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Ensayo psicoanalítico de:

Claude Frollo

Introducción

Este ensayo es un análisis del personaje Claude Frollo de la película “El Jorobado de Notre

Dame” visto desde el punto de vista psicoanalítico. Justificado bajo conceptos de Sigmund

Freud y otros autores psicoanalistas.

El libro “Nuestra señora de París” del autor Víctor Hugo fue publicado en el año de

1831, tiempo después, en 1996 se hizo una adaptación de este libro a una película animada

llamada “El Jorobado de Notre Dame” producida por Walt Disney, siendo una de las

películas infantiles más controversiales por el tema oscuro que trata.

Se realizó una investigación del contexto histórico en el que se desarrollan los hechos

y donde fue creciendo el personaje analizado en cuestión.

Desarrollo

Claude Frollo fue un juez del Palacio de Justicia en Paris, Francia. Fue criado dentro de las

creencias católicas con conocimientos de lo “moral” e “inmoral” y ejercía un derecho sobre

los paganos condenándolos a cual sea su veredicto. Tanto “El Jorobado de Notre Dame”

como la famosa novela “Nuestra señora de Paris” fueron cuentos ambientados alrededor del

siglo XV aproximadamente en el año de 1480 durante la Inquisición. En estos años los Reyes

católicos quería erradicar cualquier rastro de herejes, siendo estos personas involucrada en la

religión pero que no comparte las creencias totalitarias de la iglesia. Durante esta época

encerraban o desterraban a los gitanos si ellos no cumplían con el mandato de abandonar sus

costumbres, idioma y vestimenta así que fueron “cazados durante esta época”.

Al inicio de la película vemos que Frollo se da la tarea de perseguirlos para

encerrarlos o asesinarlos, una noche se encuentra con una mujer que huye con algo en brazos,

Frollo acusándola de robo de bienes la persigue hasta estar frente a la capilla de Notre Dame
donde la empuja y la mujer muere de un golpe contra el pavimento. Arrebatándole

anteriormente al bebé que traía en brazos, Frollo intenta asesinar al pequeño acusándolo de

ser un monstruo por estar deforme. Justo antes de arrojarlo a un pozo un arcediano le prohíbe

seguir “derramando sangre inocente” y Frollo dice: “Tengo limpia la conciencia”. Aquí

vemos negación, mecanismo en virtud del cual el sujeto a pesar de formular uno de sus

deseos, pensamientos o sentimientos hasta entonces reprimidos. Frollo niega por completo

culpa sobre un acto que en el fondo él reconoce que es inmoral, en este instante un disonancia

golpea sus creencias y comienza a tener una alucinación, una reaparición en lo real de lo ha

sido rechazado por el sujeto, en este caso, Frollo ve en las estatuas de la catedral ojos que lo

juzgan “Y por primera vez-dice el narrador-en su alma sintió temor”.

Para pagar su condena Frollo decide criar a Cuasimodo y comienza a verlo como un objeto

desechable que algún día podría serle útil, en esta relación vemos manifestada la vanidad y el

narcisismo de Frollo, viéndose a sí mismo con un hombre moral y correcto y a todos los

demás como seres blasfemos e indignos. Educa a Cuasimodo como una persona condenada

eternamente, le dice que no puede salir del campanario (donde vive) porque el mundo es

cruel, le cuenta que su madre fue una mujer cruel que la abandonó y que él lo crió con

compasión y por eso debía serle fiel y obedecerlo. Cuando Cuasimodo menciona el festival

Frollo exclama en ira y repudio, menciona que el festival es un evento profano con gente

pecadora mezclándose, que él mismo no tiene más remedio que ir por su cargo público. Sin

embargo, durante toda la película vemos en él una ambivalencia de amor-odio entre lo

“correcto” e “incorrecto”, y con su objeto que en este caso es Esmeralda. Jjustifica sus actos

de tortura e injusticia categorizándolos como que los demás “se lo merecen”. En una parte de

la película vemos como Frollo le pide al verdugo que consiga otro látigo para poder castigar

mejor a la siguiente persona en la lista de tortura. Constantemente veremos que él actúa bajo

una moral fuerte y bien delimitada hasta que se encuentra con su objeto de deseo que es
Esmeralda, en este instante comienza a entrar en un estado de angustia, cada vez que se

presenta ante ella se defiende de ella misma queriéndola anular, aquí entra su carácter

neurótico obsesivo, una parte de él la desea fervorosamente pero exclama que es porque ha

sido objeto de brujería, deseando un objeto prohibido o inhibiendo el deseo, así este deseo

aparece imposible.

Freud A. decía: “[…] el avance del ello estriba en un refuerzo de la carga (catexia)

libidinal del primitivo impulse instintivo que se ocultaba tras la formación reactiva”. Después

de que Frollo comienza a tener un deseo por Esmeralda su impulso instintivo es obtenerla a

toda costa, comienza a tener una necesidad por ella y sede a sus ideas obsesivas y llega al

acto compulsivo. Al final esa reaparición persistente del pensamiento desagradable, que es la

del acto sexual con una gitana, le producen una gran angustia por el contenido mismo de la

idea y por no poder dejar de pensar en ellas, esto lo lleva a la pérdida de control sobre si

mismo y sus deseos.

Según Freud, “El ello es todo lo heredado, lo congénitamente dado, lo

constitucionalmente establecido; es decir, ante todo, los instintos surgidos de la organización

somática, que hallan aquí una primera expresión psíquica cuyas formas ignoramos.” (Freud

S. , 1986). Frollo no concibe ceder a estos instintos surgidos en su cuerpo, él siente un deseo

profundo que aparece como una necesidad de realizar asociado a su idea obsesiva.

La libido, para Freud, resulta del instinto del amor o Eros, donde el sujeto tiende a construir y

conservar unidades “Una característica importante para la vida es la movilidad de la libido, la

facilidad con que pasa de un objeto a otros objetos. Contraria a aquella es la fijación de la

libido a determinados objetos, fijación que a menudo persiste durante toda la vida” (Freud S. ,

1986) De aquí proviene entonces la habilidad que tiene Frollo para controlar su impulso de

deseo hacia Esmeralda, siendo poca su movilidad muestra su fijación en la Fase Anal
retentiva convirtiéndose en una persona desafiante, obstinada, controladora y con sed de

dominio.

“En las funciones biológicas, ambos instintos fundamentales se antagonizan o

combinan mutuamente. Así, el acto de comer representa una destrucción del objeto

con la finalidad de la incorporación; el acto sexual, una agresión con el propósito de la

más intima unión” (Freud S. , 1986)

En esta función Frollo no se detendrá hasta haber obtenido la más íntima unión y si él

no puede lograrlo nadie más lo hará, aquí entra la envidia y la voracidad como emociones

predominantes, donde él desea todo lo bueno del objeto y si no se tiene se intenta destruir

para eliminar la fuente de la envidia. Su estado Obsesivo llega a tal punto que su objeto de

catexia, en este caso Esmeralda, comienza a convertirse en una necesidad de tener asociado a

su idea de poseerla. Comienza a buscarla por toda la ciudad utilizando policías, arrestando

gitanos, quemando casa y cabañas de personas inocentes con tal de encontrarla. Existe un

momento en el que él no acepta este deseo e intenta reprimirlo hasta que mejor opta por decir

que ella le arrojó un hechizo y él no puede controlar este impulso. Frollo presenta síntomas

obsesivo como la rigidez, el ser ritualista, meticuloso, moralista, agresivo y desarrolla

mecanismos de defensa como la ambivalencia, negación al negar culpabilidad por sus

crímenes siendo los otros los verdadero criminales (proyección). Frollo se encontraba en una

posición depresiva con angustia predominante donde sus pulsiones eróticas y agresivas se

relacionaban con un mismo objeto, Esmeralda. En ella presentaba la ambivalencia porque

dirigía sentimiento de deseo y odio hacia ella.

Dentro de su persecución entra en un cuadro neurótico y olvida por completo toda la

culpa que alguna sintió y comienza a ceder a sus impulsos, persigue a Esmeralda e intenta

asesinar a Cuasimodo, solo que ahora dentro de la catedral, cuando este plan falla los

persigue con su espada por el exterior de la catedral y recita palabra bíblicas que dicen “Y él
castigará a los malvados y los condenara al fuego infernal” justo antes de caer hacia el fuego

desde una gran altura, antes de caer ve en una de las estatuas de la catedral a los seres divinos

condenándolo por última vez, dándose cuenta de sus pecados y cayendo a su condena eterna.

En el momento en el que el yo de Frollo comienza a ceder los instintos la

autodestrucción fue inevitable. “En virtud de la relación previamente formada entre

percepción sensorial y actividad muscular, el yo gobierna los movimientos voluntarios. Su

tarea es la autoafirmación […] conquista el dominio sobre las exigencias de los instintos.”

(Freud S. , 1986).

Y al verse chocando con sus instintos al final los llevan a la autodestrucción,

rigiéndose por el instinto Tanathos de muerte o destrucción. “El Eros y el instinto de

destrucción […] El primero tiene por fin constituir y conservar unidades cada vez mayores,

es decir, tiende a la unión; el instinto de destrucción, por el contrarios, persigue la disolución

de las vinculaciones, la aniquilación.” (Freud S. , 1986)


Conclusión

Y aunque aún mantiene su juicio de la realidad es en varias ocasiones que se enfrenta

con pequeñas alucinaciones en momentos donde se siente juzgado por las fuerzas divinas que

lo condenaron cuando asesino a la madre de Cuasimodo.

Es curioso como al final todos por lo que estuvo luchando en contra, el crimen, el

pecado, la blasfemia, al final llegaron a formar parte de su propia condena, pero él nunca vio

esto en si mismo porque se creía un ser omnipotente e intocable, con poder y control sobre la

ciudad.

Como se vio a lo largo del escrito el personaje presentó actitudes neuróticas obsesivas y

depresivas. Con una fuerte inclinación por la pulsión de muerte, llevándolo a un conflicto

constante entre su yo y el ello afectando sus relaciones interpersonales con el pueblo y

además consigo mismo, provocando culpabilidad reprimida y negación.

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