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Ateneo

Prácticas del Lenguaje y La Literatura

Residentes:
Docentes:

Grado: 4º Año B
Cantidad de alumnos:
Profesora campo de la Práctica Docente IV:
Profesora Ateneo de Prácticas del Lenguaje y La Literatura:
LUNES MARTES MIÉRCOLES JUEVES VIERNES

1º MATEMÁTICA CS.NATURALES PRÁCTICAS PLÁSTICA PRÁCTICAS


DEL DEL
LENGUAJE LENGUAJE

2º INFORMÁTICA CS.NATURALES PRÁCTICAS PLÁSTICA EDUCACIÓN


DEL FÍSICA
LENGUAJE

3º INFORMÁTICA DANZAS CS.SOCIALES PRÁCTICAS MATEMÁTICA


DEL
LENGUAJE

4º MATEMÁTICA PRACTICAS CS. PRÁCTICAS MATEMÁTICA


DEL LENGUAJE SOCIALES DEL
LENGUAJE

Esta propuesta se llevará a cabo con los alumnos de 4º año B del turno mañana de la escuela
de la ciudad de La Plata.

Este proyecto tiene la intención de instalar espacios en el aula donde ocurra la literatura, y
tenga lugar la experiencia del intercambio y la reflexión, el goce, la implicación personal en la
historia de los personajes y en la recreación de otros mundos. Al mismo tiempo, lograr que los
alumnos/as construyan sentido a lo que leen, teniendo en cuenta que no todos entienden lo
mismo debido a los saberes previos del lector y lo que el texto ofrece, como también en la
interacción con otros lectores.

“En el Segundo Ciclo es necesario instalar espacios en el aula donde la literatura ocurra, donde
la experiencia de intercambio, la implicación personal en la historia de los personajes y en la
recreación de otros mundos, el goce, tengan lugar. La literatura se enseña cuando se la lee,
cuando se discuten opiniones y pareceres sobre los sentidos de la obra, cuando se abren
espacios de reflexión a partir de ella, cuando se entretejen diferentes miradas sobre los textos,
cuando se habilita la propia palabra para la producción de textos de ficción o de ponderación
sobre las obras.”(DGC y E, “Practicas del Lenguaje en torno a la literatura “en Diseño Curricular
de Practicas del Lenguaje, 2º ciclo, Pág.97)

Seguir un género es una práctica del lenguaje usual de los lectores literarios que se sienten
atraídos por la propuesta de un tipo de literatura: le gustan los temas, los autores, la forma de
tratar el mundo de ficción, los distintos efectos que produce su lectura. En este proyecto se
propone desarrollar sesiones de lectura y comentario en torno a relatos, sobre sucesos, cosas
y personas del mundo fantástico. Luego, la producción de recomendaciones de estas obras a
otros lectores y la escritura de cuentos propios del mismo género.

Con este proyecto se busca favorecer “la formación de los lectores”, es decir, para enseñar a
leer, en este caso, a alumnos que ya saben leer. Avanzando con ellos para que puedan
advertir, a partir de diferentes indicios que presenta el texto, de qué tipo de cuentos se trata,
anticipar el final no como adivinación sino a través de descubrir y poner en juego los
indicadores que va proveyendo el texto. Además, se profundiza escuchando leer, leyendo solo
y con otros, localizando fragmentos a los que es necesario volver para explicarse un suceso
poco comprensible, recuperando expresiones que justifiquen ciertas anticipaciones.
Propósitos:

 Ofrecer espacios de lectura en voz alta.


 Acercar a los niños a obras literarias de autores argentinos.
 Contribuir a la formación de los alumnos como lectores.
 Ofrecer bibliografía que pueda ayudar a producir cuentos de terror.
 Avanzar en el conocimiento del lenguaje escrito.
 Profundizar saberes acerca de géneros, subgéneros, universos ficcionales, estilos y
autores.

Contenidos:

 Prácticas del lenguaje en torno a la literatura:


 Compartir la lectura, la escucha, los comentarios y los efectos de las obras con
otros.
 Valorar la lectura literaria como experiencia estética
 Adecuar la modalidad de la lectura al propósito, al género de la obra:
Al leer, escuchar leer o compartir la lectura de relatos ficcionales, completar o
interrumpir la lectura, volver a ella y recuperar el hilo narrativo.
Describir la vinculación que puede establecerse entre texto e imagen para
producir sentido.
 Ejercer prácticas de escritor en torno a la literatura:
 Escritura de invención.
 Momentos de reflexión y recapitulación del trabajo realizado.
 Tomar en consideración el propósito y el/los destinatario/s.
 Consultar con otros mientras se escribe y/o leerles o pedirles que lean lo que
se ha escrito. Consultar diferentes materiales de lectura.
 Revisar el propio texto mientras se está escribiendo. Revisar las distintas
versiones de lo que se está redactando hasta alcanzar un texto que se
considere bien escrito.
 Reflexionar mientras se escriben, se leen, se revisan los cuentos de terror.
Tiempo destinado al proyecto: 2 semanas.

Situaciones de enseñanza:
1ª clase: martes 10/10 ,1 módulo de 40 minutos, 4ª hora:

11:00hs-11.40hs

Iniciaré la clase contándoles a los alumnos que en las próximas dos semanas estaré haciendo
mi residencia con ellos al frente de las clases como ya se los había anunciado en el periodo de
observación. También les contaré que vamos a trabajar con cuentos de terror siguiendo con el
proyecto que ellos tienen con la docente.

Para dar inicio al proyecto trabajaremos con una actividad tendrá como titulo ¿Qué hacemos
con el miedo?

Comenzaré hablándoles sobre los miedos y explicándoles que los seres humanos sentimos
miedo ante un montón de situaciones, algunas reales y otras imaginarias. Ante el miedo, a
cada uno nos pasan cosas distintas: sentimos la necesidad de huir, de enfrentarlo, de taparnos
los ojos y los oídos, de meternos debajo de las frazadas o de buscar a alguien que nos proteja.
Otra forma de enfrentar nuestros miedos es expresarlos con palabras e imágenes. Y tal vez por
eso, hombres y mujeres cuentan leyendas, escriben cuentos y novelas, filman películas y
pintan cuadros en los que el miedo tiene su lugar.

ACTIVIDAD:

• ¿Cuáles de estas palabras los llevan a pensar en historias que dan miedo?
Márquenlas con color. Y luego, si es posible, comparen las palabras que eligieron con las de sus
compañeros, para pensar juntos si son las mismas o si son distintas y por qué.

BLANCO CUADRO CEMENTERIO

CALOR ESPEJO VELAS

NOCHE BOSQUE CUERVO

MAR NEGRO

PANTANO ROJO LLUVIA RATA

MUÑECO DÍA CIELO

SOMBRAS BOTELLA
Luego de socializar las palabras que cada uno eligió y poder contar cuales son las que les da
miedo a cada uno, realizaremos la siguiente actividad donde cada uno tendrá que escribir en
sus carpetas:

• ¿Qué otras palabras asocian con el miedo? ¿Por qué?

2ª clase: miércoles 11/10. 2 módulos. 1º hora.40 minutos y 2ª hora 50 minutos.


08:20hs-09:00hs
En este segundo encuentro les presentaré los libros que vamos a leer, que serán cuatro.
Leeremos un cuento de cada libro:

-¡Socorro! (12 cuentos para caerse de miedo) de Elsa Bornemann.

-Los devoradores, de Ana María Shua.

-Tratado universal de monstruos, de Lucia Larangione.

-Cuentos espantosos, de Ricardo Mariño.

Luego de presentarles los libros, leerles los títulos y contarles sobre los autores que son
distintos nos detendremos en el primer libro que usaremos: ¡socorro!

Comenzaremos la clase con la presentación de la autora, recordando que Elsa Bornemann


nació en Buenos Aires el 20 de febrero de 1.952 y falleció en el año 2013. Fue escritora para
niños, jóvenes y adultos. Fue profesora en letras egresada de la Universidad de Buenos Aires.
El cuento que leeremos en esta clase se llama: La del 11 “jota”, que es uno de los 12 cuentos
que tiene el libro.

Cada niño recibirá una copia del cuento para que puedan seguir la lectura impreso en letra
imprenta mayúscula.

Antes de ingresar directamente al texto, vamos a observar los paratextos .Y tratar de


“observar” el cuento antes de leerlo.

Posibles intervenciones:

-Hoy vamos a leer este cuento: La del 11 “jota”, de Elsa Bornemann. Antes de leerlo podemos
observar los paratextos.

-¿Saben qué son los paratextos? Son las rutas de acceso que tenemos a un libro antes de
leerlo. Nos brindan información que nos va ayudar a saber de qué se trata. Son por ejemplo:
las ilustraciones, el título, el índice, la editorial, la autora...

-¿Qué ideas nos da el dibujo de la tapa del libro? ¿De qué creen que se tratará el cuento?

-¿Qué sensación nos da la imagen de la tapa?


_ ¿Quién es el personaje que aparece en la portada?

¿Cuál es su historia? Si ningún chico lo sabe podría mencionarse que Frankenstein es un


científico suizo que, gracias a sus experimentos en el campo de la electricidad, logra dar vida a
una monstruosa criatura, compuesta con órganos de diversos cadáveres a la que nombra con
su mismo apellido.

Luego les preguntaré ¿Qué otros monstruos conocen? ¿Qué les da miedo? ¿Qué historias de
terror saben? Tal vez algún alumno/a pueda relatar brevemente una historia de miedo.

Luego de escuchar los relatos continuaremos con la lectura del cuento.

La del 11 “jota” de Elsa Bornemann en:

La del once "Jota", de Elsa I. Bornemann2


Cuesta creer que una abuela no ame a sus nietos, pero existió la
viuda de R., mujer perversa, bruja del siglo veinte que sólo se
alegraba cuando hacía daño. La viuda de R. nunca había querido a
ninguno de los tres hijos de su única hija. Y mucho menos los quiso
cuando a los pobrecitos les tocó en desgracia ir a vivir con ella,
después del accidente que los dejó huérfanos y sin ningún otro
pariente en océanos a la redonda.
Durante los años que vivieron con ella, la viuda de R. trató a los
chicos como si no lo hubieran sido. ¡Ah... si los había mortificado!
Castigos y humillaciones a granel.
Sobre todo, a Lilibeth -la más pequeña de los hermanos- acaso
porque era tan dulce y bonita, idéntica a la mamá muerta, a quien la
viuda de R. tampoco había querido –por supuesto- porque por algo
era perversa ¿no? Luis y Leandro no lo habían pasado mejor con su
abuela pero -al menos- sus caritas los habían salvado de padecer
una que otra crueldad: no se parecían a la de Lilibeth y -por lo
tanto- a la vieja no se le habían transformado en odiados retratos
de carne y huesos.
El caso fue que tanto sufrimiento soportaron los tres hermanos por
culpa de la abuela que -no bien crecieron y pudieron trabajar-
alquilaron un departamento chiquito y allí se fueron a vivir juntos.
Pasaron algunos años más.
Luis y Leandro se casaron y así fue como Lilibeth se quedó solita en
aquel 11 “J”, contra frente, dos ambientes, teléfono, cocina y baño
completo, más balconcito a pulmón de manzana.
Lili era vendedora en una tienda y –a partir del atardecer- estudiaba
en una escuela nocturna.
Un viernes a la medianoche –no bien acababa de caer rendida en su
cama– se despertó sobresaltada. Una pesadilla que no lograba
recordar, acaso. Lo cierto fue que la muchacha empezó a sentir que
algo le aspiraba las fuerzas, el aire, la vida.
Esa sensación le duró alrededor de cinco minutos inacabables.
Cuando concluyó, Lilibeth oyó –fugazmente- la voz de la abuela. Y la
voz aullaba desde lejos:
-Lilibeth... Pronto nos veremos... Liiilibeeeth... Liliii... Liliii...
La jovencita encendió el velador, la radio y abandonó el lecho.
Indudablemente, una ducha tibia y un tazón de leche iban a hacerle
muy bien, después de esos momentos de angustia.
Y así fue.
Pero –a la mañana siguiente- lo que ella había supuesto una
pesadilla más comenzó a prolongarse, aunque ni la misma Lili
pudiera sospecharlo todavía. Las voces de Luis y Leandro –a través
del teléfono- le anunciaron:
-Esta madrugada falleció la abuela... Nos avisó el encargado de su
edificio... sí... te entendemos... Nosotros tampoco, Lili... pero...
claro... alguien tiene que hacerse cargo de... Quédate tranquila,
nena... Después te vamos a ver... Sí... Bien... Besos, querida.
Luis y Leandro visitaron el 11 “J” la noche del domingo. Lilibeth los
aguardaba ansiosa.
Si bien ninguno de los tres podía sentir dolor por la muerte de la
malvada abuela, una emoción rara –mezcla de pena e inquietud a la
par- unía a los hermanos con la misma potencia del amor que se
profesaban.
-Si estás de acuerdo, nena, Leandro y yo nos vamos a ocupar de
vender los muebles y las demás cosas, ¿eh? Ah, pensamos que no te
vendrían mal algunos artefactos. Esta semana te los vamos a traer.
La abuela había comprado TV-color, licuadora, heladera, lustradora
y lavarropas ultra modernos, ¿qué te parece? Lilibeth los escuchaba
como atontada. Y como atontada recibió –el sábado siguiente- los
cinco aparatos domésticos que habían pertenecido a la viuda de R.,
que en paz descanse.
Su herencia visible y tangible (La otra Lili acababa de recibirla
también, aunque... ¿cómo podía darse cuenta?... ¿quién hubiera
sido capaz de darse cuenta?)
Más de dos meses transcurrieron en los almanaques hasta que la
jovencita se decidió a usar esos artefactos que se promocionaban en
múltiples propagandas, tan novedosos y sofisticados eran. Un día
superó la desagradable impresión que le causaban al recordarle a la
desamorada abuela y –finalmente- empezó con la licuadora. Aquella
mañana de domingo, tanto Lilibeth como su gato se hartaron de
bananas con leche.
A partir de entonces comenzó a usar –también- la lustradora...
enchufó la lujosa heladera con freezer... hizo instalar el televisor
con control remoto y puso en marcha el enorme lavarropas. Este
aparato era verdaderamente enorme: la chica tuvo que acumular
varios kilos de ropa sucia para poder utilizarlo. ¿Para qué habría
comprado la abuela semejante armatoste, solitaria como habitaba
su casa?
A lo largo de algunos días, Lilibeth se fue acostumbrando a manejar
todos los electrodomésticos heredados, tal como si hubieran sido
suyos desde siempre. El que más le atraía era el televisor color,
claro. Apenas regresaba al departamento –después de su jornada de
trabajo y estudio- lo encendía y miraba programas de trasnoche.
Habitualmente, se quedaba dormida sin ver los finales. Era entonces
el molesto zumbido de las horas sin transmisión el que hacía las
veces de despertador a destiempo. En más de una ocasión, Lili se
despertaba antes del amanecer a causa del
“schschsch” que emitía el televisor, encendido al divino botón.
Una de esas veces –cerca de la madrugada de un sábado como
otros- la jovencita tanteó el cubrecama –medio dormida- tratando
de ubicar el control remoto que le permitía apagar la televisión sin
tener que levantarse.
Al no encontrarlo, se despabiló a medias. La luz platinosa que
proyectaba el aparato más su chirriante sonido terminaron por
despertarla totalmente. Entonces la vio y un estremecimiento le
recorrió el cuerpo: la imagen del rostro de la abuela le sonreía –sin
sus dientes- desde la pantalla. Aparecía y desaparecía en una serie
de flashes que se apagaron de pronto tal como el televisor, sin que
Lilibeth hubiera – siquiera- rozado el control remoto. A partir de
aquel sábado, el espanto se instaló en el
11 “J” como un huésped favorito.
La pobre chica no se animaba a contarle a nadie lo que le estaba
ocurriendo.
-¿Me estaré volviendo loca? –se preguntaba, aterrorizada. Le
costaba convencerse de que todos y cada uno de los sucesos que le
tocaba padecer estaban formando parte de su realidad cotidiana.
Para aliviar un poquito su callado pánico, Lilibeth decidió anotar en
un cuaderno esos hechos que solamente ella conocía, tal como se
habían desarrollado desde un principio.
Y anotó –entonces- entre muchas otras cosas que...
“La lustradora no me obedece; es inútil que intente guiarla sobre los
pisos en la dirección que deseo...(...) El aparto pone en acción “sus
propios planes”, moviéndose hacia donde se le antoja...(...) Antes
de ayer, la licuadora se puso en marcha “por su cuenta”, mientras
que yo colocaba en el vaso unos trozos de zanahoria. Resultado:
horrendas sorpresas (...) Encuentro largos pelos canosos enrollados
en los alimentos, aunque lo peor fue abrir el freezer y hallar una
dentadura postiza. La arrojé por el incinerador... (...) La desdentada
imagen de la abuela continúa apareciendo y desapareciendo –de
pronto- en la pantalla del televisor durante las funciones de
trasnoche...(...) Mi gato Zambri parece percibir todo (...) se
desplaza por el departamento casi siempre erizado (...) Fija su
mirada redondita aquí y allá, como si lograra ver algo que yo no (...)
El único artefacto que funciona normalmente es el lavarropas... (...)
Voy a deshacerme de todos los demás malditos aparatos, a
venderlos, a regalarlos mañana mismo... (...) Durante la siesta
dominguera, mientras me dispongo a lavar una montaña de ropa...”
(AQUI CONCLUYEN LAS ANOTACIONES DE LILIBETH
ABRUPTAMENTE, Y
UN TRAZO DE BOLIGRAFO AZUL SALE COMO UNA SERPENTINA
DESDE EL
FINAL DE ESA “A” HASTA LLEGAR AL EXTREMO INFERIOR DE LA
HOJA.)
Tras un día y medio sin noticias de Lili, los hermanos se
preocuparon mucho y se dirigieron a su departamento.
Era el mediodía del martes siguiente a esa “siesta dominguera”.
Apenas arribados, Luis y Leandro se sobresaltaron: algunas vecinas
cuchicheaban en el corredor general, otra golpeada a la puerta del
11 “J”, mientras que el portero pasaba el trapo de piso una y otra
vez.
-No sabemos qué está pasando adentro. La señorita no atiende el
teléfono, no responde al timbre ni a los gritos de llamado... Desde
ayer que...
Agua jabonosa seguía fluyendo por debajo de la puerta hacia el
corredor general, como un río casero.
Dieron parte a la policía. Forzaron la puerta, que estaba bien
cerrada desde adentro y con su correspondiente traba. Luis y
Leandro llamaron a Lili con desesperación. La buscaron con
desesperación y –con desesperación- comprobaron que la muchacha
no estaba allí.
El televisor en funcionamiento –pero extrañamente sin transmisión
a pesar de la hora- enervaba con su zumbido.
En la cocina, “la montaña” de ropa sucia junto al lavarropas, en
marcha y con la tapa levantada.
Medio enroscado a la paleta del tambor giratorio y medio colgando
hacia fuera, un camisón de Lilibeth; única prenda que encontraron
allí, además de una pantufla casi deshecha en el fondo del tambor.
El agua jabonosa seguía derramándose y empapando los pisos.
Más tarde, Luis ubicó a Zambri, detrás de un cajón de soda y semi-
oculto por una pila de diarios viejos. El animal estaba como
petrificado y con la mirada fija en un invisible punto de horror del
que nadie logró despegarlo todavía (se lo llevó Leandro).
El gato, único testigo.
Pero los gatos no hablan. Y a la policía, las anotaciones del
cuaderno de
Lilibeth le parecieron las memorias de una loca que “vaya a saberse
cómo se las ingenió para desaparecer sin dejar rastros”... “una loca
suelta más”... “la loca del 11
Jota”... como la apodaron sus vecinos, cuando la revista para que yo
trabajo me envió a hacer esta nota.

09:00hs-09:50hs

Luego de la lectura se dará un espacio para la reflexión. Se les preguntará a los alumnos que
les pareció el cuento, qué parte les gustó más, sí recuerdan alguna frase que les haya causado
mucho miedo, qué opinan de la abuela, cómo era, si conocen a otra abuela de los cuentos, era
igual a esta abuela.
Revisaremos en qué momento se complican las cosas… ¿El sueño de Lili funciona como
premonición? ¿Existen las premoniciones? ¿Son ciertas? ¿Tuvieron alguna? ¿Podíamos prever
un final desdichado?, ¿por qué? ¿Qué partes del cuento nos dan pistas sobre esto? ¿Por qué
se llama así el cuento? ¿Quién/quiénes parecen enunciar esta frase?

Finalizado el espacio de reflexión volveremos al texto para analizar la siguiente frase y deducir
entre todos su significado.
Lilibeth escucha a lo lejos la voz de su abuela, que le dice: “Liiilibeeeth… Pronto nos veremos…
Liiibeeeth… Liliii… Liiiii… ”. ¿A qué se referirá esa voz? ¿Cómo podrá hacer la abuela para ver a
su nieta si ella no va a la casa de la vieja?

Para finalizar la clase pondremos como título en la carpeta para que quede un registro de lo
trabajado.: CUENTOS DE TERROR: HOY LEIMOS “LA DEL 11 JOTA”, DE ELSA BORNEMANN.

Y como cierre les pediré que narren un breve relato en donde ellos sean la abuela.

3º Clase: jueves 12/10. 2 módulos. 3ª hora y 4ª hora.

3ª hora: 10:10 hs - 11:00 hs

En esta oportunidad leeremos un cuento del libro “Cuentos espantosos” de Ricardo Mariño

titulado “Perros”. Al igual que con el libro anterior haremos un breve repaso de los siguientes

datos del autor:

 Ricardo Mariño nació en Chivilcoy, provincia de Buenos Aires. Es escritor y periodista.

Ha colaborado en publicaciones infantiles como Billiken, Humi y AZDIEZ, y en los

suplementos dominicales de los diarios Clarín y Página/12. Anteriormente se

desempeñó como periodista de la revista literaria Mascaró entre 1985 y 1989.


En Alfaguara Infantil y Juvenil ha publicado, entre otros, El héroe, La casa maldita, Botella al

mar, La noche de los muertos, Ojos amarillos, El hijo del superhéroe, Lo único del mundo,

Regreso a la casa maldita, Cinthia Scoch. El libro de la risa, En el último planeta, A la escuela

con Cinthia Scoch, Desplumado y Pulgoso.

 Y una breve reseña del libro con la intención de que los alumnos se interesen por el

resto de los cuentos incluidos en el libro: El volumen reúne nueve relatos de terror.

Algunos de ellos abordan el género de terror desde su costado humorístico. Tal es el

caso de “Noche de lluvia y truenos”, en el que un electricista es llamado para reparar

un corte de luz en la mansión de un fantasma. De igual forma funciona “Algo cae”, que

cuenta la estrepitosa caída desde un piso 10 –sin daños- de un chico. Otros exploran

una representación fantástica de la realidad, como “El doble”, en el que un chico

encuentra (o tal vez no) una casa igual a la suya con una familia idéntica a la que lo ha

dado a luz. En el mismo sentido, “El sacrificio” describe la extraña salvación de un

condenado a muerte. Algunos relatos plantean una historia que respeta las

características más canónicas del género, como “Sensaciones espantosas”, que cuenta

la historia de una mujer y su kit para producir espanto.

Antes de la lectura volveremos sobre los conocimientos previos de los alumnos, con las

siguientes preguntas:

¿Les gustan los relatos de terror? ¿Qué temas prefieren: fantasmas, zombies, monstruos…? ¿A

qué cosas les temen en la vida? ¿Qué hacen cuando esa sensación los asalta? ¿Es el miedo que

sentimos en la vida real igual al que experimentamos al leer cuentos o ver películas?

¿Por qué? ¿Qué relatos o filmes de terror recuerdan?

Compartiremos los argumentos en forma oral.


Para continuar trabajaremos con los paratextos, les pediré que observen la tapa del libro:

¿Qué sensación les despiertan esos perros? ¿Por qué suponen que se lanzan así sobre el chico?

¿En qué lugar están? ¿Por qué ese sitio suele ser un espacio elegido para los relatos de terror?

4ª hora: 11:00 hs – 11:40 hs.

Luego analizamos la contratapa y respondemos en grupo las preguntas que aparecen ¿Cuáles
creen que son “los miedos mas habituales”?

Miramos atentamente las dos ilustraciones que acompañan al cuento, recordamos el titulo y
escribimos una breve síntesis del argumento que creen que tendrá el relato. Una vez
terminada la compartimos.

Luego de analizar los paratextos, continuaremos con la lectura.


Para finalizar les pediré que reescriban “Perros” con un narrador dentro de la historia y en
primera persona que sea el nieto. A medida que los alumnos vayan escribiendo pasaré por los
bancos para ayudar a los que más les cuesta la escritura por sí solos.

Una vez finalizada la actividad se leerán las producciones y se les pedirá que realicen las
ilustraciones para acompañar el relato usando tonos oscuros.

4º clase: viernes 13/10. 1 módulo de 40 minutos. 1º hora.

En esta oportunidad les presentaré un relato de terror, seguramente, los chicos conocen
historias orales urbanas, como los cuentos de aparecidos, de monstruos, de fantasmas, de
seres sobrenaturales. Este puede ser un punto de partida para invitarlos a que se las relaten a
sus compañeros. Mientras los chicos cuentan, los escucharemos atentamente, y
comentaremos entre todos.

Cada alumno tendrá una copia.


Para continuar les presentaré un relato del género, “Mejor me callo” de Olga
Drennen, editado por Quipu en 1992:

Mejor me callo
Le contesté que no podía creer lo que me decía, que se dejara de hablar pavadas. Pero él
siguió y siguió con el cuento ese del fantasma.
Ahora que todo el mundo está desesperado, no me animo a decirles lo que sé. ¿Qué van a
pensar? Mejor me callo. Él, Riqui, que era mi amigo, venía todas las tardes a buscarme para
andar en bici. Casi siempre, los chicos del barrio al vernos nos decían gansadas.
– ¡Estás rebuena!
– ¡Genia!
Algunos hasta se zarpaban. Yo ni movía la cabeza; pero él, ¡pobre!, se ponía todo colorado.
Venía todas las tardes hasta que un día, no vino. Me dejó esperando. Estuve un rato larguísimo
con la bici y nada. No apareció.
Bueno, está bien, sí, me dio un poco de rabia, sin embargo, cuando volví a verlo, tan alto, con
esa sonrisa re dulce que tenía, se me pasó todo. Le brillaban los ojos al saludarme.
–Ayer te esperé... –dije.
– ¡No sabés lo que me pasó! –contestó.
Y, entonces, me contó que en la esquina de su casa se había mudado una chica y que él,
Riqui, había estado ayudando a descargar paquetes.
– ¡No sabés la que te perdiste!– dijo –después me dieron un montón de golosinas.
Y allí mismo, me regaló unos chocolates diciendo que los había guardado para mí.
Estaba tan contento que me invitó a ir hasta su casa, ya que yo no la conocía.
Al rato, pasamos por una casita de puerta verde.
– ¡Mirá! Mi papá pintó el frente dijo –y aquí es donde se mudó la chica nueva.
Justo en ese momento, apareció ella. De pelo castaño, un poco gordita; al vernos, lo saludó
muy sonriente. ¿La verdad? No me gustó nada. Llevaba un moño colorado en la cabeza y se
movía como una gallina. No me gustó, así que cuando pasamos a su lado, le di vuelta la cara.
Lo mejor de esa tarde fue que los dos nos divertimos a lo grande. Claro que no todos los días
amanecen con sol. Pasaron tres tardes. Tres. Estoy segura. Las conté. A la cuarta, apareció
serio como nunca. Yo también me puse seria cuando lo saludé. No es cosa de andar dejando
que a una la dejen plantada a cada rato.
Él, Riqui, me hizo una seña para que lo acompañara, entonces lo seguí mientras pensaba en la
chica nueva. ¡Me daba una rabia! A los dos minutos, empezaron los pavotes.
– ¡Chau, preciosa! ¿No querés que te llevemos en la bici?
Esa vez, Riqui ni los miró ni nada. Caminaba con las manos en los bolsillos y la cabeza baja,
¿en qué pensaría?
–Tengo miedo –dijo de golpe.
Le pregunté de qué, pero él, Riqui, no me contestó. Sonrió un poquito triste sin dejar de
caminar y se fue.
Ahora, pienso que si en lugar de quedarme callada la boca, hubiera hablado, tal vez no
andarían todos así como andan, desesperados y yo no tendría que callarme lo que sé.
Después, pasó un tiempo largo y no nos vimos. Hasta que una mañana, me lo encontré en la
panadería. Casi no lo reconocí. Tenía los ojos hundidos, la ropa le bailaba de grande.
–¿Estás enfermo? –le dije cuando salimos.
Él, Riqui, se puso mal, le empezó a temblar la boca y se tapó la cara con las manos.
Esa vez sí que me olvidé del enojo y seguí a su lado hasta que se tranquilizó.
–Me persigue un fantasma –dijo, y yo le solté la carcajada en la cara.
Estaba segura de que me había tomado por idiota.
–Me persigue un fantasma, te digo –repitió.
Como insistía, le pedí que me acompañara a casa y que me contara. Él,
Riqui, empezó a hablar.
–En cuanto me quedo solo, aparece. ¿Sabes qué horrible?
Ahora no me acuerdo de todo lo que me contó, pero fueron cosas raras, muy raras. Entre otras
cosas, dijo que veía unos pies calzados con zapatos negros que flotaban en el aire y que oía
una voz que lo llamaba y le avisaba que se lo iba a llevar.
– ¿No habrás estado soñando? –le pregunté al final.
Él, Riqui, no sé si me escuchó porque se quedó callado, pensando..., me dio lástima. Tan lindo
que era y tan triste que parecía...
–Los huesos le crujen cuando se mueve. ¡Te lo juro!
Mientras hablaba, ponía unos ojos que me hacían acordar a los de la gente esa que sale en las
estampitas.
–Mirá que nadie lo sabe. Solamente vos.
Solamente yo. Y se fue y no volvió.
Ahora que todos dicen que me pasa esto o lo otro y que el médico de aquí o los remedios de
allá, sigo acordándome de él y de la tonta del moño colorado.
Lo cierto es que con tanta historia, pensaba en él de la mañana a la noche.
También pensaba en ella, ¡mejor!, ¡total! A mí no me importaba. No tenía que importarme. Y si
andaba en problemas, ¡que se arreglara solo!, o que lo ayudara ella, ¿no era tan buena? Y
después de todo, cuando me lo cruzara, también a él le iba a dar vuelta la cara. Lo más seguro
era que andaba inventando pavadas para que yo me olvidara de él. Sin embargo, después, me
acordaba del "¡Ayúdame!" que me había dicho y me daba un no sé qué.
Ahora pienso que si, por lo menos, hubiera hablado en ese momento, si hubiese llamado a
alguien de mi casa para que conversara con él, tal vez las cosas podrían ser distintas. Claro
que igual, ¿cómo ayudar a un chico que en lo único que pensaba era en fantasmas?
Esa tarde, después de que me contó que se lo quería llevar un fantasma, se fue con esa cara
transparente como papel de calcar y la ropa bailándole en el cuerpo. Y no volví a verlo. Eso
quiere decir, justamente, que no lo vi más.
QUE NO LO VI MÁS. QUE NO LO VI MÁS.
Esperé y esperé. Lo extrañé y lo extrañé. Hasta que no aguanté más y fui a buscarlo.
Cuando toqué el timbre de la casita verde, me temblaban las rodillas. Abrió una señora,
entonces, le pregunté por mi amigo.
– ¿Qué Riqui?
Me quedé fría, según ella allí no vivía ningún Riqui.
Ningún Riqui. Ningún Riqui, en la vereda de enfrente, ni en la otra, ni en la manzana. Ningún
Riqui. Así que empecé a preguntar por él a los chicos del barrio.
– ¡Dale, tarada! ¿Qué Riqui?
– ¿Cómo qué Riqui? Él, Riqui, mi amigo.
Ahora que todo el mundo me mira desesperado, sé que si hablo va a ser para peor. Mejor me
callo, y en cuanto pueda voy a buscarlo a casa de la chica nueva, ella seguro que sabe.
Pero, ahora no voy a decir nada porque si no, van a empezar otra vez con la historia esa de
que en esa esquina tampoco vive nadie, que es un terreno baldío. Van a decirme que la
termine con Riqui y con la chica del moño, que no existen. Mejor no digo nada. Mejor no digo lo
de los zapatos negros que veo flotando en el aire, ni de los huesos que crujen. Mejor, no les
digo que de noche, alguien que tiene la voz de Riqui me llama y me llama.
Mejor no digo nada. Sí, mejor, me callo.

Olga Drennen, Mejor me callo, Colección


“Los verdes de Quipu”, Buenos Aires, Quipu, 1992.

Luego de la lectura nos centraremos en el final, que ha quedado inconcluso causando en el


lector, en este caso los alumnos, inquietud, incertidumbre por no saber qué es lo que pasa.

Los invitaré a volver sobre lo narrado, para que puedan elaborar sus propias hipótesis sobre lo
que pudo haber pasado.

Las comentaremos en forma oral y luego cada uno elaborara brevemente su hipótesis. Para
dejar un registro en la carpeta sobre lo trabajado pondremos como titulo: LEIMOS “MEJOR ME
CALLO” DE OLGA DRENNEN. (RELATO DE TERROR).

5ª Clase: martes 17/10.4ª hora. 1 módulo de 40 minutos.

En esta oportunidad les presentare otro libro que incluye ocho cuentos de terror, de la autora
Ana María Shua “Los seres extraños”. Les contare nació en Buenos Aires. Es profesora de
Letras egresada de la Universidad de Buenos Aires, guionista y escritora de novelas y cuentos
para niños, jóvenes y adultos. Ha recibido, entre otras distinciones, la beca Guggenheim, en
1993. En Alfaguara se encuentran sus libros El valiente y la bella, Los monstruos del Riachuelo,
Cuentos con magia, Los devoradores, Cuentos con fantasmas y demonios y Las cosas que odio y
otras exageraciones.

Una vez que terminemos con los datos del autor les comentaré que el cuento elegido se titula
“El vampiro y la suerte” y pasaremos a la lectura del mismo, haciendo pausas y reflexionando a
medida que se lee. Los alumnos tendrán una copia del cuento y podrán seguir la lectura y leer
en el caso que lo prefieran.
Como disponemos de poco tiempo dejaremos la puesta en común para la próxima clase.

Copiaremos en la carpeta el nombre y autor del cuento para que quede un registro de lo
trabajado.

6º Clase: miércoles 18/10. 2 módulos. 1ª hora 40 minutos y 2ª hora 50 minutos.

1ª hora:

Como en la clase anterior no tuvimos tiempo lo que vamos a hacer es retomar la puesta en
común y comentar en forma oral que paso en el cuento, quienes eran los personajes, cual fue
el conflicto y como lo resolvieron.

Luego vamos a narrar qué ocurrió exactamente la segunda noche de velatorio de la princesa
de “El vampiro y la suerte”. Pueden iniciar el relato tomando como punto de partida esta frase:
“Su padre y su madre lloraron desesperados sobre su cadáver…

Volveremos al texto para que los niños puedan recordar que paso y así puedan realizar sus
relatos.

Una vez que los niños terminen sus producciones las leeremos, para comparar las
anticipaciones e invenciones sobre lo que pudo pasar, escribió cada uno.

2ª hora:

Para continuar leeremos el ultimo cuento, titulado “Taranne” del libro “Tratado universal de
monstruos” de Lucia Larangione.

Les comentaré que la autora se llama Lucia Larangione nació en Buenos Aires, en 1946 que en
este libro pueden encontrar, diez cuentos de terror con seres siniestros, de diferentes épocas
y culturas. En un clima de suspenso absoluto, desfilan, entre otros abdominales monstruos, la
seductora Melusina, los Zombis y Taranne que es el que vamos a leer a continuación. Es un
libro escalofriante para disfrutar desde la primera hasta la última página, y conocer de dónde
vienen los monstruos.

La idea de contarles mínimamente el contenido del libro es para que ellos se interesen y sigan
leyendo los cuentos por placer y curiosidad.

Continuaremos con la lectura, iremos haciendo pausas y habrá en que haré acotaciones
saliendo de lo que es la lectura, para explicarles temas relacionados al cuento pero que no es
necesario leerlos, ya que son conocidos.
Finalizada la lectura les pediré que realicen como actividad una comparación del cuento de
Taranne con la del hombre lobo, destacando sus similitudes y diferencias. Y al finalizar dibujen
como se imaginan a Taranne.

Para terminar les pediré que vayan pensando para la próxima clase un personaje, su nombre,
que características va a tener, ya que van a escribir cada uno su propio cuento de terror.

6ª Clase: jueves 19/10. 2 módulos. 3ª hora 50 minutos y 4ª hora 40 minutos.

3ª hora: 10:10hs

Para comenzar les recordaré que en esta clase vamos a escribir nuestro cuento de terror, que
van a tener que pensar en un titulo, nombres de los personajes, el nombre del lugar donde
sucedan los hechos, les propondré escribir a partir de lo leído y discutido hasta el momento.
Cada uno de los chicos pensará un relato que gire alrededor de una de las figuras de los
cuentos leídos o bien personajes conocidos del género del terror o si prefieren alguno que
ellos inventen. Y que también tendrán que hacer las ilustraciones, como mínimo, una para
acompañar el texto. Les comentaré que con los cuentos armaremos un libro de cuentos de
terror de 4ºB y que lo haremos circular por la escuela para que otros alumnos puedan
disfrutarlo.

Les explicaré que como los cuentos van a ser leídos por el resto de la escuela, los compañeros
serán los primeros lectores de cada borrador, podrán hacer preguntas sobre lo que no se
entiende, sugerencias sobre cómo puede seguir avanzando la historia, etc. Mientras transcurre
la escritura, me acercaré a los bancos para ir haciendo nuevas sugerencias. Cada chico (o
pareja) reescribe los aspectos que desea ajustar a partir de los comentarios recibidos y busca
llegar a una versión final (antes de dar cierre a este momento deberá haber cotejado con otros
su ortografía o cuestiones de puntuación que obstaculicen la comprensión de su texto).
4ª hora: 11:00hs-11:40 hs

Finalmente destinaré un tiempo para leer todas o algunas producciones surgidas de la


propuesta. Y realizaran los dibujos, como titulo en la carpeta pondremos el nombre del cuento
y el autos. También pondremos: MI CUENTO DE TERROR

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