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Expediente N° 09-0253
El 6 de marzo de 2009, se recibió en esta Sala el Oficio Nº 14/09 del 19 de febrero de 2009,
anexo al cual la Sala Accidental N° 1 de la Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal del
Estado Lara, remitió el expediente contentivo de la acción de amparo constitucional ejercida
por el abogado P.J.T.D.S., inscrito en el Instituto de Previsión Social del Abogado bajo el N°
34.395, actuando en su condición de defensor de los ciudadanos Á.L.E. y ROBIEL SEGUNDO
RAMOS CAMPOS, titulares de las cédulas de identidad Nros. 17.011.729 y 16.532.932,
respectivamente, contra la decisión contenida en el auto de apertura a juicio del 27 de octubre
de 2008 dictado por el Juzgado Segundo de Primera Instancia en Funciones de Control del
Circuito Judicial Penal del Estado Lara, por la supuesta violación de sus derechos
constitucionales a la tutela judicial efectiva, a la defensa, de petición, y de oportuna y
adecuada respuesta, consagrados en los artículos 26, 49 y 51 de la Carta Magna, por haber
declarado sin lugar en forma inmotivada una excepción opuesta en el curso de la audiencia
preliminar llevada a cabo con motivo del juicio penal seguido contra sus defendidos, por los
delitos de homicidio calificado con alevosía por motivos fútiles e innobles, uso indebido de
arma de fuego y simulación de hecho punible; y que, entre otros aspectos declaró medida
privativa judicial preventiva de libertad contra los quejosos.
ANTECEDENTES
El 27 de octubre de 2008, el Juzgado Segundo de Primera Instancia en Funciones de
Control del Circuito Judicial Penal del Estado Lara, dictó auto de apertura a juicio contra
los ciudadanos Á.L.E., R.S.R.C., C.E.M.V. y Y.A.C..
El 3 de noviembre de 2008, los abogados L.A.C., J.E.M. y W.M., inscritos en el
Instituto de Previsión Social del Abogado bajo los Nros. 67.786, 104.096, y 23.397,
respectivamente, actuando en su condición de defensores privados de los ciudadanos
Á.L.E., C.E.M.V. y Y.A.C., y la Defensora Pública del ciudadano R.S.R., interpusieron
recurso de apelación contra la anterior decisión, específicamente contra los puntos
relacionados a la inadmisión de la prueba de experticia y la medida privativa de libertad
impuesta a los quejosos; puntos estos contenidos en el auto de apertura a juicio que admiten
apelación a tenor de lo previsto en los numerales 4 y 5 del artículo 447 del Código
Orgánico Procesal Penal.
El 1 de diciembre de 2008, el abogado P.J.T.D.S., actuando en su condición de
defensor de los ciudadanos Á.L.E. y R.S.R.C., interpuso acción de amparo constitucional
contra la decisión contenida en el auto de apertura a juicio del 27 de octubre de 2008
dictado por el Juzgado Segundo de Primera Instancia en Funciones de Control del Circuito
Judicial Penal del Estado Lara.
El 5 de diciembre de 2008, la Sala Accidental N° 1 de la Corte de Apelaciones del
Circuito Judicial Penal del Estado Lara, admitió la acción de amparo constitucional
interpuesta.
El 19 de enero de 2009, el abogado W.M., actuando en su carácter de defensor de
los ciudadanos C.E.M.V. y Y.A.C., se adhirió a la acción de amparo constitucional incoada.
El 29 de enero de 2009, se llevó a cabo la audiencia constitucional en la presente
acción de amparo constitucional, declarando la Sala Accidental N° 1 de la Corte de
Apelaciones del Circuito Judicial Penal del Estado Lara, inadmisible la acción de amparo
en base al artículo 6.5 de la Ley Orgánica de Amparo sobre Derechos y Garantías
Constitucionales.
Mediante diligencia del 12 de febrero de 2009, el abogado P.J.T.D.S., actuando en su
carácter de autos, interpuso recurso de apelación contra la sentencia dictada por la referida
Corte.
En esa misma fecha, el abogado W.M., actuando en su carácter de autos, interpuso recurso
de apelación contra la sentencia dictada por la referida Corte.
El 12 de marzo de 2009, por su parte la Sala Accidental N° 3 de la Corte de Apelaciones
del Circuito Judicial Penal del Estado Lara, declaró sin lugar los recursos de apelación
interpuestos contra la decisión del 27 de octubre de 2008, dictada por el Juzgado Segundo
de Primera Instancia en Funciones de Control del Circuito Judicial Penal del Estado Lara,
contentiva del auto de apertura a juicio contra los ciudadanos Á.L.E., R.S.R.C., C.E.M.V. y
Y.A.C..
El 6 de marzo de 2009, se recibió proveniente de la Sala Accidental N° 1 de la Corte de
Apelaciones del Circuito Judicial Penal del Estado Lara, el expediente contentivo de la
acción de amparo constitucional ejercida.
II
DE LA ACCIÓN DE AMPARO CONSTITUCIONAL
La parte accionante expuso como fundamento de su pretensión, lo siguiente:
Que “(…) se interpone la presente acción de amparo constitucional, por considerar
la defensa, que ni en el acto de la audiencia preliminar de fecha 22 de octubre de 2008
celebrada por ante el Juzgado Segundo de Primera Instancia en Funciones de Control de
este Circuito Judicial Penal, ni en el auto de apertura de fecha 27 de octubre del presente
año, emanado del mismo despacho, existe el debido pronunciamiento sobre la interposición
de excepciones (…), toda vez, que del contenido del acta de la audiencia preliminar,
podemos apreciar, que no existe un fundamento o exposición coherente que haga referencia
a la solicitud invocada y mucho menos existe en el auto de apertura a juicio oral y público,
una explicación clara y precisa que motive los fundamentos de la juzgadora para sustentar
su pronunciamiento, o al menos conocer su criterio, y así saber los motivos que la llevaron
a concluir que las excepciones interpuestas no eran procedentes (…)”.
.
IV
DE LAS FUNDAMENTACIONES A LA APELACIÓN
I. El 12 de febrero de 2009, el abogado P.J.T.D.S., actuando en su carácter de autos,
presentó ante el a quo escrito de fundamentación a la apelación ejercida, en los
siguientes términos:
Que “(…) los argumentos utilizados por los jueces (…) para decretar la inadmisibilidad
sobrevenida constituye un error, toda vez, que de haber revisado los recursos de
apelación a que hacen mención, se hubieran dado cuenta, que los mismos no guardan
relación con el punto central de la acción de amparo interpuesta”.
Que “(…) los dos recursos de apelación interpuestos por las defensas fueron
contra el fallo que declara la procedencia de la medida de privación judicial preventiva
de libertad y la decisión que decreta la inadmisibilidad de una prueba ofrecida por uno
de los defensores, lo que significa, que los mismos no tocan en nada el punto de la
declaratoria sin lugar de la excepción opuesta por la defensa y su falta de
fundamentación por parte de la jueza de control al momento de fundamentar su
decisión, simple y llanamente, porque el fallo que acuerde declaratoria sin lugar de una
excepción o excepciones opuestas (sic) fase intermedia del proceso penal, son
inapelables, toda vez que el artículo 447 numeral 2 del Código Orgánico Procesal
Penal, así lo establece y además, el verdadero sentido del recurso de amparo interpuesto
no era el de manifestar la inconformidad de la defensa con la decisión emitida sobre ese
punto, sino, el reclamar el derecho que tiene los justiciables, de conocer en forma clara
y precisa los motivos que tuvo la jueza de control para declarar sin lugar la excepción
opuesta”.
Que “(…) toda decisión dictada al término de la audiencia preliminar debe ser
debidamente motivada, sin que exista pretexto o excusas válidas para no hacerlo, pues
su incumplimiento trae como consecuencia la nulidad, en este caso del auto de apertura
y en la celebración de la audiencia preliminar, por la sencilla razón, de que la jueza de
control, no cumplió con su deber de motivar”.
Solicita que la presente apelación sea declarada con lugar y se ordene la admisión del
presente amparo.
II. En esa misma fecha, el abogado W.M., actuando en su carácter de autos, presentó
igualmente ante el a quo escrito de fundamentación a la apelación ejercida, en los
siguientes términos:
Que “(…) no, nos encontramos frente a una causal de inadmisibilidad sobrevenida,
debido a que para la fecha 1 de diciembre de 2008, oportunidad en que el abogado P.T.
interpuso la acción de amparo, ya la defensa, previamente el 3-11-08, había ejercido el
recurso ordinario de apelación, a los que hicieron referencia los sentenciadores en la
decisión que se recurre, razón por la cual no se puede hacer alusión a una causal de
inadmisibilidad sobrevenida, ya que una causal sobrevenida es la que se produce con
posterioridad a la admisión del amparo (…)”.
Que los recursos de apelación se ejercieron por motivos diferentes a la interposición de
la acción de amparo “(…) ya que en él se apeló de la negativa por parte del tribunal de
control de admitir una nueva experticia promovida por la defensa y de la medida de
privación judicial preventiva de libertad, decretada en esa fecha 22 de octubre de 2008,
contra sus defendidos y no de la carencia de la debida motivación del auto de apertura a
juicio”; decisiones estas contenidas dentro del auto de apertura a juicio del 27 de
octubre de 2008 dictado por el Juzgado Segundo de Primera Instancia en Funciones de
Control del Circuito Judicial Penal del Estado Lara.
Que hubo “(…) subversión del procedimiento de amparo, en razón de que en la
oportunidad de exponer los alegatos el Ministerio Público (…) manifestó que su
intervención la hacía de conformidad con el artículo 15 de la Ley Orgánica de Amparo
(…), argumentando la defensa que en ese acto el Ministerio Público no estaba actuando
como parte de buena fe, ni podría hacerlo, ya que ese despacho fiscal fue el que
formuló la acusación contra mis defendidos y los defendidos del abogado P.T. y contra
cuya acusación interpuso la excepción la defensa, además de sus otros argumentos de
defensa, hecho que traía como consecuencia que la Fiscalía Vigésima Primera del
Ministerio Público del Estado Lara tuviera interés en las resultas del amparo, omitiendo
pronunciarse sobre dicho alegato el tribunal a quo, ni en la audiencia constitucional ni
en su decisión”.
Solicita que la presente apelación sea declarada con lugar y se ordene la admisión del
presente amparo.
V
DE LA COMPETENCIA
En primer lugar, debe esta Sala pronunciarse respecto a la competencia, y a tal efecto
observa:
En virtud de lo dispuesto en sentencia de esta Sala Nº 1 del 20 de enero de 2000, caso:
“E.M.M.”, la cual resulta aplicable conforme a lo dispuesto en la vigente Ley Orgánica
del Tribunal Supremo de Justicia, artículo 25, numeral 20, en concordancia con el
artículo 4 de la Ley Orgánica de Amparo sobre Derechos y Garantías Constitucionales,
esta Sala es competente para el conocimiento de las acciones autónomas de amparo
constitucional contra las decisiones que dicten, en última instancia, los Juzgados
Superiores de la República, salvo de las que se incoen contra los Juzgados Superiores
en materia contenciosa administrativa.
Conforme lo anterior, visto que la decisión apelada fue dictada en materia de amparo
constitucional por la Sala Accidental N° 1 de la Corte de Apelaciones del Circuito
Judicial Penal del Estado Lara, el 6 de febrero de 2009, el cual conoció en primera
instancia de la acción de amparo interpuesta contra la decisión contenida en el auto de
apertura a juicio del 27 de octubre de 2008 dictado por el Juzgado Segundo de Primera
Instancia en Funciones de Control del Circuito Judicial Penal del Estado Lara, esta Sala
se declara competente para el conocimiento de la presente causa. Así se decide.
VI
MOTIVACIONES PARA DECIDIR
Corresponde a la Sala conocer de las presentes apelaciones, las cuales fueron
interpuestas, tempestivamente, contra el fallo dictado el 6 de febrero de 2009, por la
Sala Accidental N° 1 de la Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal del Estado
Lara, el cual declaró inadmisible la acción de amparo constitucional interpuesta, de
conformidad con lo establecido en el artículo 6.5 de la Ley Orgánica de Amparo sobre
Derechos y Garantías Constitucionales.
En tal sentido, se observa que el a quo determinó que “(…) la acción de amparo
propuesta por los accionantes, debía declararse inadmisible, toda vez que pudo
constatar durante el desarrollo de la misma, que en fecha 03-11-2008, el abg. W.M., en
su condición de defensor privado de los ciudadanos Á.L.E., C.E.M.V. y Y.A.C.,
interpuso recurso de apelación contra la decisión dictada por la Jueza de Primera
Instancia en Funciones de Control N° 2 del Circuito Judicial Penal del Estado Lara, en
la audiencia preliminar de fecha 22 de octubre de 2008 y publicada en el auto de
apertura de fecha 27 de octubre de 2008 (…), asimismo la Defensora Pública (…)
defensora del ciudadano R.S.R., también ejerció recurso de apelación contra la referida
decisión (…) recursos estos que fueron recibidos en esta Alzada en fecha 10-12-2008,
vale aclarar, que fueron recibidos mucho después de que la presente acción de amparo
había sido admitida y que está pendiente por decidir en la Sala Accidental, de allí que
luego de admitido el amparo, se produjo un hecho sobrevenido lo cual encuadra dentro
de la previsión contenida en el artículo 6 numeral 5 de la Ley Orgánica de Amparo
sobre Derechos y Garantías Constitucionales (…)”.
Por su parte, ambos apelantes centraron su fundamentación básicamente en el hecho de
que -en sus criterios-, el a quo no podía declarar la inadmisibilidad de la acción en base
al artículo 6.5 de la Ley Orgánica de Amparo sobre Derechos y Garantías
Constitucionales, por cuanto si bien apelaron de la decisión del 27 de octubre de 2008
dictada por el Juzgado Segundo de Primera Instancia en Funciones de Control del
Circuito Judicial Penal del Estado Lara, lo hicieron alegando motivos diferentes a los
explanados en la acción de amparo constitucional propuesta contra la misma decisión.
Ahora bien, luego de haber realizado un análisis de las actas que conforman el presente
expediente, esta Sala evidencia que efectivamente los abogados L.A.C., J.E.M. y W.M.,
en su condición de defensores privados de los ciudadanos Á.L.E., C.E.M.V. y Y.A.C., y
la Defensora Pública Sexta Penal Ordinaria Extensión Barquisimeto, en representación
del ciudadano R.S.R., interpusieron recurso de apelación contra la decisión dictada por
la Jueza de Primera Instancia en Funciones de Control N° 2 del Circuito Judicial Penal
del Estado Lara, en la audiencia preliminar del 22 de octubre de 2008 y publicada en el
auto de apertura del 27 de octubre de 2008, específicamente contra los puntos
relacionados a la inadmisión de la prueba de experticia y la medida judicial privativa de
libertad impuesta a los quejosos; puntos estos contenidos en el auto de apertura a juicio
que admiten apelación a tenor de lo previsto en los numerales 4 y 5 del artículo 447 y
254, en su último aparte, del Código Orgánico Procesal Penal. Apelaciones estas que
fueron decididas mediante fallo del 12 de marzo de 2009, emanado de la Sala
Accidental N° 3 de la Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal del Estado Lara,
la cual declaró sin lugar los recursos de apelación interpuestos.
Así las cosas, en efecto, el artículo 6 numeral 5 de la Ley Orgánica de Amparo sobre
Derechos y Garantías Constitucionales, textualmente dispone:
Artículo 6: No se admitirá la acción de amparo:
…Omissis…
5.- Cuando el agraviado haya optado por recurrir a las vías judiciales ordinarias o
hecho uso de los medios judiciales preexistentes (…).
a) Una vez que los medios judiciales ordinarios han sido agotados y la situación
jurídico constitucional no ha sido satisfecha; o
La exigencia del agotamiento de los recursos a que se refiere el aludido literal a), no
tiene el sentido de que se interponga cualquier recurso imaginable, sino sólo los que
permitan reparar adecuadamente lesiones de derechos fundamentales que se
denuncian. No se obliga, pues, a utilizar en cada caso todos los medios de impugnación
que puedan estar previstos en el ordenamiento procesal, sino tan sólo aquellos
normales que, de manera clara, se manifiesten ejercitables y razonablemente exigibles
.
En ese orden de ideas, es preciso señalar que los fallos que resuelvan argumentos,
defensa, excepciones, etc., opuestas por las partes, no se constituyen, en modo alguno,
como autos de mera sustanciación, en virtud de que éstos resuelven y conllevan en sí
decisiones, aunque preliminares, necesarias para el proceso; por ende, las mismas no
pueden ser calificadas como un auto de mero trámite de manera que por dicha
naturaleza queden excluidas de aquellas decisiones o autos que deban ser motivadas.
…Omissis…
A juicio de esta S. el hecho de que el legislador haya dado a las partes la oportunidad de
oponer ante el juez de control las excepciones que estimaren convenientes, se debe,
como se expuso, a la depuración del proceso, lo que no excluye que las decisiones que
allí se dicten para cumplir con esa finalidad deban ser escuetas e inmotivadas.
Respecto a la necesidad de la motivación de las sentencias como garantía judicial, esta
S. en sentencia n° 1963 del 16 de octubre de 2001, caso: L.E.B.O., señaló que dentro de
las garantías procesales “se encuentra la referida a la tutela judicial efectiva consagrada
en el artículo 26 de la Constitución, la cual, tiene un contenido complejo, que se
manifiesta, entre otros, en el derecho a obtener una sentencia fundada en derecho que
ponga fin al proceso. Este contenido del derecho a la tutela judicial efectiva, se
compone de dos exigencias: 1) que las sentencias sean motivadas, y 2) que sean
congruentes. De manera que una sentencia inmotivada no puede considerarse fundada
en derecho, siendo lesiva del artículo 26 de la Constitución”.
El derecho a la tutela judicial efectiva, “(...) no garantiza sólo el libre acceso a los
Juzgados y Tribunales, sino también que éstos resuelvan sobre el fondo de las
pretensiones que ante ellos se formulan. En términos gráficos escribe Díez-Picazo J.
que el derecho a la tutela judicial efectiva no es sólo el derecho a traspasar el umbral de
la puerta de un tribunal, sino el derecho a que, una vez dentro, éste cumpla la función
para la que está instituido” [Cfr. F.G.F., Comentarios a la Constitución, 3ª edición,
Madrid, Civitas, Edit., 2001, pág. 538].
La motivación de una decisión no puede considerarse cumplida con la mera emisión de
una declaración de voluntad del juzgador. La obligación de motivar el fallo impone que
la misma esté precedida de la argumentación que la fundamente, atendiendo
congruentemente a las pretensiones, pues lo contrario implicaría que las partes no
podrían obtener el razonamiento de hecho o de derecho en que se basa el dispositivo, se
impediría conocer el criterio jurídico que siguió el juez para dictar su decisión y con
ello, se conculcaría el derecho a la tutela judicial efectiva y al debido proceso.”
Del citado extracto, se deviene que, la decisión que declare sin lugar las excepciones
propuestas en la fase preliminar, son inapelables, e incluso inimpugnables, a través de
la vía extraordinaria de amparo constitucional, debido a la posibilidad de ser propuestas
nuevamente en la fase de juicio oral y público, lo que sin lugar a dudas origina la
configuración de la causal de inadmisibilidad prevista en el artículo 6.5 de la Ley
Orgánica de Amparo sobre Derechos y Garantías Constitucionales. Sin embargo, en los
supuestos en que la acción de amparo no esté dirigida a cuestionar la declaratoria sin
lugar de una o varias excepciones, sino a su resolución inmotivada, la tutela
constitucional invocada, a ese respecto, sí es susceptible de ser tramitada, por cuanto no
es posible recurrir, por la vía ordinaria de la apelación, la inmotivación del referido
pronunciamiento, y, por ende, no opera la causal de inadmisibilidad referida, habida
cuenta de la obligación que tienen los juzgadores de motivar sus decisiones, cuya
omisión constituye una vulneración de las garantías procesales a la tutela judicial
efectiva y al debido proceso. Así lo ha ratificado la Sala en Sentencia 328 del 7 de
mayo de 2010, caso: “J.A.S.M.”, donde se señaló:
(…Omissis…)
En efecto, a pesar que contra tal decisión desestimatoria de las excepciones en la fase
intermedia no cabe el recurso de apelación, la parte cuenta con un medio judicial
preexistente distinto a este último, a saber, la facultad de oponer nuevamente tales
excepciones en la fase de juicio oral (ver sentencias 676/2005 del 28 de abril; y
3.206/2005, del 25 de octubre), razón por la cual, en el caso que la parte actora haya
hecho uso del amparo contra tal decisión, sí procederá la aplicación de la causal de
inadmisibilidad antes descrita, por este último motivo que fue expuesto.
. (…Omissis…)
. . (…Omissis…)
De manera que, al no ser posible el ejercicio del recurso de apelación contra la referida
decisión del Juzgado de Control -declaratoria sin lugar de la excepción propuesta- el a
quo no podía negar, el ejercicio de la acción de amparo, invocando la causal de
inadmisibilidad prevista en el artículo 6.5 de la Ley Orgánica de Amparo sobre
Derechos y Garantías Constitucionales.
Así las cosas, en el caso que se examina se concluye, entonces, que los actuales
quejosos utilizaron un medio ordinario de impugnación como lo es el de la apelación,
previsto en el artículo 447 del Código Orgánico Procesal Penal, contra dos supuestos
totalmente diferentes al supuesto por el cual fue interpuesta la acción de amparo, y que
conforman el catalogo de las decisiones recurribles en apelación, luego de la
culminación de la audiencia preliminar en el proceso penal, a tenor de lo establecido en
la Sentencia con carácter vinculante de esta S. nº 1303 del 20 de junio de 2005, (caso:
A.E.D. Lozada).
Por tanto, erró la Sala Accidental N° 1 de la Corte de Apelaciones del Circuito Judicial
Penal del Estado Lara al negar, el ejercicio de la acción de amparo, invocando la causal
de inadmisibilidad prevista en el artículo 6.5 de la Ley Orgánica de Amparo sobre
Derechos y Garantías Constitucionales, en respuesta a la pretensión de tutela
constitucional del recurrente (presunta inmotivación de la decisión que declara sin lugar
las excepciones tempestivamente opuestas). Ello es así, porque dichas decisiones son
irrecurribles y no pertenecen al catalogo decisiones impugnables por la vía ordinaria de
la apelación, por tanto pueden ser objetadas mediante la acción de amparo
constitucional, siempre que su resolución resulte inmotivada, y así se declara.
Por último, respecto al alegato del abogado W.M., actuando en su carácter de autos,
sobre la presunta “(…) subversión del procedimiento de amparo, en razón de que en la
oportunidad de exponer los alegatos el Ministerio Público (…) manifestó que su
intervención la hacía de conformidad con el artículo 15 de la Ley Orgánica de Amparo
(…), argumentando la defensa que en ese acto el Ministerio Público no estaba actuando
como parte de buena fe, ni podría hacerlo, ya que ese despacho fiscal fue el que
formuló la acusación contra mis defendidos y los defendidos del abogados P.T. y contra
cuya acusación interpuso la excepción la defensa, además de sus otros argumentos de
defensa, hecho que traía como consecuencia que la Fiscalía Vigésima Primera del
Ministerio Público del Estado Lara tuviera interés en las resultas del amparo, omitiendo
pronunciarse sobre dicho alegato el tribunal a quo, ni en la audiencia constitucional ni
en su decisión”; deben hacerse las siguientes consideraciones:
En toda relación jurídica procesal en virtud de un proceso penal, es evidente la
existencia de partes con pretensiones individuales, coincidentes o no, pero
específicamente en los delitos de acción pública, es ineludible la presencia del Estado
venezolano representado en la Fiscalía del Ministerio Público, quien tiene en sus manos
la prosecución de la causa penal, y por tanto está a su cargo, en base a su investigación,
solicitar al tribunal que sobresea la causa, archive el expediente o presentar la
acusación; actividad en la cual la representación fiscal, debe cumplir con el sagrado
papel, de ser parte de buena fe y garantizar el respecto a los derechos y garantías
constitucionales de los justiciables (imputados), actuando apegado a los hechos
comprobados y a la ley.
Ahora bien, en materia de amparo constitucional, en casos como el planteado, la
presencia de la representación del Ministerio Público, conforme a lo previsto en el
artículo 15 de la Ley Orgánica de Amparo sobre Derechos y Garantías
Constitucionales, -donde no es accionante ni accionado- es eminentemente consultora
sobre la existencia o no de violaciones constitucionales, donde se requiere de su
opinión a los efectos de ilustrar al tribunal sobre la decisión a tomar, es decir, a
diferencia del proceso penal no tiene en sus manos el ejercicio de la acción en contra o
a favor, sino hacer un aporte jurídico, que no es vinculante, acerca de la decisión
definitiva.
Por ello, contrario a lo esgrimido por el apelante, no puede considerarse que la
representación del Ministerio Público tenga interés en las resultas del amparo, -en
ejercicio de su función consultora- por ser quien ejerce la acción penal contra los
acusados en el curso del juicio penal originario, por cuanto, el rol desempeñado por la
vindicta pública en ambos procesos tienen funciones diferentes, y en base a los
elementos de convicción obtenidos de los hechos concretos presentados en cada caso es
que dirigirá sus actuaciones, por lo cual se desestima lo aducido en tal sentido. Sin
embargo, se hace un llamado a los operadores de justicia que actúen en sede
constitucional, para que, al momento de notificar al Ministerio Público, a los fines del
ejercicio de su función consultora, conforme lo establece el artículo 15 de la Ley
Orgánica de Amparo sobre Derechos y Garantías Constitucionales, lo realice en la
persona del Fiscal con competencia en materia constitucional, en aquellas sedes donde
se hallare un representante de la vindicta pública con tales facultades, sin menoscabo
que pudiere informarse a uno distinto cuando en la jurisdicción no existiere alguno con
esa competencia especial, habida cuenta de la unidad del Ministerio Público, ello con el
objeto de evitar confusiones en el ejercicio de la acción penal y la función consultora
constitucional, y así se decide.
Resuelto lo anterior, esta Sala Constitucional, considera necesario referirse al criterio
pacíficamente mantenido por esta S. en relación a las decisiones que pueden ser objeto
de impugnación mediante el recurso ordinario de apelación, una vez culminada la
audiencia preliminar en el proceso penal. Al respecto, la Sentencia con carácter
vinculante de esta S. nº 1303 del 20 de junio de 2005, caso: “A.E.D. Lozada”,
estableció:
Los anteriores planteamientos son susceptibles de ser aplicados, mutatis mutandi, con
relación al Ministerio Público y a la víctima querellante, según sea el caso, quienes
tampoco podrán apelar del auto de apertura a juicio ni de la declaratoria de
admisibilidad de pruebas ofrecidas por la otra parte; pero sí pueden apelar de
cualquier otro pronunciamiento que el Juez de Control emita con base en el artículo
330 del Código Orgánico Procesal Penal, siempre que tal pronunciamiento pueda ser
considerado como alguna de las decisiones descritas en el artículo 447 de la ley
adjetiva penal. Así se declara.
Se evidencia entonces, que con base al citado criterio jurisprudencial, mantenido por
esta S., ninguno de los pronunciamientos referidos en el cardinal 2 del artículo 330 el
Código Orgánico Procesal Penal, así como tampoco la declaratoria de admisibilidad de
las pruebas ofrecidas para el juicio oral y público, son objeto de apelación, por
considerarse que no causan gravamen alguno para las partes, toda vez que, se estima,
permiten ser debatidas durante el desarrollo del juicio oral y público.
Ahora bien, ciertamente las pruebas admitidas forman parte del contenido del auto de
apertura a juicio, conforme lo establece el artículo 331 del Código Orgánico Procesal
Penal, y en principio resultan, por ende, inapelables; sin embargo, tal pronunciamiento
–admisión de las pruebas- no forma parte de la decisión que admite la acusación fiscal
y que ordena abrir el juicio oral y público, que tal como lo ha señalado la Sala, se trata
de una decisión interlocutoria o de un auto de mero trámite, que en nada afecta el
carácter garantista del proceso penal, razón por la cual, con respecto a estos
pronunciamientos se limita el acceso a la segunda instancia. De modo que, bajo esta
premisa, el pronunciamiento referido a la admisión de una o varias pruebas en la fase
preliminar, no puede entenderse que forme parte de aquellos que no ocasionan un
gravamen irreparable, conforme lo establece el cardinal 5 del artículo 447 eiusdem, por
las razones que se expondrán a continuación.
El régimen garantista establecido en la legislación penal adjetiva venezolana, comporta
un régimen probatorio que aun cuando contiene el sistema de la libertad de pruebas,
deben ser pertinentes, necesarias, obtenidas lícitamente, y ser incorporadas al proceso
de acuerdo a las formas previstas en el Código Orgánico Procesal Penal, lo que permite
afirmar que, las pruebas obtenidas e incorporadas al proceso sustrayéndose de las reglas
previstas al respecto, en los artículos 197 y siguientes de dicha legislación procesal, no
podrán ser apreciadas dentro del proceso.
Ciertamente, como se ha venido sosteniendo, en la fase de juicio oral, las partes tienen
la oportunidad de contradecir las pruebas admitidas en la fase preliminar, y de allí
deriva la convicción que sólo es permisible la impugnación, por vía de apelación, de la
negativa de la admisión de uno o varios medios de prueba, mas no la de su
admisibilidad. Entendiéndose, erradamente, que, el contradictorio de una prueba sólo es
posible en aquella fase, y no en alguna otra del proceso. En tal sentido, se debe
apuntalar que el régimen probatorio penal, al igual que el civil, (artículo 392; Código de
Procedimiento Civil) tiene dos momentos en los cuales debe desarrollarse la actividad
de las partes y del juez; una referida a la aportación o promoción de la prueba ante el
juez de control y la otra a su evacuación o recepción ante el juez de juicio. En ambos
momentos interviene el contradictorio entre las partes que no es más que la
fiscalización o el control de las pruebas de la contraparte. Por lo que, no es posible
aseverar que el contradictorio de la prueba es exclusividad de la fase de juicio oral y
público.
En el proceso civil, la ley contempla dos momentos específicos que se interponen entre
la promoción y evacuación, llamados por la doctrina patria: lapso de oposición y lapso
de admisión de las pruebas, que originan un examen preliminar por las partes y por el
juez de la legalidad y pertinencia de las pruebas que conducen a un pronunciamiento
interlocutorio sobre la admisión de las que resulten légales y procedentes y el desecho
de las que aparezcan ilegales o impertinentes. Tanto la negativa como la admisión de
alguna prueba, son recurribles en apelación, la cual es oída a un sólo efecto; de tal
forma que no impide la continuación del procedimiento civil instaurado, (artículo 402
del Código de Procedimiento Civil). Estos llamados lapsos de oposición y lapsos de
admisión de la prueba, se ubican en el proceso penal en la fase intermedia y se traducen
en el examen preliminar de la legalidad y pertinencia de los medios probatorios
ofrecidos, tanto por la representación fiscal y/o la víctima querellada, así como por el
imputado, que, finalmente, dan lugar al pronunciamiento del juez de control, al
culminar la audiencia preliminar, sobre su admisibilidad o no, lo que quedará plasmado
en el auto de apertura a juicio, de acuerdo a lo previsto el artículo 331 de la normativa
adjetiva penal. Todo lo cual, configura el contradictorio del legajo probatorio en esta
fase y cuya oposición debe materializarse no sólo durante el desarrollo de la audiencia
preliminar, sino mediante la posibilidad de la impugnación de su admisión al finalizar
esta etapa intermedia, con la admisión de la acusación fiscal.
De lo que se colige que, si en el proceso civil se permite que tanto la negativa como la
admisión de una prueba sea objeto de impugnación, resulta ilógico que, en el proceso
penal acusatorio, caracterizado por ser eminentemente garantista, se niegue la
posibilidad de acudir a la segunda instancia, para recurrir la decisión que le resulte
adversa a alguna de las partes, con ocasión de la admisión de una prueba; que si bien es
cierto, forma parte del auto de apertura a juicio, que por mandamiento legal, es
inapelable, no forma parte de aquellas decisiones consideradas de mero trámite o mera
sustanciación, que no causan un gravamen irreparable, habida cuenta que tal admisión
que, pudiera resultar al margen de la ley, sobrevendría una incorporación ilegal de esa
prueba viciada al proceso, y ser objeto de valoración, a los fines de la resolución final
del asunto controvertido, que, aun cuando haya pasado por el filtro depurativo
jurisdiccional en la fase intermedia, debe estar sujeto a una posible revisión de segunda
instancia, sin necesidad de esperar hasta la culminación del proceso, mediante una
sentencia definitiva, para ser recurrido, de acuerdo a lo establecido en el artículo 452,
cardinal 2 del Código Orgánico Procesal Penal.
Mantener esta afirmación final, resulta contrario a la estabilidad y certeza del
procedimiento, que sólo es posible si se despeja, preliminarmente lo atinente a la
admisibilidad del medio de prueba, lo que evitaría lo dispendioso que puede resultar en
tiempo y economía, la admisión y evacuación de una prueba, que luego en la definitiva
el juez de juicio considere no debió admitirse por inconducente, ilegal o impertinente,
o, aún más peligroso, la valoración en la definitiva, de una prueba ilícita, cuya
obtención se llevó a cabo, por medios ilícitos, habida cuenta que la misma pudiera
constituirse decisiva para las resultas del proceso.
En resumen, una o varias pruebas obtenidas ilícitamente y admitidas en la fase
preliminar, que formen parte de los pronunciamientos emitidos al final de la misma,
podrían comportar su incorporación indebida al proceso en la fase de juicio oral y
público, contraviniendo lo expresado en el artículo 197 del Código Orgánico Procesal
Penal, representando el grave riesgo que sea indebidamente tomada en cuenta como
fundamento de la decisión definitiva. De allí deviene la necesidad de depurar en la fase
preliminar, no solamente los fundamentos que sirvieron de base para la acusación
fiscal, sino además los medios de prueba ofertados para el juicio oral y público, siendo
preciso que el juez de esta fase hurgue sobre la necesidad, legalidad, licitud y
pertinencia de los mismos, más aún si la admisión de estos medios probatorios pudieran
ser fundamentales o definitivos en las resultas finales del proceso, o, dicho de otra
manera, representar un pronóstico de condena o de absolución. Resultando ilógico que,
en el supuesto en que el Tribunal de Juicio correspondiente funde su decisión en una o
unas pruebas admitidas en la fase intermedia, obtenidas ilegalmente por alguna de las
partes o incorporadas al proceso con violación a los principios establecidos en la norma
penal adjetiva, deba esperarse hasta el final del proceso para intentar el recurso de
apelación contra sentencia definitiva, conforme a lo dispuesto en el artículo 452 del
Código Orgánico Procesal Penal.
Así las cosas, es evidente que, el pronunciamiento que versa sobre la admisibilidad de
una prueba, no puede ser considerado como de aquellos que no causan un gravamen, y
por ende irrecurribles, máxime cuando el proceso penal acusatorio es de corte
garantista, lo que implica la obtención de los medios probatorios lícitamente y su
incorporación legal al proceso, así como evitar reposiciones como las que originaría la
declaratoria con lugar de una apelación ejercida contra una sentencia definitiva,
cimentada en una prueba obtenida ilegalmente.
De manera que, las violaciones constitucionales en materia de garantía del derecho a la
defensa, pueden producirse cuando se coarta injustamente la defensa procesal de un
derecho o se hace imposible o muy restringido el contradictorio, tal como ocurre
cuando se limita el acceso a la revisión de segunda instancia en lo atinente a la
admisión de medios probatorios que pudieren resultar impertinentes, inútiles o, peor
aún, ilícitos, y por ende conducir el proceso a una decisión fundamentada en la
valoración de una prueba viciada. Y así se decide.
Con base en las anteriores consideraciones, esta Sala Constitucional modifica su
criterio, y así se establece con carácter vinculante, respecto a la imposibilidad de
interponer recurso de apelación contra la decisión contenida en el auto de apertura a
juicio, referida a la admisión de los medios de prueba que se indiquen en dicho auto,
toda vez que, tal como ha quedado expuesto, la admisión de uno o varios medios
probatorios obtenidos ilegalmente, impertinente, o innecesarios pueden causar un
gravamen irreparable a quien pudiere resultar afectado con tal disposición, al crearse la
expectativa de una decisión definitiva fundamentada en la valoración de aquellos.
Siendo así, las decisiones referidas a la admisión o negativa de una prueba ofertada para
el juicio oral y público, forman parte de la categoría de aquellas que son recurribles en
apelación, contempladas en el artículo 447 del Código Orgánico Procesal Penal. Así se
establece
En virtud de lo precedentemente expuesto, esta S. declara con lugar la apelación
ejercida, en consecuencia, se anula la sentencia dictada el 6 de febrero de 2009, por la
Sala Accidental N° 1 de la Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal del Estado
Lara, que declaró inadmisible la acción de amparo constitucional interpuesta, de
conformidad con lo establecido en el artículo 6.5 de la Ley Orgánica de Amparo sobre
Derechos y Garantías Constitucionales, y, en consecuencia, se repone la causa al estado
de que ese Juzgado colegiado se pronuncie nuevamente sobre la admisión del amparo,
prescindiendo del vicio observado en el presente fallo.
VII
DECISIÓN
Por las razones anteriormente expuestas, esta Sala Constitucional del Tribunal Supremo
de Justicia, administrando justicia en nombre de la República por autoridad de la ley,
declara:
1. - CON LUGAR las apelaciones interpuestas por el abogado P.J.T.D.S., actuando en
su carácter de apoderado judicial de los ciudadanos Á.L.E. y ROBIEL SEGUNDO
RAMOS CAMPOS y por el abogado W.M., actuando en su carácter de defensor de
los ciudadanos C.E.M. VILLARREAL y Y.A.C., antes identificados.
2. - ANULA la decisión del 6 de febrero de 2009, dictada por la Sala Accidental N° 1
de la Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal del Estado Lara, que declaró
inadmisible la acción de amparo constitucional interpuesta por el abogado
P.J.T.D.S., en su carácter de autos, contra la decisión contenida en el auto de
apertura a juicio del 27 de octubre de 2008 dictado por el Juzgado Segundo de
Primera Instancia en Funciones de Control del Circuito Judicial Penal del Estado
Lara, que declaró sin lugar, inmotivadamente, una excepción opuesta en el curso de
la audiencia preliminar llevada a cabo con motivo del juicio penal seguido contra
sus defendidos, por los delitos de homicidio calificado con alevosía por motivos
fútiles e innobles, uso indebido de arma de fuego y simulación de hecho punible; y
que entre otros aspectos declaró medida privativa judicial preventiva de libertad
contra los quejosos.
3. - REPONE la causa al estado de que ese Juzgado Colegiado se pronuncie
nuevamente sobre la admisión del amparo, prescindiendo del vicio observado en el
presente fallo.
4. - Se ORDENA hacer mención del presente fallo en el portal de la página web de
este Tribunal Supremo de Justicia y su publicación en la Gaceta Judicial, en cuyo
sumario se señalará lo siguiente: “Sentencia de la Sala Constitucional del Tribunal
Supremo de Justicia de carácter vinculante para todos los Tribunales de la
República, incluso para las demás Salas del Tribunal Supremo de Justicia, que
modifica criterio respecto a la imposibilidad de interponer recurso de apelación
contra la decisión contenida en el auto de apertura a juicio, referida a la admisión de
los medios de prueba que se indiquen en dicho auto”.
P. y regístrese. Remítase el expediente al Tribunal de origen. D. copia de la
presente decisión y cúmplase lo ordenado.
Dada, firmada y sellada en el Salón de Despacho de la Sala Constitucional del
Tribunal Supremo de Justicia, en Caracas, a los 23 días del mes de noviembre de
dos mil once (2011). Años: 201º de la Independencia y 152º de la Federación.
La Presidenta de la Sala,
LUISA ESTELLA MORALES LAMUÑO
Ponente
El Vicepresidente,
F.A.C.L.
Los Magistrados,
MARCOS TULIO DUGARTE PADRÓN
CARMEN ZULETA DE MERCHÁN
ARCADIO DE JESÚS DELGADO ROSALES
JUAN JOSÉ MENDOZA JOVER
GLADYS MARÍA GUTIÉRREZ ALVARADO
El Secretario,
JOSÉ LEONARDO REQUENA CABELLO
Exp. N° 09-0253
LEML
Quien suscribe, M.C.Z. de M., en virtud de la potestad que le confiere el artículo 53
del Reglamento de Reuniones de este Tribunal Supremo de Justicia, salva su voto
respecto del criterio sostenido por la mayoría sentenciadora que declaró:
“[…] 1.- CON LUGAR las apelaciones interpuestas por el abogado P.J.T.D.S.,
actuando en su carácter de apoderado judicial de los ciudadanos Á.L.E. y ROBIEL
SEGUNDO RAMOS CAMPOS y por el abogado W.M., actuando en su carácter de
defensor de los ciudadanos C.E.M. VILLARREAL y YILVER ALFONSO
COLMENÁREZ, antes identificados. 2.- REVOCA la decisión del 6 de febrero de
2009, dictada por la Sala Accidental de la Sala N° 1 de la Corte de Apelaciones del
Circuito Judicial Penal del Estado Lara, que declaró inadmisible la acción de
amparo constitucional interpuesta por el abogado P.J.T.D.S., en su carácter de
autos, contra la decisión contenida en el auto de apertura a juicio del 27 de octubre
de 2008 dictado por el Juzgado Segundo de Primera Instancia en Funciones de
Control del Circuito Judicial Penal del Estado Lara, que declaró sin lugar,
inmotivadamente, una excepción opuesta en el curso de la audiencia preliminar
llevada a cabo con motivo del juicio penal seguido contra sus defendidos, por los
delitos de homicidio calificado con alevosía por motivos fútiles e innobles, uso
indebido de arma de fuego y simulación de hecho punible; y que entre otros
aspectos declaró medida privativa judicial preventiva de libertad contra los
quejosos. 3.- REPONE la causa al estado de que ese Juzgado se pronuncie
nuevamente sobre la admisión del amparo, prescindiendo del vicio observado en el
presente fallo. 4.- Se ORDENA hacer mención del presente fallo en el portal de la
página web de este Tribunal Supremo de Justicia y su publicación en la Gaceta
Judicial, en cuyo sumario se señalará lo siguiente: ‘Sentencia de la Sala
Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia de carácter vinculante para todos
los Tribunales de la República, incluso para las demás Salas del Tribunal Supremo
de Justicia, que modifica (sic) criterio respecto a la imposibilidad de interponer
recurso de apelación contra la decisión contenida en el auto de apertura a juicio,
referida a la admisión de los medios de prueba que se indiquen en dicho auto”.
Quien suscribe, discrepa de la opinión mayoritaria de la Sala contenida en la
sentencia ut supra, mediante la cual, luego de resolver la apelación de la acción de
amparo de autos, modificó con carácter vinculante para todos los Tribunales de la
República, incluso para las demás Salas del Tribunal Supremo de Justicia, el
criterio vinculante de esta Sala atinente a la imposibilidad de interponer recurso de
apelación contra la decisión contenida en el auto de apertura a juicio, referida a la
admisión de los medios de prueba que se indiquen en dicho auto.
En efecto, la Sala Constitucional desde su sentencia N° 1303/2005, del 20 de junio,
caso: A.E.D. Lozada, sostuvo cuales eran las decisiones que podían ser objeto de
impugnación mediante el recurso de apelación, una vez culminada la audiencia
preliminar, según la cual y con carácter vinculante, respecto a la admisión de los
medios de prueba sostuvo puntualmente lo siguiente:
Entonces, partiendo de que el auto de apertura a juicio es inapelable, debe afirmarse
que el acusado no podrá impugnar ninguno de los pronunciamientos que establece
el numeral 2 del artículo 330 del Código Orgánico Procesal Penal, y por ende,
tampoco los que declaren la admisión de las pruebas ofrecidas por el Ministerio
Público; pudiendo apelar de las demás decisiones que el señalado artículo 330 le
permite dictar al Juez de Control al finalizar la audiencia preliminar, claro está,
siempre que constituyan decisiones susceptibles de ser encuadradas en el catálogo
que establece el artículo 447 eiusdem.
Los anteriores planteamientos son susceptibles de ser aplicados, mutatis mutandi,
con relación al Ministerio Público y a la víctima querellante, según sea el caso,
quienes tampoco podrán apelar del auto de apertura a juicio ni de la declaratoria de
admisibilidad de pruebas ofrecidas por la otra parte; pero sí pueden apelar de
cualquier otro pronunciamiento que el Juez de Control emita con base en el artículo
330 del Código Orgánico Procesal Penal, siempre que tal pronunciamiento pueda
ser considerado como alguna de las decisiones descritas en el artículo 447 de la ley
adjetiva penal. Así se declara. (Subrayado de quien suscribe).
La mayoría de la Sala para arribar al cambio de criterio jurisprudencial referido
sostuvo entre otras cosas que “[…] la admisión de las pruebas- no forma parte de la
decisión que admite la acusación fiscal y que ordena abrir el juicio oral y público,
que tal como lo ha señalado la Sala, se trata de una decisión interlocutoria o de un
auto de mero trámite, que en nada afecta el carácter garantista del proceso penal,
razón por la cual, con respecto a estos pronunciamientos se limita el acceso a la
segunda instancia. De modo que, bajo esta premisa, el pronunciamiento referido a
la admisión de una o varias pruebas en la fase preliminar, no puede entenderse que
forma parte de aquellos que no ocasionan un gravamen irreparable […]”, conforme
lo establece el cardinal 5 del artículo 447 del Código Orgánico Procesal Penal.
Quien suscribe discrepa de la postura asumida por la Mayoría de la Sala, por
cuanto, el Código Orgánico Procesal Penal establece en su artículo 331 que el Auto
de Apertura a Juicio y todos los pronunciamientos que en él se emitan son
inapelables e irrecurribles, y tratándose el caso que nos ocupa de la admisión de
pruebas, también es inapelable por cuanto no causa un gravamen irreparable, es
decir, si el legislador no consagró el recurso de apelación contra la decisión por la
cual el juez admite la acusación fiscal, las demás providencias que dicte el J. en el
auto que contiene la admisión de la acusación –entre las que se encuentra la
admisión de los medios de prueba-, forma parte de la materia propia de la apertura a
juicio y en consecuencia no pueden ser impugnadas por la vía de la apelación, dado
que se trata de una sola decisión que fue excluida expresamente del ejercicio de este
recurso. El fundamento de esta afirmación estriba en que a través de dicho acto, se
da apertura a la fase más garantista del proceso penal, a saber, la fase de juicio, en
la cual las partes podrán rebatir los medios de prueba admitidos al final de la
audiencia preliminar y reflejados en el mencionado auto, máxime si dichos medios
de prueba no han sido evacuados ni menos aun valorados; de allí que pueda
afirmarse que tal admisión no causa agravio constitucional alguno.
Aceptar lo contrario atentaría tanto contra el principio de impugnabilidad objetiva
recogido en el artículo 432 del Código Orgánico Procesal Penal, el cual es un
principio general que informa a todo el sistema de los recursos en el proceso penal
venezolano, y cuyo contenido se traduce en que las decisiones judiciales serán
recurribles únicamente por los medios y en los supuestos expresamente establecidos
en el Código Orgánico Procesal Penal. Lo anterior debe concatenarse con lo
dispuesto en el literal “c” del artículo 437 eiusdem, el cual establece como causal de
inadmisibilidad de los recursos, que la decisión recurrida sea inimpugnable o
irrecurrible por disposición expresa de la mencionada ley adjetiva penal.
Asimismo es de advertir que con el pronunciamiento sobre la admisión de las
pruebas determina el objeto del juicio y hace precluir la fase intermedia del
proceso, para impulsarlo hacia la fase del juicio oral, de allí que se entienda la
prohibición expresa de su apelación, a fin de no generar incidencias que retrasen la
dinámica procesal. El derecho a recurrir supone, necesariamente, la previa previsión
legal de un recurso o medio procesal destinado a la impugnación del acto. No toda
decisión judicial dentro del proceso puede ser recurrida. Ello atentaría,
también, contra la garantía de celeridad procesal y contra la seguridad jurídica y las
posibilidades de defensa que implica el conocimiento previo por los litigantes de las
reglas procesales. El derecho a la doble instancia requiere entonces del
preestablecimiento legal de la segunda instancia, así como del cumplimiento por
quien pretende el acceso a ella, de los requisitos y presupuestos procesales
previstos en la ley aplicable.
Distinto es la negativa del Juez de admitir unos medios de prueba lícitos, necesarios
y pertinentes ofrecidos por el acusado, inadmisión esta que sí tiene relevancia
constitucional –porque podría eventualmente lesionar el derecho a la defensa-
cuando de tal inadmisibilidad se derive indefensión o alteración del resultado del
proceso, situación en la cual, el acusado podrá interponer el recurso de apelación
siempre y cuando la declaratoria de inadmisibilidad por parte del Juez no se
encuentre ajustada a derecho, debiendo ser acreditada la infracción constitucional
ante el Juez de Alzada, el cual verificará si la misma se ha producido o no.
Llegado a este punto, quien suscribe estima importante traer a colación en primer
término un extracto de la sentencia signada con el número 86, del 19 de marzo de
2009, emanada de la Sala de Casación Penal del Tribunal Supremo de Justicia,
según la cual con respecto a la admisión de las pruebas en el proceso penal,
estableció:
“[…] De manera que, el derecho a recurrir del fallo, en plena igualdad, ante juez o
tribunal superior, reconocido en el artículo 8, numeral 2, literal h, de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos (1969), en modo alguno debe entenderse
como absoluto e incondicionado, pues el legislador puede establecer presupuestos
procesales que limiten su ejercicio, como ocurre en nuestro ordenamiento jurídico
donde la admisión del recurso está supeditada a los casos y condiciones
establecidas en la Constitución y en la ley.
Es así como en el ámbito penal, los artículos 432 y 435 del Código Orgánico
Procesal Penal, limitan la facultad de impugnar las decisiones judiciales sólo por los
medios y en los casos expresamente establecidos en la ley y, ‘en las condiciones de
tiempo y forma que se determinan en este Código, con indicación específica de los
puntos impugnados de la decisión’.
Los artículos 433 y 436 ejusdem confieren a las partes el derecho a recurrir en
contra de las decisiones judiciales que les sean desfavorables, pudiendo el imputado
‘siempre impugnar una decisión judicial en los casos en que se lesionen
disposiciones constitucionales o legales sobre su intervención, asistencia y
representación, aunque haya contribuido a provocar el vicio objeto del recurso’.
De manera que, la facultad de recurrir, en materia penal, encuentra limitaciones
legales expresas, tanto desde el punto de vista objetivo como subjetivo, es decir, la
impugnabilidad está determinada por el principio de taxatividad del recurso, ya que
sólo serán recurribles aquellas resoluciones judiciales cuya admisión sea permitida
expresamente por la ley (impugnabilidad objetiva), y que además haya sido
propuesto el recurso por quien esté legitimado para ello (impugnabilidad subjetiva),
en las condiciones de tiempo y forma determinadas en el Código Orgánico Procesal
Penal (Subrayado añadido).
En segundo lugar, y no en vano debo referirme a la jurisprudencia –la cual se ha
venido aplicando hasta ahora- emanada de la Sala Constitucional, contenida en la
sentencia Nº 1303 del 20 de Junio de 2005 –antes citada-, en la que con carácter
vinculante se fijó el sentido y alcance del principio de impugnabilidad objetiva y
respecto a la posibilidad de apelar de la admisión de la acusación y los medios de
prueba ofrecidos por el Fiscal del Ministerio Público, estableció lo siguiente:
…En tal sentido, esta segunda etapa del procedimiento penal, tiene por finalidades
esenciales lograr la depuración del procedimiento, comunicar al imputado sobre la
acusación interpuesta en su contra, y permitir que el J. ejerza el control de la
acusación.
Ante tales hipótesis, esta S. advierte que el acusado no puede interponer recurso de
apelación contra el auto de apertura a juicio, al no ocasionar dicha admisibilidad
un gravamen irreparable para aquél, ya que tendrá la oportunidad de rebatir
dichas pruebas en una oportunidad procesal ulterior, a saber, la fase de juicio.
Como corolario de lo antes señalado, esta S. considera que la naturaleza del auto
de apertura a juicio, es la de ser una decisión interlocutoria que simplemente
delimita la materia sobre la cual se centrará el debate, y que ordena el pase al
juicio oral, por lo que mal puede tal decisión judicial ocasionar un gravamen
irreparable al acusado. El fundamento de esta afirmación estriba en que a través
de dicho acto, se da apertura a la fase más garantista del proceso penal, a saber, la
fase de juicio, en la cual, tal como se señaló supra, aquél podrá rebatir los medios
de prueba admitidos al final de la audiencia preliminar y reflejados en el
mencionado auto.
Lo anterior debe concatenarse con lo dispuesto en el literal “c” del artículo 437
del Código Orgánico Procesal Penal, el cual establece como causal de
inadmisibilidad de los recursos, que la decisión recurrida sea inimpugnable o
irrecurrible por disposición expresa de la mencionada ley adjetiva penal.
Esta Sala advierte que el único caso en que el acusado puede recurrir de las
decisiones que se dicten al final de la audiencia preliminar, y que se encuentren
referidas a los medios de prueba, son aquéllas que declaren la inadmisibilidad de
los medios que aquél haya ofrecido dentro del plazo que fija el artículo 328 del
Código Orgánico Procesal Penal -siempre y cuando sean lícitos, necesarios y
pertinentes-, ya que tal inadmisibilidad podría constituir una violación del derecho
a la defensa consagrado en el artículo 49.1 de la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela, al no permitirle llevar al juicio elementos que
coadyuvarían, por una parte, a los fines de desvirtuar la imputación fiscal, y por la
otra -y como consecuencia de la anterior-, a reafirmar su inocencia.
En pocas palabras, la negativa del Juez de admitir unos medios de prueba lícitos,
necesarios y pertinentes ofrecidos por el acusado, tendrá relevancia constitucional
-por lesionar el derecho a la defensa- cuando de tal inadmisibilidad se derive
indefensión o alteración del resultado del proceso, situación en la cual, el acusado
podrá interponer el recurso de apelación antes señalado, claro está, siempre y
cuando la declaratoria de inadmisibilidad por parte del Juez no se encuentre
ajustada a derecho, debiendo ser acreditada la infracción constitucional ante el
Juez de Alzada, el cual verificará si la misma se ha producido o no.
(Subrayado añadido).
De las jurisprudencias anteriormente transcritas se concluye que la decisión de
admitir los medios de prueba ofrecidos por las partes en el proceso penal, en este
caso la admisión de las pruebas, no le es desfavorable a ninguna de las partes, por
cuanto las mismas tienen la posibilidad de alegar lo que consideren pertinente para
la defensa de sus derechos ante el Juez de Juicio, quien se encuentra obligado a
pronunciarse en relación al mérito del asunto.
Por otra parte, la mayoría de la Sala, entre los fundamentos para el cambio de
criterio, consideró en la sentencia disentida que:
…En el proceso civil, la ley contempla dos momentos específicos que se interponen
entre la promoción y evacuación, llamados por la doctrina patria: lapso de
oposición y lapso de admisión de las pruebas, que originan un examen preliminar
por las partes y por el juez de la legalidad y pertinencia de las pruebas que
conducen a un pronunciamiento interlocutorio sobre la admisión de las que
resulten legales y procedentes y el desecho de las que aparezcan ilegales o
impertinentes. Tanto la negativa como la admisión de alguna prueba, son
recurribles en apelación, la cual es oída en un solo efecto; de tal forma que no
impide la continuación del procedimiento civil instaurado, (artículo 402 del Código
de Procedimiento Civil). Estos llamados lapsos de oposición y lapsos de admisión
de la prueba, se ubican en el proceso penal en la fase intermedia y se traducen en
el examen preliminar de la legalidad y pertinencia de los medios probatorios
ofrecidos, tanto por la representación fiscal y/o víctima querellada, así como por el
imputado, que, finalmente, da lugar al pronunciamiento del juez de control, al
culminar la audiencia preliminar, sobre su admisibilidad o no, lo que quedará
plasmado en el auto de apertura a juicio, de acuerdo a lo previsto en el artículo
331 de la normativa adjetiva penal. Todo lo cual, configura el contradictorio del
legajo probatorio en esta fase y cuya oposición debe materializarse no sólo durante
el desarrollo de la audiencia preliminar, sino mediante la posibilidad de la
impugnación de su admisión al finalizar esta etapa intermedia, con la admisión de
la acusación fiscal.
.
Ahora bien, quien suscribe considera impropia la aplicación analógica del proceso
civil efectuada por la Mayoría de la Sala para cambiar el criterio respecto a la
apelación de la decisión que admite los medios probatorios en el proceso penal,
toda vez que ambos procesos, el penal y el civil, tienen características disímiles, por
ejemplo, el Código Orgánico Procesal Penal establece una regulación del régimen
probatorio aplicable específicamente al proceso penal. A tal fin, dicho sistema
probatorio está regido, entre otros, por el principio de libertad de prueba, de
acuerdo a lo dispuesto en su artículo 198, así como, su valoración debe darse
conforme al sistema de la sana crítica, estatuido en el artículo 22 eiusdem, de
acuerdo al cual “Las pruebas se apreciarán por el tribunal según la sana crítica
observando las reglas de la lógica, los conocimientos científicos y las máximas de
experiencia”.
De modo que la aplicación supletoria de otro cuerpo legislativo está subordinada a
la existencia de un vacío o laguna en la legislación aplicable preferentemente;
siendo que en este caso el Código Orgánico Procesal Penal tiene regulación expresa
y precisa sobre el régimen probatorio, resulta impropia la aplicación supletoria del
proceso civil invocada por la mayoría de la Sala para el cambio de criterio, por
demás referida a un proceso civil regido por el sistema mixto de prueba (artículo
395 del Código de Procedimiento Civil), en contraposición al sistema libre
dispuesto para el proceso penal (artículo 198 del Código Orgánico Procesal Penal);
ello es así, dado que en el proceso civil, las partes deben impulsar el proceso,
demandando, contestando, citando, presentando, aportando y produciendo prueba;
por ello el juez decide con base en lo alegado y probado en autos, mientras que en
el proceso penal las bases son acusatorias, el Estado acusa y condena.
Recordemos que un sistema procesal penal garantista se caracteriza porque dicho
proceso está enmarcado en un sistema de protección tanto para el procesado como
para la víctima, a modo de evitar los abusos de poder, prescindiendo de los aspectos
tradicionales del sistema inquisitivo: secreto, acumulación de funciones, ausencia
de oralidad, etc.; cuyos principios rectores pueden resumirse de la forma siguiente:
1. - Principio de retributividad o de la sucesividad de la pena respecto del delito, según
el cual nulla poena sine crimine.
2. - Principio de legalidad, en sentido lato (mera legalidad) o en sentido estricto
(estricta legalidad), según el cual nullum crimen sine praevia lege poenali valida.
3. - Principio de necesidad o de economía del derecho penal y de respeto a la persona,
según el cual nulla lex poenalis sine necesitate.
4. - Principio de lesividad o de la ofensividad del acto, según el cual nulla necesitas
sine iniuria.
5. - Principio de materialidad o de la exterioridad de la acción, según el cual nulla
iniuria sine actione.
6. - Principio de culpabilidad personal, según el cual nulla actio sine culpa.
7. - Principio de jurisdiccionalidad, según el cual nulla culpa sine iudicio.
8. - Principio acusatorio o de separación entre juez y acusación, según el cual nullum
iudicium sine accusatione.
9. - Principio de la carga de la prueba o de verificación, según el cual nulla accusatio
sine probatione.
10. - Principio de contradictorio, o de la defensa, o de refutación, según el cual nulla
probatio sine defensione.
Tales principios fueron incorporados en nuestro proceso penal, por cuanto:
1. - Existe una estricta separación entre las fases de la investigación y el
enjuiciamiento. Fases que al hallarse delimitadas con precisión y tener operadores
jurídicos distintos, otorgan las garantías de objetividad e imparcialidad que
conferirán al proceso penal su exigida racionalidad.
2.- Se centra el momento de la investigación en la labor del Ministerio Público
dotándole de una serie de facultades y de capacidad para archivar el procedimiento
preliminar, de abstenerse de ejercitar acción penal (principio de oportunidad) y de
pedir el sobreseimiento del proceso penal al Juez, en ambos casos por advertidas
razones de atipicidad, no antijuridicidad o insuficiencia de pruebas.
3. - Se revalorizan los roles que juegan las partes, otorgando a la víctima un nuevo
estatus jurídico, y confiriendo a la defensa una serie de garantías imprescindibles
para la racionalidad del nuevo proceso acusatorio.
4.- Se hace de la transparencia el método de búsqueda de la verdad
5. - Se proporcionan mecanismos alternativos al proceso común para la solución de
los conflictos con menores costos tanto en tiempo, dinero y economía procesal:
principio de oportunidad y terminación anticipada.
6. - Se colocan a los derechos humanos y la dignidad de la persona, tanto en su respeto
y aseguramiento, como las matrices sobre las que descansa el derecho procesal
penal.
Con todo lo antes referido, quien suscribe estima que el precedente judicial acertado
y que debió seguirse aplicando es el contenido en la sentencia N° 1303/2005, caso:
A.E.D.L., que estableció con carácter vinculante las decisiones que podían ser
objeto de apelación una vez culminada la audiencia preliminar; toda vez que -en la
práctica- el nuevo criterio asumido por la mayoría de la Sala, lejos de añadir un
elemento garantista dentro del proceso penal, atentaría contra la celeridad procesal
y contra la seguridad jurídica, al crear mediante la apelación del auto de admisión
de las pruebas una incidencia injustificada en detrimento del justiciable, que en la
mayoría de los casos se encuentra detenido.
Queda en estos términos expuesto el criterio de la Magistrada disidente.
La Presidenta,
Luisa EstelLa Morales Lamuño
Ponente
Vicepresidente,
Francisco A. Carrasquero López
Los Magistrados,
MarcoS Tulio Dugarte Padrón
CARMEN ZULETA DE MERCHÁN
Disidente
ARCADIO DE JESÚS DELGADO ROSALES
JUAN JOSÉ MENDOZA JOVER
GLADYS M. GUTIÉRREZ ALVARADO
El Secretario,
José Leonardo Requena Cabello
V.S. Exp.- 09-0253
CZdM/
Con el máximo respeto a la posición mayoritaria de sus compañeros de Sala, quien
suscribe, M.D.F.A.C.L., salva su voto por disentir del criterio sostenido en el fallo
que antecede, con base en las siguientes consideraciones:
Previo a cualquier tipo de consideración, resulta pertinente delimitar el objeto de la
controversia analizada y resuelta en el fallo que antecede. A tal efecto, se observa
que se trata de un proceso de amparo, en el cual esta Sala Constitucional, actuando
como tribunal de alzada, conoció los dos (2) recursos de apelación ejercidos, por
una parte, por los defensores técnicos de los ciudadanos Á.L.E. y R.S.R.C., y por la
otra, por la defensa técnica de los ciudadanos C.E.M.V. y Y.A.C., respectivamente,
contra la sentencia dictada, el 6 de febrero de 2009, por la Sala Accidental nro. 1 de
la Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal del Estado Lara, la cual declaró
inadmisible la acción de amparo propuesta contra el auto de apertura a juicio
emitido, el 27 de octubre de 2008, por el Juzgado Segundo de Primera Instancia en
Funciones de Control de ese mismo Circuito Judicial Penal, con ocasión de un
proceso penal incoado contra aquéllos.
En este sentido, la mayoría sentenciadora de esta Sala dictó los siguientes
pronunciamientos: En primer lugar, declaró con lugar los recursos de apelación
sometidos a consideración de esta Sala. En segundo lugar, revocó la sentencia
recurrida, a saber, la decisión del 6 de febrero de 2009, emitida por la Sala
Accidental nro. 1 de la Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal del Estado
Lara. Como tercer dispositivo, ordenó reponer la causa al estado de que dicho
órgano colegiado se pronuncie nuevamente respecto a la admisión del amparo. Por
último, y como cuarto pronunciamiento, ordenó hacer mención del presente fallo en
el portal de la página web de este Tribunal Supremo de Justicia y su publicación en
Gaceta Oficial, en cuyo sumario se debe señalar lo siguiente: “Sentencia de la Sala
Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia de carácter vinculante para todos
los Tribunales de la República, incluso para las demás Salas del Tribunal Supremo
de Justicia, que modifica criterio respecto a la imposibilidad de interponer recurso
de apelación contra la decisión contenida en el auto de apertura a juicio, referida a
la admisión de los medios de prueba que se indiquen en dicho auto”.
Para arribar a tal resultado decisorio, se esgrimió como razón principal, que en el
caso de autos, el a quo constitucional no actuó ajustado a derecho al declarar
inadmisible la pretensión de amparo, toda vez que la causal de inadmisibilidad obre
la cual se sustentó dicha declaratoria, a saber, la descrita en el texto del artículo 6.5
de la Ley Orgánica de Amparo sobre Derechos y Garantías Constitucionales, no era
aplicable en el caso sub lite. En efecto en la decisión que precede, se reconoció que
la pretensión de amparo tenía como fundamento medular, la falta de motivación de
uno de los pronunciamientos contenidos el auto de apertura a juicio del 27 de
octubre de 2008, concretamente, aquél mediante el cual se declararon sin lugar las
excepciones opuestas por la defensa de los imputados antes señalados (motivo que
no guardaba correspondencia alguna con el que plantearon dichos imputados, en los
recursos de apelación de autos que ellos ejercieron en la causa penal principal),
circunstancia que, excepcionalmente, hacía plausible el ejercicio de la acción de
amparo, a la luz de los criterios esbozados por esta misma Sala en sentencias
1.044/2006, del 17 de mayo; y 328/2010, del 7 de mayo.
Precisado lo anterior, quien suscribe el presente voto salvado, no tiene ninguna
reserva respecto a los tres primeros pronunciamientos dictados por la mayoría de
sus compañeros de Sala; pero sí debe manifestar con extrema preocupación, su
discrepancia con relación al cuarto pronunciamiento, en cuya virtud se habilita, para
los casos futuros, el ejercicio del recurso de apelación contra la admisión de uno o
varios medios de prueba en la fase intermedia, modificando así parcialmente y con
carácter vinculante, el criterio establecido por esta Sala Constitucional en sentencia
nro. 1.303/2005, del 20 de junio.
Para justificar tal viraje en la línea jurisprudencial que hasta el momento se venía
manteniendo -de forma pacífica y reiterada- en el referido tema, la mayoría
sentenciadora esgrimió las siguientes razones: a) La admisión de los medios de
prueba, si bien forma parte del auto de apertura a juicio, no constituye en modo
alguno una decisión de mero trámite o de mera sustanciación; b) La admisión de
uno o de varios medios de prueba ilícitos o innecesarios, puede causar un gravamen
irreparable, al crearse la expectativa de una eventual sentencia condenatoria
fundamentada en la valoración de aquéllos; y c) Negar el recurso de apelación
frente a la decisión que admite uno o varios medios de prueba, constituye una
vulneración del derecho a la defensa y a la tutela judicial efectiva (en su vertiente
del acceso a la doble instancia).
Ahora bien, a los efectos de una mayor claridad y sistematización del presente voto
salvado, quien suscribe considera oportuno analizar, en una primera sección, los
argumentos referidos a la naturaleza de la decisión del Juez de Control que admite
las pruebas al término de la audiencia preliminar, así como también al supuesto
gravamen irreparable que se ocasionaría, al dictarse una sentencia definitiva en la
fase de juicio, sobre unos medios de prueba ilícitos o innecesarios. En una segunda
sección, se abordará lo relativo a la vulneración de los derechos a la tutela judicial
efectiva y al recurso, ocasionada, según afirmó la mayoría sentenciadora, al negarse
el recurso de apelación contra la decisión que admite dichos medios de prueba.
§1
De la naturaleza de la admisión de las pruebas y del gravamen irreparable que se
ocasionaría al dictarse una sentencia definitiva, sobre unos medios de prueba
ilícitos o innecesarios
Como punto de partida, y siguiendo el criterio asentado en la sentencia nro.
1.303/2005, del 20 de junio -el cual se sostiene y reitera en el presente voto-, debe
afirmarse que la fase intermedia del procedimiento ordinario, constituye una etapa
que se inicia mediante la interposición de la acusación por parte del Fiscal del
Ministerio Público, a los fines de requerir la apertura de un juicio pleno.
Así, esta segunda fase del procedimiento penal ordinario, tiene por finalidades
esenciales lograr la depuración del procedimiento, comunicar al imputado sobre la
acusación interpuesta en su contra, y permitir que el J. ejerza el control de la
acusación.
Es el caso, que el control de la acusación abarca necesariamente, la realización por
parte del Juzgado de Control, de un análisis sobre los fundamentos fácticos y
jurídicos que sustentan el escrito acusatorio, fungiendo así esta fase del proceso
como un filtro, a fin de impedir la interposición de acusaciones infundadas y
arbitrarias.
Ahora bien, el control de la acusación comprende un aspecto formal y otro material
o sustancial, es decir, existe un control formal y un control material de la acusación.
En el primero, el Juez verifica que se hayan cumplido los requisitos formales para
la admisibilidad de la acusación -los cuales tienden a lograr que la decisión judicial
a dictar sea precisa-, a saber, identificación del o de los imputados, así como
también que se haya delimitado y calificado el hecho punible imputado. El
segundo, implica el examen de los requisitos de fondo en los cuales se fundamenta
el Ministerio Público para presentar la acusación, en otras palabras, si dicho
pedimento fiscal tiene basamentos serios que permitan vislumbrar un pronóstico de
condena respecto del imputado, es decir, una alta probabilidad de que en la fase de
juicio se dicte una sentencia condenatoria; y en el caso de no evidenciarse este
pronóstico de condena, el Juez de Control no deberá dictar el auto de apertura a
juicio, evitando de este modo lo que en doctrina se denomina la “pena del
banquillo”.
Asimismo, en la fase intermedia (específicamente, en la audiencia preliminar) el
Juez de Control debe analizar la licitud, pertinencia y necesidad de los medios de
prueba que hayan ofrecido las partes, a fin de su producción en la fase de juicio.
Respecto a los pronunciamientos que el Juez de Control puede emitir al final de la
audiencia preliminar, cabe señalar que el artículo 330 del Código Orgánico Procesal
Penal le confiere una amplia gama de potestades en este sentido, entre las cuales se
encuentra la de pronunciarse sobre la admisión total o parcial de la acusación del
Ministerio Público o del querellante y ordenar la apertura a juicio (numeral 2); así
como también decidir sobre la legalidad, licitud, pertinencia y necesidad de las
pruebas ofrecidas para el juicio oral (numeral 9), estableciéndose en el artículo 331
eiusdem la figura del auto de apertura a juicio, a los fines de canalizar ulteriormente
tales pronunciamientos, entre otros aspectos.
De la lectura de las disposiciones legales mencionadas en el párrafo anterior, se
desprende que al finalizar la audiencia preliminar, el Juzgado de Control, al admitir
la acusación y una vez que haya analizado la legalidad, licitud, pertinencia y
necesidad de las pruebas ofrecidas para el juicio oral, puede declarar admisibles
todos los medios probatorios ofrecidos por el Ministerio Público; o bien puede
declarar admisibles algunos medios de prueba ofrecidos por la representación fiscal,
pero otros no. En estas dos hipótesis, el Juez de Control dictará el auto de apertura a
juicio.
Ante tales supuestos, considera este magistrado disidente que, como bien lo
estableció esta S. en sentencia nro. 1.303/2005, del 20 de junio, el acusado no puede
recurrir del auto de apertura a juicio, al no ocasionar dicha admisibilidad un
gravamen irreparable para aquél, ya que tendrá la oportunidad de rebatir dichas
pruebas en una oportunidad procesal ulterior, a saber, la fase de juicio.
De conformidad con la teoría general de los recursos, debe entenderse por
gravamen irreparable aquel perjuicio que no puede ser remediado, rectificado o
enmendado por la sentencia definitiva. Entonces, con base en esta definición, la
admisión de las pruebas (que forma parte del auto de apertura a juicio, a tenor de lo
dispuesto en el artículo 331.3 del Código Orgánico Procesal Penal), en modo
alguno puede entenderse como una afectación que no puede ser remediada por la
sentencia que se dicte en el juicio oral.
En efecto, la circunstancia de que el acusado no pueda apelar de la declaratoria de
admisibilidad de la acusación o de uno o varios medios de prueba ofrecidos por la
representación fiscal, no implica en modo alguno que aquél se vea impedido de
ejercer los derechos que considere vulnerados con la decisión contentiva de dicho
pronunciamiento, pues en el juicio oral y público, las partes tienen la posibilidad de
alegar lo que consideren pertinente para la defensa de sus derechos, y el juez de
juicio se encuentra obligado a pronunciarse con relación al mérito del asunto
[pudiendo incluso desechar la(s) prueba(s)], y en el supuesto en que el Tribunal de
Juicio correspondiente tome en cuenta unas pruebas en una sentencia que lo
desfavorezca, el acusado podría intentar recurso de apelación conforme al motivo
contemplado en el artículo 452.2 del Código Orgánico Procesal Penal.
Incluso, la Sala de Casación Penal de este Tribunal Supremo de Justicia podrá
estimar tal circunstancia al conocer el correspondiente recurso de casación, que
eventualmente se ejerza contra la sentencia de la Corte de Apelaciones.
Entonces, del análisis de la última frase del artículo 331 del Código Orgánico
Procesal Penal, la cual reza “Este auto será inapelable”, se concluye que el
legislador no consagró el recurso de apelación contra la decisión por la cual el juez
admite la acusación fiscal, por lo que las demás providencias que dicte el J. en el
auto que contiene la admisión de la acusación (entre las cuales lógicamente se
encuentra la admisión de los medios de prueba), forma parte de la materia propia de
la apertura a juicio y en consecuencia no pueden ser impugnadas por la vía de la
apelación, dado que se trata de una sola decisión que fue excluida expresamente del
ejercicio de este recurso.
A mayor abundamiento, la naturaleza del auto de apertura a juicio, es la de ser una
decisión interlocutoria que simplemente delimita la materia sobre la cual se centrará
el debate, y que ordena el pase al juicio oral, por lo que mal puede tal decisión
judicial ocasionar un gravamen irreparable al acusado. El fundamento de esta
afirmación estriba en que a través de dicho acto, se da apertura a la fase más
garantista del proceso penal, a saber, la fase de juicio, en la cual, tal como se señaló
supra, aquél podrá rebatir los medios de prueba admitidos al final de la audiencia
preliminar y reflejados en el mencionado auto, y el juez de juicio podrá efectuar la
correspondiente valoración de la licitud y el mérito de aquéllos.
Se entiende entonces que el anterior planteamiento constituye la ratio legis del
artículo 331 del Código Orgánico Procesal Penal, al establecer expresamente la
prohibición de apelar del auto de apertura a juicio, por lo que aceptar lo contrario,
atentaría tanto contra el espíritu de esta norma, así como también contra el principio
de impugnabilidad objetiva recogido en el artículo 432 eiusdem, el cual es un
principio general que informa a todo el sistema de los recursos en el proceso penal
venezolano, y cuyo contenido se traduce en que las decisiones judiciales serán
recurribles únicamente por los medios y en los supuestos expresamente establecidos
en el Código Orgánico Procesal Penal.
Lo anterior debe concatenarse con lo dispuesto en la letra “c” del artículo 437 del
Código Orgánico Procesal Penal, el cual establece como causal de inadmisibilidad
de los recursos, que la decisión recurrida sea inimpugnable o irrecurrible por
disposición expresa de la mencionada ley adjetiva penal.
Por tanto, considera este Magistrado que el único caso en que el acusado puede
recurrir de las decisiones que se dicten al final de la audiencia preliminar, y que se
encuentren referidas a los medios de prueba, son aquéllas que declaren la
inadmisibilidad de los medios probatorios que aquél haya ofrecido dentro del plazo
que fija el artículo 328 del Código Orgánico Procesal Penal -siempre y cuando sean
lícitos, necesarios y pertinentes-, ya que tal inadmisibilidad podría constituir una
violación del derecho a la defensa consagrado en el artículo 49.1 de la Constitución
de la República Bolivariana de Venezuela, al no permitirle llevar al juicio
elementos que coadyuvarían, por una parte, a los fines de desvirtuar la imputación
fiscal, y por la otra -y como consecuencia de la anterior-, a reafirmar su inocencia,
lo cual indudablemente constituye un gravamen irreparable.
A mayor abundamiento, el acusado podrá ejercer el recurso de apelación de
conformidad con el artículo 447.5 del Código Orgánico Procesal Penal, ya que el
gravamen que ocasionaría la declaratoria de inadmisibilidad de todos o de algunos
de los medios de prueba por él ofrecidos, siempre y cuando sean lícitos, pertinentes,
necesarios, no extemporáneos y relevantes para el proceso en litigio, vendría dado
por la afectación de su derecho a la defensa. En tal sentido, si el J. no admite ningún
medio de prueba ofrecido por la defensa, se le estaría impidiendo absolutamente al
acusado llevar a juicio los medios de prueba con los cuales rebatirá las
imputaciones formuladas por el Fiscal del Ministerio Público, y con los cuales, por
ende, se reafirmará su inocencia; mientras que en la segunda hipótesis, aun y
cuando se admitan algunos de los medios de prueba por él ofrecidos, también
podría causársele un gravamen irreparable, ya que se le estaría obstaculizando la
incorporación al proceso de medios probatorios que podrían revestir gran
importancia para favorecer su defensa. En otras palabras, la negativa del Juez de
admitir unos medios de prueba lícitos, necesarios y pertinentes ofrecidos por el
acusado, tendrá relevancia constitucional -por lesionar el derecho a la defensa-
cuando de tal inadmisibilidad se derive indefensión o alteración del resultado del
proceso, situación en la cual, el acusado podrá interponer el recurso de apelación
antes señalado, claro está, siempre y cuando la declaratoria de inadmisibilidad por
parte del Juez no se encuentre ajustada a derecho, debiendo ser acreditada la
infracción constitucional ante el Juez de Alzada, el cual verificará si la misma se ha
producido o no.
En conclusión, visto que el auto de apertura a juicio es inapelable, debe afirmarse
que el acusado no podrá impugnar ninguno de los pronunciamientos que establecen
los artículos 330.2 y 331.3 del Código Orgánico Procesal Penal, y por ende,
tampoco los que declaren la admisión de las pruebas ofrecidas por el Ministerio
Público; pudiendo apelar de las demás decisiones que el señalado artículo 330 le
permite dictar al Juez de Control al finalizar la audiencia preliminar, siempre que
constituyan decisiones susceptibles de ser encuadradas en el catálogo que establece
el artículo 447 eiusdem.
§2
De la violación de los derechos a la defensa y a la tutela judicial efectiva por la
negativa a admitir recurso contra la decisión que admite uno o varios medios de
prueba
Por último, en cuanto a este argumento expuesto en el fallo que antecede, se
observa que la negativa del legislador de aceptar la posibilidad de interponer
recurso de apelación contra el auto de apertura a juicio, no atenta en modo alguno
contra los artículos 26 y 49.1 de la Constitución de la República de Venezuela.
Al respecto, debe afirmarse que la sentencia constituye el punto culminante del
proceso penal -y de todo proceso-, siendo el acto judicial por excelencia, mediante
el cual el órgano jurisdiccional construye la solución jurídica al conflicto social que
originó la realización de tal proceso (sentencia nro. 1.661/2008, del 31 de octubre,
de esta Sala).
En este sentido, la sentencia ostenta una gran relevancia dentro de la relación
jurídico-procesal, en el sentido de ser el acto procesal del cual dimanan los efectos
jurídicos de mayor importancia, y por ende, la misma debe estar sometida a revisión
o control, lo cual se materializa a través del ejercicio, por parte de los sujetos
procesales, de los mecanismos impugnativos de decisiones judiciales, a saber, los
recursos (sentencias 1.023/2006, del 11 de mayo; y 1.661/2008, del 31 de octubre,
de esta Sala).
El ejercicio de los recursos puede ser visto desde dos puntos de vista, en primer
lugar, como una facultad que se integra en el contenido propio del derecho a la
tutela judicial efectiva del justiciable, el cual se ve plasmado en el artículo 26 de la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, y en el contenido del
derecho a la defensa, consagrado este último en el artículo 49.1 eiusdem; y en
segundo lugar, como una forma a través de la cual el Estado y la sociedad
demuestran su interés en que el Derecho sea aplicado de forma uniforme o
equitativa, es decir, el interés en normalizar la aplicación del Derecho (sentencia
nro. 1.661/2008, del 31 de octubre, de esta Sala).
Respecto al sentido y alcance de la norma constitucional antes transcrita, esta S.
estableció en la sentencia nro. 1.303/2005, del 20 de junio (criterio que se ratifica
en el presente voto salvado), que en materia penal existe efectivamente un derecho
a recurrir del fallo, el cual se encuentra en íntima relación con la imagen del debido
proceso, y además constituye una manifestación de la tutela judicial efectiva. En tal
sentido, en la última parte del numeral 1 del artículo 49 de la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela, se ha consagrado una vertiente de tal derecho,
en el sentido de garantizarles a los ciudadanos que un tribunal superior controle la
corrección del proceso en el cual se ha impuesto una condena. Lo anterior se
traduce en el siguiente postulado: ante la desconfianza que pueda sentir la persona
condenada respecto del tribunal de primera instancia que le ha aplicado la sanción
penal, se prevé que un tribunal superior, el cual se presume de mayor imparcialidad
y constituido por jueces con más experiencia, examine si dicha condena estuvo
ajustada a derecho.
Esta S. ha señalado en reiteradas oportunidades, que la consagración de este
derecho en el artículo 49.1 de la Constitución, no implica que en el proceso penal
sólo pueda apelar la persona condenada, toda vez que ello conduciría al absurdo de
aceptar que la parte acusadora no pueda impugnar el fallo absolutorio, y más aun,
podría conllevar a que el propio imputado o acusado, según la fase en la cual se
encuentre el proceso, no pueda apelar de otras decisiones distintas a las que tienen
naturaleza condenatoria y que le causen un gravamen irreparable, todo lo cual
estaría en franca contradicción con la garantía del debido proceso y con la tutela
judicial efectiva, y en el caso de la parte acusadora, además, con el principio
procesal de igualdad de las partes.
Ahora bien, el fallo al cual se encuentra referido la parte in fine del artículo 49.1 de
la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, es aquel en el cual el
Juez, una vez examinados los argumentos de las partes y el acervo probatorio, ha
obtenido un grado de certeza y con base en ello ha construido y declarado la
culpabilidad del acusado. Para tal declaratoria, el órgano jurisdiccional debe haber
previamente comprobado que el hecho es sustancialmente igual a la descripción
fáctica establecida en la ley penal como presupuesto para una consecuencia jurídica
(pena o medida de seguridad).
En el sistema procesal penal venezolano, los fallos que declaran la culpabilidad de
una persona son las sentencias condenatorias, entre las cuales tenemos, por
ejemplo, a la sentencia que se dicta al final del juicio oral con base en el artículo
367 del Código Orgánico Procesal Penal. En tales supuestos, el derecho antes
señalado se materializa en la facultad que tiene la persona condenada, de interponer
el recurso de apelación de sentencia definitiva regulado en los artículos 451 y
siguientes del referido texto legal.
No obstante lo anterior, quien suscribe debe insistir en que el derecho a la tutela
judicial efectiva -de la cual se deriva el derecho al recurso-, lejos de consistir en el
derecho a acceder a los tribunales en el tiempo, forma y modo que se le antoje al
ciudadano, y al margen de las pretensiones legales, se trata muy por el contrario, de
un derecho de configuración legal, tal como lo ha señalado esta S. en anteriores
oportunidades (ver sentencias 403/2005, del 5 de abril; 1.386/2008, del 13 de
agosto; y 1.661/2008, del 31 de octubre), de allí que deban observarse los requisitos
establecidos en la ley para su acceso, sin que estos requisitos puedan ser tildados de
formalidades no esenciales.
En efecto, el derecho a la tutela judicial efectiva reconocido por el artículo 26 de la
Constitución de la República, es el que garantiza la libertad de acceso de todos los
ciudadanos a los tribunales de justicia, de conformidad con lo pautado en la ley, que
a su vez ofrece distintas vías procesales. Estas normas de procedimiento que
regulan esas vías, son preceptos que establecen los medios de impugnación a través
de los cuales tal derecho ha de ejercerse (sentencias 403/2005, del 5 de abril;
1.386/2008, del 13 de agosto, y 1.661/2008, del 31 de octubre, de esta Sala).
Así, los preceptos legales que regulan el ejercicio de los recursos, son necesarios,
tomando en cuenta la naturaleza y finalidad del proceso, debiendo respetarse
algunas formas procesales donde se determine que ciertas consecuencias no se
tendrán por producidas cuando no se observen los requisitos de admisibilidad o
procedibilidad, todo esto en aras de la certeza y la seguridad jurídica (sentencias
403/2005, del 5 de abril; 1.386/2008, del 13 de agosto, y 1.661/2008, del 31 de
octubre, de esta Sala).
Tales exigencias formales, que cumplen por lo general una misión trascendente en
la organización del proceso, sólo deben causar la grave consecuencia de inadmisión
del recurso cuando no son perfectamente observadas por el recurrente, a fin de que
éstas no se conviertan en un obstáculo insalvable que no permita la continuación del
proceso (sentencias 403/2005, del 5 de abril; 1.386/2008, del 13 de agosto; y
1.661/2008, del 31 de octubre, de esta Sala).
Algunas de esas formas procesales cuyo cumplimiento es necesario para la
tramitación de los recursos en el proceso penal, están referidas a lo que en la teoría
general de los recursos se denominan presupuestos de la impugnación, siendo éstos
los siguientes: a) El agravio o gravamen, tal como lo exige el artículo 436 del
Código Orgánico Procesal Penal (presupuesto subjetivo); b) La legitimación del
recurrente (ligado íntimamente al primer presupuesto), el cual se vislumbra en el
texto del artículo 433 eiusdem (presupuesto subjetivo); c) Que se trate de un acto
impugnable, requisito éste que se encuentra recogido en el artículo 432 de dicha ley
procesal penal (presupuesto objetivo); y d) El plazo, es decir, que el recurso haya
sido interpuesto en la oportunidad fijada por la ley (presupuesto objetivo) (sentencia
nro. 1.661/2008, del 31 de octubre).
Estos presupuestos o requisitos antes reseñados, serán revisados, en el ámbito del
recurso de apelación de autos, por el tribunal ad quem (Corte de Apelaciones),
dentro de la fase de admisibilidad del recurso, ello según lo dispuesto en el artículo
450 del Código Orgánico Procesal Penal. Dicha fase implica la verificación de los
requisitos formales antes descritos, y condiciona la entrada del recurso a su
consideración de fondo (sentencia nro. 1.661/2008, del 31 de octubre). En este
contexto, los requisitos antes señalados deben ser adminiculados con las causales
generales de inadmisibilidad de los recursos, previstas el artículo 437 eiusdem.
Entonces, en el supuesto que alguno de los cuatro presupuestos o requisitos antes
reseñados no se configure en el caso concreto, el recurso deberá ser declarado
inadmisible por la Corte de Apelaciones, con base en alguna de la causales de
inadmisibilidad previstas en la norma antes citada.
Asimismo, se considera oportuno aclarar, que si bien el Código de Procedimiento
Civil contempla la posibilidad de ejercer la apelación contra la decisión mediante la
cual se admiten las pruebas, no es menos cierto que ello no implica que en el
proceso penal se acepte igualmente dicha posibilidad. En efecto, así como existen
diferencias esenciales entre el Derecho Penal y el Derecho Civil, también se
presentan diferencias esenciales entre el Derecho Procesal Penal y el Derecho
Procesal Civil, no sólo por las divergencias en cuanto a los fines de cada uno, sino
también en cuanto a su naturaleza jurídica y consecuencias. Siendo ello así, no
pueden derogarse normas del Código Orgánico Procesal Penal a través de normas
del Código de Procedimiento Civil (incluso, este último es anterior al primero), ni
tampoco tiene cabida en este aspecto la aplicación por analogía de las normas del
proceso civil al proceso penal -tal como se hizo en el fallo del cual se discrepa en
este voto-, ya que en este caso no estamos en presencia de una laguna normativa.
Por ende, si el Código de Procedimiento Civil establece alguna posibilidad de
impugnación no reconocida en la ley adjetiva penal, no necesariamente ello debe
implicar la imposición de un régimen procesal sobre el otro.
En consecuencia, la disposición contenida en el artículo 331 del Código Orgánico
Procesal Penal, que establece la prohibición expresa de apelar contra el auto de
apertura a juicio (dentro del cual se encuentra comprendido la admisión de las
pruebas), está en perfecta armonía con lo dispuesto en los artículos 26 y 49.1 de la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, toda vez que el acceso al
recurso (como derivación del derecho a la tutela judicial efectiva) constituye un
derecho de configuración legal, lo cual justifica que el legislador tenga un amplio
margen de libertad al momento de establecer los requisitos para el ejercicio de los
recursos, y concretamente, la facultad de establecer cuáles serán las decisiones
judiciales susceptibles de ser recurridas, de allí que la propia Constitución, en la
parte in fine del numeral 1 del artículo 49 de la Constitución, establezca, como una
limitación legítima del derecho a recurrir del fallo, la oración “… con las
excepciones establecidas en esta Constitución y la ley”.
Como colofón, quien suscribe el presente voto debe advertir que el cambio de
criterio adoptado por la mayoría sentenciadora, no resulta cónsono con la
estabilidad y uniformidad que necesariamente debe tener el cuerpo de
jurisprudencia de esta Sala (máximo intérprete de la Constitución). De este modo,
los virajes interpretativos como el que se ha efectuado en el fallo del cual se
discrepa, podrían generar repercusiones negativas en la seguridad jurídica.
Aunado a ello, se observa con gran preocupación, que el criterio que se establece
con carácter vinculante en el fallo que antecede, podría generar retrasos
innecesarios en el sistema de administración de justicia, al recargar de trabajo a las
Cortes de Apelaciones con recursos de apelación que el Código Orgánico Procesal
Penal cataloga expresamente como inadmisibles. En este sentido, la posición
adoptada por la mayoría sentenciadora abre la puerta a eventuales dilaciones
indebidas, en desmedro de la economía y la celeridad procesal y, en consecuencia,
de los principios cristalizados en los artículos 26 y 257 de la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela.
Queda así expresado el criterio del Magistrado disidente.
Fecha ut supra.
La Presidenta,
LUISA ESTELLA MORALES LAMUÑO
El Vicepresidente,
FRANCISCO ANTONIO CARRASQUERO LÓPEZ
Disidente
Los Magistrados,
MARCOS TULIO DUGARTE PADRÓN
CARMEN ZULETA DE MERCHÁN
ARCADIO DE JESÚS DELGADO ROSALES
JUAN JOSÉ MENDOZA JOVER
GLADYS MARÍA GUTIÉRREZ ALVARADO
El Secretario,
J.L.R.C.
FACL/
Exp. nro. 09-0253
1.- Declarar si hay o no lugar para que se solicite o conceda la extradición en los casos que preceptúan
los tratados o convenios internacionales o la ley. ...
.
Atendiendo a lo anterior, corresponde a la Sala de Casación Penal de este Máximo Tribunal el
conocimiento de las solicitudes de extradición de conformidad con la Constitución, las leyes y
los tratados o convenios internacionales que en materia penal hayan sido suscritos y
ratificados por la República Bolivariana de Venezuela; en consecuencia, la Sala determina su
competencia para conocer del presente procedimiento de Extradición Pasiva.
DE LOS HECHOS
En la Notificación Roja Internacional, alfanumérico de control A-2395/3-2016, de fecha 24 de
marzo de 2016, se encuentra solicitado el ciudadano L.O.B.G., por el gobierno de la República
de Colombia, por la comisión de los delitos de CONCIERTO PARA DELINQUIR, FALSEDAD
MATERIAL EN DOCUMENTO PÚBLICO, FRAUDE PROCESAL y COHECHO POR DAR U
OFRECER, previstos y sancionados en los artículos 287, 340, 407 y 453, respectivamente,
todos del Código Penal colombiano. En dicha Notificación se exponen los hechos siguientes:
…La exposición de los hechos y los datos jurídicos provienen de la solicitud original enviada por la
OCN y no han sido modificados por la Secretaría General.
Para el año 2009, B.G.L.O., se desempeñaba como Gerente de Construcciones e Ingeniería y Equipos
CONEQUIPOS ING LTDA., compañía que a través B.G., adquirió un lote de terrenos de propiedad del
Estado Colombiano, ubicado en el sector de Mamonal, barrio C.C., ese lote fue adquirido mediante
engaño, mediante la figura que denominó derechos litigiosos, por ínfimas sumas de dinero, en esa
adquisición participó A.B.N.F. (abogado) quien acudió a una acción de tutela que pretendía que los
reconociera como propietarios y compradores de buena fe y que a su vez el J. de tutela ordenara la
inscripción como dueños y señores de unos determinados porcentajes del lote, tutela que fue
direccionada, pagando a los jueces una fuerte suma de dinero, para que las decisiones fueran a su
favor, en primer momento de 20 millones de pesos, luego 20 millones más y finalmente concertaron una
suma adicional de 20 millones más…
.
DE LAS ACTUACIONES
Consta en el expediente una Notificación Roja Internacional, identificada con el alfanumérico
A-2395/3-2016, de fecha 24 de marzo de 2016, emitida por el gobierno de la República de
Colombia contra el ciudadano L.O.B.G., por la comisión de los delitos de CONCIERTO PARA
DELINQUIR, FALSEDAD MATERIAL EN DOCUMENTO PÚBLICO, FRAUDE PROCESAL y
COHECHO POR DAR U OFRECER, previstos y sancionados en los artículos 287, 340, 407 y
453, respectivamente, todos del Código Penal colombiano. En dicha Notificación se lee lo
siguiente:
…BARRAGÁN GÓMEZ Luis Orlando
Apellido: B.G.
Apellido escrito con los caracteres originales o en código telegráfico chino: No precisado
Sexo: Masculino
Ocupación: No precisado
Grupo Sanguíneo: O+
Complexión: No precisado
2. DATOS JURÍDICOS
La exposición de los hechos y los datos jurídicos provienen de la solicitud original enviada por la OCN
y no han sido modificados por la Secretaría General.
…
PROFUGO BUSCADO PARA UN PROCESO PENAL
Referencias de las disposiciones de la legislación penal que reprimen el delito: ARTICULO 340,
CAPITULO PRIMERO, TIULO XII; ARTICUO 287, CAPITULO TERCERO, TITULO IX; ARTICULO
453, CAPITULO OCTAVO, TITULO VXI; Y ARTICULO 407, CAPITULO TERCERO, TITULO XV DEL
CODIGO PENAL COLOMBIANO.
Orden de detención o resolución judicial equivalente N° 2415, expedida el 20 de noviembre de 2013 por
Fiscalía 3 delegada ante tribunal de Bogotá (Colombia)
¿Dispone la Secretaría General de una copia de la orden de detención en el idioma del país solicitante?
Sí
El país que ha solicitado la publicación de la presente notificación roja de garantías de que se solicitará
la extradición al ser detenida la persona, de conformidad con la legislación nacional aplicable y con los
tratados bilaterales y multilaterales pertinentes.
DETENCIÓN PREVENTIVA
Para el país que ha solicitado la publicación de la presente notificación roja, esta debe considerarse
una solicitud oficial de detención preventiva. Rogamos procedan a la detención preventiva, de
conformidad con la legislación nacional aplicable y con los tratados bilaterales y multilaterales
pertinentes.
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En fecha 19 de mayo de 2016, fue detenido el ciudadano L.O.B.G. por funcionarios adscritos a
la División de Investigaciones INTERPOL, del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales
y Criminalísticas, según se lee del acta de aprehensión que a continuación se transcribe:
…En esta misma fecha, continuando con las labores de investigaciones relacionadas con la Notificación
Roja N° A-2395/3-2016, de fecha 24 de marzo del año 2016, emanada de la Oficina Central Nacional
Bogotá, República de Colombia, por la presunta comisión de unos de los delitos: concierto para
delinquir, falsedad material en documento público, fraude procesal y cohecho por dar u ofrecer, emitida
en contra del ciudadano: L.O.B.G., de 67 años de edad fecha de nacimiento 28-06-1948, documentales,
informáticas y de otras índoles tendientes a las posibles (sic) ubicación del ut supra, obteniendo como
resultado que el ciudadano en cuestión reside en la siguiente dirección: Avenida Cuatricentenaria,
urbanización Lomas de Los Mangos, torre 4, piso 190, apartamento 10D, PARROQUIA SAN JOSÉ,
MUNICIPIO Valencia, estado Carabobo; Motivo por el cual, siendo las 06:00 horas de la mañana del
día de hoy, me traslade en compañía de los funcionarios…, hacia la precitada dirección, a fin de ubicar
y aprehender al ciudadano arriba mencionado. Una vez en el referido lugar, se puso en práctica una
investigación de campo (vigilancia estática), y luego de una espera prudencial, siendo específicamente
las 10:00 horas de la mañana, avistamos a una persona de sexo masculino con características similares
al ciudadano requerido por la comisión, quien egresaba del edificio en mención, por lo que con la
precaución del caso, plenamente identificados como funcionarios activos de este Cuerpo de
Investigaciones, procedimos a darle la voz de alto, inquiriéndole su documentación personal, haciendo
entrega de una cédula de identidad laminada venezolana, quedando plenamente identificado como:
L.O.B.G., nacionalidad venezolana, natural de Caracas, de 67 años de edad, fecha de nacimiento 28-
06-1948, profesión u oficio comerciante, residenciado en la dirección arriba indicada, teléfono de
ubicación …, titular de la cédula de identidad número v-3.713.194; al notar que estábamos en presencia
del ciudadano requerido por la comisión el ciudadano D.K.M., procedió a realizarle una revisión
corporal amparada en el artículo 191°, del Código Orgánico Procesal Penal, no encontrando ninguna
evidencia de interés criminalistico; seguidamente le fueron leídos sus Derechos Constitucionales,
consagrados en el artículo 49° (sic) de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, en
concordancia con el artículo 127° (sic) del Código Orgánico Procesal Penal; consecutivamente el
funcionario I.J.O.L., le hizo conocimiento a los jefes naturales de esta División, con sede en la ciudad de
caracas, del procedimiento realizado, así mismo realizó llamada telefónica al número 0426-511-3522,
perteneciente a la abogada G.R., quien se dio por notificada, indicando que el aprehendido debe ser
traslado hacia la ciudad de Caracas, Distrito Capital, con la finalidad de ser presentado el día de
mañana 20-05-2016, en el Palacio de Justicia de esa Circunscripción Judicial…
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En esa misma fecha (19 de mayo de 2016), se impuso al ciudadano L.O.B.G., identificado en
autos con nacionalidad venezolana, titular de la cédula de identidad número 3.713.194, de sus
derechos como imputado consagrados en el artículo 49 de la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela y en el artículo 127 del Código Orgánico Procesal Penal.
Posteriormente, en la fecha antes señalada, el C. de la División de Investigaciones
INTERPOL, Msc. M.P., solicitó al médico forense de guardia el reconocimiento médico legal
del ciudadano L.O.B.G., mediante oficio N° 9700-0190-2600.
En fecha 20 de mayo de 2016, el ciudadano L.O.B.G. fue puesto a la orden del Tribunal
Octavo de Primera Instancia en función de Control del Circuito Judicial Penal del Área
Metropolitana de Caracas, en virtud de la solicitud realizada por el Ministerio Público.
En esa misma fecha (20 de mayo de 2016), el ciudadano L.O.B.G. fue trasladado hacia la
sede del Juzgado mencionado, a fin de que designara a sus defensores de confianza, como
en efecto se hizo, en esa misma data, al ser nombrados, como defensores privados, los
abogados A.J.M.C., R.G.P. y F.M.C.R., quienes aceptaron tal nombramiento y realizaron la
debida juramentación. (Folio 14).
También, el 20 de mayo de 2016, el Juzgado Octavo de Primera Instancia en función de
Control del Circuito Judicial Penal del Área Metropolitana de Caracas dictó decisión mediante
la cual ordenó, en primer lugar, el inicio del procedimiento de extradición pasiva contra el
ciudadano L.O.B.G. y, en segundo lugar, el traslado del ciudadano solicitado ante ese órgano
jurisdiccional “…dentro de las CUARENTA Y OCHO (48) HORAS SIGUIENTES a los fines de
ser informado acerca de los motivos de su detención y de los derechos que le asisten.
CÚMPLASE”.
El 7 de junio de 2016, se recibió un escrito, presentado y firmado por los abogados
A.M.C., F.M.C.R. y R.G.P., inscritos en el Inpreabogado con los números 27.699, 103.319 y
7.569, respectivamente, mediante el cual anexaron documentos a través de los cuales
acreditan la nacionalidad venezolana del ciudadano L.O.B.G., a saber: copias simple de 1)
partida de nacimiento; 2) pasaporte; y dos licencias de conducir.
El 7 de junio de 2016, la Sala emitió los siguientes oficios:
- Oficio N° 578, dirigido a la ciudadana Comisaria Y.G., J. de la División de Información Policial
del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas, adscrita al Ministerio del
Poder Popular para Relaciones Interiores, Justicia y Paz, solicitando el Registro Policial del
ciudadano L.O.B.G., identificado en el expediente con la cédula de identidad V-3.713.194.
- Oficio N° 579, dirigido a la ciudadana abogada M.P.S., D. General de Apoyo Jurídico de la
Coordinación de Asuntos Internacionales del Ministerio Público, solicitando información sobre
si cursa alguna investigación fiscal relacionada con el ciudadano L.O.B.G..
- Oficio N° 580, dirigido al ciudadano ingeniero J.C.D., D. General del Servicio Administrativo
de Identificación, Migración y Extranjería (SAIME), adscrito al Ministerio del Poder Popular
para Relaciones Interiores, Justicia y Paz, solicitando información sobre el ciudadano
L.O.B.G., respecto a los datos filiatorios, movimientos migratorios, huellas decadactilares,
trazas y registros fotográficos del serial de la cédula de identidad V-3.713.194.
El 13 de junio de 2016, mediante oficio dirigido a la ciudadana D.L.O.D., F. General de la
República Bolivariana de Venezuela, la Sala le informó de la presente solicitud de extradición
pasiva, a fin de dar cumplimiento a lo establecido en el artículo 111, numeral 16, del Código
Orgánico Procesal Penal.
El 20 de junio de 2016, se recibió, vía correspondencia, el oficio N° 2965, del 9 de junio
de 2016, enviado por el ciudadano J.V., Director Nacional de Migración y Zonas Fronterizas,
del Servicio Administrativo de Identificación, Migración y Extranjería, del Ministerio del Poder
Popular para Relaciones Interiores, Justicia y Paz, mediante el cual informó que el ciudadano
L.O.B.G. no registra movimientos migratorios.
En fecha 11 de julio de 2016, se recibió, vía correspondencia el oficio N° 7084, de
fecha 7 de julio de 2016, suscrito por el Director General de la Oficina de Relaciones
Consulares, del Ministerio del Poder Popular para Relaciones Exteriores, mediante el cual
remite Nota Verbal N° S-EVECRC-16-0538, de fecha 23 de junio de 2016, proveniente de la
Embajada de la República de Colombia, anexando la documentación Judicial que sustenta el
proceso de extradición pasiva del ciudadano L.O.B.G..
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El 1° de noviembre de 2016, se recibe vía correspondencia, un escrito enviado por la defensa
privada del ciudadano L.O.B.G., en el cual solicita la fijación de la audiencia a la cual se
contrae el artículo 390 del Código Orgánico Procesal Penal.
El 2 de noviembre de 2016, la Sala de Casación Penal, dictó auto en el cual acordó fijar la
audiencia a la cual se contrae el artículo 390 del Código Orgánico Procesal Penal, para el día
14 de noviembre de 2016, librando para tal fin las notificaciones y traslado correspondiente.
En fecha 14 de noviembre de 2016, fue celebrada la audiencia con la asistencia de la
representación del Ministerio Público y de la Defensa Privada, quienes hicieron uso del
derecho de palabra y presentaron sus alegatos. También se le concedió el derecho de palabra
al ciudadano solicitado, quien hizo uso del mismo. La Sala se acogió al lapso establecido en el
artículo 390 eiusdem, para dictar su decisión.
DE LA OPINIÓN FISCAL
La ciudadana L.O.D., F. General de la República de Venezuela, en ejercicio de la atribución
contenida en el numeral 15, del artículo 25, de la Ley Orgánica del Ministerio Público y en el
numeral 16, del artículo 111, del Código Orgánico Procesal Penal, emitió opinión en la
presente solicitud de extradición pasiva del ciudadano L.O.B.G., incoada por parte del
Gobierno de la República de Colombia, en la que concluyó lo siguiente:
…En virtud de lo antes expuesto, el Ministerio Público a mi cargo y dirección, estima que debe ser
declarada improcedente por razones de nacionalidad, la solicitud de extradición que se sigue contra el
ciudadano L.O.B.G., natural de Caracas - Venezuela…
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CONSIDERACIONES PARA DECIDIR
La Sala de Casación Penal del Tribunal Supremo de Justicia, de conformidad con lo
establecido en los artículo 6 del Código Penal; en los artículos 382 y 390 del Código Orgánico
Procesal Penal y el Acuerdo sobre Extradición, entre la República Bolivariana de Venezuela y
la República de Colombia, el cual fue firmado en Caracas el 18 de julio de 1911, aprobado por
el Poder Legislativo Nacional el 18 de junio de 1912 y ratificado por el Poder Ejecutivo
Nacional el 19 de diciembre de 1914; y su canje de notas para la interpretación del artículo 9°
de fecha 6 de septiembre de 1928, pasa a decidir sobre la procedencia o no de la solicitud de
Extradición Pasiva del ciudadano L.O.B.G., con fundamento en las siguientes
consideraciones:
El artículo 6 del Código Penal, establece lo siguiente:
La extradición de un venezolano no podrá concederse por ningún motivo; pero deberá ser enjuiciado en
Venezuela, a solicitud de parte agraviada o del Ministerio Público, si el delito que se le imputa
mereciere pena por la ley venezolana.
La extradición de un extranjero no podrá tampoco concederse por delitos políticos ni por infracciones
conexas con estos delitos, ni por ningún hecho que no esté calificado de delito por la ley venezolana.
La extradición de un extranjero por delitos comunes no podrá acordarse sino por la autoridad
competente, de conformidad con los trámites y requisitos establecidos al efecto por los Tratados
Internacionales suscritos por Venezuela y que estén en vigor y, a falta de éstos, por las leyes
venezolanas.
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De acuerdo con lo dispuesto en el artículo 382 del Código Orgánico Procesal Penal, el
procedimiento de extradición “... se rige por lo establecido en la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela, los tratados, convenios y acuerdos internacionales suscritos y
ratificados por la República y las normas de este título. …”.
El artículo 390 del Código Orgánico Procesal Penal establece el procedimiento que debe
seguirse, una vez recibida la documentación necesaria, en los términos siguientes:
Procedimiento
Artículo 390. Sólo cuando conste la documentación que soporte la solicitud formal de extradición del
país requirente, el Tribunal Supremo de Justicia convocará a una audiencia oral dentro de los treinta
días siguientes a la notificación del solicitado o solicitada. A esta audiencia concurrirán el o la
representante del Ministerio Público, el requerido o requerida, su defensor o defensora y el
representante del gobierno requirente, quienes expondrán sus alegatos. Concluida la audiencia, el
Tribunal Supremo de Justicia decidirá en un plazo de quince días
.
En este sentido, la presente solicitud de extradición pasiva, se resolverá con apoyo en la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, el Código Penal, el Código Orgánico
Procesal Penal, el Acuerdo sobre Extradición, suscrito en Caracas el 18 de julio de 1911, con
aprobación legislativa de fecha 12 de junio de 1912 y ratificado por el Ejecutivo Nacional el 19
de diciembre de 1914, así como en los Principios del Derecho Internacional sobre extradición,
que se encuentran desarrollados en los mencionados instrumentos.
Dentro del ordenamiento jurídico referido, se observa, que las Repúblicas de Colombia,
Ecuador, Bolivia, Perú y la República Bolivariana de Venezuela suscribieron en Caracas, el 18
de julio de 1911, el Acuerdo sobre Extradición, denominado también “Acuerdo Bolivariano”, y
su respectivo canje de notas, en el cual los Estados Parte, respecto de la entrega mutua de
procesados o condenados por las autoridades judiciales de los Estados parte, convinieron en
lo siguiente:
Artículo 1. Los Estados contratantes convienen en entregarse mutuamente, de acuerdo con lo que se
estipula en este Acuerdo, los individuos que procesados o condenados por las autoridades judiciales de
cualquiera de los Estados contratantes, como autores, cómplices o encubridores de alguno o algunos de
los crímenes o delitos especificados en el Artículo 2, dentro de la jurisdicción de una de las Partes
contratantes, busquen asilo o se encuentren dentro del territorio de una de ellas. Para que la
extradición se efectúe, es preciso que las pruebas de la infracción sean tales, que las leyes del lugar en
donde se encuentre el prófugo o enjuiciado, justificarían su detención o sometimiento a juicio, si la
comisión, tentativa o frustración del crimen o delito se hubiese verificado en él.
...
Artículo 4. No se acordará la extradición de ningún prófugo criminal si el hecho por el cual se pide se
considera en el Estado requerido como delito político o hecho conexo con él y ninguna persona
entregada por cualquiera de los Estados contratantes al otro, será juzgada ni castigada por ningún
crimen o delito político, ni por ningún acto conexo con él, cometido antes de su extradición. Tampoco se
acordará la extradición si la persona contra quien obra la demanda, prueba que ésta se ha hecho con el
propósito de juzgarle o castigarle por un delito político o hecho conexo con él. No se considerará delito
político ni hecho conexo semejante, el atentado en cualquier forma y medio contra la vida de la persona
de un Jefe de Estado. Si surgiere alguna cuestión sobre si un caso está comprendido en lo previsto en
este artículo, será definitiva la decisión de las autoridades del Estado al cual se haga la demanda o que
haya concedido la extradición.
a) Si con arreglo a las leyes de uno u otro Estado no excede de seis meses de privación de libertad el
máximun de la pena aplicable a la participación que se impute a la persona reclamada, en el hecho por
el cual se solicita la extradición;
b) Cuando según las leyes del Estado al cual se dirige la solicitud, hubiere prescrito la acción o la pena
a que estaba sujeto el enjuiciado o condenado;
c) Si el individuo cuya extradición se solicita ha sido ya juzgado y puesto en libertad o ha cumplido su
pena, o si los hechos imputados han sido objeto de amnistía o de un indulto…
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Asimismo, el artículo 8 del referido Acuerdo Bolivariano sobre Extradición estipula los
documentos que deben acompañarse a la solicitud de extradición y, en tal sentido, dispone:
Artículo 8. La solicitud de extradición deberá estar acompañada de la sentencia condenatoria si el
prófugo hubiese sido juzgado y condenado; o del auto de detención dictado por el tribunal competente,
con la designación exacta del delito o crimen que la motivaren y de la fecha de su perpetración, así
como de las declaraciones u otras pruebas en virtud de las cuales se hubiere dictado dicho auto, caso de
que el fugitivo sólo estuviere procesado. Estos documentos se presentarán originales o en copia
debidamente autenticada y a ellos se agregará una copia del texto de la ley aplicable al caso, y, en
cuanto sea posible, las señas de la persona reclamada. La extradición de los prófugos en virtud de las
estipulaciones del presente Tratado se verificará de conformidad con las leyes de extradición del
presente Tratado se verificará de conformidad con las leyes de extradición del Estado al cual se haga la
demanda. En ningún caso tendrá efecto la extradición si el hecho similar no es punible por la ley de la
Nación requerida
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Por su parte, el artículo 11 del citado Acuerdo Bolivariano dispone lo siguiente:
Artículo 11. El extraditado no podrá ser enjuiciado ni castigado en el Estado que lo reclama, sino por
los hechos mencionados en la solicitud de extradición, ni tampoco ser entregado a otra Nación, a menos
que haya tenido en uno u otro caso la libertad de abandonar dicho Estado durante un mes después de
haber sido sentenciado, de haber sufrido la pena o de haber sido indultado. En todos estos casos el
extraditado deberá ser advertido de las consecuencias a que lo expondría su permanencia en el
territorio de la Nación. …
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De lo anterior se evidencia que las disposiciones precedentemente citadas resultan
plenamente aplicables al caso que nos ocupa, por ello, esta Sala de Casación Penal resolverá
de acuerdo con ellas (por ser leyes vigentes en la República) y conforme con las
prescripciones del Derecho Internacional y el Principio de Reciprocidad, que consagra el
derecho de igualdad y mutuo respeto entre los Estados y la posibilidad de brindarse y
asegurarse un trato idéntico, en el cual el Estado requirente debe mantener en general una
actitud de cooperación en materia de extradición.
Con fundamento en la normativa antes referida, observa la Sala que en el procedimiento de
extradición pasiva, los órganos policiales de nuestro país, al ubicar y aprehender a una
persona solicitada por un gobierno extranjero, deben hacer la notificación inmediata al
representante del Ministerio Público, quien deberá presentar a la persona requerida ante el
Juzgado de Primera Instancia en función de Control del Circuito Judicial Penal donde se
realizó la aprehensión, dentro del lapso de cuarenta y ocho (48) horas siguientes a la
detención, para que, verificada la procedencia de la medida de privación judicial preventiva de
libertad, ordene la remisión de las actuaciones a la Sala de Casación Penal del Tribunal
Supremo de Justicia.
Una vez recibidas las actuaciones procedentes del juzgado que conoció de la aprehensión del
ciudadano solicitado, la Sala decidirá si procede o no la extradición del ciudadano requerido,
de conformidad con la normativa constitucional y legal prevista, para lo cual constatará que
hayan sido satisfechos los requisitos formales para la procedencia de la extradición pasiva;
sea que la persona requerida haya sido condenada o se encuentre solicitada para iniciar un
juicio en su contra.
Entre estos requisitos tenemos, que la solicitud formal de extradición pasiva debe ser
realizada por los respectivos agentes diplomáticos, que debe entregarse la copia debidamente
certificada del mandamiento de prisión, en caso de sentencia, o en casos no juzgados, del
auto de detención; igualmente, el Estado requirente debe informar la pena aplicada y el
cómputo de la pena que falte por cumplir, y que la acción penal o la pena no se encuentren
prescritas, todo lo anterior, a fin de realizar la verificación de las condiciones que exigen los
principios que rigen la extradición, tales como la territorialidad, doble incriminación, acción
penal y pena no prescritas, no entrega del nacional, no entrega por delitos políticos ni
conexos, no entrega por delitos con pena mayor a treinta años, pena perpetua o pena de
muerte, mínima gravedad del hecho, y especialidad o particularidad del delito.
Asentado lo anterior, la Sala verifica la documentación consignada, constatando que en fecha
11 de julio de 2016, fue recibido el oficio N° 7084, del 7 de julio de 2016, suscrito por el
ciudadano A.J.C.R., D. General (E) de la Oficina de Relaciones Consulares del Ministerio de
Poder Popular para Relaciones Exteriores, mediante el cual remite original de la Nota Verbal
S-EVECRC-16-0538, de fecha 23 de junio de 2016, procedente de la Embajada de la
República de Colombia acreditada ante la República Bolivariana de Venezuela y adjuntó, lo
siguiente:
La Nota Verbal N° 218, de fecha 29 de agosto de 2016, emitida por la Embajada de la
República de Colombia, es del tenor siguiente:
...La Embajada de la República de Colombia saluda muy atentamente al Honorable Ministerio del
Poder Popular para relaciones Exteriores de la República Bolivariana de Venezuela, Oficina de
Relaciones Consulares, con ocasión de remitir el oficio N° 0FI16-00016286-OAL-110 del 16 de junio de
2016, procedente del Ministerio de Justicia y del Derecho, remisorio del oficio N° 0084 F3D.T. y anexos
del 26 de mayo del presente año, proveniente de la Fiscalía Tercera Delegada ante el Tribunal, Eje
Temático de Corrupción en la Administración de Justicia, a través del cual se insta a presentar ante la
República Bolivariana de Venezuela la solicitud formal de extradición del señor L.O.B.G., titular de la
cédula de ciudadanía N° 19.061.861, quien es requerido [por] la Fiscalía Tercera Delegada ante el
Tribunal, por la presenta (sic) comisión de los delitos de concierto para delinquir, prevaricato por
acción, peculado por apropiación, falseada material en documento público, falsedad ideológica en
documento público, cohecho por dar y ofrecer y fraude procesal, y para el cumplimiento de la medida
de aseguramiento de detención preventiva en establecimiento carcelario impartida en su contra, de
conformidad con lo establecido dentro del Código Penal colombiano (Ley 599 de 2000).
Cabe mencionar que la presente remisión de expediente se encuentra exenta del requisito de apostilla,
autenticación u otro tipo de formalidad de acuerdo con lo estipulado en al (sic) artículo 22 del Acuerdo
de Cooperación y Asistencia Judicial en Materia Penal entre el Gobierno de la República de Colombia
y el Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela, suscrito el 20 de febrero de 1998…
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V. en actas, “Trámite de Extradición Activa” del ciudadano L.O.B.G., de fecha 16 de junio de
2016, suscrito por el ciudadano J.S.P., Jefe de Asuntos Internacionales del Ministerio de
Justicia de la República de Colombia, en la que se especifica:
…La Directora de Gestión Internacional de la Fiscalía General de la Nación mediante el oficio DGI
201617000336311 del 1 de junio de 2016, recibido en el Ministerio de Justicia y del Derecho el 9 de
junio del presente año, allega el oficio N° -0084F3D.T., del 26 de mayo de 2016 procedente de la
Fiscalía Tercera Delegada ante el Tribunal del Eje Temático de Corrupción en la Administración de
Justicia en esta ciudad, remisorio a su vez del oficio N° -0077 D.T. de esa misma fecha, a través del cual
la mencionada Fiscalía cursa la documentación pertinente para que se formalice por la vía diplomática
ante la República Bolivariana de Venezuela, la petición de extradición del ciudadano L.O.B.G..
Lo anterior, en virtud de que el señor B.G. se encuentra ubicado en territorio venezolano y es requerido
por la Fiscalía Tercera delegada ante el Tribunal, por la presunta comisión de los delitos de concierto
para delinquir, prevaricato por acción, peculado por apropiación, falsedad material en documento
público, falsedad ideológica en documento público, cohecho por dar y ofrecer, y fraude procesal, y para
el cumplimiento de la medida de aseguramiento de detención preventiva en establecimiento carcelario
impartida en su contra, de conformidad con lo establecido dentro del Código Penal colombiano, (Ley
599 de 20009.
´La Corporación Eléctrica de la Costa Apltántica S.A. E.S.P. – Corelca empresa de economía mixta,
durante el año 1988 y en desarrollo de su objeto social, amplió sus redes eléctricas en varios municipios
del Departamento de Bolívar, entre ellos de Mompox, para lo cual impuso de hecho, servidumbre de
conducción de energía eléctrica de alta tensión en predios de propiedad, posesión o tenencia de
terceros, respecto de los cuales no inició los procesos judiciales necesarios para imponer y hacer
efectivo el aludido gravamen de índole legal y público, además de que los afectados no fueron
indemnizados.
En consecuencia, 63 personas de las que fueron afectadas en su derechos en los predios por la
servidumbre impuesta de la manera indicada, demandaron a Corelca S.A. E.S.P., por la vía ordinaria
de responsabilidad civil extracontractual, cuyos procesos correspondieron a los juzgados 1° y 2°
Promiscuos del Circuito de Mompox.
Así, durante los meses de agosto y septiembre de 2007, se declaró civilmente responsable a la
demandada CORELCA y fue condenada a pagar a favor de las 63 personas afectadas, la suma
aproximada de $14.000´000.000.00.
Las sentencias declarativas dieron origen a trece procesos ejecutivos singulares, dentro de los cuales se
decretaron medidas cautelares de embargo de las cuentas bancarias y bienes de Corelca S.A.
E.S.P., entre ellos, un lote de terreno localizado en la ciudad de Cartagena, sector Mamonal, barrio
Cospique. De aproximadamente 34 hectáreas de área 20 en la parte continental y 13 de la Isla
Cocosolo e identificado con la matricula inmobiliaria N° 060-121486 de la Oficina de Registro de
Instrumentos Públicos de Cartagena.
Ante esta situación, JULIO A.M.B., quien fungía como Gerente de Corelca S.A. E.S.P. en la Asamblea
General de Accionistas ordinaria efectuada el 25 de marzo de 2009, sugirió que para disminuir el daño
percibido por las medidas cautelares decretadas, hacer un acuerdo de pago con los demandantes y en
tal sentido, planteó ofrecerles a título de dación en pago el predio del sector Mamonal ya referido.
De este modo, el 14 de agosto del mismo año 2009 se reunió la junta directiva de la entidad, integrada
por JULIO M.B., V.A.M., D.A.G., G.O.C. y B.M.B., a la cual fueron invitados los doctores G.L.V. y
F.A.G., miembros de la Dirección de Defensa Judicial del Estado del entonces Ministerio del Interior y
de Justicia, y acogieron la sugerencia de conciliar con los demandantes, previa verificación del avance
de la denuncias penales y disciplinarias que Corelca S.A. E.S.P., interpuso para defender sus intereses,
así como la posibilidad de solicitarle a la Procuraduría General del a (sic) Nación interviniera en la
celebración del acuerdo conciliatorio entre las partes, y estudiar la situación del abogado externo
encargado de la representación judicial, además de las normas relacionadas con la obtención de la
partida presupuestal para los gastos notariales de la dación en pago.
….
L.O.B.G. y la empresa CONEQUIPOS ING LTDA, compró el lote 2, pero a su vez adquirió mediante
engaño a alguno de los demandantes, mediante la figura que denominó: compra de derechos litigiosos,
por ínfimas sumas de dinero y de esa forma desde el año 2010 se apoderó por completo del lote de
terreno, en donde en forma irregular y mediante actos fraudulentos ante las entidades tales como LA
CURADURIA URBANA I., EPA, CARDIQUE y CAPINATIA DEL UERTO, pus a funcionar un puerto de
cargue y descargue de líquidos y sólidos. CARDIQUE y la EPA, remitieron resoluciones donde lo
autorizan que realice trabajos de relleno y la construcción de un muelle para cargue y descargue de
productos sólidos y líquidos, lo hicieron engañadas, por los diferentes documentos que fueron
presentados, como la escritura de división material fundamentada en una licencia de autorización falsa
en virtud de que la Curaduría jamás lo expidió, además que cuando inicia la documentación ante
CARDIQUE, lo hace como representante de BALLESTAS Y DUQUE, sin ostentar la calidad de
abogado, porque es ingeniero civil y finalmente termina la EPA expidiendo una licencia a nombre de
L.O.B.G..
L.O.B.G., a través de su abogado NARYAN FERNANDO ALONSO BEHARANO, acude ante el Juez del
Circuito de Mompox para solicitarle que declare la venta del Lote Nro., 2 contenida en las escrituras
N.. 1035 de septiembre de 2 de 2010 y 1046 de septiembre 3 de 2010, entre G.A.D. y CONEQUIPOS
ING LTDA, es real, totalmente válida y ajustada a derecho, y que los señores en cita estaban legalmente
facultados para enajenar y vender dicho bien y que CONECQUIPOS ING LTDA, es comprador de
buena fe, petición a la que se accede.
Como quiera que los demandantes, los 63 campesinos indagan por la suerte de sus demandas y del lote
que les fue dado en pago, L.O.B.Y.H.G.P., inician el proceso de compra, por irrisorias sumas de dinero,
frente a los derechos litigiosos que tiene en los procesos de responsabilidad civil extracontractual, esa
compra se hace con dos firmes propósitos: Primero presentarse como victimas dentro de la
investigación penal que en su contra cursaba en la Fiscalía 48 Seccional de Cartagena, por denuncia
que hiciera la Curadora urbana 1 S.L.H., figura de víctimas que es sugerida por el asistente de ese D.F.
48R.M., y porque el abogado F.A., ofrece pagar y éste recibir varias sumas de dinero, para obtener
asesoría y documentos reservados en forma irregular.
El día 14 de diciembre de 2011, L.O.B.G., y H.G.P., a través de su apoderado judicial N.F.A.B., sin
legitimidad que los autorice, contrariando las reglas de la competencia, presentan acción de tutela,
repartida irregularmente al Juzgado 29 Civil Municipal de Bogotá el día 16 de diciembre de 2011, a fin
de lograr la aclaración de la inscripción del registro de la falsa escritura 2552 del 9 de septiembre
2009, en el sentido de que la dación en pago debe beneficiar a los 63 demandantes y en consecuencia a
nombre de ellos debe registrarse la propiedad del lote de terreno Mamonal de Cartagena.
…
Tras recibir de manos del abogado ALONSO BEJARANO 30 millones de pesos, autorizados por
L.O.B.G., la segunda instancia que le correspondió al Juzgado 35 Civil del Circuito, emite sentencia de
segundo grado, el día 2 de marzo de 2012 confirmando la primera y a su vez pronuncia sentencia
aclaratoria, donde ordena a la Registradora de Instrumentos Públicos de Cartagena, inscribir el oficio
1515 del 19 de octubre de 2011, en donde el señor Juez Primero Promiscuo del Circuito de Mompox
ordena aclara la inscripción de la escritura 2552 de 2009, en el sentido de que los destinatarios de la
dación en pago son los 63 demandantes y a nombre de los accionantes debe inscribirse la propiedad del
lote de terreno Mamonal incluida la isla C.. El 20 de marzo de 2012, la registradora con anotación 18
inscribe aclaración del escritura pública 2552 del 9 de septiembre de 2009 de Dación en pago, para
incluir como propietario a los 63 demandantes.
Informa la mencionada Fiscal que la orden de captura proferida en contra de B.G. se hizo efectiva y fue
así, como el 15 de junio de 2013, se le formuló la imputación ante el Juzgado 18 penal Municipal con
Función de Control de Garantías Bógota, por la probable comisión como autor de los delitos de
concierto para delinquir, prevaricato por acción agravado en concurso homogéneo, falsedad ideológico
en documento público, peculado por apropiación a favor de terceros, cohecho, por dar u ofrecer y
fraude procesal.
Indica que dentro de la misma audiencia concentrada solicitó a la Juez 18 Penal Municipal con
Función de Control de Garantías medida de aseguramiento de detención preventiva en contra del
ciudadano requerido, la cual fue negada en su momento por la mencionada autoridad judicial, y
apelada por la Fiscalía, el Ministerio Público y el apoderado de la víctima CORELCA S.A., en
liquidación.
Así mismo, que el Juzgado Primero Penal del Circuito de descongestión de esta ciudad resolvió en
segunda instancia el recurso de apelación interpuesto en contra de la decisión del Juzgado 18 Penal
Municipal con Función de Control de Garantías de esta Ciudad, revocando la decisión de primera
instancia y ordenando la medida de aseguramiento contra el ciudadano L.O.B.G., frente a lo cual
profirió las órdenes de captura contra el mismo, las cuales se encuentran vigentes.
Señala que al tener conocimiento de que el ciudadano abandonó el país, tramitó en su contra la circular
roja de Interpol Nro. A-2395/3-2016, haciéndose efectiva el 20 de mayo de 2016 en la ciudad de
caracas, Venezuela.
Por último, transcribe las normas de prescripción de la acción penal consagradas en el Código Penal
(Ley 599 de 2000) y el Código de Procedimiento Penal (Ley 906 de 2004) de la legislación colombiana
siendo las siguientes:
CODIGO PENAL
Artículo 82. Extinción de la acción penal. Son causales de extinción de la acción penal:
1. La muerte del procesado.
2. El desistimiento.
3. La amnistía propia.
4. La prescripción.
5. La oblación.
Artículo 83. Término de prescripción de la acción penal. Adicionado por la Ley 1154 de 2007,
Modificado por el art. 1, Ley 1309 de 2009. La acción penal prescribirá en un tiempo igual al máximo
de la pena fijada en la ley, si fuere privativa de la libertad, pero en ningún caso será inferior a cinco (5)
años, ni excederá de veinte (20), salvo lo dispuesto en el inciso siguiente de este artículo.
Modificado por el art. 1, Ley 1309 de 2009, Modificado por el art. 1, Ley 1426 de 2010, Modificado por
el art. 16, Ley 1719 de 2014. El término de prescripción para las conductas punibles de genocidio,
desaparición forzada, tortura y desplazamiento forzado, será de treinta (30) años.
En las conductas punibles que tengan señalada pena no privativa de la libertad, la acción penal
prescribirá en cinco (5) años.
Para este efecto se tendrán en cuenta las causales sustanciales modificadoras de la punibilidad.
Modificado por el art. 14, Ley 1474 de 2011. Al servidor público que en ejercicio de sus funciones, de su
cargo o con ocasión de ellos realice una conducta punible o participe en ella, el término de prescripción
se aumentará en una tercera parte.
En todo caso, cuando se aumente el término de prescripción, no se excederá el límite máximo fijado.
Artículo 84. Iniciación del término de prescripción de la acción. En las conductas punibles de ejecución
instantánea el término de prescripción de la acción comenzará a correr desde el día de su consumación.
En las conductas punibles de ejecución permanente o en las que solo alcancen el grado de tentativa, el
término comenzará a correr desde la perpetración del último acto.
En las conductas punibles omisivas el término comenzará a correr cuando haya cesado el deber de
actuar.
Cuando fueren varias las conductas punibles investigadas y juzgadas en un mismo proceso, el término
de prescripción correrá independientemente para cada una de ellas.
Modificado por el art. 6, Ley 890 de 2004. Producida la interrupción del término prescriptivo, éste
comenzará a correr de nuevo por un tiempo igual a la mitad del señalado en el artículo 83. En este
evento el término no podrá ser inferior a cinco (5) años, ni superior a diez (10)
Producida la interrupción del término prescriptivo, este comenzará a correr de nuevo por un término
igual a la mitad del señalado en el artículo 83 del Código Penal. En este evento no podrá ser inferior a
tres (3) años.
Finalmente, Cabe señalar que la documentación que acompaña la solicitud procedente de la Fiscalía
Tercera Delegada ante el Tribunal, del Eje Temático de Corrupción en la Administración de Justicia, se
encuentra conforme a lo establecido en el “Acuerdo sobre extradición”, suscrito en Caracas en el
marco del congreso Bolivariano, el 18 de julio de 1911.
1.- Oficio DGI 20161700036311 del 1 de junio de 2016, mediante el cual la Directora de Gestión
Internacional de la Fiscalía General de la Nación, allega el oficio N° -0084F3D.T. del 26 de mayo de
2016 procedente de la Fiscalía Tercera delegada ante el Tribunal, del Eje Temático de Corrupción en la
Administración de Justicia en esta ciudad. (Folio 1)
3.- Cuaderno N° 1 que contiene la documentación de la solicitud formal de extradición del ciudadano
L.O.B.G., ante la República Bolivariana de Venezuela, con 56 folios; discriminado de la siguiente
manera:
3.1.- Oficio N° -0084 F3D.T. del 26 de mayo de 2016 a través del cual la Fiscalía Tercera Delegada
ante el Tribunal, del Eje Temático de Corrupción en la Administración de Justicia en esta ciudad,
solicita a la Directora de gestión Internacional de la Fiscalía General de la Nación, que se inicien las
gestiones necesarias y pertinentes ante este Ministerio, para efectos de presentar la solicitud formal de
extradición del ciudadano L.O.B.G.. (Folio 1)
3.2-. Oficio N°- 00477 F3 D.T. del 26 de mayo de 2016, mediante el cual la Fiscalía Tercera Delegada
ante el Tribunal, del Eje Temático de Corrupción en la Administración de Justicia en esta ciudad, cursa
la documentación pertinente para que se formalice por la vía diplomática, ante la República
Bolivariana de Venezuela, la petición de extradición del ciudadano L.O.B.G.. ( Folios 2 al 13).
3.3-. Tarjeta Decadactilar expedida por la Registraduría Nacional del estado Civil a nombre del
ciudadano L.O.B.G., así como del registro de sus huellas y otro documento, para establecer la plena
identidad del ciudadano requerido. (Folios 14 al 16).
3.4-. Copia auténtica del acta de la audiencia concentrada realizada el 15 de junio de 2013 ante el
Juzgado 18 Penal Municipal con Funciones de Control de Garantías, en la cual se formuló imputación y
se solicitó medida de aseguramiento en contra del ciudadano requerido, así mismo, del acta de
continuación de la misma audiencia, llevada a cabo el 20 de junio de 2013. (Folios 17 al 33).
3.5-. Copia auténtica del acta de la audiencia de lectura de la decisión de segunda instancia, proferida
por el Juzgado Primero Penal del Circuito de Descongestión con Función de Conocimiento de esta
ciudad, en la que se resuelve el recurso de apelación y se revoca la decisión de primera instancia
imponiendo medida de aseguramiento en contra del ciudadano requerido.
3.6-.Copia auténtica de la orden de captura N.. CSJC1-2415 del 522 de noviembre de 2013, emitida en
contra del ciudadano L.O.B.G., así como de la circular roja. (Folios 37 al 47).
3.7-. Copia Auténtica de las normas aplicables al caso, así como de las que regulan la prescripción de
la acción penal. (Folios 48 al 56)
4. Cuaderno N° 2 del proceso penal adelantado en contra del ciudadano L.O.B.G., con la Noticia
Criminal bajo el radicado 110016000717201200083 en 279 folios, con copia auténtica de algunas
piezas procesales, así como del escrito de acusación en contra del ciudadano L.O.B.G.…
.
Visto lo anterior, la Sala constató que en el presente caso fue remitida la documentación
correspondiente a la solicitud de Extradición Pasiva, realizada por parte de la República de
Colombia, para la entrega del ciudadano L.O.B.G., dando cumplimiento a uno de los requisitos
formales para la procedencia de la extradición pasiva.
No obstante, respecto a la extradición, el Estado venezolano obra con un alto sentido de
responsabilidad y acepta la extradición como una obligación moral conforme al Derecho
Internacional, pero se reserva la más absoluta libertad para concederla o negarla, tomando en
cuenta si en el caso concreto se quebrantan los principios de nuestra legislación nacional o no
estuviese conforme con la razón y la justicia.
Los principios que rigen la extradición establecen condiciones de procedencia tanto para la
entrega del ciudadano solicitado como para el cumplimiento de la pena en el país requerido.
En este sentido, de acuerdo con el principio de territorialidad, se debe comprobar la comisión
del delito dentro del territorio del Estado requirente; de acuerdo con el principio de doble
incriminación, el delito previsto en el estado requirente, por el que se solicita la extradición,
debe estar tipificado también en la legislación del Estado requerido; que la pena aplicada no
sea mayor a treinta años, pena perpetua o pena de muerte, conforme con el principio de
limitación de las penas; asimismo, que la acción penal y la pena no se encuentren prescritas,
conforme con el principio de no prescripción; que el delito no sea político ni conexo con un
delito de este tipo, de acuerdo con el principio de no entrega por delitos políticos; la
improcedencia por faltas o penas menores a las establecidas en los Tratados y Acuerdos
suscritos entre los Estados Parte, conforme con el principio de la mínima gravedad del hecho,
así como que la entrega, el juzgamiento o el cumplimiento de la pena, sean por el delito
expresamente señalado en la solicitud de extradición y no por otro, de acuerdo con el principio
de especialidad del delito. Asimismo, se debe verificar la nacionalidad del ciudadano
solicitado, a fin de cumplir con el principio de no entrega del nacional, en caso de que el
ciudadano solicitado sea venezolano y no haya adquirido la nacionalidad con el fin fraudulento
de evadir el procedimiento penal o la condena.
A los efectos de verificar si en el presente caso se cumplen los principios generales que
regulan la materia de extradición en nuestro país, la Sala de Casación Penal observa lo
siguiente:
1. En cuanto al Principio de Territorialidad: se constató, que los delitos por los cuales se
solicitó la extradición del ciudadano L.O.B.G., fueron cometidos en el territorio de la
República de Colombia.
2. En cuanto al Principio de la Doble Incriminación: se evidencia que los delitos por los
cuales es solicitado en extradición el ciudadano L.O.B.G., por los cuales resultó acusado
son los delitos de CONCIERTO PARA DELINQUIR, PREVARICATO POR ACCIÓN,
PECULADO POR APROPIACIÓN, FALSEDAD MATERIAL EN DOCUMENTO PÚBLICO
AGRAVADO POR EL USO, FALSEDAD IDEOLÓGICA EN DOCUMENTO PÚBLICO,
COHECHO POR DAR U OFRECER y FRAUDE PROCESAL, todos del Código Penal
colombiano, respectivamente.
Artículo 340.
Cuando varias personas se concierten con el fin de cometer delitos, cada una de ellas será penada,
por esa sola conducta, con prisión de cuarenta y ocho (48) a ciento ocho (108) meses.
Cuando el concierto sea para cometer delitos de genocidio, desaparición forzada de personas,
tortura, desplazamiento forzado, homicidio, terrorismo, tráfico de drogas tóxicas, estupefacientes o
sustancias sicotrópicas, secuestro, secuestro extorsivo, extorsión, enriquecimiento ilícito, lavado de
activos o testaferrato y conexos, o Financiamiento del Terrorismo y administración de recursos
relacionados con actividades terroristas, la pena será de prisión de ocho (8) a dieciocho (18) años
y multa de dos mil setecientos (2700) hasta treinta mil (30000) salarios mínimos legales mensuales
vigentes. La pena privativa de la libertad se aumentará en la mitad para quienes organicen,
fomenten, promuevan, dirijan, encabecen, constituyan o financien el concierto para delinquir…
Artículo 397.
El servidor público que se apropie en provecho suyo o de un tercero de bienes del Estado
o de empresas o instituciones en que éste tenga parte o de bienes o fondos parafiscales,
o de bienes de particulares cuya administración, tenencia o custodia se le haya confiado
por razón o con ocasión de sus funciones, incurrirá en prisión de noventa y seis (96) a
doscientos setenta
(270) meses, multa equivalente al valor de lo apropiado sin que supere el equivalente a
cincuenta mil (50.000) salarios mínimos legales mensuales vigentes, e inhabilitación para
el ejercicio de derechos y funciones públicas por el mismo término.
Artículo 285. El que falsifique documento público que pueda servir de prueba, incurrirá en
prisión de cuarenta y ocho (48) a ciento ocho (108) meses. Si la conducta fuere realizada
por un servidor público en ejercicio de sus funciones, la pena será de sesenta y cuatro
(64) a ciento cuarenta y cuatro (144) meses e inhabilitación para el ejercicio de derechos y
funciones públicas de ochenta (80) a ciento ochenta (180) meses.
Artículo 286.
El servidor público que en ejercicio de sus funciones, al extender documento público que
pueda servir de prueba, consigne una falsedad o calle total o parcialmente la verdad,
incurrirá en prisión de sesenta y cuatro (64) a ciento cuarenta y cuatro (144) meses e
inhabilitación para el ejercicio de derechos y funciones públicas de ochenta (80) a ciento
ochenta (180) meses.
Artículo 407.
El que dé u ofrezca dinero u otra utilidad a servidor público, en los casos previstos en los
dos artículos anteriores, incurrirá en prisión de cuarenta y ocho (48) a ciento ocho (108)
meses, multa de sesenta y seis punto sesenta y seis (66.66) a ciento cincuenta (150)
salarios mínimos legales mensuales vigentes, e inhabilitación para el ejercicio de derechos
y funciones públicas de ochenta (80) a ciento cuarenta y cuatro (144) meses.
Fraude procesal.
Artículo 453. El que por cualquier medio fraudulento induzca en error a un servidor público
para obtener sentencia, resolución o acto administrativo contrario a la ley, incurrirá en
prisión de seis (6) a doce (12) años, multa de doscientos (200) a mil (1.000) salarios
mínimos legales mensuales vigentes e inhabilitación para el ejercicio de derechos y
funciones públicas de cinco (5) a ocho (8) años…”.
Artículo 37. Quien forme parte de un grupo de delincuencia organizada, será penado o penada por
el solo hecho de la asociación con prisión de seis a diez años… “.
Forjamiento de Documento.
Artículo 319. Toda persona que mediante cualquier procedimiento incurriera en falsedad con la
copia de algún acto público, sea suponiendo el original, sea alterando una copia auténtica, sea, en
fin, expidiendo una copia contraria a la verdad, que forje total o parcialmente un documento para
darle apariencia de instrumento público o altere uno verdadero de esta especie, o que lograre
apropiarse de documentos oficiales para usurpar una identidad distinta a la suya, sufrirá pena de
prisión de seis años a doce años.
Artículo 322. Todo el que hubiere hecho uso o de alguna manera se hubiere aprovechado de algún
acto falso, aunque no haya tenido parte en la falsificación, será castigado con las penas respectivas
establecidas en los artículos 319, si se trata de un acto público, y 321, si se trata de un acto
privado.
Estafa
Artículo 462. El que, con artificios o medios capaces de engañar o sorprender la buena fe de otro,
induciéndole en error, procure para sí o para otro un provecho injusto con perjuicio ajeno, será
penado con prisión de uno a cinco años. La pena será de dos a seis años si el delito se ha cometido:
1. En detrimento de una administración pública, de una entidad autónoma en que tenga interés el
Estado o de un instituto de asistencia social.
El que cometiere el delito previsto en este artículo, utilizando como medio de engaño un documento
público falsificado o alterado, o emitiendo un cheque sin provisión de fondos, incurrirá en la pena
correspondiente aumentada de un sexto a una tercera parte
Artículo 64. El funcionario público que por retardar u omitir algún acto de sus funciones, o que
por efectuar alguno que sea contrario al deber mismo que ellas impongan, reciba o se haga
prometer dinero u otra utilidad, bien por sí mismo o mediante otra persona, para sí o para otro.
La prisión será de cuatro (4) a ocho (8) años y la multa de hasta el sesenta por ciento (60%), si la
conducta ha tenido por efecto:
Artículo 63 el funcionario público que por acto de sus funciones reciba para sí mismo o
para otro, retribuciones u otra utilidad que no le deban o cuya promesa acepte, será
penado con prisión de uno (01) a cuatro (04) años y multa hasta del 50% por ciento de lo
recibido o prometido. Con la misma pena será castigado quien diere o prometiere el
dinero, retribuciones u otra utilidad indicados en este artículos”.
...
3.- La pena no puede trascender de la persona condenada. No habrá condenas a penas perpetuas o
infamantes. Las penas privativas de la libertad no excederán de treinta años...
Acuerdo de Extradición:
Artículo 5. Tampoco se acordará la extradición en los casos siguientes:
a) Si con arreglo a las leyes de uno u otro Estado no excede de seis meses de privación de libertad
el máximun de la pena aplicable a la participación que se impute a la persona reclamada, en el
hecho por el cual se solicita la extradición...
En este sentido, verificó la Sala que se cumple con el requisito de la mínima gravedad del
hecho, exigida en el Acuerdo sobre Extradición, que establece en el artículo 5, literal “a”,
que la extradición no procederá si el máximo de la pena no excede los seis meses, en tal
sentido, se verifica que el presente procedimiento, se sigue por delitos graves y no por
faltas, y conlleva pena mayor a los seis meses de prisión.
En lo referido al delito de Estafa, tenemos que el mismo prevé una pena de uno (1) a
cinco (5) años de prisión, siendo su término medio tres (3) años, configurándose el
numeral 5 del artículo 108 del Código Penal, el cual requiere el transcurso de tres (3) años
para que opere la prescripción, no habiendo transcurrido dicho lapso tomando en cuenta
la fecha en que ocurrieron los hechos y la evasión del ciudadano solicitado.
Finalmente, en cuanto a los delitos a los que refieren los artículos 64, 54 y 63 de la Ley
Contra la Corrupción vigente, establecen una pena de de tres (3) a siete (7) años; de tres
(3) a diez (10) años y de uno (1) a cuatro (4) años, por lo que le es aplicable el contenido
del artículo 108 numerales 2 y 4 del Código Penal, el cual requiere el transcurso de cinco
(5) años, para que opere la prescripción, no habiendo igualmente transcurrido dicho lapso
tomando en cuenta la fecha en que ocurrieron los hechos y la evasión del ciudadano
solicitado.
2. El desistimiento.
3. La amnistía propia.
4. La prescripción.
5. La oblación.
Artículo 83. Término de prescripción de la acción penal. Adicionado por la Ley 1154 de 2007,
Modificado por el art. 1, Ley 1309 de 2009. La acción penal prescribirá en un tiempo igual al
máximo de la pena fijada en la ley, si fuere privativa de la libertad, pero en ningún caso será
inferior a cinco (5) años, ni excederá de veinte (20), salvo lo dispuesto en el inciso siguiente de este
artículo.
Modificado por el art. 1, Ley 1309 de 2009, Modificado por el art. 1, Ley 1426 de 2010, Modificado
por el art. 16, Ley 1719 de 2014. El término de prescripción para las conductas punibles de
genocidio, desaparición forzada, tortura y desplazamiento forzado, será de treinta (30) años.
En las conductas punibles que tengan señalada pena no privativa de la libertad, la acción penal
prescribirá en cinco (5) años.
Para este efecto se tendrán en cuenta las causales sustanciales modificadoras de la punibilidad.
Modificado por el art. 14, Ley 1474 de 2011. Al servidor público que en ejercicio de sus funciones,
de su cargo o con ocasión de ellos realice una conducta punible o participe en ella, el término de
prescripción se aumentará en una tercera parte.
Artículo 84. Iniciación del término de prescripción de la acción. En las conductas punibles de
ejecución instantánea el término de prescripción de la acción comenzará a correr desde el día de su
consumación.
En las conductas punibles de ejecución permanente o en las que solo alcancen el grado de
tentativa, el término comenzará a correr desde la perpetración del último acto.
En las conductas punibles omisivas el término comenzará a correr cuando haya cesado el deber de
actuar.
Cuando fueren varias las conductas punibles investigadas y juzgadas en un mismo proceso, el
término de prescripción correrá independientemente para cada una de ellas.
Artículo 85. Renuncia a la prescripción. El procesado podrá renunciar a la prescripción de la
acción penal. En todo caso, si transcurridos dos (2) años contados a partir de la prescripción no se
ha proferido decisión definitiva, se decretará la prescripción.
Modificado por el art. 6, Ley 890 de 2004. Producida la interrupción del término prescriptivo, éste
comenzará a correr de nuevo por un tiempo igual a la mitad del señalado en el artículo 83. En este
evento el término no podrá ser inferior a cinco (5) años, ni superior a diez (10)…
Al respecto cumplo en remitirle copia certificada de la tarjeta alfabética, impresiones del sistema
Bio-Guardíán, correspondiente al ciudadano antes mencionado…
(Resaltados de la Sala).
Por ello, recibida la documentación judicial necesaria por parte del Estado requirente, y no
obstante haber sido declarada la improcedencia de la Extradición Pasiva del ciudadano
L.O.B.G., por tener nacionalidad venezolana por nacimiento, la Sala verificó el
cumplimiento de los demás requisitos que hacen procedente el juzgamiento en nuestro
país al mencionado ciudadano. En tal virtud, y a fin de evitar la impunidad en el presente
caso, el Estado venezolano, representado por la máxima instancia del Poder Judicial, el
Tribunal Supremo de Justicia asume, para con la República de Colombia, el firme
compromiso de juzgar al ciudadano L.O.B.G., por la presunta comisión de los delitos de
ESTAFA, ASOCIACIÓN, USO DE DOCUMENTO PÚBLICO FALSO, FORJAMIENTO DE
DOCUMENTO PÚBLICO y CORRUPCIÓN. Así se declara.
DECISIÓN
Por las razones anteriormente expuestas, este Tribunal Supremo de Justicia, en Sala de
Casación Penal, Administrando Justicia en nombre de la República Bolivariana de
Venezuela y por autoridad de la Ley, dicta los pronunciamientos siguientes:
PRIMERO
declara IMPROCEDENTE la solicitud de extradición pasiva realizada por la República de
Colombia, del ciudadano L.O.B.G., de nacionalidad venezolana por nacimiento, titular de
la cédula de identidad N° 3.713.194, de conformidad con lo establecido en los artículos: 32,
numeral 1 y el artículo 69 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela; 6
del Código Penal venezolano, el artículo 9, numeral 1 y el artículo 12, ambos de la Ley de
Nacionalidad y Ciudadanía.
SEGUNDO
el Estado venezolano, representado por la máxima instancia del Poder Judicial, el Tribunal
Supremo de Justicia, en Sala de Casación Penal, asume el firme compromiso con la
República de Colombia, de que se realizarán los trámites necesarios con el fin de que se
procese al ciudadano L.O.B.G., en la República Bolivariana de Venezuela, por la comisión
de los ilícitos de ESTAFA, ASOCIACIÓN, USO DE DOCUMENTO PÚBLICO FALSO,
FORJAMIENTO DE DOCUMENTO PÚBLICO y CORRUPCIÓN.
TERCERO
se ACUERDA remitir toda la documentación, enviada por la República de Colombia, al
Juzgado Octavo de Primera Estadal en función de Control del Circuito Judicial Penal del
Área Metropolitana de Caracas, a fin de dar inicio al proceso penal, respecto al ciudadano
L.O.B.G.. Dicho órgano jurisdiccional, una vez recibidas las actuaciones, deberá convocar
a una audiencia para oír al imputado, de conformidad con lo establecido en el artículo 373
del Código Orgánico Procesal Penal, previa notificación a las partes.
CUARTO
se INSTA al Ministerio Público a presentar el acto conclusivo correspondiente, en el lapso
establecido en el tercer aparte del artículo 236 del Código Orgánico Procesal Penal, y según
el mismo artículo dar inicio al juzgamiento del ciudadano L.O.B.G., en la República
Bolivariana de Venezuela, por la comisión de los ilícitos de ESTAFA, ASOCIACIÓN,
USO DE DOCUMENTO PÚBLICO FALSO, FORJAMIENTO DE DOCUMENTO
PÚBLICO y CORRUPCIÓN.
QUINTO
se mantiene la medida judicial privativa preventiva de libertad, al ciudadano L.O.B.G.,
dictada por el Tribunal Octavo de Primera Instancia en función de Control del Circuito
Judicial Penal del Área Metropolitana de Caracas.
Se ordena remitir copia certificada de la presente decisión a la ciudadana F. General de la
República y al Ministerio del Poder Popular para Relaciones Exteriores, este último a fin de
que notifique a la República de Colombia sobre el contenido de la presente sentencia.
P., regístrese y ofíciese lo conducente. Archívese el expediente.
Dada, firmada y sellada en el Salón de Audiencias del Tribunal Supremo de Justicia, en
Sala de Casación Penal, en Caracas, a los seis (6) días del mes de diciembre de dos mil
dieciséis (2016). Años: 206° de la Independencia y 157° de la Federación.
El Magistrado Presidente,
MAIKEL JOSÉ MORENO PÉREZ
La Magistrada Vicepresidenta, La Magistrada Ponente,
F.C.G. ELSAJ.G. MORENO
El Magistrado, La
Magistrada,
J.L.I.V. YANINAB.K. DE DÍAZ
La Secretaria,
ANA YAKELINE CONCEPCIÓN DE GARCÍA
EJMG/
Exp. AA30-P-2016-000173.
.
2) Acta de derechos del imputado, de fecha 16 de mayo de 2016, suscrita por el ciudadano
F.J.G.Á., y elaborada por la División de Investigaciones de INTERPOL, dando cuenta de que
le fueron leídos sus derechos al imputado, según lo exige el artículo 49 de la Constitución de
la República Bolivariana de Venezuela, en concordancia con el artículo 127 del Código
Orgánico Procesal Penal.
3) Acta de consentimiento, de fecha 16 de mayo de 2016, elaborada por la Detective Jefe,
ciudadana D.S., adscrita a la División de Investigaciones de INTERPOL, en la que se afirma
que dicho ciudadano consintió en que se le practicaran los exámenes de reconocimiento
médico-legales pertinentes, respetándose así el derecho a la integridad personal que
consagra el artículo 46 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela,
específicamente en sus numerales 2 y 3, que se refieren al respeto a las personas detenidas y
a la prohibición de que las mismas sean sometidas a exámenes médicos o de laboratorio sin
su previo consentimiento.
4) Reporte de sistema de la División de Investigaciones de Policía Internacional del Distrito
Capital, del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas, de fecha 12 de
abril de 2016, mediante el cual se informa de los Registros Policiales del ciudadano F.J.G.Á.,
venezolano, titular de la cédula de identidad núm. 6.256.302.
5) Oficio identificado con el núm. 9700-190-2510, de fecha 16 de mayo de 2016, suscrito por
el C.J. de la División de Investigaciones de Policía Internacional del Distrito Capital, del
Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y C., ciudadano M.P.B., dirigido al Jefe del
Servicio Nacional de Medicina y Ciencias Forenses, mediante el cual solicita la práctica de un
Reconocimiento Médico Legal (Examen Físico) al ciudadano F.J.G.Á..
6) Acta de Inicio de Investigación, de fecha 17 de mayo de 2016, suscrita por la abogada F.R.,
en su carácter de Fiscal Auxiliar Interina adscrita a la Sala de Flagrancia del Ministerio Público
de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas.
7) Auto de fecha 17 de mayo de 2016, suscrito por la Jueza a cargo del Tribunal
Cuadragésimo Primero de Primera Instancia en Función de Control del Circuito Judicial Penal
del Área Metropolitana de Caracas, en la que se deja constancia de haber recibido de la
Unidad Receptora y Distribuidora de Documentos las actuaciones relacionadas con la
detención con fines de extradición del ciudadano F.J.G.Á., quedando las mismas registrada
bajo el alfanumérico 41C-18.818-16-16.
8) Acta de fecha 17 de mayo de 2016, levantada ante el Tribunal Cuadragésimo Primero de
Primera Instancia en Función de Control del Circuito Judicial Penal del Área Metropolitana de
Caracas, mediante la cual se deja constancia del nombramiento de la abogada E.L., adscrita a
la Unidad de Defensa Pública del Área Metropolitana de Caracas, con el fin de que se
encargara de la defensa del ciudadano F.J.G.Á..
9) Entre los folios 21 al 25 del expediente, cursa Acta de Audiencia para oír al
imputado, ciudadano F.J.G.Á., venezolano, titular de la cédula de identidad núm. 6.256.302;
dicho acto fue llevado a cabo, el 17 de mayo de 2016, por el Tribunal Cuadragésimo Primero
de Primera Instancia en Función de Control del Circuito Judicial Penal del Área Metropolitana
de Caracas. En la misma, el tribunal expresó lo siguiente:
Que, “[d]e acuerdo con lo pautado en el artículo 240 del Código Orgánico Procesal
Penal, en armonía con lo dispuesto en el artículo 232 ejusdem, (sic) dicta contra de (sic) el
ciudadano F.J.G. (sic) ALVAREZ (sic), titular de la cédula de identidad N° V-24.139.214, (sic)
Medida de Reclusión Provisional, de conformidad con lo dispuesto en los numerales 1, 2 y 3
del artículo 236 del Código Orgánico Procesal Penal, en relación con lo previsto en los
numerales 1, 2 y el Parágrafo Primero del artículo 237, ejusdem (sic) (…)”.
Que, “[p]or lo decidido, este ciudadano deberá permanecer provisionalmente en la
sede de la División de Investigación INTERPOL, Dirección de Policía Internacional del Cuerpo
de Investigaciones Científicas, Penales y C., hasta tanto el máximo Tribunal del país dicte los
pronunciamientos pertinentes, de acuerdo con lo Regulado en el segundo Aparte (sic) del
artículo 387 del Código Orgánico Procesal Penal, en relación con lo reseñado en el artículo
386 ejusdem, (sic) relativo a la extradición o no de este a España, quien quedara (sic) a la
orden de la sala (sic) de Casación Penal del Tribunal Supremo de Justicia (…)”.
10) Entre los folios 26 y 39 del expediente, cursa auto de fecha 17 de mayo de 2016,
que motiva la decisión de la audiencia para oír al imputado.
11) El 17 de mayo de 2016, el Tribunal Cuadragésimo Primero de Primera Instancia en
Función de Control del Circuito Judicial Penal del Área Metropolitana de Caracas, mediante el
oficio núm. 396-16, dirigido al J. de la División de Investigaciones Interpol del Cuerpo de
Investigaciones Científicas, Penales y C., pone en conocimiento de la referida instancia que
dicho órgano jurisdiccional acordó la reclusión provisional del ciudadano F.J.G.Á., quien
debería permanecer en dicha división a la orden de la Sala de Casación Penal del Tribunal
Supremo de Justicia.
- Consigna informe médico del hospital V. de fecha 13/04/2016 firmado por el Dr. R.C.C.M.: 58561
CMDM: 25733 quien certifica asistió a la emergencia de este centro por presentar mareos, disnea a
pequeños esfuerzos, taquicardia y dolor precordial, por lo cual se realizaron exámenes paraclínicos
(sic) con tensión arterial 170/120mmhg, frecuencia cardiaca 92 por minuto glicemia 195mgdl y
electrocardiograma con fibrilación auricular con respuesta ventricular persistente, prueba (sic)
cardiacas CPK y CPKMB normales, no realizándose troponina por no contar en ese centro, se indicó
tratamiento médico egresando con la indicación de realizar pruebas complementarias para estudiar su
patología , (sic) H. de tensión arterial, arritmia y prueba de esfuerzo con diagnostico (sic) de: 1-
Síndrome Metabólico. 2- Fibrilación auricular con respuesta ventricular persistente. 3- Diabetes (sic)
Mellitus tipo II en hiperglicemia. 4- Urgencia Hipertensiva.
- Sugerencias: Que el mismo no puede permanecer en el sitio de reclusión ya que no cumple las medidas
mínimas para este tipo de enfermedad poniendo en riesgo su vida.
.
15) El 7 de junio de 2016, la Secretaria de la Sala de Casación Penal, D.A.Y.C. de G.,
por instrucciones de su Presidente, M.D.M.J.M.P., dirigió oficio núm. 581 al C.J. de la División
de Información Policial del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y C., mediante el
cual le solicitó que remitiese a esta Sala el Registro Policial que presenta el requerido en
extradición.
16) El 7 de junio de 2016, la referida funcionaria, siguiendo instrucciones de la Máxima
Autoridad de la Sala, dirigió comunicación núm. 582 a la Doctora Mercedes Prieto Serra, D.
General de Apoyo Jurídico del Ministerio Público, a fin de informarle que cursa en esta
instancia el expediente relativo al procedimiento de extradición pasiva del ciudadano F.J.G.Á.,
por la presunta comisión del delito de Estafa; y a la vez le solicita información acerca de si en
dicho organismo cursa alguna investigación relacionada con el mencionado ciudadano.
17) El 7 de junio de 2016, la Secretaria de la Sala, previa instrucción, dirigió al
ciudadano J.C.D., D. General del Servicio Administrativo de Identificación, Migración y
Extranjería (SAIME) del Ministerio del Poder Popular para Relaciones Interiores, Justicia y
Paz, el oficio núm. 583, mediante el cual le solicita los datos filiatorios, movimientos
migratorios, las huellas dactilares, las trazas y registros fotográficos del serial de la cédula de
identidad V-6.256.302.
18) En esa misma fecha, el Presidente de la Sala de Casación Penal, M.D.M.J.M.P.,
dirige comunicación núm. 593 a la D.L.O.D., F. General de la República, a fin de informarle
que cursa en esta instancia el expediente relacionado con el procedimiento de extradición
pasiva del ciudadano F.J.G.Á., por la presunta comisión del delito de Estafa; participación que
se hace con el objeto de dar cumplimiento a lo pautado en el artículo 111, numeral 16, del
Código Orgánico Procesal Penal.
19) Oficio identificado con el núm. 002967, de fecha 9 de junio de 2016, enviado por el
ciudadano J.V., Director Nacional de Migración y Zonas Fronterizas del Ministerio del Poder
Popular para Relaciones Interiores, Justicia y Paz, dirigido a la D.A.Y.C. de García, Secretaria
de la Sala de Casación Penal del Tribunal Supremo de Justicia, mediante el cual informa que
el ciudadano F.J.G.Á., identificado en el expediente con la cédula de identidad núm.
6.256.302, “Registra Movimientos Migratorios” en el sistema a su cargo.
20) El 22 de junio de 2016, el abogado O.J.G.M., titular de la cédula de identidad núm.
10.519.951, e inscrito en el Instituto de Previsión Social del Abogado bajo el núm. 68.027,
consignó escrito que suscribió el ciudadano F.J.G.Á., identificado en el expediente con la
cédula de identidad núm. 6.256.302, en el cual designó como defensor privado al mencionado
abogado.
21) En esa misma fecha, el abogado O.J.G.M. consignó escrito que suscribió el
ciudadano F.J.G.Á., identificado en el expediente con la cédula de identidad núm. 6.256.302,
en el cual solicitó “LA REVISIÓN DE LA MEDIDA PRIVATIVA DE LIBERTAD decretada en
contra de mi representado . (…) Cabe destacar que como consta en autos, esta Sala (…) en
atención a un Informe Médico expedido por R. en fecha 10 de mayo de 2016, (…) ordenó en
fecha 31 de mayo (folio 44), la designación de un equipo médico forense adscrito al Servicio
Nacional de Medicinas y Ciencias Forenses, del Ministerio del Poder Popular para las
Relaciones Exteriores, Justicia y Paz, que se trasladare con carácter de urgencia a la
Dirección de la Policía Internacional (INTERPOL) del C.I.C.P.C., a los fines que se evaluara y
diagnosticara (sic) el estado de salud que presenta mi representado F.G.Á., e informara a la
Sala de los resultados de tal revisión”.
22) El 29 de junio de 2016, la Secretaría de la Sala de Casación Penal recibió escrito
presentado y firmado por los abogados O.J.G.M. y D.N.V., mediante el cual consignaron copia
simple del poder otorgado al abogado D.N.V. y el documento original del acuerdo suscrito
entre BETTEROADS ASPHALT, LLC y BETTERCICLYN CORP, por un lado, y, por el otro, la
empresa mercantil AREVENCA AKTM (AREVENCA REFINERY COMPLEX).
23) El 1° de julio de 2016, la Sala de Casación Penal, mediante sentencia núm. 248,
notificó al Reino de España, a través del Ministerio del Poder Popular para Relaciones
Exteriores, del lapso de cuarenta (40) días continuos que tenía para presentar la solicitud
formal de extradición y la documentación judicial necesaria en el procedimiento de extradición
del ciudadano F.J.G.Á..
24) En esa misma fecha, la Secretaría de la Sala de Casación Penal recibió escrito
presentado y firmado por el abogado O.J.G.M., mediante la cual solicitó “copia debidamente
certificada, del presente expediente”.
25) Asimismo, por instrucciones del Presidente de la Sala de Casación Penal,
M.D.M.J.M.P., se remitió oficio núm. 724 al ciudadano A.J.C.R., Director General Encargado
de la Oficina de Relaciones Consulares del Ministerio del Poder Popular para Relaciones
Exteriores, mediante la cual se anexa copia certificada de la sentencia núm. 248, del 1° de
julio de 2016, mediante la cual se notifica al Reino de España del lapso de cuarenta (40) días
continuos con que contaba para presentar la solicitud formal de extradición y la
documentación judicial necesaria en el procedimiento de extradición del ciudadano F.J.G.Á..
26) El 4 de julio de 2016, la Secretaría de la Sala de Casación Penal recibió diligencia
presentada y firmada por el abogado O.J.G.M., en la que solicitó copias certificadas del
expediente.
27) El 6 de julio de 2016, la Secretaría de la Sala de Casación Penal recibió, vía
correspondencia, oficio identificado con el alfanumérico O-9700-16-0194-11290 del 15 de junio
de 2016, enviado por la C.Y.G., Jefa de la División de Información Policial del Cuerpo de
Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas del Ministerio del Poder Popular para
Relaciones Interiores, Justicia y Paz en lo que informó lo siguiente:
… F.J.G. (sic) ALVAREZ (sic) (…) quien al ser consultado en nuestro Sistema de Investigación e
Información Policial presenta los siguientes registros hasta el 15/06/2016 (…)
.
28) El 14 de julio de 2016, la Secretaría de la Sala de Casación Penal recibió, vía
correspondencia, el oficio núm. 7729, del 13 de julio de 2016, enviado por el ciudadano
A.J.C.R., Director General Encargado de la Oficina de Relaciones Consulares del Ministerio
del Poder Popular para Relaciones Exteriores, en el que remitió original de la Nota Verbal
núm. 157, del 1° de julio de 2016, proveniente de la Embajada del Reino de España
acreditada ante la República Bolivariana de Venezuela, así como la documentación judicial
emanada del Juzgado Central Instrucción núm. 4 de la Audiencia Nacional de Madrid, con la
finalidad de solicitar ante las autoridades judiciales competentes la extradición del ciudadano
F.J.G.Á.. (Folios 110 al 142 de la única pieza del expediente).
29) El 21 de julio de 2016, la Sala de Casación Penal convocó a las partes a la
realización de la audiencia oral a la que se refiere el artículo 390 del Código Orgánico
Procesal Penal. En la misma fecha remitió los oficios núm. 155, al C. General D.A.R.G.,
Director General Nacional del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas
del Ministerio del Poder Popular para Relaciones Exteriores; núm. 156, al C.G.V., J. del
Departamento de Aprehensión del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y
Criminalísticas del Ministerio del Poder Popular para Relaciones Interiores, El Rosal; y el núm.
157, al ciudadano A.J.C.R., Director General Encargado de la Oficina de Relaciones
Consulares del Ministerio del Poder Popular para Relaciones Exteriores, al cual se anexó
boleta de notificación y traslado.
30) El 25 de julio de 2016, la Secretaría de la Sala de Casación Penal recibió, vía
correspondencia, el oficio núm. 8067, del 20 de julio de 2016, enviado por el ciudadano
A.J.C.R., Director General Encargado de la Oficina de Relaciones Consulares del Ministerio
del Poder Popular para Relaciones Exteriores, indicando que “esta Oficina envió la referida
sentencia con la Nota N° 7327, de fecha 08 de julio de 2016, recibida en la Misión diplomática
de ese país, en fecha 12 de julio de 2016”.
31) El 1° de agosto de 2016, de conformidad con lo previsto en el artículo 390 del
Código Orgánico Procesal Penal, se celebró la correspondiente Audiencia Pública, a la cual
asistió el representante del Ministerio Público, abogado D.A.C.L., Fiscal Segundo Suplente del
Ministerio Público para actuar ante las Salas Plena, de Casación y Constitucional del Tribunal
Supremo de Justicia, quien expuso sus alegatos y consignó un escrito que contiene la opinión
de la D.L.O.D., F. General de la República; y la del abogado O.J.G.M., en su carácter de
Defensor Privado del requerido, quien expuso sus alegatos. Se le concedió el derecho de
palabra al solicitado, F.J.G.Á., quien hizo uso del mismo. La Sala se acogió al lapso
establecido en el artículo 390 del Código Orgánico Procesal Penal para dictar su fallo. Se dejó
constancia expresa de que los representantes del Reino de España no asistieron a dicho acto.
32) El 1° de agosto de 2016, el ciudadano F.J.G.Á. designó como su defensor privado al
abogado O.J.G.M.. El 22 de junio de 2016 fue designado ante la secretaria de la Sala Penal y
esa misma fecha aceptó el cargo.
33) El 2 de agosto de 2016, la Sala de Casación Penal recibió, vía correspondencia, oficio
núm. 970-16, del 17 de junio de 2016, enviado por la Licenciada Y.M., Directora de
Verificación y Registro de Identidad del Servicio Administrativo de Identificación, Migración y
Extranjería del Ministerio del Poder Popular para Relaciones Interiores, Justicia y Paz,
mediante el cual remitió los registros de trámites y procesos del ciudadano F.J.G.Á..
34) El 5 de agosto de 2016, el abogado O.J.G.M., en su carácter de Defensor Privado del
ciudadano F.J.G.Á., solicitó una medida cautelar sustitutiva de la medida de privación judicial
preventiva de libertad que pesa sobre su defendido.
35) El 9 de agosto de 2016, la Secretaría de la Sala de Casación Penal, vía correspondencia,
recibió oficio núm. 9700-190-3839, de esa misma fecha, enviado por el C.J.R.C., Jefe de la
División de Investigaciones Interpol del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y C.,
mediante el cual indicó que “el día 02 de agosto de 2016, fue publicada por la OCN
Washington, Estados Unidos, notificación roja signada con el número A-7036/8-2016, por los
delitos de 1.- Apropiación Indebida con agravantes (dos cargos). 2.- Estafa (dos cargos) 3.-
Blanqueo de capitales (cinco cargos), en contra del Ciudadano GONZALEZ (sic) ALVAREZ
(sic) FRANCISCO JAVIER…”.
II
DE LOS HECHOS
Según consta de la documentación judicial enviada por el Reino de España, los hechos por los
cuales es requerido el ciudadano F.J.G.Á., son los siguientes:
… el presente procedimiento se incoó con objeto de investigar un presunto delito de estafa y
apropiación indebida de 7.800.000 dólares, en virtud de querella interpuesta por J.L.D.I. de
nacionalidad estadounidense, actuando en nombre de la mercantil BETTEROADS ASPHALT
CORPORATION, contra F.J.G.Á. y M.D.S.C. y M.D.L..
Señala la querellante que Betteroads Asphalat Corporation es una empresa puertorriqueña dedicada
desde hace más de 50 años al diseño, construcción y mantenimiento de carreteras y autopistas en
Puerto Rico y otros países del Caribe por lo que necesita grandes cantidades de asfalto líquido para
llevar a cabo las obras que constituyen la base de sus negocios. La citada mercantil invierte parte de
sus beneficios en la compra de bienes inmuebles y en concreto es propietaria de un complejo turístico
conocido como C.B. (sic) en Río Grande (Puerto Rico).
Asimismo relata la querellante que en febrero de 2011, F.J.G.Á. encarga a M.L.M. (abogado de
profesión) y M.D.S. que, aprovechando la relación de M.L. con la familia D. entablen una serie de
conversaciones con ejecutivos de la querellante tendentes, en ese momento, a adquirir el complejo C.B.
(sic). Estas conversaciones se concretan en una primera reunión, celebrada el 25 de junio de 2011 en
las que se encuentran L. y Da Silva con el presidente de BETTEROADS.
Como carta de presentación, M.L. afirma ser mandatario y representante de las empresas Arevenca SL
y Arevenca Refinery Comples, todas ellas propiedad de F.J.G.Á., afirmando también ser el Director de
otra empresa llamada Madasi (sic) Oil Corporation, entidad de la que el (sic) Da S. dijo ser su P. y Jefe
Ejecutivo.
Afirma la querellante que desde el primer momento, M.D.S. aprovechó para introducir el hecho de que
la empresa Arevenca SL estaba muy relacionada con el petróleo dedicándose a la venta de asfalto en
varios países, entre ellos España. Asimismo afirmó que A. era capaz de venderle a B. el asfalto que
necesitase para sus proyectos a muy buen precio.
En fecha 27 de junio de 2011, Madani (sic) Oil Coporatión y B. firman un contrato de servicios para
facilitar la venta del complejo turístico C.B.. Luego resultó que la empresa estaba por supuesto
autorizada legalmente para actuar como intermediario en la venta de bienes inmuebles en Puerto Rico.
(…)
B. procede en fecha 18 de agosto de 2011 a realizar una segunda transferencia electrónica de fondos a
favor de AREVENCA y (sic) por una suma de 5.800.000 dólares que unidos a los 2.000.000 ya abonados
hacen un total de 7.800.000 dólares.
Como un mes después de efectuado el pago de la operación no había recibido ni muestras del asfalto
adquirido ni información acerca de cuando (sic) se les entregaría la mercancía, el 2 de septiembre de
2011Betteroads (sic) envía un correo electrónico a los querellados solicitándoles información.
Relata la querellante que son numerosos los correos electrónicos posteriores por parte de los
querellados no sólo dando largas sino incluso culpando a la querellante de la imposibilidad de realizar
la venta del asfalto, todos sin explicar por que (sic) el asfalto nunca llegó al comprador o, truncada la
venta, cuando iban a devolver el dinero.
(…)
A día de al facha (sic) Betteroads no ha recibido ni los 100.000 barriles de asfalto no (sic) se le han
devuelto los 7.800.000 de dólares pagados en ese concepto
.
III
DE LA COMPETENCIA
Previo a cualquier otra consideración, en forma preliminar, la Sala de Casación Penal debe
determinar su competencia para conocer de la presente Solicitud de Extradición y, al efecto,
observa:
El numeral 1 del artículo 29 de la Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia, dispone lo
siguiente:
Competencias de la Sala [de Casación] Penal
Artículo 29. Son competencias de la Sala [de Casación] Penal del Tribunal Supremo de Justicia:
1. Declarar si hay o no lugar para que se solicite o conceda la extradición en los casos que preceptúan
los tratados o convenios internacionales o la ley
.
Por su parte, el artículo 390 del Código Orgánico Procesal Penal establece lo que se
transcribe a continuación:
Procedimiento
Artículo 390. Sólo cuando conste la documentación que soporte la solicitud formal de
extradición del país requirente, el Tribunal Supremo de Justicia convocará a una audiencia oral dentro
de los treinta días siguientes a la notificación del solicitado o solicitada. A esta audiencia concurrirán el
o la representante del Ministerio Público, el requerido o requerida, su defensor o defensora y el
representante del gobierno requirente, quienes expondrán sus alegatos. Concluida la audiencia, el
Tribunal Supremo de Justicia decidirá en un plazo de quince días
.
Del contenido del dispositivo legal primeramente transcrito, se observa que
corresponde a la Sala de Casación Penal decidir acerca de si procede la solicitud de
extradición de una persona que se encuentre en el extranjero, o de si se concede lo propio
respecto de quien se encuentre en nuestro territorio; y del segundo artículo citado se concluye
que también corresponde a la Sala señalar, en caso de que se hubiese requerido a la
República Bolivariana de Venezuela la extradición de una persona, previa verificación y
constatación de la documentación aportada, si se acuerda o deniega la misma.
En consecuencia, le corresponde a la Sala de Casación Penal pronunciarse acerca del
procedimiento de extradición pasiva del ciudadano F.J.G.Á.. Así se establece.
IV
DE LA OPINIÓN FISCAL
De conformidad con lo estipulado en el artículo 111, numeral 16, en concordancia con el
artículo 390, ambos del Código Orgánico Procesal Penal, la F. General de la República,
D.L.O.D., expresó lo siguiente:
… En virtud de los argumentos anteriormente expuestos, el Ministerio Público a mi cargo y dirección,
considera que en la presente solicitud de extradición del ciudadano F.J.G.Á., formulada por el Reino de
España, es improcedente por tratarse de un ciudadano de nacionalidad Venezolana, con fundamento en
los artículos 69 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y 6 del Código Penal.
Asimismo, se evidencia la falta de jurisdicción del país requirente para efectuar la solicitud de
extradición, conforme al artículo 5 del Tratado que rige la materia entre ambos países
.
V
DE LOS ALEGATOS DE LA DEFENSA
A continuación se cita parte de lo alegado por la defensa del ciudadano requerido.
Es el caso ciudadanos Magistrados, que en la referida audiencia el F.S. (2°) suplente del Ministerio
Público para actuar ante este Máximo Tribunal, opinó que visto que mi defendido era venezolano por
naturalización según constaba de la Gaceta Oficial N° 2061, desde el año 77, es decir, más de 30 años
siendo venezolano, de conformidad con lo previsto en el artículo 69 de la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela, en concordancia con lo dispuesto en el artículo 6 del Código Penal
Venezolano, el mismo no podía ser extraditado, opinión que obviamente compartió esta defensa.
No obstante, el referido representante del Ministerio Público, sin fundamento alguno, solicitó se
mantuviera la medida privativa de libertad, la cual como bien consta en el expediente, solamente era de
manera provisional mientras se decidía con relación al proceso de extradición, el cual a todas luces es
improcedente en virtud del texto constitucional y legal, además de las reiteradas sentencias dictadas por
esa Sala, por virtud de la nacionalidad como venezolano que ampara al ciudadano F.G. (sic),
aduciendo la vindicta de buena fé (sic), que mi representado estaba siendo investigado por unos
PRESUNTOS DELITOS, dentro de los cuales incluso menciono (sic) la legitimación de capitales entre
otros, presuntos delitos por los cuales ni siquiera está siendo investigado, y menos aún imputado por los
mismos, por lo cual tampoco ha sido acusado.
(…)
En tal sentido ciudadanos Magistrados, solicito muy respetuosamente, se sirva dictar una medida
cautelar a favor del ciudadano F.J.G. (sic) ALVAREZ (sic), donde se le permita en todo caso esperar la
decisión que ha de recaer en el presente caso, en libertad, garantizándole el principio de presunción
[de] inocencia y su derecho a la libertad, entre otros
.
VI
CONSIDERACIONES PARA DECIDIR
La Sala de Casación Penal, de conformidad con lo establecido en el artículo 266, numeral 9,
de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela; artículo 29, numeral 1, de la Ley
Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia; artículo 6 del Código Penal; y artículos 382, 386 y
siguientes del Código Orgánico Procesal Penal, pasa a decidir sobre la solicitud formal de
extradición del ciudadano F.J.G.Á., de nacionalidad venezolana por naturalización e
identificado con la cédula de identidad núm. 6.256.302.
Respecto a la extradición, el Estado venezolano obra con un alto sentido de responsabilidad y
acepta la extradición como una obligación conforme con el Derecho Internacional, pero se
reserva la más absoluta libertad en cuanto a su concesión o denegación, para lo cual tomará
en cuenta las reglas de la normativa tanto nacional como internacional aplicables.
Al respecto, son ilustrativas las palabras del autor patrio T.C.:
Punto discutido por autores de diversas tendencias, ha sido establecer el fundamento jurídico de la
extradición. Para unos, es obligación que sólo puede surgir de un tratado; para otros, es independiente
de cualquier convención entre los Estados. Según el derecho positivo venezolano, es necesaria o
voluntaria. Necesaria, cuando el Estado está obligado a entregar al delincuente por haberlo convenido
así el tratado especial. Voluntaria, cuando es potestativo de él hacer la entrega
. (Anotaciones al Código Penal Venezolano, Tomo I, E.. Sur América, Caracas, 1932, pág. 89).
En cuanto a los fundamentos que rigen la extradición, los artículos 69 de la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela, 6 del Código Penal, y 382, 386 y siguientes del Código
Orgánico Procesal Penal, recogen los principios básicos que pauta el derecho positivo
venezolano. Tales dispositivos son del tenor siguiente:
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela
Artículo 69. La República Bolivariana de Venezuela reconoce y garantiza el derecho de asilo y refugio.
.
Código Penal venezolano
Artículo 6. La extradición de un venezolano no podrá concederse por ningún motivo; pero deberá ser
enjuiciado en Venezuela, a solicitud de parte agraviada o del Ministerio Público, si el delito que se le
imputa mereciere pena por la ley venezolana…
.
Código Orgánico Procesal Penal
Fuentes
.
Extradición Pasiva
Artículo 386. Si un gobierno extranjero solicita la extradición de alguna persona que se
encuentre en el territorio de la República Bolivariana de Venezuela, el Poder Ejecutivo remitirá
la solicitud al Tribunal Supremo de Justicia con la documentación recibida”.
Respecto de las prescripciones de Derecho Internacional aplicables al caso que nos ocupa, se
constata que la República Bolivariana de Venezuela y el Reino de España suscribieron un
Tratado de Extradición, en Caracas, el 4 de enero de 1989, el cual fue ratificado por el
Ejecutivo Nacional el 25 de abril de 1990, y publicado en la Gaceta Oficial núm. 34.476, de
fecha 28 de mayo de 1990. Los dispositivos de dicho instrumento directamente aplicables al
caso que ocupa a la Sala son del tenor siguiente:
Tratado de Extradición entre la República Bolivariana de Venezuela
y el Reino de España
ARTÍCULO 1
Las Partes Contratantes se obligan, según las reglas y condiciones establecidas en los artículos
siguientes, a la entrega recíproca de las personas a quienes las autoridades judiciales de una de las
Partes persiguieren por algún delito o buscaren para la ejecución de una pena o medida de seguridad
impuesta judicialmente, que consista en privación de libertad.
ARTÍCULO 2
1. Darán lugar a extradición los hechos sancionados, según las leyes de ambas Partes, con una pena o
medida de seguridad privativas de libertad cuya duración máxima no sea inferior a dos años,
prescindiendo de las circunstancias modificativas y de la denominación del delito.
2. Si la extradición se solicitare para la ejecución de una sentencia, se requerirá, además, que la parte
de la pena o medida de seguridad que aún falta por cumplir, no sea inferior a seis meses.
3. Cuando la solicitud se refiera a varios hechos y no concurriesen en algunos de ellos, los requisitos de
los párrafos 1 y 2, la Parte requerida podrá conceder también la extradición por éstos últimos.
4. La extradición procede respecto a los autores, cómplices y encubridores, cualquiera que sea el grado
de ejecución del delito.
(…)
ARTÍCULO 5
1. Para que proceda la extradición, es necesario que el delito que la motiva haya sido cometido en el
territorio del Estado requirente o que, cometido fuera de dicho territorio, tenga el Estado requirente
jurisdicción para conocer de ese delito.
(…)
ARTÍCULO 8
1. Cuando el reclamado fuere nacional de la Parte requerida, ésta podrá rehusar la concesión de la
extradición de acuerdo con su propia ley. La cualidad de nacional se apreciará en el momento de la
decisión sobre la extradición y siempre que no hubiere sido adquirida con el fraudulento propósito de
impedir aquélla.
(…)
ARTÍCULO 15
1. La solicitud de extradición se formulará por escrito y será transmitida por la vía diplomática.
Cualquiera de las Partes podrá comunicar a la otra la designación de una autoridad central competente
para recibir y transmitir solicitudes de extradición.
C) Cuantos datos sean conocidos sobre la identidad, nacionalidad y residencia del sujeto reclamado y,
si fuere posible, su fotografía y sus huellas dactilares;
D) Copia o transcripción de los textos legales que tipifican y sancionan el delito con expresión de la
pena o medida de seguridad aplicable, de los que establecen la competencia de la Parte requirente para
conocer del mismo, así como también de los referentes a la prescripción de la acción o de la pena o
medida de seguridad; y,
E) Las seguridades sobre la aplicación de las penas o medidas de seguridad a que se refiere el artículo
11, cuando fueren necesarias
.
Cabe destacar que, en atención a las normas del Tratado de Extradición citado, y a las
prescripciones de la legislación venezolana, se sigue que los requisitos formales para la
procedencia de la extradición serían: 1) la solicitud formal de extradición, realizada por vía
diplomática (artículo 15.1 del Tratado); 2) copia certificada de la decisión judicial condenatoria
(definitivamente firme) en la cual se informe el lapso de pena o medida de seguridad que
habría de cumplir o que le reste por cumplir al requerido, o del auto de procesamiento, de
detención o de cualquier resolución judicial análoga (artículo 15.2 (A y B) del referido Tratado);
3) descripción precisa de las circunstancias de modo, tiempo y lugar del hecho investigado
(artículo 15.2.B del mencionado Tratado); 4) copia o transcripción de los textos legales que
tipifiquen y sancionen el o los hechos delictivos, con expresión de la pena o medida de
seguridad aplicable, así como también de los relativos a la prescripción de la acción, de la
pena o de la medida de seguridad, según sea el caso (artículo 15.2.D del Tratado); 5) cuantos
datos sean conocidos sobre la identidad, nacionalidad y residencia de la persona requerida en
extradición y, si fuere posible, su fotografía y huellas dactilares (artículo 15.2.D del Tratado en
cuestión); y 6) cuando se trate de solicitudes en un idioma distinto al español, la
documentación deberá estar debidamente traducida al mismo (con fundamento en el artículo 9
de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela).
Si bien los requisitos descritos no son indispensables al inicio del procedimiento, por cuanto el
Estado requirente puede consignar la documentación necesaria dentro del plazo que fijen los
Tratados o, en su defecto, según el tiempo que establezcan las leyes del Estado requerido, en
el presente caso, el Estado requirente debía consignar la solicitud formal de extradición con la
documentación judicial correspondiente dentro del plazo de cuarenta (40) días continuos
(contados desde el día siguiente al de su respectiva notificación), conforme con lo dispuesto
en el artículo 24.4 del Tratado de Extradición entre la República Bolivariana de Venezuela y el
Reino de España.
En esta oportunidad, se constata que el Reino de España presentó la solicitud formal de
extradición mediante la Nota Verbal identificada con el núm. 157, del 1° de julio de 2016,
proveniente de la Embajada del Reino de España acreditada en la República Bolivariana de
Venezuela, a través de la cual envió la documentación judicial requerida.
Entre los folios 109 y 142 del expediente, se encuentra la solicitud de extradición realizada por
el Juzgado Central de Instrucción núm. 004, Pieza de Situación Personal 0000018/2015 0001,
de la Audiencia Nacional de Madrid, Reino de España. Dicha solicitud expresa lo siguiente:
DON F.A.M., MAGISTRADO-JUEZ CENTRAL DE INSTRUCCIÓN NUMERO (sic) CUATRO DE LA
AUDIENCIA NACIONAL, CON SEDE EN MADRID, tiene el honor de elevar a V.E el presente de
conformidad con lo acordado en el procedimiento DILIGENCIAS PREVIAS 18/2015, seguidos por los
delitos de estafa agravada y apropiación indebida contra F.J.G. (sic) ALVAREZ (sic) toda vez que
habiéndose decretado su prisión provisional y, dado su ignorado paradero, se publicaron requisitorias
para su busca y captura e ingreso en prisión, se ha tenido conocimiento según comunicación del
Servicio de INTERPOL-MADRID, de que el mismo ha sido detenido por las autoridades de la
REPÚBLICA (sic) DE VENEZUELA.
Solicitada por el Ministerio Fiscal la extradición de dicho encausado, se acuerda por resolución de esta
fecha proponer al Gobierno español interesar la misma a las autoridades competentes de REPUBLICA
(sic) DE VENEZUELA y, en consecuencia, dirijo a V.E. el (sic) presente,
SUPLICA: que disponga lo oportuno para que se dé curso a dicha solicitud de extradición, una vez
aprobada la propuesta del Gobierno, a fin de que se interese de las Autoridades competentes de la
REPÚBLICA DE VENEZUELA la extradición del encausado referido, para ser enjuiciado por la
Audiencia Nacional. Se adjunta la documentación precisa para dicha petición de extradición
.
Entre los folios 118 y 122 del expediente, se encuentra el Auto, de fecha 4 de abril de 2016,
dictado por el Juzgado Central de Instrucción N° 004 de Madrid, Reino de España, mediante
el cual se acuerda la prisión provisional del ciudadano F.J.G.Á.. Dicho auto expresa lo
siguiente:
…Ignorándose el actual paradero y domicilio del encausado a que se refiere el anterior expositivo y de
acuerdo con lo interesado por el Excmo. Sr. Fiscal y de conformidad con lo establecido en el artículo
835, de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, procede decretar la prisión provisional, comunicada e
incondicional del querellado F.J.G.A. (sic) a disposición de este Juzgado, por la responsabilidad
dimanante de esta causa y llamarle por requisitorias que se publicaran en las Ordenes Generales de la
Policía y de la Guardia Civil y en el Tablón de Anuncios de este Juzgado, y a nivel internacional,
procede librar Orden Internacional de Detención contra el mismo, a cuyos efectos se librará la
correspondiente comunicación a los Servicios de Interpol.-
PARTE DISPOSITIVA
Expídanse al efecto a nivel nacional las oportunas requisitorias que se publicaran en las Ordenes
Generales de la Dirección General de la Policía y de la Guardia Civil y a nivel internacional, la
correspondiente Orden Internacional de Detención, librándose para ello comunicación a los Servicios
de Interpol y S. interesando la detención preventiva del indicado inculpado, a efectos de extradición,
con el fin de proponer al Gobierno de la Nación, solicite la extradición del referido inculpado
.
Del mismo modo, de la documentación remitida por el país requirente se desprende que el
ciudadano F.J.G.Á. detenta también la nacionalidad española, pues nació en Santa Cruz de
Tenerife (folio 140 de la pieza única del expediente), y, por ende, el Reino de España tiene
competencia para el juzgamiento de los delitos objeto del presente proceso de extradición
según el principio de personalidad o de nacionalidad referidos a la extraterritorialidad de la ley
penal. Al respecto, refiriéndose a España, nos ilustra F.M.C.:
En virtud del mismo, la ley española puede ser aplicada a hechos cometidos por españoles en el
extranjero. Se trata, por tanto, de que en ciertos supuestos la ley española «siga» a los españoles fuera
de las fronteras predominando con ello la nacionalidad del autor sobre el lugar de comisión del delito.
(…) El principio personal está sometido a determinados requisitos que, junto a su reconocimiento, se
contienen en el artículo 23, 2 LOPJ. Tal precepto establece la competencia de la jurisdicción española
para conocer de los hechos previstos en las leyes españolas como delitos, aunque hayan sido cometidos
en el extranjero, siempre que los responsables fueren españoles o extranjeros nacionalizados con
posterioridad a la comisión del hecho. Para ello, el mismo artículo establece los siguientes requisitos:
a) Que el hecho sea punible en el lugar de ejecución, salvo que, en virtud de un Tratado internacional o
de un acto normativo de una Organización internacional de la que España sea parte, no resulte
necesario dicho requisito. b) Que el agraviado o el Ministerio Público denuncien o interpongan querella
ante los Tribunales españoles. c) Que el delincuente no haya sido absuelto, indultado o penado en el
extranjero, o, en este último caso, no haya cumplido condena. (…)”. (Vid. Derecho Penal. Parte
General, 6ª edición, tirant lo blanch, Valencia, 2004, pp. 157-158).
Así, pues, lo determinante para sostener la competencia del Reino de España para conocer de los
hechos objeto del presente proceso de extradición viene dado por dos elementos: 1) la cualidad de
nacional del Reino de España que detenta el ciudadano requerido (principio de personalidad o de
nacionalidad como supuesto de extraterritorialidad de la ley penal, y 2) la exigencia de doble
incriminación tal como lo prevé el artículo 23,2 de la Ley Orgánica del Poder Judicial del Reino de
España, según el cual, los hechos, con independencia del territorio donde hayan sido cometidos, para
que puedan ser juzgados por el Reino de España, deben ser constitutivos de delito, tanto en la
legislación del lugar en el que ocurrieron como en la legislación española.
Los delitos por los cuales requiere la extradición el Reino de España se encuentran vigentes en su
legislación, tal como se expondrá posteriormente; y los mismos son el de Estafa, previsto en los
artículos 248, 250 y 251, y el de Apropiación Indebida, previsto en los artículos 253 y 254, todos del
Código Penal español.
Así pues, al analizar la documentación enviada por el Reino de España, se evidencia que en el presente
caso se cumple con la mayoría de los principios generales que regulan la materia de extradición en
nuestro país. Así, pues, la Sala de Casación Penal es del criterio que han quedado satisfechos los
principios siguientes:
a) Principio de la doble incriminación: De acuerdo con este principio, el hecho que origina la solicitud
de extradición debe ser constitutivo de delito tanto en la legislación del Estado requirente como en la
legislación del Estado requerido.
En el presente caso, se observa que al ciudadano F.J.G.Á. se le atribuye la presunta comisión de los
delitos de Estafa, previsto en los artículos 248, 250 y 251, y Apropiación Indebida, previsto en los
artículos 253 y 254 del Código Penal español, que disponen lo siguiente:
Artículo 248
1. Cometen estafa los que, con ánimo de lucro, utilizaren engaño bastante para producir error en otro,
induciéndolo a realizar un acto de disposición en perjuicio propio o ajeno.
a) Los que, con ánimo de lucro y valiéndose de alguna manipulación informática o artificio semejante,
consignan una transferencia no consentida de cualquier activo patrimonial en perjuicio de otro,
· c) Los que utilizando tarjetas de crédito o débito, o cheques de viaje, o los datos obrantes en
cualquiera de ellos, realicen operaciones de cualquier clase en perjuicio de su titular o de un tercero.
Los reos de estafa serán castigados con la pena de prisión de seis meses a tres años. Para la fijación de
la pena se tendrá en cuenta el importe de lo defraudado, el quebranto económico causado al
perjudicado, las relaciones entre éste y el defraudador, los medios empleados por éste y cuantas otras
circunstancias sirvan para valorar la gravedad de la infracción.
(…)
Artículo 250.
1. El delito de estafa será castigado con las penas de prisión de uno a seis años y multa de seis a doce
meses, cuando:
· 1.º Recaiga sobre cosas de primera necesidad, viviendas u otros bienes de reconocida utilidad social.
· 2.º Se perpetre abusando de firma de otro, o sustrayendo, ocultando o inutilizando, en todo o en parte,
algún proceso, expediente, protocolo o documento público u oficial de cualquier clase.
· 3.º Recaiga sobre bienes que integren el patrimonio artístico, histórico, cultural o científico.
· 4.º Revista especial gravedad, atendiendo a la entidad del perjuicio y a la situación económica en que
deje a la víctima o a su familia.
· 5.º El valor de la defraudación supere los 50.000 euros, o afecte a un elevado número de personas.
· 6.º Se cometa con abuso de las relaciones personales existentes entre víctima y defraudador, o
aproveche éste su credibilidad empresarial o profesional.
· 7.º Se cometa estafa procesal. Incurren en la misma los que, en un procedimiento judicial de cualquier
clase, manipularen las pruebas en que pretendieran fundar sus alegaciones o emplearen otro fraude
procesal análogo, provocando error en el juez o tribunal y llevándole a dictar una resolución que
perjudique los intereses económicos de la otra parte o de un tercero.
· 8.º Al delinquir el culpable hubiera sido condenado ejecutoriamente al menos por tres delitos
comprendidos en este Capítulo. No se tendrán en cuenta antecedentes cancelados o que debieran serlo.
2. Si concurrieran las circunstancias incluidas en los numerales 4.º, 5.º, 6.º o 7.º con la del numeral 1.º
del apartado anterior, se impondrán las penas de prisión de cuatro a ocho años y multa de doce a
veinticuatro meses. La misma pena se impondrá cuando el valor de la defraudación supere los 250.000
euros.
Artículo 251.
· 1.º Quien, atribuyéndose falsamente sobre una cosa mueble o inmueble facultad de disposición de la
que carece, bien por no haberla tenido nunca, bien por haberla ya ejercitado, la enajenare, gravare o
arrendare a otro, en perjuicio de éste o de tercero.
· 2.º El que dispusiere de una cosa mueble o inmueble ocultando la existencia de cualquier carga sobre
la misma, o el que, habiéndola enajenado como libre, la gravare o enajenare nuevamente antes de la
definitiva transmisión al adquirente, en perjuicio de éste, o de un tercero.
Cuando de acuerdo con lo establecido en el artículo 31 bis una persona jurídica sea responsable de los
delitos comprendidos en esta Sección, se le impondrán las siguientes penas:
a) Multa del triple al quíntuple de la cantidad defraudada, si el delito cometido por la persona física
tiene prevista una pena de prisión de más de cinco años.
Atendidas las reglas establecidas en el artículo 66 bis, los jueces y tribunales podrán asimismo imponer
las penas recogidas en las letras b) a g) del apartado 7 del artículo 33.
(…)
Artículo 253.
1. Serán castigados con las penas del artículo 249 o, en su caso, del artículo 250, salvo que ya
estuvieran castigados con una pena más grave en otro precepto de este Código, los que, en perjuicio de
otro, se apropiaren para sí o para un tercero, de dinero, efectos, valores o cualquier otra cosa mueble,
que hubieran recibido en depósito, comisión, o custodia, o que les hubieran sido confiados en virtud de
cualquier otro título que produzca la obligación de entregarlos o devolverlos, o negaren haberlos
recibido.
2. Si la cuantía de lo apropiado no excediere de 400 euros, se impondrá una pena de multa de uno a tres
meses.
Artículo 254.
1. Quien, fuera de los supuestos del artículo anterior, se apropiare de una cosa mueble ajena, será
castigado con una pena de multa de tres a seis meses. Si se tratara de cosas de valor artístico, histórico,
cultural o científico, la pena será de prisión de seis meses a dos años.
2. Si la cuantía de lo apropiado no excediere de 400 euros, se impondrá una pena de multa de uno a dos
meses
.
Los hechos descritos en los tipos penales transcritos se asemejan a las conductas punibles
establecidas en el delito de Estafa, previsto en el artículo 462 del Código Penal venezolano
(correspondiente a los artículos 248, 250 y 251 del Código Penal español), y el delito de
Apropiación Indebida, previsto en los artículos 466 y 468 del mismo código (los cuales son
análogos a los artículos 253 y 254 del referido código español). Dichos tipos penales
establecen lo que a continuación se cita:
Código Penal venezolano
De la estafa y otros fraudes
Artículo 462. El que, con artificios o medios capaces de engañar o sorprender la buena fe de otro,
induciéndole en error, procure para sí o para otro un provecho injusto con perjuicio ajeno, será penado
con prisión de uno a cinco años. La pena será de dos a seis años si el delito se ha cometido:
1. En detrimento de una administración pública, de una entidad autónoma en que tenga interés el
Estado o de un instituto de asistencia social.
El que cometiere el delito previsto en este artículo, utilizando como medio de engaño un documento
público falsificado o alterado, o emitiendo un cheque sin provisión de fondos, incurrirá en la pena
correspondiente aumentada de un sexto a una tercera parte
.
(…)
De la apropiación indebida
Artículo 466. El que se haya apropiado, en beneficio propio o de otro, alguna cosa ajena que se le
hubiere confiado o entregado por cualquier título que comporte la obligación de restituirla o de hacer
de ella un uso determinado, será castigado con prisión de tres meses a dos años, por acusación de la
parte agraviada.
(…)
Articulo 468. Cuando el delito previsto en los artículos precedentes se hubiere cometido sobre objetos
confiados o depositados en razón de la profesión, industria, comercio, negocio, funciones o servicios del
depositario, o cuando sean por causa del depósito necesario, la pena de prisión será por tiempo de uno
a cinco años; y el enjuiciamiento se seguirá de oficio.
2. El delito de Apropiación Indebida, previsto en los artículos 253 y 254 del Código Penal español, es
semejante al tipo penal de Apropiación Indebida, previsto en los artículos 466 y 468 del Código Penal
venezolano, ya que se ha evidenciado que será castigado el que se haya apropiado indebidamente de
alguna cosa ajena en beneficio propio, en razón de la profesión, comercio o negocio.
Así las cosas, del análisis realizado a los tipos penales por los cuales es requerido el ciudadano
F.J.G.Á., la Sala de Casación Penal observa que se cumple con el principio de doble incriminación, en
atención a los hechos que dieron origen a la presente solicitud de extradición, siendo que los mismos
son punibles en ambos Estados.
b) Principio de la mínima gravedad del hecho: De acuerdo con este principio, la extradición sólo
procede por delitos y no por faltas, y los delitos relacionados con las solicitudes de extradición no
podrán suponer una pena inferior, en el caso de un requerimiento que efectúe el Reino de España, a dos
(2) años en su límite máximo. En esta oportunidad, la extradición es solicitada por la presunta comisión
del delito de Estafa, previsto en los artículos 248, 250 y 251 del Código Penal español, el cual tiene
asociada una pena de seis (6) meses a tres (3) años en su tipo básico, y de uno (1) a seis (6) años en su
tipo agravado; y por el delito de Apropiación Indebida, previsto en los artículos 253 (el cual remite al
artículo 249 del mismo texto normativo, que prevé una pena que va de seis (6) meses a tres (3) años, y
254 del referido código.
En cuanto a la legislación venezolana, el delito de Estafa, previsto en el artículo 462 del Código Penal
venezolano (el cual es similar al de Estafa de la legislación española), establece una pena para quienes
incurran en el mismo que va de uno (1) a cinco (5) años; y el delito de Apropiación Indebida, prevé una
pena que, en su tipo básico, va de tres (3) meses a dos (2) años.
De las referencias hechas anteriormente, se observa que los tipos penales en que se subsumirían los
hechos investigados tienen la entidad de delitos, y respecto de los mismos han sido previstas unas penas
(en ambas legislaciones) que alcanzan el límite máximo de dos (2) años al cual se refiere el artículo 2,
numeral 1, del Tratado de Extradición suscrito por ambas naciones, por lo que, en el presente caso, se
cumple con el principio de la mínima gravedad del hecho.
c) Principio de la especialidad: Sobre la base de esta exigencia, el sujeto extraditado no puede ser
juzgado por un delito distinto al que motivó la extradición que hubiese sido cometido con anterioridad a
la solicitud.
Dicho principio adquiriría relevancia en caso de declararse procedente la extradición, toda vez que el
mismo constituye una garantía para la persona objeto de la misma, por ejemplo: para evitar que el
proceso de extradición pueda significar una excusa que encubra una persecución política.
Debe destacarse, que el principio de especialidad no puede significar una declinación de soberanía
para el Estado requirente para el caso en que deba declararse improcedente la solicitud, ya que en tal
supuesto, el Estado requerido, en ejercicio de su potestad punitiva, puede procesar debidamente y, de
ser el caso, condenar a una persona que haya delinquido en su territorio.
En virtud de lo anterior, de declararse improcedente la solicitud de extradición del ciudadano F.J.G.Á.,
el mismo deberá ser procesado por los delitos que motivan la extradición, con la salvedad de que si se
demuestra su participación en hechos delictivos en el territorio de la República, que afecten intereses
de la misma anteriores o posteriores a la solicitud de extradición, deberá ser juzgado conforme con las
leyes de la República Bolivariana de Venezuela.
d) Principio de no entrega por delitos políticos: con fundamento en dicho principio se prohíbe la
entrega de sujetos perseguidos por delitos políticos propios, relativos o conexos con éstos; al respecto,
el artículo 6 del Código Penal venezolano establece que no se concederá la extradición por delitos
considerados como políticos o conexos con hechos de esta naturaleza.
En cuanto a esta prohibición, se observa de la documentación presentada por las autoridades judiciales
del Reino de España, que el ciudadano F.J.G.Á. es requerido en extradición por la investigación penal
que se realiza a su respecto por la presunta comisión de los delitos de Estafa, previsto en los artículos
248, 250 y 251, y Apropiación Indebida, previsto en los artículos 253 y 254, todos del Código Penal
español; por lo que no existe elemento alguno que haga suponer que la conducta por la cual se requiere
la extradición del mencionado ciudadano pueda ser apreciada como constitutiva de delito político
propio, relativo o conexo con un delito político, ya que la misma se adecuaría a supuestos de hecho
cuyo objeto de protección sería el derecho de propiedad, cumpliéndose así el requisito formal de
exclusión de delitos políticos en la presente solicitud de extradición pasiva.
e) Principios relativos a la pena: en cuanto a la pena de los delitos por los cuales se solicita la
extradición del ciudadano F.J.G.Á., la Sala de Casación Penal observa que la sanción aplicable por los
delitos que sustentan la presente solicitud de extradición no es de aquellas que el Derecho Penal
contemporáneo considera inhumana, atroces o infamantes, como lo serían por ejemplo, la pena de
muerte, la prisión perpetua o el presidio, por lo que no colide con lo consagrado en los artículos 43, 44,
numeral 3, y 46, numeral 1, de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, en
concordancia con el primer párrafo del artículo 94 del Código Penal venezolano, que señalan lo
siguiente:
Artículo 43. El derecho a la vida es inviolable. Ninguna ley podrá establecer la pena de muerte, ni
autoridad alguna aplicarla. El Estado protegerá la vida de las personas que se encuentren privadas de
su libertad, prestando el servicio militar o civil, o sometidas a su autoridad en cualquier otra forma.
(…)
Artículo 46. Toda persona tiene derecho a que se respete su integridad física, psíquica y moral; en
consecuencia:
1. Ninguna persona puede ser sometida a penas, torturas o tratos crueles, inhumanos o degradantes.
Toda víctima de tortura, trato cruel, inhumano o degradante practicado o tolerado por parte de agentes
del Estado, tiene derecho a la rehabilitación
.
Tratado de Extradición entre la República Bolivariana de Venezuela
y el Reino de España
ARTÍCULO 11
2. Sin embargo, la extradición puede ser concedida, si la parte requirente diese seguridades
suficientes de que la persona reclamada no será ejecutada y de que la pena máxima, a
cumplir será la inmediatamente inferior a la privativa de libertad a perpetuidad de de que
no será sujeta al cumplimiento de penas atentatorias a su integridad corporal o a tratos
inhumanos o degradantes”
.
En efecto, en el presente caso la Sala de Casación Penal observa que los hechos por los
cuales está siendo requerido el ciudadano F.J.G.Á. se subsumen en los delitos de Estafa,
previsto en los artículos 248, 250 y 251, y Apropiación Indebida, previsto en los artículos 253 y
254, todos del Código Penal español, que prevén, igualmente, las penas de prisión y multa.
Se evidencia, de tal modo, que las penas asociadas a dichos delitos no son de muerte, ni
privativas de libertad a perpetuidad, inhumanas o de presidio.
CAPÍTULO I
(…)
Artículo 131
A los 15, cuando la pena máxima señalada por la ley sea inhabilitación por más de 10 años, o
prisión por más de 10 y menos de 15 años.
A los 10, cuando la pena máxima señalada por la ley sea prisión o inhabilitación por más de cinco
años y que no exceda de 10.
A los cinco, los demás delitos, excepto los de injuria y calumnia, que prescriben al año.
3. Cuando la pena señalada por la ley fuere compuesta, se estará, para la aplicación de las reglas
comprendidas en este artículo, a la que exija mayor tiempo para la prescripción.
4. Los delitos de lesa humanidad y de genocidio y los delitos contra las personas y bienes
protegidos en caso de conflicto armado, salvo los castigados en el artículo 614, no prescribirán en
ningún caso.
Tampoco prescribirán los delitos de terrorismo, si hubieren causado la muerte de una persona.
Artículo 132
1. Los términos previstos en el artículo precedente se computarán desde el día en que se haya
cometido la infracción punible. En los casos de delito continuado, delito permanente, así como en
las infracciones que exijan habitualidad, tales términos se computarán, respectivamente, desde el
día en que se realizó la última infracción, desde que se eliminó la situación ilícita o desde que cesó
la conducta.
1ª. Se entenderá dirigido el procedimiento contra una persona determinada desde el momento en
que, al incoar la causa o con posterioridad, se dicte resolución judicial motivada en la que se le
atribuya su presunta participación en un hecho que pueda ser constitutivo de delito o falta.
3ª. A los efectos de este artículo, la persona contra la que se dirige el procedimiento deberá quedar
suficientemente determinada en la resolución judicial, ya sea mediante su identificación directa o
mediante datos que permitan concretar posteriormente dicha identificación en el seno de la
organización o grupo de personas a quienes se atribuya el hecho.
De igual forma, los artículos 108 y 110 del Código Penal venezolano prevén, respecto a la
prescripción de la acción penal, lo que se transcribe a continuación.
Artículo 108. Salvo el caso en que la ley disponga otra cosa, la acción penal prescribe así:
1. Por quince años, si el delito mereciere pena de prisión que exceda de diez años.
2. Por diez años, si el delito mereciere pena de prisión mayor de siete años sin exceder de diez.
3. Por siete años, si el delito mereciere pena de prisión de siete años o menos.
4. Por cinco años, si el delito mereciere pena de prisión de más de tres años.
5. Por tres años, si el delito mereciere pena de prisión de tres años o menos, arresto de más de
seis meses, relegación a colonia penitenciaria, confinamiento o expulsión del espacio geográfico de
la República.
6. Por un año, si el hecho punible solo acarreare arresto por tiempo de uno a seis meses, o multa
mayor de ciento cincuenta unidades tributarias (150 U.T.), o suspensión de ejercicio de profesión,
industria o arte.
7. Por tres meses, si el hecho punible solo acarreare pena de multa inferior a ciento cincuenta
unidades tributarias (150 U.T.) o arresto de menos de un mes
.
Artículo 110. Se interrumpirá el curso de la prescripción de la acción penal por el pronunciamiento
de la sentencia, siendo condenatoria, o por la requisitoria que se libre contra el imputado, si éste se
fugare.
Interrumpirán también la prescripción, la citación que como imputado practique el Ministerio
Público, o la instauración de la querella por parte de la víctima o de cualquier persona a los que la
ley reconozca con tal carácter, y las diligencias y actuaciones policiales que le sigan; pero si el
juicio, sin culpa del imputado, se prolongare por un tiempo igual al de la prescripción aplicable
más la mitad del mismo, se declarara prescrita la acción penal.
Si establece la ley un término de prescripción menor de un año, quedara ella interrumpida por
cualquier acto de procedimiento; pero si en el término de un año, contado desde el día en que
comenzó a correr la prescripción no se dictare la sentencia condenatoria, se tendrá por prescrita la
acción penal.
La interrupción de la prescripción surte efectos para todos los que han concurrido al hecho
punible, aun cuando los actos que interrumpan la prescripción no se refieren sino a uno
Ahora bien, en el presente caso, el ciudadano F.J.G.Á. fue requerido por la presunta
comisión del delito de Estafa, previsto en los artículos 248, 250 y 251 del Código Penal
español, el cual tiene asociada una pena de seis (6) meses a tres (3) años en su tipo
básico; y del delito de Apropiación Indebida, previsto en los artículos 253 y 254 del
referido código, el cual ha sido asociado con una pena que va de seis (6) meses a tres (3)
años (pena que se encuentra prevista en el artículo 249 del mismo texto normativo, y que
resulta aplicable por expresa remisión del artículo 253 de dicho código).
Ahora bien, siendo que las últimas gestiones que suponen la interrupción de la
prescripción de la acción penal datan de mayo de 2015, pues así lo destaca el Juzgado
Central de Instrucción núm. Cuatro de la Audiencia Nacional con sede en Madrid, Reino
de España, en el Auto del 4 de abril de 2016, mediante el cual se decretó la “Prisión
Provisional” del requerido, y el cual se funda en los “… múltiples intentos que, desde mayo
del año dos mil quince (…) se han llevado a cabo a fin de tomarle declaración…”, puede
afirmarse que, según la legislación española (artículo 132, 2, 2a, del Código Penal de
dicho país) y la legislación venezolana (artículo 110, segundo párrafo, del Código Penal),
respecto a la acción penal para perseguir los delitos por los cuales es requerido el
ciudadano F.J.G.Á., la misma no ha prescrito, ya que dichos requerimientos y la orden de
prisión referidos constituyen inequívocos actos mediante los cuales se ha ejercido la
acción penal, y suponen causas eficientes de interrupción del lapso de prescripción de la
aludida potestad.
En consecuencia, y si se parte de la base de que los delitos por los cuales se le requiere
no superan en su límite máximo el lapso de cinco (5) años, dicha potestad prescribiría a
los cinco (5) años, tal como lo pauta el artículo 131, numeral 1, del Código Penal español,
según el cual la persecución penal relativa a delitos cuyas penas máximas no excedan de
cinco (5) años, prescribirán en el tiempo mencionado. Por lo tanto, es evidente que desde
la fecha señalada al comienzo de este párrafo en el Estado requirente no ha prescrito la
acción penal.
Por otra parte, y en lo que concierne a la legislación venezolana, de las disposiciones que
sobre este particular fueron transcritas anteriormente, se sigue que el ejercicio de la
acción penal en cuanto a los hechos imputados al ciudadano F.J.G.Á., los cuales
encuadran en los delitos de Estafa y Apropiación Indebida en el Estado, no ha prescrito.
Así pues, en cuanto al delito de Estafa, al cual está asociada una pena cuyo término
medio sería de tres (3) años, y respecto del cual el ejercicio de la acción penal prescribiría
a los tres (3) años (pues así lo prevé el artículo 108, numeral 5, del Código Penal
venezolano), es evidente que si se toma en cuenta la fecha referida en el análisis previo,
la acción penal no ha prescrito.
En el caso del delito de Apropiación Indebida, al cual se le adjudicó una pena cuyo
término medio sería de trece (13) meses y quince (15) días, la acción penal de la cual se
disponga para lograr que se investigue a los presuntos autores de dicho tipo penal
prescribirá, con arreglo en el artículo 108, numeral 5, del Código Penal venezolano, a los
tres (3) años. Siendo así, es lógico concluir que si se toma en cuenta el acontecimiento
referido, la misma no ha prescrito.
De lo expuesto se evidencia que, de acuerdo con la legislación del país requirente y del
país requerido, el lapso para que opere la prescripción de la acción penal no ha
transcurrido.
(…)
Vistas las Manifestaciones de Voluntad de ser venezolanos formulada por las personas que a
continuación se nombran y por cuanto en dichas Manifestaciones se han cumplido los requisitos
exigidos por la Ley, el ciudadano Ministro ordena su publicación en la GACETA OFICIAL DE LA
REPÚBLICA DE VENEZUELA.
(…)
(...)
Igualmente, el primer párrafo del artículo 6 del Código Penal, respecto al régimen de
extradición de un nacional, pauta lo siguiente:
La extradición de un venezolano no podrá concederse por ningún motivo; pero deberá ser
enjuiciado en Venezuela, a solicitud de parte agraviada o del Ministerio Público, si el delito que se
le Imputa mereciere pena por la ley venezolana
Visto que la petición de extradición formulada por el Reino de España recae sobre un
ciudadano que es venezolano por naturalización, tal como se verificó anteriormente, la
Sala de Casación Penal, con arreglo en lo establecido en el artículo 69 de la Constitución
de la República Bolivariana de Venezuela, en concordancia con el artículo 6 del Código
Penal, los cuales prohíben la entrega en extradición de los venezolanos o venezolanas,
así como el artículo 8 del Tratado de Extradición vigente entre la República Bolivariana de
Venezuela y el Reino de España, el cual estima como potestativa la entrega o no de
nacionales, considera que dicha solicitud resulta improcedente. Así se decide.
DECISIÓN
Por las razones expuestas, el Tribunal Supremo de Justicia, en Sala de Casación Penal,
administrando justicia en nombre de la República y por autoridad de la ley:
PRIMERO
DECLARA IMPROCEDENTE LA SOLICITUD DE EXTRADICIÓN PASIVA del
ciudadano F.J.G.Á., de nacionalidad venezolana adquirida, mayor de edad e identificado
con la cédula de identidad núm. 6.256.302, actualmente recluido en la Departamento de
Aprehensión del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas, El Rosal,
requerido por las autoridades judiciales del Reino de España, según solicitud formal de
extradición planteada mediante Nota Verbal núm. 157, del 1° de julio de 2016, por la
presunta comisión de los delitos de ESTAFA, previsto en los artículos 248, 250 y 251, y
APROPIACIÓN INDEBIDA, previsto en los artículos 253 y 254, todos del Código Penal
español.
SEGUNDO
La República Bolivariana de Venezuela, por órgano del Tribunal Supremo de Justicia, en
Sala de Casación Penal, ASUME para con el Reino de España el firme COMPROMISO de
iniciar el procedimiento tendiente a la investigación de los hechos por los cuales se realizó
la solicitud de extradición examinada, y, de ser el caso, se efectúe el enjuiciamiento del
ciudadano F.J.G.Á..
TERCERO
ACUERDA REMITIR la documentación enviada por el Reino de España al Tribunal
Cuadragésimo Primero de Primera Instancia en Función de Control del Circuito Judicial
Penal del Área Metropolitana de Caracas, el cual deberá, de conformidad con lo establecido
en el artículo 373 del Código Orgánico Procesal Penal, convocar a una audiencia para oír al
imputado, previa notificación de las partes. Asimismo, se advierte que todo lo actuado se
realizará conforme con la normativa procesal prevista en el Código Orgánico Procesal
Penal.
CUARTO
ACUERDA mantener la medida de privación judicial preventiva de libertad impuesta al
ciudadano F.J.G.Á., de conformidad con lo dispuesto en los artículos 236, numerales 1, 2 y
3, y 237, numerales 1 y 2, y P.P., del Código Orgánico Procesal Penal, dictada en su
oportunidad por el Tribunal Cuadragésimo Primero de Primera Instancia en Función de
Control del Circuito Judicial Penal del Área Metropolitana de Caracas.
QUINTO
INSTA al Ministerio Público de la República Bolivariana de Venezuela a que solicite del
Reino de España, a través del Ministerio del Poder Popular para Relaciones Exteriores,
cualquier elemento probatorio que estime necesario y que pueda servir para el
esclarecimiento de los hechos que le son atribuidos al ciudadano requerido en extradición,
con base en los principios de cooperación internacional en materia judicial.
SEXTO
ORDENA remitir copia certificada de la decisión a la ciudadana F. General de la
República, a la Embajada del Reino de España, acreditada ante el Gobierno Nacional, a
través del Ministerio del Poder Popular para las Relaciones Exteriores, y al Ministerio del
Poder Popular para las Relaciones Interiores, Justicia y Paz.
P., regístrese y remítase lo antes señalado. O. lo conducente. Archívese el expediente.
Dada, firmada y sellada en el Salón de Audiencias del Tribunal Supremo de Justicia, en
Sala de Casación Penal, en Caracas, a los veinticuatro (24) días del mes de octubre de 2016.
Años 206° de la Independencia y 157° de la Federación.
El Magistrado Presidente,
MAIKEL JOSÉ MORENO PÉREZ
La Magistrada Vicepresidenta,
FRANCIA COELLO GONZÁLEZ
Ponente
La Magistrada,
E.J.G. MORENO
El Magistrado,
J.L.I.V.
La Magistrada,
Y.B.K.D. DÍAZ
La Secretaria,
ANA YAKELINE CONCEPCIÓN DE GARCÍA
Expediente: AA30-P-2016-000172.
Por otra parte la Magistrada BLANCA ROSA MARMOL, ha indicado que la ‘admisión de los hechos
supone una renuncia voluntaria al derecho de un juicio, principio garantizado no solo por el Código
Orgánico Procesal Penal sino por instrumentos internacionales ratificados por la República; al mismo
tiempo tal admisión de los hechos evita al estado el desarrollo de un proceso judicial que siempre
resultara costoso…’.
SEGUNDA DENUNCIA:
Se apoya la Defensa en el artículo 452 del Código Orgánico Procesal Penal… por incurrir la recurrida
en el vicio de errónea aplicación del artículo 43 de la Ley Orgánica Sobre el Derecho de la Mujer a una
Vida Libre de Violencia, en concordancia con el artículo 80 del Código Penal Venezolano, el cual se
refiere al delito de VIOLENCIA SEXUAL EN GRADO DE TENTATIVA; que se encuentra presente el
vicio de errónea aplicación de una norma sustantiva Penal, específicamente los artículos 43 de la Ley
Orgánica Sobre el Derecho de la Mujer a una Vida Libre de Violencia en concordancia con el artículo
80 del Código Penal, por los hechos investigados por la Fiscal 2° del Ministerio Público en materia de
Violencia contra la Mujer, siendo lo correcto como lo sentenció el Tribunal 3° de Primera Instancia,
que tipificó los delitos de VIOLENCIA SEXUAL EN GRADO DE TENTATIVA; previsto y sancionado en
el artículo 43 de la Ley Orgánica Sobre el Derecho de la Mujer a una Vida Libre de Violencia, en
concordancia con el artículo 80 del Código Penal… (sic)
En este caso, la alzada aplicó erróneamente las normas sustantivas penales, al no ajustarse a la
realidad de los hechos traídos e investigados por el Ministerio Público, entre otros como lo es el
EXAMEN MÉDICO FORENSE, practicado a la víctima, informe marcado con el N° 10.720 de fecha 01-
12-2014, suscrito por la D.Y.P., adscrita al Servicio Nacional de Medicina y Ciencias Forenses sobre la
experticia realizada a la víctima en la cual se determina que la misma no presenta LESIONES DENTRO
NI FUERA DEL ÁREA GENITAL, vale decir entonces que no existió evidencia FÍSICA alguna en el
cuerpo de la víctima que esta hubiere sufrido un ataque sexual.
Para mayor ilustración ciudadanos M. y con respecto al cambio de calificación jurídica por la Corte de
Apelaciones, traigo acotación la sentencia emitida por la Sala Penal del Máximo Tribunal de la
República Bolivariana de Venezuela, de fecha 25 de marzo de 2014, exp. C13-309, sentencia 096,
M.P.H.M.C.F..
Lo cual hace evidente que el vicio denunciado constituye la nulidad absoluta del fallo impugnado en
virtud de haber incurrido la recurrida en violaciones de normas de orden público, las cuales son
inviolables en todo estado y grado de la causa…
.
DE LA FUNDAMENTACIÓN DEL RECURSO
Con apoyo en el artículo 452 del Código Orgánico Procesal Penal, los impugnantes en la
primera denuncia establecen que la Corte de Apelaciones incurrió en violación de ley al
fundamentar su sentencia en pruebas ilegalmente obtenidas, y que dicho vicio se manifiesta
cuando la recurrida, modifica la sentencia condenatoria de admisión de los hechos, sin
consentimiento del acusado, señalando además que era deber de la Corte de Apelaciones,
reponer la causa al estado en que el Ministerio Público consignara un acto conclusivo nuevo, y
no modificar la calificación jurídica.
De igual forma, en la segunda denuncia, señalan la violación de ley por errónea aplicación del
artículo 43 de la Ley Orgánica sobre el Derecho de la M. a una Vida Libre de Violencia, en
concordancia con el artículo 80 del Código Penal, puesto que de acuerdo con el criterio de los
recurrentes, la Alzada aplicó erróneamente la norma sustantiva penal, al no ajustarse a la
realidad de los hechos, dado que según señalan no existe evidencia física en la víctima que
permita afirmar que efectivamente se consumó el delito.
La Sala, para decidir observa:
La Corte de Apelaciones para fundamentar su decisión estableció:
’El principio de congruencia entre sentencia y acusación, es la garantía para el acusado de no ser
condenado por un precepto penal distinto del invocado en la acusación…’.
Tal garantía, a criterio de este Tribunal Colegiado conlleva, que en la fase de control, como en el
presente caso, si bien el J. de la recurrida está facultado para realizar una modificación en la
calificación jurídica, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 313.2 del Código Orgánico
Procesal Penal (sic), resulta que debe ser cónsona con los hechos ya establecidos en la acusación, ya
que de ella se desprende que el hecho no fue inacabado, sino por el contrario consumado, tal como
quedaron establecido (sic) en su sentencia.
… Para que se perfeccione la comisión del citado tipo penal… los hechos cuya calificación jurídica se
pretende subsumir en la norma contenida en el artículo 80 del Código Penal, referido a la tentativa de
delito, debe establecer que el acusado con la intención de cometer el delito (violencia sexual) comenzó
la ejecución del acto con los medios apropiados, pero por causas ajenas a el no logra consumarlo.
Ahora bien, de los hechos descritos en la acusación y que quedaron debidamente acreditados en virtud
de la admisión que el acusado realizara de forma libre y voluntaria conforme al procedimiento por
admisión de los hechos… se desprende que el acusado realizó todo lo propio para la comisión del hecho
punible, pues, no solo expresó su agresión vía verbal, sino que realizó actos consumativos del tipo, para
lo cual bajo sus pantalones y utilizando su miembro viril la penetra, abusando sexualmente de la
ciudadana… siendo sorprendido infraganti por los funcionarios actuantes, a quien la víctima informa
que había sido violada, por lo que existe una relación causal entre el hecho imputado y la actuación del
acusado, lo que justifica la aplicación de la pena correspondiente a la perpetración de un hecho
punible, previamente tipificado por la ley como lo es el delito de Violencia Sexual.
… Por lo tanto, para esta S., de acuerdo a los hechos que el Juez de Instancia dejó acreditados en su
sentencia, si se consumó el delito de Violencia Sexual previsto en el artículo 43 de la Ley Orgánica
Sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, debiendo subsumir los hechos con las
pruebas admitidas, de las cuales dada su pertenecía (sic) y utilidad avalan el pronóstico de la condena,
y razones por las que fue admitida totalmente la acusación, ya que de los hechos narrados en la
acusación se evidencia claramente el ‘delito consumado’, máxime cuando en la recurrida se establece
que no se configura el delito de actos lascivos requerido por la Defensa en virtud de las experticias,
seminal y hematológica.
… no comparte esta Corte de Apelaciones los argumentos esgrimidos por el a quo cuando el recurrente
solicita se modifique la calificación jurídica atribuida a los hechos por la representación Fiscal… se
evidencia que la instancia incurrió en errónea aplicación del artículo 313.2 (sic) del Código Orgánico
Procesal Penal, partiendo de un falso supuesto al justificar la declaratoria sin lugar de la solicitud del
recurrente…
… En consecuencia, para esta Sala, los hechos acreditados por la recurrida, por los cuales admitió su
responsabilidad penal el acusado J.L.C.P.… se adecuan al delito de VIOLENCIA SEXUAL, previsto y
sancionado en el artículo 43 de la Ley Orgánica Sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de
Violencia… y no como erradamente fue aceptada la calificación jurídica de VIOLENCIA SEXUAL EN
GRADO DE TENTATIVA, ejusdem, en concordancia con el artículo 80 del Código Penal, como fue
presentada la acusación F.: siendo que al haber interpuesto el recurso de apelación el apoderado
judicial de la víctima, puede este Tribunal de Alzada, conforme a las atribuciones conferidas en la Ley
como revisión del derecho modificar la calificación y rectificar la pena impuesta…
.
Se observa que los recurrentes alegan en la primera denuncia del recurso de casación,
primero que la Corte de Apelaciones basó su decisión en una prueba ilegalmente obtenida, y
segundo, impugnan el cambio de calificación jurídica que realiza la Alzada.
En cuanto al primer punto, respecto a que la Corte de Apelaciones basó su decisión en una
prueba ilegalmente obtenida, es necesario resaltar que el recurrente plantea dicha denuncia
de manera genérica, no indica qué pruebas utilizó la Corte y de qué manera fueron obtenidas
las mismas para considerarlas ilegales.
La Corte de Apelaciones para fundamentar su decisión, se refirió a las pruebas que fueron
promovidas por el Ministerio Público en la acusación, y posteriormente admitidas en su
totalidad por el Tribunal de Control, teniendo las partes el control de las pruebas,
estableciendo lo siguiente:
“Por lo tanto, para esta S., de acuerdo a los hechos que el Juez de Instancia dejó acreditados
en su sentencia, si se consumó el delito de Violencia Sexual previsto en el artículo 43 de la
Ley Orgánica Sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, debiendo
subsumir los hechos con las pruebas admitidas, de las cuales dada su pertenecía (sic) y
utilidad avalan el pronóstico de la condena, y razones por las que fue admitida totalmente la
acusación, ya que de los hechos narrados en la acusación se evidencia claramente el ‘delito
consumado’, máxime cuando en la recurrida se establece que no se configura el delito de
actos lascivos requerido por la Defensa en virtud de las experticias, seminal y hematológica la
cual consta en el informe No 1849 de fecha 16-11-2014, así como el informe pericial de fecha
01-12-2014 y el informe pericial No 3360 de fecha 22-12-2014, donde consta experticia con
lámpara forenses de activaciones especiales y barrido, practicada al vehículo específicamente
en el asiento trasero de éste, cuyo resultado hematico fue positivo, lo que evidentemente
implica la violencia ejercida en contra la víctima, tal como fue narrada por esta, de acuerdo a
los hechos descritos en la acusación fiscal”.
Habiéndose determinado lo anterior, esta S. considera, que no le asiste la razón a los
recurrentes, siendo procedente y ajustado a derecho declarar sin lugar el primer punto de la
primera denuncia del recurso de casación propuesto por la defensa privada del ciudadano
J.L.C.P.. Así se decide.
Por otra parte, a fin de resolver el segundo punto de la primera denuncia, se debe hacer un
resumen cronológico del presente caso:
8. En fecha 27 de julio de 2015, la defensa privada del acusado J.L.C.P., interpuso recurso
de casación en contra de la decisión emanada de la Corte de Apelaciones, el cual fue
admitido en su totalidad en fecha 10 de febrero de 2016 por la Sala de Casación Penal, y
se llevó a cabo la audiencia oral y privada el 15 de marzo de 2016.
Así tenemos que el Código Orgánico Procesal Penal, establece el procedimiento especial
de admisión de los hechos, el cual de acuerdo a lo establecido por la Sala Constitucional
de este máximo Tribunal, en su decisión N° 565 del 22 de abril de 2005, es una de las
formas de autocomposición procesal que a pesar de no estar incluido dentro de las
alternativas a la prosecución del proceso contempladas en el Título IV del Libro Tercero
del Código Orgánico Procesal Penal, a saber, el principio de oportunidad, la suspensión
condicional del proceso y los acuerdos reparatorios, cumple la misma función: pone fin al
proceso.
El referido procedimiento está contemplado en el Título IV del Libro Tercero, artículo 375
del Código Orgánico Procesal Penal, previsto por el legislador para que de una manera
especial tenga lugar la terminación anticipada del proceso, con prescindencia del juicio
oral y público y con la condena del acusado.
Resulta importante señalar que el procedimiento especial por admisión de los hechos
según lo establecido en el artículo 375 del Código Orgánico Procesal Penal “tendrá lugar
desde la audiencia preliminar una vez admitida la acusación, hasta antes de la recepción
de pruebas”
Es en la fase intermedia donde se realiza por parte del juez, el examen preliminar de los
medios de prueba, es decir, depura el procedimiento y ejerce el control sobre la
acusación, en ese sentido la Sala, en su decisión N° 469, de fecha 3 de agosto de 2007,
ha establecido:
Siendo que, es en la fase intermedia del proceso cuando el acusado puede admitir los hechos, el
Juez como director del proceso debe cumplir con la función que le confiere la ley en esta etapa, la
de filtro purificador o de decantación del escrito de acusación fiscal o de la acusación particular
propia, que como acto formal debe cumplir los requisitos señalados en el artículo 326 del Código
Orgánico Procesal Penal (artículo 308 del Código Orgánico Procesal Penal vigente), y es al
órgano jurisdiccional -Juez de Control en la Audiencia Preliminar- a quien corresponde ejercer el
control efectivo de la misma. (Resaltado de la decisión)
El Juez de Control en la audiencia preliminar es garante que la acusación se perfeccione bajo las
actas de investigación ejecutadas, preservando el derecho a la defensa e igualdad entre las partes y
ello sólo puede alcanzarse a través del examen de los requisitos de fondo en los cuales se
fundamenta el Ministerio Público, y determinar si el pedimento fiscal tiene basamentos serios que
permitan vislumbrar un pronóstico de condena respecto del imputado.
Ahora bien, en el caso bajo estudio, la Sala Constitucional ha señalado en sentencia Nº 1.106, del
23-05-2006, bajo la ponencia de la Magistrada C.Z. de M., precisó que: ‘hechos’ no es igual a
‘calificación jurídica’, por lo que admitir los ‘hechos’ establecidos en la acusación, de acuerdo con
el contenido del artículo 376 del Código Orgánico Procesal Penal (artículo 375 del Código
Orgánico Procesal Penal vigente), no implica la aceptación de la ‘calificación jurídica que en
dicho libelo le atribuye el Ministerio Público a los imputados’.
Una vez terminada la audiencia preliminar el Tribunal de Control pasa a resolver las solicitudes de
las partes y posteriormente procede a revisar la admisibilidad o no del escrito acusatorio, para lo
cual está facultado para atribuir a los hechos una calificación jurídica distinta a la prevista en la
acusación por el Ministerio Público, y ello es así, por cuanto es el juzgador quien conoce del
derecho y es el llamado por imperio de la Ley a realizar el encuadre jurídico de los hechos
acreditados (conducta del sujeto activo del delito) y la norma penal quebrantada (tipificación).
Por tanto, no comparte esta Corte de Apelaciones los argumentos esgrimidos por el a quo cuando
el recurrente solicita se modifique la calificación jurídica atribuida a los hechos por la
representación Fiscal… se evidencia que la instancia incurrió en errónea aplicación del artículo
313.2 (sic) del Código Orgánico Procesal Penal, partiendo de un falso supuesto al justificar la
declaratoria sin lugar de la solicitud del recurrente, con una errada apreciación de la norma, toda
vez que de su contenido se aprecia de manera palmaria que el Juez o Jueza puede atribuir una
calificación jurídica distinta a la adjudicada por el Ministerio Público en el escrito acusatorio en la
oportunidad de admitir total o parcialmente la acusación.
Ahora, tal como ha sido señalado en reiteradas oportunidades por esta Sala, las Cortes de
Apelaciones no tienen competencia para valorar pruebas ni para establecer hechos,
puesto que esta función está reservada a los tribunales de juicio, y al momento de dictar
una decisión propia, la Alzada debe fundamentarla en los hechos que fueron establecidos
por el juez de instancia, siendo en el presente caso, el encargado de acreditar los hechos
el juez del tribunal de control, dada la admisión de los hechos por parte del acusado,
razón por la cual, no puede la Corte de Apelaciones modificar la calificación jurídica.
Una vez que la calificación jurídica ha sido admitida por el tribunal de control, y a su vez el
acusado admite los hechos, no puede la Corte de Apelaciones entrar a revisar la
calificación jurídica a través del recurso de apelación, so pretexto de que se fundamentó
en los hechos acreditados y bajo la justificación de no reponer por incumplimiento de
formalidades no esenciales, obviando totalmente el criterio establecido por la Sala
Constitucional en su sentencia vinculante N° 1066, de fecha 10 de agosto de 2015, la cual
establece que en el procedimiento especial por admisión de los hechos, una vez que el J.
o Jueza haya admitido la acusación fiscal o la acusación particular propia, y el acusado,
debidamente instruido haya admitido los hechos, está impedido el juzgador de condenar al
procesado sobre la base de una calificación jurídica distinta a la ya admitida por el Juez en
la acusación, ya que como director del proceso penal, tiene el deber de preservar las
garantías del debido proceso, establecido en el artículo 49, numeral 1 de la Constitución
de la República Bolivariana de Venezuela, mediante la admisión de los hechos en forma
libre y voluntaria.
Diferente es el caso que se establece cuando existe un error de cálculo de pena o que la
sentencia deviene del proceso de incorporación y valoración de pruebas en el juicio oral,
sobre lo cual esta S. se ha pronunciado en la decisión N° 545, de fecha 04 de agosto de
2015, en los siguientes términos:
Del análisis previo, y a la luz de la jurisprudencia citada, se afirma que, efectivamente, la Sala
Núm. Dos Accidental de la Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal del Área
Metropolitana de Caracas, al haber dictado una sentencia condenatoria propia con fundamento en
un cambio de calificación por la comisión de un delito que prevé una pena de mayor entidad a la
impuesta por el Tribunal Cuadragésimo Tercero de Primera Instancia en Funciones de Control del
Circuito Judicial Penal del Área Metropolitana de Caracas producto de la aplicación del
procedimiento por admisión de los hechos, afectó el derecho a la defensa de los ciudadanos
C.L.P.M. y L.T., incurriendo así en la violación del artículo 49, numeral 1, de la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela por falta de aplicación; motivo por el cual, esta Sala
Accidental de la Sala de Casación Penal estima que lo procedente y ajustado a derecho es declarar
Con Lugar la tercera denuncia del recurso de casación propuesto por las abogadas L.H.G. y
N.A.R., en su condición de Defensoras Privadas del acusado L. Tirado, contra la sentencia dictada,
el 11 de junio de 2014, por la Sala Núm. Dos Accidental de la Corte de Apelaciones del Circuito
Judicial Penal de Área Metropolitana de Caracas.
DECISIÓN
Por las razones antes expuestas, este Tribunal Supremo de Justicia, en Sala de Casación
Penal, administrando Justicia en nombre de la República Bolivariana de Venezuela y por
autoridad de la ley, emite los siguientes pronunciamientos:
1. - Declara CON LUGAR la primera denuncia del recurso de casación interpuesto por la
defensa privada del ciudadano J.L.C.P., en lo que respecta al cambio de calificación
jurídica realizado por la Corte de Apelaciones Sección Adolescentes con Competencia en
Materia de Delitos de Violencia Contra la Mujer del Circuito Judicial Penal del Estado
Zulia, sobre los hechos ventilados en la audiencia preliminar celebrada en fecha 12 de
febrero de 2015 en la que se condenó al ciudadano J.L.C.P. a cumplir la pena de
CUATRO (4) AÑOS y DOS (2) MESES DE PRISIÓN, por la comisión del delito de
VIOLENCIA SEXUAL EN GRADO DE TENTATIVA, haciendo uso del procedimiento de
admisión de los hechos.
El Magistrado Presidente,
La Secretaria,
A.Y.C. de García
YBKD/
Exp. Nº 2015-366
EN SALA CONSTITUCIONAL
Exp. N° 14-1292
MAGISTRADA PONENTE: CARMEN ZULETA DE M.
Mediante escrito presentado ante esta Sala Constitucional, el 9 de diciembre de 2014, el
abogado L.F.B.S., inscrito en el Instituto de Previsión Social del Abogado bajo el N° 1267,
actuando en su carácter de defensor privado, según consta en autos, del ciudadano C.L.M.B.,
venezolano y titular de la cédula de identidad N° 14.455.243, interpuso solicitud de revisión de
la sentencia N° 274, dictada el 12 de agosto de 2014, por la Sala de Casación Penal del
Tribunal Supremo de Justicia, que declaró sin lugar el recurso de casación interpuesto contra
la sentencia dictada, el 30 de enero de 2013, por la Sala N° 5 de la Corte de Apelaciones del
Circuito Judicial Penal del Área Metropolitana de Caracas, que declaró inadmisible, por
extemporáneo, el recurso de apelación interpuesto por los abogados C.E.S.M., C.D.G.F. y
E.A.S., quienes también son defensores privados del quejoso, contra la sentencia dictada, el
28 de agosto de 2013, por el Tribunal Quinto de Control del mismo Circuito Judicial, mediante
la cual condenó al referido ciudadano, por haber admitido los hechos, a cumplir la pena de
cinco (5) años, cuatro (4) meses y veintiséis (26) días de presidio, por la comisión de los
delitos de homicidio intencional simple frustrado y lesiones personales menos graves, en
perjuicio de los ciudadanos R.R. y P.M..
El 11 de diciembre de 2014, se dio cuenta en Sala y se designó ponente a la M.D.C.Z. De
Merchán, quien, con tal carácter, suscribe el presente fallo.
En reunión de Sala Plena del día 11 de febrero de 2015, se eligió la Nueva Junta Directiva de
este Tribunal Supremo de Justicia, quedando la Sala Constitucional constituida de la siguiente
manera: G.M.G.A., en su condición de Presidenta, A.D.R., como V., y los Magistrados y
M.F.A.C.L., L.E.M.L., M.T.D.P., C.Z. de M. y J.J.M.J., ratificándose en la ponencia a la M.C.Z.
De Merchán.
El 7 de abril de 2015, la Sala, mediante la decisión N° 425 y con el objeto de formarse un
mejor criterio para resolver el presente asunto, le ordenó al Presidente del Circuito Judicial
Penal del Área Metropolitana de Caracas que ubicase y remitiese el expediente original
contentivo de la causa penal primigenia.
El 13 de abril de 2015 y el 7 de mayo de 2015, el Presidente del Circuito Judicial Penal del
Área Metropolitana de Caracas cumplió con lo requerido por esta máxima instancia
constitucional.
Realizado el estudio individual del expediente, esta Sala procede a decidir, previas las
siguientes consideraciones:
I
FUNDAMENTOS DE LA ACCIÓN
El abogado L.F.B.S., en su condición de defensor privado del ciudadano C.L.M.B., interpuso
solicitud de revisión de la sentencia dictada, el 12 de agosto de 2014, por la Sala de Casación
Penal del Tribunal Supremo de Justicia, que declaró sin lugar el recurso de casación
interpuesto contra la sentencia dictada, el 30 de enero de 2013, por la Sala N° 5 de la Corte
de Apelaciones del Circuito Judicial Penal del Área Metropolitana de Caracas, bajo los
siguientes alegatos:
Que “…[e]l 28 de agosto de 2013, se realizó en la presente causa, en el Juzgado Quinto de
Primera Instancia en lo Penal en Funciones (sic) de Control del Circuito Judicial Penal del
Área Metropolitana de Caracas, Audiencia Preliminar a la que se refiere el artículo 309 del
Código Orgánico Procesal Penal”.
Que “…en dicha audiencia, el acusado C.L.M. (sic) B. admitió los hechos y fue condenado a
cumplir la pena de CINCO (05) AÑOS, CUATRO (04) MESES, VEINTISEIS (26) DÍAS Y (sic)
DIECISEIS (16) HORAS DE PRESIDIO, por la comisión de los delitos de HOMICIDIO
INTENCIONAL SIMPLE FRUSTRADO, previsto y sancionado en el artículo 405, en
concordancia con el artículo 80 ambos del Código Penal, y LESIONES PERSONALES
MENOS GRAVES, previsto y sancionado en el artículo 413 ejusdem, con fundamento en el
procedimiento especial por admisión de los hechos, conforme al artículo 375 del Código
Orgánico Procesal Penal”.
Que “[e]l 2 de septiembre de 2013, los ciudadanos C.E.S.M. (sic), C.D.G.F. y EUSEBIO
AZUAJE SOLANO, fueron designados defensores por el ciudadano C.L.M. (sic)”.
Que “[e]l 4 de septiembre de 2013, los nombrados abogados prestaron el juramento de Ley
ante el Juzgado Quinto de Primera Instancia en lo Penal en Funciones (sic) de Control del
Circuito Judicial Penal del Área Metropolitana de Caracas. Posteriormente, interpusieron
recurso de apelación en el cual concretamente denunciaron INMOTIVACIÓN, porque dicho
falló no expresó: …a) cuales (sic) fueron las pruebas y cuales (sic) son los hechos que le
sirvieron al juez, para dar por demostrado el hecho relativo a la intención de matar y que le
sirvieron al juez, para calificar las lesiones sufridas por el ciudadano R.E.R., como HOMICIDIO
INTENCIONAL FRUSTRADO; y, b) Porque tampoco expresa la sentencia objeto de apelación
cuales (sic) son las pruebas y cuales (sic) son los hechos que le sirvieron al juez para
demostrar que existieron ‘circunstancias independientes’ de la voluntad del ciudadano C.L.M.
(sic) BLANCO, y que por ello las lesiones personales sufridas por el ciudadano R.E.R.,
configuran la frustración del delito de homicidio; por tanto, la recurrida viola el derecho a la
Tutela Judicial Efectiva consagrada en el artículo 26 de la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela, así como, el artículo 157 del Código Orgánico Procesal Penal…”.
Que “[e]se fue el recurso de apelación declarado inadmisible por la Sala 5 de la Corte de
Apelaciones”.
Que “[p]uede constatar la Sala, que las precedentes actuaciones procesales, aparecen
agregadas en la SEGUNDA PIEZA DEL EXPEDIENTE N° 93-2199-13, que cursa ante el
Juzgado Noveno de Primera Instancia en Funciones (sic) de Ejecución del Circuito Judicial
Penal del (sic) Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas, de la causa
seguida al ciudadano C.L.M. (sic) BLANCO…”
Que “[e]n el folio 15 de la segunda pieza del expediente, consta el escrito firmado por el
ciudadano C.L.M. (sic) BLANCO, mediante el cual designa como defensores particulares a los
ciudadanos C.E.S.M. (sic), C.D.G.F. y EUSEBIO AZUAJE SOLANO…”.
Que “[e]n los folios 16 y 17 del referido expediente, puede la Sala constatar, que aparece, con
fecha 4 de septiembre de 2013, el acta de juramentación de los defensores C.E.S.M. (sic),
C.D.G.F. y EUSEBIO AZUAJE SOLANO”.
Que “[e]n los folios 18 al 53, ambos inclusive, de la misma pieza 2, puede la Sala constatar
que aparece agregada al expediente, el ‘ACTA DE AUDIENCIA PRELIMINAR’, de fecha 28 de
agosto de 2013 celebrada en el Juzgado Quinto de Primera Instancia en Funciones (sic) de
Control del Circuito Judicial Penal de la circunscripción (sic) Judicial del Área Metropolitana de
Caracas, y que en dicha audiencia los acusados C.L.M. (sic) BLANCO Y (sic) W.R.F.M. (sic),
fueron defendidos por los abofado (sic) L.A. SUCRE Y (sic) K. MORALES”.
Que “[e]n los folios 54 al 62, ambos inclusive, de la mismo (sic) pieza 2, puede la Sala
constatar, que aparece agregada al expediente, la sentencia condenatoria de fecha 28 de
agosto de 2013, dictada contra el ciudadano C.L.M. (sic) BLANCO, por el Juzgado Quinto de
Primera Instancia en funciones de Control del Circuito Judicial Penal de la Circunscripción
Judicial del Área Metropolitana de Caracas”.
Que “[e]n los folios 63 al 65, ambos inclusive, de la misma pieza 2, aparece agregada al
expediente, la sentencia de sobreseimiento de fecha 28 de agosto de 2013, dictada por el
Juzgado Quinto de Primera Instancia en Funciones (sic) de Control del Circuito Judicial Penal
de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas, a favor del ciudadano C.L.M.
(sic) BLANCO, por el delito de PORTE ILICITO (sic) DE ARMA DE FUEGO”.
Que “[e]n los folios 66 al 68, ambos inclusive, de la misma pieza 2, aparece agregada al
expediente, la sentencia de sobreseimiento de fecha 28 de agosto de 2013, dictada por el
Juzgado de Primera Instancia en Funciones (sic) de Control del Circuito Judicial Penal de la
Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas, a favor del ciudadano W.R.F.M.
(sic), por el delito de HOMICIDIO INTENCIONAL SIMPLE FRUSTRADO A TITULO (sic) DE
PARTICIPE (sic)”.
Que “[d]e esa relación de actuaciones puede constatar la Sala Constitucional, que la sentencia
condenatoria librada contra el ciudadano C.L.M. (sic) BLANCO, aparece agregada al
expediente después del 4 de septiembre de 2013, aunque tiene fecha 28 de agosto de 2013.
Es decir, que la sentencia en cuestión no fue agregada a la pieza N° 2 del expediente, el 28
de agosto de 2013, sino después del 4 de septiembre de 2013, fecha ésta de juramentación
de los abogados C.E.S.M. (sic), C.D.G.F. y EUSEBIO AZUAJE SOLANO”.
Que “...se denuncio (sic) por ante (sic) la Sala de Casación Penal, como violado por la
sentencia dictada por la Sala Cinco de la Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal de
la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas, por falta de aplicación el
artículo 157 del Código Orgánico Procesal Penal…porque los jueces de la sentencia recurrida,
para declarar inadmisible el recurso de apelación, se fundamentaron en que ‘…los Abogados
C.E.S.M., C.D.G.F. y E.A.S., se dieron por notificados de la decisión recurrida y del contenido
de las actas, en fecha 04 de septiembre de 2013, al ser debidamente juramentados conforme
a lo previsto en el artículo 141 del Código Orgánico Procesal Penal, en virtud de la
designación que hiciera el ciudadano C.L.M.B., en fecha 02 de septiembre de 2013…’, pero
para llegar a esa conclusión, los jueces de la recurrida no examinaron, ni analizaron, el orden
cronológico de las actuaciones contra el ciudadano C.L.M. (sic) BLANCO, aparece agregada
al expediente, después del 4 de septiembre de 2013, aunque tiene fecha 28 de agosto de
2013. (…) razón por la cual el vicio denunciado resultaba esencial y relevante para alterar el
dispositivo de la sentencia recurrida, porque de haberse realizado en la recurrida el examen
del orden cronológico de las actuaciones, hubiera tenido que concluir en que no fue
extemporánea sino tempestiva la apelación, porque para el 27 de octubre de 2013, fecha en la
cual fue interpuesta dicha apelación, no había vencido el lapso legal, a lo que cabe añadir,
que estos abogados no podían haberse dado por notificados de una sentencia que no se
encontraba agregada en el expediente, como lo establecen los juzgadores en la recurrida para
declarar inadmisible el recurso de apelación”.
Que “…la sentencia objeto del recurso de casación, para declarar inadmisible el recurso de
apelación, concretamente establece que el recurso de apelación se interpone por escrito
dentro de los cinco (5) días, contados a partir de la notificación, siguiendo la regla del artículo
440 del Código Orgánico Procesal Penal. Y concluye que esa notificación operó en el caso,
porque los abogados C.E.S.M., C.D.G.F. y E.A.S., se dieron por notificados de la decisión
recurrida y del contenido de las actas, en fecha 04 de septiembre de 2013, al ser debidamente
juramentados conforme a lo previsto en el artículo 141 del Código Orgánico Procesal Penal,
en virtud de la designación que hiciera el ciudadano C.L. (sic) M.B., en fecha 02 de septiembre
de 2013”.
Que “[l]a Sala de Casación Penal, al pronunciarse sobre un solo hecho denunciado en el
recurso de casación interpuesto contra la sentencia emanada de la Sala 5 de la Corte de
Apelaciones, violentó el derecho a la tutela judicial efectiva del ciudadano C.L.M. (sic)
BLANCO, no solo por el hecho de negar la acción recursiva sino a su vez, no asumir una
conducta acorde con derechos constitucionales que al igual que el Juzgado Quinto de Primera
Instancia en funciones de Control no fue exhaustiva en cuanto al análisis de las actas
procesales y de la propia sentencia por ser inmotivada…”.
Que “los Jueces de la recurrida hubieran tenido que concluir en que no fue extemporánea sino
tempestiva la apelación porque para el 27 de octubre de 2013, fecha en la cual fue interpuesta
dicha apelación, no había vencido el lapso legal, a lo que cabe añadir, que los abogados
C.E.S.M. (sic), C.D.G.F. y EUSEBIO AZUAJE SOLANO no podían haberse dado por
notificados de una sentencia que no se encontraba agregada al expediente, como lo
establecen los juzgadores de la recurrida para declarar inadmisible el recurso de apelación”.
Que “la Sala de Casación Penal, incurrió al igual que la Sala 5, de la Corte de Apelaciones de
la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas, el no realizar un exhaustivo
examen del orden cronológico de la (sic) actuaciones que prolijamente he descrito, porque
dado que no es cierto que el Juzgado Quinto de Primera de (sic) Instancia en funciones de
Control del Circuito Judicial Penal del Área Metropolitana de Caracas haya publicado en fecha
28 de agosto de 2013, el referido fallo condenatorio, como se puede constatar en la pieza 2, al
folio 15, de fecha 2 de septiembre donde se designan defensores particulares; folios 16 y 17
de la segunda pieza de fecha 4 de septiembre de 2013, fecha de la juramentación de los
defensores, del folio 18 al 53, ambos inclusive, de la misma pieza 2, aparece agregada al
expediente ‘ACTA DE AUDIENCIA PRELIMINAR’, de fecha 28 de agosto de 2013, como se
puede verificar existe una alteración cronológica de las actuaciones procesales y que
seguidamente se pueden seguir verificando, a los folios 52 al 63, ambos inclusive de la misma
pieza 2, se constata que fue agregada al expediente, sentencia condenatoria de fecha 28 de
agosto de 2013, en contra del ciudadano C.L. (sic) M.B.”.
Que “el hecho que se haya agregado la sentencia al expediente con una fecha que no
corresponde con la realidad procesal me permite afirmar que la fecha es incierta a los efectos
de la recurrencia de tal fallo, porque la realidad procesal y que se constata en el expediente la
sentencia de 28 de agosto de 2013, no es de tal fecha como se afirma porque se incorpora al
mundo jurídico con posterioridad al 4 de septiembre, sin hacer ningún tipo de señalamiento
que originó incertidumbre en cuanto al lapso para interponer recurso de apelación, tales
hechos dentro de las formalidades procesales y de obligatorio cumplimiento se encuentra la
preclusión de los actos procesales que a su vez violenta el artículo 25 del Código de
Procedimiento Civil, originándose la violación al Derecho a la Defensa y al Debido Proceso”.
Que “la sentencia condenatoria, nunca pero nunca, se produjo en fecha 28 de agosto de 2013,
como lo señala la Sala de Casación Penal, el fallo condenatorio contra el ciudadano C.L. (sic)
MEJÍAS, no se produjo con ocasión de un juicio oral y público, por lo cual nunca se pudo
haber dado por notificado de un falo (sic) condenatorio que nunca constaba en autos sino con
posterioridad al 4 de septiembre. En tal sentido, se puede constatar que la sentencia no esta
(sic) diferida a los efectos de su publicación del fallo y para seguridad jurídica de las partes
debió señalar el sentenciador en que (sic) lapso (sic) se difería la publicación del fallo. Por
tanto se dio por sentado la publicación de un fallo que nunca ocurrió en la fecha
correspondiente. Siendo necesario y de carácter obligatorio que el Juez guarde la igualdad
procesal de las partes, la garantía a la seguridad jurídica para el debido establecimiento del
debido proceso y el derecho a la defensa”.
Que “[l]a Sala de Casación Penal, al pronunciarse sobre un solo hecho denunciado en el
recurso de casación interpuesto contra la sentencia emanada de la Sala 5 de la Corte de
Apelaciones, violentó el derecho a la tutela judicial efectiva del ciudadano C.L. (sic) M.B., no
solo por el hecho de negar la acción recursiva sino a su vez, no asumir una conducta acorde
con derechos constitucionales que al igual el Juzgado Quinto de Primera instancia (sic) en
funciones de Control no fue exhaustiva en cuanto al análisis de las actas procesales y de la
propia sentencia por ser inmotivada porque dicho fallo no expresó: ‘…a) cuales (sic) fueron las
pruebas y cuales (sic) son los hechos que le sirvieron al juez, para dar por demostrado el
hecho relativo a la intención de matar y que le sirvieron al juez, para calificar las lesiones
sufridas por el ciudadano R.E.R., como HOMICIDIO INTENCIONAL FRUSTRADO; y, b)
Porque tampoco expresa la sentencia objeto de apelación, cuales (sic) son las pruebas y
cuales (sic) son los hechos que le sirvieron al juez para demostrar que existieron
‘circunstancias independientes’ de la voluntad del ciudadano C.L.M. (sic) BLANCO, y que por
ello las lesiones personales sufridas por el ciudadano R.E.R., configuran la frustración del
delito de homicidio; por tanto, la recurrida viola el derecho a la Tutela Judicial Efectiva
consagrada en el artículo 26 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, así
como, el artículo 157 del Código Orgánico Procesal Penal…”.
Que “en el referido recurso de casación interpuesto, se señaló la inmotivación del fallo, que
igualmente se presentó por ante (sic) la Corte de Apelaciones correspondiente contra la
sentencia dictada por el Tribunal Quinto de Primera Instancia en funciones de Control, donde
solo se limita a reproducir los hechos objetos de la acusación fiscal y admitido por el
ciudadano C.L.M.B., pero omite expresar o señalar en concreto las pruebas y los hechos que
le sirvieron al sentenciador para dar por demostrado el hecho relativo a la intención de matar y
que le sirvieron al Juez para calificar las lesiones sufridas por el ciudadano R.E.R., como
homicidio intencional frustrado”.
Que “[l]a falta de expresión de los hechos relativos a la intensión (sic) de matar y las
circunstancia (sic) ajenas a la voluntad del sujeto que conjuntamente tipifican el delito de
Homicidio Intencional en grado de frustración, es relevante y constituye un vicio grave de la
sentencia, porque no hubo ningún fallecido sino personas lesionadas, por lo que en principio el
delito ha debido ser considerado como de lesiones personales, a menos que el Tribunal
demostrara con pruebas evidente, tanto en la intención de matar como que el resultado
muerte no se produjo por circunstancia independiente del ciudadano C.L.M.B.. Es obvio, que
la intención de matar por ser una exigencia para la configuración de homicidio intencional en
grado de frustración ha debido quedar plenamente establecida, cosa que nunca ocurrió
violentándose así, el artículo 61 del Código Penal”.
Que “cuando la Sala de Casación Penal, no conoció de la inmotivación del fallo que condeno
(sic) al ciudadano C.L.M.B., por el delito de Homicidio Intencional en Grado (sic) de
Frustración, sin expresar cuales (sic) fueron las pruebas y cuales (sic) fueron los hechos que
le sirvieron para demostrar lo relativo a matar, dejo (sic) el derecho vacío y sin contenido,
apartándose de garante de la justicia y de una tutela judicial efectiva…”.
Que “cuando la Sala de Casación Penal, desconoció a (sic) que mi representado fuese
juzgado con todas las garantías constitucionales y a su vez, el desconocer que la sentencia
recurrida no expresa las pruebas ni los hechos sobre los cuales funda su decisión incurre en la
violación del artículo 157 del Código Orgánico Procesal Penal y en flagrante violación de la
garantía procesal como es la tutela judicial efectiva consagrada en el artículo 26 de nuestra
carta magna (sic)”.
Finalmente, solicitaron la admisión de la solicitud de revisión; que se declare con lugar; se
decrete la nulidad del fallo dictado por la Sala de Casación Penal del 12 de agosto de 2014 y
se “ordene que una Sala diferente decida el recurso de apelación propuesto contra la
sentencia condenatoria dictada por el Juzgado Quinto de Primera Instancia en Funciones de
Control del Circuito Judicial Penal de la Circunscripción Judicial en contra del ciudadano
C.L.M. (sic) BLANCO”.
II
DE LA SENTENCIA ACCIONADA
El 12 de agosto de 2014, la Sala de Casación Penal del Tribunal Supremo de Justicia, declaró
sin lugar el Recurso de Casación interpuesto por el abogado L.F.B.S. contra la sentencia
dictada, el 30 de enero de 2013, por la Sala N° 5 de la Corte de Apelaciones del Circuito
Judicial Penal del Área Metropolitana de Caracas, en los siguientes términos:
La Sala, para decidir, observa:
En la única denuncia del recurso de casación, el defensor del ciudadano acusado C.L.M. (sic)B., señaló
que la Corte de Apelaciones del Área Metropolitana de Caracas, al conocer la apelación ejercida por la
defensa, declaró inadmisible por extemporáneo el recurso, sin tomar en cuenta el orden cronológico de
las actuaciones en la presente causa.
Ahora bien, la Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal del Área Metropolitana de Caracas, en
su pronunciamiento del 30 de enero de 2013, luego de transcribir el artículo 428 del Código Orgánico
Procesal Penal, sobre las causales de inadmisibilidad del recurso de apelación y comentar
jurisprudencia de la Sala Constitucional sobre el debido proceso, indicó:
‘…En cuanto al literal a), referido a la facultad del recurrente para la interposición del Recurso de
Apelación; la Sala observa que poseen legitimidad activa…
En cuanto al literal b), referido a la oportunidad legal para interponer el recurso, también la Sala
observa lo siguiente:
Toda sentencia debe ser pronunciada en audiencia pública, y con su lectura las partes quedan
legalmente notificadas.
Los autos que no sean dictados en audiencia pública, salvo disposición en contrario, se notificarán a las
partes conforme a lo establecido en este código…’.
‘…En fecha 28 de agosto de 2013, el Juzgado Quinto (5°) de Primera Instancia en Funciones de
Control de este Circuito Judicial Penal, dictó decisión mediante la cual, condenó al Imputado de autos,
a cumplir la pena de cinco (5) años, cuatro (4) meses, veintiséis (26) días y dieciséis (16) horas de
presidio. (f. 65-73).
En fecha 02 de septiembre de 2013, el ciudadano C.L.M.B., designó como sus defensores a los
Abogados en ejercicio C.E.S.M., C.D.G.F. y E.A.S., quienes el día 04 de septiembre aceptaron y se
juramentaron con tal carácter.
En fecha 10 de enero de 2014, la secretaria adscrita al referido Tribunal de Control, dictó certificación
del cómputo respectivo en virtud del cual dejó constancia, que transcurrieron veintisiete (27) días
hábiles, desde la fecha en que los abogados en ejercicio C.E.S.M., C.D.G.F. y E.A.S., aceptaron la
designación recaída con tal carácter y realizaron el juramento de ley (fs. 104-105).
Ahora bien, el artículo 440 del Texto Adjetivo Penal, establece lo siguiente:
En este sentido observa este Superior Despacho que el lapso para la interposición del Recurso de
Apelación comenzó a computarse desde el 04 de septiembre de 2013 fecha de juramentación de la
defensa; debiendo consignar el respectivo escrito de acuerdo al criterio asentado por la Sala
Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia N° 190 del 26/03/13, dentro de los cinco días hábiles
siguiente a su juramentación; siendo que en el presente caso se desprende que los mencionados
Abogados superaron con creces el lapso previsto en la Ley Adjetiva Penal, al ser consignado el escrito
recursivo en fecha 27 de octubre de 2013; siendo que de acuerdo al cómputo practicado por el referido
Juzgado de Control, se dejó constancia que transcurrieron veintisiete (27) días hábiles por ante ese
Despacho desde la fecha en que fueron notificados de la decisión recurrida 04 de septiembre de 2013,
hasta la fecha que consignaron escrito impugnativo 27 de octubre 2013; por lo que resulta forzoso para
esta Sala concluir que el presente Recurso de Apelación debe ser declarado INADMISIBLE por
Extemporáneo de conformidad con lo dispuesto en el artículo 437 literal “b” del Código Orgánico
Procesal Penal. Y ASÍ SE DECLARA…”.
Ahora bien, a los fines de constatar si efectivamente la Alzada erró al realizar la referida apreciación,
de la revisión de las actas del expediente se observó lo siguiente:
El 28 de agosto de 2013, se realizó por ante el Juzgado Quinto de Primera Instancia en Funciones de
Control del Circuito Judicial Penal del Área Metropolitana de Caracas, la audiencia preliminar en el
juicio seguido contra los acusados C.L.M.B. y W.R.F.M., en la cual el juzgador, al finalizar la misma,
dictó los siguientes pronunciamientos: 1) Admitió parcialmente el escrito de acusación presentado por
el representante del Ministerio Público en contra del ciudadano C.L.M.B., por la comisión de los delitos
de Homicidio Intencional Frustrado y Lesiones Personales Menos Graves, previstos en los artículos
405, en relación con el 80, y 413, en concordancia con el 87, todos del Código Penal; 2) Decretó el
sobreseimiento de la causa seguida al imputado C.L.M.B., por la comisión del delito de Porte Ilícito de
Arma de Fuego, previsto en el artículo 277 del Código Penal, de conformidad con el artículo 300,
numeral 2, del Código Orgánico Procesal Penal, en relación con el artículo 301 eiusdem; 3) Decretó el
sobreseimiento de la causa seguida al imputado WINDY RUBEN FABBIANY MEJIAS, por la comisión
del delito de Homicidio Intencional Frustrado, previsto en los artículos 405, en concordancia con el 80
y 84, numeral 1, todos del Código Penal, de conformidad con el artículo 300, numeral 2 del Código
Orgánico Procesal Penal, y en consecuencia, ordenó el cese de la medida cautelar sustitutiva de
libertad; 4) Admitió los medios de pruebas testimoniales ofertados por la representación fiscal.
El Juzgado Quinto de Primera Instancia en Funciones de Control del Circuito Judicial Penal del Área
Metropolitana de Caracas, el mismo día 28 de agosto de 2013, procedió a publicar el texto íntegro del
fallo condenatorio dictado contra el acusado C.L.M.B..
En fecha 2 de septiembre de 2013, el acusado C.L.M.B., designó a los abogados C.E.S.M., C.D.G.F. y
EUSEBIO AZUAJE SOLANO, como sus defensores privados, siendo que el día 4 de septiembre de 2013,
los nombrados profesionales del derecho aceptaron el cargo y prestaron el juramento de Ley por ante el
Juzgado Quinto de Control, imponiéndose de las actas procesales.
En fecha 27 de octubre de 2013, los abogados defensores privados del acusado C.L.M.B., interpusieron
recurso de apelación por ante la Unidad de Recepción y Distribución de Documentos del Circuito
Judicial Penal del Área Metropolitana de Caracas.
El 28 de octubre de 2013, fue agregado al expediente el recurso de apelación interpuesto por la defensa
del acusado C.L.M.B. y, en esa misma fecha, el Juzgado Quinto de Control, acordó emplazar a los
representantes del Ministerio Público, para que en el término de tres días dieran contestación al
recurso de apelación propuesto por la defensa.
En fecha 4 de noviembre de 2013, el Fiscal Auxiliar Encargado Centésimo Quincuagésimo Quinto del
Ministerio Público de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas, abogado R.H.B.,
dio contestación al recurso de apelación propuesto por la defensa del acusado C.L.M.B..
El 6 de noviembre de 2013, la ciudadana Secretaria adscrita al Circuito Judicial Penal del Área
Metropolitana de Caracas, designada en el Juzgado Quinto de Control del mismo Circuito Judicial,
abogada A.P., practicó el cómputo de los días hábiles transcurridos desde el jueves 28 de agosto de
2013, fecha en la cual se llevó a cabo la audiencia preliminar, hasta el día 27 de octubre de 2013,
oportunidad en la cual los abogados defensores del acusado C.L.M.B., presentaron escrito contentivo
del recurso de apelación, siendo el mismo del tenor siguiente:
‘…Certifica: que los días hábiles transcurridos desde el JUEVES 28 DE AGOSTO DE 2013, fecha en la
cual se llevó a cabo el ACTO DE AUDIENCIA PRELIMINAR, en contra del ciudadano C.L.M.B., hasta
el día en que los Abgs. C.E.S.M., C.D.G.F. y EUSEBIO AZUAJE SOLAN, presentó escrito de Apelación
el día LUNES 28 DE OCTUBRE de 2013, ambas fechas inclusive, son las siguientes: JUEVES 29 DE
AGOSTO DE 2013, LUNES 02, MARTES 03, MIERCOLES 04, JUEVES 05, LUNES 09, MARTES 10,
MIERCOLES 11, JUEVES 12, LUNES 16, MARTES 17, MIERCOLES 18, JUEVES 19, LUNES 23,
MARTES 24, MIERCOLES 25, JUEVES 26 Y LUNES 30, todos del mes de SEPTIEMBRE de 2013,
MARTES 01, MIERCOLES 02, JUEVES 03, LUNES 07, MARTES 08, MIERCOLES 09, VIERNES 11,
LUNES 14, MARTES 15, MIERCOLES 16, JUEVES 17, VIERNES 18 Y LUNES 28. Todos del mes de
OCTUBRE DE 2013, (31 DÍAS HÁBILES). Igualmente se deja constancia que los días 30 de agosto de
2013, 06, 13, 20 y 27 del mes de septiembre de 2013, 04, 10, 21, 22, 23, 24 y 25 del mes de octubre de
2013, fueron días no hábiles, la fecha en la cual se dio por emplazado los Fiscales Trigésima (30) del
Ministerio Público a Nivel Nacional y a la Fiscalía Sexagésima Sexta (66) en colaboración con la
Fiscalía Centésima Quincuagésima Quinta (155) del Área Metropolitana de Caracas, fue en fecha 30 de
octubre de 2013, siendo que la Vindicta Pública, presento escrito de contestación, el día 04/11/2013, al
recurso interpuesto por la defensa, todo ello de conformidad con lo establecido en el artículo 440 del
Código Orgánico Procesal Penal…’.
Sobre la base de este cómputo, la Corte de Apelaciones decidió que el recurso de apelación fue ejercido
extemporáneamente, fuera del lapso de los cinco días que establece el artículo 440 del Código Orgánico
Procesal Penal, pues, a criterio de la alzada, trascurrieron veintisiete días hábiles por ante ese
Despacho desde la fecha en que fueron notificados los abogados defensores del acusado de la decisión
recurrida, el 4 de septiembre de 2013, hasta la fecha que consignaron escrito contentivo del recurso de
apelación, el 27 de octubre de 2013, superando con creces el lapso previsto en la ley adjetiva penal.
Ahora bien, lo primero que hay que observar en el presente asunto es que en el caso particular, si bien
es cierto, el fallo condenatorio dictado contra el acusado C.L.M.B., no se produjo con ocasión de un
juicio oral y público, el mismo proviene de un procedimiento por admisión de los hechos, el cual le pone
fin al proceso, siendo su naturaleza jurídica el de sentencia condenatoria.
Tal ha sido el criterio reiterado de esta Sala de Casación Penal, que la sentencia dictada con ocasión
del procedimiento por admisión de los hechos tiene carácter de definitiva, debiendo impugnarse
conforme a las reglas para la interposición del recurso de apelación de sentencia, previstas en el
artículo 445 del Código Orgánico Procesal Penal.
‘…la sentencia dictada con ocasión del procedimiento de admisión de los hechos pone fin al proceso,
siendo en su naturaleza una decisión condenatoria, por tanto con carácter de sentencia definitiva.
Debiendo impugnarse conforme al procedimiento para la interposición del recurso de apelación, de
acuerdo con lo previsto en el artículo 453 de la ley adjetiva penal (actual artículo 445)…’. (Sentencia
N° 093 del 4-04-2013).
Siendo así las cosas, en el asunto bajo análisis, la interposición del recurso de apelación interpuesto
por la defensa privada del acusado C.L.M.B., ha debido efectuarse dentro del lapso de los diez hábiles
posteriores a la publicación del fallo condenatorio y no como lo expresó la Corte de Apelaciones, que
debió hacerse dentro de los cinco días hábiles después de publicada la sentencia, al estimar que debía
efectuarse conforme a las reglas de apelación de autos.
Aclarado lo anterior, procede la Sala de Casación Penal a verificar si, tal como lo expresó la Corte de
Apelaciones, el recurso de apelación interpuesto por la defensa del acusado C.L.M.B., fue presentado
extemporáneamente.
Al efecto, es necesario expresar que para determinar el momento en que debe comenzar a computarse el
lapso para la interposición del recurso de apelación contra la sentencia definitiva, debe considerarse lo
establecido en el artículo 445 del Código Orgánico Procesal Penal, el cual expresa lo siguiente:
‘…El recurso de apelación contra la sentencia definitiva se interpondrá ante el Juez o Jueza o tribunal
que la dictó, dentro de los diez días siguientes contados a partir de la fecha en que fue dictada, o de la
publicación de su texto íntegro, para el caso de que el Juez o Jueza difiera la redacción del mismo por
el motivo expresado en el Artículo 347 de este Código.
El recurso deberá ser interpuesto en escrito fundado, en el cual se expresará concreta y separadamente
cada motivo con sus fundamentos y la solución que se pretende. Fuera de esta oportunidad no podrá
aducirse otro motivo.
Para acreditar un defecto de procedimiento sobre la forma en que se realizó el acto en contraposición a
lo señalado en el acta del debate o en la sentencia, el o la recurrente deberá promover la prueba
consistente en el medio de reproducción a que se contrae el artículo 317 de este Código, si fuere el caso.
Si éste no pudiere ser utilizado o no se hubiere empleado, será admisible la prueba testimonial.
La promoción del medio de reproducción se hará en los escritos de interposición o de contestación del
recurso, señalando de manera precisa lo que se pretende probar, so pena de inadmisibilidad. El
tribunal lo remitirá a la corte de apelaciones debidamente precintado…’.
De lo anterior se deduce que el lapso para interponer el recurso de apelación debe comenzar a
computarse a partir de la fecha en que la sentencia fue dictada, si lo fue en la audiencia del juicio
público; pero si de conformidad con lo establecido en el artículo 347 eiusdem, el tribunal ordenó diferir
la redacción de la sentencia, el lapso para interponer el recurso de apelación debe computarse a partir
de la publicación del texto íntegro de la decisión, lo cual debe llevarse a cabo, a más tardar, dentro de
los diez días posteriores al pronunciamiento de la parte dispositiva en audiencia.
Del mismo modo debe agregarse, que el juzgador de Juicio no está obligado a notificar a las partes de
la publicación de su decisión definitiva, cuando la dicta en audiencia, o la publica dentro del lapso
legal; pero cuando acuerda una nueva notificación, el lapso para interponer el recurso de apelación
deberá computarse a partir de la fecha en que se verifique la última de las notificaciones.
Este criterio ha sido sostenido por esta Sala de Casación Penal, en otras oportunidades, en los
siguientes términos:
‘…en relación al juicio ordinario, ha expresado que si el tribunal, al finalizar la audiencia oral y
pública, difiere la redacción del fallo y la publicación de éste se realizara dentro de los diez días
posteriores, no se requerirá que el tribunal notifique a las partes, pues conforme a lo dispuesto en el
artículo 365 del Código Orgánico Procesal Penal, la lectura del dispositivo de la sentencia, valdrá en
todo caso como notificación y para el caso que la publicación del fallo se realice fuera del lapso de los
diez días, el tribunal estará en la obligación de notificar a las partes de dicha publicación. No obstante,
si el tribunal de juicio publicó la sentencia dentro del lapso establecido y por error notifica a las partes,
el lapso para el recurso de apelación deberá computarse a partir de la última notificación (Sentencia
Nros. 561 del 10-12-02, ponencia del Magistrado A.A.F., 331 del 18-09-03, ponencia del Magistrado
R.P.P. y 624 del 3-11-05, ponencia del Magistrado H.M.C.F.).
El texto íntegro de la sentencia condenatoria fue publicado el mismo día en el cual se pronunció el
dispositivo del fallo, el 28 de agosto de 2013, por lo que el lapso para la interposición del recurso de
apelación comenzó a correr el día siguiente.
No obstante, el acusado C.L.M.B., el día 2 de septiembre de 2013, nombró como sus nuevos defensores
privados a los abogados C.E.S.M., C.D.G.F. y EUSEBIO AZUAJE SOLANO, quienes el día 4 de
septiembre de 2013, aceptaron el cargo y prestaron el juramento de ley, imponiéndose de las actas
procesales, por lo que es desde el día siguiente a dicha imposición de las actas cuando comenzó a
correr el lapso para la interposición del recurso de apelación propuesto en el presente caso.
De tal manera que, de acuerdo al cómputo practicado por la ciudadana Secretaría del Juzgado Quinto
de Control del Circuito Judicial Penal del Área Metropolitana de Caracas, desde el día 5 de septiembre
de 2013, hasta el 23 de septiembre de 2013, transcurrieron los diez días hábiles para la interposición
del recurso de apelación contra la sentencia proferida por el referido Juzgado de Control, mediante la
cual condenó en el procedimiento por admisión de los hechos, al ciudadano C.L.M.B., a la pena de
cinco (5) años, cuatro (4) meses, veintiséis (26) días y dieciséis (16) horas de presidio por la comisión
de los delitos de Homicidio Intencional Frustrado y Lesiones Menos Graves.
Por lo que habiéndose presentado el recurso de apelación interpuesto por los abogados C.E.S.M.,
C.D.G.F. y EUSEBIO AZUAJE SOLANO, en su carácter de defensores privados del acusado C.L.M.B.,
contra el referido fallo, el día 28 de octubre de 2013, es evidente que el mismo fue presentado fuera del
lapso, habiendo transcurrido con creces el lapso de los diez días que señala el artículo 445 del Código
Orgánico Procesal Penal, para la interposición del recurso de apelación contra sentencia definitiva.
En mérito de lo expuesto, esta Sala de Casación Penal, estima procedente declarar sin lugar el recurso
de casación propuesto por el abogado L.F.B.S., en su carácter de de defensor privado del acusado
C.L.M.B.. Así se decide
.
III
DE LA COMPETENCIA
Debe esta Sala determinar su competencia para conocer la presente solicitud de revisión. Al
respecto, observa que, conforme lo establece el numeral 10 del artículo 336 de la
Constitución, la Sala Constitucional tiene atribuida la potestad de revisar las sentencias
definitivamente firmes de amparo constitucional y de control de constitucionalidad de leyes o
normas jurídicas dictadas por los tribunales de la República, en los términos establecidos por
la ley orgánica respectiva.
En este mismo orden de ideas, la Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia dispone en
el artículo 25, cardinales 10 y 11, lo siguiente:
Artículo 25. Son competencias de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia:
(…)
10. Revisar las sentencias definitivamente firmes que sean dictadas por los tribunales de la República,
cuando hayan desconocido algún precedente dictado por la Sala Constitucional; efectuado una
indebida aplicación de una norma o principio constitucional; o producido un error grave en su
interpretación; por falta de aplicación de algún principio o nomas constitucionales.
11. Revisar las sentencias dictadas por las otras Salas que se subsuman en los supuestos señalados en el
numeral anterior, así como la violación de principios jurídicos fundamentales que estén contenidos en
la Constitución de la República, tratados, pactos o convenios internacionales suscritos y ratificados
válidamente por la República, o cuando incurran en violaciones de derechos constitucionales…
.
De modo que, visto que en el caso de autos se solicitó la revisión de la sentencia N° 274
dictada, el 12 de agosto de 2014, por la Sala de Casación Penal de este Máximo Tribunal,
esta Sala Constitucional resulta competente para conocerla; y así se declara.
IV
CONSIDERACIONES PARA DECIDIR
Delimitada como ha sido la competencia para conocer de la presente solicitud de revisión,
esta Sala pasa a decidir. Para ello, observa:
La solicitud de revisión se intentó contra la sentencia N° 274, dictada el 12 de agosto de 2014,
por la Sala de Casación Penal de este Alto Tribunal, mediante la cual declaró sin lugar el
recurso de casación interpuesto contra la sentencia dictada, el 30 de enero de 2013, por la
Sala N° 5 de la Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal del Área Metropolitana de
Caracas, que declaró inadmisible, por extemporáneo, el recurso de apelación interpuesto por
los abogados C.E.S.M., C.D.G.F. y E.A.S., en su condición de defensores privados del
ciudadano C.L.M.B., contra la sentencia dictada, el 28 de agosto de 2013, por el Tribunal
Quinto de Control del mismo Circuito Judicial, mediante la cual condenó al referido ciudadano,
al haber admitido los hechos, a cumplir la pena de cinco (5) años, cuatro (4) meses y veintiséis
(26) días de presidio, por la comisión de los delitos de homicidio intencional simple frustrado y
lesiones personales menos graves, en perjuicio de los ciudadanos R.R. y P.M..
A tal efecto, los abogados del solicitante alegaron la presunta violación al derecho a la tutela
judicial efectiva, previsto en el artículo 26 de la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela, por cuanto, a su juicio, la Sala de Casación Penal de este Máximo Tribunal declaró
sin lugar el recurso de casación que se interpuso contra la decisión dictada, el 30 de enero de
2013, por la Sala N° 5 de la Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal del Área
Metropolitana de Caracas, sin percatarse que ese juzgado colegiado estimó en forma errónea
que la apelación intentada en la causa penal fue interpuesta extemporáneamente.
Así pues, destacaron los abogados del solicitante que, al momento de interponer el recurso de
apelación contra la decisión dictada, el 28 de agosto de 2013, por el Tribunal Quinto de
Control del mismo Circuito Judicial, mediante la cual condenó al referido ciudadano, al haber
admitido los hechos, por la comisión de los delitos de homicidio intencional simple frustrado y
lesiones personales menos graves, no aparecía consignada en el expediente del asunto penal
el acta levantada con ocasión de la celebración de la audiencia preliminar, en donde el
imputado admitió los hechos, así como la sentencia condenatoria en extenso, que motivó la
referida condena; siendo que, estos dos últimos actos procesales ocurrieron en fecha anterior
a la oportunidad en la cual el imputado designó a sus nuevos defensores privados.
Por tal motivo, alegando que se debió atender al aspecto cronológico de las actuaciones
judiciales y su incorporación al expediente, consideraron que el lapso para interponer el
recurso de apelación contra la decisión condenatoria no podía ser declarada inadmisible por
extemporánea por la referida Sala N° 5 de la Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal
del Área Metropolitana de Caracas, ni ser ello avalado por la Sala de Casación Penal del
Tribunal Supremo de Justicia, toda vez que, al no conocer el contenido cierto de los motivos
por los cuales se impuso la sanción penal a su defendido, no podía existir una fecha cierta
para empezar a computar el lapso para intentar el recurso de apelación contra la decisión
dictada en la primera instancia penal.
Además, señalaron los abogados del solicitante que el recurso de apelación que intentaron en
el proceso penal, que fue declarado inadmisible por extemporáneo, estaba basado en el
hecho de que la sentencia condenatoria dictada con ocasión de la admisión de los hechos
carecía de la debida motivación, toda vez que se obvió la valoración de los medios de pruebas
cursantes en los autos del expediente penal para arribar a la conclusión de que su defendido
obró con la intención de causar la muerte.
Por su parte, la Sala de Casación Penal de este Tribunal Supremo de Justicia declaró sin
lugar el recurso de casación que le fue planteado, al considerar, luego de precisar cuáles
fueron los actos procesales ocurridos en el proceso penal y tomando el cómputo realizado por
la Secretaria del Juzgado Quinto de Control del Circuito Judicial Penal del Área Metropolitana
de Caracas, que “habiéndose presentado el recurso de apelación interpuesto por los
abogados C.E.S.M., C.D.G.F. y EUSEBIO AZUAJE SOLANO, en su carácter de defensores
privados del acusado C.L.M.B., contra el referido fallo, el día 28 de octubre de 2013, es
evidente que el mismo fue presentado fuera del lapso, habiendo transcurrido con creces el
lapso de los diez días que señala el artículo 445 del Código Orgánico Procesal Penal, para la
interposición del recurso de apelación contra sentencia definitiva”.
Ahora bien, la Sala debe reiterar que la revisión extraordinaria a que alude el artículo 336,
cardinal 10 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela no constituye una
tercera instancia, ni un medio judicial ordinario, sino una potestad extraordinaria, excepcional y
discrecional de esta Sala con el objeto de unificar criterios constitucionales, para garantizar
con ello la supremacía y eficacia de las normas y principios constitucionales, lo cual generaría
seguridad jurídica.
Al respecto, esta S. estableció en sentencia del 2 de marzo del año 2000 (caso: F.J.R.A.) que,
en materia de revisión, tal potestad puede ser ejercida sin motivación alguna, “cuando en su
criterio, constate que la decisión que ha de revisarse, en nada contribuya a la uniformidad de
la interpretación de normas y principios constitucionales, ni constituya una deliberada violación
de preceptos de ese mismo rango”.
En este orden de ideas, una vez examinado el contenido del fallo objeto de revisión, estima la
Sala que en el presente caso es procedente la revisión solicitada, por las siguientes razones:
Esta Sala constata, de las actas que conforman el proceso penal, que la secuencia de los
actos procesales ocurridos en la causa seguida contra el ciudadano C.L.M.B., es la siguiente:
El 28 de agosto de 2013, se celebró la audiencia preliminar ante el Juzgado Quinto de Control
del Circuito Judicial Penal del Área Metropolitana de Caracas, en la que resultó condenado el
ciudadano C.L.M.B., por haber admitido los hechos, a cumplir la pena de cinco (5) años,
cuatro (4) meses y veintiséis (26) días de presidio, por la comisión de los delitos de homicidio
intencional simple frustrado y lesiones personales menos graves, en perjuicio de los
ciudadanos R.R. y P.M.. En esa misma oportunidad, se publicó el extenso de la sentencia
condenatoria (folios 18 al 49 del anexo 2 del expediente).
El 2 de septiembre de 2013, el condenado C.L.M.B. designó como nuevos defensores
privados a los abogados C.E.S.M., E.A.A.S. y C.D.G.F., quienes aceptaron el cargo y se
juramentaron el 4 de septiembre de 2013 (folio 16 del anexo 2 del expediente).
El 9 de septiembre de 2013, el abogado C.G.F., en su condición de defensor privado del
ciudadano C.L.M.B., solicitó que el Juzgado Quinto de Control del Circuito Judicial Penal del
Área Metropolitana de Caracas librase un oficio al Ministerio del Poder Popular Para
Relaciones Interiores y Justicia, que remitan la “certificación correspondiente de registrar o no
antecedentes penales de [su] representado” (folio 65 del anexo 2 del expediente).
El 28 de octubre de 2013, los abogados C.E.S.M., C.D.G.F. y E.A.S. interpusieron recurso de
apelación contra la sentencia que condenó al ciudadano C.L.M.B. (folios 1 al 29 del anexo 4
del expediente).
El 4 de noviembre de 2013, el Ministerio Público contestó la apelación interpuesta por la
defensa técnica del imputado C.L.M.B. (folios 77 al 84 del anexo 4 del expediente).
El 6 de noviembre de 2013, la Secretaria del Juzgado Quinto de Control del Circuito Judicial
Penal del Área Metropolitana de Caracas realizó el cómputo de los días hábiles transcurridos
desde el 28 de agosto de 2013 hasta el 28 de octubre de 2013 (folios 85 y 86 del anexo 4 del
expediente).
El 10 de enero de 2014, el Secretario del Juzgado Quinto de Control del Circuito Judicial Penal
del Área Metropolitana de Caracas realizó un nuevo cómputo, a petición de la Sala N° 5 de la
Corte de Apelaciones del mismo Circuito Judicial Penal, de los días hábiles transcurridos
desde el 2 de septiembre de 2013 hasta el 27 de octubre de 2013 (folios 104 y 105 del anexo
4 del expediente).
El 30 de enero de “2013 [rectius: 2014]” la Sala N° 5 de la Corte de Apelaciones del Circuito
Judicial Penal del Área Metropolitana de Caracas declaró inadmisible, por extemporáneo el
recurso de apelación intentado por los defensores privados del imputado (folios 108 al 111 del
anexo 4 del expediente).
Ahora bien, la Sala observa de la secuencia cronológica de los actos procesales ocurridos en
el proceso penal y de acuerdo como se incorporaron esos actos al expediente, que, al
momento en que los abogados C.E.S.M., E.A.A.S. y C.D.G.F., aceptaron el cargo y se
juramentaron como defensores privados del ciudadano C.L.M.B. (4 de septiembre de 2013),
no se encontraba consignada en el expediente el acta de la audiencia preliminar celebrada el
28 de agosto de 2013 y del extenso de la sentencia condenatoria por admisión de los hechos
publicada en esa misma oportunidad, por lo que, en este aspecto, a los abogados del
solicitante le asiste la razón al alegar, en el caso bajo estudio, que le referida acta y la
sentencia condenatoria fueron incorporadas al expediente posteriormente, siendo que debió
hacerse el mismo 28 de agosto de 2013.
Igualmente, esta S. precisa que el 9 de septiembre de 2013, el abogado C.G.F., en su
condición de defensor privado del ciudadano C.L.M.B., solicitó que el Juzgado Quinto de
Control del Circuito Judicial Penal del Área Metropolitana de Caracas librase un oficio al
Ministerio del Poder Popular Para Relaciones Interiores y Justicia, que remitan la “certificación
correspondiente de registrar o no antecedentes penales de [su] representado”; una vez
incorporada al expediente el acta de la audiencia preliminar y la sentencia condenatoria por
admisión de los hechos, por lo que, en principio, con su diligencia, el abogado del imputado
podía darse por notificado de la decisión que condenó a su patrocinado.
Sin embargo, la Sala considera que, al tratarse la decisión dictada por el Juzgado Quinto de
Control del Circuito Judicial Penal del Área Metropolitana de Caracas de una sentencia
condenatoria y visto, además, que ese pronunciamiento fue incorporado al expediente de la
causa penal primigenia posteriormente a la oportunidad en la que fue dictada, esto es,
después de que los abogados C.E.S.M., E.A.A.S. y C.D.G.F., aceptaron el cargo y se
juramentaron como defensores técnicos del ciudadano C.L.M.B., lo propio era que el referido
Juzgado Quinto de Control notificase personalmente al imputado del contenido de la sentencia
en extenso que lo condenó, por haber admitido los hechos, a cumplir la pena de cinco (5)
años, cuatro (4) meses y veintiséis (26) días de presidio, por la comisión de los delitos de
homicidio intencional simple frustrado y lesiones personales menos graves, en perjuicio de los
ciudadanos R.R. y P.M., por ser un hecho personalísimo, el cual no puede ser sustituido con la
notificación de la defensa técnica.
En efecto, el artículo 164 del Código Orgánico Procesal Penal establece lo siguiente:
Los defensores o defensoras o representantes de las partes serán notificados o notificadas en lugar de
ellas, salvo que por la naturaleza del acto o porque la ley lo ordene, sea necesario notificar
personalmente al afectado o afectada
.
Respecto de la importancia de las notificaciones personales al imputado que deben hacerse
en el proceso penal, esta S., en la sentencia N° 1248, del 19 de julio de 2001, caso: R.D.B. y
otros, señaló lo siguiente:
No consta en autos que la Sala Accidental Primera de Reenvío para el Régimen Procesal Transitorio de
la Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal del Área Metropolitana de Caracas haya notificado
al acusado C.J.V. respecto del estado de la causa que en su contra se seguía en ese Tribunal, ni de la
decisión de fondo dictada por el mismo. Visto que el nombramiento del defensor corresponde al
acusado y es en defecto del defensor privado –porque el acusado no pueda nombrarlo o porque
nombrado no acepte el cargo- que el juez puede nombrar defensor público. Visto que el ciudadano
C.J.V. fue representado en primera y segunda instancia por un defensor privado cuyo mandato no
consta en autos que haya sido revocado ni que dicho defensor haya renunciado. Tampoco consta en
autos la notificación por parte del tribunal de reenvío, al acusado C.J.V., del nombramiento de un
defensor público para que lo represente.
Constata la Sala que transcurrieron más de dos años antes de que el Tribunal de Reenvío -por lo demás,
ubicado en una circunscripción distinta a aquella donde reside el acusado- produjera una decisión
definitiva y que el defensor nombrado por el tribunal no cumplió con ninguno de los actos inherentes al
cargo que juró cumplir, la Sala considera que la demanda de amparo resulta procedente por haber
resultado vulnerado el derecho a la defensa del demandante C.J.V., sobre la base de las
consideraciones siguientes:
El artículo 197 del Código Orgánico Procesal Penal confiere al juez la facultad de determinar cuáles
son los actos procesales que, por su naturaleza, deben ser notificados personalmente al afectado; al
respecto debe concluirse que la sentencia definitiva es de la mayor trascendencia ya que pone fin al
proceso, máxime cuando sea una sentencia condenatoria y, en consecuencia, debe ser considerada entre
los actos que, por su naturaleza, deben ser notificados personalmente a la parte interesada, sobre todo
si -como en este caso- habían transcurrido más de dos años sin que la instancia produjese decisión
.
Igualmente, esta S. en la decisión N° 1284, dictada el 19 de julio de 2001, caso: C.J.V.,
asentó, respecto al contenido del artículo 197, hoy artículo 164 del Código Orgánico Procesal
Penal, lo siguiente:
El artículo 197 del Código Orgánico Procesal Penal confiere al juez la facultad de determinar cuáles
son los actos procesales que, por su naturaleza, deben ser notificados personalmente al afectado; al
respecto debe concluirse que la sentencia definitiva es de la mayor trascendencia ya que pone fin al
proceso, máxime cuando sea una sentencia condenatoria y, en consecuencia, debe ser considerada entre
los actos que, por su naturaleza, deben ser notificados personalmente a la parte interesada, sobre todo
si -como en este caso- habían transcurrido más de dos años sin que la instancia produjese decisión.
La apelación se centró en el hecho de que el ciudadano L.J.D.R., debió ser notificado, personalmente,
de la publicación del fallo de primera instancia, que lo condenó al cumplimiento de nueve años de
prisión, más las accesorias de ley que preceptúa el artículo 13 del Código Penal, por la comisión de los
delitos de robo agravado y porte ilícito de arma de fuego que describen y sancionan los artículos 460 y
278 eiusdem.
Ahora bien, el artículo 180 del Código Orgánico Procesal Penal dispone:
‘Los defensores o representantes de las partes serán notificados en lugar de ellas, salvo que por la
naturaleza del acto o porque la ley lo ordene, sea necesario notificar personalmente al afectado.’
(Subrayado añadido).
De la norma que fue transcrita se concluye que el legislador dejó al prudente arbitrio del juez la
determinación de cuáles actos, en ausencia de disposición legal expresa, deban ser notificadas
directamente a las partes; es él quien deberá ponderar las variables que definen la naturaleza del acto
para luego concluir si del mismo deba notificarse personalmente a las partes. En el caso que ocupa
actualmente a esta S., se observa que el Juzgado Tercero de Primera Instancia en funciones de Juicio
del Circuito Judicial Penal del Estado Mérida actuó dentro de los límites de su competencia cuando
aplicó la regla general que dispone el citado artículo de la ley procesal penal –notificación del
defensor-. En todo caso, la presencia del imputado en la audiencia oral que fue llevada a cabo, al
término de la cual se dictó sentencia de primera instancia, conlleva la certeza, para esta S., del
conocimiento, por parte del imputado, del dispositivo del fallo condenatorio, a tenor de lo que dispone
el artículo 175 del Código Orgánico Procesal Penal y, con ello, la cabal garantía de su derecho a la
defensa. Así se decide
.
De modo que, de acuerdo con lo señalado en las decisiones citadas parcialmente, toda
sentencia condenatoria debe ser notificada personalmente al imputado, toda vez que ese
pronunciamiento es la decisión más importante y trascendental del proceso penal; se trata de
la decisión mediante el cual el Estado, una vez desvirtuado la presunción de inocencia,
determina la culpabilidad y consecuente responsabilidad de un individuo en la comisión de un
determinado hecho punible y la aplicación de la sanción penal que conlleva esa infracción.
Sin embargo, la Sala precisa, en el caso de que esa decisión condenatoria se dicte en la
misma oportunidad en que se celebre la audiencia de juicio oral y público, o en la audiencia
preliminar, no es necesario, en aplicación del contenido del artículo 164 del Código Orgánico
Procesal Penal, notificar personalmente al imputado del contenido de ese pronunciamiento,
debido a que, al estar presente en la audiencia el condenado, existe la certeza de que conoce
la determinación judicial que afirma su culpabilidad sobre el hecho procesado.
Ahora, si el J. o J. se acoge al lapso de diez días (en el caso de que la decisión sea dictada en
la fase de juicio) o al de tres días (en el supuesto de que el pronunciamiento sea proferido en
la fase intermedia), para publicar el extenso de lo decidido en la audiencia respectiva, deberá
dejar constancia en el acta sobre el diferimiento de la publicación de esa decisión
condenatoria, y si esa publicación se realiza dentro de ese lapso, no será necesario la
notificación personal al imputado de esa decisión, toda vez que se conoce con anticipación la
oportunidad en la cual se va a publicar ese pronunciamiento, existiendo, a tal efecto,
seguridad jurídica para interponer algún recurso en su contra, cuando se considere que ese
fallo afecta los intereses de las partes. De modo que, cuando ese pronunciamiento sea
publicado fuera de ese lapso de diferimiento, es cuando el Juez o Jueza debe notificar
personalmente al imputado de la decisión condenatoria.
Ahora bien, en el presente caso la Sala destaca que, a pesar de que la sentencia que
condenó al ciudadano C.L.M.B. fue proferida con ocasión de haber admitido los hechos por los
cuales fue procesado, la circunstancia de ese pronunciamiento fue incorporado al expediente
posteriormente a la fecha en la cual se celebró la audiencia preliminar, aún en el caso de que
esa decisión fue firmada el mismo día en que se terminó esa audiencia y, siendo además, que
esa decisión condenatoria fue inserta en el expediente con posterioridad al momento en que
los últimos defensores técnicos que designó el imputado aceptaron ese nombramiento, era
propicio que el J. encargado del Juzgado Quinto de Control del Circuito Judicial Penal del Área
Metropolitana de Caracas notificara personalmente al imputado de su contenido íntegro, con el
objeto de que conociere, en plenitud esa decisión condenatoria. Sin embargo, esa notificación
personal no fue practicada en el caso bajo estudio, por lo que esa omisión ocasionó la
violación del derecho a la defensa, contenido en el derecho a la tutela judicial efectiva, del
ciudadano C.L.M.B..
Así pues, la finalidad de los actos de comunicación procesal (notificación, citación) consisten
en llevar al conocimiento personal de las partes en el proceso, las resoluciones judiciales a fin
de que éstos puedan adoptar en tiempo oportuno las conductas procesales que consideren en
defensa de sus derechos o intereses, las cuales pueden ser variadas, como solicitar la
ejecución del fallo por las partes, y efectuar la interposición de escritos recursivos, de
considerar que la sentencia causa un agravio en su esfera de derechos y garantías
constitucionales, por lo que, salvo regulación legal expresa, no debe existir ningún
impedimento para que las partes puedan acceder a los órganos jurisdiccionales e interponer
los recursos que a bien consideren pertinentes, siempre y cuando ello no suceda en forma
tardía, esto es, una vez que todas las partes estén notificadas (cuando así se ordene) y al
efecto transcurra fatalmente el lapso para intentar la apelación (vid. sentencia N° 1199, del 26
de noviembre de 2010, caso: I.B. y otros).
De manera que, al no haberse practicado la notificación personal del ciudadano C.L.M.B. de la
decisión dictada por el Juzgado Quinto de Control del Circuito Judicial Penal del Área
Metropolitana de Caracas, que lo condenó, por haber admitido los hechos, a cumplir la pena
de cinco (5) años, cuatro (4) meses y veintiséis (26) días de presidio, por la comisión de los
delitos de homicidio intencional simple frustrado y lesiones personales menos graves, en
perjuicio de los ciudadanos R.R. y P.M.; se le cercenó sus derechos fundamentales a la
defensa y a la tutela judicial efectiva.
Por lo tanto, esta Sala Constitucional, ante la violación de los derechos constitucionales aquí
detectada que dejaron en indefensión al peticionante, aplicando, además, los principios de
brevedad y celeridad procesal, declara ha lugar la presente solicitud de revisión; anula los
actos judiciales celebrados en la fase de ejecución del proceso penal primigenio, conforme a
lo señalado en los artículos 174 y siguientes del Código Orgánico Procesal Penal; y repone la
referida causa penal al estado de que el Juzgado Quinto de Control del Circuito Judicial Penal
del Área Metropolitana de Caracas notifique personalmente al ciudadano C.L.M.B. de la
decisión que lo condenó, por haber admitido los hechos, a cumplir la pena de cinco (5) años,
cuatro (4) meses y veintiséis (26) días de presidio, por la comisión de los delitos de homicidio
intencional simple frustrado y lesiones personales menos graves, en aplicación irrestricta de la
doctrina asentada en el presente fallo y, en consecuencia, ejercer, si lo considera, los recursos
que establece la ley. Así se decide.
OBITER DICTUM
Visto los hechos denunciados en el caso examinado y que motivaron la revisión de autos, los
cuales sucedieron con ocasión del procedimiento por admisión de los hechos en el proceso
penal, esta Sala Constitucional, en tanto máximo garante del principio fundamental que
consagra el debido proceso, considera necesario efectuar las siguientes consideraciones:
El Código Orgánico Procesal Penal, en su artículo 375, establece lo siguiente:
El procedimiento por admisión de los hechos tendrá lugar desde la audiencia preliminar una vez
admitida la acusación, hasta antes de la recepción de pruebas.
El Juez o Jueza deberá informar al acusado o acusada respecto al procedimiento por admisión de los
hechos, concediéndole la palabra. El acusado o acusada podrá solicitar la aplicación del presente
procedimiento, para lo cual admitirá los hechos objeto del proceso en su totalidad y solicitará al
tribunal la imposición inmediata de la pena respectiva.
En estos casos; el Juez o Jueza podrá rebajar la pena aplicable al delito desde un tercio a la mitad de la
pena que haya debido imponerse, pudiendo cambiar la calificación jurídica del delito, atendidas todas
las circunstancias, tomando en consideración el bien jurídico afectado y el daño social causado y
motivando adecuadamente la pena impuesta.
Si se trata de delitos en los cuales haya habido violencia contra las personas cuya pena exceda de ocho
años en su límite máximo, y en los casos de delitos de: homicidio intencional, violación; delitos que
atenten contra la libertad, integridad e indemnidad sexual de niños, niñas y adolescentes; secuestro,
delito de corrupción, delitos que causen grave daño al patrimonio público y la administración pública;
tráfico de drogas de mayor cuantía, legitimación de capitales, contra el sistema financiero y delitos
conexos, delitos con multiplicidad de víctimas, delincuencia organizada, violaciones graves a los
derechos humanos, lesa humanidad, delitos graves contra la independencia y seguridad de la nación y
crímenes de guerra, el Juez o J. sólo podrá rebajar hasta un tercio de la pena aplicable
.
En el mismo sentido, la Ley Orgánica Sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de
Violencia, en su artículo 107, taxativamente dispone lo siguiente:
Presentada la acusación ante el Tribunal de Violencia Contra la Mujer en Funciones de Control,
Audiencia y Medidas, este fijará la audiencia para oír a las partes, dentro de los diez días hábiles
siguientes. Antes del vencimiento de dicho plazo, las partes procederán a ofrecer las pruebas que serán
evacuadas en la audiencia de juicio oral y oponer las excepciones que estimen procedentes. El tribunal
se pronunciará en la audiencia.
En este acto el imputado podrá admitir los hechos, pero la pena a imponerse sólo podrá rebajarse en un
tercio.
.
Finalmente, el artículo 583 de la Ley Orgánica Para la Protección de Niños, Niñas y
Adolescentes, establece lo siguiente:
Admitida la acusación o antes del inicio del debate en la fase de juicio, el juez o la jueza de control o de
Juicio según sea el caso, instruirá al o la adolecente respecto del procedimiento especial de admisión de
los hechos. Admitidos los hechos el imputado o la imputada podrá solicitar al tribunal la imposición
inmediata de la sanción.
En estos casos, el juez o la jueza de control o de juicio deberá decretar la rebaja de la sanción que
corresponda para el caso, de un tercio a la mitad, independientemente de la sanción que corresponda a
imponer.
En caso de reincidencia o concurso real de delitos de los previstos en el artículo 628, solo se rebajará
hasta un tercio de la sanción
El referido procedimiento está contemplado en el Título III del Libro Tercero, artículo 376 del Código
Orgánico Procesal Penal, previsto por el legislador para que de una manera especial tenga lugar la
terminación anticipada del proceso, con prescindencia del juicio oral y público y con la condena del
acusado.
Este procedimiento especial, es una institución novedosa que carece de antecedentes o instituciones
similares en el Derecho Procesal Penal Venezolano, por lo que la doctrina lo ubica en el plea guilty
americano (declaración de culpabilidad) y en la conformidad española. La naturaleza jurídica -en
nuestro proceso- estaría dada por la conformidad de la parte acusadora del proceso con el juicio de
homologación del Juez natural competente para dictar sentencia, a quien le toca revisar sobre el
cumplimiento de los requisitos legales para dictar el fallo, después que el imputado consienta en que se
aplique este procedimiento y admita los hechos, caso en el cual se prescinde del juicio oral y público,
correspondiendo al tribunal dictar inmediatamente la sentencia, conforme a derecho.
Siendo que, es en la fase intermedia del proceso cuando el acusado puede admitir los hechos, el Juez
como director del proceso debe cumplir con la función que le confiere la ley en esta etapa, la de filtro
purificador o de decantación del escrito de acusación fiscal o de la acusación particular propia, que
como acto formal debe cumplir los requisitos señalados en el artículo 326 del Código Orgánico
Procesal Penal, y es al órgano jurisdiccional -Juez de Control en la Audiencia Preliminar- a quien
corresponde ejercer el control efectivo de la misma.
El Juez de Control en la audiencia preliminar es garante que la acusación se perfeccione bajo las actas
de investigación ejecutadas, preservando el derecho a la defensa e igualdad entre las partes y ello sólo
puede alcanzarse a través del examen de los requisitos de fondo en los cuales se fundamenta el
Ministerio Público, y determinar si el pedimento fiscal tiene basamentos serios que permitan vislumbrar
un pronóstico de condena respecto del imputado.
El Juez no es simple tramitador o validador de la acusación fiscal o del querellante, tal es la función del
Juez como contralor de los requisitos del escrito de acusación (artículo 282 del Código Orgánico
Procesal Penal), que le está permitido cambiar la calificación fiscal a que se contrae el escrito de
acusación, pero ello no obedece al azar o a una simple intuición sino que es producto del examen de los
elementos de investigación recabados en la etapa preparatoria, contenidos en el escrito de acusación
fiscal.
Cómo puede alcanzar el J. este convencimiento sino analiza, estudia, o examina los argumentos de las
partes y el acervo probatorio, para así obtener un grado de certeza y con base en ello ha construido y
declarado la culpabilidad del acusado. Para tal declaratoria, el órgano jurisdiccional debe haber
previamente comprobado que el hecho calificado en la acusación fiscal es sustancialmente igual a la
descripción fáctica establecida en la ley penal como presupuesto para una consecuencia jurídica (pena
o medida de seguridad). Ello no es otra cosa que la operación mental denominada subsunción, es decir,
la vinculación de un hecho con un pensamiento, a los fines de verificar si los elementos del pensamiento
se reproducen en ese hecho. Claro está, la subsunción deberá exteriorizarse y plasmarse en la
motivación de la sentencia. Debe señalarse que lo anterior, además de ser una exigencia de seguridad
jurídica, es un modo de garantizar el derecho a la defensa de los ciudadanos.
Ahora bien, en el caso bajo estudio, la Sala Constitucional ha señalado en sentencia Nº 1.106, del 23-
05-2006, bajo la ponencia de la Magistrada C.Z. de M., precisó que: “hechos” no es igual a
“calificación jurídica”, por lo que admitir los “hechos” establecidos en la acusación, de acuerdo con el
contenido del artículo 376 del Código Orgánico Procesal Penal, no implica la aceptación de la
“calificación jurídica” que en dicho libelo le atribuye el Ministerio Público a los imputados”.
Por lo que es evidente, que una vez que el acusado admite los hechos, o sea que da su consentimiento o
acepta, en forma pura y simple, que ejecutó un hecho determinado como un comportamiento activo u
omisivo, corresponde al Juez de Control realizar la subsunción de los hechos, dentro de su autonomía
de decisión y mediante el uso de la adecuación típica determinar su calificación jurídica, por lo que
puede compartir o disentir de la calificación planteada por el Ministerio Público, para luego imponer la
pena correspondiente, lo que permite al acusado, en el caso de que no se esté de acuerdo con la
calificación jurídica o con la pena impuesta, interponer recurso de apelación contra esa decisión
condenatoria.
En cuanto a la acusación incoada contra el imputado, J. expresa: “…El Juzgador queda ligado a la
acusación en el sentido de que no puede condenar a una persona distinta de la acusada ni por hechos
distintos de los imputados, pero la solicitud concreta del fiscal en cuanto a la calificación de los hechos
o la pena solicitada en modo alguno lo vincula…” (J.E.M., “Derechos del Imputado” Rubinzal-Culzoni
Editores. 1° E.. 2005. Argentina).
Se observa pues, que estando conforme la parte acusadora con el juicio de homologación, de admisión
de los hechos, por ser un pacto o convenio entre las partes del proceso, en el cual el acusado admite que
es culpable del hecho cometido por comisión u omisión, por cuanto el hecho ha ocurrido en las
circunstancias de modo, tiempo y lugar que han sido precisados en el escrito acusatorio. Es por ello que
el acusado solicita al Juez de Control la imposición inmediata de la pena, cuyo efecto procesal es una
disminución de la misma, conforme a las reglas pautadas en el artículo 376 del Código Orgánico
Procesal Penal
.
En consecuencia de lo anteriormente expuesto, esta S. establece, con carácter vinculante,
que en el procedimiento especial por admisión de los hechos, una vez que el J. o Jueza haya
admitido la acusación fiscal o la acusación particular propia, en su caso; y el acusado o
acusada, debidamente instruidos, hayan admitido los hechos, está impedido el juzgador de
condenar al procesado o procesada sobre la base de una calificación jurídica distinta a la ya
admitida por el Juez o J. en la acusación, toda vez que, como directores del proceso penal,
tienen el deber de preservar las garantías del debido proceso mediante la admisión de los
hechos en forma libre y voluntaria.
Declarado lo anterior, esta S., visto que en el presente fallo se realiza un análisis interpretativo
sobre la institución procesal del procedimiento por admisión de los hechos, se ordena su
publicación en la Gaceta Oficial de la República.
V
DECISIÓN
Por las razones expuestas, esta Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia,
administrando justicia en nombre de la República por autoridad de la Ley, dicta los siguientes
pronunciamientos:
PRIMERO
Declara que HA LUGAR la solicitud de revisión presentada por el abogado L.F.B.S.,
actuando en su carácter de defensor privado, según consta en autos, del ciudadano
C.L.M.B., contra la sentencia dictada, el 12 de agosto de 2014, por la Sala de Casación
Penal del Tribunal Supremo de Justicia, que declaró sin lugar el Recurso de Casación
interpuesto.
SEGUNDO
Se ANULAN los actos judiciales celebrados en la fase de ejecución del proceso penal
primigenio, conforme a lo señalado en los artículos 174 y siguientes del Código Orgánico
Procesal Penal.
TERCERO
Se REPONE la referida causa penal al estado de que el el Juzgado Quinto de Control del
Circuito Judicial Penal del Área Metropolitana de Caracas notifique personalmente al
ciudadano C.L.M.B. de la decisión que lo condenó, por haber admitido los hechos, a
cumplir la pena de cinco (5) años, cuatro (4) meses y veintiséis (26) días de presidio, por la
comisión de los delitos de homicidio intencional simple frustrado y lesiones personales
menos graves.
CUARTO
Se ORDENA a la Secretaría de la Sala que desglose el original del expediente contentivo
de la causa penal seguida al ciudadano C.L.M.B. y se remita inmediatamente al Presidente
del Circuito Judicial Penal del Área Metropolitana de Caracas.
QUINTO
Se ORDENA igualmente a la Secretaría de la Sala que incorpore en el expediente penal
primigenio copia certificada del presente fallo.
SEXTO
Se ORDENA la publicación del presente fallo en la Gaceta Oficial de la República, con la
siguiente mención en su sumario:
Sentencia de la Sala Constitucional que establece, con carácter vinculante, que en el
procedimiento especial por admisión de los hechos, una vez que el J. o Jueza haya
admitido la acusación fiscal o la acusación particular propia, en su caso; y el acusado o
acusada, debidamente instruidos, hayan admitido los hechos, está impedido el juzgador de
condenar al procesado o procesada sobre la base de una calificación jurídica distinta a la
ya admitida por el Juez o J. en la acusación, toda vez que, como directores del proceso
penal, tienen el deber de preservar las garantías del debido proceso mediante la admisión
de los hechos en forma libre y voluntaria
.
P., regístrese y archívese el presente expediente. R. copia certificada del presente
pronunciamiento a la Sala de Casación Penal del Tribunal Supremo de Justicia. C. lo
ordenado.
Dada, firmada y sellada en el Salón de Sesiones de la Sala Constitucional del Tribunal
Supremo de Justicia, en Caracas, a los 10 días del mes de agosto de dos mil quince (2015).
Años 205º de la Independencia y 156º de la Federación.
La Presidenta,
GLADYS M. GUTIÉRREZ ALVARADO
Vicepresidente,
A.D.J.D.R.
Los Magistrados,
Francisco A. Carrasquero López
Luisa EstelLa Morales Lamuño
MarcoS Tulio Dugarte Padrón
CARMEN ZULETA DE MERCHÁN
Ponente
JUAN JOSÉ MENDOZA JOVER
El Secretario,
José Leonardo Requena Cabello
Exp.- 14-1292.
CZdM/
Quien suscribe, Magistrado M.T.D.P., concurre con la mayoría respecto del fallo que
antecede por las siguientes razones:
Se comparte el criterio expuesto en el fallo conforme al cual se declaró ha lugar la revisión
planteada, al constatarse la violación de los derechos constitucionales detectados que
dejaron en indefensión al peticionante como consecuencia del desorden en la secuencia
cronológica de los actos procesales cursantes en la causa, específicamente en el hecho que
al momento en que los nuevos defensores aceptaron el cargo no cursaba en el expediente ni
el acta de la audiencia preliminar ni el extenso de la decisión, razón por la cual, ante dicha
circunstancia el Juzgado de Control debió realizar la notificación personal del hoy
solicitante.
Sin embargo, no comparte el criterio asumido por la mayoría sentenciadora respecto al
obiter dictum en el cual se establece con carácter vinculante que en el procedimiento
especial por admisión de los hechos, una vez que el J. haya admitido la acusación fiscal o la
acusación particular propia, en su caso; y el acusado, debidamente instruido, haya admitido
los hechos, está impedido el juzgador de condenar al procesado sobre la base de una
calificación jurídica distinta a la ya admitida por el Juez en la acusación.
Al respecto, quien concurre considera que tal postura asumida por la mayoría
sentenciadora, va en detrimento de lo preceptuado en el artículo 375 del Código Orgánico
Procesal Penal, el cual establece en su segundo párrafo que “…el Juez o Jueza podrá
rebajar la pena aplicable al delito desde un tercio a la mitad de la pena que haya debido
imponerse, pudiendo cambiar la calificación jurídica del delito, atendidas todas las
circunstancias, tomando en consideración el bien jurídico afectado y el daño social causado
y motivando adecuadamente la pena impuesta…”(subrayado añadido).
En efecto, considera quien concurre que dicho cambio en la calificación jurídica dada a los
hechos tanto por el Ministerio Público en su acusación o en la acusación particular propia
que presente al respecto la víctima, solo es posible siempre que la misma sea en beneficio
del acusado, toda vez que en definitiva, como se afirma en el proyecto, son los jueces
quienes realizarán la subsunción de los hechos en el derecho dentro del ámbito de su
autonomía de juzgar.
De tal manera que, si un J. como director del proceso, determina dentro de sus atribuciones
y con base a la subsunción a la que está obligado realizar en cada caso –procedimiento por
admisión de hechos- que debe cambiar la calificación jurídica originalmente presentada,
ello en nada vulnera las garantías del debido proceso siempre y cuando, se insiste, sea más
beneficiosa para quien se acoge al procedimiento por admisión de los hechos.
En ese sentido, es importante destacar que esta S. mediante sentencia N° 1106 del 23 de
mayo de 2006 (caso: J.A.T., estableció lo que a continuación se transcribe:
…En efecto, debe precisarse que ‘hechos’ no es igual a ‘calificación jurídica’, por lo que
admitir los ‘hechos’ establecidos en la acusación, de acuerdo con el contenido del artículo
376 del Código Orgánico Procesal Penal, no implica la aceptación de la ‘calificación
jurídica’ que en dicho libelo le atribuye el Ministerio Público a los imputados.
El imputado cuando accede a reconocer su participación o coparticipación en esos hechos,
afirma su ejecución en aquellos elementos fácticos que han sido precisado por la parte
acusadora, es decir, el tiempo, modo y lugar de cómo ocurrieron los mismos. Da su
consentimiento o acepta, en forma pura y simple, que ejecutó un comportamiento activo u
omisivo.
De manera que, una vez admitido los hechos, el Juez de Control (en el procedimiento
ordinario) o de Juicio (en el procedimiento abreviado) tiene que establecer, dentro de su
autonomía de decisión y mediante el uso de la adecuación típica, una calificación jurídica
igual o distinta a la planteada por el Ministerio Público, para luego imponer la pena
correspondiente, lo que permite al acusado, en el caso de que no se esté de acuerdo con la
calificación jurídica o con la pena impuesta, interponer recurso de apelación contra esa
decisión condenatoria, conforme a lo señalado en el numeral 1 del artículo 447 del Código
Orgánico Procesal Penal, por dictarse siempre esa decisión antes de la celebración del
debate oral y público…
(subrayado añadido).
Dicho criterio fue reforzado por la Sala de Casación Penal del Tribunal Supremo de
Justicia, mediante sentencia N° 469 del 3 de agosto de 2007, cuando señaló lo siguiente:
…Este procedimiento especial, es una institución novedosa que carece de antecedentes o
instituciones similares en el Derecho Procesal Penal Venezolano, por lo que la doctrina lo
ubica en el plea guilty americano (declaración de culpabilidad) y en la conformidad
española. La naturaleza jurídica -en nuestro proceso- estaría dada por la conformidad de
la parte acusadora del proceso con el juicio de homologación del Juez natural competente
para dictar sentencia, a quien le toca revisar sobre el cumplimiento de los requisitos
legales para dictar el fallo, después que el imputado consienta en que se aplique este
procedimiento y admita los hechos, caso en el cual se prescinde del juicio oral y público,
correspondiendo al tribunal dictar inmediatamente la sentencia, conforme a derecho.
(omissis).
Cómo puede alcanzar el J. este convencimiento sino analiza, estudia, o examina los
argumentos de las partes y el acervo probatorio, para así obtener un grado de certeza y
con base en ello ha construido y declarado la culpabilidad del acusado. Para tal
declaratoria, el órgano jurisdiccional debe haber previamente comprobado que el hecho
calificado en la acusación fiscal es sustancialmente igual a la descripción fáctica
establecida en la ley penal como presupuesto para una consecuencia jurídica (pena o
medida de seguridad). Ello no es otra cosa que la operación mental denominada
subsunción, es decir, la vinculación de un hecho con un pensamiento, a los fines de
verificar si los elementos del pensamiento se reproducen en ese hecho. Claro está, la
subsunción deberá exteriorizarse y plasmarse en la motivación de la sentencia. Debe
señalarse que lo anterior, además de ser una exigencia de seguridad jurídica, es un modo
de garantizar el derecho a la defensa de los ciudadanos.
Por lo que es evidente, que una vez que el acusado admite los hechos, o sea que da su
consentimiento o acepta, en forma pura y simple, que ejecutó un hecho determinado como
un comportamiento activo u omisivo, corresponde al Juez de Control realizar la
subsunción de los hechos, dentro de su autonomía de decisión y mediante el uso de la
adecuación típica determinar su calificación jurídica, por lo que puede compartir o
disentir de la calificación planteada por el Ministerio Público, para luego imponer la pena
correspondiente, lo que permite al acusado, en el caso de que no se esté de acuerdo con la
calificación jurídica o con la pena impuesta, interponer recurso de apelación contra esa
decisión condenatoria.
Se observa pues, que estando conforme la parte acusadora con el juicio de homologación,
de admisión de los hechos, por ser un pacto o convenio entre las partes del proceso, en el
cual el acusado admite que es culpable del hecho cometido por comisión u omisión, por
cuanto el hecho ha ocurrido en las circunstancias de modo, tiempo y lugar que han sido
precisados en el escrito acusatorio. Es por ello que el acusado solicita al Juez de Control
la imposición inmediata de la pena, cuyo efecto procesal es una disminución de la misma,
conforme a las reglas pautadas en el artículo 376 del Código Orgánico Procesal Penal…
.
De allí que, considera quien concurre, que los jueces pueden realizar un cambio de la
calificación jurídica dada originalmente a los hechos por el Ministerio Público o presentada
en la acusación particular propia siempre y cuando sea más beneficiosa para quien se acoge
al procedimiento por admisión de los hechos y ello, en definitiva, en nada vulnera las
garantías del debido proceso.
Queda así expresado el criterio del Magistrado concurrente, a la fecha ut retro.
La Presidenta de la Sala,
GLADYS MARÍA GUTIÉRREZ ALVARADO
El Vicepresidente,
A.D.R.
Los Magistrados,
FRANCISCO ANTONIO CARRASQUERO LÓPEZ
LUISA ESTELLA MORALES LAMUÑO
MARCOS TULIO DUGARTE PADRÓN
Concurrente
CARMEN ZULETA DE MERCHÁN
JUAN JOSÉ MENDOZA JOVER
El Secretario,
JOSÉ LEONARDO REQUENA CABELLO
MTDP.-
Exp. 14-1292
TÍTULO PRELIMINAR. Principios y garantías procesales - arts. 1 a 23
LIBRO PRIMERO. Disposiciones generales
TÍTULO I. Del ejercicio de la acción penal
o CAPÍTULO I. De su ejercicio - arts. 24 a 27
o CAPÍTULO II. De los obstáculos al ejercicio de la acción - arts. 28 a 37
o CAPÍTULO III. De las alternativas a la prosecución del proceso
o CAPÍTULO IV. De la extinción de la acción penal - art. 49
TÍTULO II. De la acción civil - arts. 50 a 54
TÍTULO III. De la jurisdicción
o CAPÍTULO I. Disposiciones generales - arts. 55 a 57
o CAPÍTULO II. De la competencia por el territorio - arts. 58 a 64
o CAPÍTULO III. De la competencia por la materia - arts. 65 a 72
o CAPÍTULO IV. De la competencia por conexión - arts. 73 a 79
o CAPÍTULO V. Del modo de dirimir la competencia - arts. 80 a 87
o CAPÍTULO VI. De la recusación y la inhibición - arts. 88 a 104
TÍTULO IV. De los sujetos procesales y sus auxiliares
o CAPÍTULO I. Disposiciones preliminares - arts. 105 a 107
o CAPÍTULO II. Del tribunal - arts. 108 a 110
o CAPÍTULO III. Del ministerio público - arts. 111 y 112
o CAPÍTULO IV. De los órganos de policía de investigaciones penales - arts. 113 a 119
o CAPÍTULO V. De la víctima - arts. 120 a 125
o CAPÍTULO VI. Del imputado o imputada
o CAPÍTULO VII. De los y las auxiliares de las partes - arts. 149 y 150
TÍTULO V. De los actos procesales y las nulidades
o CAPÍTULO I. De los actos procesales
o CAPÍTULO II. De las nulidades - arts. 174 a 180
TÍTULO VII. Régimen probatorio
o CAPÍTULO I. Disposiciones generales - arts. 181 a 185
o CAPÍTULO II. De los requisitos de la actividad probatoria
TÍTULO VIII. De las medidas de coerción personal
o CAPÍTULO I. Principios generales - arts. 229 a 233
o CAPÍTULO II. De la aprehensión por flagrancia - arts. 234 y 235
o CAPÍTULO III. De la privación judicial preventiva de libertad - arts. 236 a 241
o CAPÍTULO IV. De las medidas cautelares sustitutivas - arts. 242 a 249
o CAPÍTULO V. Del examen y revisión de las medidas cautelares - art. 250
TÍTULO VIII. De los efectos económicos del proceso
o CAPÍTULO I. De las costas - arts. 251 a 256
o CAPÍTULO II. De la indemnización, reparación y restitución - arts. 257 a 261
LIBRO FINAL.
TÍTULO I. De la organización de los tribunales, del ministerio público y de la defensa pública
para la actuación en el proceso penal
o CAPÍTULO I. De los órganos jurisdiccionales penales - arts. 504 a 513
o CAPÍTULO II. Del ministerio público - art. 514
o CAPÍTULO III. De la defensa pública - art. 515
TÍTULO II. Normas complementarias - arts. 516 a 518
DISPOSICIONES TRANSITORIAS.
DISPOSICIÓN DEROGATORIA.
DISPOSICIONES FINALES.
ALTERNATIVAS A LA
PROSECUCCIÓN DEL PROCESO.
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CAUSA DE …
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REPORT THIS AD
El Código Orgánico Procesal Penal, consagra tres figuras cuya aplicación implica que el
proceso penal ya iniciado termine, se suspenda el mismo o se aplique una rebaja en la pena.
Dichas figuras son el principio de oportunidad, los acuerdos reparatorios y la suspensión
condicional del proceso. También prevé el Código adjetivo el procedimiento por admisión de
los hechos, lo cual conlleva a la imposición inmediata de la pena y a la rebaja de la misma
desde un tercio hasta la mitad, dependiendo de las circunstancias y tomando en consideración
el bien jurídico afectado y el daño social causado.
Principio de oportunidad.
Esta figura, contenida en los artículos 38, 39 y 40 del Código Orgánico Procesal Penal,
constituye una excepción al principio de legalidad procesal, pues permite al Fiscal del
Ministerio Público, prescindir del ejercicio de la acción penal, siendo un mecanismo para
canalizar la selectividad espontánea de todo sistema penal, justificándose la disponibilidad de
la acción penal.
Artículo 38. El o la Fiscal del Ministerio Público podrá solicitar al Juez o Jueza de Control
autorización para prescindir, total o parcialmente, del ejercicio de la acción penal, o limitarla a
alguna de las personas que intervinieron en el hecho, en cualquiera de los supuestos
siguientes:
1. Cuando se trate de un hecho que por su insignificancia o por su poca frecuencia no afecte
gravemente el interés público, excepto, cuando el máximo de la pena exceda de los ocho años
de privación de libertad, o se cometa por un funcionario o funcionaria, empleado público o
empleada pública, en ejercicio de su cargo o por razón de el.
2. Cuando la participación del imputado o imputada, en la perpetración del hecho se estime de
menor relevancia, salvo que se trate de un delito cometido por funcionario o funcionaria,
empleado público o empleada pública, en ejercicio de su cargo o por razón de el.
3. Cuando en los delitos culposos el imputado o imputada, haya sufrido a consecuencia del
hecho, daño físico o moral grave que torne desproporcionada la aplicación de una pena.
4. Cuando la pena o medida de seguridad que pueda imponerse por el hecho o la infracción,
de cuya persecución se prescinde, carezca de importancia en consideración a la pena o
medida de seguridad ya impuesta, o a la que se debe esperar por los restantes hechos o
infracciones, o a la que se le impuso o se le impondría en un procedimiento tramitado en el
extranjero.
Quedan excluidas de la aplicación de esta norma, las causas que se refieran a la investigación
de los delitos de: homicidio intencional, violación; delitos que atenten contra la libertad,
integridad e indemnidad sexual de niños, niñas y adolescentes; secuestro, el delito de
corrupción, delitos que causen grave daño al patrimonio público y la administración pública;
tráfico de drogas de mayor cuantía, legitimación de capitales, contra el sistema financiero y
delitos conexos, delitos con multiplicidad de víctimas, delincuencia organizada, violaciones
graves a los derechos humanos, lesa humanidad, delitos graves contra la independencia y
seguridad de la nación y crímenes de guerra.
Respecto a los supuestos generales de procedencia del principio de oportunidad, previstos en
el artículo 38 ejusdem, cabe resaltar los siguientes puntos:
Hecho insignificante: Abarca delitos de escaso contenido antisocial, infracciones de carácter
mínimo como los de bagatela por la importancia ínfima del hecho, cuya reprochabilidad es
escasa y el bien jurídico protegido se considera de menor relevancia.
Hecho poco frecuente: La apreciación sobre lo poco frecuente del hecho no puede
sustentarse únicamente en la concepción subjetiva del representante de la Institución, sino
que debe apoyarse en elementos objetivos que demuestren tal circunstancia, como por
ejemplo, las estadísticas de los cuerpos de investigaciones penales.
Hechos que no afecten gravemente el interés público: Cuando no se vea alterada la paz
jurídica, más allá del círculo vital de la víctima y la persecución penal no constituya un objetivo
actual de la colectividad.
Menor relevancia de la participación del imputado: Toma en consideración el grado de
participación de una persona en la comisión de un hecho punible, debiendo también
considerarse la trascendencia del hecho en el cual haya participado, así como su
insignificancia desde un punto de vista objetivo.
Daño físico o moral grave: Se trata de la llamada retribución natural que el sujeto activo del
delito culposo padece como consecuencia de su propia conducta desviada, y cuyos efectos
son mucho más trascendentales que los de la aplicación de la pena fijada para aquella.
Carencia de importancia de la pena o medida de seguridad: El legislador consagra tres
supuestos:
• Pena o medida de seguridad que carezca de relevancia en relación con las ya impuestas.
• Pena o medida de seguridad intrascendente en comparación con las que se deben esperar
con los restantes
hechos o infracciones.
• Pena o medida de seguridad sin importancia en cuanto a aquellas que se han impuesto o se
impondrían en un procedimiento tramitado en el extranjero.
Artículo 39 Efectos: Si el tribunal admite la aplicación de alguno de los supuestos previstos
en el artículo 38, se produce la extinción de la acción penal con respecto al autor o partícipe
en cuyo beneficio se dispuso. Si la decisión tiene como fundamento la insignificancia del
hecho, sus efectos se extienden a todos los que reúnan las mismas condiciones.
El Juez o Jueza, antes de resolver respecto de la solicitud fiscal, procurará oír a la víctima.
Artículo 40 Supuesto Especial: El o la Fiscal del Ministerio Público solicitará al Juez o Jueza
de Control autorización para aplicar el presente supuesto especial, cuando se trate de hechos
producto de la delincuencia organizada o de la criminalidad violenta y el imputado o imputada
colabore eficazmente con la investigación, aporte información esencial para evitar que
continúe el delito o se realicen otros, ayude a esclarecer el hecho investigado u otros conexos,
o proporcione información útil para probar la participación de otros imputados o imputadas,
siempre que la pena que corresponda al hecho punible por el cual se le investiga, sea menor o
igual que la de aquellos cuya persecución facilita o continuación evita.
Admitida la solicitud del Ministerio Público, la causa seguida al informante se separará,
ordenándose el resguardo de aquél en un establecimiento que garantice su integridad física,
para lo cual cooperarán todos los organismos del Estado que se requiera.
El Juez o Jueza competente para dictar sentencia, en la oportunidad correspondiente, rebajará
la pena aplicable a la mitad de la sanción establecida para el delito que se le impute al
informante, cuando hayan sido satisfechas las expectativas, lo cual deberá constar en el
escrito de acusación.
En todo caso, el Estado adoptará las medidas necesarias para garantizar la integridad física
del informante.
Con relación al supuesto especial contenido en el artículo 39 ejusdem, es necesario aclarar
que tanto el concepto de delincuencia organizada y criminalidad violenta, son indeterminados,
lo cual complica su interpretación y aplicación práctica. Sin embargo, en cuanto a la noción de
delincuencia organizada, el Consejo Económico y Social de la Organización de las Naciones
Unidas, ha considerado su existencia en la industria transnacional del tráfico de drogas, de
armas, de materiales nucleares y tóxicos, de migrantes ilegales, del terrorismo, de la trata de
blancas, mujeres y niños, del tráfico de órganos humanos, del robo, hurto y tráfico de
vehículos, de la legitimación de capitales proveniente de cualquier delito, de la corrupción
administrativa y el deterioro ecológico por la delincuencia económica; definiendo la
delincuencia organizada como el conjunto de personas que se agrupan para dedicarse a una
actividad delictiva de manera más o menos constante, bajo el caparazón de compañías,
proporcionando bienes y servicios ilícitos o bienes lícitos que han sido obtenidos por medios
ilícitos, como el hurto, el robo o el fraude. Así la delincuencia organizada representa,
prácticamente en todos los casos, la prolongación de un sector del mercado legítimo a esferas
normalmente proscritas.
Por otra parte, sobre la criminalidad violenta, José Tadeo Sain Silveira señala como ejemplos
a las organizaciones dedicadas al terrorismo que cometen genocidio, secuestros y otras
privaciones ilegítimas de libertad, extorsiones, robos, delitos violentos contra la independencia
y seguridad de la nación. No obstante, no puede descartarse la aplicabilidad de este supuesto
a delitos violentos cometidos por personas que no conformen agrupaciones criminales
organizadas, como el caso del homicidio doloso.
Finalmente, la colaboración eficaz del imputado puede verificarse indistintamente hacia el
hecho delictivo o hacia su ejecutor, consistiendo en el aporte de información esencial para
evitar que continué el delito o se realicen otros, ayudando a esclarecer el hecho investigado u
otros conexos, o proporcionando información útil para probar la participación de otros
imputados, siempre que la pena que corresponda al hecho punible cuya persecución se
suspende, sea menor o igual que la de aquellos cuya persecución facilita o evita su
continuación.
Acuerdos Reparatorios.
El artículo 41 del Código Orgánico Procesal Penal, prevé la posibilidad de que puedan
celebrarse acuerdos reparatorios desde la fase preparatoria, entre el imputado y la víctima,
cuando el hecho punible recaiga exclusivamente sobre bienes jurídicos disponibles de
carácter patrimonial o se trate de delitos culposos contra las personas, que no hayan
ocasionado su muerte o afectado en forma permanente y grave su integridad física.
Para determinar la disponibilidad de un bien jurídico, debe antes valorarse su carácter, esto
es, si se trata de un bien jurídico individual o colectivo; en el primer caso, su titular puede
disponer de él, no así tratándose de bienes jurídicos comunitarios o colectivos los cuales no
pueden ser objeto de disposición por no tener un titular único.
Oportunidad Procesal: Los acuerdos reparatorios pueden aprobarse por el órgano
jurisdiccional, desde la fase preparatoria hasta la intermedia. En caso de haber sido
propuestos en la fase de investigación, es pertinente que la misma esté suficientemente
adelantada y que exista una imputación por parte del Ministerio Público.
El Juez debe verificar que quienes concurran al acuerdo hayan prestado su consentimiento en
forma libre y con pleno conocimiento de sus derechos, y que efectivamente se está en
presencia de un hecho punible respecto al cual procede. El Fiscal del Ministerio Público a
cargo de la investigación, debe emitir previamente a la aprobación del acuerdo reparatorio, su
opinión motivada.
En caso de que el acuerdo reparatorio se efectúe después de que el representante de la
Institución haya presentado la acusación, y ésta haya sido admitida, se requerirá que el
imputado en la audiencia preliminar, o antes de la apertura del debate, en caso de un
procedimiento abreviado, admita los hechos objeto de la acusación.
Sólo se podrá celebrar un nuevo acuerdo reparatorio a favor del imputado, después de
transcurridos tres años desde la fecha de cumplimiento de uno anterior.
Efectos y recursos: El cumplimiento del acuerdo reparatorio, extinguirá la acción penal con
respecto del imputado que hubiere intervenido en él. Cuando existan varios imputados o
víctimas, el proceso continuará en relación a los que no hayan concurrido al acuerdo.
En caso de que existan plazos para la reparación o dependa de hechos o conductas futuras,
se suspenderá el proceso hasta la reparación efectiva o el cumplimiento total de la reparación.
Dicha suspensión sólo procede hasta por el lapso de tres meses, de no cumplir el imputado en
dicho término, sin causa justificada, a juicio del tribunal, el proceso continuará.
En aquellos casos en que se incumple el acuerdo que se hubiere realizado después de
admitida la acusación o antes de la apertura del debate, si se trata de un procedimiento
abreviado, el juez procederá a dictar la sentencia condenatoria correspondiente,
fundamentada en la admisión de los hechos realizada por el imputado, conforme al
procedimiento por admisión de los hechos, pero sin la rebaja de la pena establecida en el
mismo.
En el supuesto de incumplimiento, los pagos y prestaciones efectuados no serán restituidos.
En cuanto a los recursos, la Sala de Casación Penal del Tribunal Supremo de Justicia, en
sentencia N° 543, del 03-05- 2000, consideró que: “El interés entre la víctima y el imputado en
celebrar el acuerdo reparatorio, tiene como objeto la resolución alternativa del conflicto surgido
indemnizándose a la víctima con una justa reparación, además de lograrse la extinción de la
acción penal, que por razones de economía procesal, constituye una solución para evitar
procesos largos y costosos...”
Que se trate de un delito leve, cuya pena no exceda de ocho años en su límite máximo.
Que el imputado admita plenamente el hecho que se le atribuye, aceptando formalmente
su responsabilidad en el mismo.
Que se demuestre que el imputado ha tenido buena conducta predelictual.
Que el imputado no se encuentre sujeto a una medida igual por otro hecho.
Que el imputado oferte la reparación del daño causado por el delito cometido. Dicha
oferta podrá consistir en la conciliación con la víctima o en la reparación natural o
simbólica con respecto del daño causado.
Que el imputado se comprometa a someterse a las condiciones que le fueren impuestas
por el tribunal, conforme a lo dispuesto en el artículo 44 ejusdem.
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SUCESIÓN POR CAUSA
DE …
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Una consecuencia fundamental del establecimiento de un sistema penal, predominantemente
acusatorio es la división de un proceso en diferentes fases donde se advierte un clara
definición y delimitación entre las funciones fundamentales del mismo, como son las de
acusar, defender y decidir. Así tenemos, que el legislador procesal penal atribuye a un Órgano
del Estado las funciones de averiguar la verdad y a otro las funciones de decidir; lo que
supone colocar al Ministerio Público y a los jueces en el lugar que verdaderamente le
corresponde conforme al rol que tienen establecidos, actuando de acuerdo con el desempeño
y atribuciones que les asigna la ley.
En tal sentido, se puede afirmar que en el procedimiento ordinario en el proceso penal,
conforme al COPP, se distinguen cinco fases:
1.FASE PREPARATORIA: en esta fase se dan lo siguiente:
Inicio del Proceso:
De Oficio
Por DenunciaMediante
Querella
Desarrollo de la Investigación
Actos conclusivos: los actos conclusivos pudieran ser:
Archivo Fiscal
Sobreseimiento
Acusación Fiscal
2.FASE INTERMEDIA O DE CONTROL DE LA ACUSACIÓN (AUDIENCIA PRELIMINAR)
3.FASE DE JUICIO ORAL
Preparación del Debate
Desarrollo del Debate
Deliberación y la Sentencia
4.FASE DE IMPUGNACIÓN O RECURSOS
5.FASE DE EJECUCIÓN PENAL
FASE PREPARATORIA.
La primera fase, LA PREPARATORIA, se inicia cuando la investigación por parte del
Ministerio Público, quien es titular de la acción penal en los delitos de acción pública, y con
base en ello está obligado a ejercerla, concretándose de esta manera los principios de
legalidad y oficialidad de la acción.
En tal sentido, los Arts. 262 y 263 COPP, delimitan el objeto y alcance de esta primera fase, le
atribuye al Ministerio Público la dirección de la misma, donde lo fundamental es la preparación
del juicio oral y público, en virtud de lo cual su labor fundamental se circunscribirá en la
búsqueda de la verdad y recolección de todos los elementos de convicción que le permitan
posteriormente fundar la acusación o la defensa del imputado. En el curso de esa
investigación, el Ministerio Público hará constar no sólo los hechos y circunstancias útiles para
fundar la inculpación del imputado, sino también aquellos que sirvan para exculparle,
valiéndose de la colaboración de los Órganos de Policía de Investigaciones Penales.
En esta primera fase le corresponde a los Jueces controlar el cumplimiento de los principios y
garantías procesales; así como practicar las pruebas anticipadas, resolver excepciones,
peticiones de las partes y otorgar autorizaciones, y es por ello que cuando el Órgano
encargado de la investigación requiera la práctica de pruebas anticipadas, debe ser autorizado
por el Órgano jurisdiccional.
Ahora bien el INICIO DEL PROCESO puede ser por cualquiera de los medios que se
conocen como modos de proceder:
l De Oficio
l Por denuncia
l Por querella
DE OFICIO: De una interpretación contextual de las normativas disciplinadas en los Arts 265 y
282 del COPP, se infiere que cuando de cualquier modo el Ministerio Público tenga
conocimiento de la perpetración de un hecho punible de acción pública, ordenará sin pérdida
de tiempo, el inicio de la investigación, y dispondrá que se practiquen todas las diligencias
necesarias tendientes a investigar y hacer constar su comisión, con todas las circunstancias
que puedan influir en su calificación, la responsabilidad de los autores y demás partícipes, así
como el aseguramiento de los objetos activos y pasivos relacionados con la perpetración.
POR DENUNCIA: Cualquier persona que tenga conocimiento de la comisión de un hecho
punible puede denunciarlo ante un Fiscal del Ministerio Público o un órgano de policía de
investigaciones penales. (Art. 267 COPP).
POR QUERELLA: El término querella se aplica en la actualidad para denotar el modo que
tiene la víctima para instar la persecución penal en los delitos de acción pública, es un simple
modo de proceder para dar inicio a una investigación de fase preparatoria y de conferirle a la
víctima la condición de parte formal en el proceso. Sólo puede ser interpuesta en la fase
preparatoria y obviamente ante el Juez de Control; bien sea antes de que se haya iniciado la
investigación, o luego de iniciada por cualquier otro modo de proceder de los anteriormente
citados, con el objeto de que la víctima adquiera la condición de querellante.
DESARROLLO DE LA INVESTIGACIÓN:
Los procedimientos de naturaleza acusatoria se caracterizan por el predominio de la oralidad;
no obstante, las actuaciones o diligencias de la fase preparatoria constarán en lo posible en
acta. Por supuesto, el acta deberá resumir el resultado fundamental de los actos realizados y
con la mayor exactitud posible, describirá las circunstancias de utilidad para la investigación.
Cono toda acta levantada a efecto de dejar constancia de las circunstancias de los actos
realizados, deberá ser suscrita por todos los que hayan intervenido y muy especialmente por
el funcionario del Ministerio Público a cargo de la investigación.
Como regla general todos los actos de la investigación serán reservados para terceros. La
excepción es que solo podrán ser examinadas por el imputado, por sus defensores y por la
víctima, se haya o no querellado, o por sus apoderados con poder especial. Por lo tanto, los
funcionarios que hayan participado en la investigación y las personas que por cualquier motivo
tengan conocimiento de las actuaciones realizadas, están obligados a guardar reserva.
El Ministerio Público podrá disponer la reserva total o parcial de las actuaciones por un lapso
que no podrá exceder de 15 días continuos, siempre y cuando la publicidad pueda entorpecer
la investigación. En casos excepcionales, el plazo se podrá prorrogar hasta por un lapso igual,
pero en este caso, cualquiera de las partes podrá solicitar al Juez de Control que examine los
fundamentos de la medida y ponga fin a la reserva.
El imputado, las personas a quienes se les haya dado intervención en el proceso y sus
representantes, podrán solicitar al Ministerio Público la práctica de diligencias para el
esclarecimiento de los hechos, las cuales llevará a efecto en el caso que las considere
pertinentes y útiles, debiendo dejar constancia de su opinión en contrario. Tanto el imputado
como la víctima o sus abogados pueden solicitar al Ministerio Público, en la fase investigativa,
que se realicen determinadas diligencias con el objeto de establecer la verdad de los hechos,
y en tal sentido el Ministerio Público podrá o no compartir tal pedimento, pero en el caso de
que no comparta deberá dejar por escrito sus fundamentos y razones para ello, para que el
Juez de Control realice la revisión de esa negativa en audiencia oral, donde las partes puedan
alegar lo que estimen conveniente.
El Ministerio Público podrá permitir la asistencia del imputado, la víctima y de sus
representantes, a los actos que se deban practicar, cuando su presencia fuere útil para el
esclarecimiento de los hechos y no perjudique la consecución y culminación de la
investigación.
Lo referido en el Art. 386 COPP relativo al carácter reservado de la investigación, se refiere a
actuaciones cumplidas y no a actuaciones por cumplir; y el Art. 288 COPP se refiere a la
participación de las partes acreditadas en el proceso en las actuaciones que se deban
practicar, sujeto a la discrecionalidad del Ministerio Público.
El Ministerio Público como impulsador y director de esta fase preparatoria, le
corresponde decidir su conclusión, dentro de los lapsos y por los medios establecidos
en el COPP, y es lo que se denomina.
ACTOS CONCLUSIVOS.
El Ministerio Público procurará dar término a esta fase preparatoria con la diligencia que el
caso requiera; no obstante, pasados 6 meses desde la individualización del imputado podrá
requerir el Juez de Control la fijación de un plazo prudencial, no menor de 30 días ni mayor de
120 días par ala conclusión de la misma.
Así tenemos que la fase preparatoria puede concluir de tres maneras:
1. Con el archivo de las actuaciones por parte del Ministerio Público, y es lo que se
denomina Archivo Fiscal. Una vez realizada la investigación, estima el Ministerio Público
que el resultado de la misma es insuficiente para proponer acusación, por lo que
decretará el archivo de las actuaciones, sin perjuicio de la reapertura cuando aparezcan
nuevos elementos de convicción. El Archivo hace cesar la condición de imputado y las
medidas cautelares impuestas.
2. Con la solicitud de Sobreseimiento: Al estimar que concurren algunas de las
circunstancias previstas en el Art. 300 COPP, que lo hacen procedente.
3. Con la proposición de la acusación: cuando estime que la investigación proporciona
fundamentos serios para el enjuiciamiento público del imputado, propondrá la acusación
correspondiente ante el Tribunal de Control, quien en la Fase Intermedia determinará si
hay elementos suficientes para llevarlo a juicio, tomando en cuenta los argumentos de la
defensa, todo lo cual se va a ventilar en el acto fundamental que no es otro que el
llamado AUDIENCIA PRELIMINAR.
FASE INTERMEDIA
Se inicia con uno de los actos de mayor trascendencia de la etapa preparatoria, como lo es la
presentación de la acusación, lo que supone que el Ministerio Público cumplió con las
finalidades de la investigación, pues una vez que hace constar la comisión del hecho punible
con todas las circunstancias que influyeron en su calificación y la responsabilidad de los
autores, estimó que la investigación le proporcionó fundamentos serios para solicitar el
enjuiciamiento del imputado, procediendo a presentar la acusación correspondiente al Tribunal
de Control, quien convocará a las partes a una audiencia oral que no es otra cosa que la
llamada audiencia preliminar, donde se definirá el objeto del proceso y los límites de la
acusación del Ministerio Público como de la víctima, siempre que esta haya querellado o
presentado acusación particular propia, donde las partes dispondrán de los mismos derechos,
oportunidades y cargas para la defensa de sus intereses, que le permitan idénticas
posibilidades procesales para sostener y fundamentar lo que cada uno estime conveniente,
poniéndose de manifiesto el principio de defensa e igualdad entre las partes.
Esta fase es de tal importancia que en ella se determinará la existencia i no del juicio oral y
público y por ello tendrá como función depurar, supervisar y controlar las garantías procesales.
Finalizada la audiencia oral, el Juez resolverá, en presencia de las partes, sobre las
cuestiones que según el caso se refiere el Art. 313 COPP.
La decisión por la cual el Juez admite la acusación se dictará ante las partes y es lo que el
Legislador denomina Auto de Apertura a Juicio el cual debe contener los requisitos
establecidos en el Art. 314 CCP, ello por constituir una decisión trascendental, pues mediante
la cual se ordena el procesamiento del imputado dando instrucciones al secretario del debate
propiamente dicho del proceso penal, que no es otro, que la FASE DEL JUICIO
ORAL, donde se resolverá toda controversia suscitada, cumpliéndose con los pasos relativos
a la preparación y desarrollo del debate, culminando con la deliberación y la sentencia. Se da
en esta fase la Audiencia Oral y pública, donde la parte acusadora tiene la obligación de
demostrar que lo alegado es cierto. Corresponde la carga de la prueba a la parte acusadora.
La parte acusadora debe probar LA VERDAD PLASMADA EN LA ACUSACIÓN, es su
obligación, y lo realiza a través de las pruebas.
Dichas pruebas deben haber sido promovidas y admitidas oportunamente, de acuerdo a lo
previsto en la ley, y obtenidas de forma lícita; cumplido esto corresponde al Juez de Juicio
valorarlas, fundándose en los principios establecidos en el Art. 22 COPP, es potestad única y
exclusiva del Juez de Juicio valorar dichas pruebas en el Juicio Oral y Público. La única
excepción es al haber admisión de hecho que compete al Juez de Control sentenciar.
La FASE DE IMPUGNACIÓN O RECURSOS, donde las partes tendrán la oportunidad de
recurrir por los medios y en los casos establecidos, en contra de las decisiones judiciales a
quienes la ley reconozca expresamente ese derecho.
Y por último, la FASE DE EJECUCIÓN PENAL, en la cual el Juez correspondiente velará por
el cumplimiento de las penas y medidas de seguridad impuestas mediante sentencia firme. De
igual forma velará por los derechos del condenado; conoce de las solicitudes de beneficios
procesales como lo son las formas alternativas de cumplimiento de pena:
Libertad condicional
Destacamento de trabajo
Confinamiento
Supresión condicional de la ejecución de la pena
El Código Orgánico Procesal Penal, que es nuestra ley adjetiva penal venezolana por excelencia, en el
Libro Segundo, prevé el legislador que el proceso penal venezolano consta de tres fases, etapas o
A pesar que la gran mayoría de los autores---nacionales y foráneos---señalan que el proceso penal se
divide en cinco fases, coincido plenamente, con el Dr. Carlos E. Moreno Brandt, quien en una
representación pedagógica, comprensible y clara, y con un sólido criterio académico, sostiene que “tanto
reconocidos por el Código” y no “una fase del proceso”, razón por lo cual, la impugnación de las
decisiones o medidas tribunalicias, “se trata no de una etapa inherente al desarrollo mismo del
proceso, sino de una actividad resaltante del ejercicio de un derecho de las partes y, por ende
excepcional.” (Lo subrayado es mío). Y, ciertamente, la “impugnación” no es “una fase que siga a la
preclusión de la otra anterior”; simplemente, es el derecho que tienen las partes, de recurrir mediante los
Nuestra Carta Magna, lo contempla en el numeral primero del artículo 49. También los tratados o
convenios internacionales, suscrito por el país, comprenden ese derecho de las partes: la Convención
Americana sobre Derechos Humanos (San José, 1969) y el Pacto Internacional de los Derechos Civiles
y Políticos (ONU, l966, año en que naciera el autor de estos volanderos comentarios) lo instituyen en los
Ahora bien, en lo que se refiere a la “ejecución de las penas o medidas impuestas” como lo denomina la
Dra. Magaly Vásquez, citada por el Dr. Moreno Brandt, “se trata de concretar mayores garantías para el
penado quien podrá impugnar en sede judicial decisiones que tengan que ver con el cumplimiento o
extinción de la pena (…)”, consolidándose las funciones administrativas y judiciales, en una actividad,
para mayor garantía del penado, teniendo el Tribunal de Ejecución, el control de resolver el
derecho a la salud, el derecho al trabajo, entre otros no menos substanciales, que no los pierde, por el
hecho de estar privado de su libertad. En tal sentido, el proceso penal venezolano, según el Código
absoluta, es el Director del Proceso. El Juez vigila, observa, examina, supervisa y controla. Es
decir, el fiscal del Ministerio Público no posee un poder superior y extenso. Las partes pueden
realizar y solicitar la práctica de las diligencias y actos procesales que consideren menester para
demostrar sus asertos. El fiscal del Ministerio Público lo hará para decidir si hay elementos para concluir
en una imputación concreta. La defensa, indudablemente, para desvirtuar los hechos imputados. El
imputado (defensa material) podrá hacer peticiones sin necesidad de requerir asistencia de abogado.
Sin embargo, lo aconsejable es que esté acompañado de un letrado. Esta fase o etapa es de suma
importancia. Ninguna autoridad policial puede dictar una orden de apertura; tan solo puede—y
debe---asegurar los elementos precisos que permitan la investigación del hecho. El proceso
penal actual es acusatorio, pero no es absoluto. Si bien el desarrollo es oral, las actuaciones
introductoria y la fase del juicio oral y público. Su valor reside que según la decisión tomada por
el Juez de Control, penderá que haya o no debate oral, esto es: juicio oral y público. La fase
concluye la investigación.
conclusivos. El defensor puede rebatir la acusación por considerar que el hecho imputado no constituye
delito, o porque la misma carece de fundamentos serios, o porque los elementos recabados tienen un
origen ilícito. La víctima puede impugnar el sobreseimiento. Como lo expresa el Dr. Jorge
Villamizar Guerrero, en su obra Lecciones del Nuevo Proceso Penal: “la fase intermedia cumple la
investigación”. Esta etapa se desarrolla en un solo acto procesal. Es en ésta etapa donde se decide si
habrá o no juicio.
El Juez de Control decidirá qué pruebas admite, y cuales son lícitas, oportunas e imperiosas.
El Juez de Control puede admitir la acusación fiscal; sin embargo, está autorizado por el legislador
penal para calificar provisionalmente los hechos imputados, de una manera desigual a como lo haya
decretada por el Juez de Control en la audiencia preliminar? No debemos olvidar que es ante el Juez de
Juicio donde se materializa realmente la prueba; lógicamente, el Juez de Juicio no podrá tomar una
decisión sobre hechos que no hayan sido imputados y debatidos por el ministerio Público o el
querellante.
Nos explicamos: debe existir congruencia entre los hechos acusados o imputados y la sentencia. Claro,
para que el Juez de Juicio acoja una calificación distinta a la del Ministerio Público, deberá advertirle al
acusado sobre esta posibilidad. En esta fase, corresponde al Juez de Control, decretar medidas de
coerción personales y/o reales, acordar acuerdos reparatorios y ejecutar la aplicación del procedimiento
El Juez de Control puede admitir total o parcialmente la acusación contra el imputado; suscribir y
aprobar la suspensión condicional del proceso, que dicho sea de paso, no es ningún beneficio sino una
garantía de celeridad procesal. ¿Qué pasa si se difiere el acto de la audiencia preliminar? ¿Podrá el
imputado ofertar pruebas si no lo hizo antes? ¿La víctima podrá presentar una acusación particular
propia o adherirse a la del Ministerio Público? Tanto en la jurisprudencia como en la doctrina no hay un
criterio equilibrado, homogéneo o uniforme. Por ejemplo, el Dr. Julio Elías Mayaudón, considera que “si
la audiencia no se realizó y cuenta con un nuevo lapso de varios día”, el imputado o la víctima, “hasta
cinco días antes de la nueva fecha, podrá presentar su escrito de ofrecimiento de pruebas”. Empero, la
Sala de Casación Penal, del Tribunal Supremo de Justicia, de la cual el Dr. Mayaudón es Magistrado, ha
dicho: “La fijación de nuevas fechas para la celebración de la audiencia preliminar, no implica la
reapertura del lapso de cinco días para la promoción de las pruebas, a los efectos de la celebración de
la víctima, estimamos que si no fue debidamente notificada, o convocada para comparecer al acto de la
audiencia preliminar; esta puede pedir no solo el diferimiento de dicha audiencia, sino la nulidad del acto
de celebración de la mencionada audiencia preliminar, y una vez fijada la oportunidad para llevarse a
3) Fase del Juicio Oral y Público: Se materializa plenariamente la prueba y se concretan los principios
más importantes del debate oral y público: el principio de la oralidad, de la publicidad, de concentración,
de la inmediación, contradicción y de igualdad procesal. Interviene la figura del juez profesional y del
escabino. Solo el juez que haya presenciado el debate oral está obligado a sentenciar. Si el Juez de
Juicio, presencia el debate, y absuelve al acusado, no obstante, por lo complejo del caso o por lo
avanzado de la hora, se ampara en el lapso de los diez días, para dictar completa la sentencia, como la
pauta el artículo 365 del Código Orgánico Procesal Penal, y por causa ajena a su voluntad, no firma él la
sentencia, ¿Tendrá que ordenarse de nuevo la celebración del Juicio Oral y Público? Aún cuando se
haya absuelto al acusado, pensamos, que deberá decretarse la nulidad absoluta o plena de dicha
sentencia, y ordenarse la celebración de un nuevo juicio oral y público; caso contrario, se compelería el
principio de la inmediación.
Y en caso, de ser un tribunal colegiado, mixto, y muere un escabino, antes de publicarse la sentencia
suplemente de ese escabino, presenció todo el debate oral, sin faltar a ninguna de las audiencias,
consideramos no indispensable la celebración de un nuevo juicio oral, pues, la inmediación en tal caso,
no estaría conculcada.
En esta fase las partes podrán ofertar o promover nuevas pruebas, siempre y cuando hubieran tenido
relevancia del proceso penal, ya que, es donde las partes—fiscal, querellante y defensa – esgrimen las
acusado.
Fases Del Proceso Penal En Venezuela. (2011, February 15). BuenasTareas.com. Retrieved from
https://www.buenastareas.com/ensayos/Fases-Del-Proceso-Penal-En-Venezuela/1549481.html
Concepto.
Primera Fase.
Investigación de Oficio (artículo 265 del COPP). Por ser el Ministerio Publico el
director de esta primera fase le corresponde el inicio de la investigación, en caso de
que la noticia del delito fuere recibida por los órganos de la policía, estos
necesariamente deberán comunicarlo al Ministerio Publico dentro de las doce horas
siguientes. De conformidad con lo previsto en el COPP, articulo 266, los órganos de
policía solo estarían facultados para practicar “diligencias necesarias y urgentes
dirigidas a identificar y ubicar a los autores y demás participes del hecho punible y al
aseguramiento de los objetos activos y pasivos relacionados con la perpetración.
La denuncia. Artículo 267 del COPP. A fin de permitir que los ciudadanos puedan
contribuir con el mantenimiento de la paz social que se quebranta con la comisión de
delito, se conserva la denuncia como una facultad de poner en conocimiento de la
autoridad competente la comisión de un delito.
La querella. (Artículo 274, 276 del COPP). Es el acto mediante el cual la victima
pone en conocimiento del tribunal la presunta comisión de un delito y señala
directamente a la persona a quien se atribuye su comisión. Con la admisión de la
querella la victima adquiere la condición de parte.
La aprehensión en flagrancia. Artículo 234 del COPP. Se entiende por delito
flagrante el que se está ejecutando actualmente, sin que el autor haya podido huir del
lugar de los hechos y que además tenga consigo armas, instrumentos y otros objetos
que de alguna manera hagan presumir con fundamento que él es el autor del delito.
Audiencia de presentación del Imputado o Imputada (artículo 373 del COPP).
Para decidir acerca del peligro de fuga, debe tenerse en cuenta especialmente, las
siguientes circunstancias:
Arraigo en el país, determinado por el domicilio, residencia habitual, asiento
de la familia, de sus negocios o trabajo y las facilidades para abandonar
definitivamente el país o permanecer oculto.
La pena que podría llegarse a imponer en el caso. Presumiéndose el peligro de
fuga en caso de hechos punibles con pena privativas de libertad, cuyo término máximo
sea igual o superior a diez años. En este supuesto el Fiscal del Ministerio Publico,
deberá solicitar la medida de privación preventiva de libertad, siempre que concurran
las circunstancias del artículo 236 del COPP. Dicha presunción no tiene carácter
absoluto, pues esta petición puede ser rechazada por el juez, de acuerdo a las
circunstancias, que deberá explicar razonadamente, e imponer al imputado una
medida cautelar sustitutiva.
La magnitud del daño.
La conducta predelictual.
Si el imputado queda con una medida cautelar menos gravosa. Artículo 295
del COPP. Duración.
Actos Conclusivos.
Archivo Fiscal. (Artículo 297). Si el Fiscal del Ministerio Publico, una vez
desarrollada la investigación, estima que no hay elementos suficientes para proponer
la acusación, decretara el archivo. Esto no evita la posibilidad de que posteriormente
se pueda reabrir esa investigación si aparecieren nuevos elementos de convicción. De
esta medida deberá notificarse a la víctima que haya intervenido en el proceso y el
Código reconoce un recurso a su favor, dado que esta tiene la posibilidad de solicitar
al juez de control que examine los fundamentos del archivo es decir la victima podrá
solicitar la reapertura de la investigación indicando las diligencias conducentes. En
este caso si el juez estima que la solicitud de la víctima está fundada, debe declararlo y
remitir las actuaciones al Fiscal Superior para que este ordene a otro fiscal de proceso
realizar lo pertinente, es decir, el nuevo fiscal que recibe las actuaciones, analizando
su contenido, podrá disponer la práctica de otros actos de investigación y presentar
un acto conclusivo.
La Audiencia Preliminar.
Principio de oportunidad.
Acuerdos reparatorios.
De la suspensión condicional del proceso.
Fase de Juicio.
En esta fase se resolverá toda la controversia, cumpliéndose con los pasos relativos
a la preparación y desarrollo del debate, culminando con la deliberación y la
sentencia.
Auto de apertura a juicio. Artículo 314. La decisión por la cual el juez o jueza
admite la acusación se dictará ante las partes. El auto de apertura a juicio deberá
contener:
1. La identificación de la persona acusada.
2. Una relación clara, precisa y circunstanciada de los hechos, su calificación
jurídica provisional y una exposición sucinta de los motivos en que se funda, y de ser
el caso, las razones por las cuales se aparta de la calificación jurídica de la acusación.
3. Las pruebas admitidas y las estipulaciones realizadas entre las partes.
4. La orden de abrir el juicio oral y público.
5. El emplazamiento de las partes para que, en el plazo común de cinco días,
concurran ante el juez o jueza de juicio.
6. La instrucción al secretario de remitir al tribunal competente la
documentación de las actuaciones y los objetos que se incautaron.
Este auto será inapelable, salvo que la apelación se refiera sobre una prueba
inadmitida o una prueba ilegal admitida.
Inmediación. Artículo 316. El juicio se realizara con la presencia ininterrumpida
de los jueces y de las partes. El acusado o acusada no podrá alejarse de la audiencia sin
permiso del tribunal. Si después de su declaración rehúsa permanecer, será
custodiado o custodiada en una sala próxima y para todos los efectos podrá ser
representado o representada por el defensor o defensora. Solo en caso de que la
acusación sea ampliada, el juez o jueza lo hará comparecer para los fines de la
intimación que corresponda.
Si su presencia es necesaria para practicar algún reconocimiento u otro acto, podrá
ser compelido a comparecer a la audiencia por la fuerza pública.
Si el defensor o defensora no comparece a la audiencia o se aleja de ella, se
considerara abandonada la defensa y corresponderá su reemplazo.
Publicidad. Artículo 316. El debate será público, pero el tribunal podrá resolver
que se efectué, total o parcialmente a puertas cerradas, cuando:
Afecte el pudor o la vida privada de alguna de las partes o de alguna persona
citada para participar en él.
Perturbe gravemente la seguridad del Estado o las buenas costumbres.
Peligre un secreto oficial, particular, comercial o industrial, cuya revelación
indebida sea punible.
Declare un menor de edad y el tribunal considere inconveniente la publicidad.
Cualquier otra circunstancia que a criterio del juez o la jueza, perturbe el
normal desarrollo del juicio.
La resolución será fundada y se hará constar en el acta del debate.
Desaparecida la causa de la clausura, se hará ingresar nuevamente al público. El
tribunal podrá imponer a las partes el deber de guardar secreto sobe los hechos que
presenciaron o conocieron, decisión que constara en el acta del debate.
Registros. Artículo 317. Se debe efectuar registro preciso, claro y circunstanciado
de todo lo acontecido en el desarrollo del juicio oral y público. A tal efecto, el tribunal
deberá hacer uso de medios de grabación de la voz, videograbación, y en general, de
cualquier otro medio de reproducción similar. Se hará constar el lugar, la fecha y hora
en que este se ha producido, así como la identidad de las personas que han
participado en el mismo.
En todo caso se levantará un acta firmada por los integrantes del tribunal y por las
partes en la que se dejara constancia del registro efectuado.
Una vez concluido el debate, el medio de reproducción utilizado estará a
disposición de las partes para su revisión dentro del recinto del juzgado.
Parágrafo único. El Tribunal Supremo de Justicia, por intermedio de la Dirección
Ejecutiva de la Magistratura, proveerá lo necesario con la finalidad de que todos los
tribunales penales de la Republica dispongan de los instrumentos adecuados para
efectuar el registro aquí previsto.
Concentración y Continuidad. Artículo 318. El tribunal realizara el debate sin
interrupciones en el menor número de días consecutivos, que fueren necesarios, hasta
su conclusión. Se podrá suspender por un plazo máximo de quince días, computados
continuamente, solo en los casos siguientes:
1. Para resolver una cuestión incidental o practicar algún acto fuera de la sala de
audiencia, siempre que no sea posible resolverla o practicarlo en el intervalo entre
dos sesiones.
2. Cuando no comparezcan testigos, expertos o expertas o intérpretes, cuya
intervención sea indispensable, salvo que pueda continuarse con la recepción de otras
pruebas hasta que el ausente sea conducido por la fuerza pública.
3. Cuando algún juez o jueza, el acusado o acusada, su defensor o defensora o el o
la fiscal del Ministerio Publico, se enfermen a tal extremo que no puedan continuar
interviniendo en el debate, a menos que los dos últimos puedan ser reemplazados o
reemplazadas inmediatamente. La regla regirá también en caso de muerte de un juez
o jueza, fiscal, defensor o defensora.
4. Si el Ministerio Publico lo requiere para ampliar la acusación, o el defensor o
defensora lo solicite en razón de la ampliación de la acusación, siempre que, por las
características del caso, no se pueda continuar inmediatamente.
Apertura del debate. Artículo 327. En el día y horas fijados, el juez o jueza se
constituirá en el lugar señalado para la audiencia.
Después de verificar la presencia de las partes, expertos o expertas, intérpretes o
testigos que deban intervenir, el juez o jueza declarara abierto el debate, advirtiendo
al acusado o acusada y al público sobre la importancia y significado del acto.
En caso que el acusado o acusada en estado contumaz se niegue a asistir al debate,
se entenderá que no quiere hacer uso de su derecho a ser oído en el proceso, por lo
que se procederá a realizar el debate fijado con su defensor o defensora, si asiste, o en
su defecto con un defensor o defensora publica que se le designará a tal efecto; de
igual manera se procederá en caso que el acusado o acusada que este siendo juzgado o
juzgada en libertad o bajo una medida cautelar sustitutiva, no asista al debate
injustificadamente, pudiendo el juez o jueza, de oficio o a solicitud del Ministerio
Publico, revocar la medida cautelar.
Seguidamente, en forma sucinta, él o la Fiscal y él o la querellante expondrán sus
acusaciones y el defensor o defensora su defensa.
Tramite de los incidentes. Artículo 329. Todas las cuestiones incidentales que se
susciten serán tratadas en un solo acto, a menos que el tribunal resuelve hacerlo
sucesivamente o diferir alguna, según convenga al orden del debate. En la discusión de
las cuestiones incidentales se les concederá la palabra a las partes solo una vez, por el
tiempo que establezca el juez o jueza.
Declaración del imputado o imputada. Artículo 330. Después de las
exposiciones de las partes, el juez o jueza recibirá declaración al acusado o acusada
con las formalidades de este Código. Le explicará con palabras claras y sencillas el
hecho que se le atribuye, y le advertirá que puede abstenerse de declarar sin que su
silencio le perjudique, y que el debate continuara aunque no declare. Permitirá que
manifieste libremente cuando tenga por conveniente sobre la acusación, pudiendo ser
interrogado o interrogada posteriormente. Podrán interrogarlo o interrogarla el
Ministerio Publico, él o la querellante, el defensor o defensora y el tribunal, en ese
orden.
El imputado o imputada podrá abstenerse de declarar total o parcialmente.
Recepción de pruebas. Artículo 336. Después de la declaración del acusado o
acusada el juez o jueza procederá a recibir la prueba en el orden indicado en los
artículos siguientes, salvo que considere necesario alterarlo.
Expertos. Artículo 337. Los expertos o expertas responderán directamente a las
preguntas que les formulen las partes y el tribunal. Si resulta conveniente el tribunal
podrá disponer que los expertos o expertas presencien los actos del debate.
Podrán consular notas y dictámenes sin que pueda reemplazarse la declaración por
su lectura.
Esta disposición es aplicable, en lo pertinente, a los intérpretes.
En caso de que el experto llamado a comparecer no pudiere asistir por causa
justificada, el juez o jueza podrá ordenar la convocatoria de un sustituto con idéntica
ciencia, arte u oficio de aquel inicialmente convocado.
Testigos. Artículo 338. Seguidamente, el juez o jueza procederá a llamar a los o las
testigos, uno a uno; comenzará por los que haya ofrecido el Ministerio Publico,
continuara por los propuestos por él o la querellante y concluirá con los del acusado o
acusada. El juez o jueza podrá alterar este orden cuando así lo considere conveniente
para el mejor esclarecimiento de los hechos.
Antes de declarar, los o las testigos no podrán comunicarse entre sí, ni con otras
personas, ni ver, oír, o ser informados de lo que ocurra en el debate. Después de
hacerlo, el juez o jueza dispondrá si continúan en la antesala o se retiran.
No obstante, el incumplimiento de la incomunicación no impedirá la declaración de
él o la testigo, pero el tribunal apreciara esta circunstancia al valorar la prueba.
Interrogatorio. Artículo 339. Después de juramentar e interrogar al experto o
experta o testigo sobre su identidad personal y las circunstancias generales para
apreciar su informe o declaración, el juez o jueza le concederá la palabra para que
indique lo que sabe acerca del hecho propuesto como objeto de prueba.
Al finalizar el relato, permitirá el interrogatorio directo. Iniciará quien lo propuso,
continuaran las otras partes, en el orden que el juez o jueza considere conveniente, y
se procurará que la defensa interrogue de ultimo.
Luego, el tribunal podrá interrogar al experto o experta o al o la testigo.
El juez o jueza moderara el interrogatorio y evitara que él o la declarante conteste
preguntas capciosas, sugestivas o impertinentes, procurara que el interrogatorio se
conduzca sin presiones indebidas y sin ofender la dignidad de las personas.
Las partes podrán solicitar la revocación de las decisiones al juez o jueza cuando
limiten el interrogatorio, u objetar las preguntas que se formulen.
Los expertos o las expertas y testigos expresaran la razón de sus informaciones y el
origen de su conocimiento.
Incomparecencia. Artículo 340. Cuando el experto o experta, o testigo
oportunamente citado o citado no haya comparecido, el juez o jueza ordenará que sea
conducido por medio de la fuerza pública, y solicitará a quien lo propuso que colabore
con la diligencia.
Se podrá suspender el juicio por esta causa una sola vez conforme a lo previsto
para las suspensiones, y si él o la testigo no concurren al segundo llamado o no pudo
ser localizado o localizada para su conducción por la fuerza pública, el juicio
continuara prescindiéndose de esta prueba.
Otros medios de prueba. Artículo 341. Los documentos serán leídos y exhibidos
en el debate, con indicación de su origen. El tribunal, excepcionalmente, con acuerdo
de todas las partes, podrá prescindir de la lectura integra de documentos o informes
escritos, o de la reproducción total de una grabación, dando a conocer su contenido
esencial u ordenando su lectura o reproducción parcial. Los objetos y otros elementos
ocupados serán exhibidos en el debate, salvo que alguna de las partes solicite
autorización al juez o jueza para prescindir de su representación. Las grabaciones y
elementos de prueba audiovisuales se reproducirán en la audiencia, según su forma
de reproducción habitual.
Dichos objetos podrán ser presentados a los expertos o expertas y a los o las
testigos durante sus declaraciones, a quienes se les solicitará reconocerlos o informar
sobre ellos.
Nuevas pruebas. Artículo 342. Excepcionalmente, el tribunal podrá ordenar, de
oficio o a petición de parte, la recepción de cualquier prueba, si en el curso de la
audiencia surgen los hechos o circunstancias nuevos, que requieren su
esclarecimiento. El tribunal cuidará de no reemplazar por este medio la actuación
propia de las partes.
Discusión final y cierre del debate. Artículo 343. Terminada la recepción de las
pruebas, el juez o jueza concederá la palabra, sucesivamente, a él o la Fiscal, a él o la
querellante y el defensor o defensora, para que expongan sus conclusiones.
No podrán leerse escritos, salvo extractos de citas textuales de doctrina o de
jurisprudencia para ilustrar el criterio del tribunal, sin perjuicio de la lectura parcial
de notas para ayudar a la memoria.
Si intervinieron dos o más fiscales y querellantes o defensores, todos podrán
hablar, repartiendo sus tareas para evitar repeticiones o dilaciones.
Seguidamente, se otorgará a él o la Fiscal, a él o la querellante y al defensor o
defensora la posibilidad de replicar, para referirse solo a las conclusiones formuladas
por la parte contraria que antes no hayan sido discutidas.
El juez o jueza impedirá cualquier divagación, repetición o interrupción. En caso de
manifiesto abuso de la palabra, llamará la atención al orador u oradora, y, si este o
esta persisten, podrá limitar el tiempo del alegato, teniendo en cuenta la naturaleza de
los hechos en el examen, las pruebas recibidas y las cuestiones por resolver.
Si está presente la víctima y desea exponer, se le dará la palabra, aunque no haya
presentado querella. Finalmente, el juez o jueza preguntara al acusado o acusada, o a
su defensor o defensora, si tiene algo más que manifestar. A continuación declarará
cerrado el debate.
La sentencia. Artículo 344. Cerrado el debate, el juez o jueza se retirará de la Sala
a elaborar la sentencia y convocará a las partes para el mismo día, a fin de imponerlos
del contenido de esta o del dispositivo del fallo, en caso del supuesto establecido en el
primer aparte del artículo 347 de este Código.
Absolutoria. Artículo 348. La sentencia absolutoria ordenará la libertad del
absuelto o absuelta, la cesación de las medidas cautelares, la restitución de los objetos
afectados al proceso que no estén sujetos a comiso, las inscripciones necesarias y de
ser el caso, fijará las costas.
La libertad del absuelto o absuelta se otorgará aun cuando la sentencia absolutoria
no este firme y se cumplirá directamente desde la Sala de audiencias, para lo cual el
tribunal cursará orden escrita.
Condenatoria. Artículo 349. La sentencia condenatoria fijará las penas y medidas
de seguridad que corresponda y, de ser procedente, las obligaciones que deberá
cumplir el condenado o condenada.
En las penas o medidas de seguridad fijará provisionalmente la fecha en que la
condena finaliza.
Fijará el plazo dentro del cual se deberá pagar la multa, si fuere procedente.
Decidirá sobre las costas, si fuere el caso, y la entrega de objetos ocupados a quien
el tribunal considera con mejor derecho a poseerlos, sin perjuicio de los reclamos que
correspondan ante los tribunales competentes; así como sobre el comiso, destrucción
o confiscación, en los casos previstos en la CRBV y la Ley.
Cuando la sentencia establezca la falsedad de un documento, el tribunal mandara
inscribir en él una nota marginal sobre la falsedad, con indicación del tribunal, del
proceso en el cual se dictó la sentencia y de la fecha de su pronunciamiento.
Si el penado o penada se encontrare en libertad, y fuere condenado o condenada a
una pena privativa de libertad mayor de cinco años, el juez o jueza decretará su
inmediata detención, la cual se hará efectiva en la misma sala de audiencias, sin
perjuicio del ejercicio de los recursos previstos en este Código.
Fase de Ejecución.
Procedimiento.
En primer lugar, debe resaltarse que una vez que la sentencia se encuentre
definitivamente firme, es decir, que contra la misma no proceda recurso de revisión,
casación, de la ley adjetiva penal ni de ninguna ley; es dictada por un tribunal de
Control o de Juicio, los cuales según sea el caso remitirán o enviaran el expediente al
tribunal de ejecución (cabe la acotación que en la práctica no se envía directamente al
tribunal de ejecución sino que se envía a una unidad de distribución de expedientes y
este a su vez lo envía a un tribunal de ejecución), una vez que el expediente llega a un
tribunal de ejecución, este deberá ejecutar la sentencia condenatoria y realizar el
computo de la pena indicando entre otros particulares la pena impuesta, el tiempo
que ha cumplido de la misma, lo que le falta por cumplir.
Suspensión Condicional de la Ejecución de la Pena. Artículo 482. Para que el
Tribunal de ejecución acuerde la suspensión condicional de la ejecución de la pena, se
requerirá:
1. Pronostico de clasificación de mínima seguridad del penado o penada, emitido
de acuerdo a la evaluación realizada por un equipo técnico, constituido de acuerdo a
lo establecido en el numeral 3 del artículo 488 de este Código.
2. Que la pena impuesta en la sentencia no exceda de cinco años.
3. Que el penado o penada, se comprometa a cumplir las condiciones que le
imponga el tribunal o el delegado o delegada de prueba.
4. Que el penado o penada presente oferta de trabajo, cuya validez en términos
de certeza de la oferta y adecuación a las capacidades laborales del penado o penada,
sea verificada por el delegado o delegada de prueba.
5. Que no haya sido admitida en su contra, acusación por la comisión de un nuevo
delito, o no le haya sido revocada cualquier fórmula alternativa de cumplimiento de
pena que le hubiere sido otorgada con anterioridad.
1. Que el penado haya cumplido por lo menos dos tercio de la pena impuesta.
2. Que el penado no tenga antecedentes por condenas anteriores a aquella por la
que solicita el beneficio.
3. Que no haya cometido algún delito o falta durante el tiempo de su reclusión.
4. Que exista un pronóstico favorable sobre el comportamiento futuro del
penado, expedido por un equipo multidisciplinario encabezado, preferentemente por
un psiquiatra forense.
5. Que no haya sido revocada cualquier fórmula alternativa de cumplimiento de
pena que le hubiere sido otorgada con anterioridad.
6. Que haya observado buena conducta.
Libertad condicional.
1. Que el penado haya cumplido por lo menos las tres cuartas parte de la pena
impuesta.
2. Que el penado no tenga antecedentes por condenas anteriores a aquella por la
que solicita el beneficio.
3. Que no haya cometido algún delito o falta durante el tiempo de su reclusión.
4. Que exista un pronóstico favorable sobre el comportamiento futuro del
penado, expedido por un equipo multidisciplinario encabezado, preferentemente por
un psiquiatra forense.
5. Que no haya sido revocada cualquier fórmula alternativa de cumplimiento de
pena que le hubiere sido otorgada con anterioridad.
6. Que se haya observado buena conducta.
Redención efectiva. Artículo 497. Solo podrá ser considerados a los efectos de la
redención de la pena de que trata la ley, el trabajo y el estudio, conjunta o
alternativamente realizados dentro del centro de reclusión.
El trabajo necesario para la redención de la pena no podrá exceder de ocho horas
diarias, realizado para empresas públicas o privadas, o entidades benéficas, todas
debidamente acreditada por el Ministerio con competencia penitenciaria, devengando
el salario correspondiente. Cuando el interno o interna trabaje y estudie en forma
simultánea, se le concederán las facilidades necesarias para la realización de los
estudios, sin afectar la jornada de trabajo.
El trabajo y el estudio realizados deberán ser supervisados o verificados por el
Ministerio con competencia penitenciaria y por el juez o juez de apelación. A tales
fines, se llevará registro detallado de los días y horas que los internos o internas
destinen al trabajo y estudio.
El Código Orgánico Procesal Pena, establece el derecho de las penas a impugnar las
decisiones judiciales que les sean desfavorables, por los medios y en los casos
expresamente establecidos, lo que constituye la impugnabilidad objetiva a que se
contrae el articulo 423; cuya esencia radica en la necesidad de someter a revisión una
determinada decisión judicial, bien por parte del mismo tribunal que la dictó, o por
una sentencia superior, con el fin de corregir los errores en que hubiese podido
incurrir la misma.
Procedimiento de tramitación.
El artículo 33 del COPP faculta al Tribunal competente para que durante la fase
intermedia o durante la fase de juicio oral, puedan asumir de oficio la solución de
aquellas excepciones que no hayan sido opuestas, siempre que la misma por su
naturaleza no requiera la instancia de parte.
Una vez que el juez de control decide abrir el juicio (COPP, Art 313 y 314), se abre al público
interesado la información de los hechos que conforman la causa. El juicio concluye con una
sentencia absolutoria o de condena.
La fase de juzgamiento corresponde a los tribunales de juicio, los cuales se integran con
jueces profesionales (COPP, Art 108 y 109).
El juez dirige el debate, ordena la práctica de las pruebas, exige el cumplimiento de las
solemnidades que correspondan, modera la discusión y resuelve los incidentes y demás
solicitudes de las partes. Asimismo, impide que las alegaciones se desvíen hacia aspectos
inadmisibles o impertinentes, pero sin coartar el ejercicio de la acusación ni el derecho a la
defensa. También puede limitar el tiempo del uso de la palabra a quienes intervengan durante
el juicio, fijando límites máximos igualitarios para todas las partes, o interrumpiendo a quien
haga uso manifiestamente abusivo de su facultad.
Del mismo modo, ejerce las facultades disciplinarias destinadas a mantener el orden y decoro
durante el debate y, en general, las necesarias para garantizar su eficaz realización (COPP,
Art 324).
El juez señalará la fecha para la celebración de la audiencia pública, la cual deberá tener lugar
no antes de diez ni después de quince días (COPP, Art 325).
Se trata de aquellas pruebas que las partes pueden presentar acerca de las cuales hayan
tenido conocimiento despues de la audiencia preliminar (COPP, Art 326)
En el día y hora fijados, el juez se constituirá en el lugar señalado para la audiencia (COPP,
Art 327).
Después de verificar la presencia de las partes, expertos, intérpretes o testigos que deban
intervenir, el juez declará abierto el debate, advirtiendo al imputado y al público sobre la
importancia y significado del acto (COPP, Art 327). Conforme al principio de inmediación
(COPP, Art 16), el juicio se realizará con la presencia ininterrumpida del juez y de las partes
(COPP, Art 315). Conforme al principio de publicidad (COPP, Art 15), el debate será público;
sin embargo, mediante resolución fundada que se hará constar en el acta del debate, en
ciertos casos previstos taxativamente en el COPP, el tribunal podrá resolver que el debate se
efectúe total o parcialmente a puertas cerradas. Desaparecida la causa de la clausura, se hará
ingresar nuevamente al público (COPP, Art 316). De acuerdo al principio de concentración
(COPP, Art 17), el tribunal realizará el debate en un solo día. Si ello no fuere posible,
continuará durante los días consecutivos que fueren necesarios hasta su conclusión.
Las cuestiones incidentales que se susciten serán tratadas en un solo acto, a menos que el
tribunal resuelva hacerlo sucesivamente o diferir alguna, según convenga al orden del debate.
En la discusión de las cuestiones incidentales se les concederá la palabra a las partes sólo
una vez, por el tiempo que establezca el juez (COPP, Art 329).
Después de las exposiciones de las partes (ver N°6), el juez recibirá declaración al imputado,
con las formalidades previstas en el COPP. Le explicará en palabras claras y sencillas el
hecho que se le atribuye y le advertirá que puede abstenerse de declarar sin que su silencio le
perjudique y que el debate continuará aunque no declare. Asimismo, el juez permitirá que el
imputado manifieste libremente cuando tenga por conveniente sobre la acusación, pudiendo
ser interrogado posteriormente. En tal sentido, al imputado podrán interrogarlo el Ministerio
Público, el querellante, el defensor y el tribunal, en este orden. El imputado podrá abstenerse
de declarar total o parcialmente (COPP, Art 330). En el curso del debate, el imputado podrá
hacer todas las declaraciones que considere pertinentes, siempre que se refieran al objeto del
debate, incluso si antes se hubiere abstenido. Igualmente, el imputado podrá en todo
momento hablar con su defensor, sin que por ello la audiencia se suspenda; a tal efecto se le
ubicará a su lado. No obstante, no lo podrá hacer durante su declaración o antes de responder
a preguntas que se le formulen (COPP, Art 332). Si los imputados son varios, el juez podrá
alejar de la sala de audiencia a los que no declaren en ese momento, pero después de todas
las declaraciones deberá informarlos resumidamente de lo ocurrido durante su ausencia
(COPP, Art 331).
Los expertos responderán directamente a las preguntas que les formulen las partes y el
tribunal. A tales fines podrán consultar notas y dictámenes, sin que la declaración pueda ser
reemplazada por su lectura. Si resulta conveniente, el tribunal podrá disponer que los expertos
presencien los actos del debate (COPP, Art 337). Después de juramentar e interrogar al
experto sobre su identidad personal y las circunstancias generales para apreciar su informe, el
juez le concederá la palabra para que indique lo que sabe acerca del hecho propuesto como
objeto de prueba. El experto expresará la razón de sus informaciones y el origen de su
conocimiento. Al finalizar el relato del experto, el juez permitirá el interrogatorio directo, el cual
será iniciado por la parte que haya propuesto al experto; lo continuarán las otras partes, en el
orden en que el juez considere conveniente, y se procurará que la defensa lo haga de último.
Luego, el tribunal podrá interrogar al experto (COPP, Art 339).
11.- Testigos:
Seguidamente, el juez procederá a llamar a los testigos, uno a uno. Comenzará por los que
haya ofrecido al Ministerio Público, continuará con los propuestos por el querellante y
concluirá con los del acusado, pudiendo el juez alterar este orden cuando así lo considere
conveniente para el mejor esclarecimiento de los hechos. Antes de declarar, los testigos no
podrán comunicarse entre sí, ni con otras personas, ni ver, oír o ser informados de lo que
ocurra en el debate.
Los documentos serán leídos y exhibidos en el debate, con indicación de su origen. El tribunal,
excepcionalmente, con acuerdo de todas las partes, podrá prescindir de la lectura íntegra de
documentos o informes escritos, o de la reproducción total de una grabación, dando a conocer
su contenido esencial u ordenando su lectura o reproducción parcial (COPP, Art 341).
Los objetos y otros elementos ocupados serán exhibidos en el debate. Las grabaciones y
elementos de prueba audiovisuales se reproducirán en la audiencia, según su forma de
reproducción habitual. Dichos objetos podrán ser presentados a los expertos y a los testigos
durante sus declaraciones, a quienes se les solicitará reconocerlos o informar sobre ellos. Si
para conocer los hechos es necesaria una inspección, el tribunal podrá disponerla, y el juez
ordenará las medidas para llevar a cabo dicho acto. Si este se realiza fuera del lugar de la
audiencia, el juez deberá informar sucintamente sobre las diligencias practicadas (COPP, Art
341).
15.- Deliberación:
Cerrado el debate, el juez se retirará a elaborar la sentencia y convocac a las partes para el
mismo dia a fin de imponerlos del contenido de esta o del dispositivo del fallo (COPP, Art 344).
16.- Sentencia:
17.- Absolutoria:
18.- Condenatoria:
Quien desempeñe la función de secretario durante el debate, levantará un acta que contendrá,
por lo menos, las enunciaciones contempladas en el Art 350 del COPP. El acta se leerá a los
comparecientes inmediatamente después de la sentencia, con lo cual el acta quedará
notificada (COPP, Art 351). En todo caso, el acta sólo demuestra el modo cómo se desarrolló
el debate, la observancia de las formalidades previstas, las personas que intervinieron y los
actos que se llevaron a cabo (COPP, Art 352).
BIBLIOGRAFIA
Código Orgánico Procesal Penal, Gaceta Oficial 6078 Extraordinario del 15 de Junio de 2.012
https://estudiosjuridicos.wordpress.com/derecho-procesal-penal/el-procedimiento-ordinario/
Por ende, las excepciones se identifican con defensas que pueden oponer las
partes, ya sean de fondo, dirigidas a neutralizar la acusación en función del derecho
que se aspira materializar en la sentencia, y formales, que son de tipo procesal,
destinadas a lograr la improcedencia o extinción del proceso por su no adecuación a
las normas legales que lo regulan, procurando detener el mismo de manera
provisional o definitiva, teniendo la particularidad que en la fase intermedia, deben
oponerse en un lapso que culmina hasta el quinto día antes de llevarse a cabo el acto
de la audiencia preliminar, según el artículo 311 (antiguamente 328) del Código
Orgánico Procesal Penal.
Y por último, el numeral 6 del señalado artículo 28, que consagra una medida
de gracia, de carácter excepcional que supone el perdón de la pena.
Por tanto, el Ministerio Público en los casos de delitos de acción pública, una
vez corregida la acusación, se encuentra en la obligación de presentar nuevamente la
acción si están dadas las circunstancias, pero esto no puede realizarse en un tiempo
superior al indicado en el primer aparte del artículo 295 del citado texto adjetivo
penal.
Y a tales efectos, sobre los argumentos expuestos, puede afirmarse que JOSÉ
GREGORIO PITA RIVERO, en su condición de Juez Primero de Control del
Circuito Judicial Penal del Estado Bolívar, en sentencia dictada el trece (13) de
agosto de 2012 (con ocasión a la realización de la audiencia preliminar, en el caso de
autos), incurrió en errónea interpretación de normas procesales, al decretar un
sobreseimiento con carácter definitivo, en contravención a lo previsto en el artículo
20 (numerales 1 y 2) del Código Orgánico Procesal Penal, decretando a su vez la
libertad plena del ciudadano KELLER JOSÉ VIVENES MUÑOZ, y suspendiendo
las medidas asegurativas de bienes, sin importar la imputación de delitos graves
considerados de lesa humanidad.
Motivo por el cual, dicha decisión generó que los ciudadanos MARISOL
CARVAJAL SOSA y LUIS GABRIEL CHING MAESTRE, Fiscal (encargada)
y Fiscal Auxiliar de la Fiscalía Quinta del Ministerio Público con Competencia en
materia contra las Drogas de la Circunscripción Judicial del Estado Bolívar,
respectivamente, interpusieran recurso de apelación (en pleno acto de audiencia
preliminar), invocando la modalidad de efecto suspensivo, plasmado en el artículo
374 del Código Orgánico Procesal Penal (utilizado por rationi tempore), a sabiendas
que esa institución no era aplicable en esa etapa procesal. Aunado a que los referidos
fiscales, el día quince (15) de agosto de 2012, presentaron escrito de ratificación de
la apelación (figura procesal inexistente en el texto adjetivo penal venezolano),
dando lugar a que la corte de apelaciones conociera de la actas.
De igual manera, la misma alzada, una vez recibido el expediente, dictó auto
el dieciocho (18) de septiembre de 2012, afirmando la inexistencia del recurso que
contradictoriamente ellos mismos tramitaron, incurriendo en non liquen, al no dar
respuesta a la apelación en cuestión, además de no corregir ni constitucional, ni
procesalmente la írrita providencia dictada por el ya identificado juez de control.
Por ello, puede aseverarse que como tribunal de alzada no cumplió con su
deber, ignorando la vulneración del orden público normativo, desconociendo la
obligatoriedad de decretar la nulidad absoluta de oficio cuando verifiquen el
quebrantamiento flagrante (como en el presente caso) de las normas que conforman
el ordenamiento jurídico, por lo que al no pronunciarse con relación a la apelación
tramitada no quedó firme el sobreseimiento.
Haciendo especial distinción que producto de lo decidido por el juzgado de
control, se remitió el expediente al Juzgado Segundo de Ejecución del Circuito
Judicial Penal del Estado Bolívar, a cargo de EVERGLIS CAMPOS BRITO,
quien al dictar auto el veinticinco (25) de septiembre de 2012, remitiendo las
actuaciones al archivo judicial y decretando la libertad plena del
ciudadanoKELLER JOSÉ VIVENES MUÑOZ, actuó fuera de su competencia
material, según lo dispuesto en el artículo 479 del Código Orgánico Procesal Penal
vigente para el año 2012 (hoy artículo 471), ya que solamente se pueden ejecutar las
penas y medidas de seguridad impuestas, incurriendo así con tal modo de proceder
en una indebida aplicación de normas procesales.
Las formas no se establecen porque sí, sino por una finalidad trascendente,
las cuales son necesarias en cuanto cumplan un fin y representen una garantía, por
eso el Código Orgánico Procesal Penal no contempla unas normas rígidas, sino
flexibles e idóneas para cumplir su función; siendo una exigencia constitucional y
procesal que el juez o jueza de mérito debe aplicar de manera correcta las
disposiciones jurídicas. Aunado a ello, los órganos jurisdiccionales superiores tienen
la obligación de verificar si las decisiones de instancia sometidas a su consideración
cumplen con esas normativas de orden legal, por cuanto en caso contrario se
encuentran obligados a materializar los correctivos procesales pertinentes, para así
cumplir con su labor revisora.
Por ende, se verifica que los hechos de ésta se identifican a los de la presente
(por conexión), encontrándose en Circuitos Judiciales Penales distintos, lo cual crea
inseguridad jurídica, pues podrían existir pronunciamientos contradictorios que
afecten finalmente la tutela judicial efectiva.
IV
DECISIÓN
Preliminar.)
Cabe agregar, “el Juez o Jueza informará a las partes sobre las medidas
alternativas a la prosecución del proceso (…) En ningún caso se permitirá
que en la audiencia preliminar se planteen cuestiones que son propias del
juicio oral y público.” (Art. 329 COPP)
(*)Abogado
Comentarios:
Monaza17@hotmail.com
http://asesorialegalenvalledelapascua.blogspot.com/
“Ahora bien, la Sala advierte que en la fase intermedia, las excepciones están sujetas a diversos
elementos para su admisibilidad, tales como: temporalidad (cinco días antes del vencimiento del plazo
fijado para la celebración de la audiencia preliminar); legitimidad (la víctima querellante o que haya
presentado acusación particular propia y el imputado o imputada); formalidad (establecidas en el Código
Orgánico Procesal Penal) y oportunidad (que no se hayan planteado con anterioridad o se funden en
hechos nuevos), todas estas condiciones reguladas por el artículo 311 del Código Orgánico Procesal
Penal.
Siendo ello así, el juez de control en fase intermedia debe evaluar la admisibilidad de la excepción
propuesta y ello trae la interrogante sobre la posibilidad de recurribilidad de la decisión que declara
inadmisible la misma.
En tal sentido esta Sala observa que la ley adjetiva penal establece que las excepciones que interponga la
defensa durante la fase intermedia para oponerse a la persecución penal, serán opuestas en la forma y
oportunidad previstas en el artículo 311 de dicho código y serán decididas conforme a lo allí previsto,
mientras que más adelante establece, el artículo 32 que durante la fase de juicio oral las partes sólo
podrán oponer entre otras excepciones las que hayan sido declaradas sin lugar por el Juez o Jueza de
Control al término de la audiencia preliminar. En cuanto al momento para que el juez de control decida
sobre las mismas, el artículo 313 del Código Orgánico Procesal Penal indica que finalizada la audiencia
preliminar el Juez o Jueza resolverá, en presencia de las partes, entre otros asuntos las excepciones
opuestas, decisión que formará parte integral del auto de apertura al juicio, que por mandato expreso del
aparte in fine del artículo 314 eiusdem será inapelable, salvo que la apelación se refiera a una prueba
inadmitida o la prueba ilegalmente admitida.
En conclusión, esta Sala Constitucional, en ejercicio de sus facultades de máxima intérprete del espíritu
de la ley y con la finalidad de garantizar en fase intermedia la vigencia del principio de progresividad del
proceso penal, evitando que dicha fase intermedia sea obstaculizada con incidencias innecesarias o
dilaciones indebidas que perturben el desarrollo lineal y desvirtúen su naturaleza de garantizar que los
juicios orales sean debidamente fundamentados, establece que las excepciones previstas en el artículo 28
del Código Orgánico Procesal Penal, que sean declaradas inadmisibles por el juez de control en la
audiencia preliminar no son recurribles ante la corte de apelaciones, pero podrán ser opuestas
nuevamente en la fase de juicio, tal como ocurre con las que son declaradas sin lugar.”
OJO
NO CONFUNDIR LAS CAUSAS DE EXTINCIÓN DE LA ACCIÓN PENAL CON LOS OBSTÁCULOS AL
EJERCICIO DE LA ACCIÓN.
Las causas de extinción de la acción, discutidas hasta ayer, penal están en el Artículo 48 del COPP y
son figuras procesales que dejan sin efecto la acción penal, antes de que ella ocurra.
Comentario del Dr. Moreno: En mi mente gráfica observo las diferencias como si se tratara de un
puente al cual no se ha llegado, cuando se trata de la extinción; mientras que los obstáculos
tipificados en las excepciones, serían los peajes y las anfractuosidades del camino o la oportunidad
para una vuelta en U. Sin embargo en términos cronológicos, la extinción pudiera ocurrir ya
avanzado el proceso, como por ejemplo en el caso de la muerte del imputado. Y la excepción
podría presentarse tempranamente, como ocurriría en caso de la interposición de la cosa juzgada,
la nueva persecución o la caducidad de la acción penal. En términos matemáticos, la extinción
podría considerarse un subconjunto de las excepciones, por cuanto la extinción, dentro de la cual
está contenida la amnistía es una excepción. No me queda claro porque el indulto se incluye dentro
de las excepciones y no dentro de las causas de extinción de la acción penal, tal como se incluye la
amnistía. Muchas excepciones semejan las cuestiones previas del área procesal civil.
LAS PERENTORIAS, para que el proceso perezca, tal como serían las causales de extinción. En este
caso, si la excepción es declarada con lugar, la acción perece y se declara la cosa juzgada.
Deben diferenciarse también cuales son las excepciones que pueden proponerse en la fase
preparatoria, ante el Juez de Control (encabezado del Artículo 28). Ellas deben resolverse según el
trámite que se especifica en el artículo 29 ejusdem.
Artículo 29
Trámite de las Excepciones Durante la Fase Preparatoria
Las excepciones interpuestas durante la fase preparatoria, se tramitarán en forma de incidencia,
sin interrumpir la investigación y serán propuestas por escrito debidamente fundado ante el Juez
de control, ofreciendo las pruebas que justifican los hechos en que se basan y acompañando la
documentación correspondiente, con expresa indicación de los datos de identificación y dirección
de ubicación de las otras partes.
Planteada la excepción, el Juez notificará a las otras partes, para que dentro de los cinco días
siguientes a su notificación, contesten y ofrezcan pruebas. La víctima será considerada parte a los
efectos de la incidencia, aún cuando no se haya querellado, o se discuta su admisión como
querellante. Si la excepción es de mero derecho, o si no se ha ofrecido o dispuesto la producción de
prueba, el Juez o tribunal, sin más trámite, dictará resolución motivada dentro de los tres días
siguientes al vencimiento del citado plazo de cinco días.
En caso de haberse promovido pruebas, el Juez convocará a todas las partes, sin necesidad de
notificación previa, a una audiencia oral, que se celebrará dentro de los ocho días siguientes a la
publicación del auto respectivo. En esta audiencia, cada una de las partes expondrá oralmente sus
alegatos y presentará sus pruebas. Al término de la audiencia, el Juez resolverá la excepción de
manera razonada.
La resolución que se dicte es apelable por las partes dentro de los cinco días siguientes a la
celebración de la audiencia.
El rechazo de las excepciones impedirá que sean planteadas nuevamente durante la fase
intermedia por los mismos motivos.
Tómese en cuenta que la excepción, cuando es rechazada por el Juez de Control, impedirá que
pueda plantearse de nuevo, DURANTE ESA FASE DEL PROCESO, por los mismos motivos.
Distíngase también que las excepciones opuestas durante la fase intermedia serán propuestas en
la forma que se indica en el artículo 328 del COPP, con los mandatos señalados en el artículo 30
ejusdem.
Artículo 328
Facultades y Cargas de las Partes
Hasta cinco días antes del vencimiento del plazo fijado para la celebración de la audiencia
preliminar, el Fiscal, la víctima, siempre que se haya querellado o haya presentado una acusación
particular propia, y el imputado, podrán realizar por escrito los actos siguientes:
1. Oponer las excepciones previstas en este Código, cuando no hayan sido planteadas con
anterioridad o se funden en hechos nuevos;
2. Pedir la imposición o revocación de una medida cautelar;
3. Solicitar la aplicación del procedimiento por admisión de los hechos;
4. Proponer acuerdos reparatorios;
5. Solicitar la suspensión condicional del proceso;
6. Proponer las pruebas que podrían ser objeto de estipulación entre las partes;
7. Promover las pruebas que producirán en el juicio oral, con indicación de su pertinencia y
necesidad,
8. Ofrecer nuevas pruebas de las cuales hayan tenido conocimiento con posterioridad a la
presentación de la acusación fiscal.
Esto quiere decir que pueden y deber oponerse hasta 5 días CONTINUOS, antes del plazo fijado
para la audiencia preliminar. Y así, tanto el Fiscal, la víctima que se haya querellado y haya
presentado una acusación particular propia, podrá oponer las excepciones presentes en el
Artículo 28
Excepciones.
Durante la fase preparatoria, ante el Juez de control, y en las demás fases del proceso, ante el
tribunal competente, en las oportunidades previstas, las partes podrán oponerse a la persecución
penal, mediante las siguientes excepciones de previo y especial pronunciamiento:
1. La existencia de la cuestión prejudicial prevista en el artículo 35;
2. La falta de jurisdicción;
3. La incompetencia del tribunal;
4. Acción promovida ilegalmente, que sólo podrá ser declarada por las siguientes causas:
a) La cosa juzgada;
b) Nueva persecución contra el imputado, salvo los casos dispuestos en los numerales 1 y 2 del
artículo 20;
c) Cuando la denuncia, la querella de la víctima, la acusación fiscal, la acusación particular propia
de la víctima o su acusación privada, se basen en hechos que no revisten carácter penal;
d) Prohibición legal de intentar la acción propuesta;
e) Incumplimiento de los requisitos de procedibilidad para intentar la acción;
f) Falta de legitimación o capacidad de la víctima para intentar la acción;
g) Falta de capacidad del imputado;
h) La caducidad de la acción penal;
i) Falta de requisitos formales para intentar la acusación fiscal, la acusación particular propia de la
víctima o la acusación privada, siempre y cuando éstos no puedan ser corregidos, o no hayan sido
corregidos en la oportunidad a que se contraen los artículos 330 y 412;
PREGUNTA DE EXAMEN:
Definir categorías procesales.
HE AQUI UNA IDEA, sigue el link
R: Resulta de vital importancia en cuanto a la unión procesal la labor desarrollada en Italia por
GIANNITTI quien en su obra Processo civile e penale a confronto, analiza las principales categorías
procesales: jurisdicción y competencia, sujetos procesales, actos procesales, medidas cautelares,
acción, principios probatorios, etc., y lo hace sometiendo cada uno de ellos a un examen en cuanto
a sus similitudes y diferencias, en correspondencia con la naturaleza penal o civil del objeto
protegido, pero partiendo del presupuesto básico del ejercicio de la jurisdicción, vista como una
función del Estado que presupone en todos los casos la existencia de una controversia que puede
surgir tanto de un sujeto privado, como de la relación del administrado con la administración o del
derecho de defensa del individuo frente a la potestad punitiva del Estado, lo que condiciona que el
asunto sea procesal civil, administrativo o penal.
COMENTARIO DEL Dr. Moreno: Para entender las categorías procesales, decidí regresarme al
término de categoría y a la definición filosófica de ello:
La Idea de Categoría (en el sentido en que se utiliza en la teoría del cierre categorial) tiene que ver
principalmente con las totalidades atributivas (y, a través de éstas, con las totalidades
distributivas).
Una categoría, a efectos gnoseológicos, es una totalidad atributiva en la que ha sido posible
concatenar, por cierres operatorios, unas partes con otras en círculos de radio más o menos
amplio, intercomunicados entre sí. Las categorías no son, según esto, meros recursos taxonómicos;
tienen una dimensión arquitectónica.
Las categorías constituyen una ejecución del principio platónico de la symploké , definido como
el entrelazamiento de las cosas que constituyen una situación (efímera o estable), un sistema, una
totalidad o diversas totalidades, cuando se subraya no sólo el momento de la conexión (que incluye
siempre un momento de conflicto) sino el momento de la desconexión o independencia parcial
mutua entre términos, secuencias, comprendidos en la symploké.
Así entonces, en el proceso penal, los sujetos procesales, los actos procesales, las medidas
cautelares, los principios probatorios que incluyen la mínima actividad probatoria, la jurisdicción y
la competencia, la audiencia preliminar, las excepciones y las causas de extinción, ENTRE OTRAS,
constituyen categorías procesales. Estas se anudan sobre el eje de la constitucionalidad y cada una
de ellas a su vez se subdivide, se concatena con el eje principal.
en cada fase del proceso penal concatenándose en un orden arquitectónico hasta el fin del
proceso, es decir la búsqueda de la verdad histórica, con el fin del bienestar social.
Gráficamente, sin ser exhaustivo, se pudiera expresar como en el siguiente mapa mental. Una
pirámide arquitectónica que comienza con la constitucionalidad y termina precisamente con el
control de la constitucionalidad en el Tribunal Supremo de Justicia. Se podrán constituir otras
categorías procesales a partir de cada uno de los círculos, en cada etapa del proceso.
Veamos la Categoría Procesal denominada OBSTÁCULOS AL EJERCICIO DE LA ACCIÓN PENAL.
Capítulo II
De los obstáculos al ejercicio de la acción
Artículo 28. Excepciones. Durante la fase preparatoria, ante el juez de control, y en las demás fases
del proceso, ante el tribunal competente, en las oportunidades previstas, las partes podrán
oponerse a la persecución penal, mediante las siguientes excepciones de previo y especial
pronunciamiento:
1. La existencia de la cuestión prejudicial prevista en el artículo 35;
2. La falta de jurisdicción;
4. Acción promovida ilegalmente, que sólo podrá ser declarada por las siguientes causas:
a) La cosa juzgada;
b) Nueva persecución contra el imputado, salvo los casos dispuestos en los ordinales 1 y 2 del
artículo 20;
i) Falta de requisitos formales para intentar la acusación fiscal, la acusación particular propia de la
víctima o la acusación privada, siempre y cuando éstos no puedan ser corregidos, o no hayan sido
corregidos en la oportunidad a que se contraen los artículos 330 y 412;
6. El indulto.
De acuerdo con el esquema arriba indicado, esta categoría debe hacer eclosión una vez señalado el
imputado como autor de un hecho punible. Pero el cierre operacional de la misma no estaría
limitado a la fase preparatoria y antes de la acusación del Fiscal, ya que como reza el Artículo 28
pueden también oponerse las excepciones al ejercicio de la acción penal “en las demás fases del
proceso, ante el tribunal competente en las oportunidades previstas”…”previo y especial
pronunciamiento:”
El juez deberá resolver la o las excepciones propuestas “previo y especial pronunciamiento” por la
defensa, para que el proceso continúe.
¿EN QUE CASOS PUEDE LA DEFENSA OPONER LA ACCIÓN DE DETERMINADO JUEZ, AUNQUE ESTE
SEA COMPETENTE Y TENGA JURISDICCIÓN?
Esto será discutido cuando se estudie la categoría procesal de la VIA REPRESIVA. LA RECUSACIÓN
que se hace ante un Juez a pesar de que tenga potestad jurisdiccional y competencia.
Esta vía represiva se base en las situaciones derivadas de las FACULTADES DEL ALMA
HUMANA: anima humana est ... hoc aliquid, el alma humana es una realidad concreta.
El hombre no llega a estimar lo que sabe de las cosas que le rodean hasta que no se conoce a sí
mismo. ¿Quien está exento de amor u odio, de intereses o vínculos familiares? Cognoscere quid sit
anima difficillimum est; adentrarse en el estudio del alma muy difícil es.
http://www.accessmylibrary.com/coms2/summary_0286-32018337_ITM
Por eso es que Juez que se precie de serlo, no espera ser recusado.
Numeral 1: “La existencia de una cuestión prejudicial”. Este artículo se concatena con el Artículo 35
ejusdem.
Artículo 35. Prejudicialidad Civil. Si la cuestión prejudicial se refiere a una controversia sobre el
estado civil de las personas que, pese a encontrarse en curso, aún no haya sido decidida por el
Tribunal Civil, lo cual deberá acreditar el proponente de la cuestión consignando copia certificada
íntegra de las actuaciones pertinentes, el juez penal, si la considera procedente, la declarará con
lugar y suspenderá el procedimiento hasta por el término de seis meses a objeto de que la
jurisdicción civil decida la cuestión. A este efecto, deberá participarle por oficio al juez civil sobre
esta circunstancia para que éste la tenga en cuenta a los fines de la celeridad procesal.
Si opuesta la cuestión prejudicial civil, aún no se encontrare en curso la demanda civil respectiva, el
juez, si la considera procedente, le acordará a la parte proponente de la misma, un plazo que no
excederá de treinta días hábiles para que acuda al tribunal civil competente a objeto de que
plantee la respectiva controversia, y suspenderá el proceso penal hasta por el término de seis
meses para la decisión de la cuestión civil.
Decidida la cuestión prejudicial, o vencido el plazo acordado para que la parte ocurra al tribunal
civil competente sin que ésta acredite haberlo utilizado, o vencido el término fijado para la
duración de la suspensión, sin que la cuestión prejudicial haya sido decidida, el tribunal penal
revocará la suspensión, convocará a las partes, previa notificación de ellas, a la reanudación del
procedimiento, y, en audiencia oral, resolverá la cuestión prejudicial ateniéndose para ello a las
pruebas que, según la respectiva legislación, sean admisibles y hayan sido incorporadas por las
partes.
Es una cuestión previa tal como se observa en el juicio civil (Artículo 346 ordinal 8 del Código de
Procedimiento Civil).
La importancia de la calificación del delito. Sería establecer la diferencia por ejemplo, entre un
homicidio simple (Articulo 405 CP) y un homicidio calificado. No es lo mismo en términos de la pena
impuesta el homicidio simple (15 años) comparado con el matricidio, uxoricidio, fratricidio,
parricidio o magnicidio (29 años).
El juez civil es el competente para la resolver la cuestión prejudicial. El juez civil tiene seis (6) meses
para resolver. Si en ese lapso, durante el cual se ha interrumpido el juicio penal, el Juez Civil no
resuelve, la ley adjetiva autoriza al Juez Penal para resolver, basado en las pruebas por él
conocidas, pero SOLO A LOS EFECTOS PENALES. Si existen pruebas de homicidio calificado
por nome, trato e fama de que se trataba de su padre, es un parricidio y el juez penal así lo
resolverá PERO SOLO A LOS EFECTOS PENALES. No podrá oponerse esta sentencia en un juicio para
reclamar derechos hereditarios.
Lo mismo, si la calificación del Juez Civil en funciones Mercantiles, se ha retrasado mas de seis (6)
meses, el Juez Penal podrá resolver sobre si la quiebra ha sido o no fraudulenta.
La ley establece pues, de esta forma la colaboración pensante de la cual habla la filosofía
(Nietsche, Dios ha muerto); Sigue este LINK http://www.nietzscheana.com.ar/dios ha muerto.htm
Colaboración pensante la cual, es en este caso beneficiosa para el reo; in dubio pro reo. Pero
atendiendo al principio constitucional de celeridad procesal y de la obligación de decidir, principio
procesal tipificado en el Artículo 6 del COPP y 257 de la CRBV el cual reza in fine: “No se sacrificará
la justicia por la omisión de formalidades no esenciales”.
2.- La falta de jurisdicción: Esta debe ser resuelta ante el TSJ, en caso de que el Juez así no lo
decida.
Los niños y adolescentes – Responsabilidad penal del Adolescente en la LOPNA. Antes de los 12
años son inimputables. De 12 a 15 tienen mayores beneficios que de 15 a 18, pero de cualquier
forma, las penas de éstos no pueden ser mayores del mínimo correspondiente al delito cometido.
V. LOPNA.
Artículo 628°
Parágrafo Primero:
Parágrafo Segundo:
b) Fuere reincidente y el hecho punible objeto de la nueva sanción prevea pena privativa de
libertad que, en su límite máximo, sea igual o mayor a cinco años.
c) Incumpliere, injustificadamente, otras sanciones que le hayan sido impuestas. En este caso, la
privación de libertad tendrá una duración máxima de seis meses.
A los efectos de las hipótesis señaladas en las letras a) y b), no se tomará en cuenta las formas
inacabadas o las participaciones accesorias, previstas en el Código Penal.
La cosa juzgada es una institución jurídica que tiene por objeto fundamental garantizar el estado
de derecho y la paz social, y su autoridad es una manifestación evidente del poder del estado
cuando se concreta en ella la jurisdicción. Ver jurisprudencia:
Donde leemos:
La cosa juzgada es inimpugnable, en cuanto la ley impide todo ataque ulterior tendiente a obtener
la revisión de la misma materia: non bis in eadem. Si ese proceso se promoviera, puede ser
detenido en su comienzo con la invocación de la propia cosa juzgada esgrimida como excepción.
La cosa juzgada presenta un aspecto material y uno formal, éste último se presenta dentro del
proceso al hacer inimpugnable la sentencia, mientras que la primera trasciende al exterior, con la
finalidad de prohibir a las partes el ejercicio de una nueva acción sobre lo ya decidido, obligando a
su vez a los jueces, así como al resto de las personas, a reconocer el pronunciamiento de la
sentencia que contiene el derecho que debe regir entre las partes.
Tómese en cuenta que esta sentencia está referida al proceso civil. Las características de la cosa
juzgada en el Derecho Penal son diferentes, ya que en esta existe la categoría procesal De La
Revisión:
Título V
De la Revisión
Artículo 470. Procedencia. La revisión procederá contra la sentencia firme, en todo tiempo y
únicamente a favor del imputado, en los casos siguientes:
1º. Cuando en virtud de sentencias contradictorias estén sufriendo condena dos o más personas
por un mismo delito, que no pudo ser cometido más que por una sola;
2º. Cuando la sentencia dio por probado el homicidio de una persona cuya existencia posterior a la
época de su presunta muerte resulte demostrada plenamente;
4º. Cuando con posterioridad a la sentencia condenatoria, ocurra o se descubra algún hecho o
aparezca algún documento desconocido durante el proceso, que sean de tal naturaleza que hagan
evidente que el hecho no existió o que el imputado no lo cometió;
6º. Cuando se promulgue una ley penal que quite al hecho el carácter de punible o disminuya la
pena establecida.
4b: Non bis in idem. No es posible una nueva persecución, con las excepciones apuntadas en el
Artículo 20 del COPP (incompetencia o desestimación por defectos)
4d: Prohibición legal: Nadie puede acusar penalmente a un hermano, padre o descendiente.
4e: Incumplimiento de los requisitos de procedibilidad…, La acusación particular debe hacerse ante
el Juez Unipersonal.
El delito debe reunir todos los elementos de la teoría: acción típica, antijurídica y culpable
determinada en el juicio de reproche, realizada por un individuo que sea imputable.
4f: Falta de legitimación o capacidad: Persona con interés legítimo actual y con capacidad jurídica
para la acción.
4h: Caducidad; cumplimiento del lapso prescrito para intentar la acción. “Pero la querella no es
admisible si ha transcurrido un año desde el día en que se cometió el hecho…”. Artículo 379
CP. V.t., artículo 450 CP.
4i: Falta de requisitos formales, que no puedan ser corregidos en la audiencia de la fase intermedia
(Articulo 330 COPP) o durante la fase de juicio de los delitos a instancia de parte, luego que fallare
la conciliación. (Art. 412 COPP)
5.- La extinción de la acción penal (Articulo 48 COPP) entre cuyas causas se incluye la amnistía
y prescripción, que no el indulto y la caducidad las cuales son causas perentorias de excepción.
6.- El indulto
Excepciones durante la fase de juicio oral: Artículo 31. Aquí se pueden de nuevo oponer las
excepciones que hayan sido declaradas sin lugar por el Juez de Control, así como también otras que
no hayan sido previamente dilucidadas específica y únicamente: incompetencia del tribunal, la
extinción por amnistía o prescripción de la acción penal y el indulto.
EXCEPCIONES NO OPUESTAS: El juez podrá decidirlas de oficio a menos que requieran instancia de
parte. Artículo 32 de COPP.
EXTENSIÓN JURISDICCIONAL: El juez penal tiene facultades para examinar cuestiones civiles y
mercantiles, bien fundamentadas.