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DOSSIER

AVENTURA
en Tierra Santa

El reino de la Cruz
Christian Grasso
pág. 56

Privilegios de los
francos
pág. 64

Toma de Jerusalén por los francos, en 1099 (Libro de las Cruzadas, Viena, Biblioteca Nacional).

Difícil convivencia
pág. 68
Hace nueve siglos, en 1102, el rey Balduino de
Jerusalén llevó al Oriente latino a su máximo
esplendor. El esfuerzo de los cruzados para
dominar Palestina duró dos siglos, pero la lucha
por Jerusalén, conquistada por los cristianos en
1099, recuperada por Saladino en 1187 y a la
¡Oh, Jerusalén! que Israel ha efectuado un polémico traslado de
David Solar
pág. 72 su capitalidad, es tan encarnizada como antaño

55
El reino
de la CRUZ
La Primera Cruzada labró una serie de Estados latinos en Oriente Medio
que alteraron el equilibrio político de la región. Christian Grasso
describe la peripecia del reino cristiano de Jerusalén, hasta que Saladino
conquistó la Ciudad Santa en 1187

56
AVENTURA EN TIERRA SANTA

P
arece ser el destino de Jerusa- gesto de magnanimidad, perdonar la
lén. Amada, soñada, venera- vida a los vencidos. El inicial empuje
da, pero, sobre todo, disputa- de Saladino pareció que iba a terminar
da. La Ciudad Santa tiene un con la presencia cristiana en el Próxi-
valor simbólico tan poderoso que no mo Oriente. Las esperanzas de los cru-
es posible considerarla una ciudad zados eran, a finales del siglo XII, tan
cualquiera. Los cruzados avanzaron escasas como los enclaves que conser-
hasta ella soñando con sus riquezas vaban. Sin embargo, la pérdida de Je-
materiales y espirituales y esa esperan- rusalén conmovió al mundo cristiano y
za les dio la fortaleza para superar tres Occidente se movilizó en defensa del
años de penosa marcha, sembrada de Oriente latino. La partida seguía.
cadáveres, hasta alcanzar sus puertas y
asaltar sus murallas (1099). El mismo Creados de la nada
atractivo, espiritual y material, impulsa- El Oriente latino era la más preciada he-
ba las campañas de Saladino para libe- rencia de la Primera Cruzada. Se trataba
rarla de los cristianos, logrando, al fin, de una serie de principados que los
entrar triunfante en ella en 1187 y, en francos –o latinos, como también se de-
nominaba a los occidentales– habían
CHRISTIAN GRASSO, profesor de Historia
creado casi de la nada, poniendo en cri-
Medieval en la Universidad de Florencia, sis los ya delicados equilibrios de Siria y Godofredo de Bouillon reza ante el Santo
es autor de los tres primeros textos, Palestina. Sería casi imposible definir Sepulcro, en una miniatura de Histoire
traducidos por María Cóndor. con claridad los mil enredos políticos, d’Outremer, de Guillaume de Tyr, siglo XI.

religiosos y étnicos que ya entonces ca-


racterizaban a estas regiones. El mismo
Islam era una realidad muy compleja.
Las divisiones y la hostilidad entre los
califatos antagonistas de Bagdad y El
Cairo, que se disputaban la primacía; la
continua llegada de conquistadores ne-
oconversos, como los turcos seléucidas,
y la aparición en Anatolia y en Siria de
una multiplicidad de pequeños emira-
tos, casi totalmente autónomos, habían
dado al mundo musulmán una fisono-
mía fuertemente localista, abocándolo a
un conflicto permanente. Los cruzados
no se enfrentaban a un único ejército,
sino a una serie de débiles emiratos, ce-
losos de su propia autonomía y procli-
ves a negociar. Eso explica tanto el ini-
cial éxito cruzado como la pervivencia
de los principados francos de Oriente.
Los cruzados, bien armados, buenos
combatientes y, en general, bien dirigi-
dos –aunque con muchas disensiones
entre los diversos nobles– trataron de
explotar los puntos débiles del enemi-
go y de granjearse el apoyo, nunca de-
sinteresado, de las comunidades cris-
tianas locales. Antes de alcanzar Jeru-
salén, ya se habían constituido las pri-
meras posesiones latinas en Oriente:
Balduino, hermano de Godofredo de
Bouillon, cooperó con la población ar-

La toma de Jerusalén, en 1099, representada


en una tabla de escuela flamenca (Gante,
Museum voor Schone Kunsten).

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menia, que conservaba entre Cilicia y
SULTANATO CONDADO el Éufrates una importante presencia, y
DE RUM Adana DE EDESA Edesa
PEQUEÑA • • había sido reconocido como titular del
ARMENIA (1098-1146)
PRINCIPADO condado de Edesa –actual Urfa– ya en
(1138-1375) DE ANTIOQUÍA marzo de 1098. Asimismo, la ayuda de
(1098-1268) REINO
DE ALEPO la comunidad armenia contribuyó a la
REINO Antioquía• conquista de la ciudad siria de Antio-

Alepo
DE CHIPRE quía, en junio de 1098. La antigua Rei-
(1192-1489) Famagusta • na de Oriente pasaba a ser propiedad
MA
R • • CONDADO Palmira
del normando Bohemundo de Altavilla.
Nicosia DE TRÍPOLI
M •Homs La alegría por la conquista de Jerusa-
(1098-1146)
ED

Krak de los lén estuvo mitigada por el temor a los


Trípoli• Caballeros REINO
problemas que tal expansión acarrearía.
ITE

DE DAMASCO
• Beirut ¿Cómo organizarse para hacer frente a la
Beaufort •
RRÁ N

Tiro • reacción musulmana? La decisión de


Damasco
Montfort mantener alta la tensión militar se mos-
Le Chatelet
Haifa ••Acre DESIERTO tró eficaz: los Estados latinos de Oriente
EO

Belvoir DE consiguieron ampliar su esfera de in-


Chastel Pélerin Ajlun SIRIA fluencia, afirmándose dentro del pano-

Jaffa • Cesarea •Amman
Damieta rama geopolítico del Próximo Oriente.
• Ascalon • •
CALIFATO
• Jerusalén Moab El derecho de conquista
Gaza
DE EGIPTO ESTADOS LATINOS Los primeros años de la dominación
(968-1171) REINO DE JERUSALÉN
DE ORIENTE cruzada estuvieron caracterizados por
• (1099-1187)
El Cairo una política agresiva, que aprovechó
Montreal REINO DE JERUSALÉN
SINAÍ Petra las condiciones favorables para impul-
CONDADO DE TRÍPOLI sar el amplio proyecto de Balduino
• Aqaba PRINCIPADO que, tras la muerte de su hermano Go-
GOLFO DE ANTIOQUÍA
DE SUEZ
dofredo, se había sentado en el trono
MAR CONDADO DE EDESA
ROJO de Jerusalén (1100). Balduino se había
Fortalezas cristianas proclamado Rex superiorem non recog-
Fortalezas musulmanas noscens, convirtiendo el reino de Jeru-
salén en una monarquía independien-
te. Dándose cuenta de las necesidades
militares, había aceptado después la le-
gitimidad del derecho de conquista,
Chipre, la isla feliz merced a la cual los caballeros seguían
combatiendo y aumentando los territo-

L a destrucción de las posesiones latinas


en Siria y Palestina por parte de los
mamelucos (1291) fue una verdadera tra-
rico y fuerte, en suma, que podía constitur-
se en promotor de las más diversas iniciati-
vas, desde la construcción de edificios de
rios que se irían reconociendo como
parte integrante de su reino.
Así se fue perfilando la estructura
gedia para la población franca que se había rara belleza como la catedral de Nicosia y la feudal de la monarquía jerosolimitana.
establecido en ellas. Correspondió a los Lu- abadía de Bellapaise, que son testimonio de Una estructura inicialmente sólida, que
signan, a la sazón titulares sólo nominales la vivacidad artística de la isla, hasta el apa- dependía directamente de la corona y
de la corona de Jerusalén y soberanos del drinamiento de proyectos tan grandiosos que adquiría aún más fuerza gracias a
reino de Chipre, encontrar una solución, como inverosímiles de reconquista de Tie- las concesiones a los caballeros de feu-
abriendo las puertas de la isla a la llegada rra Santa. Los Lusignan, que se ciñeron dos en tierras y también, quizás en ma-
de nobles, caballeros y simples ciudadanos, también la corona del agonizante reino ar- yor medida, de dinero.
todos en calidad de prófugos. Chipre logró menio de Cilicia (1393), a fines del siglo La capacidad política de Balduino fue
superar con facilidad esta inesperada e in- XIV intentaron una vez más arrastrar a Eu- decisiva, también, para la definición de
sólita invasión. La isla era rica gracias al co- ropa a una nueva cruzada. Heredera del una dirección común dentro del campo
mercio que se desarrollaba en el Mediterrá- Occidente latino y de su memoria caballe- cruzado. Así fue posible rechazar du-
neo. Los Lusignan, que la gobernaban des- resca, Chipre se hizo famosa como la isla de rante décadas todos los intentos de
de 1192, después de que Ricardo Corazón los cruzados, cosa que siguió siendo hasta reacción de los musulmanes y decidir
de León se la arrebatara a los bizantinos, que pasó a manos de Venecia (1489), que, una zona precisa de conquista y asenta-
eran los artífices de una sólida monarquía al poner fin a su independencia y a sus sue- miento en la que concentrar todos los
feudal, dentro de la cual su supremacía era ños de gloria, decretó en cierto modo el de- esfuerzos. Para apoderarse de la región
garantía de estabilidad política. Un reino finitivo ocaso del Oriente latino. costera vital para los intereses de los
cruzados, fue necesaria la ayuda de las

58
EL REINO DE LA CRUZ
AVENTURA EN TIERRA SANTA

Un caballero cristiano y uno musulmán libran un combate, en una miniatura que representa la ofensiva sobre Oriente Medio de la Tercera Cruzada.

ciudades marítimas italianas. Gracias a rentes realidades locales. Todos acudían de adaptarse a las condiciones locales,
ellas, se asediaron las ciudades tanto a su soberano en caso de necesidad a la vez que mantenía diversas institu-
por mar como por tierra. Jaffa, Haifa, económica y militar y en más de una ciones de Occidente. En un principio,
Cesarea, Acre, Beirut habían caído bajo ocasión, frente a la iniciativa musulma- las cosas parecían ir bien. A la muerte
dominio franco en 1110 y, aunque to- na, la intervención del ejército regio ga- de Balduino (1118), el dominio franco
davía faltaran Tiro (conquistada en rantizó la supervivencia de los principa- se extendía desde Edesa, por toda la
1124) y Ascalón (1153), la costa estaba dos del Norte. A la osadía de Balduino costa siria, hasta Aqaba, a orillas de
bajo su control, por lo que estaban ga- se debe el nacimiento, tras una larga se- Mar Rojo, y desde el Mediterráneo has-
rantizados los contactos con Europa. El rie de batallas (1102-1109), del condado ta Transjordania, es decir, parte de los
reino de Jerusalén –políticamente autó- de Trípoli, el único Estado que recono- actuales Irak, Siria, Líbano, Israel, Pa-
nomo, militarmente victorioso, enrique- ció formalmente su autoridad. lestina y Jordania.
cido por el comercio marítimo– comen- El Oriente latino era, pues, un mun- Si tan fuertes eran los reinos latinos
zó a extender su influencia hacia los do en continua evolución que trataba de Oriente, ¿cómo pudo Saladino llegar
principados cruzados del Norte.
Estos principados mantuvieron con el
reino de Jerusalén unas relaciones com- El ejército de los francos
plejas y cambiantes según las circuns-
tancias. Se trataba de Estados autóno-
mos, con tradiciones e identidad pro-
pias. El condado de Edesa estaba admi-
C uando pensamos en el Oriente latino,
inmediatamente imaginamos los cas-
tillos y las armaduras de los caballeros. Los
por los musulmanes. Los caballeros, con sus
pesadas armaduras, iban precedidos por
contingentes de infantería, que con arcos y
nistrado por señores francos, pero estu- primeros son testimonio aún hoy visible ballestas iniciaban el encuentro con la rápi-
vo siempre bajo cierto control de los de la presencia cruzada en Tierra Santa y da y veloz caballería musulmana. Parte del
cristianos armenios locales. Antioquía, las segundas, proyección, un tanto román- ejército cruzado era movilizado sobre la ba-
donde Bohemundo se había proclama- tica y artificiosa, de una determinada ma- se de la leva feudal pero, como las exigen-
do príncipe, chocó con las aspiraciones nera de combatir. En cualquier caso, se tra- cias superaban siempre a la disponibilidad,
del Imperio Bizantino, que casi siempre ta de imágenes que remiten a una de las se veía obligado a menudo a recurrir a mer-
se mostró hostil hacia los Estados lati- exigencias más importantes que acompaña- cenarios, como los famosos turcopoles, que
nos. Tanto Edesa como Antioquía eran, ron a los Estados latinos: las militares. combatían a estilo turco, es decir, con velo-
por tanto, Estados autónomos cuyos in- Los francos se vieron obligados a convivir ces arqueros a caballo. No era raro que se
tereses, a veces, coincidían con los del con guerras y batallas. Tener como vecino al alistase también a peregrinos procedentes
reino de Jerusalén. Por lo demás, la mo- adversario acarreaba no pocos problemas. de Europa como combatientes para breves
narquía creada por Balduino se consi- Como el peligro era siempre inminente, los campañas. En casos excepcionales, estaba
deró, especialmente en los primeros francos cuidaron de modo especial la defen- prevista la movilización de toda la pobla-
años, como un modelo y un punto de sa de sus territorios, adoptando una serie de ción franca, como sucedió con ocasión del
referencia. La organización feudal y las medidas, ante todo en el plano de la orga- asedio de Jerusalén por Saladino (1187). En
instituciones adoptadas en el reino de nización militar. La caballería era sin duda cuanto a la flota, se podía contar con la ayu-
Jerusalén se extendieron a todo el el recurso más importante y el más temido da de las ciudades marítimas italianas.
Oriente franco, adaptándose a las dife-

59
Coronación de Godofredo de Bouillon, en 1099. Su hermano Balduino convirtió a Jerusalén en una monarquía independiente de todo poder.

a Jerusalén sin encontrar ningún obstá- que obligó a Egipto a pagarle tributos y do más complejo, que proyectó sus in-
culo? Las continuas campañas militares su ejército puso sitio, con escaso éxito, tereses hacia el reino armenio de Cilicia
emprendidas por los francos se convir- a Alejandría (1167), El Cairo (1168) y –llamado Pequeña Armenia– y hacia el
tieron en el revulsivo que favoreció el Damieta (1169). Amalrico no era un in- rico reino de Chipre. Por una parte, las
resurgimiento de la idea de la yihad, sensato. Su proyecto no trataba tanto ayudas de Occidente, en forma de nue-
merced a la cual caudillos y hábiles po- de la conquista de Egipto como de evi- vas expediciones militares y, por otra, la
líticos como Zengi (1127-1146) y Nur- tar la formación de un Imperio musul- renovada unidad de las fuerzas más em-
ed-Din (1146-1174) habían afirmado su mán que comprendiese Siria y Egipto y prendedoras del mundo oriental habían
propia autoridad sobre el Oriente Pró- en el que se empeñaron, primero, Nur- dado nuevo vigor a la iniciativa cruzada.
ximo musulmán e iniciado la lucha ed-Din y luego Saladino (1174-1193). Si la bizantina Chipre había sido una
contra los infieles cristianos. Así con- Las campañas egipcias de Amalrico
pusieron fin a una época. Tras ellas, los
quistaron el condado de Edesa (1144-
51). Paradójicamente, cuando más Estados francos cayeron en una pro-
En el Monte
fuerte era la reacción islámica, los fran- gresiva debilidad político-militar. Por Carmelo
cos se tornaban más ambiciosos. eso, tras su victoria en Hattin (4 de ju-

El sueño de conquistar Egipto


El reino de Jerusalén era, o así se consi-
lio de 1187), a Saladino no le resultó
muy difícil situarse a un paso del triun-
fo definitivo.
T ierra Santa era un lugar perfecto
para retirarse a la soledad. El profe-
ta Elías la había elegido -quién sabe
deraba, una potencia de primer orden La toma de Jerusalén por Saladino, el cuántos siglos antes- precisamente por
en el tablero de Oriente Próximo. Con- 2 de octubre de 1187, constituye uno de ello. Como consecuencia de las Cruza-
tinuó, mientras pudo, la política de los momentos culminantes de la historia das, algunos occidentales pensaron que
alianzas con los emiratos musulmanes del Oriente latino. En poco tiempo, el había llegado el momento de convertir-
disidentes como Damasco y, cuando es- reino de Jerusalén, el principado de An- la nuevamente en un lugar de oración.
to no era posible, se convirtió en pro- tioquía y el condado de Trípoli fueron Así, volvieron a aparecer en el Monte
motor de proyectos fantásticos. casi borrados del mapa, pero lo sor- Carmelo aquellas silenciosas y fascinan-
Amalrico (1162-1174), rey de Jerusa- prendente fue que, en el transcurso de tes figuras de eremitas amantes del asce-
lén, intentó cinco veces la conquista de pocos años, se inició un proceso de re- tismo y dedicados a la contemplación de
Egipto. Para coronar su sueño, tejió un conquista, aunque el nuevo reino de Je- Dios. Reunidos en una federación, estos
intrincado sistema de alianzas políticas rusalén no alcanzaría las antiguas fron- eremitas, que no desdeñaban refugiarse
que implicaron a las fuerzas militares teras y tendría que contentarse con un en las cuevas del monte, obtuvieron del
del Oriente latino, a Occidente –convo- territorio limitado entre Jaffa y Beirut, patriarca de Jerusalén una primera regla
cando una nueva cruzada– y al Imperio privado de la antigua capital –ocupada hacia 1209. Confirmada poco después
Bizantino. Lo extraordinario no es tanto de nuevo sólo por breve tiempo (1229- por el papa Gregorio III, se convertiría
la grandiosidad de su idea –que retomó 1244)– y además sin un auténtico domi- en texto de referencia de una orden reli-
san Luis con ocasión de la VII cruzada, nio del interior. Los otros dos principa- giosa que sería muy afortunada también
de 1248-50– como el hecho de que es- dos padecieron un reajuste similar. El en Europa: la carmelita.
tuvo a punto de hacerla realidad, tanto Oriente latino se transformó en un mun-

60
EL REINO DE LA CRUZ
AVENTURA EN TIERRA SANTA

conquista, esencialmente, del inglés Ri-


cardo Corazón de León (1191) –que
después de la Tercera Cruzada había
considerado oportuno cederla a una fa-
milia del lugar, los Lusignan– en el caso
del nuevo reino de Cilicia. fue decisiva
la decisión del soberano armenio León
de reconocer la supremacía del empera-
dor de Occidente (1198), para formar
con los francos un frente común contra
musulmanes y bizantinos.

Un paraíso feudal
Quien había de dirigir este resurgimien-
to no era ya la corona de Jerusalén, víc-
tima de mil intrigas políticas, sino las fa-
milias más influyentes de la nobleza
franca. En los comienzos del siglo XIII,
se impuso la aristocracia, que contribu-
yó a conferir al Oriente latino una ima- Saladino manda encadenar a los prisioneros cristianos tras la Batalla de Hattin, en 1187,
gen de paraíso del feudalismo. según una miniatura medieval (París, Biblioteca Nacional).
Los titulares de señoríos y feudos
siempre se habían aprovechado de la la Curia Regis. Los caballeros Templa- co II Barbarroja (1128-1229), quien, a
debilidad de la corona, fenómeno que, rios, Hospitalarios y Teutones estaban raíz de un ventajoso matrimonio con la
a partir del reinado de Amalrico se ge- encargados de salvaguardar las fronte- heredera de la corona del reino de Je-
neralizó. Desarrollando una poderosa ras y fortalezas que servían para domi- rusalén, trató de revitalizar el trono,
conciencia de clase y coordinando su nar y proteger el territorio. Estos mon- nombrando delegados plenipotencia-
actuación política, consiguieron limitar jes guerreros constituían la principal rios. Las batallas legales y una guerra
las prerrogativas del soberano por me- fuerza militar y su peso político se ha- civil quebraron los sueños de Federico.
dio de la Curia Regis, que pasó de ser bía consolidado con la construcción o Pero estas alianzas cruzadas no siem-
la Corte del Rey a constituirse en asam- reconstrucción de numerosos castillos, pre funcionaron. Pronto vinieron a me-
blea de la nobleza. Con la posterior tu- cada vez más fuertes. nos, por causa de celos recíprocos y de
tela de los privilegios así adquiridos
mediante una densa red de normas ju-
rídicas, limitaron a la corona a un pa-
La nobleza limitó el poder del rey de
pel marginal. De hecho, la Curia Regis Jerusalén mediante la CURIA REGIS, que
se convirtió, sobre todo después del
desastre de Hattin, en el órgano central
se convirtió en el órgano de gobierno
de gobierno, manejado por una cama-
rilla de cabezas visibles de una noble- Las ciudades italianas representaban intereses políticos enfrentados. El par-
za cada vez más rica y con intereses la principal fuerza económica. Su apor- ticularismo se convertiría entonces en
tanto políticos como económicos en to- tación a la conquista inicial de Tierra rasgo del reino de Jerusalén. Entretan-
do el Oriente latino. En suma, una au- Santa había sido recompensada con la to, en Egipto, los mamelucos, la nueva
téntica oligarquía. concesión de barrios en las ciudades dinastía gobernante, preparaba el gol-
La trayectoria de los Ibelin es muy portuarias y privilegios fiscales. De es- pe final contra los Estados latinos. Ais-
significativa en este sentido. Partiendo te modo podían explotar las prósperas lando unas tras otra ciudades y fortale-
de un pequeño feudo en las proximi- rutas comerciales que, desde Extremo zas, los mamelucos dieron comienzo
dades de Jaffa, del cual tomaron tam- Oriente pasando por Tiro, Acre y Chi- en 1263 a su larga marcha hacia la vic-
bién su nombre, esta familia se forjó un pre, llegaban a Europa. toria. Conquistaron Antioquía en 1268
Imperio de señoríos repartidos entre y Trípoli en 1289. De nada sirvió el de-
Jerusalén y Chipre. Todos sus miem- Alianza del dinero y la espada sesperado intento de unir bajo el cetro
bros se sentaban en la Curia Regis de Sobre la base de la alianza entre baro- de los Lusignan las coronas de Jerusa-
Nicosia y de Acre (la nueva capital del nes, comerciantes y caballeros, se creó lén y de Chipre. Acre capituló el 18 de
reino jerosolimitano, tras la pérdida de un delicado equilibrio de poder que mayo de 1291. El reino armenio de Ci-
la Ciudad Santa). Hábiles políticos, los garantizó una relativa tranquilidad en licia se liberó poco a poco de la tutela
Ibelin promovieron una alianza entre la los Estados francos. Juntos formaron occidental. El reino de Chipre, por el
nobleza, las órdenes de caballería y las un frente común cada vez que veían contrario, resistió aún mucho tiempo
ciudades italianas, cuyos representan- amenazada su posición, como sucedió, (1489), como postrer testimonio del
tes fueron llamados a formar parte de por ejemplo, con la cruzada de Federi- Oriente latino. ■

61
El Krak de los Caballeros
E rigido hacia mediados del siglo XI por la Orden de los Ca-
balleros Hospitalarios sobre una fortificación islámica ante-
rior, el Krak (castillo-fortaleza en siríaco) es una de las estructu-
En esta torreta
ondeaba
la bandera
Una amplia estancia, de 120 metros
de largo por 8 de ancho, albergaba
diversas dependencias de servicio.
de los
ras defensivas más imponentes y complejas, hasta el punto de que
Hospitalarios.
Thomas Edwards Lawrence, Lawrence de Arabia, la definió como
“el castillo mejor conservado y más admirable del mundo”. El
Krak se extiende por una superficie de 25.000 metros cuadrados
y en la primera mitad del siglo XII podía albergar en sus estan-
cias, terrazas e infinitas galerías hasta a dos mil hombres. Some-
tido a asedio numerosas veces, capituló finalmente en 1271, cuan-
do la guarnición se reducía a un centenar de caballeros y la región
no estaba ya ocupada por los cristianos.

Habitaciones
del comandante
de la guarnición.

Un foso en el
interior del muro
constituía, además
de las grandes
cisternas nuevas,
una reserva de
agua, utilizada
sobre todo para los
caballos.

Un acueducto
reforzaba las
cisternas del
castillo.

Todo el recorrido de los muros


exteriores estaba salpicado de
barbacanas permanentes.

62
EL REINO DE LA CRUZ
AVENTURA EN TIERRA SANTA

Molino de viento. Capilla románica.

En esta gran sala gótica


se celebraban los
banquetes y las
reuniones de la Orden.

Entrada
principal.

Para acceder al castillo había


que pasar por un corredor
cubierto, con cabida también
para los caballos.

Los monjes guerreros


P ara lograr un mejor control del territo-
rio, los francos dispusieron la construc-
ción de obras fortificadas: torres de guarni-
zas, bien relevando a los soberanos y señores
en su gestión, bien construyendo otras nue-
vas. Presentes en todo el Oriente latino (Ci-
ra los Hospitalarios, Château Pélerin para los
Templarios, Montfort para los Teutones),
cuyo valor estratégico era crucial para la su-
ción, pequeñas fortalezas, castillos. Estas licia, Antioquía, Trípoli, Jerusalén), los pervivencia de los Estados latinos. No fue
construcciones servían como base para lan- monjes guerreros podían coordinar fácil- casual que el sultán mameluco Baibars vie-
zar ataques por sorpresa y como centros de mente sus iniciativas. Su situación económi- ra precisamente en esta fuerza el primer obs-
poder político y económico. Su número e ca, buena gracias a sus extensas posesiones táculo que tenía que eliminar. Sometidos a
importancia aumentaron con el auge de las en Occidente, les permitía disponer siempre un duro y eficaz asedio, estos castillos, ale-
órdenes de caballería. Consolidados en la de un contingente, en gran medida de mer- gría y orgullo del ejército cruzado, fueron
primera mitad del siglo XII, los Templarios, cenarios. Gracias a su riqueza, los caballeros destruidos uno tras otro, el Krak y Montfort
los Hospitalarios y después los Teutones, se pudieron garantizar la guarnición de los en 1271; Château Pélerin en 1291, tres me-
impusieron el deber de defender las fortale- grandes castillos (Krak de los Caballeros pa- ses después de la pérdida definitiva de Acre.

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EL REINO DE LA CRUZ
AVENTURA EN TIERRA SANTA

conquista, esencialmente, del inglés Ri-


cardo Corazón de León (1191) –que
después de la Tercera Cruzada había
considerado oportuno cederla a una fa-
milia del lugar, los Lusignan– en el caso
del nuevo reino de Cilicia. fue decisiva
la decisión del soberano armenio León
de reconocer la supremacía del empera-
dor de Occidente (1198), para formar
con los francos un frente común contra
musulmanes y bizantinos.

Un paraíso feudal
Quien había de dirigir este resurgimien-
to no era ya la corona de Jerusalén, víc-
tima de mil intrigas políticas, sino las fa-
milias más influyentes de la nobleza
franca. En los comienzos del siglo XIII,
se impuso la aristocracia, que contribu-
yó a conferir al Oriente latino una ima- Saladino manda encadenar a los prisioneros cristianos tras la Batalla de Hattin, en 1187,
gen de paraíso del feudalismo. según una miniatura medieval (París, Biblioteca Nacional).
Los titulares de señoríos y feudos
siempre se habían aprovechado de la la Curia Regis. Los caballeros Templa- co II Barbarroja (1128-1229), quien, a
debilidad de la corona, fenómeno que, rios, Hospitalarios y Teutones estaban raíz de un ventajoso matrimonio con la
a partir del reinado de Amalrico se ge- encargados de salvaguardar las fronte- heredera de la corona del reino de Je-
neralizó. Desarrollando una poderosa ras y fortalezas que servían para domi- rusalén, trató de revitalizar el trono,
conciencia de clase y coordinando su nar y proteger el territorio. Estos mon- nombrando delegados plenipotencia-
actuación política, consiguieron limitar jes guerreros constituían la principal rios. Las batallas legales y una guerra
las prerrogativas del soberano por me- fuerza militar y su peso político se ha- civil quebraron los sueños de Federico.
dio de la Curia Regis, que pasó de ser bía consolidado con la construcción o Pero estas alianzas cruzadas no siem-
la Corte del Rey a constituirse en asam- reconstrucción de numerosos castillos, pre funcionaron. Pronto vinieron a me-
blea de la nobleza. Con la posterior tu- cada vez más fuertes. nos, por causa de celos recíprocos y de
tela de los privilegios así adquiridos
mediante una densa red de normas ju-
rídicas, limitaron a la corona a un pa-
La nobleza limitó el poder del rey de
pel marginal. De hecho, la Curia Regis Jerusalén mediante la CURIA REGIS, que
se convirtió, sobre todo después del
desastre de Hattin, en el órgano central
se convirtió en el órgano de gobierno
de gobierno, manejado por una cama-
rilla de cabezas visibles de una noble- Las ciudades italianas representaban intereses políticos enfrentados. El par-
za cada vez más rica y con intereses la principal fuerza económica. Su apor- ticularismo se convertiría entonces en
tanto políticos como económicos en to- tación a la conquista inicial de Tierra rasgo del reino de Jerusalén. Entretan-
do el Oriente latino. En suma, una au- Santa había sido recompensada con la to, en Egipto, los mamelucos, la nueva
téntica oligarquía. concesión de barrios en las ciudades dinastía gobernante, preparaba el gol-
La trayectoria de los Ibelin es muy portuarias y privilegios fiscales. De es- pe final contra los Estados latinos. Ais-
significativa en este sentido. Partiendo te modo podían explotar las prósperas lando unas tras otra ciudades y fortale-
de un pequeño feudo en las proximi- rutas comerciales que, desde Extremo zas, los mamelucos dieron comienzo
dades de Jaffa, del cual tomaron tam- Oriente pasando por Tiro, Acre y Chi- en 1263 a su larga marcha hacia la vic-
bién su nombre, esta familia se forjó un pre, llegaban a Europa. toria. Conquistaron Antioquía en 1268
Imperio de señoríos repartidos entre y Trípoli en 1289. De nada sirvió el de-
Jerusalén y Chipre. Todos sus miem- Alianza del dinero y la espada sesperado intento de unir bajo el cetro
bros se sentaban en la Curia Regis de Sobre la base de la alianza entre baro- de los Lusignan las coronas de Jerusa-
Nicosia y de Acre (la nueva capital del nes, comerciantes y caballeros, se creó lén y de Chipre. Acre capituló el 18 de
reino jerosolimitano, tras la pérdida de un delicado equilibrio de poder que mayo de 1291. El reino armenio de Ci-
la Ciudad Santa). Hábiles políticos, los garantizó una relativa tranquilidad en licia se liberó poco a poco de la tutela
Ibelin promovieron una alianza entre la los Estados francos. Juntos formaron occidental. El reino de Chipre, por el
nobleza, las órdenes de caballería y las un frente común cada vez que veían contrario, resistió aún mucho tiempo
ciudades italianas, cuyos representan- amenazada su posición, como sucedió, (1489), como postrer testimonio del
tes fueron llamados a formar parte de por ejemplo, con la cruzada de Federi- Oriente latino. ■

61
El Krak de los Caballeros
E rigido hacia mediados del siglo XI por la Orden de los Ca-
balleros Hospitalarios sobre una fortificación islámica ante-
rior, el Krak (castillo-fortaleza en siríaco) es una de las estructu-
En esta torreta
ondeaba
la bandera
Una amplia estancia, de 120 metros
de largo por 8 de ancho, albergaba
diversas dependencias de servicio.
de los
ras defensivas más imponentes y complejas, hasta el punto de que
Hospitalarios.
Thomas Edwards Lawrence, Lawrence de Arabia, la definió como
“el castillo mejor conservado y más admirable del mundo”. El
Krak se extiende por una superficie de 25.000 metros cuadrados
y en la primera mitad del siglo XII podía albergar en sus estan-
cias, terrazas e infinitas galerías hasta a dos mil hombres. Some-
tido a asedio numerosas veces, capituló finalmente en 1271, cuan-
do la guarnición se reducía a un centenar de caballeros y la región
no estaba ya ocupada por los cristianos.

Habitaciones
del comandante
de la guarnición.

Un foso en el
interior del muro
constituía, además
de las grandes
cisternas nuevas,
una reserva de
agua, utilizada
sobre todo para los
caballos.

Un acueducto
reforzaba las
cisternas del
castillo.

Todo el recorrido de los muros


exteriores estaba salpicado de
barbacanas permanentes.

62
EL REINO DE LA CRUZ
AVENTURA EN TIERRA SANTA

Molino de viento. Capilla románica.

En esta gran sala gótica


se celebraban los
banquetes y las
reuniones de la Orden.

Entrada
principal.

Para acceder al castillo había


que pasar por un corredor
cubierto, con cabida también
para los caballos.

Los monjes guerreros


P ara lograr un mejor control del territo-
rio, los francos dispusieron la construc-
ción de obras fortificadas: torres de guarni-
zas, bien relevando a los soberanos y señores
en su gestión, bien construyendo otras nue-
vas. Presentes en todo el Oriente latino (Ci-
ra los Hospitalarios, Château Pélerin para los
Templarios, Montfort para los Teutones),
cuyo valor estratégico era crucial para la su-
ción, pequeñas fortalezas, castillos. Estas licia, Antioquía, Trípoli, Jerusalén), los pervivencia de los Estados latinos. No fue
construcciones servían como base para lan- monjes guerreros podían coordinar fácil- casual que el sultán mameluco Baibars vie-
zar ataques por sorpresa y como centros de mente sus iniciativas. Su situación económi- ra precisamente en esta fuerza el primer obs-
poder político y económico. Su número e ca, buena gracias a sus extensas posesiones táculo que tenía que eliminar. Sometidos a
importancia aumentaron con el auge de las en Occidente, les permitía disponer siempre un duro y eficaz asedio, estos castillos, ale-
órdenes de caballería. Consolidados en la de un contingente, en gran medida de mer- gría y orgullo del ejército cruzado, fueron
primera mitad del siglo XII, los Templarios, cenarios. Gracias a su riqueza, los caballeros destruidos uno tras otro, el Krak y Montfort
los Hospitalarios y después los Teutones, se pudieron garantizar la guarnición de los en 1271; Château Pélerin en 1291, tres me-
impusieron el deber de defender las fortale- grandes castillos (Krak de los Caballeros pa- ses después de la pérdida definitiva de Acre.

63
Privilegios de los
FRANCOS

64
AVENTURA EN TIERRA SANTA

El europeo que se quedaba a vivir en Tierra Santa se convertía en parte


de una minoría urbana privilegiada, protegida por las leyes y dueña de los
resortes comerciales con Occidente. Pasaba a pertenecer, en definitiva,
al grupo de los conquistadores

U
na ingente y vocinglera mul-
titud, un ininterrumpido atra-
car de naves y una infinita
serie de convoyes que se di-
rigen tierra adentro. De los barcos des-
cienden tropeles de peregrinos ansiosos
por visitar Tierra Santa y conseguir co-
diciadas reliquias, mezclados con mer-
caderes italianos, pendientes de sus ne-
gocios. Esa era la imagen del puerto de
Acre, la ciudad más próspera del reino
de Jerusalén, donde la actividad debía
ser frenética. Algo similar ocurría en Ti-
ro –siempre en competencia con Acre–
Trípoli o Laodicea, puerto privilegiado
de Antioquía. Los descendientes de los
primeros cruzados se habían organizado
muy bien. Los comerciantes y los arte-
sanos dominaban con sus tiendas las ca-
lles próximas al puerto. Los mercaderes
italianos, celosos defensores de sus in-
tereses, preferían acotar un barrio pro-
pio y refugiarse en él, lejos de ojos in-
discretos. Los empleados del municipio
o de la Corona realizaban sus tareas ins- Balduino I, conde de Edesa y primer rey de
pectoras y recaudadoras. Todos pare- Jerusalén, tras la muerte de Godofredo, en
cían estar perfectamente de acuerdo, una miniatura del siglo XV (Viena. Bib. Nac.).
pues en los negocios conviene evitar
tensiones inútiles. Por otra parte, había do y la pertenencia, en definitiva, al
algo muy importante que los unía: eran grupo de los conquistadores. Un grupo
todos de origen occidental y, por ello, ligado por fuertes vínculos de solidari-
les complacía identificarse como “fran- dad interna, a pesar de la división que
cos” (en árabe, al-franch) que era, existía entre una clase superior, la de
exactamente, como les denominaba la los nobles titulares de señoríos y feu-
población autóctona, de la que estaban dos, y la de los llamados burgueses.
separados por su poder y prosperidad. Más allá de toda posible ambigüedad,
el término “burgués” señalaba en
Nobles y burgueses Oriente al occidental no noble, que go-
Ser franco indicaba mucho más que te- zaba, en general, de cuantiosas pose-
ner un simple origen geográfico co- siones (tenure en bourgage) que podía
mún. Significaba privilegios, un patri- administrar libremente. La actividad de
monio cultural y religioso bien defini- estos ciudadanos estaba regulada por
un derecho distinto del feudal, que era
Godofredo de Bouillon, representado como regulado por tribunales especiales
fuente de poder de sus barones, en el Libro (“corte de los burgueses”), según nor-
de las Cruzadas (Viena, Biblioteca Nacional). mas consuetudinarias. Sea cual fuese

65
El negocio de las peregrinaciones
C uenta el viajero español Pedro Tafur,
peregrino en Tierra Santa en 1437,
que, llegados a Jerusalén, les mostraron la
vender sus souvenirs a los viajeros, etcétera.
Todo lo cual indica que Tierra Santa en ge-
neral y, sobre todo, Jerusalén, mantenían un
grupos, dando vueltas –igual que hoy– ex-
tenuados y un poco confusos. La afluencia de
estos visitantes de Europa era casi ininte-
torre en la que Cristo se apareció a sus dis- enorme atractivo para los cristianos, al pun- rrumpida. Todos soñaban con poder visitar
cípulos en forma de fuego; la capilla en la to de que los viajeros debían ser algunos mi- al menos una vez los Santos Lugares y pare-
que el incrédulo Tomás metió la mano en les al año, constituyendo un excelente nego- cía natural aprovechar las posibilidades ofre-
el costado del Señor; la casa de la Virgen; el cio, tanto para las autoridades musulmanes cidas por la institución de relaciones regu-
comedor de la Última Cena; el Santo Se- como para los monjes allí establecidos. lares con el Oriente latino. El itinerario más
pulcro; el agujero que sirvió para erigir la Era muy frecuente encontrar por las calles frecuente preveía el embarque entre marzo y
Cruz; el huerto del Prendimiento; el reco- de las ciudades francas peregrinos, solos o en septiembre, en los principales puertos me-
do donde se le apareció a la Magdalena y ditarráneos (Barcelona, Marsella, Pisa, Gé-
otros lugares tan maravillosos como fantás- nova, Venecia, Bari), desde los cuales, si to-
ticos... donde los romeros eran esquilma- do iba bien, al cabo de un mes aproximada-
dos sin misericordia. 12,5 ducados pagó mente se podía llegar a Tierra Santa.
Tafur por estas visitas, que duraron dos dí- En torno a las peregrinaciones se desa-
as, una cantidad exorbitante, si se consi- rrolló un floreciente comercio de souvenirs
dera que el viaje Venecia-Jaffa, que había que ofrecía desde reliquias, casi siempre
durado 25 días, le había costado 20. falsas, hasta las famosas palmas de Jericó,
En la narración de este viajero se obser- que acompañaban al peregrino en su regre-
va que todo estaba escrupulosamente regu- so a casa, identificándolo como palmero. Al-
lado: número de viajes, fecha de partida, gunos viajeros compusieron guías e itinera-
precio, instrucciones al viajero, posadas bien Frascos palestinos del siglo VI. Objetos rios para ayudar a los peregrinos en su difi-
equipadas, transporte, protección al pere- como éstos se vendían como recuerdo a los cultoso camino; y muchos de ellos dejaron
grino, días en que los mercachifles podían peregrinos (Monza, Tesoro de la Basílica). testimonio escrito de su peregrinación.

su origen étnico –normando, proven- da urbana se había mantenido activa y plios. Muchas de estas ampliaciones se
zal, flamenco, italiano– o social, todos los francos ocuparon los diversos los dedicaron a obras defensivas –torres,
eran considerados como francos. Al centros neurálgicos, adaptándolos a murallas y fosos–, pero en algunos ca-
principio, esto acarreó dificultades, por sus propias exigencias. sos las ciudades carecían por completo
ejemplo de tipo idiomático. Pero, con de estos elementos y, como ocurrió en
el paso del tiempo, se definió una Las ciudades costeras Acre, hubieron de expandirse conside-
identidad precisa y el francés d'oil se El tejido urbano fue, por tanto, reorga- rablemente para subsanar esas limita-
convertiría en la lengua oficial. nizado con la construcción, por ejem- ciones. La economía fue el elemento
Los francos prefirieron afincarse en plo, de nuevos barrios con iglesias y determinante para que las ciudades
las ciudades. En Siria y Palestina, la vi- espacios comerciales cada vez más am- conservaran un papel destacado en la

CRONOLOGÍA

1095. En el Concilio de tina, los primeros Esta- de Trípoli, en la cual par- quista Damasco, asu- creta que todos los feu-
Clermont, el papa Urba- dos latinos: condado de ticipa también Balduino, miendo pleno dominio de datarios han de conside-
no II insta a la liberación Edesa (Balduino de Bolo- Beltrán de Saint-Gilles la Siria musulmana. rarse vasallos de la Coro-
de Jerusalén. nia), principado de An- concluye el proyecto de 1162. Con la promulga- na. La disposición resul-
1098-99. Los cruzados tioquía (Bohemundo de fundar un nuevo asenta- ción de las Leyes sobre tó contraproducente y
fundan, en Siria y Pales- Altavilla) y reino de Jeru- miento latino, el conda- el homenaje de los vasa- debilitó la autoridad real,
salén (Godofredo de do de Trípoli. llos, el rey Amalrico de- favoreciendo el ascenso
Bouillon). 1124. Con ayuda de la de la nobleza.
1100. Balduino, tras flota veneciana, se con- 1174. Tras la muerte de
confiar Edesa a su cuña- quista la ciudad de Tiro. Nur ad-Din, uno de sus
do Balduino de Bourg, 1144. Imad ad-Din Zen- más poderosos generales,
marcha a Jerusalén a re- gi, atabeg (gobernador) Salah ad-Din (Saladino),
coger la herencia de su de Alepo y Mosul, con- logra unificar bajo su au-
hermano Godofredo. En quista Edesa. toridad Siria y Egipto.
lugar de conservar el tí- 1153. Último gran éxito 1187. Saladino entra en
tulo de Advocatus Sancti de un rey de Jerusalén: Jerusalén. Acorralados
Sepulchri, se hace pro- Balduino III ocupa As- por la acometida militar,
clamar monarca del reino calón. los francos sólo consi-
Urbano II, en una latino de Jerusalén. 1154. Nur ad-Din, hijo y Concilio de Acre y sitio de guen conservar las ciu-
miniatura del siglo XII. 1109. Con la conquista sucesor de Zengi, con- Damasco. Segunda Cruzada. dades de Tiro, Antioquía,

66
PRIVILEGIOS DE LOS FRANCOS
AVENTURA EN TIERRA SANTA

colonización franca. No fue casual que dental. La imagen de un Eldorado


los centros más importantes y populo- oriental para enriquecerse con su con-
sos, como Tiro, Acre y Famagusta, –en quista y colonización sería, en cual-
Chipre– fuesen ciudades costeras, que, quier caso, muy exagerada: el princi-
en general, contaban con la ventaja pal problema que afligió a los Estados
añadida de hallarse en encrucijadas del latinos fue, precisamente, su precarie-
comercio internacional. La animada vi- dad demográfica.
da que caracterizaba a estos centros y
las posibilidades económicas que ofre- Una minoría
cían el comercio y las actividades pro- La inmigración occidental fue siempre
ductivas constituyeron un estímulo su- modesta. Las perspectivas para un no-
ficiente para hacer que la población se ble que quisiera establecerse en Ultra-
concentrara en ellas. mar no eran maravillosas. Las guerras
Los francos no se limitaron, sin em- continuas y los recelos por parte de la
bargo, a ocupar ciudades o a construir nobleza franca bastaban las más de las
fortalezas, sino que fueron capaces asi- veces para desanimar a los mejor in-
mismo de experimentar, sobre todo en tencionados. Más consistente fue, por
el reino de Jerusalén, nuevas formas de el contrario, la inmigración desde toda
asentamientos rurales. Europa de sencillos campesinos o de
Núcleos como el Casal Imbert (entre gentes que nada tenían y que, aprove-
Acre y Tiro) y Magna Mahomeria (no chando una nueva Cruzada, se trasla-
lejos de Jerusalén), surgieron junto a daban a Oriente para ser tal vez re-
los preexistentes –siempre inferiores compensados con la concesión de un
en número y en importancia poblacio- terreno. Cálculos aproximados –las
nal– respecto a los cuales conservaron fuentes no son de gran ayuda en este
una fisonomía diferente. Los nuevos sentido– estiman que los occidentales
asentamientos francos, planificados Mercaderes y peregrinos ante Jerusalén, en residentes en Palestina, la zona princi-
desde su nacimiento, dotados de igle- una miniatura de Passages d’Outremer, del pal de asentamiento, fueron en el me-
sias, molinos para el grano y el aceite, siglo XV (París, Biblioteca Nacional). jor de los casos unos 100.000 ó
siempre estaban próximos a las vías de 150.000, con un porcentaje sobre la po-
comunicación o a las fortalezas que los La puesta en cultivo de nuevas tie- blación total que oscilaría entre el 15 y
protegían –si no constituían ellos mis- rras no servía tanto para garantizar el el 25 por ciento. Esta modesta cifra es-
mos las fortalezas que dominaban la suministro de la ciudad, para el cual taba destinada a reducirse paulatina-
zona–. En general, presentan bastantes bastaba la producción rígidamente mente, sobre todo en el transcurso del
analogías con nuevas poblaciones eu- controlada de los pueblos indígenas, siglo XIII. Desde el punto de vista nu-
ropeas: los campesinos allí afincados como para incentivar el cultivo de la mérico, los francos fueron siempre una
gozaban de ayudas e incentivos, igual vid y la producción de caña de azúcar, minoría, no sólo en comparación con
que los que se aventuraban a colonizar de las cuales se obtenían cosechas de los musulmanes, sino también con los
nuevos territorios en Europa. mucha demanda en el mercado occi- cristianos autóctonos. ■

Trípoli y los castillos del perador de Occidente. A 1228-29. Cruzada de Fe- nante programa de forti- nan, rey de Chipre.
Krak de los Caballeros y la ceremonia asiste una derico II. Con el tratado ficaciones (Acre, Cesa- 1291. Acre cae en manos
Margat. delegación enviada por de Jaffa, el Emperador rea, Haifa, Jaffa, Sidón). del sultán Al-Ashraf.
1189-92. La Tercera Cru- el Pontífice. Nace el rei- obtiene la restitución de 1256-1. Guerra de San 1489. Venecia conquista
zada permite a los Esta- no armenio de Cilicia. Jerusalén y de una pe- Saba, entre las ciudades la isla de Chipre.
dos latinos recuperar par- 1202-04. Cuarta Cruza- queña zona que com- marítimas italinas. Se 1571. Chipre cae en po-
te de sus antiguos territo- da. Conquista de Bizan- prende también Nazaret pone de manifiesto la der de los otomanos.
rios. El reino de Jerusa- cio y fundación del Im- y Belén. fragmentación política
lén, notablemente reduci- perio latino de Oriente. 1244. Los mercenarios de de los Estados latinos.
do, sitúa su nueva capital Jorasán, a sueldo del sul- 1260. El sultán mamelu-
en Acre. Antioquía y Trí- tán de Egipto, vuelven a co Baibars detiene en Si-
poli se unen bajo el cetro ocupar Jerusalén e infli- ria el avance mongol en
de Bohemundo IV de An- gen una grave derrota al la Batalla de Ain Jalut.
tioquía. Guido de Lusig- ejército franco en la Bata- 1286. Después de largos
nan, el expulsado rey de lla de Forbie (Herbiya). períodos de vacío y
Jerusalén, conquista la 1250-54. Tras una fraca- agrias contiendas, en las
isla de Chipre. sada expedición a Egip- que había tomado parte
1198. León I recibe la to, Luis XI de Francia se Carlos de Anjou, el trono
corona de manos de los Saladino toma Jerusalén, detiene en Tierra Santa, de Jerusalén es entrega- Fortificación cruzada e
representantes del Em- miniatura persa del s. XV. iniciando un impresio- do a Enrique II Lusig- Iglesia de San Juan, en Acre.

67
Difícil
CONVIVENCIA

Soldados de infantería se disponen a participar en las Cruzadas, en una miniatura del siglo XIII (París, Biblioteca Nacional).

68
AVENTURA EN TIERRA SANTA

Los cruzados no estaban preparados para tratar con la multitud de iglesias


cristianas que hallaron en Oriente y se vieron forzados a experimentar
fórmulas de convivencia, no sólo con judíos y musulmanes, sino con
otras maneras de interpretar su propia fe

L
os occidentales, fuesen comba- Adviértase la importancia de los ar-
tientes o emigrantes económi- menios para el Oriente latino. En su
cos, no estaban preparados caso, no se trató sólo de una con-
para afrontar los problemas vergencia de intereses sino de una
de la convivencia con otras pobla- experiencia diferente y, a su ma-
ciones. Poco a poco, se habían ido nera, original. En la fase inicial de
adentrando en Oriente bajo el ro- la conquista cruzada, los armenios
paje de cruzados, para encon- –cuyo antiguo reino, la Gran Ar-
trarse con una realidad que les menia, a orillas del lago Van,
dejó pasmados. Tierra Santa –es- había sido en buena parte ocu-
to era lo que sabían al principio– pado por los turcos–, habían
era un sitio importante porque allí contribuido al surgimiento de las
había nacido Cristo; en él se halla- primeras posesiones latinas, a par-
ban los Santos Lugares, donde había tir de sus pequeños principados,
discurrido su vida y que llevaban si- dispersos entre Cilicia, Siria y Meso-
glos en manos de los infieles seguidores potamia, para protegerse del avance
de Mahoma. Liberar el Santo Sepulcro islámico, pero tratando de conservar su
era un deber urgente de la cristiandad. propia autonomía. En el condado de
Más aún, una tarea apremiante, porque Edesa, por ejemplo, el componente ar-
el avance turco había puesto en peligro Mapamundi con Jerusalén en el centro; menio, mayoritario, mantuvo siempre
al Imperio bizantino, que suplicaba ayu- Europa, a la izquierda, y África, a la derecha, una dirección política propia, a la que
da a Occidente. Descubrir que en siglo XIII (París, Biblioteca de Santa Genoveva). hubo de ajustarse la nobleza franca.
Oriente Medio había muchas comunida- La reunificación de los distintos seño-
des cristianas autóctonas constituyó una leza divina (monofisismo), mientras que ríos armenios y la decisión de León el
verdadera sorpresa para los cruzados, de los orgullosos maronitas libaneses se Magnífico de reconocer la soberanía del
ya que no podían considerar a todos los sabía poco o nada. Puede imaginarse la Emperador de Occidente y la autoridad
cristiano-orientales como un grupo ho- confusión de los cruzados ante tal situa- del Pontífice cambiaron radicalmente
mogéneo. ción: en un principio, estuvieron a pun- esta actitud. El nacimiento del reino de
to de tachar a todos de herejes. Con el Cilicia (1198) supuso una política inte-
Los cristianos de Oriente tiempo, fueron desarrollando un conoci- gradora; no se trató sólo de una elec-
Las comunidades cristianas de Oriente miento más matizado y el término sirios, ción oportunista provocada por el aco-
habían conservado su propia identidad con el que hasta entonces se había defi- so bizantino o musulmán. El reino de
bajo la dominación musulmana, sus es- nido genéricamente a todos los cristia- Cilicia, de hecho, se integró en la esfera
pecíficas tradiciones culturales y hasta nos locales, se aplicó principalmente a política del Oriente latino, convirtiéndo-
lingüísticas. “Cristiano” significaba en los de rito ortodoxo. se en su componente más dinámico.
Oriente algo genérico: griegos ortodo- ¿Qué actitud debían adoptar frente a Los soberanos armenios promovie-
xos, jacobitas, armenios, maronitas y un todas estas comunidades? Como princi- ron alianzas matrimoniales con las di-
largo etcétera eran todos cristianos y, sin pio básico, los francos no establecían nastías reinantes en los Estados fran-
embargo, tenían una organización ecle- distinciones entre los nativos del lugar, cos. Desarrollaron una política propia
siástica, unos ritos y un patrimonio doc- fuesen cristianos o musulmanes. La que los condujo, por una parte, a in-
trinal distinto. Todos hablaban árabe, preeminencia correspondía sólo a quie- tentar una alianza con los mongoles
pero unos celebraban en griego y otros nes formaban parte del grupo de los contra los mamelucos y, por otra, a ex-
en siríaco. Los ortodoxos habían puesto conquistadores. No obstante, esta políti- tender su influencia al fronterizo prin-
en tela de juicio la comunión con la Igle- ca tuvo sus matices y excepciones im- cipado de Antioquía. También es inte-
sia latina (1054). Los jacobitas y los ar- portantes. Concluyeron que sería útil resante observar cómo las instituciones
menios profesaban abiertamente una para todos llegar a un compromiso, por feudales del mundo franco fueron
doctrina herética que afirmaba la exis- lo que tomaron en cuenta las necesida- adoptadas por los armenios con todo
tencia en Cristo solamente de la natura- des e intereses de ambas partes. el conjunto de costumbres –legislación,

69
órdenes de caballería– que desde siem- ción de la Iglesia ortodoxa –cuyos fie-
pre lo caracterizaban. les, conocidos como melquitas, eran
Gracias a la influencia de la tradición de origen griego o sirio– cambiaba se-
occidental, Cilicia desarrolló una intensa gún la política del Imperio bizantino. Si
actividad artística y cultural. Los hábiles había tensión entre el príncipe franco y
orfebres y miniaturistas armenios enri- Emperador bizantino, los ortodoxos
quecieron sus temas tradicionales. El ca- pagaban los platos rotos; a una fase de
rácter excepcional de la experiencia ar- buenas relaciones –Manuel Comneno
menia coincide con su capacidad de fue, por algún tiempo, señor de Antio-
conservar, aun en la riqueza de estos in- quía– correspondía una mejoría de re-
tercambios, una identidad específica, re- laciones y una amplificación de liberta-
ligiosa además de cultural. La unión en- des. En este tipo de relación, resultaba
tre la Iglesia latina y la armenia no se lle- decisivo el empeño de un hombre ca-
vó nunca a cabo, al menos en los térmi- paz, como Amalrico de Limoges, pa-
nos en los que era previsible. triarca de Antioquía que, en 1182, pa-
trocinó la unión de la Iglesia latina y la
Jacobitas y ortodoxos maronita. Esta unión ya no se rompió.
No todas las comunidades cristianas tu- Un hebreo pone aceite en uno de los siete La constitución de una jerarquía ecle-
vieron la fortuna de poderse identificar brazos de una menorá (Londres, British siástica latina, característica que destaca
con un Estado propio, a través del cual Library). como una de las más interesantes de los
definir sus relaciones con los francos. Estados francos, fue uno de los elemen-
Los jacobitas y los ortodoxos, por lo que les unía: la convivencia en el tos que más influyeron en las relaciones
ejemplo, vivían circunstancias muy dis- mismo territorio y la confrontación con con las comunidades cristianas locales.
tintas. Dispersos por ciudades y aldeas, el habitual enemigo común, el turco. Para las antiguas cátedras de Antioquía
sobre todo de Siria, no llegaron a esta- Los cristianos autóctonos y los francos y Jerusalén, los francos nombraban pa-
blecer una relación precisa con los desarrollaron relaciones tan mutables triarcas latinos, cuya misión era coordi-
francos. Por un lado, nunca fueron que ni se pueden calificar de convi- nar la organización de los episcopados,
equiparados a éstos, ni social ni jurídi- vencia pacífica ni de hostilidad recí- parroquias y monasterios dependientes
camente –las barreras que separaban a proca, pues hubo momentos de ten- de sus diócesis. De esta forma, la Iglesia
los occidentales de la población local sión –que a veces degeneraron en per- latina desempeñó un papel muy delica-
solían ser insuperables–. Por otro, sus secuciones– y otros de general acuer- do en la relación con los diversos ritos
relaciones fueron ambiguas incluso en do. Por ejemplo, en Antioquía la situa- de los cristianos orientales, cada uno de

Separados en Cristo
F ue en Siria, exactamente en Antioquía,
donde se llamó por primera vez “cristia-
nos” a los discípulos de Jesús. En esta mis-
vino a ser llamada jacobita. Con todo, una
pequeña minoría de la población siria prefi-
rió atenerse a las decisiones del Concilio y
cuya autoridad correspondía tradicional-
mente el deber de garantizar la ortodoxia.
Hacia la misma época en la que se estaba
ma región, se desarrollaron las primeras co- por ello recibió el calificativo de “melquita” formando la Iglesia jacobita, se derivaron
munidades cristianas y de ella partieron los (la palabra siríaca melk significa rey). Es de- del monofisismo otras dos Iglesias, la copta
misiones que evangelizaron Europa. En Si- cir, partidaria del emperador bizantino, a y la armenia. En el caso de la segunda, se
ria, se concretaron las polémicas doctrinales trataba de la adhesión a una doctrina especí-
y teológicas que darían origen a las primeras fica por parte de una de las iglesias cristia-
divisiones religiosas. Ya en 451, el Concilio nas nacionales más antiguas. Armenia, gra-
Ecuménico de Calcedonia hubo de afrontar cias a las predicaciones de san Gregorio el
la cuestión del monofisismo, una herejía Iluminador, se había convertido al cristia-
que logró difundirse a pesar de la condena nismo en los primeros años del siglo IV.
oficial. La mayor parte de la población siria, Entre quienes aceptaron los dictámenes
de hecho, no aceptó las deliberaciones con- del Concilio de Calcedonia y quienes los
ciliares en lo tocante a la naturaleza de Cris- rechazaron, se produjo una auténtica rup-
to –la ortodoxia reconocía la existencia en la tura. Pero también entre los llamados “cal-
persona de Cristo de dos naturalezas, una di- cedonios” afloraron muy pronto tensiones e
vina y otra humana, perfectas e insepara- incomprensiones. La Iglesia latina, cada
bles– y siguió profesando sus propia doctri- vez más vinculada con Roma, y la ortodo-
na, denominada monofisismo –una sola na- xa, próxima al Imperio Bizantino, inicia-
turaleza de Cristo, la divina–. Jacobo Bara- Basílica del Santo Sepulcro, en Jerusalén. En ron un progresivo distanciamiento, que el
deo, obispo de Edesa (531-578), fue el orga- ella, las diferentes Iglesias cristianas patriarca Miguel Cerulario formalizó final-
nizador de la Iglesia siria, que en su honor acordaron alternarse en los oficios litúrgicos. mente en 1054.

70
DIFÍCIL CONVIVENCIA
AVENTURA EN TIERRA SANTA

los cuales poseía una organización ecle-


siástica propia. La Iglesia latina no im-
puso la obediencia y el rito romanos y
no intervino demasiado en los asuntos
internos de las Iglesias orientales. Cada
una tenía su clero, templos y fieles pro-
pios y conservaba su jerarquía, con tal
que reconociese la supremacía de la la-
tina. A los obispos ortodoxos, al patriar-
ca jacobita y al armenio se les garanti-
zaba la jurisdicción sobre el clero de su
propio rito, así como la administración
de las respectivas comunidade.
En la Basílica del Santo Sepulcro, se
instituyó una singular forma de alter-
nancia en los oficios litúrgicos. Pero las
relaciones entre las distintas comunida-
des no eran muy amistosas. La preemi-
nencia de la Iglesia latina causó grandes
tensiones y la que más lo sufrió fue la
jerarquía ortodoxa, que se vio subordi-
nada y casi privada de sus privilegios.
Sin embargo, aunque pueda resultar pa- Miniatura armenia de 1569, en la que La Crucifixión, en una miniatura de un misal
radójico, la Iglesia jacobita, de credo aparecen juntos San Gregorio, el rey Tiridate, de San Juan de Acre, de finales del siglo XIII
monofisista como la armenia y, por tan- el papa Silvestre I y Constantino. (Perugia, Biblioteca Capitular).
to, herética, mejoró su posición respec-
to a sus rivales históricos, los ortodoxos mantuvo hacia ellos actitudes mucho francos, en suma, mantuvieron una po-
a quienes acusaron –azuzados por los más limitadoras. A ambos grupos se les sición de superioridad, que a veces se
francos– de estar a sueldo de Bizancio. prohibía residir en Jerusalén y estaban aproximaba a las aspiraciones de la po-
Muchos eran, pues, los problemas, sujetos a un impuesto especial. blación cristiana, sobre todo si crecía la
también de naturaleza religiosa, que Los francos mantuvieron su preemi- presión otomana o árabe. Este compor-
tamiento era poco acorde con el espíri-
tu de la cruzada predicado por los pa-
Lejos de liberar a la Iglesia oriental, los pas, que consistía en la liberatio Orien-
cruzados en Tierra Santa se comportaron talis Ecclesiae. Lejos de eso, los latinos
en Oriente se comportaron como opre-
como opresores de las minorías cristianas sores. Esta paradoja nunca se resolvió,
por la incapacidad de los francos para
planteaba la convivencia con otras po- nencia, conservando privilegios y dere- comprender los problemas que plantea-
blaciones. El gobierno franco no siem- chos que a los demás nunca se les re- ba una realidad rica en identidades y
pre pudo darles una solución adecua- conocieron. tradiciones diversas.
da. En el caso de las distintas comuni- Ultramar, como se denominaba en
dades cristianas, se aprovechó de los La compleja conversión Occidente al Oriente latino, halló su ori-
celos que las separaban, optando por El único modo de superar este obstá- ginalidad en estas contradicciones. En
una política más bien ambigua. La no culo era la conversión, pero presenta- pocas ciudades del Occidente medieval
intervención en los asuntos de la so- ba problemas, tanto por la oposición cristiano convivían sus nobles, comer-
ciedad civil, como se había hecho en el del gobierno franco, como por la de las ciantes y artesanos con comerciantes
ámbito religioso, sirvió para sostener el comunidades locales, que temían por musulmanes, artesanos hebreos y ten-
equilibrio en el que se apoyaba su do- su propio patrimonio cultural y religio- deros de diferentes confesiones cristia-
minio. La relativa autonomía garantiza- so. Con todo, hubo experiencias inte- nas. También eran escasos los matrimo-
da en el campo administrativo –a través resantes, como la Cour de la Fonde, el nios mixtos; las comunidades rurales de
de los tribunales locales, “tribunales de Tribunal del Mercado, que se ocupaba distinta religión que trabajaran juntas;
rais”– fue también reconocida a algu- de resolver los problemas entre las dis- los lugares de culto comunes para
nas poblaciones no cristianas. tintas comunidades, pero que, sobre creencias diferentes... Eso, sin embargo,
De ese trato, fueron excluidos los todo, protegía a la población franca, fue lo normal en el Oriente latino, una
musulmanes –el grupo más coherente con sus instituciones políticas y admi- especie de laboratorio tan rudimentario
de Palestina-Siria– y los hebreos. La au- nistrativas, con sus propiedades seño- como interesante, donde se experimen-
toridad cruzada, en su aplicación de las riales y burguesas, con su lengua y su tó con una cuestión tan poco medieval
normas no escritas de la convivencia, cultura procedentes de Europa. Los como era la de la convivencia. ■

71
Deseada por todos
¡OH, JERUSALÉN!
La capital de David y Salomón es una ciudad santa para judíos, cristianos
y musulmanes. David Solar recorre sus numerosos avatares históricos,
hasta desembocar en el conflicto que hoy ensangrienta sus calles

N
inguna ciudad ha suscitado de los ptolomeos egipcios y de los se-
más conflictos ni sufrido leucidas sirios, pero siempre, el epicen-
más asedios, destrucciones tro de la espiritualidad judía. Incluso
e incendios. Ninguna ha aquellas comunidades afincadas en
presenciado más muerte, ni más histo- Asia Menor y Egipto subían anualmen-
ria, ni provocado mayores pasiones. te a Jerusalén para celebrar la Pascua.
Ella encierra el corazón de las tres gran- El sirio Antíoco IV volvió a pasarla por
des religiónes monoteístas: “El año que la prueba del fuego, tras saquear el
viene, en Jerusalén”, clamaban los ju- Templo. Eso originó el levantamiento
díos al celebrar la Pascua en su cautivi- de los Macabeos, héroes de la efímera
dad de Babilonia... y siguen haciéndolo grandeza asmonea, con Jerusalén como
aún en su diáspora, pese a la existencia capital. De su época data un pasadizo,
del Estado de Israel desde 1948. “¡Dios olvidado hasta que Netanyahu lo abrió
lo quiere!”, gritaban los cruzados cuan- en 1996, provocando importantes dis-
do batallaban por conquistarla. “La san- turbios con los palestinos.
ta”, al-Quds, la denomina el Islam, con-
siderándola uno de sus su centros reli- El puño de Roma
Un grupo de judíos reza ante el Muro de las
giosos más importantes. Fe, intoleran- Lamentaciones de Jerusalén, en una postal Nuevos conquistadores, los romanos se
cia, amor, odio, envidia, codicia, furia... de principios del siglo XX. establecieron en Palestina y, en el año
Cuantas pasiones anidan en el corazón 63 a.C., el cónsul Pompeyo el Grande
humano configuran su áspera naturale- quía espiritual. A partir de esa época, hizo su entrada en Jerusalén. Política-
za desde el comienzo de los siglos. comenzó a ser la presa predilecta de los mente, fue dependiente de Damasco y
Dicen que Abraham contempló su sucesivos conquistadores que domina- Roma sólo le dedicó una guarnición
fundación. Fue, según la tradición, la ron la región: Asiria, en el siglo VII a.C., acantonada en la Torre Antonia, vigi-
capital de David en torno al año mil an- y Babilonia, en el siguiente. Jerusalén lante de aquel pueblo reducido, pobre
tes de Cristo. Salomón la engrandeció, fue incendiada por Nabucodonosor, sus y dividido, pero famoso por su vigor y
confirmando su capitalidad con la edifi- habitantes, deportados y el Templo, carácter independiente. La ciudad man-
cación del templo, donde fue deposita- destruido. Liberados por Ciro, los judíos tuvo su rango espiritual y fue embelle-
da El Arca de la Alianza. reconstruyeron su ciudad santa, la pro- cida al socaire de una época de pros-
Los herederos de Salomón desbarata- tegieron con murallas y levantaron un peridad y de la habilidad de Herodes,
ron el reino y Jerusalén perdió impor- Templo... Los persas interrumpieron la reyezuelo al servicio de Roma, al que
tancia política, pero conservó su jerar- independencia y la reconstrucción y, los judíos agradecieron con el calificati-
cuando pasó su apogeo, un nuevo con- vo de Grande la edificación de un nue-
DAVID SOLAR es periodista, autor de Sin quistador, Alejandro Magno, se enseño- vo Templo y algunas obras públicas.
piedad, sin esperanza. reó de Jerusalén. Luego fue tributaria Durante su reinado nació Cristo, que

72
AVENTURA EN TIERRA SANTA

Trabajos de reconstrucción de la muralla de Jerusalén, ordenados por Godofredo de Bouillon, tras la conquista de la ciudad, en 1099.

fue crucificado junto a Jerusalén, confi- persos que, poco a poco, fueron recons- cisión y la observancia del sábado, que-
riéndole una doble santidad. De Hero- truyendo el hogar judío en un período daron prohibidas; la entrada de judíos
des, aparte de su memoria evangélica, de relativa calma, durante el que la en Jerusalén se castigaba con la muerte.
quedan los cimientos de su Templo, el prohibida actividad política fue sustitui- Jerusalén, destruida, despoblada y sin
Muro de las Lamentaciones, el lugar da por la religiosa. Mas Jerusalén no re- culto, perdió importancia. Los pocos ju-
más sagrado para los judíos. cuperó su esplendor, porque Simón Bar- díos que permanecieron en Palestina
La sublevación de los zelotas, que pa- Kojba se sublevó en 132 d.C. para impe- eran pobres agricultores en el interior,
saron a cuchillo a la guarnición de la To- dir la reconstrucción, ordenada por el pescadores en el lago de Tiberíades o
rre Antonia en el año 66 d.C., determinó emperador Adriano, como urbe romana, en la costa, donde también resistían al-
la durísima respuesta romana; Vespasia- con el nombre de Aelia Capitolina. gunos comerciantes. Cuando los persas
no y Tito asolaron Palestina y, en el ve- Roma diezmó a la población y de- penetraron en Palestina, en el 614, ha-
rano de 70 d.C., Jerusalén fue incendia- portó a los supervivientes. La Explana- bía en la región unos 250.000 habitan-
da y reducida a escombros. Los judíos da del Templo –donde hoy se levantan tes, de los cuales sólo una quinta parte
que no murieron, fueron deportados y las mezquitas– fue consagrada a Júpiter era judía y el resto descendía de otros
sólo quedaron en Palestina núcleos dis- y Venus; la religión mosaica, la circun- pueblos de la región: filisteos, edomi-

73
Así estaban las cosas, cuando, en el
año 1095, el papa Urbano II pidió a los
príncipes cristianos que rescataran los
santos lugares de manos musulmanas.
Una oleada de fe y entusiasmo barrió
europa y, al grito de “¡Dios lo quiere!”,
numerosas mesnadas señoriales se en-
caminaron hacia Tierra Santa. Tras gran-
des vicisitudes, los cruzados, unos 1.200
caballeros y 12.000 infantes, alcanzaron
Jerusalén. Su victorioso asedio sólo se
explica por la división de los musulma-
Puerta de Damasco, en la muralla de Jerusalén. En el siglo VIII, la ciudad fue fortificada por los nes, incapaces de oponerles un frente
musulmanes, bajo los que recuperó su viejo esplendor. común. El viernes 15 de julio de 1099,
los jefes cristianos asaltaron y tomaron la
tas, moabitas, árabes, fenicios y descen- ca, del año 691, y la de al-Aqsa, del año ciudad, pasando a cuchillo a su guarni-
dientes de romanos y algunas comuni- 780, que se hallan entre las más anti- ción. Dice la leyenda que por las calles
dades de anacoretas cristianos. guas y veneradas por los musulmanes. corrían arroyos de sangre. Mientras duró
La conquista árabe reactivó Palestina, Jerusalén fue poderosamente fortificada el reino de Jerusalén, la ciudad estuvo
que volvió a ser tierra de paso para los y recuperó su viejo esplendor bajo el prohibida para musulmanes y judíos.
ejércitos que se movieron camino de poder y la cultura islámicos. A finales del siglo XIII, con la pérdi-
Egipto y el Norte de África. Renació la Los judíos tenían escasa importancia, da de San Juan de Acre, concluyó la
actividad portuaria, comercial y carava- en Palestina, pero lejos de la Tierra Pro- presencia franca en Tierra Santa, que
nera; nacieron nuevas ciudades y Jeru- metida incrementaban su número e in- regresó a su pretérita rutina. Paulati-
salén fue convertida en tres veces san- fluencia, mantenían su cohesión y su namente, comenzó a cobrar importan-
ta, pues desde ella ascendió al cielo el religión y apenas se mezclaban con los cia una rentable y pacífica actividad:
profeta Mahoma. En la Explanada del habitantes de los países donde residían. el peregrinaje religioso de los cristia-
Templo, sobre los cimientos de éste y Mantenían el deseo del retorno, mas la nos a los Santos Lugares, organizados
de otros santuarios paganos, se levanta- frase “El año que viene, en Jerusalén” y protegidos por las autoridades islá-
ron dos mezquitas: la Cúpula de la Ro- se convirtió casi sólo en un rito. micas, que mimaban aquella industria.

Crónica apasionada de una tragedia


S in piedad, sin esperanza comienza con el
estruendo de los cañones que bombar-
dean el cuartel general de Yaser Arafat en
cada una de las afirmaciones de Solar. Esta
guía del conflicto viene enriquecida por el
retrato de la compleja sociedad israelí y
Ramala, en la primavera pasada, una ima- por el estudio de las raíces sociológicas del
gen imborrable de la prepotencia con que terrorismo palestino.
Ariel Sharon reinterpretó a su antojo la lu- Tras la oleada de violencia desatada por la
cha antiterrorista tras el 11-S, y que ha co- provocación de Sharon en la Explanada de
locado a Oriente Medio al borde del peor las Mezquitas y la arrogancia israelí tras el
abismo de la última década. atentado de las Torres Gemelas, que se es-
El vibrante análisis de David Solar del grime como un acto de terror similar al que
largo conflicto palestino coloca al lector sufren los israelíes por parte de los suicidas
desde el principio en primera línea de fue- palestinos, la conclusión del autor es pesi-
go de una guerra interminable. Lo logra mista: “Los más fanáticos de los más fanáti-
mediante la recreación de escenas, como la cos, esos que no quieren la paz, son los que
descrita o como la del soldado israelí que se hoy controlan el despropósito del Próximo
suicida, abrumado por su conciencia de cul- tánico, el Holocausto y la creación del Esta- Oriente”, escribe, refiriéndose al Likud de
pa ante la matanza de tantos inocentes. do de Israel, nos trae al presente en una Sharon y a los fundamentalistas de Hamás.
El impacto visual de la obra se mantiene densa y rica crónica de los acontecimientos. ARTURO ARNALTE
a lo largo de la minuciosa reconstrucción de Sin piedad, sin esperanza es la continua-
la tragedia, que desde las raíces del proble- ción de otro trabajo del mismo autor, El DAVID SOLAR
ma –la concepción religiosa judía que con- laberinto de Palestina, de 1997, cuyo conte- Sin piedad, sin esperanza.
sidera que la tierra de Israel es un regalo de nido se revisa, se prolonga hasta el pasado Palestinos e israelíes, la tragedia que no cesa
Dios a Abraham–, pasando por la diáspora, más inmediato y sale reforzado por un Granada, Almed, 2002
el origen del sionismo, el protectorado bri- abrumador aparato crítico, que apuntala 673 páginas, 19 €

74
¡OH, JERUSALÉN!
AVENTURA EN TIERRA SANTA

Ese flujo turístico mantuvo la impor- rarlo uno de los asuntos más difíciles
tancia de Jerusalén como meta de pe- de resolver. Israelíes y palestinos de-
regrinaje religioso para cristianos, so- sean tener allí su capital y controlar la
bre todo, pero también para musul- Ciudad Vieja y de su importancia es
manes; no así para judíos, que la con- muestra la provocación elegida por
templaban casi únicamente como me- Ariel Sharon para sacar de sus casillas a
ta espiritual. El espía español Domin- los palestinos. En septiembre de 2000
go Badía, que visitó la ciudad a co- se dio un paseo por la Explanada de
mienzos del siglo XIX, decía, tras cal- las Mezquitas, con la protección de
cular la importancia cuantitativas de más de un millar de soldados y policí-
las diversas comunidades: “Los judíos as. Aquella actuación puso en marcha
son en corto número”. la Segunda Intifada.

Retorno a Sión A muerte por la capitalidad


Las migraciones judías promocionadas En un postrer intento de convertirse en
por el Sionismo cambiaron la situación. el pacificador del Próximo Oriente, el
Primero, afectaron más a las ciudades presidente Clinton pareció hallar una
costeras y a las zonas agrícolas que a fórmula aceptable para todos: en
Jerusalén; a continuación, la Ciudad Jerusalén habría dos capitales, la del
Nueva, que fue surgiendo extramuros, Estado de Israel y la del Estado Palestino,
fue poblándose por ellos. Jerusalén tardó donde lo árabe sería árabe y lo judío,
poco en convertirse en epicentro de las judío... Tal posibilidad no se concretó,
reacciones nativas contra la afluencia de porque Clinton dejó de ser presidente,
inmigrantes, autorizada por el Mandato a la vez que Barak perdió las elecciones
británico. Especial violencia revistió la de febrero de 2001 y el vencedor, Sharon,
lucha en 1928, a finales de los años no quiso volver a hablar del asunto.
treinta y, sobre todo, en 1946-47, con La Cúpula de la Roca, de 691, junto a la Respecto al tema de la capitalidad de
episodios como los del Hotel King David; Mezquita de Al-Aqsa, de 780, está entre los Jerusalén, sólo algunos pequeños países
Deir Yassin y el Monte Scopus. lugares más venerados por los musulmanes. tienen allí sus embajadas; el resto, ha
Esa conflictividad condujo al reparto respetado la internacionalidad decidida
impuesto por la ONU el 29 de noviem- En la guerra de 1967, Israel se apode- por la resolución de la ONU de no-
bre de 1947. Aquella sentencia salomó- ró de la ciudad el 7 de junio y, en las viembre de 1947. Pero las cosas pueden
nica decidió, también, que Jerusalén y jornadas siguientes, de toda Cisjordania. cambiar, porque uno de los impulsores
Belén quedaran bajo control internacio- Pese a que la Resolución 242 de Nacio- de aquella resolución, Estados Unidos,
nal, componiendo un enclave de unos nes Unidas, de 1967, pedía el retorno a ha avivado el rencor, reconociendo a Je-
200 kilómetros cuadrados. las fronteras anteriores al la guerra, el rusalén como capital de Israel.
Nunca hubo tal. Tras la guerra de Parlamento israelí declaró, en 1980, que Entre tanto, la violencia no cesa: des-
1948, la Ciudad Vieja –donde se hallan “la reunificada Jerusalén era la capital de septiembre de 2000 se contabilizan
los santos lugares del cristianismo, el eterna de Israel”. Y pasaron a los he- más de 2.200 muertos y 20.000 heridos;
Muro de las Lamentaciones y la Expla- chos: durante el Gobierno conservador la infraestructura palestina ha sido re-
nada de las Mezquitas– quedó en ma- de Netanyahu, 1996-99, se erigieron ducida a escombros; la Autoridad Na-
nos de Jordania y tanto la ciudad como nuevos barrios sobre tierras palestinas, cional Palestina ha quedado minimiza-
el territorio palestino, que los árabes lo- como el de Har Homá: 6.500 viviendas da; Israel atraviesa la peor crisis econó-
graron salvar del ejército israelí, pasó a para 25.000 israelíes; se activó la com- mica de su existencia y el proceso de
depender de Ammán. La Ciudad Nueva pra de casas árabes en la Ciudad Vieja, paz está enterrado... Los turistas cristia-
permaneció en manos de Israel. edificando otras nuevas reservadas para nos han desaparecidos e, incluso, mu-
Jerusalén padeció una fricción conti- judíos; se abrió el túnel de los Asmone- sulmanes y judíos acceden con dificul-
nua. Por un lado, los judíos la declara- os, con un propósito sólo político. La tad a sus lugares santos. Pero cambia-
ron su capital y trasladaron a la Ciudad población ha evolucionado en conso- rán los tiempos: nunca llovió que no
Nueva algunos centros oficiales, aun- nancia: 205.000 habitantes en 1947 –mi- escampara en Jerusalén. ■
que no fue reconocida internacional- tad judíos y mitad árabes, incluyendo la
mente. Por otro, los palestinos demos- Ciudad Vieja y la Nueva–; en 1967, PARA SABER MÁS
traron su indignación por la inoperan- 250.000 –150.000 judíos, 100.000 pales-
CONNELL, E., Una crónica de las Cruzadas,
cia árabe en la guerra de 1948, asesi- tinos–; actualmente, 600.000 –400.000 Barcelona, Planeta, 2001.
nando, en 1951, al rey Abdallah de Jor- israelíes y 200.000 palestinos–, estos úl- MAALOUF, A., Las Cruzadas vistas por los árabes,
dania, cuando salía de orar en la Mez- timos concentrados en la zona Este. Madrid, Alianza, 1992.
MAYER, H. E., Historia de las cruzadas, Madrid,
quita de al-Aqsa. El peregrinaje religio- Las negociaciones derivadas de los
Istmo, 2001.
so se contrajo, a causa de la conflictivi- Acuerdos de Oslo fueron postergando TARIQ, A., El choque de los fundamentalismos: cru-
dad imperante. el asunto jerosolimitano, por conside- zadas, yihad y modernidad, Madrid, Alianza, 2002.

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