobernan te y colmado -Asi es .
de don es y premios tanto durante la vida com o tras la - Pero afir mábamos que deben particip ar del modo
mu erte. Aproximadamente eslo es lo que había sido di- más perfecto de ambos t ipos de cualidad es, sin lo cual
cho en mom entos en que el argumento se desvió y se no tendrán parte en la educación más perfecta ni en
b cubrió de un velo, en el temor de vérnoslas con lo que los h ono res y el gobiern o.
ahora se presenta. -Correcto.
- Gran verdad; ahora lo recuerdo. -¿ Y no piensas que esa doble parbci pación será
- En efec to, amigo mío, yo titubeaba en aven turar- rara?
me a hacer las audaces declaraciones qu e acabo de ha- -Claro que sí.
cer ; pero ahora hemos de ser mas audac es y decir que -Por cons iguiente, hay que probarlo s en la forma e
es neces ario que los guardianes perfecto s sean filósofos. en qu e decía mos en su momento 14, o sea, a tra vés de
- Seámos lo. fatiga s, temo res y placeres, y algo más que entonces pa-
- Ahora bien, debes pensar cuán poco s es probable samos por alto pero que ahora decimo s: qu e es necesa-
qu e sean. Porque las partes de la natural eza que hemos rio qu e se ejerciten en muchos estudios, para examinar
dicho que tienen que estar presentes en ellos pocas ve- si son cap aces de llegar a los estudios super iores o bien
ces confluye n en un mismo indjviduo, sino que la mayo- si se acobar dan como aquellos a los que les pasa eso 50411
da de las veces crecen dispersas. en las competi ciones atlétkas.
e -¿ Qué quieres decir? -Ciertamen te, ese examen conviene. Pe ro ¿cuáles son
-La facilidad de a{)render , la memoria , la sagaci- los estudios surerio res a que te refiere s?
dad, la vivacidad y cuantas cosas siguen a éstas , el vi- -Sin duda recuerdas que, tras haber dividido el al-
gor mental y la grandeza de espiritu, no suelen cr ecer, ma en tres géneros 1S, exam inamos qué es Ja justicia,
bien lo sabes , junto con una disposición a vivir de una la moder ació n, la valent ía y la sabiduría, lo que es cada
man era ordenada, con calma y constancia; sino que quie- una de ellas.
nes las poseen son llevados azarosamente por su vívací- -Sí no me acordase de eso, no sería ju sto que escu-
dad y se les escapa todo lo constante . chara el resto.
-Dices verdad. -¿ Y lo d~cho antes de eso?
-Por su parte, aquellos caracteres constantes y po- -¿Qu é cosa?
d co volubles, en los cuales uno depositaría más su con- -Decíam os 16 que para contemplarlas lo mejor posi- b
fian za y que en la guerra difícilmente son movi dos por ble nec es itaríamos de un circuito más lar go, tras reco-
14 En III 413c-d.
1i La de que se debe hacer siempre lo que sea mejor par a el Es- 15 En IV 436a.
tado . Cf. IU 4 Be. 16 En 435d.
326 DIÁLOGOS REPÚBLICA VI 327

n-er el cual se nos aparecerjan claras, aunque también -Por cieno que no. pero también tú puedes pregun-
podria aplicarse una demostración que se acoplara a tar. Por lo demás. me has oído hablar de eso no pocas
lo ya dicho; vosotros habéis dicho que bastaba, y las veces "; y ahora, o bien no recuerdas, o bien te propo-
cosas que entonces dije carecieron de precisión, segú n nes plantear cuestiones para penurbarme. Es esto más soSa
me pareció, pero si os agradó os toca decirlo ·a voso 1ros. bien lo que creo, porque con frecuencia me has escu-
-A mí me pareció medidamente razonabl e; y tnm- chado decir que la Idea del Bien es el objeto del estudio
bién a los demás. supremo, a partir de la cual las cosas justas y todas
e -Pero, mi amigo, una medida de estas cosas que las demás se vuelven útiles y valiosas. Y hien sabes que
abandona en algo lo real no llega a ser m edidame nte, estoy por hablar de el lo y, además, que no lo co noce-
pues nada ii:nperfecto es medida de algo. Sin embargo, mos suficientemente. Pero también sabes que, si no lo
a veces a algunos les parece que han alcanzado lo sufi- conocemos, por más que conociéramos todas las demás
ciente y que no necesitan indagar más allá. cosns, siri aquello nada nos sería de valor. así como si
-Sí, con frecuencia les pasa eso a mucho s por indo- poseemos algo sin el Bien. ¿O crees que da ventaja po- h
lencia. seer cualquier cosa si no es buena, y compr ender todas
-Pues precisamente eso es lo que menos conviene las demás cosas sin el Bien•• y sin comp render nada
que suceda a un guardián del Estado y de sus leyes. bello y bueno?
-Natura lm ente. -¡Por Zeus que me parece que no!
-Entonces , amigo mío, es el circuito más largo el -En todo caso sabes que a la mayoría le parece que
d guc debe recorrer , y no debe esforarse menos en estu- el Bien es el placer, mientras a los más exquisi tos la
diar que en practicar gimnasia ; sj no , como acabamos inteligencia.
de decir, jamás alcanzará la meta del estudio supremo, -Sin duda.
que es el que más le conviene. -Y además, querido mío, los que pjensan esto últi-
-Pero ¿acaso -preguntó Adünanto- oo son la jus- mo no pueden mostrar qué clase de inteligencia, y se
ticia y lo demás que hemos descrito lo sup remo, sino ven forzados a terminar por decir que es la inteligeacia
que hay algo todavía mayor? t.lel bien.
-Mayor, cierwmente -respon<ll- . Y de esas cosas -Cierto, y resulta ridículo.
mismas .no debemos contemplar, como hasta ahora. un -Claro, sobre todo si nos reprochan que no conoce- i:
bosquejo, sino no pararnos hasta tener un cuadro aca- mos el bien y hablaa como si a su vez lo su piesen ; pues
bado. ¿No seria ridículo acaso que pusiésemos todos dicen que es la inteligencia del bien, como si compren-
.: nuestros esfuenos en otras cosas de ese.aso valor. de diéramos qué qu.ierea decir cuando proouocian la pala-
modo de alcanz.ar en ellas la mayor precisión y pureza bra 'bien'.
posibles. y que no consideráramos dignas de la máxima
precisión justamente a las cosas supremas? ., Si esta referencia no es ficticia, ha de aludir a convers:\Ciont:$
o exposiciones ora les en la Academia.
-Efectívamente; pero en cuanto a lo que llamas 'el " A partir de aqul marcamos Ja refcren<:ia al Bien como ·Je.leadd
estudio supremo' y c:mcuanto a lo que trata, ¿te parece Bien con roayúscula, para diferenciarla de lo$ USO! no metaflsicos del
que podemos dejar pasar sin preguntarte qué es? vocablo • bien •.
µ

328 DJÁLOGOS Rl!PÚBUCA Vl 329

-Es muy verdad. -Presiences bien.


-¿ Y los que definen el bien como el pla cer? ¿ Acaso -Pu es entonces nuestro Estado estará. perfectam en-
incurren menos en error que los orros? ¿No se ve.o for- te organizado, si el guardián que lo vigila es algui en b
zados a reconcer que hay placeres malos? que posee el conocimiento de estas cos as.
-Es forzoso. -Forwsamcote. Pero tú, Sócrates. ¿ qué dices que
-Pero en ese caso, pienso, les sucede que deben re- es el bien? ¿ Ciencia, placer o alguna otra cosa?
conocer que las mismas cosas son buenas y malas. ¿ No -¡ Hombre! Ya veo bien claro que no te cont ent arás
es así? con lo que opinen otros acerca de eso.
d -Sí. -Es que no me parece correcto, Sócrates, qu e haya
-También es manifiesto que hay mucha s y grandes que atenerse a las opiniones <le otros y no a las de uno,
disputas en torno a esto. tras haberse ocupado tanto tiempo de esas cosa s. · e
-Sin duda. -Pero ¿es que acaso te parece correcto decir acerca
-Ahora bien, es patente que, respecto de las cosas de ellas, como si se supiese, algo que no se sabe?
justas y bellas, muchos se atienen a las aparie ncias y, -Como si se supiera, de ningún modo, pero sí como
aunque no sean justas ni bellas, actúan y las adquieren quien eslá dispuesto a exponer, como su pensamiento,
como si lo fueran; respecto de las cosas buenas, en cam- aquello que piensa.
bio, nadie se conforma con poseer apariencias, sino que -Pues bien -dije-. ¿No percibes que las opinion es
buscan cosas reales y rechazan las que sólo parecen sin ciencia son todas lamentables? En el mejor de los
buenas. casos, ciegas. ¿ O te parece que los ciegos gue hac en co-
-Asi es. rrectamente su camino se diferencian en algo de Jos que
-Veamos . Lo que toda alma persigue y por lo cual úenen opiniones verdaderas si.n inteligencia?
e hace todo, adivinando que existe , pero sumida en di- -En nada.
ficultades frente a eso y sin poder captar su.ficiente menre -¿Quieres acaso contemplar cosas lamentables, cie-
qué es. oi recurrir a una sóüda creeocia como sucede gas y tortuosas, en lugar de oírlas de otros claras y d
respecto de otras cosas -que es Jo que hace perder lo bellas?
506a que puede haber en ellas de ven t.:ijoso-; algo de esta ín- - ¡Por Zeus ! -exclam ó Glau cón-. No te retires, Só-
dole y magnitud. ¿diremos que deb e permanecer en ti- crates, corno si ya estuvie ras al final. Pues nosotros
nieblas para aquellos que son los mejores en el Estado y estaremos satisfechos si, del modo en que discurriste
con los cuales hemos de llevar a cabo nu es tros imentos? acerca de la justicia, la moderaci ón y lo demá s, así di s-
-Ni en lo más mínimo . curres acerca del bieii.
-Pienso, en todo caso, qu e, si se desconoce eo qué -Por mi parte, yo tarobtén estaré más que sa tisfe-
sentido Jas cosas justas y bella s del Estado son buenas, cho. Pero me temo que no sea capaz y que, por entu-
oo sirve de mucho tener un guardián que ignore esto siasmarme, me desacredite y haga el rid(cuJo. Pero
en ellas; y presiento que nadi e conocerá adecuadamen- dejemos por ahora, dichosos amigos, lo que es en sí mis-
te las cosas justas y bellas anles de conocer en qué sen- mo el Bien; pues me parece demasiado como para que e
tido son buenas. el presente impulso permita en este mom ento alcanzar
J

330 DIÁLOCOS REPÚBLICA VI 3.31

Jo que juzgo de él. En cuanto a lo que parece un vástago -Así es.


del Bien y lo que más se le asemeja, eo cambio, estoy -Y de aquellas cosas decimos que son vistas pero ¡·
dispuesto a hablar, sí os plac e a vosotros; sí no, deja- no pensada s, mientras que, por su parte, las Ideas son
mos la cuestión. pensadas , ma s no vistas .
-Habla, entonces, y nos deb es para oti:a oportuni- -fndudabl emente .
dad el relato acerca del padC"e . -Ahora bien, ¿por medio de qué vernos las cosas e
S(f7o -Ojalá que yo pueda pagarlo y vosotros recibirlo; visibles?
y no sólo los intereses, como ahora; por ahora recibid -Por medio de la vista.
esta criatura •• y vástago del Bien en sí. Cuidaos que -En efe c to, y por medio del oído las audibles, y por
no os eng~e involuntariamente de algún modo, rindién- medio de la s demás percepciones todas las cosas per·
doos cuenta frauduJenta del int erés. ceptibles. ¿No es así?
-Nos cuidaremos cuanto podamos; pero tú limítate -Sí.
a hablar. -Pues bi en, ¿has advertido que el anesano 11 de las
-Para eso debo estar de acuerdo con vosotros y percepciones modeló mucho más perfectamente la fa-
recordaros lo que he dicho ante s y a menudo hemos cuhad de ver y de ser visto?
hablado en otras oportunidad es m_ -En realidad, no.
¿, -¿Sobre qué? -Examina lo siguiente: ¿hay algo de otro género que
-Que bay muchas cosas bellas, muchas buenas, y el oído necesita para oír y la voz para ser oída, de modo
así, con cada multiplicidad, decimos que existe y la dis- que. si este 1ercer género oo se hace presente, uno no d
tinguimos con el lenguaje. oirá y la otr a no se oirá?
-Lo decimos, en efecLo. -No, nada.
-También afirmamos que hay algo Bello en sí y Bue- -Tampoco oecesitan de algo de esa índole muchos
no en sí y, análogamenLe. respecto de todas aquellas co- otros podere s. pienso , por no decir ninguno. ¿O puedes
sas que postulábamos como mút iples; a la inversa, a decir alguno?
1 su vez postulamos cada multiplicidad como siendo una -No , por cieno .
/ unidad, de acuerdo con uoa Idea única , y denominarnos -Pero , al poder de ver y de ser visto , ¿no pie nsas
a cada una ' lo que es '. que le fa lt a algo ?
1
19 -¿Qué cosa?
Jueg o de palabr:is co n tókos, que sign ifica tanto 'criarura ·, co-
mo, en plural. ' i11tero!Ses'. -Si la vista está presente en los ojos y lista pare
20 El uantcs• puede r.:í.:rirsc II V 476a. pero e l •a menudo•, etc., que se use de ella, y el color está presente en los obje-
no puede remitir a In República, sino tal v ei a un diálogo anterior, tos, pero no se añade un tercer género que hay por e
66d ss .. 74a-79a y 99e-100d. y Banq~ete 2l0c-212a. Refe-
corno el Fe<Lci.!J. naturaleza esp ecíficamente para ello, bien sabes que la
rencias simila1 ·cs en diálogos anteriores (fJipi os Mayor 286c-d, 288a y
289c-c. Euti/r6.,. 5d y 6d-e, y Crtltilo .389;i-39 0b} carecen, a nuestro en-
vista no verá nada y los colores serán invisibles.
tender, <le sentido 0111al6 gico-n1e1aflslco, y por ello sólo son anticipos 21 Hllsts el milo del artesano (démiourg6s) divino del Timco no
de la concepción de las Ideas. Sólo no$ ha cen dudar los casos del Euti- se hace cxpllcit11 esta concepción de Dios como artesano. pero d pen-
demo JOOc-JOla, y Crd<. ,UOa-1).Cf. Introducción, págs. 35 y sigs.
samiento ya está presente aquJ.
332 DTÁLOCOS Rl:'.l>llBLICA VI 333

- ¿A qué te refier es? - ¿Cómo? Exp lícate.


- A lo que tú llam as ' luz '. -Bien sabes que los ojos, cuando se los vuelve so-
-Dices la verdad. br e objetos cuyos colores no están ya iluminados po r
-Por consiguiente, el sentido de la vista y el poder la luz del día sino por el re spl andor de la luna, ven dé-

1l
de ser visto se hallan ligados por un vínculo de una bilm ente, como si no tuvi era n claridad en la vista .
sosespecie nada pequeña, de mayor estima que las demás -Efectivamente.
ligazones de los sentido s, sa lvo que la luz no sea esti ma- - Pero cuando el sol brilla sobre eHos, ven nítid a- d
ble. me nte , y parece como si · esto s mismos ojos tuvieran Ja
-Está muy lejos de no ser estimable. cla ridad.
-Pues bien, ¿a cuá l de los dioses que hay en el ciel o - Sin duda.
atribuyes la autoría d e aquello por lo cual la luz hace -Del mismo modo piensa así lo que corresponde al \
que la vis ta vea y que las más he rmo sas cosas visib l es alm. a: cuando fija su mi rada en objetos sobre los cual es
sea n vistas? brilla la verdad y lo que es, jnt elige, conoce y pare ce
-Al mismo que tú y que cualquiera de los demás, ten er jnteligencia; pero cuando se vuelve hacia lo su-
ya que es evidente qu e preguntas por el soJ. mer gido en la oscuridad, qu e nace y perece, entonc es
-Y la vista, ¿ no es por naturaleza en relación a es te opina y percibe débilmente con opiniones que la hac en
dios lo siguiente? ir de aquí para allá, y da la impresión de no ten er
-¿Cómo? intelig encia.
-Ni la vista misma, ni aqueJlo en lo cual se pr od uce -E so parece, en efecto .
b - Jo que llamamos 'ojo'- son el sol. -Ent onces, lo que aport a la verdad a las cosas cog- e
-Claro que no. noscibles y ·otorga al que conoce el poder de conoc er ,
-Pe ro es el más af ín al sol, pienso, de los órganos pu edes decir que es la Idea del Bien. Y por ser cau sa
que conciernen a los sentidos. de la ciencia y de la verdad , con cíbela como cognos ci-
-Con mucho. ble; y aun siendo bellos tant o e l conocímien10 como la
-Y la facultad que posee, ¿no es algo así como un verdad, si estimamos corre cta mente el asunto, tendr e-
fluido que le es dispen sa do por el sol? mos a la Idea del Bien por algo distinto y más beJlo por
-Ciertamente. ella s. Y así como dijimos qu e era correcto tomar a la S09a
-En tal caso, el sol no es la vista pero, al se r su luz y a la vista por afines aJ sol pero que sería errón eo
ca usa, es visto por ella misma. cr eer que son el sol, análo gam ente ahora es correct o
-Así es. pen sa r que ambas cosas, la verdad y la ciencia, son afi -
-Entonces ya podéi s decir qué en ten día yo por el nes al Bien , pero sería equiv ocado creer que una u otra
vástago del Bien , al que el Bien h a engendrado análogo fueran el Bien, ya que la condición del Bien es muc ho
e a sí mismo. De este mod o, lo que en el ámbito inteligi- má s digna de estima.
ble es el Bien respecto de la inteligencia y de lo que - Hablas de una belleza extraordinaria, puesto qu e
se intelige, esto es el sol en el ámbito visible re spec to produce la ciencia y la verd ad, y además está por en ci-
de la vista y de lo que se ve.
334 Ditl..OGOS RI!PÜBUCA VI 335

ma de ellas en cuanto a hermosura. Sin duda, oo te re· otro, el del visible, Y.no_digo . 'el del cielo' para.qi4~ no
fieres al placer. creas que ba go ju ego de palabras. ¿ Captas estas d.o.s..e.s.
-¡Dios nos libre! Más bien prosigue examinando pecies, la visible . y la.....
in~Hgi-ble?
nuestra comparación. -Las capto.
b -¿ De qué modo? -Toma ahora una lín ea dividida en dos partes desi-
-Pienso que puedes decir que el sol no sólo aporta guales; divide nu evamente cada sección según la misma
a lo que se \'e la propiedad de ser visto. sino también proporción , la del géner o de lo que se ve y otra la del
la génesis, el crecimiento y la nutrición, sin ser él mis- que se in tc lige, y tendr ás distinta oscuridad y claridad
mo génesis. rela1ivi\s; as i tenemos primeramente, en el género de lo
-Claro que no. que se ve, una secc ión de imágenes. Llamo 'imágenes' en f
- Y así dirás que a las cosas cognoscibles les viene primer iugar a las sombras, luego a los rdle jos en el SJOa
del Bien no sólo el ser conocidas. sino también de é l agua y en tod as las cosas que, por su conslitución, son
les llega el existir y la esencia ll, aunque el Bien no sea densas, lisas y br illa nt es, y a todo lo de esa índole. ¿Te
esencia, sino algo que se eleva más allá de la esencia das cuenta?
en cuanto a dignidad y a potencia. -Me doy cuenta .
" Y GJaucón se echó a reír: -Pon ahora la otra sección de la que ésta ofrece imá-
-¡Por Apolo!, exclamó. 1Qué elevación demoníaca! genes, a ln que corr esponden los animales que viven en
-Tú eres culpable -repliqué-, pues me has forza- nuestro derredor. así como todo lo que crece, y tam-
do a decir Jo que pensaba sobre ello. bién el género íntegro de co sas fabricc1das por el hom-
-Está bien; de ningún modo te detengas, sino prosi- bre.
gue explicando la similitud respecto del sol, si es que -Pongár.noslo.
1e queda algo por decir. -¿ Est.is dispuesto a decl arar que la líne~ ha queda-
-Bueno, es mucho lo que queda. do dividida, en cuanto a su verdad y no verdad, de mo-
-Entonces no dejes de lado ni lo más nun1mo. do tal que lo opinable es a lo cognoscible como la copia
-Me temo que voy a dejar mucho de lado; no obs- es a aquello de io que es copiado?
tante. no omitiré lo que en este momemo me sea posible. -Estoy muy dispuesto. b
-No, por favor. -Ahora examir.ta si no hay que dividir también la,
d -Piensa entonces. como decíamos, cuáles son los sección de lo inteljgible.
dos que reinan: WlO, el del gé nero y ámbito inteligibles: -¿De qué modo?
-De éste . Por un lado , eo !a primera parte de eJla,
11
Tra duc imos aqut ous,a por • escnci :u (sin propósito de contra.Y el alma , sirviéodose de las cosas an tes imitadas como
rnrla con ló efn ai «el e~istir»), pero con .dente s de que es una eraduc- si fueran imágenes , se ve forzada a indagar a partir de
c.ión deficiente. Otra altemativa podr ía ser • rea lidad , , pero . como se supuestos , marchando no hasta un principio sino hacia
verá en el libro VU. la palabra ousia tiene en ta l con texto un;, fuert e
indicación de persisten cia ontológica (qu e inducirá a Ar istóteles a for. una conclusión . Por otro lado , en la segunda parle, avan-
jar, ~n hase a ella , el concepto de • sustanc ia •), que se contrapone a za hasta un principio no supuesto, par tien do de un su-
la génesis o •deve nir,. puesto y sin recurrir a imágene~ - a dif:erenc in del otro
336 n1ÁLOCOS REPÚBLICA VJ 337
caso-. efectu ando el camíno con Ideas mismas y por - Comprende entonces la otra seccíón de lo inteli-
medio de· Ide as. gible, cuando afirmo que en ella la razón misma apre-
-No he apr ehe.lldi<losuficientemente esto que dices. hende, .por medio de la facult ad dialéctica. y hace de
e -Pues veamos nuevamente; será más fáci l que en- los su puestos no principio s sino realmente supuestos.
tiendas si te digo esto antes. Creo que sabes que los qu e son como peldaños y trampolines hasta el principio
que se ocupan de geometría y de cálcul o supo nen lo del todo, que es no supuesto, y, tras aferrarse a él, ate-
impar y lo pa r, las figuras y tres clases de ángulos y niéndo se a las cosas que de él depe nden, desciende has-
cosas afines, segú n lo que invesLigan en cada caso. Co- u una conclusión, sin servirse para nada de lo sensible, e
mo si las cono cieran, las adoptan como sup uestos, y de sino de ldeas. a través de Tdeas y en dirección a Ideas,
ahí en ade la nte no estiman que deban dar cuen ta d e hasta concluir en Ideas.
dellas n i a sí mismos ni a otros , como si fueran evidentes -Comprendo, aunque no suficientemente, ya que
a cualquiera; antes bien, partiendo de elJas atravies an creo que tienes en menee una t.area eno rme: quieres djs.
el resto de modo consecuente, para concluir en aquello tinguir lo que de lo real e inteli gib le es estudiado por
que proponlan a l examen. la cie ncia dialéctica, estableciendo que es más claro que
-Sí, esto lo sé. lo est udiado por las llamadas 'artes', para las cuales
-Sabes . por co nsiguiente, que se sirven de figurns los supuestos son principios. Y los que los estudian se
visibles y hacen d.iscursos acerca de eUas , aun que no ven forzados a estudiarlos por medio del pensamiento
pensando en éstas sino en aquellas cosas a las cuales di scursiv o, aunque no por los sentido s. Pero a raíz de
éstas se parecen , díscurriendo en vista al Cuadra do en no hace r el examen avanzando h acia un principio sino d
., sí y a la Diagon al en sí, y no en vista de la que dib ujan. a partir de supuescos. ce parec e que no poseen inteli-
y así con lo demás. De las cosas misroas que configur an gencia acerca de ellos, aunque sean inteligibles junto
y dibujan hay sombras e imágenes en el agua , y <le es- a un principio. Y creo que llamas ' pensamiento discur-
e.ascosas q ue dib ujan se sirven como i.roágenes, buscan· sivo' al estado mental de los geómetras y similares, pe-
s I Ja do divisar aqu ellas cosas en sí que no pod rían divisar ro no 'inteli gencia'; como si el 'pensamiento discursivo'
de otro modo que con el pensamiento. fuera algo intermedio entre la opinión y la inteligencia.
-Dices verd ad. -Entendiste perfectamente. Y ahora aplica a las cua-
-A esto me refería como la especie inceligibk. Pero tro secci ones estas cuatro afeccio nes que se generan en
en esta su prim era sección, el alma se ve forzada a ser- el alma; inteligencia, a la suprema; pens amiento discur-
virse de supue stos en su búsqueda, sin avanzar hacia sivo . a la segunda; a la tercera asigna la creencia y a t
un principio, por no poder remontarse más allá de los la cuarta la conjetura; y ordénal as pro porcionadarnen·
~upuestos. Y par a eso usa como imágenes a los objetos te, considerando que cuanto má s par ticipen de la ver-
que abajo eran imitado s. y qlle habían sido conjet ura- dad tanto más participan de la claridad.
dos y estimados como claros respecto de los que eran -Entiendo , y estoy de acuerdo en ordenarlas como
..
h
sus 1mitac iones .
-Compre ndo que te refieres a la geometría y a las
d ices.

artes afines.

94. - 22
REPÚBLICA vn 339

ol ra cosa que las sombras proyectadas por el fuego en


la parce de la caverna que tienen frente a sí?
-Cl a ro que no, si toda su vida est.án forzados a no b
mover las cabt:ias.
- ¿ Y no sucede lo mismo con los objetos que llevan
los que pasan del otro lado del tabique?
-lndu dabl emen te.
VII -Pues entonces, si dialo garan <::ntre sí, ¿no te pare-
ce que ente nderían estar nomhrando a los objetos que
pason y que ellos ven? 1•
-N ecesa riamente.
Sl4a -Despué s de eso -proseguí- compa ra nuestra na- -Y si la prisión contara con un eco desde la pared
turaleza respecto de su educación y de su falta de edu- que tíeoen frente a si, y alguno de los que pa san del
cación con una experiencia como ésta. Represéntate or ro lado del tabique hablara , ¿ no piensas que creerían
hombres en una morada subterrá nea en forma de ca - que Jo que ayeo proviene de la sombra que pasa de lante
verna, que tiene la entrada abierl a , en toda su exte n- de el.los?
sión, a la Juz. En ella están desde niños con las piernas -¡Por Zeus que si!
y el cuello enca denados, de modo que deben permane - -¿Y que los prisioneros no tendrían por real otr.i e

cer allí y min:ir sólo delante de ello s, porque las cade - cosa que las i;ombras de los objetos artificiaJes trans-
b nas les impiden girar en derredor la cabeza. Más arriba portad os ?
y mas lejos se halla la luz de un fuego que brilla detrás -E s de toda necesidad .
de ellos; y entre el fuego y los prisioneros hay un cami- -Examina ahora el caso de una liberadón de sus
no más alt o, junto al cual imagínate un tabique cons - cadena s y de unn curación de su ignorancia , qué pasa-
truído de lado a lado. como el biombo que los titirit e- ría si naturalmente' les ocurri ese es to: que uno de
ros levantan delante del público para mostrar, por enci - ellos fuer a liberado y for zado a levantarse de repente,
ma del biombo. los muñecos. volver el cuello y marchar mirando a la luz y. al ha ce r
-Me lo imagino. todo esto, sufriera y a cau sa del encandilamieo10 fue ra
-Imagín ate ahora que. del ot ro lado del tabique, pa- incap a.2 de percibir aquella s cosas cuyas sombras había
c san sombras que llevan toda cla se de utensilios y fig.uri• vislO anle s. ¿ Qu é piensas que respondería si se le dije se d
si.sollas de hombres y otros anjmaJes. bechos en piedra y que lo que había visto ante s er an fruslerías y que aho-
madera y de diversas clases; y eo lre los que pasan unos
1 O sea, los objet os traosponado~ d e l otn"> ladó del ta b iq ue, c u-
hablan y otro s callao.
y 3s sombras, pr oyectadas sobre el fondo d e la caverna, ven lo s pri ~io-
-Extr aña comparación ha ces, y extraños son esos ncros.
prisionero s. 1 No se tr:it;, de: que lo qu e les sucecfü:sc fuera natur al - d mis·

-Pero so n como nosotros . Pues en primer luga r, mo Platón dice que ol>rarlan •for ia dos,,-, sino acorde con la naturn-
¿crees qu e han VlSto de sí mism os, o unos de los otro s, lcw humana.
340 DIÁLOGOS REt'Ú8LlCA vn 341

ra, en cambio, está más próximo a lo real. vuelto hacia -Después de lo cua l concluiría, con respecto al sol,
cosas más reales y gue mira correctament e? Y sí se le que es lo gue produce las estaciones y los años y que
mostrara cada uno de los objetos que pasan del otro gobierna todo en el ámbito visible y que de algún modo e
lado de tabique y se le obligara a contestar preguntas es causa de las cosas que ellos habían visto.
sobre Jo que son, ¿ no pien sas que se sentirá en difi- -Es evidente que, después de todo esto, arribaría
cultades y que considerará que las cosas que antes a tales conclus iones.
veía eran más verdaderas que las que se le muestran ~Y si se a-cardara de su primera morada, del tipo
ahora? de sabiduría existente allí y de sus entonces compañe-
-Mucho más verdadera s. ros de cautiveri o, ¿no piensas que se sentiría feliz del
e -Y si se le forzara a mirar hacia la luz misma, ¿no cambio y que los compadecería?
le dolerían. los ojos y tratarla de eludirla, volviéndose -Por cier to.
hacia aquellas cosas que podía percibir, por considerar -Respecto de los honores y elogios que se tributa-
que éstas son realmente más claras que las que se le ban unos a otros, y de las recompensas para aquel que
muestran? con mayor agudeza divisara las sombras de los objetos
-Así es. que pasaban detrás del tabique, y para el que mejor
-Y si a la fuerza se lo arrastrara por una escarpada se acordase de cuá les habían desfilado habitualmente
y empinada cuesta, sin soltarlo antes de llegar hasta J antes y cuáles des pués, y para aquel de ellos que fuese d
516a la luz del sol, ¿ no sufriría acaso y se irritaría por ser capaz de adivinar Lo que iba a pasar, ¿ te parece que
arrastrado y, tras llegar a la luz, tendría los ojos llenos estaría deseoso de todo eso y que envidiaría a los más
de fülgores que le impedirían ver uno solo de los obje- honrados y poderosos entre aquéllos? ¿O más bien no
tos que ahora decimos que son los verdade(os? Je pasaría como a l Aquiles de Romero, y «prefiriría ser
-Por cierto, al menos inmediatamente. un labrador qu e fuera siervo de un hombre pobre» 1 o
-Necesitaría acostumbrar se, para poder 11egar a mi- soportar cualqui er otra cosa, antes que volver a su an-
rar las cosas de arriba. En primer lugar miraría con terior modo de opinar y a aquella vida?
mayor facilidad las sombras, y después las figuras de -Así creo también yo, que padecería cualquier cosa e
los hombres y de los otros objetos reflejados en el agua, antes que soporta r aquella vida.
luego los hombres y los objetos mismos. A continuació n -Pien sa ahora es to : si descendiera nuevamente y ocu-
contemplaría de noche Jo que hay en el cielo y el cielo para su propio asiento, ¿no tendría ofuscados los ojos
b mismo , mirando la luz de los astros y la Juna más fá- por las tiniebla s, al llegar repentinamente del sol?
ciJmente gue, durante el día, el sol y la luz del sol. -Sin duda .
-Sin duda. -Y si tuviera que discriminar de nuevo aquellas som-
-Finalmente, pienso, podría perci bir el sol. no ya bras. en ardua competenda con aquellos que han con-
en imágenes en el agua o en otros lugares que le son servado en todo momento las cadenas, y vjera con·
extraños, sino contemplarlo cómo es en si y por sí, en fusamente hasta que sus ojos se reacomodaran a ese .s11a
su propio ámbito.
-Necesariamente. l En Od. XT 489-490.
342 DI/.LOCOS RliPÓBUCA VU 343

es tado y se acostumbr aran en un 1iempo na<la breve. por1ase desm añadam ente y qued.ira en ddículo por ver
¿no se expondría al ri diculo y a que se dijera de él que, de modo confuso y, no acostumbrado aún en forma SU·
por haber subido hasto lo aJto, se habfa estropeado los ficiente a las tiniebl as circundantes, se viera forzado,
ojos. y que ni siquiera valdría la pena intentar marchar eo los tribuna les o en cualquier otra parte, a cUsputar
hacia arriba? Y si intentase desata rlos y conducirlos ha- sobre sombra s ele ju~ticia o sobre las figurillas de las
cia la luz , ¿ no lo matarían, sj pudieran tenerlo en sus cuales hay sombras, y a reñir sobre esto del modo en .,
manos y mntarlo? que esto es discutido por quienes jamá s han visto la
-Segura mente. Justicia en sL
-Pues bien, querido Glau có n, debemos aplicar inte- -De nin guna manera seria extraño .
;, gra esta elegoria a lo que aoteriormente ha sido dícho. -Pero si alguien tiene sentido comú.o, recuerda que stsa
comparando la región que se manifiesta por medio de los ojos pueden ver confusamente por dos tipos de per·
la vista con la. morada-prisión, y la luz del fuego que rurbacione s: uno al trasladarse de la luz a la tiniebla,
hay en ella con el poder del sol; compara, por otro lado, y olro de la tiniebla a la luz; y al considerar que esto
el ascenso y contemplación de las cosas de arriba con es lo que le sucede al alma , en lugar de reírse irracio-
d camino del alma ha<.:ía e l ámbito inteligible, y no te nalmente cuando la ve perturbada e incapacitada de mi·
equivocarás en cuanto a lo que estoy esperando, y que rar algo, habrá de examinar cuál de los dos casos es:
es lo que deseas oír. Dios sabe si esto es real mente cier - sí es que al sa lir de una vida luminosa ve confusamente
!O;en todo caso, lo q~ Írr1í rriepa"rece es que Jo qÚeden- por falta de hábito, o si, viniendo de una mayor igno-
,:;tro de Jo cognoscible se ve al fioal, y con dificu}iad. rancia haci a lo más luminoso, es obnubiJada por el res-
es la Idea del Bien. Una vez percibida, ha de concluirs e plandor. Así, en un caso se felicitará de lo que le sucede b
que es la causa de todas las cosas recLas y bellas, que y de la vida a que accede; mientras eo el otro se apiada-
en el ámbito visible ha engendrado !a luz y al señor de rá, y, si se quiere re.ir de ella, su rísa será menos absur·
ésta, y que en el ámbito inteligi ble es señora y produc- da que si se descarga sobre e) alma que desciende des-
tora de la verdad y de la inteligencia , y que es necesario de la luz.
tenerla en vista para poder obrar con sabiduría tanto -Lo que dices es razonable.
en lo privado como en Jo público. -Debernos considerar enton<.:es, si esto es verdad ,
-Comparto tu pensamiento, en la medida que me que la educación no es corno la proclaman algunos. Afir-
es posible. man qu e, cuando la ciencia no está. en el alma, ellos e
-Mira también si lo compartes en esto: no hay que la ponen, como si se pusiera la vist a en ojos ciegos.
asombrarse de que quienes han llegado allí no estén dis - -Afin:nan eso, en efecto.
puestos a ocuparse de los asuntos humanos. sino que sus -Pues bien, el presente argumento .indica que en el
d almas aspiran a pasar el tiempo arriba; lo cual es natu - al.ma 9e cada u.no hay el poder de aprender y el órgano
ral, si la alegoría descrita es corr~ta también en esto. para ello, y que. así como el ojo no puede volverse ha-
-Muy natural. cia la luz y dejar las tinieblas si no gira todo el cuerpo,
-Tampoco sería extraño que alguien gue, de con- del mismo modo hay que volverse <lesde lo que tiene
t·emplar las cosas divin as, pasara a las humanas, se com- géne sis con toda e l alma, hasta que llegue a ser capaz
344 DIÁLOGOS REP(}SlJCA VII 345

de soportar la contemplación de lo que es, y lo más lu- -¿ Y no es también probable , e incluso necesario a
d minoso de lo que es, que es lo qu e llama mos el Bien. partir de lo ya dicho, qu e ni los hombres sin educa-
¿No es así? ción ni experiencia de la verdad puedan gobernar ade- e
-Sí. cuadamente alguna vez el Estado. ni tampoco aquellos
-Por consiguiente, 1a educación sería el arte de vol- a los que se permita pasa r todo su tiempo en el estudio,
ver este órgano del alma del modo más fácil y efica2 los primeros por no tener a la vista en la vida la única
en que puede ser vuelto, mas no como si le infundiera meta 4 a que es necesario apuntar al hacer cuanto se
la vista, puesto que ya la pos ee, sino, en caso de que hace privada o públicamente, los segundos por no que-
se lo haya girado incorrectament e y no mire adonde rer actuar, considerándos e como si ya en vida estuvie-
debe, posibilitando la corrección. sen :residiendo en la Isla de los Bienaventurados? S.
-A sí parece , en efecto. -Verdad .
-C iertamente , las otras denominadas 'exce lencias ' -Por cierto que es una tarea de nosotros, los funda-
del alma parecen es ta r cerca de las del cuerpo , ya que, dores de este Estado , la de obligar a los hombres de
e si no se hallan presentes previam ente , pueden después naturaleza mejor dotada a empre nder el estudio que he-
ser implantadas por el hábito y el ejercicio; pero la ex- mos dicho antes que era el supremo, contemplar el Bien
celencia del comprender da la impr esión de corresponder y llevar a cabo aquel ascenso y, tras haber ascendido d
más bien a algo más divino, que nunca pierde su ·poder, y y contemplado suficient emente, no permitirles lo que
que según hacia dónde sea dirigida es útil y provechosa, ahora ·se les permite.
S19a o bien inútil y perjudicial. ¿O acaso no te has percatado -¿A.· qué te refieres?
de que esos que son considerado s malvados, aunque en -Quedarse allí y no estar dispuestos a descender
realidad son astutos, poseen un alma que mira pene· junto a aquellos prisioneros, ni partici par en sus traba-
trantemente y ve con ·agudeza aque.llas cosas a las que jos y recompensas, sean éstas insignificantes o valiosas.
se dirige, porque no tiene la vista débil sino que está -Pero entonces -dijo Glaucón- ¿seremos injustos
forzada a servir al mal, de modo que, cuanto más agu· con ellos y les haremos vivir mal cuando pueden hacer-
damente mira, tanto más mal produce? lo mejor?
-¡Claro que sí! -Te olvidas nuevament e 6, amigo mío, que nuestra e
-No obstante, si desde la i.nfanciá se trabajara po- ley no atiende a que una so.la clase lo pase excepcional-
b dando en tal naturaleza lo que, con su peso plomífero mente bien en el Estado, sino que se las compone para
y su afinidad con Jo que tieJ1.egénesis y adherido por que esto suceda en todo el Estado, armonizándose los
medio de la glotonería, lujuria y placeres de esa índole, ciudadanos por la persua sión o por la fuerza, haciendo
inclina hacia abajo la vista del alma; entonces, desem· que unos a otros se presten los beneficios que cada uno s2oa
barazada ésta de ese peso, se volvería hacia lo verdade-
ro, y con este mismo poder en los mismos hombres 4
La Idea del 8ien.
vería del modo penetrante con que ve las cosas a las 5 Desde P!NDARO (Olímp . U 70.72) la Isla de los Bienaventurados
cuales está ahora vuelta . es el lugar de los justos tras la muer te. Cf. Gorgias 423a-b.
-Es probable. 6 Cf. Adimanlo en IV 419a.
346 DIÁLOGOS REP ÚBLI CA \/JI 347

sea ci:1pazde prc:sta1· a la comunidad. Porque si se forja -Es muy cierto.


a tales hombres en el Estado, no es para permitir que -¿ Y piensas que los que hemos fonn.:ido, al oír es-
cada uno se vuelva hacia donde le da la gana , sino para 10, se negaráll y no estarán dispuestos a compartir los
ufjliuirlos para la consol idación del Estado. tra baj os del Estado, cada u.no en su turno, quedándose
-E s verdad; lo había olvidado, en efecto. a residir la mayor parte del tiempo unos con otros en
-Obsen 1 a ahora, Glaucón, que no seremos injustos el árnbito de lo puro?
con los filósofos que han surgido entre nosotros, sino -lmposi .ble, pues estamos ordenando a los justos ~
que les hablaremo s en justicia, al forzarlos a ocuparse cosas justas. Pero además cada WlO ha de gobernar por
h y cuidar de los dcmá .. Les diremos, en efecto, que es una imposició n, al revés de lo que sucede a lo s que go-
natural que los qu e han Llegado a ser filósofos en otros biernan ahora en cada Estado.
Estados no participen en los trabajos de éstos, porque - Así es, amigo mio: si has hallado para los que van
se han criado poi· si so los. al margen de la voluntad a gobernar un modo de vida mejor que el gobernar. s 210
del régimen políti co rcspecr ivo; y aquel que se ha cria- podr ás cootar con un Estado bien gobernado; pues sólo
do solo y sin deber alimento a nadie, en buena justicia en él gobi e rnan los que son realmente ricos, no en oro,
no tiene por qu é poner celo eo compensar su crianza sino en la riqu eza qu<:;hace la felicidad: una vida virtuo-
a nadie. ,,Pero a vosotros os hemos fonoado tanto para sa y sabía . No, en cambio, donde los pordioseros y ne-
vosotros mismos coruo pHra el resto del Estado, para ces itndo s de bienes privados marchan sobre los asun1os
ser conductores y reyes de los enjambres. os hemos edu- públjcos. co nvencidos de que alli han de apoderarse del
cado mejor y más completame nte que a los otros, y más bien; pue s cuand o el gobierno se convierte en objeto
.: capaces de particip ar tanto en la filosofía como en la de disputa s, seme jante guerra doméstica e intes1ina aca-
· poütica. Cada uno a su tumo. por consiguiente, debéis ba con el.los y con el resto del Estado.
descender hacia la morad a común de los demás y habi- -No hay cosa más cierta.
tuaros a contempla r las tin ieb las; pues, u.na vez habi- -¿ Y sabes acaso de algún otro modo ~e vida, que b
tuados, ver6is mil veces mejor las cosas de allí y cono- el de la verdadera filosofía, que lleve a despreciar el
ceréis cada una de las imágene s y de qué son imágenes, r:nando político?
ya que vosotros habréi s visto ant es la verdad en lo que -No . por Zeus.
concierne a las cosas bellas , j ust as y buenas. Y así el -Es necesario entonces que no teogan acceso al go-
Estado hab iE8ní eri la vigilia para nosotros y para voso- bierno los que están en amorados de ~ste: si no. habrá
tros, no en e l :;uefio. com o pasa actuaJmente en la ma- adversar ios que los combatan.
yoría de los Estadas, dond e compiten enLre sí como -Sin duda.
d entre sornbras y disputan en torno al gobierno, como -En tal caso, ¿impondrás la vigilancia del Estado
si fuera algo de gran valor. Pero lo cierto es que el. Es- a olros qu e a quienes , además de ser los más inteligen-
tado en el que menos anh elan gobernar quienes han de tes en lo que concierne al gobierno del Estado, prefie-
hacerlo es fonosamcnt c e) mejor y el más alejado de ren otros honores y un modo de vida mejor que el del
disensiones, y lo contrario cabe decir del que tenga los gobernant e del Estado?
gobernantes contrario s a est o». -No, a ningún otro.
348 DIÁLOGOS REPÚBLICA Vil 349

.- - ¿ Quieres ahora que examinemos de qué modo se -Y la gimnasia de algún modo se ocupa de lo que
formarán 1a les hombr es, y cómo se los ascenderá haci.a se genera y perece, ya que supervisa el crecimiento y
Ja luz, tal como dicen que algunos han ascendido desde la corrupción del cuerpo.
el Hade s hasta los dioses? -Así parece.
-¿Cómo no habrta de quererlo? -No es éste. pues, el estudio que buscamos.
- Pero esto, me parece, no es como un voleo de con- -No. en efecto. 522a
cha 7, sino un volverse del alma desde un día noctur- -¿Será acaso la música tal como la hemos descrito
no hasta u no verdadero ; o sea , de un c.am.ino de ascenso anteriormente?
hacia lo q ue es, camino a l que correctamente llamamos -No. porque has de recordar que la música era la
'filo sofía' . parte correlativa de la gimnasia; a través de hábitos .edu-
- Efec civamente . caba a los guardianes , inculcándoles no conocimientos
-Habrá entonces que examinar qué estudios tíeneo cieoüficos sino acordes armon.iosos y movimientos rít-
d este poder . micos; en cuanto a las palabras, las dotaba de hábitos
-C lar o es1á. afines a aquéllos, tratáranse de palabras míticas o más
· -¿ Y qué estudio. Glaucón , será el que arranque a l verdaderas , pe.ro no había en ella nada de un estudio
alma desde lo que devien e hacia lo que es? Al decirlo. que condujera hacia algo como lo que buscas ahora. b
pi enso a la vez esto: ¿no hemos dicho que tales hom- -Me haces recorda r con la mayor precisión; en efec-
bres debían haberse ejercitado ya en la gue rr a? to, no había en ella nada de esto. Pero , divino Glaucón ,
-Lo hemos dicho, en efecto . ¿cuá l será entonces semejante estudio? Porque ya he-
-Por consiguiente, el estudio que buscarnos debe mos visto que las ane s son todas indignas.
añadir otra cosa a ésta . -Sin duda, pero ¿qué otro estudio queda , si hace-
- ¿Cuál? mos a un lado la música. la gimnasia y las art es?
-No ser inút.il a los hombres que combaten. -Bien. si no podemos t9mar nada fuera de ellas , to-
- Así debe ser, si es que eso es posible. memos algo que se pueda exten de r sobre todas ella s.
- Ahora bien, a.nteriom,ente s los educábamos por -¿Como qué?
e medjo de la gimnasia y de la música. -Por ejemplo, eso común que sirve a todas l;:1 s ar- <."
- Efectivamente. tes. operaciones inteleclUales y ciencias, y que hay que
aprender desde el principio.
7 La expresión rcr11í1e :i un juc:go infantil, que Adam interprela
-¿A qué te refiere s?
siguiendo & Cra&bcrg cr: se arrojaba al aíre una concha, negra de un -A esa fruslería por la que se discierne el uno, el
lado y blancn del 01ro, y los jugadores, divididos en dos bandos. grita· dos y el tres, en una palabra, a lo que concierne al nú·
ha n "noche. o ,c.lí&• (de ahl de «día nocturno• a adia verdadero., en mero y al cálculo: ¿no sucede de modo tal que todo arte
la frMe siguiente, se¡;L'1nFl>rs ter, ci1:ido por J\dam). Según de qué lado y toda ciencia deben participar de ello?
ca ín, un han<lo echaba a correr y el otro lo perseg11ia. Platón quiere
decir -interpreta Adnm. siguiendo a Schleíenn.!cher- que la educa· -Es cierto.
ción no t:S oigo lan inlra~cendente como dicho juego. -¿Inclusive el arte de la guerra?
8 l:'.n 11 376c.
-Necesartamente.
350 01i(1.ocos
1 REPÚB .UCA VU 351

-E s claro -dijo Glaucón - que hablas ele las cosas /


d - Pues Palamedes , cada vez que apare ce en la s tr a -
gedias, hace de Agamenón u.n general bien r idícu lo ''. que aparecen a lo lejos y a las pioturas sombreadas ¡; ¡
¿O no te has dado c:uenta de que afirma qne , median te -No -rep liqué-. no has dado con lo que quiero ,
la invención del número, ordenó las filas del ejé rcito decir.
de Troya, numeró las naves y todo lo démás -co mo -¿ Qué quieres deci r entonces?
si antes nada hubiese sido cootado-. mientras Agame- -Los objetos que no inc itan son los que no susdran
nón , al parecer, ni siquiera sabia cuántos pies 1erúa. ya a la vez dos pe.rcepcion es contrarias. A los que sí las ,
que oo sabía con tar? ¿Qué piensas de semejante general? suscitan los consid e(o como escimulanres, pue s to que
-Q ue era muy excraño, si eso fuese cierto . la percepción no muest ra más esto que lo contr a rio, sea
e -Po r consiguiente, ¿impondremos como estudio in- que venga de cerca o de lejos. Te lo diré de un modo
disp ensable p;\ra un varón guerrero el que le perm ita más claro: éstos de cimos que son tres dedos, el meñi·
contar y calcular? que. el anular y el mayor.
-Más que::cualqui~r otra cosa, si ha de ent ender de -Dt: acuerdo.
estrn tcg ia o, más bien, si es que va a ser UJl hombre. -Pieosa ahora qu e hablo como viéndolos de::cerca.
-¿ Percibes lo mismo que yo en este estudio? Después obsérvalo s conn:ú go de esle modo.
- ¿Qué cosa ? -¿De qué mod o?
S23o -Pa rece que , aunque es de aquellos estudios que -Cada uno de ellos aparece igualmente como un
buscamos porque por na tura leza conducen a la inte lec- dedo, y en ese sentido no imp orta si se lo ve en el medio ,¡
ció n, nadie lo usa coi-rectamente , pero es algo que por o en d ext remo , blanco o negro, grueso o del gad o, y
eje mplo atrae hada la esencia. así todo lo de es a índole. Ea todos éstos cas os el alma
- ¿Qué qu.iere s decir? de la mayoria de los hombr es no se ve forza da a pre-
- Intentaré mostrarle lo que me parece que es. Con· guntar a la inteligenci a qué es un dedo, porqu e de nin-
sidera junto conmig o las cosas que distingo como con· gún modo la vista le ha dado a éolender que el dedo
duce ntcs o no hacia donde decí.mos. dando lU asenli· sea a la vez lo cont rario de un dedo.
miento o rebu sa.ndo. de modo que podamo s ver más -Sin duda.
cla ramente si es como presiento. -Es natural. entonces, que semejante percepción no
- Muést ra melo . es timule ni despj ene a la inteligencia. e
/( - Te mostraré. si miras bien, que al.guno s de los ob- -Es natural.
º jetos de las percepciones no incitan a la int e ligenc ia al -Pues bien, en cuan to a la grandeza y a la pequeñez
exa men, por haber sido juzgados suficien.t emen te por de los dedos, ¿percib e la vista suficientemente, y le es
la percepción. mientras otros sin duda Ja estim ulan a indiferente gue uno de ellos esté en el medio o en el
ex aminar, al no ofrecer la percepción nada digno de extremo, y del mi smo modo el tacto con lo grueso y
confianz a. lo delgado, con lo bl ando y lo duro? Y los demás senti-
9 Dice Adam <Ju<: , a ju1.gar por los frag111entos de obras perdid a$
dos ¿no se muestran defectuosos en casos semejantes?
de Esqui lo. Sófocles y Euf'fpidcs , ést os ha u compuesto tragedia s ~obr e ¿O m~s bien cada uno de ellos procede de modo que. s.2.ia
Palamec.les. primeramente, el senti do asignado a lo duro ha sido for-
352 DIÁLOGOS ll.EPÚBLICA V!l 353

zado a .lo blando , y transmite al alma que ha percibido -C ompletamenle cierto. d

una misma cosa como dura y como blanda? -Y esto e.s lo que intentaba decir hac e un momento,
-Así es. cuando afirmaba que algunos objetos estimulan el pen-
-Pero ¿no es forzoso que en tale s casos el alma sien- samiento y otros no, en lo cual definía como estimulan-
ta la dificultad con respecto a qué significa est.a sensa - ces aquellos que producían sensaciones contrarias a la
ció.n si nos dice que algo es 'duro', cuando de lo mismo vez, mientras los otros no excitaban a la inteligencia.
dice que es 'blando'? ¿Y 1ambiéo respecto de qué qul e- -C omprendo, y también a mí me parece asl.
re significar la sensación de lo livi an o y lo pesado con - Pues bien, ¿en cuál de las dos clases te parece que
'liviano' o 'pesado', cuando dice que lo pesado es 'livi a- están el número y la W1idad?
no' y lo liviano ·pesado'? - No me doy cueota.
b -En efecto , son extrañas comunicaciones para el - Razona a partir de lo dicho. En efecto, si la uni-
alma, que reclaman uo examen. dad es vista suficientemente por sí mism a o aprehendi-
-Es natural que en tales casos el alma apele al ra- da por cualqujer otro sentido, no atraerá hacia la esen- e
zonamiento y a la imeligenci3. para ioteotar examinar, cia, como decíamos en el caso del dedo. Pero si se la
priroeramen te, si cada cosa que se le tran.smjte es una ve en alguna contradiccióo, de modo que no parezca más
o dos. un.idad que lo contrario, se necesilará de un juez, y el
-Sin duda. alma. forzosamente estará en dificultades e indagará, ex-
-Y sí par ece n dos, cada una parecerá una y distin ta citando en sí misma el pensamiento, y se preguntará
de la otra. qué es en sí la unidad: de este modo el aprendii.aje
-S í. concerniente a la unidad puede estar entr e los que s2sc2
-Y si cada u.oa de ellas es uoa y ambas son dos , guían· y vuelven el alma hacia la contemplación de lo
e pensará que son dos si escán separadas; pues si no es- que es.
tán separadas. no pensará que son dos sino una. -Por cierro -dijo Glaucón-, así pa sa con la visión
-Correcto. de la unidad y no de modo minjmo, ya que vemos una
-Pero de ci mos que la vista ha visto lo grande y pe· cosa como uoa y a la vez como infinitam ent e múltiple.
queño no separadamente, sino confundidos, ¿no es así? -S i esto es así con lo uno, ¿no pasará lo mismo con
-Sí. todo número?
-Y para aclarar esto la inteligencia ha sido forzada -Sin duda.
a ver Jo grande y lo pequeño, no confundiéndolos sino -Pero el arte de calcular y la aritmética tratan del
distinguiéndolos. número.
-Es verd ad. - Así es.
-¿No es acaso a raíz de eso que se nos ocurre pre- -Entonces parece que conducen ha cia la verdad. b
guntar prim era mente qué es lo grande y qué lo pequ eño? -E.n forma maravillosa.
-Sin duda . -Se hallan, por ende, entre )os estudi os que busca-
-Y de este modo era como hablábamos de lo inteli- mos; pues al guerrero, para ordenar su ejérci to, le hace
gible, por un lado, y de lo visible, por ot ro. falta aprender estas cosas; en cuanto al filós ofo , para

94. - 23
¡;;

354 DIÁLOGOS R.EPÜBLICh V 11 355


escapar del ámbito de la génesis, debe caprar la esen- do igual a cualquier otra unidad sin diferir en lo más
cia. sin lo cual jamás llegará a ser u.n buen calculador. minímo ni conteniendo en sí misma pane alguna?o; ¿qué
-Así es. crees. GJaucón, que responderán?
-Pero resulta que nuestro guardián es a la vez gue- -Pienso que esto: que los números ¡¡cerca de los cua-
rrero y füósofo. les hablan sólo es posible pensarlos, y no se les puede
-¡Claro está! manipular de ningún modo.
-Sería conveniente , Glaucón, establecer por ley es- -Tú ves entonc es, mj amigo, que este estudio ha de
te estudio y persuadir a los que van a participar de los resultarnos realmente forzoso, puesto que parece obli- b
e más a ltos cargos del Estado a que se apliquen al arte gar al alma a servirse de la inteligencia misma para
del cálculo, pero no como aficionados, sino basta llegar alcirnzar la verdad mjsma.
a la contemplación de la naturaleza de los número s por -Sin duda que así procede.
medio de Ja intelígeocja; y tampoco para hacerlo servir -¿ Y no has observado que los calculadores por na-
en compras y venias, como hacen los comerciante s y turaleza soo r-ápidos , por as! decirlo, eo todos los estu·
mercaderes, si.no con miras a la guerra y a facilitar la dios, en tanro que los lentos, cuando son educados y
conversión del alrrla desde la génesis hacia la verd a d ejercitados en este estudio, aunque oo obtengan ningún
y la esencia. otro provecho. mejora o, al menos, volviéndose más rá-
-Es muy bello lo que dices. pidos que antes?
d -Además pienso ahora, tras lo dicho sobre e) estudio -Así es.
concerniente a los cálculos, qué agudo y útil nos es en -Y no hallar ás fáci.lro ente. según pienso, muchos es- e
muchos aspectos respecto de lo que queremos, con tal tudios que requieran más esfuerw para aprender y
de que se emplee para conocer y no para comerciar . practicar .
-¿De qué modo? -No, en efecto.
-Así: este estudio del q1,1eestamos hablando eleva -Por todos estos motivos no hay que descuidar este
notablemente el alma y la obliga a discurrir acerca de estudio, sino que los mejores deben educar sus natura-
los Números en sí, sin permitir jamás que alguien di s- lezas en él.
curra proponiendo números que cuentan con cuerpo s -Estoy de acuerdo.
visibles o tangibl es. En efecto, sabes sin duda que los -Quede entonces establecido para nosotros un pri-
.: expertos eo escas cosas, si alguien intenta seccionar mer estudio: ahora bien, exa minaremos un segundo que
la unidad en su discurso, se rien y no lo acepcan, y si le sigue, para ver si no s conviene.
tú la fraccionas ellos a su vez la multiplican. cuidando -¿Cuál? ¿ Acaso te refi eres a la geometría?
que jamás lo uno apa .rezca no como siendo uno, sino -A ella, precisamente .
como conteniendo muchas partes. -En cuanto se extiende sobre los asuntos dé gue- d
-Es verdad lo que dices. rra, es evidente que convien e. Porque en lo que concier-
S26a -Y si se les pr eg unta: «hombres asombrosos, ¿acer- ne a acampamientos, ocupación de zonas, concentracio-
ca de qué números discurrís, en los cuales la unidad nes y despliegues de tropas , y cuentas formas asuman
se haHa tal como vosotros la consideráis, siendo en lo· los ejércitos en las b~ta llas misma s y en las marchas,
356 Ol,H.OCOS RE.PÚBLrCA Vil 357

es muy diferente que el guardián mismo sea geóm etr a miento del filósofo dirija hacia ar riba lo que en el pre-
y que no lo sea. sente dirige in debidamente hacia abajo,
-De esas cosas, sin embargo -repliqué-, es poco -Es capaz de eso al máximo .
de geometría y de cálculos lo que basta. Ava1:17.,ando mu- -Pues si es tan cal?az, has de prescribir al máximo ,
e cho más lejos que eso. debemos examinar si liend e a a los hombres de tu bello Estado que de ningún modo
hace r divisar más fácilmente la Ide.a del Bien. Y a eso descuiden la geometría; pues incluso sus productos ac-
tien de, decimos. todo aqueUo que fuerz.a aJ aJma a gira .r cesorios no son pequeños.
hacia el lugar en el cual se halla lo más dichoso de lo -¿A qué te refieres?
que es, que debe ver a 1oda costa. -Lo que tú has mencionado: lo concerniente a la
-Hablas correctament e. guerra: pero también con respecto a todos los demás
-En ese.caso, si la geomecria obliga a contemplar la estudi os, cómo comprenderlos mejor, ya que bien sabe-
esen cia, conviene; si en cambio obliga a contemplar mos que hay una enorme diferencia entre quien ha es-
e l devenir, no conviene . tudiado geometrla y quien oo.
-De acuerdo en que afirmemos eso. -¡Enorme, por Zeus!
527a -En esto hay algo qu e no nos discutirán cuaacos -¿Implantamos entonces esto como un segundo es-
sean siquiera un poco expenos en geometría, a sab e r, tudio para nuestros jóvenes?
que esta ciencia es todo lo conu-ario de lo que dicen -lmplantémoslo.
er.i sus paJabras los que tracan con ella. -Y ahora ¿poodremos en ter cer lugar la ast ronomia? d
-¿Cómo es eso? ¿O no ,e parcee?
-Hablan de un modo ridículo aunque forzoso , como -A mi si -dije Glaucón-. En efecto. tener buena
si estuvieran obrando o como si todos sus discursos percepción de las estaciones corresponde no sólo a la
apuntaran a la acción : hablan de 'cuadrar ', 'aplicar ', 'aña- agricullura y a la navegación. sino también no menos
djr' y demás palabras de esa indole. cuando en real i- al oficio de jefe militar.
b dad lOdo este estudio es cultivado apuntando al coooci· -Me hace gracia -repliqué - , porque das la impre-
,miento. sión de temer que a la muchedumbre le parezca que
-Completamente de acuerdo. está s e:-tableciendo estudios inútiles. Pero en realidad
-¿No habremos de convenir algo más? se trata de algo no insignificante pero dificil de creer:
-¿Qué? que gracias a estos estudios el órgano del alma de cada
-Que se la cultiva apuntando al conocimiento de lo hombr e se purifica y resucita cuando está agonizante e
que es siempre. no de algo que en algún momento nace y cegado por )as demás ocupaciones, siendo un órgano
y en algún momento perece . que vale más conservarlo que a diez mil ojos, ya que
-Eso es fácil de convenir, pues la geom etría es el sólo con él se ve la verdad. Aquellos que están de acuer -
conocimiento de lo qu e siempre es. do en esto convendrán contigo sin dificultad, mientras
-Se trata entonces, noble amigo, de algo que atrne que los que nunca Jo hayan percibido en nada estima-
al alma hacia la verdad y que produce que el pensa- rán, naturalmente, Jo que digas , porque no ven otra ven-
taja en estos estudios digna de ser tenida en cuenta.
358 DIÁLO GOS REPÚBLICA VII 359

5284 Exa min a entonces desde ahoi: a con quiénes dtalogas; o dad, a pe::sar de todo esco florece vigorosa men te en su
bie n, sí no ha blas ni a un os ni a otr os , haz l os díscurso s propio encanto , de modo que no sería asomb roso que
pr incipalmeote con vistas a ti m ism o, sin tener recelo de se hiciera man ifiesr o .
que algún otro pueda sacar provecho de ellos. -Y sin duda pos ee un encanto distinti vo. Per o cxpl.í- d
- Eso es lo que escojo: hab la r principalrnem e con vis- carn e más claram e nte lo que de cías; en efecto, postula-
tas a mí mismo, tanto al p reg untar como al 1·esponder . bas de a lg(Ln mod o la geo met ría con el trat am ient o de
- Da entonces un paso atr ás. pues no hemos tocado la superfici e.
cor rectamente el estudio qu e viene a contjnuación de -Sí -as entí.
la geometría. -A contin uaci ón la astronomía, inmedi a ta mente des-
-¿Cómo hemos hecho es o? pués de la geometría , pero luego volvist e a trás.
-Después de la superf icie hemos tomado el sólido -Es qu e en mi urgen cia -expliqué - ex puse codo
b que está en mov imiento , an tes de captarlo en sí mism o; tan rápido que me he demorado; porqu e, de acuerdo
pero lo corre cto es que, a con tinuación de la segun da con eJ mét odo, a continuación venía la dime nsión de
dimens ióo, se t ra te la terce ra , o sea lo qu e con cierne l.a profund idad, pero en razóo del estado r idículo de la
a ·la dimensión de los cubo s y cuanto parti cipa de la invest iga ción pasé de la geometrin a la ast ronomía. que
profundidad 10• iml)lic a movimie n to de só lid os.
-Es cieno, Sócrat es, pero me parece que eso aú.o -Cor recto.
no ha sido descubiert o. -Pon gamos entonces como cua rto estud io la as tro-
-En efecto, y son dos las causas de ello: la prim e ra, nomía, en eJ pensamiento de que el Estado podrá coo- .
que ningún Estado le d isp ensa mu cha estima y, por ser tar con el es tudio que ahorn dejamos d e lado, cuando
difícil, se la investiga débilmente; la segunda, que qu ie- quiera ocu pa rse ele él.
nes investigan necesit an un supervisor, sin lo cual no -Prob ablemente . En cuanto a ml Só cra tes, dado que
podrlan descubrir mu ch o . Y en primer lugar es dif íci l me has repr oc hado que alabara la astronomía de uo mo-
que haya algu oo . y, en segu ndo lugar, si lo hubiera , ta l do vuJgar, a hora la elogiaré de uoa fo nn a que cú com-
e como están las cosas. no se podria pe rs uadir a qu ienes part .irás . Me parece, en efecto, que es evid ente pan cual ; 529a
investigan esto. po r ser sum amente ar roga ntes. Pero si quiera que la astronomía obliga al alm a a mirar hacia
el Estado íntegro col ab ora en la supervi sión gu iándo los arriba y la condu ce desd e las co sas de aquí a las de
con la debida estim a, aquéllos se persuadirían , y una allí en lo alt o.
investigación continu ada y vigorosa llegaría a aclarar - Tal vez sea eviden te pa ra cu alquiera, excep to pa ra
cómo es el asunto, pu es to que inclu so ahora mis mo , e n mí; {'Orque yo no creo que sea así.
que éste es subesl imado y mutilado por mucho s, inclu - -P er o ¿cómo?
sive por investigado res que no se dan cuenta de su utili - -D el modo que la tratan los qu e boy procuran ele-
..,amo s hacia la filosofía, hace mi rar hacia abajo.
-¿ Qué quieres decir?
'º La geometrla de los sólidos o ·estereometría' es nomb r.ida oo-
- Que me parece que no es inn ob le e l mod o de apre-
mo tal por vez primera en el pseudo-platónico Eplnom is 990d y en
los A ,u, /, Post . ¡ 1J, 78b de A 111STÓTGl.r. s . hend er, de tu parte, lo que es el estu dio de las cosas
360 DIÁLOGOS lU!PÚ8LICA VJl 361

b de Lo alto; pues das la impresión de creer que, si al- captar en ellos la verdad de Jo igual, de lo doble y de 530u
guien levantara la cabeza para contemplar los borda- cualquier otra relación .
dos del techo , al observarlos estaria considerándolo con -Ciertamente sería ridículo.
la inteJigencia, no con Los ojos. Tal vez tú pienses bien -¿Y no crees que el verdadero astrónomo se aten-
y yo tontamente; pues por mi parte no puedo concebir drá a lo mismó al observar Jos movimie ntos de los as-
otro est ud io que haga que el alma mire hacia arriba tros? Considerará que el artesano 11 del cielo y de
que aquel que trata con lo que es y lo invisible. Pero cuanto hay en él ha dispu es to todo con la máxima belle·
si alguien int en ta instruirse acerca de cosas sensibles, za con que es posible constituir tales obras. Pero en
ya sea mirando hacia arriba con la boca abierta o hacía cuanto a las relaciones del día con la noche, del día y
abajo con la boca cerrada. afirmo que no ha de apren- la noche con el mes, y del mes con el año, y de los de-
c der nada, pues no obtendrá ciencia de esas cosas, y el más astros respecto de es la s cosas y entre sí, ¿no te b
alma no mirará hacia arríba sino hacia abajo, aunque parece que considerará absurdo cre er que transcurren
se estudie nadando de espaldas, en tierra o en mar. siempre del mismo modo s in variar nunca, aun cuando
-Haya justicia -dijo Glaucón-, tu reproche es co- posean cuerpo y sean visibles, y trata r de encontrar en
rrec to. Per o ¿de qué modo dices, en lugar del actual, ellos por todos los medio s la verdad?
que se debe aprender astronomía, si es que estudiarla -Así me parece , ahora que te esc ucho.
nos ha de ser vencajoso con respecto a lo que decimos? -Entonces nos serviremos de problemas en astro·
- De este modo. Estos bordados que hay en el ci.elo nomía, como lo hicimos en geometría, pero abandona-
están borda do s en lo visible, y aunque sean los más be- remos el cielo estrellado, si queremos tratar a la astro-
d !los y perfectos de su índole, les falta mucho en relación nomía de modo de volver, de inút il, útil, lo que de e
con los ver da deros , así como de los movimientos con inteligente hay por natural eza en el alma.
qu e, según el verdadero número y las verdaderas figu- -Es una tarea muchas veces mayor que la del que
ras , se mueven la rapidez real y la lentitud real, en rela- ahora practica astronomía la qu e Le prescribes.
ción un a con otra, y moviendo lo que hay en ellas; -Pues pienso que en todos los demás estudios debe-
movimi entos que son aprehensibles por la razón y por mos prescribir del mismo mod o, si es que hemos de ser
el pen sam iento, mas no por la vista. ¿O piensas otra legisladores provechosos. Y ahora ¿ puedes sugerir al-
cosa? gún otro estudio que sea conv eniente ?
-De ningún modo. -Por el momento no .
-Es necesa rio, entonces, servirse de los bordados -Pues bien, el movimiento no ofrece una forma úni-
que hay en el cielo como ejemplos para el estudio de ca sino muchas, creo. Quizá s un sabio podría mencio- d
e los otros. en cierto modo com o si se hallaran dibujos nar todas; pero que nos sean manifiestas también a no-
que sobresalieran por lo excelentemente trazados y bien sotros, dos.
trabajados por Dédalo o algún otro artesano o pintor: -¿Cuáles?
al verlo s, un experto en geome t ría consideraría que son -Además del que estudia la astro nomía. el que es
sin duda muy bellos en cuanto a su ejecución, pero qu e su con trapart ida.
sería ridículo exam inarlos con un esfuerzo serio para
11 CF. not a 21 al libro V(.
362 DIÁLOGOS REPÚBL1CA VJJ 363

-¿Guál es? sonido es similar a los otros; pero unos y otros antepo- b
-Da la impresión de que, asi co mo los ojos han sido nen los oídos a la inteligencia .
provistos para la astrononúa, los oídos hao sido provis· -Te refier es -dije yo- a eso s valientes músicos que
tos para el movimiento armónico, y que se Lrata de cien· provocan tonn entos a las cuerdas y )as torturan esti-
cias hermanas entre sí, como <liceo los pitagóricos , y níndolas sobre las clavijas. Pero termino con esta ima-
nosotros, Glaucón, estaremos <le acuerdo . ¿O cómo gen , para no alargar esta comparaci6o con los golpes
procederemos? que les dan a las cuerdas con el plectro, acusándolas
-Asf. de su negativa a eroit.ir un sorúdo o de su facilidad para
e -Como se trata de una tarea de aliento, los seguire- darlo. En realidad, no es de ello s de quienes hablo, sino
mos a eHos para ver qué dicen acerca de estas cosas de aqueUos a los cuales decía que debiamos interrogar
y de cualquier otra que añadan; pe ro en todo esto vigj. acerca de la annonía 13• Pues éstos hacen lo mismo en
!aremos fo que nos concierne. la annorúa que los otros en Ja a stronomía, pues buscan e
-¿ Y qui! es esto? números en los acordes que se oyen, pero no se elevan
-Vigilar que aquellos a los que educamos no em- a los problem as ni examinan cuáles son los números
prendan nunca el estudio de algo imperfecto o que les armónicos y cuáles no, y por qué en cada caso .
impida llegar al punto al que deben arribar todos los -Hablas de una tarea· dign a de los dioses.
estudios, como acabamos de decir acerca de la astrono- -Más bien diría que es una carea útil para la bús-
S31a mía. ¿O no sabes que con la armonía h~cen aJgo simi- queda de lo Bello y de lo Buen o, e inútil $Í se persigue
lar? En efecto, se pasan escuchando acordes y mid ien- de otro modo .
do sonidos entre si, con lo cuaJ , como los astrónomos, -Es probable.
Lrabajan inúltimente. -Ahora bien, picoso que, si e! camfoo a trav és de
-Y de modo bien ridículo, ¡por los dioses! Cuando todos estos estudios que hemo s descrito permite arri- d
hablan de ·dos intervnlos de un cuano de tono cada bar a una relacióo y parentesco de unos con otros, y
uno' 11, y .paran sus orejas como si trataran de· captar a demostrar la a finidad que hay entre ellos, llevaremos
murmullos de vednos. Unos afirman que pueden per ci- el asunto haci a el punto que qu eremos y no trabajare-
bir un sonido en medio de otros do s, que da así el int e r- mos inútilmente; de otro modo, ser á en vano.
va lo más pequcno. mientras otros repl ican que ese -Presiento que es así, Sócrat es; pero la tarea de que
11 Traduzco 1r.11ando de recoger lo que dicen }3. EtNARSON·P. De:
hablas es eno rm e.
~cY en su not;, al pa saje 11)Sb de la edid ón Loeb de PLUTAR
L... CO, De -¿La que concierne al preludio, o cuál otra? ¿O no
Musíca: •El tetr:icordío. que compn-nde el in te rvalo de Ufllll cuaru, e,t á sabes que iodo esto no es más qu e un preludio a la me·
d111ictidoen tres int.::rvalos. ligados por cua1ro notas. Cuando los dos
intervalos más pcqueíios. surn::1dos eMre sí, son má~ pequeños q ue el
in tervalo res13ntc, son llamados un pyknón o 'condensación',,. O bien, IJ Adam, sigui endo a Monro , piens a que Platón dirige su crll'ica
como ya ARISTÓX~NO definía el pykr1ón {1al como ADAMpara frasea el a la escue la pitag órica o m atcm1hica de música. «quiene s ide nt ifica-
texto de Han11onica 21, 10 $S. MARO UARD}: •Cualquier combinació n de ban cada inl.:rvnlo con una ratio•. pero que Glaucón ha crc:fdo erró·
dos inte~olos 'que en co njunto son menos que el intervalo que res ta neamente que aludl a a una escuela rival (la •musical"), «que: medía
en la cuarta cullndo el pyknón es sustrald o de ésta•. todos los intervol os como múltiplos o fracciones del tono ...
'
364 DIÁLOGOS REPÚBUCA Vil 365

lodía que se debe aprender? ¿ O acaso crees que los te del cuerpo hada la contemplaci ón de lo más brillante
e versados en aquellos estudios son dial écticos? del ámbito visible y de la índole del cuerpo. /1 d
-No, ¡por Zeus! Con excepción de algunos pocos que -Lo admito, aunque sin duda es algo difícil de ad-
he encontrado ctisualmente. mitir, pern por otro lado es difícil no admüir lo. No obs-
-Pero en tal caso, )os que no sean capa ces de dar ta nte -y puesto que no sólo en es te mome nto presente
razón y recibirla. ¿sabrán alguoa vez. Jo que decimos he mos de discutirlo. sino que qued an mucha~ oponuni·
que se debe saber? dades para volver sobre él - . démo slo por ahora como
-Una vez más no. admitido, y vayamos hacia la melodfa para d escribirl a
5J2'> -Ve3m os, Glaucón: ¿no es ésta la melodía que eje· como hemos hecho con su preludio . Dime cuál es el
cuta la dia léc tica? Aunque sea inteligible, es imitad.a por modo del poder diaJé.ctico, en qué clases se divide y cu á- e
el poder de la vista cuando , como hemo s dicho, ensaya les soo sus caminos. Pues me par ece que se trata de
mirar primeramente a los seres vivos y luego a los as - ca m inos que conducen hacia el punto l.legados al cual
rros, y por fin al so l mismo. Del mismo modo, cuando estaremos . como a l fin de Ja trav esía . en reposo.
se intenta por la dialéctica Uegar a lo que es en sí cada -E s que ya no serás capaz de seguirme , m i q uerido SJ3a
cosa, sin sensación alguna y por medio de la razón, y Glaucón. No es que yo deje de mi parte nada de buena
¡, sin deteners e antes de captar por la intel .igeocia misma voluntad. pero no seria ya W1a alegoria com o antes lo
lo que es el Bien mismo, Uega al término de lo inteligi- que vedas, sioo la verdad mi sma, o al menos lo que
ble como aquel prisionero al término de lo visible. me parece ser ésta. Si es realroeot e así o no, no creo
-Enteramente de acuerdo. ya que podamos afirmarlo confiadamente, pero sí pode-
-¿ Y bien? ¿No es esta marcha lo que denominas. mos arriesgamos a af innar qu e bay algo semejante que
'dialéctíca'? se pu~de ver. ¿No es así?
-Sin duda. -CJaro que sí.
/¡-Pues bien; la liberación de los pdsiooeros de sus -¿ Y podemos afirmar 1amb1én que el poder dialéc-
cadenas, el volverse desde las sombras hacia las figurÍ· tico sólo se revelará a aqu el qu e sea experto en los estu-
Uas y la luz. su ascenso desde la morada sub terránea dios que hemos desci:ito, y que cualquie r otro es incapaz?
hacia el sol, su primer rnomeoto de incapac idad de mi· -Sí. eso se puede afirmar con segu ridad .
r.ar aUí a los animaks y planta s y a la lu1: del sol , -En todo caso, nadi e nos discutirá es to: que hay 1,
.: pero su capacidad de mirar los divinos reflejos en las otro método de aprehend er en cada caso . s istemática-
aguas y las sombras de las cosas reales, y no ya som- mente y sobre todo, lo que es cada cosa. Todas las de-
bras de figurillas proyectadas por otra luz que respecto más artes, o bien se ocupan de las opiniones y deseos
del sol era como una imagen: todo este tratamiento por de los hombres, o bien de la cr e ación y fabricación de
I medio de las artes que hemos descrito tie ne el mismo objetos, O bien del cuidad o de las cosas creadas natU·
j'
poder de elevar lo mejor que hay en el alma hasta la ralmente o fabricadas artHídalmente. En cuanto a las
' restantes, que dijimos captan a lgo de lo que es, como
contemplación del mejor de todo s los entes, tal como
en nuestra alegoría se elevaba el órgano más penetran- la geometría y las que en ese sentido Ja acompañan, nos
hacen ver lo que es como en su eños, pero es imposible e
366 DIÁLOGOS REPÚ.8LTCA VH 367

ver con ellas en estado de vigilia ; mientras se sirven uno de los ámbitos correspondientes, o sea, lo opinable
de supuestos, dejándolos inamovibl es , no pueden dar y lo inteli gib le, dejémoslo. Glaucóo, para que no tenga-
cuenta de ellos. Pues bien, sí no conocen el principio mos que vérnoslas con discursos mucho más largos que
y anudan la conclusión y los pasos intermedios a algo los pronunci ados anteriormente.
que no conocen, ¿ qué artificio convertirá sémejante en· -Por mi parte, estoy de acuerdo, en la medida en b
cadenamiento en ciencia? que puedo seguirte.
-Ningut;to. -Y llamas también 'd ialéctico ' al que alcanza la ra-
-Por consiguiente, el método dialé ct ico es el único zón de la ese ncia; en cuanto al que no puede dar razón
que marcha, cancelando los supu estos, hasta el princi- a sí mismo y a los demás, en esa medida dirás que no
d pio mismo, a fin de consolidarse allí. Y dicho método tiene inteligencia de estas cosas.
empuja poco a poco al ojo del alma, cuando está sumer- -¿ Cómo no habría de decirlo?
gido realmente en el fango de la ignorancia, y lo eleva -Y del mismo modo con respecto al Bien: aquel qu e
a las alturas, utilizando como asistentes y auxiliares pa- no pueda distinguir la Idea del Bien con la razón, abs-
ra esta conversión a las artes que hemos descrito. A és- trayéndol a de las demás, y no pueda atravesar toda s
tas muchas veces las hemos llamado 'ciencias', por cos- las dificultades como en medío de la batalla, ni aplicar - e
lumbre. pero habría que darles un nombre más claro se a esta búsqueda -no según la apariencia sino según
que el de 'opinión' pero más oscuro que el de 'ciencia'. la esencía - y tampoco hacer la marcha por todos estos
En lo dicho anteriormente '4 lo hemos diferenciado co- lugares con un razonamiento que no decaiga, no dirás
e mo 'pensamiento discursivo', pero no es cosa de dispu- que semej ante hombre posee el conocimiento del Bien
tar acerca del nombre en materias tales .como las que en si ni de ninguna otr.a cosa buena; sino que, si alcan za
se presentan a examen. una imag en de éste, será por la opinión. no por la cien -
-No, en efecto. cia; y que en su vida actual está soñando y durmiendo ,
-Entonces estaremos satisfecho s. como antes, con y que bajará al Hades antes de poder despertar aquí,
llamar a la primera parte 'ciencia', a la segunda 'pensa- para acabar durmiendo perfectamente allá. d
51,1a miento discursivo', a la tercera 'creencia' y a la cuarta - ¡Por Zeus! Diré lo mismo que tú.
'conjetura', y estas dos últimas en conjunto 'opinió n ', -Pero si alguna vez tienes que educar en la práctica
mientras que a las dos primeras en conjunto ' inteligen· a estos niños que ahora en teoría educas y formas, no
cia', la opinión referida al devenir y la inteligencia a permitirá s que los gobernantes del Estado y las autori -
la esencia. Y lo que es la esencia respecto del deve- dades en las cosas supremas sean irracionales. como
nir ,s lo es la inteligencia respecto de la opinión; y lo líneas irracionales.
que es la ciencia respecto de la cre encia lo es el pensa- -Por cierto que no.
miento discursivo respecto de la conjetura. En cuanto -¿ Y les prescribirás que parttc1pen al máximo de
a la proporción entre sí y a la divi sión e n dos de cada la educación que los capacite para preguntar y respon-
der del modo más versado?
"' En VI SI Id. -Lo prescribiré junto contigo. e
1s génesis. Cf. note. 22 al libro VI.
368 DIÁLOGOS REPÚBLICA VIT 369

- ¿Y no te parece que la dia léc tica es el coronamien- he dicho antes, a que no se la cultiva dignamente . En
to supremo de los estudios, y que por encima de éste efecto , no deben cultivarla los bastardos sino los bien
no cabe ya colocar correctamente ningún otro, sino nacidos.
SJ Sa dar por termina do lo que corresponde a los estudios? - ¿En qué sentido lo dices?
- De acuerdo. · -En prime r lugar , qu ien vaya a cultivarla no debe d
- Te resta aún la dis t ribución de estos estudjos: a ser cojo en el amor al trabajo, con una mitad dispuesta
quiénes los asignarás y de qué modo. al trab ajo y otra mitad perezosa. Esto sucede cua nd o
-Evidentemente . alguien ama la gimnasia y la caza y todo tipo de fatigas
-¿ Recuerdas la primera selección de los gobernan- corporales, pero no ama el estudio ni es dado al diálogo
tes que escogimos? y a la indagación, sino que tiene aversión por los traba-
-¿ Cómo no he de recordarlo? jos de esta índole; y es cojo también aquel cvyo amor
-Piens a entonces gue también en los demás aspec- al trabajo marcha en sentido contrarío.
tos deben elegirse aquellas naturalezas, pues hay que -Dice s una gran verdad.
preferir las más estables, las más valientes y en lo -Y ·lo mismo respecto de la verdad, declararemos
h posible las más agraciadas; pero además de esto, cabe que un alma está mutilada cuando, por una parte, odia e
buscar no sólo los caracteres nobles y virHes, sino que la mentira voluntaria y la soporta difícilmente en ella
posean también los dones naturales que convienen a tal misma y se irrita sobremanera si son otros los que mien-
educación. ten, pero, por otra parte, admite fácilmente la mentira
-¿Cuáles son los que distingues? involuntaria, y no se irrita sí alguna vez es sorprendida
-Han de contar, bíenaventu>·ado amigo, con la pe- en la ignorancia, sino que se revuelca a gusto en ella
netración respecto de los estudios y la capacidad de como un animal de la especie porcina.
a prender sin dificultad; pues las almas se arredran mu- -P.or entero de acuerdo. · 536a
cho más ante los estudios arduos que ante los ejercicios -También con respecto.a la moderación, a la valen·
gimnásticos. porque sienten más como propia una fati· tía, a la grandeza de espíritu y todas las partes de la
ga que les es privativa y no tienen en común con el excelencia, hay que vigilar, y no menos, para distinguir
cuer po. aJ bastardo del bien nacido. Pues cuando un particular
-Es cierto. o un Estado no saben examinar las cosas de tal índole,
e -Y ha y que buscarlos también con buena memoria, se sirven inadvertidamente de cojos y bastardos para
perseverantes y amantes en todo sentido del trabajo. ¿O el propósito que se presente, sea como amigos, sea co-
de qu é modo piensas que estarán dispuestos a cultivar mo gobernantes.
el cuerpo y a la vez cumplir con semejante estudio y -Y así pasa, en efecto.
ejercicio? -Por tanto, debemos tener cuidado con todas las
-De ningún modo , si no están bien dotados en todo cosas de esta índole; ya que, si son personas sanas de b
se ntido . cuerpo y alma las que educamos, conduciéndolas a tal
-Por consiguiente, e) error y el descrédito que se estudio y a tal ejercicio, la Justicia misma no nos cen-
abaten actualmente sobre la filosofía se debe . como ya surará y preservaremos el Estado y su organización po-
94. -24
370 I>lAtocos R 'EPÚBLICA vn 371

lítica; pero si guiamos hacia 1ales esrud.ios a personas -Es verdad.


de otra índole. ha.remos todo lo coot.rario y derrama)·e- -Entonces. excelente amigo, no obl.igues por la fuer-
mos más ridiculo aún sobre la filosofía. za a los niños en su apreodizaje, sino edúcalos jugando, S37a
-Es verdaderamente vergonzoso. para que también se.as más capaz de divisar aquello
-Por entero de acuerdo, entonces. Pero· yo 1ambíén para lo cual cada uno es naturalmente apto.
creo que en e.ste momento me sucede aJgo digno de risa. -Tienes razón en Jo que dices.
-¿Qué cosa? -¿ No recuerdas que decíamos " que hay que con-
e -Me olvidé de que jugábamos. y hablé más bien en ducir los niños a la guerr.a. corno observadores monta-
rensión; porque a la ve1. que hablaba miré a la filosofía dos a caballo, y que, en caso de que no fuera peligroso,
y, al verla tratada tan injuriosamente, me irrité y, como había que acercarlos y gustar la sangre, como cachorros?
encolerizado contra los culp.:ibles, 'dije con mayor serie- -Recuerdo.
dad las cosas que dije. -Pues a aquel que sjernpre. en todos estos trabajos,
-No, ¡por Zeus! Al menos para mi. que era quien estudios y lemor~s. se muestre como el más ágil, hay
escuchaba. que admitirlo dentro de un número selecto.
-Pero sí para mí, que soy el que habla. Con todo, -¿A qué edad? b
no olvidemos que eo la primera seJección elegíamos -En el momento en que dejan la gimnasia obligato·
d ancianos 1\ mientras que en ésta eso no es posible. ria; pues en ese tiempo, seao dos o tres los años que
pues no hemos de creer a Sol6n cuando dice que. al transcurran. no se puede hacer otra cosa, ya que la fati-
envejecer, se es capaz de aprender muchas cosas, si.no ga y el sueño son enemigos del estudio. Y al mismo tiem-
que se será menos capaz de aprender que de corrt:r: po, ésta es una de las pruebas, y no la menor, la de
pues a los jóvenes corresponden todos los trabajos es- cómo se rnues1 rn cada uno en los ejel'cicios gimnásticos.
forz.ados y tnúlt iple.s. -¡Claro que sí!
-Necesariamente. -Después de ese tiempo, se escogerá entre los jóve-
-Por coosigu.ienre, tamo los cálculos como la geo- nes de veinre años, y los escogidos se llevaráo mayores
metr ía y todos los estudios preliminares qlJe deben en- honores que los demás, y deben cooducírse los estu- e
sefiarse an1es que la dialéctica hay que proponérselos dios aprendidos en fonna dispersa durante ia niñez a
desde niños, pero sin hacer compuls.iv~ la fonna de la uoa visión sinóptica de las afinid a d es de los estudios
instrucción. entre sí y de la natu.rale:za de lo que es.
-Y esto ¿por qué? -Eo todo c.iso, semejante instrucción es la única fir.
" -Porque el hombre libre no debe aprender ninguna me en aquellos en que se produce.
d is ci plina a la manea del esclavo: pues los trabajos cor· -Y es la mi\s grande prueba de la naturaleza dialéc-
porales que se practican bajo coerción no producen da- tica y de la que no es dialéctica; pues el dialéctico es
ño ol cuerpo, en tanto que en el alma no permanece sinóptico, no asi e! que no lo es.
nada que se aprenda coercitivamcme. -Compano tu pensamiento.

16 cr. 111'412c. t7 E.n V 467e.


372 OIÁLOCOS REPÚBLICA Vil 373

-Es necesario, entonces, que examines estas cosas, desobedecerá en las cosas importantes menos que a los
d y que, a aquellos que sobresalgan entre los que son aduladores, en el tiempo e.o que ignore la verdad.
constantes en los estudios, en la guerra y en las demás -Es probable.
cosas prescritas, una ve1. que hayan pasado los treinta -Mas una vez percatado de la realidad, presumo que
años , a éstos a su vez los selecciones entre los aoces su estima y su cuidado se relajaría respecto de aquéllos
escogidos, instituyéndoles honores mayores y examinan- e iría en aumento respecto de los aduladores, y obede-
do, al probarlos mediante el poder dialéctico, quién es cerla a éstos de modo más destacado que antes, y vivi- e
capaz de prescindir de los ojos y de los demás sentidos ria acorde con éstos, asociándose a ellos sin tapujos,
y marchar. acompañado de la verdad, hacia lo que es no cuidando ya de su padre ni de los demás supuestos
eo sL Y sin embargo aquí tenemos lma tarea que re- parientes, salvo que ruviera una naturaleza particular-
quiere de mucha precaución, amigo mío. mente bondadosa.
-¿Por qué? -Todo eso que dices sucederá tal cuaJ; pero ¿en qué
~ -¿No te percatas de cuán grande llega a ser el mal se relaciona esta comparación con los que se dedican
relativo a la dialéctica en la actua lida d? a la dialéctica?
-¿Cuál mal? -En esto. Sin <luda tenemos desde niños conviccio-
-De algún modo está colmada de ilegalidad. nes acerca de las cosas justas y honorables, por las cua-
-Muy cierto. les hemos sido criados como por padres, obedeciéndo-
-¿Piensas que es algo asombroso lo que les sucede, las y honrándolas.
y no los excusas? -Efectivamente .
-¿En qué sentido? -Pero hay también otras prácticas contrarias a ésas, a
-Es como si un hijo putativo fuera criado en medio portadoras de placeres, que adulan nuestra alma y la
sJ&ade abundantes riquezas, en una familia muy numerosa atraen hacía ellas, pero los hombres razonables no les
v entre muchos aduladores, y al llegar a adulto se diera hacen caso, sino que honran las enseñanzas p,Hernas
~uenta de que no es hijo de los que afirman ser sus y las obedecen .
padres, pero no pudiese hallar a sus veTdaderos proge· -Así es.
nitores. ¿Puedes presentir cuál serla su disposición res- -Pues bien; si a un hombre en tal situación se le
pecto de los aduladores y de sus supuestos padres en formula la pregunta '¿qué es lo honorable?', y al res-
el tiempo en que ignoraba Jo concerniente a la sustitu· ponder aquél lo que ha oído del legislador se le refuta,
ción y a su vez en el tiempo en que lo supiera? ¿O quie· repitiéndose una y mil veces la refutación, hasta que
res escuchar cómo lo presienlo yo? se le lleva a la opinión de que eso no era más honorable e
-Quiero esto último. que deshonorable, y del mismo modo con lo justo, lo
-Pues bien, presiento que honrará más a los que bueno y con las cosas por las cuales tíene más estima,
b toma por su padre, su madre y parientes que a los adu· ¿ qué es Jo que piensas que, después de esto, hará en
)adores, permitirá menos que les falte a]go, obrará y lo concerniente a la reverencia y sumisión respecto de
hablará de modo menos indebido frente a ellos y los ellas?
374 OlÁLOGOS REJ>Ú'BUCA VII 375

-Forzosament e, ya no las reverenciará ni acatará más bien que al que hace de la contradicción un juego
del mismo modo. divert ido, y será él mismo más mesurado y hará de
-Y cuando no las renga ya por valiosas ni por pro- su ocupación algo respetable en lugar de desdeñable. d
S)911 pias de él, pero no halle las ver dadera s, ¿a qué otro modo -Correcto.
de vida que al del adulador es probable que se aboque? -Y lo que dij,imos antes fu'e dicho por preca ución,
-A ningún otro. a sabe r, que es a las naturalezas ordenadas y establ es
-Entonces. pienso . de respetuoso de Jas leyes que a las que hay que darles acceso a las discusion es y no,
era. parecerá que se ha convertido eo rebelde. como se hace ahora, al primero que pasa, aun cuando
-Necesariamente. oo sea en oada apropiado para aplicarse a ellas.
-¿Note parece natural, en tal caso, lo que les suce- - Enteramente de acuerdo.
de a quienes se aplican de ese ruodo a Ja dialéctica, y - Bastará. entonces, con que permanezcan aplicados
muy excusable? a la dialéctica de modo serio y perseverante, no haci e n-
-Es para apiadarse. do ninguna otra cosa, ejercitándose del modo eo que
-Y pára que tus hombr es de treinta años no infun - antes se practicaron los ejercicios corporales. pero el
dan piedad, hay que tomar todo tipo de precauciones doble de tiempo.
al abordar la dial éc tica . -¿Quieres decir séis años o cuatro? e
-Seguramente. -N o importa, ponle cwco. Después de eso debes
1> -Y una importante precaución consiste en no dejar- hacerlos descender nuevamente a la caverna. y obligar -
les gustar de ella cuando son jóvenes; pienso, ea efecto, los a mandar eo lo tocante a la guerra y a desempeñar
que oo se te habrá escapado que los jovencitos, cuando cuantos cargos convienen a los jóvenes, para que tam-
gustan por primera vez las discusiones, las practican poco en experiencia queden atnís de los demás . Ade-
indebidamenle convirt iéndolas en juegos , e imitando a más, en esos cargos deben ser probados para ver si
los que los han refutado a ellos rnfutan a otros, gozan- perman ece n firmes, cuando desde todas direcciones se S40o
do como cachorros en t ironear y dar dentelladas con los qui ere atraer, o bien si se mueven.
argumentos a los que en cualquier momento se les -¿Y cuánto tiempo estableces para esto?
acercan. -Quince años. Y una vez llegados a los cincuenta
-Gozan sobremanera. de edad. hay que conducir hasta el final a los que hayan
-Así es que, cuando refutan a Muchos y por mu- salido airosos de las pruebas y se hayan acreditado co-
e chos son refutados, rápidament e se precipitan en el es- mo los mejores en todo sentido. tanto en los hechos co-
cepticismo respecto de lo que an tes creían, y la co nse- mo en las disci plinas científicas, y se les debe fon.ar
cuencia es que tanto ellos mismos como la filoso fía en a elevar el ojo del alma para mirar hacia lo que propor-
su conjunto caen en d descr édito ame los demás. ciona luz a todas las cosas; y. tras ver el Bien en sí,
-Es una gran verdad . sirviéndos e de és ce como paradigma, organizar duranre b
-A una mayor edad. en cambio, un hombre no esta· el resto de sus vidas -cada uno a su tumo- el Escado
rá dispuesto a participar en semejante desenfreno, sino los particul ares y a sí misroos, pasando la mayor part;
que imitará al que esté dispu esto a buscar la verdad del tiempo con la filosofía pero, cuando el turno llega
376 OIÁLOCOS RE.PÜBLICA Vll 377

a cada uno, afrontando el peso de los asuntos políticos más rápido y más fácil de estable cer el Estado y la or-
y gobernando por el bien del Estado, considerando esw ganización política de que hablamo s, para que el Esta-
no como algo elegante sino como algo necesario. Y así, do sea feliz y beneficie aJ pueblo en e1 cual surja?
después de haber educado siempre a otros ~emejantes -Co n mucho; y me parece, Sócrates, que bas dicho
para dejarlos en su lugar como guardian es del Estado, muy bien cómo se generará tal Estado, si es que alguna b
se mar charán a la Isla <le los Bienaveotur ados, para ha- vez ha de generarse.
e bicar en e lla. El Es1ado les i.ostituirá monumentos y -¿ Y no hay ya bastanLe coo nu estros discursos so-
sacrificios públicos como a divinidades, si la Pitia lo br e se mejante Estado y sobre el hombre similar a él?
aprueba ; si no, como a hombres bienaventurados y divi- Pues de algún modo es patente cómo diremos que ha
nos . de ser éste.
-¡Has hecho completamente hennosos a los gober- - Es patente; y en cuanto a lo que preguntas, creo
nantes, Sócrates, como si fueras escult or! que hemos llegado al fin.
-Y a las gobernantes, Glaucón; pues no pienses que
lo que he dicho vale para los hombres más que para
las mujer es. al ooenos cuantas de el.las surjan como ca-
paces por sus naturalezas.
-Correcto, si es que han de compartir todo de igual
modo con los hombres.
d -Pues bieo: convenid enronce.s que lo dicho sobre
el Estado y su consLitución pol.hk.a no son en absoluto
castillos en el aire, sino cosas difíciles pero posibles de
un modo que no es otro que el mencionad o: cuando en
el Estado lleguen a ser gobernantes los verdaderos filó-
sofos. sean muchos o uo.o solo, que, desdeñando los ho-
nores actuales por tenerlos por indigno s de hombres
e libres y de ningún valor, va.loren más lo rec to y los
honores que de él provienen, considerando que lo justo
es la cosa supre ma y más necesaria, sirvi en do y acre-
centando la cual han de organizar su propio Estado.
-¿De qué modo?
-A todos aquellos habitantes mayores de diez años
S41a que haya en el Estado los enviarán al campo, se barán
cargo de sus hijos, alejándolos de las costu mbres actua-
les que también comparlen sus padres, y los educarán
en sus propios hábitos y leyes, los cuales son como los
hemos descr ito en su momento. ¿No es éste el modo
REP'ÓBUCA V JI I 379

punto en qu e nos desviamo s hacía aquí, par a retomar


el mismo camino '.
-Eso no es difícil -cont estó Glaucón-. Casi al igual
que ahora, discurrías dando por descrito el Estado, se-
ñalando que postulabas com o bueno un Estado tal co-
mo el que hab ías descrito, y bue no el hombre sim ilar d
a aquél, y, segú n parece, qu e podías hablar de un Es- 544a
VIU ta<lo y de un hombre mejor es aún. Pero los otros Es-
tados, afirm abas, debían ser deficientes, si éste era
correcto; en cuanto a las rest an tes coostiluciones decla-
rabas, segúo recuerdo, que eran cuatro las especies dig-
543a -Bien. Hemos con venido, Glau cón, que el Estado nas de meac ión , y que había que observar sus defectos
qu e haya de alcanzar la más elevada fonna de gobi em o y los homb res semej antes a cada u.na de ellas , a fin de
debe contar cori la comunidad de las mujeres, la comu- que, tras ob se rvar todo ello y ponemos de acuerdo en
o.idad de los hijos , y la educación in tegra debe ser co- cuál seria el hombre mejor y cuál el peor. examinára-
mún. del mismo modo que las ocupaciones en común, mos si el mejor es el más feliz y el peor el más desdi-
ta nto en la guerra como en la paz, y sus reyes han de chado, o bien si sucede de otro modo. Y cuando te pre-
ser los que se hay an acreditado como los mejores res- gunté a qué cuatro constituciones te refería s, nos in· b
pec to de la filosofía y respecto de la guerra . terrumpieroo Polemarca y Adimanto, y as i tomaste tú
-Lo hemo s convenido. la palabra hasta llegar aqu .L
b -T ambién quedamos de acuer do en que. una vez -Lo recu erdas correctís irnamente -dije -.
pue stos en funcion es los gobernant es, conducirán a los -Pues entonces ofrécem e la misma toma . como uo
soldados y los instal ar án en morada s tales como las que luchador 1, y cuando yo te p reg unte lo mismo . intenta
hemos descrito, no teniendo nada en privado, sioo todo 1ú decirme lo que en ese mom en to es1.abas a punto de
en comtin. Y ademá s de lo referenle a las moradas , con- decir .
vlnimos eo cuanto a las propiedade s, si recuerdas , cuá - -Siemp re que pueda.
les clases de ellas podrán tener. -En lo qu e hace a mí. anhelo escucharte cuá les soo
- Claro que lo rec uerdo; pensáb am os, al menos, que esos cuatro regímenes a qu e te referías.
no deberían poseer nada de lo que poseen ahora los de- -No será difícil que lo esc uches. En efe c to, aque- ,
má s gobernantes, sino que. como atle tas de la guerra llos a los que me refiero tienen también su nombre: aquel
y guardianes, recibir án de los demá s, a modo de saJario
e por su servicio com o guardiane s, el a limento que para
ello requie ren anua lment e, debiendo ocu parse de sí mis- 1 Cf. V 449a -b.
mos y del resto del Es tado. l Dic.:, un es colio (GREENI!., 2SS): •e ntre luchadore~ e:d stla la coi,·
lumbre de que, sí ca ían juntos, de modo cal que nin¡¡uno cayc rn sobre
- Lo que dices es correcto. Pero ahora adelante, el adversario, al leva ntarse nuevam ente debían volver a una posición
pue sto que hemos concluido con eso, y recordemos e l similar de comb ate , a la cual [P)at'6 n) llama 'la mismn tom a'"·
380 DrÁLOCOS
- R.EPÚBLlCA VIII 381

que es elogiado por muchos, el de Creta y Lacedem o- al más injust o, lo contrapongamos al más justo, y sea
nia 3 , después eJ segund o en recibir elog ios, la llama - compl eto nuestr o exame n de cómo ha de ser la justi cia
da oligarquía, régime n carg ad o de abundantes males; extrema en relación con la extrema injusticia re specto
en divergencia con és te le sjgue la democrac;ia, y la 'n o- de la felicidad y desdicha de quien las alc anza, de modo
ble' tiranía, qu e sobre pasa a todos éstos, y que es la que, haciend o caso a Trasímaco, persigamos la injus- b
cuarta y última enfer rnedad del Estado. ¿O hall as algu- licia, o, seg ún lo que ahora el argum ento nos hace ma-
na otra forma de orga nización política que est é sit uada nifiest o, la justicia.
d en una especie distin ta? Pues las monarquías heredita- -Completamente de acuerdo en q ue debemos obrar
rias y las que se venden al mejor postor, y otras orga ni- así.
zaciones política s del lal índole, son sin duda interme- -Pues bien; Lal como comenzamos por ex aminar los
dias entre aquéll as, y no se las halla en menor número compor tamie ntos en la organización del Estado antes
entre los bárbar os que entre los griegos: que en los particulares, por ser así má s claro, también
-Se habla de much as y muy extrañas, en efecto. ahora hay que examinar en primer lugar el régimen po-
- ¿Sabes que hay necesariamente tantas especies de lítico basado en el amor al honor -no conozco otro nom-
caracteres humanos como de regímene s políticos? ¿O bre que se le dé; lo llamaremos 'timocracia' o 'timar-
pien sas que los regímen es nacen de una enc ina o de pie- quía '-, e insp eccionaremo s al hombre de esa índole e
e dras, y no del comport amiento de aquellos ciudadanos en relación con él; · después la oliga rquía y el hombre
que, al inclinars e hacia un lado, arrastran allí a todos oligárqu ico y, a su vez, dirigiendo la mirada a la demo-
los demás? craci a, contemplaremos el hombre democrático; y en
-De ninguna otra parte que de ese comporta miento. cuarlo lu ga r, tras marchar hacia el Estado tiránico y
-Por consigu iente, sí las clases de Estados son cin- haberl o mirado , dirigir la mirada esta vez al alma tirá-
co, también han de ser cinco las modaJidade s de las nica, tra tan do de convertirnos en ju eces idóneos de la
almas de los ind ividuos. cuestió n que hemos propuesto.
-Sin duda . -Al menos así se llegará, conform e a razón, a la con-
-Ahora bien, aJ hombre simila r a la aristocracia • temp lación y al veredicto.
ya lo hemos descrüo, y dijimos que era bueno y justo. - Vamos, ent onces , y tratemos de decir de qué mo-
545a -Lo hemos descrito . do la timocracia n ace a partir de la aristocracia. ¿O no
-Despu és de el. debemos pasa r revista a los hom - es un hecho muy simple el que todo régimen político d
bre s inferiores, al ama nte del triunfo y del honor, con- se transforma a partir de los que detentan el poder,
forme a la consti tució n espartana, luego al oli gárq uico, cuand o en tre ellos mismos se produ ce la disensión, y
al democrático y al tiránico, a fin de que, tra s mira r que mientras están en armonía, por pocos que sean, es
imposibl e que cambie algo? ·
3 La timoc1·ácia, como se verá en seguida. -Así es, efectivamente.
4
No la aristo cracia histórica, sino, etimológicament e, arístokYa· -¿De qué modo, Glaucón, será per tu rba do nuestro
/ {a, o sea «gobiern o de los mejores•. que Platón distingue claramen te
de la o/igarcliía o •gobie rno de pocos•. En IV 445d se ha diferenc iado Estad o? ¿Cómo entrarán en discordi a los gobernantes
la monarquía de la arlsLOcracia por d número de gobern antes. y los auxiliares unos con otros y consi go mismos? ¿Quie-
382 DIÁLOGOS REPÚBLICA VIJJ 383

res que imploremos a las Musas, como Homero, para todo Logenerado es corruptibJe, esta conslilución no du-
e que nos digan «cómo se produjo por· primera ve~,, s la rará la totalidad del tiempo. sino que se disolver:'.i. Y
discordia, y nosotros oarremos que ellas, con aire de la disolución $e producirá de esta fonna: no sólo en el
tragedia y como si estuvieran hablando seriamente, caso de las plantas que viven en la tierra, sino también
pooen un tono solemne en la voz, cuando en realidad en el ele los seres vivos que se mueven sobre la tierra,
están jugando y diviniéndose con no:-otro.s como con hay fecundidad e infecundidad de almas y de cuerpos,
niños? cuando las rotaciones completan los movimientos cir·
-¿De qué manera? culares para cada una de las especies; los movimientos
3464 -Más o menos de es1a manera•: e.s difícil que uo circulares de corto recorrido para la.s especies de corta
Es1ado así constituido sea perturbado; pero, dado que vida. y los opuestos para las especies opuestas. Ahora
bien. dicen las Musas, «en cuanto a vuéstra raz.a hu-
s Cf. JL XVI 112. Las Musas ha cen • rtc.ord nr • a Homer o los de- mana, aquellos que habéis edu~do como conduc1ores b
talles de lo aco n tecido : aq uí hace.o «recorda r > a Sóc 1-ates un pa sad o
del Estado. aun cuando sean sabios, tampoco lograrán
imagin a do .
• El pasaje que sigue, a \ 'CC:C:s con oci do como «dís<:ur$ó de las Mu- controlar la fecundidad y la esterilidad por medio del
sas • o cam b ien ..e[ número nup cial» . p.-es enta clif,culuides iDsalv-.ibles cálculo acompañado de percepción sensible. sino que
en el 1ex10 griego que sólo per milcn in1erprc 1ac 1ones conj et urales y les pasarán inadvertidas, y procrearán en momentos
qu e en n ue s tra trarl ucc ión imp lic.an la ad íciór .l de muc h as pa labr as q ue
no propicios. Para una criawra divina hay un período
la ba ga n m in imam cnlc intelig ible . Se u a ta de con,a ru ir el «n úm ero
geomfaric o 10 1ala , qu e, a l deci r de AoAM, «es la cxp~s:ión de la ley comprendido por el número perfecto'; para una cría-
de d egeneración inev itable a la cual es1án suje tos el un ivers o Y tocia s lUra humana, en cambio, el numero es el primero en
sus pa rles» . La mayona ele las interpr etacion es sosti en e n que clich o el cual SI'! producen crecimientos, al elevarse al cua·
númt ro es el 12.960 .000, a unque, da da . su dific ult ad para pens ar lo co- drado y aumentar esta potencia', comprendiendo tres
mo u.na ref erencia a l co nu· ol de los ca-...ar.nie n1os, Adam ofre-ce 01ro
n úm e ro. el 2 16 {prod ucto de la sum a de los cub os: de), 4 y 5), co mo
in1ervalos y cuatro términos dentro de proporciones nu-
corresp,o n dient r: al del «period o de la gest ación humana », bu scan do méric.:1s~ que son similares o no si.roilares. que aumen·
una co nex ión ent re t:s1a, co mo micro cosmos, y ..e) tiempo de vida de l
ma croc o smos de l u niv erso •. KoNRAI>G" ISER (•Die Rede der Musen über al disc urso de é st as. l~ mos que lo que se va a -poner en boc a de la s
d en Gr ü nd von Ordnung un d Un ordn un g: Pla1ons Polifeia 54Sd·S47a", Musa s e s algo que ésl:tS fing en decir solemncmcn1c. «con a ire de tra-
en Studi.a Plat onica. Fesrsc11ri/1Jiir Hem1t11111 G11nder1.Am ~erdam , 1974, gedia •. pe ro que en realidad es un juego y una div~rsi ón. lo que }'"
págs. 49 -85) llega por su pnne á las cifra s de 10.000 y 7.500 que s ería n alerta sobre el 1ono humoris1ico del pasaje.
lo~ días de e da d (27 1/2 añ os y 20 l/2, rcspectivament.c). que correspon- 7 En el Tinteo la •Cria1ura divina,, pt:>r anlt>noma sia es el univer-
derían a la ed ad a propia da pa ra que hombres y muJeres se i:.asaran. so; en Ti,1L 3')d •e l 1>ú.meroperfec10, ~ el "Gran Año», en qu e co inciden
l'or nue$tl':\ part e, no s adhe 1im os D la tesis del número 12.960.000 so· iodos los atl ros fijo$ y errante~ en el punto de p.:mide, cuya dureci6n
bre )¡¡ base: de los ar gun1cntos dado!. por A. D11!S(Le 1101>1hrc nup/101 era de 36 000 año~. Si lencrnos en cuen1a que el año era pensado por
de Pla1011, P:iris. 1933) y sobn) lodo por M. Dl!.1(11.CP.ll (•Le nombre de PIM6n , 11moconstando de .360 dias (c:L Leyes VI 756b). d Gran Ai\o
Plalon et 121lol des di spositi fs d<.:M. Oics,,. Rcvuc de~ Études Grec- tendrlo 12.960.000 d!as.
ques 68 [! ~SS), 38· 76). Contra Gaiser. pt:nsamos que se tr2>1ade un p;:,- • Modo sofis1icado de decir que se v.:i más all3 de la scg,md;:, pO·
s:ije de tono preclomin:intc1-nen1e lódico, como encontramos ti,mbién tcncia, es decir, se deva al cubo.
en JX 587c ss .. en el ca~o del •número del dramo•, o bien en Leyes ~ Por lo que sigue, p&rec~ría que estos cuatro 1é1·n1i11os.son:
V 7)7c ss .. en d de los ::040 propiet:irio~. número que permite 59 divi-
60:3600::216000: 12.960.000
siones para di,;tinlos uso~. Ya en lo invocación a lai. Musas, previa
384 DIÁLOGOS REPÚBLICA VIII 385

tan y disminuyen y ponen de manifiesto que todas las no pro picio s, y nace rá n niños no favorecidos por la na-
e cosas se corresponden entre sí y ·son racionales. La turale za ni por la fortuna. Los mejores de ellos serán
base mínima de estos números proporcionales es la re· des ignados por sus predecesores; no obstante , dada su
lación del cuatro al tres, conjugada con el cinco 10, la falta de mérito, una vez que hayan alcanzado los pode-
cual , tras haber crecido tres veces 11, produce dos ar- res de sus padres, comenzarán, aun siendo guardianes,
monías . Una, que resulta de factores iguales 11, multi- por descuidarnos a nosotras, las Mu;,as; primeramente,
plicada por cien cuantas veces sea menester; la otra al estimar menos de lo que se debe la música , en segun -
armonía, en cambio, puede descomponerse en alguna do lugar, la gimnasia. De ahí que vuestros jóvenes se
medida en factores .iguales, pero oblonga en conjunto. tornarán más incultos, y los hombres que sean designa-
por resultar de factores desiguales. a saber, de cien nú- dos gobernantes no serán muy apropiados para la con-
meros, de diagonales racionales de cuadrados de lado dición de guardianes respecto de la discriminación de e
5, dismin uido en l en cada caso, o de diagonales irra· las razas de Hesíodo y las que hay entre vosotros : Ja 547a
ciooa les de cuadrados de lado S, disminuido cada nú- de oro, la de plata, la de bronce y la de hierro . Y si
mero en 2 ll, y de cien cubos de tres 14• se mezcla a la de hierro con ]a de plata y a la de bron ce
Ahora bien, este número geométrico total tiene tal con la de oro se generará una desemejanza y una ano -
p9d er respecto de que los naci.mientos sean mejores o malía inarmónica, lo cual, allí donde surge, prncr ea siem-
d peores, qu e, cuando lo desconozcan, vuestros guardia- pre guerra y odio. «Tal es la genealogía 15 de la dis-
nes casará n a las doncellas con mancebos en momentos cordia -hay que decirlo- dondequiera se produc e.»
-Diremos que ellas han hablado correctament e.
10 Es to es 3 X 4 X 5 = 60, que es el término mlnímo de la pro ·
-Forzosamente, puesto que son Musas.
porción.
11 O sea, el 60 se multiplica 1rea veces por sí mismo: -Y después de eso, ¿qué dicen las Musas? b
60 X 60 X 60 X 60 = 12.960.000 -Una vez suscitada la discordia, cada una de las ra-
11 Es decir , de un núm ero multiplicado por sí mismo: si est e nú· zas empujaba: la de hterro y bronce hacia el lucro y
mero es 36, muhiplicado por 100 y luego por sí mism o, ten<lrfam os: la adquisición de tierra y casas de oro y plata, mientra s
J.600 X 3.600 = t 2.960.000; la ao tra arrnonís,. procede «de factores las razas de oro y plata, que no eran por natural eza
desiguales•, o sea , es oblonga o rectangular, y sus lado s, como se verá,
soro 4800 y 2700.
pobres sino ricas en sus almas, inducían hacia la exce-
1.1 Segó n el teore ma de Pitágoras, un cuadrado de lado S tiene una lencia y hacia la antigua constitución. Pero tras hacer se
diagonal \/so, ya que, en el 1riángulo rec1ángulo cuya hipotenusa es violencia y luchar entre sí, arribaron a un compromiso
la diagonal, el cuadrado de ésta es igual a la suma de los cuadrados por el cual, apropiándose tierra y casas, se las repar- e
de los lados (52 + S2). Pero como \ISOseria un número con decimales tieron, y, a los anteriormente cuidados ror ellos como
y por consiguiente irracional, Platón busca el valor racional mAs apro -
ximado, que es 7, el .:ual, una vez elevado al cuadrado, debe ser dismi-
amigos libres y proveedores de alimento, los escJaviza-
nuido en 1: 71 - 1 = 48; o bien, disminuyendo en 2 el valor de la ron, teniéndolos ror dependjentes y sirvientes, ocupán -
diagonal sin necesidad de racionalizarlo: SO - 2 = 48. Multiplicado dose ellos mismos de la guerra y <le la vigilancia de
por 100, 48 da 4800, que es un lado de l.i figura mencionada en la aquéllos.
nota a(llerío.r.
14 Esto es 27 x 100 = 2700, el otro lado de la figura rectangular. 1~ 11. VI 211.

94, -25
386 DIÁLO GOS REPÚBLICA vm 387

-Creo que es a partir de all í que se produce el que malgastarán gr an cantidad de dinero en muj eres b
cambio. y otras cosas qu e les plaz ca .
-Y este régimen político, ¿no es intennedio entre -Muy cierto .
la aristocracia y la oligarquía? -Serán tambi én avaros, puest o que reverencian e l
-Sin duda . dinero y lo posee n ocultame ote , aunque prótligos con
-El tn\nsito se producirá de ese modo; mas después las riquezas ajenas para colm ar su s apeti tos , y disfruta -
del cambio, ¿cómo será gobernado e l Estado? ¿No está rán sus placeres en secreto. escap an do de la ley como
d claro que, por ser un régimen int ermedio, imitará en niños de sus pad res, por no habe r sido educados me-
pane al anterior , en parte a la oligarquía, pero pose er á diante la persua sión sino ]a fue rz.a, en razón de hab er
algo peculiar? descuidado la verda dera Musa. la q ue se acompaña de
-Así será. arg umentos y de filo sofía, y por ha ber acordado may or e
-Pues bit:n ; en lo concerniente al honor debido a dignid ad a la gimnasia que a la mús ica ,
los gobernantes y la abstención de la clase guerrera res - - Por cieno . hablas de un régimen político en que
pecto de la agr icultur a, las artes manuales y de las lu- el mal y el bien se hallan mezcla dos.
c rativas en gen eral, así como en cuanto a la disposici ón -Muy me.zclados, en efecco. Pero lo más manifie sto
de comidas en común y a la de<lica cíóo a la gimna sia en él es una sola cosa , debida a la pre vaJecencia de la
y a las pr-áctica s militares: en todos estos casos. ¿no fogosidad: el deseo de imponerse y ser venerado.
imi tarán al régim en anterior? -¡Y con much o !
-Si. -De tal índole , pu es, es este régimen político. y a sí
e -Pero eo lo que respecta a temer ]levar hombres se ha origioado, en la medida en que bosquejam os con
sa bios a las fun ciones gubernamentales, por no cont ar palabras el esqu ema de una consLicución, sin compl e- d
ya con hombres de ta! índole, simpl es e inflexibles, sino cario con precisió n, por ser suficience para divisar. in-
mixtos. e inclinar se hacía otros fogo sos y más simple s , cluso a partir de un bosquejo, al hom bre más justo y
por naturaleza aptos para la guerra antes que pa ra al más io.iusto; y ser ía una t.area iropracticablement e
5-4So la paz, y tener en mucho los corre sp ondientes engañ os la rga describir io dos los regímenes y todos los caract e-
y es tratagemas y pasa r siempre el tiem po guerreand o, res . sin omitir nada .
¿no seran propios de tal régimen, a su vez, la mayoría -Y es correct o.
de los rasgos de esa índole? -Pues bien. ¿cuál es el hombre acorde a este ré gi-
-Efectivament e. men? ¿Cómo se ha originado y cu ál es su índole?
-Tales homb res , entonces, es ta rán sedientos de -Pienso -di jo Adímanto- qu e ha de estar pr óximo
r iquezas, como en las oligarquías, y reverenciarán sal- a Glaucón en cuanto a las ansias de sobresalir.
vajemente el oro y la plata a escond idas, por ser pos ee- -Tal vez, pero me parece que su naturaleza es dí s- e
do res de cámaras y tes oro s particul ares, donde man ten- lfo ta en estos aspe ctos.
dr án oculto lo q ue depositen, y tendrán residencias -¿Cuáles?
cerradas por muros, verdad eramen te nidos privados en - Ha de ser má s obstinado y alg o más ajeno a las
Musas. aunque las ame y también gu stará oír conver sa-
388 OJÁLOGOS REl'ÚBLIC:A vrn 389

549a dones, pero de ningú n modo será un retóri co. Sem ejan- en los tribunales, privadamente o en púbUco, sino que
te hombre ser á fe roz con los esclavos, por no se ntirse tom a todo esto a la ligera, y sient e que pone siempre
superior a ellos, como el que ha sido sufici e ntemente su pensam{ento en sí mismo, per o que a eHa no la apre-
educado; gentil con los hombres libres y muy sumiso c ia muc ho oi la desprecia; qu ejándose de todas estas
con los gobernantes, amará eJ poder y los honores, no cosa s, dice que el padre es sumam ente descuidado y que
basando su pret ensión de mando en su elocuencia ni no es un verdadero marido. y cuantas otras cosas de
en nada de tal índole, sino en las accion es guer reras esa indo le les encanta a las muj eres repetir una y otra e
y en las cosas relativas a éstas; gustará de la gimnasia vez acerc a de esto .
y de la caza . - Efectivamente -dijo Adimanto-, muchas y simi-
-Ese es, en efecto, el carácter que corresponde a la res cosas son propias de ellas.
aquel régimen. - Tú sabes que a veces también de esa manera ha-
b -Y desde ñará las riquezas mientras sea joven, pero blan a los hijos los servidores de aquéllos, a hurtadi-
cuanto más edad tenga mejor les dará la bienvenida, Jlas, aunque pasen por ser leales ; y si ven a algún deu-
por partidpar de la naturaleza del codicioso y no estar dor o alguno que haya perjudica do al padre y éste no
incontaminado respecto de la excelencia, a raíz de fal- pr ocede contra él, aconsejan al hijo para que, cuando
larle el mejo r guardián. llegue a adulto, castigue a todo s esos y sea más hombre
-¿Quién es ést e? que el padre. Y cuando el hijo sale a la calle oye otras ssoa
-La razón , que se mezcla con la músi ca. y que es cosas por el estiJo, y ve que los que en el Estado se
lo único que, allí donde aparece, reside pres ervando de ocu pan de sus propios asuntos son llama.dos 'tontos' y
por vida la excelencia. ten idos en poca estima, mientra s que los que se ocupan
-Dices bien . de los asuntos de los otros son reverenciados y elogia-
- Aquél, pues, es el joven timocr ático, similar al Es- dos . Ento nce s el jov en que oye y ve todo esto, pe ro a
tado que le corr espond e. su vez oye las palab¡as de su padr e y ve sus preocupa-
e -Completam ente de acuerdo. ciones de cerca y las compara con las de los demás,
-Y este ho mbre se forma del modo sigui ente. En es arrastrado en ambas direccion es, por su padre, que b
ocasiones, es hijo de un padre ~ueno, que vive en un irri ga y hace crecer lo que de ra ciona l hay en su alma,
Estado mal organizado y huye de los hon ores, ca rgos, y por los demás, que cultivan lo ape titivo y lo fogoso;
procesos y de todos los embrollos de esa índ ole, y que y en razó n de no se r mal hombr e por naturaleza sino
está dispuesto a sufrir menoscabo con tal de no tener de andar en malas compañías, a l ser arrastrado en am-
problemas. bas di re cciones, llega a un compr omiso , y ofrece el go-
-Bien, pero ¿de qué modo se forma? bie rno de sí mismo al principio interm edio ambicioso
-Cuando primeramente oye a su madre quejarse de y fogoso, y se convierte en un hombre altanero y aman-
que el padre no se cuenta entre los gobern antes, por te de los bonores.
d lo cual se ve dismin uida ante las· demás muju es, a sf -Me pare ce que has descrito exactamente la forma-
como porque ella ve que no se esfuerza intensamente ción de este hombre.
por conseguir riquezas, ni pelea, recurriendo a injuri as,
390 DIÁLOGOS 'REPÚBLICA VIII 39J

e -Tenemos ya, por consiguiente, el segundo régimen cian la excelencia. ¿ O no se oponen la riqueza y la exce·
político y el seg undo hombre. lencia de modo cal que, como colocada cada una en uno
-Los tenemos. de los platill os de la balanza, se inclinan siempre en
-¿No diremos, después de esto, con Esguilo: «vea- dirección opuesta?
mos otro hombre colocado ante otro Estado» 1•, o, más -Por cierto ..
bien, de acuerdo con nuestra propuesta, en primer lu- -Por ende. cuanto cnás se veneran en un Es lado 5Sla
gar eJ Estado? las riqueza s y los hombres ricos, en menos se tiene la
-De acuerdo. excel encia y los hombres buenos .
-Después de aquel régimen político , pienso, vendría -Es claro.
la oLigarquía. -Ah ora bien. se cultiva lo que siempre se venera,
-¿A cuá.1 constitución llamas 'oligarquía'? se descuida lo que se tiene en menos.
-Al régime n basado en la tasación de la fortu 11a, -As í es .
den el cual mandan los ricos, y los pobres no panici pan -Por consiguie nte, de hombres que ansiab an impo·
del gobierno. oerse y recibí,· honores, terminan por convertirs e en ami·
-Comprendo. gos de la riqueza y del acrecentamiento de ésta; a laba.n
-¿ No debemos decir en primer lugar cómo se pro- al rico, lo admiran y lo llevan al gobierno, despreciando
duce el tránsito desde la timarquia hasta la oligarquía? al pobre .
-SI. -De acuerdo.
-Bueno; hasLa para un cíego es eviden te cómo se -Entonces i.Olplantan por ley los límites del régimen
produc e . oligárquic o, fijando una cantidad de dinero, mayor don- ,,
· -¿De qué modo? de la oligarquía se impone más, menor donde se impo·
-Aquella cámara que c.ada uno tenía repleta de oro ne menos. prohibie ado participar del gobierno a .aque-
es lo que pit:rde a aquel régimen político. Primeramen- llos cuya fortuna no llegue a la tasación estipulada. Y
te , porque descubren otras maneras de gastar e.l dinero, esto lo hacen cumplir median te la fue.rz.a armada. o bien,
y corrora_pen para eso las leyes, desacatándolas tanto antes de llegar a eso, inst.iruyen lal constitución medianle
ellos como sus esposas. el tem or. ¿ No es así?
-Es natural. -Así, seguram ente.
e -Después, al mirnr cada uno al otro y ponerse a -Podríamos decir que ésta es la constitu ción.
imitarl o, logran que la mayoría de ellos sean del mismo -S( -dijo Adiroanto-. Pero ¿cuál es el carácter de
modo. · este régim en? ¿Y cuáles son los defectos que decimos ~
-Probablemente. que tien e?
-A partir de ese momento, al avanzar en busca de -En primer lugar. es el mismo límite que se le ha
mas riquezas, cuanto más estiman eso, más menos pre- impuesto . Mira qué pasaría si se procediera así con los
pilotos de naves, en base a la tasación de su fonuna.
J6 Variación ju¡;ue1ona del verso 471 de !,os siete contra Tebas de
y se impidiese timonear al pobre, aun cuando fu era me-
EsouJLO,• hubla de otro hombre asignado a olras puert as • , con proba-
ble contaminación dd v. S70, ~colocado Homo/(>(s ante las puertas•. jor piloto.
392 OlÁLOGOS :REPÚBLICA VIJI 393

-S~ría una navegación pésima la que tendría Jugar. -¿Cuál? .


-¿ Y no sucedería lo mismo con cualquier olro tipo -El de permitir a uno vender todo lo suyo y a otro
de mando ? adquirirlo, y al que ha vendido vivir en el Estado sin
-Pienso que sí. pertenecer a ningún sector del Estado, no siendo nego-
- ¿Ex cepto en el caso del Estado?; ¿o también res· ciante ni artesano, caballero ni hoplita , a simpl e títu lo
pecto del Estado? de pobre e indigente.
-Más que en cualqu ier otro caso, por cuanto es el -Ciertamente, es el primer régim en al que Je su- b
gobierno más dificil y más importante. cede eso.
,1 -Por consiguiente, de tal tamaño es ese defecto en -Pero es que en los Estados oJigárquico s nada im-
la oligar quía. pide algo de esa índole; de otro modo no serían unos
-Así parece. excesivamente ricos y otros absolutam ente ·pobres.
-¿Y este otro? ¿Te par ece que es menor? -Correcto.
-¿Cuál? -Ahora observa esto: cuando semejante hombre,
-El de que necesarjame nte semejante Estado sea do- siendo rico , derrochaba su dinero , ¿resultaba útil al
ble, no único: el Estado de los pobres y el de los r icos , Estado en algo respecto a. lo que hace un momento de-
que conviven en el mismo lugar y conspiran siempre cíamos? ¿O no sucedía acaso que, pasando por ser uno
unos contra otros. de los gobernantes, en realidad no era gobernante ni
- ;Por Zeus que este defecto no es menor! servjdor del Estado, sino sólo derroch ador de lo que
-Y tampoco es algo positivo la probable incapaci- tenía?
dad de llevar a cabo guerra alguna, a raíz de verse -Así es: pasaba por ser eso, pero no era nada más e
e compelidos a servirse de la multitud armada, a la cual que un derrochador.
se tem e más que a los enem igos, o, en caso de no servir- -¡Quieres que djgamos, entonces, que, así como el
se de ella, mostrarse en la misma batalla como real- zángano nace en su celdilla, como aflicció n del enjam-
mente son, 'oligarcas'; aparte de que, por ser amantes bre, así también tal hombre nace en su casa como zán-
de la rjqueza, no esi:arán dispuestos a contribuir a la gano, aflicción del Estado?
guerra con dinero. -Absolutamente cierto, Sócrates .
-No es positivo. -¿Y no suced.e, Adimanto, que a todos los zánganos
-Bien; en cuanto a lo que antes censurábamos, el con alas el dios los ha hecho desprovisto s de aguijón,
ocuparse de muchas cosas, por ejemplo, que las mis- a los zánganos con patas los ha hecho a unos de sprovis-
SS2a mas personas al mismo tiempo Jabren, hagan negocios tos de aguijón pero a otros con aguijones formidables?
y guerreen, en semejante régimen político, ¿te parece ¿ Y que los desprovistos de aguijón concluyen en La ve-
que es correcto? jez como mendigos , en tanto los que cuentan con agui, d
-¡Ni por asomo! jón son cuantos son llamados malhecho res?
-Mira ahora si el siguiente no es el más grande de - Una gran verdad.
todos los males, y si este rég imen no es el pr imero en -Es entonces manifiesto que , allí donde ves mendi-
admitirlo en si mismo. gos en un Estado, sin duda en el mismo luga r están es-
394 DIÁLOGOS R.6PÚBL1CA VlH 395

condidos ladro¡1es, salte adores, profan adores y artífices terr ado o se Lo priva de derechos cívicos y pierde toda
de tod os )os ma les de esa índol e. la for tuna .
- Es manifiesto . - Es lógico .
-P ues bien, ¿no ves que en los Estad os oligárquicos -Y al ver esto, y sufr it: y perder los bienes, el hijo,
hay mendigos? pienso, se atemáriza y pronto arroja de cabeza, del tro-
-Casi todos, a excepción de los que gobiernan. no que hay en su alma, a la ambición y la fogosidad, e
e -¿No pensar emos, ento nces, que también hay en y, humillado por la pobreza, se vuelve hacia el lucro
tales Estados mucho s malhechores que cuentan con agui- y, cuidadosam ente, ahorran do poco a poco y trabaj an-
jón, y a quienes los magi strados se preocupan de conte- do, amontona dinero . ¿No piensas que semejante hom-
ner por la fuerza? bre entronizará su parte codiciosa y amante de las ri-
-¡Claro que lo pensarem os! quezas, haciéndol a rey dentro de sí mismo, con tiara,
-¿ Y no diremo s que es por falta de educación, por collar y cimita rra ceñida?
mala crianza y por la constituc ión del régimen político -Sí. por cierto.
por lo que allí surgen tales hombres? -En cuanto a la parte racional y a la fogosa, pien- d
-Lo di remo s. so, las hará agach arse sob re el suelo a ambos lados de
-De esta índole , :pues, se rá el Estado oligárquico y aq uel trono , y las escla vizará, no dejando a una refle-
aquellos males qu e tontiene, aunque probablemente hay xionar ni examinar algo que no sea de dónde hará que
más . su rique za se acreci ente, ni a la otra entusiasmarse y
-Podemos supon erlo. venerar otra cosa que el dinero y los ricos, ni ambicio-
S53a -Demos enton ces por completo el trazado de este nar otra cosa qu e Ja posesión de riquezas y Jo que lleve
régimen llamado 'o ligarquía', cuyos gobernantes se cons- hacia ello.
tituyen a partir de la tasac ión de las fortunas. Después -No hay otro tránsito más rápido y vigoroso desde
de esto examinemos a l hombre que le es similar, para un joven ambici oso hasta uno amante de las riquezas.
ver cómo se origina y cómo es una vez originado. -¿No es est e hom bre ya uno oligárquico? Pue s el e
-De acuerdo . cambio tiene lugar a partir de un hombre similar a.1ré-
-¿ No es de este modo como sobre todo se produce gimen político a partir del cual se constituyó la oligar-
el tránsito desde el ho mbre timocrático hacia e! oligár· quía. Exa minemos entonces si es similar a ésta.
quico? -Exam inémoslo. SS4a
- ¿De cuál modo? - En primer lugar, ¿no es similar a ella por la gran
-Cuan do de] hombre timocr ático ha nacido un hijo , estima que tiene por las riquezas ?
éste primeramente imi ta a su padre y sigue sus hue llas, - ¡Claro que sí!
b pero después Jo ve tropezar contra el Estado como con- -Y también por ser ahorrador y laborioso; sólo sa-
tra una roca y, tras reducirse a escombros sus bienes tisface los apetito s necesarios, sin producir otros gas-
y él mismo al frente de un ej ército o desempeñando tos, sino mant eniendo en esclavitud a los otros apetitos,
algún otro cargo importante, va a parar a los tribu- como superfluo s.
nales perjudicado por sicofan tes, o es ejecutado o des- -De acuerdo.
396 DIÁLOGOS REPÚBLICA Vlll 397

- Es un hombre escuáüdo. que en todo busca hacer -Y ¡por Zeus!, querido mio, que descubrirás, cuan-
gana ncia, y atesorador. como los que la cnullirud elo- do sea necesario gastar lo ajeno, que e11la mayorí a de
t, gia. ¿ No es este hombre similar a la coostitucióo de ellos hay deseos afioes a los del :1.ánga110.
la índole descrita? -Con loda seguridad.
-A mí me parece que sí. pues para alguien de esa -Por consiguiente, tal hombre no carecerá de disen-
índole, como para el Estad o respectivo, la riqueza es siones eo su interior. por no ser un solo hombre sino
lo de mayor estima. dos; pero en la mayoria de los casos prevalecerán los e

-Eo efecto, pienso que semej ante hombre no ha pa - mejores des eos sobre los peores.
rado mientes en - la educa ción. -Así es.
-Creo que no -d ijo Adimanto-; de otro modo no -Por eso, pienso. parecerá más respetable que mu-
habría puésto a un ciego 17 como conductor del coro y chos otros; pero la verdadera excelencia de un alma con-
como lo de mayor estima. corde y armónica huirá lejos de él.
-Bien -proseguí-; examina ahora esto: ¿no dire- -Cre o que sí.
mos que la falta de educación ha hecho surgir en él ape- -Y dada su avaricia, no será riv.il de cuidado en 55511
titos de la índole del zángano, unos del tipo de los el Estado para obtener una victoria personal o para am-
e mendigos, otros del de los malhechores, a los cuales bicionar otros honores: no estará dispu es to a gastar di-
reprime violentamente la atención de otros interes es? nero en vista a alcanzar renombre en tales competen-
-SI, por cierto. cias, tem eroso de despertar sus des eos de dispendio y
-¿ Y sabes adónde debes dirigir la mirada para ad - de invitarlo s a ser sus aliados en la lucha por el triunfo;
vertir !a maldad de estos hombres? combate así, a la manera oligárquica, gas1ando poco de
-¿Adónde? sí mismo. con lo cual las más de las veces es derrotado
-Hacia la tutela de huérfanos y cualquier otra cosa pero se hace rico.
similar que caiga en sus manos y les dé plena libertad -Es cierto.
para obrar injustament e. -¿Puede quedar aún alguna duda de que este hom-
-Es verdad. bre avaro y afanoso de riquezas corresponde al Estado
-¿ Y no es evidente con ello que semejante homb re. regido oligárquicamente, por ser su semejante? b
cuando se haJla en reuniones en las que su buena re· -De ningún modo.
putacióo le hace parec er justo, por una razonabl e -Ahora bien, parece que a continuación debemos
d violencia que se hace a si mismo reprime· otros malos examinar la democracia, de qué modo se geoera y cómo
apetitos que hay en él. sin persuadidos <le que no so n es una ve7..que se genera, para que, después de conocer
lo mejor ni dulcificando el ra%0namiento, sino median- el carácter del hombre similar a ella, los coloquemos
te lo coerción y el miedo, temblando por el n!Sto de uno al lado del olro para su juicio.
su fortuna? -As i procederíamos de una manera similar a la de
-Sin duda a.lguna . hasta ahora.
-Veamo s, entonces, si el tránsito de la oligarquía
17 Pluto, dios de I& dque :ro, es descrito a menudo como ciego. hacia la democracia no tiene lugar del siguiente modo:
398 DIÁLOGOS RBPÚBUCA Vlll 399

por la codicia insaciable de lo qu e se ha propuesto co- lo suyo com o le da la gana, ni por medio de otra ley
mo bien, a saber , llegar a ser lo más rico posib le. que terminarí a con este tip o de cosas.
-¿Cómo? -¿Qué otra ley?
e -Dado que los gobernantes del Estado olig árquic o -La que vie ne en segun do lugar, despu és de aqué-
son gobernantes po r posee r cuantiosos bienes, no es ta- lla, y que obliga a los ciudadan os a p:restar atención
rá n dispuestos a po ner freno med ian te ley a los j óvenes a la excelen cia. Pues si se dispusiera que la mayor par- b
que se vuelvan lice nciosos y prohibirles gue gaste n su te de los contratos volunta rios corrieran por cuenta y
patrimonio y se arruin en , sino que les comprarán sus riesgo del con tratista, en el Es tado se enriqu ec erían de
propiedades y les prestarán a inte rés para llegar así a modo meno s desvergonzad o y crecerían men os en él ma-
se r más ricos y tenidos en más. les tales como lo~ que ac aba mos de desc rib ir.
-Más que cua lquier otra cosa. - Mucho menos .
-Pero ¿no res ulta patente que es imposible que en -En la actualidad, en cambio, por todas estas cosas
el Estado los ciudadanos venere n la riqueza y posean los gober nantes disponen de tal manera a los goberna-
d a l mismo tiempo la debida moderación, sino que ne- dos. Y en lo que hace a ellos mismos y a los suyos, de
cesariamen te han de descuid ar a una o a la ot ra? modo tal que los jóvenes viven lujosamen te y perezosos
-Resulta bien patente. tan to re spe cLOde los tr abajo s del cuerpo como de los e
-Al ser ento nces negligentes, en la oligar quía, y to- del alma, así como blan dos para resistir a l placer y al
lerantes con la licenciosidad, fuerzan a ser pobres. a dolor, y ocio sos.
veces, a hombres no desprov istos de nobJe w. -Si n duda.
-S in duda. -Y tambjén de mod o tal, que ellos mism os descui-
- Y éstos andan en el pais sin hacer nada, proviscos dan tod o excepto el hac er dinero, y no ponen más aten-
de aguijón y bien armados, unos cargados de deudas , cíón que los pobres en lo toca nte a la excelencia.
otros privados de derecho s po lítico s, otros de las dos -No, en efecto.
cosas; y odi an y conspiran contra los que pose en patri- -E st ando así dispuestos, entonces, cuando se encuen-
e monio pro pio y contra los demás, anhelan do una re- tran entr e sí los gobernantes y los goberna dos durant e
volución . una t rav esía o en algún otro tipo de reunión, en una
- Así es. pere grina ción religios a o en una exped ición militar, sea
-Po r su parte, los negociantes caminan agachados, como compañeros de nave o camaradas de guerra, o bien
haciendo como que no los ven, hieren con el aguijón al contemplarse uno s a oLros en los mismos peligro s, d
de su din ero a cualquiera de los demás qu e se les ofre- de ningún modo son los pobres qui enes serán meno s-
ce, y re cogen, multiplicados, los interese s que ha pro- preciados por los ricos; al contrario, con frecuencia se-
S56a creado el capital, y así hac en que abund e en el Estado rá un hombre pobr e, enjuto y asoleado. al estar aposta-
tanto el zán gano como el mendigo. do en la batalla a) lado de un rico, cria do a la sombra
- ¿ Cómo no habían de abundar? y carga do de carne s superfluas, qui en lo vea sin alie nto
-Y no están dispu estos a apagar el mal que ha sido y lleno de dificultad es. ¿ No piensa s que, si esto suc ede,
encendido, ni impidiend o que cada uno se vue lva hacia eJ pob re considerará que tales hombres enriquecen de-
400 DIÁLOGOS REPÚBLlCA Vlll 401

bido a la cobardía de los pobres, y que, cuando se reú- -Es claro.


na con éstos en privado, se transmitirán unos a otros: -En ese caso, pienso que los hombr es que se des- e
e «estos hombres son nuestros, pues no soo de valía al- arrollen en este régimen político serán de toda varie-
guna.,? dad, más que en cualquier otro.
-Sé muy bien que obran así. -¿Cómo no. habrían de serlo?
-Pues asi como un cuerpo eoferlllizo necesita sólo -Puede ser que éste sea el más beJlo de todos los
un pequeño estímulo externo para volca rse hacia la en· regímenes. Tal como un manto multicolor con todas las
fermedad, y a veces incluso sin lo externo · estalla una flores bordadas, también este régimen con todos los ca-
revuelta en su interior. así también el Es tado que se racteres bordados podría parecer el más bello. Y pro-
halle igual que aqu él. mientras invocan unos l.a alianza bablemente, tal como los niños y las mujeres que con-
con un Estado oü gá rquico, otros coa un Estado demo- templan objetos policromos, muchos Jo juzgarían el más
crático, al menor pre texto enfenna y arde en lucha in- bello.
terna, aunque a veces esta revuelta estaUa también si.n -Con toda seguridad.
necesidad de nada exterior . -Además. bienaventurado amigo , este reg1mcn es d
~57,, -Seguramente es así. muy apropiado para indagar dentro de él wrn organiza-
-Entonces la democracia surge. pienso, cuando Jos ción política .
pobres, tras logr ar la victoria, matan a unos, destierran -¿Por qué ?
a otros , y hacen part ícipes a los demás del gobierno y -Porque cuenta co.o todo género de constituciones,
las magistratura s, las cuaJes la mayor parLe de las ve- debido a la libertad; y es posible qu e quien quiera orga-
ces se establec e n en este tipo de régimen por sorteo. ni~r un Estado . como nosotros acabamos de hacer . de-
-En efecto -dijo Adimanto- , así es como se insti· ba dirigirse a un Estado democrático, y allí, como si
tuye la democracia, tanto si proc ede por medio de las hubiese llegado a un bazar de con stitu ciones. escoger
armas o porque los otros, por mied o, se ba1an en retira· el tipo que .más le agrade, y, una vez. escogido. proceder
da. a su fundación.
b -¿Y <lequé modo -pregwi.t é yo- se rigen, y cómo -Probablemente no estará en apuros por falta de e
es semejante organi,acíón política ? Porque es evidente modelos.
que el hombr~ qu1:: sea similar a ~l se revelará como -Así, pues: no tener obligación alguna de gobernar
hombre democrático. en este Estado, ni aun cuando seas capaz de hacerlo,
-Es evidente. ni de obedecer sí no quieres, ni entrar e n guerr.i cuan-
-¿ No sucede que son prim erame nte libres los ciu- do los demás están en guerra, ni guarda .r la paz cuando
dadanos, y que en eJ Estado abunda la libertad. particu- los demás la guardan, si no la desea s; a su vez, aun cuan-
larmente la libercad de palabra y la libertad de hacer do una ley te prohíba gobernar y ser juez, no por eso
en el Estado lo que a cada uno le da la gana? dejar de gobernar y ser juez, si se te ocurre, ¿no es SS!\o
-Es lo que se dice, al menos. éste un modo de pasar el tiempo divino y delicioso, aun-
-Y donde hay tal libertad es claro que cada uno que sea de momento?
impulsará la organización particular de su modo de vi- -De momento tal vez.
da tal como le guste.
94. - 26
a

402 OlÁI..OGOS REPÚBL!CA vrn 403

-Bjen: ¿no es exquisita la tranquilidad de algunos -Es claro.


hombres tras haoer sido juzgados? ¿O no has visto aún -¿Quiere s que, para que la conversación no resulte
en un régimen de esa índole a hombres condenados a oscur a, delimitemos primeramente los apetitos nece-§;.
muerte o al exilio, que no por eso dejan de quedarse ríos de los que no lo son?
y dar vueltas en medio de la gente, y que, como si nadie -Qu iero.
se preocupara por ellos o siquiera los viese, se pasean -¿No es justo denominar 'necesarios' a aquellos que
como si fueran héroes? no podemos reprimir y que, al ser satisfechos, nos be- e
-Sí que he visto, y muchos. nefician? Pues estas dos clases de apetitos ·son incita-
b -;Esta tolerancia que existe en la democracia, esta dos necesariame nte por nuestra naturaleza. ¿No es
despreocupación por nuestras minucias, ese desdén ha- verdad?
cia los principios que pronunciamos solemnemente cuan- -Sí, por cierto.
do fundamos el Estado, como el de que, salvo que un -Con juslicia, entonces , diremos respecto de ellos 559a
hombre cuente con una naturaleza excepcional, jamás la palabra 'nece sario '.
llegará a ser bueno si desde la tierna infancia no ha -Con justicia.
jugado con cosas valiosas ni se ha ocupado con todo - Y respecto de aquellos de los cuales uno podría
lo de esa índole; la soberbia con que se pisotean todos desem barazarse si se ha adiestrado desde la juventud,
esos prin cipios, sin preo cuparse por cuáles estudios se y que en nada benefician al individuo cuando están pre-
encamina un hombre hac ia la política, .sino rindiendo sentes en él, si dechnos que todos éstos son innecesa-
e honores a alguien con só.lo que diga que es amigo del rios, ¿no hablar emos correc tamente?
pueblo! -Corre ctamente, en efecto.
-¡Es ése un noble régimen! -¿Seleccion amos un ejemplo de cada una de estas
-Estas y otras afines son las cualidades de la demo- dos clases. para que contemos con una pauta de ellas?
crada, que parece ser una organiza ción política agrada- -Se hace necesario.
ble, anárquica y policro ma, que asigna igualdad simi- -¿ No es el deseo de comer, ya sea un alimento sim-
lannente a las cosas iguales y a las desiguales. ple o un condimento, en cuanto conviene a la sal ud
-Por cierto gue esto que dices es °bien conocido. y el bienestar, un deseo necesario? b
-Observa ahora al individuo respectivo. ¿No hay que -Pienso que sí.
examinar, en primer lugar, tal como hicimos con su ré- -El deseo del alimento es, pues , de algún modo ne-
gimen político, de qué modo se gene ra? cesario, por dos motivos: porque es beneficioso y por-
-S í. que, si no es satisfecho, puede poner fin a la vida.
-¿No será de este modo' AqueJ hombre oligárquico -Sí.
d y avaro, pienso, tendrá un hijo, que será educado por -El del condimento también, en cuanto ofrezca al-
aquél con sus hábitos. gún beneficio para el estado general del cuerpo.
-Seguramente. -Completam ente de acuerdo.
-También este domina rá los deseos de placer que -Y al que va más allá de éstos, el deseo de comidas
hay en él, en cuanto prop enden al gasto y no al lucro, distintas a las aludidas, del cual la mayor:ía puede de-
y que son llamados 'inn ecesarios'.
404 DIÁLOCOS REPÚBLICA VIJI 40S
sembaraz.arse si lo reprime y educa desde joven, que -Y si corre a su vez algún aliado para rescatar a
es perjudicial al cuerpo y perjud.ícial al alma, tanto re:;.. su parte oligárquica, pienso. sea su padre o los demás
, pecto de la sabidurla como de la moderadóo. ¿no lo parientes que acuden a amonestarlo y reprocharle, se
llamaremos correctamente 'inoecesario'? produce entonces en él una revuella y una contrarre- S60a
-Más correcrameme imposible. vueha y un combate consigo mismo.
-¿No diremos que ésros son deseos despilfarrado- -Sin duda.
res, mientras los primeros son productivos en razón de -Y pieMo que alguna vez Ja parte democrática pue-
ser útiles para la ac1ividad? de ceder a la oligárquica, y algunos deseos son ex1irpa-
-Sin duda. dos, otros desterrados. en razón de haberse suscitado
-¿Y no diremos lo mismo de los apetitos sexuales u~ cierro pudor en el alma del joven, y ésta recupera
y de los demás) su ordenamiento.
-Lo mismo. -Algunas veces sucede.
-¿ Y no dec!amos hace un momenro que aquel aJ -Y a su vez. creo, una vez expulsados aquellos de·
que llamamos 'zángano' está colmado de tales placeres seos, a raiz de la impericia de la educación paterna, b
d y apetilos y es gobernado por los deseos innecesarios, crecen en exceso olros de índole :.imilar, y se multipli-
míen1ras el hombre avaro y oligárquico por los necesa- can y fortalecen.
rios? -Así suele ocurrir.
-¿Qué otra cosa cabe? -Y Jo arrastran hacia las mismas compañías, y, en
-Regresemos, pues, a nuestro hombre, y digamos secreta cópula, engendran una multitud.
cómo, de oligárquko, pasa a ser democrático. Me pare- -Sin duda.
ce que la mayor parle de las veces sucede de este modo. -Además opino que lerm.inan por apoderarse de la
-¿De cuál modo? · acrópolis del alma del joven, al percibir que está vacla
-Cuando un joven que se ha criado. como hace ut1 de conocimienlos y preocupaciones rectas y de discur-
momeoto decíamos. sin cultura y con avaricia, gusta la sos verdaderos, que son los mejores cenlindas y guar-
miel de los zánganos y convive con estas feroces y terri· dianes que puede haber en el espíritu de los hombres
ble:; bestias, capaces de proveer 1.oda variedad de place- amados por los dioses.
res, de múhiples colores y especies, enionces puedes pen· -Coo mucho, ,
e .sar que denlro de él se opera eJ trfosito desde la oli· -Y. en vez. de dios, corren al asalto discursos y opi·
garqufa hacia la democracia. niones falsas y petulantes, que ocupan su lugar.
-Necesariamente. -Ciertamenre.
-En ese caso, así como el Estado se transforma al -Y entonces retorna a aquellos Lotófagos 18 y habi·
ser auxiLiado uno de los partidos por un ahado externo ta abiertamente con ellos; y si de su parentela acude
que es similar a él, así también el joven .se transforma
al ser auxiliada desde afoera una de las especies de ape- 1~ O :.:1:1.1•que lt: hacen olvidar su hogar, como a los marin.:ro~
titos que hay en él por algo ~imilar y congénere a ella. d.: Ulisesn. cf. Od. IX 8.3-84. Con este nuevo l'.lpodo, Platón se rdic,·c
-En todo de acuerdo. oquf a )O$ que: antes ho llamado 'zánganos'.
406 PIÁLOGOS RC!.PÚOLICA vm 407

alguien eo auxilio de la parte avara de su alma. aque- qu e se sacia, y Juego se vuelve hacía otro, sin desdeñar
llos discur sos petulantes cierran las puert as de la fona- a o.ioguno, sino alimentando a todos por igual.
lez.a reaJ ante el, y no permiten el acce so al aliado, ni -Completamente de acuerdo.
adm iteo las palabras que, como embajadores, le dirigen -En cuanto al discurso verdadero, no lo acoge ni
d privadamente personas mayores. Dichos discursos son le' pennite el acceso a su ciudadela. Si alguien le dice
los que prevalecen en el combate; denominan 'idi otez ' que hay placeres proveniente s de deseos nobles y buenos ,;
al pudor y lo arrojan afuera, convirtiéndolo en fugitivo y otros de deseos perversos y que debe cultivar y hoo-
deshonorable; al control de sí mismo lo llaman 'falta rar unos pero reprimir y someter a, los otros, en todo s
de virilidad', lo injurian y lo destierran, y lo convencen estos casos sacude la cabeza y declara que todos son
de que la moderación y la mesura en los gastos son 'rus- semejantes y que hay que honrarlos por igual.
ticidad' y ·s·crvilismo', y, e.o alianza coo muchos apeti· -Con toda seguridad que e} que se halla en tal dis-
tos noc .ivos. las echan por la borda. posición procede así.
-Efectivamente. -Y de este modo vive, dia tras día. satisfaciendo ca-
-Vac5an y purifican de estas cosas el alma del jo- da apecito que le sobreviene, algunas veces embriagán -
e ven poseído por ellos, a la que inician así en los gran- dose y abandonándose aJ encaoto de la flauta. otrns
des misterios, después de lo cual rein troducen la des- bebiendo agua y adelgazando. tanto practicando gimna- d
mesura. la anarquía, la prodigaJidad y la impudicia, sia como bolga2a11eando y de sc uida .ndo todas las cosas,
r~splaodecientes, coronadas y acompañadas por un gran o bien como si se dedicara a la filosofía. Con frecuencia
coro ; las elogian, y llaman eufemlsti cam eote 'cultura' actúa en política, lanzándose a decir y hacer lo que le
a la desmesura, 'liberalidad' a la anarquía, 'grandeza salga. Alguna vez admira a los guerreros y se inclina
561a de espíritu' a la prodigaljdad y 'virilidad' a la impudi- hacia ese lado, o bien a negociantes, y se inclina hacia
cia. ¿No es de este modo como en el joven se prnduce allí: no hay orden ni obligaci ón alguna en su vida, sino
el trán si to desde que fuera educado eo la satisfacción que, teniendo este mQdo de vida por libre y dichoso,
de los apetitos nec~sarios hasta que libera y reJaja los lo lleva a fondo.
deseo s innecesarios y los placeres perjudiciales? -Has descrito perfectament e el modo de vida del va- e
-Está muy claro que asi es. rón partiendo de la jguaJdad .
-Des pués de ello, pienso, semejante hombre vive sin -Al menos, pienso, el de un hombre diversificado
gastar más dinero, esfuerzos y tiempo eo los placeres y pleno de múltiples caracte res y que. como aquel Esta·
necesarios que en los innecesarios. En caso de tener la do, es beUo y colorido. Muchos hombres y muchas mu·
fortuna de que su frenesí no sea excesiv o y de que con jere.s envidian este modo de vida, que cuenca en su seno
b el corre r de los años pase el tumulto, vuelve a acoger con numerosos modelos de coostituciones y caracteres.
una pan.e de los exiliados, no se entrega del todo a los -Así es, efectivamente .
intrusos y pone los placeres en píe de igualdad; vive -Asignemos este hombre a la democracia, dado que 562a
así transfiriendo sin cesar el mando de si mismo al que es correcto denominarlo 'dem ocrático'
caiga a su lado, como sí fuera cuestión de azar, hasta -Asignémosl< >.
...,
408 ))J.4LOG0S REP0BLJCA vm 409

-Lo que resta dec ribir ahora es el más bello rég·i- -Asl proced~. en efecto.
men político y el más bello hombre: la tirarúa y el tirano . -Y a los que son sumisos con los gobernantes los
-Ni más oi meao s. injuria, como a esclavos voluntarios y gente sin valo r;
-Vamos a ver ahora, querido amigo, con qué carác · a los gobernantes que son similares a gobernados, y a
ter surge la tiranía; pues es bastante claro que surge los gobernados que son similares a gobernantes es a
por un tránsito a partir de la dernoc.racia, quienes se alaba y rinde honores en público y eo priva-
-Suficientem ente claro. do. ¿ No es forLoso que en semejante Estado la libertad e
-¿ Y no surge del mismo modo la tiranía de la avance en LOdas direcciones?
b democracia que la democracia de la oLlgarquía? -No podría ser de otro modo.
-¿De cuál modo ? -Si esto es así, amigo mío, la anarquía se desliza
-El bien que se proponía la oligarquía, y por el cua 1 joduso dentro de las casas particulares, y concluy e in-
ésta foe inslltuida. ¿no era acaso la riqueza en exceso ? troduciéndose hasta en los animales.
-Sí. -¿Qué es lo que quieres decir con esto?
-Y el deseo insacja ble de riqueza, y el descuido de -Por ejemplo, que el padre se acostumbra a que el
lodo lo demás por lucrar, es lo que la ha perdido. niño sea su semejante, y a temer a los hijos, y el hijo
-Verdad. a ser semejante al padre y a no respetar ni temer a sus
-¿ Y no es a su vez el deseo insaciable de aqu e llo progenitores, a fin de ser efectivamente libre: el meteco
que la democracia define como su bien lo que hace es igualado al ciudadano. el ciudadano al meteco 19, 56la
sucumbir a ésta? y del mismo modo el extranjero.
- ¿Y qué es lo que dices que define como su bi en? -Así sucede, en efecto.
e -La libertad; pues en un Estado democrático oirás, -Sucede eso y otras menudencias como las siguien-
seguramente, que es tenida por lo roás bello, y que, pa- tes: en semejante Estado el maestro teme y adula a los
ra quien sea übre por oa1·uraleza, es el único Estado alumnos y los alumnos hacen caso omiso de los maes-
digno de vivir en él. tros. así como de su preceptores; y en general los jóve-
-En efecto, es una frase que se dice mucho. oes hacen lo .mismo que los adultos y rivalizan con ellos
-Por lo tanto , como iba a decir ahora, el deseo insa- en palabras y acciones; y los mayores, para complacer-
ciable de la Jibenad y el descuido por las otras cosas los, rebosan de jocosidad y afán de hacer bro mas, uni- b
es lo que altera es te régimen poürico y lo predi spo ne cando a los jóvenes, para no parecer antipáticos y
para necesitar de la t.irania. mandones .
-¿De qué modo? -En todo de acuerdo.
-Cuando u.o Estado democnitico sediento d e liber- -Y el momento culminante de esta libertad de las
d tad llega a tener como jefes malos escanciadores, y se mayorías se produce en tal Estado cuando los hombres
embriaga más de la cuenta con ese vino puro, entonces, y mujeres que han sido comprados no son menos libres
pienso, castiga a los gobernantes que no son muy flexi-
bles ni proporcionan libertad en abundancia, y los acu· 19 ei» era el extr anjero con res idencia permanente en
El ><metc
sa de criminal es y oligárquicos. Atenas .
4JO DIÁLOGOS Rl!PÚBLICA V'IIT 411

que quienes los han adquirido. Y por poco nos olvida- -Por lo tanto, la libertad en exceso parece que no
mos de decir cuánta libenad e igualdad ante la ley exis- deriva en otra cosa que en la esclavitud en exceso p!)ra
te alll en la relación de hombres con mujeres y de muje- d individuo y para el Eslado.
res con hombr es . -Eso también es razonable.
e -¿Acaso, con Esquilo, no «diremos lo qt1.eahora nos -Es razonable, entonces, que la tiranla no se eSl:l·
viene a la boca"? blezca a partir deotro régimen polHico que la democra-
-Por cierro, es Jo que yo digo. Y que los animales cia, y que sea a panir de la hbertad extrema que surja
sujetos al hombre son allí más libres que en cualquier la m<lyor y más salvaje esdavitud.
otra parte. no lo creería alguien que oo hubiera teoido -Es lógico.
la experiencia~ pues. tal como dice el proverbio, real- -f>ero no es eso lo que preguntas, creo, sino cuál
mente ([las perras llegan a ser con'lo sus amas.»; y así es esa enfennedad que, siendo la misma en la oligar- ,.,
también los caballos y los asnos se acostumbran a an- quíél que en la democracia, esclaviza a ésta.
dar con toda libertad y solemnidad. atropellando a quien -Dices la verdad.
les salga al paso, si oo se hace a un lado; y del mjsmo -Pues me referia a aqueUa raza de hombres haraga-
d modo todo lo demás se halla pletórico de libertad. oes y despilfarradores, los más viriles de los cuales co n-
-Lo que describes es rn.i propio sueño; pues con fre- ducen y los menos viriles los siguen. y que comparába-
cuencia me sucede eso cuando marcho al campo. mos con zángaoos, de los qu.e cuentan con aguijón en
-¿ Y no te percatas. que, como resuh.ado de la acu- el primer caso y de los que no lo lieoen, en el segundo.
mulación de todas estas cosas. el alma de los óudada- -Y lo hacíamos correct.a.mente.
nos se torm.1 lan delicada que, si alguien le proporciona -Y en cualquier régimen en que nazca.o producen
siquiera una pizca de escl avitud, se irrüa y no lo sopor- una perrurbación análoga a la de la flema y la bilis en
ia? Pues bien sabe s que de algún modo terminan por el cuerpo; contra eslo ultimo el buen médico y legisla·,
no prestar ate nción ni siquiera a las leyes orales o es.- dor del Estado deben precaverse coo mucho tiempo. no
e crilas, para que de ningún modo leogan amo alguno. menos que el apicultor hábil, tratando al máximo que
-Por cierio que lo sé bien. no aparezcan, pero, si llegan a aparecer, eliminándolos
-Pues ésle es. según me parece, el bello y vigoroso junlos con los paoales mismos.
p1;ncipío de donde nace la tiranía. -Sí, por Zeus, absolutamente de acuerdo.
-Vigoroso. ciertamente, pero ¿qué le sigue después? -Hagamos ahora lo s>guient!!, para ve1· con maycr
-La misma enfermedad que, al declararse en la oli- claridad lo que queremos.
garquía, entraña la perdición de ésta, en mayor grado -¿De qué modo?
y con mayor fuerza, debido a la libertad, esclavizada -Dividamos en teoría el Estado democnhíco en tres
a la democracia. Y en verdad el exceso en el obrar suele partes, tal como ellas se dan. Una es 1al vez aquel génc- rl
revertir en un combio en sentido opuesto, tanto en las ro que surge en él por causa de la licencia, no menos
564a estaciones como en las plantas y en los cuerpos y, qut en el Estado oligárquico.
no en último término. en las organizaciones políticas. -Asi es.
-Probablernenle. -Pero con mucha mayor ferocidad aquí que allí.
412 DIÁI..OOOS REPÚBLICA Vlll 413

-¿Cómo es eso? -Así es como pa.rt icipa, efectivamente. b


-Allí, en razón de no recibir honores y estar alejado -Entonces aquellos a quienes se quita la fortun a se
de los cargos, no se ejercitaba y no llegaba a ser vigoro- ven forzados a defeoderse, pienso, hablando al pueb lo
so; eo la democracia, en cambio, marcha a la cabeza y hacíendo cuanto pueden.
del Estado, con pocas excepciones, y es su sec tor más -¿Cómo no habrán de hacerlo?
feroz el que habla y actúa, mientras el resto zumba -Y, aunque no deseen introducir novedad alguna,
~ sentado cerca de la tribuna, y no tolera que se diga or..-a reciben de los otros la acusación de que conspiran con·
cosa. de modo que, en un régimen de tal índole, todo tra e] pueblo y son oligárquicos.
es administrado por este tipo de gente, sa lvo contados -Sin duda.
casos. - Y después de ver aJ pueblo tratando de hac erles
-Así es. mal, no voluntariameote sino por igno('3ncia y por ha-
-Y hay otro grupo similar que en todo momento ber sjdo engañado por los difamadores, enton ces, quié- e
se separa de la muchedumbre. ranlo o no, tenninan por convertirse en oligárquico s de
-¿Cuál? veras, no voluntariamente, sino que aquel zángano pro-
-Al tener todos afán de lucro, los más ordenados duce este mal picándolos.
por naturaleza llegan a ser con mucho los más ricos. -Exactamente. ·
-Es probable. -Y entonces se producen denuncias, juicios y accio·
-P ienso que de allí sacan los zánganos la mayor can- nes legales de unos contra otros.
tidad de miel y del modo más fácil. -Así es.
-¿Cómo habrían de sacarla de los que ti enen poco -Ahora bien, ¿no acostumbra siempre el pueblo a
o nada? poner a su cabeza preferentemente a un ind.ivido. y a
- Y los ricos de esta especie son los llamados 'p asto a.limen ta ria y hacerle crecer en grandeza?
de los záoganos ', creo. -Acostur:nbra a eso , en efecto .
-Por cierto que si. -Por lo tanco, es evidente que, dondequ.iera apare- d
S6S.. -El tercer género será el del pueblo, o sea, cuantos ce un cirano, es de la ra íz del liderazgo de doo.de brou,
trabajan para sí mismos y no ocupan cargos públicos. y no de otra parte.
poseyendo pocos bienes; es el género más oumeroso y -Muy evidente.
con mayor autoridad que hay en la dem ocracia cuando -¿Y cuál es el comienzo de este trán sito de un líder
se congrega. hacia un tirano? ¿No es patente que cuando el líder co-
-En efecto -dijo Adímanto-, pero con frecuencia mienza a hacer lo que se oarra en el mito respecto del
no está dispuesto a hacerlo, a menos que pan icipe en templo de Zeus Liceo en Arcadia?
algo de la miel. -¿ Y qué es lo que se narra?
-Y participa siempre en la medida que les es posi- -Que cuando alguien gusta de entrañas human.as
ble a los que están a su cabeza, cuando a los que tienen descuartizadas entre otras de otras victimas, necesaria·
fortuna se la quitan y la distribuyen al pueblo, conser- mente se ha de convertir en lobo. ¿O no has esc uchado e
vando ellos la mayor parte . el relato?

..
414 DIÁLOGOS RE.PÚ'BLIC/1 Vlll 4)5

-Si. por- cierto. -Y cuando ve esto el var ón que posee riquezas y


-Así también cuando el que está a la cabeza del pue, que, conforme a sus riquezas, recibe la acusación del
blo recibe una masa obediente y no se abstiene de san- 'enemigo del pueblo'. entonces, amigo mío. de acuerdo
gre tribal, sino que, con íojustas acusaciones -tal co- con el oráculo que se J.e hizo a Creso,
mo suele pasar- lleva a la gente a los tribunales y la
ase~ina, poniendo fin a vidas humanas y gustando con huye junto al Hermo rico en gui jarros.
lengua y boca sacrílegas sangre familiar, y así mata y no se queda ni tiene vergüenza de ser cobarde 1'.

566a destierra, y sugiere abolición de deudas y partición de


t..ierras, ¿no es después de esto forzosaroence faca! que -Si fuera de otro mod o, no podria avergonzarse una
semejante individuo perezca a manos de sus adver"Sa- segunda vez.
rios o que se haga tirano y de hombre se convierta en -Pienso que al que es capturado le dan muerte.
lobo? -Es fon:oso.
-Es de toda necesidad. -En cuanto a aquel caudi llo, es evidente que no ya-
-Así llega a ser el que hace estallar la revuelta con- ce 11majestuosam e nre con su gran cuerpo» u, sino que, d
tra los que tienen fortuna. tras destronar a muchos otros, se estab lece en ·eJ carro
· -Así, efectivamente. del Estado, perfeccionando la transformación de líder
-Y cuando tras haber sido desterrado regresa a pe· en tirano.
sarde sus enemigos, ¿su retorno no será el de un tirano -¿ Cómo no ha de ser así?
consumado? -Describamos ahora la felicidad de ese hombr e y
-Es evidente. la del Es1ado en que se ha generado un mort..al semejante.
1, -Y si no pueden hacerlo desterrar ni matarlo tras -De acuerdo, describámoslo .
desprestigiarlo en el Estado, conspiran para asesinarlo -¿No pasa que durante los primero s días y el pri-
violentamente a escondidas. mer momento sonríe y saluda a todo aquel que encuen -
-Es lo que suele suceder. c.ra, dice no ser ti.rano, promete muchas cosas en priva- e
-Oe ahí que todos los que han llegado a este punto do y público, libera de deudas y reparte tierras entre
r~urren a aquella demanda del tirano de la que tanto el pueblo y los de su séquito, y trata de pasar por tener
se ha hablado, por la que se pide al pueblo una custo· modales am3bles y suaves con codos?
dia personal para preservarles al defensor del pue- -Necesa riameate.
blo w. -Pero cuando se reconcilia con algunos de sus ene ·
-¡Claro que pasa eso! mjgos de fuera, mientras que a otros los extermina, y
-Y se !a dan, pienso, por temer por él y estar con- q_uepor ese lado tiene tranquilidad , pien so que promue -
fiado en lo que respecta a sí mismo . ve ante todo algunas guerras, para que el pueblo tenga
e -Así es. necesidad de un conductor .

lo Cfua alusión a J>i:;f str ato . Cf. HERÓDOTO, I 59, y AR!STóTeLl!S, 11 Orácu lo cicado por He 1160 ., l 55 .
Consti lución de los arettienses XJ V 1. i, Cebrión, muerto por Héctor. en 11. XVI 776.
416 LHÁLOGOS REPÚBLICA vrn 417

-Es
probable. -¡Es en tal caso una bienav en turad a necesidad la d
~67a - Y también
para que el pago de los impuestos de que lo obliga, que le prescribe vivir en compañía de mu·
guerra haga pobres a los ciudadanos y los obligue a de- chos hombres de baja estofa, y ser odiado por elJos, o
dicarse a los cuidados de cada día, de modo_ que conspi- no vivir!
ren .menos contra él. -De tal índole es su necesidad .
-Es evidente. -¿No sucederá entonces que. cuanto más sea odia-
-Y se me ocurre que, si sospec ha que algunos tie- do por los ciudadanos al hacer estas cosas, necesitará
nen pensamientos liberales d e modo ,al que no confían de una custodia tanto mayor y más digna de confianza?
en su mando, con cualquier pretexto los hará perecer -¡Claro que sí!
poniéndolo? en manos del enemigo; en vista a todas es- -¿ Y qu.iénes serán esos hombr es co nfiables? ¿ Y
tas cosas, el tirano estará siempre forzado a suscicar adónde los mandará buscar?
la guerra. -Por sí solos vendrán mucbos volando, si se les da
-Estará forzado. ~u paga.
-Hacieodo tales cosas, ¿no queda expuesto a ser -¡Por el perro! -exclamé -. Parece que te estás
& odiado por los ciudadanos? refiriendo nuevamente a cierto tipo de zánganos. pero "
-¡Claro que sí! éstos extranjeros y procedent es de todas parte);.
-Entonces algunos de los que han colaborado para -Y lo que te parece es verdad -respoodjó Adimant0.
establecerlo y que tien en poder hablan francamente con -¿Y a los deJ país no los querría?
él o entre sí, censurando lo que sucede, al menos los -¿Y cómo?
que se da el caso de que son los más viriles. -Despo j aodo·de los esclavos a los ciudadanos, libe-
-Es probable. rándolos e integrándolos a su custodia.
-Por consigui ente, el tiraco debe eliminar .a todos -Con seguridad, puesto que ellos serian los más
éstos, si es que va a gobernar, hasta que oo quede nadie felices.
de valor entre sus amigos y enemigos. -¡ Hablas de algo dichoso para e l tirano , si recurre
-Evidente. a tal es amigos y hombres de confianza tras hacer pere· S684
-Ha de mirar entonce s con agudeza quién es vallen- cer a los anteriores!
e le, quién de grandez.a de espír ilu, quién sabio, quién -Pues en efecto, a enos recurre.
rico; y el grado de su felicidad es tal que, quiéralo o -Y estos amigos son los qu e lo admiran y conviven
no, le será necesario combatir y conspirar contra todos, con él como nuevos ciudadanos, mientras los que son
hasta purificar el Estado. honestos lo odian y le huyen .
-¡Bella purificación! -¿Cómo no habían de ha cerlo?
-Sí, la opuesta a la que prac1ican los médicos con -No en vano la tragedia en general parece ser algo
los cuerpos, ya que éstos suprimen lo peor y conservan sabio, destacándose Eurípides en ella.
lo mejor. mientras aquél a la inversa. -¿Por qué?
-Pues parece que neccsilan hacerlo, si han de go- -Porque por contar con una mente perspicaz pro-
bernar. nunció aquello de que «los tirano s son sabios por la com- b

94. - 27
418 DIÁLOGO S Rl:.PÚ13UCA VUI 419

pañin de los sabios» 21• Pues es manifiesto que los sa- quitado . necesitando meoos, consiguie ntem ente, cargar
bios que acompañan al tirano son de la índo le que he- co.o im puestos al pueblo.
mos descrito. - Pero ¿y cua ndo falten ese os recursos? -pre gunté. e
-Sí, elogia a la tiranía diciendo que hace «igual a - Es claro qu e se nutrirá del patrimooio paterno, y
los dios es» 21 , y muchas otra s cosas, no sólo él.. sino no sólo él sin o. también sus comensales, a migos y
también los demás poetas. queridas.
-Por lo mismo que los poetas trágicos son sabios. -Comprendo: el pueblo que ha eng endrado al tira-
han de perdona rnos a nosotros y a cuanros gobiern en no lo ali.menta a él y a su séquito.
en consonancia co.n nosotros, porque no los admitamos - Le será mu y necesario.
en nuestro Estado, por cantar elogios a la tir aoía. -¿ Y qué dirás en caso de que el puebl o se irrite
e -Pienso qu e al menos los más sutiles de ellos nos y diga que no es justo que un hijo en la flor de la edad
per donarán. sea alimen tado por su padre sino al contrario, el padre
- De todos modos, creo que van de gir a por los otros por su hijo, y que su padre no lo engendró y estableció Sl-911
Estados, congre gan do a la s masas y contratando acto- para que, una vez que I1egara a grande, deb ier a éste,
res de voces bell as, potentes y persuasivas, que empu- como esclavo de sus propios esclavos, <1limenta rlo a él
jan a las organi zaci ones políticas hacia la tlra nía y la y a sus esclavos , co n todo el re sto de su comp ars a; sino
democracia. pa ra que el puebl o fuera liberado , con él a su cabeza,
- Por éiei-to. de los ricos y de los denominados 'hombr es de bien'?
-Adem ás de esto reciben buena paga y honores. so- ¿Qué dirás sí entonces le ordena marcharse de l Estado
br e todo, como es natural. por parte de los tiranos y, con su séquito, tal como el pa dre echa de ln casa al
en se gundo luga r , de la democracia; pero cuanto más hijo con sus comensales iooportunos?
J arri ba marchan hacia la cima de las constitucio nes , tanto -E ntonces ¡por Zeus! el pu eb lo se dará cue nta de
m ás cede su ho nra, como si no pudieran an dar por Ja gu é criatura ha engendrado. aca rici ado y hech o crec er,
falt a de aliento . y a la que trata de expulsar cuando él es más débil y b
-Completamente de acuerdo . ella más fuerte.
- Pero esto era uoa digresión. Regresemo s a aquel - ¿Qué quiere s decir? ¿Se at re verá el tiran o a hacer
bello, numeroso, multicolor y . ca mbiaore ejército del viol en cia a su pad re, y, si no lo pe rsuade, a golpearlo?
tir an o. para ver de qué se alimenta. - SI, tras hab erle quitado las armas.
- Es evidente - respood.ió Adimaoto- que, si hay eo -Q uieres deci r, pues. que el tirano es parri cida y
el Esta do tesoro s sacros, los gastará en la medida que ua temible cuidador de la veje1.; y, según parece, esto
duren, así como los bienes de aquellos a los qu e ha ani- es lo que actualm ente se admite qu e es la !iran ia; y el
\
pue blo, al huir del humo --com o se dice- de la sumí- e
sión a hombres lib res, va a parar al fuego del des potis-
u Adam afirma qu e este verso pcr1eno::ce a Sófocles, en lal)lo que mo de los esclavos ; y en lugar de aq uella libcrl ad abun-
otro s. como Wilamow it1;, lo adjudkan II Eurípides. dan te e intempe stiva se viste con la esclavitud m{1s
1~ BURÍPIDES, Tro yanas l 169. dura y más amarga, la de los escla vos.
420 DIÁLOGOS

-Cienamente, es lo que ocurre.


-Bien, entonces¿ no hablaremos armoniosamente si
decimos que hemos descrito de modo suficiente el trán-
sito de la democracia a la tiranía, y cómo es ésta, una
vez generada?
-Más que sufícienremente.

IX

-Res1a por examinar aJ hombre tiránico mismo. e~ 571a


mo se transforma a partir del democrático, y, una vez
nacido, cómo es y· de qué roodo vive, desdichado o
dichoso.
-En efecto, aún resta este hombre.
-¿ s·abes qui! es lo que todavfa me falta?
-¿Oué?
-Me parece que no hemos descrito suficientemente
lo que concierne a los deseos, cuáles y cuántos soo. Y
mientras rengamos esa carencia, la búsqueda que em- b
prendemos será menos clara.
-¿Y no e.seamos ya a tiempo de hacerlo?
-Por cierto que sí; y examina lo que quiero obser-
var en ellos, QUI! es lo siguieole: de )os placeres y
deseos innecesarios, creo que algunos son contrarios a
toda norma: probablemente se producen en todos noso-
tros, pero reprimidos por las leyes y por los deseos me-
jores, junto a la razón, en algunos hombres ·SOn extirpa-
dos por completo, o reducidos a pocos y débiles, en otros "
hombres son más fuertes y más numerosos.
\-¿A qué deseos te refieres?
-A los que se despiertan durante el sueño, cuando
duerme la parte racional, dulce y dominante del alma,
y la parte bestial y salvaje, llena de alimentos y de vino,
rechaza el sueño, salta y trata de abrirse paso y satisfa-
422 DíÁ.LOCOS RE.PÚBLICA rx 423

cer sus instintos'. Sabes que en este caso el alma se crílega de apetitos, inclusive en algunos de nosotros que
atreve ~ todo, como si estuviera liber ada y desembara- pasan por mesurados: esto se torna manifiesto en los
zada de toda vergüenza y prudencia, y no titubea en sueños. Mira si te parece que lo que digo tiene peso
intentar en su imaginación acostars e con su madre, y si estás de acuerdo.
d así como con cualquier otro de los hombres, dioses o -Pues estoy de acuerdo.
fieras, o cometer el crimen que sea, o en no abstenerse -Ahora bien, recuerda cómo dijimos 2 que era el
de ningún alimento; en una palabra, no carece en abso- hombre democrático: que había crecido a través de la e
luto de locura ni de desvergüenza. educación que le diera un
padre tacaño, que sólo conce-
-Dices una gran verdad. día estima a los deseos de riquezas, mas desdeñaba los
-Pienso, por otra parte, que, cuando uno cuenta con deseos innecesarios, que tienen en vista el entr .etenimi en-
salud y moderación y se echa a dorm ir tras despertar to y la ostentación. ¿ No es así?
Ja parte racional de su alma y banqu etear la con bellos -Sí.
discursos y consideraciones, cuando ha llegado a meditar -Pero que, al estar en compañía de varones más re-
e sobre sí mismo sin permitir que los apetitos se hallen finados y colma dos de apetitos como los que acabam os
en necesidad o en hartazgo, para que se adormezcan de describir, se arroja a todo tipo de desmesura y a
S72a y no perturben a la parte mejor con su regocijo o su esa índol e de deseos, por aversión a la austeridad de
desazón, sino que permitan a ésta examinar por sí sola su padr e; pero, por poseer una naturaleza mejor que la
y pura, y esforzarse en percíbir, lo que no sabe en las de sus corruptores, empujado en ambas direcciones, que- d
cosas que han sucedido, en las .que sucede n y en las da en el medio de esas dos formas de vida. y, disfrutan -
que están por suceder; cuando del mismo modo sosiega do de cada una de ellas mesuradamente en su criterio ,
a la parte impetuosa y se duenne sin tener el ánimo vive de un modo que no es contrario a la libertad ni
excitado por un arrebato de cólera contra nadie, sino a toda norma, con lo cual ha cumplido el tránsito de sde
que, tras tranquilizar a estas dos partes del alma, la hombre oligárquico a hombre democrático.
tercera, en la cual se encuentra la sabiduría, se pone -Tal era y es, en efecto, nuestra opinión sobre él.
en movimiento, y así puede darse el reposo: sabes que -Suponte entonces que a su vez este hombre, cuan-
es en este estado cuando mejor puede alcanzarse la ver- do ya ha crecido en edad, tíene un hijo al que ha educa -
b dad y menos se presentan las visiones prohibidas de los do en tales hábitos.
sueños. -Lo supongo.
-Estoy absolutamente de acuerdo en que es así. -Supón también que le sucede lo mismo que a su
-Con esto ya nos hemos dejado llevar demasiado padre, y es llevado hacia una anomia total que quie - e
lejos; pero lo que queremos dar por conocido es que nes lo llevan denominan 'libertad total', y que su padr e
en todo individuo hay una especie terribl e, salvaje y sa- y demá s parientes acuden en auxilio de estos deseos ubi-
cados en el medio, en tanto otros apoyan a los deseo s
opue9tos ; cuan do estos terribles magos y forjadores de
t En la traducción de esta palabra seguimos una sugerencia de
Shorey. 1 En vtn 5S9d-S62a.
424 DIÁLOGOS .RBPÚB.LICA IX 42S

tiranos no esperan posesionarse del joven de otro mo- tos o por ambas cosas a la vez, se torna borracho, eróti-
do, maquinan para engendrar en él un amor que se opon- co o lunático.
57la ga a la cabeza de los deseos ociosos y dispensadores -Totalmente de acuerdo .
de sus bienes, como un gran zángano aJado; ¿o crees -Así , pues, se genera es te hombre. Pero ¿cómo es
que cS otra cosa el amor de tales individuos? su vida?
-No , sólo eso. -Como se dice en las bromas : esco 'tú también lo d
-Por conSLguiente, cuando zumban alrededor de ese dfrás' ).
amor los otros deseos, colmados de incienso , perfumes, -Lo digo, pues. Después de eso. pienso. se suceden
guirnaldas, vinos y placeres liberados en tales compa- las celebraciones , Los holgorios, los fesúnes, las querí·
ñías, y hacen crecer y nutrir al zángano hasta el paro- das y todas las cosas de esta índole en los hombres en
xismo, implantando en él el aguijón de la pasión insa- cuyo interior vive Eros tirano. y cuya alma íntegra go-
b tisfecha ', entonces este caudillo del alma, custodiado bierna.
ahora por la locura, enfurece y, si coge algunas opinio- -Necesariamente.
nes o deseos de los considerados positivo s, los aniquila -¿Y oo brotan cada día y cada noche multitud de
y arroja fuera de él, hasta quedar purificad o de mode- terribles deseos que exigen cantidades de cosas?
racióo y pleno de esa locura que ha sido aux iliada des- -Multitud, sin duda .
de el exterior. -Eo ese caso, sí hay algunos ingresos, se gastan rá-
-Describes perfectamente la génesis del varón tirá- pidamente.
nico. -¡Claro que sí!
-¿Y no será por este motivo por lo que desde hace - Y como consecuencia de eUo, préstamos y rebana- e
mucbo se dice que Eros es tirano?•. miemos• de la fortuna .
-Es probable. -Sin duda.
-Y bien, mi amigo. ¿no cuenta el hombre embria- -Y cuando todos los recursos le faltan. ¿ no es for-
c gado con un esplritu tiránico? 2.0so que los deseos continuos y violentos que ha empo-
-Sí que cuenta con él. llado dentro de sí griteo, al ser urgido, como por agui·
-Y aquel que ha enloquecido y está alienado, no só- janes, por los deseos y especialmente por el amor mis-
lo a los hombres, sloo también a los dio ses imenrn go- mo, que conduce a todos Los demás deseos como a sus
bernar y supone que es capaz de ello. custodios, y se enfurezca y examine quién tiene algo
-Ciertamente. de lo que pueda despojarlo, sea mediante el engaño o
-Entonces, divino amigo, un hombre llega a ser per- mediante la fuerza? S74a
fectamente tiránico cuando, por naturaleza o por hábi- -Sí, por cierto.
s Explica el escoliasta (GREEN!!., 267) que éste es un 'dicho': «cuan,
l Como se ha dicho en Vlll SS2c. el zángano a lado no tiene agui- do a algul'én se le pregunta por algo que el que interroga .conoce y
jón. Seguimos a Shorq en la Interpretación de que se trata de un en cambio el interrogado desconoce, éste responde: 'tú también lo
«:inhelo insatisfecho ... dirás' ...
4
Cf. Eua(rioas. Hipólito 532. 6 AOAM:«para hacer frente a los reclamos de los pres1:1mlst(1S•.
(

426 DIÁLOGOS Rl!.l'ÓBL(CA lX 427

-En ese caso será nec esario que consiga dinero de aglomerado dentro de él es muy grande, ¿no violentará
donde sea, o bien será oprimido por las mayores angus - el muro de alguna casa o echará mano al manto de cual-
tias y tormentos. quier caminante , avanzada la noche , y después de eso
-Será neces ario . saqueará a lgún tem pl o? Y en todo s estos casos, las an-
-Y lal como los nu evos placeres que le sobrevienen tiguas opiniones que tenia desde niño sobre las cosas
prevalecen sobre los antiguos y los despojan de lo su- dignas y las indignas, opiniones que eran tenidas por
yo. así también él, aun siendo más joven, pretenderá justas, serán sometida s por otras que escoltar án al amor,
prevalecer sobre su padre y su madre y despojarlos y, y que anteriorm ente, cuando -aún bajo el control e
una vez dilapidada su part e, se apropiará de 1os bienes de las leyes y de su padre - en su interior estaba regido
paternos. democráticamen te, só lo se liberaban durante el sueño.
-Sin la· menor duda . Pero una vez tiranizado por Eros, llevará a cabo conti-
b -Y si dios no se lo perm itieran ¿ no intentará ante nuamente durant e la vigilia lo que pocas veces hacía
todo robar y engañar a sus prog enitores? en sueños, sin arr edra rse ante crimen alguno, por terri-
-En codo de acuerd o. ble que sea, ni ante ningún alimento ni ninguna acción,
-Y en caso de que no pudiera, ¿ no se apoderaría sino que el amor que vive tiránicamente en él. en coro- S1Su
de sus bienes median te la fue rza? pleta anarqu ía y anomia, al gobernar por sí solo, indu-
-Pienso que sí. cirá al que lo alb erga, como un tirano a un Estado, a
-Y si el anciano y la anciana resisten y luchan, ad- todo tipo de auda cias, para alimentarse a sí mismo y 1
mirable amigo, ¿se guardará y dejará de hacer alguno a su tumultuo so corte jo, que ha sido en parle introduci- 1'
1 i
de los actos propios del tirano? do desde afuera a raíz de las malas compañías. en parte 1

-Por mi parte, no tengo muc ha confianza en Jo que relajado y liber ado desde dentro por los propios hábi-
se refiere a los padres de semeja nte individuo. tos. ¿No es éste el modo de vida de semejante indivi-
-Pero Adimanto, ¡por Zeus ! ¿ te parece que por una duo?
amiga reciente, querida inne cesari amente, va a golpear -En efecto, es éste.
e a su amiga de siempre, su madre necesaria, y lo mismo -Ahora bien, si los hombres de esta índole son po-
con su anciano padre sin vigor y necesario, el más anti- cos en el país y el resto de la gente sobria, habrán de b
guo de los amigos , por un amigo que acaba de hacer, marcharse para formar la custodia de algún otro tirano
en la flor de la ed ad e innec es ario, y que convert irá a o para servir como mercenarios allí donde haya guerra;
sus pad re s en escl avos de aquéllos, si los llevara a vivir pero si aparecen en tie mpo s de paz y de t ranquilidad ,
a la misma casa? permanecerán en su país cometiendo multitud de deli-
-Sí, por Zeus . tos menores .
-Terriblemente dichoso parece entonces ser el que -¿A qué te refi er es?
ha procreado un hijo tiránico . -A que, por ejemplo, roban , violentan casas , hurtan
-De acuerdo. bolsas, despojan de ropas , profanan templos, venden co-
d -Y cuando a un hombr e de es a índole le faltan su mo esclavos a homb res libres, actúan como delatores
padre y su madre, y el enjamb re de deseos que se ha
'
428 DIÁLOGOS REPÚBLI CA IX 429

públi cos, si soo capaces de hablar bien, testim on ian en otros: de la. libertad y de la amistad verdaderas nunca
falso y aceptan sobamos. gusta la nacu raleza tiránica .
.: - Menores son los delitos que enumeras, siempre que -Completament e de acu er do.
sean pocos los que los cometan . -¿ No se d irá con razón que tales hombres son
-Es que los delitos menores son menores en rela- infieles?
ción con los mayore.s; y todos ellos, eo comparación con -¿Cómo no habr ía de decirse?
la perversidad y desdicha éon que aflige el tirano al Es- -E injustos en grado sumo, si es qu e e n lo anterior b
tado , no andan siq uiera cerca, como suel e decir se. Pues hemos convenido co.rrectarnente sobre lo que es la
cuando en el Estado llegan a ser muchos los hornbr:es justicia.
de esta índole y sus seguidores, y se percatan de su nú- -U>rrec tamen te, sin duda.
mero, en ton ces son és tos los qu e, junto con la insensa- -Recapitulemos entonces lo que concierne al peor
tez dd puebl o, enge ndran al tirano, que será aquel de los hombres: es el que despierto resulta similar de
d que entre ello s cuen te en su alma con el má s grande algún modo al que hemos descrito durmiendo.
y más ex acerbad o tirano . -Completamente de acuerdo.
-Probablemente, ya que él ha de ser el hombre más -Y ése resulta el que por naturaleza es más tirání·
tirano de. todo s. co· y gobi erna solo; y cuanto más tiempo pa~e su vida
-Luego, una cosa será si la gente se somete volun- en la tiranla canto más será de esa lndole .
tariamente; pero si el Estado no lo permite. entonces, - Necesariamente -dijo Gla uc ón , f()mando la pala-
así como ante s cast igó a su madre y a su padre, a su bra.
vez asl castigará a la patria , introducirá nuev os amigos -Y el que se manifiesta como el más perverso ¿no
que escl avizarán a la anteriormente tan querida patria, se manife st ará tambi én co,no el más desdichado? Y el e
o 'matria', como lo dicen los c retecs es. y as( la manten- que sea tirano al máximo y por el ·máximo de tiempo,
drá. Y de ese modo alcanzarán su meta lo s deseos de ¿no habrá llegado a ser verdaderamente el más desdi·
tal hombre. cha do a l má.-..:imoy por el máximo de tiempo? Pe ro la
e -Así es, sin lug ar a dudas . multitud tiene muchas opiniones al respecto.
-Pues bien , aoteS de gobernar, eo la vida privada -E s fonoso que sea como dices .
de ésros sucede lo siguien te: primeramente, aquellos con -¿ Y acaso es de otro modo que c!Ste, que el hombre
quienes viven los aco mp añan ~duJándoJos, ya dispues- tirán .ico es el reflejo del Estado tiránico , e l hombre de-
tos a se rvirles en todo, ya, si los necesitan en algo, mocráLico del Estad o democrático, y así con los dem ás?
S764 ellos mismos se arr astran a sus pies, atreviéndose a -D e es te modo .
adoptar todas las figuras, como si fueran sus parientes, - ¿ Y que In relación ent re Estado y Estado en cuan·
pero nuevament e extraños una vez que han co nseg uido to a excelencia y a felicidad es la misrna que entre hom·
sus fines. bre y hombre?
-Seguramente . - ¡Claro que sí! d
·-Por consiguiente, jamás en toda su vida son ami- -¿ Y la relación en cuan~o a excelencia entre el Es-
go s de nadie, siem pre esclavizando o esclaviz ados a tado tiránico y el Es tado real?
...
430 DIÁLO GOS
l REPÚBLICA J'X 431

-La de se r todo Jo contrario, ya que ést e es el mejor no s, para que contemos con alguien que responda a lo
y aquél el peor. que preguntamo s?
-No te pre gun t aré a cuál consider as el mejor y a - De acuerdo .
cuál el peor, porque eso es evidente; pero respecto de - Vamos, ent onc es, examina esto. Recordando la e
su felicidad y <le su desdich a, ¿juzgas del mismo modo semejanza entre el Estado y el hombre, observa a
o de forma dis1in1n? Y no nos ofusquemo s mirando al cada uno por turno y dime lo que experimenta cada
tirano, que es sólo uno, ni a algunos poco s acólitos su- cu al.
e yos, sino que . puesto que es necesario que considere- -¿ Qué experimentan?
mos y penet re mos en el Estado íotegro, no hemos de - Para habla r primerament e del Estad o. ¿dirá s q ue
revelar nuestra opinión ani es de sumergirn os en su con- el gobernado ti rá nicamente es libre o que es esclavo?
junto y co1'1lemplarlo. -Esclavo, co mo el que má s.
-Lo que propones es co rrecto, y para cualquiera es - No obstant e, ves en él amos y hombre s libres.
evidente que no hay Estado más desdichad o que el tirá- -Sí, en pequ eño número: pero puede decir se que el
oico ni más feliz que el real. conjunto, iocluyendo la mejo r parte, está allí sometido
sna -Y si eso es correcto. ¿ no lo sería proponer lo mis - a la esc lav itud de modo deshonr oso y desdichado.
mo en lo que toca a los hombres, requiriendo que aquel -Ahora bien , si el hombre es similar al Estado. ¿no d
que juzgue sobre el los sea capaz de pen etra r y dist in- se dará forzosamente en él la misma disposi ció n? ¿ No
gui.r con la inteligencia el ca rácter de un hombre, y no colmará su alm a de esclavitud en abundancia y falta
se ofusque , ~il mirar desd e afuera. como un niño por de libertad? ¿N o estarán esclavizadas las mejores par-
la externa dignidad que asume ante los demás , sin~ que tes del alma , mientras una parte pequeóa , la peor y más
distinga debidamente? ¿ Y si pensara que todos nosotros enl oquec ida, ejerce el señorío?
deberíamos esc uchar a aqu el que fuera ca paz de juzgar, -Necesariarnente.
que hubiera convivido coo el tirano en la misma casa -¿Y qué di rás que es sem ejante alma? ¿Esclava o
y ha estado presente en las circunstancias de su hoga/ lib re?
en sus rela cion es con cada uno de sus familiares , casos -Esclava, sin lugar a dudas.
b en los cuales se lo habría podido ver comple ta mente -Y un Estado esclavo y tirani.2ado ¿no es d que me-
desnudo de su ropaje teatral, así. com o en los peli - nos hace lo q ue quiere?
gros de la vida pública? ¿ '/ si al que vtera todas estas -Ciertamente.
cosas lo exhortáramos a informar sobre Ja felicidad y -Por consi guiente, el alma liranizada se rá la que e
la desdicha del tirano en re lación con los demás hom - menos hace lo que quiere; me refiero al alm a como to·
b res ] do: arrastrada si n cesar por la pasión en forma violen-
-Tu exhortación sería sumamente justa. ta, estará . lle na de turbación y remordim iento.
-¿Quier es ahora que hag amos como si nosotros mis - · -No pod ría ser de otro mo do.
mo s fuéram os de aquellos que son capac es de juzgar, -¿ Y qué es forzoso que sea el Estado tiranizado,
y que ademti s nos hubiés emo s encontrad o con los tira - deo o pobre?
-Pobre.
432 DIÁLOGOS REP ClBLJCA IX 433

578a -T;-,mbié a es forzoso que el alma tiraojzada esté Pero nuestro exameo co rresp oode a lo más importante :
necesitada e insatisfecha. el modo de vivir bien y de vivir mal.
-Así es. -Completamente correcto.
-¿ Y no es necesa rio que cal Estado y ta l hombre -Examina entonces si dig o algo de valor. me par ece
es1én llenos d e tem or? que se debe concebir al ti ran o examinándolo a parlir de d
-Muy ne cesario. los siguientes ejemplos .
-¿Y piensa s q ue hallarás en otro Estad o más que- -¿A partir de qué ejem plos?
jas, gemidos, lam enta ciones y sufrimientos qu e en éste? -Del de· cada uno de los particulares ricos que en
-De ningún modo. los Estados poseen muchos esclavos . Pues és tos guar-
-¿ Y estimas que puedes encontrar esto más en al- dan esta similitud con los tiranos: mandan a muchos,
gún otro hombre que en quien, como tí.rano, es enl oque- difiriend o del caso de los tira nos sólo en el mayo r
cido por sus deseos y amores? número.
-No veo cómo . - Es lo único en qu e difieren.
b -Por lo t.anto, ha sido mirando a todas estas cosas, 1 - Sabes que estos pan ícuJare s viven sin m..íedo y no
y a otras de la mis ma índole, que has ju:zgad o que este tem en a sus servidores. _
Estado es el más de sdichdo de los Estado s.
-¿ Y no ba sido acaso correctameme?
-Si, por cierto . Y respecto del hombre tir áoico, ¿qué
i - ¿Qué podrían temer ?
- Nada; pero ¿ te das cuent a de la causa?
- Sí: que todo el Estad o va en auxitio de cada uno
dices al mirar esta s mismas cosas? de estos particular es.
-Que es mucho más desdichado que todo s los de- -Hablas correctamente . Ahora bien, si alguno de e
méÍs hombres. los dios es sacara del Estado a uno solo de esos hom -
-En esto ya no hablas correctam en te. bres que poseen cincuenta escl avos o más , con su mu -
- ¿Cóm o? j er e hijos, y lo pusíese co n e l resto de su patrimoni o
-No es éste aún el que puede ser más desdic hado. y de los sirvientes en un desierto donde ningún hombr e
-¿Quién, enton ces? libre pudiera acudir en su auxilio, ¿cuál piensas que
-Tal vez éste te pare zca aun más desdi chado. s.ería el temor que lo asal tase, y cuán grande, de qu e
-¿Cuál? é l, sus hijos y su mujer per eciera n a mano s de los escl a-
e -Aquel que, siendo tiránico, no vive una vida pura- vos?
mente privada. sino que tiene la mala forruoa de que, -El más grande, opino.
por alguna desgraci ada circunstancia, s.ea provisto de -¿ No se vería forzad o entonces a adular a algunos de 579a
lo necesario para Llegar a ser tirano . los esclavos, a hacerles muchas promesas, y a libertar -
- De lo dicho ant erio rmente concluyo que dkes la los sin tener obligación, y, en fin, a revelarse él mismo
verdad. como adulador de sus servid ore s?
-Sí, pero es necesari o no Limitarse a opin ar sobre - De toda necesidad, ya que la alternativa es perecer .
esto, sino examinarlo bien con el ~rgumento sig uiente. -¿Y si el dios estableci ese a muchos vecinos a su
alrededor, dispuestos a no tole rar que uno pretendi e-

94. - 28
434 DI ÁLOGO S RE'.PÚBUCA JX 435

se esclavizar- a otro, sino que. en cas o de sorprender lisonjero de los hombres más perversos; alguien que no e
a alguien que lo intenta se, lo c::istigara o co n penas ex- satisface sus de seos en medida alguna sino que est á ne-
tr emas? cesitado de la mayor parte de la s cosas, resulta re al-
t, - Pienso que su situación serfa peor aún en todo sen- mente pob re pa ra quien sepa contemplar su alma ín te-
tido, vigilado en derredor suyo por enemigos. gra; a lo la rgo de su vida está lleno de temores , as í co ·
-¿No es un a pri sión de esta índo le donde está enea · mo de con vulsiones y dolores, si es que su condición
de nado el tiran'J al pos ee r u na na t ura leza como la que se asemej a a la del Esta do al que gobierna . Pue s se ase-
hemos descrito y estar colm ado d e los más variados te- mej a a ella, ¿no es cierto?
mores y pasiones? Por cu ri oso que él sea, es el único -C la ro que es ciert o.
en el Est ado a qu ien le está vedado viajar adon de sea -Ad emás de esto, ¿ no hemos de atribuir a tal hombre 580a
y con templar cuanto s espectáculos gus tan con templar lo que ant eriorme nte hemos mencionado: que es nece-
los demás hombres libres; La mayor parte del tíempo sariamente -y por causa del poder Llegar a serlo má s
e vive recluido en su casa como una muj er, en vidiando aún- envid ioso, desleal, injusto, carente de amigos, sa-
a los demás ciudadanos cuando algun o de ellos viaja crílego, an fitrió n y nutrídor de toda maldad; y, a con se-
al exterior y ve algo valioso. cuencia de todo esto, es infortunado al má ximo y torn a
- Completamente de acue rdo. de esa índol e a cuantos hombres se le apro ximan ?
- Hasta ese punto se acre cientan Los ma los frutos -Nin gún hombr e con sentido común te contradir á.
que cosecha el hombre tiránico , que es tá ma l goberna- -Veam os ahora; tal como decide el juez de úl tima
do en su interior -y al que juzgaste com o el más desdi- instancia, deci de tú también quién es el primero en cuan- b
chado de todos-, cuando no vive una vida exclusiva- to a felicid ad, en tu opinión, quién el segundo, y así
mente privada sino que, por algún azar , se ve obligado juzga en orden a los cinco hombres: el real. eJ timo crá-
a ser ti rano, e intentar gobernar a otros cuand o no se tico, el oligárqu ico , el democrátic o y el tiránico .
domina a sí mi sm o; como si fuera alguien que, con el -L a decisión es fác.il, pues los j uzgo según como han
cue rpo en fermo e im pot en te par a dom inarse a si mi s- entrad o a escena, com o los coros, respec to de la exce-
d mo, en lug ar de retraerse a su vida privada, fuese obli- len cia y el malogr o, la felicidad y su contr ario.
gado a pasar la vida en com pete nci a atlética con otras -Co ntratemos un her aldo, pues. ¿o proclamo yo mis -
pers onas. mo que el hijo de Aristón ' h a decidido que el mejor
-E l símil que propones es una gran verdad . y más jus to es el más feliz, y que éste es el homb re e
- ¿No es entonces su experiencia compl eta m ente des- de caráct e r má s real y que reina sobre sí mismo, en
dic hada, Glaucón, y el que es cirano vive de un modo tanto qu e e l peor y más injusto es el más desdichad o,
más duro aún que el que tú juzgaste com o el más d1.1ro y que ést e res ult a ser el de carácter más tiránico, qu e
de todos? tiraniza al máxi mo al Estado y a sí mismo?
- Ciertamente. -Procl áma to.
- Por consjguiente, aunque a al guno s no les parez-
ca, e s en realidad el verdadero tir a no un verdadero 7
Claucón es hijo de Aristón, con cuyo nombre Platón ju ega en
escl avo, forzado a La mayor adulación y se rvilismo, relación con áriscos «el mejor».
436 DIÁLOGOS REPÚBLICA LX 437

-¿Añadiré a lo dicho que esto es así. pase inadvent· -En cuanto a la parte impetuosa, ¿no decimos que
do o no a todos los hombres y dioses? está siempre iotegrarnente lanzada hacia el predominio,
-Añádelo. la victoria y el renombre?
d -Bien; ésta es la primera demostración. Mira ahora -Efectivamente. b
la segunda. a ver si ce parece significativa . -Si por consiguiente la denomináramos 'ambiciosa'
-¿Cuál es? y ·amante de los honores', ¿no seria armoniosamente?
-Puesto que, así como el Estado se ruvide e.o tres -Muy armonfosameote.
sectores, también el alma de cada individuo se divide -Finalmente, en lo que coca a aquello por lo cual
triplemenle, cabe también, me parece, otra demostra- aprendemos . es evidente a cualquiera que siempre tjen-
ción. de totalmente a conocer cómo es la verdad, y que ni
-¿ En qué consiste? en lo más mínimo se preocupa por las ríquez.as y la
-En esto: sí hay tres, me parece que también hay reputación.
tres tipos de placeres, uno peculiar a cada un a, y del -Muy de acuerdo.
mismo modo los apetitos y los puestos de mando. -Si la llamamos 'amant e del aprender' y 'filósofa',
-¿ Qué quieres decir? ¿la llamaremos debidament e?
-Con una parte decimos que el hombre aprende, con -¿ Cómo podr(a ser de otra manera?
otra se apasiona; en cuanto a la tercera, a cau sa de su -¿Y no es esto lo que gobierna en las almas de algu-
multiplicidad de aspectos, no hemos hallado un nom- nos hombres, y en otros, según se da el caso, una de las e
e brc peculiar que aplicarle, sino que la hemo s desig· dos restantes partes?
nado por lo que predomina en ella con mayor fuerza: -Así es.
la hemos denominado, en efecto, la parte 'apetitiva', en -¿No es por este motivo por lo que decimos que
razóo de la intensidad de los deseos concem.i entes a la los tres principales géneros de horobrc son el filósofo,
comida, a la bebida, al sexo y cuantos otros lo s acompa- el ambicioso y el amante del lucro?
ñan; y también ·amante de las riquezas', porque es pl'in- -Exactamente.
cipalmente por medio de las riquezas como satisface -¿Y hay tres especies de placeres, cada una subya-
ss1alos apetitos de esa indole. cente a un género de hombres?
-Y hemos procedido correctamente . -Sin duda.
-Si decimos, además, que el placer y e l amor son -Ahora bien; sabes que, si preguntas por turno a
placer y amor al lucro. estaríamos apoyándonos ínte- estos tres hombres cuál de esos modos de vida es el
gramente en un punto importante de ouestro argumen- más agradable, cada uno elogiará al máximo el suyo.
to, de modo que la cosa sería clara para nosotros cuan- El hombre decl.icado a los negocios responderá que, en ,,
do habláramos de esta parte del alma ; y as{, al llamarla comparación con el lucro , el placer de recibir honore~
'amante de las riquezas' y 'del lucro' estarlamos llamán- y el de aprender no valen nada, salv0 que pro<lui can
dola justificadamente. dinero.
-Asi me parece a mí. -Verdad.
438 DIÁLOGOS R~PÚBLlCA IX 439

-¿Y el ambicio$o? ¿No considera que el placer pro· antes bien, y aun cuando ponga celo en ello, no le será
cedente de las riquezas es vulgar. y que el que proviene fác il.
del conocimiento es humo y futileza. si el conocimie.nlo - En tal caso -dije yo- el filósofo sobresale en mu-
no .acarrea honores? cho respecto del amante del lucro, en experiencia de
-Así es. ambos tipos de placeres.
e -En cuanto c1.Ifilós o fo, ¿cómo pensaremos que con- -En mucho, por cieno. .:
:.ídera a los deruá s pla cer es en relación con el de cono- -¿Y en cuanto al amanle de los honores? ¿Tiene el
cer Jo verdad em y ele vivir en el lo aprendiendo siem- filósofo menos experiencia del placer de recibir honer
pre? ¿No considerará que escán muy lejos del verdade- res que éste del de comprender?
ro placer y los llam:llá ·realmente necesarios', dado que -No. porque el honor alcanza a todos si han re.ali-
no recurrirá .a ellos si no le fuera imprescindible? dazo aquello a lo cual se han lanzado, pues el rico es
-Podemos estar seguros de que es así. honrado por muchos, y también el valiente y el sabio,
-Cuando lo que se discute son los plac~res de cada de modo que todos tienen experiencia de cómo es el pla-
especie y el modo de vida o,ismo. y no en cuanto a vivir cer que procede de recibir honores. Con qué place r cuen-
de modo más decente o vergonzoso, oj mejor o peor, t..a la contemplación de lo que es, en cambio, es imposi·
S82a sino en cuanto a cuáJ es más agradable y menos doloro- ble que haya sido gustado por otro que no sea el filósofo.
so. ¿córoo sabremos quien de ellos dice la mayor verdad? -Por consiguiente, éste es de los hombres que él J
-Por mi pane, no puedo responder. juzga mejor en cuanto a experiencia.
-Examina eslo, t:nconces. ¿Por qué medio ha de juz- - Y con mucho.
garse para que sea juzgado bien? ¿ No es por medio de -Además -proseguí- es el único cuya experiencia
la experiencia, la inteligencia y el razonamienro? ¿Cuen- estar á acompañada de inteügeoe>a.
las con uo modo de juzgar mejor que coa éstos? -Sin duda.
-¿Cómo podrin hacerlo? -Por lo demás, el instrumento coo el cual es necc·
-Prosigamos el examen. De estos tres hombres, ¿cuál sario juzgar no correspoode ni al amante del lucro ni
es el que tiene mayor experiencia de los placeres que aJ de los honores, sino al filósofo.
hemos mencionado? ¿Cuál de los dos te parece que es -¿Cuál inslruwento?
bel más experimentado. el amante del lucro en el placer -¿ No hemos dicho que se debe juzgar por medio
extraído del saber, al poner.se· a apreoder cómo es la de razonamiemos?
verdad misma. o el filósofo en el placer procedente del -Sí.
lucrar' -Y los razonamientos son principalmente el instru-
-Hay mucha diferencia -repuso Glaucón-; puesro mento del filósofo.
que necesariamente el filósofo ha comenzado a gustar -¡Claro que sí!
de los olros placeres desde la infanda; en el caso del -Pues bien, si lo que se juzga se juzgarn mejor con
amante del lucro, en cambio, cuando aprende cómo son el dinero y el lucro, lo que el amante del lucro alabara ~
las cosas por naturaleza, no es forzoso que guste de la y censurara $ería necesariamente lo más cierlo.
dulzura de este placer ni que ·se vuelva experto en él; -De toda necesidad. ·
440 Dl.ÁLOGOS REPÚBLICA IX 441

-Y si se juzgase mejor con el honor, la victoria y -Por cierto que sí.


la valentía, ¿no lo seria lo que alabara y censurara el -¿ Y que hay un estado en que no se goza ni se sufre?
amanee de los honores y ambicioso? -Lo hay.
-Es evidente. - ¿No está ubicado en el centro, intermedio entre
-¿Pero puesto que se juzga mejor con fa expe rien- ambos. como una suene de reposo del alma respecto
cia, la inteligencia y el razonamiento? de ellos? ¿No piensas que es as{?
-Necesariamente las cosas más verdaderas son las -Sí, así.
que elogia el fílósofo y amante del razonamiento. -¿ Recuerdas ahora las cosas que dicen los que es-
sSJa -Si son enton ces tres tos placeres, el placer de aque- tán enferm os?
lla par1e del alma con la que aprendemos será el más -¿ Qué cosas?
agradable, y aquel de nosotros en que esa parte gobier- -Que no hay na& más agradable que estar sano.
ne scr.i el de modo de vida más agradable . aun cuando antes de enfermarse no habían advertido d
-¿Cómo no va a serlo? El sabio que alaba su propio que eso era grato.
modo de vida es el alabador con autoridad. -Recuerdo.
-¿Y a qué modo de vida y a qué placer asignará -¿ Y has oído decir, a quienes padecen ua gran der
el juez el segundo lugar? lor. que nada hay más agradable que cesar de sufrir?
-Es evidente que al placer del guerrero y amante -Sí, Jo he oído.
de los honores. pues está más próximo de él que el del ' -Y en muchos otros c.asos de esta índole, creo. le
negociante. das cuenta de que a los hombres que sufren les sucede
-Por lo 1anco el último será el del amante del lucro, que aplauden corno gralo no el disfrute. sino el cese
parece. del dolor y el reposo respecto de éste.
-Sin duda. -Es que entonces el descanso resulta probablemen-
b -De este modo cenemos ya dos demostraciones su- te grato y deseable.
cesivas, y el justo ha I riunfado por dos veces. En cuan- - Y cuando cesa el gozo, el d esca nso <lel placer e
to a la tercera, dediquémosla, a la manera olímpica, al es penoso.
Zeus salvador y olímpico. ~ira q_l!,~. el placer de cual- -Probablemente.
quier otro que no sea e} sabio no es aos6Tut.amen te real -Por consiguiente, este reposo, del que dijimos que
.!!C~ro s_ino- CQ mo ui a p-jntura som
-- hreaéfa,
-- tTc omo
- ---,..... -
era in1eDT1edio entrambos. viene a ser a veces ambas
.Y~ !'iªb~r oído a algiino de los sabios;. y p..or.cierJ~ ta cosas , dolor y placer.
seria la más grande y decisiva derrota. -Así parece.
· :_Con mucho la más grande, pero ¿qué es lo que quie- -Sin embargo, no siendo ni uno ní otro ¿es capaz
res decir? de convertirse en ambos?
e -Lo encoAtraré, si cuando indago tú me respondes . -No creo.
-Pregunta entonces . -Por lo demás, cuando surgen en el alma lo placen-
-Dime, pues : ¿ no decimos que el dolor es cont ra do tero y lo doloroso, ambos son una suerte de movimien -
al placer? to. ¿O no?

442 DI ÁLOGOS REPÚBLICA IX 443

-Sí. -¿ Y no pasa lo mismo con los goces y penas antjcipa -


584n -¿ Y no se acaba de mostra r que el estado que no es dos, los que proceden de la expectativa de los goces y
doloroso ni placentero es un reposo que está en el me- penas que van a venir?
dio de ambos? -Sí, lo mismo .
-Sí, se mostró. -¿ Sabes cómo son y a qué se asemeJ an más? d
-¿ Es entonces correcto considerar agradable el no -¿A qué?
sufrir y penoso el no gozar? -¿No crees que en la naturaleza hay un arriba, aba-
-De ningún modo. jo y en el medio?
-Por consj guiente , el reposo no es, en realidad, síno -Si, por cierto.
parece agradabl e a l lado de lo doloroso, y doloroso al -Cuando se lleva a alguien desde abajo hasta el me-
lado de lo agradable, y en estas apariencias no hay na- dio, ¿piensas que creerá qu e es lleva do a otro lugar que
da adecuado en r elación con eJ verdadero placer, sino hacia arriba? Y una vez estaciona do en el medio, y tras
que son como un encan tamiento. mirar el lugar de dond e fue traído, ¿considerará estar
-A sí lo mue slra eJ argumento, en otro lado que arriba, por no haber vislo el verdadero
b -Fíjate pu es en los placeres que no proceden de arriba?
dolores, y seguramente no has de pensar, en el caso pre- -Por Zeus, no creo qu é alguien que se ha1le en tal
sente, que por naturaleza el placer es el cese del dolor situación piense de otra manera.
y el dolor el del placer. -Y si se lo llevara nuevamente hacia abajo, creería e
-¿Dónde debo fijarm e y a qué placeres te refie- haber sido llevado hada abajo, en lo cual pensaría
res? correctamente.
-Hay mu chos y muy diversos; pero, si estás dispues- -No podría ser de otro modo.
to a notarlo, prin cipalmen te los placeres relativos al ol- -¿ Y no le pasaría todo es to a ca usa de no tener ex-
fato. l::.stos, en efecto, sin que se haya sentido antes do- periencia de lo que es verdaderamente arriba, abajo y
lor alguno, se pr esen tan súbitamente, extraordinarios en el medio?
en magnitud, y, cuando cesan, no dejan tras de sí dolor -Es evidente.
alguno. -¿Te asombraría, entonces, si los que no tienen ex-
-Es muy cierto , periencia de la verdad no poseyeran opin iones sensaLas
e -Por consigu iente, no nos cream os que la liberación acerca de muchas otras cosas, de modo que están en
del dolor es un placer puro, ni la del placer un puro la misma disposición respecto del placer, el dolor y lo
dolor . intermedio entre éstos? Cuando son transportados ha- sssa
- No, en efecto. cia lo penoso creen verdaderamente sufr ir , y en reali-
-S in embargo. los lla ma dos 'placeres · que alcanzan dad su fren ; pero cuando pasan del dolor a un estado
el alma a través del cuerpo, pod ríamos decir los más intermedio, creen por completo ha b er llegado al súm-
numerosos y mejores, son de esa índole: una liberación mum del placer ; tal como si, por falta de experien-
de dolores . cia del blanco, compararan el gris con el negro, así
-Lo son. también, por falta de experiencia del placer, com paran.
R.l:.PÚllLICA IX
44.S
444 DIÁLOGOS

la ausencia ·del dolor con el dolor, en lo cual se en- -Con mucho es preferi ble lo que se adhier e a lo que
gañan. es siempre semejante.
S8 -Por cons.iguient e, ¿ la rea lid ad de lo que n~n ca per·
-Por Zeus , no me asombrarla de eso ; más bien, me
asoi:nbraría de que no fue ra así. manece semejante participa más de la esencta qu e el
1 -R eflexiona, pues, sobre esto : ¿no son el hambre conocimiento científico?
by la sed - y lo similar a éstas- algo así como vacíos -De ningúo modo.
en los. hábito s del cuerpo? -¿ Y de la: verdad?
-Sin duda . -Tampoco .
-¿ Y no forman la insensa t ez y la locura como un -Y si particip a menos de la verdad, ¿participa rá me·
vacfo en los hábitos del alma? nos de la esencia?
-Ciertamente. -Necesariam ente.
-¿ No se llenan esos vacíos tomaJ1do alimento, en -Por consigui ente. los géneros de cosas concernicn- ,/
un caso. contando con la razó n, en el otro? tes al servicio del cuerpo participan men~ s de la veni a~
-¿Cómo no había de ser así? y de la realidad que los géneros coocemtent es al se rvi-
-Y la pJenitud más verda dera, ¿ la produce lo que cio del alma.
es menos real o lo que es más reai? -Muy de acuerdo .
-Lo que es más real. -¿ y no piensa S' que al cuerpo le suc ede lo mismo
-Ahora bien, ¿cual de es tos dos géneros piensas que en relación con el a lma?
participa más de fa re al idad pura : el del pan, la bebida -Sí. por ciert o.
y el alimento en general. o el de la opinión verdadera, -En tal caso, aquello que se satisface con cos a~ ':°áh
e el conocimiento científico , en una palabra, el de Loda reales y que es en si mismo más real, ¿no se sat1sl ai. :(•
excelencia? J uz.ga las cosas de este modo•: ¿es más más realmente que lo que se satisface con cosas meno :..
real Jo que se adruere a lo que es siempre semejante, reales y que es en si rojsmo menos real?
a lo inmortal y a la verdad, sie ndo por su parte de la -Claro que sí.
misma índole que esto y generándose en algo de tal !n- -Por consiguie nte, si salisfoc erse con lo que es p~•r
dole, o bien es más real lo que se adhiere a lo que ja- naturaleza apropiado es agrada bl e, aqu ello que se sall :.·
más es sem ejant e, a lo mor tal , sie ndo a su vez de la face más realmeote y coo cosas más reales disf ro1a ma, •
misma índo le que esto y gene rándose en algo de tal ín- real y verd adera mente del ver dad ero pla cer, en .' an lo
dole? que Jo que participa de cosas ruenos re~l~s se sat 1sfnc1 ·
menos verdadera y sólídameo te, y part1<;1pn ck un pi.,
6 Dice AoA!>I : •l..as sentencias , ii;uicn t.::s son de las mas embro- cer menos verdadero y confiable.
lladas en toda la Repúbl ica, o incluso por cierto en d conjunto de -De toda necesidad.
los escritos de Platón u, desd e el punto de vista dd 1ex10 grieco. Accp· -Por lo taoto. aque llos que car ec cu de c 1tpc 1·it•11d,1 •111,,,,
tamos no sólo las enmiendas de Adam sino también su incerpre1aci6n:
un genero. el epi s teolol ógico. se ;idbi erc a la verdad perm .:111entc , y
de la sabiduría y de la exce len cia y que pa :., Hi 11111 11 •.11
por lo tant o más real que el otro géne ro, el gaslrooómico. que se ad- vida en festines y cosas de esa índolt:! son lrani,r,oi ic11l11·,
hiere a lo perecedero. hacia abajo y luego nuevamente hada el medio, y d1 ·11111
446 DIÁLOGOS REl'ÚBLlCA lX 447

bulan toda su vida hacia u no y otro lado; jamás hao victoria, cuando son acompañados por el conocinüeoto
ido más allá de esto . oi se han elevado para mirar hada y la razóo y alcanz a n junto con éstos los plac e res que
Jo verdaderamente alto, ni se han satisfecho realmente la sabidurla les dicta. dado que siguen a la verdad, lle- ~
con lo re.al. ni han disfrutado de un placer sóLido y pu- garán a los placeres más verdaderos, en la medida que
ro. sino que, como si fueran .inimales. miran siempre esto les es posible. además de los placeres que les son
para abajo, inclinándose sobre la tierra, y devoran so- apropiados, si es que lo mejor para cada cosa es tam·
b bre las mesas, conúendo y copu !ando; y eo su codícía bién lo más aprnpiado.
por estas cosas se patean y cornean unos a otros con -Por cierto que es lo más apropiado.
cuernos y pezuóas de hierro, y debido a su voracidad -Por consiguieoce. cuando el alma Integra sigue a
insaciabl e se matan, dado qu e no satisfacen con cosas la parte filosófica sin disensiones internas, sucede que
reales la irreal parte de si mismos que las recibe. cada una de las partes bace en todo sentido Lo que le
-Como W1 oráculo, Sócrates -dijo Glaucón-, des- corresponde y que es justo, y también que cada una re-
cribes el modo de vida de la mnyoría. coge como frutos los placeres que le son propíos, que son
- _Y es forzoso_.9...uelos..plac ~ es con Los cuales viven los mejores y, en cuanto es posible, los más verdaderos. 587a
e_s_!én __
me~?J~~~ ~ ?n.~~ - Y...que se:;1~co!.00!E..~~ene s -Exactamente .
e y pinturas sornbrea~a5: del v.~rdad er:o jla~ t!,"'.. _9.ll,~}QIDJln -Pero cuando es alguna de las otras parte s de l al-
·-color-aJ' yuxt~p:QJ:WfJ.Q~WlOS a }~s,Otr.a_s,.fl.~ ...mo.dpta) ma la que prevalece, le sucede que no halla el placer
cju·e_~nos . Y.ot.ra,s__ d~~~ ~ce-
. ülte~ sos, y. qu_<:_.
P.ªt:.e~~JJ. que le es propio, y fuerza a ]as otras a pers eguir Wl
res procrean en los insensatos amores enloquecedores placer que les es ajeno y que además no es verdadero.
p or )os cuales co~baten, t.a) como cuenta É·st~ÍCQro.que -Así es .
. se combatía eo· Troya por el fa ntasma de Helena 9. por -Y cuanto más se a !eje algo de la filosofía y de la
d~~o nocím j~nJQ de la _vex.dad. --- razón, tanto más producirá tales efectos.
- Es de toda necesidad qu e eso sea así. -De acuerdo.
-¿ Y no hay necesidad también de que sea así lo que -Y lo que más se aleja de la razón, ¿no se aleja de
concierne a la parte impe ruosa, si alguien consigue sa - la Ley y del orden?
t ísfacerla -la sed de honores por medio de la envid ia, -Claro que sí .
la ambición por la violencía y el disgusto por la -¿Y no se mostró que lo que más se aleja de la
d cólera-. tratando de colmarse de honor, victoria y có- razón son los apetitos eróticos y dránicos? b
lera irreflexiva e insensatamente? -Sin duda .
-También hay necesidad de que esto sea de esta -Y los que se alejan menos, ¿no son los reales y
manera. ordenados?
-En ese caso, diremos confiadamente que, cuantos -Sí.
deseos hay concernientes incluso al afán de lucro y de -Por lo tanto, el tirano estará más alejado del pla-
cer que le es propio y verdadero, mientras el rey será
9 Segun tma leyenda. la verdadera Helena estaba en Egipto . C(. quten esté más cerca.
E u R(PIDl!S , Electr a 1282-1283 . -Necesariamente.
448 DIÁLOGOS R6PTJSUCA TX 449·

-Por ende el tirano vivirá del modo más desagrada- -Claro para un aritmético.
ble y el rey del modo más placentero. -Y si se quiere decir, a la inversa, a qué distancia
-De toda necesidad. está el rey del tirano, en cuanto a la realidad del placer. •
-¿Sabes tú cuánto menos placeoteramente vive el se hallará, una vez teliilinadas las multiplicaciones, que
tirano que el rey? el rey vive setecientas veinlioueve veces más agradable-
-'LO sabré si me lo dices. mente, y q:Je en la mh,ma proporción el tirano es más
-Al parecer, existen sólo tres placeres, uno solo de desdichado 11•
,, los cuales es genuino y los otros dos bastardos; pero - Prodigioso es el cálcu.lo con que nos has abruma-
el tiraoo, al huir de l~ ley y la razón, va más allá aún do sobre )a diferencia entre ambos hombres, el justo y S88<1
de los bastardos y convive con una custodia de placeres el injusto, respecto del placer y del dolor.
serviles. Decir en cuirnlo es inferior al rev es difícil, ex- -Sio embargo, el número es cierto y adecuado a sus
cepto, quizá, de este modo. , vidas, si es que a ellas corresponden días, noches. me-
-¿De qué modo? ses y años.
-A partir del hombre oligárquko el drano está si- -Claro que corresponden.
tuado en ,ercer término, y el democrático está en el me- -Pues bien, si por tal cantidad eJ hombre bueno y
dio de ambos. justo supera al malo e injusto en cuanto .a placer, ¿no
-Sí. será exlraordinaria Lacantidad por la que lo supere res-
-Y si lo dicho anteriormente es cierto, el tirano con- pecto a la gracia. belleza y excelencia de su vida?
vive con un fantasma del placer, lres veces roás le1os -Extraordinarfa, por Zeus.
de la verdad que el hombre oligárquico. · -Sea; pero ahora que hemos llegado a este punto de b
-Así cs. la discusión retomemos lo dicho eo primer lugar, por
-Y a su vez éste está situado en lercer término a lo cual hemos arribado aquí. Pues· creo que se decía 11
d partir del hombre rea! 10• si identificamos el real con que para el hombre injusLO cometer injusticia era vent.11-
el aristocráLíco. joso. siempre que pasara por justo. ¿O no fue dicho asl?
-Tercero, en efec10.
-En ese caso, el tirano está alejado del verdadero 11 Como producto de .3 X .3 1enemos uo número pl&no, 9, que CO·

placer por una cantidad que es triple del triple. r rcspo ndc rmi,; bien a un «fantasma» que i, lfl re3Jida d; porque sólo
-Así parece. · s i elevamos cs,e nomero al c111>0-con lo c..ial 1cncmo s 729- . pod e-
n,os medir la profundidad de la mi&ería del tirano, prop onen J.C. y.
-A lo que parece, entooces, de acuerdo con el nú· a 11'inversa. la sofidcz de la fe)jcídad del rey. Cou.1PORD (7/,e Rep1.1blic
mero de la longitud, el fantasma del placer tiránico se of Ploto, p6g. 308 n. 2) loma en cuenta un dalo de C1!>.1S01U>.10{= 44A22),
expresa por un número plano. según el cuol Fllolao calculaba el año en 364 1/2 dlas, o sea -contando
-Muy de acuerdo. d(as y noches- 729. Pero la referencia puede tener valide7 ~6lo ""
la medida en que el testimonio sea fidedigno y en que qu epa ver en
-Eslá claro, por conslguiente, que la distancia que este p&$&jcplatónico alguna alusión a Filolao; porque de o1ro modo
lo aleja del rey se genera según el cuadrado y el cubo. no se explicarla que se hiciese un cálculo de dla$ distinto al que hace
f>~/\TÓN (Leyes VI 7S8b) en base a Jo~ de su liempo.
10 12 Bn 11 360e.
Al hombre limocrállco corrcspomle el segundo lugar.

'>4,-29
450 OIÁLOGOS REl'ÚBl.lCA lX 451

-Asl, ciertamente. Dialoguemos ahora con el que lo -Ya eslán combinadas.


dijo 0 , ya que nos hemos puesto de acuerdo respecto -En torno suyo modela desde aíue ra la imagen de
del poder que tieoe, en un caso, el cometer injustici as un solo ser, el homb re, de manera que, a quien no pue-
y, en el otro. el obrar justamente. da percibir el inlerior sino sólo la fuoda externa, !e e
-¿De qué modo? parezca un único animal, el hombre.
-Modelando con el discurso una imagen del alma, -Ya está mold eada.
para que nue stro interlocuwr vea lo que dijo. -Pues bien; a aquel que afirma que cometer injusti-
e -¿Que cla se de imagen? cia es provechoso para el hombre y que obrar justa-
-La de una de aqueUos caracteres que nos narran mente no produce ventaja alguna, repliquémosle que no
los mitos desde antiguo, como Qui.mera. Escila, Cerbe- cs1{1 diciendo otra cosa que para ese hombre es de pro-
ro« y numero sas otras criaturas que se cuenta que vecho alimentar y fortalecer Ja bestia polifacética,
reunían muchas figuras en una sola. así como al león y lo que pertenece al león , y debilitar 561)"
-Eo efecto , se cuenta eso. en cambio y matar de hambre al bombre, de modo que
-Modela, ento nces, una única figura de una bestia éste sea arrastrado hacia donde cada una de las otras
polícroma y policéfala, que posea tanto cabezas de ani- dos partes lo lleve, y que, en lugar de aco stumbrarlas
males mansos como de anjmaJes feroces, distribuidas a convivir amigabl emen te una con otra, se les permita
en círculo, y que sea capaz de tra.nsfo nnarse y de ha cer que, luchando entre sí, se muerdan y devoren mutua·
surgir de sí misma todas eUas. roeote.
d -Un hábil escultor requiere tal obra; no obstante, da- -Ni uoa palabra más ni una menos di.ría quien ala-
do que el discurso es más moldeable que la cera y aná- ba la injusticia.
logos, dala por plasmada. - Por su parte, qu.ien afirma que lo justo es de pr<r
-Plasma ahora una figura de leó n y otra de hom - vech o dirá que se debe obrar y hablar de modo tal que
bre, y haz que la primera sea la más grande y la segun · sea el hombre interi0r el que prevalezca sobre el hom- b
da la que le siga. bre total y que vigile a la criatura polifacética; tal como
-Éstas son más fáciles; ya están plasmadas. e l labrador alimenta y domestica las plantas inofensi-
-Combina en tonces estas tres figuras en una sol a, vas pero impide que las salvajes crezcan, el hombre to·
de modo qu~ se reúnan entre sí . mará. como aliada la naturaleza del león y cuidará de
l.as otras partes, haciéndolas amigas entr e sí, y así las
' ' Quien lo dijo fue el mismo Glaucón , pero con !a aclaración eK· criará.
presa, en 11 358c-d. de que no compartía tal tesis. y que sólo lo <leda
para profund,::,ar In discusión. - Exacl'amente eso afirma el que alaba lo justo.
t• El escoliasta (GnEBNll, 270) cita la descrípeión de HoMl!RO (en -E n todo sentido , l?Ues, el que elogia lo justo dice
11.V.l 181) de la Quimera: « l.:ón por adelante. dragón por atrás y cabr a la verdad mientras que quien elogia la inju sticia miente. e
en el centro,, es c.lccir, cabeza de le6n, cuerpo de cabra y cola de dra - Sea que lo consideremos en relación con el placer, con
gón. De Escila dice que «posee rostro y pechos de mujer, y des.de los
e.os1ados seis cabc rns y doce ¡:uilas de per ro,. Finalmente, habla as!
la buena fama o con la utilidad, el que ensa lza la justi·
de Cerbero: •Se dice que es el perro dc:I Had es; tiene tres cabe2as de cia está en la verdad, y el que la censura no dice nada
perro , cola de dra¡,;ón y sobre el lomo cabezas de distintas serpiente s". sensato, y ni siquiera ha conocido aquello que censura.
' 1

452 DIÁLOGOS
RCPÚBLICA IX 453

-También a m( me parece que no. -¿ Y no se censura la prepotencia y la irritabilidad


-Persuadámoslo dulcemente, ya que no se equivoca cuando hacen crecer e LOtensifican desproporcionada- b
a propósito, preguntándole : 'Oh, bienaventurado, ¿no de- men te lo que en el hombre hay de la índole del león
cimos que , acorde con los preceptos legales , las cosas y de la serpiente?
son consideradas honestas o vergonzosas por el hecho -De acuerdo .
de que, en las honestas, la parte bestial de la naturaleza -¿Y no son censurados el jujo y la molicie por la
d se subordina a la humana, mejor dicho, a la divina, en
flojedad y relajarnieoto de esa misma parte, cua.ndo ha-
tanto que, en lns vergonzosas, la porción mansa es es- cen surgir la cobardía?·
clavizada por la salvaje?' ¿Dará su asentimiento nues- --Sin duda .
tro interlocutor? - Y la adula ció n y el servilismo, ¿ no son vitupera·
-Sí, si me hace caso. dos cuando esta parte impetuosa es sometida a la bes-
-'Por consiguiente, y panir de este razonamiento, tia turbulenta y, por causa de las riquezas y de la insa-
¿es beneficioso para alguien apoderarse injustamente ciable codicia de la bestia, mortifica desde la juventud
de oro, si le acontece que. al mismo tiempo que se apo- a aquélla , coovirt.iéndola en moa o en lugar de le6o?
dera del oro. esclaviza lo mejor de si mismo a lo más -Muy cierto . ,
., deleznable? Pues si alguien qu e, tras recibir oro, entre- -Y la arte sanía y el trabajo manual, ¿ por qué pien-
gase a su hijo o a su hija en es clavitud a manos de sas que comportan reproche? ¿Diremos que por algún
hombres malos y salvajes. no se benifíciaria con eso ni otro motivo que porque se cuenta entonces coo la parte
aunque recibiera el oro en gran can tidad. ¿no será des- mejor del alma debilitada por naturaleza, de modo que
dichado el que someta sin mis er icordia lo más divino no puede gobernar a las fieras que hay en ella sino que
de sí mismo a lo más ateo y abominable? Al recibir el oro las sirve y sólo es capaz de aprender a adularlas?
S90a como soborno, ¿no será la suya una ruina más t~rrible -Así parece.
aún que la de Erifila 1scuando aceptó un coUar por la -Y para qu e semejante hombre sea gobernado por
vida de su marido?' algo semejante a aquello que gobierna al mejor, ¿no di-
-Mucho más -contestó Glaucón-; ya que te res- remos que aqu él debe ser esclavo de este mejor. que d
pondo en su lugar. posee en su interior lo divino que gobierna? Y no lo
-¿ Y no crees que cuando se cens ura desde antiguo diremos pensand o que ha de gobernarse al esclavo en
la falta de moderación en el vivir es porque con ello per ju icio de ést e, como creía Trasímaco de los goberna-
se desata más de la cuenta la terrible bestia. la cria~ura dos ••. sino con la idea de que para cualquiera es me-
enorme y multiforme? jor ser gobernado por lo sa bio y divino, sobre todo con-
-¡Claro! teniéndolo en su interior como propio, pero si no, dándo-
1; Según la leyenda (cuyos ecos recoge HOMER O en Od. XI 326),
le órdenes desde afuera. De este modo todos, bajo el mis-
Polinice sobornó a Erifila par:i que per suadiera a su esposo Anfiarao mo gobierno, seremos semejantes y amigos en lo posible.
a que in1egrase el cuerpo de siete caudillo s que ai:icaron Tebas y ~ue -Hablas con rectitud.
perecieron t:n l::.iempresa. Brlfil11pereció a manos de Alcmeón, quien
así vengó a su padre. 16 En 1 343b-d.
454 DIÁLOGO S REPÚBLICA lX 455

e -¿Y la ley no patentiza que quiere precisamente es- vivirá vuelto hacia allí, ni siquiera asignará mayor va-
to, en cuanto es aliada de todos cuantos viven en el Es- lor al ser fuerte, sano o bello, a menos que a partir de d
tado? También tiene esto en vista nuestro gobierno de estas cosas llegue a moderarse; antes bien, siempre apa-
los niños, en cuanto no les permitimos ser libres hasta recerá afinando la armonía del cuerpo en vista al acor-
haber implantado en ellos una orgapizac ión política tal de del alma.
591a como en el Estado; y después de alimen t ar lo mejor que -Abso lu tamente así ha de ser . si es que va a ser
hay en ellos con Jo que en nosotros es de esa índole, músico de verdad.
y tras dejar, e)1 lugar de esto último, un guardián y go- -¿ Y no será lo mismo en cuanto al ordenamiento
bernante semejante en cada uno, sólo entonc es los pon- y armonía en la adquisición de riquezas? ¿O bien, des-
dremos en libertad. lumbrado por las felicitaciones de la muchedumbre,
-Lo patentiza, en efecto. aumentará ha sta el infinito la masa de su fortuna, para
-¿De qué modo, entonces, Glaucón, y por qué razón tener males infinitos?
diremos que es útil cometer injusticia, vivir sin mode- -No creo esto.
ración y hacer algo vergonzo so, cosas que harán al hom- -Más bien dirigirá su mirada hacia la organización e
bre más malvado, por más riqu ezas y otros medios de política que tiene dentro de sí, vigilando que no lo per-
poder que haya adquirido? turbe allí lo abundante o lo escaso de su fortuna; y,
-De ningún modo. gobernándose de ese modo, acrecentará su fortuna o la
-¿Y de qué modo diremos que e~ útil al que co- gastará, en la medida que le sea posible.
mete injusticia no ser descubi erto ni expiar la falta? -De ese roodo, precisamente.
b ¿O no sucede que el que pasa inadvertido se vuelve aún -En lo concerniente a los honores, mirará en el mis- sna
más perverso, mientras que en quien es descubierto y mo sentido; participará y gustará voluntariamente de
castigado la parte bestial se adormece y domestica, mien- aquellos que considere que pueden mejorarlo, pero en
tras la parte dulce queda liberada? Y en este último cuanto a aquellos qu e disuelvan el estado habitual. de
caso el alma integra, restablecid a en su mejor naturale- su alma, los rehuirá en público y en privado.
za, alcanza una condición más valiosa -al adquirir la -Por consiguiente -dijo Glaucón-, y al menos si
moderación y la justicia junto con la sabiduría - , que presta atención a e~o. no estará dispuesto a actuar en
ei' cuerpo que obt iene fuerza y be lleia junto con salud, poüt ica .
tanto cuanto más valiosa es el aJma que el cuerpo. -Eso sí, ¡por el perro ! -exclamé-. Ciertamente en
-Completamente de acuerdo. su propio Estado actuará, aun cuando no en su palria,
e -El hombre provisto de inteligencia, por ende, vivi- salvo que se presente algún azar dívino.
rá intensificando todos sus esfuerzos hacia ese fin, esti- -Comprendo : hablas del Estado cuya fundación
mando, en primer lugar. los estudios que logren que su acabamos de describir, y que se halla sólo en las pa·
alma sea de tal índole, y despr eciand o lo demás. labras, ya que no creo que exista en ningún lugar de la b
-Es evidente. tierra. ,
-Después, en cuanto a la condición y alimento del -Peto lal vez resida e,11el cielo un paradigma para
cuerpo, no los confiará al placer bestial e irracíonal ni quien quiera verlo y, tras verlo, fundar un Estado en
456 DIALOCOS

su ínterior. En nada hace dife rencia si dicho Estado exis-


. 'te o va a existir en algún lado, pues él actuará sólo en
esa política, y en ninguna otra.
-Es probable.

- Y es por muchas otras razones por lo que conside· S9Se1


ro que hemos fundado el Estado de un modo entera-
mente correcto, y puedo decir que esto ocur re sobre
todo con lo discurrido acerca de la poesía 1 • -
-¿A qué ce refieres?
-Al no acepcar de niogún modo la poesía imitativa;
en efecto, según me parece, ahora resulta absolutamen-
te claro que no debe ser admitida, visto que bemos dis-
cernido las parc es del alma'· 1:
-¿Qué quieres signjficar con eso?
-A vosotros os lo puedo decir, pues no iréis a acu-
sarme ante los poetas trágicos y todos los qu e hacen
imitaciones: da la imp~sión de que todas las obras de
es-ª._lndole son la gerdi!;i9,u:lel.es.p í.tltu .d~_quienes Les
escuchan, e:µan do no pos een,_~~an t1doto , el s~J?er
acer ca ge.c?>mo_s.on.
-¿Qué tiene s en ment e al hablar así?
-T e lo dire, aunque un cierto amor y resp eto que
tengo desde niño por Hom er o se opone a que hab le. Pa·
rece, en efecto, que éste se ha convertido en el primer ,.
maestro y guía de todos estos nobl es poetas tnigicos.
Pero como no se debe hon ra r más a un hombr e qu e o
la verd ad, enton ces piens o que deb o de cfrttdo.

1 Cf. J1T394d.
1 Cf. IV 435b SS.
458 Dl,~LOCOS REPÚBLICA X 459

-De acuerdo. -De ningún modo podrfa.


-Escucha, pues; o, más bien, respo,nde. -Mi.ra ahora qué nombre darás a esle artesano.
-Preguntame. -¿A qué artesano? e
-¿Podrias decirme en líneas generales qué es la imi- -Al que produce todas aquellas cosas que hace ca-
tación? Porque yo mismo no comprendo bien a qué apun- da uno de los Lrabajadores manuales.
ta esta palabra. -Hablas de un hombre hábil y sorprendente.
-¿ Y acaso crees que yo lo comprenderé? -Espera , y proo<o dirás más que eso. Pues este mi s-
-No sería i.nsólito , porque muchas veces los que !ie- mo artesano es capaz, no sólo de bacer todos los mue-
5%4 nen la vista menos clara perciben antes que los de bles, sino también de producir todas las plantas. todos
mirada más aguda. los animal es y a él mismo; y además de éstos, fabrica
-Así será -replicó Glaucón-: pero. estando tú pre- la tierra y e l cielo, los dioses y cuanto hay en el cielo
seote, no me animo a decir ni siquiera lo que ('e.Sulta y en el Had es bajo tierra.
manifiesto; mira entonces tú mismo . -¡Habla s de un maestro maravi.lloso! d
-En ese caso, ¿quieres que comencemos examinan- -¿ Dudas de Jo que digo? Dime: ¿ re parece que no
do esto por medio del método acostumbrado? Pues creo exis1e un a.rlesano de esa indole, o bien que se pued e
que acostumbrábamos a postular una ldea úoica para llegar a ser creador de estas cosas de un cieno modo.
cada multiplicidad de cosas a las que damos el r.nismo y de otro modo no? ¿No te percatas de que tú también
nombre~. ¿O oo me enliendes? eres capaz <le hacer todas esras cosas d~ un cierto modo?
-Si, te entiendo. -¿ Y cu á l es este modo?
-Tomemos ahora la muhiplicidad que prefieras. Por -No es dificil, sino que es hecho por ariesanos rápi -
b ejemplo, si te parece bien, hay rouchas camas y mesas. dam e nte y eo todas partes; inclusive con el máximo de
-Claro que sí. rapidez, si quieres tomar un espejo y hacerlo girar
-Pero Ideas de estos muebles hay dos: una de la hacia todos lados: pronto harás el sol y lo que hay en e
cama y otra de la mesa. el cielo , pronro la tierra, pronto a tí mismo y a todo s
-SL los animal es, plantas y ~rtefactos, y todas las cosas de
-¿Y no acostumbramos también a decir que el arte- que ac abo de hablar.
sano dirige la mirada hacia la Idea cuand o hace las ca- -Sí. en su apariencia, pero no en lo que son verda-
mas o las mesas de las cuales nos servimos, y todas deramen1e .
las demás cosas de la misma manera? '. Pues ningún -Bien; y vienes en ayuda del argumento en el mo-
ar tesano podrla fabricar la ldea en si. O ¿de qué modo mento requ eri do. Uno de estos artesanos es el pintor ,
podría? creo. ¿O no?
-Claro qu e sí.
1 Cf. Vl 507b y nou, 20 111libr<.>VI.
4
-Pienso que dirás que lo que hace no es real, aun-
Cf. Crdlilo 389a ss.: l\unquc :illl el modelo del carp intero que que de algún modo el pintor hace la cama. ¿No es
hace la lanzadera no es una Idea trascendcn1e; aqu( sl lo es, y por
ve,: prime, ll. ya que anlerl<.>rm<.':nlc
no hon sido menciona das Ideas de verdad? .
objetos fabricados por el hombre. -Sí, pero también esto en apariencia.
460 OIÁLOCOS REPÚBLICA X 461

597a -¿ Y el fabricante de camas? Pues hace un momenlo -¿ Y esto cómo?


decías q_ue no hace la Idea -aquello por lo cual deci- -Porque si hiciera sólo dos, nuevamente aparecer(a
mos que la cama es cama- sino una cama panicular. una , de la cual aquellas dos compartirian la Idea; y ésta
-Lo decía, en efecto. serla la Cama que es. no las otras dos.
-Por lo tanto, si no fabrica lo que realmente es, no -Correcto.
fabrica lo real sino algo que es semejante a lo real mas -Pienso que esto era sabido por Dios. quien, que- d
no es real. De modo que, si alguien dijera que la obra riendo ser realmente creador de una cama realmente
del fabricante de camas o de cualquier oLTo trabajador existente y no un fabricante particular de una cama par-
manual es completamente real, correrla el riesgo de .no ticular. produjo una sola por naturaleza.
decir la verdad. - Así parece.
-Al menos así les parecería a aquellos que manejan -¿Quieres entonces que demos a éste el nombre de
esros argumen1os. 'productor de naturalezas' respecto de Ja cama, o algún
-Por consiguiente, no hemos de asombrarnos sí tal otro semejante?
obra resulta algo oscuro en relación con la verdad. -Es justo, ya que ha producido en la na1uraJeza tanto
t> -No nos asombraremos. este objeto como todos los demás.
-¿Quieres ahora que, en base a estos ejemplos, in- -¿ Y en cuanto al carpintero? ¿No diremos que es
vestiguemos qué cosa es la imitación? artesano de una cama?
-Si te parece. -SL
/ /-¿No son tres las camas que se nos aparecen, de // -¿Acaso diremos que también el pintor es artesano
una de las cuales decimos que existe en la naruraleza y produclOr de una cama?
y que , según pienso, ha sido fabricada por Dios? ¿O por -De ninguna maoera .
quién más podría haberlo sido? -Pero, ¿qué dirás de éste en relación con la cama?
-Por nadie rnás, creo. -A mí me parece que la manera más razonable de e

- Otra, la que hace el carpintero. designarlo es 'imitador' de aquello de lo cual los otros
-Sí. . son artesanos.1
-Y la tercera. la que hace el pintor. ¿ No es así? -Sea; ¿Uarhas consiguientemente 'imitador' al nutor
- Sea. del tercer producto contando a partir de la naturaleza?
-Entonces el pintor, el carpintero, Dios, estos tres -De acuerdo.
presiden tres tipos de camas. - Entonces también el poeta trágico, si es imitador,
-Tres, efectivamente. será el 1ercero contando a partir del rey~ y de la ver-
e - En lo que toca a Dios , ya sea porque no quiso, ya
sea porque alguna necesidad pendi.6 sobre él para que s Dice AoAM:•Cuando nos dice que Dios cons1ruye la Jdca de Cu-
ma, quiere decir que la [dea del Bien es la fuen1e de esa ldca .. y que
no hiciera más que una única cama en la natural eza, la Idea del Bien es rey del mW\do de las Ideas ... pero es bastante posi-
el caso es que hizo sólo una, la Cama que es en sí mis- ble que la expresión misma fuera proverbial en tiempos de Platón,
ma. Dos o más camas de tal índole, en cambio, no han y se rcfirícra origlnnriamente 11 la persona que era subsiguiente en
sido ni serán producidas por Dios. el orden de sucesión al trono persa.•
462 DIÁLOGOS REPÚBLICA X 463

dad por naturaleza, y Jo mismo con todos los demás uno conoce, y que no hay nada en que él no sea enten- d
imita dores . dido con mayor precisión que cualquier otro, es necesa-
-Así par ece. rio replicar a tal persona que es muy cándida y que ,
// -Estam os de acuerdo en cuanto al imitador. Dime al parecer, ha dado con algún hechicero o imitador que
59So ahora lo siguiente con respecto al píntor: ¿qué es lo que lo ha engañado; de modo que, si le ha parecido que era
crees que intentar á imitar, lo que en cada caso está en algu .ien or.n.nis apiente, ha sido por no ser capa'.l. de dis- ·
la naturaleza o las obras de los artesanos? cernir la ciencia de la ignorancia y de la imitación.
-Las obras de los artesanos. -Gran verdad.
-¿Tal como son o 1al como aparecen? Delimita más -Después de est o debemos examinar la tragedia y
aún esto. a su adalid, Homero, puesto que hemos oído a algunos e
-¿Qué quieres decir? decir que éstos conocen todas las artes, todos los asun-
-Ésto: si contempl as una cama de costado o de fren- tos human os en relación con la excelencia y el malogro
te o de cualquier otro modo. ¿difiere en algo de sí mis- e inclu so los as un tos divinos. Porque dicen que es nece-
ma, o no difiere e n oada. aunque parece diversa? Y lo Slirio que un buen poeta, si va a componer debidamente
mismo con lo demás. lo que compone. componga con conocim.iento; de otro
-Parece diferir , pero no difiere en nada. modo no será ca paz de componer. Hay que exam i nar,
b -Examina ahora esto: ¿ qué es lo gue persigue la pin· pues, si estos comentaristas, al encontrarse con sem e-

__
tura coo respecto a cada objeto, irojcar a lo que es tal jantes imit adores, no han sido engañados, y al ver su s
como es o a lo que apa rece tal como aparece? O sea. obras no se percatan de que están alejadas en tres ve - 599a
¿es imitación de la re a lidad o de la apa.riencia? ces de lo real. y de que es fácil componer cuando no
-De la aparien cia. ~e conoce la verda d; pues estos poetas componen cosas
___,,_
-En tal caso el arte mim éti co está sin duda lejos aparentes e irreales . O bien, si tiene algo de peso lo que
q~.J.ª_yerda d, según pa rece ; y por eso produce todas las afirman tales come nt a rist as, los bueno s poetas conocen
cosas pero roca apena s un poco de cada una, y este po- realme nte las cosas que a la mayoría le parece que di-
co es una imagen. Por ejemplo , el pintor, digamos, re- cen bien.
tratará a un zapa tero . a un carpintero y a todos los de· -E n efecto, debe indagarse eso.
más a rtesanos. aunque no tenga n inguoa experiencia en -¿ Piensas entonces que, si alguien fuera capaz de
e estas artes. No obs tante, si es buen _pint or. al retratar crear tanto el objeto que es imitado como su imagen,
a un carpintero y mostrar su cuadro de lejos, engañará pondría su celo en entregarse a la artesanía de las imá-
a niños y a hombres insensato s, haciéndoles creer que genes, y que en su vida antepondría esto a lo demá s, h
es un carpintero de verdad. como siendo lo mejor?
-Sin duda// -No, por cieno.
-Pie!lso entonces, amigo mto, que respecto de todas -Pienso, antes bie n, que. si fuera entendido ver<la-
estas cosas hemos de pen sar lo ~iguiente: si alguien vie· derameote en aquell as cosas que imita, se esforzaría por
ne a avisarnos que ha halJ ado a un hombre entendido las cosas efecliva s muc ho más que por sus imitaciones,
en todos los oficios y en toda s aq uellas cosas que cada e intentaría dejar tras de sí muchas obras bellas como
464 OTÁLOGOS REJ>Ú13LICA X 465

recuerdo suyo y anhelaría más ser celebrado que ser - ¿Pero se cuentan de él obras propias de un sabio ,
el que celebra a otros. tales com o invenciones ingeniosas múltiples para las
-Creo que sí, pu es serian bien distintos el honor art es o para algún otro tipo de actividad, del mismo
y el provecho. modo que se cuentan respe cto de Tales de Mileto y
-De otras cosas no pediremos cuentas a Homero Anacars is el escita?
e ni a ningún otro de los poetas, preguntándoles si algu- - Nada de esa índole.
no de ellos era médico o sólo imitador de los discursos - Pero sí no se puede decir nada de él en lo público,
de los médicos, ni preguntaremos a quiénes se dice que ¿sí en lo privado? ¿Se cuenta que Homero mismo. mien -
cualquiera de los poetas antiguos o recientes ha sana- tra s vivía, ha dirigido la educación de algunos que lo
do, como Asclepio. o qué discípulos en medicina ha de- han amado por su trato y que han legado a sus suce- b
jado tras de sf, como éste dejó a sus desceodientes. ni sores a lguna vía homérica de vida, tal como Pitágoras
los interrogaremos en lo tocante a las otras artes ; dejé- fue amado excepcionalmente por esto, al punto que sus
moslo pasar. Pero en cuaoto a los asuntos más bellos sucesores aún hoy denominan 'pitagórico' un modo de
e importantes de los que Homero se propone hablar. vida por el cual resultan disant os de los demás hombres?
lo relativo a la guerra y al oficio del general. al gobier- - No, nada de eso se cuent a. Pues en cuanto a Creó -
no de los Estados y a la educación del hombre, tal vez fi lo, el discípulo de Homero, Sócrates. tal vez parezc.=i
d sea justo preguntarle inquisitivamente: «Querido Ho- más ridículo por su educación que por su nombre". si
mero, si no es cieno que respecto a l~ excelenci a seas el">cierto lo que se cuenta acerca de Homero: pues se
el tercero contando a partir de la verdad, rü que seas cuent a que ésre padeció en vida un gran descuido por r:
un artesano de imágenes como el que hemos definido parte de aquél.
como imitador. sino que eres segundo y ~paz de cono- -En efecto, se cuenta eso. Pero ¿piensas, Glaucón ,
cer cuáles ocupaciones toman mejores a los hombres que, si Homero hubiese sido realmente capaz de educar
y cuáles peores en privado y en público, dinos : ¿ cuál a los hombres y hacerlos mejo rar, no habr(a hecho nu-
Estado fue mejor gobernado gracias a ti, como ucede- mero sos di sel pu.los q_ue lo boor:aran y amaran? Sin em -
monia gracias a Licurgo, y, gracias a muchos otros, nu- bargo, el caso es que Protagora s de Abdera, Pródico de
e merosos Estados grande s y pequeños? ¿ Qué Estado te Ceos y muchos otros, en sus leccion es privadas, podían
atribuye ser buen leg.isla dor en su beneficio , com o incul car en sus contemporáneo s la idea de que no se- ti
lo atribuyen Italia y Sicília a Carondas y nosotros rían capa ces de administrar ni su casa ni su Estado si
a Solón? ¿Y a ti cuál Estado? ¿Puedes mencionar ellos no supervisaban su educa ción, y por esta sabidu-
uno?,, ría eran amados hasta tal punto que por poco sus discí-
-No creo -dijo Glauc ón-, pues ni siquiera lomen- pulos no los paseaban sobre su s hombros; los cont em -
cionan los devotos de Homero . porán eos de Homero, por eJ contrario, si ést e hubiera
600a -¿ Y qué guerra se recuerda del tiempo de Homero podido ayudar a los hombres respecto a la excelen cia,
que haya sido bien conducida bajo su mando o siguien-
do su consejo? ~ J>orsu composición etimológica, •Creó fllo• sígnific:irla algo n~I
-Ninguna. com o "de la tribu de la canu?•.

94. -30
466 l)JÁLOCOS REPÚ\'JLICA X 467
¿ le habrían permitido a ést e y a Hesíod o it recic.aodo -Sí.
sus poemas de un lado a otr o? Más bien ¿no se habrfan -Pero no dejemos a medias lo dich o, sino mirémo s-
..,aferrado a ello s más q ue al oro y los habrían obli gad o lo debidamente.
a vivir consi go en su s ca sas y, en caso de no persuadir - -Habla .
los, no los ha bría n seg u ido por cualquier lado por donde -El pintor, decimos, pinta las riendas y el fr eno.
fuer an, has ta sacar sufi ciente partido de su enseñanza? -Sí.
-Cr eo, Sóc ra tes. qu e dic es absolutamente la verdad . -Pero son el talaban er o y el her re ro quienes las
f' -De ja mos est ab lec ido, por lo tanto, que todos los hacen.
poetas, comen zan do por Homero, son imitadores de imá- -De acu er do.
genes d e la exce lencia y de las otras cos as que crean, -Ahora bien, ¿es el pfo tor quien sabe cómo deb en
sin ten er nun ca acceso a la verdad: anr es bieo. como ser las riendas y el freno? ¿ O no es tampoco el que las
t-010 acabamos de de cir. e l pintor. al no esta r versado en hace , el herr e ro y el talabartero, sino que quieo sabe
el art e de la 7.apaterfa, har:'t lo que parezca un zapatero es sólo aquel que sabe servirse de tales cosas. el jinete?
a los profanos en dicho a rte, que juzgan sólo en base -Muy cierto.
a colo res y a figuras. -¿ Y no diremos que eso es así acer c a de todas las
-De acuerdo. cosas?
-Así tambi én. se me ocurre. podemos decir que el - ¿De qu é modo?
poeta colorea cada una de las arces con palabras y fra- - Con respecto a cada cosa hay tres arie s: el del que d
ses. auoque él mismo sóJo e tá versado en el imitar, la usa. el del que la hace y el del que la imi ta.
de modo que a los qu e juzgan sólo en ba se a palabras -Sí.
les parezca qu e se expr esa muy bien, cuan do. con el -Y la ex ce lencia, belle za y rectitud de cada in stru -
debido met ro , rit mo y arroonia, habla acerca del arte mento, ser viviente o acc ión, ¿están refe ridas a otra co-
de la zap aterí a o acer ca del arr e del m ilit a r o respecto sa que al uso que les corr esp onde por naturaleza o qu e
b de cual q uier otr o; tan poderoso es e] hech izo gue prú- fue tenido en cuenta al fabrica rlas?
duce n estas cos as. Porque si se desnudan las obras de - A ninguna otra cosa.
los poetas del colorido musi cal y se las red uce a lo que - Es de toda necesidad, por consigui en te, que el qu e
dicen en sí mism as, creo qu e sabes el pap el que hacen, usa una cosa sea el más experimentado en ella, y que
pues ya lo hab {'ás observad o. pueda inforTn a r al fabricante Jos efecto s buenos o ma-
-Sí, por ciert o. f/ los que se pr odu cen en su uso . Por ejemplo , el flautista
- Se parecen a esos rostros que son jóven es pero no informa a l falJricante de flautas sobre las flautas qu e ,.
bellos, tal com o se los ve cua ndo han dej ad o atrás la si rven para ioc ar, le orde na rá cómo debe hacerla s, y
flor <le la juventu<l. aquél cumplirá sus órdene s.
- Absolutam en te de acuerdo. -Claro qu e sí.
-Ven ahora y observa est o. Decimos qu e el creador -De este modo, e) ent en dido inform a sobre-cuáles
de imágenes. el imitador. no está versado pa ra nada en son las flautas buenas y maJas, y el otro, confiando en
e lo que es sino en lo que parece. ¿No es así? él, las fabrica .
468 DIÁLOGOS REPÚBLICA X 469

-Sí. -Sí.
- Res pecto del mismo instrumento, por consiguien· - ¿ Y respecto de qué parte del hombre posee el po-
te. el fabricante poseerá una recta opinión en lo tocante der que posee?
a su bondad y maldad, debido a su relación con el en- - ¿A cuál parce te refieres?
602a tendido, y al verse obligado a atender aJ encendido, en -A ést.a: u.na misma magoirud, según la veamos de
tanto que éste, que es quien usa el objeto, es el que cerca o de lejos , no nos parece igual.
posee el conocimiento. - No, en efec to .
-De acuerdo. -Y las mi smas cosas parecen curvas o rectas según ,
- En cuanto al imitador, ¿a partir del uso será que se las contemple den tro del agua o fuera de ésta, o cón-
po see co nocimiento acerca de si lo que pinta es bello cavas y convexas por el error de la vista en lo relativo
y rl!cto o no? ¿O acaso tendrá una opinión correcta de- a los colores, y es patente que se produce todo este a
bido a la relación forzosa con el entendido y por haber tipo de perturb ació n en nuestra alma. Y es a esta dolen-
sido instruido por él sobre cómo pintar? cia de la natu raleza que se dirige la pintura sombreada
- Ni una cosa ni la otra. -a la qu e no le falta nada para el embrujamiento-, ,'
-E l imitador, por ende, no tendrá conocimiento ni la prestidigitaci ón y todos los demás artificios de esa
opinión recta de las cosas que imita, en cuanto a su índole./¡ .
bondad o maldad. -Es cierto.
-Parece que no. -Y el medir, el contar y el pesar s~ han acreditado
-¡Pues encantador es el imitador poético en cuanto como los má s agraciados auxiliares p.)ra evitar esto, de
a sa bidu ría de las cosas que hace! modo que no impere en nosotros lo que parece mayor
-No precisamente encantador. y menor, más numc::roso o más pesado, sino lo que cal -
1, - No obstante, aunque no sepa si cada cosa es bue· cula, mide y pesa . ·
na o mala, imitará de todos modos; sólo que, a lo que -Claro .
pa rece, ha de í.rnitar lo que pasa por beJJo para la mulri- -Pero ¿no es esto func ión del .ilma razonada? e
t ud ignorante. -De ést.a, en e(eclo.
-N o podrja ser de otro modo. -Y a ésta, iras haber medido y declarado que cier-
j - Entooces parece que estamos razonablemente de tas cosas son mayores o menores que otras o iguales
acu erdo en que el imitador oo conoce nada digno de a é.scas, con frecuencia las mismas r.osas aparecen co-
mención en lo to cante a aquello que imit a, sino que la mo contrarias al mismo tiempo.
imi tación es como un juego que no debe ser tomado -Si.
en serio; y los que se abocan a la poesía trági ca . sea -Pero ¿ no hemos dicho que es impo sibl e para la mis-
en yambo s o en me tro épico, son todos imitad ores ma parte del alma emir.ir a la vez opiniones t:ontrarias
como los que más. sobre lo mismo?
-Muy de acuerdo. -Si, y lo dijimos co r rectame nt e.
e -¡Por Zcus! ¿No es esta imitación algo situad o en -Por consiguient e, Ja parte que opina al margen 60:la
' el tercer lugar a partir de la verdad? de la medición no pu ede ser la misma que la que opina
según la medición.
470 DIÁLOGOS REPÚBLICA X 471

-No, en efecto. como suc edía con la visla, entr a en discordia interior
-Ahora bien, la parte que confia en la medición y y sostiene opiniones contrarias al mismo tiempo res pecto
en el cálculo ha de ser la mejor del aJma . de los mismos objetos y se halla así, tamb ién en sus
-Sin duda . ac tos, en <liseosión y en lucha contra sí mismo ? Pero
-Por lo tanto, lo que se le opone es algo corres pon- re cu erd o algo que hac e que no sea necesario que con·
diente a nu estras partes inferiores . venga rnos e n este punto; pues e n nu es t ra argu men ta·
-Necesa riam ent e. · ción pre ce dente , hemos estad o su ficien temente d e
/ -Pues fue queriendo llegar a uo acuerdo sobre esto acu erdo en que nuestra alma escá colmad u de mil es de
que dije que la pirffura y en geój;" i.J todo ar te mim ét icp contradicciones de esta índole, que se suscitan al mís-
reali za su o.bra lejos dela ver dad; y ·g_ucse- as~ on mo ti empo.
aq uella parte de nosotros que est·á- le[os de Ja sabidur ía - Y hemos estado de acuerdo correctamente.
by qu e es su querida y amiga sm apun tar a-na da- san o - Correct amente , en efecto; pero en tonc es pa samos
¿ i verdadero. por a lto algo que ahora me par ece indis pens able ex- •.
- Ábso lutam enle de acuerdo. pon er.
~Poi cón sigui ~nt c, ehrrre · mim ético es a\go_infer ior - ¿Qué cosa?
que, conv iviendo con a lgo inferior, engendra alg~ · infe- -Decía mos entonc es 8 que un hom b re razona ble
rior. · que sufra una desgracia tal como la pfrdida de u n hijo
' -Así parec e. f o de cualquier otra cosa que estime en mucho la sobre-
=¿ Y esto lo decimos sólo de la imitación que con- llev ará con mayor faciiida.d que los d..:más .
cierne a la visla , o rarnbién de la que concier ne al oído, -De acuerdo.
a· la que llamamos 'poe sía'? - Exa minemos ahorc) si no sie nte ningún agobio , o
-Probablem en te tambi én de ésta. bie n, si. siendo esto imposib le, de algún modo mode ra
-Pero no nos confiemos tan sólo en la analogía con su dolor .
la pintura. sino marchemos hasta la parte del espíri lu -Más bien es esto lo cieno .
e con la que trata la pot:sí a imitativa y veamos si es infe- - Dime todavía esro: ¿cuánd o pie nsas que com ba- 604"
rior o valiosa. tirá más el sufrimiento y lo resi s tirá, cuando es vis10
-Hay que hacer lo. por su s se mejantes o cuando se queda en la soledad so·
-Propongamo s 111cuestión así: }a poesía IOlllativa lo con sigo mismo?
imita, digamos, a hombres que llevan a cabo accio nes -Cuan do es visto por otros; y la diferencia es grru1de.
voluntarias o forzadas, y que, a consecuencia de este -A l estar solo, en cambio, creo que se atreverá a
actuar, se creen felices o desdichados; y que en todos prof e rir muchos gritos que le daría vergüenza que al-
estos casos se lam entan o se regocijan. ¿Queda algo apar· guien los escuchara, y hará muchas cosas que no con·
te de esto? sentiría que alguien le viera hac erl as.
- No, nada .
-P ues bien, en todas estas situacion es , ¿ se mantie- ' En IV 439b.
d ne el hombre de acuerdo consigo mismo? ¿O bien, a En UJ 387d.
472 DIÁLOGOS REPÚBLlCA X 473

-Así es. -Es evidente.


-¿ Y no es la razón y la ley las que Jo jnducen a -En cambio. la parte que conduce al recuerdo de
b resistir, mientras que es su afección la que lo arrastra lo acontecido y a las quejas, siendo inconsolable, ¿no
bacja el sufrimiento? diremos que es la parte irracional. perezosa y amiga
-Es verdad. de la cobardía?
-Pero cuando se suscitan en el hombre al mismo -Lo diremos, por cierto.
tiempo dos movimientos opuestos respecto de lo mis- -Y es la parte irritable la que cuenta con imitacio- e:
mo, decimos que necesariamente hay en él dos partes. nes abundantes y variadas, en tanto que el carácter sa-
-Sin duda. bio y calmo, siempre semejante a sí mismo. no es fácil
-Y que una de ellas está dispuesta a obedecer la de imitar, ni de aprehender cuando es imitado, sobre
ley en lo que ésta le dicta. todo por los hombres de toda índole congregados en el
-¿Cómo? teatro para un festival; porque la imitación estaría pre-
-De algún modo la ley dice que lo más positivo es sentando un carácter que les es ajeno.
guardar al máximo la calma en los infortunios y no írri- -Absolutamente de acuerdo. rosa
tarse. dado que no está claro qué hay de bueno y de -Por lo demás, es patente que el poeta imitativo no
malo en tales sucesos, que no se adelanta nada en está relacionado por natu.raleza con la mejor parte del
e afrontados coléricamente y que además ninguno de alma, ni su habilidad está indinada a agradarla, sí quiere
los asuntos humanos es digno de gran inquietud; y que ser popular entre el gentío, sino que por naturaleza se
la aflicción se torna un obstáculo para lo que debe- relaciona con el carácter irritable y variado, debido a
ría sobrevenir rápidamente en nuestra ayuda en tales que éste es fácil de imitar.
casos. -Es evidente.
-¿A qué te refieres? -Por lo tanto, es justo que Jo ataquemos y que lo
-A la reflexión sobre lo que ha acontecido. Como pongamos como correlato del pintor; pues se le aseme-
cuando se echan los dados, frente a la suerte echada ja en que produce cosas infedores en relación con la
hay que disponer los propios asuntos del modo que la verdad, y también se le parece en cuanto Lrata con la b
razón escoja como el mejor; y no hacer como niños, que, parte inferior del alma y no con la mejor. Y así también
trns haberse golpeado, se agarran la parte afectada y es en justicia que no }o admitiremos en un Estado que
pasan el tiempo dando gritos, sino acostumbrar al alma vaya a ser bien legislado. porque despierta a dicha par-
d a darse a la curación rápidamente y a levantar la parte le del alma. la alimenta y fortalece, m.ientras echa a per-
caída y lastimada, suprimiendo la lamentación con el der a la parte racional, tal como el que hace prevalecer
remedio. políticamente a los malvados y les entrega el Estado,
-Si.n duda es éste d modo más correcto de compor- haciendo sucumbir a los más distinguidos. Del mjsmo
tarse ante los infortunios. modo diremos que el poeta imitativo implanta en el al-
-Por Jo tanto, decimos que la mejor parte de noso- ma particular de cada uno un mal gobierno, congracián-
tros es la que está dispuesta a obedecer este razona- dose con la parte insensata de ella, que no diferencia e
miento. lo mayor de lo menor y que considera a Jas mismas co-
474 DIÁLOGOS RBPÚBLICA X 47 S

sas tanto grandes como pequeñas, que fabrica imáge- que los poetas satisfacen y deleitan; en ta n to que lo qui.!
nes y se mantiene a gran distancia de la verdad. es por naturaleza lo mejor de nosotros, dad o qu e 110
-De élcuerdo. ha sido suficientemente educado ni por la razón n i por
-Pero aún no hemos formulado la mayor acusación la costumbre, afloja la vigilancia de la parte c¡u e,iurn· h
contra la poesía; pues lo más terrible es su capacidad brosa, en cuanto que Jo que contempla son afli cciones
de dañar incluso a los hombres de bien, con excepción ajenas, y no ve nada vergonzoso en elogiar y compad e-
de unos pocos. cer a otro que; diciéndose hombre de bien, se lame nt a
-¿Cómo no va a ser Jo más terrible, si hace eso? de modo inoportuno, sino que estima que extrae de allí
-Escucha y examina. Cuando los mejores de noso- un beneficio, el placer, y no aceptaría verse prjvado de
tros oímos a Homero o a alguno de los poetas trágicos él por haber desdeñado el poema en su conjunto. Pien-
d que imitan a algún héroe en medio de una aflicción, ex- ·so, en efecto, que pocos pueden compartir la rene xió1:1
tendiéndose durante largas frases en lamentos, cantan· de que lo que experimentamos de las afliccion es ajenas
do y golpeándose el pecho, bien sabes que nos regocija- revierte sob1·e nosotros mismos, pues después Je haber
mos y, abandoniindonos nosotros mismos, los seguimos nutrido y fortalecido la conmiseración respecto de otro s,
con s;mpatía y elogjamos calurosamente como buen poe- no es fácil reprimirla en nuestros propios padecimi entos.
ta al que hasta tal punto nos pone en esa disposición. -Es muy cierto.
-¡Claro que lo sé bien! -¿ Y no rige el mismo argumento respec .to de lo ri -
-Pero cuando se suscita un pesar ~n nosotros mis- dículo? Porque cuando escuchas en la comedia o en la
mos, date cuenta de que nos enorgullecemos de lo con- conversación privada payasadas que a ti mismo te aver-
.::.t rario, a saber, de poder guardar calma y aguantarnos, gonzaría decir, y lo gozas intensamente en lugar de dt:·
en el pensamjento de que esto es lo que corresponde testarJo como perversidad, ¿no haces lo mism o qu e en
a un varón, y que lo que antes alabábamos corresponde el caso de Jo patético? En efecto, esta dispo sici.6n a ha-
a una mujer. cer reír que reprimías, en ti mismo, por med io de k1
-Me doy cuenta. razón, por temor a la reputación de payas(), ahora la
-¿Pero es correcto este elogio, cuando al ver un hom- liberas; y tras haber fortalecjdo este impu lso juv en il,
br~ de tal índole que nosotros mismos no aceptaríamos con frecuenóa te dejas arrastrar inadvertida mente ha¡¡.
ser, sino que nos avergonzaríamos, no sentimos abomi- ta el punto d·e convertirte en un. comediant e. e n la ch.i r·
nación sino que nos regocijamos y lo alabamos? la habitual.
-No, por Zeus, eso no parece razonable. -Por cierto que sí.
606a -Claro está, al menos sí lo examinas de este modo. -Y en cuanto a las pasiones sex uale s y a la cók-rn d
-¿De qué modo? y a cuantos apetitos hay en el alma, doloro sos o l'1grmla,
-Ten en cuent.i que la p,1rte del alrna que entonces bles, de los cuales podemos ded r qu e 1;H;o mp ~1fü m a lo ,
reprimíamos por la fuerza en las desg1·acias personales, das nuestras accio nes, ¿no produc e la í11r1itndt 111f) o {·I k a
la que estaba hambrienta de lágrimas y de quejidos y los mismos efectos? Pue s alim en ta y ric;i;ta 1·stas t·osa:-,
buscaba satisfacerse adecuadamente -pues está en su cuando deberían secar se, y las i 11sI Huye en golw rn:in I c1,
naturaleza el desear tales cosas-, esa es la parte a fa de nosotros, cuand o deberían obedccur pa ra q 11l' 11w, v11 I,
476 DIÁLOGOS REJ>ÚBUCA X 477

vamos mejore s y más dichoso s en lugar de peo res y más porque .son pobres», y mil otras se ñal es de este aoc ago-
desd ichados . n isO'lo, No obstant e, quede dicho que, si la poesía imita·
-No puedo decir que sea de otro modo . tiva y dirigida a l placer puede alegar a lguna razón por
, -Por lo tanto, G)aucón, cuando eocuen~ re s a quie- la que es necesario qu e exista en un Estado bien gobe r-
nes alaban a Homero diciendo que este poeta ba educa- nad o, la admitirem os complacidos, conscientes como es-
do a la Hélad e, y que con respecto a la administración tamos de ser hech izados por ella. Pero sería sac ri lego
y educación de los asuntos humanos es di gn o de que renunciar a lo que creemos verdad ero. Dime, amig o mio,
se le torne para esrudiar , y que hay que disponer toda ¿no te dejas embru jar tú también por la poesía, s9~re J
nuestra vida de acuerdo con lo que prescribe dicho poe- todo cuando la conte mpla s a través de Homer o ?
607a ta, debemo~ ao,arlos y salud a rlos como a las mejores - Sí, mucho. ·
personas que se a posible encontrar, y convenir con ellos -¿ Será justo, en tonces, penni li rle regresar a nues-
en que Homero es el más grande poeta y el primero tro Estado, una vez hecha su defe nsa en verso Jíríco
de los trágico s, pero hay que saber también que, en cuan- o en cualquier ot ro tipo de met ro?
to a poesía, sólo debe n admiti rse en nuestro Estado los - De acuerdo .
himnos a los dioses y las alaban zas a los homb res bue- -Concederemos también a sus protecto re s -aquellos
nos. Si en cambio recibes a la Musa· dulzona, sea en qu e no son poetas sino amante s de la poesía- que, en
versos Hrico s o épicos, el pJace r y e) dolor re inarán en pr osa , aleguen a su favor que oo só lo es agradabl e sino
tu Estado en lugar de la ley y de la razón que la comu- también beneficio sa 1anto respe ct o de la organi zación
nidad juzgue siempre la mejor. política como de la vida humana , y los escuch are mos
-Es una gran verdad . gustosamente; pues seguramente ganaríamos si se reve- e
b · -Esto es lo que quería decir como discul pa, aJ re- la se r no sólo agradable sino también beneficiosa.
tomar a la poe sía, por hab e rla desterrado del Est.ado, -¿ Y cómo no hemos de ganar?
Pºt ser ella de l_aíndole que es: la razón nos lo ha exigi- -Pero si no pueden alegar nada, mi querido amigo,
do. Y digámo ste: además, pat-a que no nos ac use de du- haremos como los que han estado enamorados y luego
·ros y torpes , que la desav eo encia entre la filosofia y consideran que ese amor no es provechoso y, auoque
la poesía viene de antiguo . Leemos, por eje mplo , «la les duela, lo deja o; así tambiéo nosotros, llevados por
perra gruñona que ladra a su amo » 9, «impor tante en el amor que hac ia esta poesia ha engendrado la ed uca·
e la charla vacía de los tontos», ,.Ja multitud de las ca- cióa de nuestra s bellas jostitu cion es políticas . es tare- 608a
bezas excesivamente sabias " 'º, « los pens ado res sutiles mos complacido s en que se acr ed ite coo el máxi.mo de
bondad y verdad; pero, hasta ta nto no sea cap az de de-
9 ADAM, ad loe .. y Wu..,..,1ow1n (Plilt()n, a. Berli11. 1919, pág. 385) fenderse, la oiremos repitiéndon os el mismo argumento
comparan esta e ira con la de le yes X (( 967t>. donde se dice: qu e los que hemos enun cia do, como un enc antamiento, para pre-
pocras «comparan a los filósofos con perros que acos tumbr an a ladrar cavemos de volver a caer en el aroo r infantil. que es
de bald e.•. Se en tiende en lence$ que la perrn es la f1105ofí;1. Toe.las es- el de la multitud ; la oiremos , por cons iguien t e, con d
tas frr.scs 11luslvas a la filosofia cor responden a poet as que no ha sido
posible Identi fica r. pensamiento de que no cabe to ma r en serio a la poesía
10 Record amo s al leclor que scguimol! el rexto de Adam. de tal índole, como si fuera seri a y adherida a la verdad,
478 DIÁLOGOS REPÓBLJC~ X 479

b y de que el oyente debe estar eo guardia contra ella, -Sí.


temiendo por su gobierno interior, y de que ha de creer -¿ Y lo piensas corno yo? e:
lo que hemos dicho sobre !a poesía. -¿D e qué modo?
-Co nvengo por completo contigo. -Tod o lo que corrompe y destruye es Jo malo, lo
-Grand e, en efecto, es la contienda, mi querido Glau- que pres e rv::1 y beneficia es lo bueno.
cón, roucho más grande de lo que parece, entre Jlegar -D e acuerdo.
a ser bueno o m~lo; de modo que ni atraídos por el ho- -¿ Y cüces que para cada cosa hay algo malo y algo
nor o por las riquezas o por nin gún cargo, ni siquiera bu en o? Por ejemplo, la oftalm ía para los ojos, la (:'.11· 609a
por la poe sía. vale la pen a descui dar la justicia o d res - fermedo1d para el cuerpo entero , el nublo para el trigo,
to de la excelencia. la putr efacci óo para la madera, el orin para el bron ce
-Conv engo conti go en vista de Jo e.,:pues10, y pienso y el hierro, y, como digo, práct ica mente para t0d as y
que cualquiera tambi én convendrá. cada una de las cosas, uo mal y una enf e rme da d que
e -C on todo. no hemos expuesto las mayores rettibu- le correspooden por naturaleza.
ci~ ~ de la excelencia y !os pr emios propuestos. -Así es.
~ Hab las de algo extraordinariamente grande, si es -Y cuan do alguno de estos males sobreviene a una
que existe otra cosa más grande que las ya mencionadas . cosa. ¿oo hace acaso perversa a la cosa a la que sobr e-
-Pero ¿qué podría llegar a ser grande en un tiempo viene, tenuinando por disolv erla y destruirla?
tan pequeño? Pues todo el tiempo que transcurre desde -Claro que sí.
la niñez hasta l<l vejez es poco eo comparación con la -Por consiguien!e, el maJ que por naturaleui corr es-
toralida<l de! tiempo. ponde a ca da cosa y la pe.rversíó n la destruyen; y, si
-De sde lue go no es nada. no la destruye eJ mal, njnguna otra cosa pódrá ya
d -Ahor a bien, ¿piensas que una cosa inmortal ha de · corromperla. En efecto , el bien jam ás la destruirá , ni b
esforzarse c::n lo toca nt e a est e breve tiempo. pero no tampoco lo que oo es ni malo ni bueno.
en Jo toc an tt a la totalid.nd? -Si.o lugar a dudas.
-No lo pienso. pero ¿qué quieres decir con eso? -Por lo tanto, si descubrimos algún ser en el cual
-¿ No te percatas de que nuestra alma es irunortal haya uo mal que Jo envilece pero que no puede disol -
y jamás perece? - - ·---- verlo ni deslnúrlo, ¿no sabr emos con eso que un ser
y Glau có n, mirándome sorpr endi do, exclamó: de tal naturaleza no puede perecer?
-No , ¡por Zeus 1 Pero ¿puedes decir eso? -Probablemente.
-D ebo estarlo , y pienso que tú también, pues no es -Pues bien, ¿no hay para el alma algo que la hace
nada diHci l. mala?
-.Pa ra mí sí, pero con gusto oiría de tí eso que no -Por cíerlo que sí, todas las cosas que hemos en u-
es difícil. merad o, como la injusticia, la inm oderación, la t·obar· e
-.-Es cucha . día y la ig1JQrancia.
-Habla. -¿ Y acaso alguno de estos males la disuelve o des-
-¿Llamas a algo 'bueno' y a algo 'malo'? truye? Mira que no nos engafi em.os creyendo que el hom-
480 OlÁLOCOS REPÚBLICA X 481

bre injusto e insensato que es sorprendido delinquien- rece por causa de uo mal ajeno sin la perversión pecu-
do perece entonces a causa de la injusticia, que es el liar del alma. y que así una cosa perezca por el mal
mal de esa alma. Más bien piénsalo así: del mismo mo· de otra.
do que la enfermedad, que es la perve rsión del cuerpo, - Tienes razón.
corrompe y destruye a éste y lo conduce a no ser si- -Demos1..remos, entonces, que esto que decimos es
quiera cuerpo, también todas las cosas que acabamos en:óneo, o bien, mientras no sea refutado . no digamos h
d de mencionar, por causa de la maldad propia de ellas. nunca que el alma perece por causa de la fiebre o de
que se les adhiere y reside eo ellas, se corrompen basta cualquier otra enfermedad o por causa de un asesinato,
desembocar en el no ser. ¿No es cierto? ni aunque se cortara todo el cuerpo en pedacitos. Antes
-Sí. de eso tendría que demostrarse que, por causa de los
-Ven. p~es, y examina el alma de la misma manera: padecimientos del cuerpo, el alma se toroa más iojusta
la injusticia ínsita en ella, así como los demás males y sacrílega. No peroijtiremos que se diga que, por obra
que se adhieren y residen en ella, ¿la corrompen y ex· del surgimiento de un mal ajeno a una cosa. si no se
terminan hasta llevarla a la muerte, separada del le aoade el mal peculiar de ella, el alroa o cualquier e
cuerpo? otra cosa vaya a perecer.
-Eso de ningún modo. -Sin duda alguna, nadie demostrar á que las almas
-Por otra parte, seria irracional pensar que la per- de los moribundos se vuelven más injus1as por efecto
versión de una cosa destruye a otra, mientras que no de la muerte.
lo logra la perversión prop ia de és1a. -Pero si alguien se atreve a atacar ouestros razona-
-Completamente irracional. mientos, si para no verse forzado a convenir que las
e · -Mira, Glaucón , que no es por causa de la perver- almas son inmorcaJes, dice que el moribundo se vuelve
sión que se halla en los aliroenlos que pensamos que más malvado e injusto, consideraremos que, si dice ver·
el cuerpo debe perecer, sea porque estén rancios o po- dad quien afirma tal cosa, la injusticia es morla.l. no
dridos o lo que fuere ; más bien es cuando la perversión menos que la enfermedad, para q_uien la posee, y tam-
de los alimentos engendra en el cuerpo la maldad pro- bién que por obra de este mal , asesino por su propia d
pia de éste, que decimos que el cuerpo ha sucumbido naluraleza, mueren quienes lo reciben, más rápidamen-
debido a estos alimentos, pero por causa de su propio te quienes lo reciben en mayor cantidad. más lentamen-
mal, que es la enfermedad. Dado que los alimentos son te los otros; y no como ahora, que los injustos mueren
una cosa y el cuerpo otra, jamás debemos éstimar que a causa de la pena que les infligen otros.
610a el cuerpo perezca por la perversión de los alimentos, -Por Zeus, que no parecería entonces la injusticia
o sea, por un mal ajeno, ha sta tanto ésre no introduzca algo demasiado terrible, si es mortal para quien la asu-
en el cuerpo el mal que es propio de éste. me, pues así se desembarazaría de sus males. Más bien
-Hablas muy correctam en te. pienso que se revela como todo lo contrario, que mata
-De acuerdo con el mismo razonamiento, mientras a los demás cuando puede, y en cambio al que la asume e
Ja perversjón del cuerpo no introduzca en el alma la lo torna bien vivo, y además de vivo, despierto; tan le-
perversión de ésta, nunca estimaremos que el alma pe- jos de la muerte, parece, vive la inju sticia.
?4. - 31
482 Dl.ALOC.OS
- REPÚBLICA X. 483

- H? b las bie.n -respondí-. Po rque cuando la per· m.ieclo, tal cual es cuando llega a ser pura. Entonces
versión prop ia dt.l alma y su ma l propio no son capace:; se la hallar;; mucho más bella y se per cibi rá más clara-
de ma ta rla y destruirla. difícil menle el mal asign.ido pa· meote la justicia y la iojusticía y todo lo qu e acabarnos
ra la destrucción de otro objeto h ar á suc.umbir al alma de describir. Lo que decimos ahora respecto de el.la es
o a cualquier 01 ra cosa, excepto aquella a la cual está cierto en lo que loca a su apariencia p re sente; y la he-
as ig nado . mos contemphldo ~n una condición tal como la del dios ..i
- Diffcilmen1e, eo verda.d. del mar Glauco". cuya naturaleza primitiva. al verlo,
-En cambio. cuando algo no perece a causa de un no es fácil distinguir ya· que, de las partes .?lntiguas de
61 l a ma l ni propio ni ajeno. es evidente que forzosamente su cuerpo, unas han sido desgarradas. otras estrujadas
ha de existí r siempre, y, sí ex ísle siempre. que es in· y estropeada s compl etamente por las olas, en tanto se
mo rt al. han aoadido a su naturaleza otras po r aglomeración de
-E s forzoso. conchas, algas y piedras, de modo que se ~semeja más
-Tengamos esto como siendo asi; y si es así, advier- a una bestia que a lo que es por naturaleza. Y es así
te que ~xisten siempre las mismas almas, puesto que, como contemplamos el alma, afectada en su condición
ni no perecer ninguna, no pueden llegar a ser menos natural por miles de males. Pern ahora dehemos mirar
ni tc1mpoco más. En efecto. si se acrecent.ira el número hacia alli, Glaucón.
de los seres inrnortales, este acrecentamiento proven- -¿Hacia dónde?
drfo. como te das cuenta, de lo roortal, y todas las cosas -Hacia su amor por la sabiduría; y debemos adver· e:
concluiri?in por ser inmortales. tir a qué objetos alcanza y a qué compa ñí a apu n ta, da-
-Dices la verdad. da su afinidad con lo divino, inmortal y s iempre exis-
- Pero eso no lo hemos de pensar , pues la razón no tente. así como qué llegaría a ser si siguies e a algo de
1, lo cons ien te, así como tampoco que el alma, en su tal índole y fuer a llevada por este impulso fuera del
natu raleza más verdadera, sea de tal índole que esté ple- mareo el que aJ,ora está, desnudándose de las piedras
na de var iedad, deseme.ia.n.zAy diferencia con respecto y concha s que actualmente la cubren -porque hace 611.a
a sí misma. sus fe.sti.n es e n la tierra- y que crecen a su aJrededor,
- ¿Qué quieres decir? como abund ancia terrosa y pétrea, a causa de estos fes-
-N o es fácil que sea e1erno a lgo compuesto de mu· tioes que son llamados 'bienaventurados'. En1onces se
chas partes y oecesiL?.do de un a composición que no es verá su verdadera naturaJeza, y si es compuesta o sim·
la más bella, tal como se nos ha mostrado el alma. ple en su foi·ma, qué es ella y c6mo es. Pienso que por
- No es probable. en efecto. el momento hemos descrilo razonablemente sus afee·
-Que el alma es inmortal. el é\r'gumento que acaba- ciones y formas durante la vida huma.na.
mos de dar. con los demás argumeo1os, nos fuerzan a -Completamente de acuerdo.
e admitirlo. Pero para saber cómo es en verdad, debemos
contemplarla no como la vemos ahora, estropeada por
la .:isociación con el cuerpo y por otros males, sino que 11 Gl.-uco. origimmamente un pescador. se convirtió en dios del
hay que contemplarla sul'icienh:menle con el razona- mar.
484 DIÁLOGOS REPÚBLICA X 485
-Pues bien; hemos a lejado las dificultades que se la poseen, ya que ha sido puesto de manifiesto que con-
1, habían suscitado en la argumentación 12, sin poner en cede lns bondades procedentes de la realidad, y qu e no
juego las recompensas de la justicia ni su reputación, engaña a quienes la obtienen verdaderamente.
tal como vosotros decís que lo hacen Homero y Hesío- - Tu reclamo es justo. ~
do, y hemos descubierto que la justicia es en sí misma -Concededme , anee todo, que a los dioses no se les
lo mejor para el alma en si misma, y que ésta debe ha- escapa cómo son el hombre justo y el injusto.
cer lo justo cuente o no con el anillo de Giges u y, ade- -Lo concedemo s.
más de semejante anillo, el yelmo de Hades". -Y si no les escapa, uoo será amado de los dioses
-Dices una gran verdad. y 01 ro odiado por los dioses, tal como hemos convenido
-Pues entonces, Glaucón, ¿qué reproche cabe ahora en un comienzo .
e si asignamos a la justicia y el resto de la excelencia cuan- -Así es.
tas recompensa s aportan al alma de manos de los hom- -¿ Y no convendremos en que para el amado de los
bres y de los dio ses, tanto mientras el hombre vive dioses todo cuanto procede de éstos resulta del mejor 61Ju
como despu~s de muerto? modo. salvo que le corresp onda un mal necesario pro-
-Absolutament e ninguno. cedente de una falta amerior? "·.
-¿Me podéis devolver ahora lo que os presté en e] -De acuerdo.
argurneoto? -Cabe supooer, por consiguiente, respecto del va-
-¿ A qué te refier es? rón jus10, que, aunque viva en la pobreza o con enfer-
-Yo os he concedido que el justo podía parecer in- medades o con algún otro de los que son tenidos por
justo y el injusto justo . pues vosotros estimabais is que. males. e.sto termin ará para él e.n bien. durante la vida
si bien no era posible que esro pasara inadvertido a los o después de haber muerto. Pues no es descuidado por
dioses ni a los hombr es, no obstante debía ser concedi- los dioses el que pone su celo en ser justo y practica
do en favor del argumento, para que hubiera una deci- la vinud, asemejándo se a Dios eo la medida que es b
sión entre la justici a en sí müma y la injusticia en posible para un hombre.
d sí misma. ¿O no recuerdas? -Es natural que un hombre de tal índole no sea des-
-Sería injusto que no lo recordara. cuidado por lo que Je es semejante.
-Ahora, pue.<:,que la cosa está decidida, os reclamo -Y resp~to del hombre injusto, ¿no es necesario
nue,•amente en nombre de la justicia, que convengáis pensar lo contrario?
conmigo respecto de la reputación que tiene entre los -Sin la menor duda .
dioses y los hombres. a fin de hacer suyos los premios -Por consiguiente, tales son los premios que tocan
que gana por su apariencia y que confiere a quienes al justo de parte de los dioses.
-También en mi opinión.
12 cr. 11 J6Jb .
1l Cf. J 1 359d-c. -Y de parte de los hombres, ¿no será de este modo,
fJ En //. V 845 Atenea se pone el yelmo de Hades para tornarse si plonteamos las cosas como son? ¿No son los hom-
invi3ible ante Ares.
15 Referc,ncia imprecisa , tol vei a 1T 36Ja-d.
1• e.s decir, cometida en otra cxistenci,1.
486 Dl~LOGOS REPÚSU CA X 487

bre s asluros e injustos como aquellos co rredores que -Per o no son nad a, ni en cantidad ni e11 magn itud,
corren bien al partir pero no cuando se ac.ercao a la en corop.aracíón con aquellos que agua rd a n a cada uno
e meta? Saltan rápidam e nte al comienzo, pero terminan tras haber muerto. Es neces ario escuchar cómo son és-
por ha ce r el ridiculo, escapándose sin coro na alguna y tos, a fin de que cad a cua l tome del d isc ur so lo que
con las orejas caída s sobre los hombro s; los·verdaderos deb e escuch ar.
corredores, en cambio, llegan a la meta, obtienen los - Habla, entonces, po rque no son muchas las cosas b
premios y son coronados. ¿No sucede as í a menudo con que escu char ía con mayor agrado . . ~·
los jus1os? Hacia el fina l de cada acció o, de la relación -N o es precisam ente un relato de Aldnoo lo que
con los demás y de la vida goza n de buena reputación te voy a contar, sino el relato de un brav o varón'\ Er
y se llevan los pre mios qu e les otorg an los hombres. el armenio, de la tribu panfilia. Habiendo muerto en
-Asl es: la guerra, cuando al décimo día fueron recogidos los
-¿Tolerarás entonces que yo afir me acerca de los cadáveres putrefactos, é l fue hallado en buen estado;
d Justos lo que tú decías 11 acerca de ios inju stos ? Pue s introducido en su ca sa para enterrarlo, yacía sobre la
afirm aré que Jos justos, una ve:t avanzados en edad, de- pi ra cuando volvió a la vida y. resucitado, contó lo que
tenlan el mando en sus Estados, si quieren, se casan había visto allá. Dijo que, cua ndo su alma había dejado
con hijas de las fami lias que prefieren y dan a sus hijos el cue rpo, se puso en camino junto con muchas otras e
en matrimonio con quienes les pince ; y cuantas cosas almas, y llegaron a un lugar maravillo so, donde había
afi rmabas tú de los injustos las <ligo yo de los justos. en la tierra dos aberturas , una frente a )a otra, y arriba,
Y respecto de los injustos diré que la mayoría de ellos, en el cielo, otras dos opuesta s -a las prim er as. Entre ellas
aunque se oculten mient ras son jóven es, hacia el final ha bía jueces sentado s que, una vez pronunciada su sen-
<le la carrera son apreh en didos y quedan en ridículo, tencia, ordt:naban a los ju stos qu e cam inar an a la dere-
y al envejecer se convi enen en mjs e rabl es ultrajados cha y hac ia arriba , co lgán doles por delan te letreros in-
e t..a
nto por extranj eros como por sus conciudadanos, dicat ivos de cómo habían sido juzgados , y a los injustos
recibiendo azotes y cuantas cosas terúas por rudas 'I!, los hacían marchar a la izquierda y haci a abajo. portan-
en lo cual decías verdad. Imagínate que me oyes enu - do por atr ás letrero s indicativos de lo qu e habían hecho.
merar todo lo que sufren. Mira si has de tolerar lo que AJ aproxim a rse Er. le dijeron que debí a convertirse en d
di go. meos.a_iero de las cosas de allá para los hombres, y le
- Claro que sí. pues lo que dice s es justo. recom endaron que escuc hara y coutem pla ra cuanto su-
- Tales son los pre mios, recompen sas y J)i'"esentesque cedía en ese luga r. Miró ento nces cómo las almas , una
614a llegan al justo, du ran te su vida, de parte de }os diose s ve2 j uzgadas. pasaban por una de las aber turas del cie-
y hombres, ademá s de aquellos bien es que le procuraba lo y de la tierra, roiemr.as por una de las otras dos su-
la justicia en sí misma. bían de sde abajo de la tierra almas llen as de suciedad
-Son pre.mios bellos y sólidos .
J9 Juego de palabra s en tre Alcínoo y illkim os «br avo•. La alusión
11 En 11 361b -e. e s 11los rdato~ que hace Ulises al 1·ey Alcín oo c:n Od. IX-XJI y que
1
" e.n !J 36le , do nde Gl;iucón l&s rdcrl o :il hombre jus to . en la. antigüedad fueron (i1ul:idos ,rclaios dt: Alcfnoo•.
488 DIÁLOGOS REPÚBLlCA X 489

y de polvo, en tan to por la restan te descendían desde matado a su padre an ciano y a su hermano mayor y, d
e el cielo otras, limpias. Y las que llegaban parecían vol- según se decía, habla cometido muchos otros sacrile-
ver de un largo viaje; marchaban gozosas a acampar gios. Dijo Er que el hombre interrogado respondió; ~No
en el prado, como en un festival, y se salud aban entre ha venido ni es probable que venga. En efecto, entre
si cuantas se conocían, y las que venían de la tierra in- otros espectáculo s terribles hemos contemplado éste:
quirían a las otras sobre lo que pasaba en e l cíelo, y cuando estábamo s ce rca de la abertura e íbamos a
las que procedían del cielo sobre lo qu e sucedía en la as_cender, tras padecer todas estas cosas, de pronto
61Su tierra; y hacían sus relatos unas a otras, unas con la- divisamos a Ardieo y con él a otros que en su mayor
mentos y quejidos, recordando cuantas cosas habían pa- parte habian sido ./ffr.anos~ también había algunos que
decido y visto en su marcha bajo tierra -q ue duraba habían sido simples ·¡:;articulares que habían cometi-
mil años-, mientras las procedentes del cielo narraban do grandes crimenes. Cuando p~nsaban que subirían, e
sus goces y espectáculos de inconmensurable belleza. la abertura no se lo permitía, sino que mugía cuando
Tomaría mucho tiempo, ,0~.9P, referir sus múltiples intentaba ascend er alguno de estos sujetos incurable-
relatos, pero lo principal era lo siguien te : cu antas in- mente adherid os al mal o que no habían pagado debida-
justicias había cometido cada una, contra alguien, to- mente su falta . Alll había unos hombres salvajes y de
das eran expiadas por turno, diez veces por cada una, a aspecto ígneo -contó- que estaban alerta, y que, al
h razón de cien años en cada caso -p or ser ésta la dura- oír el mugido, se apoderaron de unos y los llevaron; en
ción de la vida humana- , a fin de que se pagara diez cuanto a Ardieo y a los demás , les encadenaron los 616a
veces cada inj us ti cia . Por ejemplo , si aJgunas eran res- pies, las man os y la cabeza, los derriba ron y, apaleán-
ponsables de muchas muertes, fuera por traicionar a dolos violentamente, los arrastraron al costado del ca-
Estados o a ejércitos , reduciéndolos a la esc lavitud, o mino y los desgarraron sobre espinas, explicando a los
por haber sido partícipes de alguna otra mal dad, reci- que pasaban la caus a por la que les hacían eso, y que
bían por cada delito un castigo diez veces mayor; por los llevaban para arr ojarlos al Tártaro. i>,Alli-dijo Er-.
su parte, las que habían realizado act os buenos y ha- de los muchos y variados temores que habían experi-
bían sido justas y piadosas, recibían en la m isma pro- mentado, ést e exce día a los demás: el de que cada uno
e porción su recompensa. En cuanto a los niños que ha- oiría eJ mugido cuando ascendiera, y si éste callaba su-
bían muerto en seguida de nacer o qu e habían vivido bían regocijado s,~ De tal índole eran las penas y los
poco tiempo, Er contó otras cósas que no vale la pena castigos. y las reco mpensas eran correlativas; y después b
recordar. Y nárraba que eran mayores aún las retribu- de que pasaban sie te días en el prado, al octavo se les
ciones por la pied~d e _impiedad r~~pecto de los dioses requería qu e se leva ntaran y se pusieran en marcha.
y de los padres, así como por haber com etido asesina• Cuatro días desp ués llegaron a un lugar desde donde
tos ·c-on su ..propia mano. podía divisar se, exte ndida desde lo alto a través del cie-
Contó que había estado junto a algui en que pregun- lo íntegro y de la tierra, una luz recta como una colum-
tab a a otro dónde estaba Ardieo el Grande . Ahora bien, na, muy similar al arco iris pero más brillante y más
este Ardieo habla llegado a ser tirano en algún Estado pura, hasta la cual arribaron después de hacer un día
de Panfi lia mil años antes de es e momento , y había de caminata; y en el centro de la luz vieron los extremos e
490 DIÁLOGOS
- REl'ÚOLICA X 491

de las cadenas, extendidos desde el cielo; pues la luz taba, los siete círculos interiores daban vuelta lent amen -
era el ci1í'i¿rón del cieJo, algo así como las sogas de las te en sentido contrario al del conjunto. El que d e éstos
trirr~mes; y de este modo sujetaba la bóveda en rota· marchab a más rápido era el octavo; en segundo lu gar,
ción. Desde los extremos se extendía el huso . de la Nece- y simul táneame nte entre sí, el séptimo, el sexto y el b
sidad, a través del cual giraban las esferas; su vara y quinto ; en tercer lugar, les parecía, estaba el cuarto,
su gancho eran de adamanto, en tanto que su tortera que marchaba circularmente en sentido inverso; en cuar-
era de una aleación de adamanto y otra s clases de me- to lugar el terce ro y en quinto lugar el segundo . En cuan-
ú tales . La naturaleza de la to rtera era de la siguiente ma· to al hu so mismo, giraba sobre las rodillas de la Nece si-
nera. Su estructura era como la de las torteras de aquí, dad ; en lo alto de cada uno de los círculos estaba un a
pero Er dijo que había que concebi rla como si en una sirena qu e giraba junto con el círculo y emitía un solo
gran tortera, hueca y vacla por completo, se hubiera sonido de un solo tono, de manera que todas las voces ,
insertado con justeza otra más pequ efia - como vasijas que eran ocho , concordaban en una armonía únic a. Y
que encajan unas en otras-, luego una terce ra, una cuar- había tres mujeres sentadas en círculo a intervalos igua- e
ta y cuatro más . Eran. en efecto , en total ocho las les, cada una en su trono; eran las Parcas, hija s de Ja
e torteras, insertadas unas en otra s, mostrando en lo alt-0 Necesid ad, vesti das de blanco y con guirnaldas en la
bordes circulares y conformando la superficie continua cabeza, a saber , Láquesis, Cloto y Atropo, y cantaban
de una tortera única alrededor de la vara que pasaba en armo.oía con las. sirenas: Láquesis las cosas pasadas,
a través del centro de la octava . La primera tortera, que Cloto las presentes y Atropo las futuras. Tocando e l hu ·
e ra la más exterior, tenía el borde circu lar más ancho; so con la mano derecha, en forma intermitente, Cloto
en segundo lugar la sexta, en tercer lugar la cuarta, en ayudab a a que girara la circunferenci::i exterior; del mis-
cuarto lugar la octava, en quinto lugar la séptima, en mo mod o Atropo, con la roano izquierda, la interio r; en
sexto lugar la quinta, en séptimo lugar la terc era y en cuanto a Láquesis, tocaba alte.rnadamente con una u otra d
octa vo Jugar la segunda 'º. El círculo de la tortera más mano y ayudaba a girar alternadamente el círculo exte-
grande era estrella90. el de la séptima el más brillante, el rior y los int eriores. Una vez que los hombres llegaban
6170 de la oct ava tenía su color del resplandor de la séptima, debían marchar inmed iatamente h asta Láq uesis. Un pro-
el de la segunda y el de la quinta eran semejantes entre feta primeramente los colocaba en fila, después tomaba
sí y más amarillos que los otros, el tercero tenía el co- lotes y mod elos de vida que había sobre las rodillas de
lor más blanco , el cuarto era rojizo, el sexto era segun- Láquesi s, y tras subir a una alta tribuna, dijo: "Pal abra
do en blancura. El huso entero giraba circular mente con de la vir gen Láquesis, hija de la Necesidad: almas efi -
eJ mismo movimiento, pero, dentro del conju nto que ro- meras, éste es el comieozo, para vuestro género mo rtal,
de otro ciclo anudado a la muerte. No os escoger á un e
demonio l l , sino que vosotros escogeréis un demonio.
20 PROCLO, In Rem Publicom · 218·219 K11.ou.,, presentil las siguien-
tes equivalencias de las tort eras con los astros: 1 • Estrellas fijas ( l.ª):
11 F.. R. Dooos, The Greeks and the lrrational (Berkeley-Lo$ Án-
2 · Venus (6.ª): 3 · Mar1e (4.ª); 4 · Luna (8. •); 5 · Sol (7. •); 6 . Mercurio
(5. "): 7 · Júpiter (3. "); 8 · Sammo (2. '), El ancho de los bordes daría geles, 1959), págs. 40-42, distingue tres tipos de dernoní os en Grecia
la idea que Platón se hacía de las distancias entr e lo:; astros, Cf. J.C. antigua, el terc ero de los cuales •es asignado a un individu o pl\rtl cu-
492 DI ÁLOGOS R El' ÚBLlCA X 493

Que el ~ue resulte por sorteo el primero eli ja un modo en conjunto o separ adam ente. Ha de sab er cómo la
de vida , al cual ..:iuedará necesariam!!nt e asociado. Ea herm osu ra, mezclada co n la pobreza o la riqueza o con d
cuanto a la excelencia, no tiene dueño, si no que cada algún estado del alma. produce el mal o el bien, y qué
uno tendrá mayor o m enor parte de eUa según la honre efecr os tendrá el nacim iento noble y plebe yo , la perma·
o la desprecie; la re sponsabilidad es del que elige. oen cia en lo privado o el ejercicio de carg os públicos.
Dios est á exento de culpa». Tras decir est o, arrojó los la fuerza y la debilid ad, la facilidad y la dificultad de
lotes entr e todos, y cada uno escogió el que le hab ía aprender y todas las demás cosas que, com binándose
cald o al lado, con exce pción de Er, a quien no Je fue ent re si. ex.isteo por naturaleza en el alma o que ésta
permitido. A cada uno se le hizo entonce s claro el orden adqu iere; de modo qu e. a panir de toda s ellas, sea ca-
618a en que debía escogec Después de esto , el profeta colocó pa z de escoger razon an do el modo de vida mejor o el
en tierra, delante de el.los, los modelos de vida, en nú- peo r, minmdo a la naturaleza del alm a. denomi.nando e
mer o mayor que el de los presentes. y de gran variedad. 'el peor' al que la vueJva más injusta, y 'mejor' al que
Había toda clase de vidas animales y hum anas: tiranías la vuelva más justa, re nunciando a todo lo demás, ya
de por vida, o bien int erl"llmp idas por la mi tad , y que que hemos visto que es la elección que más importa,
terminaban en pobr eza, exilio o mendi cidad; había vi- tanto en vid<>.como tras haber muerto~ Y hay que tener
da s cie hombres célebres por la hermo sur a de su cuer- est a opinión de mod o firme, como el aclamaoto. al mar· 6J9a
b po o por su fuerza en la lucha , o bien por su cuna y ch ar al Hades, para ser allí imperturb ab le ante las ri·
por las virtudes de su s antepasados; tamb ién las habia qu ezas y males sem eja ntes. y para no caer en tiranías
de hombres oscuros y, análogamente, de mujeres. Pero y en otras acciones de es a índole con que se producen
no hab ía en estas vidas ningún rasgo del alma, porque mu chos males e incur ab les y uoo mism o sufre más aún;
ésta se vol vía inex orablemente d istinta según el modo sino que hay que saber s.iempre elegir e l modo de vida
de vida que elegía; mas todo lo demás es taba mezclado intenn edio enr re éstos y evi tar los excesos en uno u otro
eotr e si y con la riqu eza o con la pobr eza, con la enfer- sentido, en lo posibl e, tanto en esta vida como en cual-
medad o con la salud , o con estados inte rmedios entre qui e r otra que venga después; pues es de este modo
ést as. Según parece , al li esraba todo el riesgo para el como el hombre llega a ser más feli z. b

e ho mbre, querido Glau cón. Por este motivo se deben Y entonces el mensaj ero del más a llá narró que el
desatender los otro s es tudios y preocuparse al máximo pr ofeta habló de est e modo: «Incluso para el que llegue
sólo de éste, para iovestiga r y conocer si se puede des- últirno , si el ige con intel igencia y víve seriamente, ha y
cubrir y aprender quién lo hará capa z y ent endido pa ra una vida con la cual ha de es1a r contento, porqu e no
di stinguir el modo de vida v~lioso del perverso, y elegir es mala. IDe modo qu e no se descuide qui en elija prime ·
siempre y en todas panes Jo mejor en ta nto sea posible , ro ni se desc orazon e qu íen resulte últ imo». Y contó que,
tenie ndo en cuenta las cosas que hem os dicho, en rel a, des pués de es tas palabras, aquel a qui en había tocado
ción con la excelen cia de su vida. S<!a que se las tome ser el prim e ro fu e dere cho a escoger la m/1s grand e ti·
ranía, y por insensatez y codicia no cx: 1mi11f) :;ufici ont c-
lar, usualmente desde el nac imien to. y de term ina tot al o parcialmente mente la elección, por lo cua l no advirli(1 qu e i11clu i.1 ,·
su des1ino individual ,, .
494 DIÁLOGOS
- Rl1'.J>Úl3LlCA X 495

el destino de devorarse a sus hijos y otras desgracias; que, en su elección, trocaba su modo de vida por uno
pero cuando la observó con más tiempo, se golpeó el humano. y del mismo modo con otros animales canto·
pecho, lamentándose de su elección, por haber dejado res. Al alrna que le tocó en suerte ser la vigésima la b
de lado las advertencias del profeta; pues no se culpó vio eligiendo la vida de un león: era la de Ayante Tela-
a sí mismo de ias desgracias, sino al azar, a su demonio monio, que, recordando el juicio de las armas ii, no
y a cualquier otra cosa menos a él mismo. Era uno de quería renacer como hombre. A ésta seguía la de Aga-
los que habían llegado desde el cielo y que en su vida men6n, también en conflicto con }a raza humana debi-
anterior había vivido en un régimen político bien orga- do a sus padecimientos, que se intercambiaba con una
nizado, habiendo tomado parte en la excelencia, pero vida de águila. Al alma de Atalanta le tocó en suerte
rl por hábito y ·sin filosofía. Y podría decirse que entre uno de los pueslos intermedios. y, luego de ve:r los gran·
los sorprendidos en tales circunstancias no eran los me- des honores rendidos a un atleta, ya no pudo seguir de
nos los que habían venido del cielo, por cuanto no se largo sino que los cogió. Después de ésta vio la de Epeo, e
habían ejercitado en los sufrimientos. Pero la mayoría hijo de Panopeo. que pasclba a la naturaleza de una mu-
de los que procedían de bajo tierra, por haber sufrido jer artesana; y lejos, en los últimos puestos, divisó el
ellos mismos y haber visto sufrir a otros, no actuaban alma del hazmerreír Tersites, que se revestía con un
irreflexivamente al elegir. Por este motivo, además de cuerpo de mono; y la de Ulises, a quien por azar le toca-
por el azar del sorteo, era por lo gue se producía p,:ira ba ser la última de todas, que avanzaba para hacer su
la mayoría de las almas el trueque d~ males y bienes. elección y, con la ambición abatida por el recuerdo de
Porque si cada un0, cada vez que llegara a la vid,;i de las fatigas pasadíls. buscaba el modo de vida de un par-
e c1quí. filosofara sanamente y no le tocara en suerte ticular ajeno a los cargos públicos, dando vueltas mu·
ser de los úlLimos, de acuerdo con Jo que se relataba cho tiempo; no sin dificultad halló una que quedaba en
acerca del más allá probablemente no sería sólo feliz algún lugar, menospreciada por los demás, y, tras verla, d
aquí sino que también bada el trayecto de acá para allá dijo que habría obrado del mismo modo si le hubiera
y el regreso de allá para acá no por un sendero áspero tocado en suerte ser la primera, y la eligió gozosa. Aná-
y subterráneo, sino por otro liso y celestial. Dijo Er, logamente, los animales pasaban a hombres o a otro~
pues. que era un espectáculo digno de verse, el de élnimales, transformándose los injustos en salvajes y los
620a cada alma escogiendo modos de vida, ya que inspiraba justos en mansos; y se efectuaba todo tipo de mezclas.
pjedad. risa y asombro, porque en fa mayoría de los Una vez que todas las almas escogieron su modo de vi-
casos se elegía de acuerdo con los h::íbitos de la vida da, se acercaban a Láquesis en el ·orden que les había
anterior. Contó que había visto al alma que había sido
de Orfeo eligiendo la vida de un cisne. por ser tal su
odio al sexo femenino, a raíz de haber muerto a manos n Cf. en Od. XI 543.547 las palabros de Ulises: •sólo la psychl
de Ayante Telamonit> permanecía a distanóa, enojada por mi victoria
suyas. que no consentía en nacer procreada en una mu-
en el juicio qu e se celebró cerca de las niwcs, por las a1ma1. de Aqui-
jer; y que había visto también el alma de Támiras esco· le~; el cu;:;)'fue dispuesto por la divina madre del héroe y tallado por .
giendo la vida de un ruiseñor. y, a su vez, a un cisne los hijos de los troyanos y por Palas Atenea». (Cf. R. GR.wi;s, Thc Greek r 1
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Myths, 2. 165, págs. 32J y sigs.) """ t 6 ~v. '
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496 OIÁI..OCOS
- REPÚB LICA. X 4<)7

tocado. Láquesis hizo que a cada una la acompañara biduría , para que seamo s ami gos entre nosotros y co n
"· el demonio que había escogido , como gua rdián de su los dioses, mientra~ perm anezcamos ac¡ul y cuando nos
vida y ejecutor de su ele cción . Cada de)llonio condujo llevemos los premios de la justicia, tal como los reco ·
a su aJma hasta Cloto, poniéndola bajo sus manos y ba- gen los vencedores. Y, tanto aquí co mo en el viaje de ,J
jo la rotación del huso que Cloto hacia girá r, ratifican· mil años que hemos de scrito, serernos dichosos.
do así el destino que, de acuerdo con el so rteo, el alma
habla escogido.,Después de hab er toca do el huso, el de-
monio la condujo hacia la trama de Atropo. para que
lo que babía sido hilado por Cloto se hiciera inalterable.
62 la y de aJlí, y sín volver atrás, ha sta por debajo del trono
de la Ne ces id ad , pasando al otro lado de este. Después
de que pasaron también las demás, marcharon todos
hac ia la planicie del Olvido. a t ravé s de un calor terri-
ble y sofocante. En efecto , la planicie estab a desie rta
de árboles y de cuanio crece de la tier ra . Llegada la
• , ~ 1 • • (

tarde, acamparon a la orilla del río de la Desatención,


cuyas aguas ninguna vasija puede retenerla s. Todas las
almas estabao obligadas a beber una medida de agua,
pero a algunas no las preserv aba su sabi duría de beber
más allá de la medida, y así. t ras beber, se olvidaban
b <;letodo. Luego se dunnieron, y en medio de la noche
hubo un trueno y un terremoto, y bruscamente las al-
mas fueron lam.adas desde allí - unas a un lado, otras
a otro- hacia arriba, como es t rellas fugaces, para su
nacimiento. A Et: se le impidió beber el agua; por dónde
y cómo regresó a su cuerpo, no lo supo. sino que súbita ·
mente levantó la vista y, al alba, se vio tendido sobre
la pira.
De este modo, Glaucón , se salvó el relato y no se
e perdio, y también podrá salvarnos a nosotros. si le ha-
cemos caso, de modo de atrav esar e l río del Olvido man·
teniendo inmaculada nuestra alma. Y sí ine creéis a mi,
teniendo al alma por inmortal y ca paz de mantenerse
firme ante todos los male s y todos los bienes, nos aten-
dremos siempre al camino que va hacia arriba y practi·
ca remos en todo sentido la justicia acompañ ada de sa-
94. - 32
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INDICE GENERAL
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( ( • ~. \ ( 1
Pá~s.
INTROOUCC lóN . ..... , . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . • . . 9
r. La composición de la (!Reptíb{ica ,. . . . . . . . . 9
1. La estructura de la obra . . . . . . . . . . . . . 11
2. La cronolo gía absoluta . . . . . . . . . . . . . . 13
3. La cronolog ía relativa .. , , . . . . . . . . . . . 17
4. Los personaj es y su panici pación en el diá-
logo ........ , . . .. . .. _.. .......... 18
II. Resumen del contenido de In «República» . . 20
111. Tres 1en1.11sde la «República» . . . . . . . . . . . . . 35
1. La teoría de las Id eas y los conceptos uni-
versales .... . ...... ,.. ....... .... 35
La Dialéc _tica en la a legoría de la linen .
2. 43
3~ Platón y el totalitarismo . . . . . . . . . . . . . 48
a) El privilegio de la clase superior. 49. - b) L;1 1·~t.h 1
vi!lld, 51. - e) l.a censura de la 1m~~la. ~4.
N OT A sourrn LA TRAl)U C<.:IÓN . . . • . • . • ... ' . . •. ••• S!J
B1u1 ..10,a<.At·íA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . • . • • • • . • •,•,

ltl·l'IIIII I< A

Lib ro 1 . , , , ... , .. 1
Libl"O 11 . 1111
Libro 111 1 11
LibnJ IV , .. , . , . , . . WI
502 DIÁLOCOS

Págs.
Libro V ......... ....... ....... . . . ...... .. . 244
Libro VI ......... . . ...... . . . ... . ..... .... . 295
Libro VII ...... ......... .. .... . . . . . . . . .. .. 338
Libro VTII ......... ...... .. ........... .... . 378
Libro IX ....... ....... ...... . . . . ...... ... . 421
Libro X ........... ...... .. .. .. ...... . .... . 457

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