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FECHA: 21/11/2018
HIV/SIDA EN LA ARGENTINA
ÍNDICE
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HIV/SIDA EN ARGENTINA
El VIH no es el SIDA
No debe confundirse VIH con SIDA. El SIDA es llamado así a partir de las ini-
ciales que lo identifican: Síndrome de InmunoDeficiencia Humana. Es el síndrome que
se produce cuando el VIH ha realizado su acción arriba descripta y se define por la apa-
rición de alguna de más de veinte infecciones oportunistas o cánceres vinculados en el
organismo infectado portador del VIH.
La aparición del SIDA en una persona infectada con VIH puede variar mucho de
una persona a otra. Sin tratamiento, la enfermedad puede manifestarse en un período de
entre cinco y diez años, pudiendo ser más breve.
Vías de transmisión
Hay cuatro vías de transmisión a saber:
1.-Por relaciones sexuales: vaginales, anales o bucales, sin protección con una
persona infectada.
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Todo este apartado está desarrollado a partir de datos obtenidos la OMS y la Fundación Huesped.
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3.-Por compartir agujas o jeringas, material quirúrgico, cepillos de dientes u otros
objetos punzocortantes de una persona infectada.
4.- De una madre portadora del virus al hijo: durante el embarazo, el parto o la
lactancia. Ésta se denomina transmisión vertical.
Detección de la enfermedad
Se realiza mediante la Prueba de VIH, un análisis de sangre, que permite determi-
nar si una persona es portadora o no del Virus. Realizar la prueba tiene el fin de averiguar
si una persona es portadora o no del VIH antes de que se desaten los síntomas, y, en caso
de dar un resultado positivo, permite dos efectos muy importantes:
a.- Tomar medidas preventivas y recibir tratamiento antes de que aparezcan los
síntomas, además de recibir asistencia y apoyo a fin de prolongar la vida y evitar compli-
caciones médicas por muchos años.
Métodos de prevención.
Siendo la transmisión sexual, la vía de más frecuente de contagio, la única manera
segura para evitarlo, es la abstinencia. No siendo posible, se recomienda:
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b.- Asegurarse de que toda sangre o producto sanguíneo que se necesite haya sido
sometido a pruebas de VIH
La OMS recomienda que todas las personas infectadas con VIH y aquellas que
corren riesgos reciban tratamiento. Gracias a los avances de la farmacología e investiga-
ciones, cada vez más personas infectadas pueden permanecer en buenas condiciones y ser
productivas por períodos prolongados de sus vidas.
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1,8 millones de niños sufren la infección, según cifras de 2015, cuya mayoría re-
side en África y sufrieron transmisión vertical por medio de la madre durante el embarazo,
el parto o la lactancia.
150.000 niños fueron contagiados sólo durante 2015.
40% de las personas seropositivas (más de14 millones de personas), se calcula que
no han sido diagnosticadas e ignoran si están infectadas o o no.
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Retomando las teorías que causaron el SIDA, hasta el año 1984 se delinearos di-
ferentes teorías sobre el posible origen. La que contó con mayor apoyo establecía que era
una enfermedad, básicamente, epidémica. Desde el armado de una supuesta red de cone-
xión entre hombres homosexuales que se hallaban infectados y sus ocasionales parejas,
hasta el postulado que planteaba que era la consecuencia del excesivo uso de drogas y
una alta actividad sexual con distintas parejas, aún hoy todavía hay miembros de la co-
munidad científica que promueven estos ejes y niegan que el SIDA sea producto de la
infección del VIH. Como se señaló en la introducción de este apartado, la teoría con ma-
yor rigor, concibe que el VIH proviene de un virus llamado «virus de inmunodeficiencia
en simios» (cuyas siglas en ingles son SIV), que resulta idéntico al VIH, generando sín-
tomas similares al SIDA en primates. Existió una disputa entre los científicos que se atri-
buyeron el hallazgo del virus, por un lado, en el año 1984, dos de origen francés, Fra-
nçoise Barré-Sinoussi y Luc Montagnier del Instituto Pasteur, consiguieron aislar el virus
y lo purificaron. Desde los Estados Unidos, un investigador biomédico, el Dr. Robert
Charles Gallo se otorgó la identificación de este virus como agente responsable del sín-
drome, determinándose posteriormente que habría requerido muestras al laboratorio fran-
cés, adelantándose en la comunicación de la realización de la primera prueba de detec-
ción, como también de los anticuerpos para combatir a la enfermedad. Luego de una larga
disputa legal, se reconoció la labor a los franceses como auténticos descubridores, pero
pese a ello, se decidió compartir las respectivas patentes. Para el año 1986, el virus ad-
quiere su denominación como VIH (Virus De Inmunodeficiencia Humana), accediéndose
al desarrollo de un anticuerpo, que se usó para identificar dentro de los grupos de riesgo
a los infectados, ampliando la investigación sobre tratamientos y una eventual vacuna. A
nivel social, las primeras personas que adquirieron el virus, fueron aisladas no solo por la
comunidad, sino por su entorno más cercano, alcanzando al núcleo familiar. De esta
forma, incluso los niños que padecían la enfermedad eran excluidos de la comunidad
educativa, a lo que se sumaba el desconocimiento sobre el VIH, ya que se creía que podía
“contagiarse” por el simple contacto o bien compartir elementos con una persona que lo
poseía. Si bien en sus orígenes, el SIDA se expandió en la comunidad homosexual, acre-
centando y acentuando las conductas discriminatorias para con sus miembros, se corro-
boró que en algunos países del conteniente africano y asiático como en el Caribe, los
infectados incurrían en prácticas heterosexuales.
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El devenir de las investigaciones y la aplicación de un tratamiento con antirretro-
virales, se logró que las personas con VIH puedan llevar una vida sin las infecciones
oportunistas.
Como se concluye de la lectura del Boletín sobre HIV, sida e ITS en Argentina Nº
34 (2017) la principal población infectada y en riesgo son principalmente hombres jóve-
nes que tienen sexo con hombres sin protección (1 de cada 4 diagnósticos se diagnostica
en este sector poblacional). También las trabajadoras sexuales, especialmente las Trans.
Y otro grupo en riesgo con muchos casos diagnosticados es el de mujeres. El contagio
por transmisión vertical hoy en día ha disminuido mucho, como el relacionado a la acti-
vidad relativa al consumo de drogas (1,6% del total de los contagios entre ambos).
Un dato interesante es que, según certifica el informe titulado “El VIH y los adul-
tos mayores” (2018) de INFOSIDA, una población que se está visibilizando en riesgo es
la de los adultos mayores, ya que por costumbres culturales son reacios a la utilización
del preservativo, rehacen sus vidas y, además, muchos son pacientes infectados que han
envejecido.
Datos ambientales
Acorde a la recopilación de datos vertida en el Boletín epidemiológico N° 34
(2017) sobre el VIH/SIDA en la Argentina, se registraron 129.260 casos de personas con
VIH o sida entre los años 1982 y 2015.
De esa cantidad, solo 91.558 casos fueron detectados con VIH desde el año 2001,
cuando la notificación al paciente comenzó a ser obligatoria.
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Si bien la demora en la notificación de los nuevos pacientes detectados impactó
en la recopilación de datos y medición de tasas de personas con diagnostico con VIH, se
realizó un seguimiento de la tendencia de esta variable durante la década comprendida
entre los años 2005 y 2014. En el transcurso de ese año -2014- se comunicaron en pro-
medio 6.230 casos por año.
De los estudios llevados a cabo, se detectó una caída de la tasa de VIH no solo
debido a la estabilidad numérica de diagnósticos reportados, sino también por el aumento
demográfico.
En este punto, resulta pertinente destacar que, en el año 2010, comenzó un ligero
descenso de la tasa específica de varones y, respecto de las mujeres, en el año 2008. De
las conclusiones arribadas, se estableció que, en el año 2013, la tasa general de VIH se
ubicó en 15 por 100 mil habitantes. De esta forma, las mediciones que arrojan casos de
VIH detectados -específicas por sexo y edad- se registran estables o bien no presentan
cambios significativos.
En nuestro país, existe un registro del seguimiento realizado sobre las vías de
transmisión entre los afectados, que en primera instancia continúa siendo la vía sexual.
Amén de esto, se informaron casos donde los pacientes revelaron que adquirieron
el VIH por el uso compartido de elementos para el consumo de drogas inyectables, a lo
que se suma la transmisión perinatal.
Hasta hace unos diez años atrás, los datos arrojaban que la población en situación
de vulnerabilidad económica, en el mayor de los casos, mujeres dentro de sus años de
juventud se hallaban dentro de las más expuestas.
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Pese a estos informes, y con la complejidad de las variables que atraviesan esta
enfermedad, en el año 2016 se relevaron tendencias que indicaban cambios en estos pro-
cesos. En este sentido, continúan siendo mayoría los diagnósticos en adultos –tanto mu-
jeres como varones- de mediana edad, denotándose un incremento en los reportes de pa-
cientes masculinos de entre 15 y 25 años y en mayores de 45 años.
Legislación vigente
En Argentina, la legislación vigente -como sus decretos reglamentarios- apuntan
a garantizar la asistencia integral como pleno derecho, impulsando, además, las acciones
tendientes a asegurar el acceso a la información y al tratamiento, y, también, a llevar a
cabo medidas contra toda forma de discriminación, articulando tanto sectores de salud
como de educación y otros ámbitos, para efectivizar dichas prerrogativas.
Cabe mencionar que los derechos humanos resultan ser el marco de referencia
para la elaboración de esta ley y su decreto reglamentario N° 1244/91, como así también
de toda aquella normativa que resulta trasversal a la temática.
Por otra parte, es menester destacar que estas acciones abarcan las patologías de-
rivadas; incluyendo la adopción de medidas que tengan por objeto educar a la población
al respecto.
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De esta manera, la ley impone las obligaciones pertinentes a las autoridades sani-
tarias en la materia, a las agencias gubernamentales, internacionales y privados, convo-
cando a la unión de estos sectores.
Esta norma, al mismo tiempo, es complementada por otras que no solo incorporan
cuestiones relacionadas a la atención integral de la salud desde su prevención hasta la alta
complejidad, sino que consideran, además, las características de la población, siempre
con la base de principios éticos.
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Árbol de Problemas
Mapa de actores:
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3.- ARTICULACIÓN TEÓRICA
Como se verá a continuación el VIH/SIDA atraviesa todos los contenidos de la
materia. Se detallarán a continuación los más relevantes. Así Enrique Saforcada (1999)
describe dos claros modelos, el Modelo Clínico Restrictivo y el Modelo social expansivo.
Para tratar la problemática del VIH/SIDA, debido a la magnitud de la problemática, la
propuesta es hacerlo, por todo lo visto, desde el Modelo Social Expansivo, pero, en la
práctica, por las distintas coyunturas político, sociales y económicas se termina muchas
veces trabajando desde el Modelo Clínico Restrictivo. Es decir, las intenciones son cen-
trarse más en el proceso salud-enfermedad, pero, por lo coyuntural (por ejemplo, destinar
partidas presupuestarias a pago de deudas externas en desmedro de las destinadas a pro-
moción de la salud), se termina destinando la mayor parte de los recursos a la atención
del enfermo. No hay campañas sistemáticas sobre esta problemática, incluso, en el mo-
mento de la redacción de este informe, la ciudad de Buenos Aires está empapelada con
afiches proponiendo el uso del preservativo, pero sin hacer mención al tema VIH/SIDA
(ver Anexos), sino sólo referidos a la cuestión de prevención del embarazo no deseado,
fruto de la coyuntura del momento. Se planifican campañas para llegar a la familia, a la
sociedad, a la población sana, pero por cuestiones político económicas se discontinúan y
se termina atendiendo al enfermo. El problema está visibilizado, pero más por una con-
ciencia social que por un sistemático trabajo del estado en evitar las causas. Los médicos
terminan trabajando sólo en la atención del enfermo con la enfermedad declarada. Si bien
los hospitales cuentan con equipamiento para realizar las pruebas a la población sana es
insuficiente la proporción de gente que se la realiza (según el boletín epidemiológico ci-
tado, en diciembre de 2017, un 30 % de las personas infectadas desconocen su diagnós-
tico). La legislación vigente prevé la entrega de medicación gratuita a toda persona que
la necesite para el tratamiento, pero a veces, esa medicación está en falta, como peude
leerse en notas de Clarín y Página/12 de enero de este año, (ver en Anexos “El ajuste llegó
a los pacientes con VIH”). A veces, es más el trabajo que se hace desde ONGs como la
Fundación Huesped o desde Asociaciones como AMMAR (Asociación de Mujeres Me-
retrices de la Argentina), que termina asistiendo, por ejemplo, a la población trans del
Hospital Muñiz y así cubriendo carencias del estado.
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una multiplicidad de causas las que determinan el estado actual de la epidemia. La Orga-
nización Mundial de la Salud define los determinantes sociales de la salud (DSS) como
"las circunstancias en que las personas nacen crecen, trabajan, viven y envejecen, in-
cluido el conjunto más amplio de fuerzas y sistemas que influyen sobre las condiciones
de la vida cotidiana". Y esta definición aplica perfectamente al problema en cuestión. En
una primera capa de, lo biológico, esta enfermedad no escapa a nadie, ya que pareció, al
comienzo un problema de homosexuales, luego, por los escurridizos caminos que toma
el deseo sexual humano pasó a ser, también, de heterosexuales, mujeres, niños y adultos
mayores, no quedando nadie exento del peligro de su contagio. En la familia también
hallamos un determinante, con padres que no logran una comunicación adecuada (por
causas culturales y económicas) con sus hijos adolescentes para hablar del tema, con re-
laciones extramatrimoniales que, por cultura a veces se llevan a cabo sin protección, con
madres que lo traspasan a sus hijos por transmisión vertical. En la comunidad también
hay un determinante, con adolescentes que asumen conductas de riesgo, muchas veces
fruto del consumo social de alcohol y otras drogas, lo que quita el estado consciente para
tomar las prevenciones necesarias a la hora del sexo. Luego las cuestiones estructurales,
pues, por más que la medicación sea gratuita, a veces, no hay dinero para tomar un colec-
tivo para ir a buscarla o no se puede salir del lugar donde uno vive por inundaciones, por
dar sólo unos ejemplos, donde las condiciones mínimas de vida digna no están garantiza-
das, lo que lleva a un muy difícil cumplimiento de los tratamientos y la adherencia a los
mismos. Y el contexto histórico se suma como determinante referido a que, las costum-
bres de la época, llevan a la apertura hacia relaciones sexuales de todo tipo, intercambios
de parejas, poliamores, en una sociedad sin educación sexual integral imbricada que to-
davía se discute, con grados de marginalidad producto de la economía y política que des-
estima partidas de salud y las reorienta a otros ámbitos. Y, por último, la Argentina como
capa determinante, fruto de una sociedad sin lineamientos, desorganizada, con médicos
desaconsejando utilizar el preservativo en el Congreso Nacional, por dar sólo un ejemplo,
suma más confusión imprevisión y desorganización a un enfrentamiento del problema
que requiere suma precisión y constancia en las políticas.
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como dice la publicación “30 AÑOS DE LA EPIDEMIA DE VIH/SIDA EN ARGEN-
TINA (2014) “permite incluir el VIH/sida como un tema dentro de las problemáticas am-
plias y fundantes del sujeto” o, a nivel jurisdiccional de CABA, la creación de la “Comi-
sión Nacional para la Promoción de la Salud y prevención del SIDA” que desde 1989
trabaja en educación permanente de la comunidad educativa sobre los aspectos de las
epidemias, como se cita en la página web de dicha comisión. En cuanto a la prevención
primaria de la enfermedad se pueden ejemplificar las campañas de recomendación de
utilización de preservativos y reparto de los mismos y lubricante a a base de agua, junto
con folletería en los hospitales y centros de salud. En cuanto a prevención secundaria, por
ejemplo, las pruebas y testeos de VIH con el objetivo de detectar la infección en la po-
blación asintomática. Y en cuanto a la prevención terciaria toda la atención a los enfer-
mos, donde está destinado el mayor gasto, con tratamientos y medicamentos gratuitos
para toda la población que lo necesite por ley.
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no hay que pensar en todo el país. Solamente imaginar que en ninguno de estos tres as-
pectos hay equidad entre un juez que vive en Recoleta y un habitante de una villa desem-
pleado, dentro de la misma ciudad capital.
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urgencia imponiéndose a lo importante, casi como folklore nacional es un mal tan endé-
mico y transversal como el HIV/SIDA en nuestro país, del que este problema, claro, no
puede estar exento.
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https://www.huesped.org.ar/wp-content/uploads/2014/09/ASEI-68-55-
62.pdf
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7.- ANEXOS
Tapa del Boletín
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Foto de Afiche en la vía Pública
Del ministerio de salud donde se habla del preservativo sin la menor referencia
al VIH/SIDA
Declaración de interés nacional a la lucha contra el mismo, estableciendo medidas para la detec-
ción, investigación, diagnóstico y tratamiento. Aceptación de las modificaciones introducidas por el
Honorable Senado (expedientes 92. 1. 148, 1.781 y 3.295 – D.87; Orden del día Nº533/90).
Art. 2° Las disposiciones de la presente ley y de las normas complementarias que se se establezcan,
se interpretarán teniendo presente que en ningún caso pueda:
a) Afectar la dignidad de la persona;
c) Exceder el marco de las excepciones legales taxativas al secreto médico que siempre se interpre-
tarán en forma respectiva;
d) Incursionar en el ámbito de la privacidad de cualquier habitante de la Nación Argentina;
e) Individualizar a las personas a través de fichas, registros o almacenamiento de datos, los cuales, a
tales efectos, deberán llevarse en forma codificada.
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Art. 3° Las disposiciones de la presente ley serán de aplicación en todo el territorio de la República.
La autoridad de aplicación será el Ministerio de Salud y Acción Social de la Nación, a través de la
Subsecretaria de Salud, la que podrá concurrir a cualquier parte del país para contribuir al cumpli-
miento de esta ley. Su ejecución en cada jurisdicción estará a cargo de las respectivas autoridades
sanitarias a cuyos fines podrán dictar normas complementarias que consideran necesarias para el
mejor cumplimiento de la misma y su reglamentación.
c) Aplicar métodos que aseguren la efectividad de los requisitos de máxima calidad y seguridad;
f) El Poder Ejecutivo arbitrará medidas para llevar a conocimiento de la población las característi-
cas del SIDA, las posibles causas o medios de transmisión y contagio, las medidas aconsejables de
prevención y los tratamientos adecuados para su curación, en forma tal que se evite la difusión
inescrupulosa de noticias interesadas.
Art. 5° El Poder Ejecutivo establecerá dentro de los 60 días de promulgada esta ley, las medidas a
observar en relación a la población de instituciones cerradas o semicerradas, dictando las normas
de bioseguridad destinadas a la detección de infectados, prevención de propagación del virus, el
control y tratamiento de los enfermos, y la vigilancia y protección del personal actuante.
Art. 6° Los profesionales que asistan a personas integrantes de grupos en riesgo de adquirir el sín-
drome de inmunodeficiencia están obligados a prescribir las pruebas diagnósticas adecuadas para
la detección directa indirecta de la infección.
Art. 7° Declárase obligatoria la detección del virus y de sus anticuerpos en sangre humana desti-
nada a transfusión, elaboración de plasma y otros de los derivados sanguíneos de origen humano
para cualquier uso terapéutico. Declárase obligatoria, además, la mencionada investigación en los
donantes de órganos para trasplante y otros usos humanos, debiendo ser descartadas las muestras
de sangre, hemoderivados y órganos para trasplante que muestren positividad.
Art. 8° Los profesionales que detecten el virus de inmunodeficiencia humana (VIH) o posean pre-
sunción fundada de que un individuo es portador, deberán informarles sobre el carácter infectocon-
tagioso del mismo, los medios y formas de transmitirlo y su derecho a recibir asistencia adecuada.
Art. 9° Se incorporará a los controles actualmente en vigencia para inmigrantes, que soliciten su
radicación definitiva en el país, la realización de las pruebas de rastreo que determine la autoridad
de aplicación para detección del VIH.
Art. 10° La notificación de casos de enfermos de SIDA deberá ser practicada dentro de las cuarenta
y ocho horas de confirmado el diagnóstico, en los términos y formas establecidos por la ley 15.465.
En idénticas condiciones de comunicará el fallecimiento de un enfermo y las causas de la muerte.
Art. 11° Las autoridades sanitarias de los distintos ámbitos de aplicación se esa ley establecerán y
mantendrán actualizadas, con fines estadísticos y epidemiológicos, la información de sus áreas de
influencia correspondiente a la prevalencia e incidencia de portadores, infectados y enfermos con el
virus de la I.D.H., así como también los casos de fallecimiento y las causas de su muerte. Sin perjui-
cio de la notificación obligatoria de los prestadores, las obras sociales deberán presentar al INOS
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una actualización mensual de esta estadística. Todo organismo, institución o entidad pública o pri-
vada, dedicado a la promoción y atención de la salud tendrá amplio acceso a ella. Las provincias po-
drán adherir este sistema de información, con los fines especificados en el presente artículo.
Art. 12° La autoridad nacional de aplicación establecerá las normas de bioseguridad a las que es-
tará sujeto el uso de material calificado o no como descartable. El incumplimiento de esas normas
será calificado como falta gravísima y la responsabilidad de dicha falta recaerá sobre el personal
que las manipule, como también sobre los propietarios y la dirección técnica de los establecimien-
tos.
Art. 13° Los actos u omisiones que impliquen transgresión a las normas de profilaxis de esta ley y
las reglamentaciones que se dicten en consecuencia, serán faltas administrativas, sin perjuicio de
cualquier otra responsabilidad civil o penal en que pudieran estar incursos los infractores.
Art. 14° Los infractores a los que se refiere el artículo anterior serán sancionados por la autoridad
sanitaria competente, de acuerdo a la gravedad y/o reincidencia de la infracción con:
a) Multa graduable entre 10 y 100 salarios mínimo, vital y móvil;
c) Clausura total o parcial, temporaria o definitiva del consultorio, clínica, instituto, sanatorio, labo-
ratorio o cualquier otro local donde actuaren las personas que hayan cometido la infracción. Las
sanciones establecidas en los incisos precedentes podrán aplicarse independientemente o conjun-
tamente en función de las circunstancias previstas en la primera parte de este artículo. En el caso
de reincidencia, se podrá incrementar hasta el décuplo de la sanción aplicada.
Art. 15° A los efectos determinados en este título se considerará reincidentes a quienes, habiendo
sido sancionados, incurran en una nueva infracción, dentro del término de cuatro (4) años contados
desde la fecha en que haya quedado firme la sanción anterior, cualquiera fuese la autoridad sanita-
ria que la impusiera.
Art. 16° El monto recaudado en concepto de multa que por intermedio de esta ley aplique la autori-
dad sanitaria nacional ingresará a la cuenta especial <>, dentro de la cual se contabilizará por sepa-
rado y deberá utilizarse exclusivamente en erogaciones que propenden al logro de los fines indica-
dos en el artículo primero. El producto de las multas que apliquen las autoridades sanitarias pro-
vinciales y de la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires, ingresará de acuerdo con lo que al res-
pecto se disponga en cada jurisdicción, debiéndose aplicar con la finalidad indicada en el párrafo
anterior.
Art. 17° Las infracciones a esta ley serán sancionadas por la autoridad sanitaria competente previo
sumario con audiencia de prueba y defensa a los imputados. La constancia del acta labrada en
forma, al tiempo de verificarse la infracción, y en cuanto no sea enervada por otros elementos de
juicio, podrá ser considerada como plena prueba de la responsabilidad de los imputados.
Art. 18° La falta de pago de las multas aplicadas hará exigible su cobro por ejecución fiscal, consti-
tuyendo suficiente título ejecutivo del testimonio autenticado la resolución condenatoria firme.
Art. 19° En cada provincia los procedimientos se ajustarán a lo que al respecto resuelvan las autori-
dades competentes de cada jurisdicción, de modo concordante con las disposiciones de este título.
Art. 20° Las autoridades sanitarias a las que corresponda actuar de acuerdo a lo dispuesto en el ar-
tículo 3º de esta ley están facultadas para verificar su cumplimiento y el de sus disposiciones regla-
mentarias mediante inspecciones y/o pedidos de informes según estime pertinente. A tales fines,
sus funcionarios autorizados tendrán acceso a cualquier lugar previsto en la presente ley y podrán
proceder a la intervención o secuestro de elementos probatorios de su inobservancia. A estos efec-
tos podrán requerir el auxilio de la fuerza pública o solicitar orden de allanamiento de los jueces
competentes.
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Art. 21° Los gastos que demande el cumplimiento de lo dispuesto en el artículo 4º de la presente
ley serán solventados por la Nación, imputado a rentas generales, y por los respectivos presupues-
tos de cada jurisdicción.
Art. 22° El Poder Ejecutivo reglamentará, las disposiciones de esta ley con el alcance nacional den-
tro de los sesenta días de su promulgación.
Dada en la Sala de Sesiones del Congreso Argentino, en Buenos Aires, a los dieciséis días del mes de
agosto de mil novecientos noventa.
Visto la Ley Nº 23.798, y Considerando:
Que el artículo 22 de la mencionada ley establece que el Poder Ejecutivo Nacional reglamentará las
disposiciones de la misma con alcance nacional . Que consecuentemente con ello resulta necesaria
la aprobación de dichas normas reglamentarias.
Que se actúa en uso de las atribuciones conferidas por el artículo 68, incisos 1) y 2) de la Constitu-
ción Nacional y por el artículo 12 de la ley Nº16.432, incorporado a la ley Nº 11.672. (Complemen-
taria Permanente de Presupuesto).
Artículo 1º Apruébase la reglamentación de la ley Nº 23.798, que declaró de interés nacional la Lu-
cha contra el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA), que como Anexo I forma parte inte-
grante del presente Decreto.
Art 2º Créase en el ámbito del Ministerio de Salud y Acción Social de la Cuenta Especial Nº 23.798
con el correspondiente régimen de funcionamiento obrante en planilla anexa al presente.
Art.3º Comuníquese, publíquese, dése a la Dirección Nacional del Registro Oficial y archívese.
El aguante
Estar enferma, tener miedo de estarlo, sentirse mal y entrar a un hospital donde te tratan
como “enferma” pero en el otro sentido, según un parámetro de odio y de ignorancia, viene
siendo una realidad muy denunciada por la comunidad trans. Ante este panorama, una de
las respuestas altamente efectivas es la del equipo Transvivir en el Hospital Muñiz. Un
grupo de transexuales, algunas ex pacientes y activistas, se ocupan de recibir, auxiliar a
las compañeras que llegan al hospital y de educar al personal. No es la única vía de acción
frente a este tema pero es un modelo a seguir. Transvivir recibe donaciones y voluntarixs a
través de Facebook (TRANS-VIVIR).
Por Dolores Curia
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PACIENTES Y BIENVENIDORAS
DE TRANSVIVIR EN LA FIESTA DE FIN DE AÑO.
Foto: Sebastián Freire
“¡Ni loca entro al Muñiz! Mirá si alguien conocido me ve entrando se piensan que tengo sida”.
Así de cruda fue la respuesta en automático de una de las que hoy es integrante y columna
vertebral de Transvivir cuando una amiga le propuso acercarse al Hospital Muñiz en los tiem-
pos en que se empezaba a tramar este proyecto. Eso fue hace más de cuatro años. La amiga
que fogoneaba era Claudia Pía Baudracco. El grupo de travestis convocadas por Pía empezó a
visitar el hospital para llevar refuerzos, cosas tan básicas como pasta de dientes y mucha oreja
a las internas trans del hospital, que en general no recibían ninguna visita (“A muchas las trae a
la rastra ya en las últimas el proxeneta, que ni se entera, ni se quiere enterar, si la chica sale de
acá muerta o viva”, cuenta una de las internadas). Con el tiempo esa gesta fue bautizada como
Transvivir. Cuando empezaron no había plan ni proyección de continuidad, sino necesidad y
urgencia: no existía la ley de Identidad de Género; las internaban en cualquier sala y como na-
die venía a verlas –ya sea porque sus familias estaban lejos, ya sea porque no les interesaba,
ya sea porque los amigos se borraban en las malas– “quedaban muy abandonadas, además la
enfermedad no es sólo la enfermedad, es el ánimo en el que te pone, la sensación de que la
cama te va chupando. Había que venir a darles ánimo y decirles que iban a salir”. Pía en cam-
paña de reclutamiento les decía a compañeras de ATTTA y de otros lares: “Vamos a ir, las va-
mos a bañar, las vamos a afeitar, las vamos a maquillar”. Y más de una vez la respuesta era:
perdón, pero al Muñiz no voy ni que me paguen.
La chica a la que hace años le daba pánico entrar al hospital lo cuenta mientras pasa un mate
a una compañera en una minúscula habitación de la Sala 8 del Hospital –donde se reúne el
grupo– de paredes altas, pintadas de blanco y gris, como para disimular los manchones de hu-
medad. Lo relata en un diálogo de intimidad creciente a pesar de los practicantes que entran
sin golpear a llevarse y devolver legajos. ¿Qué pasó entre el “Ni loca quiero que me vean en-
trar” y el orgullo de formar parte de un equipo de trabajo ad honorem y ser una de las caras de
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la vidriera virtual de Transvivir en Facebook? El “Ni loca” no ha nacido de un repollo: el Muñiz
tiene más de cien años de historia marcada por ser “el hospital de las pestes”. En el año 1894,
era una casa de aislamiento, en donde se internaba a aquellas personas a las que se les diag-
nosticaban enfermedades desconocidas o mortales. En 1904 la casa pasó a llamarse Hospital
de infecciosas “Francisco Javier Muñiz” en honor al médico que atendiendo a los enfermos por
la fiebre amarilla murió en 1871 por esa misma enfermedad. Tiene fama de receptor de las epi-
demias nacionales: la de polio de la década del 50, el brote de sarampión de 1969, el hantavi-
rus en 1996. No solo la expulsaba la idea de lo que significaba entrar al Muñiz como quien se
niega a entrar a un leprosario sino el maltrato puro y duro de enfermeros y médicos que, para
empezar, se negaban a llamarla por su nombre. Y parte de ese trato expulsivo es lo que Trans-
vivir intenta modificar a fuerza de empoderamiento de las pacientes, pero también concientiza-
ción del personal del hospital: “Cuando vine acá por primera vez tuve un temita con una doc-
tora y dije, si me tratan así, no vengo más. Pero Pía nos decía que había que luchar para que
vinieran igual y fueran atendidas como corresponde. Nosotras trabajamos acompañando a las
chicas pero también hacemos un trabajo de sensibilización del personal”, cuenta Yéssica Gó-
mez, una de las más antiguas, y Perla Cativa, una de las psicoanalistas que trabaja con el
grupo, agrega: “Si no hacemos esto último, no se puede avanzar. Y vamos cada vez mejor. En
el último congreso científico del hospital tuvimos nuestra propia mesa en la que dimos cuenta
de la experiencia de este grupo. No suena para tanto pero tener tu propia mesa al lado de las
‘eminencias médicas’, al lado del ‘poder científico’, te coloca en otro lugar frente a la gente del
hospital”
La grieta
Las travestis son expertas en intersticios –los del pensamiento binario, los del androcentrismo,
incluso los de los feminismos–; y en lazos solidarios. Parte de la historia travesti podría na-
rrarse como la historia de cómo encontrar una grieta e ir abriéndose camino hacia adentro. Es-
carbar, tirar de los hilos y tejer con lo que hay. La historia de cómo saber reconocer las hendi-
duras propias de cada sistema o institución y colarse para ampliar o desestabilizar el orden
reinante, generar otro tipo de poderes, con otros recursos. Transvivir es un nudo más de esa
red, de esa forma de construir alianzas. Del mismo modo que, con respecto al derecho a la vi-
vienda, lo es el hotel Gondolín, emblemático refugio de Villa Crespo, donde quienes viven allí
han generado un modo de vida cooperativo, con sus propias reglas de convivencia, normas de
higiene, organigramas de gastos mensuales que cuelgan de sus paredes. Es una contención
edilicia, afectiva y económica que amortigua la llegada del interior a la jungla. De modo similar
funcionaba, la Aldea Gay, erguida en plenos años 90, un asentamiento donde marginadxs por
su identidad de género, su orientación sexual y por la pobreza se refugiaban unidxs por la em-
patía que nace de las vulnerabilidades hermanas o hermanadas.
Transvivir puede ser visto como un colectivo de resistencia y autodefensa, y como muchas
otras cosas más, pero nunca, jamás, friendly. A ninguna de sus integrantes les gusta la palabra
“amigable”. Abren bien los ojos cuando la escuchan y una de ellas, Perla Cativa, explica: “Hace
rato que sustituimos la palabra amigable por la pregunta de si un lugar (un consultorio, una sa-
lita, lo que sea) es serio o no. Si brinda el servicio como debe ser o no. Decir ‘amigable’ es una
forma de menospreciar el tema. Da la impresión de que somos amigables y lo hacemos ‘de
onda’. Darles a todos los pacientes el trato y la atención que corresponde no es buena volun-
tad. No es ‘onda’, son derechos. Entiendo en qué momento surge la expresión ‘consultorio ami-
gable’ y frente a qué necesidades aparece pero ya es hora de llevar la discusión a otro nivel. El
deber del sistema público de salud es albergar a todas las personas y punto.” Para hablar del
acceso a la salud no como osadía sino como derecho, no es menor ni aislado el dato de que si
bien la ley de Identidad de Género dedica un artículo al tema, este, el 11, haya demorado más
de tres años en ser reglamentado.
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lo pensó como una manera de armar una estrategia para que las chicas pudieran incorporar la
prevención. Favorecer la accesibilidad.
Yéssica Gómez: En el principio éramos cuatro, soy la única que quedó de aquella camada. Lo
hacemos como voluntarias. Las visitamos a la sala, les llevamos lo que necesiten, shampoo,
revistas. Por Facebook recibimos donaciones, que son para suplantar las atenciones que suele
cubrir un familiar o un amigo cuando te internan. Cosas que necesitan todos los días, tan bási-
cas como agua mineral. Pero las travestis que están acá no tienen a nadie que les pueda traer
ni siquiera eso. Damos un servicio para las que están internadas y un servicio para las que se
acercan en el día. Como promotoras de salud enseñamos como cuidarse, y todo lo que tiene
que ver con la higiene y salud de la chica que está internada.
María Laura Marban: Y además de hacer ese acompañamiento material hacemos un acompa-
ñamiento afectivo. Ver qué necesita, dar charla. Aveces les hacemos el trámite del subsidio por
enfermedad. O vemos que las internan en la sala de varones e intercedemos. O les ayudamos
a tramitar el DNI si no lo han hecho todavía.
Carla Mansilla: Yo estuve internada acá porque me contagié tuberculosis. Vi lo que es la en-
fermedad. Me dijeron “tuberculosis”. Y dije: me muero. Estuve en el pabellón especial para las
personas que no tienen HIV, solo tuberculosis. Eramos unas 20. Es horrible estar sola en un
tratamiento. Mi familia no podía venir desde Tucumán. Lo mío era una enfermedad con cura,
pero lo peor es la depresión. Es importantísimo tan solo que alguien venga y te charle. Que te
“obligue” a tomar la medicación. Tenía que tomar 20 pastillas y una inyección diaria, que era un
trauma porque tengo un implante de silicona y había que encontrar por dónde meter la aguja.
Si no hubiese tenido el apoyo del grupo, probablemente hubiese abandonado el tratamiento.
Yéssica: Tengo que decir que fue un momento espantoso, fuertísimo. Vi que las chicas esta-
ban muy deterioradas. A partir de ahí me empecé a comprometer cada vez más con esto. En
paralelo, hice un curso de extraccionista, empecé a practicar en la organización Nexo. Ahora
estoy trabajando en la Subsecretaria de Derechos Humanos de la Ciudad en el área de diversi-
dad. Aquí hemos dado capacitaciones en diversidad sexual, sobre la ley de identidad de gé-
nero, talleres de violencia, discriminación, adherencia al tratamiento, comunicación diagnóstica.
Yéssica: Se nos acercan muchas personas que están haciendo tesis de maestrías, doctorados
y otras especializaciones en género, pero tomamos nuestros recaudos con ellos. Les interesa
el trabajo que hacemos, quieren escribir, documentarlo. Nos proponen venir a observar.
¡Minga! La verdad que ahí ponemos nosotras las condiciones.
Perla: Las integrantes de Transvivir, las pacientes y quienes trabajamos con ellas no somos
objetos de estudio. Nos cae mal que quieran venir a mirar como si se trata de fenómenos. Lo
que aceptamos son propuestas genuinas de trabajo conjunto. Hay un chico que es docente de
Psicología en la UBA que se nos acercó sí, pero con una propuesta concreta, que son talleres
de formación, también otro chico da un taller literario donde además de ver literatura con pers-
pectiva de género, hacen lecturas críticas y las hace a ellas escribir. Venir a mirar es una cosa
y venir a aportar es otra.
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Ellas tienen una credencial del hospital que las habilita a entrar en todas las salas para trabajar
con las compañeras. Y eso es una decisión política del hospital.
Yéssica: Lidiamos con cuestiones con el personal muy seguido. Un ejemplo: está prohibido
que un médico te pregunte tu carga viral y células CD4 en público. Hubo un episodio en una
sala de espera: una señora con un chico, sale el médico, y le pregunta a los gritos como estaba
el CD4 del chico. Ella responde: ¿qué es eso? Una barrabasada. Le explicamos a la señora lo
que era y que el médico había violando la confidencialidad que exige la ley de sida. El médico
la llama para que entren al consultorio, se empiezan a pelear a los gritos y, como si fuera poco,
a la señora la sacan por la otra puerta. Así que después asesoramos a la señora sobre cómo
denunciar eso.
Carla: Si para la sociedad es difícil incluirnos en el día a día, imaginate en una institución como
un hospital, con ciertas reglas, disciplinas. Hace diez años yo si veía un patrullero, me escon-
día. Hoy no solo no me pasa eso, sino que puedo además brindar mi ayuda a otras. No se me
ocurría entrar a un hospital como paciente. Se te burlaban en tu cara, te internaban en cual-
quier lado. Fue una lucha muy fuerte capacitar a los que trabajan acá y a nosotras mismas. Por
ejemplo, cambiaban al guardia de seguridad de una sala. Nosotras llegábamos y el tipo no nos
conocía entonces no nos dejaba a entrar y nos mandaba a autorizar por no sé quién. Es un
protocolo. A nosotras lo que nos salía era empezar a los gritos. No solo es nuevo para la gente
vernos acá sino que para nosotras movernos en estos espacios también lo es.
Perla: Anoticiarte de que tenés VIH no es sinónimo de “entonces, empiezo el tratamiento”. Hay
un proceso después de enterarse del dato objetivo que no siempre va de la mano de los tiem-
pos médicos. Podés tomártelo como si nada y decir “sé que no es sinónimo de muerte y que
tener VIH no es lo mismo que tener sida”. Pero me hago el distraído y no inicio el tratamiento.
Tomar esa pastilla es hacerme cargo de que tengo VIH. Si no la tomo, me puedo engañar. Es
muy engorroso, porque la persona se siente bien. En el taller de adherencia nos metemos con
eso. Hemos capacitado a las chicas para que pudieran transmitir la importancia de la adheren-
cia. A veces tiene que ver con cómo te dan la noticia.
¿Un ejemplo?
Perla: Nos derivan a una persona a la que le diagnosticaron VIH hace un montón y no adhiere.
Indagamos en su historia, en qué momento recibió el diagnóstico, quién se lo dijo. Resulta que
esta persona se había enterado durante una recorrida de sala en la que un médico le cuenta el
diagnóstico a otro adelante de él pero sin mirarlo siquiera. El VIH anuda nada menos que a la
sexualidad con la muerte. Cuando hablás de VIH te metés en la vida íntima y es probable que
esa persona frente al diagnóstico, aunque diga que no, asocie lo peor. En la imaginación de
mucha gente el sida sigue siendo representado como en sus inicios, es decir, como sinónimo
de muerte.
En el próximo encuentro de Transvivir habrá cine-debate. Lunes 18 a las 14, en la Sala 8 del
Hospital Muñiz, Uspallata 2272.
Link: http://waskazo.com/Waska4-vih.pdf
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Dr. Pedro Cahn: “El VIH es una enfermedad crónica”
Un recorrido que va desde el descubrimiento del virus, las épocas cuando no les permitían
internar a los infectados hasta el presente donde los disidentes niegan su existencia y el ne-
gocio farmacológico, la ética y la salud se conjugan con el estigma. Respuestas y reflexiones
de un pionero en el tema.
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¿Qué opina de los disidentes que dicen que el VIH no existe?
Para nosotros es un tema agotado. Esta discusión terminó en el 2000 con una reunión que
hubo antes de la Conferencia de Durban convocada por el presidente de Sudáfrica de ese mo-
mento, Thabo Mbeki, disidente en oposición a Nelson Mandela, en la cual –los disidentes- que-
daron demolidos.
Cuando era residente me tocó avisarle a un paciente que tenía cáncer y la reacción de la fami-
lia fue: “No vamos a permitir que le hagan quimioterapia porque yo conozco una persona que
se la hizo y murió de cáncer”. Ignorancia vas a encontrar en mucho niveles, no sólo en esta es-
pecialidad. Yo siempre les explico a mis pacientes que estar sano no es una obligación, es un
derecho. Yo no te puedo obligar a vos a estar sano.
*Nota: Fundación Huésped hizo publicas sus respuestas frente a la postura de los disidentes
del VIH, a través de su Weblog en el post: “Difundir el error es contribuir al genocidio”
http://weblogs.clarin.com/espacio-positivo/2012/02/10/difundir_el_error_es_contri-
buir_al_genocidio_2/
Los disidentes niegan el VIH pero dicen que el Sida existe y hace mucho más tiempo.
Seguro existe hace mucho, los virólogos rastrean que posiblemente haya surgido en África en
la década del 20 o del 30, pasa que una persona joven muere en África por un cuadro de me-
ningitis, diarrea o tos y a nadie le llama la atención. Comenzó a ser una preocupación cuando
empezó a afectar al sector ABC1, es decir al hombre blanco que vive en USA.
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¿Si los laboratorios hacen negocio con esto? A ver, claro que hacen negocios multimillonarios.
Por ejemplo, yo tengo una hipertensión moderada, todas las mañana me tomo 10mg de una
droga que se llama Amlodipina y alguien gana con eso. ¿Querés que me muera de un acci-
dente cerebro-vascular para que el laboratorio no engorde? En cambio, si vos me querés decir
que debería haber un cambio revolucionario en los términos de como se producen los medica-
mentos y que deberían ser laboratorios estatales ¡te lo firmo ya! Pero la realidad es que hoy si
te tengo que medicar tengo que hacerte una receta y tenés que ir a la farmacia a comprar.
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María Cecilia Locciasano, esposa del ministro Jorge Triaca.
Las personas con VIH tampoco son prioridad para el gobierno de Mauricio Ma-
cri. El Ministerio de Salud de la Nación suspendió, al menos hasta fin de fe-
brero, la entrega de antivirales en todos los hospitales públicos y le pasó la
pelota a las provincias para que ellas se encarguen de hacer las gestiones con
los laboratorios internacionales. El freno se produjo tras los cambios imple-
mentados por la subsecretaria de Coordinación Administrativa, María Cecilia
Locciasano, esposa del ministro Jorge Triaca. El ajuste afecta a casi 70 mil per-
sonas sin cobertura privada. “Hay un total desinterés para el cuidado de la sa-
lud por parte del Estado. Esto puede provocar una resistencia y que el virus se
replique nuevamente”, indicó a PáginaI12 Matías Muñoz, de la Red Argentina
de Jóvenes y Adolescentes Positivos (Rajap).
“No quedó nada”. Esa es la primera respuesta que dieron en la Dirección de
Sida y ETS, el área encargada de coordinar las políticas de prevención y aten-
ción del VIH, cuando se les consultó por el stock de Dolutegravir, Darunavir,
Zidovudina jarabe, Efavirenz y Abacavir/Lamivudina, cinco fármacos retrovira-
les que suelen ingerir las personas con VIH. “No es ninguna novedad, ya nos
veíamos venir esta situación”, explicó un integrante del área.
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Ante este faltante, los primeros en enterarse fueron los equipos provinciales
de Salud, cuando la semana pasada la Dirección de Sida se comunicó con ellos
para dar el alerta e intentar que no se afecte el tratamiento de miles de hom-
bres y mujeres. “Debido a distintas dificultades presentadas en los procesos
de compra, los medicamentos Evirenz 600 mg y Zidovudina jarabe sufrirán una
demora en su adquisición”, informaron en un documento que lleva la firma de
Sergio Maulen, director de Sida. Además, en el documento se pidió a las pro-
vincias que “dentro de las posibilidades, se pueda gestionar la adquisición de
los mismos hasta tanto se regularice la situación”.
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Ahora bien, en el documento divulgado a los equipos de salud no se agrega
nada sobre las posibles consecuencias de aquellas provincias que no puedan
(o no quieran) hacerse cargo de aquello que la administración nacional des-
cartó. Muñoz, integrante de Rajap, un espacio creado para el intercambio y la
participación de jóvenes que viven con VIH o sida (la fase avanzada del virus
inmunodeficiente), aseguró que “en los casos en que no va a ser posible el
cambio de esquema, el resultado puede ser que se genere resistencia y el virus
se replique nuevamente”. Pero eso no es todo. “En los centros de salud que sí
puedan hacer cambios de medicamentos y la eficacia no se vea alterada o no
suponga un perjuicio para la salud, puede alterar la forma en que se toman los
fármacos y eso puede tener consecuencias en la adherencia al tratamiento”,
completó.
Tanto Rajap como otras organizaciones especializadas en la temática solicita-
ron una reunión con las autoridades del ministerio. Aún no fue contestada.
Una fuente que conoce los manejos internos del Ministerio explicó a PáginaI12
que es María Cecilia Locciasano quien maneja la administración de la cartera
que conduce Adolfo Rubinstein. “Las órdenes de compra, los pedidos, la caja,
todo. La demora no es casual sino que es un claro ajuste”, contó.
Por su parte, el Ministerio de Salud emitió un comunicado donde argumentó
que “las demoras en la entrega de medicamentos para el tratamiento del VIH
obedecen a los tiempos habituales de habilitación presupuestaria”, sin expli-
car la contradicción entre “demora” y “tiempo habitual”. “En los próximos días
se emitirán las órdenes de compra de los medicamentos dándole continuidad
a la provisión de los mismos”, indicó el comunicado.
Locciasano, la esposa del ministro mandado de vacaciones a Chapadmadal
luego de que se difundiera un audio donde insultaba a su excasera a la que
empleaba en negro, fue designada como subsecretaria de Coordinación del
Ministerio de Salud de Nación en noviembre de 2016. Un año atrás había in-
gresado al edificio ubicado en la avenida 9 de Julio como coordinadora general
de la Unidad de Financiamiento Internacional de Salud, a través de un decreto
firmado por el exministro Jorge Lemus y el presidente Mauricio Macri.
“Ellos van a querer hacer pasar la situación como una falla burocrática y que
por eso se atrasó el pedido, pero la realidad es otra: las órdenes de compras
estaban, el pedido a los laboratorios también. Ellos sólo lo frenaban”, explicó
la fuente del Ministerio. Además, agregó que las trabas administrativas son
habituales para las tareas diarias de la Dirección (“modifican constantemente
los formularios o el sistema para completar los pedidos”). “Lo más dañino es
la falta de previsibilidad. La salud pública debe ser todo lo contrario, tiene que
estar pensada para un futuro a largo plazo. Este faltante de medicamentos
demuestra que no es así”, completó.
“Que estos faltantes lleguen a afectar al menos a un sola persona ya es algo
gravísimo”, dijo a PáginaI12 Leandro Cahn, de la Fundación Huésped, y agregó
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que “estos manejos llaman la atención. Por eso, además de pensar una solu-
ción inmediata no hay que olvidar las causas que provocaron esto. Ver la foto
completa”. En un comunicado, la organización manifestó “su preocupación” y
exigió a las autoridades que “arbitren los medios para que avance en tiempo
y forma la compra anual de antivirales de manera de evitar posibles quiebres
de stock del conjunto de las drogas”. “Las 70 mil personas con VIH sin otra
cobertura que la del Ministerio de Salud tienen el derecho de acceder en
forma continua e ininterrumpida a los medicamentos antivirales”, finalizó el
comunicado.
En Argentina hay 120 mil personas con VIH, de acuerdo a un informe del Mi-
nisterio de Salud. De esa población, sólo el 70 por ciento conoce su diagnós-
tico. Y su gran mayoría se atiende en hospitales públicos. “Con la realidad que
afrontamos, que falten retrovirales ya sea por demoras o cualquier otra cosa
habla de una decisión del gobierno nacional. No hay voluntad política”, ase-
guró Muñoz.
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