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INTEGRANTES
GAONA TIRADO
JHONATAN
HERNANDEZ CASTAÑEDA,
JONATHAN
PAREDES EDQUEN, KELY
PUSCAN CULQUI, ELVIA
TORRES BAZAN, DEISI
CURSO
EJECUCION PENAL
DOCENTE
DR. JUAN VARGAS
CARRERA
CICLO
X
ÍNDICE
INTRODUCCIÓN ............................................................................................................ 2
FINES DE LA PENA Y MEDIDAS DE SEGURIDAD ................................................. 3
1. ASPECTOS GENERALES ...................................................................................... 3
2. ALCANCES SOBRE LAS FUNCIONES DEL DERECHO PENAL Y LAS
PENAS ............................................................................................................................. 3
3. TEORÍAS DE LOS FINES DE LA PENA ............................................................... 5
3.1. Teorías absolutas ................................................................................................ 5
3.2. Teorías relativas ................................................................................................. 6
3.3. Teoría heterogénea o mixta................................................................................ 6
4. PREVENCIÓN GENERAL ...................................................................................... 7
4.1. Subdivisión en cuanto la prevención general de la pena ................................... 8
5. PREVENCIÓN ESPECIAL ...................................................................................... 8
5.1. Subdivisión en cuanto la prevención especial de la pena .................................. 8
6. LOS FINES DE LA PENA SEGÚN LA NORMATIVIDAD PERUANA .............. 8
6.1. Constitución política .......................................................................................... 9
6.2. Código penal ...................................................................................................... 9
6.3. Código de ejecución penal ............................................................................... 10
7. MEDIDAS DE SEGURIDAD ................................................................................ 10
7.1. Fines de las medidas de seguridad ................................................................... 12
7.2. Aplicación de las medidas de seguridad .......................................................... 13
CONCLUSIONES .......................................................................................................... 15
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS ........................................................................... 16
1
INTRODUCCIÓN
2
FINES DE LA PENA Y MEDIDAS DE SEGURIDAD
1. ASPECTOS GENERALES
Los que han sido estudiantes de Derecho y los que todavía lo son, seguramente, en algún
momento han recibido clases sobre “los fines de la pena”. Lo más probable es que, de
cierta forma, las personas que han decidido inclinarse por la especialización en ciencias
penales, sean las más allegadas a dicho tema; no obstante, es necesario que todos los que
forman parte de la comunidad jurídica cuenten con un panorama general sobre este
asunto. A decir verdad, por más que el Derecho penal no llame la atención de un sector
de dicha colectividad, ello no implica que los que forman parte de esta no puedan repasar
los tópicos esenciales sobre aquella temática: tan antigua pero que -por criterios de
contexto y tiempo- se encuentra en constante actualización.
3
Por todo ello, no le falta razón a Mir Puig, al apuntar que “la función del Derecho penal
depende de la función que se le asigne a la pena”. De esa manera, la sanción penal, a tenor
de lo que dice Alcácer Girao, viene a constituir “la carta de presentación del Derecho
penal, así como su factor diferenciador esencial frente a otras instancias de control.
Además, la restricción coactiva de derechos esenciales que la pena conlleva (…). En
consecuencia, la legitimación misma del Derecho penal se hará depender, en gran medida,
de la legitimación de la institución social de la sanción penal”.
Ahora bien, tenemos que mencionar que la problemática existente entre los fines de la
pena (aunque un sector de la doctrina afirme que no existe colisión entre estas), proviene
desde mucho tiempo atrás; afirmación aquella que se refleja, sin lugar a duda, en lo
apuntado por Von Liszt -según Silva Sánchez- al señalar que “la pena es una espada de
doble filo: protección de bienes jurídicos mediante lesión de bienes jurídicos”.
Vale decir, hoy en día, no existe reparo en prejuzgar o juzgar algunos actos de
personas que malogran, si se podría decir así, el entorno social de otros o, mejor dicho,
de la mayoría de habitantes. No por ello queremos sostener que no deba existir una
regulación legal que, en buena cuenta, trate de neutralizar o prevenir los actos
perturbadores del entorno social: dejamos en claro que no compartimos la idea del
abolicionismo del Derecho penal.
Por ello, concordamos con la idea sostenida por Ferrajoli, cuando afirma que el Derecho
penal debe lograr ser un “instrumento de defensa de garantía de todos: de la mayoría no
desviada, pero también de la minoría desviada, que por ello se configure como derecho
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penal mínimo, o sea, como técnica de minimización de la violencia en la sociedad (…)
que cumpla un doble objetivo: no sólo la prevención y minimización de los delitos, sino
también la prevención de las reacciones informales a los delitos y la minimización de las
penas”. Aunque, claro está, dicha regulación debe ser razonable y no llegar a extremos
que se vuelvan incontrolables. Por eso, en su momento, Roxin apuntó que “un Estado de
Derecho debe proteger al individuo no sólo mediante el Derecho penal, sino también del
Derecho penal”. En este orden de ideas, en párrafos posteriores vamos a difundir los
esquemas actuales de la doctrina contemporánea respecto a los fines de la pena:
En ese sentido, la pena deber ser concebida como “el resultado mediato e incondicional
de toda acción contraria a la ley práctica, no es otra cosa que el restablecimiento de aquel
orden, esto es, el resultado racionalmente necesario a la trasgresión de la ley.
Por eso Mir Puig menciona que esta clase de teoría responde “a la arraigada convicción
de que el mal no debe quedar sin castigo, y el culpable debe encontrar en él su merecido”:
si el delito queda sin pena, arruinaría a la sociedad.
Se ha expuesto que esta teoría direcciona su finalidad a que “la culpabilidad del autor sea
compensada mediante la imposición de un mal penal. La justificación de tal
procedimiento no se desprende para esta teoría de cualesquiera fines a alcanzar con la
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pena, sino sólo de la realización de una idea: la justicia. La pena, pues, no sirve para nada,
sino que lleva su fin en sí misma”.
Es una suerte de restricción de la libertad al estilo de un Derecho penal del enemigo que,
a criterio del Cancio Meliá, sería la autolimitación y estigmatización de las personas
privadas de su libertad.
3.2.Teorías relativas
Debemos dejar en claro que estas teorías exponen el carácter “preventivo” de la función
de la pena, por ello es que en su distribución se las mencionan como prevención general
y prevención especial; sin embargo, desde una perspectiva global, estas han llegado a ser
denominadas, mayoritariamente, como “relativas”, toda vez que son concernientes –por
citar algún término- a cada contexto (temporalidad y ubicuidad), de forma distinta de las
teorías absolutas que son categóricas o tajantes.
En ésta se considera que “la pena debe reprimir tomando en cuenta la culpabilidad y la
proporcionalidad con respecto al hecho delictivo y a la vez prevenir la comisión de nuevos
delitos”. La crítica global que hay que destacar sobre ésta es que no posee “un criterio
determinado, va de acá para allá entre diferentes finalidades de la penal, que hace una
concepción unitaria de la pena como medio de satisfacción social imposible”. Y, sobre
todo, porque “reside en definitiva en su carácter ambiguo: no están en condiciones ni de
dar a la finalidad de la pena estatal una dirección y un fundamento”.
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Así pues, una postura de crítica en general -aunque no hay que descartar que posee puntos
a favor como, también, en contra- es la de Zaffaroni, pues arguye que sea cual sea la pena,
en uno u otro sentido, no se deja cumplir cabalmente los derechos de las personas internas.
Llegando a criticar que se esté dando más fuerza al discurso tradicional -por no decir
barato- con el que los penitenciaritas se enaltecen mañana, tarde y noche. Así pues, el
citado profesor, apunta que “el fin de la ejecución penal de la pena se ha cubierto, se ha
anestesiado, se ha pretendido anestesiarlo –para que los operadores de la ejecución de la
pena no tengan mala conciencia- con un discurso re-socializador, re-personalizador, re-
educador, todas las ideologías “re” que se han inventado. Esto ha llevado al absurdo, por
supuesto. Como se suele decir, enseñarle a vivir en libertad a alguien privado de libertad
es como enseñarle a jugar fútbol a alguien adentro de un ascensor, o sea, el resultado
obviamente lo tenemos a la vista y mucho más en la cárcel latinoamericana”.
Si bien todos los operadores del Derecho son constantes estudiantes: ya sea de forma
autodidacta o por charlas de preparación incesante; sin embargo, apuntamos que “han
sido”, a fin de poder establecer una suerte de comparación con los estudiantes actuales,
de pre o post grado.
4. PREVENCIÓN GENERAL
Está dirigida a la colectividad. Roxin arguye que esta “ve el sentido y fin de la pena, no
en la influencia –sea retributiva, sea correctiva o asegurativa sobre el autor mismo, sino
en sus efectos intimidatorias sobre la generalidad”. Esto es, la pena debe cumplir una
función social: “motivar al delincuente o a los ciudadanos a no lesionar o poner en peligro
bienes jurídicos penalmente protegidos”.
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Se da una suerte de critica a la prevención, ya que “o cae en la utilización del miedo como
forma de control social, con lo cual se entra en el Estado del terror y en la trasformación
de los individuos en animales, o bien en la suposición de una racionalidad absoluta del
hombre pensamiento de costos y beneficios, lo cual es una ficción como el libre albedrío”.
5. PREVENCIÓN ESPECIAL
Está dirigida a un determinado agente generador de ilícitos. Roxin apunta que prevención
especial “no quiere retribuir el hecho pasado, sino que ve la justificación de la pena en
que debe prevenir nuevos delitos del autor”. Se enfoca en el criterio de peligrosidad. Esta
prevención tiene como común denominador a la intimidación, la corrección.
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6.1. Constitución política
Como norma suprema fija los principios del ordenamiento jurídico a las que deben
ajustarse las demás siendo una garantía del condenado a una pena privativa, se encuentra
tipificado en el artículo 139 inc. 22, en la cual reconoce el principio del régimen
penitenciario, que tiene por objeto la reeducación, rehabilitación y reincorporación.
Reeducación. _ Hace referencia al proceso por el cual la persona adquiere
determinadas actitudes que le permitirán desarrollar su vida en comunidad.
Rehabilitación. _ Hace referencia aún proceso a través del cual se reeduca,
reincorpora y, finalmente, se rehabilita al condenado, por lo que este
sistema existe como una opción seria y eficiente para los condenados que
decidan optar por resocializarse.
Reincorporación._ Hace alusión a la recuperación social de la persona
condenada a determinada pena
6.2. Código penal._ establecido en el artículo IX del Título Preliminar señala
las siguientes:
Preventiva _esta hace referencia a que, la convivencia humana se desarrolla bajo
un conjunto de reglas, que se conservan y trasmiten por tradición y costumbre, esto
es lo que constituye EL ORDEN SOCIAL. Ya que existe también, una serie de
mecanismos que la sociedad ha creado para preservarlo, así mismo, éstos
mecanismos son: "El Control Social" integrado por: La Familia, El Colegio, etc.
De tal modo que, este tipo de protección es beneficiosa para la sociedad ya que es
imprescindible para la supervivencia misma de la generalidad y de sus integrantes,
la misma que le confiere al Derecho.
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6.3.Código de ejecución penal
7. MEDIDAS DE SEGURIDAD
La internación y su duración
Consiste en el ingreso y tratamiento del inimputable en un centro hospitalario
especializado u otro establecimiento adecuado, con fines terapéuticos o de custodia. Sólo
podrá disponerse la internación cuando concurra el peligro de que el agente cometa delitos
considerablemente graves.
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La duración de la medida de internación no podrá exceder el tiempo de duración de la
pena privativa de libertad que hubiera correspondido aplicarse por el delito cometido.(*)
Sin perjuicio de que el Juez lo solicite cada seis meses, la autoridad del centro de
internación deberá remitir al Juez una pericia médica a fin de darle a conocer si las causas
que hicieron necesaria la aplicación de la medida han desaparecido.
Tratamiento ambulatorio y sus Requisitos
El tratamiento ambulatorio será establecido y se aplicará conjuntamente con la pena al
imputable relativo que lo requiera con fines terapéuticos o de rehabilitación.
La doctrina española, ANTÓN ONECA y LANDROVE DÍAZ, nos dicen que las
medidas de seguridad son medios de privación y restricción de bienes jurídicos aplicadas
en función de la peligrosidad del sujeto que ha cometido un hecho definido por la Ley
penal como delito", orientadas a la prevención especial y aplicadas por órganos
jurisdiccionales
ROMEO CASABONA, también desde España, nos dice que la medida de seguridad es
la reacción del ordenamiento jurídico frente a la peligrosidad criminal revelada eJmcuente
tras la comisión de un delito por el mismo, teniendo como sivo evitar que la persona
concreta sobre la que actúa vuelva a delinquir así los conflictos con la sociedad
(Perez Arroyo, 2000). Señala que “las medidas de seguridad como forma de reacción
penal aparecen por primera vez de la mano del suizo Carl STOOS y su anteproyecto de
código penal para ese país en 1893, propuestas sobre las cuales giran y se fundamentan
los sistemas dualistas (del que participo el Código penal peruano de 1924), binarios o de
doble vía y cuyas bases partieron tres criterios básicos”:
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La pena es un mal, que se explica con el propósito de producir sufrimiento a quien la
padece. Las medidas son, en cambio son, un resorte asegurativo, cuyo fin directo no es
producir el sufrimiento alguno, aunque impliquen una restricción de los bienes jurídicos
y derechos de la persona.
Las medidas de seguridad son, por tanto, la consecuencia jurídica establecida para
aquellos sujetos que han puesto de manifiesto su peligrosidad con un comportamiento
delictivo, pero del que no pueden ser culpables. Son un mecanismo complementario a la
pena y suponen, como ésta, la previa realización de un hecho previsto en la ley como
delito. Comportan, como la pena, una restricción de derechos y son impuestas, al igual
que la pena, de conformidad con lo previsto en la Ley, por los órganos de la jurisdicción
penal. Lo que diferencia claramente la pena de la medida de seguridad es su fundamento;
como ya hemos dicho, la culpabilidad en las penas, la peligrosidad en las medidas de
seguridad son dos los presupuestos materiales que deben fundamentar la imposición de
las medidas: la peligrosidad criminal del sujeto y la comisión de un delito previo. Estos
presupuestos constituyen también criterios limitadores de la gravedad y duración de las
medidas. Éstas no podrán ser más gravosas que la pena correspondiente al delito previo
realizado, ni exceder del límite necesario para prevenir la peligrosidad del autor (art. 6.2
CP). Si las medidas se fundamentan en la peligrosidad criminal del sujeto a quien se
imponen, desaparecida la peligrosidad, dejará de tener sentido el cumplimiento de la
medida.
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El tema de las medidas de Seguridad se relaciona de manera directa con la Imputabilidad.
Nuestro Código Penal parte de la presunción de que todas las personas son imputables,
ha establecido ciertos casos de inimputabilidad, los cuales se encuentran en el Art. 20.1 y
2, la anomalía psíquica, grave alteración de la conciencia y alteraciones en la percepción;
el sujeto menor de 18 años es inimputable. Cuando el sujeto está incurso en alguna de
estas situaciones en forma parcial, es considerado como un inimputable relativo o
disminuido.
Las medidas de seguridad son tratamientos que se brindan a los sujetos cuando están
dentro de alguno de los supuestos del Art.20 y tiene como fundamento evitar que estas
personas consideradas como peligrosas, cometan nuevos delitos.
BERISTAIN diferencia en dos bloques las opiniones de los penalistas que buscan la
justificación de las medidas de seguridad a través de diversas argumentaciones:
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exceder de lo necesario para prevenir la peligrosidad del autor (dignidad). En resumen,
no tienen límite mínimo alguno, aunque sí máximo. Otra cosa es que, por falta de
necesidad de tutela, se evite una medida de seguridad de tan corta duración que resultaría
ineficaz. La medida concluye cuando el juez, a petición del Juez de Vigilancia, decrete el
cese por haber desaparecido la peligrosidad criminal del sujeto, o cuando se alcance el
límite máximo de cumplimiento. En caso de quebrantamiento de una medida de seguridad
de internamiento, el juez podrá ordenar el reingreso del sujeto en el mismo
establecimiento. Si se incumplen otras medidas el juez podrá acordar la sustitución de la
quebrantada por la de internamiento, siempre y cuando se demuestre su necesidad. Las
medidas aplicables se determinan según si el sujeto está exento de responsabilidad
criminal conforme al art. 20.1 CP (enajenación y trastorno mental transitorio), en cuyo
caso se impondrá el internamiento o tratamiento; si lo está conforme al art. 20.2 CP
(intoxicación), que corresponderá el internamiento en un centro de deshabituación; y, en
el caso de sujetos exentos de responsabilidad criminal conforme al art. 20.3 CP (alteración
de la percepción), la medida consistirá en el ingreso en un centro educativo especial. (arts.
101, 102, 103 CP, respectivamente). En estos casos se podrán imponer también las
medidas previstas en el art. 105 CP.
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CONCLUSIONES
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REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
ALCÁCER GIRAO, Rafael. (1998). “Los fines del Derecho penal. Una
aproximación desde la Filosofía Política”. En: Anuario de Derecho penal
y Ciencias Penales. Vol. LI. Madrid: Universidad Complutense de Madrid.
Pág. 369.
Loranca Muñoz , C. (2008). individualizacion judicial de la penas y medidas de seguridad.
(2008, Ed.) 106.
Perez Arroyo, M. (2000). Las medidas de seguridad en el derecho penal peruano (Vol.
III). Praia.Cabo Verde: Creative Commons. Obtenido de
http://www.cienciaspenales.net/files/2016/07/4las-medidas-de-seguridad-en-el-
derecho-penal-peruano-perez-arroyo.pdf
http://www.cienciaspenales.net/files/2016/07/4las-medidas-de-seguridad-en-el-derecho-
penal-peruano-perez-arroyo.pdf
ROXIN, Claus. (2008). Fundamentos político-criminales del Derecho penal. Buenos
Aires: Editorial Hammurabi. Pág. 59.
Loranca Muñoz, C. (2008). individualización judicial de la penas y medidas de
seguridad. (2008, Ed.) 106.
MIR PUIG, Santiago. (2008). Derecho penal. Parte general. 8va edición.
Barcelona:Editorial Reppertor. Pág. 77.
Peña Cabrera Freyre, A. R. (sf). los fines de la pena segun el tribunal constitucional.
Lima.
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