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DIARIO DE VIAJE

La llave
encontrada.
Toledo,
Segovia y Ávila
Clemente Corona

#DescubreSefarad www.redjuderias.org
DIARIO DE VIAJE
La llave
encontrada.
Toledo,
Segovia y
Clemente Corona
Ávila
Clemente Corona
Clemente Corona es un periodista madri-
leño que ha publicado más de 20 guías de
viaje de todo el mundo, el e-book Los
galgos grises: crónica de un viaje por los despacho trazo con la mirada una línea que une Toledo, Sego-
via y Ávila, tres lugares telúricos que llenan la boca al pronun-
Estados Unidos y ha colaborado en
ciar su nombre y hacen retumbar los cinco sentidos. Tocas,
medios de comunicación nacionales hueles, paladeas, oyes y, desde luego, ves, con una claridad
(Esquire, Harper's Bazaar, Grazia, Shop- evidente como en pocos lugares, que si los países, pueblos,
ping & Style, Savia) e internacionales territorios -táchese lo que se quiera- se corporeizan, lo hacen
(Monocle, Excelsior, La Tribuna, Top así: rotundamente, con piedra, con silencio y quietud, con
Magazine), además de haber sido redactor cielos limpios, con recetas antiguas y guardando los mismos
jefe de revistas como ClubCultura o Miss caminos –alumbrados por el mismo sol y bajo el mismo azul,
Esquire, director editorial de la revista y
web Viajeros Barceló y máximo responsa- los toledanos, segovianos y abulenses de hace seis siglos; el
mismo camino que fueron forzados a desandar, hace más de
más destacados creadores en lengua espa- cinco siglos y para siempre jamás, todos ellos -hermanos,
compatriotas: nosotros mismos, sin tachaduras- solo por ser
ñola.
judíos.

Su carrera profesional ha estado ligada al Quien viaje, busca, y quien busca, encuentra; y yo, que como
márketing y la comunicación desde hace mejor me encuentro a mí mismo es pateando lugares que no
más de 20 años, en los que ha ocupado conozco, aprendiendo lo que no sé, pisando dónde no he
puestos directivos en empresas como Fnac estado, busco en este viaje por Sefarad saber más sobre mi país
España o Barceló Viajes, y actualmente y observar algunos de sus lugares a través de un prisma que no
dirige TGV Lab, agencia de marca y conte- he usado nunca. Me aguarda un viaje en el que me encontraré
nido especializada en Turismo que, desde lienzos de vida que se enredan y crecen, como la hiedra, en
2012, ha desarrollado acciones y estrate- calles y callejuelas empedradas de las juderías de las capitales
gias de márketing para organismos de castellanas, que reclaman lo que fueron -motivo de orgullo,
centros de sabiduría, lo mejor de nuestro país- en forma de
promoción turística y empresas como
sinagogas, de yacimientos arqueológicos, de sabores de
Deutsche Bahn AG, VisitBritain o Grupo antiguas o reinventadas recetas sefardíes; de simples placas y
Barceló, y que cuenta con sus propias coquetos museos, de casas antiguas que acogen talento, de
plataformas de contenido y venta B2C. documentos que, negro sobre blanco, hablan. Todo habla en
nuestras juderías a quien quiere escuchar: y la llave de la leyen-
da que abre los portones la empuñan hoy nuestra curiosidad y
nuestra búsqueda de identidad, porque de donde cuelga la
llave - el patrimonio, la gastronomía, la cultura- siempre ha
estado ahí. Aunque no hayamos querido, sabido o podido verlo.
Toledo
Cruzo de buena mañana la rotonda que me separa de la Puerta de la Bisagra,
y lo hago atendiendo a su Arco de Triunfo, pensado por Covarrubias a mayor
gloria de Carlos V y de Felipe II, pero sobre todo al tráfico que, en esta mañana
toledana de calor mesetario de agosto, es tan intenso como de costumbre.
Atravieso la puerta del Sol y camino bordeando el contorno de la judería
toledana, a la que entro por el Corral de la Campana para callejear hasta
atravesar Zocodover.

Paseo bajo las paredes de ladrillo Desciendo a los cimientos de la


visto adornadas de geranios y seña- sinagoga de Sofer, excavados bajo
lética de las callejuelas de la jude- la plaza, donde el agua desciende
ría, que dibuja en Toledo el mismo hasta perderse por el subsuelo, y “La maravillosa Sinagoga del
hilo de calles que hace seis siglos. me conmuevo ante el pequeño Tránsito -tal vez, la mayor y mejor
Aún siendo agosto, Toledo me memorial que da cuenta de los muestra arquitectónica sefardí de
regala lapsos de quietud que hacen toledanos asesinados por los nazis Europa-, que fue construida a
que viaje atrás en el tiempo: la en los campos de exterminio mediados del siglo XIV por Samuel
sensación de estío y la reconfortan- durante la II Guerra Mundial. Ha-Leví, gran rabino de la aljama
te sombra que proyecta la pared Memorial, exterminio, ruinas de de Segovia y tesorero del rey Pedro I.”
enladrillada en un amplio tramo de cimientos, agua que cae al subsue-
calle no sería muy distinta de la que lo: cómo no apreciar el paralelismo,
sentiría cualquiera de los habitan- involuntario, con Nueva York.
tes de esta aljama, que llegó a ser la
más grande de Europa, en esa Poco más tarde entro en la joya de Fuera arrecia el sol con un
Toledo mítica de las tres culturas. la judería toledana que es la sinago- no-sé-qué punitivo, y comparto
El mercado hebreo se levantó en lo ga de Santa María la Blanca. La con turistas rusos y norteamerica-
que sería este monasterio de San conmoción que siento es tan fuerte nos la sombra del acceso al Museo
Juan de los Reyes que pespuntea como la primera vez que la visité: la Sefardí, la maravillosa Sinagoga del
esta linde de la judería, la calle de luz, el blanco, los volúmenes, la Tránsito -tal vez, la mayor y mejor
los Reyes Católicos, donde también simetría, las dimensiones, incluso muestra arquitectónica sefardí de
asoma la neo-mudéjar Escuela de Covarrubias, me golpean para Europa-, que fue construida a
gritarme que la basílica es una mediados del siglo XIV por Samuel
me interesa, porque acudo al recla- rotundísima e incontestable obra Ha-Leví, gran rabino de la aljama
mo del arco de medieval de la calle maestra de la arquitectura pero, de Segovia y tesorero del rey Pedro
del Ángel, que me abre la ruta a la también, del sentimiento. Pongo I, que vivió en lo que hoy es el
Cava Baja, y por la que subo, rodilla en tierra para tener mejor Museo Casa del Greco hasta que el
evadiéndome de las colegialas que tiro de cámara: no me canso de rey le mandó encarcelar y torturar.
publican en su Snapchat imágenes
de la Escuela. Adosada al arco en el contemplar las fugas de luz del
que arranca la calle hay una casa blanco y oro de los arcos de herra-
judía, cruzada de cables telefónicos dura, acariciados por ráfagas de luz
negros como la pez, bolardos y solar directa que se cuelan de la
puerta de la basílica, y de los intrin-
en afear mis fotos. cados nidos de avispa de sus capiteles.

DIARIO DE VIAJE: LA LLAVE ENCONTRADA. TOLEDO, SEGOVIA Y ÁVILA | 3


El Museo, que fue en su día el
oratorio, atesora todo tipo de
objetos relacionados con la vida “Doy con la renacentista puerta del
cotidiana de los judíos de la ciudad Cambrón, la “puerta de los Judíos”:
(y de todo Sefarad); pero es en el se acaba la judería, pero no Toledo,
patio norte, en el pequeño Jardín que luce como siempre, como debe
de la Memoria, donde algunos lucir, como el tesoro que es”
turistas nos reconfortamos del
calor a la sombra de sus tupidos
árboles mientras nos dejamos
llevar por las ensoñaciones, meci-
dos por visión de laudas sepulcra-
les -y donde, dos veces al día, se
recrea un Jardín Sonoro, una Ahora, sí: desmadejo mis andares
recreación auditiva de sonidos de por el corazón de la ciudad, que es
la judería medieval- mientras, al el de la judería, hago fotos aquí y
otro lado de la tapia, Toledo sigue allí, bajo y subo las mismas calles
su pausado ritmo agosteño -alguna deteniéndome por un dintel, un
furgoneta de reparto, alguna moto- entramado, una placa en la pared, y
cicleta, una madre que regaña a su la higuera que se asoma tras la
hijo... Yo vuelvo tras mis pasos y tapia de ese corral llena con su
busco el sosiego y el frescor de La fragancia este callejón sin salida
Dehesa de Majazul, un restaurante donde coexisten muros de adobe
al lado de la basílica, donde recupe- con otros de hormigón pulido y
ro fuerzas tomando queso y vino perfección casi clínica: otra metá-
kosher y repaso las imágenes de mi fora de pasado y presente que aún
cámara, rehago mis notas, dejo que no es futuro, de fusión de viejo y
la tarde caiga sobre mí. Subo, que nuevo, de ido y por venir, que tan
no bajo, la Bajada de los Descalzos, bien le sienta a Toledo. Cuando me
y soy el único en esta primera hora quiero dar cuenta, el sol se ha
de la tarde en hacerlo: el palacio de metido por alguna callejuela para
Fuensalida irradia fuego hacia la no salir hasta el día siguiente, y doy
plaza, y me oculto en la calle del con la renacentista puerta del
Taller del Moro, a la sombra del Cambrón, la “puerta de los Judíos”:
Museo. Me refugio –me parapeto, se acaba la judería, pero no Toledo,
casi- en un bar cualquiera, bajo el que luce como siempre, como debe
chorro del aparato de aire acondi- lucir, como el tesoro que es, desde
cionado, hasta que siento que el otro lado del Puente de San
Toledo se despereza y yo, con ella. Martín.

2
Segovia
Ningún día puede ser malo para un viajero si lo comienza contemplando cómo
la primera luz de la mañana acaricia el Acueducto de Segovia. Camino por la
calle Juan Bravo camino de la calle de la Judería Vieja, a donde llego no sin antes
detenerme ante la iglesia de San Martín y, por supuesto, ante el portón que da
acceso a la iglesia de las clarisas del convento del Corpus Christi.

Atravieso su arco gótico y cruzo Yo escucho y no doy crédito: pasear


“El 97% del total de las viviendas
el patio empedrado, pero no entro por estas calles es hacerlo por calles
-no dejan tomar fotos, y ya lo bellamente restauradas: el 97% del de la Judería se han intervenido y
conozco- y escucho ante su puerta total de las viviendas de la Judería rehabilitado en los últimos años”
a Laura, la persona que me acom- se han intervenido y rehabilitado
pañará hoy en mi paseo por la en los últimos años.
Judería de Segovia, que me dice Es, sí, un taller de alfarería -y así lo
que en tiempos fue la Sinagoga Nos detenemos en la esquina de la anuncia su puerta- en la que se
Mayor de la que fue una de las calle de la Judería Vieja con la calle amasan y venden obras de barro,
mayores juderías de Sefarad, y que de la Puerta de Sol, en una de las pero es, sobre todo, un faro con un
también fue, es, un ejemplo perfec- esquinas del imponente palacio de farero: un farero que amasa, escul-
to de ciudad medieval: no hubo Abraham Senneor, un alto cargo de pe, escribe... Ignacio, este farero,
diferencias entre los métodos de los Reyes Católicos que construyó
construcción de cristianos y judíos esta recia e inmensa casona caste-
más allá de pequeños detalles llana -pues castellana es: muros ciudad y me conduce a la última
decorativos, y además las viviendas gruesos, de ladrillo y encofrados planta, donde está su estudio. Igna-
de ambos eran en grandísima como los que rodean las casas en cio es ceramista y escritor, anima-
medida propiedad de la Catedral un pueblo de Valladolid- que alber- dor de la escena cultural segoviana
de la ciudad, que, tras la expulsión ga el imprescindible Centro Didác- y paseante: me habla de un libro
y las guerras comuneras, levantó su tico de la Judería, un pequeño suyo sobre una tierra mía, la de
nuevo templo sobre lo que fueron museo asomado a un patio interior Pinares, y su estudio es un camaro-
muchas de ellas. del palacio y en el que, esta te repleto de lo que debe estarlo el
mañana, suenan canciones sefar- de un autor: cierta mezcolanza de
Paseamos por esta calle de la Jude- díes y explicaciones en hebreo útiles de escribir, un portátil con
ría Vieja y Laura me cuenta que moderno de un guía a un grupo de algunos años y muchas páginas que
estas callejuelas que, hoy, cotizan turistas. Muy cerca está la que, se descansa sobre la mesa de una
en lo alto del mercado inmobiliario cree, es la única casa judía de toda máquina de coser Singer, libros en
local, fueron durante mucho la Judería que se conserva con la estantes clavados con escuadras a
tiempo abandonadas, dejadas, con distribución con que fue construi- las paredes centenarias, cachiva-
fachadas de las que se caía el revoco da en algún momento de la Edad ches... Me despido de él, pensando
a la calle dejando a la vista los que pocos usos mejores puede
muros y los dinteles de ladrillo cuatro alturas entre medianeras de tener esta casa judía de tragaluces,
visto, de siglos de antigüedad, sin fachada color albero y un bello escalones irregulares y muros grue-
que a nadie le importara. sos que el ser, más que un monu-
parece a primera vista. mento vivo, un faro con farero.

DIARIO DE VIAJE: JAÉN, LUCENA Y CÓRDOBA, EL TRIÁNGULO JUDIO DE ANDALUCÍA | 5


Pocos minutos después, a un Seis años de escrupulosas y respe- El trayecto que, desde la plaza del
puñado de metros, en una austera tuosas obras están detrás de La Corpus Christi, conduce a él, es
dependencia de la catedral en la Casa Mudéjar, un hotel spa que es idéntico al que se realizaba en
que se respira devoción por el mucho más de lo que le podría aquella época, y lo realizamos
estudio y la herencia, Boni pone parecer a un paseante despistado o acompañados de casi, casi, el
ante mí un legajo del siglo XIV que un viajero que cae en una web de -
apenas me atrevo a mirar por reservas. Raquel, su propietaria, taba en el siglo XV. Atravesamos la
miedo a que se desintegre mientras me cuenta, con la claridad de deta- Puerta de San Andrés dirección
me explica rápidamente el devenir lles que da el orgullo del trabajo extramuros hacia lo que se conoció
de la judería. Miro a la clara y bien hecho, las vicisitudes que han durante siglos como El Pinarillo, la
pasado desde que su familia adqui- ladera izquierda del río Clamores,
1302 con la misma ignorancia con - frente al lienzo de muralla que hay
que miraría a los mares de la Luna, ria se pierde en el tiempo y que se entre la Casa del Sol –que fue el
y Boni -que se me antoja, ante el encontraba prácticamente en matadero de la judería y hoy,
pergamino, más entomólogo que ruinas, hasta dejarlo en el estado en Museo de Segovia- y el Postigo de
doctor en historia medieval- me que está hoy: una maravilla por la la Luna. Atravesamos una bucólica
descifra las abigarradas palabras, que late mucho del espíritu de la explanada regada por el río, repleta
que hablan de herencias, pagos y Judería de Segovia. Años de obras y de sauces, olmos, chopos, acacias,
deudas saldadas. El casero lo sabía mucho trabajo en los que se descu- donde hay alguna pareja que se
todo de sus inquilinos: las rentas brieron incluso termas romanas besa, algún paseante que camina
que pagaban los judíos de Segovia a -los restos romanos más importan- pensando en sus cosas, y salvamos
la Catedral está recogido en los tes de la ciudad después del Acue- el curso del río cruzando el puente
Libros de Pitanzas, que son solo ducto-, la única parte visitable del de la Estrella en dirección al
parte de los tesoros que encierran foso celta que protegía a Segovia en camino en pendiente que se conoce
los más de cuatrocientos metros de tiempos prerromanos, o uno de los desde hace siglos como el camino
este Archivo Catedralicio que aljibes más grande de la ciudad: un de los Hoyos y que nos lleva a los
atesora, como en ninguna otra auténtico viaje por la historia de la dos conjuntos de tumbas -26 cáma-
parte, la historia escrita de la Jude- ciudad que Raquel narra apasiona- ras hipogeas y alrededor de medio
ría de Segovia. damente, bajo los artesonados centenar de sepulcros- excavados
originales mudéjares que decoran en la ladera. Todas ellas, orientadas
los salones del hotel. Nos deleita- con la cabeza al oeste y los pies, al
mos con una exquisita muestra del este, mirando a Jerusalén. No creo
recetario sefardí con toques que haya un lugar desde el que
“El cementerio judío de Segovia, un contemporáneos que nos sirve en Segovia luzcatan bella, tan esplen-
bello fonsario que domina la ciudad su restaurante, y reposamos y repa- dorosa, tan pura: y me cuesta
y que comenzó a excavase a samos lo visto antes de emprender hacerme a la idea, en este atardecer
finales del siglo XIX” la última etapa de mi gran viaje por veraniego, que esta ladera era tierra
la judería de Segovia, una última de llanto, de separación. Los años
etapa que lo fue literalmente para lo borran todo: todo, menos la roca
muchos: la que emprendían los en que se tallaron las cuevas que
cortejos fúnebres desde el interior guardan los nichos, y que acogie-
de la judería hasta el cementerio ron los sepulcros: perdura, porque
judío de Segovia, un bello fonsario es parte de Segovia, de su carácter.
que domina la ciudad y que

siglo XIX.
Ávila
Ávila es adusta, nieve o luzca el sol. Lo es la luz blanca, fría como la mañana
serrana, que hace que los abulenses se paseen por la ciudad vestidos con
abrigos técnicos y pidan –y yo, con ellos- café con leche caliente en las terrazas
de la plaza del Mercado Grande, adornada por la iglesia de San Pedro.

U n bellísimo templo románico Los turistas hacen cola para acce- Estoy en la calle de los Reyes Cató-
que se cuela en mi crónica por der a la Catedral, pero yo me dirijo licos. Aprecio la paradoja porque
haber albergado el juicio a los hacia la plaza del Mercado Chico, esta calle fue, de largo, y con el
sefardíes implicados en el caso del límite de la Judería de Ávila, donde nombre de calle de Andrín, la más
Santo Niño de La Guardia –y en el hubo muchos comercios y talleres importante de la judería de Ávila:
que, en el mejor estilo de la Inquisi- regentados por judíos y que fue el nada más comenzar la calle estaba
ción de la época, se acusó sin corazón de una judería de la que la sinagoga de Belforad, sobre la
fundamento y quemó posterior- hoy no ha quedado más que cons- que construyó la actual capilla de
mente a un grupo de judíos y tancia documental, algún elemento Nuestra Señora de las Nieves y, en
conversos por haber cometido un arquitectónico aisladísimo y, eso sí, el callejón, por donde se entraba a
asesinato ritual del que no hubo el mapa urbano, un dédalo de la Casa del Rabino adjunta a la
nunca denuncia, ni desaparición, calles y callejuelas que caen en sinagoga, está –en ese mismo
ni cuerpo, ni nada. Ahora, un pendiente hasta el Adaja. lugar- la Hospedería de la Sinagoga.
padre toma fotos a sus hijos ante la
fachada del templo, y ríen, y conti-
núan su camino: y eso me parece
bien, es como debe de ser. Termino
mi café y camino en paralelo la
muralla hasta llegar a la Basílica de
San Vicente, uno de los mayores y
mejores templos románicos de
toda España, donde dice la tradi-
ción está enterrado un maese judío
que, tras convertirse, construyó en
el siglo IV la iglesia original sobre
la que se levanta la actual. La
mañana está fría, y por eso somos
pocos los que caminamos en silen-
cio por la basílica; hay más gente en
la puerta del Alcázar, haciéndose
selfies
Santa Teresa de Jesús o, ya intra-
muros, tomando por el hombro la
de Alfonso Suárez.
Tiene un par de ventanas abiertas y O las Tenerías, extramuros, excava-
das. La judería de Ávila, hoy, es eso:
llamo a la puerta sin éxito, así que recuerdos, detalles, esquirlas. A eso “La judería de Ávila no tiene la
vuelvo sobre mis pasos y echo a quedó reducida, como quedó nues- rotundidad arquitectónica de la de
andar por la calle, repleta de - Segovia ni el trasiego de la de
comercios anclados en algún no sobre ello en el remanso de paz Toledo, es más íntima: las casas son
momento del siglo pasado: mante- que es el jardín de Moshé de León, modestas construcciones
querías, bares atendidos camareros el autor del Libro del Esplendor, castellanas de una planta”
de pajarita, ferreterías de género uno de los grandes místicos
abulenses. “Hay momentos en que
escaparates repletos de pijamas de las almas que están en el Jardín
tergal, un restaurante donde Alber- suben y alcanzan la puerta del
to cocina antiguas recetas sefar- cielo...” La puerta que tengo ante mí
díes... La judería de Ávila no tiene es la de la Malaventura, la que daba
la rotundidad arquitectónica de la acceso directo a la Judería y que,
de Segovia ni el trasiego de la de ahora sí, enmarca un cielo cálido
Toledo, es más íntima: las casas son –azul puro y despejado- que es
modestas construcciones castella- también esencia de Castilla, como
nas de una planta -muchas de ellas lo es el espíritu de Moshé de León,
sobre la misma planta que las casas como lo es la herencia sefardita. Y
judías que ocuparon esos solares- es entonces, en silencio y quietud,
salpicadas de corrales, de algún cuando me he dado cuenta de que
he encontrado lo que buscaba. He
del siglo pasado y, de cuando en encontrado la llave, y abro la
cuando, de algún tesoro, como la puerta, y la dejo abierta para que
iglesia de San Esteban o el arco de pasen el aire y la luz del sol, y quien
ladrillo apuntado que recorre la quiera pasar acompañándoles.
fachada de una casa en la calle del Como llegó a ser, como debe ser.
Pocillo y que es de una sinagoga de
mediados del siglo XV.

kosher
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