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El Rapto, el Milenio y las 70 Semanas

Cuando hablamos de las perspectivas futuristas de las profecías hoy en día no podemos dejar por fuera
un análisis de la profecía de las 70 semanas, porque esa es la profecía que más se emplea para
presentar la cronología futurista que usan los protestantes hoy en su interpretación profética.

Al analizar con un rabino sobre el pasaje de la última semana de las 70 semanas, ha admitido que ese
es uno de los más difíciles para ser explicado por los judíos, porque no lo pueden entender. La profecía
de las 70 semanas es la más extraordinaria profecía mesiánica del A. T.

La razón es porque no solo presenta los eventos de la vida del Mesías sino que presenta el tiempo
exacto en que esos eventos se iban a realizar.
Es importante entender esta profecía, la cual ha sido tergiversada por el protestantismo moderno.
El protestantismo dice que la primera mitad de esta profecía se aplica a Cristo, pero la segunda mitad
se aplica al anticristo.

Voy a explicar cómo hacen eso.

Hay que entender el marco histórico de Dn. 9 en que se da la profecía de las 70 semanas.
La Biblia dice en Dn. 1 que en el año 605 a.C. vivió el rey de babilonia a Jerusalén y la tomó cautiva,
llevándose la familia real, llegando a ser sus súbditos. La ciudad no fue destruida en el 605 a. C. Lo
único que sucedió en esa fecha es que los judíos perdieron el derecho de gobernar.

En el 586 la ciudad de Jerusalén fue destruida, 19 años después de que perdiera el pueblo judío su
derecho a gobernar. Los muros y el templo son destruidos en esta fecha por causa de la apostasía de
Israel.

En Dn. 9 se habla de restaurar y reedificar a Jerusalén. El decreto que empieza las 70 semanas tiene
que lograr 2 cosas:
1) Tiene que ser un decreto que le diga a la gente que restaure la ciudad, su autonomía política.
2) Restaurar la teocracia, que pueden gobernar conforme a las leyes de su Dios.

La Biblia dice que Dios le había declarado a Israel que cuando perdieran su gobierno ellos pasarían 70
años de cautiverio en Babilonia. Desde el 605 a. C. – 536 a. C. = 70 años.
Después de las 70 semanas regresarían a su tierra para reconstruir el templo y la ciudad y los muros, y
que se iba a restablecer la teocracia judía.

El contexto de esta profecía está en Dn. 9 y esta comienza con una oración. Cuando termina Daniel la
oración, es enviado un ángel para darle la respuesta a su petición.
Veamos Dn. 9: 25:
“Sabe, pues, y entiende, que desde la salida de la orden para restaurar y edificar a Jerusalén hasta
el Mesías Príncipe, habrá siete semanas, y sesenta y dos semanas; se volverá a edificar la plaza y el
muro en tiempos angustiosos.”

“Palabra”, en heb. = “Dabar” = “decreto”


“Cortada”, en heb. = “chattak” = “descontar”
¿Cuál decreto de comienzo a las 70 semanas?
Hubo 3 decreto y 1 permiso
1- Del rey Ciro para reedificar solo el templo
Esd. 1: 2-4
“Así ha dicho Ciro rey de Persia: Jehová el Dios de los cielos me ha dado todos los reinos de la
tierra, y me ha mandado que le edifique casa en Jerusalén, que está en Judá. 3Quien haya entre
vosotros de su pueblo, sea Dios con él, y suba a Jerusalén que está en Judá, y edifique la casa a
Jehová Dios de Israel (él es el Dios), la cual está en Jerusalén. 4Y a todo el que haya quedado, en
cualquier lugar donde more, ayúdenle los hombres de su lugar con plata, oro, bienes y ganados,
además de ofrendas voluntarias para la casa de Dios, la cual está en Jerusalén.”

2- Del Rey Darío I en 520 a.C. (sólo una reconfirmación del de Ciro).
Esd. 6: 3-12
“En el año primero del rey Ciro, el mismo rey Ciro dio orden acerca de la casa de Dios, la cual
estaba en Jerusalén, para que fuese la casa reedificada como lugar para ofrecer sacrificios, y que
sus paredes fuesen firmes; su altura de sesenta codos, y de sesenta codos su anchura; 4y tres
hileras de piedras grandes, y una de madera nueva; y que el gasto sea pagado por el tesoro del rey.
5Y también los utensilios de oro y de plata de la casa de Dios, los cuales Nabucodonosor sacó del
templo que estaba en Jerusalén y los pasó a Babilonia, sean devueltos y vayan a su lugar, al templo
que está en Jerusalén, y sean puestos en la casa de Dios. 6Ahora, pues, Tatnai gobernador del otro
lado del río, Setar-boznai, y vuestros compañeros los gobernadores que estáis al otro lado del río,
alejaos de allí. 7Dejad que se haga la obra de esa casa de Dios; que el gobernador de los judíos y
sus ancianos reedifiquen esa casa de Dios en su lugar. 8Y por mí es dada orden de lo que habéis de
hacer con esos ancianos de los judíos, para reedificar esa casa de Dios; que de la hacienda del rey,
que tiene del tributo del otro lado del río, sean dados puntualmente a esos varones los gastos, para
que no cese la obra. 9Y lo que fuere necesario, becerros, carneros y corderos para holocaustos al
Dios del cielo, trigo, sal, vino y aceite, conforme a lo que dijeren los sacerdotes que están en
Jerusalén, les sea dado día por día sin obstáculo alguno, 10para que ofrezcan sacrificios
agradables al Dios del cielo, y oren por la vida del rey y por sus hijos. 11También por mí es dada
orden, que cualquiera que altere este decreto, se le arranque un madero de su casa, y alzado, sea
colgado en él, y su casa sea hecha muladar por esto. 12Y el Dios que hizo habitar allí su nombre,
destruya a todo rey y pueblo que pusiere su mano para cambiar o destruir esa casa de Dios, la cual
está en Jerusalén. Yo Darío he dado el decreto; sea cumplido prontamente.”

3- Permiso de Artajerjes I en el 445 a. C. a Nehemías para reeconstruir los muros.


Neh. 2:
“Sucedió en el mes de Nisán, en el año veinte del rey Artajerjes, que estando ya el vino delante de
él, tomé el vino y lo serví al rey. Y como yo no había estado antes triste en su presencia, 2me dijo el
rey: ¿Por qué está triste tu rostro? pues no estás enfermo. No es esto sino quebranto de corazón.
Entonces temí en gran manera. 3Y dije al rey: Para siempre viva el rey. ¿Cómo no estará triste mi
rostro, cuando la ciudad, casa de los sepulcros de mis padres, está desierta, y sus puertas
consumidas por el fuego? 4Me dijo el rey: ¿Qué cosa pides? Entonces oré al Dios de los cielos, 5y
dije al rey: Si le place al rey, y tu siervo ha hallado gracia delante de ti, envíame a Judá, a la ciudad
de los sepulcros de mis padres, y la reedificaré. 6Entonces el rey me dijo (y la reina estaba sentada
junto a él): ¿Cuánto durará tu viaje, y cuándo volverás? Y agradó al rey enviarme, después que yo
le señalé tiempo. 7Además dije al rey: Si le place al rey, que se me den cartas para los gobernadores
al otro lado del río, para que me franqueen el paso hasta que llegue a Judá; 8y carta para Asaf
guarda del bosque del rey, para que me dé madera para enmaderar las puertas del palacio de la
casa, y para el muro de la ciudad, y la casa en que yo estaré. Y me lo concedió el rey, según la
benéfica mano de mi Dios sobre mí. 9Vine luego a los gobernadores del otro lado del río, y les di las
cartas del rey. Y el rey envió conmigo capitanes del ejército y gente de a caballo.
“ 10Pero oyéndolo Sanbalat horonita y Tobías el siervo amonita, les disgustó en extremo que
viniese alguno para procurar el bien de los hijos de Israel. 11Llegué, pues, a Jerusalén, y después
de estar allí tres días, 12me levanté de noche, yo y unos pocos varones conmigo, y no declaré a
hombre alguno lo que Dios había puesto en mi corazón que hiciese en Jerusalén; ni había
cabalgadura conmigo, excepto la única en que yo cabalgaba. 13Y salí de noche por la puerta del
Valle hacia la fuente del Dragón y a la puerta del Muladar; y observé los muros de Jerusalén que
estaban derribados, y sus puertas que estaban consumidas por el fuego. 14Pasé luego a la puerta de
la Fuente, y al estanque del Rey; pero no había lugar por donde pasase la cabalgadura en que iba.
15Y subí de noche por el torrente y observé el muro, y di la vuelta y entré por la puerta del Valle, y
me volví. 16Y no sabían los oficiales a dónde yo había ido, ni qué había hecho; ni hasta entonces lo
había declarado yo a los judíos y sacerdotes, ni a los nobles y oficiales, ni a los demás que hacían la
obra. 17Les dije, pues: Vosotros veis el mal en que estamos, que Jerusalén está desierta, y sus
puertas consumidas por el fuego; venid, y edifiquemos el muro de Jerusalén, y no estemos más en
oprobio. 18Entonces les declaré cómo la mano de mi Dios había sido buena sobre mí, y asimismo
las palabras que el rey me había dicho. Y dijeron: Levantémonos y edifiquemos. Así esforzaron sus
manos para bien. 19Pero cuando lo oyeron Sanbalat horonita, Tobías el siervo amonita, y Gesem el
árabe, hicieron escarnio de nosotros, y nos despreciaron, diciendo: ¿Qué es esto que hacéis
vosotros? ¿Os rebeláis contra el rey? 20Y en respuesta les dije: El Dios de los cielos, él nos
prosperará, y nosotros sus siervos nos levantaremos y edificaremos, porque vosotros no tenéis parte
ni derecho ni memoria en Jerusalén.”

4- Decreto de la restauración de la teocracia judía en el 7mo año de Artajerjes en el 447 a. C.


Esd. 7: 1-28
“Pasadas estas cosas, en el reinado de Artajerjes rey de Persia, Esdras hijo de Seraías, hijo de
Azarías, hijo de Hilcías, 2hijo de Salum, hijo de Sadoc, hijo de Ahitob, 3hijo de Amarías, hijo de
Azarías, hijo de Meraiot, 4hijo de Zeraías, hijo de Uzi, hijo de Buqui, 5hijo de Abisúa, hijo de
Finees, hijo de Eleazar, hijo de Aarón, primer sacerdote, 6este Esdras subió de Babilonia. Era
escriba diligente en la ley de Moisés, que Jehová Dios de Israel había dado; y le concedió el rey
todo lo que pidió, porque la mano de Jehová su Dios estaba sobre Esdras.
“7Y con él subieron a Jerusalén algunos de los hijos de Israel, y de los sacerdotes, levitas, cantores,
porteros y sirvientes del templo, en el séptimo año del rey Artajerjes. 8Y llegó a Jerusalén en el mes
quinto del año séptimo del rey. 9Porque el día primero del primer mes fue el principio de la partida
de Babilonia, y al primero del mes quinto llegó a Jerusalén, estando con él la buena mano de Dios.
10Porque Esdras había preparado su corazón para inquirir la ley de Jehová y para cumplirla, y
para enseñar en Israel sus estatutos y decretos.
“11Esta es la copia de la carta que dio el rey Artajerjes al sacerdote Esdras, escriba versado en los
mandamientos de Jehová y en sus estatutos a Israel: 12Artajerjes rey de reyes, a Esdras, sacerdote y
escriba erudito en la ley del Dios del cielo: Paz. 13Por mí es dada orden que todo aquel en mi reino,
del pueblo de Israel y de sus sacerdotes y levitas, que quiera ir contigo a Jerusalén, vaya. 14Porque
de parte del rey y de sus siete consejeros eres enviado a visitar a Judea y a Jerusalén, conforme a la
ley de tu Dios que está en tu mano; 15y a llevar la plata y el oro que el rey y sus consejeros
voluntariamente ofrecen al Dios de Israel, cuya morada está en Jerusalén, 16y toda la plata y el oro
que halles en toda la provincia de Babilonia, con las ofrendas voluntarias del pueblo y de los
sacerdotes, que voluntariamente ofrecieren para la casa de su Dios, la cual está en Jerusalén.
17Comprarás, pues, diligentemente con este dinero becerros, carneros y corderos, con sus ofrendas
y sus libaciones, y los ofrecerás sobre el altar de la casa de vuestro Dios, la cual está en Jerusalén.
18Y lo que a ti y a tus hermanos os parezca hacer de la otra plata y oro, hacedlo conforme a la
voluntad de vuestro Dios. 19Los utensilios que te son entregados para el servicio de la casa de tu
Dios, los restituirás delante de Dios en Jerusalén. 20Y todo lo que se requiere para la casa de tu
Dios, que te sea necesario dar, lo darás de la casa de los tesoros del rey.
“21Y por mí, Artajerjes rey, es dada orden a todos los tesoreros que están al otro lado del río, que
todo lo que os pida el sacerdote Esdras, escriba de la ley del Dios del cielo, se le conceda
prontamente, 22hasta cien talentos de plata, cien coros de trigo, cien batos de vino, y cien batos de
aceite; y sal sin medida. 23Todo lo que es mandado por el Dios del cielo, sea hecho prontamente
para la casa del Dios del cielo; pues, ¿por qué habría de ser su ira contra el reino del rey y de sus
hijos? 24Y a vosotros os hacemos saber que a todos los sacerdotes y levitas, cantores, porteros,
sirvientes del templo y ministros de la casa de Dios, ninguno podrá imponerles tributo, contribución
ni renta.
“25Y tú, Esdras, conforme a la sabiduría que tienes de tu Dios, pon jueces y gobernadores que
gobiernen a todo el pueblo que está al otro lado del río, a todos los que conocen las leyes de tu Dios;
y al que no las conoce, le enseñarás. 26Y cualquiera que no cumpliere la ley de tu Dios, y la ley del
rey, sea juzgado prontamente, sea a muerte, a destierro, a pena de multa, o prisión.
“27Bendito Jehová Dios de nuestros padres, que puso tal cosa en el corazón del rey, para honrar la
casa de Jehová que está en Jerusalén, 28e inclinó hacia mí su misericordia delante del rey y de sus
consejeros, y de todos los príncipes poderosos del rey. Y yo, fortalecido por la mano de mi Dios
sobre mí, reuní a los principales de Israel para que subiesen conmigo.”

¿Cuándo comienzan las 70 semanas?


En el año 457 a. C.
Dn. 9: 25:
“Sabe, pues, y entiende, que desde la salida de la orden para restaurar y edificar a Jerusalén hasta
el Mesías Príncipe, habrá siete semanas, y sesenta y dos semanas; se volverá a edificar la plaza y el
muro en tiempos angustiosos.”

“Mesías príncipe” en heb. Mashíyach”= “Cristos” = “Ungido”

¿Por qué dice 7 semanas y 62 semanas y no dice 69 semanas?


La última parte de Dn. 9: 25 dice lo que se va a hacer en las 7 semanas y luego en Dn. 9: 26 dice lo
que se hará después de las 62 semanas.
Las 7 semanas serán para reconstruir en tiempos angustiosos
Vea Esdras y Nehemías y verán una triple alianza que se levantó contra ellas: Gesén; Tobías y
Sambalat.

Las 62 semanas llevan hasta el Mesías príncipe.


¿Qué tiempo se había cumplido en Mr. 1: 9-11?
“Aconteció en aquellos días, que Jesús vino de Nazaret de Galilea, y fue bautizado por Juan en el
Jordán. 10Y luego, cuando subía del agua, vio abrirse los cielos, y al Espíritu como paloma que
descendía sobre él. 11Y vino una voz de los cielos que decía: Tú eres mi Hijo amado; en ti tengo
complacencia.”
El de las 70 semanas de Dn. 9 es cuando Jesús es bautizado. No hay otra profecía cronológica en el
AT.

Lc. 3: 1-2, 21-22


“En el año decimoquinto del imperio de Tiberio César, siendo gobernador de Judea Poncio Pilato, y
Herodes tetrarca de Galilea, y su hermano Felipe tetrarca de Iturea y de la provincia de Traconite,
y Lisanias tetrarca de Abilinia, 2y siendo sumos sacerdotes Anás y Caifás, vino palabra de Dios a
Juan, hijo de Zacarías, en el desierto… 21Aconteció que cuando todo el pueblo se bautizaba,
también Jesús fue bautizado; y orando, el cielo se abrió, 22y descendió el Espíritu Santo sobre él en
forma corporal, como paloma, y vino una voz del cielo que decía: Tú eres mi Hijo amado; en ti
tengo complacencia.”

Tiberio comenzó a gobernar en el año 12 d. C. y en al año 15 de su reinado Jesús fue bautizado. Es


decir 12+15= año 27 DC.

Después de las tentaciones de Jesús encontramos a:


Lc. 4: 16-17
“Vino a Nazaret, donde se había criado; y en Sábado entró en la sinagoga, conforme a su
costumbre, y se levantó a leer. 17Y se le dio el libro del profeta Isaías; y habiendo abierto el libro,
halló el lugar donde estaba escrito…”

¿Cuándo fue ungido Jesús? En el bautismo


Hch. 10: 38:
“cómo Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a Jesús de Nazaret, y cómo éste anduvo
haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él.”

Jn. 1: 32, 41:


“32También dio Juan testimonio, diciendo: Vi al Espíritu que descendía del cielo como paloma, y
permaneció sobre él. 41Este halló primero a su hermano Simón, y le dijo: Hemos hallado al Mesías
(que traducido es, el Cristo). 42Y le trajo a Jesús. Y mirándole Jesús, dijo: Tú eres Simón, hijo de
Jonás; tú serás llamado Cefas (que quiere decir, Pedro).”

Jesús fue bautizado a los 483 años después del decreto de Artajerjes.
Se llama “Mesías Príncipe”
¿Quién es este príncipe? Jesús
Is. 9: 6:
“Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su
nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz.”

Dn. 8: 25:
“Con su sagacidad hará prosperar el engaño en su mano; y en su corazón se engrandecerá, y sin
aviso destruirá a muchos; y se levantará contra el Príncipe de los príncipes, pero será quebrantado,
aunque no por mano humana.”

Dn. 11: 22 - El príncipe del pacto:


“Las fuerzas enemigas serán barridas delante de él como con inundación de aguas; serán del todo
destruidos, junto con el príncipe del pacto.”
Dn. 12: 1 - Se le llama Miguel:
“En aquel tiempo se levantará Miguel, el gran príncipe que está de parte de los hijos de tu pueblo; y
será tiempo de angustia, cual nunca fue desde que hubo gente hasta entonces; pero en aquel tiempo
será libertado tu pueblo, todos los que se hallen escritos en el libro.”

¿Por qué se recalca esto? Para ver la interpretación del protestantismo que no lo cree así.

Vayamos a Dn. 9: 26:


“Y después de las sesenta y dos semanas se quitará la vida al Mesías, mas no por sí; y el pueblo de
un príncipe que ha de venir destruirá la ciudad y el santuario; y su fin será con inundación, y hasta
el fin de la guerra durarán las devastaciones.”

“Después de las 62 semanas es la semana 70”


“Se quitará la vida al Mesías”, en heb. Dice “El Mesías será cortado y no para sí”
En heb. “Karath” = “cortar una parte del cuerpo”; matar; eliminar.

Veamos la palabra “quitará”, en heb. “gazar”, en Is. 53: 8:


“8Por cárcel y por juicio fue quitado; y su generación, ¿quién la contará? Porque fue cortado de la
tierra de los vivientes, y por la rebelión de mi pueblo fue herido.”

“Cortado de la tierra de los vivientes” fue muerto.


Volvamos a Dn. 9: 26:

Según los protestantes es a partir de la mitad de Dn. 9: 26 en que está hablando del anticristo.
Dn. 9: 26 (segunda parte):
“…y el pueblo de un príncipe que ha de venir destruirá la ciudad y el santuario; y su fin será con
inundación, y hasta el fin de la guerra durarán las devastaciones.”

“El príncipe que ha de venir” que es el cuerno pequeño, los protestantes dicen que es Antíoco
Epífanes.
Es decir, que la primera mitad de Dn. 9: 25 es para el Mesías pero la 2 mitad, como el pueblo mató al
Mesías el reloj se para por 2 mil años de las 70 semanas.
Entonces el reloj comienza a funcionar cuando venga el príncipe que ha de venir.

¿Por qué esta interpretación no puede ser cierta?


Porque la estructura de Dn. 9 exige que este príncipe sea el mismo Mesías Príncipe.

El príncipe y el Mesías es lo mismo.


Tradicionalmente se dice que el príncipe es Tito en el 70 d. C. y que el pueblo del príncipe son los
romanos.
Pero el príncipe que ha de venir es Jesús, y el pueblo del príncipe son los judíos.

¿Quién destruyó a Jerusalén? Los romanos


¿Por qué? Porque el pueblo quiso

Vayamos a Mt. 22: 7-8:


“Al oírlo el rey, se enojó; y enviando sus ejércitos, destruyó a aquellos homicidas, y quemó su
ciudad. 8Entonces dijo a sus siervos: Las bodas a la verdad están preparadas; mas los que fueron
convidados no eran dignos.”

¿Quién es el rey? Dios.


Vayamos a Dn. 9: 26:
“Y después de las sesenta y dos semanas se quitará la vida al Mesías, mas no por sí; y el pueblo de
un príncipe que ha de venir destruirá la ciudad y el santuario; y su fin será con inundación, y hasta
el fin de la guerra durarán las devastaciones.”

“El príncipe que ha de venir”= Vamos al Sal. 118: 26:


“Bendito el que viene en el nombre de Jehová; Desde la casa de Jehová os bendecimos.”

“La casa de Jehová” es el templo en ese tiempo.

¿Qué pasará cuando el príncipe venga al templo?


Salmos 118: 22 - lo rechazarán:
“La piedra que desecharon los edificadores Ha venido a ser cabeza del ángulo.”

Vea Lc. 19: 37-44:


“Cuando llegaban ya cerca de la bajada del monte de los Olivos, toda la multitud de los discípulos,
gozándose, comenzó a alabar a Dios a grandes voces por todas las maravillas que habían visto,
38diciendo: ¡Bendito el rey que viene en el nombre del Señor; paz en el cielo, y gloria en las
alturas! 39Entonces algunos de los fariseos de entre la multitud le dijeron: Maestro, reprende a tus
discípulos. 40Él, respondiendo, les dijo: Os digo que si éstos callaran, las piedras clamarían. 41Y
cuando llegó cerca de la ciudad, al verla, lloró sobre ella, 42diciendo: ¡Oh, si también tú
conocieses, a lo menos en este tu día, lo que es para tu paz! Mas ahora está encubierto de tus ojos.
43Porque vendrán días sobre ti, cuando tus enemigos te rodearán con vallado, y te sitiarán, y por
todas partes te estrecharán, 44y te derribarán a tierra, y a tus hijos dentro de ti, y no dejarán en ti
piedra sobre piedra, por cuanto no conociste el tiempo de tu visitación.”

Es decir, tienen un velo porque leen el Antiguo Testamento sin Cristo y es el mismo error de los
protestantes. Ven en el Antiguo Testamento la ley y en el Nuevo Testamento la gracia. No encuentra a
Cristo en el Antiguo Testamento.
Dicen no me hablen de la ley sino de gracia.

Esa cita de Lc. 19: 37-44 se cumplió en el año 70 d. C.


¿Por qué fue destruida la ciudad?
Porque no conocieron el tiempo de su visitación.

Volvamos a Dn. 9: 27:


“Y por otra semana confirmará el pacto con muchos; a la mitad de la semana hará cesar el
sacrificio y la ofrenda. Después con la muchedumbre de las abominaciones vendrá el desolador,
hasta que venga la consumación, y lo que está determinado se derrame sobre el desolador.”

Los protestantes dicen que los romanos harán un pacto con los judíos, y a la mitad de la semana va a
quebrantar el pacto, y va a perseguir a los judíos, y Dios va a proteger a los judíos. Pero es todo lo
contrario según Dn. 9: 27
¿Qué significa “confirmará el pacto a muchos”?
En Dn. Cada vez que se usa la palabra “pacto” se refiere al que tiene Dios con su pueblo, nunca es
secular, sino con Dios.

¿Cuál fue ese pacto? El que hizo en Israel en el SINAI.


¿Cuándo se confirmó el pacto? Cuando murió en la cruz.

Vea Mt. 26: 28:


“porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisión de los
pecados. 29Y os digo que desde ahora no beberé más de este fruto de la vid, hasta aquel día en que
lo beba nuevo con vosotros en el reino de mi Padre.”

Dios está hablando del pacto de salvación.


Vea Is. 53: 11:
“Verá el fruto de la aflicción de su alma, y quedará satisfecho; por su conocimiento justificará mi
siervo justo a muchos, y llevará las iniquidades de ellos.”

¿Quién es este príncipe del pacto?


Dn. 9: 27:
“Y por otra semana confirmará el pacto con muchos; a la mitad de la semana hará cesar el
sacrificio y la ofrenda. Después con la muchedumbre de las abominaciones vendrá el desolador,
hasta que venga la consumación, y lo que está determinado se derrame sobre el desolador.”

A la mitad de semana.
Mt. 27: 51:
“Y he aquí, el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo; y la tierra tembló, y las rocas se
partieron…”

Ustedes saben lo serio que es sacar a Cristo y meter al anticristo. Es blasfemia atribuir lo de Cristo al
anticristo.

¿Qué es lo que lleva a Jerusalén sea destruida? El rechazo y la muerte de Jesús.


¿Saben ustedes que Jesús llamó a la “abominación asoladora” cuando rodearon a Jerusalén?
¿Cuándo se determinó la destrucción de Jerusalén?

En el apedreamiento de Esteban en el año 34 d. C y marca el fin de las 70 semanas y cerrarse la gracia


para la nación judía, no para los individuos.

Vea Hch. 7: 52-60:


“¿A cuál de los profetas no persiguieron vuestros padres? Y mataron a los que anunciaron de
antemano la venida del Justo, de quien vosotros ahora habéis sido entregadores y matadores;
53vosotros que recibisteis la ley por disposición de ángeles, y no la guardasteis.
“54Oyendo estas cosas, se enfurecían en sus corazones, y crujían los dientes contra él. 55Pero
Esteban, lleno del Espíritu Santo, puestos los ojos en el cielo, vio la gloria de Dios, y a Jesús que
estaba a la diestra de Dios, 56y dijo: He aquí, veo los cielos abiertos, y al Hijo del Hombre que está
a la diestra de Dios. 57Entonces ellos, dando grandes voces, se taparon los oídos, y arremetieron a
una contra él. 58Y echándole fuera de la ciudad, le apedrearon; y los testigos pusieron sus ropas a
los pies de un joven que se llamaba Saulo. 59Y apedreaban a Esteban, mientras él invocaba y decía:
Señor Jesús, recibe mi espíritu. 60Y puesto de rodillas, clamó a gran voz: Señor, no les tomes en
cuenta este pecado. Y habiendo dicho esto, durmió.”

Al concluir la gracia para la nación judía, ya Dios estaba señalando a su instrumento para los gentiles,
ese era Saulo de Tarso.
Esto está claro.

¿Qué es lo que ha sucedido con el protestantismo? Está en una apostasía abierta y descarada a Dios y
lo ha asimilado de su madre, el papado.

Nos incumbe a nosotros enseñar y obedecer lo que ya hemos aprendido.

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