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PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA DEL PERÚ

ESTUDIOS GENERALES LETRAS

Temas de Filosofía Contemporánea

Profesor: Gianfranco Casuso

1. JAEGGI (1): LA CRÍTICA A LAS FORMAS DE VIDA

¿Qué es una forma de vida?


- En sus dos libros principales –Alienación (2005) y Crítica de las formas de vida
(2013)–, Rahel Jaeggi construye su teoría acerca de cómo sería posible criticar una
forma de vida de modo inmanente.
- Las formas de vidas son instancias que solucionan problemas y están formadas por
una serie de prácticas e instituciones.
- Estos problemas se presentan de diversas maneras y las formas de vida constituyen
historias que se han desarrollado en el intento de encontrar solución a dichos
problemas en contextos sociales específicos y situaciones históricas.
- La pregunta si una determinada respuesta a un problema o una determinada forma
de vida es adecuada o no, se puede responder solo si dentro de este proceso se
analiza que una solución histórica a un problema constituye una reacción adecuada,
reacción que aparece en una determinada tensión o conflicto.
- La importancia de esta perspectiva histórica se ve reflejada en un criterio como el de
la regresión o el progreso.
- Si se dice que determinadas respuestas a ciertos problemas son criticables es porque
son regresivas, porque no operan a la altura del planteamiento del problema.
- Por ello es importante asumir la perspectiva histórica. Asimismo, es imprescindible
preguntarse cómo se ha originado la situación problemática y cuáles son las
demandas que los actores sociales han vinculado a determinadas prácticas sociales
para poder plantear los problemas.

¿Qué significa criticar las formas de vida y por qué se necesita una crítica tal?
- Esta crítica abarca a todas las prácticas referidas a la vida cotidiana, pero también a
las instituciones que la constituyen y la acompañan.

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- Una crítica de las formas de vida posibilita tematizar no solo una parte determinada
de nuestra vida social, sino todos sus aspectos, desde las formas de relación entre
los géneros hasta el modo en que debemos comportarnos en el espacio público,
pasando por los modos en que se da la educación, se forman las ciudades o nos
preguntamos sobre cuáles bienes pueden ser comprados y vendidos y cuáles no
deberían ser considerados como comercializables.
- Según Jaeggi, todas estas dimensiones de nuestras vidas que se manifiestan en
nuestras muy concretas prácticas cotidianas son los puntos que una teoría crítica
debería tematizar.

¿Es realmente posible criticar la propia forma de vida? Y si es así, ¿desde qué
perspectiva?
- Podría pensarse que no es posible criticar nuestra propia forma de vida, dado que
para nosotros ella se presenta como algo tan obvio, que hace que sea imposible
tener la distancia suficiente para criticarla.
- Pero esto no es correcto. Si se pregunta desde qué perspectiva es posible criticar,
debemos tener en cuenta que nuestras formas de vida se hallan en una crisis
continua y que por lo tanto son siempre, una y otra vez, puestas en duda.
- No es que el teórico crítico pueda acercarse artificialmente a la realidad de la vida
de las personas, sino que estamos ya involucrados permanentemente en conflictos y
discusiones sobre las formas de vida, los cuales los teóricos críticos pueden ayudar a
hacer un poco más explícitos o pueden reflexionar en determinado respecto, a saber,
en qué sentido la crítica de las formas de vida realmente es una praxis de la que en
absoluto podemos deshacernos tan fácilmente, incluso aun cuando quisiéramos.
- Esto es parte de lo que significa compartir una forma de vida: uno se ve confrontado
con estas situaciones cuando las cosas no funcionan bien o cuando hay conflictos
sobre la forma en que se debe vivir; estos son los momentos en los que la crítica a
las formas de vida es realizada como una práctica social cotidiana.
- La crítica de las formas de vida que llevan a cabo los filósofos, aquella considerada
como una reflexión filosófica, se diferencia por una parte de esto, pero por otra
parte las formas de vida se hallan en un conflicto inmanente, en una crisis
inmanente, porque algunas cosas no funcionan como deberían funcionar en relación
a ciertas instituciones, por ejemplo, a ciertas instituciones democráticas.
- Ejemplo: Las instituciones democráticas existen; en el papel existe el derecho al
voto y los mecanismos que sirven para que las personas puedan votar; sin embargo,
muchas veces tenemos la experiencia de que estas no son algo que tenga realmente

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vida, que la participación de los individuos en estos procesos no es posible, es decir,
que las instituciones no funcionan.
- A través de estas experiencias se demuestra que las formas de vida han caído en una
crisis; por ejemplo, que la promesa de una participación democrática no se cumple,
así como tampoco se cumple que una institución como la universidad funcione de
manera correcta. En principio la tematización filosófica de las formas de vida
empieza justamente en estos momentos, cuando aparece una contradicción
inmanente entre cómo se espera que funcionen las instituciones y cómo en la
realidad (no) están funcionando.
- Ello no se puede descubrir únicamente a partir de la formulación actual de un
problema, sino que uno debe preguntarse qué es lo que ha producido una
determinada constelación social. Es decir, se requiere una perspectiva histórica.

2. JAEGGI (2): CRÍTICA Y PROGRESO

- El éxito de las formas de vida puede medirse por el grado en que estas satisfacen
las demandas por la resolución de problemas.
- Pueden ser racionales o irracionales, apropiadas o inapropiadas; pueden tener éxito
o fracasar en su proceso de resolución de problemas, sin que ese proceso
necesariamente tenga que ser consciente o intencional.
- Al referirse a las formas de vida como “instancias de resolución de problemas”,
Jaeggi no las conceptualiza como una especie de entidad supraindividual con propia
voluntad que intencionalmente se dedica a detectar y resolver problemas.
- Más bien: las prácticas e instituciones inherentes a las formas de vida tienen el
efecto de resolver problemas; se puede decir que persisten (es decir, no se
descomponen o se hunden dentro de una crisis) debido a sus ventajas y efectos con
respecto a los problemas que surgen dentro de las formas de vida.
- Ejemplo. El modelo patriarcal de la familia como consanguinidad, al que Hegel se
refiere como precursor y alternativa a la familia nuclear burguesa, no solo es
“erróneo”, sino que es inestable; las formas de vida que ya no son capaces de
resolver problemas entran en crisis o se corroen y, en consecuencia, dan paso a una
dinámica de cambio.
- La crítica de las formas de vida comienza donde surgen los problemas, las crisis y
los conflictos, incluso si no se manifiestan abiertamente.
- Por eso la crítica no se lleva a cabo desde una perspectiva externa autoritaria, sino
desde una perspectiva inmanente.

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- El éxito o fracaso de las formas de vida como instancias de solución de problemas
solo puede juzgarse “procedimentalmente”, es decir, con respecto a una historia de
resolución de problemas.
- Si los problemas están impregnados normativamente e históricamente situados
como resultados de intentos de soluciones a problemas anteriores, entonces los
intentos de resolver problemas se desarrollan históricamente al lidiar con otras
estrategias de resolución de problemas.
- Las formas de vida deben entenderse en relación con su posición en una historia de
intentos de resolución de problemas.
- Esta historia no es una historia de soluciones (o más bien intentos repetidos de
solución) para el mismo problema, sino más bien una historia de intentos de resolver
problemas que bajo ciertas condiciones llevan a una historia acumulativa de intentos
de resolución de problemas: un proceso de aprendizaje de algún tipo, o para decirlo
de otra manera, un proceso de acumulación de experiencias.

¿Cuándo podemos hablar, entonces, de progreso en relación a la crítica de las formas


de vida?
- Progreso: la no obstaculización de procesos de aprendizaje social o acumulación
histórica de experiencias.
- Las formas de vida tienen éxito cuando pueden entenderse como el resultado de
procesos exitosos de acumulación de experiencias y cuando permiten un mayor
aprendizaje.
- Y la tarea de una crítica de las formas de vida es realizar la metapregunta sobre los
criterios para reconocer si un cierto tipo de dinámica ha tenido éxito como un
proceso de aprendizaje o de la profundización de la experiencia.
- Juzgando los méritos relativos (e incluso la racionalidad) de una forma de vida,
tenemos que mirar la calidad de su dinámica transformadora: la adecuación o
inadecuación de la misma se manifiesta luego en términos de su forma regresiva o
progresiva de enfrentar los problemas, por ejemplo, en términos de si podemos
observar bloqueos de experiencia (Erfahrungsblockaden) u otros obstáculos que nos
impiden abrir el camino para nuevas experiencias.
- Estos criterios son herramientas interesantes para evaluar las formas de vida sin ser
moralistas/normativistas y sin estar constreñidos al tipo de crítica interna que se
limita a restablecer el apego a las normas que ya posee una determinada comunidad.
- Por lo tanto: la crítica de las formas de vida puede legítimamente ser (1) inmanente
y (2) transformadora al mismo tiempo.

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(1) Es inmanente porque toma su punto de partida al referirse a las crisis
inmanentes y la corrosión de las prácticas e instituciones sociales.
(2) Es transformadora porque la evaluación de los procesos de resolución de
problemas permite una trascendencia del contexto e inicia el cambio.

- Jaeggi se interesa, por ello, en investigar el éxito de las formas de vida desde la
perspectiva de la crisis y la crítica.
- El objetivo no es desarrollar una concepción general de una forma de vida correcta.
- Tampoco se trata de rastrear las condiciones de tal concepción.
- Su atención se centra más bien en el fracaso de las formas de vida, las crisis a las
que pueden sucumbir y los problemas que pueden surgir para y dentro de ellas. En
resumen: los aspectos que los hacen susceptibles de crítica.
- El momento de “perturbación funcional ética” o “crisis” en este contexto ha
demostrado ser un movimiento importante (o conductor) de lo que Jaeggi y otros
representantes de la Escuela de Frankfurt llaman “crítica” y debería evitar cualquier
sospecha de paternalismo.
- Según esta aproximación, la crítica es solo el catalizador de un proceso histórico de
resolución de problemas en el que la crítica y la autocrítica se entrelazan.

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