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Vegetación ribereña del Estado de Sonora

Universidad Nacional Autónoma de


México
Facultad de Estudios Superiores de
Zaragoza

Carrera: Biología

Legislación y Desarrollo Sustentable

Vegetación Rivereña del Estado de Sonora

Profesor: Joel Romero Carmona

Alumna: Patricia Cruz Martín

Grupo: 1702

2010-1
Vegetación ribereña del Estado de Sonora

Vegetación Rivereña en México: El caso del Estado de Sonora

México con una población de 103 263 388 habitantes (INEGI, 2005), requiere de
una gran cantidad de recursos, espacio y alimento, que permitan abastecer las
necesidades de la población. Pese a las altas demandas, que ha ocasionado el
desmonte de grandes áreas naturales ahora destinadas para la agricultura,
México cuenta con un patrimonio natural de vegetación muy amplio, con un
total probable de 30,000 especies de plantas, es uno de los países más
importantes del mundo en término de su riqueza botánica. Las compuestas,
gramíneas y cactáceas están más bien representadas en el norte del país, a la
vez que las leguminosas abundan más en los climas cálidos del sur. En Sonora y
Sinaloa se calcula que hay unas 4,000 especies de fanerógamas, esta enorme
diversidad de especies tiene su origen en los cambios climáticos y geológicos
que ha sufrido nuestro país a través del tiempo (Suarez ,2002).

Otro tipo de vegetación muy importante y de la que se cuenta con pocos


estudios publicados, es la vegetación ribereña. En México este tipo de
vegetación se presentan en altitudes de 0 a 2800 msnm. y han sido estudiados
en Entidades Federativas como Chiapas (Rzedowsky, Ibídem), Jalisco
(Rodríguez, 2006), Durango (González et al, 2007), Hidalgo (Instituto de Biología
UNAM, 2009).

Villaseñor (2003) indica que los datos sobre la diversidad florística de México
provienen de una intensa, aunque no exhaustiva, revisión de la literatura
florístico-taxonómica, complementada con el estudio continuo del material
herborizado y depositado en el Herbario Nacional (MEXU) del Instituto de
Biología de la Universidad Nacional Autónoma de México. La literatura revisada
incluye desde descripciones originales, listas florísticas, floras o manuales,
hasta revisiones taxonómicas y trabajos de índole fitogeográfica. El trabajo se
ha visto beneficiado por la gran cantidad de fascículos publicados por los
distintos proyectos florísticos que se llevan a cabo en México, como son los de
la Flora del Bajío y de Regiones Adyacentes, la Flora de Guerrero, La Flora de
Jalisco, la Flora Novo-Galiciana, la Flora de Veracruz, la Flora del Valle de
Tehuacán-Cuicatlán, la Etnoflora Yucatanense, entre otros.

Actualmente existen listados florísticos, catálogos e inventarios para diferentes


estados o regiones de México que han sido publicados hasta la fecha. De hecho
al menos 15 estados ya cuentan con una lista de sus recursos florísticos:
Aguascalientes (García et al., 1999); Campeche (Gutiérrez, 2000); Chiapas
(Breedlove, 1986); Coahuila (Villarreal-Q., 2001); Durango (González et al.,
1991); Hidalgo (Villavicencio-N. et al., 1998); Estado de México (Martínez y
Matuda, 1979); Michoacán (Espinosa y Rodríguez-J., 1995); Morelos (Bonilla-
Barbosa y Villaseñor-R., 2003); Querétaro (Argüelles et al., 1991); Quintana Roo
(Sousa y Cabrera, 1983); Sinaloa (Vega et al., 1989); Tabasco (Cowan, 1983);
Tlaxcala (Acosta et al., 1991) y Veracruz (Sosa y Gómez-Pompa, 1994). Otros
trabajos dan cuenta de la diversidad florística de algunos estados adicionales,
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como son el Distrito Federal (Calderón de R. y Rzedowski, 2001), Baja California
y Baja California Sur (Wiggins, 1980) y Yucatán (Durán et al., 2000). Solamente
13 estados no cuentan con un recuento publicado de su riqueza florística
(Chihuahua, Colima, Guanajuato, Guerrero, Jalisco, Nayarit, Nuevo León,
Oaxaca, Puebla, San Luis Potosí, Sonora, Tamaulipas y Zacatecas).

En México existen diferentes leyes y Normas Oficiales Mexicanas que “velan y


fomentan la protección, conservación y restauración de la flora y fauna
silvestre”.

La Ley de Aguas Nacionales en el Art. 3 Fracción XI considera a las cuencas


hidrológicas como el territorio en donde las aguas forman una unidad autónoma
o diferenciada de otras, (aún sin que desemboquen en el mar). En dicho espacio
delimitado por una diversidad topográfica, coexisten los recursos agua, suelo,
flora, fauna, otros recursos naturales relacionados con estos y el medio
ambiente. Sin embargo, en muchas regiones del país el acceso a estos recursos
hídricos implica el despalme y desmonte de la vegetación nativa.

Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente, en el Art. 14


BIS 5 referente a los principios que sustentan la política hídrica nacional fracción
XVIII conceptualiza a la Flora silvestre como las especies vegetales así como los
hongos, que subsisten sujetas a los procesos de selección natural y que se
desarrollan libremente, incluyendo las poblaciones o especímenes de estas
especies que se encuentran bajo control del hombre. Por lo cual la Federación,
por conducto de la Secretaría, podrá suscribir convenios o acuerdos de
coordinación, con el objeto de que los gobiernos del Distrito Federal o de los
Estados, con la participación, en su caso, de sus Municipios, asuman las
siguientes facultades, en el ámbito de su jurisdicción territorial (Art. 11): Obras
en áreas naturales protegidas de competencia de la Federación y actividades
que por su naturaleza puedan causar desequilibrios ecológicos graves; así como
actividades que pongan en riesgo el ecosistema afectando en mayor o menor
grado la protección y preservación del suelo, la flora y fauna silvestre, terrestre
y los recursos forestales (Fracción IV Art.11)

La Ley Forestal en su Art. 106. establece que el aprovechamiento de los


recursos forestales, para usos domésticos y colecta para fines de investigación,
en áreas que sean el hábitat de especies de flora o fauna silvestres endémicas,
amenazadas o en peligro de extinción, deberá hacerse de manera que no se
alteren las condiciones necesarias para la subsistencia, desarrollo y evolución
de dichas especies.

Según la NOM-020-RECNAT-2001, que establece los procedimientos y


lineamientos que se deberán observar para la rehabilitación, mejoramiento y
conservación de los terrenos forestales de pastoreo, la vegetación ribereña,
denominada en algunos casos vegetación riparia, de rivera o de soto: “es la
vegetación que crece sobre el margen de corrientes y/o cuerpos de agua en
suelos que presentan ciertas características de humedad”. No se consideran los
humedales en esta definición.
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Un área riparia es aquella que se encuentra junto o directamente influenciada
por un cuerpo de agua. Debido a la proximidad y la interacción con los cuerpos
de agua, la vegetación ribereña tiene una forma lineal característica y
constituye una zona de transición entre los sistemas terrestres y los acuáticos.
Las áreas riparias usualmente mantienen una biodiversidad alta de flora y fauna
en comparación con las áreas no ribereñas, siendo en muchos casos el refugio
de especies vulnerables de plantas y animales (Robins y Cain, 2002). Las
comunidades vegetales ribereñas proporcionan además hábitat y alimento para
la fauna y son consideradas corredores para la dispersión de plantas y animales
(Meave et al., 1991).

Por lo general son áreas más fértiles y productivas, con mejor calidad de suelos
y constituyen la última línea de defensa para la protección de la calidad del
agua y los ecosistemas. Otra de las características importantes de las zonas
riparias es la marcada influencia sobre la organización de la diversidad y la
dinámica de las comunidades asociadas con ecosistemas acuáticos y terrestres
(Robert et al., 2000), complementando sus servicios ecológicos al brindar un
amplio rango de valor económico y social, ofreciendo a las comunidades y
productores algunos recursos, tanto maderables como no maderables, además
de los servicios ambientales de protección y conservación (Robins y Cain,
2002).

La flora ribereña es en sí misma única y diversa, con vegetación generalmente


más alta, densa y estructuralmente más compleja que la vegetación
circundante. Su microclima en la mayoría de los casos es más húmedo. La
sombra que produce la vegetación riparia es determinante en las fluctuaciones
de temperatura de las aguas y cantidad de luz solar, afectando el crecimiento
de las plantas que viven junto a los cauces, y consecuentemente a los peces de
agua dulce y vertebrados que se alimentan de animales y frutas provenientes
de los mismos (Price y Lovett, 2002; Boutin et al., 2003). La vegetación que
hallamos en las terrazas de inundación en los bosques riparios proveen refugio
para peces y otros animales que se encuentran dentro del ecosistema acuático
de manera que no sean arrastrados por las altas corrientes que generan las
inundaciones y crecientes de los ríos (Boutin et al., 2003).

Otro de los factores que caracterizan las áreas en donde se desarrolla la


vegetación riparias es el exceso de sedimentos y nutrientes, principalmente
fósforo y nitrógeno, procedentes de las áreas de cultivo (Prosser y Karssies,
2001). Estos componentes afectan drásticamente la calidad del agua, trayendo
aparejado en algunos casos la pérdida de los hábitats disminuyendo en
consecuencia las diversas formas de vida acuática. Las funciones principales del
bosque ripario son las de retardar y reducir la escorrentía superficial utilizando
para ello el exceso de nutrientes, atrapar los sedimentos y otros contaminantes
que se desprenden de los suelos descubiertos o suelos de cultivos, proteger los
cuerpos de agua, y aumentar además la infiltración en las áreas de inundación
por acción de las raíces de las plantas que crecen en estas áreas.

Las áreas riparias proveen de diversos servicios ambientales como la


disminución en la erosión de las barrancas de los cursos de agua, la mejora en
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la calidad del agua, ecosistemas sanos, el mantenimiento de la biodiversidad y
de los cursos de agua, la disminución de plagas y crecimiento algal, el
mantenimiento del stock pesquero, el incremento en el valor agregado, refugio
y microclima, la retención de nutrientes, la reducción del nivel de agua, la
desnitrificación, oportunidades para la diversificación, la recreación, el
entretenimiento cultural y espiritual y el ecoturismo (Lovett, 2003).

A pesar de su importancia en el mantenimiento de la biodiversidad regional y


en la generación de servicios ambientales, la vegetación ribereña en México ha
sido relativamente poco estudiada. Rzedowski (1978) la describe como la
vegetación que se desarrolla a lo largo de corrientes de agua permanentes o
semipermanentes, generalmente formada por árboles de hoja perenne, decidua
o parcialmente decidua, con una altura de 4 a 40 m. Estas comunidades se
encuentran entre 0 y 2,800 msnm y comúnmente su distribución es espaciada e
irregular. Lot y Novelo (1990) señalan que en ellas predominan los géneros
Populus en las zonas áridas y Alnus en regiones más templadas. Se ha descrito
también que los gradientes altitudinales presentes en muchos ríos están
asociados con cambios en las variables climáticas y en las características de la
vegetación ribereña, incluyendo su diversidad, así como sus propiedades
estructurales y funcionales

Las zonas riparias, se caracterizan también porque no poseen dimensiones


absolutas (Robins y Cain, 2002). La finalidad por excelencia, cuando se manejan
este tipo de ecosistemas, es la de poder discernir y discriminar las diversas
funciones que cada uno de éstos desempeña dentro del paisaje de la cuenca
hidrográfica. Por ejemplo, el área riparia puede afectar de manera positiva la
estabilidad del suelo de una quebrada, actuar como un área de
amortiguamiento sobre los impactos que puede tener la agricultura y ganadería
sobre la calidad de agua en la cuenca, y a su vez, ser importantes conectores
entre fragmentos de bosques dentro del agro-paisaje (Robins y Cain, 2002).

El ancho necesario de la franja de vegetación ribereña, para generar un hábitat


o para el simple desplazamiento de una o varias especies en particular,
dependerá de los objetivos de manejo que en ellas se realice. La NOM-020-
RECNAT-2001 especifica que la vegetación ribereña nativa o exótica en una
franja mínima de 20 m, medida horizontalmente, se deberá conservar a partir
del nivel de aguas máximas ordinarias de las corrientes permanentes y vasos
de depósito.

Los estudios han revelado que cuanto mayor sea el ancho de la zona riparia
más beneficioso será a los efectos de proceder a conservación de la
biodiversidad. Sin perjuicio de ello los corredores estrechos son asimismo
sumamente útiles para el desarrollo y conservación de algunas especies.
Considerando las características que poseen, los corredores estrechos que se
encuentran en los paisajes alterados, experimentan una situación de borde
mayor debido a su área, y por consiguiente tienden a experimentar efectos de
borde más serios, como cambios de temperatura e invasión de hierbas no
nativas; siendo ello determinante en la eficacia del corredor mismo.
Vegetación ribereña del Estado de Sonora

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El estado de Sonora se localiza en el extremo noroeste de la República
Mexicana, cuenta con una extensión territorial de 184,934 Km cuadrados los
cuales representan el 9.4 % de la superficie del territorio del país, por lo que es
el segundo estado más grande del país. La orografía del estado de Sonora la
componen ríos, montañas, lomeríos y las zonas planas que son las que
predominan en el estado, los ríos que desembocan principalmente en el Golfo
de California, las zonas de bosques del estado se encuentran en parte noreste
del estado, la parte plana y de lomeríos se encuentra en el centro y norte, así
como toda la zona costera del estado. Los principales ríos con que cuenta el
estado de Sonora son el río Colorado, río Concepción, el río San Ignacio, el río
Sonora, el río Mátepe, el río Yaqui y el río Mayo. En la actualidad ninguno de los
ríos desemboca libremente en el mar. La utilización del agua se realiza en un
alto porcentaje para la agricultura. En el estado existen cuatro grupos climáticos
que son: seco desértico (BW); semisecos (BS); subhúmedos (AC) y templados
(Cw). En el 90 % del área predomina el clima seco y semiseco y en general en el
estado predomina la poca disponibilidad del agua.

El estado de Sonora tiene una gran diversidad de tipos de vegetación y de


plantas, cerca del 70 % del territorio del estado está cubierto de vegetación
desértica (Diagrama 1).

Se puede dividir en tres regiones bióticas generales: 1) Los matorrales del


desierto al oeste y noroeste, 2) los bosques tropicales desde el centro hasta el
sur, y 3) los bosques y los pastizales templados al este y noreste. Sin embargo,
también suele considerarse vegetación halófila y manglares (Rhizophora
mangle y Conocarpus erectus).

Diagrama1. Vegetación deSonora(Hectáreas)

Vegetación desértica

Bosques

Pastizales

Selva

Terrenosagrícolas

En Sonora, el clima es más seco cerca de la costa del Golfo de California y se


vuelve más húmedo en elevaciones mayores. En las lluvias de verano, la
cantidad y porcentaje de lluvia aumenta de norte a sur y de oeste a este. En
general, las heladas del invierno tienen temperaturas más bajas, duran más
tiempo y son más frecuentes en el norte y en elevaciones más altas. El límite
norte de plantas y animales tropicales reflejan la presencia de heladas. Los
incendios son un proceso ecológico en los bosques y los pastizales templados,
pero no en los desiertos y las zonas tropicales.
Vegetación ribereña del Estado de Sonora

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El Desierto Sonorense tiene cuatro subdivisiones en Sonora: 1) el Altiplano de
Arizona, 2) las Planicies de Sonora, 3) la Costa Central del Golfo y 4) el Valle
Bajo del Río Colorado. La gobernadora o hediondilla (Larrea divaricata) es un
elemento importante en todas las subdivisiones, las cuales se caracterizan por
tener clima árido y caliente.

El Altiplano de Arizona, se encuentra desde Tucson, Arizona, hasta Magdalena y


Caborca. El sahuaro (Carnegia gigantea), la pitahaya (Stenocereus thurberi), el
palo verde (Parkinsonia microphylla), el palo fierro (Olneya tesota) y muchas
choyas y siviris (Cylindropuntia spp.) son muy comunes en este tipo de
vegetación.

Las Planicies de Sonora en los valles grandes desde Benjamín Hill hasta
Guaymas tienen más árboles leguminosos, especialmente mezquites (Prosopis
velutina) y palo fierros, y hay muchos ocotillos machos o jaboncillo (Fouquieria
macdougalii). Los mezquites son ampliamente utilizados, su volumen de
madera para la elaboración de carbón vegetal representa una valiosa fuente de
ingreso, aportada en gran medida por los municipios de Caborca y La Colorada.

El matorral del desierto de la Costa Central del Golfo se encuentra cerca del
Golfo de California en Sonora y Baja California y tiene más húmedad del mar.
Aquí las plantas son más suculentas, es decir almacenan agua en los tejidos.
Ejemplos característicos de estas plantas son los torotes (Bursera hindsiana, B.
microphylla), los sangrengados (Jatropha cinerea, J. cuneata) y sahueso
(también llamado cardón, Pachycereus pringlei). En la Sierra Bacha, al sur de
Puerto Libertad, se encuentra la única población de cirios (Fouquieria
columnaris) en Sonora, ya que ésta es una planta característica de Baja
California.

En Sonora, el Valle Bajo del Río Colorado comprende la región del Pinacate y las
dunas del Gran Desierto de Altar hasta San Luis Río Colorado. El clima es muy
caliente y muy seco y el matorral es muy sencillo con gobernadora, chamizo
(Ambrosia dumosa), zacate galleta (Pleuraphis rígida) y ocotillo (Fouquieria
splendens).

Desde la Presa El Novillo cerca de San Pedro de la Cueva hacia el sur, la


vegetación y el clima son más tropicales, esto significa que tiene más lluvia del
verano y casi no hay heladas. La vegetación cambia desde matorral espinoso
hasta selva baja caducifolia (SBC), también se le llama bosque tropical deciduo.
El matorral espinoso es de transición entre el desierto y la SBC y comparte con
el desierto plantas como los torotes (Bursera fagaroides, B. laxiflora), ocotillo
macho y palo santo (Ipomoea arborescens).

Los bosques de SBC más intactos se encuentran en Sonora, mientras que una
gran parte del área de SBC hacia el sur, llegando hasta Costa Rica, ya están
desmontadas. La SBC se diferencia de los matorrales del desierto y espinosos
en que los árboles son más altos que los cactus columnares y el dosel del
bosque es continuo. En la SBC cerca de Alamos, los árboles y cactus más
importantes son el mauto (Lysiloma divaricatum), amapa (Tabebuia
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impetiginosa), pochote (Ceiba acuminata), otros torotes (Bursera spp.) y etcho
(Pachycereus pecten-aboriginum).

La transición entre los trópicos del nuevo mundo y la zona templada del norte
se encuentra más o menos a 29-30° de latitud N en el valle del Río Yaqui entre
Tónichi y San Pedro de la Cueva, reflejando las heladas del invierno, las cuales
llegan a Sonora como producto de los frentes del ártico. Los bosques templados
con encinos, pinos y/o pinabetes se encuentran al este en la Sierra Madre
Occidental y al noreste en las sierras aisladas como son las sierras de los Ajos,
Huachinera, la Madera, los Pinitos y San Luis. En general, los bosques tienen
más encinos (encinales), especialmente con Quercus albocincta, Q. arizonica, Q.
emoryi y otros. También se encuentra táscate o huata (Juniperus coahuilensis)
en elevaciones bajas, y más pinos (bosque de pino-encino) en elevaciones más
altas. Bosques con pinabetes (Abies concolor, A. durangensis, Pseudotsuga
menziesii) solamente ocurren en los habitats más fríos de la Mesa del
Campanero y la Sierra de los Ajos.

En los valles en el noreste de Sonora, los pastizales y matorral del Desierto


Chihuahuense son otros tipos de vegetación templados con heladas frecuentes.
Pastizales con una gran variedad de zacates y hierbas perennes, especialmente
de la familia de las compuestas, se encuentran cerca de la frontera con Arizona
cerca de Santa Cruz y desde Cananea hasta la frontera con Chihuahua. Estos
pastizales son la franja suroeste de los grandes pastizales de América del Norte
desde Canadá hasta Texas, al oeste hasta Arizona y Sonora y al sur hasta
Durango y Zacatecas. El Desierto Chihuahuense se extiende desde Coahuila y
Chihuahua hacia el norte hasta Texas y Nuevo México y al noroeste a Arizona y
Sonora. En Sonora el matorral desértico chihuahuense se encuentra en los
terrenos de caliza cerca de Esqueda y otros lugares cercanos.

Las orillas de arroyos o ríos tienen vegetación y plantas diferentes que la


vegetación adyacente porque las cuencas fluviales juntan el agua y los
nutrientes de las áreas grandes y transportan semillas desde lejos. También las
ciénegas y pozos con agua permanente mantienen plantas diferentes, como son
mezquites (Prosopis glandulosa, P. velutina), palo chino (Havardia mexicana) y
teso (Acacia occidentalis) en arroyos secos que cruzan el desierto. En los pozos
con agua dulce cerca del Golfo de California y el río Colorado en el noroeste de
Sonora, el mezquite tornillo (Prosopis pubescens) es común. En la Ciénega de
Santa Clara hay muchos tules (Typha domingensis) y carrizo (Phragmites
australis) las cuales son importantes plantas acuáticas. En muchas áreas
riparias, el pino salado (Tamarix ramosissima), una planta introducida del viejo
mundo, está reemplazando las plantas nativas. A las orillas de los ríos del sur de
Arizona, el norte de Sonora y el río Colorado, hay bosques de álamos (Populus
fremontii) y sáuces (Salix bonplandiana, S. gooddingii). A orillas de los ríos mayo
y yaqui en el sur de Sonora se encuentra el álamo mexicano (Populus mexicana
subspecie dimorpha). Este álamo presenta dos formas distintas de hojas en la
misma planta: las hojas típicas de forma acorazonada que tienen los álamos y
también las hojas delgadas características de los sáuces.
Vegetación ribereña del Estado de Sonora

Especies dominantes de la Vegetación riparia en el estado


de Sonora
• Alisedas (Alnus glutinosa)
• Saucedas (Salix atrocinerea)
• Fresnedas (Fraxinus angustifolia)
• Olmedas (Ulmus minor)
• Choperas (Populus alba)
• Saucedas (Salix spp.)
• Populus fremontii
• Salix bonplandiana
• Populus mexicana subspecie dimorpha En los
cañones y
cajones
en los bosques tropicales en el sur de Sonora, el sabino (Taxodium mexicanum),
la guásima (Guazuma ulmifolia), nacapules y tescalamas (Ficus spp.) y la
uvalama (Vitex mollis) son árboles importantes. Más al norte en el municipio de
Yécora, cerca de Tepoca, en los arroyos existen bosques de huérigos (Populus
montícola), morera cimarrona (Morus microphylla) y sáuces (Salix spp.).
También en los cañones de la Sierra Madre Occidental cerca de Yécora hay
bosques con alamillo (Alnus oblongifolia), aliso (Platanus racemosa), capulín
arroyero (Prunus gentryi), fresno (Fraxinus velutina) y sabinos (Cupressus
arizonica, Juniperus mucronata).

Las actividades de los seres humanos han cambiado la vegetación natural de


varias maneras. Con el sobrepastoreo, arbustos como el mezquite y el gatuño
(Mimosa aculeaticarpa) han invadido muchas áreas y los zacates han
desaparecido de otras. En las Planicies de Sonora y la zona tropical muchas
áreas están plantadas con zacate buffel (Pennisetum ciliare), este es un pasto
leñoso de África, muy bien adaptado al fuego. Actualmente el zacate buffel está
invadiendo los matorrales desérticos y espinosos, tipos de vegetación muy
vulnerables al fuego. En las planicies de la Costa del Golfo de California desde
Bahía de Kino hasta Sinaloa, grandes áreas de matorrales desérticos y
espinosos han sido desmontadas en el pasado para agricultura comercial en
gran escala, y actualmente para acuacultura. Además, con las presas que se
han construido en los ríos del sur de Sonora, los álamos mexicanos casi no se
reproducen por falta de inundaciones anuales. Con la terminación de la
carretera federal México 16 entre Hermosillo y la Cd. de Chihuahua en 1992, la
tala de los bosques de la Sierra Madre Occidental ha aumentado rápidamente,
principalmente por la madera de pinos para construcción y la de encinos para
hacer carbón y pulpa para hacer papel.

De los bosques sobresale la extracción de madera de pino, que corresponde al


39% de la producción estatal de maderables, cantidad obtenida principalmente
en el municipio de Yécora y Nacori Chico. Asimismo, gran cantidad de los
terrenos con vegetación están empleados como agostaderos, pero numerosas
especies vegetales son afectadas debido a la sobreexplotación.

Para dar a conocer la gran variedad floral de Sonora, la Universidad de Sonora


(Unison) cuenta con el único herbario virtual a nivel nacional mismo que puede
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ser consultado por cualquier persona de cualquier parte del mundo y a
cualquier hora y día del año. El encargado de este Herbario en el Departamento
de Investigaciones Científicas y Tecnológicas del alma mater (Dictus), Jesús
Sánchez Escalante, dirigente de la institución, explicó que desde hace ocho
años se tiene el sitio www.aguaje.dictus.uson.mx con el registro de más de ocho
mil ejemplares representativos de más de dos mil especies del estado.

"…Es el resultado de la recolección de especímenes hecha por el Dictus


desde 1976 derivado de diferentes trabajos de investigación botánica en
estado, además de contar con colaboraciones de especialistas del estado de
Arizona, Estados Unidos…", abundó.

Sánchez Escalante precisó que el Herbario Unison es un banco de información


sobre las plantas representativas de Sonora, en el que el usuario puede obtener
listados florísticos, mapas de distribución, información técnica y científica, así
como los tipos de vegetación que hay en diferentes lugares del estado. El sitio
web permite su consulta desde cualquier parte del mundo, contiene fotos de
campo de los especímenes, así como una base de datos desde la cual se
pueden obtener listados florísticos. El Herbario Unison se ubica en el Dictus y
cuenta con nueve gabinetes con capacidad para almacenar alrededor de mil
ejemplares cada uno, en el que también se protege material enviado por
personal del herbario de la Universidad de Arizona, resultado de colectas
hechas por investigadores estadounidenses en Sonora.

La vegetación riparia se desarrolla en los márgenes de ríos y arroyos y


actualmente se encuentra muy degradada, siendo difícil encontrar bosques de
ribera en buen estado de conservación. Sobre suelos ácidos se instalan alisedas
(Alnus glutinosa), saucedas (Salix atrocinerea) y fresnedas (Fraxinus
angustifolia). En áreas ricas en bases, la vegetación riparia está formada
principalmente por olmedas (Ulmus minor), choperas (Populus alba) y saucedas
(Salix spp.).

No obstante, y a pesar de su significativa importancia, se han eliminado


sistemáticamente grandes extensiones de bosques y matorrales que en otros
tiempos conformaban la vegetación natural de los ecosistemas riparios, con la
finalidad de utilizarlos para el desarrollo de las actividades agrícolas, las que
lógica e indefectiblemente acarrean consigo el uso indiscriminado e indebido de
plaguicidas, fertilizantes, y otros productos químicos difícilmente degradables,
que son fuente de contaminación de los suelos, el agua y los ecosistemas en
general.

Frente a este hecho, la Ley de Aguas Nacionales en su Art. 29 BIS 4. Fracción X.


Especifica que la concesión, asignación o permiso de descarga, así como el
permiso provisional aplicable, podrá revocarse si se realizan descargas de
aguas residuales que contengan materiales o residuos peligrosos que ocasionen
o puedan ocasionar daños a la salud, recursos naturales, fauna, flora o
ecosistemas, sin embargo, dicha normatividad no está siendo aplicada y
sancionada por las dependencias competentes.
Vegetación ribereña del Estado de Sonora

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Asimismo, resulta de suma importancia destacar que la degradación de las
tierras riparias está comúnmente asociada con la remoción de la vegetación. La
extracción de árboles de esta zona incrementa la luz y el calor que llega a los
cursos de agua, favoreciendo el crecimiento de algas nocivas y malas hierbas
que alteran de sobremanera los ecosistemas acuáticos.

Otra de las circunstancias, que ponen en peligro no solo a la vegetación


ribereña, sino también a la vida del cuerpo acuático y organismos que alberga,
es el hecho de que los sembradíos se extiendan hasta el borde exterior de las
barrancas de los arroyos incrementando la deposición de sedimentos y
nutrientes en los arroyos y cursos de agua; originando que los sedimentos que
se vierten pueden sofocar el hábitat e incrementar en gran medida el
crecimiento de algas. Además, la remoción de la vegetación riparia
desestabiliza las barrancas de los arroyos e incrementa significativamente su
ancho, provocando asimismo desprendimientos y derrumbes. La deforestación
de las zonas referenciadas provoca también que el agua fluya a mayor
velocidad contribuyendo en consecuencia al incremento de inundaciones y a la
erosión de tierras abajo (Lovett y Price, 1999).

El uso indebido que el ser humano viene haciendo de estas tierras desde hace
ya bastante tiempo, contribuirá con seguridad en un futuro más que próximo a
su total degradación. El pastoreo, en particular, puede causar diversos
problemas como sobrepastoreo, pisoteo y el incremento de la tasa de erosión,
cambio en la comunidad florística debido a un pastoreo preferencial, invasión de
especies exóticas e incremento de la turbidez en los arroyos y de nutrientes y
bacterias (Price y Lovett, 2002).

La biodiversidad del río Yaqui al igual que el resto del Estado de Sonora, no
escapa de las presiones naturales y antropogénica que lo deterioran y
disminuyen hasta el grado de la desaparición, así factores o causas como la
cacería furtiva, tala y desmontes inmoderados, incendios, contaminación,
ganadería excesiva, entre otros, producen efectos como la erosión y pérdida de
suelo, que culminan en la disminución de las poblaciones de flora y fauna
endémica.

Recientes investigaciones en potencia de la Cuenca del río Sonora manifiestan


que varios factores han afectado y continúan afectando las regiones ribereñas
del noreste de Sonora. Tales problemas incluyen sobre pastoreo, mal uso de
aguas en irrigación y explotación de aguas subterráneas. A estos elementos se
les aúna la variabilidad climática que ocasiona escasez de precipitaciones. En
conjunto, estos factores causan erosión y compactación de suelos y un cambio
en la vegetación existente. Se pretende llevar a cabo un estudio en el Rancho
Unison en Cananea en el cual colabora la Universidad de Sonora, Michigan Tech
y seis estudiantes de maestría de la Institución TIES Agua (USAID-TIES), el
proyecto cuenta con un presupuesto de $8,657,462.00. Dicho estudio pretende
abarcar los temas de escasez de agua, erosión y cambio en la vegetación
ribereña de la cuenca del Río Sonora. Sin embargo, el proyecto se encuentra
actualmente en definición y se proyecta trazar un plan de conservación y
restauración para esta región.
Vegetación ribereña del Estado de Sonora

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La Cuenca Baja del Río Mayo es rica en diversidad de especies vegetales a


pesar de las condiciones de perturbación. La diversidad de especies varía de
acuerdo al gradiente altitudinal y el número de especies guarda una relación
directa con los géneros y familias de cada una de las zonas. La agricultura,
acuicultura, ganadería, la industria pesquera y la urbanización, son los giros que
causan mayor afectación en los ecosistemas. Especies representativas de una
zona riparia como Populus fremontii y Salix bonplandiana están desapareciendo
debido a la alteración del entorno.

En materia de flora y fauna, se han celebrado convenciones y acuerdos


mundiales y regionales en los que se coincide en que es imperioso proteger y
conservar especies y géneros de flora y fauna. El titular de la Secretaría de
Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), Alberto Cárdenas, precisó
que en México es necesario hacer una revisión completa de leyes y artículos en
materia forestal, flora y fauna del semidesierto para combatir el tráfico ilegal de
especies. Añadió “…se trabaja para incrementar la vigilancia en materia
forestal y evitar la tala clandestina, así como para reforestar las zonas que han
sido devastadas en años pasados…”

En el Convenio sobre la Diversidad Biológica firmado en Río en 1992, los países


signatarios convinieron en la utilización sostenible de los componentes de la
diversidad biológica y establecieron, entre otros, los siguientes acuerdos:
integrar el examen de la conservación y utilización sostenible de los recursos
biológicos en los procesos nacionales de toma de decisiones, adoptar medidas
para evitar o reducir los efectos adversos para la diversidad biológica, proteger
y alentar la utilización consuetudinaria de los recursos biológicos conforme a las
prácticas culturales tradicionales compatibles con la conservación, prestar
ayuda a las poblaciones locales para preparar y aplicar medidas correctivas en
zonas degradadas donde la diversidad biológica se ha reducido y, fomentar la
cooperación entre autoridades y sector privado para la elaboración de métodos
orientados a la utilización sostenible de los recursos biológicos.

En México, la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente


(LGEEPA), señala que las áreas de protección de la flora y la fauna se
constituirán de conformidad con las disposiciones de esta Ley, de las Leyes
Federal de Caza, de Pesca y de las demás leyes aplicables, en los lugares que
contienen los hábitat de cuyo equilibrio y preservación dependen la existencia,
transformación y desarrollo de las especies de flora y fauna silvestres. En dichas
áreas podrá permitirse la realización de actividades relacionadas con la
preservación, repoblación, propagación, aclimatación, refugio, investigación y
aprovechamiento sustentable de las especies de flora y fauna, así como las
relativas a educación y difusión.

Para la preservación y aprovechamiento sustentable de la flora y fauna


silvestre, se considerarán los siguientes criterios: I) La preservación de la
biodiversidad y del hábitat natural de las especies de flora y fauna que se
encuentran en el territorio nacional y en las zonas donde la nación ejerce su
soberanía y jurisdicción. II) La continuidad de los procesos evolutivos de las
Vegetación ribereña del Estado de Sonora

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especies de flora y fauna y demás recursos biológicos, destinando áreas
representativas de los sistemas ecológicos del país a acciones de preservación
e investigación. III) La preservación de las especies endémicas, amenazadas, en
peligro de extinción o sujetas a protección especial. IV) El combate al tráfico o
apropiación ilegal de especies. V) El fomento y creación de las estaciones
biológicas de rehabilitación y repoblamiento de especies de fauna y flora
silvestre. VI) La participación de las organizaciones sociales, públicas o privadas,
y los demás interesadas en la preservación de la biodiversidad. VII) El fomento y
desarrollo de la investigación de la fauna y flora silvestre, y de los materiales
genéticos, con el objeto de conocer su valor científico, ambiental, económico y
estratégico para la Nación. VII) El desarrollo de actividades productivas
alternativas para las comunidades rurales. XIX) El conocimiento biológico
tradicional y la participación de las comunidades, así como los pueblos
indígenas en la elaboración de programas de biodiversidad de las áreas en que
habiten.

En lo que respecta al fomento del aprovechamiento sustentable de la flora y la


fauna, el Programa de Conservación de la Vida Silvestre y Diversificación
Productiva en el Sector Rural contempla la conservación y recuperación de
especies prioritarias a través de proyectos individualizados para un conjunto de
plantas y animales seleccionados por ostentar una categoría de riesgo
reconocida internacionalmente. Otra estrategia es el Sistema de Unidades para
la Conservación, Manejo y Aprovechamiento Sustentable de la Vida Silvestre
(SUMA). Uno de los principales enfoques de conservación es la identificación
monitoreo de especies que de alguna manera, nos indica la situación actual de
la biodiversidad, así especies catalogadas como raras, amenazadas y en peligro
de extinción son utilizadas para evaluar la salud de los ecosistemas.

Reiteradamente se ha dicho que México tiene el privilegio de estar considerado


dentro de los países megadiversos del planeta (Villaseñor, 2003). Su diversidad
poco a poco está siendo conocida, descrita y reportada, aunque a una velocidad
lamentablemente lenta, no emparejada con la tasa de destrucción de los
ecosistemas donde prospera. Por lo tanto, es importante hacer esfuerzos por
sintetizar y analizar la información existente, tanto para dar a conocer lo ya
realizado, como para definir estrategias más adecuadas para conocer la riqueza
biológica del país en un plazo más adecuado, antes de que sea imposible
hacerlo. La vegetación es un recurso insubstituible y si bien es cierto que es de
carácter renovable por la capacidad de reproducción de sus componentes, una
vez extinguido alguno de ellos, es posible que nunca se vuelva a generar.
México, como todo país en desarrollo, afronta en la actualidad un gran número
de problemas demográficos, sociales, económicos y políticos, que requieren de
urgentes soluciones para asegurar su progreso armónico y continuo. Tales
soluciones, sin embargo, deben ser suficientemente sensatas y prudentes para
tomar en cuenta no sólo el presente, sino también para asegurar el futuro del
país. El debido manejo, así como la planeación del óptimo aprovechamiento y
conservación de los recursos bióticos debe constituir uno de los elementos
medulares de la política.
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