- No mames, nomás prendes el boiler calientas y no te metes a bañar.
Si al imán de tus caricias, atractivo Sirve mi pecho de obediente acero ¿para qué me enamoras lisonjero si has de burlarme luego fugitivo?
- No soy adivina. Si te gusto: llégame.
Salgan signos de la boca
de lo que el corazón arde, que no es muy valiente el preso que no quebranta la cárcel.
- ¿Me estás oyendo inútil?
Óyeme con los ojos,
ya que están tan distantes los oídos.
- Seré pobre, pero no tonta.
Me causa más contento Poner riquezas en mi entendimiento Que no entendimiento en mis riquezas - Hay un vato que quiere conmigo pero a mí me caga, y con el que quiero ni me pela, o sea qué pedo… Feliciano me adora y le aborrezco Lisardo me aborrece y yo le adoro; Por quien no me apetece ingrato, lloro, y al que me llora tierno, no apetezco. - Y lo bailado, ¿quién me lo quita?
Goza sin temor del Hado,
el curso breve de tu edad lozana pues no podrá la muerte de mañana quitarte lo que hubieses hoy gozado.
- Te odio, te amo, te odio, te amo. ¡Ay, cómo odio amarte!
Yo templaré mi corazón de suerte que la mitad se Incline a aborrecerte Aunque la otra mitad se incline a amarte. - No estoy chillando, se me metió un: “no seas tan culero conmigo” en el ojo. Ya en líquido humor viste y tocaste Mi corazón deshecho entre tus manos. - Pinches hombres se la pasan echándole la culpa a una cuando ellos son quienes la cagan. Hombres necios que acusáis a la mujer sin razón Sin ver que sois la ocasión de lo mismo que culpáis.